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Hace ya 185 años que un joven

Antonio José de Sucre (27 años a la


fecha), libró la Batalla de Pichincha
para derrotar al ejército realista
comandado por el Mariscal de Campo
Melchor Aymerich.

Era el 23 de mayo. En una noche


resplandeciente desfilaban
sigilosamente las tropas de Sucre con
dirección al Pichincha. El silencio era solemne, los movimientos eran cautelosos
y ordenados. La caminata duró algunas horas; al amanecer del 24 hallábanse ya
en su punto estratégico. El panorama era magnífico y causaba asombro a los que
por primera vez pisaban este suelo en el cual se iban a celebrar una de las
batallas más importantes de la libertad ecuatoriana.

"Porque esa gran porción de hombres armados era el ejército de Antonio José
de Sucre que conducía desde las ardientes selvas del Litoral, para decidir en un
combate la suerte de la que hoy es la República del Ecuador. Se componía de
3000 soldados curtidos al vivac (dormir con lo que se tiene puesto) de los
campamentos y el fuego de las batallas anteriores; veteranos que en magna
epopeya de la independencia, se habían cubierto de gloria, ya que en las llanuras
del Apure, ya en los campos de Carabobo y Boyacá, o en las jornadas históricas
del Maupú y Chacabuco; venían de todas partes, del norte, del sur, como un cita
gloriosa en defensa de la más grande e inmortal de las causas. El ejército de
Sucre se encontraban jefes como el General Mires, el Coronel Morales, el
Coronel José María Córdoba y el Coronel Santa Cruz, hombres valerosos y de
lucha.

Rompieron los fuegos a las nueve y media de la mañana entre el grueso del
ejército español del General Melchor Aymerich, y las tropas que mandaba el
General Córdoba compuestas de dos compañías del Magdalena, los Cazadores
del Paya y el batallón peruano Trujillo. Media hora durante este combate. Cesa
el fuego. Más municiones y vuelve reforzada por dos compañías del general
Mires. Nuevamente consumidas las municiones, los patriotas se despliegan, los
realistas se arrojan sobre ellos creyéndolos vencidos. Compañías realistas se
desprenden para flanquear la izquierda de Sucre, a su encuentro salen otras tres
del Albión, cuerpo formado por aquellos bravos ingleses que vinieron a
derramar su sangre en la conquista de la libertad americana. Sucre dirigía con
paciencia y decisión. Se da orden de cargar a bayoneta comienza lo más
horroroso del combate. El choque fue horrendo. Se combatía irresistiblemente...
la fuerza de los patriotas se duplicaba. Córdoba recibió la orden de dar el golpe
de gracia.

Nombre: Geanella Tómala Muyon Curso: 7to. Año Básico


Entre los soldados de la independencia había un joven que desde tiempos atrás,
se distinguió por su valor y su serenidad ante el peligro. Herido ya combatía
ardorosamente, con ejemplar valor gritaba, exclamaba con delirio empujando a
sus compañeros de combate: ¡"Adelante, amigos míos, avancen muchachos"!.
Este joven era el Heroico Niño Abdón Calderón, cuencano de prosapia
guerrillera.
Al fin, los españoles cedieron el campo, precipitándose abajo, por entre la
quebradas y riscos. A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados
de la libertad dieron el grito de victoria".

Firma de la Capitulación
Al día siguiente de la triunfal
jornada del Pichincha, es decir, el
25 de mayo de 1822, se
suscribió la respectiva
Capitulación entre Melchor de
Aymerich, general del Ejército
español, y Antonio José de Sucre,
general de brigada del Ejército de
Colombia y comandante general
de la División del Sur de la
República.

Melchor de Aymerich comisionó a


los coroneles Francisco González y Manuel María Martínez de Aparicio, y
teniente coronel Patricio Bray.
Antonio José de Sucre nombró representantes a los coroneles Andrés Santa
Cruz, jefe de las tropas del Perú, y Antonio Morales, jefe de Estado Mayor de la
División Libertadora. El trascendental documento fue ratificado y aprobado,
para que sea cumplido en todas sus partes fiel y rigurosamente.

Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia


Realista en la provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar en la ciudad,
como finalmente lo hizo el 16 de junio de 1822. Entre el entusiasmo general de
la población, la antigua Provincia de Quito fue incorporada a la República de
Colombia. Por su parte Guayaquil, que aun no decidía su futuro, con la
presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército colombiano en su
territorio, proclamó la incorporación de Guayaquil a Colombia el 13 de julio
de 1822.

Ocho años después, en 1830 los tres departamentos del Sur de Colombia, Quito
(que cambió su nombre por el de Ecuador), Guayaquil y Cuenca se separaron
del país para formar un Estado independiente, que tomó el nombre de
República del Ecuador.

Lo que me apena mucho es que todos recuerdan a Bolivar como el padre de la


patria, cuando en verdad es Sucre la persona que en verdad nos liberó de los
Españoles; Después de todo los restos de Sucre descansan en Quito, su patria
adoptiva.

Nombre: Geanella Tómala Muyon Curso: 7to. Año Básico

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