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“La otra mañana pedí al Eterno Padre que me diese y, también aumentase mi cruz, que

tendría que hacer esfuerzo para llevarla, pero que la habría llevado sobre el pecho, no
sobre la espalda, porque no era digna. Ví una así grande que era llevada por dos
ángeles y me la apoyaban; tenía los tres clavos fijos. ¡Oh, cuánta alegría probé! ¡Deh
haz, Padre mío, que sobre ella muera!
Madre Rosa

Ponernos en el camino hacia el calvario es aceptar con Jesús voluntariamente la


Voluntad del Padre hasta ofrecer la propia vida.
No se quiere el sufrimiento pero se lo acepta porque se quiere amar hasta el final.
Dejémonos conducir por el espíritu para que sea El mismo a darnos la capacidad de
identificarnos siempre más con el Maestro y vivir con coraje nuestro seguimiento.
Unámonos a toda la Iglesia que reza y ofrece lo mejor de sí parar estar cercana a Cristo
Crucificado encada hermano o hermana que sufre.

Dios, Padre y Madre, de todos los pueblos de la tierra, danos la fuerza de luchar para
construir tu Reino de justicia, de paz y de solidaridad y no tener miedo de testimoniar
con claridad los valores de tu Reino. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
 Día de la Santa Cruz; ya siento sus efectos, mi amada; tú, en mi miserable vida,
fuiste siempre mi compañera. Y ciertamente será el lecho de mi último reposo (Mm.
325)
 Hoy, la Exaltación de la Cruz, este tesoro que tanto amo porque sobre ella expiró
mí Bien. ¡Oh Virgen Santísima, consúmeme de tu amor en ese tu ser y en el de
Jesús…! ¡Amor mío, con tu ayuda se vence todo! (Mm. 1002-1003)
 Quien combate bajo este estandarte será siempre victorioso; quien tiene impresa
la cruz no puede tener la felicidad. Oh dulce Amor mío, ¿Cómo agradecerte? Tu
pobre esclava no vive más que para Ti mi Dios, y vive de Ti Amor mío. (Mm. 1148-
1149)

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