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La investigación analiza la relación entre la neurociencia y la educación. Concluye que es necesario que tanto los docentes como el cuerpo directivo se formen en las aplicaciones de la neurociencia a la educación para mejorar las estrategias de enseñanza y facilitar el desarrollo profesional de los docentes. También concluye que los docentes deben plantear estrategias que involucren ambos hemisferios del cerebro para crear contextos de aprendizaje placenteros mediados por las TICs, pero considerando los aportes de la neurociencia.
Descripción original:
Título original
Libro Educación, Neurociencia y Nuevas Tecnologías-97-101
La investigación analiza la relación entre la neurociencia y la educación. Concluye que es necesario que tanto los docentes como el cuerpo directivo se formen en las aplicaciones de la neurociencia a la educación para mejorar las estrategias de enseñanza y facilitar el desarrollo profesional de los docentes. También concluye que los docentes deben plantear estrategias que involucren ambos hemisferios del cerebro para crear contextos de aprendizaje placenteros mediados por las TICs, pero considerando los aportes de la neurociencia.
La investigación analiza la relación entre la neurociencia y la educación. Concluye que es necesario que tanto los docentes como el cuerpo directivo se formen en las aplicaciones de la neurociencia a la educación para mejorar las estrategias de enseñanza y facilitar el desarrollo profesional de los docentes. También concluye que los docentes deben plantear estrategias que involucren ambos hemisferios del cerebro para crear contextos de aprendizaje placenteros mediados por las TICs, pero considerando los aportes de la neurociencia.
NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN: LA CONVENIENCIA DEL TRABAJO CONJUNTO
Son muchos los trabajos que intentan demostrar que existen
descubrimientos de las neurociencias que son pertinentes para el ámbito de la docencia. Sin embargo, en el pasado y hasta la actualidad no se pudo lograr que se les preste la suficiente atención. Los diferentes estudios sugieren a los docentes actualizarse e incluso investigar sobre neurociencia, es decir, dejar de verla como una disciplina ajena a la educación o que no tiene nada que ver con ella.
Una manera de conciliar neurociencia y educación
para hacer efectivo un resultado en la práctica áulica es que tanto docentes como cuerpo directivo sean formados en la investigación de las posibles aplicaciones de las neurociencias a la educación. De esta manera, los docentes no solo recogerían datos y experiencias sobre las estrategias a aplicar, sino además también les facilitaría acrecentar su propio desarrollo profesional proporcionando una consistente retroalimentación para su autoevaluación. En primer lugar citaremos el trabajo de Salas Silva (2003) el cual ofrece un panorama del alcance de la neurociencia hasta el presente y de los descubrimientos que son homologables a la educación. El autor aborda diferentes aspectos, fundamentalmente los que analizan las implicancias de estas investigaciones neurocientíficas para la enseñanza y el aprendizaje, para la evaluación de los aprendizajes y para el desarrollo de los planes de estudio. También ofrece pautas que permitan pasar de la teoría a la práctica en el aula, es decir, que posibiliten traducir estos descubrimientos en modificaciones concretas del acto educativo, insistiendo en la explicación de cómo delinear un contexto de educación relacionado con la forma de aprender del cerebro. El trabajo postula como sugerencia que una manera de conciliar neurociencia y educación para hacer efectivo un resultado en la práctica áulica es que tanto docentes como cuerpo directivo sean formados en la investigación de las posibles aplicaciones de las neurociencias a la educación. De esta manera, los docentes no solo recogerían datos y experiencias sobre las estrategias a aplicar, sino además también les facilitaría acrecentar su propio desarrollo profesional proporcionando una consistente retroalimentación para su autoevaluación. Por otra parte, al introducir formas alternativas para evaluar al estudiante, esos resultados podrían llevar a importantes cambios en el currículo. El trabajo de Barrios-Tao (2016), también tiene el objetivo analizar los aportes de las neurociencias a la educación, poniendo la mira en la influencia que ejerce sobre la educación el contexto sociocultural. En términos metodológicos, el objeto de este estudio está enfocado en el período 2002-2014, analizando bibliografía que estudia la relación entre neurociencias, educación y contexto social. En especial estudia cómo diversos factores como la salud, el ambiente, los hábitos, la plasticidad neuronal, la madurez cerebral y las neuronas espejo interactúan con el entorno sociocultural y a la vez con en la educación. La investigación concluye que las posturas oscilan entre el escepticismo y el triunfalismo. Quienes se muestran escépticos, sostienen la necesidad de mayores resultados directos de la aplicación de la neurociencia a la educación. Los que tienen una postura triunfalista, mientras tanto, infieren y generalizan resultados de cuestiones particulares no traspolables a la enseñanza. Barrios-Tao se pronuncia por la necesidad de un punto medio entre ambas posturas, proponiendo un trabajo conjunto que asuma la complejidad de los procesos educativos y la posibilidad de resolver problemáticas educativas por medio de las neurociencias aplicadas. Es una verdad que la educación incide sobre la biología del cerebro, pero también lo hacen otros factores socioculturales. La escuela, pero también el entorno social y cultural donde tiene lugar el proceso educativo no son compartimientos estancos: confluyen, y por lo tanto deben contribuir conjuntamente al logro de desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje
La investigación ofrece como conclusión la
necesidad de que los docentes planteen estrategias para el acercamiento del estudiante al aprendizaje en contextos amigables y placenteros en los que ambos hemisferios, el racional y el emocional, puedan unirse para la consecución de este proceso. Los autores concluyen que si se aguardan resultados positivos de un cambio de paradigma educativo, no solamente deberán introducirse las TICs como herramienta principal, sino también matizar su uso de acuerdo a los desarrollos que las neurociencias han podido aportar hasta el momento. Afirma, además, que la neurociencia aplicada sin reflexión ni interacción con la educación no necesariamente resulta en enfoques eficaces del desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es un error pensar que los resultados de la neurociencia educacional pueden introducirse en el aula como técnicas infalibles sin una relación recíproca entre educación y neurociencias. (Barrios Tao, 2016) Siguiendo con la línea del punto de encuentro entre neurociencia y prácticas educativas, el trabajo de Rodríguez García (s/f), intenta responder a la pregunta de cómo se aprende en la sociedad del conocimiento, partiendo de dos perspectivas: la de la neurociencia cognitiva y la de la concepción pedagógica-tecnológica. En ellas se evalúa la pertinencia y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el contexto de enseñar a aprender y en la construcción del conocimiento. La investigación plantea que la neurociencia cognitiva puede proveer respuestas que cambien definitivamente paradigmas que se sostenían de manera inamovible. A partir del avance de esta disciplina actualmente se comprende el papel esencial de la guía en la transmisión de información y del uso de la tecnología en la potenciación de la comunicación. En esta investigación se trabajó sobre una muestra transversal de 3800 estudiantes universitarios y su relación con el estilo de aprendizaje, la memoria, la motivación y la creatividad en entornos digitales. Los resultados obtenidos dan cuenta de una correlación positiva entre el diseño de actividades colectivas en la que intervenga la experiencia, con tutorías y guías, y el fortalecimiento de la memoria, así como también el surgimiento de soluciones innovadoras basadas en la co-creación. Casi en la misma línea que los dos trabajos anteriores, pero con un foco mucho mayor en las tecnologías posibles, la investigación de Falco & Kuz (2016), se propuso analizar los avances de las neurociencias en establecer relaciones entre el aprendizaje y el cerebro, mediado por el uso de las TICs. La investigación ofrece como conclusión la necesidad de que los docentes planteen estrategias para el acercamiento del estudiante al aprendizaje en contextos amigables y placenteros en los que ambos hemisferios, el racional y el emocional, puedan unirse para la consecución de este proceso. Los autores concluyen que si se aguardan resultados positivos de un cambio de paradigma educativo, no solamente deberán introducirse las TICs como herramienta principal, sino también matizar su uso de acuerdo a los desarrollos que las neurociencias han podido aportar hasta el momento. Sin embargo, dicho cambio de paradigma no podrá lograrse si no se prepara a los docentes para ser introducidos en estos nuevos escenarios educativos. Nuestro trabajo, entonces, entronca con una tradición de estudios científicos que desde hace años vienen interrogándose acerca de la relación y el beneficio que existe entre las neurociencias cognitivas y los modelos pedagógicos que empleamos en las aulas. Como veremos a continuación, estamos ante un momento bisagra en los estudios pedagógicos y didácticos. Ya no se trata solamente de discutir teorías y modelos de enseñanza y aprendizaje sino de intentar integrar la escuela definitivamente en la era de la información y la comunicación (a través del uso de las TICs) con un modelo pedagógico que lo permita y promueva, y con la ayuda inestimable que los últimos avances en neurociencias tienen para ofrecer al mejoramiento de los procesos.