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EDITORIAL CHÉHCERE NEWS


¿Son los títeres expresión popular del patriarcado?

Somos hijos e hijas de nuestra cultura, sea de una manera consciente o inconsciente, solemos
reproducir en nuestras creaciones lo que hemos aprendido y heredado, nuestros miedos,
amores, luchas y contradicciones emergen todo el tiempo y sin siquiera planearlo. En este
sentido y ante las manifestaciones y cuestionamientos feministas de los últimos tiempos, en
los que se expone que todos y todas vivimos en una cultura patriarcal heredada, decidimos
hacernos la pregunta: ¿en realidad existe el patriarcado?, y de ser afirmativa la respuesta,
¿representan los títeres como hijos e hijas de los seres humanos, una expresión popular del
patriarcado?, ¿qué implicaciones tiene esto para nuestro oficio y para nuestras creaciones?

Sabemos que por mucha imaginación que se tenga, el arte no puede representar un mundo
que no existe, así sea en el pensamiento, creamos siempre lo que tenemos adentro. Si
miramos en las entrañas del oficio, no es difícil encontrar clásicos en los que se asesina a
golpes a la amante infiel o estereotipos de belleza y de roles de género de la madre buena, el
príncipe azul o la bruja malvada, también percibir los rumores de mujeres titiriteras olvidadas.
En este sentido, ¿cabría la posibilidad de analizar nuestro oficio y en determinado momento
transformarlo a los ojos del feminismo o la perspectiva de género?

Pregunta compleja. En este número damos protagonismo a las voces y miradas de mujeres
titiriteras con distintas edades, países, grupos y perspectivas. Esperamos así aportar al debate
y que ellas dejen de quejarse por no aparecer en la historia.

Bienvenidas…

• Agradecemos a Vinka Delgado, que dio el permiso para usar su fotografía en la


portada.

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Contenido
EDITORIAL CHÉHCERE NEWS ..................................................................................................... 1
PRESENCIA TITIRITERA EN FEMENINO POR MAGDALENA RODRÍGUEZ .................................. 3
¿SON LOS TÍTERES UNA EXPRESIÓN POPULAR DEL PATRIARCADO? POR MARÍA TERESA
TRENTIN..................................................................................................................................... 5
UNA FOTOGRAFÍA FEMENINA, OTRAS VOCES PARA EL ARTE TITIRITESCO POR YENNY
ALEXANDRA CASTRO SILVA ....................................................................................................... 7
FOTO DE LOVEISABEAUTIFULTHING EN FLICKR · · · A NICE OLD POSTCARD FROM THE
SEASIDE ................................................................................................................................... 10
TÍTERES Y PATRIARCADO. POR XARENY ORZAL, TEOTIHUACÁN. MÉXICO 2021 ................ 11
LA MUJER EN EL TEATRO DE TÍTERES VENEZOLANO POR MARY FRANCO (*) ........................ 13
TOMADO DE PINTEREST: WILDLIFEPRINTS.COM .................................................................... 15
MANIFIESTO DE “LAS MARIONETIZAS” ................................................................................... 16

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PRESENCIA TITIRITERA EN FEMENINO
Por Magdalena Rodríguez

Indudablemente los títeres son una expresión popular, pero,


desde mi punto de vista, no necesariamente tiene que ser
desde el patriarcado y menos en el contexto histórico actual.

En el presente artículo hablo desde mi experiencia como


titiritera, oficio al que llevo dedicada hace 55 años. Inicié mi
vida artística siendo muy niña en el mundo del Ballet, pero
cuando decidí dedicarme a bailar de manera profesional, no
me fue permitido por mi familia, porque era una deshonra
tener una hija bailarina. Mi vida se transformó cuando llego
al mundo del teatro y por cosas del destino, conozco el teatro de títeres del cual me enamoré.

En 1965 creé mi propio teatro, “La Farándula”, iniciando este quehacer de una manera
romántica, dedicándome a recrear fiestas infantiles, sin hasta ese momento ser consciente de
la herramienta que tenía en mis manos y su importancia, desconociendo el contexto histórico
del teatro de títeres en el país. Empecé a tener contacto con algunos de los grupos del momento,
los cuales en su gran mayoría estaban constituidos por hombres. Después de un tiempo me
enteré de la existencia de mujeres titiriteras que desempeñaron trabajos importantes como,
Gabriela Samper, María Roda, Beatriz Daza, Sofía Rodríguez, Cecilia Muñoz, Esther Sarmiento de
Correa, Nelly Garzón y Beatriz Caballero entre otras.

Más tarde tuve la oportunidad trabajar en el Centro Experimental Piloto de Educación Artística
Infantil, hoy Teatro El Parque, con la maestra titiritera Julia Rodríguez, quien se desempeñaba
en ese momento como directora, y fue ella a quien Colcultura llamó para ofrecerle crear un
teatro de títeres del Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá - ICBA, cargo que no aceptó,
debido a que tenía otros compromisos. Como conocedora y admiradora de mi trabajo, propuso
mi nombre, prefiriendo que una mujer fuera quien liderara la mencionada empresa.

Al principio, sentí el recelo de algunos compañeros y colegas del teatro y de los títeres por
ocupar tan importante cargo, “¿cómo, una mujer que casi nadie conocía en este ámbito,
aparecía de la noche a la mañana y fuera la encargada para realizar un proyecto tan importante?

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Un recuerdo nada grato y que aún lo tengo presente, es que cuando el director del
ICBA, señor Gustavo Mateus me hizo entrega de la planta física del Teatro de Títeres, un actor
conocido y director de teatro, que no vale la pena mencionar, dijo: “¿por qué a esa dama se le
entrega un teatro y no a mí?, ella debería quedase en su casa lavando platos”

Gracias a la constancia y trabajo fui abriéndome un espacio en el gremio teatral, siempre desde
la sombra, ya que nunca me ha gustado protagonizar, pero sí procurando una calidad y
tendiendo hacia un trabajo respetuoso y digno para el público. Muchos colegas me fueron
reconociendo y muchas titiriteras comenzaron a aparecer con trabajos y exploraciones estéticas
importantes, evidenciando, nuestras competencias y calidades. Siento que el machismo en
cuanto al teatro de títeres, ha disminuido sustancialmente, generando igualdad entre géneros,
no me he vuelto a sentir rechazada, ni menospreciada por el hecho de ser mujer.

Somos muchas las mujeres que resaltamos y vale la pena destacar titiriteras colombianas como:
Liliana Palacio, Gladys Quintero, Alejandra Barrada, Ruquita Velazco, Sara Muñoz, Esmeralda
Quintana, Beatriz Piñeiro, Melisa Osorio, Ana María Ochoa, Ximena Argoty, Leonor Pérez, Narda
Rosas, Myriam Enríquez, Yenny Castro, Hansbleidy Lancheros, Ana Karina Arango, Ángela
Sanzón, Victoria Sánchez, Adriana Arias, Johana Ramírez, Lucila Chica, Diana Rodríguez, Diana
Romero, Rossmery Arias, Liliana Martín, Sandra Llanos, Juanita Cetina, Lucía Duque, entre
muchas otras, que desde distintos ángulos han brindado prácticas y conceptos sobre el teatro
de títeres y así, nos podemos llevar una idea clara que puede haber más presencia femenina en
este momento. Por otra parte, una persona que ha destacado el trabajo de mujeres titiriteras
en el mundo, ha sido la maestra Concha de la Casa, directora del Centro de Documentación de
Títeres de Bilbao, España, quien creó el premio Mariona Masgrau para titiriteras.

Definitivamente los títeres son una expresión popular tanto de hombres como de mujeres, en
igualdad de derechos, pero en un país empobrecido que no brinda las posibilidades educativas,
ni económicas para tener una formación más rica, que nos permita seguir investigando sobre la
diversidad de posibilidades que tiene el teatro de títeres, además de no tener la facilidad de
circular nuestras obras, nos toca jugar a la “ pesca milagrosa” de las convocatorias para poder
ganar algún premio que permita realizar nuestros propósitos titiriteros.

Adelante compañeras y compañeros, a vivir en igualdad y a luchar por el bien común,


permitiéndonos encontrar en las diversidades y necesidades de cada quién.

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¿Son los títeres una
expresión popular del
patriarcado?
Por María Teresa Trentin

El teatro con títeres, el lenguaje


dramatúrgico, la estética y los objetos
escénicos nacen y se desarrollan en un
sistema patriarcal. Siendo éste el ejemplo, la regla, el camino trazado, resulta claro que la gran
mayoría de las propuestas escénicas que se mueven tengan una fuerte tendencia hacia lo
tradicional y costumbrista. Se repiten modelos, estereotipos, imágenes sin tomar en cuenta
los asuntos de género y la situación de la mujer de forma contundente y politizada. En la
mayoría de los casos no se cuestiona, el argumento no existe, mientras se siguen
reproduciendo los patrones adquiridos sin ni siquiera dudar.

Así de sencillo, se representa la figura femenina re-proponiendo, una y otra vez


incansablemente, esos personajes encajados en el imaginario colectivo que nos atan a roles
determinados.

El enfoque político relacionado con el género resulta casi ausente en los espectáculos de
figuras animadas.

¿Existe una forma de hacer títeres con una propuesta escénica feminista que represente a la
mujer dignamente sin reproducir estereotipos, formulas, modelos, imágenes preestablecidas?

Todavía no creo que se pueda hablar, en términos genéricos, de una estética feminista
aplicada en el teatro con títeres. Las figuras, los objetos, las palabras que nos vienen a
representar pertenecen a ese antiguo inventario social que nos ubica, como mujeres, dentro
de los parámetros que el patriarcado nos ha impuesto, manteniéndonos encasilladas en
nuestro rol social.

No me reconozco en la princesa raptada que espera la salvación de su príncipe para quedarse


anclada en el amor romántico.

No me reconozco en la bruja mala o en el hada, tengo una parte inteligente, racional y lógica
que convive con lo mágico.

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No me reconozco en la niñita bonita e ingenua, tengo malicia, experiencias y
fealdades en mi ser.

No me reconozco en la mujer hermosa y perfecta, amo la belleza de mis imperfecciones.

No me reconozco en la femme-fatale, en la come-hombres, en la terca, en la esposa abnegada,


en la que es completa cuando es madre, en la santa, en la puta, en la inestable, en la temerosa,
en la que busca marido, en la víctima, en la asustada, en la que grita sin control.

No me reconozco en la gran mayoría de las imágenes propuestas. No me representan.

Así que, volviendo a la pregunta inicial, puedo contestar sólo de esta forma: sí, los títeres son
una expresión popular del patriarcado; reiterada, perdurable, constante… los títeres, los
espectáculos de teatro de figuras animadas, las dramaturgias, el lenguaje gestual, las palabras
elegidas.

¡URGE! volver a pensar una forma más respetuosa, más consciente de hacer teatro con
títeres, ¡URGE! cuestionar las modalidades con las cuales se van repitiendo los modelos
adquiridos. Hace falta un teatro de títeres feminista y comprometido políticamente con
nuestro género que nos libere del imaginario que se reproduce incansablemente en los
retablos y en los teatrinos.

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UNA FOTOGRAFÍA FEMENINA, OTRAS VOCES PARA EL ARTE TITIRITESCO
por Yenny Alexandra Castro Silva

“Muchas de nosotras, no somos conscientes hasta qué punto nos afecta el hecho de
ser mujer en nuestro quehacer artístico, hasta que lo reconocemos en nuestras
coetáneas como si de espejos se tratase”.

Esencia de trementina, Irene Viñals

No sé si esa sea la fecha exacta, pero está posteada en las redes sociales el 10 de junio de
2011. Ya diez años de ese día. Se tomó en el Teatro Hilos Mágicos que para muchos de
nosotros ha sido una casa mágica, una casa de aprendizaje, de complicidad titiritera.

No es un secreto que en el camino de las artes el papel de la mujer ha sido relegado,


escondido, como lo señalaba Torrent (2012) “miles de mujeres a lo largo de los siglos, sin
duda habrán tenido que renunciar al campo creativo porque simplemente no se las
consideraba capaces de arte” (p. 201), sin embargo, la mujer, en todas sus facetas, ha sido la
inspiración para muchos artistas a lo largo de la historia. Desde cualquier lugar de las artes y

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desde cualquiera de las disciplinas, la mujer ha sido musa e inspiración. Sin
embargo, qué complejo ser reconocida como protagonista.

Soy mujer, soy licenciada, soy actriz, que por un accidente llegué al mundo de los títeres. Sin
embargo, ese encuentro artístico que no planeé me llevo a conocer las más delicada y
encantadora de las artes. Durante los tiempos de formación y academia mis referentes, todos
fueron hombres, mis maestros, hombres, mi aprendizaje desde la fuerza y la energía de los
masculino. Tanto que llegué a pensar que el mundo de los títeres era terreno exclusivo de
ellos, de los hombres y me comparaba con ellos y competía en energía, voz y cuerpo con
ellos. Llegué a conocer grupos donde únicamente la voz masculina era la que contaba y no
había mujeres en su elenco actoral, ni creativo, quizás en lo administrativo contaban con una
mujer.

Hoy a las 12:45 de la noche encuentro una foto que me recuerda el momento en que descubrí
que los títeres también tienen nombre de mujer, tienen voz de mujer, cuerpo, forma y vida
de mujer. Veo esa foto celebrando el día de la mujer titiritera y veo a las maestras fundadoras
de las que hay tanto que aprender. Veo a las que en ese entonces éramos nóveles
descubriendo los lenguajes creativos. Sin embargo, no estamos todas. No se han visibilizado
todas. Se deben renglones de oro a las matriarcas, a las valientes, a las que edificaron desde
su poder femenino.

Aparte de hacer títeres también he recorrido gran parte del país desde el escenario
administrativo y de gestión cultural, y desde ahí, he encontrado otras voces. En cada rincón
he descubierto la voz de las mujeres titiriteras desde las escuelas, desde la comunidad, desde
los pequeños escenarios de las juntas de acción comunal o la cancha de futbol polvorienta.
Sin importar si son reconocidas dentro de las Doradas páginas de la historia. Lo que les
importa es ser reconocidas en las páginas de los niños y niñas, jóvenes y adultos que a través
de sus voces titeriles, proponen una mirada diferente con miras a transformar las realidades.
Pedí permisos para colocar sus nombres aquí, pero quieren seguir anónimas para proteger su
vida en tiempos oscuros.

Agradezco a la tribu de mujeres titiriteras que desde sus grupos han construido una voz, han
construido una forma de crear, y ser visibles, gracias por construir discursos estéticos desde
la mirada de lo femenino. Por ustedes entendí que no es necesario compararse o competir;
lo importante es encontrar la propia mirada y la propia voz.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Torrent, E.R. (Junio de 2012). El silencio como forma de violencia. Historia del arte y mujeres.
Recuperado el 1 de marzo de 2021 de https://core.ac.uk/download/pdf/61419361.pdf

Viñals, I. (Julio de 2009). Esencia de trementina. TEOKIKIXTLI, Revista mexicana del arte de los
títeres. Segunda época edición especial, p.22.

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Foto de loveisabeautifulthing en flickr · · · A nice old postcard from the
seaside

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Títeres y patriarcado.
Por Xareny Orzal, Teotihuacán.
México 2021

Las prácticas patriarcales rigen la forma


en la que nuestra vida está estructurada.
El capitalismo ha impuesto un círculo
vicioso en el que puede parecer
imposible e impensable reorganizar la
vida misma sobre un funcionamiento
distinto. Basa su estructura en valores como el poder, la acumulación de riqueza, el potencial
laboral como objeto y el predominio del capital sobre el trabajo, así como la explotación y el
individualismo.

Vivimos por costumbre sin preguntarnos ¿qué es verdaderamente necesario? ¿Cuál es nuestra
función en esta vida? ¿Cuál es el significado de nuestra existencia? ¿Cómo se construye la
felicidad? Estas y muchas más preguntas quedan fuera de los intereses patriarcales y
capitalistas ya que no es conveniente profundizar o incentivar pensamientos disidentes que
se enfoquen en algo distinto. Es impensable que ocupemos nuestras vidas en algo más que
producir, ser útiles o funcionales.

En una grieta del esquema infalible que presenta el patriarcado como un destello casi
invisible, aparece una veta luminosa: “El Arte”, que se cuela y resiste ante la inercia cotidiana
del consumo y el sinsentido. Resiste porque principalmente permite a creadores y
espectadores espacios de ocio y disfrute sin objetivos de consumo como prioridad. Permite
replantear y expresar esas preguntas que remueven conciencias e incentivan movimientos
internos en busca del cambio, en busca del sentido.

Los títeres son históricamente herramientas de protesta, que permiten encarnar situaciones
alejadas de la realidad. Esta distancia es sin duda un arma poderosa que cuestiona y modifica
sin el riesgo inminente que vive una actriz al pronunciarse inconforme o disidente ante la
norma. Un títere tendrá siempre una voz que empatiza, gracias al alivio que genera en

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cualquier espectador, pues regala a quien le mire la opción de alejarse; tal como
Brecht lo proponía. Verdades crudas con comedia y fantasía.

Si tejemos un poco más profundo, para que un hecho escénico de títeres ocurra, son
necesarios en sus ejecutantes formatos de trabajo muy distintos a los patriarcales. Si pudiera
definir el funcionamiento de un montaje de títeres, hablaría sin duda de entramados
comunitarios. Dónde el bienestar de uno representa el bienestar de varios, el trabajo puede
ser rotativo y las jerarquías son vulnerables y cambiantes debido al mismo esquema que un
montaje de títeres requiere. Empatía y solidaridad. Escucha y generosidad. Bienestar y goce
(muy similares a premisas feministas) que en conjunto construyen actos llenos de honestidad
y horizontalidad que se perciben sin importar el lugar en el que se miren. Vetas luminosas
en medios de la obscuridad.

Todo esto lo enuncio sin olvidar, y pidiendo a quien me lea; no olvide que el patriarcado
puede tomar, todo como una herramienta para sus propios fines, por lo tanto, nada de lo
dicho exenta a los títeres de usos individuales o personales. Cualquier esquema puede ser
derrumbado si el capitalismo lo detecta y ejerce un poco de fuerza sobre él, o el patriarcado
lo interviene para fines individuales. Basta reflexionar un poco para entender que hemos
depositado en su estructura cualquier necesidad básica para nuestra existencia y cada acto
que realizamos, abona de manera directa o indirecta a seguir dando fuerza a su
esquema…pero no olvidemos las vetas luminosas, que es ahí, donde resistimos.

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LA MUJER EN EL TEATRO DE
TÍTERES VENEZOLANO Por Mary
Franco (*)

A lo largo del tiempo las mujeres han estado


presentes en muchas áreas que aparentemente
son exclusivas para los hombres, asumiendo los roles principales, sólo que quienes escriben
la historia se han encargado de subordinarlas e invisibilizarlas." La historia nos ha hecho creer
que la mujer es un ser humano inferior " (1) y la reseña como la hija de..., la esposa de..., o la
pupila de…

El arte es una de esas áreas donde la mujer ha sido casi borrada, " las mujeres han sido
invisibles en el mundo del arte" (2), lo cual nos evidencia la presencia de un sistema patriarcal
en este medio.

El Teatro de Títeres no ha sido un territorio ajeno a este sistema, incluso durante años
aparentemente, fue un oficio exclusivo para los hombres, ya que eran ellos quienes podían
aportar la fuerza física y les correspondía ser los proveedores, roles que no podían atribuirse
a una mujer. Sin embargo, hay referencias de que muchos grupos familiares recorrían pueblos
y ciudades europeos con sus teatros a cuesta, lo cual es una muestra de que las mujeres y su
desempeño no solo ha sido en lo artesanal, sino también como titiriteras que, a la falta del
hombre, cabeza de la compañía teatral, asumiría todas sus responsabilidades.

La dinámica hoy en día es diferente pues las mujeres se han hecho visibles con su
participación en esos espacios que parecían establecidos sólo para hombres y aunque pueda
ser una afirmación atrevida, tal vez hay actualmente más mujeres que hombres en el Teatro
de Títeres, pero como no lo sabemos, determinamos que hay un justo equilibrio.

En la actualidad la mujer desempeña todas las áreas del Teatro de Títeres, no solo la artesanal,
sino también cubren el aspecto técnico, lo gerencial, es ejecutante y asume lo formativo;
particularmente en Venezuela podemos hablar del Teatro de Títeres como un espacio
incluyente donde no se manifiesta abiertamente una división de género.

Durante años, a pesar de lo joven del Teatro de Títeres en Venezuela, en relación con el resto
del mundo, las mujeres han sido protagonistas en el área que les ha tocado desarrollarse por

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su desempeño, mujeres como Telba Carantoña, Laura de Rokha, Laura Antillano
o Yraima Vásquez por nombrar solo algunas, han sido fundadoras del Teatro de Títeres en
Venezuela, dejando un legado a las generaciones venideras, y un compromiso no solo con el
Teatro de Títeres sino con la lucha incansable de las mujeres por sus derechos a través del
arte, ya que a ninguna de ellas le toco vestirse de hombre para hacer Teatro de Títeres.

(*) directora del Teatro de Muñecos Garabato y Títeres La Hormiguita.

Maracaibo, Zulia, Venezuela, abril de 2021.

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Tomado de pinterest: wildlifeprints.com

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Manifiesto de “Las Marionetizas”

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Esta publicación es el resultado de la confabulación creadora
de una banda de forajidos bienhechores dedicados a la
recopilación, invitación, instigación y reflexión crítica en
torno del arte de los títeres y la animación de objetos. Los aquí
implicados han sido acusados y declarados "CULPABLES",
por atreverse a semejante fechoría. Por tanto, se les hace
responsables de las afectaciones intelectuales que puedan
llegar a ocasionar como consecuencia de la lectura y expansión
de ideologías trasgresoras del sentido Titeril.

A Continuación, damos sus nombres para que tomen sus


debidas precauciones

Victoria Sánchez

José Ramón Fernández

Sergio Murillo

Diego Del Castillo

Héctor Loboguerrero

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