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LOS ACTOS PROCEDIMENTALES O DE PROCEDIMIENTO

Nociones preliminares
Entendemos en general por hecho, cualquier acontecimiento o suceso.
Ajeno a la voluntad del hombre, agrega Briseño Sierra. Estos sucesos o
acontecimientos son denominados jurídicos cuando son susceptibles de
producir consecuencias jurídicas; y en relación a su origen, se dividen en
dos grandes grupos: uno comprensivo de los independientes de la voluntad
humana; y otro, de los dependientes de ella. Los primeros se denominan
hechos jurídicos; y los segundos, actos jurídicos.
Es decir que los hechos son denominados jurídicos, cuando interviene la
voluntad humana. Caso contrario estamos en presencia de hechos. De esa
cuenta Montero Aroca afirma que el elemento que distingue el hecho del
acto procesal es la voluntad del hombre, que falta en el primero y se halla
presente en el segundo. "Todo hecho es un hecho jurídico sólo en cuanto
una norma de derecho objetivo le atribuye determinados efectos jurídicos
(nacimiento, modificación, extinción de los derechos)" (Ugo Rocco).
En la doctrina hay consenso que cuando estos actos jurídicos producen
efectos en el proceso, estamos en presencia de actos jurídicos procesales,
denominación en la cual hay disidencia, como veremos a continuación.
Para Ángel Fermin Garrote, el acto jurídico procesal sólo adquiere este
carácter en cuanto crea, modifica o extingue relaciones jurídicas
procesales. No tiene vida propia, autónoma e independiente, sino que
provoca el nacimiento, desarrollo, modificación o extinción del proceso, al
que está ligado.
La corriente mayoritaria estima que para que un acto jurídico tenga tal
calificativo es necesario que se efectué dentro del procedimiento y tenga
efectos en él; es decir en forma directa.
No debemos olvidar que también existen hechos procesales, que son
aquellos que producen efectos en el proceso, ej. El fallecimiento de una de
las partes, que no pueden considerarse como actos procesales por no
intervenir la voluntad humana; Sin embargo, creemos que también es
aplicable a los "hechos procesales", la observación que Briseño Sierra,
formulara en relación a los hechos jurídicos; y de esa cuenta diremos que
no hay hechos procesales sino hechos que tienen incidencia en el proceso,
que no es lo mismo.
Para concluir con este punto resaltamos que se llaman actos jurídicos
procedimentales aquellos que tienen por consecuencia inmediata la
constitución, la conservación, el desenvolvimiento, la modificación o la
definición de una relación procesal (Chiovenda).

Denominación
Como sabemos, el procedimiento está integrado por una serie de actos que
realizan los que en el intervienen, vinculados de tal manera que cada uno
de ellos es una consecuencia del que le precede y un antecedente del que
le sigue.
Este tema la doctrina tradicional lo ha designado y lo sigue designando
como actos procesales, a pesar de que ya Chiovenda los designaba como
actos de procedimiento. Si el proceso, con sus etapas, se desenvuelve a
través de un procedimiento, parece claro que no cabe hablar propiamente
de actos procesales sino de actos procedimentales o de actos de
procedimiento, para mencionar a todos los que se realizan con miras a
lograr la emisión de una sentencia que resuelva el litigio. De esa cuenta
estimamos que los actos no son del proceso sino del procedimiento y que
su correcta denominación debería ser actos de procedimiento o
procedimentales.

Clasificación
El criterio de clasificación más común es el de atender al sujeto que los
produce: actos de parte y actos de los órganos jurisdiccionales.
Estimamos que dentro de los actos de los órganos jurisdiccionales debe
incluirse a los realizados por los auxiliares del tribunal, por estimar que
dichos sujetos forman parte del órgano jurisdiccional.
Los actos de procedimiento se dividen en (Couture):
Actos de las partes (tienen por fin obtener la satisfacción de las
pretensiones de éstas). Se dividen en:
1. Actos de obtención (tienden a lograr del tribunal la satisfacción de la
pretensión hecha valer en el proceso), entre los que cabe distinguir:
a. Actos de petición (tienen por objeto determinar el contenido de
una pretensión).
b. Actos de afirmación (se trata de aquellas proposiciones
formuladas a lo largo del proceso, dirigidas a deparar al tribunal el
conocimiento requerido por el petitorio.
c. Actos de prueba (se trata de la incorporación al proceso de objetos
idóneos para crear en el tribunal la persuasión de la exactitud de las
afirmaciones, y
2. Actos dispositivos (tienen por objeto crear, modificar o extinguir
situaciones procesales), se refieren al derecho material en el proceso o a
los derechos procesales particulares. Disposición del derecho existente
mediante: a. Allanamiento. b. Desistimiento y c. transacción.
Actos del tribunal (al tribunal incumbe fundamentalmente decidir el
conflicto de intereses que le es sometido) los cuáles se dividen en:
a) actos de decisión (las providencias judiciales dirigidas a resolver el
proceso, sus incidencias o a asegurar el impulso procesal).
b) actos de comunicación (son aquellos dirigidos a notificar a las partes o
a otras autoridades los actos de decisión y c) actos de documentación (los
dirigidos a representar mediante documentos escritos, los actos procesales
de las partes, del tribunal o de los terceros).
Actos de terceros. Al respecto el autor uruguayo afirma que no es
habitual en la doctrina incluir los actos de tercero entre los actos
procesales.

Requisitos generales de los actos de procedimiento: Todo acto procesal


se compone de los elementos siguientes:
Requisitos subjetivos: son los que exigen para que el acto procesal
produzca su eficacia normal, que la persona o personas que en él
intervienen puedan realmente verificar el acto en cuestión y quieran de
hecho llevarlo a cabo, lo cual equivale a decir que hay dos requisitos
subjetivos básicos: la aptitud y la voluntad: Para que el acto procesal
produzca sus efectos normales es necesario, por lo pronto, que el sujeto
que lo realiza tenga aptitud para ello: el órgano, en ese sentido debe ser
competente, y las partes y peticionarios (o sus representantes)
procesalmente capaces. Respecto a la voluntad, se observa que el acto
comporta por definición, una expresión voluntaria de quien lo realiza, por
lo que "los actos procesales producen efectos en la medida en que se
hayan cumplido, a su respecto, los requisitos prescritos por la ley, con
prescindencia de las motivaciones internas del sujeto de quien proceden"
(Palacio).
Requisitos objetivos: imponen, distintamente, ciertas cualidades al objeto
del acto procesal. De esa cuenta se observa fácilmente que el objeto de
todo acto procesal tiene que ser: en primer lugar, genéricamente posible;
es decir no prohibido por la ley; en segundo término, idóneo o adecuado
para la finalidad a que se destina: "que sea apto para lograr la finalidad
pretendida por quien lo realiza. Carecerían de este requisito, v.gr., el
reconocimiento judicial requerido para probar un hecho que no ha dejado
rastro alguno, o la sentencia dictada sobre el fondo del litigio si éste ha
sido objeto de transacción o conciliación" (Palacio); y en tercero y último
término, justificado concretamente en el caso particular de que se trate.
Tres son, pues, los requisitos objetivos básicos de todo acto procesal: la
posibilidad, la idoneidad y la causa (es su por qué jurídico, la razón
objetiva del mismo: no el móvil personal que lo impulsa, sino la
justificación, relevante jurídicamente, de la actividad que se realiza).
Requisitos de la actividad estricta: afectan a cada una de las tres
dimensiones en que tal actividad se descompone: el lugar, el tiempo y la
forma del acto mismo.
Actos de las partes (Montero Aroca-Chacón Corado). Los actos de
procedimiento de las partes se dividen
1. Actos destinados a obtener una resolución judicial: Son aquellos por
medio de los cuales las partes postulan una resolución determinada del
juez o tribunal, suministrándole al mismo tiempo los materiales necesarios
para su fundamentación. Y
2. Actos creadores de situaciones jurídicas: Se comprenden aquí los
actos procesales de parte que no tienden a obtener una resolución
determinada, siendo su sistematización muy difícil pues comprende actos
de muy distinta naturaleza. Agregan que se tratará de actos procesales
únicamente cuando produzcan efectos en el proceso de manera directa, no
a través de otros actos, por lo que no tiene este carácter, por ejemplo, el
pacto de sumisión expresa. Citan como ejemplos: el desistimiento, la
designación de domicilio para recibir notificaciones, la presentación de
copias, y la recusación del juez. En este renglón debemos tener presente
que la actuación de las partes se hace a través de solicitudes al órgano
jurisdiccional, las cuáles, si son escritas, deben cumplir con los requisitos
indicados por los artículos 61, 62, 63,106 y 107 del CPCYM. Respecto al
campo del Derecho del trabajo, debe estarse a lo dispuesto por el artículo
332 del CdeT, que regula los requisitos de la demanda, ya que no dice
nada respecto a las otras solicitudes; sin embargo, debe aplicarse
supletoriamente el CPCYM. En lo Penal, debemos referirnos a los artículos
109, y 135, 302. La LCA únicamente se refiere a los requisitos de la
demanda, en su art. 28, por lo que para los demás memoriales como lo
indica el art. 26, debe aplicarse supletoriamente la LOJ y el CPCYM.
Actos del organismo jurisdiccional
Actos de decisión: las providencias judiciales dirigidas a resolver el
proceso, sus incidencias o a asegurar el impulso procesal.
Actos de comunicación: Son aquellos dirigidos a notificar a las partes o a
otras autoridades los actos de decisión.
Actos de documentación: son aquellos dirigidos a representar mediante
documentos escritos, los actos procesales de las partes, del tribunal o de
los terceros.
a) Actos de Decisión del órgano Jurisdiccional (Resoluciones).
Respecto a los actos de decisión o sean las providencias que emite el
órgano jurisdiccional durante la tramitación del proceso, el artículo 141 de
la Ley del Organismo Judicial clasifica las resoluciones judiciales en:
Decretos, que son determinaciones de trámite.
Autos, que deciden materia que no es de simple trámite, o bien resuelven
incidentes o el asunto principal antes de finalizar el trámite.
Sentencias, que deciden el asunto principal después de agotados los
trámites del proceso y aquellas que sin llenar estos requisitos sean
designadas como tales por la ley.
Plazo para emitir las resoluciones judiciales. El art. 142 de la LOJ nos
indica que las providencias o decretos deben dictarse a más tardar al día
siguiente de que se reciban las solicitudes; los autos dentro de tres días; y
las sentencias dentro de los quince días después de la vista y ésta se
verificará dentro de los quince días después de que se termine la
tramitación del asunto, salvo que en leyes especiales se establezcan plazos
diferentes, en cuyo caso se estará a lo dicho en esas leyes. En relación al
campo laboral, el artículo 325, respecto a los decretos y los autos establece
los mismos plazos, no así respecto a la sentencia, la cual de conformidad
con el artículo 358, en caso de incomparecencia del demandado a la
primera audiencia, debe dictarse dentro de las cuarenta y ocho horas de
celebrada la audiencia respectiva. Y si el demandado comparece y se
recepcionaron las pruebas, el juez debe dictar sentencia dentro de un
plazo no menor de cinco días ni mayor de diez. En lo penal, después de
clausurado el debate, los jueces que hayan intervenido en él pasarán a
deliberar y al emitir la sentencia, el tribunal se constituirá nuevamente en
la sala de la audiencia y leerá a las partes el contenido de la misma.
b) Actos de Comunicación del órgano jurisdiccional (Notificaciones)
El común denominador del CPCYM (arts. 66), del Código de Trabajo (art.
327), y del Código Procesal Penal (art. 165), es que las notificaciones de las
resoluciones que emita el tribunal deben realizarse por escrito llenando los
requisitos que cada cuerpo legal indique. Caso contrario las partes
interesadas pueden plantear la nulidad del acto. Sin embargo, en lo
laboral y lo penal, las resoluciones que se emitan en audiencia se
notificarán oralmente y no por escrito.
c) Actos de documentación del órgano jurisdiccional.
Este rubro se refiere a que las actividades que realice el órgano
jurisdiccional deben documentarse, por ejemplo, el artículo 137 del
CPCYM indica que 'De las declaraciones de las partes se levantarán actas'.
El art. 176 al referirse a la práctica del reconocimiento judicial prescribe
que "Del resultado de la diligencia se levantará la correspondiente acta,
que será firmada por el juez, el secretario, testigos, peritos y por los demás
asistentes que quisieren hacerlo". Respecto a la declaración de testigos,
aun cuando el Código no lo dice en forma clara, de su articulado se
desprende que la declaración de los testigos también tiene que
documentarse (el art. 149 del CPCYM, en su segundo párrafo indica que
las respuestas que den los testigos se asentarán en su presencia,
literalmente y sin abreviaturas).
Por su parte el Código de Trabajo, en su art. 322 prescribe que las
gestiones orales se harán directamente ante los Tribunales de Trabajo y
Previsión Social, debiéndose levantar en cada caso el acta correspondiente
con copia para los efectos notificables.
En el C.P.P. lo regula en el Art. 146.

La actividad del acto procedimental (Lugar, tiempo y forma)


El lugar de los actos
Las solicitudes que formulen las partes deben presentarse en la sede del
órgano jurisdiccional que conozca del caso.
Respecto a los actos del órgano jurisdiccional, en principio, deben
realizarse en su sede; sin embargo, hay actos que el tribunal puede
realizar fuera de su sede, pero dentro del perímetro de su competencia
territorial. Así, puede tomar declaración de parte, de testigos y practicar
reconocimiento judicial. Ver artículos 132, 138, 155, 173 y 174 del
CPCYM. También, se puede comisionar a un tribunal de otra
circunscripción territorial para que tome Declaración de parte (último
párrafo del art. 132), de testigos que no residan en el lugar en que se siga
el proceso (art. 156) y el reconocimiento judicial en personas, lugares y
cosas que se encuentren fuera de la competencia territorial del tribunal
(173). El CPP permite la realización en otro lugar que no sea la sede del
tribunal. Art. 144.
El tiempo de los actos
1. Momento de realización del acto: Lo relativo a este tema lo regula la LOJ
en sus arts. 45 al 50.
a) Días inhábiles. Son inhábiles los días de feriado que se declaren
oficialmente, los domingos y los sábados cuando por adopción de jornada
continua de trabajo o de jornada de trabajo no menor de cuarenta (40)
horas, se tengan como día de descanso y los días en que por cualquier
causa el tribunal hubiese permanecido cerrado en el curso de todas las
horas laborales.
b) Horas hábiles. El concepto es cambiante; sin embargo, la LOJ nos
indica que para los efectos legales se entiende por noche el tiempo
comprendido entre las dieciocho horas de un día y las seis horas del día
siguiente. Contrario sensu, se entiende por día el tiempo comprendido de
las seis horas de un día y las dieciocho horas del mismo día. El art. 46 de
la citada ley hace referencia a que, si se tratare de la interposición de un
recurso, el plazo se computará a partir del momento en que se inicia la
jornada laborable del día hábil inmediato siguiente.
2. Orden de la serie de actos: Términos y plazos,
Es oportuno indicar que el CdeT y el CPCYM, confunden los conceptos
"término" y "plazo". De esa cuenta todavía en el ejercicio profesional no se
manejan adecuadamente. Por lo que hay que aclarar que estamos en
presencia de un término cuando se indica el momento preciso en el cual
ha de ser realizado el acto: el día tal a tal hora. Y que estamos en presencia
de un plazo, cuando se señala el período de tiempo durante el cual puede
actuar el interesado en el momento que lo desee. (Alvarado Velloso, y
Montero Aroca-Chacón Corado).
3. Regulación de los plazos: La Ley del Organismo Judicial de los artículos
45 al 50 regula lo relativo a los plazos:
a. Su cómputo. Todo plazo debe computarse a partir del día siguiente al
de la última notificación. Salvo el plazo establecido o fijado por horas, se
computará tomando en cuenta las veinticuatro horas del día a partir del
momento de la última notificación o del fijado para su inicio.
b. Su carácter perentorio e improrrogable: La LOJ no regula nada al
respecto; sin embargo, el CPCYM, en su artículo 64 nos indica que los
plazos y términos son perentorios e improrrogables, salvo disposición legal
en contrario; agregando que "vencido un plazo o término procesal, se
dictará la resolución que corresponda al estado del juicio, sin necesidad de
gestión alguna". Por su parte el CdeT en su art. 321 prescribe que el
procedimiento es actuado e impulsado de oficio por los tribunales. Lo que
supone que los términos y plazos son perentorios e improrrogables.
La forma de los actos
La forma de los actos dependerá de si el procedimiento en la fase que
corresponda es oral o escrito. Así, respecto a la actuación de las partes, en
lo civil, el artículo 61 del CPCYM al referirse al escrito inicial determina los
requisitos de toda primera solicitud, el 106 los requisitos de la demanda y
el 107 nos indica que el actor debe acompañar a la demanda los
documentos en que funde su derecho. Articulado que se complementa con
lo dispuesto por el artículo 63, en el sentido de que de todo escrito y
documento que se presente, deben entregarse tantas copias claramente
legibles, en papel común o fotocopia, como partes hayan de ser
notificadas.
En términos generales se puede afirmar que la actuación de los tribunales
es escrita según se desprende de lo dispuesto por la Ley del Organismo
Judicial, cuando se refiere a "Las resoluciones judiciales" (arts. 141 y ss.),
a las "sentencias y su ejecución" (arts. 147 y ss.) y a las "disposiciones
complementarias" (actuaciones judiciales) (arts. 159 y ss.). Sin embargo,
las actuaciones y resoluciones que se emitan en audiencia oral, como en el
caso del juicio oral civil, el CPP y el laboral, se emiten por el tribunal en
forma oral, aun cuando se documentan en acta.
Respecto a los actos de comunicación del tribunal, el artículo 71 del
CPCYM, el 328 del Código de Trabajo, y los arts. 166 y 167 del CPP,
regulan la forma escrita en que deben efectuarse las notificaciones. En el
juicio civil oral y en el procedimiento laboral, la notificación que se efectúa
durante la práctica de una audiencia se realiza en forma oral, pero se
documenta en el acta que para el efecto se facciona. Por su parte la LCA
omite referirse a los actos de comunicación del tribunal, por lo que debe
estarse a lo dispuesto por el art. 26, e integrar el procedimiento con lo
dispuesto por la LOJ y el CPCYM.
Por su parte, el art. 165 de la LOJ prescribe que "Los actos procesales para
los cuales la ley no prescribe una forma determinada, los realizarán los
jueces de tal manera que logren su finalidad". Quiere ello decir que prima
facie los tribunales deben sujetarse a las formas que marque la ley. Sólo
en caso de que haya laguna legal sobre la forma en que se debe realizarse
el acto, cobra vigencia la libertad del órgano jurisdiccional.

REGULARIDAD E IRREGULARIDAD DEL ACTO


Noción de regularidad e irregularidad del acto
Tradicionalmente el tema se conoce bajo la denominación "Nulidades
Procesales"; por lo que para determinar si un acto procedimental es nulo
es menester recordar que el acto procedimental tiene que responder a su
estructura, es decir al sujeto, objeto y a la actividad. De esa cuenta si llena
todos los requisitos podemos afirmar que el acto es regular por estar
apegado al patrón que manda la ley. Caso contrario, si el acto no llena los
requisitos que su estructura demanda, estaremos en presencia de un acto
procedimental irregular, por no encajar con el patrón que indica la ley. Por
ello anticipamos que preliminarmente un acto procesal no es nulo, sino
irregular, y que la nulidad es la sanción que la ley impone a un acto
irregular, el cual deja de ser regular hasta que una resolución
jurisdiccional lo declara, que un acto procedimental es nulo, no antes.
Distintas acepciones del concepto nulidad
En el derecho procesal, la voz nulidad se emplea para denominar: 1) el
error v.gr. nulidad de los actos jurídicos). 2) los efectos del error (v.gr.
sentencia nula como similar a sentencia ineficaz). 3) el vehículo
impugnativo (v.gr. incidente, recurso, excepción o acción de nulidad). 4) la
consecuencia de la impugnación (v.gr. sentencia nula como similar a
anulación de sentencia, por ejemplo, cuando se ha dictado sin sujeción a
los requisitos de tiempo, lugar y forma).
Concepto
Los autores modernos enfocan la nulidad desde otro punto de vista: el de
la sanción que la ley impone a los actos irregulares, que es la perspectiva
que seguimos en las siguientes líneas. De esa cuenta la declaración de
nulidad es "la sanción que priva de efectos a un acto procedimental en
cuya estructura no se han guardado los elementos ejemplares del modelo,
en tanto ellos constituyen garantía de los derechos justiciables" (Alvarado
Velloso).
Caracteres de la nulidad
a. No hay nulidad sin ley que la establezca. Siguiendo nuestra
legislación procesal el sistema de legalidad de las formas (ver artículos 165
de la LOJ y 51 del CPCYM), la primera observación que se formula es que
la nulidad debe ser conforme al texto. Quiere ello decir que tiene que estar
regulada en la ley, ej. La nulidad de las notificaciones que no se realizan
como lo manda la ley. Art. 77 CPCYM.
b. La nulidad se declara. Quiere ello decir que para que la nulidad de un
acto procedimental surta sus efectos, es necesario que sea declarada por el
tribunal. Caso contrario, el acto sigue produciendo sus efectos como si
fuera un acto regular, es decir adecuado a la ley.
c. La nulidad es una sanción. Efectivamente, la declaración de nulidad
es la sanción que la ley impone a aquellos actos que contienen un vicio.
La relatividad de la nulidad procesal
El tema de la nulidad de los actos del procedimiento, tradicionalmente se
ha abordado enfocando lo relativo a la inexistencia, la nulidad absoluta y
la nulidad relativa de los actos del procedimiento. Así, Francisco Ramos
Méndez, respecto de la inexistencia, señala: "se trata del hecho de no
haberse cumplido ninguno de los presupuestos que le dan vida... Se puede
prescindir de él sin más, porque en realidad para el proceso no existe".
La nulidad absoluta "se produce cuando falta algún presupuesto esencial
del acto procesal... dichos actos son inoperantes de forma radical y no
permiten por lo tanto su subsanación"; y respecto a la nulidad relativa:
"este defecto deriva también de la falta de un presupuesto esencial del acto
procesal... en algunos casos la misma ley señala la posibilidad de
subsanar el defecto".
Lo anterior se debe a que, en los inicios del estudio del Derecho procesal,
la concepción de la nulidad de los contratos del Derecho civil (inexistencia,
nulidad absoluta y nulidad relativa). le fue trasladada sin mayor análisis al
Derecho procesal. Sin embargo, hoy en día se considera que siendo el acto
procesal sui géneris y la relación jurídica procesal distinta a la relación
jurídica material (civil), el enfoque debe realizarse tomando en cuenta
dichas peculiaridades.
Veamos: Si un acto procedimental es inexistente y no existe para el
proceso, entonces no tiene sentido hablar de actos procedimentales
inexistentes, pues realmente no existen. Y si un acto adolece de nulidad
absoluta, pero para que no siga produciendo efectos es necesario que su
nulidad sea declarada judicialmente; no podemos menos que concluir que
no hay nulidad absoluta, sino relativa, pues tiene que ser declarada.
De esa cuenta, se cuestiona la existencia de la nulidad absoluta de los
actos procedimentales y se afirma que no hay nulidades absolutas de
procedimiento, sino que todas las nulidades son relativas, pues todas
tienen que ser declaradas judicialmente; y mientras eso no suceda siguen
produciendo sus efectos.

Principios (presupuestos) de la nulidad procesal


Principio de especificidad (existencia de vicio). Conforme esta regla no
hay nulidad sin texto legal que lo indique.
El artículo 51 del CPCYM nos indica que "la persona que pretenda hacer
efectivo un derecho, o se declare que le asiste, puede pedirlo ante los
jueces en la forma prescrita en este Código".
Por su parte en el artículo 77 se estipula en forma categórica que las
notificaciones que no se efectúen como se indica en el texto serán nulas.
Así mismo el articulo 109 prescribe que los jueces repelerán de oficio las
demandas que no contengan los requisitos establecidos por la ley. Por su
parte el artículo 160 al referirse a la declaración de testigos nos indica que
las declaraciones en que no se hubieren observado las prescripciones de
ese apartado legal no tendrán valor alguno.
El artículo 613 del mismo cuerpo legal prescribe que podrá interponerse la
nulidad contra las resoluciones y procedimientos en que se infrinja la ley.
Principio de convalidación.
En principio, en derecho procesal civil, toda nulidad se convalida por el
consentimiento. Y ello se debe a que las nulidades procesales son
relativas. Efectivamente, esta regla la recoge nuestro CPCYM en el segundo
párrafo de su artículo 614, al indicar que "Es improcedente la nulidad
cuando el acto procesal haya sido consentido por la parte que la interpone,
aunque sea tácitamente. Se supone consentimiento tácito por el hecho de
no interponer la nulidad dentro de los tres días de conocida la
infracción.... De lo anterior se deriva que la irregularidad es susceptible de
remediarse si como hemos visto el presunto afectado no plantea la
nulidad, y si no lo hace, se supone que es porque el acto irregular no les
afecta a sus intereses y por ende el acto procedimental se tiene por
convalidado.
Principio de protección.
Este principio se fundamenta en que la parte que por cualquier
circunstancia ha dado lugar a la irregularidad de un acto procedimental
no puede beneficiarse de ninguna manera, por lo que le queda vedado el
plantear la nulidad, pues sería reconocerle el derecho a entorpecer el
trámite normal del procedimiento.
De esa cuenta el primer párrafo del artículo 614 del CPCYM, determina
que la nulidad no puede ser solicitada por la parte que realizó el acto,
sabiendo o debiendo saber el vicio que lo afectaba. Agrega que tampoco
puede ser interpuesta por la parte que la haya determinado.
Parte legitima para solicitar la nulidad
La legitimación para solicitar la nulidad, se refiere a quién puede
plantearla. En nuestro ordenamiento procesal la nulidad puede ser
solicitada por la parte o decretarse de oficio por el órgano jurisdiccional.
(ver Art. 614 CPCM).
Declaración de oficio de la nulidad. El art. 67 de la LOJ regula la
enmienda del procedimiento en los siguientes términos: Los jueces tendrán
facultad para enmendar el procedimiento en cualquier estado del proceso,
cuando se haya cometido error sustancial que vulnere los derechos de
cualquiera de las partes. Para los efectos de esta ley, se entenderá que
existe error sustancial, cuando se violen garantías constitucionales,
disposiciones legales o formalidades esenciales del proceso. La enmienda
está sujeta a las siguientes limitaciones: a) El Juez deberá precisar
razonadamente el error.
b) El auto deberá señalar en forma concreta, las resoluciones y diligencias
que sean afectadas por la enmienda y se pondrá razón al margen de las
mismas, para hacer constar que han quedado sin validez.
c) No afectará a las pruebas válidamente recibidas.
d) No afectará las actuaciones independientes o que no tengan relación con
el acto o resolución que motivó la enmienda. El auto que disponga la
enmienda del procedimiento es apelable, excepto cuando haya sido dictado
por un Tribunal colegiado, en toda clase de juicios, pero la apelación no
tendrá efectos suspensivos y el asunto continuará su trámite hasta que se
encuentre en estado de resolver, en definitiva, momento en que se
esperará la resolución de la apelación. El tribunal que conozca en grado lo
hará con base en copia de las actuaciones certificadas por la secretaria
respectiva.
Planteamiento de parte. En principio la legitimación corresponde a las
partes, es decir, a quienes pretenden en nombre propio, o en cuyo nombre
se pretende, la actuación de una norma legal (actor) y aquel frente a quien
dicha actuación es exigida (demandado).
EI CPCYM no nos dice cuál de las partes (actor o demandado) está
legitimada para plantear la nulidad de un acto procedimental; sin
embargo, si nos dice (art. 614) que "La nulidad no puede ser solicitada por
la parte que realizó el acto, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo
afectaba. Tampoco puede ser interpuesta por la parte que la haya
determinado". Contrario sensu quiere decir que está legimada para
plantearla, la parte (sea actor o demandado) que no haya dado lugar a la
irregularidad del acto.
Debe tomarse en cuenta que el planteamiento de la nulidad es procedente,
siempre y cuando la parte legitimada lo formule dentro del plazo de tres
días de conocida la infracción, pues de lo contrario es improcedente, por
considerar el segundo párrafo del art. antes citado que ha sido consentido
tácitamente por el hecho de no haberla planteado dentro del plazo
indicado ("Es improcedente la nulidad cuando el acto procesal haya sido
consentido por la parte que la interpone, aunque sea tácitamente. Se
supone consentimiento tácito por el hecho de no interponer la nulidad
dentro de los tres días de conocida la infracción").
En el orden procesal penal, están legitimados para impugnar las
decisiones judiciales que les causen gravamen, el Ministerio Público y las
demás partes, siempre que no hayan contribuido a provocar el defecto (art.
281 del CPP). A tal efecto el interesado deberá reclamar la subsanación del
defecto o protestar por él, mientras se cumple el acto o, inmediatamente
después de cumplido, cuando haya estado presente en el mismo. Si por las
circunstancias del caso, hubiere sido imposible advertir oportunamente el
defecto, el interesado deberá reclamar inmediatamente después de
conocerlo (art. 282).
Nuestro CdeT, en el segundo párrafo del art. 365, regula lo relativo a la
nulidad de los actos y procedimientos en que se infrinja la ley, omitiendo
indicar quién está legitimado para plantearla; por lo que supletoriamente
debe aplicarse lo indicado por el CPCYM. Por su parte LCA no regula el
planteamiento de la nulidad de los actos procedimentales, por lo que, en
su caso, también debe aplicarse supletoriamente el CPCYM.
Error in procedendo y error in iudicando
EI CPCYM en su art. 613 prescribe que "Podrá interponerse nulidad contra
las resoluciones y procedimientos en que se infrinja la ley, cuando no sean
procedentes los recursos de apelación o casación". En el art. 616 indica
que "Si la nulidad fuere declarada por vicio de procedimiento, las
actuaciones se repondrán desde que se incurrió en nulidad". Y el 617
prescribe que "Cuando por violación de ley se declare la nulidad de una
resolución, el tribunal dictará la que corresponda".
Luis A. Rodriguez indica que el error in procedendo, también llamado
vicio de actividad o defecto de construcción, nace de la circunstancia
de que desde que el proceso se inicia y durante su secuencia las partes y
el juez realizan actos sucesivos que avanzan la litis, pero con la actividad
que despliegan pueden cometer errores al inobservar las formas que la ley
procesal ha establecido para cada acto y que significan una garantía para
el justiciable. A estos errores, por inobservancia de las formas, se les
denomina in procedendo. Otras veces los errores los comete el juez cuando
razona, porque la sentencia, desde un punto de vista lógico, es un
silogismo que tiene como premisa mayor la ley, como premisa menor el
caso concreto y como conclusión -luego del proceso denominado
subsunción del hecho en la norma-la sentencia, como declaración de
voluntad de la ley en el caso concreto, como acto de voluntad estatal que
heterocompondrá la litis. A estos errores se los denomina de
razonamiento, de juicio, o bien, in iudicando.
Queda claro entonces que el error in iudicando se comete por el órgano
jurisdiccional, cuando al dictar sentencia se equivoca en su razonamiento,
aplicando una ley sustantiva que no corresponde al caso concreto o
interpretándola en forma errónea. Reiteramos: este error se comete cuando
el juez al resolver aplica erróneamente el derecho sustantivo al caso
concreto. Y el error in procedendo se comete en la tramitación del
procedimiento.
La mayoría de los abogados y jueces, en la práctica confunden los dos
errores; así plantean nulidad por violación de ley de resoluciones de
trámite y de otras resoluciones que no son sentencia.
Efectos de la nulidad
Nuestro CPCYM indica que, si la nulidad fuere declarada por vicio de
procedimiento, las actuaciones se repondrán desde que se incurrió en
nulidad. Y que cuando por violación de ley se declare la nulidad de una
resolución, el tribunal dictará la que corresponda. Si el tribunal de
apelación declara la nulidad de la sentencia, resolverá también sobre el
fondo del litigio.
Agrega el art. 618 del cuerpo legal citado que las costas correspondientes a
las actuaciones nulas, serán a cargo de los funcionarios o empleados
públicos, en forma solidaria, si les fueren imputables. Y que, a tal efecto,
en la resolución que declare la nulidad se hará el pronunciamiento de
costas y se ordenará a la secretaria la formulación del proyecto de
liquidación del caso.
Por su parte el CPP en su art. 284 indica que los defectos deberán ser
subsanados, siempre que sea posible, renovando el acto, rectificando su
error o cumpliendo el acto omitido, de oficio o a solicitud del interesado.

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