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R253-2014-J1141-2011

JUEZA PONENTE: Dra. Gladys Teran SIerra

CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO LABORAL.-

Quito, 21 de abril de 2014, las 14h05.-

VISTOS: En el juicio laboral con procedimiento oral que sigue José Andrés Livisaca Pacha en
contra de la compañía CAMEL, en las interpuestas personas de los señores Patricio Cevallos
Villavicencio y Alberto Cevallos Villavicencio, por sus propios derechos y por los que representan de la
compañía en referencia, en sus calidades de Gerente General y Subgerente, respectivamente; se ha
dictado sentencia por la Sala de lo Laboral, Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia de
Loja, de fecha 02 de septiembre de 2011, que confirma, en lo principal, la sentencia recurrida; los
demandados al encontrarse inconformes con la sentencia emitida, interponen recurso de casación que
ha sido aceptado a trámite y por tal accede al análisis y decisión de este Tribunal, y al ser el estado de
la causa el de resolver, previamente, se realizan las siguientes consideraciones:

1.- JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA

Esta Sala Especializada de lo Laboral tiene competencia para conocer y resolver los recursos
de casación en materia laboral, de conformidad con lo previsto en el artículo 184.1 de la Constitución
de la República del Ecuador; artículo 1 de la Ley de Casación; artículos 566 y 613 del Código del
Trabajo; artículo 191.1 del Código Orgánico de la Función Judicial; y, principalmente, por el resorteo
de ley efectuado, cuya razón obra de fs. 5, del cuadernillo de casación, corresponde su conocimiento a
los Doctores Johnny Ayluardo Salcedo, en calidad de Juez Ponente, Jorge Blum Carcelén y Doctora
Gladys Terán Sierra como Jueces Nacionales, integrantes de este Tribunal.

2.- ANTECEDENTES Y ACTUACIONES PROCESALES

El señor José Andrés Livisaca Paccha, mediante demanda presentada con fecha 13 de julio del
2010, comparece ante el Juez Provincial del Trabajo de Loja, para indicar que desde el 03 de abril de
2006, mediante contrato de trabajo escrito, ha prestado sus servicios en calidad de ayudante de
bodega para la empresa Camel, en ese entonces de propiedad del señor Mauro Villavicencio; que la
empresa mencionada ha sido vendida al Ing. Julio Augusto Correa, en noviembre del año 2007, por lo
que ha suscrito un nuevo contrato el 17 de febrero de 2010, y por ello se le ha hecho una liquidación
con la correspondiente acta de finiquito. Que luego de ello se le ha realizado un contrato por el cual ha
laborado los meses de marzo y abril de 2010. Que en el mes de febrero de 2010, en forma ilegal y
fraudulenta se le ha hecho firmar la renuncia. Que el día 01 de julio de 2010, a eso de las 18h20, se le
acercó el señor Alberto Cevallos Villavicencio, subgerente de la empresa, y le manifestó “de parte de
mi hermano Patricio Cevallos Villavicencio, Gerente General, quedas despedido, mi hermano te
agradece por los servicios prestados porque tienes problemas con una factura”. Con los antecedentes
expuestos, demanda a sus empleadores señores Patricio Cevallos Villavicencio, en calidad de Gerente
General, y al señor Alberto Cevallos Villavicencio, subgerente de la empresa Camel, para que se les
condene al pago de los rubros que ha dejado detallado en su demanda. Fija la cuantía en cinco mil
dólares americanos.

2.1 AUDIENCIA PRELIMINAR DE CONCILIACIÓN, CONTESTACIÓN A LA DEMANDA Y


FORMULACIÓN DE PRUEBAS

Con fecha 20 de octubre del 2010, a las 08h20, ante el Juez Primero de Trabajo de Loja, se
llevó a cabo la audiencia preliminar de conciliación, contestación a la demanda y formulación de
pruebas; al no llegar a ningún acuerdo conciliatorio, comparece el Dr. Paul Flandoli Vélez, abogado
defensor de la parte accionada, con el fin de contestar a la demanda y proponer excepciones,
manifestando: 1) Negativa pura y simple de los fundamentos de hecho y de derecho de la acción
propuesta; 2) Falta de derecho del actor al reclamo de indemnizaciones de despido intempestivo; 3)
Falta de derecho del actor al reclamo de la indemnización prevista en el artículo 185 del Código del
Trabajo; 4) Falta de derecho del actor para reconocimiento de intereses; 5) Inexistencia de continuidad
laboral; 6) Solución o pago de derechos adquiridos y/o remuneraciones adicionales, utilidad,
vacaciones, horas suplementarias y/o extraordinarias, y gastos de alimentación; 7) Solución o pago de
viáticos de movilización cuando éstos existieron en forma esporádica; 8) Cosa juzgada mediante la
suscripción del acta de finiquito; 9) Solución o pago de horas suplementarias y extraordinarias cuando
éstas existieron; 10) Mala fe procesal; y, 11) Solución o pago con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social, incluidas en éstas los fondos de reserva. Tanto la parte actora como los demandados han
ejercido ampliamente su derecho a la defensa y han formulado las pruebas de las que se consideran
asistidos para justificar sus asertos, conforme se incorporan a los autos.

2.2 Más adelante, en la audiencia definitiva, realizada el 22 de febrero de 2011, a las 14h20, y
una vez practicadas todas las diligencias probatorias por los litigantes, los accionados manifiestan que
del proceso no existe prueba aportada que demuestre que haya existido despido intempestivo ni la
necesidad de la figura del desahucio. Que los testigos que han comparecido a la audiencia definitiva,
no son idóneos por falta de imparcialidad, pues ellos han aceptado en sus confesiones que se
encuentran demandado a la empresa Camel. Que el juramento deferido rendido por el actor no tiene
validez alguna, ya que del proceso existen documentos que demuestran la remuneración y tiempo de
servicios del actor, como son los contratos de trabajo, actas de finiquito, roles de pago y demás
documentos necesarios para comprobar el tiempo de servicios y remuneración del señor Livisaca. Que
de fojas 34 a 64, consta detallado el pago de todas las obligaciones que tenía el demandado para con
el actor. El demandante, a través de su abogado defensor, expresa que el despido intempestivo del
cual fue objeto, se encuentra probado con el testimonio rendido por los testigos, pues ellos también
fueron despedidos intempestivamente y presumiblemente por el gerente general de la empresa Camel.
Además de ello, indica que con artificios se le ha hecho firmar su renuncia y el acta de finiquito, la
misma que no refleja los valores que debía haberse liquidado a su favor, ya que fue convencido de que
nuevamente sería contratado por un año más.

2.3 SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juez Primero de Trabajo del Guayas, mediante sentencia pronunciada el 25 de julio del
2011, a las 16h11, resuelve, que efectivamente el actor ha laborado para la empresa Discamel, por
dos periodos de tiempo, el primero basado en el contrato que obra de fojas 29 y 30 del proceso, el cual
culmina por renuncia y con la suscripción del acta de finiquito por parte del trabajador; y, un segundo
periodo de trabajo, según el contrato de fojas 28 y vlta., contrato a plazo fijo, con un periodo de prueba,
suscrito el 01 de mayo de 2010, lo que queda claro para el juzgador que el actor, a la fecha que ha
terminado el vínculo que los unía, se encontraba bajo la modalidad de prueba de la segunda relación
laboral, por ello el representante legal podía dar por terminada la relaciona laboral, por lo tanto niega
que se haya configurado un despido ilegal. Por otro lado, considera que la empresa demandada ha
justificado documentadamente el pago de salarios por todo el tiempo de la relación laboral, el pago de
décimo tercero y cuarto sueldos; restando por cancelarse la parte proporcional del décimo tercero y
cuarto sueldos del último periodo de trabajo y el pago de vacaciones no gozadas del año 2009 y
proporcional del año 2010, por lo que ordena que los demandados paguen a favor del actor la cantidad
de US$ 335, 76 dólares americanos.

El actor, inconforme con la decisión del juez a quo interponen recurso de apelación.

2.3 SENTENCIA DE LA CORTE PROVINCIAL DE JUSTICIA DE LOJA


La Sala de lo Laboral, Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia de Loja, mediante
sentencia pronunciada el 02 de septiembre del 2011, a las 14h31, confirma la de primer nivel, pero
ordena un pago distinto al ordenado por el juez de instancia, ya que considera que se ha violentado lo
que determina el artículo 15 del Código del Trabajo, pues el accionante, como consta de autos, prestó
sus servicios para la empresa Camel, durante dos periodos, conforme consta de los dos contratos
agregados al proceso y que obran de fojas 28 a 30. Que, sin lugar a equivocación alguna, los contratos
antes referidos, han sido suscritos por las mismas partes, esto es, entre accionante y accionado del
presente juicio; y, por lo tanto, al suscribirse el segundo contrato de trabajo a plazo fijo, la cláusula
cuarta del mismo, en la que se dice “…los primeros noventa días son de prueba”, se la considera como
no escrita, pues el periodo de prueba concluyó al haber transcurrido noventa días desde la suscripción
del primero contrato (01 de noviembre de 2007). Consecuentemente, la sala ad quem, ordena el pago
a favor del actor de una indemnización equivalente a la remuneración de nueve meses; además, en la
parte proporcional, el pago del décimo tercero y cuarto sueldos, así como vacaciones no gozadas.

El representante legal de la empresa demandada, inconforme con el fallo de instancia superior,


presenta recurso extraordinario de casación en los términos que consta en su escrito que se
desprende de fojas 6 a 10 del expediente de segunda instancia.

3.- FUNDAMENTO DEL RECURSO DE CASACIÓN

El representante legal de la empresa demandada interpone recurso de casación e impugna la


sentencia dictada por la Sala de lo Laboral, Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia de
Loja, de 02 de septiembre de 2011, a las 14h31, que confirma la sentencia dictada por el juez de
instancia; sin embargo, introduce algunas reformas en cuanto a liquidaciones.

El casacionista sostiene que se han infringido las siguientes normas de derecho: artículo 76.3
y.7.l) de la Constitución de la República (con relación al que nadie puede ser juzgado ni sancionado
por un acto que al momento de cometerse no esté tipificado en la ley como infracción, y con la
motivación de las resoluciones de los poderes públicos); artículos 274 (las sentencias y autos se
decidirán con claridad los puntos que fueron materia de la resolución) y 273 del Código de
Procedimiento Civil (la sentencia deberá decidir únicamente los puntos que se trabó la litis); artículo 15
del Código del Trabajo (relativo al contrato de prueba).

Funda su recurso en las causales primera, cuarta y quinta del artículo 3 de la Ley de Casación.
Con respecto a la causal quinta, lo hace argumentando que la sentencia no reúne los requisitos
exigidos por la ley o en su parte dispositiva se adoptan decisiones contradictorias o incompatibles. Que
la sentencia censurada, en el numeral quinto, dispone que la empresa accionada pague al actor la
cantidad de nueve meses de remuneración y emolumentos adicionales, sin motivar ni establecer la
norma jurídica que ordena dicha sanción, infringiendo el artículo 76.7. l) de la Constitución de la
República y artículo 274 del Código de Procedimiento Civil. Asimismo, que el accionante no demandó
por indemnización del artículo 15 del Código del Trabajo; por tanto, la sentencia resolvió algo que no
era materia del litigio, por lo que se infringió la causal cuarta del artículo 3 de la Ley de Casación. Que
la relación laboral entre las partes, terminó por renuncia del ex trabajador y después de dos meses se
inició otra relación laboral, sin que se trate de la misma, por lo que se aplica indebidamente el artículo
15 del Código del Trabajo, en otras palabras, incurre en la causal primera del artículo 3 de la Ley de
Casación.

4.- CONSIDERACIONES DE ESTE TRIBUNAL DE CASACIÓN

4.1. El recurso de casación, como viene sosteniendo esta sala reiteradamente, es una
institución creada para rever aquellas sentencias o autos dictados por los tribunales de apelación,
cuando estos hayan pronunciado su resolución, apartándose de las disposiciones tanto sustantivas
como adjetivas, que rigen nuestro sistema legal; por tanto, se asemeja a una demanda que va dirigida
en contra de la sentencia dictada por el tribunal ad quem. La doctrina le reconoce como un recurso
formalista1, de alta técnica jurídica, pues debe sujetarse a cumplir en forma estricta lo requerido por la
ley. Persigue el control de la legalidad y la correcta aplicación del derecho objetivo en cada proceso,
precautelando así la unidad e integridad de la jurisprudencia.

4.2. La sentencia que la Corte de Casación emita, mediante la cual se anule una sentencia
judicial o la confirme, adquirirá legitimidad si cumple con el mandato del artículo 76.7.l de la
Constitución de la República; a fin de que se considere cumplido este presupuesto, el tratadista Iñaqui
Esparza Leibar determina que “es necesario que lleve a cabo la doble finalidad de exteriorizar, de un
lado, el fundamento de la decisión adoptada, haciendo explícito que éste responde a una determinada
interpretación del derecho, y de permitir de otro, su control jurisdiccional mediante el efectivo ejercicio
de los derechos2. A efectos de que una resolución se considere debidamente motivada, debe ser

1
Dado su carácter eminentemente técnico, el recurso de casación se configura con gran vigor formal, sobre la base de los requisitos de la
Ley de Casación, a fin de que tenga lugar un examen riguroso respecto del fondo de las cuestiones planteadas que concurren a su
interposición, sobre determinados requerimiento de procedibilidad, de tal forma que la falta de cualquiera de ellos impone su inadmisión,
de este modo se consagra el carácter formalista, al hacerse rigurosa su técnica. Por lo tanto, un recurso de casación, indebidamente
planteado, con ausencia de los requisitos formales, solo puede ser desechado en el acto y por el Tribunal ad-quem por economía procesal.
2
Ut. Supra, citando a Iñaki Esparza Leibar, El principio del Debido Proceso, Barcelona, José María BOSCH Editor S.A., 1995, p. 181.
concreta, suficiente, clara, coherente y congruente; además que la decisión deberá tener un margen
de discrecionalidad demarcado por la razonabilidad.

4.3. El casacionista interpone su recurso basado en las causales primera, cuarta y quinta del
artículo 3 de la Ley de Casación. Tanto la doctrina procesal como la jurisprudencia, han establecido
que por técnica jurídica se examinarán los motivos o causales de casación en el siguiente orden: en
primer lugar la causal segunda, a continuación la quinta y la cuarta, para proseguir con la tercera y
concluir con la primera, por considerar que éste es el orden lógico que debe aplicar el juzgador al
momento de resolver el proceso.

4.3.1. Sobre la causal quinta.- Esta describe los vicios relativos a la estructura de la sentencia e
incongruencia en el fallo que establece: “Cuando la sentencia o auto no contuvieren los requisitos
exigidos por la Ley o en su parte dispositiva se adoptan decisiones contradictorias o incompatibles”. De
lo señalado se desprende que puede incurrirse de dos maneras en los vicios contenidos en la causal
quinta, a saber: a) Que no se haya observado en la resolución demandada, los requisitos que exige la
ley, y que “…son las omisiones que la afectan en cuanto acto escrito, o sea en su estructura formal,
como el que se omita la identificación de las personas a quienes el fallo se refiere, en la enunciación
de las pretensiones, en la motivación que se funda en los hechos y en el derecho (que habitualmente
se consignan en los “considerandos”), o en la parte resolutiva, en cuanto al lugar, fecha y firma de
quien la expide; y, b) que en la parte dispositiva se adopten disposiciones contrarias o incompatibles 3”.

4.3.2. Sobre la causal cuarta.- Esta causal recoge los vicios de ultra petita y de extra petita, así
como los de citra petita o minima petita. Constituye ultra petita cuando se ha resuelto más allá de lo
pedido. Pero cuando se decide sobre puntos que no han sido objeto del litigio, el vicio de actividad
será de extra petita. Cuando se deja de resolver sobre alguna o algunas de las pretensiones de la
demanda o sobre las excepciones, ello da lugar a la citra petita, llamada también minima petita.4 Estos
vicios implican inconsonancia o incongruencia resultante del cotejo o confrontación de la parte
resolutiva del fallo con las pretensiones de la demanda y con las excepciones propuestas. Por lo tanto,
para determinar si existe uno de estos vicios, el tribunal deberá realizar la comparación entre el
petitium de la demanda, las excepciones y reconvenciones presentadas y lo resuelto en la sentencia.

4.3.3 Sobre la causal primera.- Ésta se refiere a errores iudicando, por violación directa de
normas sustantivas o jurisprudencia, este error se produce porque no se ha subsumido correctamente

3
Tama Mnauel, El Recurso de Casación en la Jurisprudencia Nacional, Editorial Edilex S.A., Guayaquil, 2011, p. 513-514
4
ANDRADE UBIDIA SANTIAGO, La casación civil en el Ecuador, Ed. Andrade y Asociados, Quito, 2005, pág. 147.
los hechos fácticos, que han sido debidamente probados en el proceso dentro de la norma respectiva
o porque los mismos han sido erróneamente aplicados o se ha equivocado su aplicación. Lo que trata
de proteger esta causal, es la esencia y contenido de la norma de derecho que son las que constan en
cualquier código o ley vigente, incluidos los precedentes jurisprudenciales obligatorios. Recae sobre la
pura aplicación del derecho. Si la sentencia viola conceptos de una ley sustantiva o de fondo, hay error
de juicio del juzgador, por eso, se llama violación directa de la ley.5

5. ANÁLISIS DEL CASO CON RELACIÓN A LAS IMPUGNACIONES PRESENTADAS

Fijado el objeto del recurso, en los términos señalados ut supra, resulta materia de análisis y
decisión de esta sala de casación; y, para ello, es necesario examinar la sentencia que se impugna
confrontándola con el contenido del recurso, los recaudos procesales y principalmente el ordenamiento
jurídico vigente, a fin de establecer si se produjeron o no los vicios de ilegalidad acusados, y para ello
corresponde, en primer término, analizar la causal quinta, alegada por el recurrente:

5.1 El recurrente, para fundar su recurso por la causal quinta, arguye que la sentencia que
impugna, particularmente en el literal c), del numeral quinto, se dispuso el pago de nueve meses de
remuneración, más la parte proporcional del décimo tercero y cuarto sueldos y vacaciones, pues ese
era el tiempo que le faltaba para completar el año de servicios que se consignó en el contrato de
trabajo a tiempo fijo con la empresa. Que ésta sanción no ha sido motivada, ni se establece la norma
jurídica que dispone tal indemnización, infringiéndose por tanto lo que establece el artículo 76.7. l) de
la Constitución de la República. Expresa también, que la sentencia adopta disposiciones
contradictorias, ya que en el numeral tercero de la sentencia, la sala concluye que en el presente caso
no existió despido intempestivo y por lo tanto niega la indemnización del artículo 188 del Código
Obrero; sin embargo, ha condenado a la empresa al pago de una indemnización equivalente a nueves
meses de salario. Ya estudiamos en el numeral precedente que esta causal hace referencia –por un
lado- a los requisitos de forma y fondo para la validez de una sentencia, siendo un requisito esencial
de fondo la motivación, que constituye obligación del juez el señalar las normas legales o principios
jurídicos que sustentan el fallo y la pertinencia de su aplicación al caso sometido a su conocimiento; y,
por otro lado, cuando se adoptan decisiones contradictorias o incompatibles.

En la especie, la sentencia de la sala de alzada, denota una carencia de estos dos elementos
que conforman la causal invocada, pues no se consigna la norma (s) de derecho, o principios jurídicos
en los que fundamenta el derecho a la indemnización que ordena el pago a favor del actor, y que es la

5
Cfr. GJS. XVI. No. 3, p. 659, en Tama Manuel, El recurso de casación en la jurisprudencia nacional, Editorial Edilex S.A.,
Guayaquil, 2011, p. 150
base de la reforma a la resolución de primer nivel, pues lo que correspondía era exponer debidamente
cuáles fueron los motivos que llevó a la Sala a concluir que el actor tiene derecho a los haberes que se
ordena pagar, principalmente el que tiene relación con los nueve meses de remuneraciones.

De otro lado, este Tribunal, al estudiar la sentencia denunciada, advierte que si bien es cierto, la
prueba testimonial actuada en el juicio por el actor, no justifica en debida forma el despido intempestivo
(en tiempo, lugar y circunstancia) llevando a la sala ad quem a desestimar este elemento probatorio y
a dejar sin lugar la alegación de despido intempestivo y consecuentemente el derecho a la
indemnización reclamada; sin embargo, se evidencia también que el juez de instancia confunde la
naturaleza del contrato a prueba, pues éste solo puede celebrarse por una sola vez entre las mismas
partes, y de los contratos que obran del proceso (fs. 28 a 30), aun cuando la relación laboral se
interrumpió (por la renuncia del trabajador) por un lapso aproximado de tres meses, la segunda
contratación ha sido celebrada entre los mismos contratantes de la anterior relación laboral, por lo
tanto no procedía una contratación bajo la modalidad a prueba, prevaleciendo entonces el contrato a
tiempo fijo. Hace bien la sala ad quem al considerar a la cláusula que determina un tiempo a prueba
como no escrito, empero, al no existir un contrato a prueba, el juzgador de alzada lo que debía
observar era si el contrato terminó o no por causa legal, esto es, por medio del desahucio conforme el
artículo 181 y 184 o visto bueno. Estos vicios, en consecuencia, son motivo para casar la sentencia
con fundamento en la causal quinta del artículo 3 de la Ley de Casación, en la que se ha fundado el
recurrente; y, en virtud de ello, este Tribunal de la Sala Laboral de la Corte Nacional de Justicia, al
tenor de lo que dispone el artículo 16 ibídem, emite sentencia de mérito, en los siguientes términos:

Los antecedentes y actuaciones procesales principales se encuentran consignados en el


numeral dos de esta sentencia. No se ha omitido solemnidad sustancial alguna, ni se ha violado el
trámite legal, por lo que se declara la validez procesal. Obra de fojas 28 a 30 del expediente de
primera instancia los contratos de trabajo celebrados entre el actor y la empresa Camel. El primer
contrato de trabajo fue celebrado con fecha 01 de noviembre de 2007 y se extendió hasta el 18 de
febrero de 2010; terminó por renuncia voluntaria del actor, conforme se observa a fojas 31, cuyos
haberes laborales han sido liquidados conforme constan de los documentos que se incorporan de fojas
32 a 33. El segundo contrato (fs. 28) fue celebrado con fecha 01 de mayo del 2010, se lo hace a plazo
fijo, pero estipulándose en la cláusula cuarta un periodo de prueba de noventa días. Por lo
manifestado, queda justificado el nexo jurídico y laboral habido entre los litigantes. El actor expresa en
su demanda que ha sido despedido intempestivamente el 01 de julio del 2010, aproximadamente a las
18h20, por el señor Alberto Cevallos Villavicencio, subgerente de la empresa demandada. La
abundante jurisprudencia que existe respecto del despido intempestivo, la desarrolla como un hecho
que se produce en un determinado momento y en un lugar específico, pues la terminación de la
relación de trabajo por voluntad unilateral del empleador, ocurre bajo circunstancias de tiempo y
espacio. Corresponde al actor probar el despido intempestivo, cuando el demandado ha negado pura
y llanamente esta alegación. El actor, en etapa probatoria, a fin de justificar sus afirmaciones, presenta
prueba testimonial de los ciudadanos: Maricela del Carmen Ochoa y Luis Alberto Orosco Dávila,
testimonios que corren de fojas 128 a 130 del proceso. Los testigos examinados, si bien son
coincidentes al indicar que presenciaron el despido intempestivo del señor Livisaca Pacha, al contestar
las repreguntas del demandado, refieren que también son actores en el juicio laboral que cada uno de
ellos, en forma independiente, siguen a la misma empresa Camel, y que se tramita en el Juzgado
Segundo del Trabajo de Loja; más aún, el último testigo indica que también ha rendido testimonio en la
misma judicatura, dentro del juicio No. 255-2010, solicitado por el señor Oscar Manuel Pallaguari, en
contra del Humberto Celi, de distribuidora Romar. La legislación y la jurisprudencia son reiterativas en
conceptuar al despido intempestivo como un hecho de carácter objetivo que debe ser plenamente
demostrado por quien asume la carga de la prueba del mismo; hasta tal punto que, para probarlo, se
recurre a los testimonios, éstos tienen que ser directos y tan suficientemente explicativos y claros
como para que no dejen duda de que tal evento, en efecto ocurrió (Fallo No. 304-02, R. O. 119 del 7
de julio del 2003). En la especie, los testimonios presentados no resultan lo suficientemente
verosímiles, pues ambos testigos, al tener juicios laborales iniciados en contra de la misma empresa,
tiene manifiesto interés en la causa, y por lo tanto, se encuentran inmersos el artículo 213.5 del Código
de Procedimiento Civil, por lo tanto se rechaza este elemento probatorio.

Por otro lado, y como se dijo antes, el segundo contrato celebrado entre los justiciables y que
consta de fojas 28 del proceso, no corresponde a un contrato a prueba, ni su cláusula cuarta hace que
su naturaleza sea tal, pues al pactarse un periodo de prueba en el contrato de noviembre del 2007 (fs.
29) conforme al artículo 15 del Código Laboral, el presente contrato resulta ser a plazo fijo; por lo tanto,
cualquiera de las partes podían dar por terminado el contrato en cualquier momento antes del plazo
convenido, conforme así lo permite el artículo 181 ibídem, observando para ello causa legal, sea
desahucio o visto bueno. Del estudio del expediente no se observa que el contrato de trabajo
celebrado el 01 de mayo del 2010, haya terminado bajo causa legal alguna, evidenciándose por tanto
que el empleador ha decidido terminar unilateralmente el vínculo jurídico que les unía. Al respecto, el
artículo 189 de nuestro Código Laboral, establece cual será la indemnización que deberá pagar el
empleador que ha despedido intempestivamente al trabajador, cuando se trate de contratos a plazo
fijo, dejando a libertad del trabajador escoger la indemnización del artículo 188 del Código del Trabajo
(“…hasta tres años de servicio, con el valor correspondiente a tres meses de remuneración.”) o la
indemnización del artículo 181 ibídem (“…indemnización equivalente al cincuenta por ciento de la
remuneración total, por todo el tiempo que faltare para la indemnización del plazo pactado.”). El actor,
en su libelo inicial, demanda la indemnización por despido intempestivo prevista en el artículo 181 del
Código de la materia, por lo que al ser procedente y a falta de pago, se ordena que la empresa
demandada pague a favor del actor los siguientes rubros: a) El valor correspondiente a tres meses de
remuneración por despido intempestivo; b) Proporcionales de décimo tercero y cuarto sueldos; c)
Pago de vacaciones no gozadas en el año 2009, y proporcional de vacaciones no gozadas del año
2010. No corresponde el pago de los siguientes rubros: 1) Bonificación por desahucio, por no haber
cumplido el año de trabajo. 2)Pago de compensación por costo de vida, bonificación complementaria y
décimo quinto y sexto sueldos, por no existir estos beneficios en el periodo que se da la relación
laboral; 23) Pago de horas extraordinarias y suplementarias, ya que no se ha justificado conforme a
derecho tales jornadas; 4) Pago de utilidades, porque no existe referencia procesal de haberse
obtenido; 5) Ropa de trabajo, pues no se ha justificado en cuanto a calidad, cantidad y precio; y, 6) El
pago de fondos de reserva y aportes al IESS, ya que el trabajador ha sido afiliado al Seguro Social y el
reclamo deberá hacerse a esta Institución.

Conforme a la Resolución obligatoria de la Corte Suprema de Justicia, publicada en el R.O. No.


138, de 01 de marzo de 1999, permite cuantificar los rubros que se ordena pagar al trabajador; para
ello se toma como tiempo de servicios desde 01 de mayo, hasta 01 de julio del 2010, pues el primer
periodo de servicios laborado que va desde 01 de noviembre de 2007 al 18 de febrero de 2010, ya han
sido liquidados todos los haberes adeudados, restando el pago de vacaciones no gozadas del año
2009. Como última remuneración percibida, se toma la que consta en el rol de pagos, documento que
consta a fojas 64 del expediente de primera instancia, esto es la cantidad de US$ 320 dólares
mensuales.

6. RESOLUCIÓN:

Sobre la base de las consideraciones expuestas, sin dejar de lado ningún otro análisis, este
Tribunal de la Sala Especializada Laboral de la Corte Nacional de Justicia, ADMINISTRANDO
JUSTICIA EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA
CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES DE LA REPÚBLICA, casa la sentencia de la Sala Laboral, Niñez y
Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia de Loja, de fecha 02 de septiembre del 2011, a las
14h31; y, en su lugar, reforma la sentencia de primera instancia, aceptando parcialmente la demanda,
se ordena que los demandados Ing. Patricio Cevallos Villavicencio y Alberto Cevallos Villavicencio, en
sus calidades de gerente y subgerente, respectivamente, de la empresa Camel, paguen al actor, en
forma solidaria, lo siguientes valores: 1. El valor correspondiente a tres meses de remuneración por
despido intempestivo (Art. 188 C.T) en USD$ 960; 2. Proporcional del décimo tercer sueldo periodo 01
de mayo a 01 de julio 2010, en USD$ 53,33; 3. Proporcional del décimo cuarto sueldo periodo 01 de
mayo a 01 de julio 2010, en USD$ 40; 4. Pago de vacaciones no gozadas por el año 2009, en USD$
160; 5. Pago del proporcional de vacaciones no gozadas del año 2010, en USD$ 26,66. Total de los
rubros suman MIL DOSCIENTOS TREINTA Y NUEVE DÓLARES CON NOVENTA Y NUEVE
CENTAVOS (USD$ 1.239.99) valor al que ascienden los rubros que se ordena pagar en sentencia.-
En la etapa de ejecución el juez de origen, deberá calcular intereses a los que se refiere el artículo 614
del Código del Trabajo.- Sin costas ni honorarios.- Notifíquese y devuélvase.- Dra. Gladys Terán
Sierra JUEZA NACIONAL PONENTE Dr. Johnny Ayluardo Salcedo VOTO SALVADO Dr. Jorge M.
Blum Carcelén – JUECES NACIONALES Certifico.- Dr. Oswaldo Almeida Bermeo SECRETARIO
RELATOR

LA REPÚBLICA DEL ECUADOR EN SU NOMBRE Y POR AUTORIDAD DE LA LEY

EN EL JUICIO LABORAL No. 1141-2011, QUE SIGUE JOSÉ ANDRÉS LIVISACA PACCHA
EN CONTRA DE DISTRIBUIDORA CAMEL DE INSUMOS DISCAMEL CÍA. LTDA., SE
HA DICTADO LO SIGUIENTE:

Voto Salvado: Doctor Johnny Ayluardo Salcedo

CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- SALA DE LO LABORAL.-


Quito, 21 de abril de 2014, las 14h05.-
VISTOS: Dentro del juicio laboral seguido por José Andrés Livisaca Paccha contra la
Distribuidora Camel de Insumos Discamel Cía. Ltda., en las interpuestas personas de los
señores Patricio Cevallos Villavicencio y Alberto Cevallos Villavicencio, por sus propios
derechos y por los que representan, en sus calidades de Gerente General y Subgerente
respectivamente; además, a Carlos Marcelo Palacios Alvarado; inconforme, la parte
demandada interpone recurso de casación de la sentencia dictada por la Sala de lo Laboral,
Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia de Loja, de fecha 2 de septiembre de
2011, las 14h31, que confirma en lo principal la sentencia recurrida, pero reforma en los
términos del considerando quinto de la resolución. Este Tribunal de la Sala de lo Laboral de la
Corte Nacional de Justicia, sin que sea necesario entrar a analizar las causales invocadas por el
casacionista, hace las siguientes reflexiones: a) Consta de los autos la sentencia dictada por el
juez de primer nivel, sentencia de la cual, únicamente la parte actora interpuso recurso de
apelación, habiendo subido para el conocimiento del Tribunal ad-quem. Consecuentemente, la
parte demandada no hizo uso del derecho que le franquea la ley a presentar los recursos que
se creyera asistida. b) Los medios impugnatorios son parte de la esencia misma del derecho a
la tutela judicial efectiva reconocida constitucionalmente, y constituyen instrumentos
sustantivos que permiten, tanto al actor como al demandado, peticionar –ante el mismo juez
unipersonal o plural-, para ante el superior, a fin de que éste “reexamine un acto procesal o todo
un proceso que le ha causado un perjuicio a fin de lograr que la materia cuestionada sea parcial o
totalmente anulados o revocados.”6. En consecuencia, el medio de impugnación es un remedio
jurídico conferido por la ley a las partes procesales con el objeto de modificar la situación
jurídica que afecta a sus derechos derivados del fallo del juzgador. c) En el caso sometido a
análisis, se constata que la parte demandada no se adhirió, ni apeló en el término que tenía
para hacerlo, según el artículo 609 del Código del Trabajo, por lo que se sometió a los efectos
jurídicos que tal decisión producía. De allí, que de ninguna manera exista afectación a la tutela
judicial efectiva a que tienen derecho los justiciables, pues, este corresponde a un derecho
subjetivo, conferido por la Constitución y garantizado por el Estado, cuyo ejercicio y activación
es exclusivo y potestativo de los sujetos legitimados. d) La Ley de Casación en su artículo 4,
que se refiere a la legitimación, en su parte pertinente dice: “(…) No podrá interponer recurso
quien no apeló de la sentencia o auto expedido en primera instancia ni se adhirió a la apelación de la
contraparte (…)”. Según el maestro Luis Loreto, “La apelación principal es el verdadero recurso con
eficacia distinta y autónoma. La adhesión accesoria, por el contrario, era una apelación subordinada en
su existencia y extensión a la apelación principal. La práctica llegó a considerar que el apelado por el solo
hecho de no haber recurrido y manifestar: así su conformidad con la sentencia, gozaba, sin embargo, en
todo momento, del beneficio de adherirse a la apelación contraria (beneficiun adhaesionis), originando la
apelación, por tanto, un efectus comunicativus en fuerza del cual se hacía común a ambas partes la
apelación interpuesta por una de ellas (communio appellationis). Tanto el apelante principal como el
adherente eran llamados apelantes comunes, siendo el primero apelante común activo, y el segundo

6PEÑA LABRIN Daniel Ernesto, Las Nuevas Tendencia del NCPP: Los Medios Impugnatorios, Derecho y Sociedad,
http://mgplabrin.blogspot.com/2009/10/cathedra-lex-nuevas-tendencias-del-ncpp.html
apelante común pasivo”7. e) Es menester señalar, también, que el procedimiento oral laboral,
según nuestra normativa legal vigente, contempla dos instancias, en las cuales las partes
quedan obligadas a una contienda que sólo concluye con la sentencia que dicta el Tribunal de
la Corte Provincial de Justicia; inclusive, con la posibilidad que en esta última instancia pueda
evacuarse medios probatorios dentro de un término improrrogable de seis días, lo que hace
ineludible para el que resulta victorioso en primera instancia la necesidad de hacer uso de su
derecho a adherirse al eventual recurso de apelación del afectado con la decisión, para
mantener intacta la posibilidad de intervención activa dentro del proceso. Hay que recordar
que los recursos de apelación y de adhesión, son medios de defensa autónomos que cada una
de las partes puede ejercer en defensa de sus derechos y pretensiones; quien no lo hace en su
debida oportunidad, no puede volver a la contienda como si no hubiese pasado nada en el
mundo procesal, por cuanto deja de ser parte del mismo y se convierte en un simple
observador de la nueva etapa de juicio. Es por esto que aceptar el recurso de casación es ir en
contra de la Seguridad Jurídica. f) Resulta necesario, también, hacer mención al principio
procesal de la preclusión, el cual, parte de que el procedimiento consta de etapas o fases que
van cerrándose al avanzar el proceso, sin que sea posible su reapertura, es decir, no procede el
principio de la elasticidad, según este último principio es posible retroceder a etapas ya
cumplidas. En materia de impugnación, si una sola parte apela y la otra no lo hace, produce la
ejecutoriedad para la persona que no interpuso el recurso. El principio de personalidad del
recurso, consiste en que el medio de impugnación únicamente actúa en provecho de la persona
que ha impugnado; y, quien no recurrió se ve privado de él, por lo que deja de ser parte
procesal en la nueva instancia o nivel. g) Igualmente, el maestro Eduardo J. Couture, sostiene
que: “El Principio de preclusión está representado por el hecho de que las diversas etapas del proceso
se desarrollan en forma sucesiva, mediante la clausura definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el
regreso a etapas y momentos procesales ya extinguidos y consumados”8. Así mismo se ha señalado
que: “extinguida la oportunidad procesal para realizar un acto, este acto ya no podrá realizarse

7 LORETO, Luis, Adhesión a la Apelación, (Contribución a la Teoría de los Recurso en Materia Civil) pág. 667-668, profesor de la Universidad Central
de Venezuela, Vocal de la Corte Suprema de Justicia
8 COUTURE, Eduardo J., “Fundamentos del Derecho Procesal Civil”, pág. 159
más”.9 En consecuencia, si no se presenta el recurso en su debida oportunidad, opera la
extinción de la facultad procesal para hacerlo posteriormente. h) De conformidad al artículo
1014 del Código de Procedimiento Civil, cuando en la expedición de un acto procesal hay un
alejamiento de ciertas formas, o se omiten requisitos que la ley exige para su validez, se
declarará de oficio o a petición de parte la nulidad. La transgresión al trámite correspondiente
a la naturaleza de un asunto, anula el proceso e influye en la decisión de la causa. En el caso
sub judice, ni el tribunal ad-quem, ni los conjueces de la Corte Nacional de Justicia, repararon en
la falta de cumplimiento de los requisitos señalados en el artículo 6 de la Ley de Casación por
la parte demandada, la misma que interpuso el presente recurso, lo cual influiría en la decisión
de la causa, por lo que procede declarar la nulidad de oficio a partir de fojas 11 del cuaderno
de segundo nivel. En consecuencia, se ordena remitir el expediente para la ejecución de la
sentencia de la Sala de lo Laboral, de la Niñez y Adolescencia de la Corte Provincial de Justicia
de Loja, de fecha 2 de septiembre de 2011, las 14h31.- NOTIFÍQUESE Y PUBLÍQUESE.- fdo().-
Dr. Johnny Ayluardo Salcedo, Dr. Gladys Terán Sierra; y Dra. Mariana Yumbay Yallico. JUEZ Y
JUEZAS NACIONALES.- Certifico.- Dr. Oswaldo Almeida Bermeo, SECRETARIO RELATOR.-

CERTIFICO: Que las copias que anteceden son iguales a su original. Quito, 22 de agosto de 2014.

Dr. Oswaldo Almeida Bermeo


SECRETARIO RELATOR

9 Abdala, Tacha y preclusión en el juicio de alimento, vl. 17, p. 104,

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