Está en la página 1de 1

La batalla del Pichincha

La lucha por la independencia de Ecuador se inicia en 1809, cuando se instala la Primera Junta de Gobierno Autónoma
de Quito, proclamándose en 1812, junto con las autoridades de la Sierra Norte y Central, en el Estado de Quito, cuyos
integrantes fueron reprimidos por las fuerzas coloniales de España.  
  El 9 de octubre de 1820, la ciudad de Guayaquil declara su independencia del yugo español mediante una revolución
liderada por oficiales peruano y venezolano, disidente de las tropas realista, mientras que los independentistas dirigidos
por el libertador Simón bolívar continuaba avanzando por el sur liberando a su paso a diferentes regiones
El 11 de enero de 1821, Bolívar nombra en la ciudad de Bogotá a Antonio José de Sucre como comandante del
Ejército del Sur.
Posteriormente, Sucre fue enviado a Guayaquil en sustitución del general José Mires, asumiendo la misión de que la
provincia de Quito se incorporase a la República de la Gran Colombia, para conseguir con esto, la liberación de la ciudad
y su independencia del Imperio español.
La campaña de liberación del Ecuador habría comenzado con los movimientos estratégicos de Sucre quien lideraba al
ejército patriota. A mediados de mayo de 1822, Sucre se acercaba a Quito, sabiendo que las tropas del ejército realista,
comandados por el general español Aymerich avanzaban rápidamente a su encuentro.
Esto obligó a Sucre a flanquear al enemigo por las laderas del Cotopaxi y en condiciones climáticas nada favorables.
Los españoles al enterarse de la estrategia de Sucre, se replegaron en Quito ocupando las principales calles y entradas
de la ciudad.
En la noche del 23 de mayo de 1822, protegido por las sombras, el ejército de Sucre integrado por 2.971 hombres entre
guayaquileños, cuencanos, argentinos, chilenos, colombianos y peruanos- empezó a escalar silenciosamente el volcán
Pichincha, buscando la mejor ubicación para la batalla que sellaría la independencia de esta parte de América; a la
vanguardia, el Gral. Córdova avanzaba con el “Magdalena” mientras que el “Albión” se encargaba de proteger la
retaguardia, y custodiar y distribuir el parque

Al amanecer del 24 de mayo, en las faldas del Pichincha y teniendo como premio la libertad, el pueblo de
Quito fueron emocionados testigos del momento más gloriosos de su historia.

A las nueve y media de la mañana se iniciaron los primeros disparos. Desde el comienzo del combate, el
Yaguachi y su comandante el Coronel Antonio Morales, en denodada lucha, agotaron los cartuchos y los
reemplazaron con la bayoneta. Tremolaba el azul y blanco de la bandera conducida por el joven teniente
Abdón Calderón. Estas unidades sostuvieron lo más recio de los enfrentamientos hasta la llegada de Mires
con el resto de la infantería.

El combate fue sangriento y feroz, pues las fuerzas realistas estaban conscientes de que su derrota
significaría el fin del dominio español en esta parte del continente

Sucre organizó sus fuerzas para que arribaran en oleadas sucesivamente. Cuando los Cazadores de Paya y
el Batallón Trujillo, conducidos por su jefe Santa Cruz, luego de valerosa acción agotaron sus municiones,
fueron relevados por otros dos batallones que a las órdenes del general Mires y del coronel Morales hicieron
retroceder a los realistas hasta que también acabaron con sus municiones.

Volvieron entonces a la carga el “Paya” y el “Albión”, reforzados ésta vez por el coronel Córdova que venía a
la cabeza de dos compañías del “Magdalena”. En el fragor de la lucha, los hombres del batallón Yaguachi
demostraron una bravura que rayó en el heroísmo y que obligó a los españoles a emprender la retirada.
Finalmente, el comandante Cestaris acabó con la caballería realista, comandada por el Crnel. Tolrá y
conformada por 400 valerosos y Buenos jinetes

A al caer la tarde, viendo que ya los españoles no podían continuar luchando, Sucre se acercó a la ciudad y
por medio de O’Leary intimó a la rendición de Aymerich, quien comprendiendo que ya no podría resistir el
empuje de los patriotas, aceptó la honrosa capitulación que Sucre le ofreció, la que fue convenida y ratificada
al día siguiente, estipulándose en ella la entrega de la ciudad y del fuerte del Panecillo, con todo lo demás que
existía en el territorio de Quito, incluyendo el de Pasto, gracias a lo cual Bolívar pudo consolidar la
independencia de Colombia

La derrota de las fuerzas españolas condujo a la liberación de Quito y aseguró la anexión de las provincias
que pertenecían a la Real Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, a la Gran
Colombia y de la jurisdicción administrativa colombiana finalmente emergió la que hoy conocemos
como República del Ecuador.

También podría gustarte