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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES

PLANTEL SUR

RESEÑA CRÍTICA SOBRE EL DICCIONARIO DE MANUEL CALZADA

Alumno: Jiménez Armendáriz, Diego

Materia: Análisis de Textos Literarios II

Profesora: Sánchez Ramírez, Ethel Ivone

Grupo: 607
RESEÑA CRÍTICA SOBRE EL DICCIONARIO DE MANUEL CALZADA

La obra de teatro El Diccionario, escrita por Manuel Calzada y dirigida por Enrique Singer,
es una obra con trama compleja, que mantiene al espectador con la mirada fija en el
escenario y en las reacciones de los actores, quienes en todo momento mantienen el
nivel emocional que la escena requiere. Con un contexto atormentado por la guerra civil
española, la tragedia está siempre en escena, al igual que el arraizado trauma y
punzantes remordimientos.

La obra trata en su único acto los últimos años de la sobrecalificada bibliotecaria


María Moliner, en los que su vida se rige por el ermitaño y caminante progreso de su
diccionario, y la demencia senil encaminada cuesta abajo. Ambos desarrollos se
relacionan e interponen en momentos, y generan el conflicto fundamental de la puesta
en escena. Toda esta historia es presentada, en principio, como una ponencia para
celebrar la publicación del infame diccionario, aludiendo a un vistazo detrás del libro para
atestiguar su creación.

Situada en una España aun franquista, María sufre la progresión de la pérdida de


memoria, diagnosticada por un doctor con potencial para catedrático quien, en un
principio, desecha el caso por carencia de atractivo médico. Este diagnóstico choca con
la inmunda tarea de escribir un nuevo diccionario, la cual a la vez impacta con el senil
Fernando, esposo de María, que opuesto a ella, no puede evitar recordar, llamando a su
memoria maldición por el tormento del pasado.

La historia sigue el único camino verosímil para una persona con una enfermedad
degenerativa, esta condición da al espectador una sensación de urgencia, pues para un
trabajo tan meticuloso y longevo como escribir un diccionario, se tiene el tiempo encima
de las palabras y sus significados, que poco a poco se pierden junto a las vivencias. A
través de pruebas y maquinaria médica, se fuerzan algunas memorias a recordar, más
no como remembranzas, sino como sucesos presentes. Con ellos se vislumbra el pasado
vivo de María y su familia, se ve presente el dolor en su ceño ya una vez fruncido, la
frustración desesperada de una familia frente a la dictadura, y la trágica muerte de una
hija que, aunque la demencia quiera olvidarla, el duelo no la permite.
Como ineludible solución, la arteriosclerosis cerebral toma dominio total de la
mente de María, y más que obligarla a perder la memoria, hace que se pierda a sí misma
en su memoria. En este estado de tan limitada calidad de vida, María muere tras unos
años de cuidado. Regresando a la presentación de su diccionario, concluye su discurso
con una cita de su propia obra, con la que por fin libra a la definición, de la imparcialidad.

La conclusión de esta obra me parece verdaderamente bella, pues a pesar de una


sensación de pérdida total e irreparabilidad, domina un sentimiento de justo cierre por la
publicación del diccionario y tan orgulloso discurso para presentarlo. Se logra suscitar
una gran admiración por la perseverancia y talento de una autora injustamente poco
reconocida.

La escenografía y utilería de la puesta en escena son recursos esenciales que


brindaron profundidad, contexto e impacto a las escenas, haciendo que ningún elemento
parezca sobrante o fuera de lugar. La posición de dos, en veces más, escenas distintas
en un mismo espacio da a entender lo confuso de una mente en constante conflicto y
degeneración, para la que algunos diálogos hasta llegan a sobreponerse. Mi elemento
favorito de la escenografía fueron las fichas del diccionario pegadas como muro del
escenario, mismas que caen de poco en poco tras sucesos importantes en la historia,
representando casi literalmente la pérdida progresiva e irreversible de la memoria.

Todos los actores demostraron sus amplias habilidades de caracterización, una


de las más impresionantes fue la de Roldán Ramírez, que representó tanto a un joven
Fernando como al depurador franquista. Sin embargo, la actuación estelar de la obra es
de Luisa Huertas, que logró mantener las emociones del personaje de María Moliner y
transmitirlas al público durante toda la actuación, utilizando monólogos y diálogos
extensos y cargados de sentimiento.

Recomiendo esta obra ampliamente pues, aunque el título aparente plano, el


desarrollo de la historia por medio de la escenografía cambiante y recurrentes analepsis
la vuelven compleja e interesante. El aspecto cómico también está presente y alivia la
tensión de buena manera, sin aliviar el impacto de las escenas. Es una obra de teatro
con una historia interesante por definición y cautivadora por ejecución.

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