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NIVEL 3
NIVEL 3Entrenador2. Conocimiento técnico2.2 Planificación2.2.2 Diseño de esquemas ofensivos
y defensivos
El deporte del basquetbol continúa evolucionando a medida que las características atléticas y el
nivel de habilidad de los jugadores cambian y los entrenadores diseñan estrategias para
aprovecharse de, y también neutralizar, las cambiantes habilidades en el juego.
Muchos equipos pequeños, especialmente los juveniles, utilizan un enfoque único y sencillo al
juego (p. ej., utilizar una defensa "individual"), y es únicamente cuando la preparación de un
equipo involucra diversas tácticas separadas (p. ej., un conjunto ofensivo contra una defensa
"individual", un conjunto ofensivo contra una defensa de "1 base al frente", un conjunto ofensivo
contra una defensa de "2 bases al frente", etc.) que hablamos de un esquema.
De hecho, los entrenadores deberían tener su propia filosofía en cuanto a cómo debe jugarse el
deporte. Por ejemplo, la FIBA insta a los entrenadores de jugadores juveniles a que se
concentren en enseñar las habilidades ofensivas y defensivas fundamentales del deporte antes
de pasar a patrones o jugadas específicas.
“Utilizar un esquema defensivo debería dar confianza a los atletas de que pueden influir y
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controlar el ritmo del juego".
JOANNE P MCCALLIE
Cuando los entrenadores tienen jugadores más experimentados y con mayor habilidad las
oportunidades de diseñar esquemas más complejos para el equipo aumentan.
Sin embargo, al hacer esto los entrenadores deberían estar conscientes de los atributos que
tienen los jugadores de su equipo. No tiene mucho sentido implementar un sistema que exija que
los jugadores tengan determinadas características si los jugadores de su equipo no las tienen.
Por supuesto, a través de prácticas bien dirigidas los jugadores pueden desarrollar las habilidades
que no tienen, por lo que el entrenador debe decidir:
1. qué atributos y habilidades se necesitan para poner en práctica el estilo de juego preferido
por el entrenador;
2. en qué medida los jugadores del equipo ya tienen dichos atributos y habilidades;
3. en qué medida los jugadores del equipo pueden adquirir dichos atributos y habilidades.
Es únicamente cuando el entrenador cree que los jugadores tienen los atributos y habilidades
necesarios para un estilo particular, o que pueden adquirirlos, que el entrenador debería
implementar ese estilo de juego en el equipo. Al tomar esa decisión, el entrenador también debe
considerar de cuánto tiempo de preparación dispone con el equipo, y ser realista al evaluar
cuánto podrá enseñar.
Muchos entrenadores de equipos pequeños tienen pocas opciones para reclutar a jugadores (o
tipos de jugadores) específicos para su equipo, y por eso podrían encontrarse en una situación en
la que no pueden aplicar su estilo preferido de juego en un equipo en particular porque carecen
de las habilidades, experiencia o atributos físicos necesarios, o porque no tendrán suficiente
tiempo de preparación.
Y dentro de las estructuras por zona y de defensa "individual" a mitad de cancha podría haber
opciones de alta presión (las cuales frecuentemente permiten acelerar el ritmo del partido), así
como opciones que podrían disminuir el ritmo del partido.
Existen varios beneficios directos de contar con un esquema ofensivo o defensivo en vez de con
un único estilo de juego:
Frecuentemente un elemento de un esquema se construye sobre otra parte del mismo esquema,
como la formación 1-1-3 analizada anteriormente, la cual también es el fundamento de la defensa
"bloqueo y 1" y la formación 1-3-1.
los ángulos y posiciones de los bloqueos podrían cambiar (p. ej., contra una defensa de
zona, podrían utilizarse bloqueos "por fuera" de la zona);
la ventaja relativa que un equipo tiene podría ser distinta en función del oponente (p. ej., un
equipo podría ser "relativamente" grande en comparación con un oponente, pero tener
mayor fortaleza en las posiciones de perímetro en comparación con otro equipo).
Al considerar los aspectos que incluirán en el esquema ofensivo, los entrenadores deberían tener
en cuenta lo siguiente:
A pesar de que podrían ser mejores que otros jugadores, también podrían lesionarse o acumular
faltas y no poder jugar;
en la medida de lo posible, tener reglas que sean congruentes con los elementos del
esquema;
cómo se medirá la eficacia de cada elemento del esquema tanto en partidos particulares
como a lo largo de la temporada.
Lo que es más importante, el entrenador debe tener en cuenta cuánto tiempo pasará con el
equipo, ya que eso será lo que en última instancia determinará cuán eficazmente podrá
implementar el esquema ofensivo.
a los jugadores se les enseñan varias técnicas para defender un bloqueo con el balón: por
encima, por debajo, dos contra uno, cambio defensivo o empuje (lejos del bloqueo);
en una defensa de presión podrían aplicar un dos contra uno;
contra un equipo con buenos tiradores perimetrales podrían ir por encima o hacer un
cambio defensivo;
contra un equipo con buenos jugadores de poste pueden utilizar el empuje.
Un esquema no debe tener, necesariamente, una cantidad numerosa de opciones y, al igual que
en un esquema ofensivo, lo que puede implementarse con el equipo dependerá en gran medida
del tiempo de preparación disponible.
“Rojo” podría referirse a una defensa de presión, particularmente aplicar un dos contra uno
sobre quien lleva el balón;
Cuando quien lleva el balón hace una palmadita contra la camiseta podría indicar una
jugada ofensiva particular.
El uso de señales de ese tipo puede facilitar la comunicación entre el entrenador y los jugadores
y, por supuesto, al estudiar a un oponente los entrenadores procuran detectar estas señales para
poder predecir lo que el oponente intentará hacer durante el partido.
Independientemente de la señal que se utilice, también debería utilizarse durante las prácticas,
para que los jugadores se acostumbren a buscar y reconocer las señales de la misma forma que
se familiarizan con los elementos del esquema.
Por ejemplo, si un entrenador elige una formación de defensa en zona 1-1-3 para obligar al
oponente a tirar desde afuera, el hecho de que el oponente logre algunos de esos tiros no
necesariamente indica que el uso de esta defensa no ha tenido éxito. En esta situación, el
entrenador podría evaluar la eficacia de la defensa de la siguiente manera:
De manera similar, un entrenador podría evaluar la eficacia de su ofensiva según los siguientes
factores:
Lindsay Gaze, entrenadora distinguida en el Salón de la Fama de la FIBA, utilizó la expresión "la
operación fue un éxito, pero el paciente murió" para describir situaciones en las cuales el equipo
crea la oportunidad de tiro que necesita, pero erra. El entrenador y el equipo deben tener
confianza y persistir sin abandonar la táctica tan sólo porque no lograron anotar.
Para medir la eficacia de un esquema, el entrenador debería utilizar métricas específicas (las
cuales podrían diferir de las estadísticas oficiales), y frecuentemente podría ser útil que un
entrenador asistente se encargue de efectuar un seguimiento de esas métricas. Por ejemplo:
TÁCTICA
OFENSIVA / MÉTRICA
DEFENSIVA
Tiempo restante en el reloj de posesión cuando la ofensiva avanza hasta la canc
DEFENSA: ATRAPES
El balón no está en manos de un jugador base cuando el oponente empieza su m
DE TODA LA
Pases desviados
CANCHA
El oponente comienza su maniobra ofensiva del lado de la cancha que no prefie
Cantidad de veces que el balón “se invierte”
DEFENSA: (se pasa de un lado al otro de la cancha) durante la maniobra ofensiva
“PACK LINE” DE Cantidad de veces que el componente logra penetrar/ el balón ingresa a la zona
MEDIA CANCHA 8 Cantidad de veces que la penetración es detenida por la rotación de un defensor
% de tiros efectuados desde fuera de la llave
DEFENSA:
DOS CONTRA UNO
Cantidad de veces que el jugador del poste bajo pasa el balón (% de toques)
SOBRE EL POSTE
BAJO
Al establecer las métricas, el entrenador también debería considerar cuál podría ser la respuesta
del oponente.
Por ejemplo, establecer un dos contra uno sobre el poste podría darle al oponente más
posibilidades de tirar desde afuera. Una estrategia de presión en cancha completa podría permitir
al oponente hacer tiros en bandeja si logra "romper" la presión.
Al establecer con claridad las métricas, el entrenador puede evitar tomar las decisiones
impulsivas que se derivan de simplemente considerar si el oponente ha logrado anotar o no. Por
ejemplo, el oponente podría conseguir 2 tiros en bandeja, pero si tuvieron el balón 6 veces y
tuvieron que efectuar tiros forzados, podría considerarse que la defensa de cancha completa tuvo
éxito.