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Administración de la Sociedad Conyugal

Martes, 15 de junio de 2021.

A. Administración de la sociedad conyugal.


i. Administración ordinaria: Es aquella que le corresponde al marido, como jefe
de la sociedad conyugal, sobre los bienes sociales y los propios de cada
cónyuge, sujeta a las limitación que establece la ley.
ii. Administración extraordinaria: Es aquella que le corresponde a quien haya
sido designado como curador del marido, cuando aquel está incapacitado para
ejercer la administración. El curador nombrado puede ser la cónyuge o un
tercero.

I. Administración ordinaria.
I.1. Administración ordinaria de los bienes sociales.

a) Algunas características: (1) El marido administra “como dueño”, por lo que no


debe rendir cuenta a nadie. (2) El marido requiere la autorización de la cónyuge
o de la justicia en subsidio para la ejecución de determinados actos. (3) El
marido solo responde de culpa grave o dolo.
b) Limitaciones a la administración: Están dadas por las autorizaciones que debe
dar la cónyuge, o la justicia en subsidio, para la ejecución de los siguientes
actos:
1. Enajenar o gravar los bienes raíces sociales.
2. Prometer -referido a la celebración de un contrato de promesa- enajenar o
gravar los bienes raíces sociales.
3. Enajenar o gravar los derechos hereditarios de la mujer.
4. Prometer enajenar o gravar los derechos hereditarios de la mujer.
5. Disponer entre vivos a título gratuito de los bienes sociales, salvo el caso
del artículo 1735 del Código Civil1 (“de poca monta”).
6. Dar en arriendo o ceder la tenencia de los bienes raíces sociales urbanos
por más de cinco años, ni los rústicos por más de ocho.
7. Garantizar o caucionar obligaciones contraídas por terceros.
c) Características de la autorización voluntaria que otorga la cónyuge: (1) Debe ser
específica, es decir, el acto debe estar determinado con precisión. (2) Puede ser
expresa o tácita y previa o coetánea al acto. La autorización es tácita, si la mujer

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Artículo 1735. El cónyuge que administre la sociedad podrá hacer donaciones de bienes sociales si fueren de
poca L. 18.802 monta, atendidas las fuerzas del haber social.
interviene expresa y directamente en el acto, como si concurre a la escritura
pública de compraventa y firma dicho instrumento, no es suficiente que la mujer
presencie materialmente el otorgamiento de la escritura, esa intervención no es
expresa y directa. La autorización es expresa si se da por la mujer por escrito.
La autorización previa será siempre expresa y solemne, por escrito o por
escritura pública si el acto exigiere esta solemnidad. La autorización no podrá
ser posterior al acto, no cabe autorizar lo que ya se ha celebrado. (3) Puede ser
otorgada mediante mandato especial.
d) Autorización subsidiaria de la justicia (artículo 1749 inc. final del Código
Civil)2: El marido podrá solicitar la autorización judicial para la ejecución de los
actos enumerados precedentemente en los casos en que (1) la cónyuge se niega a
otorgar la autorización sin justo motivo; y (2) exista impedimento en la
autorización de la mujer y siempre que la demora signifique un perjuicio. Por
ejemplo, en el caso en que exista un contrato de compraventa sobre bienes
sociales en el que se haya acordado que el incumplimiento de los plazos
establecidos acarrea una multa para el incumplidor.

e) Sanciones por falta de autorización: Esto es para el caso en que el marido


celebre alguno de los actos enumerados precedentemente sin solicitar la
correspondiente a autorización.
i. Nulidad relativa: Es aquella que se aplica en los casos de los numerales 1
al 5 y su plazo se cuenta desde la disolución de la sociedad conyugal o
desde que cesa la imposibilidad que le pudiera afectar (distinto al
artículo 1691 del Código Civil, referida al vicio en el consentimiento,
cuyo plazo es de 4 años), en estos casos el acto ejecutado sin la
correspondiente autorización es nulo.
ii. Inoponibilidad: Es la que se aplica en los siguientes casos, a) al del
numeral 6, al no ser oponible el plazo en exceso a la cónyuge ni a la SC;
y b) al del numeral 7, no será oponible el acto celebrado sin la
autorización debida, a la SC ni a la cónyuge, por lo que el marido
responde con sus propios bienes. Por ejemplo, si el marido da en
arrendamiento un bien raíz social urbano por más de 5 años, dicho plazo
no será oponible a la sociedad. Lo mismo en cuanto al numeral 7, las
cauciones contraídas por la sociedad conyugal sin autorización de la
cónyuge no serán oponibles.

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Artículo 1749, inc. final. La autorización a que se refiere el presente artículo podrá ser suplida por el juez,
previa audiencia a la que será citada la mujer, si ésta la negare sin justo motivo. Podrá asimismo ser suplida
por el juez en caso de algún impedimento de la mujer, como el de menor edad, demencia, ausencia real o
aparente u otro, y de la demora se siguiere perjuicio. Pero no podrá suplirse dicha autorización si la mujer se
opusiere a la donación de los bienes sociales.
f) Otros medios de defensa de la cónyuge casada en sociedad conyugal: Se ha
señalado precedentemente y en reiteradas ocasiones que el marido es el jefe de
la sociedad conyugal y que como tal administra libremente los bienes sociales
con las limitaciones ya vistas, y que la mujer durante el matrimonio no tiene
derecho alguno sobre los bienes sociales. Dado que la cónyuge está en una
situación de desmedro en relación al marido, la ley ha creado diversas
instituciones dirigidas a resguardar su patrimonio toda vez que está supeditada a
la administración que el marido tiene sobre sus bienes.
1. Derecho a solicitar la separación de bienes por causa de insolvencia del
marido; administración fraudulenta; o por mal estado de sus negocios a
consecuencia de especulaciones aventuradas o por una administración
errónea o descuidada, o hay riesgo inminente de ello (artículo 155 del
Código Civil).
2. Derecho a renunciar a los gananciales, con lo cual evita responder con
sus bienes propios de las deudas sociales (artículo 1783 del Código
Civil).
3. El beneficio de emolumento, el cual conlleva, que la cónyuge solo
responde de las deudas sociales, hasta concurrencia de su mitad de los
gananciales (artículo 1777 del Código Civil).
4. Derecho a retirar sus bienes propios y recompensas antes que el marido y
a pagarse con los bienes propios de este si los sociales fueran
insuficientes, al momento de liquidar la sociedad conyugal (artículo 1777
del Código Civil).
5. Goza de un privilegio de cuarta clase (referido al orden de preferencia
para el pago de un crédito en los juicios ejecutivos) respecto de los
bienes propios de su marido y los sociales (artículo 2481 N°3 del Código
Civil).
6. Existencia del patrimonio reservado del artículo 1503 y de los bienes
adquiridos de conformidad con lo dispuesto en los artículos 166 4 y 167
del Código Civil y que administra de forma separada. Respecto de los
bienes adquiridos en conformidad al artículo 166 y 167, no existe un
patrimonio reservado, sino que la mujer administra dichos bienes
atendida la condición de la donación.

I.2. Administración ordinaria de los bienes propios del marido.

El marido, por regla general, administra sus bienes propios como si fuere soltero, salvo:
(1) que los frutos de tales bienes, ingresan al haber absoluto de la sociedad conyugal; y
(2) que algunos de sus bienes pueden ser declarados bienes familiares.
En términos generales los bienes familiares son aquellos destinados para la adecuada
subsistencia de la familia, pueden recaer en el inmueble que sirve de residencia
principal o los muebles que componen el ajuar del hogar que sirve de residencia
principal de la familia. Se trata de un derecho que puede exigirse en cualquiera de los
regímenes matrimoniales, ya sea que los bienes sean de propiedad exclusiva del marido
o pertenezcan a la sociedad conyugal.
La declaración de afectación de un bien como bien familiar impide que el marido pueda
disponer en forma plena de aquel, pues limitas sus facultades de disposición y
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Artículo 150. La mujer casada de cualquiera edad podrá dedicarse libremente al ejercicio de un empleo,
oficio, profesión o industria.
La mujer casada, que desempeñe algún empleo o que ejerza una profesión, oficio o industria, separados de los
de su marido, se considerará separada de bienes respecto del ejercicio de ese empleo, oficio, profesión o
industria y de lo que en ellos obtenga, no obstante cualquiera estipulación en contrario; pero si fuere menor de
dieciocho años, necesitará autorización judicial, con conocimiento de causa, para gravar y enajenar los bienes
raíces.
(…) Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la mujer administre en virtud de este
artículo, a menos que probaren que el contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia
común.
(…) Disuelta la sociedad conyugal, los bienes a que este artículo se refiere entrarán en la partición de los
gananciales; a menos que la mujer o sus herederos renunciaren a estos últimos, en cuyo caso el marido no
responderá por las obligaciones contraídas por la mujer en su administración separada.

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Si a la mujer casada se hiciere una donación, o se dejare una herencia o legado, con la condición precisa de
que en las cosas donadas, heredadas o legadas no tenga la administración el marido, y si dicha donación,
herencia o legado fuere aceptado por la mujer, se observarán las reglas siguientes:
1º. Con respecto a las cosas donadas, heredadas o legadas, se aplicarán las disposiciones de los artículos 159,
160, 161, 162 y 163, pero disuelta la sociedad conyugal las obligaciones contraídas por la mujer en su
administración separada podrán perseguirse sobre todos sus bienes.
2º. Los acreedores del marido no tendrán acción sobre los bienes que la mujer administre en virtud de este
artículo, a menos que probaren que el contrato celebrado por él cedió en utilidad de la mujer o de la familia
común.
3º. Pertenecerán a la mujer los frutos de las cosas que administra y todo lo que con ellos adquiera, pero
disuelta la sociedad conyugal se aplicarán a dichos frutos y adquisiciones las reglas del artículo 150.
administración, haciendo obligatoria la autorización del cónyuge que no es propietario
para ejecutar acciones sobre dichos bienes. También posibilita que frente al embargo
por cobro de una deuda del cónyuge que es la persona propietaria del bien, se proceda
primero a embargar y ejecutar otros bienes del deudor o deudora, dejando para el último
los bienes declarados como familiares.

Esquemas de la Administración de la Sociedad Conyugal.

Administración ordinaria de la sociedad conyugal.

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