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Amado Dios, los primeros rayos de sol asoman y el trinar de las aves nos anuncia que un
nuevo lunes ha llegado. Gracias por la dicha de poder despertar a esta nueva semana,
gracias por tu amor y por toda tu bondad.
Reflexión:
Al final solo quedan Jesús y la mujer, allí en el medio: «la mísera y la misericordia», dice San Agustín. Jesús
es el único sin culpa, el único que podría arrojar la piedra contra ella, pero no lo hace, porque Dios «no quiere
la muerte del pecador, sino que se convierta y viva». Y Jesús despide a la mujer con estas estupendas
palabras: «Vete, y en adelante no peques más». Y así, Jesús le abre un nuevo camino, creado por la
misericordia, un camino que requiere su compromiso de no pecar más. No temamos pedir perdón a Jesús
porque Él nos abre la puerta a esta vida nueva.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
El Ave maría
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
INSTITUCIÓN EDUCATIVA PÚBLICA DE GESTIÓN PRIVADA POR CONVENIO FE Y ALEGRÍA N° 66 BUEN SOCORRO
POR UNA IUDADANÍA PLENA Y GLOBAL PARA TODOS Y TODAS
Dios mío, en este día que comienza, bendice mis planes, ilumina mi camino,
guía mis pasos, haz que tome las decisiones correctas y líbrame de todo mal.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos;
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie.
¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa
para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que
sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo
de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he
hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace
vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi
cuenta, sino que él me envió».
Reflexión:
El Evangelio de Juan es toda una revelación de quién es Jesús. Jesús es el Hijo de Dios, el enviado del Padre para
salvar al mundo. En el texto de hoy Jesús profundiza en lo que significa esa salvación. “Si permanecéis en mi palabra
seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Los judíos le cuestionan que no les
considere libres, a ellos que son fieles a la Ley y descendientes de Abraham, no idólatras sino hijos de Dios. Pero Jesús
les confronta: “Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais…”, y no estarían viendo la forma de deshacerse de él.
La fe en Dios pasa por descubrir qué es ser sus hijos e hijas y vivir en consecuencia. Y el camino, las claves para ese
descubrimiento, es Jesús, seguir e identificarse con quien es el Hijo, ser de verdad discípulos suyos. “¿Qué es la
verdad?” se preguntaba Pilatos ante Jesús apresado y condenado. El paso de la esclavitud a la libertad está en conocer
la verdad. ¿Qué es la verdad sino Dios, el que nos llama hijos y nos ama?
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
El Ave maría
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
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Gracias Dios por el hermoso regalo de la vida, por las bendiciones que Tú me das día tras día, por tener un
hogar y una hermosa familia y porque gracias a tu bondad y tu generosidad, tengo todo e incluso más de lo
que realmente necesito.
Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien
guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que
murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien
vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco”
sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre,
saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
Reflexión:
El amor de Dios hacia la persona llamada es: «Gratuito, personal y único». Este amor inicial marca la vida,
la existencia de toda la persona. Es el amor que caracteriza la relación de alianza. Se trata de la alianza con
la persona (Abrahán), y se vierte en términos de promesa que Dios no abandona tu vida y que tu existencia
tiene garantizada la plenitud de vida. «El Señor Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada»
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal. Amén.
El Ave maría
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
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