Sword Art Online Progressive 007 Rhapsody of Red Blaze I

SWORD ART ONLINE PROGRESSIVE 007
RHAPSODY OF RED BLAZE I
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Capítulo 01:
- ¡Que calor!
Esas fueron las primaras palabras que escaparon de los labios de mi actual
compañera de viaje luego de pasar a través de la puerta de tele-transportación
del séptimo piso.
- ¡¿Qué calor?!
Ella repitió con énfasis, mirando hacia arriba. Por razones del mapeado, no
podemos ver el cielo azul ni el sol en cuestión, pero la luz que cae desde la
parte superior del mapa sobre nosotros es indiscutiblemente más fuerte que
en el sexto piso.
- Se supone que estamos a mitad del invierno en el mundo real… ¿así que
por qué hace tanto calor aquí? De hecho, cuando pasamos por aquí anoche,
¿no hacía mucho más frío?
Hizo esa pregunta mientras se daba la vuelta hacia mí. Yo respondí.
- Creo que lo mencioné en algún momento, pero eso depende del piso en el
que estemos. Algunos se rigen por la estación del mundo real mientras que
otros no. Este es de hecho uno de los que ignora la estación del mundo real
por completo. Anoche hacía frío, pero no hacía tanto frío de todos modos,
¿verdad?
- Es cierto, pero apenas es 5 de enero y aquí ya hacen unos 27 grados.
Dijo ella, un número terriblemente específico. En los alrededores de la plaza
apenas había un puñado de jugadores, así que ella rápidamente corrió bajo la
sombra de uno de los árboles que se encontraban al borde y abrió su menú.
Luego de una rápida navegación a través de su ventana de equipamiento, ella
hizo desaparecer su capa con capucha roja. Bajo eso se vestía con un peto
delgado y una falda de cuero que le llegaba hasta las rodillas.
Sacudiendo su lacio pelo de color avellana y acompañando este gesto con un
largo y profundo suspiro, mi compañera, la esgrimista de nivel 21 Asuna, me
miró con una mirada llena de grima.
- ¿Qué tal si te quitas tu abrigo, Kirito-kun? Me da calor solo de verlo.
- Eh, no sé…
Dije mientras miraba mi avatar.
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- A diferencia de tu capucha roja, que solo usas por moda, mi abrigo es

prácticamente mi armadura principal… Si me lo quito mi defensa va a caer
gravemente.
- Pero, eso no debería ser un problema mientras estemos dentro de una
ciudad.
- Verdad…
Lógicamente, ella tenía razón, pero el recuerdo de ser atacado por un NPC
asesino en medio de la ciudad principal del sexto piso se reprodujo
rápidamente en mi mente. Por esa razón me gustaría mantenerme
completamente equipado en cualquier parte, pero era completamente cierto
que hacía un calor terrible dentro de mi abrigo de cuero negro.
El ataque en el pueblo fue producto a un evento forzado de una misión, así
que no tengo que preocuparme de que vuelva a ocurrir. Diciéndome esto a
mí mismo, abrí mi menú y des-equipé el Abrigo de Medianoche. Debajo de
este tenía un peto delgado similar al de Asuna y un par de pantalones largos.
Esto debería ser mucho más refrescante. Pensé
-… No te ves tan diferente, eh…
Murmuró ella mientras me miraba de arriba abajo.
- Además, la ropa completamente negra supuestamente da más calor. ¿Nunca
has querido cambiar un poco de color, Blackie-san?
-… No sé de qué estás hablando, Asuna, considerando que solo has vestido
armaduras de color rojo desde que nos conocimos.
Argumenté en respuesta.
Asuna miró la túnica roja que estaba vistiendo y luego alzó la vista hacia el
frente con una sonrisa retorcida.
- A veces opto por otro color.
- Ohh, ¿de verdad…?
- Por ejemplo, cuando estoy relajada en la habitación de la posada. Pero aquí
afuera debo usar la ropa que más defensa me brinde. No me responsabilizo
del color que tengan.
- ¡Eso mismo se aplica a mi caso!
Dije, pero la verdad es que la defensa no es la única razón por la
que solo he vestido prendas de color negro. Mi abrigo era el bono
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de Last Attack del Jefe del primer piso y su color no tenía nada que ver
conmigo, pero la camisa y los pantalones eran ropas regulares de cualquier
tienda, así que podía elegirlos de otro color si así lo hubiese querido.
Técnicamente, hay otra razón que puedo mencionar… y es que la ropa de
color negro da un bono especial de Ocultación… pero es en dependencia del
terreno en el que quieras usarla y del nivel de iluminación que halla. Escogí
la ropa de color azul oscuro cuando creé a mi personaje, pero nunca
consideré usar solamente ropa negra ni nada por el estilo. Tal vez esté
relacionado al hecho de que el uniforme de mi secundaria era de ese color,
con su tradicional cuello largo de chaqueta y sus incontables botones que me
hacía sentir cómodo
Estaba pensando profundamente en todo esto cuando Asuna sin darme
cuenta golpeó mi espalda.
- Bueno, me sentiría rara si de momento te veo vestido de blanco o naranja,
así que me tendré que conformar con tu calurosa manera de vestir. De todos
modos, es hora de ir andando.
- Eh… ¿adónde vamos?
- Es la primera vez que estamos en esta ciudad, ¿no? Bueno, en realidad es
nuestra segunda… de todos modos, tenemos que ir a almorzar. ¿A dónde
recomiendas?
- Ah… ehm…
Me di la vuelta y eché un vistazo en los alrededores de la plaza.
Lectio, el pueblo principal del séptimo piso, tenía un diseño muy ortodoxo
comparado a los estándares de Aincrad. En los bordes de la plaza de tele-
transportación se alzan un grupo de casas y tiendas construidas con piedra,
madera y yeso al más puro estilo medieval.
En contraste con la arquitectura de tablero que tenía la ciudad del sexto piso,
Stachion, aquí los caminos que conducían hacia el exterior de la plaza eran
complejos y confusos, tomándome días explorar la ciudad por completo
durante la Prueba Beta. Probé unos cuantos restaurantes durante ese tiempo,
por supuesto, pero mis recuerdos de ellos estaban extrañamente borrosos.
- Lectio, Lectio… es famoso por, si no me equivoco…
Intenté recordar mis tiempos en la Beta, pero ellos estaban
completamente perdidos. Pereciera como si alguien los eliminase
de mi memoria…
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- Ah…
Abrí mi boca, recordando la razón por la que mis recuerdos acerca de este
piso estaban tan confusos.
Fui yo mismo quien me obligó a eliminarlos. Después de todo, este lugar me
causó una tristeza inmensa.
Recordando aquellos trágicos momentos, uno a uno todos los datos
detalladamente miserables de este piso fueron llegando a mi cerebro.
Por ahora, dejaré a un lado las cosas malas e innecesarias y me concentraré
en responderle a Asuna su pregunta.
- Lamentablemente, no había nada en esta ciudad durante la Prueba Beta que
fuera lo suficientemente notable como para decir que la ciudad era famosa
por ello. De hecho, en primer lugar, Lectio ni siquiera es la ciudad principal
del séptimo piso.
- ¿Qué? Pero, es la más cercana a las escaleras, ¿no?
- Eso es verdad. Pero vayamos a comer algo a algún restaurante antes de
explicarlo. Ehm… según mis recuerdos, hay un lugar que vende sándwich
pitta, hay otro que vende arroz con pollo por allí, y también esta aquel lugar
que vende cosas picantes estilo guiso.
-… ¿Qué pasa con esa variedad de cosas?
Asuna preguntó sospechosamente. Luego inmediatamente agregó.
- Acerca del arroz con pollo, ¿es al estilo japonés o al estilo singapurense?
- ¿Eh…? ¿Cuál es la diferencia?
- El estilo japonés es similar al arroz omu. Básicamente es arroz frito con
pollo, acompañado con kétchup. Por otro lado, el singapurense corta el pollo
en delgadas fibras y lo coloca sobre el arroz condimentado con jengibre. Otra
forma de llamarlo es pollo Hainan o “khao man gai”.
Ella explicó rápidamente. Yo solo me quedé mirándola.
Cuando la conocí en el primer piso, ella dijo algo como “No vine a este
pueblo a comer cosas deliciosas”, pero ahora que hemos recorrido juntos
todo el camino hasta el séptimo piso, puedo decir con seguridad que los
conocimientos de Asuna sobre de la cocina supera con creces a los
de cualquier otro jugador de SAO. Me gustaría pensar que eso
significa que ella disfrutaría tanto cocinar como lo hace al probar la
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comida, pero sé que las cinco habilidades de Asuna son Estoque, Armadura
Ligera, Costura, Correr y sospechosamente Lanza a Dos Manos. En este
punto del juego es muy pronto el tener dos habilidades artesanas, pero… ¿por
qué habrá escogido Costura en vez de Cocinar? ¿Y por qué está subiendo
Lanza a Dos Manos, una habilidad que rara vez podrá usar…?
Llevamos aproximadamente un mes siendo compañeros, pero me he dado
cuenta de que aún hay muchas cosas que desconozco de ella.
- Probablemente se trate del estilo singapurense. Aunque no recuerdo si el
arroz estaba condimentado con jengibre.
- ¿Por qué te quedaste tan enfocado es eso…? Sin considerarlo tanto,
vayamos a ese restaurante entonces.
- Ehh, ¿te gusta el Hainan Gai?
- ¡Los has mezclado, es arroz con pollo de Hainan o Khao man gai!
Rectificó ella, luego añadió.
- No me gusta a mí, sino a mi herma… digo, a mi familia. Pero dado que fue
hace mucho que lo probé, quiero hacerlo de nuevo ahora.
-… Oh.
Cerré mi boca para ocultar mi cara de sorprendido. Era extremadamente raro
que Asuna dijera algo acerca de su familia en el mundo real. La última vez
que recuerdo haberla oído mencionarlos fue el Castillo Yofel del cuarto piso
cuando me dijo que las Navidades que había pasado en el mundo real se
reducían a ella comiendo sola un pastel mientras esperaba a que su madre o
su padre regresaran a casa.
Dejando eso de lado, no me molesta que el primer plato que comamos en el
séptimo piso sea arroz con pollo.
- Entonces vamos. Por este camino, señorita.
Me ofrecí, inclinándome educadamente y levantando una mano mientras
apuntaba hacia la derecha. Asuna suspiró pesadamente y tomó la delantera.
Bajamos por el camino suroeste de la plaza de tele-transportación y, guiados
por mis vagos recuerdos, giramos a la derecha una vez y luego otra a la
izquierda. Un olor placentero inundó el área. Asuna empezó a olisquear con
su nariz y luego sonrió.
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- Bueno, ese aroma definitivamente es el de un restaurante de arroz con pollo

de verdad.
- No te hagas ilusiones, tal vez no sea cien por ciento real.
Respondí mientras sentía que mi medidor de hambre estaba llegando a su
límite.
The Irrational Cube, el Jefe del sexto piso, fue vencido a las 11:00 de la
noche anterior aproximadamente. Asuna y yo luego subimos las escaleras
desde la sala del Jefe hasta el séptimo piso y activamos la puerta de tele-
transportación de este primer pueblo para luego regresar a Stachion mientras
escoltábamos a las NPCs Theano y Myia hacia su hogar en agradecimiento
a su ayuda durante la batalla. Nos quedamos en una posada en Stachion
porque estábamos realmente cansados para ese momento, y dormí un montón
de hecho hasta las 9:00 AM.
La mayoría de los jugadores de la línea delantera debían estar trabajando en
esos momentos duramente para completar el séptimo piso, por lo que Asuna
y yo nos relajamos por una hora antes de cruzar por la puerta de tele-
transportación y llegar aquí a Lectio. Así que, en resumen, la última vez que
comí algo fue antes de entrar al laberinto del sexto piso. Y solo fue un
sándwich con carne artesanal preparado por un carrito ambulante. De hecho,
ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me senté en una mesa y
me tomé mi tiempo para comer.
Claramente mi compañera estaba pensando lo mismo, pues aumentó su paso
a medida que nos acercábamos al restaurante.
Un cartel simple con una señal de madera colgaba sobre las puertas abiertas
del edificio. En la madera estaba tallado algo en inglés… decía: Min’s
Eatery.
- ¿Min’s Eatery…? ¿Qué significa “eatery”?
Pregunté por la palabra con la que no estaba familiarizado.
Asuna explicó.
- Es un edificio que sirve como Restaurante Casual o incluso como Café.
Este lugar es bastante pequeño… espero que tengan alguna mesa disponible.
Sus plegarias fueron respondidas, pues no había nadie en el lugar. Era un
poco temprano para almorzar, y el camino que llevaba a este lugar
estaba muy lejos del principal, así que, si no me equivoco, muchos
jugadores nunca sabrán ni de la existencia de este lugar.
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Cuando Asuna dijo que Eatery era un pequeño restaurante estaba en lo cierto.
Solo había seis sillines frente al contador y un par de mesas para dos, nada
más. Nos sentamos en una de las mesas y antes de incluso mirar el menú,
una vez proveniente de la parte trasera del contador nos habló.
- ¡Bienvenidos! ¿Qué desean?
- Ehh… ¡denos un segundo!
Protesté a la mujer situada allí, la cual probablemente se llamase Min. Abrí
el menú hecho de madera que estaba en la mesa y le echamos un vistazo.
Como norma general, los menús y nombres de las tiendas NPCs estaban
escritos en inglés. Al principio, me resultó difícil leer y descifrar lo que
decían, pero con el tiempo empezaba a entenderlos… o al menos me
acercaba a los conceptos… y con el tiempo me acostumbré a descifrar que
decían los letreros con solo echarles un vistazo. O eso creo.
Afortunadamente, la lista del menú se reducía a dos entrantes, dos platos
fuertes y cuatro bebidas. Por arribita, los entrantes creo que eran sopa y
ensalada, mientras que los dos platos fuertes eran de arroz. Uno era con pollo,
justo como recordaba, y el otro era arroz con albahaca. Ambos platos
costaban 40 Cols la porción grande y 30 Cols la porción regular. Eso era un
precio razonable para estar en el séptimo piso, considerando que eran platos
ligeros. Como sea…
-… ¿Arroz con albahaca? ¿Con “albahaca” se refieren a la albahaca que se
pone en la pizza y esas cosas?
-… Probablemente. La ortografía coincide después de todo.
Argumentó Asuna.
Luego de respirar, me seguí quejando.
- ¡Pero… las albahacas son solo un montón de hojas! ¡Es una locura que
cueste lo mismo que el arroz con pollo, no importa como lo mires!
- No te quejes conmigo…. ¡Oh!
Ella parpadeó sorprendida y luego sonrió.
- ¡Ya veo! Esto probablemente no sea un arroz con hojas cualquiera. Debe
de ser kaphrao.
- ¿Ka… kaphrao? ¿Dónde he escuchado eso antes…?
Me pregunté.
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Ella pacientemente me explicó.

- Hace poco te dije que el nombre del pollo con arroz al estilo singapurense
también es conocido como khao man gai, ¿no? Eso proviene de Tailandia. Y
los dos platos de arroz tailandeses más famosos son el khao man gai y el
kaphrao.
- Ohhh… ¿y cómo es el kaphrao?
- También es servido como arroz kaphrao en Japón. Básicamente es pollo o
puerco frito con albahaca servido con arroz.
- Oh… no recuerdo que este restaurante sirviera algún plato como ese
durante la Beta.
- Tal vez algún desarrollador fue a estudiar a Tailandia antes del lanzamiento
oficial.
Dijo con una expresión seria y no sabía si ella estaba bromeando. Asuna
suspiró y agregó.
- Ya estoy harta de esperar. Si no pides tú orden en los próximos cinco
segundos, lo haré yo misma.
- ¡Ah! ¡Espera un segundo!
Llorisqueé, mirando hacia los dos platos escritos en el menú.
¿Elijo el ya conocido arroz con pollo? ¿O me aventuro en lo desconocido y
elijo el arroz kaphrao? Me pregunté durante cuatro segundos hasta que me
surgió una idea.
- Uh, ¿qué tal si pedimos ambos platos y los compartimos?
- Buena idea.
Asuna me apoyó. Entonces ella añadió sigilosamente.
- Por favor, pide porciones grandes.
Ese “tiempo que el desarrollador se pasó estudiando en Tailandia” le sirvió
muy bien, porque el arroz con pollo y el kaphrao de Min no dejaba nada que
desear. Tal vez la salsa secreta que tenía el plato y no reconocimos hubiese
hecho la magia, pero el pollo estaba seguro que no tenía ese sabor en la Beta,
que, si mal no recuerdo, era tan simple como ligar el arroz con la carne. Por
otro lado, el kaphrao fue definitivamente algo nuevo para mí, y
delicioso.
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Asuna y yo terminamos de comer nuestros platos compartidos en menos de

tres minutos, tomando después un té con esencia de vainilla, y suspirando
con gran satisfacción.
-… Oye.
- ¿Hmm?
- Dijiste que no había nada que hiciera famoso a este pueblo. ¿Acaso esa
comida no contaba?
Preguntó Asuna mientras arqueaba sus ojos marrones.
Le respondí con los pensamientos que tuve mientras comía:
- Esa comida no era así de buena en la Beta. Era un poco… seca, solo arroz
con pequeños trozos de pollo encrespados…
- Pero lo importante era el arroz, ¿no? ¿No es la primera vez en Aincrad que
hemos visto un restaurante sirviendo platos de arroz propiamente dichos?
- Oh…
Ella tenía toda la razón acerca de eso. Ya habíamos comido algunos platos
de gachas en el campamento de los elfos oscuros del tercer piso, pero en
realidad eran como cebadas hervidas en leche dulce con nueces y frutas secas
rociadas por arriba. Por esa razón era difícil llamarlo un plato de arroz.
- Creo que estás en lo cierto.
Dije.
- Pero el arroz que sirvieron aquí estaba hecho con granos grandes, ¿no? Es
igual de bueno, pero no es menos cierto que realmente el grano de arroz más
codiciado cuando se trata de acompañarlo con carne es el pequeño.
-… ¿Cómo sabes tanto sobre la diferencia entre el arroz de grano grande y
pequeño cuando ni siquiera había oído hablar del khao man gai o el kaphrao?
Preguntó Asuna con desconfianza.
- Ehhh… ¿tal vez porque durante la escuela primaria me llevaron a un
sembradío para ayudar a sembrar el arroz…?
- Ohhh, eso es genial. Nosotros nunca hicimos eso… pero en su lugar fuimos
a un sembradío de arroz a cazar insectos.
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Dijo ella con una sonrisa. Luego rápidamente se enderezó y aclaró su

garganta, como si se hubiese dado cuenta de que llevaba un rato hablando
del mundo real.
- Como sea…- continuó – eso estuvo realmente delicioso. Gracias por
traerme a este maravilloso lugar.
- De nada. Pero no se sintió como si celebrásemos el Nuevo Año con esa
comida…
- Primero que nada, ya es 5 de enero, y hace un calor insoportable afuera.
Aunque sirvieran comidas típicas de Año Nuevo, no se sentiría de esa forma.
Dijo con una mueca mientras terminaba su té helado y miraba a través de la
ventana. El interior del local tenía buena ventilación, por lo que era
agradablemente fresco, pero los rayos de sol que entraban por la ventana en
medio de la tarde eran tan fuertes y sofocantes como el de un día en mediados
del verano.
Debido a que la Prueba Beta se llevó a cabo en agosto, todos los pisos eran
calurosos y veraniegos, pero ninguno tanto como para ser insoportable. Lo
que me lleva a pensar que el calor del séptimo piso fue reajustado y elevado,
así como el sabor del pollo que acabábamos de comer. Viendo como Asuna
y yo, con nuestras armaduras ligeras, lo estábamos pasando mal, imagino
que para los jugadores tanques que vayan equipados completamente con una
armadura pesada de plata este lugar debe ser un infierno. Lo mismo va para
los Elfos Oscuros, los cuales odian el calor.
Asuna debería estar pensado lo mismo cuando murmuró:
- Espero que Kizmel esté bien.
- Hmm... Bueno, puede hacer calor aquí, pero el lugar donde ella está en
bastante natural y está rodeado de agua. Estoy seguro que estará mejor que
cuando cruzamos el amplio desierto del sexto piso.
Expliqué.
La esgrimista parecía sorprendida con mi comentario.
- No, no estoy hablando acerca del calor. Me refiero al tema de las Llaves.
-… Oh, y-ya veo.
Esa era obviamente el problema principal de Kizmel ahora mismo.
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Asuna y yo nos encontrábamos en medio de la campaña de la Guerra Élfica

apoyando a los Elfos Oscuros. Ayudamos a Kizmel, la Caballero de Lyusula,
a recuperar una de las Llaves Sagradas en cada piso. Nos encargamos de la
Llave Jade en el tercer piso, la Llave Lapislázuli en el cuarto, la Llave Ámbar
en el quinto y la Llave Ágata en el sexto, lo que dejaba solo dos Llaves por
recuperar. Pero un desafortunado evento hizo que las cuatro Llaves Sagradas
que teníamos cayeran en manos de Kysarah, una ayudante de los Elfos
Caídos.
El mayor problema era que al parecer este evento no era una parte pre-
programada de la campaña.
Ahí afuera, en alguna parte de Aincrad, hay una pandilla de player-killers
liderada por un hombre con un pocho negro. En algún momento estos se
unieron a los Caídos y los ayudaron a robar las Llaves. Todas las Llaves
podían recuperarse en la Prueba Beta, pero no si las perdías luego de su
determinada misión. Estos sucesos no podían ser parte de la línea original de
la campaña, principalmente porque fueron causados por la interferencia de
otros jugadores.
Nos separamos de Kizmel justo después de estos eventos en el sexto piso.
Kysarah había roto su sable favorito, pero yo le ofrecí la Elven Stout Sword
como remplazo… aunque esa era mi arma secundaria… y por esa razón sabía
que nuestra conexión no podía ser completamente destruida. Pero Kizmel
debía reportar a uno de los Sacerdotes Elfos Oscuros o a alguna otra figura
suprema el cómo perdió las Llaves Sagradas. Y tenía que haber un precio a
pagar por su fracaso.
Con la esperanza de animar a Asuna, puse todo mi esfuerzo en enunciar clara
y precisamente;
- ¿Recuerdas lo que dijo Kizmel cuando se separó de nosotros? “Yo soy una
de las Caballeros de la Pagoda al servicio de la reina. Solo Su Majestad y el
Comandante Superior tienen el derecho de reprenderme”. Estoy seguro de
que está bien. Una vez empecemos las misiones de la campaña de este piso,
la volveremos a ver.
-… “Juzgarme”.
- ¿Qué?
- Es “juzgarme”, no “reprenderme”. Ese es el término más
apropiado para referirse al castigo que se le pone a alguien a causa
de su fracaso.
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Asuna explicó. Su expresión de preocupada fue reemplazada por una de poco

molesta. Exhaló y me miró a los ojos.
- Sí, tienes razón. Si tengo suficiente tiempo para sentarme aquí y no hacer
nada, entonces es mejor empezar a hacer algo. Ahora que estamos
completamente preparados, ¿te parece si empezamos con la limpieza del
séptimo piso?
Mi compañera temporal extendía su puño a través de la mesa y yo sonreí.
- Más te vale. Pero primero lo primero… vayamos a mejorar nuestro equipo.
Golpeé su puño y luego ambos nos pusimos en marcha.
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Capítulo 02:
Estando a 5 de enero, estas son las estadísticas de Asuna y mías en cuanto a
equipo y habilidades:
Kirito: Nivel 22; Espadachín; Ranuras de Habilidad: 5
- Espada a Una Mano, Artes Marciales, Buscar, Ocultación,
Meditación.
Equipo:
- Sword of Eventide +3, Abrigo de Medianoche +6, Coraza Reforzada
+4, Camisa Ceñida +2, Pantalones de Hilo de las Sombras +5, Botas
Cortas con Pinchos +3, Anillo de Músculos, Sello de Lyusula.
Asuna: Nivel 21; Esgrimista; Ranuras de Habilidad: 5 (+1 guardada en

la Botella de Cristal de Kales’Oh)
- Estoque, Armadura Ligera, Costura, Correr, Lanza a Dos Manos,
Meditación
Equipo:
- Chivalric Rapier +7, Capa Tejida con Capucha +2, Coraza Fina +6,
Túnica de Esgrimista +4, Falda de Cuero Plateado +4, Botas
Rampantes +3, Pendiente de Ondas, Anillo de Luminiscencia, Sello de
Lyusula.
De acuerdo al margen de seguridad, el nivel recomendado para cada piso es

el número del piso aumentado en siete, por lo que ni Asuna ni yo tenemos
razón para retroceder ante el séptimo piso, estadísticamente hablando. La
mitad de nuestro equipo eran recompensas especiales de misiones u objetos
dejados caer por algún monstruo o Jefe pero los otros eran todo lo contario.
En mi caso, la coraza, la camisa y las botas eran artículos que se pueden
obtener de una tienda, y en el caso de Asuna está su capa, su túnica y su
falda. Aunque estaban mejoradas, sus estadísticas distaban mucho de la de
los ítems raros, por lo que lo primero que debemos hacer cada vez que
alcanzamos un nuevo piso es echar un ojo en las tiendas NPCs e intentar
encontrar algo que mejore o sea mejor que esos objetos básicos…
obviamente en el menor precio posible.
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Una parte crucial de sobrevivir en este juego mortal era esa, pero era también
la parte divertida de jugar a un RPG.
Pero luego de observar las estanterías de la primera tienda de armaduras a la
que entramos, Asuna murmuró:
- Estos objetos no se ven para nada interesantes… y eso que es la tienda más
grande del primer pueblo.
Dijo lo suficientemente bajo para que el tendero no la escuchara.
Yo asentí.
- Si… a diferencia del restaurante, este lugar no parece haber sido mejorado.
- ¿Eso quiere decir que era igual de malo en la versión Beta?
- Mis recuerdos están borrosos, pero recuerdo tener esa mala impresión de
este pueblo.
- Podías recordar vivida y detalladamente cada cosa de Stachion. ¿Por qué
no puedes hacerlo con Lectio?
Me preguntó, pinchando mi hombro otra vez. Arrugué mis labios.
Para poder explicarlo, tendría que volver a recordar la tragedia que viví en
este lugar… bueno, que vivió cada Beta Tester… Prefería mantener todos
esos recuerdos bloqueados en lo profundo de mi mente y no tener que volver
a revivirlos nunca más, pero Asuna era muy insistente. No sería capaz de
ocultarlo de ella.
Aclaré mi garganta y hablé.
- Para explicártelo, primero vayamos a la salida del pueblo.
-… Está bien. No hay mucho que ver aquí de todos modos.
- Entonces vamos.
Guie a una escéptica Asuna de vuelta a la plaza de tele-transportación. Allí
había menos jugadores de los que habíamos visto antes, posiblemente a
casusa del calor o porque no había mucho que hacer en este lugar después de
todo.
Quería quitarme también mi abrigo y mi peto de plata, pero para evitarlo me
repetía mentalmente que ese calor era solo virtual y me concentraba
en cruzar la plaza, guiándonos por el camino este hacia la carretera
que atravesaba el pueblo. Dado que no era un pueblo realmente
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grande, un par de minutos caminando fueron suficiente para ver el muro que
separa la zona segura del pueblo de los peligrosos campos.
-… ¿Huh?
Asuna murmuró a mi derecha.
- ¿Por qué hay dos puertas?
Como ella dijo, al final de la calle principal había dos grandes puertas con
un diseño base idéntico. La única cosa que tenían diferente una de la otra era
la escultura de mármol que tenían arriba.
La escultura de la derecha era la de un hombre con mirada miserable,
encorvado y en mal estado que se sostenía de un bastón en medio de una
tormenta.
La escultura de la izquierda era la de un hombre deslumbrantemente vestido
bebiendo una enorme copa de vino en una posición reclinada.
Ambas puertas se abrieron, ofreciendo una vista clara del terreno que había
detrás de ellas. De cada lado había un camino bordeado por pastizales verdes.
No había ninguna regla o mecanismo que impidiera que una vez escogieras
un camino regresaras atrás y tomaras el otro instantáneamente. Entonces, la
razón de estas dos puertas era…
-… Para ponerlo de forma dramática, una representación del destino que
aguarda a los jugadores al cruzar esas puertas.
- ¿Destino…?
Asuna repitió, claramente pesando en que en que esto era un poco muy
dramático. Ella echó un vistazo a las puertas nuevamente,
- Entonces… el camino de la puerta derecha ofrece dificultad, mientras que
el de la puerta izquierda en un camino fácil, o eso supongo.
- Eso es cierto en su mayoría.
Respondí mientras llegábamos por fin al espacio vacío justo en frente de las
puertas. No había ningún jugador allí. Al parecer, los dos grandes gremios,
Dragon Knight Brigade (DKB) y Aincrad Liberation Squad (ALS), ya
eligieron una puerta y deben haber atravesado el camino.
Una vez nos paramos allí, el efecto de perspectiva de nuestro campo
de visión cambió, haciendo posible ver claramente a las afueras de
las puertas. A la distancia de la puerta derecha, bajo la estatua del
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hombre con el bastón, había un escaso bosque y unas empinadas montañas

planas. Más allá de la puerta izquierda, bajo el hombre con el vino, el camino
parecía reposar sobre una gran pradera.
- Eh… Lectio se encuentra en el borde este del séptimo piso, ¿verdad?
¿Entonces la Torre Laberinto se encuentra en el borde oeste?
Asuna preguntó.
- Si.
Confirmé.
- ¿Y dónde está el lugar de la misión de la Guerra Élfica?
- Debería estar justo en el medio del piso. Está a la misma distancia de
cualquiera de los dos caminos.
-… Entonces probablemente deberíamos escoger el camino fácil, ¿no?
- Supongo. Pero solo si eres una persona fuerte, Asuna.
- Muy bien, ¿Qué está pasando contigo y esas frases tan cripticas? ¿Qué
tienen que ver estos caminos con tu borrosa memoria?
Ella atacó. Puedo decir con seguridad que su medidor de irritación estaba
aumentando, así que me obligué a mí mismo a dejar salir la difícil
conversación.
- Bueno, eh… el camino derecho está plagado de monstruos y su terreno es
traicionero, que lo hace difícil, pero eso es normal en un juego. El camino
izquierdo tiene unos pocos monstruos y el terreno es una llanura… pero hay
una gran ciudad en medio del camino. Es dos o tres veces más grande que
Lectio.
- ¿Una gran ciudad…? ¿Es un calabazo?
- No, es una ciudad normal. Una zona segura con posadas, tiendas y todo lo
otro. Buena comida también.
- ¿Y cuál es el problema?
- El problema es… que hay un gran casino en esa ciudad.
- ¿Eh…?
La boca de Asuna quedó abierta. Ella miró arriba hacia la escultura
del hombre con la copa de vino, luego me miró a mi otra vez.
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- Un casino, como… ¿un casino, casino? ¿Cómo los de Las Vegas y Macau?
- Como los de Las Vegas y Macau. Aunque no he estado en ninguno de los
dos.
Dije, mirando a través de la puerta izquierda. Lo quisiera o no, pequeños
retazos de recuerdos del pasado estaban ingresando a mi mente.
- La mayoría de los mil Beta Testers… creo que el 80% de ellos, tomaron el
camino de la izquierda. Y la mayoría de ellos visitaron el casino… y la
mayoría de ellos perdieron todo lo que tenían. Los rumores decían que solo
la mitad de los Beta Testers lograron seguir adelante del séptimo piso.
-…
Asuna se quedó en silencio por unos cinco segundos, entonces caminó para
hacerme cara directamente, bloqueando mi visión.
- Por cierto, ¿cuál elegiste tú?
-… Perdí... todo.
Dije, gaznando un poco.
- Todo el dinero que guardé para las aventuras, todos mis objetos raros, todo.
solo me quedé con una sola espada que servía como mi arma principal, y así
fui al siguiente piso. Puede que haya perdido en el casino, pero no perdí el
juego. Exacto, eso es lo importante, que no perdí ante el…
- No hay nada más que hablar.
- ¿Cómo?
- Tomaremos el camino de la derecha.
Asuna declaró, cortando mi saga heroica y caminando hacia la puerta con el
hombre encorvado en su cima.
Bueno, no tengo el derecho de oponerme a su decisión. De todos modos, no
es como si quisiera repetir ese error una segunda vez. Y ahora, que a
diferencia de la Beta donde morir significaba volver al primer piso, no había
oportunidad de perderlo todo en el casino. Si pierdo todo mi dinero y equipo,
tendía que esperar en el primer piso a que alguien completara el juego por
nosotros.
- Pero…
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Algo dentro de mi… tal vez mi alma de jugador… se negaba a quedar como
un perdedor. Miré a Asuna mientras se alejaba y dije algo que ella
definitivamente no esperaba.
-… Hay una playa.
- ¿Hahh?
Se dio la vuelta.
Hablé hacia ella firmemente.
- Creo que lo mencioné en algún momento. El lado sur del piso 7 tiene una
arenosa playa con palmeras que forma parte de Volupta, la ciudad de los
casinos. Bueno, no es una playa real, sino más bien un gran lago que se
extiende hasta el borde del mapa… pero aun así el agua es salada.
- Playa…
Repitió, muy confundida. Ella miró hacia el cielo en la parte afuera del piso,
que estaba radiante y caluroso, y luego me miró a mí.
- Sin embargo… ¿no habrá mucha gente allí… considerando que hace tanto
calor?
- Bueno, aunque para obtener el permiso de entrar en ella es necesario ganar
un montón de fichas en el casino. Y no creo que los chicos de DKB o los de
ALS se dejen enganchar a los juegos de azar.
Dije, pensando en las duras expresiones de Lind, líder de DKB y Kibaou,
líder de ALS. Asuna dio un paso para acercarse a mí, llevando una expresión
similar a la que imaginaba en los dos hombres.
- ¿Eso no significa que tendremos que apostar nosotros mismos para poder
acceder a ella?
- Bueno, sí, pero… Asuna, ¿no dijiste algo cuando mencioné las playas la
última vez? Según recuerdo, hablaste sobre hacer algo en la playa si el
séptimo piso resultaba ser un eterno verano...
-…
Asuna solo parpadeó sorprendida. Entonces sus ojos se lanzaron hacia arriba
de una forma torpe y poco natural, para luego gruñir.
- Umm.
- ¿Umn?
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- Ummmmm.
- ¿Ummmmm?
Me empujó hacia un lado. Aparentemente no estaba hablando en un idioma
no humano después de todo.
-… ¿Cuánto costaría esa entrada a la playa en Col?
- Uhm… Si es igual que en la Prueba Beta, 1 ficha del casino cuesta 100
Col… así que la entrada serían 300 fichas… unos 30000 Col, ¿o no?
- ¡¿Treinta mil?!
Gritó ella y yo no podía culparla. La cantidad de Col en mi inventario era de
90000, y la cantidad de Asuna debería rondar también por ahí. Sería una
locura gastar un tercio de esa cantidad para comprar la oportunidad de jugar
en la playa. Pero…
- Espera, espera. El pase no se consigue pagando dinero por él, sino ganando
las 300 fichas en el casino. Considéralo como, ehmm, un pase VIP o algo
así…
- Eso significa que, si conseguimos el pase, ¿aun así podríamos convertir las
fichas obtenidas en Col?
- Por desgracia, no es posible convertir las fichas en Col, sino que las puedes
intercambiar por lujosos artículos que luego puedes vender allí mismo.
Dije, mientras añadía en mi mente.
- ¡Asumiendo que puedas conseguir 300 fichas!
- Hummmm…
Asuna cruzó los brazos mientras analizaba toda esa información. Bueno, si
después de todo esto ella elige ir por el camino de la derecha, no tendré forma
de discutir nada más para convencerla.
10 segundos después, la esgrimista descruzó los brazos, mirando a la
escultura del hombre con el bastón y luego a la del hombre con la copa de
vino.
-… Incluso si ganase unas 30000 fichas, prométeme que no derrocharás el
dinero como ese señor.
-… Uh-huh.
- Bueno, vamos.
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Dijo mi compañera, caminando lentamente hacia la puerta izquierda. La

seguí sin decir ni una sola palabra.
Acerca de los dos caminos que se extienden desde las puertas de Lectio, los
residentes NPCs llaman al camino derecho, el que lleva por el norte: el
Camino de Altos Vientos. Y al camino izquierdo, el que lleva por el sur: el
Camino de Bajos Vientos.
Por supuesto, esa no era una referencia literal de como soplaban los vientos,
pero si una figurativa. El camino izquierdo, el cual nosotros elegimos, era
uno pavimentado con ladrillos y rodeado de campos llenos de flores. El
ambiente era silencioso y calmado durante casi todo el trayecto, y nuestra
vista virtual no captaba a ningún monstruo.
-… Si el clima estuviera más fresco, este podría convertirse en el viaje más
relajante hasta ahora.
Comentó Asuna.
Yo ahogué un bostezo y asentí.
- Tuvimos viajes similares por los campos que había en el segundo piso,
aunque de vez en cuando éramos atacados por vacas locas…
- Oh, que nostálgico, el piso de las vacas, ehh. Me gustaría comerme aquel
enorme pastel de nuevo.
- ¿El Tremble Shortcake? huh. Ya que hablamos de ello, debimos haber
utilizado la puerta de tele-transporte para ir hasta Urbus y conseguir el buff
de suerte antes de ir al casino.
Comenté emocionado.
- Esa mejora solo dura 15 minutos, ¿recuerdas?
Ella aclaró.
- Definitivamente no vamos a llegar para utilizarla a tiempo.
- ¡Eso no lo sabes! Si vamos a toda velocidad, puede que tengamos tiempo
para al menos hacer una apuesta.
- ¿Realmente lo único en lo que piensas es en el casino ehh…?
Dijo ella justo en el momento en el que un fuerte zumbido se escuchó cerca.
En ese momento, los dos de repente sacamos las espadas y nos
pusimos espalda con espalda.
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Aunque casi no había monstruos rondando por el Camino de Bajos Vientos,

los pocos que se podían encontrar no eran para nada débiles. Sus estadísticas
eran las de esperarse del séptimo piso, y su forma de atacar también era
complicada, de tal manera que, si nos descuidábamos, podríamos perder
fácilmente.
Los ojos de Asuna apuntan al lado norte del camino, mientras que mis ojos
vigilaban el lado sur. En ese momento, el sonido agudo de las alas
revoloteando se escuchó de nuevo.
- Asuna, ¡agáchate!
Me agaché tanto como pude, resistiendo el impulso instintivo de darme la
vuelta y girar mi cuello hasta el límite para echar un vistazo. Inmediatamente
después, algo pasó por encima de mi espalda a una velocidad violenta.
Rápidamente levanté la cabeza y vi una sombra verde ocupado el cielo a diez
metros de distancia.
Un escarabajo con alas transparentes y una longitud corporal de unos
cincuenta centímetros. Su cuerpo principal era corto, pero tenía una especie
de aguijón tan larga como el mismo cuerpo, que se extendía desde la parte
superior de su cabeza. El nombre mostrado bajo el cursor de color rojo
brillante era VEDRIAN LANCER BEETLE. Si lo traducimos directamente,
probablemente su nombre es Escarabajo Lancero de Verdia.
-… ¿Qué significa “Verdia”?
Asuna susurró.
- El nombre de todas estas estepas… ¿probablemente sea ese?
Murmuré en respuesta.
- Uh-oh, ¡ahí viene de nuevo!
El revoltoso insecto acercó su reluciente carapacho esmeralda. ¡Vmmmm!
Vibró el aire y atacó directamente.
El cuerno del escarabajo lancero, tipo de monstruos aparecía por primera vez
en este piso, era lo suficientemente fuerte como para atravesar
completamente la armadura de plata si te golpeaba a toda velocidad. Era
prácticamente imposible hacer un contrataque si usabas un arma a una mano;
la única forma de defenderte de este ataque era con una Habilidad de Espada.
Pero incluso así, no era para nada fácil asestar un golpe en el
delgado cuerno cuando se apresuraba en su ataque hacia el objetivo.
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Si fallas, atravesará tu pecho o incluso tu cabeza, causando un daño crítico a

tu barra de HP que puede resultar fatal.
Asuna y yo nos agachamos para esquivar las cargas del escarabajo lancero.
Al ponerme de pie, inmediatamente me daba la vuelta y vigilaba al insecto
mientras daba algunas vueltas por el campo.
- Bueno, podemos seguir esquivándolo… pero no podemos estar así para
siempre.
Murmuró Asuna.
Yo resoplé.
- No estaremos así para siempre. Cada vez que esquivamos sus cargas, su
ángulo de ataque se irá reduciendo. Así que eventualmente, no seremos
capaces de esquivarlo agachándonos.
- ¿Entonces que deberíamos hacer?
Preguntó. Como un Beta Tester, sería fácil para mi simplemente darle la
respuesta a eso, pero en este punto, quisiera que ella desarrollara sus
habilidades de observación y sus instintos para que fuera de ayuda cuando
tuviésemos que trazar una estrategia contra algún monstruo que yo no
conozca. Y, además, yo no necesariamente estaré ahí siempre para ayudarla.
- ¿Puedes descifrar cuál es su punto débil?
-… ¿La parte baja de su cuerpo?
Ella respondió de una.
Debería saber que ella respondería correctamente, pero, aun así, estoy
impresionado.
- Técnicamente, son los ganglios que están en el centro de su cuerpo, donde
sus seis patas se juntan. El cerebro también es un punto débil, pero suelen
tener una especie de coraza en esa parte, además de que es difícil golpearlo
a causa del cuerno gigante.
- ¿Pero cómo atacamos esa par…?
Asuna empezó a decir, pero el escarabajo lancero elevó sus alas tan alto
como pudo, señal de que estaba a punto de cargar contra nosotros.
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Cuando un escarabajo lancero carga, solo su cabeza, la parte superior de su

tórax y sus alas en movimiento son visibles. Cada parte estaba cubierta por
una armadura que era una potencial desviadora de ataques. Si lanzabas una
Habilidad de Espada y la fallabas, su contrataque sería fatal.
Para darle una pista a Asuna, me posicioné para activar la Habilidad de
Espada de un solo golpe, Vertical. A mi lado, la punta del Chivalric Rapier
de mi compañera temblaba con indecisión.
Pero entonces se colocó perfectamente y ella asumió la postura para activar
la Habilidad de Espada de carga, Linear. Nuestras espadas tomaron una
elevada posición y emitieron su brillo.
Justo al frente, el escarabajo lancero comenzó su tercer ataque. Resistí la
necesidad de agacharme, esperando el momento perfecto. Asuna
perfectamente aguantó mi esperaba con su Habilidad de Espada aun activa.
Solamente con la pista que le dí, ella descubrió la táctica que me tomó dos
muertes en la Beta para descubrir.
El fuerte zumbido de las alas inmediatamente se acercó, dando una especie
de miedo natural. La afinada punta del cuerno se encontraba a solo 3 metros
de nosotros cuadno nos lanzamos al suelo… solo que etsa vez mirando hacia
arriba.
La parte del cuerpo más debil del escarabajo pasó justo por el frente de
nuestras caras. Un golpe normal desde esta posición no haría mucho daño,
pero con una Habilidad de Espada activada la cosa cambiaba. Meintras
mantuvieras una buena distancia y un buen ángulo entre tu cuerpo y tu
espada, la Habilidad se mantendía activada, incluso si estabas en el suelo.
Desgraciadamente, no puedes sentir la fuerza de la espada a través de la
Habilidad mientras estés en el suelo, pero esto no era necesario para golpear
el vientre de un monstruo tipo insecto.
- ¡Haaah!
Exhalamos al unísono, liberando Vertical y Linear.
Efectos de luces azul y plateado, junto a dos espadas, atravesaron la parte del
cuerpo que une las seis piernas del escarabajo, cortándolo profundamente.
Al golpear hiceiron un fuerte sonido tipo ¡wham!, indicando que fue un golpe
crítico. El gran cuerpo del monstruo salió disparado, esparciendo el efecto
de daño carmesí y dejando un rastro de luz. En la Beta, tuve que
repetir este proceso tres o cuatro veces más para derrotarlo, pero mi
nivel y mi espada eran considerablemente más fuerte comparados a
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aquellos tiempos… sumado a la presencia de mi compañera. Basándome en

la sensación física que produjo el golpe, supuse que una vez más sería
suficiente. Me empujé hacia arriba con mi mano libre y logré ponerme de
pie.
- ¡Eso estuvo bien! Ahora solo hagámoslo una vez má…
Pero el cuerpo del escarabajo lancero, que aun estaba dando vueltas mientras
caía al suelo, se detuvo en medio del aire de forma innatural. Allí mismo se
contrajo y luego explotó en partículas azules. Incontables polígonos volaron
en el aire y desaparecieron, para siempre.
-… ¿Huh?
Abrí mi boca.
Asuna también sonó decepcionada.
- Oh, ¿solo nos tomó un golpe?
- Bueno… técnicamente, eso fueron dos golpes. Pero aun así… me preguntó
si sus estadísticas fueron nerfeadas…
O tal vez tengan una nueva habilidad que les permita simular su muerte,
pensé, pero luego una ventana mostrando el Col, los ítems y la experiencia
ganada apareció. Asuna envainó su estoque y comenzó a revisar las
recompensas.
- Oh, este piso es interesante. Los monstruos nos dan una gran cantidad de
dinero y experiencia. Pero los ítems son… todos materiales de fabricación.
- Oye, no desprecies las partes del insecto. Con ellas puedes hacer armaduras
que son mucho mejores que las que venden en las tiendas… siempre y
cuando no te importe el aspecto físico…
Admití, revisando mi propia lista de ítems obtenidos en la parte baja de la
ventana.
Entonces, olvidando que nos encontrábamos en medio de una zona salvaje y
peligrosa, grité. - ¿¡Ohhhhhh!?
- ¿¡Qué… qué pasa!?
Asuna se asustó, mirándome. Presioné el botón de MATERIALIZAR ÍTEM
y agarré el objeto que apareció frente a la ventana y lo giré para
enseñárselo.
- ¡¡Tadaaan!!
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Coloqué justo frente a su nariz un cristal en forma de prisma con ocho caras.
Tenía un color rosa profundo, similar a un granate.
Tristemente, mi compañera temporal no parecía entender el valor del objeto.
Ella solo lo miró, me miró a mi luego y después una vez más el cristal.
-… ¿Y eso que es?
- Ehhh… se llama Cristal de Curación.
- Oh, ¿esto es de lo que me hablaste un tiempo atrás?
Dijo, y su expresión se tornó emocionada. Me quitó de las manos el cristal y
lo contrapuso a la luz del sol. - Ah, así que lucen de esta forma… ¿y es verdad
que pueden restaurar todo tu HP de golpe?
- Si, así es.
- Ohh, ¿y cómo se usa?
- Bueno, creo que esa explicación puede esper…
Dije, pero me di cuenta que probablemente no fuera buena idea dejar para
luego el cómo usar el Cristal de Curación, que nos podría salvar la vida en
algún momento crucial de este Juego Mortal. Aclaré mi gargante y recuperé
el cristal de las manos de Asuna.
- Usarlo es bastante sencillo, y el método funciona para cualquier tipo de
cristal. Primero: pudes pulsarlo con el dedo y seleccionar la opción Usar en
el menú emergente. Segundo: sostenerlo en una mano y tocar con la otra a
quien quieres sanar, suponiendo que no quieras usarlo en ti misma, luego de
eso solo tienes que decir Hea… ¡mierda!
Lancé el Cristal de Curación. Asuna lo atrapó, gritando.
- ¡Oye! ¡¿Por qué me lanzas el cristal así de la nada?!
- Eh… basta con decir Healt para que le cristal funcione. Si hubiera
terminado, lo habría desperdiciado, a pesar de que mi HP está
completamente lleno…
Expliqué mientras sentía el caluroso sudor correr por la parte trasera de mi
cuello.
Asuna suspiró levemente.
- Esto, ¿no lo usaste mucho durante la Prueba Beta?
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- La verdad es que no. Después de todo, incluso en el piso 10 seguía siendo

un objeto extremadamente raro de encontrar y costoso. Tanto yo como otros
jugadores murieron por no querer usarlos y guardarlo para cuando fuera
estrictamente necesario.
- Tenemos que tener cuidado con eso esta vez. Si tú o algún compañero está
en peligro, nunca debería dudar en decir Hea… ¡Oh, mierda!
Gritó ella, y devolvió el cristal hacia mí como si estuviésemos jugando al
juego infantil de la papa caliente. Lo atrapé.
-…
-…
Nos miramos el uno al otro sin decir una palabra. Eventualmente Asuna
murmuró.
- ¿No sería mejor que lo guardaras en tu inventario?
- Buen punto.
Acordé, abriendo mi bolsa de cuero en el lado izquierdo de mi cintura, pero
me detuve.
- No… deberías guardarlo tú, Asuna.
- ¿Qué? Fuiste tú quien lo obtuvo. Es tuyo, Kirito.
- En este dúo, yo soy quien va al frente y tú en la retaguardia, ¿no? Es
simplemente una buena táctica que el que tome esa posición administre los
cristales, porque ellos tienen una mejor posición para analizar el combate.
Dije. Lancé el cristal y ella arqueó sus labios.
No estoy siendo simplemente irresponsable. Los jugadores que toman el
frente de la formación se enfocan tanto en el enemigo que suelen olvidarse
de revisar su barra de HP, y también suelen usar ambas manos, así que para
utilizar los cristales en medio de la pelea tendrían que dejar caer su escudo o
su espada.
En ese punto, yo suelo tener mi mano izquierda desocupada, así que podría
usarla para emplear el cristal. Pero para fortuna mía, Asuna ignoró ese
agujero en mi lógica; y aceptó finalmente el cristal.
-… No aprecio el hecho de que me consideres una jugadora de la
retaguardia, pero tienes razón. Por eso, yo lo llevaré.
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- No es solo que lo lleves. Como dijiste antes, úsalo si tú o algún compañero

está en peligro sin dudarlo.
-… Mm. - Ella asintió. Guardando el cristal en su bolsa de cuero.
Un fugaz pensamiento atravesó mi mente: Tal vez yo debería guardarlo.
De esa forma, yo podría evitar que el cristal se desperdiciara usándose
conmigo tanto como fuera posible, me gustaría que el cristal resguardara a
Asuna de la muerte en vez de a mí. Pero, ¿Asuna estará de acuerdo con eso?
En ese caso, sería beneficioso que cada uno tuviese un cristal. Los Cristales
de Curación y Purificación eran increíblemente raros en la Beta, pero aquí
logramos obtener uno del primer monstruo al que vencimos en el primer
piso. Eso me hace pensar que la posibilidad de que los monstruos lo dejen
caer fue reajustada para que fueran más fáciles de conseguir.
Asuna revisó los alrededores del campo, aparentemente pensando lo mismo
que yo.
-… Hey, ¿esos escarabajos lanceros son los únicos monstruos que dejan caer
Cristales de Curación?
- No del todo. Hay otros monstruos que tiene más posibilidad de soltarlo.
Pero desde el sexto piso, todos los monstruos tienen una pequeña
probabilidad de dártelo.
- ¿Pequeña probabilidad? ¿Qué tan… pequeña?
- Humm… Bueno, esto es basándome en los datos que recopilé de la Beta,
pero se estima que la probabilidad es del 0,01 por ciento en el sexto piso, y
en el séptimo piso de un 0,1 por ciento… o eso creo.
- ¿0,01 por ciento…? ¿¡Eso quiere decir que uno de cada diez mil monstruos
que derrotes puede dártelo!?
Asuna exclamó, abriendo sus ojos marrones.
Retrocedí mi cabeza.
- ¡Eso es en el sexto piso! Cuando estuvimos allí derrotamos a una buena
cantidad de monstruos, pero nunca obtuvimos ningún cristal, ¿verdad?
Además, en el séptimo piso el por ciento es de 0,01, así que…
- ¡Entonces serían uno de cada mil!
- Sí, lo sé… pero tal vez eso haya cambiado con respecto a la Beta.
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Dije esperanzado. En ese momento el medidor de rabia de Asuna pareció

descender y se calmó.
-… Bueno, lo obtuvimos del primer monstruo. Entonces… no hay ningún
otro en los alrededores, pero… ¿quieres ir a cazar algunos otros escarabajos
lanceros?
- Por supuesto…
Eché un vistazo al reloj que estaba en la esquina de mi campo de visión. Eran
la 1:55 de la tarde. Incluso si íbamos con calma, no nos tomaría más de dos
horas llegar a la Ciudad de las Apuestas, Volupta, así que no habría problema
si nos pasábamos una hora y poco más cazando antes de continuar, dudo que
se nos hiciera oscuro.
-… Entonces, hagamos un poco de farmeo y practiquemos como derrotar a
los escarabajos lanceros.
- ¡Puedes apostarlo! - Dijo Asuna con ironía. Ella saló del camino y se
adentró en los campos del norte.
Una hora y media después, Asuna y yo habíamos vencido 15 Verdian Lancer
Beetles, 10 Verdian Poison Wasp, que eran versiones más poderosas de las
avispas del segundo piso, y 5 Greasy Worm Lizards, criaturas que atacaban
saliendo de la tierra y eran un cruce de serpientes, gusanos de tierra y
lagartos.
Un monstruo cada tres minutos era una significante tasa de aparición para
estar en el Camino de Bajos Vientos, que supuestamente era de los dos el
más fácil. Asuna rápidamente dominó la táctica de usar Habilidades de
Espadas desde el suelo, usando una y otra vez el truco para derrotar a los
escarabajos lanceros. De todas las veces que cayó al suelo para utilizar la
nueva táctica, hubo una en la que se asustó al ver como un Greasy Worm
Lizard salía arrastrándose de la tierra a su lado. Aun así, nuestra caza fue
muy productiva.
Conseguimos bastante dinero, experiencia y materiales, pero
desgraciadamente, no logramos obtener otro cristal. Treinta monstruos, por
supuesto, no eran una cantidad ni remotamente suficiente para comprobar si
la tasa de dropeo fue modificada, pero sin ir muy lejos, no me parecía
probable que este lugar fuera el apropiado para concluir en algo.
-… ¿Qué hacemos ahora? ¿Seguimos intentándolo un rato más? -
Preguntó Asuna, sosteniendo su estoque.
pág. 34
Consideré un momento su pregunta y luego le respondí.

- No, deberíamos darnos por vencidos ya. Si seguimos intentándolo, no
seremos capaces de llegar a Volupta antes de que anochezca.
- ¿Sucede algo malo cuando anochece? – Preguntó ella.
Por un momento, no supe que responder. No puedo ser directo y decirle
quiero ver lo hermosa que se ve Volupta durante en atardecer. En su lugar,
miré hacia arriba y dije suavemente.
- Uh, me preocupa que podamos perderemos, ya que es la primera vez que
cruzamos este camino, ya sabes…
Aun no eran las tres de la tarde, pero la luz del ambiente ya se estaba
empezando a desvanecer y a tornarse dorada, y podías sentir que la
temperatura había caído un poco.
- ¿Cómo podríamos perdernos? Este es el único camino que veo, así que
seguramente estaremos bien… pero te haré caso, sigamos avanzando. -
Asuna asintió, envainando su espada. Yo también coloqué la mía en la vaina
que estaba en mi espalda y empecé a andar por el camino de ladrillos.
- Es curioso… hemos estado cazando aquí por una hora y media, y ni un solo
jugador ha cruzado por este camino… ¿Por qué será? – pregunté.
Asuna miró a través del camino de ladrillos, hacia atrás y hacia delante,
dándose cuenta por primera vez de lo que yo había dicho. - Supongo que
tienes razón… ¿Crees que DKB, ALS y el grupo de Agil hayan tomado el
Camino de Altos Vientos?
- ¿Huh? El único mérito del otro camino es que carece de la tentación del
casino y de ir a la quiebra.
-… Eso lo hace sonar como que estamos enfrentando el riesgo de ir a la
quiebra.
Subí mis hombros, evitando cometer un error si decía algo, y apuntando
hacia el suroeste.
- Bueno, solo continuemos. Una vez lleguemos a Volupta, verás que allí hay
más cosas que ver y hacer además del casino.
Ignorando su expresión escéptica, Asuna no dijo nada más acerca del tema
y nos apuramos en atravesar el camino de ladrillos antes de que la
noche cayera.
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Capítulo 03:
No encontramos ni un solo enemigo en los cinco kilómetros que recorrimos
desde donde estábamos hasta el final de las Llanuras de Verdia.
En el momento en el que cruzamos la última colina del camino, Asuna
exclamó un - ¡Ohhh! – y corrió unos pasos hacia el frente.
Ante nuestros ojos estaba una, por no decir la más, de las ciudades más
elegantes y hermosas que existen en Aincrad. Era como una ciudad sacada
de un mundo fantástico… bueno, estábamos en un mundo fantástico, pero
aun así se podría describir de esa forma.
La ciudad se ejercía sobre un acantilado con casas de yeso blanco puro en
una suave pendiente, dispuestas en escaleras. La larga fila de techos pintados
de un color azul marino profundo, sumergidos todos en el dorado amanecer,
parecían linternas. Era un paisaje chocantemente hermoso. La ciudad tenía
edificios de piedra gris en la versión Beta, pero aparentemente recibió una
renovación para el lanzamiento oficial del juego. En el fondo de la ciudad
estaba la playa de arena blanca y agua verde esmeralda.
Esto era lo que quería mostrarle a ella, y lo logré. Asuna seguía
impresionada, pero luego exhaló y murmuró. - Es hermosa… es como
Santorini…
- ¿Santorini…? ¿Eso es un lugar del mundo real?
Ella me miró, molesta por haber sido sacada de su sueño momentáneo.
- Sí, es un lugar del mundo real. Es una isla griega que está en el Mar de
Aegan. Allí hay un pueblo llamado Oia que es igualito a este.
- Uh-huh…
Quería preguntarle si ella había estado allí, pero me abstuve de hacerlo. En
su lugar, le pregunté.
- Tal vez haya sido mapeada basándose en esa tal Oia. ¿Aquella ciudad es
acaso también famosa por tener casinos?
- Hmmm… he oído hablar de famosos hoteles-casinos es Grecia, pero no
creo que alguno de ellos se encuentre en Santorini.
Una vez más, me atacaron las ganas de preguntarle como ella sabía
todo esto. Pero en su lugar, aclaré mi garanta y dije amablemente.
- Bueno… mira allí, en la parte final del pueblo.
pág. 36
Apunté directamente hacia un gran edificio al final del camino iluminado

que llevaba al final de la ciudad. En cada esquina del edificio hexagonal con
techo azul cobalto, había torres con punta cónicas, similar a un palacio. Ese
era el Gran Casino de Volupta, el lugar que causó alegría y desesperación
por igual a muchos jugadores durante la Prueba Beta.
-… ¿Ese es el lugar? - Preguntó Asuna.
Yo asentí.
- Sí. Escucha, Asuna… ese casino pondrá a prueba nuestra fortaleza mental
de todas las formas posibles. Asegúrate de no dejar que la sangre se te suba
a la cabeza, pero tampoco sucumbas a la cobardía; solo mantén la calma,
pero sé audaz y...
- Sí, sí. Lo tengo.
Dijo, bloqueando mi boca con su mano derecha para que dejara de hablar.
- Basta de eso. Solo ganemos esas trescientas fichas, tomemos un descanso
en la playa, y luego vayamos a ver a Kizmel.
-… Sí, señora.
Quitó su mano de mi rostro y luego comenzó a descender la colina.
Volupta cubría tanto espacio como Lectio, la primera ciudad de este piso,
pero estaba mucho más poblada.
En el momento en el que cruzamos las puertas de estuco blanco, los gritos
animados y los seductores aromas provenientes de varios carritos,
restaurantes y bares ubicados a ambos lados de la calle principal nos
recibieron. Me dije a mi mismo para calmarme que acabada de comer ese
delicioso arroz con pollo y kaphrao en Lectio, pero en realidad ya habían
pasado más de seis horas desde eso. La sesión de caza nos agotó un poco, y
la noche estaba cayendo, así que supuse que esto era una buena oportunidad
para una cena temprana.
- Oye, Asuna…
- Oye, Kirito… - Dijo ella al mismo tiempo. Levanté mi mano, dándole la
señal para que hablara primero. Ella parpadeó y dijo. - Estoy segura que el
casino estará abierto hasta tarde… ¿quieres ir a comer primero?
- ¿Abierto hasta tarde? En realidad, está abierto las 24 horas.
- Oh…
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- Pero te apoyo en eso de ir a comer. ¿Qué deberíamos comer?

- ¿A dónde recomiendas?
Preguntó ella por segunda vez en el día.
Tenía que pensar en ello; Durante la Beta, la mayor parte del tiempo que pasé
en el séptimo piso fue en esta ciudad, pero mis recuerdos acerca de la comida
eran escasos. Eso fue porque estuve ignorando mi principio de ser “serio y
calmado”, siendo en su lugar alguien “cobarde y acelerado”, lo que hizo un
desastre de mí mismo.
- Eh, bueno… dejaré que tus instintos, conocimientos e increíble suerte con
la comida nos guíe aquí, Asuna.
- No estoy segura de que quieres decir… pero supongo que está bien.
Murmuró, pareciendo escéptica, pero a la vez un poco satisfecha consigo
misma.
Debido a la pendiente del pueblo, el lado norte de Volupta, que estaba más
elevado que el sur, era la zona residencial, mientras que este otro era la zona
financiera. Sin embargo, todos los lugares donde se podía comer se
encontraban ubicados a lo largo de la calle principal, que atravesaba la
ciudad por el medio de este a oeste.
También se colocaron de cierta forma que, a medida que avanzabas por la
calle hacia el Gran Casino Volupta, más lujosos se volvían los locales. Los
precios de los platos que servían en los restaurantes más cercanos al casino
eran absolutamente absurdos para los estandartes económicos del séptimo
piso.
Con el tiempo, comencé a entrar en pánico ante la idea de que Asuna eligiese
alguno de esos lugares en especial. Afortunadamente, sus botas de cuero
blanco se detuvieron con un fuerte chasquido en el primer tercio de la larga
calle.
Con su entrada abierta de par en par y una combinación de asientos en el
interior y en el exterior, el establecimiento parecía más una cafetería que un
restaurante. Desde el luminoso interior provenía un fuerte tintineo de
utensilios y vasos… además del vívido sonido de cháchara. No me importaba
mucho ese tipo de atmósfera, pero creo que a Asuna sí.
- ¿Estás segura de querer comer aquí…?
Pregunté insistentemente.
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Al momento, se escuchó una voz llana gritar.

- ¡No se cohíban, chicos! ¡La casa invita! ¡Ordenen todo lo que quieran!
Entonces se escucharon vítores y murmullos en respuesta.
- ¡Eres muy buen hombre!
- ¡Un gran cabeza de cactus!
- ¡Señorita, tráiganos tres cervezas grandes más!
- ¡Qué sean cuatro!
- ¡Y dos surtidos de salchicha!
Asuna y yo compartimos una mirada cómplice, luego caminamos hacía la
entrada y echamos un vistazo adentro.
El interior no era particularmente muy espacioso, ocupado en su mayoría por
dos mesas ubicadas en el centro. Todo ese espacio estaba lleno de jugadores
que vestían un equipo de color hierro-gris oscuro y verde que resultaba
familiar. No necesitábamos ver el ícono del gremio en sus cursores para
saberlo. Ellos pertenecían a uno de los dos grandes grupos de las Líneas
Delanteras, el Aincrad Liberation Squad. En el centro de la mesa de la
izquierda, bebiendo una jarra grande, estaba su líder de pelo puntiagudo,
Kibaou. En su alrededor estaban los otros miembros principales como
Okotan, Schinkenspeck y Hokkai Ikura.
- ¿Por qué demonios ellos están aquí? - Murmuré.
Asuna asintió. - ¿Será que llegaron aquí mucho antes que nosotros…?
Dado que no los vimos cruzar por el Camino de Bajos Vientos mientras
cazábamos, esa era la única posibilidad. Eso quiere decir que ellos se
quedaron en alguna posada de Lectio ayer en la noche y lo primero que
hicieron esta mañana fue venir hacia Volupta.
Lectio era un pueblo aburrido, es verdad, pero allí había una cantidad
determinada de misiones por hacer, además de algunas buenas áreas de
farmeo. A diferencia de un gremio pequeño y ágil, que les era mucho más
fácil subir de nivel, los gremios grandes deben esforzarse un poco más. Por
eso uno asume que pasarán todo un día alrededores del primer pueblo de
cada piso enfocándose solo en subir sus niveles. Entonces, ¿por qué se
apresuraron en salir de la ciudad y qué estaban celebrando aquí con
tanta alegría?
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Ni Asuna ni yo podíamos responder a esa pregunta. Y entonces, otra ronda

de vítores provino de otro grupo atrás de nosotros.
- ¿…?
Nos giramos para mirar al otro lado de la calle. Había un restaurante más o
menos del mismo tamaño que este, pero un poco más elegante. Trotamos
hacia el otro lado de la calle y miramos a través de la ventana porque las
puertas estaban cerradas.
- ¡Por la victoria de hoy!
Dijo una voz. Eso fue seguido por un rugiente coro de:
- ¡Victoria!
Ocupando los asientos alrededor de dos mesas, había un grupo de jugadores
vestidos con armaduras plateadas y ropas azules. Claramente era el otro de
los dos grandes grupos de las Líneas Delanteras, la Dragon Knights Brigade.
De pie solo en la parte trasera del local y levantando una jarra de cerveza
estaba un delgado hombre con cabello largo atado en una cola de caballo.
Ese era el líder del gremio, Lind. Cerca estaban Shivata y Hafner, dos de sus
compañeros.
- ¿DKB también…? ¿Pero qué demonios…?
Preguntó Asuna.
- ¿Y qué hacen bebiendo y retozando a esta hora?
Me pregunté.
- Dijeron algo sobre su victoria de hoy. Me pregunto si derribaron a algún
Jefe de Campo o algo así.
- No recuerdo a ningún JC alrededor de Volupta tan importante como para
alegrarse de esa manera por vencerlo.
Dije, recibiendo una fría mirada por parte de Asuna ante mi vaga
abreviación.
Ella retrocedió su cuerpo de la ventana.
- Bueno, asumo que ambos gremios vinieron aquí por el casino, pero lo que
no me explico es por qué escogieron locaciones justo una al frente
de la otra para celebrar. Extraía bien saber que está pasando, antes
de que terminen mintiéndose y metiéndonos en problemas.
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Estaba muy de acuerdo con eso. Ya sufrimos una pelea entre DKB y ALS
sobre el Estandarte de Valor en el quinto piso y la carrera para vencer al Jefe
del sexto piso. Así que, si esto se trataba acerca de una nueva ventaja, quería
descubrirla antes de que se saliera de control.
Eso solo nos llevaba a una persona a la que pudiésemos consultar,
obviamente.
- Ella probablemente está en este pueblo también. Démosle un toque para
reunirnos.
La cara de Asuna se alegró mientras asentía.
La respuesta de la persona a la que le había pedido que se reuniera con
nosotros llegó dos minutos después.
- “Estoy ocupada con un tema que está de moda en estos momentos.
¿Podemos reunirnos en 15 minutos? Nos veremos en un lugar llamado Pots
N Pots en el lado suroeste de la plaza de la fuente.”
Asuna leyó el mensaje sobre mi hombro y comentó.
- ¿Un tema que está de moda ahora…? ¿Quiere decir que está farmeando
para obtener experiencia?
- Dudo que se refiera a eso…
- ¿Entonces de qué está hablando?
- Eso tendrás que preguntárselo tú en persona.
Dije, cerrando la ventana del mensaje.
La plaza de la fuente en cuestión estaba ubicada donde la calle este-oeste
principal se intersectaba con un camino empinado que subía la colina de la
ciudad de sur a norte; eso estaba a menos de cien metros de nuestro lugar
actual. Si camináramos directamente hacia allí llegaríamos en menos de
cinco minutos, así que nos tomamos nuestro tiempo visitando los diversos
puestos de comida a ambos lados de la calle, llegando a la plaza otros diez
minutos después.
La plaza era, de acuerdo a mis recuerdos, el tercer mejor lugar turístico de
Volupta, superada solo por el Casino y la playa. No era muy grande, pero
allí había una estatua de una diosa de la fortuna con cabeza de pájaro en
medio de la fuente, y desde las rocas de sus pies brotaba agua pura
que formaba una piscina circular alrededor de ella.
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Cuando Asuna se acercó y echó un vistazo a través de la cerca de metal que

bordeaba la fuente, dijo ahogadamente.
- ¡Mira, está llena de monedas de plata y de bronce!
Como ella dijo, allí había montones de pequeñas monedas sumergidas en el
agua, brillando con la luz que emitían las lámparas de los alrededores. Si
recuerdo correctamente, esta vez había muchas más que la última vez que vi
esta fuente en la prueba Beta.
- No saltes para recogerlas o los guardias vendrán directamente hacia ti.
- ¡Como si lo fuese a hacer!
Protestó, golpeándome en el hombro.
-… Es muy bonita. Como la fuente de Trevi.
- Oh, incluso yo sé cuál es esa. Es la que está en Roma, ¿no?
- Correcto. De hecho, voy a tirar algunas monedas también.
Dijo, sacando dos monedas de plata de su pequeño bolsillo en la túnica con
capucha.
- ¿¡Whoa, vas a tirar doscientos Col?! Esa cosa no da ninguna mejora a nada.
- ¡No importa!
Ella me miró una vez más, luego, por alguna razón, dándole la espalda a la
fuente, lanzó las dos monedas por encima de su hombro. Salpicaron en el
agua y se hundieron, oscilando hacia abajo hasta que se asentaron encima de
las pilas que estaban en el fondo.
-… No había ninguna razón para lanzar doscientos Col completos a la
fuente…
Doscientos Col eran suficientes para comprar cinco porciones grandes de
arroz con pollo en el Min’s Eatery de Lectio, pensé, frustrándome. Pero
Asuna solo suspiró y explicó.
- Hay una leyenda sobre la fuente de Trevi que dice que dependiendo de las
monedas que lances se cumplirá algún tipo de bendición.
- Ohhh, ¿y dos para qué son?
- Una es para volver a ir a Roma de nuevo algún día, y la segunda
te permite que te acompañe una persona es…
Pero se detuvo y aclaró su garganta, mirando hacia otro lado.
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- Bueno, mejor búscalo por ti mismo…

- ¿Cómo se supone que haga eso aquí en Aincrad…?
- Puedes investigarlo una vez estemos de vuelta en el mundo real.
- Eso suena muy distante ahora mismo.
Dije, penando para mí mismo que seguramente a esas alturas ya me habría
olvidado de todo eso. En ese momento llevé mis ojos a la esquina superior
de mi campo de visión.
- Uh-oh, ¡solo nos queda un minuto!
- Oh, cierto.
Nos alejamos de la fuente y corrimos hacia la parte suroeste de la plaza. Por
allí solo había una oficina de guía turística pero ninguna tienda llamada Pots
N Pots.
- Hmm, nada por aquí… ¿será en la otra esquina?
- No. Espera.
Agarré la manga de la túnica de Asuna mientras olisqueaba con mi nariz.
Juraría que capté un olorcillo débil pero tentador en medio de la brisa
nocturna.
-… Por este lado, ¿tal vez…?
Caminamos hacia el sur, por la gran escalera que atravesaba la ciudad. A
pesar de decirle escalera, los escalones eran de unos diez pies de largo y
treinta de ancho con flores sembradas en el medio. En realidad, resultaba ser
más una calle hecha de escalones. Al final, frente a nosotros, había una puerta
grande, con la playa y el océano… técnicamente un lago… justo detrás de
ella, seguido de la abertura al final del piso y la infinita puesta de sol más
allá. Era una vista tremenda, pero ahora no era el momento de admirarla.
Bajamos un poco por las escaleras, llevando todo el rato a Asuna de su
manga, entonces doblamos en un callejón ubicado a la derecha. Justamente
atrás de la oficina de guía turística de antes había una pequeña señal. En una
fea caligrafía aparentemente decía Pots N Pots, aunque no sabía el
significado de estas palabras.
- ¡Oh! ¡Aquí es!
Exclamó Asuna justo en el momento en el que escuché unos pasos
débiles. Una pequeña figura pasó corriendo frente a nosotros a gran
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velocidad desde el otro extremo del callejón y se detuvo antes de que siquiera
pudiéramos reaccionar.
- ¡Hola, hola, llego veinte segundos tarde!
Dijo la figura de una pequeña jugadora vestida con una capa encapuchada de
color gris arenoso… la agente de información, Argo La Rata, con una
reverencia.
Asuna arrancó su manga de mi agarre y dio un paso para alejarse.
- Oh, no te preocupes – dijo alegremente - ¡Acabamos de llegar!
- Ya veo, bueno Aa-chan, mucho tiempo sin ver... bueno, no realmente, ya
que nos vimos por última vez ayer, heh.
Argo dijo con una mueca.
Moví mis manos y dije.
- Sip, perdón por interrumpirte cuando estabas haciendo tu trabajo.
- Oh, no es gran cosa, de todos modos, quería hablar con ustedes.
- Entonces, ¿ganaste algo allí?
- Solo un poco de información, ¿supongo? Aunque sólo me estaba
preparando para mi investigación.
En este punto, Asuna torpemente interrumpió.
- Ah, espera, ¿entonces me estás diciendo que con “el tema que está de
moda” te referías al casino? Argo-san, ¿estabas apostando apostando?
- Llamarlo “apostar” lo hace sonar como un crimen. Solo di que estaba
jugando, suena mejor.
- Eso es lo mismo.
Dijo ella.
Argo gimoteó y luego le di un golpea a Asuna en la espalda.
- Vamos, no seas mala conmigo. Lo hice para empezar a vender la primera
edición de mi guía del séptimo piso a finales de la noche. Todo es parte de
mi trabajo como Agente de Información.
Sí, que trabajo tan conveniente, pensé. En ese momento, me di
cuenta de una cosa.
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- Espera… ¿aún no has venido ninguna Guía de Estrategia para el séptimo

piso? Pensé que la razón por la que ALS y DKB habían venido a Volupta era
porque leyeron tu trabajo…
Argo negó con su cabeza.
- No exactamente. Al fin y al cabo, no somos los únicos Beta Testers. De
todos modos, tarde o temprano escucharían hablar del casino… Bueno, ¿no
quieren entrar? Muero de hambre.
En el instante en el que ella dijo eso, mi estomagó virtual gruñó. Asuna
asintió profundamente sin decir ni una palabra, así que seguimos a Argo
hacia el interior del misterioso Pots N Pots.
Por dentro era incluso más pequeño que el lugar del arroz con pollo en
Lectio, con solo cuatro sillas en el contador. Tres de ellas fueron ocupadas
por Asuna, Argo y yo. No había ningún menú allí puesto. Estaba busacndo
alguno en los alrededores cuando una voz proveniente del otro lado de Asuna
dijo.
- El menú está escrito en la pared frente a nosotros, Kii-bou.
- ¿Eh…?
Miré hacia adelante y lo vi, en la pared, un tablón con pequeñas letras.
Inicialmente creí que solo eran un elemento decorativo, pero ahora noté que
se trataba del menú.
- Uhhh… pollo con tomate… pollo con frijoles… pollo con setas…
Miré directamente más abajo y encontré, después de los pollos, las “res con
algo”, luego “pescado con algo” y en el lado izquierdo estaban enlistados los
“conejo con algo”, “ciervo con algo” y “perdiz con algo”.
- Entonces, “Rabbit” es conejo, “Deer” es ciervo, cierto... pero, ¿qué es
“Patridge”?
Pregunté.
Afortunadamente, Asuna tenía la respuesta.
- Es una especie de ave… En Japón, según recuerdo, se le conoce como
perdiz de montaña.
- ¿Perdiz de montaña...? ¿En qué se diferencia de una perdiz
normal?
- ¿Porque se puede encontrar en las montañas, tal vez? No lo sé.
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- Oh. Ya veo.
Volví a centrarme en el menú. Debía haber un centenar de nombres allí, pero
el problema es que no sabía qué tipos de platos eran. Si pidiera el plato de
perdiz con frijoles, pero en su lugar lo que obtuviera fuera una perdiz asado
todo relleno de frijoles, no estaría seguro de si eso zacearía mi apetito.
Tampoco podía preguntarle al cocinero por ello, debido a que nadie estaba
verdaderamente detrás del contador. ¿Qué debía hacer?
- Tomaré res con papas.
- Yo creo que comeré el conejo con hierbas.
Después de que las chicas ordenaran, una voz proveniente de alguna parte
dijo.
- ¡Enseguida!
Salté del susto, quedando en una posición que me permitía ver más allá del
mostrador. Una persona muy bajita salió caminando por una puerta que
estaba a la izquierda y metió algo redondo que sostenía con ambas manos en
el horno que se encontraba del lado derecho.
Ese NPC asumo que debe de ser el propietario. Su gran gorro de cocinero
caía hasta sus ojos y la bufanda roja que rodeaba su cuello le llegaba a las
orejas, así que no había ninguna forma de averiguar si era un hombre o una
mujer, o si era joven o viejo. Lo único de lo que podía estar seguro era de
que, si no pedía mi orden rápido, hoy no comería.
- Ehh… ehh… entonces pediré… ¡perdiz con chirivía!
Dije por pura desesperación. Como no sabía que eran la mayoría,
simplemente elegí lo último que aparecía. El Chef dijo - ¡Enseguida! – una
vez más y luego se desapareció en la oscuridad de la cocina en la izquierda
y luego volvió con otro misterioso objeto redondo que también metió en el
horno.
Los platos en sí seguían siendo un misterio total, pero en un minuto, un olor
extremadamente fragante y delicioso llenó la pequeña tienda que me alivió.
Ciertamente no era un mal olor, después de todo, este lugar había sido
escogido por La Rata, la mayor agente de información de todo Aincrad.
Podíamos confiar en sus gustos.
Un minuto después, el Chef sacó dos de esas cosas redondas del
horno, colocándolos en simples platos de madera y añadiendo un
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cuchillo, una cuchara y un tenedor para luego colocarlos frente a Asuna y

Argo.
Los objetos eran, de hecho, crujientes ollas hechas de pan. Parecían muy
buenas… ¿pero en donde estaban la res y el conejo?
Sin embargo, Asuna había descubierto el truco; agarró el pan sin dudarlo y
tiró de la parte superior. Una ráfaga de vapor salió desde el interior,
haciéndome murmurar con admiración. El pan de seis pulgadas había sido
ahuecado y rellenado con un guiso marrón espeso.
- Ah, así que de esto se trataba…
Murmuré.
Asuna me miró con una cara graciosa y dijo orgullosamente.
- Debiste haberlo figurado por el nombre.
- ¿Eh? ¿Pots N Pots…? ¿Qué se supone que significa?
- La carne está asada dentro del pan.
- Oh… ya veo… entiendo…
¡Podías haberme dicho eso, Rata! Pensé, mirando más allá de Asuna. Pero
Argo ya estaba mordiendo la tapa de su pan, habiéndolo sumergido antes en
el guiso.
Casi babeo cuando lo vi, pero afortunadamente mi propia olla de pan dorado
fue colocada en la mesa frente a mí en ese momento. Asuna había tenido la
consideración de esperar a que llegara mi plato, así que juntos dimos las
gracias y luego levanté la tapa superior de la olla.
Dentro de mi pan había un guiso blanco cremoso. Copié a Argo y dividí el
pedazo superior del pan a la mitad, lo sumergí en el guiso y finalmente le di
un mordisco.
Estaba bueno. Sabía cómo el estofado de crema que estaba acostumbrado a
comer en el mundo real, pero este desprendía una especie de aroma más puro,
con un pequeño acento de dulzura. Terminé la tapa hecha de pan muy rápido
y luego agarré la cuchara.
La primera cosa que probé fue la carne de perdiz, que tenía un rico, sabroso
y tierno sabor. Luego recogí un misterioso ingrediente blanco. Era
una pieza semicircular de algo que parecía una patata o un nabo.
- Así que, ¿esto es una chirivía…?
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Me pregunté a mi mismo, mirando con lástima mi propio plato.

Asuna también lo miró como si sintiese pena por mí.
- ¿Ordenaste eso sin saber que era?
- Si.
- Eso es una cola de lagarto.
-… ¿Qué?
Inmediatamente alejé la cuchara del alcance de mi mano. Por supuesto, todo
aquí… la perdiz, el conejo de Asuna y el ciervo de Argo… eran todos datos
digitales, y esa carne de lagarto no era diferente. Pero eso no me importaba.
Tenía estandartes que eran importante cumplir.
- Wuh… ¿A quién se le ocurrió combinar la carne de perdiz con la de
lagarto…?
Murmuré para mí mismo. Asuna y Argo irrumpieron en carcajadas.
- Tomar del pelo a Kii-bou es de lo mejor que se puede hacer, heh. Eso solo
es un vegetal.
- ¿Qué, en serio?
- Sí, de verdad. En Japón se le dice zanahoria de azúcar o también cebolleta
americana. - Explicó Asuna con aires de suficiencia. Le di una mirada de
reojo y luego volví a llevar el objeto blanco hacia mi boca. Hizo un sonido
de crujido al masticarlo al igual que con las zanahorias, solo que su sabor era
diferente, más dulce. Era un poco raro, pero no le presté mucha atención.
- Hmmm. Puedo entender porque le dicen zanahoria de azúcar.
Comenté luego de saborear la pieza.
- Técnicamente hablando, es una variedad de apio.
Asuna apuntó.
-… Mientras no tenga nada que ver con carne de lagarto, está bien.
Con eso, comencé a comer el plato debidamente. Solo había mordido unas
dos o tres veces cuando Argo habló.
- ¿Quién compartirlos?
Asuna y yo nos miramos, y luego le indicamos que sí lo haríamos.
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Primero mi olla de pan llegó a Argo, luego el plato de Argo fue a Asuna, y
el de Asuna se deslizó hacia mí. Si recuerdo correctamente, este era de conejo
con hierbas. La textura era más carnosa que la de la perdiz, pero su sabor no
era tan raro como el anterior, y la mezcla de hierbas le daba un toque
estimulante y un sabor complementario.
Una vez que habíamos comido otro tercio de las ollas, las volvimos a
intercambiar. La carne de res con papas de Argo tenía ese sabor clásico y
reconfortante. La combinación de la carne jugosa y la papa humeante fue
supremamente satisfactoria. Una vez llegué al fondo de la olla de pan, le
pregunté a Asuna en voz baja.
- ¿También podemos comernos la olla de pan?
- ¿Por qué no? Nos la sirvieron con un cuchillo.
- Ohh, así que eran para cortar el pan…
Cogí el cuchillo de sierra y corté el bol de pan ya vacío en dos, y luego en
dos trozos aún más pequeños. Me metí uno de ellos empapados en estofado
en mi boca. Estaba felizmente masticando mientras Asuna cortaba la suya en
pedazos más fáciles de digerir. Entonces ella preguntó.
- ¿Cuál fue tu guiso favorito, Kirito-kun?
- Ohhh… bueno, todos estaban buenos. La perdiz con cola de lagarto… digo,
con zanahoria de azúcar… tenía un sabor nuevo e interesante. El conejo con
hierbas fue audaz y estimulante, mientras que la res con patatas se sintió
clásico y delicioso… Pero si solo puedo elegir a uno como el ganador,
supongo que sería el de conejo.
- ¿En serio? ¿Por qué?
- Creo que su textura era la mejor.
- Hmm, interesante…
No estaba seguro de que fue exactamente lo que ella encontró “interesante”,
pero asintió de todos modos y clavó su tenedor en uno de los cuadrados de
pan cuidadosamente cortados.
Una vez terminamos, salimos del edificio. Volupta estaba sumergida en la
noche ahora. Inhalé la brisa relajante que venía desde la playa y me estiré
lujosamente.
- Ah, seguro que fue satisfactorio... Gracias por presentarnos un
restaurante decente, Argo.
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- Es sorprendentemente difícil notarlo cuando está justo detrás de la plaza,

¿no crees? No pediré el pago por esta información, hombre.
- Que bueno, gracias.
Dije mientras hacía una mueca.
- ¡Oh! – exclamó Asuna repentinamente.
- ¿Q-qué sucede?
-... Te recuerdo que en realidad no nos pusimos en contacto con Argo para
cenar.
La Rata y yo abrimos la boca al mismo tiempo.
- ¡Oh!
Después de pagar la comida en Pots N Pots nos fuimos, por lo que ahora
sería vergonzoso volver a entrar. Pero también me parecía una pérdida de
tiempo ir a buscar ahora un café para sentarnos. En cambio, decidimos
reunirnos en alguna posada.
Las posadas de Volupta estaban agrupadas en el lado sur de la ciudad, más
cerca de la playa, pero en realidad la mejor de todas estaba en el piso superior
del casino. Sin embargo, para quedarse allí debías pagar con las fichas del
casino en lugar de Cols.
Así que pasamos por las grandes escaleras, girando a la derecha una vez
llegamos a la puerta que estaba al fondo siendo protegida por seguratas. En
este punto, toda la playa era completamente tapada por el gran muro de
piedra que la bordeaba.
-… Me pregunto si los ciudadanos estarán de acuerdo con que la playa solo
sea exclusiva para los turistas que apuestan en el casino.
Murmuró Asuna. Estuve a punto de decir que los habitantes del pueblo eran
solo NPCs, pero me abstuve de hacerlo.
Kizmel de los Elfos Oscuros no era el único NPC que conocíamos con un
avanzado nivel de conversación y una inteligencia emocional casi al nivel
humano; Miya, Theano y el viejo Bouhroum eran ejemplos recientes de esto
mismo en el sexto piso. No todos eran así, pero estoy seguro que alguno de
los que vive en Volupta deben tener este nivel de inteligencia artificial.
Preferiría no ver a ningún NPC morir en este piso, pensé, mientras
Argo respondía la pregunta de Asuna.
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- Mmm, puede ser. Casi todo Volupta es dominado por el Gran Casino.
- ¿Dominado? Eso suena siniestro…
- Es lo mismo que las compañías gigantes en el mundo real, ¿no? La
economía de Volupta se sustenta en los turistas que vienen al Casino, por lo
que los residentes no pueden quejarse de la situación de la playa.
Asuna miró el gran muro de piedra que quedaba a nuestra izquierda. - Si lo
dices de esa manera… me hace sentir mal el hecho de relajarme y divertirme
en la playa…
- ¿Ehh? ¿Entonces ustedes dos vinieron aquí por la playa? Bueno, ahora me
siento mal por decir eso.
- No, en realidad, me alegro de que nos lo contaras.
Asuna admitió. Me acerqué a ella y le pregunté. - Entonces… ¿nos
olvidamos de la playa?
- Mmm… no. - Dijo para mi sorpresa.
- En el sexto piso, aprendimos que este mundo no funciona de la forma en
que su trasfondo sugiere que debería hacerlo. Por eso decidí tomar las
decisiones en base a lo que vea y escuche por mí misma. Y eso
lamentablemente significa que ignoraré lo que acabas de contarnos.
- Nee-hee-hee, no te preocupes. Yo también siempre estoy alerta para no
tragarme todo lo que escucho a través de mis investigaciones. Oh…
recomiendo quedarnos en esta posada. – Dijo Argo, señalando una posada
de cuatro pisos que estaba frente a nosotros. Ella sonrió y añadió. – Aunque,
estoy segura de que Aa-chan querrá echarle un vistazo antes de decidir si se
quedará o no.
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Capítulo 04:
La posada recomendada por Argo, llamada AmberMoon Inn, fue aprobada
por Asuna tan pronto como puso un pie dentro de esta.
DKB y ALS habían llegado al pueblo mucho antes que nosotros, por lo que
me preocupaba que pusiésemos tener problemas para encontrar una
habitación disponible. Pero ya sea porque ellos estaban posponiendo
conseguir hospedaje o buscasen quedarse en alguna posada cerca del casino,
todas las habitaciones aquí estaban disponibles.
Ya que Argo también se hospedaría, decidimos alquilar la suite platino para
los tres. El precio era tan extravagante como la habitación, pero dividido
entre tres era asequible. Naturalmente, la suite estaba dividida en tres
habitaciones, por lo que no me preocupaba porque sucediera alguna de esas
situaciones fuera de las capacidades de un niño de octavo grado como lo que
sucedió en el campamento de Elfos Oscuros en el tercer piso, o en el Castillo
Galey en el sexto piso. En ese sentido todo debería estar bien aquí. Debería.
Como no había algún elevador, tuvimos que subir las escaleras hasta el
cuarto piso. Asuna abrió la puerta… que estaba bloqueada con una cerradura
normal y no con un rompecabezas… y en el momento en el que entró a la
habitación dijo.
- ¡Es increíble!
Una vez entré comprobé que lo que ella decía era cierto. Había tres grandes
ventanas situadas en el muro frontal de la espaciosa sala de estar, algo que
era bastante raro en Aincrad. Estas ofrecían una vista panorámica de la vasta
orilla arenosa de la playa y el mar que se ubicaba en la parte meridional de
la ciudad.
El sol se había puesto ya y varias farolas encendidas se alineaban
equidistantemente en la playa, mientras que la luz de la luna proveniente de
las aperturas periféricas externas perfilaba un camino claro y pálido en el
agua. Incluso si la decoración de la habitación no era tan elegante como la
del castillo de los Elfos Oscuros, su vista desde la ventana la convertían en
la mejor de las habitaciones en las que he vivido desde que llegué a Aincrad.
Asuna corrió hacia la ventana para ver las vistas nocturnas. La vista de ella
parada de espaldas frente a la lujosa ventana, acoplándose con el fondo,
parecía una pintura exótica. No podía parar de mirarla fijamente,
hasta que sentí que alguien me estaba mirando a mí.
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- ¿Por qué tienes una sonrisa en tu cara?

- Ah… por nada.
Argo siseó con risitas y luego se quitó la capa con capucha, luego caminó
hacia la cocina que estaba en la esquina de la sala de estar. En el mundo real,
normalmente allí habría un refrigerador con bebidas frías en su interior, pero
en Aincrad no había ninguna forma de condensar algo o magia de hielo. Si
enciendes una estufa, puedes hervir agua para por ejemplo hacer té, pero
ahora mismo estábamos en un anochecer de mediados de verano, por lo que
no hacía tanto calor como en el día. Pero aun así no quería beber ninguna
bebida caliente.
- Solo tomaré un poco de agua, Argo.
- Solo deja que tu Onee-san se encargue.
Puso una jarra y tres vasos en una bandeja y luego los llevó al sofá en el
centro de la sala de estar. No tuve más opción que seguirla y ayudarla a poner
los vasos en la mesa baja. Luego se sentó en los suaves cojines.
- Ven aquí, Aa-chan. Esto te gustará.
Dijo Argo. Asuna se dio la vuelta repentinamente, parpadeando como si
hubiese sido sacada de un hechizo. Se sentó a mi lado con una mirada
curiosa.
- ¿Qué es lo que me va a gustar…?
- Solo observa.
Argo llenó los tres vasos con agua, luego abrió su inventario. Materializó
una nuez azul pálida… no, ¿era un capullo? Era un objeto redondo que medía
menos de tres cuartos de una pulgada. No recordaba haber visto ese objeto
en la Prueba Beta.
Argo echó el capullo azul en uno de los vasos. Al principio se hundió, pero
luego volvió a levantarse emitiendo leves silbidos y crujidos.
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Cuando el brote flotante alcanzó nuevamente la superficie, empezó a

florecer. Los delicados pétalos translúcidos se expandieron y el sonido
crujiente se hizo más fuerte.
Cinco segundos después, una flor quedó allí completamente abierta. Era
hermosa, pero tenía una forma extraña. Tenía seis pétalos hexagonales
apuntando en diferentes direcciones, mientras que el centro tenía la forma de
un dado de veinte lados con caras completamente triangulares. Mientras
observaba hechizado, se fue haciendo más y más grande. Su forma estaba
más cerca de una escultura de hielo que de alguna planta.
- Es hermoso… - murmuró Asuna, inclinándose repentinamnete hacia
adelante. Ella miró directamente la parte superior del vaso, luego sonrió y
dijo.
- ¡Lo sabía!
- ¿Qué cosa?
- Míralo desde este ángulo.
Cuando hice lo que Asuna me dijo, jadeé. La flor de hielo vista desde arriba
era idéntica a un copo de nieve. Miré hacia el otro lado de la mesa mientras
aun estaba agachado y le hice una pregunta a la sonriente agente de
información.
- ¿Qué es esto, Argo?
- Oh, aun no deberías estar sorprendida. Primero toma un trago, Aa-chan.
Al momento en el que sus dedos sin nignuna prenda tocaron el vaso, ella
exclamó.
- ¡Está frío!
Y al quitarlos, los lados del vaso ya estaban repletos de gotitas diminutas.
Agarró el vaso con firmeza esta vez y lo sostuvo en alto. Con mucho coraje,
se lo llevó a la boca. La flor de la superficie se movió y se detuvo a un
costado.
Asuna tomó un pequeño sorbo primeramente para probar, luego siguió
bebiendo, terminándose la mitad del vaso. Lo apartó y me miró a mí y luego
a Argo.
- ¡Está frío! ¡Es genial! ¡Realmente frío!
- Wow, ¿en serio? Déjame probar…
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Pregunté, alzando la mano, pero Argo me detuvo.

- Espera, Kii-bou, preparé uno para ti también.
Ella ya había preparado las flores de hielo en los otros dos vasos. Acercó uno
a mí y lo agarré, sintiendo el chocante frío en la calurosa palma de mi mano.
Prácticamente estaba lo suficientemente frío como para erizarme la piel.
Entonces pasé el líquido a través de mi garganta.
Era agua puramente helada. Tenía un ligero toque de sabor a menta, que tal
vez estuviera ligado al puro sabor del líquido. El agua helada inundó mi
garganta y el efecto que tuvo sobre mi cuerpo tostado por el sol fue
indescriptiblemente agradable.
Bebí dos tercios del vaso a la primera, luego exhalé con satisfacción. No
había tomado agua fría desde la cena en el Castillo Yofel del cuarto piso.
Pero esta estaba tan fría que me traía los recuerdos de la nieve de nuevo a mi
mente, por lo que no tenía nada que envidiarle. Aquí en el séptimo piso,
donde hacía tanto calor como en el verano, esa agua helada era incluso más
poderosa que una poción de curación.
- Argo… ¿cómo se llama ese ítem? – Pregunté nuevamente.
La Rata tomó un trago del agua antes de responder.
- Su nombre es Snow Tree Bud. Su efecto, como puedes ver, es congelar el
vaso en el que es depositado. Pero cuando terminas el líquido del vaso,
aparecen dos efectos de mejoras.
- ¿Eh? ¿En serio?
- ¿Crees que estoy mintiendo? Por cierto, será mejor que te tomes toda el
agua antes de que la flor desaparezca completamente, sino no obtendrás las
mejoras.
- ¿Eh? ¿En serio?
Repetí mientras echaba un vistazo desde arriba al vaso. La flor con forma de
copo de nieve se había vuelto más pequeña que cuando floreció.
Quería tomármela por sorbos y así saborear la bebida, pero también tenía
curiosidad por saber cuáles eran las mejoras. Tenso, incliné el fondo del vaso
más alto. Mientras bebía miré hacia mi barra de HP, y un segundo después,
aparecieron allí dos pequeños íconos: uno era el clásico ícono de
recuperación gradual de HP, mientras que el otro era una
combinación de un escudo y una pequeña llama.
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- Oh… ¿Esto es Resistencia al fuego?

- Sí.
Sonrió Argo. Volví a mirar los íconos, y luego a ella.
- Espera. La mejora de Curación es normal, pero la Resistencia al fuego es
algo bastante raro. ¿Por qué razón nos darías algo como esto así de la nada?
- No te preocupes por eso. Está todo planeado.
- Entonces… ¿dónde puedo conseguirlo?
- Bueno, esa es información que no te daré de gratis.
¡Me estás jodiendo! Quise gritar. Pero ella era una agente de información
muy inteligente después de todo. Y, de hecho, debería estar agradecido con
toda la información que me ha dado gratis desde hace tiempo.
-… Hum… ¿cuánto cuesta? – pregunté, temiendo la respuesta.
Ella alzó su vaso con ambas manos, la cual estaba aún ocupada con agua.
- Hmmm – consideró.
- Bueno, podría simplemente decirte cuantos Cols cuesta esa información…
pero en realidad, cobraré por ella con un favor.
- ¿Un favor?
Me giré pata compartir una mirada rápida con mi compañera… pero Asuna
no estaba mirándome a mí. Estaba fija en la flor de hielo reposando en el
vaso de cristal vacío. Por ello miré de vuelta a Argo.
- ¿De qué tipo de favor estás hablando…?
- No te asustes. ¿Crees que te pondría a ti y a Aa-chan en peligro? Solo quiero
que me ayuden con una misión que es imposible de completar para un solo
jugador.
- Una misión…
Era cierto que había muchas misiones en SAO que eran básicamente
imposibles de completar por uno mismo. Fueron de hecho una de las cosas
más frustrantes que me sucedieron en la Beta. Todo lo que tenía que hacer
eta reclutar algunos compañeros temporales, pero si eso fuera algo fácil para
mí, ya estaría actualmente afiliado a alguno de los dos grandes
gremios.
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En ese sentido, era un misterio para mí por qué Asuna, que tenía al menos
diez veces unas habilidades de comunicación social superiores a las mía,
había pasado un mes entero como jugadora solitaria. Pero sentía que parte
de esa razón era el desequilibrio masivo entre hombres y mujeres que existía
en las Líneas Delanteras. Ya hacía dos meses que este juego de la muerte
había comenzado, y entre DKB y ALS apenas podías encontrar un puñado
de mujeres. No había ninguna diferencia entre las habilidades de un jugador
femenino y uno masculino, por lo que suponía que la razón detrás de este
desequilibrio estaba impulsada por la atmósfera de elitismo que desprendían
las Líneas Delanteras. Para cambiar eso sería necesario que existiera una
especie de líder femenina…
Golpeé suavemente mi cabeza para hacer desaparecer esa línea de
pensamientos de mi cabeza y me enfoqué en la cara de Argo.
- Si existe una misión que no puedes afrontar sola en este pueblo,
definitivamente está relacionada al casino, ¿verdad?
- Brillante deducción… En realidad, no tan brillante. Extrañamente no creo
que hay alguna misión de Volupta que no involucre de todo al casino.
- Hmmm. Bueno, podría ayudarte… pero te aviso que no quiero
involucrarme en otra serie de misiones épicamente larga como La Maldición
de Stachion del sexto piso.
- No te preocupes, es realmente rápido… o eso creo.
Esa línea no me inspira confianza, pensé, girando mi cabeza a un lado
nuevamente. Asuna seguía mirando su vaso desde arriba.
-… Ah… ¿Asuna?
Pregunté suavemente, tratando de llamar la atención de la esgrimista. Ella
me miró, luego a Argo, y entonces preguntó tímidamente.
- Argo, ¿puedo comerme esa flor?
- Se ve deliciosa, ¿verdad? Inténtalo.
Dijo, alentándola. Eso también había llamado mi atención, la verdad.
Recogí la flor de hielo, que se había reducido al tamaño de un bocado en el
fondo del vaso, y lo metí en mi boca, haciendo crujir su delicada estructura.
De esta forma desprendía más de ese agradable sabor a menta.
Coloqué el vaso ya vacío de vuelta en la mesa.
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Asuna y yo agradecimos por el regalo y acordamos ayudar a Argo con su

pedido, y en ese entonces, finalmente, estábamos listos para hablar el tema
por el cual nos pusimos en contacto con ella en primer lugar.
- Entonces… no nos reunimos contigo para comer alguna buena comida o
para pasar un buen rato en la habitación de alguna posada. Estamos aquí
porque vimos a ALS y a DKB en este pueblo, celebrando algo en medio de
la tarde, y queremos saber de qué se trataba.
- ¿Qué…? ¿En serio? ¿Eso es todo?
Dijo Argo, hundiéndose profundamente en el cómodo gran sofá de cuero.
Entrecerré mis ojos.
- Buen, eso no es natural, ¿o sí? Es algo que me esperaría por parte de ALS,
pero DKB es mucho más serio en ese sentido. Y ellos estaban celebrando
también con copas y todo lo de la ley.
- ¿Ah sí? Desearía haberlo visto. Pero si ellos estaban festejando algo aquí,
la razón detrás de ello es algo obvia.
Dijo Argo alegremente. Miró entonces hacia el techo.
- Dado que ya te imaginas la respuesta, también te cobraré esta información
con el favor que les pedí. Ellos estaban celebrando por todo lo que ganaron
en el Gran Casino.
- ¿Ehh?
Murmuré… al igual que Asuna.
- Todo lo que ganaron… quieres decir, ¡¿ellos empezaron a apostar desde el
momento en que llagaron a Volupta?!
- ¡¿Ellos celebraran por ganar apostando?!
Aunque no dijimos lo mismo, los dos estábamos sorprendidos de la misma
manera, pero Argo pareció ignorar amas preguntas.
- Es verdad. Y tampoco son suposiciones mías. Yo misma los vi con las
manos en la masa.
- ¿En qué juego participaron? Porque es imposible ganar tanto dinero con las
cartas, los dados o la ruleta en solo medio día.
-… Suenas como si supieras mucho del tema. – Dijo Asuna,
perforando con si mirada mi cuello desde la derecha. Hice todo lo
posible por ignorarla, esperando la respuesta de Argo.
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Por alguna razón, la agente de información sonrió y levantó su dedo índice.

- Bueno, cuando entré al casino descubrí que han cambiado un montón de
cosas desde la versión Beta.
- ¿En qué sentido?
- Verás, el mayor cambio es que ahora el “Evento Principal” se lleva a cabo
dos veces al día, una en la mañana-tarde y otra en la noche.
Contuve el aliento, sabiendo que Asuna no entendería de los que estaba
hablado Argo.
-… ¿En serio…?
Respondí de vuelta, hundiéndome en el suave sofá. Asuna me pinchó el
brazo izquierdo.
- ¿Qué es eso? ¿El “Evento Principal”?
- Ehhh…
Con cuidado, intenté no mirarla a los ojos mientras le describía esta atracción
en particular, responsable de que yo hubiese perdido todo menos mi espada
en la Prueba Beta.
- Es la Arena de Batalla… una especie de Coliseo para monstruos.
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Capítulo 05:
Limpiamos los platos de la mesa y luego fuimos a quitarnos el polvo y el
sudor del día a los baños de la suite. Obviamente, no todos al mismo tiempo,
sino que yo fui el primero, seguido por Asuna y luego Argo. De todos modos,
yo terminé mi baño en solo tres minutos, mientras que las chicas tardaron
entre ambas unos treinta, suficiente para que yo subiera un nivel en la
habilidad de Meditación.
Esta habilidad la había adquirido de Bouhroum, un anciano que comía carne
de hamburguesa en el Castillo Galey del sexto piso, pero hoy en día seguía
siendo un misterio para mí. El efecto de Meditación en sí es bastante
simple… si te mantienes en posición de meditación zen por cierto período
de tiempo, ganas el efecto de recuperación de HP y una alta resistencia a
todos los efectos negativos. Eso era algo bastante útil, pero con un bajo nivel
en la habilidad, tomaba alrededor de sesenta segundos de meditación para
activarlo. Eso la hacía bastante inútil en el campo de batalla.
Pero, por otro lado, fue gracias a esta que pude contrarrestar el efecto de
parálisis de los dardos envenenados de los Elfos Caídos durante su ataque al
Castillo Galey. No cabe duda de que esta sería una habilidad necesaria para
cuando los enfrentara de nuevo… o incluso contra cierta pandilla de PKers
que utilizaban métodos similares. Hasta ahora todo bien; el problema viene
cuando hablamos del “modo Despertar” que tiene esta habilidad.
Estos “modos” son efectos extras que tienen algunas habilidades y puedes
alcanzarlos si cumples ciertos requisitos, además de que normalmente no son
muy difíciles de entender. Por ejemplo, las habilidades de armas como mi
“Arma a una mano” tiene la “Reducción de enfriamiento” y el “Aumento de
Daño Crítico”, La habilidad “Buscar” tiene la “Búsqueda simultánea” y el
“Aumento de Distancia”. En la mayoría de los casos, el nombre del efecto te
dice lo que hace.
Pero el nombre “Despertar” no dice nada. Y peor, su descripción solo dice:
“Lleva tu concentración al extremo para despertar una fuerza oculta”. El
hecho de usar una de mis preciadas ranuras de habilidad para mantener este
misterioso “modo Despertar” aún me causaba dudas, pero de todos modos
solo puedo activarlo una vez lleve la habilidad de Meditación a nivel 500,
por lo que, si la quitaba ahora, su nivel se resetearía a 0.
De todos modos, no es como si no pudiera imaginarme que efectos
podría tener este modo Despertar.
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Al final de la batalla contra el Jefe del sexto piso, The Irrational Cube, un
jugador rojo llamado Buxum se mostró ante nosotros. Subió sobre el cuerpo
vacío del Jefe y extrajo de allí el cubo dorado que podía Romper y
Desaparecer cosas, usándolo para paralizar a todos los jugadores que estaban
en aquella sala, menos a él.
Cuando vi a Buxum intentar asesinar a Theano, la madre de Myia, grité y
usé todas mis fuerzas en obligar a mi avatar a moverse, sintiendo mis
neuronas hervir dentro de mi cabeza. Y ahí fue cuando vi, justo al lado del
ícono de parálisis, un nuevo ícono de mejora muy similar al de Meditación.
Se trataba de una persona en pose Zen y en el fondo un anillo de color dorado
que brillaba.
En el momento en el que apareció, mi parálisis simplemente desapareció, y
ataqué con todas mis fuerzas a Buxum. Corté el brazo con el que cargaba la
espada con un simple movimiento, sin siquiera activar una Habilidad de
Espada. Desafortunadamente, se las arregló para escapar, pero si no hubiese
sido por ese orden en los acontecimientos, ahora mismo Myia y Theano
estarían muertas, y probablemente Asuna y yo también.
Entonces, ¿ese era el efecto del modo Despertar? ¿“Llevar mi concentración
al extremo” y “despertar una fuerza oculta” fueron las condiciones que
acabaron con la maldición del cubo dorado?
Pero Aincrad era solo un mundo virtual generado por el Nerve Gear. No
existían los milagros en este mundo, ni siquiera la magia, ¿cómo podía influir
de ese modo un parámetro tan extraño como la “concentración”? ¿Acaso
Kayaba Akihiko fue capaz de hacer que esta máquina no solo enviara
imágenes al cerebro o captara los movimientos del avatar… sino que también
leyera los pensamientos del usuario?
Y si de misterios se trata, la identidad de Buxum era otro que no salía de mi
mente. Como llevaba un casco sellado que cubría toda su cara desde la nariz
hacia arriba, no pude ver sus rasgos faciales, pero si él estuvo todo este
tiempo infiltrado en DKB, sus compañeros si deben conocer su rostro. DKB
y ALS llevaron a cabo una reunión en la cámara del Jefe justo después de la
pelea para hablar sobre él, pero yo no estuve allí para saber que discutieron.
Mientras pensaba si debía o no preguntarle a Shivata-san sobre esto, las
chicas finalmente salieron del baño.
Asuna vestía un vestido de una sola pieza sobre las rodillas,
mientras que Argo tenía un look muy diferente al habitual, con una
camisa sin mangas y un short. Sin poder decir nada me quedé
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mirándolas fijamente. Entonces Argo puso en su cara la mayor sonrisa que

jamás haya visto.
- ¿Qué pasa, Kii-bou? ¿quedaste encantado con las bellas piernas de Onee-
san?
- ¡Para nada! – respondí, sonando como un niño de cuarto grado. Entonces
añadí - Solo pensaba en lo agradable que debe ser sentir la brisa si vas vestido
así.
- Entonces, ¿Por qué no usas un equipo más adecuado para el verano?
Asuna recalcó inmediatamente. Miré la ropa que yo vestía actualmente.
Me había quitado el abrigo y la armadura, por lo que solo vestía una camisa
negra de mangas largas y pantalones negros también. Un conjunto para nada
“veraniego”. Como sea, el material de mi camisa era delgado y fresco,
mientras que mi Pantalón de Sombras los obtuve de un monstruo, por lo que
era bastante raro… y bastante ligeros, considerando sus altos valores de
defensa. Pero lo más importante de todo era…
-… Mejor no, si sigo tu consejo, creo que lo único que se ajusta a esa
condición es mi ropa interior.
Los ojos marrones de Asuna inmediatamente se abrieron.
- ¡Nadie dijo nada de quitarse la ropa, solo pienso que deberías usar alguna
otra cosa!
- Ah, pero no tengo ropa de repuesto.
Asuna y Argo se miraron la una a la otra y luego compartieron un suspiro.
Prácticamente podía oír lo que ambas estaban pensando: - Awwww, chicos.
Afortunadamente, no me agobiaron más con el tema de la ropa. En su lugar,
bajamos por las escaleras hasta el primer piso y de ahí salimos al exterior.
Eran pasada las ocho. Era de hecho la hora en la que normalmente salíamos
a subir de nivel en la sesión de la noche, pero al parecer esta vez nos
saldríamos del pueblo. Asumí que no necesitaría mi espada, pero por si
acaso, equipé en el lado izquierdo de mi espalda una espada corta que llevaba
algún tiempo cogiendo polvo virtual en mi almacenamiento.
La calle costera nos recibió con un aroma tropical. Desde allí, caminamos
tranquilamente por una de las tres escaleras del pueblo, la
occidental. Esta era la mitad de ancha que las grandes escaleras,
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pero había más tiendas de ítems y negocios, por lo que daba más vira de
paisaje RPG que la otra.
Recordé todas las misiones que en su día inicié aquí, pero ahora las
ignoramos todas y solo subimos hasta la cima. Eventualmente, un gran y
brillante edificio apareció en nuestra vista.
Mientras miraba como atravesaba majestuosamente con su tejado azul el
cielo nocturno, mis manos empezaron a sudar. Me dejé llevar por el
momento, y pensado que aun jugaba solo, murmuré - Yo… de todas las
personas… ¿estoy asustado? – pero rápidamente noté que las chicas no
sabrían a qué me refería o directamente pensarían que estaba siendo estúpido.
Desde la escalera occidental, entramos a la plaza que reposa frente al casino,
donde las cosas ya empezaban a ser drásticamente distintas a las del resto del
pueblo. A pesar de ser más pequeña que la plaza con la fuente del centro del
pueblo, los mosaicos que decoraban el suelo tenían diseños mucho más
complicados y lujosos, y los negocios de los alrededores eran mucho más
refinados. Lo más impresionante de todo, sin embargo, era la majestuosidad
del casino al oeste de la plaza. Sus blancos muros se iluminaban con
antorchas, y los pilares eran estatuas que lo hacían parecer el hogar de algún
rey.
En realidad, vendría a ser el castillo de Volupta. Quien quiera que sea el
dueño… del cual no conozco ni la cara ni el nombre… también era el dueño
de toda la ciudad.
Guardias armados vigilaban cada lado de la puerta de entrada de dónde
provenía un débil sonido de música clásica y varios parloteos. Los NPCs que
deambulaban por el interior estaban vestidos con las mejores ropas. Cuando
Asuna se dio cuenta de esto, retrocedió un poco y susurró.
- Etto… ¿el casino tiene algún código de vestimenta?
- ¿Un código de vestimenta…?
Inicialmente, como lo dijo en inglés, no pude evitar pensar que se trataba de
algún código para activar un DLC para obtener algún ítem u otra cosa.
Cuando me di cuenta de que estaba hablando de las regulaciones de los
atuendos, levanté mi mano y negué con la cabeza.
- No, no lo tiene. Te detendrían si anduvieras en ropa interior, pero aceptan
el equipo de principiantes, las ropas casuales e incluso una
armadura de plata pesada. ¿Acaso crees que los de DKB y ALS
gastarían dinero en comprar trajes formales?
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-… Ahí tienes un punto – Dijo Asuna, caminando rápidamente.

Como si se tratara de un hechizo de invocación, justo después de mencionar
sus nombres escuché un familiar chillido con acento kansai proveniente de
la otra esquina de la plaza.
- ¡Muy bien! ¡Ganemos mucho dinero y volvamos a casa con esa gran
espada!
Los demás respondieron a este anuncio con sus típicos – ¡Sí! – y - ¡Puedes
apostarlo! - Nosotros rápidamente nos movimos y nos ocultamos tras la
esquina de uno de los negocios que había allí, vigilando aquella zona de la
plaza.
Caminando por la calle principal iba el grupo de aproximadamente diez
jugadores vistiendo hierros negros y verde oscuro. No era necesario ver el
cabello espinoso del hombre que los lideraba para reconocer que eran de
ALS. Parece que ya habían terminado con los festejos en el gremio y ahora
los líderes se dirigían al casino para disfrutar de la noche.
El grupo de Kibao atravesó orgullosamente la plaza, sin siquiera parecer
notar que nosotros estábamos allí, y pasaron por la entrada al casino.
Probablemente estaban planeando apostar en los juegos de la Arena de
Batalla que se reiniciarían a las nueve.
-… ¿Qué gran espada? – Pregunté. No podía recordar nada como eso en la
Beta. Argo solamente tragó y murmuró en respuesta – Ve y míralo por ti
mismo.
- Bien… entonces vamos – Dije, saliendo de detrás del muro… pero Asuna
me aló hacia atrás. Antes de que pudiese incluso protestar, escuché pasos
acercándose.
Otro grupo, de aproximadamente la misma cantidad de personas que el
anterior pero vestido con ropas azules oscuras y armaduras plateadas, tomó
la misma ruta que ALS. Al frente iba Lind, “el miembro del club de
caligrafía”; a su derecha estaba Shivata, “el miembro del club de atletismo”;
y a su izquierda Hafner, “el jugador de fútbol”. Eran los DKB, el otro gran
gremio. Esos apodos solo eran usados actualmente por mí, pero no eran con
la intención de ser ofensivo. Solo quería que los demás de las Líneas
Delanteras también tuvieran sus apodos para no sentirme mal porque me
llamaran Blackie.
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En poco tiempo, el grupo de Lind cruzó la plaza y desapareció en el interior

del casino también. No había duda de que ellos, al igual que el grupo de
Kibaou, se dirigían a la sección nocturna de la Arena de Batalla.
-… ¿Cuántas fichas han ganado en la Arena durante todo el día…? – me
pregunté a mí mismo, así que me tomó de sorpresa que Argo me contestara.
- Los gremios ganaron aquí más de mil fichas, o eso eh escuchado.
- Mil…
Tuve que poner mis manos en mi boca para evitar gritar. En su lugar, mi
garganta, como por arte de magia, continúo hablando.
- ¿Qué?... sí han ganado tanto ya, no tendría sentido que siguieran aquí… si
mal no recuerdo, el premio mayor valía exactamente un millar de fichas,
¿no?
- Y también ganaron ya la entrada a la playa – añadió Asuna sin una pizca
de envidia.
Argo nos miró a ambos y sonrió.
- Lo siento, pero esa información está desactualizada. El pase VIP para la
playa cuesta 30000 fichas.
- ¡¿30000 fich…?! – gritó Asuna.
Luego Argo me miró directamente a mí y me lanzó otra bomba.
- Y también cambió el premio mayor… ahora cuesta unas 100000 fichas.
- ¡¿100000 fich…?!
Grité yo. En la Beta, intenté apostar para conseguir solamente mil fichas y
fracasé. Conseguir cien veces esa cantidad… convirtiendo cada ficha en 100
Col… sería lo mismo que ganar unos 10 000 000 Col.
- ¿Diez millones? Esos son básicamente 10 mega Col… ¿Qué clase de ítem
cuesta esa cantidad en apenas el séptimo piso? Y también… ¿Lind y Kiba
están planeando llegar a esa cantidad?
Murmuré todo eso con un poco de dolor de cabeza.
Argo solo levantó sus manos toscamente.
- Supongo. Bueno… ellos ganaron la cantidad de 1000 fichas
durante la ronda de apuestas de la mañana.
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- Aún así, eso es solo 10 veces la cantidad original… pero ahora estamos
hablando de mil veces más.
- Mil veces es solo cien veces las cien veces originales. – Dijo ella como si
no tuviera importancia.
Asuna cruzó sus manos en frente de su cara y mantuvo esa posición pensativa
mientras tomaba una decisión. - ¡Ni hablar! ¿Ganar 30000 fichas solo para
que nos permitan pasar medio día en la playa? ¡Estamos hablando de tres
millones de Col! ¡Eso es una locura! ¡Y en realidad serían seis millones
debido a que somos dos… nueve millones incluyendo a Argo! ¡Si
tuviésemos esa cantidad de dinero, simplemente sería más sencillo
comprarnos una casa con vista al mar en algún otro piso!
-… Bueno, técnicamente sería un lago.
- Como sea… ¡Ese no es el punto! El punto es: ¡no hay casino para nadie!
¡Olvídense! ¡Vayamos ahora mismo al siguiente pueblo!
Asuna cerró la boca y empezó a alejarse, pero antes de eso golpeé
suavemente su ligera armadura.
- Eh, espera un segundo. No vamos a apostar, pero aun tenemos que ayudar
a Argo con su misión.
-… Oh.
Ahí se detuvo. Argo entonces le sonrió. - ¿No quieres saber cómo obtener
una Snow Tree Bud, Aa-chan?
-… Mmmmmm…
Ella hizo ese sonido un poco más largo de lo usual, luego se giró hacia Argo.
- ¿Qué hay que hacer?
Argo solo dijo. – Les explicaré adentro – y comenzó a caminar hacia el
casino y nosotros seguimos detrás de sus rizos castaños.
La entrada al Gran casino de Volupta se encontraba en diagonal con respecto
a los mosaicos azulejados del suelo. La enorme fachada de mármol era como
la de cualquier hotel cinco estrellas del mundo real. Incluso las brillantes
armaduras de los guardias habían sido mejoradas varios niveles con respecto
a las de la versión Beta.
Pero Argo no estaba intimidada en lo más mínimo. Sus sandalias de
cuero resbalaron a través de la puerta. Tan pronto como entramos,
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justo detrás de ella, nos recibió un aire frio y refrescante junto a una
agradable melodía de cuerda y el dulce aroma de las flores.
Gracias principiante a un gran candelabro, había una luz segadora en el
vestíbulo. Me preguntaba cuantas velas y cuanto aceite usaban par
encenderlo cada noche, pero no tenía sentido preocuparse por eso en un
mundo virtual. Una estatua de una diosa con cabeza de pájaro se encontraba
en el centro de la sala octagonal de la misma forma que en la plaza con fuente
de la ciudad. Detrás de ella había tres grandes puertas que llevaban a la sala
de juegos. Una escalera en la pared derecha se dirigía hacia arriba mientras
que otra en la pared izquierda se dirigía hacia abajo. Esta última estaba
abierta, pero la que ascendía estaba bloqueada por una cuerda roja y un NPC
vestido de negro. Parecía que la orquesta que daba música al lugar provenía
de allí arriba.
-… ¿Cuál es el problema con esa escalera? – Peguntó Asuna.
Argo respondió – Si es igual que en la Beta, en el segundo piso está la sala
de juegos para los clientes VIP, mientras que el tercero es un lujoso hotel. Y
el cuarto piso… ni yo sé de qué se trata ¿y tú, Kii-bou?
- Nop – Dije, negando con mi cabeza.
Asuna murmuró suavemente – Bueno, como no vamos a apostar, lo mejor
será olvidarse de eso. Como sea… ¿A dónde tenemos que ir para avanzar
con esa misión con la que quieres que te ayudemos?
- No tan rápido, Aa-chan. Aun si no juegas, sería un desperdicio no disfrutar
de la atmósfera.
Dijo Argo con una sonrisilla y comenzó a alejarse otra vez. Pasó de largo la
estatua de la diosa y de las tres grandes puertas del final.
Tan pronto como pasamos por la gran entrada abierta, la música de cuerdas
casi dejó de escucharse por completo, siendo sustituida por el sonido de los
clamores entusiasmados.
La sala de juegos era tan grande como el gimnasio de una escuela. Allí había
incontables mesas, ocupadas con los clientes que disfrutaban de los juegos
de suerte y habilidad. Estas estaban acomodadas en tres filas apuntando
hacia nosotros, con la ruleta a la derecha, los dados a la izquierda y las cartas
ocupando la mayor parte de la fila de en medio. Este orden era, si mal no
recordaba, el mismo que el de la prueba Beta.
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En el medio de la habitación estaba el mostrador dónde podías comprar las

fichas con Col y al lado otro con los objetos intercambiables por fichas.
Había otros dos mostradores donde se podían pedir bebidas y comida ligera,
formando cuatro mostradores en forma de cuadrado. Me incliné un poco para
hablar con mi compañera temporal, quien estaba atónica en silencio.
- Oye, vamos a ver los objetos intercambiables. ¿No te interesa saber qué
tipo de objeto cuesta unas 100000 fichas?
Asuna parpadeó muchas veces y me miró con mucha precaución.
- Sí… pero más te vale no hacerte ilusiones y empezar a apostar para ganarlo.
- No, claro que no. Dale, vamos. – Dije, empujándola hacia los mostradores.
Argo solo nos siguió mientras nos sonreía.
Miré hacia los lados de la habitación mientras caminábamos, y parecía que
la mayoría de clientes… en realidad, todos ellos… eran NPCs. No había ni
un solo cursor de color verde en la habitación que indicara la presencia de
algún jugador. Si esta fuera la primera ciudad del piso, lo más probable es
que una cantidad masiva de jugadores estuviera fluyendo entre la plaza de
teletransportación de más abajo hacia aquí con la esperanza de amasar una
fortuna, pero en realidad era peligroso cruzar el camino desde Lectio hasta
Volupta sin el nivel necesario. Solo los miembros de los gremios de las
Líneas Delanteras serían capaces de llegar aquí en el primer día.
Ese pensamiento me hizo darme cuenta de que ni ALS ni DKB estaban aquí
tampoco, por lo que debían estar en la sala bajando las escaleras desde el
vestíbulo. Como eran actualmente las 8:30PM, todavía quedaba tiempo antes
de que iniciara la ronda nocturna de la Arena de Batalla.
- ¡No, no, no!
Me dije, cortando toda tentación. Doblé a la derecha frente al mostrador de
fichas, pasando de la barra que estaba en el costado para echarle un vistazo
al mostrador con los premios en la parte de atrás.
Una columna de mármol de casi tres metros de diámetro, con una vitrina
espléndida fijada en él, se alzaba a espaldas de una mujer vestida con un
chaleco negro. Allí parecía haber cinco veces la cantidad original de objetos
con respeto a la prueba Beta.
En el estante inferior estaban los diversos artículos consumibles
como las pociones, las cuales costaban unas pocas fichas. El estante
superior tenía varios objetos que parecían útiles. Otro más arriba
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tenía accesorios coloridos y pequeñas piezas de equipo, en el de más arriba,

brillando intensamente a la luz de las lámparas, había una espada larga.
La hoja ancha era tan plateada como un espejo, con oro incrustado en la línea
del bisel. El borde también era dorado, mientras que la empuñadura era de
cuero rojo con una enorme joya adornando el pomo.
- Ohh, eso ciertamente capta la atención de cualquiera. – Murmuró Asuna,
con lo que tuve que estar de acuerdo. Pero lo verdaderamente importante
eran sus especificaciones. Si esa espada cuesta 100000 fichas, o lo que es lo
mismo, diez millones de Col, no creo estar ni cerca de imaginar cuanto poder
de ataque puede tener.
Me acerqué dos pasos al mostrador y me coloqué en puntillas para verla
mejor. Pero para ver su ventana de especificaciones tendría que tocarla con
el dedo, lo cual es imposible debido a que está en una vitrina el doble de alto
que yo.
Luego de intentar alcanzarla dando saltos unas cuantas veces, Argo
finalmente habló.
- Ehh, Kii-bou, puedes acceder a la información de los objetos
intercambiables en el mostrador.
- ¿Por qué no me dijiste eso antes? – Protesté, aclarando mi garganta
vergonzosamente y acercándome otros dos pasos al contador. La mujer NPC
me sonrió de manera agradable y profesional. Le dije - ¡Información por
favor! – y ella invocó una especie de pergamino para mi mientras miraba con
una ligera mirada de desaprobación mi atuendo casual.
- Aquí tiene señor.
- Gracias – Dije, apurándome para abrirlo. Asuna miró también por encima
de mi hombro derecho.
Era un pergamino delgado, adornado con ilustraciones a color. No había
tecnología de impresión en este mundo, lo que quiere decir… si esto fuera el
mundo real… que cada ilustración fue pintada a mano. Pero obviamente,
toso esto era simplemente parte de la magia del diseño de videojuegos.
Acompañando cada ilustración estaban los nombres de cada objeto en inglés,
pero afortunadamente para mí, las descripciones si estaban en japonés. Pasé
de largo las pociones, objetos y accesorios hasta llegar a la parte
trasera del pergamino, donde estaba la espada dorada y paletada con
joyas.
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La imagen estaba adornada con el nombre “Sword of Volupta”. A la derecha

ponía que costaba los 100000 VC. Recuerdo que VC era la abreviación del
nombre oficial de las fichas del casino, Vol Coins. Le creí a Argo cuando me
lo dijo, pero, aun así, ver el número escrito en el papel hizo que mi cabeza se
tambaleara.
Acomodé mi cabeza y luego leí el texto que estaba a continuación. Decía:
Sword of Volupta: Espada que perteneció a Falhari, héroe que venció a
Zariegha, el dragón de agua, y fundó Volupta. Cura todas las heridas
del usuario, cura el veneno y garantiza un golpe crítico cada vez que
golpea.
- Hummm – murmuré mientras Asuna reprodujo un – Rrrmmmm.
- Es difícil imaginar como serán sus especificaciones - Ella murmuró.
- Realmente con esa descripción no sé qué tan buena es. Suena increíble,
pero necesitaría ver las especificaciones específicas para saber…
Señalé entonces a la vitrina.
- Asuna, si te dejo subir en mis hombres, me harías el favor de tocar la
espada.
- No, gracias.
Ella no se negó solo por pena, creo; sino también porque en el momento en
el que crucemos más allá del contador, los hombres vestidos de negro nos
vendrán a sacar. Volví a mirar el texto.
-… Basándome en lo que aquí dice, a pesar de no saber su poder de ataque o
a la cantidad de veces que puede ser mejorada, solo los efectos adicionales
que dice aquí que tiene son suficientes para que cueste unos diez millones de
Col. Al equiparla automáticamente comienza a regenerar tu HP, anula los
efectos de envenenamiento y las heridas, y garantiza que cada golpe sea
crítico, ¿no?
Al decirlo en voz alta me di cuenta que definitivamente esta Sword of
Volupta era un objeto rotísimo para el séptimo piso, donde según yo no
debería existir. Volví a echarle un vistazo a la espada expuesta en lo más alto
de la vitrina.
El lujoso y cautivador diseño de la espada no era de los que más me
gustaban para ser sincero, pero en las circunstancias actuales, la
apariencia de las armas era lo que menos nos debería de importar.
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Si incrementaba la posibilidad de que mi compañera y yo sobreviviéramos,

usaría cualquier espada diez veces más fea que la que uso ahora.
O mínimo me obligaría a hacerlo. Por ahora, esta espada esta fuera de nuestro
alcance, tanto de forma figurada como literal. Si convirtiera todo mi dinero
actual en fichas, solo tendría unas novecientas. Para llegar a cien mil fichas,
tendría que apostar todo lo que tengo de forma seguida en la ruleta unas siete
veces. Y las posibilidades de que eso tuviera éxito eran de…
-… Asuna, ¿Cuánto es 0,5 elevado a la 7?
- ¿Huh? Ehm… 0.0078 aproximadamente, ¿no?
- Gracias, entonces sería un 0,08 % de posibilidades de que eso funcione. –
murmuré. La esgrimista me miró sospechosamente por unos dos segundos y
luego sus hombros se tensaron.
- ¡Hey! ¡Estabas calculando las posibilidades de ganar 7 veces seguidas con
un 50% de suerte!
- Oh, me sorprende que lo hayas descubierto.
- ¡Obviamente! ¡Y 0,08 es ridículamente bajo!
- ¿Hay algo de malo con dejar a un hombre soñar?
- Si claro, ¿y qué será lo siguiente? ¿pensarás que apostar todo tu dinero no
tiene nada de malo? – gritó en respuesta.
Una estruendosa risa provino desde la parte trasera. Mi giré hacia La Rata,
cuyos bigotes pintados se retorcían. Ella siguió riéndose y retorciéndose
hacia atrás durante al menos cinco segundos antes de que finalmente mirara
hacia arriba.
- Hombre, nunca me aburro de verlos. Háganme un favor y nunca
desintegren este dúo, ¿ok?
- Bueno… no estamos planeando disolverlo por ahora – admití con miedo en
mi rostro.
- Mientras cierta persona no quiebre en el casino, todo estará bien – añadió
Asuna.
Salimos de la sala de juegos mientras luchaba por mantener mi fuerza de
voluntad intacta y regresamos al vestíbulo de la entrada. Eran las
8:40 PM ahora.
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Guardé el pergamino de papel en mi inventario para no caer en la tentación

y luego me dirigí a Argo para preguntarle.
- Entonces… ¿qué quieres que hagamos?
- Ah sí, sí, sí.
Ella movió sus dedos y navegó a tres del menú con una velocidad cegadora.
Una petición para formar un grupo apareció y Asuna y yo la aceptamos.
Entonces una tercera barra de HP surgió en la esquina superior izquierda.
- Ahora la misión debería estar compartida. Vamos por aquí – dijo mientras
descendía por las escaleras que se encontraban en el primer piso.
- No creo que sea buena idea ir por ahí – pensé, pero no podía decirle eso al
cliente.
Las escaleras alfombradas de color escarlata nos llevaron a través de las tres
cuartas partes del pasillo octagonal hasta acabar en el sótano. Allí había otra
estatua en el centro de la habitación, pero esta no era la de una diosa con
cabeza de pájaro, sino la de un poderoso guerrero con cabeza de león parado
encima de otro guerrero con un lagarto en la cabeza. Más allá de la estatua
había otras tres puertas iguales a las tres del piso de arriba, pero a diferencia
de aquellas, el interior de estas se veía mucho más oscuro.
- Así que aquí estoy de nuevo – Me quejé, siguiendo de todos modos a Argo
que cruzó las puertas hacia la Arena de Batalla.
Voces emocionadas ahogaron la tenue melodía de cuerdas, La amplia sala
estaba llena de una atmósfera diferente a la sala de juegos de arriba.
El suelo se hundía hacia el centro, como si fuera un cuenco, y al final había
una enorme jaula dorada. Mesas de buffet llenas de refrigerios adornaban los
costados de la sala, y en una esquina vimos un mostrador para intercambiar
fichas.
Entre los lados del escenario y ocupando las mesas habían más de cincuenta
jugadores presentes, pero no era capaz de enfocar sus caras debido a la
luminosidad. En su lugar, me centré en sus siluetas que se veían bajo los
cursores verdes, uno por uno.
-… Ah, allí están los de ALS – murmuré, y justo Asuna en mi lado susurró -
Y por allí están los de DKB.
Nos indicamos las posiciones uno al otro con una vuelta. Los
miembros de ALS estaban en el lado derecho de la arena, mientras
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que los miembros de DKB ocupaban las sillas de la mesa buffet de la

izquierda. Ambos grupos tenían grandes papeles en sus mesas y discutían
algo con sumo entusiasmo.
-… Puedo adivinar que es lo que tienen en la mesa.
- Esos papeles…- empecé a explicar – listan los nombres y descripciones de
los monstruos que van a luchar en la arena, además de las ganancias que se
obtienen si apuestas correctamente. Podemos obtener uno gratis del
mostrador para intercambiar las fichas.
- No quiero eso – Exclamó Asuna, apuntándome con una inconforme mirada
firme.
- S… Sí, claro que no. Como sea… Oye, Argo, ¿cuál es el NPC para la
misión? No veo ningún marcador.
Como ahora estábamos en el mismo party, el NPC que hacía continuar la
misión de Argo debía tener un “!” sobre su cabeza. Pero por mucho que
buscara, no había rastro de nada de eso por ahí.
- Claro que no; el NPC que me dio la misión esta en otro lado – dijo Argo,
girándose hacia mí.
- ¿Eh? – Me sorprendí - ¿Entonces por qué estamos aquí?
- Obviamente, porque esta es una misión de “recado”.
-…
Como regla general, las misiones en SAO están divididas en cuatro
categorías principalmente. Las misiones de “recolección” implicaban la
obtención de ciertos materiales en terreno abierto o algún calabozo; las
misiones de “combate” requieren de derrotar a algún monstruo en particular;
las misiones de “escolta” es donde ayudas a un NPC a llegar de forma segura
de un punto a otro; y las misiones de “recado” solían venir en una gran
variedad de formas. Estas misiones también eran llamadas “misiones de
búsqueda” y por una buena razón, ya que muchas te pedían encontrar cierto
artículo y devolverlo… o llevar algo a otra persona. Pero fuese como fuese,
siempre habría un NPC que te daría el ítem y otro que lo recogería. Pero aquí
no estaba ninguno de los dos…
- ¿Hay que encontrar algo? ¿O investigar?
- Exactamente – Dijo Argo mientras caminaba. Yo gemí
consternado.
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Las misiones de búsqueda e investigación eran sin duda alguna las más
problemáticas. La “Maldición de Stachion” en el sexto piso nos hizo recorrer
todo el lugar, y comenzó con la simple solicitud de encontrar el cubo dorado.
Si bien no todo lo que sucedió esta escrito en el guion original, nos acompañó
todo el camino hasta la batalla contra el Jefe de piso. Rezando para que esta
no fuera otra misión igual de épica, pregunté.
- ¿Hay que encontrar algo que alguien perdió aquí?
- Nop.
- ¿Buscamos a alguien?
- Nop.
Argo bajó las escaleras que llevaban a la parte que si introducía en el suelo
muestras descartaba cada sugerencia que yo daba. Cuando llegamos al final,
ella nos llevó hasta el centro de un círculo de NPCs que estaban acomodados
alrededor de la jaula de pelea, o sea las gradas.
Los NPCs de alta clase estaban sentados en cómodos sofás por los que
tendrías que pagar para no tener que ver las peleas desde las mesas buffet.
Los que se paraban directamente alrededor de la jaula era hombres rudos y
de la clase más baja posible. - ¿Qué mierda quieren? – gruñían. - No empujen
– Pero Argo los ignoró y siguió caminando hasta llegar a la jaula dorada y
luego nos miró a Asuna y a mí.
- Diez minutos para que comience el primer combate. Suficiente tiempo para
explicarles con que quiero que me ayuden.
Ella se acercó, y yo puse mi oreja izquierda frente a su cara. Asuna hizo lo
mismo con su oreja derecha, poniéndonos los tres muy cerca para que nadie
oyera, por lo que no había razón por la que debería estar avergonzado o
acobardado. Afortunadme, al parecer Asuna no pensó eso, así que puse la
cara más seria que podía y escuché la expiación de Argo.
- En unos minutos, dos monstruos lucharán dentro de esta jaula.
- Si.
- De acuerdo con mi cliente, uno de ellos esta haciendo trampa de alguna
forma.
- ¿Qué? – Dije, lo más bajo que pude. Ambas chicas pusieron un
dedo en mis labios. Bajé el volumen de mi voz interior un poco y
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comité - ¿Haciendo trampa…? Los que luchan son monstruos, no humanos.

¿Qué tan inteligentes tienen que ser para poder hacer trampa…?
- Un kobold o un hombre rata podría, ¿no? – Asuna aclaró.
Me aclare la garganta – A menos que haya cambiado desde la Beta, no
debería haber ningún monstruo semihumano en la arena. ¿No sería eso
demasiado bárbaro ya…?
- Bueno, no vi ninguno durante la ronda del día – Agregó Argo mientras
sacaba una pieza de papel doblado de sus pequeños bolsillos. Era la lista de
monstruos que se podía obtener en el mostrador. ¿En qué momento se hizo
con uno?
- Aquí, estos son los monstruos del primer combate.
Asuna y yo cogimos el papel y juntamos nuestras cabezas para leerlo. Argo
señaló un fragmento donde se podían leer los nombres “Bouncy Slater” y
“Rusty Lykaon” en japonés. Las ganancias de cada uno eran de 1.64 por el
primero y 2.39 por el segundo.
-… ¿Eh? ¿Esos números no cambian en dependencia de cuantas personas
apuesten y de la cantidad que apuesten? – preguntó Asuna sospechando. Eso
era verdad, pero estaba justificado por un pequeño truco que tenía este papel.
- Vuelve a mirar los números – Susurré y al momento los números de color
negro en el papel empezaron a moverse como si fueran criaturas vivas. Las
nuevas cifras eran de 1.62 y 2.40.
- ¡Oh! Cambiaron.
-… ¿Ahora entiendes? Si Kizmel viera esto diría que es otra de esas “extrañas
artes humanas”.
Al instante de mencionar el nombre de la elfa oscura, los ojos de Asuna se
cerraron débilmente con consternación. Pero no fue por mucho tiempo.
- Ya veo, los números se actualizan automáticamente en el papel – dijo ella
– Lo que quiere decir… ¿qué hay más personas apostando por el Bouncy
Slater para la primera ronda?
- No necesariamente. Estos números se basan en realidad en la cantidad de
dinero que es postado, lo que quiere decir que puede que solo sean unos
pocos los que hayan apostado por ese, pero hayan dado mayor
cantidad que el resto por el otro.
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- Ya veo… Como sea, asumo que el lykaon debe ser algún monstruo con
forma de perro, pero ¿qué hay del Bouncy Slater? – preguntó ella.
Argo fue quien respondió – Slater es otro nombre para la raza de insectos
armadillos. En este caso, uno que rebota.
- Insectos armadillos… - Asuna repitió, haciendo una cara de duda.
- ¿De cuál de ellos sospecha tu cliente, Argo? – Pregunté - ¿Del insecto
armadillo o del lykaon?
- Del lycaon.
-… ¿Lo que quiere tu cliente es que descubras que clase de truco se está
usando?
- Correcto – dijo la comerciante de información.
Justo en ese momento, hubo un fuerte estruendo proveniente de detrás de
nosotros, y seguido se escuchó un energético anuncio.
- ¡Damaaaas y caballeroooos! ¡Bienvenidos al mejor espectáculo del Gran
Casino de Volupta, la Arena de Batallaaaa!
Miré alrededor y me fijé en las botas que se paraban sobre el piso que estaba
al mismo nivel que la jaula, tratándose de un NPC con una camisa blanca y
un traje rojo parado bajo un foco de luz. El primitivo foco estaba hecho
usando espejos y grandes linternas, obviamente, no con electricidad como en
el mundo real. Pero sin importar si estaba usando algún sistema lógico, o
solo era la magia de ser un mundo virtual, la luz que producía era muy
intensa.
Cuando la oleada de aplausos finalizó, el NPC continuó con su discurso,
usando su voz lo suficientemente alta como para que todos en la sala lo
escuchara, dejando en ridículo el poder de cualquier micrófono.
- ¡El primer combate de la noche empezará en breve! ¡La venta de fichas
cerrará en cinco minutos, así que hagan sus apuestas ahora mientras aun
tengan la oportunidad!
Un número de clientes… todos ellos NPCs, obviamente… corrieron hacia el
mostrador. Los de ALS y DKB no se movieron de su sitio, pues ellos
obviamente ya habían hecho sus jugadas.
- Me pregunto si habrán apostado las mil fichas que ganaron durante
las rondas del día…. – murmuré escépticamente.
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Argo respondió – Probablemente, ¿no crees? Si ellos de verdad quieren

alcanzar la cantidad de cien mil fichas, obligatoriamente deben apostar todo
lo que tengan en las siguientes cinco rondas y salir vencedores.
- Hummm…
Eché un vistazo al papel de las apuestas una vez más. Los números allí habían
cambiado otra vez, siendo ahora 1.61 y 2.41. Las batallas posteriores
deberían tener números similares, de tal manera que si ganas no sería difícil
duplicar o incluso triplicar tu apuesta. Así, apostando todo tu dinero unas
cinco veces, definitivamente podrías convertir mil fichas en cien mil.
Sin embargo, esa era la trampa. Durante la prueba Beta me encontré en una
situación similar, y gané las primeras cuatro rondas, quedándome solo una
apuesta para reclamar el que era en aquel entonces el mayor premio del
casino, pero…
Suspiré, desterrando ese recuerdo de mi mente y sonriéndole a Argo. – Oye,
ahora que sabemos que hay un truco en el juego, vamos a apostar todo
nuestro dinero por el lycaon.
- ¡Ni se te ocurra! Si haces alguna apuesta mientras tengas la misión activa,
esta fallará – dijo ella, sacudiendo su cabeza rápidamente. La comerciante de
información nos apuntó a ambos con una mirada seria. – Y no me pareció
que este fuera el tipo de misión que puedes repetir si la fallas. Y aunque
pudiese hacerlo, simplemente no soy de las que incumplen su palabra. Por
eso, Aa-chan, Kii-bou, ayúdenme.
- ¡Tenlo por seguro! – Dijo Asuna con entusiasmo. Yo añadí un poco
apenado – Oh, s… sí.
En ese momento, se volvió a escuchar un estruendo y las luces se atenuaron.
Esta vez el foco artificial apuntaba a la jaula dorada. Todos en la sala hicieron
silencio mientras miraban fijamente hacia el escenario.
La jaula rectangular era bastante grande, de doce pies de ancho y treinta de
largo. Tres de las cuatro caras consistían en barrotes, mientras que la cuarta
era la misma pared de piedra de la habitación. Dichos barrotes llegaban hasta
el techo, y en el interior había una partición que dividía el rectángulo en dos.
En la Beta, los monstruos simplemente aparecieron mágicamente a cada lado
de la jaula, lo cual me pareció bastante perezoso por parte de los
desarrolladores. Esto también parecía haber sido pulido para el
lanzamiento oficial.
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Retumbando fuertemente, el muro de piedra del fondo empezó a moverse

por dos partes hacia arriba. El NPC vestido elegantemente anunció:
- ¡Y ahora…! ¡Para comenzar el primer combate de la sección nocturna de
la Arena de Batalla! ¡Nuestro primer combatiente… un insecto asesino
recubierto con una armadura de acero! ¡El Bouncy Slateeeeeeer!
Justo como Argo lo describió, un insecto armadillo salió de la puerta
izquierda… solo que medía casi un metro de largo. Su caparazón de aspecto
duro era negro azulado y resplandecía.
Luché contra ese tipo de monstruos unas pocas veces en la Beta. Si tratas de
romper sus caparazones y lo golpeas a bocajarro, lo único que lograras es
hacer que tu espada retroceda.
- ¡Y por otro lado… la bestia roja cuya mandíbula puede romper el hierro!
¡El Rusty Lykaoooooon!
Un fuerte gruñido provino desde la puerta de la derecha. De la oscuridad
salió un monstruo perruno con una piel de color rojo oscuro y manchas
negras. Los lykaons eran más grandes que los lobos comunes, con hocicos
más cortos, pero más resistentes y sus mandíbulas eran muy poderosas. Sin
contar la longitud de la cola era todavía mucho más grande que el insecto
armadillo.
Los cursores típicos aparecieron sobre la cabeza de ambos monstruos. A
diferencia del rojo convencional, sus cursores eran amraillos, igual que el de
los NPCs, tal vez para ocultar el nivel de ambos, el cual era fácil saber si te
fijabas en la tonalidad del color del cursor.
Me concentré en el lykaon. Según la persona que le dio a Argo la misión,
este monstruo estaba haciendo trampa de alguna manera.
Tanto el insecto armadillo como el lykaon eran monstruos que aparecían en
la segunda mitad del séptimo piso. Entre los dos, quien más problemas me
causó durante la Beta fue el insecto armadillo. Los lykaons no eran para nada
fáciles de vencer, pero esto se debía principalmente a que aparecían en
manadas de dos o tres. Siempre y cuando lograras aislarlos, vencerlos no era
un problema, y eran una buena fuente para ganar experiencia. El locutor NPC
afirmo que el lykaon podía “romper el hierro con su mandíbula”, pero en
realidad estaba exagerando.
En realidad, las ganancias para quienes apostaron por el lykaon eran
las mayores en el papel del mostrador, por lo que basándonos en
que hay una trampa en el juego, esas personas se están
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definitivamente beneficiando. La verdadera pregunta era como ayudarías al

lykaon a ganar esta batalla en medio de esta multitud…
- Sea lo que sea, no es algo que pueda verse a simple vista… Ya me fijé si el
lykaon tenía algún colmillo de hierro o alguna especie de arma en la boca…
- ¿No crees que eso sería demasiado vistoso? Eso no funcionaría aquí – dijo
Asuna pensando – Estaba analizando si existía la posibilidad de que se
hubiese utilizado algún tipo de estimulante, pero como nunca he visto a ese
monstruo, no podría decir si hay algo distinto. ¿Qué hay de ti, Kirito-kun?
- Hmmm… No parece estar particularmente agitado ni nada de eso. Y,
además, ¿el efecto de alguna droga no haría que apareciese un ícono al
costado de la barra de HP? Es lo normal para los buff y debuff.
- Ah, buen punto. - Murmuró Asuna.
El elegante locutor volvió a hablar. - ¡¿Podrá el insecto asesino acabar con
su presa?! ¡¿O será la bestia roja la que romperá la coraza de su oponente
con su mandíbula?! ¡Es hora de que este primer combate… comienceeeee!
¡Bwaaaash!
El ya familiar estruendo volvió a sonar, y la vaya que separaba las dos
mitades de la jaula se hundió en el suelo. Los alargados ojos que el insecto
tenía en su abdomen brillaron, al igual que el iris rojo del lykaon.
- Recuerden fijarse en todo, ustedes dos – susurró Argo al mismo tiempo que
los monstruos rugieron y la multitud gritaba.
- ¡Shaaaa! – Siseó el insecto armadillo.
- ¡Grroooo! – Rugió el lykaon. Se movieron al mismo tiempo, el insecto
abrió su boca y cargó hacia adelante sobre sus siete pares de patas mientras
que el lykaon se dio un salto luego de dar tres pasos en un intento de rodear
a su enemigo.
La velocidad para cambiar de dirección del insecto era muy lenta. El lykaon
se colocó detrás de el en diagonal y atacó inmediatamente, mordiendo una
de la patas del armadillo.
- ¡Grrr! – juntó sus piernas y movió de forma muy violenta la cabeza,
arrancando completamente la pierna y derramando el efecto de daño de color
rojo.
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- ¡Shhooo! – Siseó el insecto, aunque era difícil saber si lo hacía por rabia o
por dolor. Su indicador de HP disminuyó un siete por ciento. Gritos y
aullidos llenaron la arena.
Un poco tarde, me pregunté por cuál de los monstruos habrían apostado los
grupos de Lind y Kibaou. La respuesta podría haber sido clara si en este
momento pudiese ver sus reacciones, pero me veía en la obligación de
mantener mis ojos en las barras de HP.
El lykaon ganó la primera ronda, pero no parecía haber sido gracias a ningún
truco. Dado que este era muy superior en velocidad, si el armadillo hacía un
ataque directo, lo más lógico sería que el perro contratacara por su espalda.
La bestia volvió a cargar y le arranó a su enemigo una segunda pata,
reduciendo el HP del insecto un ocho por ciento. El NPC locutor se lamentó:
- ¡La bestia roja anota dos ataques consecutivos! ¡Al parecer el insecto
armadillo es solo un bichito!
El lykaon reaccionó como si entendiera esas palabras, retrocediendo
gruñendo - ¡Grrrl…!
La pierna cortada que aún se encontraba en su mandíbula se convirtió en
partículas azules que se dispersaron en el aire. Aun le quedaban a su enemigo
doce patas. Si las cortaba todas, el insecto se volvería incapaz de caminar…
suponiendo que siguiera con vida luego de todos esos ataques. Si este patrón
se seguía repitiendo, lo más probable es que ganara el perro, pero yo sé por
mi experiencia en la prueba Beta que ese insecto armadillo podía hacer
mucho más que solo rotar lentamente.
- ¡Shuuu…! – hizo el insecto armadillo y luego se enroscó.
Su cabeza, extremidades y patas restantes desaparecieron dentro del brillante
caparazón negro. El lykaon observó cautelosamente la nueva forma de su
enemigo: una bola negra de dieciséis pulgadas de diámetro. Pasaron cuatro
o cinco segundos silenciosos hasta que alguien del público perdió los estribos
y gritó - ¡Ataca ya, animal!
Justo en ese momento, hubo un movimiento… pero esta vez fue el armadillo.
Sin embargo, en lugar de volver a sacar del caparazón su cuerpo, aplanó su
forma redonda y se disparó en el aire con un explosivo ¡bam!
El armadillo llegó hasta arriba como un cohete, chocando contra el
techo de la jaula y luego regresando hacia el suelo junto a una lluvia
de chispas. Como si se tratara de un pinball tridimensional, rebotó
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en la pared de la jaula, luego en el suelo, otra vez contra la pared y finalmente

chocó contra el costado del lykaon.
- ¡Gyarp! – aulló con dolor el lykaon mientras era lanzado contra la pared de
la jaula. Inmediatamente se puso de pie cuando tocó el suelo, pero ese único
golpe fue suficiente para reducir casi un 30 por ciento de su salud.
Ese ataque ultra veloz de rebote era la gran ofensiva que tenía el insecto
armadillo, y siendo sincero era una pasada. También era la razón tras su
nombre, “Bouncy Slater”. En una llanura plana y espaciosa era bastante fácil
de evitar, pero en un bosque, donde podía rebotar contra los árboles, se
convertía en atacante bidimensional bastante difícil. Pero aún peor, en una
mazmorra, rebotando contra las paredes y el techo, su ataque pasaba a ser
tridimensional y bastante peligroso. Recuerdo que fui golpeado muchísimas
veces desde todas las direcciones posibles antes de desarrollar un truco para
evitarlos.
- ¡Y aquí está la técnica de rebote asesina del Slater! ¡¿Será el feroz lykaon
incapaz de contrarrestarlo?! – preguntó el locutor. Su voz fue ahogada por
una lluvia de aplausos.
El insecto armadillo volvió a planar su cuerpo mientras el lykaon se hundía
hacia atrás, preparándose para evitar el ataque.
¡Bam! El armadillo salió disparado del suelo otra vez, esta vez chocando
contra el muro de piedra del fondo para atacar a su oponente desde un lado.
El lykaon dio un salto alto para evitar la primera carga, pero el insecto
simplemente rebotó contra el suelo y cargó nuevamente hacia el perro, que
aún se encontraba en el aire.
La criatura parecida a un lobo fue lanzada contra el techo y cayó al suelo. Su
HP cayó en la zona amarilla, por debajo del 40 por ciento.
-… Uhm, ¿estás segura de que ese monstruo está haciendo trampa? –
murmuré reflexivamente. Ni Asuna ni Argo respondieron. Al igual que yo,
ninguna de ellas había notado nada raro hasta ahora.
Se escucharon gritos de apoyo para el lykaon, que ahora estaba cojeando,
aunque no muchos, ya que al parecer la mayoría de los espectadores habían
apostado por el insecto armadillo.
Otra carga de las del insecto probablemente mataría al lykaon si lo alcanzara.
Y dada las pequeñas dimensiones de la jaula y las muchas
superficies que le ofrecía al armadillo para rebotar, parecía
imposible evitar un ataque tan tridimensional y rápido como ese.
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Por tercera vez, el insecto aplanó su cuerpo contra el suelo.

El orbe negro salió disparado hacia arriba con un ángulo de inclinación.
¡Wha-wha-wham! Rebotó de un lado a otro desde el suelo hasta el techo,
acercándose al lykaon herido. La batalla estaba acabada, o eso me parecía.
- ¡Graaaaaaoooooo!
Aulló el lykaon ferozmente y saltó directamente hacia el armadillo. Un
simple golpe como ese no podría romper el caparazón de su contrincante,
aunque si podría amellar una espada. El perro iba a ser aplastado y
seguramente moriría ahí mismo…
Pero de repente, el lykaon comenzó a girar rápidamente su cuerpo en medio
del aire. Abrió enormemente su mandíbula y girando alcanzó una velocidad
que desafiaba las leyes de la física. El lykaon se lanzó hacia adelante como
un taladro rojo y golpeó al insecto armadillo en su forma de bala de cañón.
Un chirrido metálico ensordecedor rasgó el aire y un enorme chorro de
chispas se deprendieron del lugar en el que habían chocado. Ambas criaturas
se retorcieron y forcejearon en el aire, hasta que una de las dos barras de HP
comenzó a decrecer muy rápidamente. Estaban tan cerca que era difícil
identificar a cuál de los moneros le pertenecía.
Hubo un memento en el que incluso yo estaba conteniendo el aliento… sin
siquiera haber apostado algo en la batalla.
¡Craaash! Una gran cantidad de fragmentos azules estallaron en el lugar.
El lykaon de pelo rojizo dio una vuelta en el aire y aterrizó en el otro lado de
la jaula.
Varios segundos de silencio fueron finalmente rotos por el frenético golpeteo
de un “gong”. Gritos de ira, de felicidad y de abucheos estallaron desde la
audiencia, sacudiendo la arena con su ferocidad.
- ¡Oh por dioooooooos! ¡Que increíble remontaadaaaaa! ¡El ganador es la
bestia roja, el Rusty Lykaoooooon! – gritó el elegante locutor.
Con una voz baja, que apenas logré escuchar, Argo murmuró. – Espera, ¿el
Rusty Lykaon tenía un ataque especial cómo ese…?
- Nunca lo vi durante la Beta – le dije – Pero muchos monstruos han recibido
nuevos patrones de ataque desde aquello. Probablemente el sea uno
de los afortunados.
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- En ese caso, me alegro de que lo hayamos visto aquí. Incluso tú tendrías

problemas para evitar perfectamente un ataque como ese en tu primer
intento, Blackie-sensei.
Me dieron ganas de protestar, pero por supuesto ella tenía razón en eso. Un
monstruo con forma de perro realizando un ataque giratorio a semejante
velocidad era simplemente complicado de evitar. Incluso si me las arreglara
para defenderme, la fuerza con la que atacó lograría romper mi espada de
dos.
Los que apostaron en su favor tampoco podrían haber anticipado algo como
eso, La mayoría de NPCs en la zona se quejaban furiosa y bullosamente, y
muchas exclamaciones de decepción podían escucharse de los asientos que
estaban aún más atrás.
Un estruendo se volvió a escuchar, y la puerta en el muro del fondo se
abrieron una vez más, pero esta vez solo la de la derecha. El victorioso
lykaon desapareció en la oscuridad del fondo, silenciosamente, mientras que
el locutor declaró - ¡Con esto acaba el primer combate! ¡Por favor, démosle
un aplauso a nuestro ganador, el Rusty Lykaon!
El público aplaudió al ganador, pero dado que más de ellos apostaron por el
perdedor, el entusiasmo estaba por el piso. Eso no molestó al locutor, que
continuó enérgicamente - ¡Gracias! ¡Nuestro segundo combate comenzará
en diez minutos, a las 9:20 PM! Todavía pueden hacer sus apuestas, así que,
si quieren aumentar sus ganancias o recuperar lo que perdieron, ¡diríjanse al
mostrador, amigos!
La luz que apuntaba a donde estaba posicionado el locutor se desvaneció y
toda la habitación se iluminó poco a poco. En medio del ambiente relajado
que se instaló en la sala, las personas que se arremolinaban alrededor de la
jaula se dispersaron hacia la salida o hacia el bar.
Eso me hizo preguntarme como se sentían nuestros compañeros jugadores
con el resultado del combate. Miré hacia la mesa donde estaban los de DKB.
Lind, Shivata y Hafner levantaban sus copas y las estrechaban.
Aparentemente habían apostado por el lykaon y lograron multiplicar sus
ganancias por 2.41.
Luego giré mis ojos hacia el puesto de ALS. Estuve a punto de murmurar –
De ninguna manera – en el momento en el que los vi. Los del grupo
de Kibaou también levantaban sus jarras de cerveza y brindaban con
enormes sonrisas en sus nosotros. Obviamente no estaban bebiendo
para consolase por haber perdido.
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Me volví hacia las dos chicas, que todavía miraban fijamente la jaula del
combate, y dije.
- Parece que tanto Lind como Kiba ganaron sus apuestas.
- Eugh, de ninguna manera. – murmuró Argo. Veo que las grandes mentes
piensan igual.
- Pensé que uno de los dos lo perdería todo en esta ronda. Eso significa que
ambos obtuvieron mínimo dos mil cuatrocientas fichas… ¿Y ahora? ¿Qué
pasa si ambos ganan las cien mil y logran obtener esa gran espada?
Asumiendo obviamente que los dos puedan obtener cada uno una espada.
- Uh, eso realmente no nos afecta. De hecho, si con eso logramos acelerar
nuestro avance a través del juego, entonces está bien…
Di esa respuesta, digna de un estudiante de honor. Pero, por supuesto, no
podía negar que estaba un poquito… tal vez media cucharadita… celoso de
que eso pasase. Podía ser una persona atrapada en SAO, pero también seguía
siendo un jugador de juegos en línea.
Diavel el Caballero, quien sentó las bases para lo que es hoy en día las Líneas
Delanteras, ideó un plan para compara a través de Argo mi Anneal Blade y
luego en un intento desesperado por obtener el Last Attack Bonus del Jefe
del primer piso, realizó un imprudente ataque que lo llevó a su muerte. Ahora
que otros jugadores nos habían alcanzado en términos de nivel y equipo,
entendí la razón por la que hizo aquello. O tal vez solo estoy siendo
presuntuoso al pensar eso. Depués de todo, Diavel buscaba ser fuerte para
liberar a todos los jugadores de Aincrad, mientras que al final del día, yo solo
quería poder para mí mismo.
Fui sacado repentinamente de mis pensamientos por Asuna, quien se alejó
de la jaula para preguntar – ¿Entonces ese ataque especial que usó el lykaon
no fue trampa?
Para mi sorpresa, ella esta vez no usó sus habilidades psíquicas para intentar
adivinar mis pensamientos negativos.
- S…Sí - dije rápidamente – Si eso fuera considerado hacer trampa, entonces
el ataque de rebote del insecto armadillo también lo sería.
- Verdad… Lo siento, Argo, me temo que no tengo ni la más mínima idea de
que tipo de truco pudo haber usado el lykaon para ganar – dijo
Asuna.
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Argo sacudió su cabeza – Nah, no necesitas disculparte. Yo tampoco tengo

ninguna idea… ¿Notaste algo tú, Kii-bou?
Con su atención centrada en mí, todo lo que podía hacer era levantar mis
palmas.
- Ni idea. En un inicio pensé que el ataque de rebote del insecto armadillo
mataría al lykaon luego de golpearlo dos veces… Oye, ¿el registro de misión
no se ha actualizado?
- Veamos… - Argo se agachó, abriendo su ventana, echó un vistazo y luego
levantó su cabeza de nuevo. – No, no hay nada diferente. Sigue diciendo: En
la primera ronda nocturna de la Arena de Monstruos, un fraude se
llevará a cabo para facilitar la victoria del Rusty Lycaon, averígualo.
- ¿Ninguna pista eh? Al menos la misión no ha fallado todavía…
Eché un vistazo al punto en el que el lykaon se había golpeado contra la jaula
dorada. Asumo que en realidad no estaba hecha de oro puro. A pesar del
impacto, las barras verticales no se doblaron ni se abollaron en lo más
mínimo. Supuse que tenían que ser igual de indestructibles que cualquier
estructura de Aincrad. De lo contrario, existiría la posibilidad de que un
monstruo grande y poderoso atravesara la jaula y pusiera en peligro a la
audiencia.
Aunque incluso si ocurriera eso, dado que estábamos en la zona del código
anticrimen, ningún jugador perdería ni un pixel de HP. Pero, ¿qué pasaría
con los NPCs? ¿Y cómo lograrían traer a ese tipo de monstruos a la
ciudad…?
No acababan las preguntas que me venían a la mente. Todo esto mientras
miraba fijamente a la jaula dorada.
-… ¿Hmmm?
Ahí noté algo. Bajé mis cejas.
Varias de las brillantes y pulidas barras doradas estaban manchadas con algo
rojizo. Justo donde el lykaon chocó contra la jaula.
- Bueno, si golpeas algo con esa fuerza, lo normal es que dejes caer un poco
de sangre. – pensé. Pero en SAO nunca hubo algo como “derramamiento de
sangre”. Nunca se ha visto un rastro de sangre después de ninguna batalla en
el juego. La única existencia que conozco es la huella ensangrentada
de la mano de Cylon en el cubo dorado de la misión “La Maldición
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de Stachion” luego de que este golpeara a su maestro Pithagrus hasta

matarlo, pero eso era solo parte de la historia de la misión…
-… Eso…
Murmuré nuevamente y me miré a mi mismo. Luego de quitarme la
armadura, solo vestía una camisa y unos pantalones negros… junto a mi
espada corta. Y en mis bolsillos no había nada.
- ¿Alguna de ustedes tiene un pañuelo o algo por el estilo que no les importe
tirar? Preferiblemente uno de color blanco. – Pregunté mientras que Argo y
Asuna aun leían el registro de misión. Argo simplemente torció sus ojos y
Asuna dijo exasperada – Deberías andar con uno, Kirito.
- B…bueno, normalmente llevo uno en el bolsillo de mi abrigo, pero no es
blanco.
- ¿Te sirve este? – dijo, secando un pañuelo perfectamente blanco de uno de
los grandes bolsillos de su vestido.
- Probablemente no sea capaz de devolvértelo. ¿Estás bien con eso?
- No hay problema. Puedo hacer muchos más con la habilidad de Costura.
Ni siquiera esperé a que terminara la oración cuando le arrebaté le pañuelo
de su mano y corrí seis pies hacia la izquierda. Con una mirada rápida a mis
alrededores, me aseguré de que ni Lind, ni Kibaou, ni ningún NPC estuviera
mirando. Levanté el pañuelo en mi mano y lo froté con fuerza contra la
mancha roja que estaba en los barrotes de la jaula.
Una vez que obtuve suficiente, Me alejé y observé la tela. El color rojo me
parecía demasiado vívido para ser sangre seca… pero como este era un
mundo virtual, no estaba del todo seguro.
- ¿Esa es la sangre del lykaon, Kii-bou?
- Oye, si lo que querías era limpiar la jaula, haberme pedido un trapo.
Sin dejarme intimidar por el comentario escéptico de la mujer, me llevé el
trapo a la nariz y lo olí. No tenía ese particular olor a hierro que caracteriza
la sangre. En su lugar, tenía un aroma débilmente dulce, tal vez la esencia de
alguna flor. Sospeché que ese no era el olor de la sangre del lykoan, más
bien, parecía ser…
- Esto no es sangre – Murmuré, mirando a los ojos de Argo y Asuna.
- Si no es sangre, ¿entonces que es?
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- Creo que es una especie de tinte…

- ¿Tinte? ¿Por qué usarían algo como eso a…?
Argo se detuvo y miró hacia la izquierda… no a mí, sino a la ventana con un
mensaje que apareció frente a ella.
-… El registro de misión se actualizó.
- ¿Eh? ¿Qué dice? – preguntó Asuna, caminando hacia adelante. Argo abrió
una vez más su registro de misiones. Me moví un poco y miré sobre los
hombros de Asuna.
La misión ahora decía: Haz descubierto la táctica legal usada en el lykaon.
Repítaselo a tu cliente. Argo sonrió, habiendo descubierto ya el truco, y
levantó su puño. Yo lo choqué mientras que Asuna parecía confundida.
- ¿Así que el tinte es la evidencia de la trampa? Porqué funciona… ¡Oh!
Lo entendió también antes de que lográramos explicarle algo. Pero lo mejor
sería no decir nada en voz alta para que nadie escuchara. Sigilosamente llevé
un dedo a mis labios y le susurré a Argo - ¿El cliente está cerca?
- En el hotel que está en el tercer piso.
- ¿Qué? ¿En el hotel VIP? ¿Tienes un pase?
- El cliente me dio algo así como un pase por un día. No te preocupes, puedo
llevar a mis amigos también… o eso creo.
Esa última parte me dejó un poco preocupado, pero ya estábamos
encaminados hacia nuestro destino. Era un desperdicio no poder ver el
segundo combate, pero no es como si fuéramos a postar de todos modos.
- Bien, vamos.
- Adelante. Pero Kii-bou, por favor compórtate de la mejor forma que puedas
– dijo ella solo para mí y luego se dio la vuelta para empezar a caminar. Giré
y vi a Asuna mordiéndose los labios, tratando desesperadamente de no reírse.
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Capítulo 06:
Tratando de evitar llamar la atención de ALS y DKB, nos escurrimos entre
la multitud y salimos de la arena, sintiéndonos finalmente libres. Existía la
posibilidad de que ellos ya nos hubieran visto entrar, pero estuvieran
demasiado ocupados como para preocuparse por nosotros. Eché un vistazo a
las ganancias de la segunda ronda, que en ese momento estaba en 2.07 y 2.75.
Si apostaban por el de mayor ganancia y ganaban, ya tendrían mínimo unas
6600 fichas.
Pero porqué habría ambos gremios apostado por el lykaon, cuando este era
el que mayor ganancia tenía… significando que era el ganador menos
probable… ¿habría algún factor influyente? ¿Solo querían ganar la mayor
cantidad de chapas o tenían información acerca de ese ataque especial que
podía darles la victoria?
Aumenté un poco la velocidad para alcanzar a Argo en las escaleras que nos
llevaban de regreso al primer piso y murmuré sulfatado - ¿Crees que sea
posible que Lind y Kiba hayan tomado la misma misión que tú?
- ¿Eh? Oh… lo dices porque ambos apostaron por el Rusty Lykaon. – dijo la
comerciante de información, instantáneamente usando su lógica. Lo
consideró un momento y dijo - Hmmmm, no puedo confirmarlo
completamente, pero la verdad lo dudo. Esta misión no estaba en la Beta, y
en primer lugar fue bastante difícil encontrarla… Es muy difícil que DKB o
ALS la hayan obtenido apenas llegaron a Volupta.
Paró un momento para respirar y luego continuó.
- Otra cosa, la misión solo dice que se llevará a cabo un fraude en la ronda
que vimos ahora mismo. Así que eso no explica cómo ellos se las arreglaron
para ganar todas las apuestas de la sección del día, ¿entiendes?
- Oh… Es verdad…
Esa explicación tenía sentido, pero nos dejaba aun con las dudas de cómo
DKB y ALS estaban ganando tantas fichas. Los monstruos que luchaban en
la arena no existen en los pisos anteriores, por lo que ellos no podían apostar
en base a sus conocimientos o experiencias luchando contra ellos. ¿Acaso
solo era que Lind y Kiba estaban siendo muy afortunados? Si ellos seguían
apostando todas sus fichas en cada ronda y multiplicando sus ganancias, van
a terminar consiguiendo la Sword of Volupta, y me veré obligado a
cambiar toda mi estrategia de juego.
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Mi estado de animo estaba un poco alterado y respiré profundamente para

volver a centrarme. Sentía como mi ansiedad no disminuía ni un poco desde
que puse un pie en esta ciudad. Tal vez todavía quedaba en mi interior un
poco de aquel entusiasmo persistente que sentía cuando apostaba durante la
prueba Beta, pero a diferencia de ese entonces, ahora dejé de ser un jugador
solitario que no tiene que preocuparse por más nada que yo mismo. Fui quien
invitó a Asuna a luchar junto a mí en el primer piso. Tenía la responsabilidad
de estar junto a ella hasta que fuera lo suficientemente fuerte como para
valerse por sí misma.
Con esos pensamientos en mi mente, miré a la esgrimista en mi derecha, la
cual observaba la alfombra roja, sumida también en sus pensamientos.
Desafortunadamente, mis habilidades de comunicación tenían un nivel
demasiado bajo como para poder adivinar que estaba pensando. Si le
preguntara seguramente me lo diría, pero incluso esa pregunta era difícil para
un niño que cursa el octavo grado.
Terminamos de subir las escaleras hasta el salón de la primera planta y
rodeamos la estatua de la diosa en el camino hacia el otro extremo de la sala,
donde estaban las escaleras que llevaban al segundo piso, custodiadas por un
NPC vestido de negro y una cuerda de terciopelo rojo.
Con las sandalias sonando, Argo caminó directamente hacia el guarda de
aspecto rudo, que probablemente era tan peligroso como los NPC guardias
de la ciudad, y entonces levantó un trozo de metal gris que adquirió en algún
momento.
- ¿Podemos pasar? – preguntó. El hombre desató en silencio la cuerda de uno
de los postes y tiró de ella hacia atrás, haciendo una tosca reverencia. Argo
pasó a su lado, y Asuna y yo la seguimos.
Continuamos subiendo las escaleras, escuchando el clic de la cuerda
cerrándose otra vez a nuestras espaldas. Ya en el segundo piso, Argo ignoró
la sala de juegos para los VIP y cruzó por la alfombra roja hasta la siguiente
escalera.
El vestíbulo del tercer piso tenía una forma octagonal al igual que los
anteriores, pero la iluminación era ligeramente menor y la alfombra, ahora
de color negro, parecía absorber todo lo que estaba por encima de ella.
Supuestamente había un cuarto piso, pero no veía ninguna escalera que
subiera. En el centro de la de la se erguía una estatua de un sacerdote
con cabeza de pez.
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-… ¿Por qué tiene cabeza de pez? – pregunté, mirando fijamente la estatua.

Asuna dobló su cabeza. – Eh escuchado que el tocado que usan los obispos
de la iglesia católica tiene forma de cabeza de pez… pero no parece que esto
tenga algo que ver con eso.
- La verdad que esa forma da miedo.
- Y saber que ya hemos visto a los ictioides del cuarto piso.
Mientras hablábamos, Argo se acercó al majestuoso mostrador que estaba en
la parte trasera del salón y le mostró su placa de metal al NPC que estaba
allí. Luego nos miró y nos hizo señas con sus manos para que nos
acercáramos.
Nos apresuramos para alcanzarla mientras ella entraba a un pasillo que
llevaba al interior del edificio. La música de instrumentos de cuerda que
supuestamente provenía del segundo piso ya no se podía escuchar en lo
absoluto. El silencio que reina en aquel pasillo era dolorosamente profundo.
Cuando llegamos al final, giramos a la izquierda, luego a la derecha y
caminamos un poco más hasta detenernos frente a una puerta.
- Habitacuñon 17… estamos aquí – murmuró Argo y luego golpeó dos veces
la gran y oscura puerta.
Un momento después, una tenue voz vino desde adentro - ¿Quién es?
- Es Argo, chica. Y dos acompañantes... quiero decir, ayudantes.
Luego de otro momento, se escuchó el delicado clic de la cerradura girando.
La puerta se abrió lentamente, revelando que el interior era aun mas oscuro
que el pasillo.
Eso me hizo preguntarme si sería mejor equiparnos con nuestras armaduras,
o al menos con nuestras espadas… pero me deshice de ese pensamiento
cuando noté que Argo no estaba preocupada en lo más mínimo mientras
entraba. Técnicamente, todavía tenía mi espada corta en mi cintura, así que,
si algo malo sucedía, podía arreglármelas hasta que Asuna se equipara
completamente.
La habitación a la que conducía la puerta era tan extravagante que
inmediatamente opacó la grandeza de la suite platino de la AmberMoon Inn.
La única luz del lugar procedía de unas pocas lámparas, pero la luz de la luna
bañaba la habitación a través de una enorme ventana que estaba en
el extremo sur. Enfrente de esta había un sofá en el que fácilmente
se podían acomodar hasta cinco personas a la vez.
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Pero ahora mismo solo una persona estaba asentada en él.

Podía distinguir solo la silueta, que era bastante pequeña. Al enfocarme en
ella, apareció en su parte superior un cursor de color amarillo. El nombre
debajo de la barra de HP flotante era Nirrnir, pero no sabía como
pronunciarlo. Encima de su cabeza flotaba el símbolo “?”, que indicaba que
tenía una misión en progreso.
- ¿Nurnur…? ¿Neenir…? ¿Near-nire? – Intenté averiguar como sería la
pronunciación en mi cabeza, pero fui interrumpido por la voz de una mujer
proveniente desde mi izquierda.
- Tomaré lo que tienes en el bolsillo.
- ¿¡Fwee!? – Grité, saltando por pura reacción y chocando con Asuna a mi
derecha.
- ¡Oye! Cuidado – Refunfuñó, pero no me apartó de todos modos. Susurré
una disculpa rápidamente y luego miré hacia la oscuridad a la izquierda.
De pie junto a la puerta había una sirvienta con un vestido negro y un
delantal… o eso pensé en un inicio. En realidad, llevaba un peto oscuro y a
la vez brillante, mientras que su falda estaba decorada con líneas de placas
de metal en forma de punta de flecha. Además de eso, usaba guantes y botas,
así como un estoque a la izquierda de su cadera… aunque era un arma
completamente de destreza, ya que al parecer no tenía filo por los bordes.
En términos de anime y videojuegos japoneses, las sirvientas de batalla eran
prácticamente una tradición para estas fechas, pero no recuerdo haber visto
nunca algo parecido aquí en Aincrad hasta el momento. El color de su cursor
también era amarillo como el de la persona sentada en el sofá. Su nombre
era Kio, que parecía bastante fácil de decir.
La miraba distraídamente cuando de repente, con su cabello peinado con raya
almidonada y sus ojos rasgados, me miró y demandó – Su espada.
- ¡Oh…! Aquí está.
Me preocupaba perder mi arma, pero aún tengo la habilidad de Artes
Marciales por si acaso, y con esto en mente, me quité mi espada corta de mi
cintura. La sirvienta rápidamente la tomó de mis manos y la colocó frente a
su cara para examinarla.
-… Sólo un poco de acero ordinario, ya veo.
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Estuve a punto de responder algo como - Bueno, siento que no sea oricalco.
– pero termine diciéndolo solamente en mi mente, principalmente porque
pensé que ella no me entendería. La sirvienta colocó la espada corta en un
estante cercano y regresó.
- Por favor, sean corteses con Nirrnir-sama. – dijo ella. La pronunciación del
nombre resultó ser algo como “Neer-nur”. Fui lo suficientemente inteligente
para no decir en voz alta lo interesante y extraño que me parecía ese nombre.
Con el permiso de la sirvienta de batalla Kio, Argo se adentró más en la
habitación. Asuna y yo la seguimos.
Cruzamos la alfombra absurdamente larga hasta el majestuoso sofá y
finalmente logramos ver a la misteriosa Nirrnir-sama. En ese momento
entendí porque su silueta se veía tan pequeña a pesar de apoyarse en los
muchos cojines del asiento… esa persona no podía tener más de doce años.
Llevaba un vestido negro tejido de varias capas, pero bastante transparente
hecho de tul u organdí o algo así. Su piel era tan pálida, y su cabello suelto
tan rubio, fino y brillante, que inicialmente pensé que se trataba de una
muñeca.
Movió su cabeza, revelando sus hermosos, jóvenes y misterios rasgos
faciales a la luz de la luna. Sus labios rojos se separaron y emitieron una
suave y aguda voz con un solo toque de ceceo.
- Bienvenida de nuevo, Argo, ¿has traído nuevos ayudantes?
- Si, los conozco a ambos desde hace un tiempo. Saluden a Nirr-san – dijo
Argo, la cual no actuaba diferente a su yo habitual, lo cual no me facilitaba
saber como debía comportarme frente a esa persona. Asuna dio un paso
adelante y la saludó de una manera que solo se ve en las películas. Pellizcó
el dobladillo de su vestido, echó hacia atrás la pierna derecha y dobló su
rodilla izquierda.
- Es un honor conocerte, Nirrnir-san. Mi nombre es Asuna.
Se enderezó y dio un paso atrás. Ahora me tocaba a mí, pero como yo no
vestía una falda no podía imitar los movimientos de Asuna. Mi cerebro
estaba sobrecalentado, tratando desesperadamente de recordar como
saludaban los nobles en las películas extranjeras. Al igual que Asuna, eché
mi pierna derecha hacia atrás y la crucé con la pierna izquierda, luego
coloqué mi mano derecha debajo de mi pecho y extendí mi mano
derecha hacia un lado, para terminar, me incliné.
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- U…un gusto. Yo soy Kirito.

No sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero la chica
generosamente asintió y preguntó – Asuna y Kirito… ¿correcto? - Ese era
el procedimiento para comprobar la pronunciación por parte del sistema,
algo que casi todos los NPC que contaban con una IA preguntaban. Su
entonación fue perfecta, así que asentimos ante su pregunta.
- Ya veo. Buenas noches. ¿Quieren sentarse?
Nos señaló un espacio vacío en el enorme sofá para tres personas que estaba
frente a ella. Me senté, luego Argo y finalmente Asuna, mientras que
rápidamente Kio comenzó a colocar tazas de té en la mesa de mármol.
¿Cuándo los preparó? Luego, se fue sosteniendo la bandeja a espera en un
lugar equidistante de los dos sofás. Estaba lo suficientemente cerca que, si
intentáramos hacerle algo mínimamente gracioso a su ama, nos ensartaría
con su estoque.
No tenía intención de comprobarlo, obviamente. Le di las gracias por el té y
tomé un sorbo. Era un té puro, sin leche ni azúcar, pero tenía un aroma a uva
moscatel… y un ligero toque dulce. Asuna, sentada a mi derecha, exclamó
que estaba delicioso, por lo que podía confirmar que, en hecho, era un té muy
bueno.
Una vez bajamos las tazas, Nirrnir se enderezó un poco a partir de su posición
desplomada y habló. – Argo, el hecho de que hayas regresado, ¿quiere decir
que descubriste el truco que fue usado en el perro?
- Estoy bastante segura de ello. Explícale que fue lo que descubriste, Kii-
bou.
Eso me cogió de sorpresa. - ¡¿Quéeeee?! – protesté, pero sabía que en
realidad no podía negarme. Por ello, saqué el pañuelo cuidadosamente
doblado de los bolsillos de mis pantalones. Me puse de pie con la intención
de inclinarme hacia adelante y darle a Nirrnir el pañuelo en sus manos
cuando Kio se acercó por la derecha y me tendió su mano.
-…Ah. Gracias.
Entregué el pañuelo en su palma. Ella lo abrió y miró la mancha roja en el
centro con su ceño fruncido. Luego caminó alrededor de la parte trasera del
sofá cómodo, se arrodilló a la derecha de su ama y le tendió la tela.
Nirrnir lo tomó en sus manos, mirándolo con aspecto sospechoso.
-… ¿Qué significa esto, Kirito? – preguntó.
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- Esa mancha quedó estampada donde el Rusty Lykaon, el ganador de la

pelea, golpeó la jaula.
- Y esto… ¿no es acaso la sangre del perro? No huele como tal. – dijo Nirrnir,
concluyendo a pesar de que ni siquiera se acercó para olerlo.
Asentí – Sí. Creo que en realidad se trata de una especie de tinte obtenida de
alguna planta.
- ¿Un tinte…?
Los grandes ojos de muñeca de Nirrnir se entrecerraron. Pensé que sus iris
eran negros, pero ahora, iluminados por la luz de la luna, noté que eran de
un rojo intenso.
- ¿Eso quiere decir que el pelaje del perro fue tintado con este color?
- Exacto. – Estuve de acuerdo, y luego expliqué “la trampa” con la voz más
clara posible. – Los Rusty Lykaon aparecen al oeste del séptimo piso, en la
Llanura de Huesos. Pero no hay razón para tintar su pelaje del color que en
realidad son… lo que quiere decir que el insecto armadillo… digo, el Bouncy
Slater… no luchó contra un Rusty Lykaon, sino contra una especie de nivel
más avanzado con un pelaje de color diferente.
-…
Cuando terminé mi explicación Nirrnir no dijo nada, así que empecé a
preocuparme de que me hubiese equivocado con algo, pero en ese momento
la chica se movió, devolviéndole el pañuelo a Kio. Su mano izquierda sin
embargo permaneció extendida, esperando algo.
Kio rápidamente metió el pañuelo que servía como evidencia en el bolsillo
de su delantal y luego cogió una botella de vino que estaba en una mesa de
noche cercana. Entonces vertió alrededor de dos dedos del líquido oscuro en
una copa.
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Nirrnir agarró la copa con la mano que tenía en espera y vació su contenido
de un solo trago, y suponiendo que estuviera en lo correcto y eso fuera vino
tinto… - ¡Esa niña está bebiendo alcohol! ¡Se va a meter en problemas! –
fue lo que pensé, pero luego teoricé que probablemente Aincrad no tuviera
ninguna ley contra el consumo de alcohol por menores.
Para mi sorpresa, Nirrnir levantó la copa vacía, preparándose para lanzarlo
contra el suelo. Pero se calmó, bajando lentamente la mano y devolviendo el
vaso a Kio. Entonces exhaló suavemente, hizo una pausa y nos miró.
Sus finas cejas estaban marcadamente inclinadas, y de repente ya no había
ningún indicio de juventud en su belleza. No podía ser dos años mayor que
Myia, la niña que conocimos en el sexto piso, sin embargo, su presencia era
diferente de cualquier chica pequeña que haya conocido antes.
-… Ese bastardo viejo Korloy realmente se atrevió esta vez.
Su voz estaba prendida en llamas de ira, pero la presencia de un nombre
desconocido me obligó a preguntar – ¿Quién es Korloy?
-… Explícales, Kio. – proclamó, ondeando su mano. Kio colocó la copa de
vino en la mesa, luego volvió a su posición usual y me miró.
- ¿Estás al tanto de que el Gran Casino de Volupta está regentado por la
familia Nachtoys, de la cual Nirrnir-sama es matriarca, y también por los
Korloys, que tienen el mismo poder?
Nunca había escuchado ninguno de esos apellidos, ni siquiera en la Beta. Me
giré hacia la derecha y miré a Argo y a Asuna, quienes sacudían sus cabezas.
Volví a Kio y dije – Lo siento, yo no… no sabía nada de eso.
-… No es de extrañar, ya que eres un aventurero que llegó hace poco a este
pueblo. Los Nachtoys y los Korloys son ambos descendientes del héroe
Falhari. Ese nombre de seguro sí que lo conoces.
Me sonaba familiar, pero no lograba ubicarlo. Afortunadamente, no hizo
falta que ahondara en mis memorias perdidas, pues Asuna salió al rescate.
- Esa es la persona que venció al dragón de agua Zariegha y fundó Volupta.
- Correcto. Falhari tomó como esposa a la chica del pueblo que debía ser
dada como sacrificio a Zariegha y tuvieron como hijos un par de gemelos.
Pero los dos niños eran serios enemigos, y cuando crecieron, se vieron
envueltos en una lucha por determinar cual sería el heredero de
Falhari. En su vejez, el héroe prohibió a sus hijos que empuñaran
espadas el uno contra el otro. En cambio, les ordenó que buscaran
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y domesticaran monstruos que lucharan en su lugar. Así decretó, que el que

ganar tres de cinco luchas se convertiría en el próximo gobernador de
Volupta.
- Oh…ohhh…
Esa solución era mucho más pacífica en vista a que ambos terminarán
luchando a muerte de otra manera, aunque pienso que esto era un poco feo
si pensábamos en los monstruos.
Prácticamente leyendo mi mente, Nirrnir dijo – Ustedes los aventureros
también han asesinado a incontables monstruos, ¿no?
- S…sí. Estás en lo correcto. – Respondí tímidamente. Nirrnir resopló
suavemente y luego le hizo señas a Kio para que continuara.
-… Luego de que el fundador Falhari muriera, los gemelos siguieron su
decreto y promulgaron una serie de cinco batallas usando monstruos
domesticados.
- Espera, detente ahí – Dije, interrumpiéndola justo cuando levantó su mano
para seguir hablando. Kio me miró muy enfadada. Encorvé los hombres con
un poco de miedo y pregunté – Dijiste simplemente que ellos domaron
monstruos… ¿es eso siquiera posible?
- No para personas ordinarias como tú o como yo – exclamó la sirvienta.
Entonces agregó orgullosamente – Pero el héroe Falhari sabía el arte sagrado
de controlar a los monstruos. Los gemelos heredaron ese poder de él y lo
usaron para domar a sus monstruos.
- Arte sagrado… - Repetí, quedándome en blanco. Murmuré entonces lo más
bajo que pude en la oreja de Argo – SAO no tiene una habilidad de Domar
Monstruos, ¿verdad?
- No hay nada así en la lista de Habilidades del sistema. Si existe,
definitivamente es una Habilidad Extra…
- Oh dios – murmuré, tragando saliva.
Las dos Habilidades Extras que yo poseía, Artes Marciales y Meditación,
requerían de completar una especie de prueba para que un NPC te las
enseñara. ¿Acaso esta misión era una de esas? Si la terminábamos,
¿obtendríamos la Habilidad de Domar que hasta hace poco pensé que no
existía en SAO…?
- ¿Puedo continuar? – preguntó Kio maliciosamente.
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Volví a poner atención - ¡Ah! S…sí, por favor.

- Luego de que el fundador Falhari muriera, los gemelos siguieron su decreto
y promulgaron una serie de cinco batallas usando monstruos domesticados –
dijo Kio, repitiendo exactamente las mismas palabras que había dicho antes
de que la interrumpiera – Pero ninguno de los dos tenía mucha confianza en
los monstruos que habían elegido. Por eso, para comprobar si estaban
preparados para empezar adecuadamente el primer duelo, acordaron una
prueba informal de antemano. Construyeron una vaya de madera con dos
puertas alrededor de un espacio en blanco frente a su mansión. El plan era
insertar a los monstruos a través de esas puertas para que lucharan dentro de
la valla. La prueba terminó atrayendo a una gran multitud de aldeanos
curiosos que querían observar. Pero los monstruos durante su batalla
simplemente saltaban la valla o la rompían debido a la fuerza de sus ataques,
lo que causó un gran revuelo.
- Bueno, no es de extrañar si se trataba de solo una valla de madera – Pensé,
pero no dije nada porque la historia de Kio no había terminado.
- Sin embargo, no hubo ningún muerto ni herido entre la gente del pueblo, y
la multitud parecía disfrutar mucho de la exposición. En esos tiempos,
Volupta era solo un pequeño pueblo basado en la pesca y la agricultura y no
había muchos lugares entretenidos ni en Lectio al este ni en Pramio al oeste.
A la siguiente semana se realizó una segunda prueba con vallas reforzadas,
la cual atrajo personas no solo de Volupta, sino también de Lectio y Pramio.
Se montaron gradas, se hicieron apuestas, y se le dio al evento un ambiente
de festival.
-… Creo que ya sé donde termina eso. – Susurró Argo. Obviamente yo
también. Kio en este punto ni siquiera nos prestaba atención, pues estaba
profundamente sumergida en su historia del pasado, haciendo incluso gestos
con sus manos para puntuar algunas descripciones.
- Los gemelos notaron lo que estaba pasando y tuvieron una idea. ¿Qué tal
si, en vez de llevar acabo las cinco batallas para determinar al heredero,
repetían estas batallas de pruebas una tras otra? Así podrían atraer mucho
público a Volupta cada semana, los cuales apostarían su dinero. Y estaban
en lo correcto, cuando convirtieron el área de prueba en todo un coliseo,
empezaron a mudarse personas de Lectio y Pramio. La competencia por
determinar al nuevo gobernador quedó de lado y los gemelos se
empezaron a encargar de las apuestas ellos mismos, añadiendo otros
entretenimientos y juegos de apuestas. Pronto tuvieron que hacer
cambios en la mansión familiar hasta que se convirtió en lo que es
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hoy el Gran Casino de Volupta. Los gemelos crecieron y murieron, dejando

el casino en manos de sus descendientes, una y otra vez, hasta que la leyenda
del héroe Falhari se convirtió en solo eso, una leyenda…
Kio terminó ahí, y Nirrnir añadió:
- Como habrán podido ver en el sótano, las batallas ya no tienen nada que
ver con su propósito original. Solo sirven para las apuestas del día y la noche.
-…
Basándome n el tono franco y directo de la voz de la joven señorita, era
imposible saber cual era su opinión acerca de toda esta historia, que ahora
no era más que una distante leyenda. Ni siquiera parecía saber cuántas
generaciones de la descendencia dl héroe Falhari han pasado hasta llegar a
ella.
Según las leyendas de los elfos oscuros que Kizmel nos enseñó, el castillo
flotante Aincrad se formó extrayendo círculos de tierra en muchas partes del
mundo, cargando con todos sus pueblos y ecosistemas, y apilándolos uno
arriba de otro en el lejano cielo, donde ninguna magia podría alcanzarlo. No
estaba claro cuantos años habían pasado desde ello, pero tenía que ser más
de uno o dos siglos.
Kizmel también nos contó que solo Su Majestad Real poseía todo lo
relacionado con la Gran Separación y las seis llaves sagradas, mientras que
la única información que se distribuye comúnmente es que el castillo flotante
fue creado hace mucho, mucho tiempo. Si tan solo supiéramos cuantos años
han pasado desde que ocurrieron los acontecimientos del héroe Falhari,
podríamos determinar de cuánto tiempo estamos hablando cuando se trata de
la formación de Aincrad.
Reuní mucho coraje y me lancé a preguntarle a Nirrnir por el tema. Pero al
retrasarme una fracción de segundo, Asuna dijo – Si los gemelos heredaron
los poderes del héroe Falhari, eso quiere decir que, como descendiente de
ellos, usted también puede domar monstruos, ¿no esa sí, Nirrnir-san?
- Así eso – respondió.
Kio añadió - Para ser precisos, Nirrnir-sama es la líder la de familia Nachtoy,
y por otro lado… está el líder de la familia Korloy, Bardum. Solo ellos
pueden emplear esa habilidad.
- Lo que quiere decir, que la mitad de los monstruos que luchan día
en la Arena de Batalla del sótano… ¿fueron domados por usted?
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- Sí – dijo ella siendo muy breve. También, probablemente por el hecho de

que Asuna es un 50 por citano más diplomática que yo, logró hacer que
añadiera – Aun así, no es como si fuera yo quien los busca a los bosques,
montañas y cuevas. Simplemente domo a los monstruos que mis sirvientes
me traen aquí. Me encantaría hacerlo por mí misma, pero Kio y los demás
guardias no me lo permiten.
- ¡Claro que no! – intervino Kio. – Los Korloy amenazan con asesinarte,
Nirrnir-sama. Sería una oportunidad perfecta para ellos el atacante en las
afueras.
- En este punto, realmente apreciaría que hicieran eso a que usaran esos
asquerosos turcos tramposos.
No pude evitar hacer un comentario en medio de esta espeluznante
conversación – Ummm, ¿tu vida está en peligro…? Pensé que los Nachtoys
y los Korloys regentaban el casino juntos. Si una de las dos personas que
doma monstruos para la Arena de Batalla desaparece, ¿no sería eso algo malo
para los negocios de los mismos Korloys?
- Desafortunadamente, Bardun Korloy se ha vuelto demasiado senil como
para usar ese razonamiento lógico tuyo. La vejez es una terrible maldición.
– dijo Nirrnir, una opinión bastante extraña sobre el tema, y más viniendo de
apenas una niña, la cual se hundió en los cojines al terminar. Levantó las
piernas cruzadas en el aire, moviéndolas suavemente, y luego dijo con una
voz tan suave como un susurro – En el pasado… Bardum se preocupaba por
mí. Pero a medida que se acercaba el final de sus días, se obsesionó con
prolongar su vida. Ahora solo piensa en reunir todo el dinero que pueda para
comprar momentos escasos de vida, y está perdiendo de vista todo lo demás.
Esa es la razón por la que ahora usa trucos baratos en la Arena. Así gana el
diez por ciento de lo obtenido en cada ronda que va íntegramente al ganador
de la pelea.
- ¿Comprar… vida? ¿Cómo?
No hay ninguna poción curativa que puedas compara en ninguna tienda, ni
siquiera los raros cristales como el que obtuvimos más temprano podían
prolongar tu vida… nada en este piso que yo supiera. Por eso hice esa
pregunta, pero Nirrnir simplemente negó con la cabeza, haciendo ondas al
balancear su dorado cabello.
- No necesitas saber eso. Por ahora… debo darles las gracias por
descubrir el truco usando en el lykaon. ¿Kio?
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La criada hizo una reverencia y caminó hacia nosotros. Cuando Argo levantó
sus manos, recibió una pequeña bolsa de cuero.
- ¡Gracias! – dijo Argo, tomando la bolsa. El símbolo “?” flotando en la
cabeza de Nirrnir desapareció con un sonido desmallador. La misión que
teníamos activa había sido completada. Técnicamente aquí acababa nuestro
trabajo, pero si nos guiábamos por la historia, era de suponer que este final
insatisfactorio no era el verdadero.
Y en ese preciso momento, el símbolo “!” apareció sobre la cabeza de la
chica reclinada en el sofá, se trataba de una nueva misión. Antes incluso de
guardar la bolsa de cuero, Argo orgullosamente preguntó - ¿Tiene algún otro
trabajo disponible, Nirrnir-san?
- Bueno… supongo que sí. Pero este será un poco más trabajoso.
- No hay problema. Le dejaremos a Kirito y a Asuna la parte más pesada –
se apresuró Argo. Nirrnir parpadeó y de un salto se paró… poniendo una
seria expresión.
- Les explicaré que es lo que necesito. Mañana en la noche, los Korloys
usarán el mismo Rusty Lykaon trucado que vieron luchar esta noche.
- ¿Eh? Pero en la batalla perdió mucho HP… quiero decir, quedó muy mal
lesionado– señalé.
Los delicados hombros de la chica se movieron hacia arriba y hacia abajo. –
Por supuesto, asumo que curarán sus heridas. Ese lykaon ha aparecido por
cuatro días consecutivos.
- Entonces llevaban una racha de cuatro días ganando… Pero espera. ¿Eso
quiere decir que sabías que algo estaba mal incluso antes de darle a Argo esa
misión hoy?
- Desde hace tres días para ser exactos… en la segunda vez consecutiva que
el lykaon ganó. – respondió Nirrnir.
- En ese caso… - dije emocionado - ¿Por qué no usaste un monstruo más
fuerte para enfrentarlo? No es que el Bouncy Slater sea precisamente débil,
pero… podías haber elegido a un “Verdian Rock Bear”, o a una “Braising
New”, o también…
Esos eran nombres de poderosos monstruos que habitaban el séptimo piso,
extraídos minuciosamente de mis memorias. Pero la chica puso una
expresión amargada.
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- Los “Rock Boars” son demasiado grandes como para pasar a través de la
entrada de la jaula, y por otro lado las “Braising Newt” usan ataques de
fuego. Además, ¿crees que tendría sentido llevar a cabo un duelo entre dos
monstruos que no están al mismo nivel?
- Entonces… ¿en qué se basan para elegir los monstruos de la batalla?
- Poseemos una lista de todos los monstruos del séptimo piso que son aptos
para luchar en la Arena, y también con todas sus características.
Noté como Argo se contraía al escuchar de la existencia de esa lista. Era
natural para un comerciante de información el querer poner sus manos en ese
papel. - Solo pido por favor que no trate de robarlo – Recé mientras la joven
señorita continuaba su historia.
- Basándose en su fuerza relativa, cada monstruo es ubicado en un rango del
uno al doce. En la Arena solo solo pueden luchar dos monstruos que sean del
mismo rango. Por ejemplo, los de hoy, el Rusty Lykaon y el Bouncy Slater
son ambos del sexto rango.
- ¿Puedo preguntarte sobre los ran…?
- El primer rango es le más débil, y el rango doce es el más fuerte. Lo que
quiere decir que ellos en realidad escogieron a un monstruo que se posiciona
del séptimo rango en adelante. – dijo ella, adelantándose a mi pregunta. Los
profundos ojos de color rojo de Nirrnir brillaron peligrosamente. – No
importa que tanto las familias Nochtoy y Korloy hayan chocado o discutido
en la historia, siempre hemos respetado las leyes del Gran Casino. Pero ahora
Burdun ha cruzado la línea, solo por un ligero aumento en sus ganancias.
Definitivamente debe de pagar por lo que ha hecho.
- Espera. Cuando dijiste que esta misión sería más trabajosa, no estabas
hablando de asesinato, ¿verdad? – preguntó Argo, sin ninguna sutileza.
La chica hizo una mueca – No, nunca les pediría eso a ustedes. Si algún día
quiero ver a alguien muerto, lo haré por mí misma. – dijo fácilmente. Pero
con esas manos tan finas, difícilmente podría incluso utilizar una daga, y
mucho menos una espada. Las estadísticas de un NPC no pueden ser
identificadas por su físico, lo que pudimos comprobar con Miya, la cual era
demasiado fuerte para ser una niña y luchó junto a nosotros en el piso
anterior… aunque ella fue entrenada por su madre, Theano. Sin embargo,
Nirrnir era una verdadera dama fina. No sabríamos que tan fuerte
era hasta que se uniera a nuestro grupo y nos enseñara sus
estadísticas y nivel, pero eso parecía ser algo que nunca iba a pasar.
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En solo dos segundos, Nirrnir regresó a tener su usual expresión. – Me

gustaría que consiguieran algunas frutas de los árboles narsos… y piedras
wurtz. Si mezclamos estos dos ingredientes y luego lo cocinamos a fuego
lento, obtendremos un poderoso agente blanqueador que quitará fácilmente
cualquier tinte de cualquier material.
- Quitará cualquier tinte… - repetí en voz baja, y entendiendo a la vez su plan
- ¿Entonces así quitarás el color artificial usado sobre el pelaje del Rusty
Lykaon?
- En la Arena, justo antes de la batalla. Si el truco es expuesto en el escenario
con cientos de espectadores los cuales han puesto su dinero en juego, incluso
el astuto de Burdum Korloy no podrá salirse de esta.
- Pero… en ese caso, ¿no sería eso perjudicial para la reputación del casino?
Imagino que eso también sería malo para la familia Nochtoy. – señalé
sonriendo.
Nirrnir solo parpadeó – Eso es inevitable. Pero me enoja tanto que los
monstruos que he escogido sean asesinados por ese sucio truco, además de
que no permitiré que se haga trampa en mi casino. Solo tendeemos que pedir
una disculpa pública y devolver todo el dinero que fue invertido en las
batallas donde participó ese Rusty Lykaon.
Ahora me estaba preguntando seriamente si ella era en realidad una niña.
Nirrnir cambió su mirada de mí hacia Argo.
- ¿Entonces aceptarás mi petición?
- Hmmmmmmm…
Era muy raro ver a Argo indecisa. Miró a la chica, luego a su sirvienta y
finalmente dijo – Supongo que me pediste que averiguara el engaño del
lykaon porque no podías poner a alguien de tu familia a vigilar la jaula. Pero,
¿realmente necesitas que seamos notros quienes recojamos esos materiales?
Debes tener algunos cazadores de monstruos experimentados que imagino
no tendrían ningún problema en llevar esta misión a cabo…
- Por supuesto, en términos de habilidad, nuestros cazadores están más que
capacitados para hacer este trabajo – respondió Kio – Pero hay otros dos
problemas. Primero, las piedras wurtz se pueden recoger en la orilla del río
que se encuentra al oeste de Volupta, pero además de ser escasas, su color
negro hace que tengan que ser obligatoriamente recogidas de día. Si
alguien de la familia Korloy es testigo de que los Nachtoys estamos
recogiendo esas piedras…
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- Descubrirían que estáis intentando hacer el agente blanqueador.

- Precisamente. Y el otro ingrediente, las frutas narsos, crecen en el bosque
que está en el centro del séptimo piso, lejos de Volupta. Allí el principal
problema no es la familia Korloy, sino alguien más. Los elfos oscuros del
Bosque de Rocas Temblorosas.
Mi espalda se enderezó en el momento en el que escuché ese nombre. Asuna
probablemente también hizo eso.
Kio me miró y continuó su explicación. – Los Nachtoys y los Korloys han
estado durante mucho tiempo capturando los monstruos del bosque en
secreto de los elfos oscuros. Desde eso, ellos atacan a los grupos de caza tan
pronto como los ven. Incluso nuestros cazadores más poderosos no son
rivales para los caballeros y los arqueros de los elfos que vigilan el bosque.
Claro que no pueden. Los elfos oscuros y lo elfos del bosque están
programados para ser siempre mucho más fuerte que los monstruos que
aparecen en el piso en el que estén, y los que están aquí en el séptimo piso
deben ser de la clase Élite. Ni siquiera yo podría vencerlos en un combate de
uno contra uno. Afortunadamente, mientras tengamos los Sellos de Lyusula,
los elfos oscuros no nos atacarán.
Kil, tan perspicaz como siempre, miró el anillo de mi mano derecha y
agregó: - Kirito, Asuna, parece que ustedes tienen un pacto de amistad con
los elfos oscuros. En ese caso, no creo que os ataquen por simplemente
recolectar algunas frutas de su bosque. Aunque yo ustedes, me limitaría a no
cortar ningún árbol, ni siquiera a romper alguna rama.
- Eh… no, no. Nada de cortar árboles ni romper ramas.
- Buena idea. Entonces, ¿aceptarás mi petición?
Solo Argo podía responder esa pregunta. Luego de dos segundos de silencio,
Argo se levantó. Asuna y yo apresuradamente la seguimos.
- Está bien, acepto – dijo Argo. Instantáneamente, el símbolo “!” sobre la
cabeza de Nirrnir se convirtió en un “?”. Si no era mi imaginación, parecía
que la expresión de la pequeña chica se había aliviado.
La señorita dijo – Me alegro. Necesitamos unas veinte frutas narsos y,
también, cincuenta piedras wurtz. Toma tres horas ir y virar del Bosque de
Piedras Temblorosas, y por otro lado no tomará más de cinco
recolectar las piedras del río. Considerando el tiempo que nos
tomará mezclar y preparar los ingredientes, me gustaría que trajeran
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los materiales antes de la una de la tarde de mañana para tenerlo todo

preparado antes de la batalla de la Arena.
- Una de la tarde. Entendido. Lo lograremos. Eso quiere decir que será mejor
que descansemos esta noche.
- Me encantaría dejarles quedarse aquí en el hotel, pero me temo que aún no
puedo hacerlo. – se disculpó Nirrnir, pero Argo solo sonrió.
- No podemos permitir que rompa las reglas del Gran Casino, Nirrnir-san.
De todos modos, estaremos aquí para el almuerzo de mañana.
Me incliné rápidamente ante Nirrnir y Kio, preguntándome si era prudente
dejar que Argo hovera promesas como esa. Pero no llegué a dar dos pasos
hasta la puerta cuando la sirvienta me llamó desde atrás.
- Olvidas algo, Kirito.
Me giré y vi a Kio entregándome la espada corta que anteriormente me había
quitado… y mirándome con una muy exasperada expresión en su rostro. La
tomé rápidamente y reanudé mi movimiento hacia la puerta. Me pareció ver
a Nirrnir reírse un poco, pero probablemente fue solo mi imaginación.
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Capítulo 07:
Bajamos las escaleras hasta el primer piso y nos dirigimos hacia la salida del
casino, pero en ese momento recordé algo, por lo que terminé deteniendo a
Asuna y a Argo.
- Oh, esperen, ¿Podemos ir a ver como terminaron las apuestas de ALS y
DKB?
Las dos chicas se mantuvieron mirándome fríamente por las palabras que
salieron de mi boca, así que rápidamente sacudí mi cabeza para rectificar lo
que pudieron malpensar.
- Oh, no. No es que esté celoso ni nada. Simplemente… sospecho que debe
haber alguna razón por la cual ellos están ganando tan fácilmente las
apuestas, ¿no?
- Bueno… no podemos decir que no la hay. Creo que podemos averiguarlo
antes de que la actual batalla finalice – señaló Argo. Miré entonces las
manillas del reloj. Se sentía como si hubiéramos pasado mucho tiempo en la
habitación de Nirrnir, pero ahora mismo apenas eran las 10:10 PM.
Si mi memoria no se equivocaba, las cinco rondas de la noche se llevaban a
cabo a las 9:00, 9:20, 9:40, 10:00 y 10:30. Lo que quería decir que la cuarta
batalla probablemente acababa de comenzar. Si los dos gremios seguían con
su racha de victorias, actualmente ambos deberían estar nadando en una
fortuna.
- ¡Prometo que solo nos tomará un momento! – reclamé, apresurándome
hacia las escaleras que conducían hacia el sótano. Una vez pasé a través de
la puerta de la Arena de Batalla, los emotivos sonidos de los apostadores me
abrumaron.
Si no perdieron ni en la segunda ni en la tercera batalla, los miembros de
ALS y DKB deberían entonces seguir sentados en sus respectivas mesas. Me
abrí paso entre la multitud de NPCs en busca de un lugar que me permitiera
ver claramente la zona, cuando…
- ¿Eh? ¿Kirito?
Me contraje, parándome espantosamente.
A mi derecha había una mujer vistiendo una camisa holgada de
media manga y pantalones anchos de tres cuartos de largo. Su pelo
anaranjado estaba cuidadosamente cortado sobre sus gruesas cejas,
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y debajo de él, sus ojos y su nariz tenían rasos bonitos e infantiles. Se sentía
como si hubiera visto esa cara entes en algún lugar…
-… Disculpa, pero, ¿tú eres? – dije cobardemente. La chica me miró
hoscamente y luego señaló hacia arriba de su cabeza. Flotando arriba junto
a su cursor de color verde estaba el nombre LITEN.
- ¡¡Oh, pero si es Liten-san!! – grité al mismo tiempo en que Asuna me
alcanzó y me dio una palmada en la espalda.
- ¡Es descortés olvidarte de alguien así de fácil, Kirito-kun
- E… en realidad no me había olvidado. Si ella tuviera puesta su armadura
pesada de acero la habría reconocido en un instante.
- Básicamente estás diciendo que no recuerdas su cara, huh – Argo señaló
para empeorar la situación.
- Es que raramente la veo con su cara destapada.
- Al menos disimula y mira hacia su cursor antes de decir cualquier cosa,
hombre.
- Si hubiera mirado su cursor, entonces ahí si sería obvio que no recuerdo su
nombre – argumenté.
El puchero de Liten repentinamente se transformó en una carcajada. –
Ajajajaj… Veo que ustedes siguen igual que siempre.
Liten era conocida como la chica con la armadura de placas de ALS. No solo
era una de las escasas mujeres de las Líneas Delanteras, sino también uno
tanques con mayor defeña física del juego. Nos hicimos amigos de ella
cuando nos ayudó en el quinto piso con el incidente de ALS y el Estandarte
de Valor, pero como un adolescente bastante tímido, no lograba nunca
sentirme cómodo con su presencia. También se debía a que Liten tenía como
compañero a uno de los altos mandos de DKB, Shivata. No tengo ni idea de
como actuar cerca de una “chica con novio”… ¿qué tan amistoso puedo ser
con ella?
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Decidí mantenerme a una distancia de tres pies de ella y de no ser tan casual
a la hora de dirigirme a ella.
- Umm… entonces, ¿a dónde te diriges ahora, Liten? La quinta batalla está
a punto de comenzar, ¿no?
- Ah, eso… - dijo ella, mirando hacia atrás la mesa buffet. – Estoy tan
nerviosa que empecé a sudar, por lo que decidí mejor no ver la quinta batalla
en persona.
- ¡Noo! ¡Qué desperdicio! – espeté.
Asuna me empujó para ponerse al frente – Sé como te sientes. Yo tampoco
soy muy fan de ese tipo de tensión extraña en el ambiente.
- Exacto. Incluso las batallas contra los Jefes de Piso son mejores en ese
sentido, también porque en las batallas al menos yo estoy haciendo algo.
- ¿Dónde vas a esperar por los resultados de la última batalla, Liten?
- No lo sé. Solo iba a estar dando vueltas en el primer piso, supongo…
- ¿Entonces por qué no te unes a nosotros y vamos a por un té?
- Oh, ¡eso suena encantador! Pero todos los locales que hay alrededor del
casino son muy caros…
- El bar que se encuentra en el primer piso del casino tiene unos precios
bastante normales.
- Vayamos allí entonces.
Esa fue una conversación tan rápida y eficiente que parecía haber sido
extraída de un guion para una película. Las dos mujeres comenzaron a
caminar hacia la salida. Miré a Argo y también empecé a dar pasos. Este
había sido un resultado inesperado, pero supongo que escuchar la historia
directamente de Liten sería lo mejor.
Subimos las escaleras hasta llegar a la sala de juegos. Los bares se
encontraban derecho e izquierdo de un pilar que ocupaba el centro de la sala,
y nosotros escogimos el de la izquierda, pues estaba menos ocupado. Aquí
si podías pagar con Col en lugar de fichas, así que Argo y yo ordenamos
cervezas, mientras que Asuna y Liten ordenaron sangría, que aparentemente
era vino tinto empapado con frutas y especias.
Nuestras bebidas llegaron en tres segundos, y seguido compartimos
un breve brindis. A pesar del ambiente agradable y fresco del
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interior del casino, la cerveza seguía dando una sensación refrescante que
enfrió todo mi cuerpo. Hubiera preferido que tuviera hielo en su interior,
pero eso era algo lujoso en Aincrad. Estuve a punto de preguntarle a Argo si
podía darme otro Snow Tree Bud, pero el sabor mentolado de este chocaría
con el de la cerveza.
Me bebí la mitad de la taza de una boconada y exhalé con deleite, justo como
hizo Argo. En el primer piso, la primera vez que la tomé solo pensé que era
un líquido amargo, pero en algún momento desarrollé una resistencia a ese
sabor y empecé a ordenarlo a menudo cada vez que lo veía en algún menú.
Al parecer se me antojará una cerveza de vez en cuando incluso si algún día
regreso al mundo real.
Asuna y Liten terminaron su sangría, tragando fuertemente. El vino tinto con
fruta picada flotando en él normalmente tendría mínimamente un 10% de
alcohol, pero en el mundo virtual, podrías beber todo un barril lleno de este
sin siquiera sentir los efectos mínimos del alcohol.
Actualmente eran las 10:20 PM, diez minutos antes de que empezara la
quinta y última batalla de la noche. Ojalá y lográramos obtener la
información que queremos antes de eso.
- Mmm, debería empezar a hablar de la ciudad de Volpta hasta llevar la
conversación a la Arena de Monstruos. – pensé en decirle a Liten, la cual
estaba sentada al otro lado de Asuna, pero mientras pensaba eso, Asuna, a la
derecha de Asuna, hablo primero.
- Dime, Lii-chan, ¿por qué están Kibaou y Lind tan interesados en la batalla
entre monstruos? Ninguno de los dos parece el tipo de hombre que le gusta
eso de apostar el dinero, ¿o sí?
- ¿¡Eso no fue demasiado directo!? – Pensé, entrando en pánico, pero Liten
no sospechó ni un poco de la pregunta.
- Claro que no, pero tienes razón. De todos modos, ninguno de los dos está
apostando aleatoriamente.
- ¿Qué quieres decir?
- Los de DKB llegaron al primer pueblo ayer, al igual que nosotros. Ah no,
¿hoy? Sí, hoy muy de mañana. Nos alojamos en una posada y nos reunimos
a las siete, desayunamos, y cuando nos disponíamos a salir, nos encontramos
con dos puertas gigantes a la salida del pueblo. Y ahí fue cuando un
NPC se nos acercó y habló con nosotros.
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- ¿Un NPC…? ¿Acaso se trataba de un evento…? – preguntó Argo. Asuna y

yo estábamos muy confundidos. Presumiblemente Liten estaba hablando de
las estatuas de los dos hombres: uno con una copa de vino y el otro con un
bastón de madera. Pero allí no había ningún NPC.
- Tal vez como fuimos de los primeros en llegar, solo se activó para nosotros.
Era un hombre de aspecto sencillo que nos preguntó si queríamos comprar
el “El Libro de los Secretos” para usarlo en el coliseo de monstruos de
Volupta.
- ¿¡El Libro de los Secretos!? – solté, sin terminar de creerme lo que estaba
escuchando. – Él definitivamente los estaba estafando…
- También pensé eso, y apuesto a que todos los demás también – dijo Liten,
haciendo muecas. Miró a Argo y continuó – Ese Libro de los Secretos solo
costaba unos 100 Col. Por esa simple cantidad obtenías una lista de todos los
monstruos que aparecerían hoy en la Arena de Batalla durante las sesiones
del día y la noche, incluyendo sus nombres, habilidades, e incluso las
posibilidades de que ganaran. También traía un mapa de Volupta, una guía
de los monstruos que aparecían en el camino hacia aquí y por último la ruta
a seguir hasta este pueblo…
- Suena igual a una de mis guías de bienvenida. Ese hombre me va a arruinar
el negocio. Empecé a asumir que había otro jugador por ahí que sabía todo
acerca del casino. ¡Y resultó ser un NPC! – se quejó Argo.
- Algunos de nosotros sospechó que eso costara tan poco, pero Kiba dijo
“Vale la pena intentarlo si solo costa lo mismo que una comida cara…” Así
que lo compramos y nos dirigimos hacia este pueblo a través de la Ruta de
Vientos Bajos. El mapa estaba en sincronía con la realidad, así como la
información de los monstruos que aparecían; por lo que llegamos enseguida
a Volupta. Por esa razón tratamos de comprobar la información de la Arena
de Monstruos. Nos gastamos mil Col en comprar fichas y las apostamos
todas en el monstruo que según el libro tenía más posibilidades de ganar. Y
ganamos. Así que nos gastamos diez mil Col esta vez para apostarlas en la
segunda ronda, y volvimos a ganar…
Liten paró ahí para tomar un poco de sangría. Argo parecía sumida en sus
pensamientos, pero al final dijo lo que estaba pensando. – Eso quiere decir
que Kibaou y sus secuaces simplemente están apostando guiándose por el
Libro de los Secretos y les está saliendo bien. Me alegro por ellos.
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- Me da la impresión de que ese NPC simplemente no le vende ese libro a

aquellos jugadores que parecen ser muy avariciosos – atacó Asuna.
Le sonreí y contrataqué - Entonces, eso confirma que nos hace falta un poco
más de avaricia, Asuna.
-…
Me imaginé que me daría otro de sus golpes habituales, pero en su lugar,
simplemente me habló - Para demostrar que no soy avariciosa, compartiré
esto contigo.
Entonces cogió uno de los grandes trozos de naranja que estaban en la sangría
de su vaso y lo echó dentro de mi jarra de cerveza.
- ¡Hey, eso no es una buena idea!
- En realidad debería darle más sabor.
- De ninguna manera…
Dije, pero en cambio llevé la jarra a mis labios, imaginando como podía
rociar el líquido venenoso en la cara de Asuna si este llegaba a tener un sabor
amargo, aunque eso probablemente me llevaría una muerte instantánea. Pero
al final, terminé sintiendo el sabor.
- Hhu, no está tan mal.
- ¿Ves? Estoy bastante segura de que hay muchos cocteles hechos de juego
de naranja y cerveza.
- Tu definitivamente acabas de inventar eso – la acusé.
Al otro lado de la mesa, Liten se rio - Jajajajaja… ustedes dos
definitivamente hacen buen apareja, huh.
- N-no realmente – declaró Asuna, tosiendo e inmediatamente cambiando de
tema. – Como sea… supongo que tanto ALS como DKB tuvieron contacto
con ese hombre del “Libro de los Secretos”.
- Ah sí. Shiva me lo confirmó cuando nos vimos hace un rato. – dijo ella,
mencionando casualmente el apodo que usaba con su novio. Asuna estuvo
un momento aturdida por este hecho, perdiendo el hilo de la conversación,
pero rápidamente se recuperó.
- Ehhh… ¿cuántas fichas ganaron ustedes en la anterior batalla?
- ¿Más o menos un poco más de cincuenta mil?
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Eso fue un poco menos de lo que me esperaba, pero eso seguramente se debe
a que el libro no siempre recomendaba apostar por el monstruo con las
mayores ganancias.
- Lo que quiere decir que, si en la ronda final apuestan por un monstruo que
les duplique las ganancias, alcanzarían las cien mil fichas – dijo Asuna.
Liten asintió. – Exactamente… pero ahora mismo los miembros del gremio
están debatiendo sobre por cual apostar en la última batalla. En el libro el
monstruo con mayores posibilidades de ganar está señalado con un círculo,
mientras que el de menor posibilidad está señalado con un triángulo. Pero
las ganancias son de 2.0 para el del triángulo, y solo 1.5 para el del círculo…
- ¿Y hasta ahora solo han estado apostando por los que siempre marca como
más probables a ganar?
- Sí, sí. Algunos miembros querían que apostáramos por los que eran menos
probable a ganar desde la tercera batalla de la sesión del día, pero como los
resultados siempre estaban acordes al Libro de los Secretos, nos limitamos a
confiar ciegamente en lo que decía hasta este momento.
- ¿Todo esto no es solo… muy conveniente? – intervine. Mi lado apostador
que vive en mi interior podía estar un poco enojado, pero mi lado gamer
sospechaba de toda esta situación. - ¿Es posible que ese Libro de los Secretos
que solo cuesta 100Col, sea cien por ciento correcto…? Sabiendo cómo
funcionan los eventos usuales del juego, es muy probable que en la última
batalla el monstruo que gane sea el que no predice el libro, haciéndote perder
todo lo que has ganado.
- Oh, Schinken dijo eso mismo – recordó Liten. Tuve que pensar por un
momento para darme cuenta de que ella estaba a hablando el jugador llamado
Schinkenspeck. Según Asuna, ese nombre proviene de una especie de jamón
australiana… lo cual no explicaba porque el escogió ese nombre a la hora de
crear su personaje.
- Schinken dijo que la predicción de la última batalla podrás ser una
trampa… y que, si apostábamos por el que estaba marcado con un triángulo,
ganaríamos el doble de lo apostado, consiguiendo las cien mil fichas y así
obtendríamos la increíble espada del mostrador. Ikura y Wälder estuvieron
de acuerdo… y en ese momento fue cuando salí de allí, asé que no sé por
quién apostaron al final…
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- Eh, ¿quién es Wälder? – pregunté. Sí recuerdo a Hokkai Ikura, pero el otro

nombre definitivamente era nuevo, así que me causaba curiosidad.
Liten exhaló y tomó un profundo suspiro – Oficialmente llamado
Schwarzwälder Kirschtorte. Es otro tanque de nuestro gremio… y también
uno de los miembros más antiguos. Solo que hace poco fue que se tomó en
serio su rol y se posicionó en las Líneas Delanteras.
- Ya veo…
Los aspectos numéricos del juego como son la vida o el nivel de las
habilidades subirán sí o sí siempre que te esfuerces con ellas, pero es
diferente para el talento innato que tiene cualquier jugador. Y en un juego de
inmersión total como SAO ese aspecto era aún más importante que en los
clásicos videojuegos RPGs. La cantidad de tiempo y esfuerzo que uno pone
en mejorar con la espada depende únicamente del jugador. Saber luchar en
equipo junto a los demás requiere aún más experiencia…. por último, luchar
contra un monstruo mientras vigilas el estado de tu grupo, el de los demás
miembros del gremio y el curso de la pelea requería conocimiento,
experiencia y un talento natural.
Yo siempre he sido un jugador solitario centrado en hace daño, por lo que
mi habilidad no era lo suficientemente genial como para liderar a todo un
grupo en una batalla. Era grandioso ver a jugadores como Wälder, quienes
se han esforzado mucho para llegar a las Líneas Delanteras, luchar codo a
codo junto a los mejores jugadores. Su nombre era muy difícil de recordar,
pero ese era un problema estúpido comparado a rodo lo demás.
Eché un vistazo al reloj de mi campo de visión. Eran las 10:25 PM, o sea que
faltaban solo cinco minutos para que comenzara la batalla final de la noche.
Los de ALS y DKB a estas alturas ya deben haber terminado de hacer sus
apuestas. En solo unos momentos, ellos se sumirán en la más grande de las
glorias, o tal vez en la más profunda de las desesperaciones.
Para ser completamente honesto, me gustaría verlo por mi mismo, pero eso
solo era por la pequeña parte envidiosa dentro de mí. Además, había otra
cosa importante que me gustaría preguntarle a Liten.
- Muchas gracias por eso, Liten. Eso nos deja claro el porque de las acciones
de Kibaou y de Lind. Esperamos que les vaya muy bien a los dos. Pero hay
otra cosa de la que quiero hablarte – dije.
La cara de la chica se tensó un poco, y luego asintió – Debes estar
refiriéndote a Buxum.
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Los tres restantes asentimos con nuestros cabezas. Buxum es un miembro de

la pandilla de PKers que se había infiltrado en DKB. Como miembro de ALS,
Liten nunca lo conoció en realidad, pero en la reunión realizada por los dos
gremios la noche pasada, Lind seguramente explicó todo lo que sabía acerca
de esta persona.
Ella terminó de tomarse lo que quedaba de su sangría, respiró profundamente,
y finalmente dijo – DKB, a diferencia de nosotros, tiene una filosofía basada
en calidad sobre cantidad, pero no por eso dejan de reclutar miembros
libremente. Simplemente no dejan que cualquiera que quiera se le una cómo
hacemos los de ALS, sino que colocan propagandas en las ciudades
principales de los pisos anteriores explicando que para unirse deben dirigirse
a su Oficina de Reclutamiento en la Ciudad de los Inicios.
- Oh… ohhh…
Nunca había escuchado que se podían hacer propagandas en el juego, aunque
creo que si podían elaborase posters o carteles, pero eso no era importante
ahora.
- ¿Una Oficina de Reclutamiento? ¿Pero qué evalúan allí?
- Eso fue lo que le pregunté a Shiva. El dijo que los niveles, estadísticas y
habilidades se evaluaban en la primera prueba, en la segunda se realizaba
una demostración de las Habilidades de Espada, y en la última un duelo
contra algún miembro del gremio.
- Así que tres pruebas… - murmuré, tensando y contrayendo la esquina de
mi boca.
- ¿Acaso con esas condiciones se les quiere unir alguien? – preguntó Asuna,
y el escepticismo se notaba en el tono de su voz.
Sin embargo, Liten asintió. – Cada vez más y más jugadores de medio rango
llegan, buscando la posibilidad de alcanzar las Líneas Delanteras. Según me
dijo, hay alrededor de veinte o treinta examinados todos los días. Es se debe
mayormente a que DKB es el gremio forjado sobre los sueños de Diavel.
Nunca tuve la oportunidad de conocerlo por mi misma, pero aparentemente
es un héroe legendario para los jugadores de los pisos intermedios. Aunque
Kibaou es un gran líder también.
Cuando escuché su nombre, me recordé del caballero Diavel que conocí hace
tiempo. Él murió en la batalla contra el Jefe del primer piso, el 4 de
diciembre, y justamente hoy era 5 de enero. Era casi imposible de
creer que solo haya pasado un mes, pero ese tiempo es suficiente
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para que su historia se difundiera entre los jugadores promedios y se

convirtiera en una leyenda, supongo.
La voz de Liten rompió el reinante silencio. – Buxum se presentó en la
Oficina de Reclutamiento a finales de diciembre y en su tercera prueba luchó
contra Hafner. Entonces decidieron dejar que se uniera al gremio.
- A finales de diciembre… - repetí, construyendo en mi mente una línea
temporal de nuestro progreso a través de Aincrad. El Raid improvisado del
que formamos parte Asuna, Argo, Liten y yo, venció al Jefe del quinto piso
en la noche del 31 de diciembre. O sea que, a finales de año, nadie tenía
información acerca de la serie de misiones del sexto piso. Los Beta Testers
estaban en una situación similar, pues el cubo dorado de “La Maldición de
Stachion” en la Beta no tenía ningún poder paralizante.
Así que, si Buxum se unió a los DKB con la intención de robar el cubo desde
el principio, quiere decir que la pandilla de PKers liderada por el hombre del
pocho negro está consiguiendo información por otra fuente además de los
Beta Testers.
-… Buxum, Morte, el usuario de la daga con la máscara negra y el hombre
del pocho negro. – dijo Asuna, contándolos con sus dedos, que convirtió
después en un puño – Al parecer ya podemos hacernos una idea de cuantos
miembros tiene la pandilla de PKers.
- Estuve tratando de descubrir eso por mi misma, pero ni siquiera logro
imaginar donde se están reuniendo… - apuntó Argo con frustración.
- No hagas nada demasiado peligroso, Argo – le dijo Asuna - Ellos son
peligroso y astutos. Nunca tendrás idea de donde puedes estar esperando para
emboscarte.
Ella tenía razón. De hecho, sospechábamos que el PKer que Asuna mencionó
como “el usuario de daga con la máscara negra” era en realidad uno de los
miembros superiores de ALS llamado Joe, pero desafortunadamente no
teníamos ninguna evidencia de eso aún. Me gustaría preguntarle acerca de
esto a Liten, pero si ella se daba cuenta de que nosotros sospechábamos de
él y entonces lo intentaba confrontar ella sola directamente, definitivamente
la estaríamos poniendo en peligro.
-… ¿Qué demonios le pasa a esa gente? – gruñó Liten, agarrando su copa
vacía con ambas manos. – Haciendo PK en las circunstancias en las
que nos encontramos. Interfiriendo con nuestro progreso en el juego
lo único que logran es retrasar nuestra liberación de SAO…
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No tenía ni idea de cómo responderle esa pregunta. Asuna y yo hemos sido

atormentados por la misma pregunta desde que supimos de su existencia.
No había ningún tipo de lógica detrás de las acciones del hombre del pocho
negro y sus secuaces. Pero irónicamente, esa era una de sus más grandes
ventajas. Sus intenciones transparentes de querer arruinar el progreso en un
Juego Mortal hacían que fuera mucho más difícil anticipar sus acciones.
Tuve que tomar un sorbo de la cerveza con sabor a naranja para quitar ese
sabor amargo de mi boca. Desde el fondo derecho de la mesa, escuché a Argo
decir - ¿Saben qué es el Test de Bartle?
Los otros tres inclinamos nuestras cabezas. Ese término no me sonaba de
nada.
- Es una especie de investigación de videojuegos creada hace tiempo.
Básicamente, con el se quiere clasificar a cada jugador en uno de cuatro tipos.
- ¿Cuatro tipos? – repitió Liten.
Argo entonces levantó un dedo. – El primero es “Archivador”. Es ese tipo
de jugador que trata de ganar un juego al cien por ciento. Llegar al máximo
nivel, obtener los mejores objetos, completar cada misión y alcanzar todos
los logros.
- Nunca he sido de completar todos los logros – pensé, pero no pude decirlo
en voz alta antes de que Argo levantara un segundo dedo.
- El segundo es “Explorador”. Aquellos que les encanta explorar lo
desconocido y descubrir las cosas por si mismo. Caminar cada parte del
mapa del mundo, entrar a calabozos y combatir contra Jefes increíblemente
ocultos, tratando desesperadamente de subir cada muro y cada cuesta.
- Ohhh, ese podría ser yo – pensé, pero una vez más no tuve tiempo de
decirlo en voz alta.
- En tercer lugar, está el “Social”. Personas que juegan videojuegos
principalmente para socializar con otros jugadores. Aman el juego en
cooperativo, formar gremios, y solo disfrutar de los paisajes chateando
durante horas.
Esta vez, Asuna logró decir algo antes que algún pensamiento me viniera a
la mente – Ese es justamente el tipo de jugador opuesto completamente a
Kirito.
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Liten hizo un sonido – ffmrff – bastante bizarro. Su cabeza estaba mirando

hacia el suelo, así que podía asumir que estaba aguantando la risa. Argo
también pausó para sonreír y luego continuó su explicación.
- Y por último está el “Asesino”. Simplemente quien disfruta de asesinar a
otros jugadores.
Las sonrisas de las caras de Asuna y Liten desparecieron enseguida. Como
estaban congeladas, yo le pregunté a Argo – Quieres decir… que esos son
los miembros de la pandilla de Pkers… ¿Asesinos?
- Bueno. No creo que sea así de simple. Yo no me tomo muy en serio el test
de Bartle… pero, si creo que todos los jugadores que estamos atrapados en
SAO tenemos un alto sentido de cuan malo y peligroso es hacer PKing,
mientras que muchos otros no. Y ese tipo de personas son aquellas que harán
lo que sea si los convences de que no hay nada de malo detrás de eso…
Su voz era lo suficientemente baja para que yo apenas pudiese oír lo que
decía desde el otro extremo de la mesa. Argo bebió el resto de su cerveza,
que aun estaba por la mitad.
Como Asuna y Liten, esta vez hasta yo tuve problemas para pensar en que
responder. Si esas personas necesitan que les digan que lo que están haciendo
no está mal, así como Argo dice… ¿entonces en primer lugar quién les está
diciendo eso a ellos? A menos que sean del tipo de personas que disfruta de
matar personas desde el inicio.
“It´s showtiiiiime”
Fueron las palabras que se reprodujeron en mi mente, y tensaron mi cuerpo.
Asuna debió haberse dado cuneta de eso, pues dijo muy calmadamente –
Esta información fue muy útil, Argo – Se a aclaró la garganta y sonrió
minuciosamente – Pero yo no entro en ninguno de esos cuatro tipos.
Estaba de acuerdo con eso. Quiero decir, ¿se puede considerar incluso a
Asuna como una gamer?
Pero Argo simplemente sonrió y dejó salir a través de sus dientes mientras
reía – En ese caso, propongo un quinto tipo de jugador para ti, Aa-chan. ¿Qué
tal “Progresista”?
- ¿Progresista? – dijimos los otros tres al unísono.
- Entonces… ¿Estoy progresando? ¿En qué sentido?
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- En lo que sea que quieras progresar – dijo Argo, una respuesta evasiva para
la pregunta. Desde algún lugar se pudo escuchar el distante sonido de
celebración. Al parecer la quinta batalla estaba por comenzar.
- Liten, ¿vas a regresar? – preguntó Asuna.
Liten lo consideró, y entonces respondió - Oh, no… si ganamos la última
apuesta, los otros vendrán aquí para comprar algunos de los premios, así que
los esperaré.
- Ya veo, en ese caso, nosotros nos retiramos.
- Huh, ¿no te interesan los resultados?
- Si Kirito-kun se queda aquí, estoy segura de que no podrá contener las
lágrimas de los celos si ve cómo alguien compra esa espada de 100 000 fichas
frente a él. – dijo Asuna claramente, provocando sonrisas y murmureos en
Liten y Argo.
- ¡Y-yo no voy a llorar! - protesté - Como mucho, me lanzaría al suelo.
- Eso es igual de patético que lo anterior – dijo Asuna, torciendo los ojos. Me
puse de pie al mismo tiempo que ella, pero Argo se quedó sentada junto a
Liten.
- Yo esperaré a que den los resultados. Ustedes dos pueden regresar a la suite
primero.
- Está bien, entonces nos vemos ahorita. Muchas gracias por hablar con
nosotros, Liten-san.
- El placer fue mío. Me divertí mucho.
Asuna se inclinó y se despidió de ellas, mientras que yo solo alcé mi mano
abierta y la cerré luego de que cruzamos la esquina. Los sonidos de alegría
del piso inferior llegaban hasta donde estábamos como olas. Parecía que la
batalla final era alfo digno para cerrar la noche.
-… Si de verdad quieres ver la batalla, yo te acompañaré – dijo Asuna,
caminando a través de la puerta. Yo hice una mueca.
- No, estoy bien. Después de lo que nos contó Nirrnir, estoy seguro de que
no voy a disfrutar de la competición.
- Eso es cierto. Por cierto, Kirito-kun, ¿tú crees que ella es…?
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Sin embargo, cortó la línea ahí. La miré para saber que ería decir, pero Asuna
simplemente dio una palmada con sus manos y dijo – No nada, mejor
olvídalo.
Cuarenta minutos después, cuando Argo regresó a la Ambermoon Inn, nos
contó que tanto ALS como DKB perdieron todo lo que apostaron en la última
ronda de la noche, lo que quería decir, que las cincuenta mil fichas que
habían ganado se convierte ron en cero.
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Capítulo 08:
Mis ojos se abrieron suavemente, como un diente de león que fue recogido
por el viento y cayó en la tierra.
Las grandes persianas estaban lo suficientemente abiertas para que pudiera
imaginarme que hora era por la luz. Eran las dos de la mañana… solo dos
horas habían pasado desde que me metí en la cama.
No era una persona de sueño profundo en el mundo real, pero extrañamente,
siempre dormía muy bien en Aincrad. No podía ni imaginarme por qué podía
dormir tan placenteramente en un mundo donde podía morir en cualquier
momento. Tal vez el centrarme todo el día en sobrevivir me agotaba
mentalmente, o el dispositivo estaba asilando todas las sensaciones externas
que normalmente no me dejarían dormir bien, o tal vez… por mucho que no
quisiera admitirlo… era posible que me sintiera cómodo en este mundo.
Por eso era que me resultaba extraño haberme despertado sin ningún motivo
en especial. Había programado mi alarma para que sonara a las seis de la
mañana, así que sería mejor que durmiera estas cuatro horas restantes para
estar completamente descansado y afrontar lo que haré en el día. Cerré mis
ojos… pero entonces sentí un suave tambaleo y fruncí el ceño.
¿Acaso fue esa pequeña vibración la que me despertó? ¿Era el viento? ¿Un
temblor? ¿Una gran ola chocó contra la costa? ¿O era que el mismo Aincrad
estaba cayéndose?
- Kirto, despierta – dijo una suave voz en mi oreja. Con un grito me elevé
hacia arriba. O casi lo hago, si no hubiera sido porque choqué contra algo
que estaba cerca de la cama. Una luz morada llegó a mis ojos.
- ¡Auuuchhh! – dijeron dos voces al mismo tiempo.
Mi cabeza regresó a su posición sobre la almohada, donde yo parpadeé
rápidamente, tratando de enfocar mis ojos.
A la derecha de la cama, aguantando con sus manos su frente, estaba mi
compañera temporal. En este mundo no podías sentir ningún tipo de dolor,
pero cuando fenómenos como este que típicamente causan dolor, tu cerebro
reproduce una especie de sensación fantasma. El Nerve Gear supuestamente
también disminuía esta reacción contra el dolor inexistente, pero cuando un
suceso inesperado e instantáneo como este sucedía, era imposible
evitar una reacción como esta.
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Así que, por un momento, Asuna y yo gemimos ante el ligero efecto de haber
chocado nuestras cabezas. Una vez pudimos mirarnos el un al otro de nuevo,
me di cuenta que la procedencia del temblor anterior no era un terremoto ni
el viento, sino ella.
-… ¿Qué demonios está pasando? – pregunté.
La esgrimista hizo una juega y explicó – Llevo un rato llamándote, pero no
te despertabas. Por eso tuve que sacudirte, y de repente saliste disparado de
la cama.
- Bu… bueno, lo siento por eso… ¿Pero por qué me querías despertar?
- Solo quería preguntarte si podíamos salir un poco antes.
- ¿Eh…?
Tuve que revisar el reloj de nuevo, pensando que la primera vez que lo vi me
había equivocado. Pero allí decía que aun eran las dos de la mañana. La luz
pálida que pasaba a la habitación a través de las persianas de la ventana
provenía de la luna, no del sol matutino.
-… Esto es más que “un poco antes”, ¿no crees?
- Lo sé… pero simplemente me pongo a pensar en cualquier cosa y no me
puedo dormir. – murmuró ella, sentándose en el borde de la cama. Su vestido
de noche de color azul pálido reflejaba la luz de la luna tan fuerte que parecía
que estaba mojado.
-… Las misiones de “Las Llaves Sagradas” no van a continuar hasta que
lleguemos a la respectiva base de los elfos oscuros del piso. Pero para mí
Kizmel no es solo un programa que podemos pausar presionando un botón.
Ella de seguro está sentada o dando vueltas por la base mientras espera a que
nosotros lleguemos y así la historia pueda continuar…
-… Es verdad – admití, sentándome también en la cama.
Para ser sincero, Asuna tiene este tipo de concepto debido a que hemos
estado en contactos con NPC en los últimos dos pisos que eran muy
expresivos, y sus reacciones los hacían ver como personas reales. Myia,
Theano, Bouhroum, y ahora Kio y Nirrnir. Ellos parecían ser simplemente
humos que viven en este mundo artificial. Y eso por supuesto, también
incluía a Kizmel.
No creo que Kizmel vaya a ser castigada por haber perdido las
cuatro llaves sagradas que teníamos, pero no se iba a quedar sentada
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aceptando esta derrota. Si ella se encontraba sufriendo a raíz de esto, lo mejor

sería que resumiéramos la serie de misiones de “Las Llaves Sagradas” tan
rápido como nos fuera posible, para liberarla de ese estado.
Sin embargo…
- Asuna, ¿no has dormido nada verdad? Me preocupa que estés demasiado
cansada para cruzar una zona en la que nunca has estado y que puede ser
peligrosa, y más a estas horas de la noche… ¿Qué tal si intentamos dormir
por al menos una hora? – sugerí.
Pero Asuna simplemente movió su cabeza de un lado a otro – No. Esta es
una de esas noches desveladoras.
- ¿Noches desveladoras?
No pude entender eso. He vivido muchas veces esa experiencia de tratar de
dormir casi obligado antes de quedar atrapado en SAO, y muy pocas veces
en este mundo… aunque a veces esa misma obligación es lo que te mantiene
despierto…
- Bueno, supongo que entonces no queda más opción que partir, no habrá
problema siempre y cuando no me separe de ella – pensé, y estaba a punto
de decirle que se levantara para irnos.
Pero entonces Asuna dijo -… Pensándolo mejor, creo que puedo intentar
dormir por al menos una hora. – Mi boca se quedó cerrada por un momento,
pero luego la abrí.
- En ese caso, nos reuniremos en la sala de estar en una ho…
Antes de que terminara de decir esa oración, Asuna se tiró a mi derecha. Se
acomodo de costado, y subió sus pies completamente a la cama, agarró una
almohada y subió su cabeza encima de ella, quedándose quieta.
-…
Me incliné suavemente para pedirle que se fuera a su propia cama. Pero si
ella, que estaba teniendo problemas para dormir, logró acomodarse ahora,
sería muy cruel de mi parte interrumpirla.
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De todos modos, esta no era la primera vez que dormía junto a ella. Cuando
jugas junto a alguien, habrá ocasiones en las que necesites acampar en las
afueras y compartir un saco de dormir. Esto es más o menos la misma
situación.
Me acerqué un poco a la chica que débilmente respiraba, puse mi alarma
mental para las tres de la mañana y me acomodé en la cama.
Diez segundos después, silenciosamente murmuré – Esta es una de esas
noches desveladoras.
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Capítulo 09:
6 de enero, 3:10 AM.
Mi compañera y yo, que por fin volvíamos a ponernos nuestros trajes de
batalla, caminábamos uno al lado del otro por las escaleras centrales de
Volupta.
Las tiendas que se encontraban a ambos lados del camino estaban
extrañamente vacías, y ni una sola persona se podía sentir en las cercanías.
Sin embargo, en las escaleras del oeste las cosas deberán estar un poco más
agitada, puesto que por allá se encuentran la mayoría de los bares, además
de varias misiones que suelen aparecer solo a estas horas, pero no teníamos
tiempo para eso.
A pesar de haber salido tres horas antes de lo previsto, todavía estábamos
jugando con la suerte en el horario que planeamos para el día. Primero,
tenemos que ir al Bosque de Piedras Temblorosas que se encuentra en el
centro del piso, allí nos reuniremos con Kizmel en la base de los elfos
oscuros, luego nos tocaría recolectar las veinte frutas narsos mientras
avanzamos en la misión de “Las Llaves Sagradas”. Y finalmente tendríamos
que regresar a Volupta para el mediodía. Tal vez para eso tendríamos que
pausar la misión de la campaña élfica y pedirle a Kizmel que nos espere en
su base un tiempo, o puede pasar que venga a Volupta con nosotros.
Incluso con Argo encargándose de recolectar las piedras wurtz, nosotros
teníamos mucho que hacer. Pensar en todo eso eliminó los últimos vestigios
de sueño que quedaban en mí y dejé escapar un gran bostezo. Asuna, que
caminaba rápidamente a mi lado, se inclinó hacia adelante para poder mirar
mi cara desde abajo.
- Kirito-kun, dormiste tres veces más que yo, ¿y aún tienes sueño.
- No fueron tres veces más, en el mejor de los casos, diría que solo 2,5 veces.
– dije, pues no podía simplemente decirle “No pude dormir bien porque te
quedaste domada en mi cama”.
- Por el contrario, ¿cómo es que te llenaste de energía con solo una hora de
sueño?
- Hmmm, no sé… supongo que fue una hora de buen sueño.
-… Bueno, bien por ti, su señoría – dije, y Asuna respondió –
Gracias, mi sirviente. – Probablemente estaba contenta y ansiosa
por reunirse muy pronto con Kizmel, pese a la falta de sueño.
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Yo también me sentía de esa manera, obviamente. Pero ya nos

encontrábamos en el séptimo piso de Aincrad. La campaña de misiones de
la Guerra Élfica empezó en el tercer piso, y terminará en el noveno. Solo nos
quedan alrededor de dos o tres semanas como mucho para ir de aventuras
junto a Kizmel.
Pero incluso después de terminar la campaña, podremos volver a ver a
Kizmel cuando quiéranos, siempre y cuando regresemos al noveno piso. Por
eso será mejor que no diga nada así de depresivo que pueda hacer sentir mal
a Asuna. Ya es lo suficientemente difícil encontrar cosas por las que
alegrarse en este Juego Mortal, así que lo mejor será apreciar las que tenemos
mientras sea posible.
Por alguna razón, escuché una versión fantasma de Argo ejecutando su típica
risa maquiavélica, y me estremecí. Ella aun debería estar profundamente
dormida en su cuarto, así que le dejamos una nota, pero estoy seguro que nos
reclamaría algunas cosas cuando nos reuniéramos al mediodía. Sería mejor
que me preparara de antemano con algunos argumentos.
Estaba simulado esa conversación en mi inmadura mente de niño de octavo
grado cuando Asuna dijo – Me interesa saber que es lo próximo que harán
Lind y Kibaou.
- ¿Lo próximo?
- Ellos no lograron ganar la última apuesta en la lucha final de la noche y por
eso lo perdieron todo lo que tenían, ¿no?
- Bueno, no perdieron exactamente “todo lo que tenían”. – dije con una
pequeña mueca. – De acuerdo a lo que dijo Liten, la primera apuesta de ALS
fue de once mil Col. Eso es muchísimo dinero, pero cuando los líderes de
DKB nos quisieron comprar el Es tardarte de Valor, nos ofrecieron trecientos
mil Col. Así que ALS tiene también más o menos esa cantidad, aunque
bueno, espero que perdiendo esa cantidad hayan aprendido la lección, ¿no?
- Aprendido la lección… - repitió Asuna, frunciendo el ceño. - ¿Entonces
eso no deja más que en evidencia que el NPC que les vendió El Libro de los
Secretos a Lind y a Kibaou era de hecho un estafador?
- Yo no lo llamaría así… después de todo, el libro simplemente costaba 100
Col, y sus predicciones acertaron en nueve de las diez luchas de ayer. Pero
era probable que intencionalmente buscara generar seguridad
prediciendo correctamente las primeras nueve batallas, así todos
apostarían la mayor cantidad de fichas posible en la última y las
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perderían. Si bien eso lo podía convertir en un estafador… yo diría que era

más un empleado del casino, tal vez.
- Hmmmm…
Asuna no parecía a ver sido completamente convencida por mi
interpretación. Ella giró su cabeza hacia otro lado – Pero los monstruos de la
Arena no son iguales a las cartas o a los dados. Aquí los apostadores están
apostando su dinero los unos contra los otros, ¿verdad? Nirrnir-sama dijo
que el único dinero que gana el casino es la cuota del diez por ciento de la
compra de los tickets para apostar. Así que, si el grupo de Kibaou perdió
anoche decenas de miles de Col, quien se llevó ese dinero fueron los que
apostaron por el monstruo ganador. El casino solo obtiene una pequeña parte
de eso.
- Eso es ciertamente correcto. – dije, impresionado por lo rápido que ella
logró deducir y acomodar todo eso. – Pero, si mi hipótesis es correcta, puede
ser que algunos de esos apostadores sean empleados del casino. Solo tendrían
que apostar por el otro monstruo que no apostó el grupo de Kibaou, y si
ganan, la cantidad de dinero que se llevarían sería inmensa.
- ¡Eso es muy sucio! – Asuna dijo bruscamente, sin hacer ningún gesto. –
Pero… ¿eso no quiere decir que ellos de alguna manera pueden manipular
los resultados de las batallas? Eso sería imposible a menos que quienes
entrenan a los monstruos… los empleados de Bardun Korloy, y Nirrnir, estén
trabajando juntos, ¿no…?
- No necesariamente – dije, habiendo considerado eso que ella dijo segundos
antes. Entonces hice lo mejor que pude para explicar – Si solo uno de los dos
lados es el que está haciendo trampa, entonces es complicado garantizar la
victoria, pero aun así se puede garantizar una derrota. Solo elige un monstruo
de un rango menor al especificado para la pelea e incluso puedes debilitarlo
más usando veneno antes del encuentro. Luego escribes en “El Libro de los
Secretos” que es altamente probable que tu monstruo gane… y así engañas
a Kibaou para que apueste por ti.
- Aun así, sigue sin cuadrar. El Libro de los Secretos predijo todos los
monstruos que podían ganar las nueve batallas antes de esa, y acertó en todas.
Hay que asumir que no siempre perdieron los monstruos de los Korloys. Para
no levantar sospecha, deben ganar algunas vec… ¡Oh!
Cuando ella exclamó, yo asentí lentamente. – Exacto, ellos también
deben haber ideado algún plan para poder ganar de vez en cuando.
Un claro ejemplo es el truco del tinte en el pelaje del Rusty Lykaon.
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Apuesto a que todas las demás batallas que los monstruos de la familia
Korloy ganó debían estar de alguna forma trucados… solo que nadie puede
notarlo. De esa forma, ellos no solo obtienen dinero de las batallas que ganan,
sino también de las que pierden.
-… Así que todas las batallas son, ehhhh, ¿cómo se dice…? Cuando uno de
los combatientes está haciendo trampa…
- Cuando uno de los combatientes hace trampa para perder a propósito, se
les dice que son Batallas Tiradas, pero en este caso los Korloys están
haciendo trampa para poder ganar.
- Ya veo… bueno, aun así, sigue siendo muy sucio. Nirrnir está haciéndolo
lo mejor que puede para cumplir con su papel, pero ese Korloy está haciendo
trampa simplemente para alargar su tiempo de vida – dijo mi compañera,
echando humo.
Le quería decir que eso era solo la historia de fondo para la misión, pero me
guardé mis palabras. Hace un mes, habría considerado que este Bardun
Korloy no era más que un engranaje de esta historia que fue escrita por algún
guionista del mundo real. Pero Kizmel, Myia, Theano e incluso Kysarah, la
ayudante de los Elfos Caídos que nos robó las llaves sagradas, parecía estar
actuando por su propia voluntad. Era posible que Bardun simplemente se
encuentre desesperado y haya tomado todas estas decisiones en base a su
propia voluntad.
Nirrnir dijo sin ninguna traba que Bardun estaba reuniendo todo el dinero
que podía para comprar pequeñas cantidades de vida. Si esto no era
simplemente una historia del trasfondo, ¿entonces por qué le teme tanto a la
muerte? ¿Y qué fue lo que ella quiso decir exactamente con “comprar
momentos escasos de vida con dinero…”?
- Kirito, ya llegamos a la salida.
Miré hacia arriba y vi una pequeña puerta frente a nosotros. En algún
momento terminamos de subir las escaleras centrales y llegamos a la plaza
en el extremo norte de Volupta.
La puerta estaba abierta de par en par a pesar de la hora que era, y aunque
había guardias a cada lado, sus cabezas colgaban somnolientas. No podía
culparlos por aburrirse; no importaba si se tomaban su trabajo en serio o no,
los monstruos en las afueras del pueblo no podían entrar debido que
el sistema del juego lo prohibían. En ese sentido, ese tenía que ser
el trabajo más sin sentido que podía imaginar.
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Lleno de abundante simpatía, cuando cruzamos por la puerta dije – Buenas

noches. – Uno de los guardias parecía haberse quedado dormido de pie, pero
el otro movió su cabeza y dijo – Es peligroso salir de noche. Tengan cuidado.
– Asuna sonrió y le agradeció por el consejo.
Pasamos a través del elegante marco de la puerta y nos adentramos en tierras
salvajes. Las palabras DEJANDO ÁREA SEGURA aparecieron en mi
campo de visión y rápido se esfumaron.
Bostecé profundamente y respiré un poco del aire nocturno que cruzaba las
planicies que teníamos al frente y se extendían tal lejos como la vista lo
permitía.
Asuna me miró con una sonrisa y preguntó - ¿Sueles saludar siempre a los
guardias de la ciudad?
- No, solo… de vez en cuando…
- Mm-mmm. El definitivamente se asustó, ¿lo viste? Apuesto a que pensó
que era su jefe regañándolo por haberse quedado dormido en horario de
trabajo – dijo sonriendo.
Eso me hizo pensar que tal vez debería empezar a saludar a los guardias más
a menudo de ahora en adelante. Salimos finalmente del pueblo por el camino
iluminado por la luz de la luna.
El séptimo piso de Aincrad estaba caracterizado por tener bastas llanuras en
todo su hemisferio sur mientras que altas montañas se alzaban en el
hemisferio norte. Los caminos que partían desde el primer pueblo hasta la
torre laberinto se curvaban para hacerte pasar por uno de esos dos paisajes,
por lo que difícilmente algún jugador… o NPC… se encontrara caminando
por el centro del piso.
Por eso, el camino de piedra que salía por la puerta norte de Volupta
rápidamente se desapareció y el suelo era simplemente tierra llena de
pequeñas hierbas. Cuando llueve sobre este tipo de terrenos, el fango hace
que sea bastante fácil resbalar, pero eso era algo por lo que afortunadamente
no debíamos preocuparnos por ahora.
Caminamos recto con cuidado, evitando a los monstruos tipo escarabajo y
avispas que a diferencia del Escarabajo Lancero de Verdia, solo aparecían
por la noche. Estaba absolutamente seguro de que esos escarabajos
rinocerontes también eran nocturnos en el mundo real, pero estos de
aquí eran medio metro de largo, lo que distorsionaba cualquier
realismo.
pág. 131
Luego de treinta minutos, el paisaje comenzó a cambiar. El pasto corto que

cubría las pequeñas colinas comenzó a volverse más grueso, y a la vista
aparecieron más árboles. Eventualmente, árboles de hojas anchas
comenzaron a enmarcar el camino adelante.
Un ciento húmedo paso sobre nosotros e hizo crujir los árboles fuertemente.
Eso era prácticamente una advertencia de que había peligro más adelante.
No es necesario estar atrapado en un juego mortal para saber que este tipo de
áreas generalmente son peligrosas.
Abrí mi boca para advertir a Asuna, pero ella rápidamente me soltó un
puñetazo.
- Álamos.
-… ¿Qu-é?
Empecé a mirar alrededor, pensando - ¿Eso es acaso un monstruo del
séptimo piso? ¿Pero dónde están? – Pero no había cursores rojos, ni siquiera
una sombra, por todos aquellos lares. Continué buscando, hasta que Asuna
aplaudió – No es un monstruo. Es el nombre de esos árboles.
- ¿Eh…? – Miré hacia arriba el par de árboles que se alzaban en el camino.
- ¿Esos son álamos? ¿Son árboles del mundo real?
- Árboles del mundo real. Como tiene muchas ramas y cada rama tiene
además muchas hojas, suena así de fuerte cuando las sopla el viento. Es por
eso que también se les conoce como “álamos temblorosos”. Pero en japones
tradicionalmente se les dice “sonda de montaña”.
- Hmmm, creo que he escuchado eso antes. Lo que me recuerda, también me
dijiste el nombre de los árboles que estaban en el Castillo Yofel en el cuarto
piso.
- Eso fue porque Kizmel dijo que nacieron a partir de enebros. Yo solo
conocía el nombre tradicional japones. – Asuna remarcó, sonriendo muy
suavemente. Pero rápido cambió de expresión, probablemente porque
preocupaciones vinieron a su mente al escuchar en nombre de Kizmel otra
vez. Quería darme prisa para llegar junto a Kizmel, pero más adelante había
un peligro diferente a los monstruos del camino.
- Ehm, acerca del Bosque de Rocas Temblorosas al que nos dirigimos, hay
algo importante que deberías saber de él…
- Que las rocas son inestables de verdad. – ya solo me queda asentir.
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- Si, en efecto.
- ¡Perdón por adelantarme a tu respuesta! – Se rio y me dio unas palmadas
en el brazo. - ¿Pero… qué quieres decir exactamente con que las rocas son
temblorosas?
- Bueno…
Formé una esfera en el aire con mis manos, tratando de explicar todo con mi
limitado vocabulario.
- En resumen, el Bosque de Rocas Temblorosas es más bien una especie de
pantano, lo cual dificulta el paso a través de este… además de que el suelo
está sumido en aguas profundas. Entonces, el camino principal en una serie
de pilares de piedras alineados. El problema es que algunos de estos pilares
de piedra son inestables, así que, si no tienes cuidado, puedes caer hacia el
fondo. No sufrirás daño por caída dado que estos pilares son de solo 2 o 3
metros de alto y además el agua en el fondo neutraliza la caída, pero volver
a subirse a los pilares de piedra es bastante difícil, y, además, en el pantano
hay… bueno, no importa, es fácil saber si una roca es inestable si te fijas
bien, así que solo tenemos que avanzar con cuidado, ¿entiendes?
Comencé a caminar de nuevo cuando terminé de explicar, pero Asuna me
agarró por el brazo y me tiró hacia atrás.
- Hey, espera un momento.
- ¿…Sí?
- Ahora mismo acabas de omitir algo, ¿no? ¿Qué es eso que ibas a decir qué
había en el agua del pantano?
-… Ehm. – murmuré cobardemente, pensando en algo rápido. Pero la
conozco lo suficiente como para saber que no podré engañarla si la miro a
los ojos. - En realidad, en el suelo del pantano, bajo el agua pantanosa, hay
unos profundos huecos… y allí habitan una especie de extrañas babosas
medio transparentes que se parecen a la Melibe Viridis japónica. ¿conoces
esa especie?
-… No. – dijo Asuna muy segura, su cara se cubría con la expresión de una
chica definitivamente rica.
Coloqué mi mano en su hombro - En ese caso, búscalo cuando estemos de
vuelta al mundo real. Aunque no será necesario esperar tanto si caes
desde los pilares de piedra.
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-… Me aseguraré de no hacerlo. – dijo ella. Le di una pequeña sonrisa y

resumimos el viaje.
Más allá de los álamos había una pequeña colina, y luego de eso una línea
de árboles tupidos. Era el comienzo del bosque donde estaba la fortaleza de
los Elfos Oscuros. La fortaleza de nuestros enemigos, los Elfos del Bosque,
estaba cerca del borde norte del séptimo piso, más allá de la cordillera de
montarlas. Era un viaje bastante complicado, pero por supuesto, nosotros no
teníamos razón para ir allí.
Ahora eran las cuatro de la mañana. Falta todavía para que comience a
amanecer.
Pensando lo mismo que yo, Asuna dijo – El bosque se ve bastante oscuro,
¿deberíamos equiparnos una antorcha?
- No, no necesitaremos eso… creo.
- ¿Por qué no?
- Lo sabrás cuando entremos al bosque.
Asuna hizo una mueca ante mi nula respuesta, pero cambió su expresión
cuando llegamos a la cima de la colina y vimos claramente la entrada al
bosque.
La línea que dividía las Estepas de Verdia por las que estábamos caminado
y el Bosque de Rocas Temblorosas era tan nítida y clara que hacía difícil
creer que algo así ocurriera en el mundo real. En el otro extremo de la colina
estaba el muro hecho de árboles de casi veinte metros de alto y la entrada
oscura entre ellos era tan obvia que parecía la puerta hacia una mazmorra. El
camino hacia el bosque comenzaba ahí, y dentro no había ninguna fuente de
luz en absoluto.
-… ¿Estás seguro de que no necesitamos equipar antorchas?
- Solo espera. – La tranquilicé, caminando cuesta abajo y atravesando el
hueco entre los árboles. La luz de la luna detrás de nosotros se hizo muy
tenue y pronto nos encontramos envueltos en una oscuridad tan espesa que
apenas podías percibir lo que estaba a solo seis pies frente a ti. La
temperatura fue decayendo eventualmente, hasta que la humedad de la noche
veraniega desapareció por completo.
En este punto, casi cualquier jugador encendería una antorcha o
alguna otra fuente de luz. Yo fui uno de esos en la Prueba Beta. Pero
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esta vez, solo continúe caminado a través de la espesa línea de árboles,

lidiando con el miedo primordial a la oscuridad.
Eventualmente, nuestros pasos dejaron de sonar como cuando pisas la tierra
seca a cuando caminos sobre una superficie más dura. El suelo bajo nuestros
pies dejó de ser tierra para convertirse en roca. Junto a esto también apareció
el sonido del agua corriendo.
-… Ah – Asuna jadeó. Frente a nosotros una débil luz verde se encendió.
Mientras nos acercábamos, se volvió claro que la iluminación provenía de
una especie de seta que sobresalía del tronco de los árboles. En el mundo real
sé que existen especies de setas bio-luminosas, pero estas de aquí eran más
grandes y más brillosas.
Asuna se paró frente al hongo brillante que parecía un bombillo con forma
de gorra y lo tocó. La ventana que apareció mostraba el nombre:
[BONFIRE SHROOM]
- Bonfire shroom… ese nombre no existe en el mundo real, ¿verdad? –
preguntó Asuna hacia mí.
- No que yo sepa.
- ¿Cuándo dice “bonfire” se refiere a las lámparas grandes que son
encendidas en el Obon, que es el camino que siguen los espíritus cuando
mueren? Justo como en Kyoto.
- Podemos asumir eso…
En otras palabras, estas setas brillan para guiar a los espíritus que vagan por
la tierra de los vivos hacia la muerte. No es el nombre más adecuado para
ello, pero si no estuvieran aquí, sería el triple de difícil atravesar el Bosque
de Piedras Temblorosas.
Asuna se enderezó y exclamó sorprendida en voz baja, sin decir una palabra.
Más adelante aparecieron dos luces verdes brillantes que no estaban allí
anteriormente.
Cuando llegamos a ellas, más luces aparecieron, como si nos estuviesen
guiando. Sin ningún tipo de conocimiento, normalmente pensarías que se
trataba de una trampa, pero darnos luz era simplemente el objetivo por el que
estas setas fueron colocadas aquí. Simplemente reaccionan con su brillo
cuando un jugador o incluso un NPC se aproxima ellas… y también
cuando otra seta cercana brilla.
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Por varios minutos, caminamos derecho por el camino mostrado por las setas
brillantes hasta que desaparecieron, quedando simplemente oscuridad
adelante.
-… ¿Eh? ¿Ya atravesamos el bosque? Solo hemos caminado unos minutos.
- dijo Asuna consternada.
Levante inmediatamente mi mano derecha para detenerla. – Espera un
momento.
- Está bien…
Y continuamos esperando.
Entonces, frente a nosotros, en el lado derecho, una seta luminosa se
encendió.
En reacción, las otras después de esta hicieron lo mismo. Y así una y otra
vez. La reacción en cadena de luz continuó sin parar, hasta que las luces eran
tantas como las estrellas en el cielo nocturno. El basto espacio quedó
iluminado por un débil brillo verdoso.
- ¡Wow! – exclamó Asuna, dando unos pasos hacia adelante. Tuve que
agarrarla rápidamente por la punta de su túnica.
Ante nosotros se alzaba un corredor natural, bordeado por árboles macizos y
de espeso follaje. El espacio era de aproximadamente treinta metros de alto
y de ancho, y era imposible ver hasta donde llegaba. Bajo nuestros pies había
pilares de rocas con la parte superior plana, y el suelo, a tres metros por
debajo de estos, estaba cubierto de por aguas claras y algunas plantas. Del
dosel de tantas ramas gruesas colgaban enredaderas, a través de las cuales
grandes mariposas revoloteaban perezosamente.
Los pilares de piedra se alineaban recto través del centro del corredor de
árboles y agua, retorciéndose y girando en algunos puntos. La vista del
paisaje, iluminada por el color verde sobrenatural de los hongos luminosos,
era bastante surrealista.
Cuando me di cuenta de que mi pareja ser había quedado inmóvil del
asombro, solté su túnica y saqué una antorcha de mi inventario. Cuando
Asuna notó eso, parecía estar casi ofendida.
- Espera… hay suficiente brillo ahora mismo. ¿Realmente necesitamos eso?
- Solo observa.
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Toqué la antorcha con mi mano libre para activarla. Al momento en el que

las llamas naranjas ardieron, la luz del grupo de setas luminosas más cercana
desapareció. Ese fenómeno rápido se propagó, hasta que todo el túnel
iluminado por luz verde quedó sumido en la oscuridad en menos de diez
segundos. Solo el silencio y las sombras nos acompañaban, con nada más
que una pequeña luz que apenas podía guiarnos por sobre los pilares de roca.
- Ya veo… así que las setas no se activan si hay alguna otra fuente de luz
cercana. – murmuró Asuna.
Toqué la antorcha encendida y dije – Exactamente. Por eso si enciendes la
antorcha cuando entres al bosque, nunca sabrás de la existencia de estas
setas, y tendrás que arreglártelas para atravesar el bosque sumido en la
oscuridad. Aunque eso no es imposible de hacer…
Presioné el botón de APAGAR en la ventana, y las llamas de la antorcha
rápidamente se torcieron y se esfumaron.
En pocos segundos, las setas luminosas más cercanas volvieron a
encenderse. Silenciosamente y a gran velocidad las demás hicieron lo mismo
hasta decorar nuevamente el camino de ese verde fantasioso.
Mi demostración terminó, así que guardé la antorcha y señalé la línea de
pilares hechos de rocas en el que estábamos parado.
-… Y he aquí los pilares de piedras que dan al bosque el nombre de “Rocas
Temblorosas”. De estos… hummm, diría que uno de cada siete tiembla.
- Tiembla dices, ¿Qué tanto tiembla? – preguntó Asuna, golpeando la roca
bajo sus pies con el talón de sus botas.
Recordé mis experiencias en la Beta.
- Ehm… ¡Guuuuaaaa!, no, no creo que ese sea el nivel apropiado, huh. Es
algo entre Guooo y Guaaa.
-… Ahora dímelo sin onomatopeyas.
- Ehhhhhhh…. Bueno, si descubres cuales tiemblan, puedes mantenerte
sobre ellos si mantienes el equilibrio.
- ¿Y cómo descubres cuales tiemblan?
- Es difícil explicarlo con palabras, así que mejor te lo demuestro. – dije,
saltando hacia el siguiente pilar. Asuna me siguió un poco nerviosa.
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Los pilares circulares estaban todos a unos 3 metros sobre el agua, pero había
una gran variedad en cuanto a su ancho. Los más pequeños eran de menos
de un metro de ancho, mientras que los más grande sobrepasaban apenas el
metro y medio. El problema era que cualquiera de ellos podría ser de los que
tiemplan, sin importar su tamaño.
- Ese de ahí está bien… aquel también… - dije en alto, mientras saltaba de
pilar en pilar. Cinco, seis… y justo cuando iba a saltar hacia el séptimo pilar.
- Ajá. Ese tiembla.
Llevé la pierna que ya casi tenía en el aire hacia atrás y me agaché.
- Aquí, ven y mira. – dije, señalando a la pequeña apertura entre los pilares.
Todos los pilares anteriores estaban unos bien pegados a los otros, pero este
de ahora estaba un poco separado de los anteriores. La apertura era de apenas
unos centímetros, así que no era algo que pudieses notar a menos que
prestaras atención de cerca mientras saltas.
- Aquellos que tengan esta pequeña separación de los otros son los que
vibran. Hay otras formas de identificarlos, pero son más complicadas, así
que lo mejor es que simplemente observes bien estos detalles.
-… Entiendo.
- Pasaré por sobre él primero. Solo fíjate en la forma en la que mantengo el
equilibrio.
- ¿Estás seguro de que estarás bien?
- Totalmente.
- O eso creo – Añadí en mi mente. Separé un poco mis brazos y avancé.
El diámetro de la roca temblorosa era de poco más de medio metro. Cloqué
mi bota en el centro de la misma y con cuidado moví todo el peso de mi
cuerpo hacia ella. Cuando estaba a mitad de camino, sentí como comenzaba
a inclinarse hacia la derecha. Se sentía como pararse sobre una estaca que
fue enterrada débilmente en tierras removidas. De hecho, esa era una
descripción bastante precisa para esta roca.
Cuidadosamente ajustando mi equilibrio, logré cruzar y colocar todo mi
cuerpo recto sobre mi pie derecho. La roca continuaba temblando, pero era
solo un poco hacia los lados. Lentamente levanté mi pie izquierdo
del suelo, centrándome en mantener mi equilibrio con todas mis
fuerzas, y lo coloqué en el centro de la roca. Luego trasferí todo mi
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peso haca el pie izquierdo, levantando el derecho y calcándolo en la

superficie de la siguiente roca.
- Así…
Saqué mi pie izquierdo finalmente y exhalé suavemente. En la Prueba Beta
era un experto en saltar por sobre estas rocas, pero parece que cuatro meses
después me hicieron perder el truco. Aun quedaban muchos pilares que crear,
por lo que me resigné a recordar como era el truco en los primeros.
- Ah, ya veo. Dame espacio. – Declaró Asuna desde dos pilares detrás, por
lo que me moví hacia el siguiente pilar y me giré para observar.
- ¿Crees que puedes lograrlo?
- El truco es mantener todo tu peso en el centro del pilar, ¿verdad? – dijo ella
sin sonar ni un poco dudosa.
Ella puso su pie izquierdo sobre el pilar tembloroso. Eso me hizo
preguntarme si mi pie dominante era el derecho mientras que el de Asuna
era el izquierdo. Tan pronto como ese pensamiento cruzó por mi mente,
Asuna alternó sus pies y cruzó el pilar sin ninguna inclinación perceptible.
Se detuvo en medio de la roca donde yo estaba y sonrió.
- ¿Cuántos puntos me das por ese salto?
- Te mereces un 99.
-… ¿Por qué me quitaste un punto?
- Porque obviamente no puedes hacerlo mejor que tu sensei. – dije.
Ella resopló y miró hacia el siguiente pilar. – Oh… ¿ese no es uno de los
temblorosos también?
- ¿Hmm…? Oh, tienes razón.
Cerca de mis pies había una muy pequeña apertura entre nuestro pilar y el
siguiente.
- ¿No dijiste que uno de cada siete pilares era tembloroso?
- Yo… solo estaba diciendo un aproximado. Obviamente eso puede variar,
tal vez más adelante no veamos uno en mucho tiempo.
- Lo sé. Como sea, esta vez iré yo primero.
- Te invito a hacerlo. – dije, dando dos pasos hacia un lado. Miré
hacia el techo del corredor.
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La tasa de aparición de monstruos en el Bosque de Rocas Temblorosas era

realmente baja, pero no era de cero. De vez en cuando libélulas, insectos
palos y peces voladores gigantes aparecían por
Pero por ahora, solo había en la zona un puñado de mariposas gigantes
volando en los alrededores, que simplemente eran criaturas neutrales que no
te atacarán a menos que tu lo hagas primero. Volví a centrar mi vista y vi a
Asuna cruzando la roca temblorosa mientras se tambaleaba.
Dio cuatro pasos cuatro pasos para cruzar la siguiente roca, que era más
grande que la primera, y justo cuando iba a dar el siguiente salto noté algo.
- ¡…!
Tuve que contenerme para no gritar. Si la asustaba, eso solo empeoraría las
cosas. Lo único que podía hacer era esperar a que ella misma se diera cuenta.
Y es que el siguiente pilar también era uno de los temblorosos.
Asuna aterrizó con un golpe suave, luego dio un gran paso hacia la derecha,
probablemente para dejarme espacio a mí. En ese momento el pilar se inclinó
hacia un lado.
- ¡Asuna!
Esta vez sí grité, seguido de un - ¿¡Huh!? – por su parte.
Asuna hizo lo mejor que pudo para mantener el equilibrio, pero la roca se
inclinó al menos unos veinte grados, lanzándola al vacío.
Mi corazón se aceleró y mi cuerpo se enfrió. A pesar de todo debería estar
bien… el suelo debajo era simplemente un pantano con agua a la altura de
un pie y medio, por lo que absorbería cualquier daño por caída y era
imposible que se ahogara. Siempre y cuando no aterrice en unos de los
agujeros sin fondo.
A pesar del impacto del momento, Asuna no hizo ningún sonido. Ella
mantuvo el control de su cuerpo en el aire y estiró las extremidades mientras
aterrizaba. Hubo un chapoteo profundo pero silencioso cuando cayó al agua
con las rodillas dobladas para reducir el impacto. Su barra de HP en mi
pantalla no perdió ni un solo píxel.
- Feww…
Calmado, llamé a mi compañera.
- ¿¡Asuna, estás bien!?
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La esgrimista seguía sin moverse de su posición de aterrizaje. Lentamente,

se enderezó y me miró.
-… Estoy bien, pero mi trasero ahora esta mojado.
- Eso no importa, te secarás automáticamente cuando des un paso fuera del
agua. Te lanzaré alguna cuerda, así que no te muevas de donde estás.
- Date prisa. – dijo ella, frunciendo el ceño, pero dándome un pulgar hacia
arriba. Le mostré mi pulgar de regreso y luego abrí mi menú.
Yo caí de estos pilares al menos tres veces durante la Beta. Como jugador
solitario, para volver a subir tenía que regresar a la entrada del corredor y
subir por una estrecha escalera excavada en la roca. Pero en un grupo, podías
subir con la ayuda de un compañero.
Materialicé mi cuerda de Nephila, que era lo suficientemente fuerte como
para soportar el peso de tres jugadores sin romperse, luego hice un lazo en el
extremo para poder arrojársela a Asuna,
Pero en ese momento, ella pronunció un débil - ¡Eek! – y puso sus brazos en
su pecho, quedándose de pie inmóvil.
- ¿Q-qué pasa?
- A… algo tocó mi pierna…
Me pegué al borde del pilar y me incliné para mirar a sus pies. La luz de las
setas luminosas era lo suficientemente fuerte como para guiarte a través del
pasaje de pilares, pero no iluminaba lo que había por debajo del agua.
Aun así, entrecerré los ojos, mirando la superficie ondulante del agua, y vi
algo deslizarse más allá de la bota de Asuna. Un momento después apareció
un cursor. Era de un tono rosa muy claro, y había escrito un nombre.
[HEMATOMELIBE]
Dejé escapar un poco la respiración aguantada y grité.
- ¡Asuna, no te muevas! ¡Ese monstruo puede resultar desagradable, pero
mientras sea uno realmente no representa ningún peligro!
- ¿De qué monstruo estas hab…? ¡Uhhhaii! – gaznó, pues el Hematomelibe
comenzó a deslizarse por su pierna derecha.
Era un invertebrado largo y angosto, de unas veinte pulgadas de
alto. El cuerpo era traslúcido, y se podía ver un tracto digestivo
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negro en el centro. Un número de ondulantes protuberancias se alineaban en

su espalda, y muchas antenas se extendían desde su cabeza.
- ¿¡Whoa…!? ¡No no no no no…! ¡No puedo hacer esto! – gritó ella,
inclinándose hacia atrás con todas sus fuerzas… pero no estaba quitándose
al monstruo. O tal vez no podía hacerlo. En cualquier caso, solo hay que
soportarlo por un momento.
Después de la primera vez que me encontré a ese monstruo en la Beta, busqué
su nombre en internet. No recibí ningún resultado directo, por lo que decidí
dividirlo en dos palabras y entones encontré la esencia de la misma. Melibe
era el nombre de una especie de babosa de mar. Hemato era un prefijo que
significa “sangre”. Entonces, la combinación de estos era algo como “babosa
de sangre”.
Durante esta búsqueda conocí sobre la babosa de mar del mundo real llamada
melibe viridis que le había mencionado antes a Asuna. El Hemtomelibe en
Aincrad claramente fue nombrado en base al melibe viridis, y el prefijo
Hemato era bastante importante, de hecho.
- ¡No no no no no…! – gaznó ella mientras la gigante babosa marina se
detenía al llegar seis pulgadas por encima de su rodilla. La multitud de
antenas en su cabeza se retorció contra la pierna, buscando la piel que estaba
entre las botas larga y la falda.
- ¡Hyaaa…!
- ¡Aguanta ahí por un momento! ¡Esa cosa solo quiere chupar un poco de
sangre, no tardará mucho! – intenté tranquilizarla.
Pero eso tuvo el efecto contrario al que buscaba.
- ¡M… mnyaaaaaah!
Su grito cubrió todos los rincones del corredor del bosque. Asuna agarró la
parte superior del Hematomelibe con su mano denuda, luego lo arrancó de
sus piernas con todas sus fuerzas y lo estrelló contra el pilar de roca que
estaba a su lado.
El cuerpo traslúcido estalló con un repugnante ¡shplack! El tracto digestivo
visible se partió en dos, rezumando un líquido negro rojizo en el agua del
pantano. Los feos restos de la criatura adheridos a la superficie del pilar se
convirtieron en partículas azules y se dispersaron.
De todos los monstruos del séptimo piso el Hematomelibe era, por
mucho, el más débil. Casi no tenía puntos de defensa y sus puntos
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de vida eran minúsculos. Su único ataque era chupar sangre muy lentamente.
Si ignorabas el hecho de que eran muy asquerosos, no había porque
temerles… siempre y cuando estuvieran solos.
- Oh, mierda…
Sin dudarlo ni un momento, salté del pilar. Aterricé con chapoteo más
ruidoso que el que hizo Asuna cuando calló y grité.
- ¡Asuna, ¿estás bien?!
- Si… - dijo ella, luego parpadeó dos veces por la sorpresa y la duda.
- Espera… Kirito-kun, si caes tú también, ¿Cómo se supone que subiremos?
- Vamos a volver al comienzo. ¡Será mejor que nos apresuremos!
La agarré por su mano y me di la vuelta mientras me mordía la lengua con
irritación. Otros tres cursores de color rosa se veían flotar sobre el agua,
acercándose hacia nosotros. Por supuesto, estos les pertenecían a otros tres
Hematomelibes.
- Kirito-kun, se están acechando por el frente, y también… por detrás de
nosotros… - advirtió Asuna.
La solté de la mano. – Fueron atraídos por la sangre que dejó el que acaba
de morir. Olvídate de escapar. ¡Vamos a luchar!
- Pero solo tenemos que acabar con las tres que están frente a nosotros…
- Es imposible darles mientras estén en el agua. Una vez que empieces a
luchar, decenas te ellos te rodearán, se subirán arriba de ti y pronto no podrás
mantenerte erguido por el peso. En ese punto, fácilmente puedes ahogarte,
incluso si es en esta agua pantanosa. – expliqué tan rápido como pude. Asuna
no discutió nada, solo dijo – Entiendo.
Desenvainamos nuestras espadas y nos pusimos de espalda a la línea de
pilares de roca. Al menos de esta manera, podríamos hacerle frente al ataque
de las babosas desde tres lados.
- Ellos entran en un estado de frenesí cuando sienten la sangre de su especie,
por lo que saltan del agua y se arriman a ti. Tienes que matarlos del más
cercano al más lejano. Solo usa Habilidades de Espada si más de uno salta al
mismo tiempo.
- ¡Entendido! – respondió ella, mientras que la superficie del agua
se sobresaltó por nuestra derecha.
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Dos babosas chupasangre, sus aletas traseras se extendían como alas,

saltando hacia nosotros. Golpeé a una con un tajo vertical, mientras Asuna
cargaba directamente contra la otra. Los débiles invertebrados se partieron
en dos simplemente con un ataque normal, cayendo al agua antes de
dispersarse en partículas.
Otros dos Hemtomelibes saltaron hacia nosotros. Otra vez, fácilmente los
cortamos. Asuna murmuró – Si ellos son atraídos por la sangre de su especie,
¿por qué no siguen apareciendo mientras los matamos?
- No son poc… ¡Whoa!
A mi izquierda, otros dos cursores saltaron sucesivamente. Cuidadosamente
confirmé su localización y usé la Habilidad de un solo golpe, Vertical, para
matarlos. Otra babosa solitaria saltó contra Asuna, y ella la acabó
rápidamente con un tajo veloz.
Normalmente, los ataques contundentes son los más efectivos contra los
monstruos invertebrados como el Hematomelibe, y en orden descendente, lo
menos eficaz era cortar, perforar y atravesar. Mi Sword of Eventide era un
arma de corte, por lo que les causaba un daño decente, pero el Chivalric
Rapier de Asuna era un arma de perforación, por lo que su letalidad habitual
era menos contra estos monstruos.
Pero debido a que era un arma de alta categoría, y además estaba mejorada
hasta +7 por un herrero elfo oscuro, aun sacada del tercer piso seguía
teniendo un poder superlativo aquí en el séptimo. Como evidencia de eso,
convirtió a la babosa chupasangre en una dona con un agujero en el centro.
Y pensar que ese estoque todavía podía ser mejorado otras 8 veces.
¿Qué pasará si tiene siempre éxito y llega a convertirse en un +15? Quería
ver eso por sobre todas las cosas, pero también me asustaba. No porque
piense que algún día cruzaré espadas con Asuna, por supuesto. Sino porque
un arma con estadísticas tan altas será muy codiciada por los jugadores de
las Líneas Delanteras… sin mencionar a los jugadores de la pandilla de
PKers…
- Aaaaahh… ¡Ahí vienen un grupo de ellas! - advirtió Asuna, centrando mi
atención en la superficie del agua nuevamente. Alrededor de veinte cursores
se aproximaban desde la distancia.
- ¡Solo hagamos lo mismo! Si alguno de ellos se te pega, no entres
en pánico; solo arráncatelo y lánzalos contra el muro detrás de
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nosotros. ¡Mientras nos mantengamos calmados, sobreviviremos fácilmente

a esto!
Eso ayudó a calmar a Asuna – Entiendo. Quiero tener una conversación
contigo cuando salgamos de todo esto.
Ni siquiera tuve tiempo de analizar lo que dijo. El agua salpicó más adelante
y saltando hacia nosotros venían más babosas de mar chupasangre. Los
recibimos con tajos y estocadas.
El estoque brillante como un espejo dejó débiles efectos de luz en forma de
zigzag en la oscuridad. Sus embestidas fueron tan rápidas que la luz
reflectante se convirtió en un haz sólido.
La fuerza de Asuna como jugadora no dependía únicamente de las
estadísticas de su Chivalric Rapier. Con cada piso que atravesábamos, la
habilidad de combate de ella se desarrollaba dramáticamente. Yo me veía
más a menudo en el papel de profesor simplemente debido a la brecha de
conocimientos acerca de los monstruos de SAO que poseemos… y acerca de
cómo funcionaba el sistema del juego… pero en un par de pisos, digamos,
en el décimo más o menos, ella me alcanzará en ese aspecto.
Con cada destello de su estoque un Hematomelibe se desintegraba en el aire
como si cortaras un tubo a la mitad. No había forma de causar ese efecto a
un monstruo invertebrado baboso a menos que lo perforaras precisamente
por el medio. Y para ello era necesario una excelente concentración, control
físico y una alta afinidad con la experiencia de la inmersión completa.
Asuna no estaba destinada a ser la compañera de una simple paria como yo.
Ella estaba destinada a brillar en un escenario mucho más grande.
Si bien eso no era precisamente un pensamiento nuevo, algo más surgió en
este momento en mi interior. Era una especie de vacilación, tal vez algo
obsesiva. Quería poder ver como su habilidad crecía justo a mi lado. No
quería que más nadie la viera. En el mundo real, siempre mantuve mis
distancias de los otros e incluso evité a mi familia hasta cierto punto. Era
irónico que este sentimiento apareciera por primera vez luego de quedar
atrapado en un mundo virtual.
Estos pensamientos ocuparon el treinta por ciento de mi capacidad
intelectual mientras cortaba los Hematomelibes de arriba abajo, de izquierda
a derecha y por el medio. Cuando me encontré en esta misma
situación durante la Prueba Beta, sentí como mi fuerza de voluntad
se debilitaba al ver que las oleadas de enemigos no cesaban, pero
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ahora mismo, luego de ya haberlo vivido, sabía que si aguantabas

pacientemente eventualmente se detendrían. Además, esta vez tenía a una
compañera en la que podía confiar para ayudarme a pelear.
Durante los primeros minutos nos pedimos ayuda para acabar con algún gran
grupo de babosas, pero luego dejamos de hacerlo. Logramos mantenernos
concertados en los movimientos y la respiración del otro paras así saber
cuando era necesario prestar ayuda o no, haciendo más fácil el hacerles frente
a los invasores que provenían desde tres lados.
Eventualmente, nos volvimos insensibles al pánico, al miedo e incluso al
paso del tiempo. Ya me encontraba blandiendo mi espada en medio de un
trance… y cuando me di cuenta los cursores de color rosa que había
sobrecubierta la superficie del agua desaparecieron como si de un espejismo
se tratase.
Aun así, mantuve mi espada en alto mientras vaciaba mi mente por un
momento para finalmente relajarme. A mi lado, los ojos de Asuna tenían una
mirada perdida y distante. Parpadeó un par de veces y luego se concentró en
mí.
-… ¿Lo logramos?
-… Creo que sí.
Miré a mi alrededor varias veces para estar seguro. La esgrimista examinó el
estoque que descansaba en sus manos y luego me dijo - Gracias a dios esas
cosas eran débiles. La durabilidad de mi estoque casi no disminuyó.
- Oh, si… me alegro. No sé a cuántos de ellos tuvimos que derrotar…
- Dejé de contar cuando llegamos a cincuenta.
Aunque no era una conversación muy profunda, era suficiente para calamar
nuestros escasos nervios. Sacudí mi cabeza para eliminar el estado de trance
de mi mente.
- Bueno, como sea, ¡Buen trabajo! Esa fue una buena pelea. – dije, subiendo
mi puño. Asuna chocó sus nudillos con los míos.
- Lo mismo digo, Kirito-kun… y también lo siento.
- ¿Por qué?
- Por no seguir tus ordenes allá atrás. Si solo hubiese hecho lo que
me dijiste con el primero, se podía haber evitado la aparición de más
de ellos. – dijo ella, sorpresivamente sin orgullo.
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- O-oh, no… no es tu culpa, Asuna. Si te hubiera avisado de la aparición de

los Hematomelibe y acerca de qué hacer desde el principio…
Entonces recordé algo que Asuna me dijo justo antes de que comenzáramos
a luchar.
-… Espera, ¿era esta la conversación que dijiste que quería tener conmigo?
– pregunté. Inmediatamente, la actitud recia y gentil de la esgrimista se
evaporaron como si fueran humo.
- Ahh… si, ¡Acerca de eso! Kirito-kun, te guardaste esa información en ese
momento porque sabía que me iban a dar asco… pero en realidad no necesito
ese tipo de consideración, ¡está bien! Admito que mi resistencia frente a
monstruos desagradables es baja, pero no por eso iba a dejar la misión a
media, aunque me lo dijeras, ¡¿me entendiste?!
- Entonces… ¿eso quiere decir que también debo advertirte de cuando
aparezcan monstruos tipo astral?
- Nuggg…
Ella hizo un sonido como si algo se hubiese atorado en su garganta, pero
eventualmente, ella se rindió y asintió cobardonamente.
- E… Está bien. Es mejor eso a que me asusten sin haber sido advertida…
Por cierto, ¿eso quiere decir que aparecen aquí también?
- En… realidad…
Lo mantuve ahí por tres segundos, entonces hice una X gigante con mis
brazos.
-… ¡No!
Asuna golpeó mi hombro… con su mano derecha… lo suficientemente suave
como para no causarme daño.
Ahora con todas las babosas acabadas, chapoteamos a través del pantano de
regreso a la entrada del corredor del bosque. Subimos las escaleras talladas
en la roca y comenzamos la aventura del equilibrio sobre las rocas
nuevamente.
El número de pilares temblorosos había aumentado desde la Prueba Beta. No
solo podíamos encontrar dos seguidas, sino que de vez en cuando podían
llegar a ser hasta tres. Pero mientras caminemos por el centro de
cada pilar no será muy difícil mantener el equilibrio, gracias a
nuestro peso ligero. Cuando los monstruos insectos voladores
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bajaban para atacarnos, era tan fácil como quedarnos en uno de los pilares
seguros y lanzarles rocas. Luego de veinte minutos, nuestro destino
finalmente comenzaba a verse.
- ¡¡Wow!! – exclamó Asuna, incluso más entusiasmada que la primera vez
que vio cuando el corredor se iluminaba.
Pero no podía culparla. Si haces una lista de los cien paisajes mas geniales
de todo Aincrad, este sería definitivamente uno de ellos.
El corredor del sur, por el que entramos, convergía allí con los corredores
del norte, el oeste y el este y en una cúpula redondeada. En el centro de esta
había un árbol gigantesco y esplendoroso de al menos ciento cincuenta pies
de ancho. Los monstruosos árboles baobabs de Zumbut, la ciudad principal
del tercer piso, tenían unos treinta metros, así que si los cortas, la sección
transversal sería casi tres veces más grande para este.
Si me dijeran que este árbol tiene más de mil años, lo creería. Un gran nudo
gigante reposaba cerca de las raíces, y una puerta de madera se alzaba justo
detrás. También había muchos, pero muchos agujeros abiertos alrededor del
tronco, con luz verdosa derramándose desde su interior. Al igual que
aquellos baobabs, este árbol estaba ahueco, y había viviendas en su interior.
Asuna simplemente se quedó de pie y comenzó a sorprenderse. La seguí y
murmuré.
- Esa es la base de los elfos oscuros aquí en el séptimo piso, el Palacio
Arbóreo Harin.
Cruzamos los últimos cien metros del camino de pilares de rocas y saltamos
hacia otro gran grupo de pilares agrupados en forma de panal. Finalmente,
podríamos relajarnos.
Por los otros lados de dicha plataforma había más caminos de pilares de rocas
que cruzaban los otros corredores del bosque. Delante de nosotros estaba el
gran nudo hueco que era la entrada principal del palacio arbóreo Harin, con
una altura de casi diez metros. La puerta justo detrás estaba hecha de distintos
tipos de madera que encajaban en forma de espiga como una gigantesca obra
de arte.
- Y Kizmel… está aquí… - murmuró Asuna.
La empujé suavemente por la espalda. – Vamos. Estoy seguro de
que ella nos está esperando.
-… Sí.
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Mientras ella comenzaba a caminar, yo chequeé la hora. Eran las 5:07 AM,
cerca de dos horas desde que salimos de Volupta. Si regresamos a la entrada
del pantano sería un viaje de unas tres horas en total ida y vuelta, justo como
Nirrnir dijo.
El objetivo de nuestra misión, las frutas narsos, se podían encontrar en algún
lugar de este ecosistema. Podíamos ir ahora mismo a buscarlas y luchar
contra otro grupo de Hematomelibes, pero imagino que Asuna no querría eso
ahora mismo, además de que yo también estaba ansioso por ver a Kizmel.
Rápidamente cruzamos la plataforma de roca y nos detuvimos en las raíces
del gran palacio arbóreo. Desde cerca, todo lo que podías ver cuando mirabas
arriba era un basto tronco que daba la sensación de ser un muro gigante… y
a lo lejos, muy a lo lejos, estaban las ramas.
-… Me pregunto cuál es el árbol más grande del mundo real, y que tan grande
es… - dije accidentalmente.
No esperaba una respuesta, pero Asuna inmediatamente dijo – Es el Árbol
del Tule, en Mexico, si recuerdo correctamente. Estoy bastante segura de que
su diámetro estaba cerca de los cincuenta pies en la base.
- No… no puedo creer que sepas eso. Cincuenta pies de ancho es increíble,
pero se siente como que este es tres veces más grande.
- Estoy de acuerdo… Si le preguntamos a Kizmel, probablemente nos
contará su historia, ¿no crees?
- Si, lo apuesto.
Compartimos una mirada risueña, y entonces volvimos a centrarnos.
El camino de rocas nos llevó entre las raíces, que tenían más del doble de
nuestra altura, hasta la puerta. Antorchas se alineaban en el camino, pero la
luz que iluminaba el lugar no era del color naranja de las llamas, sino del
verde pálido de las setas luminosas. Al parecer dentro del palacio cultivaban
estos hongos como fuente de luz.
El sendero nos condujo a través del hueco en el árbol. La puerta con diseño
de espigas estaba justo frente a nosotros. Las dos puertas estaban
perfectamente cerradas y sospeché que no se abrirían hasta que las
empujáramos.
No pude ver a ningún guardia alrededor, y a diferencia del Castillo
Galey del sexto piso, nadie nos llamó para identificarnos mientras
llegábamos por las afueras.
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- Hmm, esto es raro… Cuando cine aquí en la Beta, recuerdo que las puetas
se abrieron apenas me acerqué a ellas – murmuré, frunciendo el ceño. Asuna
se quedó sin paciencia y caminó hacia adelante, levantando su mano
izquierda alto para enseñar el Sello de Lyusula en su dedo anular.
- ¡Somos guerreros humanos asistiendo a Kizmel, Caballero de la Brigada
Pagoda de Lyusula! ¡Vinimos hasta aquí para verla! ¡Por favor abran las
puertas!
Esta era una introducción perfecta para seguir la historia de la misión. Mi
compañera se estaba convirtiendo poco a poco en una jugadora de VRMMO.
Hubo un estruendo agudo, y las enormes puertas se abrieron lentamente
hacia los lados. Para mi alivio, habíamos evitado quedarnos para siempre
aquí fuera de las puertas. Cuando se estaban abriendo, observé el diseño de
cerca. No era solo la superficie, la parte trasera también era de madera, e
incluso los engranajes que permitían que se abriera y se cerrara. Los elfos no
podían talar árboles vivos, por lo que debieron recolectar todo ese material
de troncos muertos o caídos. No podía imaginar cuanto tiempo les habrá
tomado.
Las puertas tardaron diez segundos en abrirse por completo. Traté de echar
un vistazo, pero solo podía ver una solitaria luz naranja torciéndose
débilmente en la distancia… y todo lo demás sumido en una profunda
oscuridad.
- ¿Eh? Recuerdo que en la entrada había un gran salón.
- Bueno, lo veremos cuando entremos. ¡Vamos! – me apuró Asuna,
jalándome por el brazo. Me apresuré para mantenerme a su lado.
Atravesamos las puertas abiertas y nos adentramos en la oscuridad. La poca
luz que había de las setas luminosas apenas alumbraba el suelo justo después
de la puerta, pero no se podía ver nada más.
Por ahora, solo podíamos dirigirnos hacia la pequeña luz el frente… pero
probablemente eso solo fuera una llama normal. Si enciendes un fuego, todos
saben que se apagaran sucesivamente las luces de las setas.
Pero tan pronto como pensé eso, varias puntas de lanzas afiladas como agujas
se balancearon hacia nosotros desde la oscuridad, pinchando nuestras
pecheras.
- Ya veo. Así que esa llama solitaria fue encendida a propósito, para
mantener todas las setas del interior apagadas…
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Mis pensamientos fueron confirmados cuando una voz severa gritó - ¡Si
ustedes son los espadachines humanos Asuna y Kirito, entonces nos vemos
en la obligación de apresarlos! ¡Se les acusa de colaborar con los elfos caídos
junto a la caballero Kizmel para robar las llaves!
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Capítulo 10:
El sonido de la celda cerrándose fue sorpresivamente suave.
No se debió al hecho de que el soldado elfo oscuro que nos llevó a la celda
era particularmente caballeroso. Fue porque toda la estructura, tan robusta
como parecía, estaba hecha de madera.
Cuando el capitán y sus cuatro soldados salieron al corredor y marcharon
fuera del alcance del oído, eché un vistazo alrededor de la celda de la prisión.
Era un espacio pequeño con camas simples y una mesa. Había una jarra de
agua y vasos sobre la mesa. En lugar de una linterna, una seta luminosa
brillaba desde un accesorio en la pared.
Me acerqué a la mesa y agarré la jarra para examinarla. El envase estaba

hecho de vidrio, pero el mango era de madera; las copas, por su parte, estaban
hechas enteramente de madera. La mesa y las camas estaban construidas con
machimbre y complejas juntas de ranura y lengüeta, sin un solo clavo.
Parecía que la prisión… y probablemente todo el palacio… se hizo sin nada
de metal. Las únicas excepciones eran las armas y armaduras que usaban los
elfos oscuros.
Por pura costumbre, levanté la mano hacia mi lado izquierdo, pero no había
ninguna espada que tocar. La Sword of Eventide, el Chivalric Rapier de
Asuna y nuestros dos anillos, los sellos de Lyusula, habían sido confiscados
cuando nos trajeron aquí y los pusieron en algún tipo de habitación de
almacenamiento pequeña.
Ahogué un suspiro, agarré la taza y serví un poco de agua, oliéndola justo en
caso antes de que me lo bebiera. No aparecieron íconos de debuff de veneno
o parálisis, así que vertí más agua en la otra taza y se la entregué a Asuna,
quien se quedó quieta en el centro de la celda.
- Vamos, bébelo. Solo es agua.
-… Okey - dijo ella, tomando el vaso con ambas manos y bebiéndolo

bastante despacio. No era agua muy fría, pero logró calmarla un poco; algo
de luz volvió a sus ojos vacíos. Ella parpadeó dos veces, luego una más y me
miró.
-… Me pregunto si Kizmel también está recluida en las celdas aquí.

Era la pregunta del momento. Lo consideré brevemente antes de
responder - Si es así, no está cerca de nosotros. Si estuviera cerca,
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ya nos habría llamado. Veamos… me pregunto si aparecerá en el mapa…
Abrí mi ventana y cambié a la pestaña del mapa. Afortunadamente mostró

un mapa del Palacio Arbóreo Harin, así que lo examinamos juntos. La mayor
parte todavía estaba en gris, pero al menos podríamos adivinar la estructura
de la prisión.
- Esta celda en la que estamos ahora está en el lado oeste del segundo nivel
del sótano. Las escaleras y el puesto de guardia están en el centro. Eso
significa que probablemente haya celdas en el lado este también.
- ¿Y Kizmel está ahí?
- Es posible - dije.
Asuna se mordió el labio. Finalmente, con una voz ronca por el dolor oculto,
dijo - Recuerdas lo que dijo Kizmel cuando le preguntamos si tenía que
asumir la responsabilidad por perder las llaves sagradas en el sexto piso.
- Si… ella dijo: Soy una de los Caballeros Reales de la Brigada Pagoda. Solo
Su Majestad y el comandante de los Caballeros tienen derecho a volver a
reservarme formalmente… Quiero decir, reprenderme.
- Y como ella dijo, no creo que haya sido castigada en el Castillo Galey. Si
eso fuera a suceder, la habrían puesto en las celdas de allí. Entonces… ¿Por
qué la encerraron aquí, en el séptimo piso…?
- Mmm…
La pregunta de Asuna era buena. Miré el techo con paneles de madera y
reflexioné en voz alta - Si interpretas las cosas de la manera más estricta
posible, eso significaría que alguien aquí en el Palacio Arbóreo Harin tiene
la autoridad para encarcelar a Kizmel… ya sea el comandante de los
Caballeros de la Brigada Pagoda o la misma reina de los Elfos Oscuros. Pero
no creo que eso sea realmente posible. Esos dos no dejan su castillo en el
noveno piso. Lo que significa… que hay alguien más acá en esta base que
Kizmel no conoce… ¿Alguien con el mismo poder que su comandante?
- ¿Quién podría ser, por ejemplo?
- Por ejemplo, el comandante de una Brigada de Caballeros diferente,

como… uhhh…
Cuando me perdí, Asuna estaba para llenar los espacios en blanco

de mi memoria.
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- Los Caballeros Sandalwood y los Caballeros Trifoliate.
- Cierto, uno de sus comandantes.
- Pero si el comandante de la Brigada Padoga no deja el castillo, ¿no sería lo

mismo para los demás?
-… Buen punto - tuve que admitir. Vacilé, luego agregué - Voy a adelantarte
algo… pero cuando llegas al castillo en el noveno piso, terminas haciendo
algunas misiones de búsqueda bastante largas para cada uno de los tres
comandantes de caballeros. Si alguno de ellos ya no está presente en el
castillo, no podrás aceptar su misión ni entregarla.
- Ya veo…
Las cejas de Asuna se fruncieron y miró hacia abajo, pensando mucho.

Entonces su cabeza se levantó de golpe.
- Oh… eso es! ¡Eso es lo que tenemos que comprobar, el registro de

misiones!
- Oh.
Miré sus ojos color avellana, luego deslicé rápidamente mi dedo por la
ventana abierta del menú de jugador, cambié de la pestaña del mapa a la
pestaña de misiones y luego abrí el árbol de misiones de la campaña “Guerra
Élfica”. Había una lista de las misiones completadas de los pisos anteriores:
la “Llave de Jade”, la “Llave de Ámbar”, la “Llave de Ágata” … y luego, en
la parte inferior, un nuevo título: la “Llave de Rubí”.
Toqué las palabras para ampliar aún más el árbol, mostrando el primer título
de la primera de las últimas misiones, presumiblemente. Era “Prisioneros del
Palacio Arbóreo”.
Asuna y yo juntamos nuestras cabezas para leer la diminuta letra en el

registro de misiones.
[Has sido apresado en la prisión que se encuentra bajo el Palacio

Arbóreo Harin por sospecha de colaborar con los Elfos Caídos. Para
limpiar tu nombre, reúnete con la caballero Kizmel. Escapa de la prisión
y encuentra tus armas confiscadas]
-…
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Nos quedamos en silencio durante tres segundos, luego abrimos nuestras

bocas al mismo tiempo.
Hice un gesto de - Tú primero -, Asuna dijo en voz baja - ¿Esto significa que
el hecho de que los elfos caídos robaran las cuatro llaves era parte de la
historia? ¿O es como lo que pasó con Cylon…?
- Y alguien… o algo… sucedió fuera de los límites esperados de la línea de
la historia, por lo que la búsqueda se modificó para reflejarlo - terminé por
ella.
Cuando el guerrero del hacha Morte mató a Cylon, el Lord de Stachion en el
sexto piso, supuse que significaba que la misión “La Maldición de Stachion”
no se podía terminar. Pero la historia absorbió el hecho de que otro jugador
mató a Cylon y nos guio por un nuevo camino. Lo mismo probablemente
estaba sucediendo de nuevo aquí.
-… Si es así, probablemente deberíamos asumir que, si los guardias nos ven
escapando, no nos van a volver a poner acá.
- Eso es cierto… incluso podría llevar a que nos ejecuten. ¿Qué debemos
hacer? ¿Quedarnos acá y esperar?
- No - Asuna dijo de inmediato. Ella me miró con firme intención en sus ojos
- Las llaves fueron robadas porque Kizmel estaba tratando de salvarnos. Si
está siendo juzgada por un delito debido a eso, debemos aclarar sus cargos y
restaurar su honor de inmediato.
-… De acuerdo - dije, cerrando mi ventana - Entonces eso significa que
nuestro primer paso es escapar. Esas barras son de madera, por lo que puedo
ver, y probablemente podría romperlas con una Habilidad de Espada de mi
arma secundaria, pero hará mucho ruido…
- Mmm… sería una cosa si tuviéramos que salir corriendo hacia la libertad,
pero necesitamos recuperar nuestras armas y también encontrar a Kizmel -
se quejó Asuna. Caminó hasta los barrotes que separaban la celda del pasillo.
Me paré junto a ella mirándola detenidamente. Las barras de madera, con
vetas y todo, no eran redondeadas sino rectangulares. Era muy parecido a las
rejas de la prisión en las películas japonesas clásicas de samuráis. Cada lado
era de aproximadamente una pulgada de ancho, y se colocaron a intervalos
de unas seis pulgadas, verticalmente y horizontalmente. Incluso Argo “La
Rata” no podría atravesar estos barrotes.
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Esa idea me trajo de vuelta a nuestro otro deber. Se suponía que debíamos
estar recolectando veinte narsos maduros y entregándolos en la habitación
de Nirrnir en Volupta al mediodía, o a la una en punto a más tardar.
Eran las 5:40 AM. Todavía había mucho tiempo, pero en este punto, la idea
de Asuna de irse tres horas antes era brillante. Para hacer uno de esta buena
fortuna, necesitábamos reunirnos con Kizmel lo más rápido posible y escapar
del Plació Arbóreo Harin.
Agarré una de las relucientes barras de madera y la apreté con fuerza. Creí
que mi estadística de fuerza estaba entre los niveles más altos en el grupo de
primera línea, pero esta barra ni siquiera crujía, y mucho menos se partía por
la mitad.
Luego, saqué un cuchillo de mi inventario para ver si podía cortar la madera.
Pero era como si la barra hubiera sido acabada con algún tipo de aceite. La
hoja simplemente se resbaló de la superficie y no pudo clavarse.
Comenzaba a pensar que podía ser imposible romper las barras sin hacer
mucho ruido, cuando Asuna se acercó a mi después de examinar la cerradura
de la puerta.
- Sería bueno salir con la habilidad de Abrir Cerraduras.
- Tiene sentido… pero no tenemos tiempo para ponerlo en uno de nuestros
Slots y subir de nivel de la nada…
- Creo que el material de madera es la clave para esto. ¿No tienes una sierra
verdad?
- No… si hubiera sabido que íbamos a llegar a esto, habría salido con una de
esas viejas sierras de construcción naval del cuarto piso.
- O comprarla, como una persona normal - dijo Asuna, mirándome de reojo.
Trazó el borde de la madera con el dedo - Supongo… que podríamos hacer
que una rata lo masque…
Se refería a una rata real, no a Argo, por supuesto. Pero la celda estaba limpia
y no vi ningún agujero en el zócalo donde podría estar viviendo una familia
de roedores.
- O tal vez… echarle agua y ablandarlo…
Teníamos mucha agua, pero probablemente tomaría un mes entero
pudrir la madera lo suficiente para romperla.
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Me regañé a mí mismo por solo desechar las ideas de Asuna y no pensar en

ninguna propia. Pero no importa cuánto lo pensara, no estaba llegando a
ninguna conclusión brillante. Estaba empezando a pensar en apuestas
desesperadas como prender fuego a la jaula y usar una Habilidad de Espada
cuando todo estuviera quemándose… y de repente una idea llegó
completamente formada.
-… Fuego - murmuré.
Asuna me miró sorprendida - ¿Fuego…? ¿Vas a iniciar un incendio aquí?
- No, no para quemar las barras. Para calentarlas. Si las calentamos a una
distancia adecuada, debería reducir drásticamente su resistencia estructural.
- Pero… no puede ser solo un lugar. Si queremos hacer un agujero lo
suficientemente grande para poder pasar gateando, necesitamos quemar por
lo menos diez diferentes puntos en las barras.
- Nop, solo uno.
Presioné a Asuna para que se apartara del lugar, luego me paré frente a la
puerta. También estaba hecho de esa serie de barras, a excepción de la
cerradura, que estaba encerrado dentro de una robusta caja. Y los
mecanismos en el interior eran probablemente… no, definitivamente…
también de madera. Si lo quemamos por el tiempo suficiente desde el
exterior debe carbonizar el interior.
- Ah…
- ¿Q-qué pasa?
- ¡Maldita sea! Si lo encendemos acá, todas las setas luminosas van a
apagarse en una reacción en cadena. Si los hongos en la estación de guardia
se apagan también, ellos sabrán que estamos usando fuego…
Estaba tan decepcionado que tiré la antorcha al suelo, pero Asuna me agarró
del brazo - Es demasiado temprano para darse por vencido. Todo lo que
tenemos que hacer es apagar el fuego antes de que la reacción en cadena
llegue a la estación de guardia, ¿verdad?
- Bueno… técnicamente…
- Observaré los hongos en el pasillo desde acá. Cuando dé la señal, apaga el
fuego inmediatamente.
-…
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Fue un verdadero acto de cuerda floja. Pero no parecía que tuviéramos un

mejor plan o el tiempo para al menos pensar en uno.
- Bien… uhhh…
Presioné mi cara contra los barrotes y miré hacia el pasillo. Había varios
grupos de setas en las paredes entre las celdas, una línea de luz verde que se
extendía hasta el centro del segundo nivel del sótano, donde sería el puesto
de guardia.
- Digamos que el más cercano a nosotros es el número uno. Dime cuando…
dos, tres, cuatro, cinco… seis de ellos se apaguen.
- Adelante. Te voy a tocar el hombro - dijo mi compañera. Con el plan
establecido, me agaché frente a la cerradura.
Tomando un cuadrado del patrón de barras, lo que significa un espacio de
seis pulgadas por cada lado… había una caja que contenía una cerradura lo
suficientemente intrincada que incluso la diestra en acertijos Asuna dejaría
de intentar resolverlo. Pero para ser tan delicado tenía que tener baja
durabilidad. Revisé una vez más para ver que nadie estuviera patrullando el
pasillo, luego toqué la antorcha y presioné el botón de ENCENDER.
Un segundo después que aparecieron las llamas naranjas, la luz de la seta
luminosa se desvaneció y la celda se apagó. Luego, los hongos que recubren
el pasillo se apagarían. Manteniendo mi pánico bajo control, bajé las llamas
hacia la cerradura. El color marrón oscuro no cambió nada al principio, pero
finalmente su superficie se volvió un poco más carbonizada, un zarcillo de
humo se elevó de él. Sentí un golpe en mi hombro y rápidamente presioné el
botón EXTINGUIR de la ventana emergente que había dejado abierta para
este propósito.
La antorcha se apagó instantáneamente, sumergiendo la celda en oscuridad.
Esperé, conteniendo la respiración hasta que las setas luminosas en la pared
de detrás de nosotros comenzaron a brillar de nuevo. Cada pocos segundos,
una de las luces del pasillo oscuro se encendía.
-… ¿Parece que funcionó? - susurré.
Luego de un momento Asuna respondió - Sí, no escucho a nadie venir de la
estación. Sin embargo, me acabo de dar cuenta… si hubiera prisioneros en
las otras celdas a nuestro alrededor, habrían hecho algo de ruido…
- Cierto… bueno, supongo que eso significa que funcionó.
Intentémoslo de nuevo. ¡Mantente alerta!
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- Copiado.
Asuna volvió a tomar su posición y encendí la antorcha. Cada ronda de esto
duraba unos diez segundos de tiempo. Teniendo en cuenta la posibilidad de
que los soldados patrullaran los pasillos además de esperar en la estación, no
podíamos demorarnos mucho en esto. Tuve que juzgar la distancia efectiva
exacta que no incendiaría la cerradura pero que la carbonizaría lo más rápido
posible. El segundo incendio quemó el centro de la placa de madera negra.
El tercero lo enrojeció y calentó, y el cuarto hizo que las grietas se formaran
en espiral hacia afuera. En el mundo real probablemente se necesitaría llamas
significativamente más poderosas y más tiempo para obtener el mismo efecto,
pero la madera seca en Aincrad era especialmente susceptible al fuego.
En el quinto intento, casi le prendo fuego y rápidamente lo apagué con mi
mano desnuda. Se sentía muy caliente y me costó un poco de HP, pero eso
no importaba. Asuna miró su reloj y fue lo suficientemente considerada para
no decir nada. En el sexto intento, el centro de la placa de madera se convirtió
en cenizas y se derrumbó, revelando los engranajes y el cerrojo en el interior.
Como sospechaba, eran hechos de madera. La artesanía era extremadamente
fina… era un trabajo de arte. Con una disculpa silenciosa al maestro elfo
oscuro que lo creó, encendí la cerradura por séptima vez. Varios engranajes
se carbonizaron ante mis ojos y se desmoronaron, seguido por algunos
sonidos débiles del cerrojo pegado al marco de la puerta cuando se soltó del
artilugio. Apagué la antorcha de inmediato y la dejé a mis pies.
- ¡Está abierto!
- ¡Good job! - dijo Asuna extrañamente, usando la jerga de los jugadores, e
hicimos un golpe rápido.
Empujé la puerta suavemente, esta se movió un poco hacia atrás, pero cayó
luego de raspar los bordes de madera carbonizada. Una vez que estuvimos
seguros que no había nadie en ninguna dirección del pasillo, nos escapamos
de la celda.
- Lo primero es lo primero, tenemos que conseguir nuestras armas - murmuré.
Asuna parecía preocupada - La habitación donde pusieron las espadas estaba
al lado de la estación de guardia. ¿Podemos siquiera entrar sin que ellos se
den cuenta?
- Será devastador si la habitación está cerrada. Aun así, solo
tenemos que resolverlo.
- Cierto.
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Dejamos de hablar y nos escabullimos por el pasillo revisando cada celda a

cada lado para asegurarse de que estén vacías antes de continuar. Después de
que avanzáramos unos veinte metros apareció ante nuestros ojos una sala
rectangular. Ese era el centro del segundo nivel del sótano. Se suponía que
había una escalera ascendente en el lado sur de la misma, con el puesto de
guardia y el almacén de lado a lado en el extremo norte. Seguimos
moviéndonos, aún con más cuidado esta vez, hasta que pudimos mirar
alrededor de la esquina del pasillo hacia la estación.
Tal como lo recordaba, había dos puertas una al lado de la otra en la pared.
Cerca de la puerta izquierda había una ventana con barrotes. La luz del hongo
que brillaba desde la hoguera era mucho más fulgente que en las celdas y
estaba acompañado de voces.
Hice contacto visual con Asuna, luego crucé el pasillo en cuclillas hasta estar
presionado contra la pared justo debajo de la ventana. El volumen de las
voces aumentó de modo que podía entender lo que decían.
-… No ha habido un nuevo prisionero en esas celdas en treinta años.
- Y humanos, nada menos.
- Fueron tontos por ayudar a los caídos.
- Supongo que ofrecían una vida más larga, como de costumbre.
- Los humanos siempre caen por eso.
Las fosas nasales de Asuna se ensancharon con indignación. Me sentí de la
misma manera, pero era imperativo que mantuviéramos la calma y el cuidado
en ese momento. Según las voces, había dos guardias en la estación. Había
sonidos ocasionales de vajillas que traqueteaban, por lo que probablemente
estaban desayunando. No parecía probable que salieran de la habitación por
un rato.
Salimos de debajo de la ventana y nos dirigimos a la puerta de la sala de
almacenamiento adyacente. Rezando para que no estuviera cerrada con llave,
examiné la puerta, no tenía cerradura. Rápidamente sostuve el mango hacia
abajo, luego empujé muy lentamente para no hacer ningún ruido.
Tan pronto como Asuna estuvo dentro, cerré la puerta y suspiramos de alivio
al mismo tiempo. La pared divisoria parecía delgada, ya que todavía
podíamos escuchar débilmente el sonido de la voz de los guardias.
No podíamos mantener una conversación normal acá dentro.
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Hice un gesto para decir - Vamos a buscar las armas - luego me levanté para
mirar alrededor del almacén. Era del tamaño de las celdas, con tres paredes
ocupadas por estantes y soportes para espadas y armaduras.
Había toneladas de cajas de madera, guantes de cuero y cosas así apiladas en
los estantes, había espadas de todos los tamaños clavadas en los soportes. Si
no fuera por la situación, estaría saltando de alegría, pensando que era una
montaña de tesoro, pero la prioridad ahora era recuperar nuestras espadas…
y con suerte los anillos, también.
Comencé examinando uno de los soportes de espadas, que estaba construido
de la misma manera que un paragüero del mundo real. Todas las espadas
atascadas estaban a punto de desmoronarse, como si lo hubieran estado
durante décadas. Si los tratara con demasiada brusquedad, fácilmente podría
derribar sus empuñaduras y guardamanos.
Durante un minuto más o menos, los recorrí con la punta de los dedos.
Molesto, finalmente encontré algunas vainas con un color y forma familiares,
todas al revés, como si hubieran sido colocados allí como una broma. Aun
así, esto fue un alivio.
No muy lejos, Asuna hizo un gesto para decir - ¡Lo encontré! - Pero ella
estaba señalando a un soporte de espada diferente, por supuesto. Saqué la
Sword of Eventide y el Chivalric Rapier, luego miré hacia arriba, hacia
donde Asuna estaba señalando. Era una espada larga con detalles que eran
ligeramente diferentes a la habitual de los elfos oscuros, junto con un sable
en una funda de cuero negro. Eso lo resolvió. La espada larga era la Elven
Stout Sword que le habíamos quitado al capitán elfo del bosque. Y el sable
era el arma de Kizmel, que había sido rota por Kysarah, la ayudante de los
Elfos Caídos. Le habíamos dado a Kizmel la espada del elfo del bosque para
que la usara después de que le rompieran el sable. Eso casi confirmó que
Kizmel estaba en algún lugar de esta prisión.
Le entregué a Asuna su estoque y guardé mi espada en mi espalda, luego
sacamos la espada robusta y el sable del soporte juntos. Pero la prisa hizo
que mis manos resbalaran. Una espada anticuada clavada en el mismo
agujero que los otros dos se tambaleó y comenzó a inclinarse hacia el hueco
adyacente.
¡Aaaaah! Grité en silencio. Si la espada golpeaba contra otra, que empujaba
el siguiente, y así sucesivamente, como una pila de fichas de
dominó, haría un tremendo ruido. Quería agarrar la espada para
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detenerlo, pero mis manos estaban llenas. Tendría que detenerlo con mi boca
o usar poderes psíquicos para mantenerlo en su lugar...
Una mano salió disparada hacia delante y la bloqueó justo a tiempo, era la
mano de Asuna inclinándose lo más que pudo, sosteniendo la vieja espada
con la punta de sus dedos. Empecé a relajarme aliviado, pero luego era Asuna
quien estaba perdiendo su equilibrio.
¡Oh Dios mio! recé, metiendo el brazo que sostenía el sable de Kizmel debajo
de su cuerpo. No tuve tiempo de agarrarla del lugar correcto, por lo que
terminó llevándose la peor parte fue su pecho. A través de mi brazo, sentí la
dureza de su coraza y la resiliencia de lo que había detrás.
Mucho, mucho más tarde, Asuna diría con nostalgia - Si no hubiéramos
estado trabajando juntos durante un mes en ese momento, habría arrojado las
espadas y gritado.
Afortunadamente, el avatar de Asuna simplemente se quedó rígido como una
tabla. Ella no gritó ni se enfureció.
Con mi brazo derecho, empujé la estatua de Asuna hacia arriba, poco a poco.
Entonces yo di un paso atrás y nos miramos.
-... Esta espada es realmente pesada - murmuró en voz baja. En su mano
izquierda estaba la espada envejecida que casi se había caído.
- Espera - susurré al mismo volumen, poniendo la espada y el sable pesados
en mi inventario. Con mi mano libre, acepté la espada que me estaba dando
Asuna; de hecho, era bastante fuerte, mucho más que mi Sword of Eventide.
Había un gran guardamano unido a la empuñadura, y su funda de cuero
blanco estaba ligeramente curvada. Esta no era una espada larga, pero era un
sable como el de Kizmel. Todo estaba sucio, e incluso había una telaraña en
el interior de la funda, por lo que no parecía un artículo de lujo. Sin embargo,
también lo puse en mi inventario, en caso de que a Kizmel le resultara más
fácil de usar.
Esto había sido estresante, pero completamos nuestro objetivo inicial y
recuperamos nuestras espadas. A continuación, quería los anillos, pero con
la cantidad de cajas y bolsas en la habitación, necesitaríamos mucho más que
solo cinco o diez minutos. Por supuesto, el propósito del sello de Lyusula era
permitir la entrada libre a cualquier base de elfos oscuros, por lo que el hecho
de que hayamos sido arrestados probablemente anuló ese privilegio.
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En voz baja le expliqué eso mismo a Asuna. Ella miró alrededor de los
múltiples estantes apilados en todas las cajas de metal y madera… y bolsas
de cuero y tela.
- En ese caso - susurró, - ¿no podríamos meter las cajas y las bolsas en
nuestros inventarios y revisarlas más tarde? Al menos algunas de ellas, si no
todas.
-...
Su audaz idea me dejó sin palabras. Las búsquedas de elementos por tiempo
limitado eran un evento común en los RPGs, pero sacando los contenedores
de la habitación tenía que estar fuera de los límites de la intención del
guionista.
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Por otro lado, todas esas cajas no estaban fijadas al estante. Si había alguna
preocupación, era que tomarlas sería identificado como un robo y nos
convertiría en jugadores naranjas, pero si es así, debería haber recibido una
advertencia en el momento en que puse ese sable antiguo en mi almacén de
objetos. Estábamos fuera del código anticriminal del área de la ciudad, por
lo que el único castigo que podríamos sufrir por robar era a través de la ley
de los elfos oscuros, no del sistema de juego en sí.
Extendí la mano hacia el estante y levanté con cuidado la caja de madera que
estaba colocada encima de la pila de contenedores variados. No había
alarmas antirrobo. La caja no era especialmente pesada. Lo coloqué encima
de la ventana del inventario y se desvaneció con un pequeño destello de
partículas de luz azul.
-…
-…
Compartimos una mirada en silencio, luego comenzamos a palear las cajas
y bolsas en nuestro inventario. Debido a que nuestros niveles eran
significativamente más altos que el número recomendado para esta área, y el
hecho de que no llevábamos un montón de armas pesadas, teníamos mucho
espacio. Para cuando ambos alcanzamos el 90 por ciento de nuestra
capacidad de carga, el número de contenedores había disminuido a menos de
un tercio. Los sellos de Lyusula podrían estar en uno de los contenedores que
no agarramos, por supuesto, pero no queríamos cargar al máximo, en caso
de que nuestro límite de peso se cruzara en un momento inoportuno y nos
dejara inmovilizados.
Cuando terminamos de tomar las cajas que pudimos, cerré mi ventana y afiné
mis oídos. Los guardias de la estación de al lado seguían hablando. Incluso
en una prisión subterránea, el amor de los elfos oscuros por el té y la charla
se mantenía intacto.
Abrimos la puerta de nuevo y nos dirigimos al pasillo. En la pared de enfrente

estaba la escalera por la que nos habían bajado hacía menos de una hora. A
la derecha estaba el pasillo que conducía a las celdas del lado oeste. y como
yo pensaba… o esperaba… había un pasillo que conducía al este a la
izquierda. Si Kizmel estaba prisionera aquí, sería ahí.
Miré a Asuna, luego me colé por el pasillo este. Usando la luz otorgada por
las setas luminosas, observamos cada conjunto de celdas que
recubren el pasillo. La cantidad de luz de los hongos era realmente
escasa, pero se mantenían prendidas, incluso en celdas sin
pág. 165
ocupantes, por lo que una simple mirada nos mostró el contenido de cada
una de ellas a medida que pasábamos.
Gracias a eso, corrimos rápidamente más y más abajo en las celdas para
verificar. Ya estábamos a la mitad del pasillo y aún no veíamos a Kizmel.
Había ocho celdas a cada lado del pasillo de veinte metros, dieciséis en total.
Quedan por revisar ocho celdas... siete, seis, cinco. Cada uno de ellas estaba
vacío, y no parecía que hubieran sido usados en años, si no décadas.
Nuestros pies se sentían cada vez más pesados a medida que nos
acercábamos al final. Pero teníamos que seguir comprobando. Cuatro más,
tres, dos...
-...
En el instante en que miramos dentro de la última celda, ambos respiramos

hondo.
Nuestras esperanzas tardaron dos segundos en desinflarse. Una de las dos
camas estaba ocupada por una figura acostada de lado, pero la silueta
obviamente no pertenecía a Kizmel. El cuerpo era grande para un elfo y
claramente masculino.
Mantuve mi mirada sobre él hasta que apareció un cursor amarillo, el nombre
era PRISIONERO ELFO OSCURO. Eso no nos decía quién era, pero si no
era Kizmel, no teníamos por qué acercarnos a hablar con él. Nos estaríamos
arruinando a nosotros mismos si armara un escándalo y trajera a los guardias
corriendo.
Le hice un gesto a Asuna para que retrocediera, y me alejé poco a poco sobre
mis talones. El prisionero estaba de espaldas a nosotros, por lo que no nos
notaría a menos que hiciéramos ruido.
O eso pensé. No había movido más de un pie cuando el prisionero dijo en

voz baja - Ustedes no son elfos. ¿Quiénes son?
Nos quedamos helados por la sorpresa, la figura se levantó y se volvió hacia

nosotros. Llevaba un atuendo simple de una camisa de algodón y pantalones
que alguna vez fueron negros, pero se habían desvanecido a gris. Su cabello
y barba habían crecido hasta el punto de que ni siquiera podía distinguir sus
rasgos. Detrás de su flequillo negro colgante, pude ver unos ojos brillantes e
intensos.
- N-no somos nadie. Simplemente nos iremos - logré tartamudear,
reanudando mi retirada.
pág. 166
- Si no me respondes, llamaré a los guardias - dijo su voz oxidada,

clavándome en el suelo.
- Ummm... soy el espadachín humano Kirito, y ella es Asuna.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Estamos buscando a alguien...
- ¿Quién?
Sus preguntas fueron cortas y directas, no dándome lugar a pensar en alguna

mentira. Sólo tenía que armarme de valor y decir la verdad.
- Una caballero llamada Kizmel. Fue traída aquí el último día, creemos...
- Kizmel... ¿de qué familia? - preguntó, para nuestra sorpresa. Miré a Asuna,
pero la esgrimista simplemente negó con la cabeza.
Me volví hacia él y dije - Uh, no lo sé.
- Hmm... Entonces yo tampoco lo sé - dijo el prisionero, alcanzando su mesa

auxiliar y vertiendo agua de la jarra en su taza de madera; eran las mismas
cosas que teníamos en nuestra celda. Terminó el agua de un trago y dejó la
taza, luego preguntó - ¿Y ustedes son los que fueron traídos aquí hace un
rato?
- S-sí.
- Entonces, esta caballero Kizmel no está retenida en este piso. He estado

encarcelado acá durante treinta años, y ustedes son los primeros prisioneros
desde mi llegada.
- Treinta años… - repetí, atónito. Hace un mes, habría asumido que esto era
solo el trasfondo de su historia. Después de todo, en 1993, treinta años antes
de 2023, no existía SAO. Ni siquiera había un solo VRMMO con pantallas
antiguas montadas en la cabeza. Pero después de conocer a Kizmel y
aprender sobre la larga historia de la guerra entre los elfos del bosque y los
elfos oscuros, mi forma de pensar había comenzado a cambiar. Si no fuera
por los jugadores humanos que se sumergen en este servidor, el tiempo en
este mundo podría ejecutarse tan rápido como lo permitían las
especificaciones del servidor, por lo que era posible que antes del
lanzamiento de SAO, habían compilado una historia de siglos desde la Gran
Separación de Aincrad, si no más atrás en el pasado.
pág. 167
- Mmm... ¿por qué estás en esta celda? - preguntó Asuna sobre mi hombro,
con su voz ronca.
Los ojos del hombre barbudo se fijaron en Asuna - No hay ninguna razón
que necesites saber, niña humana - Se colocó de lado otra vez, decidiendo
que nuestra conversación se había terminado. Pero insistí. No quería irme sin
aprender algo útil.
- Um, ¿hay otras celdas aquí en el Palacio Arbóreo Harin? - El hombre no

dijo nada durante varios segundos, hasta que por fin lo escuché resoplar.
Algo me pareció extraño... pero no pude aferrarme a la idea, porque empezó
a hablar en la penumbra iluminada por hongos - También hay una prisión en
la vivienda de los sacerdotes en el séptimo piso. Si el crimen que cometió
esta Kizmel tiene que ver con ellos, es posible que la hayan llevado allí.
- P-pero… la espada de Kizmel estaba en el almacén allá abajo… - espeté.

El hombre se levantó de nuevo.
- ¿Entraste en el almacén?
- B-bueno, sí.
- Mmm… ¿y cómo saliste de tu celda sin que los guardias se dieran cuenta?
- Uh… usé un soplete para quemar la cerradura de la puerta…
-…
Los anchos hombros del hombre temblaron. Unos momentos después lo
escuché emitir sonidos cortos y suaves, y finalmente me di cuenta que se
estaba riendo. Por favor no empieces a gritar de risa, recé. Afortunadamente,
las risas se hicieron más y más suaves hasta que terminó. Sacudió la cabeza
y luego dijo con sequedad.
- Ya veo… tu Arte humano de Escritura Mística. Los guardias ciertamente

no pueden inspeccionar eso.
- Uh, s-si… - respondí, mi mente estaba acelerada.
También podríamos usar el mismo método para romper la cerradura de la

celda de este hombre. Siguiendo la lógica de una misión normal, si liberamos
a este hombre, presumiblemente nos ayudaría.
Asumiendo que el desarrollo de esta historia fue escrito por alguien

empleado por Argus, esa sería la respuesta adecuada.
pág. 168
Pero lo más probable es que nuestro viaje a través de la línea de misiones de

la campaña "Guerra Élfica" estuvo muy lejos de su escenario original. Ahora
que Akihiko Kayaba había convertido a SAO en lo que es, Argus ya no
manejaba el juego.
Era imposible imaginar a una persona de carne y hueso modificando

cuidadosamente las misiones para todos los jugadores vivos. Y si el propio
sistema de juego estuviera reescribiendo las misiones en tiempo real, asumo
que las expectativas típicas se fueron por la ventana.
Este prisionero era un ser humano vivo, un elfo oscuro. ¿Se podría confiar
en él? ¿o no? Esa era la verdadera pregunta.
Una sentencia de treinta años en esta prisión subterránea significaba que

debía haber cometido un gran crimen. Entonces, ¿qué fue? Acababa de decir
“No hay ninguna razón que necesites saber, niña humana” Así que tal vez
había otra pista...
- Mmm, ¿tienes hermanos? - Asuna preguntó de la nada. Me giré para
mirarla, atónito.
El hombre también estaba sorprendido, al parecer. Parpadeó en silencio y
luego respondió.
- ¿Qué te hizo preguntar eso?
- Porque conozco a un elfo oscuro que se parece mucho a ti.

En mi cabeza, estaba pensando ¿Quéeeeeee? Si Asuna lo conocía, entonces
yo también lo conocía, presumiblemente. Pero, ¿qué elfo oscuro conocí que
se veía como este prisionero con el pelo desaliñado y una barba crecida...? Y
hablando de elfos oscuros masculinos, los únicos que realmente “conocí” en
cierta medida fueron al Vizconde Leyshren Zed Yofilis en el castillo Yofel,
al viejo Bouhroum en el castillo Galey y tal vez al conde Melan Gus Galeyon.
Lo único que tenían en común con este hombre era el color de su piel...
Sentí otro crujido de electricidad correr por el centro de mi cerebro. Mis ojos
se abrieron de golpe.
No. Había otro elfo oscuro que conocía, si pudieras usar ese verbo.
Asuna esperó hasta que estuvo segura de que yo también lo había descubierto
- No nos dijo su nombre, pero trabaja como herrero en un
campamento en el tercer piso. El forjó esta espada mía.
pág. 169
Caminó más cerca de la celda, apretando la empuñadura del Chivalric

Rapier. Lo sacó de la vaina con el revés, luego extendió el pomo a través de
los barrotes.
Me hubiera tomado varios segundos reflexionar sobre esto antes de actuar.

Pero no había ni un gramo de vacilación en la expresión de Asuna.
El prisionero nos miró fijamente a través de su largo flequillo, luego dio un

paso bruscamente fuera de la cama y metió los pies en unas sandalias que
apenas pasaban de trozos de material, luego se acercó a los barrotes. Agarró
la empuñadura del estoque que Asuna sostenía hacia él y tiró de él hacia la
celda.
Lo sostuvo cerca de su frente, permitiendo que la luz del hongo de la hoguera

en la pared de atrás suyo iluminara la hoja brillante, luego dijo - Sí, puedo
ver que Landeren templó esta espada. No produjo nada más que chatarra
antes... pero después de treinta años, supongo que el chapucero ha aprendido
algunas cosas.
Suponiendo que Landeren fuera el nombre de ese extremadamente antipático

herrero, tenía miedo incluso de imaginar cómo reaccionaría si lo llamaran
chapucero. Por lo menos, sabía que haría algo más que resoplar... y fue
entonces cuando me di cuenta de lo que había estado desencadenando mi
déjà vu antes. La forma en que exhaló por la nariz fue exactamente igual a la
del herrero.
El hombre hizo girar el estoque y volvió a meter la empuñadura entre los
barrotes.
Asuna lo agarró, luego dio un paso atrás.
- Si le has hecho un servicio a mi hermano, entonces debería ayudarte a

buscar a la caballero Kizmel.
Ni siquiera tuve tiempo de maravillarme por este repentino cambio de actitud
cuando Asuna señaló - Eso es muy amable de tu parte, pero él fue quien nos
hizo un servicio...
- Un herrero elfo solo verá la oportunidad de trabajar en una espada tan fina
varias veces en su vida. Estoy seguro de que la experiencia habrá ayudado a
mi hermano pequeño a crecer.
- ¿Tú también eres herrero?

-... No - dijo el prisionero, el flequillo que colgaba de su nariz se
balanceaba - Yo no tenía el talento. Mi hermano tenía sangre de
pág. 170
herrero en sus venas, como mi padre y mi abuelo... pero yo ni siquiera tenía

eso...
Se detuvo allí, volviendo a la cama. Empecé a preocuparme de que hubiera

cambiado de opinión acerca de ayudarnos, pero en lugar de volver al
colchón, agarró la sábana descolorida y con cuidado arrancó una tira de la
esquina. Luego usó la cuerda improvisada para atar su largo cabello detrás
de su cabeza.
Revelado por fin, el rostro del hombre tenía toda la severidad de un elfo
oscuro típico, a pesar de su vello facial demasiado grande. En años humanos,
parecía que tenía treinta y tantos. De hecho, era bastante similar al herrero
en el tercer piso, pero había otra característica que me hizo jadear.
Corriendo por su rostro de mejilla a mejilla, alrededor de una pulgada debajo

de sus ojos, tenía una cicatriz de espada. No era una herida reciente, pero
destacaba claramente contra su piel oscura. Debe haber sido bastante
profunda cuando fue infligida.
Al sentir nuestros ojos, el hombre pasó el pulgar por la marca y resopló. Se

acercó a los barrotes y miró en dirección a la estación de guardia. Asuna y
yo miramos hacia el pasillo. No había señales de que los guardias salieran de
la habitación todavía, pero probablemente vendrían a patrullar una vez que
terminaran su comida. Mi intuición me decía que teníamos unos minutos
como máximo.
- Voy a quemar la cerradura. Retrocede, por favor - le dije, pero el hombre
negó con la cabeza.
- No hermano. Ve al almacén al lado de la estación y trae mi espada.
¿En serio? ¡¿Quieres que busquemos entre todas esas espadas?! Pensé,
guardándomelo para mí - ¿Qué... tipo de espada es?
- Un sable. Su empuñadura y guardamano son de plata, mientras que el
mango y la vaina son de cuero blanco. Puede que no lo reconozcas por esos
detalles, porque seguro que está cubierto de treinta años de polvo...
-......
Asuna y yo nos miramos.
Abrí mi inventario, clasifiqué las armas por más recientes, luego

toqué el primer nombre en la lista, el Saber of Santalum Knights, y
lo materialicé.
pág. 171
El gran sable apareció con un sonido suave. Usé ambas manos para
levantarlo.
Se suponía que los efectos de suciedad desaparecerían después de un corto

período de tiempo en este mundo, pero la suciedad adherida a la empuñadura
y la telaraña dentro de la protección de los nudillos eran como los reconocí
antes. Probablemente limpiarían un poco si usara un paño, pero parecía algo
extraño, metí el mango a través de las barras.
El hombre vaciló por un instante, luego agarró el sable y lo atravesó hasta la
celda, con vaina y todo.
Cuando notó la telaraña, resopló, luego agarró su sábana de nuevo y rápida

pero cuidadosamente frotó todo el sable con él. Recuperó su brillo y se veía
como nuevo, o al menos, no tan viejo. Metió la vaina en su cinturón en el
lado izquierdo, luego sacó el arma.
La hoja finamente curvada emitía un brillo opaco a la luz de los hongos de
la hoguera. Sin embargo, eso no se debió a la suciedad del arma. Era la
calidad de un arma fina, que había visto muchos años de combate y
mantenimiento. Mi Anneal Blade +8, que se había roto en la batalla contra
el caballero elfo del bosque, tenía el mismo brillo.
Volví a pensar en mi vieja y confiable arma, que todavía dormitaba en las

profundidades de mi inventario en su estado roto. El hombre me miró y me
advirtió - Retrocede.
Asuna y yo nos alejamos de los barrotes. El hombre se movió hacia la puerta,
luego sostuvo el sable desnudo sobre su cabeza.
Ni siquiera tuve tiempo de llorar ¡Whoa, espera! La hoja adquirió un brillo
plateado, luego sonó como un trozo de cristal golpeado. Era el efecto de
calentamiento de una Habilidad de Espada.
Si él derribara la puerta con pura fuerza, haría un ruido increíble y los
guardias caerían sobre nosotros de inmediato. Después de todos los
problemas que habíamos tenido para carbonizar silenciosamente todo.
Una luz plateada parpadeó en la oscuridad. Dos o tres chispas diminutas

aparecieron en el espacio entre la puerta y la siguiente barra.
Eso fue todo. Ningún golpe ensordecedor, ni siquiera el sonido de una taza
que se coloca sobre la mesa. El sable estaba de vuelta en su lugar
sobre la cabeza del hombre, lo que me hizo preguntarme si incluso
había usado una Habilidad de Espada. Pero no se podía negar la
línea plateada perfectamente vertical que había creado.
pág. 172
Devolvió el sable a su vaina, dio un paso adelante y empujó la puerta. Con

su pulgar hizo el más mínimo crujido y se abrió, así de fácil.
La parte del cerrojo que quedó en la puerta fue cortada tan limpiamente que
parecía que había sido pulido de esa manera.
-... ¿Q-qué fue esa técnica? - pregunté sin pensar.
El hombre se encogió de hombros y dijo - Se llama Slashing Ray... creo.
Nunca había oído hablar de esa habilidad. Lo más probable es que fuera una
habilidad de élite en la categoría Hoja Curva. Tuve la tentación de pedirle
ver sus estadísticas, pero ni siquiera sabía cómo abrir la ventana de estado de
un NPC. Tal vez si golpeas en el espiral de su cabello, se abriría una ventana
de propiedades. Ciertamente no tuve el coraje de intentar eso con este vie...
eh, joven elfo oscuro.
El hombre salió de la celda al pasillo, luego se estiró y se hizo crujir el cuello

de lado a lado. Si realmente había estado atrapado en esa celda durante treinta
años seguidos, entonces tenía que estar experimentando una desconcertante
sensación de libertad, pero unos simples estiramientos y grietas lo tenían
satisfecho, aparentemente.
Sus ojos gris acero nos fijaron a los dos con una mirada fulminante.
- ¿Cómo dijiste que te llamabas?

- Eh, Kirito...
- Y yo soy Asuna.
El hombre repitió - Kirito y Asuna - Su pronunciación era perfecta y de todos

los NPC que habíamos conocido, su verificación fue la más corta.
Confirmamos que era correcto y luego dijo - Soy Lavik.
Esa fue la indicación de que se uniría a nuestro grupo. Una nueva barra de
HP apareció debajo de la nuestra en la parte superior izquierda de mi vista.
También me mostró el nombre que había estado en su cursor. Pasó de DARK

ELVEN PRISONER a LAVIK, DARK ELF FUGITIVE. La palabra inglesa
fugitive no se encontraba en mi diccionario mental, pero podía preguntarle a
Asuna luego. Primero, le pregunté a Lavik hacia dónde íbamos ahora.
- Entonces... ¿cómo subimos al séptimo piso para encontrar a

Kizmel?
pág. 173
- Ella podría estar en el séptimo piso - corrigió Lavik bruscamente - Primero,

necesitamos obtener información de los guardias.
- ¿¡Eh!? ¿V-vas a sobornarlos?
- Solo si tienes suficiente dinero para comprar una mansión junto al lago en
el noveno piso.
Negamos con la cabeza. El elfo oscuro barbudo resopló una vez más.
- Entonces usaremos espadas.
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Capítulo 11:
Eran las siete en punto, había pasado una hora desde que escapamos de
nuestra celda.
Estaba colgando de un acantilado casi vertical por una cuerda de menos de
una fracción de una pulgada de ancho, tratando desesperadamente de
ascender la pared exterior del Palacio Arbóreo Harin.
Era un tronco de árbol natural, no una pared artificial, por lo que al menos
había pequeños afloramientos de corteza sobre los que podía apoyar mis
manos y pies, pero todavía estaba a ciento cincuenta pies del suelo. Si me
resbalaba, y la soga diminuta no soportaba mi peso, el daño de la caída por
sí solo eliminaría todo mi HP.
Pero no podía quejarme y rendirme ahora. A solo un metro a mi izquierda,
Asuna descendía silenciosamente por la pared con otra cuerda atada
alrededor de su cinturón de espada, y a mi derecha, Lavik iba directamente
hacia abajo como un experimentado escalador.
Pero lo peor de todo fue la caballero elfo oscuro que acababa de unirse al
grupo hace unos minutos, mirándome con preocupación desde mi izquierda.
- ¿Estás bien, Kirito? - ella se preguntó.
Hice lo mejor que pude para poner lo que esperaba que pareciera una sonrisa
y dije - ¡Estoy b-bien! No te preocupes por mí; sigue adelante.
- Sabes que no puedo hacer eso. Te lo dije, si tu pie resbala, estaré allí para
mantenerte arriba - me aseguró Kizmel.
Cuando la rescatamos de las celdas del séptimo piso del palacio, estaba
bastante demacrada. Afortunadamente, ella no había sufrido ningún daño
físico y todavía tenía todo su equipo además de sus armas, pero estaba claro
que ser acusada de traición con los Elfos Caídos y luego encarcelada era una
humillación insoportable para una caballero tan orgullosa.
Se había alegrado mucho de vernos, por supuesto, pero era tan malo que al
principio se negó a escapar de la prisión. Con suficiente convencimiento de
Asuna y yo… y Lavik… Kizmel se había decidido a limpiar su reputación
ella misma y escapó por la ventana del séptimo piso con nosotros… razón
por la cual estábamos aquí ahora.
Escuché atentamente y se oían los gritos de los guardias dentro del
palacio, así como pasos corriendo en todas direcciones. Iba a tomar
un tiempo para resolver esa confusión. Eso fue por la ingeniosa idea
pág. 175
de Asuna: dejar la antorcha encendida en una pequeña habitación lateral en

una esquina del séptimo piso.
La reacción en cadena de las llamas hizo que hasta la última seta luminosa
en el Palacio Arbóreo Harin se extinguiera. Hasta que encontraron y
apagaron la antorcha, todo el palacio quedó atrapado en la oscuridad. Eso era
una desventaja para realizar una búsqueda intensiva. Necesitábamos escapar
al Bosque de Rocas Temblorosas mientras todavía estaban en pánico.
Desterré de mi mente la caída de más de cien pies debajo de mí y me
concentré en nada más que el tronco. Puse una mano en un pequeño agujero,
mi pie en un nudo que sobresalía, luego agarré una enredadera colgante y
pisé un trozo de corteza rota. En un RPG de la vieja escuela, podría
simplemente mantener presionada la palanca del controlador para deslizarme
sin esfuerzo por la superficie. Pero la naturaleza inmersiva de un fulldive
VRMMO fue lo que lo hizo funcionar tan efectivamente como un juego de
vida o muerte. Si encontraba un poco de tiempo extra, necesitaba practicar
mi escalada, justo en caso de que me volviera a meter en una situación como
esta. Si fuera lo suficientemente bueno como para correr arriba y abajo de
los pilares a lo largo de la abertura exterior de Aincrad, no volvería a tener
miedo de ningún acantilado...
Estos pensamientos mantuvieron mi mente ocupada mientras bajaba del
árbol. Pero participar en un escape de la realidad para olvidar mi miedo
también comenzó a minar mi concentración. Pensé que mi dedo del pie
estaba firmemente en un nudo, pero se resbaló hacia abajo, causando que mi
estómago se subiera a mi garganta.
Afortunadamente, mi pie simplemente cayó unos centímetros antes de
aterrizar en un superficie dura y plana.
Miré hacia abajo y vi que estaba parado sobre un pilar de piedra de unos tres
pies de ancho. De alguna manera, había llegado a la superficie rocosa que
rodeaba el palacio. Miré a mi alrededor y vi a Asuna, Lavik y Kizmel
mirándome fijamente, habiendo terminado ya su descenso.
Me aclaré la garganta torpemente, luego desaté la cuerda atada al cinturón
de mi espada. Esta la habíamos encontrado en un almacén en el séptimo piso
y era tan fina y poderosa que no podía cortarse a menos que la serrucharas
repetidamente con una hoja de acero. Se sintió mal dejarla atrás, pero el otro
extremo estaba atado alrededor de una rama gruesa a ciento
cincuenta pies por encima, por lo que no había manera de bajarla.
pág. 176
Troté por los pilares en forma de escalera en orden, hasta que llegué al
corredor donde los otros tres me estaban esperando.
- Aquí estoy - dije lo más alegre posible, y Kizmel sonrió y dijo - Lo hiciste
bien, Kirito.
Era difícil no sentirse como un niño que acababa de bajar de la cima de la
selva del gimnasio por su cuenta.
Evitamos la dirección sur, donde estaba localizada la puerta principal del
palacio, y en su lugar entramos en el pasadizo oeste, que era el más cercano
a donde bajamos del árbol. Cruzamos el puente de rocas sueltas para
asegurarnos de que no nos perseguían. Ninguno de nosotros cayó al agua en
el viaje de regreso a la entrada.
Todo lo que teníamos que hacer era pasar por la entrada del túnel al bosque,
y estaríamos afuera, pero había algo de lo que ocuparnos primero.
Miré hacia atrás en dirección al palacio y luego le dije a Kizmel - Um... sé
que es una situación de emergencia, pero ¿te importa si tomamos un desvío?
- ¿Un desvío? Pero no hay nada más que pantanos por aquí.
- Necesitamos algo llamado fruta Narso que crece aquí...
- ¿En serio? Ustedes, los humanos, tienen un gusto excelente - dijo no
Kizmel, sino Lavik. Se rascó la barba salvaje y sonrió - Es una patada y un
hormigueo en la lengua, pero una vez que te acostumbras, te encantará el
gusto. No he tenido uno en mucho tiempo.
No tuve tiempo de corregir que no queríamos comer la fruta, Kizmel
respondió - Mmm... no soy la mayor admiradora de los Narsos...
Hacía una mueca como si hubiera mordido un caqui agrio.
Lavik la golpeó vigorosamente en la espalda - ¡No te quejes, Kizmel! Los
Narsos son buenos para el cuerpo y el espíritu. Te vendría bien algo de eso
ahora mismo.
- Pero, señor Lavik, el pantano tiene esas sanguijuelas detestables.
- Hrm… ¿los Hematomelibe? Sí, son un dolor de... Se mantendrán alejados
si gotea un poco de aceite de menta en el agua. ¿Alguien tiene un poco?
Preguntó Lavik, mirándonos, pero solo negamos con la cabeza. No sabía
hasta el último artículo en mi inventario en detalle, pero ciertamente
no podía recordar haber recogido ningún aceite de menta.
pág. 177
- Es una lástima... bueno, son una necesidad para cualquier soldado que
patrulle el Bosque de Rocas Temblorosas, por lo que deberían tener reservas
aquí y allá alrededor del palacio. ¿Qué tal si damos la vuelta, conseguimos
algunos y regresamos?
- Lavik, no creo que sea necesario - dijo Kizmel, luciendo parcialmente
molesta y parcialmente preocupada. Pero la sugerencia puso una idea en mi
mente, y abrí mi inventario.
Si era cierto que guardaban pedacitos aquí y allá por el palacio, entonces tal
vez también había una botella en ese depósito subterráneo. Y si esa botella
estuviera en una de las cajas que Asuna y yo tomamos de allí...
Ella estaba en el mismo camino que yo. Abrió la ventana y tocó en los
nombres de los elementos de la parte superior -CAJA DE MADERA
ENVEJECIDA, CAJA DE HIERRO OXIDADO, SACO DE CUERO
HERVIDO, SACO DE LINO, etc., para examinar su contenido.
La mayor parte era chatarra sin valor, y aunque hubo algunos ítems
interesantes, como collares, amuletos y llaves, pospongo la identificación de
cualquiera de ellos, centrándome puramente en las cuatro letras m-i-n-t.
Después de tocar al menos una docena de cajas y desplazarse por la lista de
su contenido, me dirigía a otro cuando jadeé - ¡Ah!
Volví a desplazarme hacia arriba en la lista que acababa de cerrar. Sentado
justo en el medio, claro como el día, estaba el nombre Sigil of Lyusula. Y
había dos de ellos.
Los estaba sacando rápidamente cuando Asuna también jadeó. Hubo un
rápido efecto de sonido de materialización después de eso, y vi una pequeña
botella verde descansando sobre su ventana de menú. Ella miró la mía y
exclamó de nuevo - ¡Ah!
Iba a darle uno de los anillos a Asuna, pero me detuve. Ambos eran idénticos
en cuanto a diseño, con el emblema de Lyusula grabado en ellos. Obviamente
ninguno tenía nuestro nombre grabado, así que, a simple vista, no había
forma de decir cuál era el de Asuna o cual era el mío.
Tocándome el cuello con indecisión, me limitaba a pellizcarme los dedos
índice y pulgar de un lado hacia otro, hasta que Asuna extendió su mano -
¿Qué importa cuál de los dos me das? Son exactamente iguales – chasqueó.
Eso era verdad, por supuesto. Los objetos equipales en SAO se
ajustaban automáticamente a la talla de su usuario, por lo que el
pág. 178
tamaño original de esos objetos realmente no importaba. Elegí uno y lo

coloqué en el dedo índice de la mano que Assuna me había alzado. Por
alguna razón, ella se tensó y arqué la espalda, pero no dijo nada. Puse el otro
anillo en mi mano y luego tomé la botella que estaba encima de la ventana
del menú de Asuna.
- Encontramos algo de aceite – le dije a Lavik, quien estaba inspeccionando
el espacioso pantano, y tomó la botella.
La bigotuda cara del espadachín estalló en una sonrisa – Ah, este es del
bueno. Entonces déjanos a nosotros buscar esos Narsos – dijo él, llevándose
la botella – Y no se preocupen. Incluso si un Hematomelibe te muerde, solo
tienes que esperar y soportar, y luego de un momento se terminarán yendo a
otro lado.
Kizmel hizo una cara de disgusto que nunca antes había visto. Habiéndole
dicho anteriormente lo mismo a Asuna, lo único que podía hacer ahora era
sonreírle cobardemente y asentir débilmente en respuesta.
Aparentemente, Lavik tiene una habilidad natural para sentir la esencia de
los frutos Narsos, pues tomó a más tardar tres minutos explorar el pantano
para encontrar el árbol que estábamos buscando.
El aceite de menta también hizo honra a su reputación. Una simple bota que
dejases caer en el agua cada treinta segundos realmente mantenía a las
babosas chupasangre alejadas de nosotros. Ni siquiera Argo sabía acerca de
esto, aunque el Bosque de Rocas Temblorosas era una ubicación
completamente inútil si no estabas jugando a la campaña de la guerra élfica
y en el lado de los elfos oscuros. Solo conocimos a Qusack, un gremio que
seguía esta misma línea, pero se retiraron de las Líneas Delanteras, así que
esos jugadores no llegarían aquí por un tiempo.
El árbol de los Narsos, que crecía en un área anodina del pantano, lucía muy
similar a un sauce del mundo real, excepto por las puntas de sus ramas, tan
delgadas que las frutas que crecían allí, similares a los mangos, las doblaban
hasta rozar el agua. Si las frutas fueran amarillas, me vería tentado a
morderlas, pero en su lugar estaban cubiertas por franjas de color púrpura
rojizo y verde claro que derretían la vista. Eso era claramente una señal de
advertencia.
Asuna y Kizmel estaban tan dudosas como yo, pero Lavik esta
deleitado por encontrarlas y cortó una rama para obtener un
ramillete, cogiendo luego una de las frutas abultadas. La olió con
reverencia, respirando hondo, y luego le pegó una gran mordida.
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Luego del placentero crujir de la mordida, mis fosas nasales fueron atestadas
por un complejo olor que era tanto dulce como agrio. Imaginé como Lavik
gruñiría y colapsaría, pero el espadachín simplemente continuó masticando
alegremente.
Eventualmente, un icono que tenía la imagen de los frutos Narsos apareció
sobre la barra de HP de Lavik. Guiándome solo por como lucía me era
imposible saber si se trataba de un buff o un debuff. De acuerdo con Nirrnir,
las frutas eran el ingrediente base para el removedor de tinte, pero no vi que
el pelo negro de Lavik se tornara blanco ni nada. Todo en este momento era
bastante confuso.
El espadachín cogió otra fruta mientras seguía comiendo y me la ofreció. –
Hay muchas en el árbol. No seas tímido, coge algunas, Kirito.
- No estaba siendo tímido, créeme – pensé.
Pero en voz alta, solo dije – G…gracias – y miré al árbol de Narsos. A simple
vista se podían ver mínimo unas cincuenta frutas, así que comiendo una o
dos seguiría pudiendo recolectar las veinte necesarias para la misión. Froté
la fruta con la manga de mi camisa y luego, vacilante, hundí mis dientes en
ella.
La textura no era como la del mango, sino como la de una pera, aunque el
aroma me recordaba más a un lichi y a la pimienta. La cáscara era fina y la
masa era jugosa, con mucha dulzura. Sin miedo, podía decir que era una de
las mejores frutas que he comido en Aincrad…
Hasta que una repentina y sorpresiva descarga eléctrica recorrió mi lengua.
- ¡Hurrrgh! – grité, sintiendo mi pánico crecer. Lavik se rio a carcajadas. El
era ciertamente mucho más carismático que su hermano menor Landeren.
¿Qué crimen pudo haber cometido para haber sido sentenciado a prisión por
treinta años?
Esperé pacientemente a que la vibrante sensación en mi lengua se
desvaneciera y vi como el tintineante icono también apareció en mi barra de
HP. Aunque no sabía muy bien de que se trataba, había una forma de
averiguarlo.
Rápidamente abrí mi menú y presioné la ventana de estados. El mismo icono
se encontraba allí, así que lo toqué con mi dedo. Decía:
pág. 180
Estimulación de Narsos: Proporciona una leve resistencia a la parálisis

y al aturdimiento.
No pude decirlo en voz alta, pero pensé - ¡Esto es una mierda!
Pero no podía simplemente tirar el resto o dárselo de comer a Asuna, así que
me armé de valor y devoré lo que quedaba lo más rápido que pude.
Afortunadamente, el efecto de descarga no ocurrió mientras el efecto de la
frita estuvo activo, así que para mi alivio pude comerla bien.
Del otro lado del árbol, Asuna y Kizmel estaban cosechando rápidamente las
frutas. Sus rostros tenían la clara determinación de que no querían darle una
mordida a ninguna.
Me uní a ellas, pensando en cómo algún día podía colocar un trozo en el
plato de Asuna durante una comida. Lavik nos afirmó que los que crecían
junto al suelo siempre estaban más maduros, por lo que regimos las frutas de
abajo hacia arriba. Asuno recogió quince, y yo recogí unas diez, más algunas
extras por si acaso. Un mensaje de actualización de misión apareció
repentinamente.
Con eso finalizó nuestro deber en el Bosque de Rocas Temblorosas. Lavik
preguntó si teníamos un contenedor para guardar las frutas, así que tomé una
de las bolsas de cuero que guardaba en mi inventario y se lo di, el cual utilizó
para rellenar como diez frutas más. Si el realmente puede disfrutar de la
sensación de descarga de las frutas, definitivamente era del tipo de persona
muy diferente al resto de nosotros.
Regresamos al extremo oeste del corredor verde, goteando aceite de menta
en el camino, y subimos la escalera escarbada que había allí. Una vez
atravesamos el túnel de árboles, una luz blanca nos recibió al fin.
Los cuatro caminábamos cada vez más rápido, hasta que prácticamente
salimos corriendo del túnel hacia la luz de la mañana que iluminaba los
prados.
Muchas colinas pequeñas se elevaban en sucesión, cubiertas de un verde
intenso. Más allá de ellos, envuelta en color gris, había una estructura
masiva… la Torre Laberinto del séptimo piso, conectado el suelo con la parte
inferior del octavo piso.
Hacía frío en el bosque, pero aquí afuera la temperatura era mucho más alta.
Una suave brisa proveniente desde el sur provocaba ondas que
susurraban a través del pasto, llevando consigo la fragancia de las
flores.
pág. 181
Avanzamos unos veinte metros hacia las planicies y subimos una colina para
luego bajarla.
El bosque se elevaba como una montaña desde el centro, y sus ramas
apretadas crujían. Desde el exterior era imposible imaginar los fantásticos
túneles resplandecientes de vegetación y el majestuoso palacio construido en
el interior del gigante árbol que yacía bajo ese dosel. Desde aquí ya era casi
imposible notar la entrada al túnel por el que acabábamos de cruzar.
Una vez nos esperamos y escuchamos si nuestros perseguidores aun venían
detrás de nosotros, todo el grupo se estiró y finalmente pudimos relajaros.
- Mmm… así que este era el color del sol – dijo Lavik, entrecerrando los ojos
y parpadeando. Eso me hizo recordar que él no había visto ninguna otra luz
que la que emiten las setas luminosas por unas tres décadas.
La barba crecida y el cabello recogido del ahora elfo fugitivo ondeaban con
las brizas del sur. Kizmel se dirigió a él formalmente.
-… Señor Lavik, permítame agradecerle de nuevo. Fui juzgada y encarcelada
por los clérigos por un crimen que no cometí, y probablemente, nunca me
darían la oportunidad de dejar mi celda para restaurar mi honor – dijo ella,
inclinándose profundamente.
La voz de Lzvik se volvió más severa – Es muy pronto paraqué me
agradezcas, caballero. Ya no eres una prisionera, sino una fugitiva. Sé que
es irónico que sea yo quién te diga esto dado que fui quien te ayudó a escapar,
pero si te capturan de nuevo antes de que elimines tus cargos, el castigo será
más severo que simplemente apresarte. El problema real comienza ahora.
- Sí, te entiendo perfectamente. Los Elfos Caídos robaron las cuatro llaves
sagradas porque fallé y fui demasiado débil. Debo hacerme más fuerte y
evitar fallar esta vez…
- No tan rápido – dijo Lavik, levantando una de sus manos para detenerla.
Nos echó un vistazo a Asuna y a mí, y luego le preguntó a la caballero -
¿Cuál es el nombre del elfo caído que los derrotó a todos ustedes?
-… Kysarah la Saqueadora.
- Ella… En ese caso, no puedes ser culpada por haber perdido. No existe Elfo
Oscuro ni Elfo del Bosque vivo que sea capaz de vencer a Kysarah en un
combate uno contra uno, ni siquiera que la pueda hacer rendirse.
- ¡Pero…! – protestó Kizmel, acercándose con el ruido de su
armadura.
pág. 182
Lavik continuó – Si la leyenda que le dio a ella el título de “Saqueadora” es

cierta, entonces su fuerza proviene de haber saqueado el mismismo Árbol
Sagrado, una maldición que se le fue dada por rasgar la corteza y cortar las
ramas. Por otro lado, el pueblo de Lyusula lleva mucho tiempo sufriendo el
haber perdido la bendición del Árbol Sagrado… así que, si quieres ganar
poder y derrotar a Kysarah, un simple entrenamiento ordinario no será
suficiente.
- En ese caso, Lavik-dono… ¿estás diciendo que lo mejor es huir cada vez
que veamos a Kysarah?
- Yo no he dicho eso – Lavik inclinó su cabeza, luego miró en nuestra
dirección y continuó - Caballero Kizmel, usted también tiene un poder que
ni el pueblo de Lyusula ni el pueblo de Kales’oh ha logrado adquirir.
- ¿De qué estás hablando…?
- Una conexión… Un enlace con la humanidad.
Asuna y yo aguantamos nuestra respiración. Lavik alzó su mirada hacia el
suelo del piso superior, una superficie distante de color azul grisáceo. Su voz
se tiñó con una cansando sensación de tristeza y nostalgia.
- Nosotros los elfos siempre hemos menospreciado a las demás razas, incluso
antes de llegar a este castillo flotante. Pero los humanos, los enanos, incluso
las hadas como los Villi y los Sylphs… y muchas otras razas, tienen sus
propios grandes poderes. Y no me refiero a la magia de Escritura Mágica o
a la magia de Mensaje a distancia. Sino a…
Él se detuvo ahí, extendió su mano y palmeó a Kizmel en su hombro
izquierdo. Luego se acercó y nos hizo lo mismo a nosotros dos.
- Deberías saber a lo que me estoy refiriendo. Si sigues lo que dicta tu
corazón, estoy seguro de que obtendrás el poder que necesitas para vencer a
Kysarah… no, incluso al mismísimo General N’ltazahh.
- ¡Imposible, imposible, imposible! – grité en mi interior.
Afortunadamente, mantuve eso en mi interior. Si continuamos esta campaña,
eventualmente tendremos que luchar contra ese General, cuyo cursor era de
color negro azabache. Y luego de lo lejos que hemos llegado, nos veríamos
obligados tanto Asuna como yo a abandonar a Kizmel y continuar nuestra
travesía por Aincrad sin completar esta misión.
Lavik nos dio una sonrisa, moviendo su larga cicatriz de espada y
finalmente dándonos la espalda. Por encima de sus hombros,
pág. 183
gentilmente escuchamos – Me habéis hecho un gran favor, Kirito y Asuna.

Cuiden bien de Kizmel.
Empezó a caminar hacia el norte, pero Asuna lo llamó - ¡Ey! No crees… que
podías estar con nosotros, al menos mientras estamos en este piso… Oye…
Pero Lavik no se detuvo.
Levantó su mano y la agitó brevemente, continuando su camino. Todo lo que
tenía eran sus rasgadas ropas de prisionero y unas sandalias, el sable a su
lado, y la bolsa de frutas narsos para comer. No podía ni imaginar hacia
donde se dirigía, o que tenía planeado hacer con ese quipo tan simple que
llevaba.
pág. 184
pág. 185
La figura de Lavik descendió la colina, hasta que se perdió en el océano de

pastos. Momentos después, su barra de HP desapareció de nuestra lista de
grupo.
Lo único que quedaba presente era el sonido del viento, hasta que Kizmel
finalmente habló.
- Creo que ese hombre era el anterior comandante de la Brigada de
Caballeros Sandalwood, Lavik Fen Cortassios.
- ¿¡Comandante!? – gritamos Asuna y yo juntos.
Los Caballeros Sandalwood era una de las tres brigadas de Lyusula. Al haber
cortado la cerradura de la celda con un corte silencioso y luego de haber
noqueado a los dos guardias con un simple golpe de la empuñadura de su
espada, era fácil para nosotros notar que era un guerrero… ¿pero así de
importante?
- ¿P… por qué habrá sido condenado a prisión por treinta años…? – pregunté,
confundido.
Kizmel solo inclinó su cabeza – No sé la razón en concreto, ni siquiera fue
oficialmente reconocido su crimen. Pero por lo que dicen los rumores que he
escuchado, el ocultamiento de su crimen estuvo relacionado con el Vizconde
Yofilis…
- ¿¡Eh!? – gritamos juntos de nuevo.
Estábamos impresionado, pero Asuna se recuperó rápidamente y visualizó a
los elfos juntos en su mente.
- Ohhh… el hermano menor de Lavik llamó al Vizconde Yofilis Leyshrem,
¿recuerdan? Si el hermano más joven, Landeren, era amigo del Vizconde,
entonces tal vez el hermano…. mayor…
Sus palabras se cortaron suave y cobardemente, y yo creo saber el porqué.
El Vizconde Leyshren Zed Yofilis era el dueño del Castillo Yofel en el cuarto
piso, y en su cara había una cicatriz vertical que cruzaba desde su frente,
pasando por su ojo izquierdo, hasta su barbilla.
Y en la vieja cara del comandante Lavik había una profunda cicatriz muy
similar desde la izquierda hasta la derecha.
Asuna y yo buscamos una respuesta en Kizmel. Pero la caballero
solo sacudió su cabeza.
pág. 186
-… No me corresponde decirles a ustedes algo que el mismo Vizconde

Yofilis quiso ocultar. Supongo que el señor Lavik irá hacia un árbol
espiritual para ir al cuarto…
Ella dejó que esa declaración también se desvaneciera, luego exhaló y
cambió la marcha.
Caminó directamente hacia nosotros con los brazos extendidos, y envolvió a
Asuna en un fuerte abrazo.
- Gracias, Asuna – susurró ella, haciendo su voz temblar de emoción.
Entonces se giró hacia mí. Sonriendo, circuló sus brazos alrededor de mi
espalda y me apretó con suficiente fuerza para hacer que mi columna
vertebral traqueara.
No era la primea vez que abrazaba a Kizmel, pero aun notaba como la
vergüenza seguía apareciendo. Agradecidamente, ahora mismo lo que más
sentía era gratitud y calma por nuestra reunión.
- Gracias, Kirito – susurró dentro de mi oreja, y yo abracé su espalda. Sentí
un calo en la esquina de mis ojos, pero por alguna razón, este era el momento
perfecto para que una ventana de advertencia nos avisara acerca del progreso
de la misión.
Naturalmente, reunirnos con Kizmel no resolvía todos nuestros problemas.
La serie de misiones de este piso se llamaba “La Llave Rubí”, y no sería
completada hasta que nos hiciéramos con ella.
Una vez ella se separó de mí, le pregunté algo que rondaba mu cabeza.
- Oye… en el sexto piso nos dijiste que solo el Caballero comandante o la
Reina podían castigarte. ¿Entonces por qué fuiste encarcelada aquí en el
Palacio Arbóreo Harin?
- Oh… ¿eso? – dijo Kizmel, con una tensa expresión. Ella expiró y dijo – No
hace falta decir que llegué aquí en mal momento… verás, aquí en Harin hay
en estos momentos un Alto Clérigo. Él tiene el mismo nivel de autoridad que
un Caballero comandante.
- Hum… eso fue desafortunado… - dije, haciendo lo mejor que podía para
no reírme en ese momento. Superé esa sensación y continué – Pero si
recuperamos la Llave Rubí y la llevamos al Palacio Arbóreo Harin, las
sospechas sobre ti serán eliminadas, ¿no?
Aun así, la caballero miró a las lejanías y sacudió su cabeza.
pág. 187
- Desafortunadamente, no es así de simple. Porque debido a mi acusación,

toda la Brigada de Caballeros Pagoda ha sido removida del deber de
recuperar las llaves. Mañana un grupo de recuperación será enviado desde el
palacio real, ya sea de la Brigada de Caballeros Sandalwood o de la Brigada
de Caballeros Trifoliate. Ellos irán hacia la capilla donde se encuentra la
llave. Si yo retiro la llave antes que ellos, o simplemente saqueo ese lugar,
solo lograré complicar las cosas.
- Mmmm…
Eso sonaba bástate complicado, a decir verdad. Hice lo mejor que pude para
organizar los factores que tienen relación con la campaña de misiones y
entender todo esto.
-… No me corresponde decirles a ustedes algo que el mismo Vizconde
Yofilis quiso ocultar. Supongo que el señor Lavik irá hacia un árbol
espiritual para ir al cuarto…
Ella dejó que esa declaración también se desvaneciera, luego exhaló y
cambió la marcha.
Caminó directamente hacia nosotros con los brazos extendidos, y envolvió a
Asuna en un fuerte abrazo.
- Gracias, Asuna – susurró ella, haciendo su voz temblar de emoción.
Entonces se giró hacia mí. Sonriendo, circuló sus brazos alrededor de mi
espalda y me apretó con suficiente fuerza para hacer que mi columna
vertebral traqueara.
No era la primea vez que abrazaba a Kizmel, pero aun notaba como la
vergüenza seguía apareciendo. Agradecidamente, ahora mismo lo que más
sentía era gratitud y calma por nuestra reunión.
- Gracias, Kirito – susurró dentro de mi oreja, y yo abracé su espalda. Sentí
un calo en la esquina de mis ojos, pero por alguna razón, este era el momento
perfecto para que una ventana de advertencia nos avisara acerca del progreso
de la misión.
Naturalmente, reunirnos con Kizmel no resolvía todos nuestros problemas.
La serie de misiones de este piso se llamaba “La Llave Rubí”, y no sería
completada hasta que nos hiciéramos con ella.
Una vez ella se separó de mí, le pregunté algo que rondaba mu
cabeza.
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- Oye… en el sexto piso nos dijiste que solo el Caballero comandante o la

Reina podían castigarte. ¿Entonces por qué fuiste encarcelada aquí en el
Palacio Arbóreo Harin?
- Oh… ¿eso? – dijo Kizmel, con una tensa expresión. Ella expiró y dijo – No
hace falta decir que llegué aquí en mal momento… verás, aquí en Harin hay
en estos momentos un Alto Clérigo. Él tiene el mismo nivel de autoridad que
un Caballero comandante.
- Hum… eso fue desafortunado… - dije, haciendo lo mejor que podía para
no reírme en ese momento. Superé esa sensación y continué – Pero si
recuperamos la Llave Rubí y la llevamos al Palacio Arbóreo Harin, las
sospechas sobre ti serán eliminadas, ¿no?
Aun así, la caballero miró a las lejanías y sacudió su cabeza.
- Desafortunadamente, no es así de simple. Porque debido a mi acusación,
toda la Brigada de Caballeros Pagoda ha sido removida del deber de
recuperar las llaves. Mañana un grupo de recuperación será enviado desde el
palacio real, ya sea de la Brigada de Caballeros Sándalo o de la Brigada de
Caballeros Trifoliados. Ellos irán hacia la capilla donde se encuentra la llave.
Si yo retiro la llave antes que ellos, o simplemente saqueo ese lugar, solo
lograré complicar las cosas.
- Mmmm…
Eso sonaba bástate complicado, a decir verdad. Hice lo mejor que pude para
organizar los factores que tienen relación con la campaña de misiones y
entender todo esto.
La única razón por la que los elfos oscuros estaban recuperando las seis
llaves sagradas de sus santuarios esparcidos desde el tercer hasta el octavo
piso era a raíz de la información de que los elfos del bosque estaban
intentando hacer lo mismo.
Las tres brigadas de caballeros lucharon por ver cual tendría el honor de
cumplir con esta misión y al final fueron los Caballeros de la Pagoda,
conocidos por su agilidad y su equipo ligero, quienes fueron elegidos. El
equipo de avanzada enviado al tercer piso en un inicio incluía a Kizmel y a
su hermana herbolaria, Tilnel.
Ese grupo tuvo una gran batalla contra los elfos del bosque durante un
encuentro. Muchos perdieron la vida allí, incluida Tilnel. El capitán
de este grupo de avanzada, con la esperanza de cumplir la misión
aun con la mitad de sus hombres, los dividió en múltiples
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escuadrones que servirían para distraer a los elfos del bosque, y luego envió
a un único miembro a recuperar la llave. Esa fue Kizmel, quien se presentó
voluntaria para este honrado deber.
Kizmel logró recuperar la llave de Jade del santuario del tercer piso, pero en
el camino de regreso al campamento se encontró con caballero elfo del
bosque y tuvo que luchar en su contra. Sino hubiera sido por la intervención
mía y de Asuna, ambos habrían acabado matándose el uno al otro, pero
logramos acabar con el elfo del bosque… aunque yo no pude lograrlo en la
Prueba Beta.
Después de eso, ambos nos convertimos oficialmente en los compañeros de
Kizmel para completar esta misión, ayudándola a recuperar las llaves
sagradas en el cuarto, quinto y sexto piso. Pero cuando los miembros de
Qusack, un pequeño gremio que conocimos en el Castillo Galey, fueron
tomados como rehenes por el hombre del pocho negro de la pandilla de
PKers, este exigió que Kizmel saliera del Castillo llevando las cuatro llaves
con ella. Cuando llegamos allí apareció Kyzarah, la ayudante de los Elfos
Caídos, quien nos abrumó con su gran fuerza y robó todas las llaves sagradas.
Ese momento no pudo haber sido una coincidencia. Y teníamos evidencia
que lo corroboraba: Morte y el usuario de la daga de la misma pandilla tenían
una daga hecha por los Elfos Caídos y dardos arrojadizos envenenados. Eso
sugería que, de alguna manera, dos de las mayores amenazas de Aincrad, la
pandilla de PKers y los Elfos Caídos, estaban trabajando juntos. Pero el
problema más apremiante ahora era la lucha interna que se había dado entre
los elfos oscuros.
Si la ira de los sacerdotes que estaban a cargo del proyecto de recuperación
de las llaves sagradas fue lo que provocó que la Brigada de Caballeros
Pagoda fuera removida de esta misión, entonces todo era nuestra culpa, por
rogarle a Kizmel que sacra las llaves del castillo para salvar al pequeño
gremio Qusack de un destino mortal, lo cual era un problema de nosotros,
los humanos jugadores de SAO, y un elfo oscuro no tenía la obligación de
ayudarnos. Pero Kizmel hizo lo que le pedimos sin pensárselo dos veces. No
teníamos más opción ahora que ayudarla a quitar esta mancha de su honor.
-… Mmmm.
Momentos después, luego de organizar mis pensamientos, miré hacia arriba.
- ¿Eso quiere decir que, si la Brigada Trifoliados o la Brigada
Sándalo fallan en su misión de recuperar las llaves, entonces no
habría problema con que nosotros lo hagamos?
pág. 190
Kizmel y Asuna me miraron con una mirada escéptica tan similar que
parecían hermanas.
- Kirito, no estarás sugiriendo que interfiramos con el equipo de
recuperación, ¿verdad?
- Exacto, Kirito. Eso ya será pasarse de la raya, y hasta tú lo sabes.
- ¡No! ¡Claro que no! – proteste fuertemente, tratando de volver a decirlo
esta vez con una apropiada explicación.
La razón por la que mencioné que el equipo de recuperación podría fallar es
porque esta misión está registrada en mi menú y en el de Asuna. Las misiones
de los RPGs están diseñadas para que por naturaleza sean realizadas por los
jugadores. Una misión donde un grupo de NPOC hacen el trabajo por ti es
simplemente demasiado fácil.
Por otro lado, existían unas misiones competitivas que eran cronometradas
donde compites contra algún NPC en el cumplimento de alguna tarea. Si
ganabas, completabas la misión, pero si fallabas, ahí acababa todo. Si la
misión “La Llave de Rubí” era una de esas, cabía la posibilidad de que
falláramos toda la campaña de la Guerra Élfica si otro equipo recuperaba
antes que nosotros esa llave, y ahí si no tendríamos nada más que hacer.
Pero no podía explicarle esa lógica a Kizmel. Esto no era un juego o una
simple misión para ella. Era un deber que debía cumplir y una parte de su
vida real.
Si abro m ventana de misiones ahora y reviso el texto actualizado de la
“Llave de Rubí” sabría qué es lo próximo que debíamos hacer. Pero en
realidad no quería hacer eso frente a ella por la misma razón. Debemos
pensar por nosotros mismos y actuar de la mejor manera posible.
-… Kizmel, ¿me puedes repetir en donde se encuentra el santuario de la
Llave Sagrada en este piso? – pregunté, considerando la posibilidad de que
haya sido cambiado con respecto a la Beta. La caballero puso su mano en su
mentón para pensar, y finalmente apuntó hacia la Torre Laberinto.
- No puedo decirlo con certeza debido a que no he visto la orden oficial, pero
creo que se encontraba en algún lugar al sur del Pilar de los Cielos.
Entonces no ha cambiado. Debe estar a menos de una hora caminando hacia
el oeste de Pramio, un pueblo en medio del camino entre Volupta y
la Torre Laberinto.
pág. 191
- Ok… ¿y el nuevo equipo de recuperación estaría llegando al séptimo piso

para mañana? ¿Sabes a qué hora sería eso más o menos…? – pregunté,
sabiendo que tal vez ella no sabría eso.
Kizmel solo sonrió y dijo – No sabría decirte la hora. Pero el mensajero debe
ir hacia el árbol espíritu que se encuentra al norte del Palacio Arbóreo Harin
y de ahí viajar hacia el castillo en el noveno piso, y de ahí los sacerdotes
decidirán si le dan la misión a la Brigada de Caballeros Sándalo o a la
Brigada de Caballeros Trifoliados, dándoles tiempo para que reúnan un
equipo de avanzada y bajen hacia acá por el árbol espíritu. Todo eso es
imposible hacerlo en lo que queda de día. Si salen mañana desde el noveno
piso con rumbo al santuario de la Llave Sagrada, entonces llegarían como
mínimo al mediodía.
- Mediodía… - repetí. Basándome en eso, decidí tomar una decisión y dejar
que el resto de las cosas se acomodaran solas. Inhalé, exhalé, y entonces miré
a Asuna y a Kizmel. – Sino podemos recuperar la Llave de Rubí por nosotros
mismos, entonces la única forma de restaurar el honor de Kzimel es que
recuperemos en su lugar las cuatro Llaves perdidas.
- ¿Eh…? – soltó Asuna.
- ¿Qué? – demandó Kizmel.
- ¿Estás seguro de eso, Kirito? Quiero decir, si pudiésemos hacer eso, sería
la vía más rápida… ¡pero ni siquiera sabemos dónde se encuentran esas
Llaves ahora! – dijo Asuna rápidamente.
Miré a Kizmel nuevamente y dije – Sospecha que los Elfos Caídos van a
tacar al equipo de recuperación de la Llave de Rubí antes de que salgan del
santuario. Así es como siempre lo han hecho.
-…
Kizmel no dijo nada. Yo sé que el plan que estoy a punto de proponer va a
poner a prueba su línea personal entre lo que está bien y lo que está mal.
- Vamos a escondernos cerca de la salida del santuario de la Llave, y
seguiremos al equipo de avanzada cuando salgan con la Llave de Rubí. Si
los Elfos Caídos atacan, miraremos un tiempo. Si el equipo de avanzada
logra vencerlos sin problemas, seguiremos a los Caídos que se retiren. Pero
si los Caídos toman la ventaja, nos uniremos a la lucha para ayudar al equipo
de avanzada, y luego perseguiremos a los Caídos restantes hacia su
escondite.
pág. 192
Kizmel se mantuvo callada por un tiempo luego de que terminé de hablar.

Cinco segundos después, ella murmuró – Entonces quieres usar al equipo de
avanzada como carnada.
- Eh… no, estoy diciendo que los Caídos van a atacar, aunque nosotros no
estemos cerca, así que eso no es usar al equipo de recuperación como
carnada. Más aún, si están en peligro, los ayudaremos a luchar… Si quieres
serlo de manera justa, es un 80% ayudarlos y un 20% usarlos. En mi opinión.
-…
Kizmel se quedó en silencio de nuevo. Estaba empezando a pensar que mi
intento de convencerla había fallado, cuando los hombros de la caballero se
movieron, hasta que finalmente ella estalló en carcajadas.
- Jajajajajajajaja… Oh, Kirito, ahí estas de nuevo. Cuando el señor Lavik
dijo que la humanidad tenía su propio gran poder, en tu caso se refería a tu
astucia.
No pude protestar, pero pensé - ¿En serio? eso es una ofensa para una
persona ingenua como yo – antes de que Asuna se riera - Jajaja, no hay duda
de ello. A mí nunca se me habría ocurrido un plan así.
Yo no estaba seguro de eso, pero he hecho equipo con Asuna el suficiente
tiempo como para saber que ese comentario es mejor no decirlo. Lo mantuve
para mí, raspando mi garganta ruidosamente, y entonces le pregunté a las dos
mujeres - ¿Entonces estamos los tres de acuerdo con esto?
- Bueno, supongo que funcionará.
- Yo estoy de acuerdo.
Con Kizmel y Asuna a bordo, miré al reloj. Todavía eran apenas pasadas las
ocho de la mañana. Salimos del oeste del Bosque de Rocas Temblorosas
hacia el sur, por lo que el camino fue un poco más largo, pero sin prisa
logramos llegar a las diez a Volupta. Eso afortunadamente estaba muy por
delante de la hora límite que nos dijo Nirrnir, la una de la tarde. Tal vez
incluso sería mejor ir a ayudar a Argo con su solitaria tarea de recoger las
piedras Wurtz.
Eso era asumiendo que Kizmel estuviera de acuerdo con entrar a Volupta,
ahora que lo pensaba. Por supuesto, recuerdo que ella estuvo muy curiosa
acerca de entrar a Stachion en el sexto piso, así que asumo que no
tendría problemas con eso.
pág. 193
Me giré hacia ella y le dije – Entonces, Kizmel, hay algo que quiero
preguntarte…
CAPITULO 12
Argo Solo había conocido brevemente a kizmel antes de la lucha con el jefe
del cuarto piso, así que fue su primer encuentro real con la elfo oscuro. Pero
después de interactuar con otras "IA" NPCs de alto rango como Myia,
Theano, Nirrnir,y Kio, dio la bienvenida a la invitada y se tomó su presencia
con calma.
Aun así, la Rata estaba sorprendida de que Kizmel, un NPC compañero de
la misión de campaña "Guerra elfica", accediera a ayudar en la tarea,
totalmente ajena, de recoger piedras de wurtz. No dejaba de mirar a Asuna y
ala caballero elfo oscuro que charlaban alegremente mientras buscábamos
piedras en el ancho lecho del río, y murmuraban cosas para sí mismas como
"Hmm" y "bueno, bueno". Quería creer que no era porque ella estaba
teniendo ideas perversas como utilizar a Kizmel como herramienta para
ganar más puntos de experiencia.
En cuanto a las piedras de wurtz, eran pequeñas y negras de menos de una
pulgada de tamaño. Aunque tenían un particular brillo metálico, tuve que
comprender que sería extremadamente ineficiente tratar de buscarlas en
medio de la noche. Además, había piezas de imitación de wurtz que eran
idénticas excepto por la falta de ese brillo, además de cangrejos que parecían
idénticos en color y textura hasta que te arrancaban los dedos con sus pinzas,
sólo para hacer las cosas mucho más molestas.
Sin embargo, Argo ya había encontrado más de veinte, así que con los cuatro,
tardaremos menos de una hora en alcanzar el total necesario. Una vez que
nuestro registro de búsqueda se actualizó correctamente, Argo sacó una
botella de zumo de fruta de su inventario para celebrarlo, y nos dirigimos
directamente al este de Volupta.
Al igual que cuando entraba en Stachion, Kizmel llevaba una capa oscura
con capucha que ocultaba su rostro y su armadura. Estaba un poco nerviosa
cuando pasamos por la puerta, pero los guardias NPC no mostraron ningún
signo de sospecha cuando pasamos.
La puerta oeste de Volupta estaba en realidad en la esquina noroeste de la
ciudad, porque fue construida a lo largo de la línea de flotación. Los
edificios blancos y los tejados azules eran visibles desde el
momento en que se atravesaba la puerta. Kizmel se detuvo en el
pequeño espacio abierto y se limitó a observar por un momento.
pág. 194
"Este es... un lugar hermoso", murmuró. "Stachion tenía demasiadas plazas

para mi gusto, pero creo que me gustaría quedarme en esta ciudad durante
un tiempo.
¿Es ese el mar al sur?" pregunto.
No estaba muy seguro de cómo responder a eso. "Bueno, como es parte de
Aincrad, no creo que se le pueda llamar mar, exactamente... pero es agua
salada".
"Entonces, lo más probable es que esta tierra fuera esculpida en la costa
cuando se produjo la gran separación", dijo ella.
"Oh", exclamó Asuna. "Por supuesto, así es. Entonces tal vez exista un piso
que sea sólo una pequeña isla, lo que dejaría la mayor parte como mar".
Lógicamente, eso era sólido. Me impresionó el poder de imaginación de
Asuna.
"Eso haría que vencerlo fuera realmente fácil. Quiero decir, una vez que
dejas la ciudad principal, la torre del laberinto tiene que estar justo en frente
de ti, ¿no?"
Asuna y Kizmel suspiraron con exasperación, y Argo se limitó a negar con
la cabeza.
Me aclaré la garganta torpemente y traté de salvar mi cara cambiando de
tema.
"¡Um, oh sí! si conseguimos un pase, deberíamos llevar a Kizmel a la playa
también. Nunca ha estado en el océano, ¿verdad?"
"NO, claro que no... ¿Pero qué quieres decir con un pase?"
Preguntó la caballero con suspicacia. Le expliqué el sistema de acceso
limitado que se aplicaba a toda la playa, pero eso no respondió a su pregunta.
"Me sorprende que la gente del pueblo aceptara esa regla"
"¿Quién les prohíbe ir allí?"
"umm... la persona que vamos a conocer...supongo..."
En cuanto las palabras salieron de mi boca, me arrepentí. Kizmel era una
orgullosa caballero elfo oscuro. Nirrnir era una refinada dama con aún más
orgullo que ella. Y Kio era una doncella de batalla con absoluta
lealtad a su amo.
pág. 195
No había forma de que todas se llevaran bien. Fue una mala idea hacer quedar
peor a Nirrnir antes de que tuvieran la oportunidad de conocerse... pero no
podíamos dejar a Kizmel sola afuera del casino.
Rezando para que nunca tengamos que ver a Kizmel o a Kio, o alas dos,
desenfundar sus armas en buena compañía, dije: "Bueno... ¿nos ponemos en
marcha?".
Todavía no era mediodía, pero el gran casino de Volupta tenía invitados
entrando y saliendo del edificio. Afortunadamente, no vi a ningún miembro
de ALS o DKB. Asuna envió un mensaje a Liten para preguntarle por ellos,
y ella le respondió que habían celebrado una sesión nocturna de bebida con
el pretexto de una "reunión para reflexionar" después de su enorme derrota
en la arena. Es probable que ambos gremios retomen sus actividades después
del mediodía.
Por supuesto, sólo perdieron a lo grande en el sentido de que sus cincuenta
mil fichas (cinco millones de coles) procedían de ganar siguiendo la hoja de
trucos.
La verdadera pérdida de sus activos fueron los once mil col originales que
habían convertido en fichas. Por supuesto, ni siquiera eso era un cambio
tonto, y si me hubiera pasado a mí, también estaría allí bebiendo.
¿Pensaban Lind y Kibaou volver a apostar por las batallas hoy?
¿O iban a olvidarse de la Espada de Volupta y centrarse en golpear el suelo?
Esperaba que fuera esto último, no porque los estuviera juzgando, sino
porque sabía que había trampas y conspiraciones en la arena.
Los Korloys probablemente estaban engañando de alguna manera en la
mayoría de las diez batallas a lo largo del día, estafando a sus invitados con
fichas extra.
El hombre que vendió a ALS y a DKB esa hoja de trucos tuvo que ser un
agente de la familia Korloy también.
Además, ese hombre estaba en la puerta oeste de Lectio, la primera ciudad
del piso.
Para conseguir las hojas de trucos para hoy, tendrías que caminar todo el
camino hasta lectio y volver. lind y kibaou no iban a hacer eso, y dudaba que
saltaran a la arena sin esa información de apuestas a mano.
pág. 196
Como le había dicho a Asuna esta mañana, sospechaba que ambos veían esos
once mil col como una costosa lección aprendida. O al menos, esperaba que
lo hicieran.
Entramos en el Gran Casino. Argo mostró su pase y subimos a la tercera
planta, donde caminamos por el pasillo poco iluminado del lujoso hotel y
nos detuvimos frente a la habitación 17.
Como ayer, Argo llamó a la puerta dos veces. Desde dentro, Kio preguntó
"¿Quién es?"
"Es Argo, también, mis compañer...os, mis tres asistentes".
"¿Encontraste otro?"
"No te preocupes, este es mucho más capaz que kirito".
Me ofendí brevemente antes de admitir que era definitivamente cierto.
La cerradura hizo clic y la puerta se abrió.
Argo entró primero, seguida de Asuna, Kizmel y luego yo. Comprobé la
hora: eran las once y media. Nos habíamos adelantado noventa minutos a la
hora límite que nos había dado Nirrnir. Eso no significaba que fuera a
pagarnos una bonificación, y fue Argo quien tomó la búsqueda de todos
modos. Asuna y yo no íbamos a recibir dinero, sólo el conocimiento de cómo
encontrar brotes de árboles de nieve.
La espaciosa suite estaba tan oscura como la noche anterior, a pesar de ser
casi mediodía.
Las ventanas estaban completamente tapadas con gruesas cortinas, y sólo
unas humildes lámparas… no por hongos de hoguera, que iluminaban la
habitación.
El gran sofá del centro de la sala estaba vacío. Parpadeé con sorpresa, y Kio
se dirigió a nosotros con cierta contrariedad.
"Lady Nirrnir todavía está dormida. Se despertará al mediodía.
¿Quieren tomar un té y esperar hasta entonces?"
"Bueno, por supuesto. La culpa es nuestra por haber llegado antes", dijo
Argo.
Los ojos de Kio pasaron por delante de ella y se dirigieron a
nosotros, concretamente a Kizmel, con la capucha bajada.
pág. 197
"¿Es otro aventurero?"

"...No..."
Kizmel vaciló y luego se retiró lentamente la capucha. La reacción fue
instantánea.
"¡Lyusulian!", gritó Kio, colocando una mano en su estoc. Kizmel no agarró
la empuñadura de su sable, pero sí echó el pie izquierdo hacia atrás en una
postura lateral.
Di un paso rápido hacia adelante y pregunté: "¿Qué es lyusulian?"
Asuna susurró: "Creo que es una persona de lyusula". Viendo la lógica en
ello, pregunté rápidamente a Kio: "¿Cómo llamas a una persona de kales
OH?".
La doncella de batalla, a pesar de su expresión severa, respondió:
"Un kalessiano".
"Ohhh".
"¡¿Pero por qué hay una lyusuliana aquí?!" dijo.
"¿Por qué? Uh, porque está con nosotros..."
En medio del alboroto, la puerta de la pared izquierda se abrió, y una pequeña
figura entró en la sala de estar, con las zapatillas golpeando el suelo.
"¿Qué es todo este ruido...?"
Era una muchacha que bostezaba, con un cabello dorado y flotante que le
llegaba hasta la cintura, una piel blanca y cegadora, y unos ojos brillantes y
rojos como piedras preciosas. Sostenía una gran almohada con el brazo
izquierdo y llevaba un camisón negro. Sobre su cabeza había un icono
tridimensional, el signo de una búsqueda en curso.
Nirrnir, jefa de los Nachtoys, una de las dos familias que controlaban el
Volupta Grand Casino, se detuvo frente al sofá vacío y se enfrentó a
nosotros. Era la más baja de todos los presentes, pero parecía que nos miraba
desde lo alto.
Kio había estado a un instante de sacar su estoc, pero ahora se inclinó
avergonzada por las molestias. No ambandono su posición Violenta contra
Kizmel, sin embargo.
Kizmel, hizo algo que me dejó sorprendido.
pág. 198
Supuse que se limitaría a observar a Nirrnir en silencio, pero en lugar de eso,

ella se arrodilló en la alfombra con una rodilla. Se llevó la mano derecha al
pecho y bajó la cabeza profundamente.
"Soy Kizmel, caballero de Lyusula. Por favor, perdóname por perturbar tu
descanso".
De reojo, pude ver a Asuna boquiabierta por la sorpresa.
Nirrnir tenía un aire diferente al de cualquier niña que hubiera conocido, era
descendiente de Falhari, el héroe que fundó Volupta, pero a lo maximo, era
una jefa de casino, no una noble o de la realeza. Sin embargo, la orgullosa
caballero se arrodilló ante ella en una muestra de gran respeto y cortesía. Ella
ni siquiera había hecho eso por el Vizconde Yofilis.
Sin embargo, Nirrnir se limitó a asentir con la cabeza, como si fuera algo
perfectamente normal.
"No te preocupes, Kizmel. Estabas ayudando al grupo de Argo, ¿verdad?
Entonces también eres mi invitada. Por favor, levanta la cabeza y toma
asiento. Trae té, Kio".
"¿No debería traer su espada, mi señora?" preguntó Kio.
La joven maestro ahogó un bostezo y respondió: "No, no hace falta que te
molestes. Un caballero de Lyusula no cometería un asesinato".
Dejó caer la almohada que acunaba en el centro del sofá de cinco plazas que
ya tenía muchos cojines, y se sentó al lado de la almohada.
Kizmel se levantó, así que nos dirigimos a los sofás. Argo y yo nos sentamos
en el sofá de tres plazas frente a ella, mientras que Kizmel y Asuna se
sentaron en el grande.
Kio sacó tazas para la mesa y nos sirvió té recién hecho.
Le agradecí y tomé un sorbo. Este era un té diferente al de ayer olía a cítricos
más que a uva, pero era igual de sabroso. Pero lo que realmente quería era
algo para comer con él.
Desde la mañana temprano hasta ahora, la única cosa que había comido era
un bocado de fruta de narsos extremadamente impactante. Pero yo no podía
pedir una comida aquí, por supuesto, y Asuna parecía perfectamente bien a
pesar de haber comido no más que yo. Así que tensé la tripa y
contuve el hambre.
pág. 199
Esta vez, Nirrnir tomó té en lugar de vino, probablemente porque era el

mediodía. Después de un rato, se había despertado lo suficiente como para
mirar a Argo y preguntarle:
"Entonces... ¿reuniste lo que te pedí?".
"Por supuesto. ¿Debo sacarlos ahora?"
"Todavía no. Kio, dos recipientes grandes".
"Enseguida".
Kio se dirigió a un armario contra la pared y sacó dos grandes recipientes de
plata que colocó sobre la mesa. Nirrnir extendió una palma hacia ellos.
Argo y yo compartimos una mirada, y luego abrimos nuestros inventarios.
Yo materialicé un gran saco de tela, y Argo sacó uno más pequeño, que
vaciamos en los Recipientes.
Nirrnir tomo primero uno de los frutos narsos de aspecto venenoso,
mirándolo detenidamente antes de devolverla a su sitio. A continuación,
tomo una piedra de wurtz, la examinó y la dejó caer en el recipiente.
"...Veinte frutos de narsos maduros y cincuenta piedras de wurtz, tal y como
pedí.
Bien hecho... Kio, el pago".
La criada sacó un pequeño saco de cuero y se lo entregó a Argo, que dijo
"¡Un placer hacer negocios!" justo cuando la marca sobre la cabeza de
Nirrnir se desvaneció.
¡Apareció otra en una fracción de segundo después!
La búsqueda continuó después de esto.
Nirrnir tomó un sorbo de té, y luego dijo, principalmente para sí misma,
"Con Esto hare el agente blanqueador que necesito. El Lykaon oxidado
aparecerá en el segundo encuentro de la noche, así que hay tiempo de sobra.
El problema es que... sospecho que los Korloys pueden estar sospechando de
que se haya descubierto su plan de teñido de pieles".
"Incluso si es así, ¿pueden retirar un monstruo que ya ha sido Registrado en
la competencia?", no pregunté yo, ni Asuna, ni Argo, sino nada
menos que Kizmel.
pág. 200
Le habíamos dado un resumen básico de la situación de camino al casino,

pero esto era realmente un nivel notable de comprensión. No quería creer
que era sólo porque ella era una IA con todas las respuestas disponibles.
Kizmel pensaba por sí misma, se cuestionaba, se preguntaba y a veces se
equivocaba en la búsqueda de la mejor solución posible a cualquier pregunta.
Y todos los NPC de alto funcionamiento en SAO-no eran diferentes
Nirrnir, que probablemente tenía un "IA" tan avanzada como la de Kizmel,
asintió y dijo:
"Eso es correcto. Una bestia, una vez registrada, debe aparecer en combate.
En la larga historia del Gran Casino, esa regla sólo se ha roto dos veces...
Una vez fue cuando un sirviente de la familia Korloy se olvidó de darle a la
criatura su comida, y su control sobre la bestia se rompió antes del combate,
lo que obligó a exterminarla.
La otra vez fue cuando un niño Nachtoy se coló en los establos detrás del
casino y se compadeció de la criatura, permitiéndole escapar.
“Ambos fueron errores muy tontos".
Había un innegable desprecio en su voz. Kio parecía querer decir algo, pero
se recuperó y volvió a su habitual aspecto estoico.
Kizmel continuó: "Entonces, tanto si la familia Korloy sospecha o no, el plan
de blanquear el tinte del pelaje del lykaon no debería verse afectado de
ninguna manera". Dijo la caballero.
-no sabía que la fruta de narsos pudiera usarse para hacer tal cosa, Pensé
internamente.
"No lo hará... creo. Pero prefiero ser minuciosa". Nirrnir miró a la chica que
estaba a mi lado.
"Argo, dudo que los Korloy estén al tanto de ti todavía.
¿Podrías estarías dispuesta a aplicar el blanqueador al pelaje del lykaon
también?"
"Mm, mmm.."
La respuesta de Argo, no fue comprometedora, probablemente era por que
estaba pensando en nosotros tres.
Nosotros teníamos una misión muy importante de la que
preocuparnos. Pero según las expectativas de Kizmeľ, el equipo de
pág. 201
recuperación de la llave de los elfos oscuros no llegaría hasta el mediodía de

mañana, y como jugador que una vez apostó todo en esta arena, quería saber
la conclusión de esta conspiración.
Le di una mirada que decía Estamos bien, así que Argo asintió y se volvió
hacia Nirrnir de nuevo.
"Claro que sí. Lo haremos".
"Me alegro de oírlo", dijo Nirrnir, sonriendo, mientras el icono sobre su
cabeza se convirtió en un signo de interrogación.
Tomo el resto de su té y luego dio una palmada.
"En ese caso, debemos mezclar esa solución blanqueadora. Kio, prepara una
olla".
"Eh... ¿lo haremos aquí?", pregunté con sorpresa, lo que me atrajo una
mirada fulminante de la criada.
"¿Creías que íbamos a hacerlo en la cocina del casino? Donde los Korloys lo
sabría en cinco segundos?"
"Oh... sí. Buen punto. Por supuesto".
"Como castigo por tu tonta pregunta, estás invitado a ayudar, Kirito".
No había ningún nuevo mensaje de registro de búsqueda, así que eso
significaba que no era una búsqueda oficial, sólo una tarea. Pero en este
punto, no tenía ninguna buena razón para negarme.
"Estaré encantado de hacerlo".
"Entonces puedes empezar exprimiendo el jugo de la fruta narsos".
"De acuerdo... ¿pero con qué herramienta?"
"Tienes herramientas perfectamente adecuadas en el extremo de tus brazos".
Parece ser que debía apretarlos con las manos. No estaba seguro de si eso
era realmente lo que querían, pero nunca había visto un exprimidor o
batidora en Aincrad.
"El jugo irá aquí", dijo Kio, presentándome un recipiente de cristal.
Tome uno de los narsos del recipiente de plata. Basándome en su textura de
pera, sospeché que si lo apretaba con todas mis fuerzas, estallaría
en trozos.
pág. 202
Así que lo sostuve sobre el recipiente de cristal, añadiendo presión poco a

poco con mis dedos, hasta que las líneas de color verde claro que atravesaban
la piel de color rojo púrpura se rompieron, expulsando con fuerza un jugo
blanco lechoso sobre mis dedos y dentro del recipiente.
Un momento después, el aroma dulce y picante surgió, y recordé lo agradable
que era el sabor, si no fuera por la desagradable sensación de descarga
eléctrica... ¡Zzzap!
Me picaron las palmas de las manos como si las hubiera golpeado una
electricidad estática sobrecargada, grité y tiré la fruta exprimida.
"¡Aaaaah!"
Mientras me retorcía, sosteniendo mi mano derecha en el aire, Nirrnir se dejó
caer sobre su lado y se rió a carcajadas.
"¡Ah-ha-ha! ¡Ah-ha-ha-ha-ha!"
"Aauugh... ¡Usted sabía de esto, señorita Nirr!"
"¡Ah-ha-ha-ha-ha-ha! ¡La forma en la que fuiste Aaaaah!! ¡Ah-ha-ha-ha-ha!"
Pateó las piernas de forma alborotada y rodó de un lado a otro.
Yo quería saltar sobre ella y hacerle cosquillas hasta que llorara, pero sabía
que no sería un comportamiento apropiado hacia una joven en camisón,
además de que probablemente me ganaría algunas heridas de pinchazos del
estoc de Kio.
Mientras soportaba los restos de la sensación de choque, vi que Argo, Asuna
y Kizmel también se reían.
Con miedo, levanté la vista y vi que incluso Kio me daba la espalda y
temblaba.
Está bien, me dije. Mientras todo el mundo tenga un pequeño y agradable
momento de alegría para descargar el estrés.
Entonces me di cuenta de que aún quedaban diecinueve frutos narsos por
exprimir, y exhalé fuertemente por la nariz.
pág. 203
pág. 204
CAPITULO 13
UNA HORA DESPUÉS, A LAS 12:50 PM, ME DESPLAZABA POR LA
SALA DE JUEGOS
En el primer piso del Gran Casino. Nirrnir me dio guantes de cuero
impermeables para exprimir la fruta, para no tener que sufrir dos veces el
desagradable golpe.
Le dije vengativamente que podría habérmelos dado desde el principio, y lo
único que dijo fue:
"Pero eso no habría sido divertido".
Kio movió el recipiente de jugo a una gruesa olla de cobre, luego hundió en
ella las cincuenta piedras de wurtz y encendió el fuego.
Si se cocinaba a fuego lento durante tres horas, se obtendría un pequeño
frasco de lejía decolorante.
Me pregunté por qué no habíamos recolectado el doble de materiales para
una ampolla de reserva, pero supuse que era una de esas situaciones de RPG
en las que
sólo tenías una oportunidad para hacerla valer.
Pero todo lo que teníamos que hacer era colocarnos en la parte delantera más
cercana a la jaula y rociar al lykaon con la solución antes del combate.
Me pareció que era casi imposible fallar.
Nirrnir dejó a Kio a cargo de las llamas y llevó a Asuna, Argo y Kizmel al
spa del hotel; yo también estaba invitado, pero me negué respetuosamente.
Conseguí un pase para las escaleras y bajé al primer piso, me dirigí al
mostrador del bar de la sala de juegos y pedí un sándwich club para llenar
mi estómago.
Satisfecho por fin, decidí deambular un poco por la sala.
Fue entonces cuando me fijé en un gran jugador que vigilaba una mesa de
ruleta.
Llevaba una camisa chillona sobre unos pantalones cortos color caqui y tenía
el pelo largo y rubio recogido con una fina cinta.
Era el usuario de la espada a dos manos del DKB, Hafner el
"futbolista".
pág. 205
No vi a ninguno de sus compañeros de gremio por allí.

Iba a ignorarlo y evitar que me notara, pero algo me llamó la atención.
Según Liten, el DKB iba a reanudar su actividad a mediodía.
Pero aquí estaba uno de sus principales miembros, Hafner, deambulando por
el casino completamente solo.
Después de pensarlo, me acerqué sigilosamente por detrás de él y le di una
palmada en la espalda.
"¿Cómo estás, Haf?"
Se estremeció y se dio la vuelta, y luego puso una cara agria al reconocerme.
"...Oye, Blacki. No me llames por ese apodo. No somos amigos".
"Me acabas de llamar por un apodo".
"Bueno... vale, lo que sea", resopló, y luego miró a su alrededor.
"¿Tu compañera no está contigo?"
Elegí sabiamente no mencionar que ella estaba en el baño ahora mismo.
"De momento no.
¿Y tú, Haf? He oído que el DKB vuelve a salir a la carretera al mediodía".
"Sí... la mayoría de los miembros están por ahí completando misiones y
subiendo de nivel", admitió.
Supuse que era honesto por naturaleza.
Pero yo no lo era, así que usé esa ventaja en su contra.
"Entonces, ¿qué haces aquí? ¿No debería estar uno de los sublíderes
vigilando a los novatos?"
"No tengo elección. Tengo otro trabajo que hacer aqui".
"¿Trabajo? ¿Esto?" Señalé la mesa de la ruleta.
El hombre hizo una mueca. "No, el juego no. Supuestamente, si me quedo
aquí antes de que empiecen las batallas de monstruos, el tipo que vende las
hojas de trucos va a venir por aquí...
De repente, cerró la boca con tanta fuerza que sus dientes
chasquearon.
Hizo una mueca.
pág. 206
"¡Mierda! No necesitaba mencionar eso. Sólo vete de aquí, hombre".

Pero después de escuchar eso, no había manera de que pudiera retroceder.
Había algunas palabras clave bastante peligrosas en esa pequeña admisión.
"A-espera. ¿Estás hablando del tipo que te habló en la puerta de Lectio ayer?"
"¿cómo sabes sobre eso Blacki?"
"Sólo responde a la pregunta. El vendedor de hojas de Lectio va a aparecer
aquí?
¿Quién te ha dicho eso?" Lo presioné.
La expresión de Hafner se puso aún más fea, pero respondió a la pregunta de
todos modos.
"No sé quién. Alguien del gremio escuchó el rumor.
De todos modos, puede que no sea cierto.
Mira, mira allí".
Miré en la dirección que señalaba disimuladamente.
Había un jugador conocido en una mesa de ruleta lejana.
Era... el usuario del tridente del ALS, Hokkai Ikura.
"Hay un par de personas más de ALS jugando al póker y a los dados,
también.
Apuesto a que todos están tras el tipo de la hoja de trucos.
"Lo que significa que tanto el DKB como el ALS están empeñados en la
batalla de los monstruos hoy, también".
Pregunté, atónito
Hafner me miró. "Tal vez te preguntes por qué no hemos aprendido nuestra
lección todavía.
Pero, has visto las ridículas especificaciones de esa espada, ¿verdad?"
Señaló con el pulgar detrás de él mostrador de intercambio en el centro de
la sala, y la espada larga dorada que eclipsaba todo lo demás en la parte
superior de la zona de premios.
"Si consigues esa espada, serás imparable no sólo en este piso, sino
hasta al menos el décimo.
pág. 207
Además, eres un chico de espada de una mano.

No me digas que no la deseas".
"No lo voy a negar... La cosa es que Kibaou usa una espada de una sola
mano, pero Lind usa una cimitarra, ¿no es así?
¿Qué va a hacer, cambiar su habilidad de arma principal?"
"De ninguna manera, Lind no es tan egoísta. Probablemente terminará yendo
a Shivata si conseguimos esa espada".
Shivata era otro sub-líder del DKB, un tipo de aspecto atlético que usaba la
espada de una sola mano.
Eso tenía sentido para mí.
"...Pero ayer en la arena, apostaste por el favorito según la hoja de trucos
cada vez y al final perdiste todo, ¿no es así?
¿Cómo sabes que no volverá a ocurrir hoy?
"¿cómo sabes todo eso...?"
Se preguntó Hafner, frunciendo el ceño y cruzó los brazos, en una clara señal
de que había terminado de hablar.
"Todo lo que pase desde este punto es un secreto de la compañía.
Ahora piérdete, esta vez en serio.
Tengo que buscar al vendedor de hojas"
Bueno, y ese hombre está casi confirmado que es un gato de los Korloy.
Pero no podía decirle eso. Hafner no me creería a estas alturas. Él
probablemente ni siquiera había escuchado el nombre Korloy todavía.
"Bueno, bueno", dije.
"Pero gracias por la información. Te daré un pequeño consejo"
¿Qué?
"¿Ves al encargado de la ruleta, lleva una corbata con un patrón negro y
rojo?”
“¿Patrón?”
Si hay más color negro que rojo en la corbata, es más probable que
la bola caiga en negro.
pág. 208
Lo mismo ocurre con el color rojo.

“... ¿en serio?" Los ojos de Hafner se abrieron de par en par.
"sólo es una división de sesenta a cuarenta. No se puede tomar demasiado
literal. “Nos vemos". Dije con un gesto con mi mano, abandoné la mesa de
la ruleta y mi sonrisa abandonó mi rostro.
Algo no cuadraba si DKB y el ALS se embarcaban en otra gran apuesta de
juegos de azar, confiando únicamente en la hoja de truco. Esta vez, el
vendedor no estaba acercándose a ellos directamente, sino que estaba usando
una artimaña más elaborada, dejándose ver si se sentaban a jugar. Esta
diferencia hizo que pareciera mucho menos una estafa
Si el resultado de la apuesta era que alguno acabara con la Espada de
Volupta, era algo bueno, pero dudaba que sucediera.
Los Korloys tenían que estar tramando una nueva serie de trucos para
aprovecharse de los dos gremios.
Volví al vestíbulo principal desde la sala de juegos y me dirigí a las escaleras,
con la intención de discutir esto con el resto del grupo.
Pero me detuve cuando me di cuenta de que tal vez aún no habían regresado
del spa.
Si quería aprovechar al máximo el uso de este tiempo, todavía podía recoger
un poco más de información.
De hecho, Nirrmir había dicho antes algo que captó mi atencion: una historia
sobre un niño que entro en el establo detrás del casino y libero a uno de los
monstruos por compasión, o algo así.
Durante la beta, pensé que había buscado en todos los rincones del casino
que eran accesibles, pero no sabía que había un establo en la parte trasera del
edificio.
Si había veinte monstruos luchando en la Arena de Batalla por día, tenía que
haber un lugar para que esperaran. Tal vez aprendería algo, si iba a
comprobarlo.
Me crucé con muchos visitantes en el pasillo principal y salí del casino, luego
me pare frente a la fachada de lujo y fingí estar indeciso sobre qué camino
tomar, aproveche la oportunidad para examinar la zona.
Si bajabas las escaleras desde el porche de mármol del edificio, la
puerta principal estaba justo delante, pero había otras escaleras más
pág. 209
pequeñas a la derecha y a la izquierda, con pequeños caminos que

atravesaban las plantas decorativas.
Me preocupaban los guardias que estaban a ambos lados de la entrada, pero
si no estaba permitido ir en esas direcciones, las habrían cerrado en primer
lugar, supuse.
Así que bajé despreocupadamente las escaleras y me dirigí por el camino de
la izquierda.
Después de veinte metros de plantas cuidadosamente cuidadas, el camino me
llevó a un abrupto callejón sin salida.
Una puerta negra de hierro forjado bloqueaba el camino, de unos dos metros
de altura.
El camino del otro lado del edificio era probablemente el mismo. Tendría
que pasar por esta puerta para llegar a la parte trasera del casino.
En algún lugar de la parte trasera del terreno había probablemente una puerta
para hacer entrar a los monstruos domesticados, y era lógico que estuviera
más vigilada que la entrada principal.
Con mi fuerza y agilidad actuales, sería imposible superar una puerta de
dos metros con un salto vertical.
Probablemente no sería capaz de lograr una hazaña como esa hasta estar en
el nivel 80 o 90.
Con suerte, este juego de la muerte acabara antes de eso, pero hasta entonces,
me puse a la tarea de revisar los lados de la puerta.
La mitad derecha de la puerta estaba fijada al muro que rodeaba el muro del
casino y no había nada en su superficie que me ofreciera la posibilidad de
escalar.
Pero la parte izquierda estaba fijada a la pared del edificio, que tenía
alternando bloques de mármol que sobresalían unos dos centímetros. Apenas
se podía utilizar como un apoyo; la verdadera pregunta era si me tacharían
de delincuente por cruzar esta valla.
Pero si lo hiciera, debería haber un mensaje de advertencia, como en el caso
del robo o el contacto inapropiado.
Si aparece el mensaje, saldré de inmediato, me dije a mi mismo,
mirando por encima de mi hombro. No había más visitantes ni
guardias en el camino de baldosas.
pág. 210
Me acerqué a la pared y apoyé una mano en uno de los bloques que

sobresalían.
No podía utilizar nada más que la articulación de mi primer dedo para hacer
de palanca, pero escalar esto era mucho más facil que la montaña y la pared
exterior del Castillo Galey en el piso anterior.
Por un lado, estaba tan cerca del suelo que no podía sufrir ningún daño en
caso de caída.
Templé mi respiración, luego utilicé las puntas de los dedos de ambas manos
y de los pies para agarrarme de la pared, y trepé.
Una vez que estuve por encima de la altura de la valla, me moví
horizontalmente hacia la derecha.
Cuando me aseguré de que el suelo estaba libre, salté.
Mis rodillas absorbieron el impacto al aterrizar. Esperé en mi aterrizaje en
cuclillas durante varios segundos, pero ningún guardia vino corriendo,
Tampoco hubo mensajes de advertencia.
Me levanté y miré alrededor de la zona. El camino era estrecho y las plantas
decorativas eran las mismas que en el otro lado, pero aquí parecían menos
cuidadas.
Avanzando a hurtadillas por el camino, pronto llegué a una curva a la
izquierda. Me abracé a la esquina del edificio y miré a mi alrededor.
Si seguía adelante, debería llegar a la parte trasera del casino. Pero el camino
aquí probablemente tenía muchos metros de largo, y si un guardia llegaba a
dar la vuelta por alguna esquina de cualquier dirección, no había lugar para
escapar. Si me atrapan, tendre prohibido la entrada al casino o me meterán
en la carcel, o en el peor de los casos me convertiran en un jugador naranja.
¿Merecía la pena arriesgarse tanto para investigar este posible establo?
Lo consideré por un momento, y luego comencé a caminar hacia adelante,
no hacia atrás.
Si la estrategia de Nirrnir para blanquear el tinte del pelaje del lykaon
funcionaba, el plan de los Korloy saldría a la luz del sol -o a la salon
subterránea de noche, al menos- y ella tendría la oportunidad de castigar al
misterioso Bardun Korloy por su crimen. Tal vez incluso
recuperaríamos los más de veinte mil col que ayer le quitaron a
ALS y DKB.
pág. 211
Pero eso no eliminaba la posibilidad de que la familia Korloy tuviera otro

plan bajo la manga.
Si el plan fallaba por alguna razón, y ambos gremios sufrían pérdidas aún
mayores que antes, no sólo sería un gran daño monetario, sino que también
podría dañar gravemente el impulso de Lind y Kibaou para triunfar.
La pérdida de toda mi riqueza en la beta era una historia divertida ahora,
pero si los cimientos bajo los pies de los mejores jugadores del juego en el
lanzamiento oficial se volvieran inestables, eso podría tener un profundo
efecto en la vida de mucha gente. Con el espectro de la banda PK y los elfos
caídos acechando sobre nosotros, lo último que necesitábamos era otra
fuente de problemas.
De repente, sentí una sensación de hielo en la espalda y me quedé quieto.
Me gire, pero no había nadie detrás de mí. La causa del escalofrío fue mi
propio tren de pensamientos.
¿Era posible que ellos también estuvieran detrás de esto? Después del quinto
y sexto piso, ¿Estaba la banda de PK planeando hacer tropezar a ALS y a
DKB desde un nuevo e inesperado ángulo?
No, sólo estaba siendo paranoico.
Pasamos por el teletransporte del séptimo piso a la medianoche del 5 de
enero.
DKB y el ALS llegaron a Volupta
esa misma mañana. No pudo haber tiempo para que la banda de PK se
pusiera en contacto con los Korloy y les propusiera una estafa, y en primer
lugar eso no parecía posible.
La razón por la que estábamos ayudando a Nirrnir en primer lugar era
porque Argo había emprendido su búsqueda.
Estaba pensando demasiado las cosas.
Si el hombre del poncho negro y sus seguidores podían agitar no sólo a los
jugadores, sino también a los NPC, entonces eran verdaderos-….
Detuve ese pensamiento en seco y me dirigí hacia el sendero sombreado,
adentrándome en la oscuridad.
(Continuará)
pág. 212
Aftherword
Gracias por leer Sword Art Online Progresivo 7, "Rapsodia del calor
carmesí”
(Primera parte)
En primer lugar, quiero disculparme porque justo después de hacerlo con el
sexto piso, estoy escribiendo de nuevo una historia de dos libros. Cuando
empecé, pensé casualmente para mí mismo, sólo escribiré sobre el casino y
la playa, y estará terminado, antes de que me dé cuenta, pero luego no
llegamos al casino por un tiempo, y hay una conspiración en marcha cuando
llegamos allí, y no podemos ignorar las llaves robadas del sexto piso, así que
la historia creció más y más en la narración, hasta que finalmente me di
cuenta de que tenía que escribir a mi editor y decir: "Lo siento, esto tiene que
ser en 2 partes..."
Creo que la mayor razón por la que la historia se ha ampliado tanto es que
me es realmente divertido escribir escenas donde Kirito y Asuna están
viajando solos, luchando contra monstruos, y comiendo comida y demás.
En el arco de Unital Ring, que estoy escribiendo en paralelo con este, hay
toneladas de otros amigos alrededor, además Kirito es el líder del equipo de
ataque, mientras que Asuna es la líder del equipo de defensa, lo que separa
sus obligaciones, lo que significa que casi no hay escenas de ellos dos solos.
Así que, como reacción a eso, acabé escribiendo muchas de esas escenas en
este libro... pero creo que eso también es un gran atractivo de la serie
Progressive, así que espero que todos las hayáis disfrutado también.
La historia estaba entrando en las profundidades de la conspiración
alrededor del casino cuando te golpeé con ese "continuará", pero el próximo
volumen que termina este piso debería salir pronto, si mi agenda funciona.
Quiero asegurarme de que no esperen demasiado, así que espero que podáis
aguantar. En el próximo volumen veremos mucho a Kizmel, por supuesto,
así como a Argo y a los demás jugadores, además de la misteriosa Nirrnir y
su doncella de batalla, Kio, de la que seguro se dieron cuenta de que aún no
ha librado ninguna batalla. ¡Esperalo con ansias!
¡Y hablando de Progressive! A partir de enero de 2021, cuando estoy
escribiendo este Epílogo, la película teatral Sword Art Online
Progressive Aria of a Starless Night está en plena producción. El
pág. 213
libro debería salir en Japón justo cuando se anuncie la fecha de su estreno,

creo.
La historia del primer piso se centra en Asuna, así que si has leído el primer
volumen de SAOP o has visto la primera temporada del anime, espero que
la película les dé una nueva perspectiva de la historia. ¡Espérenla con
impaciencia, amigos!
Por último, a mi ilustrador, abec, al que arrastré a mi dura agenda justo a
principios de año, y a mis editores, Miki y Adachi, lo siento mucho una vez
más. Estoy seguro de que será otro año difícil, pero vamos a superarlo todos
como equipo junto con nuestros lectores.
Reki Kawahara-Enero 2021
pág. 214
Fuente:
Yen Press
Traducido por:
Alejandro Lueges (1-11)
Angel Vique (12-13)
PDF por:
Jhonny Ochoa
https://traducciontsa.wordpress.com/
pág. 215

Sword Art Online Progressive 007 Rhapsody of Red Blaze I

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SWORD ART ONLINE PROGRESSIVE 007

RHAPSODY OF RED BLAZE I

- A diferencia de tu capucha roja, que solo usas por moda, mi abrigo es

- Bueno, ese aroma definitivamente es el de un restaurante de arroz con pollo

Ella pacientemente me explicó.

Asuna y yo terminamos de comer nuestros platos compartidos en menos de

Dijo ella con una sonrisa. Luego rápidamente se enderezó y aclaró su

Asuna y yo nos encontrábamos en medio de la campaña de la Guerra Élfica

Asuna explicó. Su expresión de preocupada fue reemplazada por una de poco

Asuna: Nivel 21; Esgrimista; Ranuras de Habilidad: 5 (+1 guardada en

De acuerdo al margen de seguridad, el nivel recomendado para cada piso es

hombre con el bastón, había un escaso bosque y unas empinadas montañas

Dijo mi compañera, caminando lentamente hacia la puerta izquierda. La

Aunque casi no había monstruos rondando por el Camino de Bajos Vientos,

Si fallas, atravesará tu pecho o incluso tu cabeza, causando un daño crítico a

Cuando un escarabajo lancero carga, solo su cabeza, la parte superior de su

aquellos tiempos… sumado a la presencia de mi compañera. Basándome en

- La verdad es que no. Después de todo, incluso en el piso 10 seguía siendo

- No es solo que lo lleves. Como dijiste antes, úsalo si tú o algún compañero

Dije esperanzado. En ese momento el medidor de rabia de Asuna pareció

Consideré un momento su pregunta y luego le respondí.

Apunté directamente hacia un gran edificio al final del camino iluminado

- Pero te apoyo en eso de ir a comer. ¿Qué deberíamos comer?

Al momento, se escuchó una voz llana gritar.

Ni Asuna ni yo podíamos responder a esa pregunta. Y entonces, otra ronda

Cuando Asuna se acercó y echó un vistazo a través de la cerca de metal que

- Bueno, mejor búscalo por ti mismo…

- Espera… ¿aún no has venido ninguna Guía de Estrategia para el séptimo

cuchillo, una cuchara y un tenedor para luego colocarlos frente a Asuna y

Me pregunté a mi mismo, mirando con lástima mi propio plato.

- Es sorprendentemente difícil notarlo cuando está justo detrás de la plaza,

- ¿Por qué tienes una sonrisa en tu cara?

Cuando el brote flotante alcanzó nuevamente la superficie, empezó a

Pregunté, alzando la mano, pero Argo me detuvo.

- Oh… ¿Esto es Resistencia al fuego?

Asuna y yo agradecimos por el regalo y acordamos ayudar a Argo con su

Por alguna razón, la agente de información sonrió y levantó su dedo índice.

mirándolas fijamente. Entonces Argo puso en su cara la mayor sonrisa que

-… Ahí tienes un punto – Dijo Asuna, caminando rápidamente.

En poco tiempo, el grupo de Lind cruzó la plaza y desapareció en el interior

En el medio de la habitación estaba el mostrador dónde podías comprar las

tenía accesorios coloridos y pequeñas piezas de equipo, en el de más arriba,

La imagen estaba adornada con el nombre “Sword of Volupta”. A la derecha

Si incrementaba la posibilidad de que mi compañera y yo sobreviviéramos,

Guardé el pergamino de papel en mi inventario para no caer en la tentación

que los miembros de DKB ocupaban las sillas de la mesa buffet de la

comité - ¿Haciendo trampa…? Los que luchan son monstruos, no humanos.

Argo respondió – Probablemente, ¿no crees? Si ellos de verdad quieren

Retumbando fuertemente, el muro de piedra del fondo empezó a moverse

definitivamente beneficiando. La verdadera pregunta era como ayudarías al

en la pared de la jaula, luego en el suelo, otra vez contra la pared y finalmente

Por tercera vez, el insecto aplanó su cuerpo contra el suelo.

- En ese caso, me alegro de que lo hayamos visto aquí. Incluso tú tendrías

Argo sacudió su cabeza – Nah, no necesitas disculparte. Yo tampoco tengo

de Stachion” luego de que este golpeara a su maestro Pithagrus hasta

- Creo que es una especie de tinte…

Mi estado de animo estaba un poco alterado y respiré profundamente para

-… ¿Por qué tiene cabeza de pez? – pregunté, mirando fijamente la estatua.

Pero ahora mismo solo una persona estaba asentada en él.

- U…un gusto. Yo soy Kirito.

- Esa mancha quedó estampada donde el Rusty Lykaon, el ganador de la

y domesticaran monstruos que lucharan en su lugar. Así decretó, que el que

Volví a poner atención - ¡Ah! S…sí, por favor.