Está en la página 1de 303

Ñ

22% 1 NEÚROANATOMÍA
is 7 2 HUMANA
Aspectos funcionales
y clínicos

José Luis Ojeda Sahagún


José Manuel Icardo de la Escalera

M MASSON
NEUROANATOMÍA HUMANA
Aspectos funcionales
y clínicos

José Luis Ojeda Sahagún


Catedrático de Anatomía y Embriología Humana,
Departamento de Anatomía y Biología Celular,
Facultad de Medicina,
Universidad de Cantabria

José Manuel Icardo de la Escalera


Profesor Titular de Anatomía y Embriología Humana,
Departamento de Anatomía y Biología Celular,
Facultad de Medicina,
Universidad de Cantabria

M MASSON
MASSON, S.A.
Travessera de Grácia, 17-21 - 08021 Barcelona (España)
Teléfono: (34) 93 241 88 00
WwWwW.masson.es

MASSON, S.A.
21, rue Camille Desmoulins - 92789 Issy-les-Moulineaux Cedex 9 - Paris (Francia)
www.masson.fr

MASSON S.P.A.
Via Muzio Attendolo detto Sforza, 7/9 - 20141 Milano (Italia)
www.masson.it

MASSON DOYMA MÉXICO, S.A.


Santander, 93 - Colonia Insurgentes Mixcoac - 03920 México DF (México)

Todos los que me precedieron tejieron sobre mí.


RAINER MARIA RILKE

A nuestros maestros, que tejieron sobre nosotros,


y a nuestros alumnos, junto a los que aprendimos,
ya que la mejor forma de aprender es enseñar.

Reservados todos los derechos.


No puede reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperación
o transmitirse en forma alguna por medio de cualquier procedimiento,
sea éste mecánico, electrónico, de fotocopia, grabación o cualquier otro,
sin el previo permiso escrito del editor.

O 2004 MASSON, S.A.


Travessera de Grácia, 17-21 - Barcelona (España)
ISBN: 84-458-1408-7
Depósito Legal: B. 32.299-2004
Composición y compaginación: JAZ Sistemes Digitals, S.L. (2004)
Impresión: BIGSA - Polígono Industrial Congost - Av. Sant Julia, 104-112 - Granollers (Barcelona) (2004)
Printed in Spain
Prefacio

La ciencia, y la neuroanatomía humana no pue- nes. La interpretación de dichas imágenes requiere


de ser una excepción, ha tenido desde sus inicios un conocimiento exhaustivo de la morfología del
dos funciones básicas: la primera, capacitarnos para SNC. No es necesario insistir en la importancia de la
conocer; la segunda, capacitarnos para actuar. Así, anatomía ante el posible abordaje quirúrgico de la
en la elaboración de un libro de texto es necesario lesión. Por otro lado, ¿qué función cumple la zona
dar respuesta a dos preguntas básicas: ¿qué es lo afectada por una lesión? En el SNC existe una rela-
que se debe enseñar?, y ¿qué es lo que, como tribu- ción muy estrecha entre forma y función; el conoci-
to a la claridad y brevedad, debe omitirse? En mu- miento de una de las caras de esta moneda nos per-
chos casos el equilibrio entre estas dos cuestiones mite averiguar la otra de manera casi inmediata. Los
no resulta fácil. En este libro, hemos tratado de dar síntomas nos ayudan a la localización de la lesión e,
una visión integradora de la anatomía y de la fun- inversamente, la localización de la lesión nos per-
ción del sistema nervioso central. Además, expone- mite comprender los síntomas. ¿La lesión es morfo-
mos conceptos y problemas que, sin contar con una lógica o funcional? Las lesiones del SNC producen
aplicación inmediata, creemos que poseen un valor déficit o aberraciones en la realización de las funcio-
formativo. El sistema nervioso central humano está nes normales. Así, la neuroanatomía funcional es
implicado en la dinamización, integración y coor- imprescindible para abordar el problema. ¿Qué neu-
dinación de todas las funciones del organismo, y rotransmisores están alterados? El conocimiento de
presenta la organización más intrincada y compleja los neurotransmisores que se producen en los dife-
que se conoce. La neuroanatomía nos ayuda a com- rentes eslabones neuronales de las grandes vías ner-
prender que los fenómenos biológicos son siempre viosas nos ayuda a interpretar la lesión, y puede re-
producto de una situación compleja y no de un de- sultar útil en la elección de los fármacos apropiados
terminante único. Además, contribuye tanto a la para tratarla. Un buen ejemplo es la enfermedad de
comprensión del comportamiento de otros seres Parkinson. En este campo, la tomografía por emi-
como del nuestro. sión de positrones, cuya interpretación es esencial-
La neuroanatomía es una asignatura básica en el mente anatómica, está aportando una información
currículum de los estudiantes de la licenciatura de de extremado valor. Por último, ¿hay posibilidades
medicina. Constituye además uno de los pilares del de regeneración o de reparación de la zona afecta-
quehacer clínico de neurólogos y neurocirujanos y, da a partir de células madre?, y ¿pueden otras zo-
al menos en parte, de oftalmólogos y otorrinolarin- nas del SNC asumir las funciones perdidas? Éstos
gólogos. En el desarrollo de los diferentes capítulos son problemas candentes en la investigación más
de este libro hemos tenido presentes los problemas avanzada del SNC aunque, por el momento, los re-
que debe resolver el médico ante un enfermo neuro- sultados son más un deseo que una realidad en la
lógico. ¿Dónde se localiza una lesión determinada? mayoría de los casos.
En la actualidad, esta pregunta se contesta en gran Hemos dividido el libro en dos partes porque
parte mediante el diagnóstico por análisis de imáge- creemos que, de esta manera, puede aprenderse la
TI] Prercio

neuroanatomía de manera más fácil y coherente. En siderarse en gran parte un atlas. Hemos incluido
la primera parte nos ocupamos del estudio de la además una bibliografía básica, procurando recoger
anatomía macroscópica y de la estructura básica del libros y revisiones que permitan al lector interesado
SNC. Consideramos que es imprescindible un cono- acceder a una literatura más especializada y amplia.
cimiento suficiente de estos aspectos de la neuroa- Sin embargo, entendemos que el valor de las refe-
natomía para poder abordar, en la segunda parte, el rencias bibliográficas en los libros de texto es cada
estudio de la organización funcional del SNC, Al vez menor y, en ocasiones, éstas no son más que un
igual que en un ferrocarril, podremos comprender alarde de erudición. La globalización del conoci-
fácilmente el trazado de las vías, de los posibles des- miento y la generalización del uso de las bases de
víos, y adónde nos puede llevar la locomotora, si datos permiten acceder fácilmente a un amplio pa-
previamente conocemos la geografía de la región y norama, impensable hasta hace poco tiempo.
la situación de las distintas estaciones. Al final de Este libro es fruto de una larga experiencia do-
cada una de las partes dedicamos un capítulo a rea- cente y está dedicado a los estudiantes de ciencias
lizar una síntesis de los conocimientos adquiridos. de la salud, especialmente a aquellos que cursan la li-
De esta manera se completa el estudio analítico y se cenciatura de medicina, y a los posgraduados que
consigue una visión de conjunto. En la mayoría de inician su especialidad en neurología o neurocirugía.
los capítulos se incluyen consideraciones clínicas Queremos expresar aquí nuestro agradecimiento a
para estimular el interés de los estudiantes de medi- todos cuantos nos apoyaron durante la redacción de
cina por el estudio del SNC. Los datos clínicos cons- este libro y, muy especialmente, a los profesores José
tituyen únicamente una pequeña introducción a la A. Berciano (Universidad de Cantabria), M? Teresa
patología básica del SNC, pero pretenden ayudar a Berciano (Universidad de Cantabria), César A. Cha-
comprender el papel funcional de las diferentes es- morro (Universidad de León), Agustín Gutiérrez
tructuras. Hemos incluido el estudio de los órganos (Hospital Universitario Marqués de Valdecilla), Mi-
de los sentidos porque consideramos que, funcional- guel A. Lafarga (Universidad de Cantabria), Michael
mente, son elementos esenciales para organizar las E. Phelps (UCLA School of Medicine), J.M. Potau
vías correspondientes. Por otra parte, puesto que las (Universidad de Barcelona) y José L. Velayos (Uni-
imágenes son imprescindibles en morfología, hemos versidad de Navarra). Sin su aportación generosa y
procurado ilustrar los conceptos expuestos con nu- desinteresada este libro no habría sido posible.
merosas imágenes, esquemáticas y reales, obteni-
das con diversas técnicas. Así, este libro puede con- Los AUTORES
PRIMERA PARTE CarítuLo 4
Anatomía macroscópica del cerebelo.
ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL Estructura general. Divisiones ........................
DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL ....................
Anatomía macroscópica del cerebelo ............
Estructura general del cerebelo...................
CarítuLo 1 División morfológica y filogenética
Componentes macroscópicos del sistema nervioso A
central. Componentes celulares.
Sinapsis, neurotransmisores y receptores.
Estiictiración DÁSICA 00 CarítuLo 5
Anatomía macroscópica del diencéfalo.
Componentes macroscópicos del sistema Estructura general .........ooooooocccccocccccccccnooo
nervioso central ...ooooococccccccccccccnccnnncos
Componéntes Celulares ocioso Anatomía MacroscÓpiCa ..oooccoccoccocccccccncooos
SIDADSÍS escencia A Partes constituyentes del diencéfalo .............
NeurotransMisores ...oooocccccccocononcorononononoo
RECERCA
Estructuración básica del SNC ................... CaríTuLO 6
Anatomía macroscópica del telencéfalo. Estructura
general. Configuración externa de la corteza
CapíruLo 2 cerebral: surcos, lóbulos y circunvoluciones .........
Anatomía macroscópica y estructura general Anatomía MacroscóÓpiCa ....o.oooocccccccnccnncncoss
de la médula espinal... Estructura general...
Anatomía macroscópica de la médula Configuración externa de la corteza cerebral ...
SA Nucléos basales xsciucorranasrarraraa
Estructura general de la médula espinal ........ Disposición de la sustancia blanca
telencefálica ....oooococnncoccccccccccononccnononos
Ventrículos laterales si icoccoonioinincarmr
CaríTuLO 3
Anatomía macroscópica y estructura general
del tronco del encéfald ..........ooooococcccccoo CapítuLo 7
Meninges. Sistema ventricular.
Anatomía macroscópica del tronco Líquido cefalorraquídeo: ..........:.=<<<<< <<<:
del EnCEAlO vurriirrrrar
Estructura general del tronco del encéfalo ......
JE] — [NDICE DE CAPÍTULOS

Cisternas subaracnoideaS .....ooooccocccccccccccooo 68 Estructura microscópica de la corteza


Papel funcional de las meninges.................. 68 Cr iio 128
Consideraciones clínicas sobre las meninges ... 69
Líquido cefalorraquídeo (LCR) ooo... 70
DINA Mica del LER cuina 71 CapítuLo 12
Vías de información somatoestésicas................. 135
CarítuLo 8 Vías somatoestésicas del tronco, cuello
Vascularización del sistema nervioso central ........ 75 FENMOIorra r 135
Mecanismos de modulación del dolor ........... 140
Circulación arterial ciar 75
Consideraciones clínicas sobre la organización
Consideraciones funcionales sobre
funcional de las vías de información
la irrigación arterial del SNC ........0.......... 87
somatoestésicas de tronco, cuello y
Consideraciones clínicas .
extremidades .......oooocccccccccorcnrrcnnnnronoss 142
sobre la vascularización del SNC ............. 89
Vías somatoestésicas de la cabeza ................ 143
Circulación VEO Aira 90
Senos de la duramadre ooo 93

CarítuLo 13
CarítuLO 9 Vías de información gustativa y olfatoria ............. 147
Anatomía seccional del sistema nervioso central.
Cortes macroscópicos y de resonancia magnética... 95 VÍA SUSTAIVA 147
o A 149
Principales técnicas tomográficas ................ 95 Consideraciones clínicas...............ooooo.o.oo.... 153
Planos de SECCIÓN sumisa 97
Normas generales de interpretación de las
imágenes tomográficas del encéfalo .......... 97 CarítuLo 14
Cortes macroscópicos y de RM ...oooooccocc.o.o... 98 Sistema de información óptico: globo ocular,
vía óptica y reflejos visuales .......................... 155
Globo: la SO 155
SEGUNDA PARTE O 162
ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO Reejos visuales vu 176
CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA .................... 115

CapíruLo 15
CarítuLo 10 Sistema auditivo: aparato de la audición,
Introducción al estudio de la estructura funcional vía acústica y corteza auditiva ........................ 181
del sistema nervioso central .......................... 117
Aparáto dela adición our 181
Principales métodos utilizados para analizar Vía ACÚstiCa ...oooooccccocccccoorccconoccnnnnnnnnnnnos 194
las conexiones del SNC occ 117
Principios básicos de la organización
de las vías Nervi0saS......oooooccccccccccccooooo 120 CarítuLo 16
Visión general de las actividades Sistema motor: conceptos generales. Motoneurona.
y la patología del SNC cuina 121 Unidad motora. Estructura de los reflejos medulares
segmentarios y suprasegmentarios ................... 199
CapítuLo 11
Conceptos BEnerales cuicos 199
Estructura general de las vías de información
Tipos de MOVIEMentoS xiii 199
o sensitivas. Estructura microscópica
MOtONQUTONA coooocccccccnnnccrocc
nan n crac 200
de la corteza cerebral... 123
Unidad MOtOLA: vir 201
Receptores ...oocooccccooccccconcccnnccnnnnccn
cnn 123 Estructura de los reflejos segmentarios ......... 203
Cadena dei isaac 126 Reflejos suprasegmentariosS ...0oocoocccccconcncoss 207
ínoicE DE capíruLos [PE

CarítuLo 17 Organización de la formación reticular .........


Corteza motora: áreas motoras. Vía piramidal ........ 209 Conexiones de la formación reticular ............
Papel funcional de la formación reticular .......
Características generales de las áreas
MOLOTAS ¿ooo coc cccon cnn coco nnn cnc cnn ranas 209
o A 212
CapítuLO 22
Sistemas neuroquímicos moduladores
de la actividad del sistema nervioso central
CarítuLo 18
Control subcortical del movimiento voluntario. Conceptos perl voca
Papel de los núcleos basales ......................... 217 Sistemas MONnOaMiNéTgiCOS +.0oooococcccccccccooos
Sistema col Omara
Núcleos que componen los sistemas
eN CATCUÍLO ...oococcccccccccnnnnn
cnn rr 217
Proyecciones de la corteza cerebral hacia
CapítuLO 23
el cuerpo estriado ...ooooooocococciccccccccccooos 218
Anatomía funcional del lóbulo límbico y del
Papel funcional de las vías directa hipotálamo: bases morfológicas de las emociones,
O ANOITeCta ...ooocccccccccccc
conc cccn nro nn 220
la memoria y el control vegetativo.
Funciones de los núcleos basales ................. 221
Control de los ritmos biológicos
Manifestaciones clínicas de las lesiones
delos múcleos basales uioninmiaarac 221 Conexiones del lóbulo límbico ....................
Lóbulo límbico, hipotálamo y emociones .......
Lóbúlo límbico y MEMO cuicuicaraiiians
CarítuLo 19 Hipotálamo y control vegetativo ..................
Sistema vestibular ociosos 223 Control de los ritmos biológicos ..................
REGODIOESS coi E 223
Modo de funcionamiento de los receptores CapítuLO 24
vestibulares ooo 227
Fascículos de asociación. Corteza prefrontal.
Conexiones neuronales: ganglio vestibular
Áreas corticales del lenguaje. Asimetría cerebral ....
y núcleos vestibulares ....ooooooonnococcoo 227
Eferencias de los núcleos vestibulares ........... 228 Fascículos de asociación de la corteza
Consideraciones clínicas sobre el sistema Cerebral occ coco ccccccoccnnc conoces
Ves esresa rra 231 Áreas de asociación y funciones superiores .....
Asimetría cerebral

Capítulo 20
Estructura funcional del cerebelo ..................... 233 CarítuLo 25
Síntesis topográfica de la médula espinal,
Estructura de la corteza cerebelosa .............. 233
tronco del encéfalo y cápsula interna
Estructura del circuito cerebeloso básico ....... 235
División morfofuncional del cerebelo............ 237 Topografía de la médula espinal ..................
Conexiones cerebelosas ..........oooo...o.occcc.c.c.o. 238 Topografía del tronco del encéfalo ...............
Consideraciones clínicaS .......oooooon..on......om. 243 Topografía de la cápsula interna...

CarítuLo 21 PP
Formación reticular... 245

Características de las neuronas


de la formación reticular... 245 Índice alfabético de materias .........................
Anatomía descriptiva
y seccional
del sistema nervioso central
CAPÍTULO 1 E
E l

Componentes macroscópicos del sistema nervioso central.


Componentes celulares.
Sinapsis, neurotransmisores y receptores.
Estructuración básica

Hi COMPONENTES MACROSCÓPICOS Encéfalo. Está constituido por todas las partes


DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL del SNC que se encuentran alojadas en la cavidad
craneal. El encéfalo comprende cuatro compo-
El sistema nervioso comprende el conjunto de nentes: el tronco del encéfalo, el cerebelo, el dien-
Órganos que regulan, coordinan e integran todas las céfalo y los hemisferios cerebrales. El conjunto del
actividades del organismo. Asimismo constituye diencéfalo y los hemisferios cerebrales se deno-
una unidad funcional compleja que se puede divi- mina cerebro.
dir, desde el punto de vista didáctico, en dos com- e Médula espinal. Es un componente único que se
ponentes morfológicos fundamentales: el sistema encuentra alojado en el conducto vertebral.
nervioso central (SNC) y el sistema nervioso pe-
riférico (SNP). Entre el encéfalo y la médula espinal no existe
una demarcación nítida, por lo que habitualmente
e El SNC agrupa todas las estructuras del sistema se toma como límite un plano que pase entre el atlas
nervioso que se encuentran alojadas dentro del y el occipital. Dicho plano atraviesa la llamada de-
estuche osteofibroso formado por la cavidad cra- cusación de las pirámides (v. más adelante), que sirve
neal y el conducto vertebral. Por situarse en la lí- igualmente como plano de referencia.
nea media, a veces se denomina neuroeje. Bajo el punto de vista embriológico y filogené-
e El SNP comprende el resto de estructuras ner- tico el encéfalo puede dividirse en:
viosas que, aunque en su origen siguen un breve
trayecto dentro de la cavidad craneal o del con- + Rombencéfalo. Está constituido por todas las
ducto vertebral, se sitúan fuera del estuche osteo- estructuras nerviosas que derivan de la vesícula
fibroso. El SNP está constituido básicamente por primitiva posterior (fig. 1-2): la médula oblonga, el
Fotocopiar sin autorización es un delito.

un conjunto de nervios que unen el SNC al resto puente y el cerebelo.


del organismo. Estos nervios transmiten impul- e. Mesencéfalo. Es el único componente derivado
sos nerviosos tanto centrífugos (hacia la perife- de la vesícula primitiva media (fig. 1-2).
ria) como centrípetos (hacia el SNC). e Prosencéfalo. Está formado por los derivados de
la vesícula primitiva anterior (fig. 1-2). Esta ve-
sícula da lugar a dos vesículas secundarias llama-
Regionalización del SNC das diencefálica y telencefálica. De la vesícula
diencefálica procede el diencéfalo, mientras que
S.A.

El SNC se divide en dos componentes fundamen- de la vesícula telencefálica deriva el telencéfalo (los
(O MASSON,

tales de acuerdo con su situación dentro del estuche hemisferios cerebrales). Así, el prosencéfalo se
osteofibroso (fig. 1-1): corresponde con el cerebro.
ZA PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

«4 FIGURA 1-1
Visión esquemática de una sección me-
diosagital del SNC en la que se obser-
van sus componentes fundamentales.
En azul se ha representado la médula
espinal; en verde oscuro liso el tronco
del encéfalo; en verde oscuro cuadricu-
lado el cerebelo; en ocre el diencéfalo;
en verde claro los hemisferios cerebra-
les. La línea A marca la separación en-
tre el encéfalo y la médula espinal. La
línea B establece el límite entre el ce-
rebro y el tronco del encéfalo.

»- FIGURA 1-2
Visión dorsal de un embrión de pollo te-
ñido en bloque con hematoxilina. El
embrión se ha transparentado para
mostrar la regionalización básica del
SNC.
Vesícula primitiva anterior.

Esbozo de la retina (vesícula óptica).


04d0nNn

Vesícula primitiva media.


Vesícula primitiva posterior.
Esbozo del oído.
Corazón.
30

Médula espinal.
Somites,
0

Sistema ventricular (de Silvio), situado en el mesencéfalo. Los cuatro


ventrículos se designan habitualmente mediante
El SNC no es un órgano macizo. Por el contra- números romanos (de l a IV).
rio, sus diferentes porciones se sitúan alrededor de Conducto central (del epéndimo). Recorre la
un sistema de cavidades intercomunicadas, el siste- parte central de la médula espinal, pero no es
ma ventricular, ocupadas por el líquido cerebro- permeable en su totalidad. Por su extremo cra-
espinal (cefalorraquídeo). Estas cavidades son: neal se comunica con el IV ventrículo, mientras
que por su extremo caudal termina en fondo de
e Ventrículos laterales. Son dos y se sitúan en el saco ciego.
interior de los hemisferios cerebrales: el derecho
o primer ventrículo en el hemisferio cerebral de-
recho, y el izquierdo o segundo ventrículo en el Meninges
hemisferio cerebral izquierdo.
e. Ventrículo medio o tercer ventrículo. Es impar El SNC está rodeado por tres cubiertas protecto-
y medio. Se sitúa en el diencéfalo y se comunica ras denominadas meninges: la piamadre, la arac-
con los ventrículos laterales por medio de los noides y la duramadre.
agujeros interventriculares (derecho e izquierdo)
de Monro. e La piamadre es la capa más interna. Se encuen-
e. Cuarto ventrículo. También impar y medio. Se tra en contacto con la superficie externa del
sitúa en el rombencéfalo y se comunica con el SNC.
tercero por medio del acueducto mesencefálico e La aracnoides ocupa una posición intermedia.
1. COMPONENTES MACROSCÓPICOS Y CELULARES. SINAPSIS, NEUROTRANSMISORES Y RECEPTORES. ESTRUCTURACIÓN BÁSICA 57

e La duramadre es la capa más externa. Se en- de los cuales se produce un lento y progresivo des-
cuentra íntimamente asociada al estuche osteofi- censo. Este descenso se ha explicado clásicamente
broso formado por la cavidad craneal y el con- como la consecuencia de un desequilibrio entre la
ducto vertebral. falta de producción de nuevas neuronas y la pérdi-
da de neuronas por muerte celular (apoptosis).
El número de neuronas en la corteza cerebral au-
Tamaño del SNC menta hasta los 3 años, se estabiliza temporalmente
mientras se consolidan las conexiones y vuelve a au-
El tamaño del SNC en el ser humano, especial- mentar de manera significativa hasta los 6 años. In-
mente el del encéfalo, ha sido objeto de gran interés vestigaciones recientes sugieren la existencia en el
en un intento de relacionarlo con el desarrollo de las SNC de un proceso continuado de neurogénesis a
capacidades intelectuales superiores. El peso del partir de células madre situadas en el epitelio ependi-
SNC en un sujeto adulto normal oscila entre 1.100 mario. Sin embargo, esta neurogénesis no es sufi-
y 1.700 g, estableciéndose como media un valor de ciente para compensar la pérdida normal de neuro-
1.400 g. Dentro de estos límites no se ha demos- nas. Se ha calculado que mueren al día unas mil
trado una relación entre el peso del SNC y la capa- neuronas, y que este proceso se aceleraría con la
cidad intelectual. Si nos referimos al proceso de la edad. El uso de estimulantes como el alcohol y sus-
evolución, se considera que se ha alcanzado la ho- tancias psicotrópicas también parece incidir de ma-
minización cuando el SNC adquiere 700 g de peso. nera significativa en la pérdida de neuronas.
Aunque, en cierta medida, el tamaño cerebral es sim-
plemente un reflejo de nuestro tamaño corporal, la
especie humana muestra un SNC relativamente ma- Hi COMPONENTES CELULARES
yor que la mayoría de los vertebrados.
El tamaño del SNC sufre modificaciones a lo lar- Dentro del SNC se pueden distinguir dos grupos
go de la vida. En el momento del nacimiento pesa en celulares básicos: células propias del SNC y células
torno a los 400 g, llega a 1.200 g a los 3 años, y al- comunes con otros sistemas del organismo, como
canza su peso máximo a los 18 años. Este peso se las células endoteliales de los capilares sanguíneos.
mantiene estable hasta los 50 años de edad, a partir Las células propias del SNC son de dos tipos dife-
rentes: a) células excitables, denominadas neuro-
nas, y b) células no excitables, que incluyen la neu-
roglia y las células ependimarias.

Neuronas

Las neuronas son las unidades estructurales y


funcionales del sistema nervioso. Son células exci-
tables especializadas en la recepción, integración,
transformación y transmisión en una sola dirección
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

(conducción ortodrómica) de información codifica-


da por cambios electroquímicos en su membrana
plasmática.
Bajo el punto de vista morfológico, las neuronas
se caracterizan por poseer una gran superficie celu-
lar, lo que les permite llevar a cabo sus funciones
específicas. El aumento de la superficie celular se
FIGURA 1-3
consigue mediante la presencia de expansiones ra-
A. Célula de Purkinje del cerebelo teñida con el método de
Golgi, en la que se puede observar el extenso árbol dendrítico. mificadas que parten del cuerpo celular o soma
neuronal (fig. 1-3 A), y que se denominan neuritas
(O MASSON,

El axón está indicado por una flecha. B. Detalle de las espinas


dendríticas (flechas). (Cortesía de los Profs. M.A. Lafarga y (axón y dendritas). Ciertos tipos de neuronas se ca-
M.T. Berciano.) racterizan por la presencia en su citoplasma de pig-
ESB PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

mentos de diferentes tipos, por lo que sus agrupa- al microscopio óptico con impregnación argén-
ciones presentan una coloración característica. Los tea (fig. 1-5).
elementos morfológicos más importantes de las neu- Neurotúbulos. Son microtúbulos que, además
ronas son: de formar parte del citoesqueleto, desempeñan
un papel decisivo en el transporte o flujo axónico.
e El soma neuronal. Es la porción de la neurona Tanto los neurofilamentos como los neurotúbu-
donde se asienta el núcleo celular. Constituye el los se extienden a lo largo del axón y de las den-
centro para el crecimiento y mantenimiento de dritas.
las neuritas y el lugar de la síntesis proteica. El Dendritas. Son prolongaciones celulares que se
tamaño del soma y del núcleo neuronal se en- originan a partir del soma neuronal. Constituyen
cuentra en relación directa con el número y lon- la porción receptiva de las neuronas y suelen ser
gitud de las neuritas. muy numerosas (fig. 1-3 A). Las dendritas que se
La estructura y organización del núcleo celu- originan directamente del soma neuronal se de-
lar de las neuronas y de la mayor parte de las or- nominan dendritas primarias o principales. És-
ganelas citoplasmáticas (retículo endoplásmico, tas se ramifican repetidamente, por lo general de
mitocondrias, etc.) son similares a las que mues-
tran las células de otros tejidos. Sin embargo,
existen tres tipos de estructuras características
del soma neuronal:
- Cuerpos de Nissl. Aparecen bajo el microscopio
óptico como gránulos basófilos. Su coloración
característica se debe a su contenido elevado de
ácido ribonucleico (ARN) (fig. 1-4). El microsco-
pio electrónico revela que no son sino agregacio-
nes en paralelo de retículo endoplásmico rugoso.
Los cuerpos de Nissl se distribuyen por todo el
citoplasma salvo en el denominado cono axonal,
que es la zona del soma donde se origina el axón.
- Neurofilamentos. Son microfilamentos que for-
man parte del prominente citoesqueleto neuro-
nal. Los neurofilamentos se agregan formando
bandas que constituyen las neurofibrillas, visibles

NDA
e] e JE
ÉS

ASIA
$

FIGURA 1-4
Somas neuronales teñidos con el método de Nissl. Tanto el nu- Neuronas de la corteza cerebral impregnadas con plata (méto-
cléolo como los cuerpos de Nissl aparecen intensamente teñi- do de Cajal) para poner de manifiesto las neurofibrillas. (Cor-
dos. (Cortesía de los Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.) tesía de los Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.)
1 COMPONENTES MACROSCÓPICOS Y CELULARES. SINAPSIS, NEUROTRANSMISORES Y RECEPTORES. ESTRUCTURACIÓN BÁSICA

forma dicotómica, dando origen a las dendritas transporte o flujo axonal anterógrado. Existe
secundarias. El conjunto de dendritas primarias también un movimiento en sentido contrario, de
y sus ramificaciones se conoce como árbol den- menor intensidad, denominado flujo axonal re-
drítico. trógrado. Además, se distinguen dos tipos de
Las dendritas contienen la mayor parte de transporte axonal de acuerdo con su velocidad.
las organelas que están presentes en el soma El transporte lento consiste en un bombeo global
neuronal, incluido el retículo endoplásmico, y de axoplasma que incluye mitocondrias, lisoso-
son más cortas, gruesas y rugosas que el axón. mas y vesículas; se realiza a una velocidad de 1 a
Las rugosidades se deben a la presencia de nu- 3 mm/día. El de tipo rápido transporta proteínas
merosas expansiones cortas, las espinas den- y otras macromoléculas a una velocidad igual o
dríticas (fig. 1-3 B), que constituyen puntos superior a 100 mm/día.
donde una neurona entra en contacto con otras. Otra característica importante del axón es
Las dendritas no poseen envolturas especializa- que, excepto en la zona de origen del soma neu-
das, como ocurre en el caso de los axones. ronal (segmento inicial desnudo), su superficie
Axón o cilindroeje. Es la prolongación más im- se encuentra cubierta por una vaina de mielina
portante del soma neuronal. Constituye la por- (axones mielinizados) (fig. 1-6) o por una envol-
ción conductora de la neurona y solamente existe tura celular (axones amielínicos). Esta envoltu-
uno por neurona (fig. 1-3 A). Los axones son del- ra celular es de oligodendroglia en el SNC, y
gados, lisos y muy largos (pueden medir más de está formada por células de Schwann en el SNP.
1 m). La membrana celular del axón se denomina La vaina de mielina que rodea el axón no es con-
axolema, y su citoplasma axoplasma. A diferen- tinua sino que se encuentra interrumpida de ma-
cia de las dendritas, el axoplasma carece de re- nera periódica. En estas zonas desnudas, deno-
tículo endoplásmico rugoso. minadas nódulos de Ranvier, el axón puede
Una característica importante del axón es que poseer ramas colaterales.
carece de la «maquinaria» precisa para realizar la Los axones suelen terminar ramificándose en
síntesis proteica. Así, los neurotransmisores y varias prolongaciones, las terminaciones axona-
otros materiales han de ser transportados conti- les o telodendrias, que finalmente establecen
nuamente desde el soma neuronal a las termina- contactos o sinapsis con otras neuronas o con cé-
ciones axonales, lo que constituye el llamado lulas efectoras (músculo o glándulas).

FIGURA 1-6
Secciones longitudinal (ilustración
grande) y transversal (ilustración pe-
queña) de axones mielinizados. Micros-
copia electrónica de transmisión. La
mielina se dispone en capas concéntri-
cas. Flechas grandes, neurofilamentos;
flechas pequeñas, neurotúbulos. (Cor-
tesía de los Profs. M.A. Lafarga y M.T.
Berciano.)
£S MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,
pe PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

TIPOS DE NEURONAS e Astrocitos. Tienen un cuerpo celular pequeño y


numerosas prolongaciones celulares ramificadas.
Existe un gran número de tipos neuronales. Las El núcleo celular es irregular, el citoplasma es
bases para su clasificación puede atender a sus ca- rico en glucógeno y lisosomas, y muestran un
racterísticas morfológicas o funcionales. aparato de Golgi bien desarrollado. Se caracteri-
zan por tener microfilamentos que se extienden
La clasificación morfológica puede tener en por las prolongaciones y que contienen la proteí-
cuenta: na ácida fibrilar glial (fig. 1-7). Existen dos tipos
- El número de neuritas y el modo de origen en de astrocitos: protoplasmáticos y fibrosos.
el soma neuronal. Así, las neuronas pueden ser - Los astrocitos protoplasmáticos tienen prolon-
monopolares (en las que el axón y las dendritas gaciones gruesas, cortas e irregulares, y muestran
salen conjuntamente del mismo punto del soma ramificaciones frecuentes (fig. 1-8). Se sitúan
neuronal), bipolares o multipolares. fundamentalmente en la sustancia gris.
- La forma y el tamaño del soma neuronal (p. ej., - Los astrocitos fibrosos tienen prolongaciones lar-
las células piramidales). gas, delgadas, lisas y poco ramificadas (fig. 1-9).
— La longitud del axón. Esta clasificación es útil Se sitúan fundamentalmente en la sustancia blan-
ya que tiene implicaciones funcionales. Distingue ca y en la zona subpial.
dos tipos fundamentales: las neuronas de axón Las prolongaciones de ambos tipos de astro-
largo o Golgi tipo I, que se caracterizan por po- citos envuelven y separan los somas neuronales,
seer un axón con un recorrido largo que conecta
múltiples puntos del sistema nervioso, y las neu-
ronas de axón corto o Golgi tipo Il, que tienen
un axón que termina en las proximidades del
soma neuronal. Estas últimas son, por lo general,
neuronas de asociación o interneuronas.
e La clasificación funcional puede atender a diver-
sos parámetros. Los más utilizados son:
- Tipo de neurotransmisor. Existe un gran núme-
ro de neurotransmisores. Casi todos ellos son pe-
queñas aminas o péptidos, siendo estos últimos
los más numerosos.
- Acción fisiológica. Se distinguen tres tipos de
neuronas: a) sensoriales o aferentes, que llevan
impulsos desde los receptores periféricos hacia el
SNC; b) motoras o eferentes, que llevan impul-
sos desde el SNC hacia los efectores periféricos, y
c) internunciales o interneuronas, que sirven
para asociar otras neuronas entre sí y son funda-
mentales para transformar las señales en otras
nuevas con patrones distintos.

Neuroglia

Las células de la neuroglia constituyen las células


de soporte del SNC. Existen dos tipos básicos: ma-
croglia y microglia. Esta división se basa no sólo en
criterios morfológicos y funcionales, sino también
en el origen embrionario. FIGURA 1-7
La macroglia comprende tres tipos celulares: as- Astrocitos que muestran positividad a la proteína ácida fibrilar
trocitos, oligodendrocitos y glioblastos. glial. (Cortesía de los Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.)
1 COMPONENTES MACROSCÓPICOS Y CELULARES. SINAPSIS, NEUROTRANSMISORES Y RECEPTORES. ESTRUCTURACIÓN BÁSICA

se disponen alrededor de las sinapsis (glía peri- e Glioblastos. Son células madre capaces de dife-
sináptica) y terminan en expansiones aplanadas renciarse en elementos de la macroglia. Se sitúan
sobre los capilares (pies chupadores), el epéndi- en una capa difusa bajo el epéndimo (zona sub-
mo o la superficie pial. ependimaria).
e Oligodendrocitos. Constituyen el componente
glial más abundante en el SNC. Se caracterizan La microglia está formada por las células glia-
por poseer un número de prolongaciones infe- les más pequeñas. Las células de la microglia pre-
rior al de los astrocitos. Se encuentran tanto sentan prolongaciones cortas con abundantes espi-
en la sustancia gris (células satélites neuro- nas (figs. 1-10 A y B); se encuentran dispersas entre
nales) como en la sustancia blanca (glía inter- las neuronas o asociadas a la pared externa de los
fascicular). capilares. Son los macrófagos del SNC y se encar-
El papel principal de los oligodendrocitos es gan de eliminar las células muertas y los detritos
formar las vainas de mielina alrededor de los axo- celulares.
nes neuronales en el SNC. Un único oligonden-
drocito puede formar varias vainas de mielina,
cada una de las cuales envuelve un axón diferen- Células ependimarias (ependimocitos)
te. Básicamente, las vainas de mielina consisten
en un espiral de membrana celular especializada Estas células se organizan en una capa epitelial
que rodea un axón (fig. 1-6). monocelular que reviste la luz del sistema ventricu-

$.

Ep

Ñ
( MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 1-8 FIGURA 1-9


Microfotografía de un astrocito protoplasmático de la corteza Microfotografía de un astrocito fibroso (método de Golgi). Di-
cerebral (método de Golgi). (Cortesía de los Profs. M.A. La- versas prolongaciones (flechas) terminan sobre un capilar (C).
farga y M.T. Berciano.) (Cortesía de los Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.)
0 PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 1-10
Microfotografías electrónica (A) y
óptica (B) de una célula micro-
glial (método de Golgi). Las fle-
chas indican gránulos de lipofus-
cina.

lar del encéfalo. El polo apical de estas células mues-


tra microvellosidades y cilios, que tienen importan-
cia en la dinámica del líquido cefalorraquídeo
(fig. 1-11 A).
Un tipo especial de ependimocitos, los tanicitos,
poseen una o más prolongaciones largas que pueden
ramificarse y dar pequeñas expansiones terminales
(fig. 1-11 B). Estas células parecen tener gran im-
portancia en el intercambio de macromoléculas en-
tre el líquido cefalorraquídeo y el tejido nervioso.
Existen datos que permiten sospechar que algu-
nas células ependimarias podrían ser células madre
a partir de las cuales podrían formarse neuronas du-
rante la edad adulta.

FUNCIONES DE LA NEUROGLIA
Y DE LOS EPENDIMOCITOS

Las principales funciones de estos grupos celula-


res son:

1. Papel mecánico de soporte y protección, aislando


unas neuronas de otras o agrupándolas para que
interactúen entre sí. : e
2. Intervienen en la nutrición de las neuronas. B a
3. Desempeñan un papel decisivo en la reparación
de las lesiones del SNC. Fagocitan los detritos ce- FIGURA 1-11
lulares, rellenan los espacios dejados por las neu- A. Microfotografía electrónica de barrido de la superficie del
III ventrículo humano. El polo apical de los ependimocitos
ronas degeneradas y crean una cicatriz glial. : : Ss ae ;
. muestra microvellosidades y cilios. B. Sección óptica (méto-
4. Recogen, almacenan y procesan neurolransmiso- do de Golgi) a través de dicha superficie. Del polo basal de los
res, participando de esta manera en su metabo- tanicitos emergen prolongaciones largas (flecha). (B, cortesía
lismo. de los Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.)
5. La elía perisináptica participa activamente en la
regulación de la transmisión sináptica. El neuro-
transmisor liberado en el botón presináptico ac-
túa no sólo sobre la neurona postsináptica, sino
también sobre la glía perisináptica. Ésta, a su
vez, libera sus propios transmisores (gliotransmi-
sores), los cuales pueden actuar sobre el botón
presináptico regulando la liberación de nuevos
cuantos de neurotransmisor.
6. Por medio de los oligodendrocitos forman y man-
tienen las vainas de mielina en el SNC.
7. Los ependimocitos son importantes en la produc-
ción y dinámica del líquido cefalorraquídeo. Al-
gunos ependimocitos podrían actuar como célu-
FIGURA 1-12
las madre neuronales.
Microfotografía electrónica de varias sinapsis. Los botones
presinápticos contienen numerosas vesículas y varias mito-
condrias. Las zonas de contacto especializado pre y postsi-
Mi SINAPSIS nápticas están indicadas por engrosamientos de la membra-
na celular (flechas). (Cortesía de los Profs. M.A. Lafarga y
Son áreas especializadas de la membrana celular M.T. Berciano.)
que se desarrollan en las zonas donde una neurona
entra en contacto con otra (fig. 1-12). Es también el ñas, vesículas sinápticas, que a menudo se en-
lugar donde se transmiten los impulsos entre neu- cuentran agrupadas a lo largo de la membrana
ronas. La transmisión de impulsos es unidireccio- presináptica. Estas vesículas son el lugar de al-
nal y puede realizarse por medio de la liberación de macenamiento del neurotransmisor y pueden
una sustancia química, el neurotransmisor, o bien mostrar diferencias estructurales que sirven para
por un impulso eléctrico. En el primer caso se trata clasificar las sinapsis.
de sinapsis químicas, que son las más frecuentes en e El espacio sináptico separa las membranas pre y
el sistema nervioso de los vertebrados superiores. postsinápticas. Éstas están engrosadas y el cito-
Las segundas constituyen las sinapsis eléctricas. plasma subyacente se halla condensado. Tanto el
En las sinapsis eléctricas se permite el paso directo engrosamiento como la condensación son por lo
de la corriente eléctrica de una neurona a otra, por general asimétricos, de modo que aparecen más
lo que la comunicación interneuronal es instantá- marcadas en la membrana presináptica que en la
nea. En las sinapsis químicas la transmisión es más postsináptica.
lenta, pero tiene la ventaja de que se puede ampliar y e La estructura postsináptica contiene los recep-
controlar la señal. tores cuya estimulación desencadena la respuesta
Las sinapsis parecen tener una gran plasticidad, neuronal.
de manera que pueden desarrollarse o desaparecer
bajo determinados influjos.
TIPOS DE SINAPSIS QUÍMICAS
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Estructura de las sinapsis químicas Existen numerosas clasificaciones ya que su nú-


mero, morfología y tipo de neurotransmisor pueden
Una sinapsis química típica se caracteriza morfo- variar enormemente:
lógicamente por la aposición de un botón presi-
náptico, un espacio sináptico y una estructura e Desde el punto de vista morfológico existen dos
postsináptica (fig. 1-12). tipos de sinapsis: las Gray tipo I y las Gray ti-
po II (también llamadas asimétricas y simétri-
+ El botón presináptico contiene mitocondrias, cas, respectivamente). Generalmente, las sinap-
(€) MASSON,

algunos lisosomas y microtúbulos. Se caracteriza sis tipo 1 son excitadoras y se caracterizan por
por la presencia de numerosas vesículas peque- tener un espacio sináptico ancho. Las sinapsis
FJ Primera PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

tipo II son, la mayoría de las veces, inhibidoras. excitador más utilizado es el aminoácido aspar-
Tienen un espacio sináptico estrecho. tato. El glutamato tiene tres tipos principales de
e Atendiendo a las porciones de las neuronas que se receptores. Dos son ionotrópicos y el tercero es
ponen en contacto, las sinapsis pueden ser axo- metabotrópico. Debemos tener en cuenta que,
dendríticas, axosomáticas, axoaxónicas, den- dependiendo de la sinapsis, puede estar presente
droaxónicas, dendrodendríticas, somatoden- un sólo receptor o varios a la vez.
dríticas o somatosomáticas. Las más frecuentes e Los neurotransmisores inhibidores más utiliza-
son las dos primeras. dos son el ácido gamma-aminobutírico (GABA)
e Bajo el punto de vista funcional, las sinapsis y el aminoácido glicina. El GABA tiene dos re-
pueden ser excitadoras o inhibidoras. ceptores ionotrópicos de gran importancia clí-
nica, ya que sobre ellos actúan una serie de fár-
macos tranquilizantes (diazepam), hipnóticos
Hi NEUROTRANSMISORES (barbitúricos) o el alcohol, y un receptor meta-
botrópico. La glicina tiene canales ionotrópi-
Los neurotransmisores son moléculas que cum- cos. Algunos de los canales ionotrópicos, tanto
plen los siguientes requisitos: del GABA como de la glicina, son permeables al
cloro.
Se encuentran en la terminación presináptica.
Se liberan hacia el espacio sináptico cuando se
produce la despolarización presináptica. Esta li- Mi RECEPTORES
beración es dependiente del calcio.
e Se unen a receptores específicos situados en la Son zonas especializadas de la membrana neu-
neurona postsináptica. ronal. Existen dos tipos fundamentales: receptores
ionotrópicos y receptores metabotrópicos.
Una neurona puede liberar más de un neuro-
transmisor. En este caso, los neurotransmisores se e Receptores ionotrópicos o canales iónicos re-
denominan cotransmisores. gulados por ligando. Tienen un canal iónico in-
Existe un gran número de moléculas neurotrans- corporado en su estructura. La unión del neuro-
misoras que corresponden fundamentalmente a dos transmisor abre directamente el canal iónico
categorías. En unos casos se trata de neuropép- asociado.
tidos, que son moléculas relativamente grandes e Receptores metabotrópicos o receptores aco-
compuestas de 3-36 aminoácidos. Son los neuro- plados a la proteína G. La apertura del canal
transmisores más numerosos. En otros casos se tra- iónico se realiza de manera indirecta a través
ta de neurotransmisores de molécula pequeña. de la activación de una enzima. Ésta se activa
Dentro de este grupo están las aminas biógenas, de manera directa o a través de la activación de
de las que trataremos más extensamente en el ca- una cascada de segundos mensajeros. Así, los re-
pítulo 22. ceptores metabotrópicos modifican la función
Algunas moléculas gaseosas también pueden ac- celular de manera profunda. Aunque requieren
tuar como neurotransmisores, especialmente el más tiempo para producir un efecto, el resulta-
óxido nítrico y el CO. Los neurotransmisores de do es más duradero que el de los receptores ¡o-
molécula pequeña pueden ser sintetizados en las notrópicos.
terminaciones presinápticas, mientras que los neu-
ropéptidos sólo se fabrican en el soma neuronal y Es importante señalar que los neurotransmisores
han de ser transportados hasta las terminaciones no sólo modifican la actividad eléctrica de las neu-
presinápticas. ronas al regular el estado de los canales iónicos.
Los neurotransmisores se dividen, de acuerdo Además, pueden regular la síntesis de canales o de
con su actividad, en excitadores e inhibidores. proteínas relacionados con ellos, actuando sobre la
expresión de genes por medio de los segundos men-
e La mayor parte de las neuronas excitadoras del sajeros. Estos cambios pueden estar involucrados en
SNC utilizan el aminoácido glutamato como el almacenamiento a largo plazo de la información
neurotransmisor. El segundo neurotransmisor neuronal.
1 COMPONENTES MACROSCÓPICOS Y CELULARES. SINAPSIS, NEUROTRANSMISORES Y RECEPTORES. ESTRUCTURACIÓN BÁSICA EN

Secuencia de fenómenos en la transmisión

it
sináptica

Los fenómenos que se producen en una sinapsis


química durante la transmisión de una señal com-
prenden los siguientes pasos básicos (fig. 1-13):

1. Llegada del potencial de acción a la terminación


8 vz
presináptica. Esto abre los canales de calcio de- A e
pendientes de voltaje.
2. El Ca” penetra de manera pasiva a través del ca-
nal, por ser su concentración extracelular mu- / E
cho más alta que la intracelular. == >
3. El incremento del Ca** permite que las vesículas
sinápticas se fusionen con la membrana celular
y liberen el neurotransmisor al espacio sinápti-
Ey
co. Esta liberación se realiza de manera cuántica,
es decir, en paquetes discretos. Generalmente se
admite que el contenido de una sola vesícula si-
Diagrama que muestra la secuencia de fenómenos que se pro-
náptica equivale a un único cuanto.
ducen durante la transmisión sináptica.
4. El neurotransmisor se difunde a través del espa-
Transporte del neurotransmisor.
cio sináptico para unirse a los receptores especí-

Vesícula sináptica.
0040

ficos situados en la membrana postsináptica. Apertura de los canales de calcio.


Fusión de las vesículas sinápticas con la membrana presináptica.
5. Se abren los canales iónicos de membrana (en Liberación del neurotransmisor.
algunos casos se cierran), bien por efecto directo Unión neurotransmisor-receptor y apertura de los canales iónicos.
de la unión neurotransmisor-receptor, bien indi- Recaptación del neurotransmisor mediante un transportador.
Reutilización de la membrana de la vesícula.
rectamente a través de los segundos mensajeros.
0

6. El paso de iones por los canales hace que el flujo


de corriente aumente (excitación) o disminuya Mi ESTRUCTURACIÓN BÁSICA DEL SNC
(inhibición) la probabilidad de que la neurona
dispare un potencial de acción y se produzca la Los elementos microscópicos que constituyen el
transmisión sináptica. Cada cuanto de neuro- SNC no están distribuidos de manera homogénea
transmisor genera un potencial denominado po- sino que se agrupan en ciertas zonas. Esto permite
tencial sináptico cuántico. El potencial sináptico establecer una división elemental de la sustancia
total es la suma de estos potenciales. nerviosa en sustancia gris y sustancia blanca.

Además, debemos tener en cuenta que la res-


puesta neuronal varía con el neurotransmisor libe- Sustancia gris
rado, el tipo de receptor postsináptico y la natura-
leza de la neurona postsináptica. Por otra parte, la Reciben este nombre las zonas del SNC donde
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

acción del neurotransmisor es limitada en el tiem- existe un predominio de somas neuronales, dendri-
po ya que, por lo general, se degrada rápidamen- tas y vasos sanguíneos. Debido a su abundante rie-
te por acción enzimática, o se recapta mediante go sanguíneo, estas zonas del SNC muestran, en es-
transportadores específicos en la glía y en las neu- pecímenes sin fijar, una coloración gris rosácea.
ronas. La sustancia gris puede situarse en la superficie o
Ya hemos señalado el papel regulador de la en las zonas profundas del SNC. En el primer caso,
elía perisináptica en la transmisión sináptica. Así, forma mantos más o menos extensos que denomina-
para entender la complejidad de la función sináp- mos cortezas, de las que son ejemplos las cortezas
tica, la sinapsis debe considerarse una estructura cerebral y cerebelosa. En general, las cortezas apa-
tripartita formada por dos neuronas y la glía peri- recen muy plegadas, lo que aumenta enormemente
sináptica. su superficie. Además, las neuronas se disponen en
LES — PRIMERA PARTE - ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

capas superpuestas. La presencia de sustancia gris A

5
no e Y a Se Y

en la superficie del SNC indica que esa zona realiza 4 AS Ly An E:


A, , ¿he q

E
, SS E ARA s z
APIS ,
funciones complejas y, además, que es una zona re- A e J
e AE : ” A h
lativamente reciente en el proceso filogenético. Las

E
masas de sustancia gris situadas en el espesor del
SNC se denominan núcleos (fig. 1-14), y se definen

5
como zonas discretas de sustancia gris cuyas neuro-

E
nas están relacionadas funcionalmente entre sí. Los

z
núcleos pueden ser visibles macroscópicamente,

>.
aunque son microscópicos en la mayoría de los ca-

ATA
2
ETOOSES
sos. Por lo general, las masas de sustancia gris si-

2
tuadas en el espesor del SNC llevan a cabo funciones
más básicas que las situadas en la superficie, y son

Ee
LA
filogenéticamente más antiguas.

“e
Sustancia blanca

Se corresponde con las zonas del SNC en las que


existe un predominio de axones mielinizados. El co-
lor blanquecino, especialmente visible en especíme-
nes sin fijar, se debe a su alto contenido en mielina,
que está formada básicamente por lípidos. La sus-
tancia blanca está muy organizada. La agrupación de
axones mielinizados, con un trayecto y función pre-
cisos, suele denominarse fascículo, cordón o tracto.
La división del SNC en sustancia gris y sustancia
blanca es muy útil para una primera aproximación a
la estructuración elemental del SNC. Esta división,
sin embargo, no es absoluta en ningún lugar del
SNC. La presencia de sustancia gris o blanca puede FIGURA 1-14
resaltarse, en estructuras fijadas, mediante determi- Corte transversal del mesencéfalo donde pueden observarse
nados métodos de coloración. Por ejemplo, el méto- los núcleos de origen (derecho e izquierdo) de los nervios ocu-
lomotores. Los cilindroejes (flechas) se originan a partir de las
do de Weigert tiñe la mielina de manera específica. neuronas que forman los núcleos y discurren hacia delante
Esto permite resaltar la sustancia blanca e, indirec- para emerger en la superficie mesencefálica. La tinción se ha
tamente y por contraste, la sustancia gris. realizado con el método de Bodian.
CAPÍTULO 2

Anatomía macroscópica y estructura general


de la médula espinal

Mi ANATOMÍA MACROSCÓPICA FIGURA 2-1


DE LA MÉDULA ESPINAL Visión lateral derecha
de la médula espinal
para observar su situa-
Situación y forma ción con respecto a la
columna vertebral. En
La médula espinal es la parte del SNC que se en- rosa se han representa-
cuentra alojada en el conducto vertebral. Tiene el as- do los segmentos medu-
pecto de un cordón cilíndrico ligeramente aplasta- lares cervicales; en azul
los torácicos; en verde
do de delante hacia atrás, mide 40-42 cm de longitud oscuro los lumbares; en
y 1 cm de ancho, y pesa unos 35 g. Por su extremo verde claro los sacros;
craneal se continúa con la médula oblonga. Su ex- en rojo los coccígeos.
tremo caudal termina a la altura del cuerpo de la Las letras indican la si-
vértebra L2. Así, no ocupa toda la longitud del con- tuación de los segmen-
tos de la columna ver-
ducto vertebral (fig. 2-1). Como veremos más ade- tebral.
lante, este hecho tiene gran importancia práctica.
Además, la médula espinal sufre ligeros desplaza-
mientos en dirección craneocaudal, siguiendo los
movimientos de la columna vertebral. Por otra par-
te, el límite inferior de la médula espinal está some-
tido a variaciones. En los niños y en las mujeres es
frecuente que se sitúe por debajo del límite marca-
do anteriormente.
El diámetro de la médula espinal no es unifor-
me. Se engruesa en los segmentos que dan origen a
los nervios espinales destinados a inervar las extre-
midades. Así, la médula presenta un engrosamiento
o intumescencia cervical y una intumescencia
lumbosacra (fig. 2-1). En su porción inferior, la mé-
dula espinal se estrecha rápidamente y termina en
forma de cono invertido: el cono medular. El vérti-
ce de este cono se continúa con una zona atrofiada,
el filum terminal o espinal, que se ancla al cóccix.
La médula espinal presenta las mismas curvaturas
anteroposteriores que el conducto vertebral donde
se aloja. Sin embargo, estas curvaturas son menos
1 PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 2-2
Visión anterior de un segmento
medular. En la mitad izquierda
de la sustancia gris se ha repre-
sentado la situación de la lámi-
nas de Rexed, mientras que en la
mitad derecha se han representa-
do los núcleos.
1 Fisura media anterior.
2 Surco anterolateral.
3 Raíz anterior.
4 Ganglio espinal.
5 Raíz posterior.
6 Surco posterolateral.
7 Surco medio posterior.
8 Tabique medio posterior.
9 Sustancia gelatinosa.
10 Núcleo sensitivo propio.
11 Columna intermediolateral.
12 Columna torácica (C8-L3).

pronunciadas ya que la médula sigue el camino más segmento con respecto a las vértebras, deben con-
corto. sultarse los tratados apropiados. Como norma ge-
neral, válida entre la vértebra C2 y la vértebra T10,
puede obtenerse el segmento medular correspon-
Segmentos medulares diente a una vértebra sumándole dos dígitos. Así, a
la vértebra torácica T8 le corresponde el décimo seg-
De la médula espinal salen 32 pares de nervios mento medular. Las luxaciones de las vértebras son
espinales. Cada uno de estos nervios se origina por más probables en las zonas de la columna verte-
medio de dos raíces, una anterior y otra posterior bral con mayor movilidad. Éstas son, por orden de-
(fig. 2-2). Esta última presenta, cerca de su origen, creciente, las articulaciones entre C5-C6, T12-L1
un engrosamiento denominado ganglio espinal. y C1-C2.
Las dos raíces se fusionan cuando salen del conduc-
to vertebral por el agujero intervertebral, y forman el
nervio espinal. Tanto las raíces anteriores como las Configuración externa
posteriores se forman por la confluencia de fibras
radiculares finas, los filetes radiculares, que salen de La médula espinal está recorrida en toda su lon-
la médula espinal. gitud por cuatro surcos, dos impares y dos pares
Cada región de la médula espinal de la que esca- (fig. 2-2).
pa un par de nervios espinales se denomina seg-
mento medular. Aunque la médula espinal es un e Los surcos impares son continuos y se sitúan en
todo continuo, se considera que, funcionalmente, el plano mediano, uno en la cara ventral, la fisu-
está formada por la superposición de 31-32 segmen- ra o surco medio anterior, y otro en la cara dor-
tos medulares. Existen tantos segmentos medulares sal, el surco medio posterior (fig. 2-3). El surco
como vértebras constituyen la columna vertebral. medio anterior es muy profundo y está ocupado
Así, hay 8 segmentos cervicales, 12 torácicos, 5 lum- por una prolongación de la piamadre y por vasos
bares, 5 sacros y 1-2 coccígeos. sanguíneos. El surco medio posterior se prolonga
Dado que la médula espinal es más corta que el hacia delante con un tabique glial, el tabique
conducto vertebral donde se aloja, no existe corres- medio posterior.
pondencia topográfica entre los segmentos medula- e Los surcos pares son discontinuos. Delimitan las
res y las vértebras (fig. 2-1). Este hecho tiene gran cuatro caras que pueden distinguirse en la mé-
importancia clínica, ya que la luxación vertebral es dula espinal, y están determinados por la salida
una causa frecuente de lesiones medulares. Para co- de las raíces anterior y posterior de los nervios es-
nocer con exactitud la posición de un determinado pinales. Los surcos anterolaterales se sitúan a
2 ANATOMÍA MACROSCÓPICA Y ESTRUCTURA GENERAL DE LA MÉDULA ESPINAL

co posterolateral. El asta posterior se divide de


atrás hacia delante en vértice, cabeza, cuello y
base. Esta última se continúa con la región in-
termedia.
De las astas anterior y posterior salen los file-
tes radiculares que, al emerger en la superficie
de la médula, se reúnen y forman las raíces ante-
rior y posterior de los nervios espinales.
e Sustancia blanca. Se halla dividida en cordo-
nes. En cada hemimédula se distinguen tres cor-
dones:
- Cordón anterior. Está situado entre la salida de
los filetes radiculares anteriores, el asta anterior y
el surco medio anterior. Entre los dos cordones
anteriores hay una banda transversal de sustan-
cia blanca, la comisura blanca anterior, que se
FIGURA 2-3
Exposición de varios segmentos medulares cervicales tras
abrir el conducto vertebral desde el plano posterior.
1 Surco medio posterior.
Surco posterolateral.
3 Raíz posterior.
4 Duramadre.

ambos lados del surco medio anterior, mientras


que los surcos posterolaterales se sitúan a am-
bos lados del surco medio posterior (fig. 2-3).

Mi ESTRUCTURA GENERAL
DE LA MÉDULA ESPINAL
Estructura macroscópica

En la médula espinal, la sustancia gris se dispone


en profundidad, mientras que la sustancia blanca lo
hace periféricamente. Esta estructuración se pone de
manifiesto claramente en los cortes transversales
(figs. 2-4 A y B).

e Sustancia gris. Tiene forma de H, o de mariposa


con las alas extendidas. La rama horizontal de FIGURA 2-4
la H, la comisura gris, cruza la línea media y Cortes transversales de la médula torácica (A), teñida con el
une las dos ramas verticales. En su zona central método de Kliiver-Barrera para poner de manifiesto las fibras
presenta un pequeño conducto, el conducto y los cuerpos neuronales, y de la médula lumbar (B), teñida
central del epéndimo. Las dos ramas verticales con el método de impregnación argéntica de Cajal.
se dividen, de delante hacia atrás, en un asta an- 1 Comisura gris. 8 Cordón anterior.
2 Asta anterior. 9 Cordón lateral.
terior, que es la más voluminosa, una región in- 3 Asta lateral. 10 Cordón posterior.
termedia, que en los segmentos torácicos está 4 Asta posterior. 11 Comisura blanca anterior.
5 Vértice del asta posterior. 12 Conducto central del epéndimo.
muy desarrollada y forma el asta lateral, y un
6 Cabeza del asta posterior. 13 Raíz posterior.
asta posterior, que se afila y se aproxima al sur- 7 Cuello del asta posterior. 14 Raíz anterior.
Nu PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

sitúa entre la comisura gris y el surco medio an- precisa de las áreas del interior de la sustancia gris,
terior. son útiles para describir los orígenes y terminacio-
- Cordón lateral. Se sitúa entre las astas anterior y nes de las conexiones nerviosas y han resuelto las
posterior. Externamente está delimitado por la confusiones terminológicas. Además, la división en
salida de los filetes radiculares anteriores y pos- láminas es muy útil para los estudios sobre la or-
teriores. ganización de la médula espinal, ya que las dife-
- Cordón posterior. Está comprendido entre la sa- rencias histológicas entre las diferentes láminas se
lida de los filetes radiculares posteriores, el asta corresponde con diferencias funcionales. Sin em-
posterior y el surco medio posterior. bargo, esta división es demasiado compleja y se uti-
liza poco en la práctica clínica.
El tamaño de las astas y los cordones de la médu-
la espinal no es igual en todos los segmentos me- +
Núcleos. La figura 2-2 recoge la situación de los
dulares, sino que depende del nivel. Así, a la altura de principales núcleos de la médula espinal y los seg-
las intumescencias cervical y lumbosacra, el asta an- mentos por los que se extienden:
terior es voluminosa y se expande lateralmente. En - Enel asta anterior se disponen, dependiendo del
la región torácica el asta posterior aparece muy afila- segmento, de cinco a seis columnas de sustan-
da y, además, está presente el asta lateral (fig. 2-4 A). cia gris que se extienden a lo largo de la médula
La proporción entre las áreas ocupadas por las sus- espinal. Están formadas por agrupaciones de mo-
tancias gris y blanca también varía según la altu- toneuronas destinadas a inervar el tronco y las ex-
ra medular. En los segmentos cervicales predomina tremidades.
la sustancia blanca sobre la gris, ya que a este nivel - En el asta posterior existen dos núcleos impor-
se encuentran los cilindroejes tanto ascendentes tantes:
como descendentes de todos los segmentos medu- Sustancia gelatinosa de Rolando. Se sitúa
lares. Por el contrario, en los segmentos sacros la dorsalmente al vértice del asta posterior. En pie-
sustancia gris predomina sobre la blanca (compáren- zas sin fijar, tiene un aspecto transparente.
se las figs. 2-4 A y B). Núcleo sensitivo propio. Se sitúa cerca de la
El estudio de la organización precisa de los cor- base del asta posterior.
dones medulares requiere un conocimiento deta- - En la región intermedia se ubican tres núcleos
llado del resto de los componentes del SNC, que lle- importantes, aunque no se extienden a lo largo de
varemos a cabo más adelante. la médula espinal:
Columna intermediolateral. Se extiende en-
tre T1 y L1, donde forma el asta lateral. Está for-
Organización de la sustancia gris mada por neuronas preganglionares pertenecien-
tes al sistema nervioso vegetativo simpático.
Los diferentes tipos neuronales que conforman Núcleo parasimpático sacro. Se extiende en-
la sustancia gris de la médula espinal no se hallan tre S2 y S4. Se sitúa en la misma región lateral
dispuestos al azar sino que se organizan en núcleos que el núcleo anterior, pero no forma el asta late-
o columnas más o menos continuas a lo largo de ral. Está formado por neuronas preganglionares
toda la médula. La existencia de los núcleos tiene pertenecientes al sistema nervioso vegetativo pa-
implicaciones funcionales, pero su sistematización rastmpático.
es poco precisa y ha sido objeto de diferentes in- Columna torácica o núcleo torácico de
terpretaciones. Unos autores han prestado aten- Stilling-Clarke. Se localiza en la superficie me-
ción al tamaño neuronal y al aspecto del núcleo; dial de la sustancia gris, próxima a la base del
otros han considerado su localización y función; asta posterior. Se extiende desde C7 a L2 y está
en ocasiones, los núcleos se han denominado por relacionada funcionalmente con el cerebelo.
un epónimo. + Láminas de Rexed. La figura 2-2 ilustra la situa-
Atendiendo a las características de las neuronas y ción de las diez láminas de Rexed, que se designan
al tipo de sinapsis, la sustancia gris de la médula es- con números romanos de atrás hacia delante. El
pinal puede dividirse en láminas o capas: las láminas asta posterior incluye las láminas 1 a VI; la región
de Rexed (fig. 2-2). Éstas se extienden a lo largo de intermedia está formada principalmente por la lá-
toda la médula, permiten una identificación más mina VII, y el asta anterior contiene una parte de
2 ANATOMÍA MACROSCÓPICA Y ESTRUCTURA GENERAL DE LA MÉDULA ESPINAL

la lámina VII y las láminas VII y IX: esta última o Neuronas motoras (motoneuronas). Se asien-
aparece fragmentada. La lámina X se localiza en tan en la lámina IX del asta anterior. Sus axones
la comisura gris. Debemos tener en cuenta que la salen de la médula espinal por las raíces anterio-
forma y la extensión relativa de las láminas sufre res e intervienen en el movimiento. Existen dos ti-
modificaciones a lo largo de la médula espinal. pos de motoneuronas, las alfa y las gamma:
- Las alfa son de tamaño grande. Inervan los
músculos esqueléticos y, por lo tanto, controlan
División funcional de la sustancia gris los movimientos corporales.
- Las gamma son de tamaño pequeño. Inervan
Las neuronas que ocupan la sustancia gris de la los músculos intrafusales, controlando el tono
médula espinal pueden dividirse en cuatro tipos fun- muscular.
cionales básicos: e Neuronas preganglionares. Se sitúan en la re-
gión intermedia y pertenecen al sistema nervioso
Neuronas informativas o sensitivas. Se encuen- vegetativo.
tran fundamentalmente en el asta posterior. Son
segundas neuronas que se conectan con las pri- (El sistema nervioso vegetativo tiene dos compo-
meras neuronas situadas en un ganelio raquídeo. nentes: el simpático y el parasimpático. Cada uno de
Están influidas principalmente por los impulsos ellos presenta dos neuronas encadenadas, una pre-
que entran a través de las raíces posteriores, y sus ganglionar situada dentro del SNC, y otra posgan-
axones ascienden a niveles supraespinales, glionar situada en un ganglio vegetativo.)
Neuronas internunciales, de asociación o in- Simplificando, podríamos decir que el asta ante-
terneuronas. Son neuronas de cilindroeje corto rior es «motora», la región intermedia «vegetativa» y
que intervienen en la integración segmentaria e el asta posterior «sensitiva». Esta afirmación no es
intersegmentaria. Son muy abundantes y se en- del todo exacta desde el punto de vista neurobioló-
cuentran dispersas en todas las láminas. gico, pero resulta útil para la clínica neurológica,
CAPÍTULO 3

Anatomía macroscópica y estructura general


del tronco del encéfalo

Mi ANATOMÍA MACROSCÓPICA dúnculos cerebelosos al cerebelo, que se sitúa dor-


DEL TRONCO DEL ENCÉFALO salmente al tronco del encéfalo.
El tronco del encéfalo se halla recorrido por ele-
Partes constituyentes y situación mentos del sistema ventricular (fig. 3-1). El IV ven-
trículo se sitúa entre la porción dorsal de la médu-
El tronco del encéfalo es la porción del SNC la oblonga y el puente, y la porción ventral del
comprendida entre la médula espinal y el diencéfalo. cerebelo. El IV ventrículo se comunica en direc-
Se divide en tres partes (fig. 3-1) que se superponen ción craneal con el MI ventrículo por medio de
caudocranealmente: la médula oblonga o bulbo, un conducto, el acueducto del mesencéfalo (de
el puente o protuberancia y el mesencéfalo. Cada Silvio), que se sitúa excéntricamente en el espesor
una de estas tres partes está unida por medio de pe- del mesencéfalo.

FIGURA 3-1
Visión medial de una sección mediosagital de la cabe-
za que muestra la posición y relaciones del tronco del
encéfalo. Puede observarse la situación de los ven-
trículos 11! y IV y del acueducto mesencefálico.
1 Mesencéfalo.
2 Puente.
3 Bulbo.
4 Cerebelo.
5 Médula espinal.
6 Porción basilar del occipital.
7 Fosa hipofisaria.
8 Cuerpo calloso.
9 Hoz del cerebro.
10 Seno sagital superior.
11 Seno recto.
12 Acueducto del mesencéfalo.
DEZA — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Caudalmente, el IV ventrículo se continúa con el


conducto central del epéndimo.
El tronco del encéfalo descansa sobre un plano
inclinado representado por el clivus del occipital y la
cara posterior del dorso de la silla del esfenoides
(fig. 3-1). De aquí que el eje mayor del tronco del en-
céfalo sea oblicuo hacia arriba y hacia delante.

Anatomía descriptiva de la superficie


del tronco del encéfalo

Visto en conjunto, el tronco del encéfalo es un


vástago alargado en el que pueden distinguirse cua-
tro caras: una anterior, una posterior y dos laterales.

CARA ANTERIOR

En esta cara del tronco del encéfalo (figs. 3-2


y 3-3) encontramos dos surcos transversales pro-
fundos:

e Surco bulbopontino. Se sitúa entre la médula


oblonga y el puente. De este surco se originan,
de medial a lateral, los nervios craneales abdu-
cens (VD), facial (VIT) y vestibulococlear (VID.
+ Surco pontopeduncular. Se sitúa entre el puen-
te y los pedúnculos cerebrales del mesencéfalo.
FIGURA 3-2
La cara anterior de la médula oblonga presen- Fotografía de la cara anterior del tronco del encéfalo. Los ner-
ta un surco medio, la fisura media anterior, que vios craneales se indican en números romanos.
se continúa con el existente en la médula espinal. 1 Surco pontopeduncular.
Este surco está cruzado en su porción inferior por Surco bulbopontino.
3 Pirámides del bulbo.
fibras de la vía piramidal, la denominada decusa- 4 Fisura media anterior.
ción de las pirámides, que constituye su límite in- 5 Decusación de las pirámides.
6 Surco anterolateral.
ferior. A ambos lados de la línea media existen dos 7 Oliva.
relieves longitudinales, las pirámides de la médu- 8 Pedúnculo cerebeloso medio izquierdo.
9 Surco basilar.
la oblonga, que están limitados lateralmente por el 10 Pedúnculo cerebral derecho.
surco anterolateral. Por este surco sale el nervio 11 Fosa interpeduncular.
hipogloso (XII). Además, el surco anterolateral se- 12 Cuerpo mamilar.
13 Quiasma óptico.
para la cara anterior de la médula oblonga de la la- 14 Tracto óptico.
teral, y es continuación del surco homólogo de la
médula espinal.
La cara anterior del puente muestra un canal La cara anterior del mesencéfalo presenta dos
medio, el surco basilar, donde se apoya la arteria relieves longitudinales voluminosos, los pedúncu-
del mismo nombre. A los lados de este surco el puen- los cerebrales (crura cerebri), que divergen hacia
te protruye. Esta cara se continúa insensiblemente arriba y hacia fuera delimitando entre sí la fosa in-
hacia los lados con los pedúnculos cerebelosos terpeduncular, el fondo de la cual está perforado
medios. La salida del nervio trigémino (V) puede por numerosos orificios vasculares (espacio perfo-
tomarse como límite lateral de esta cara. rado posterior). Del borde medial del pedúnculo ce-
3 ANATOMÍA MACROSCÓPICA Y ESTRUCTURA GENERAL DEL TRONCO DEL ENCÉFALO [PEJES

rebral emerge el nervio oculomotor (11). La cara an- homólogo del surco homónimo de la médula espi-
terior del mesencéfalo se continúa cranealmente, sin nal, por donde emergen, de craneal a caudal, los
un límite preciso, con el hipotálamo. nervios glosofaríngeo (IX), vago (X) y accesorio (XI).
Las caras laterales del puente están represen-
tadas por los pedúnculos cerebelosos medios.
CARAS LATERALES Las caras laterales del mesencéfalo presentan
dos surcos. Uno, el surco lateral del mesencéfalo,
Las caras laterales de la médula oblonga es oblicuo y delimita dorsalmente cada pedúnculo
(figs. 3-2 y 3-3) constituyen la prolongación supe- cerebral. El otro, el surco interpeduncular, es casi
rior de los cordones laterales de la médula espinal. horizontal y separa los pedúnculos cerebelosos me-
En su porción superior existe un relieve ovoidal im- dios de los superiores. Entre ambos surcos existe
portante: la oliva. Las caras laterales están separa- una superficie triangular denominada trígono del
das de la cara posterior por el surco posterolateral, lemnisco.

FIGURA 3-3
Visión esquemática de las caras anterior (A), lateral (B) y posterior (C) del tronco del encéfalo. En esta última se ha eliminado el
cerebelo después de haber seccionado los pedúnculos cerebelosos. Los nervios craneales se indican en números romanos.
Cara anterior: Caras laterales: Cara posterior: 23 Colículo inferior.
1 Surco bulbopontino. Médula oblonga: Médula oblonga: 24 Brazo del colículo.
2 Surco pontopeduncular. 9 Oliva. 15 Surco medio posterior Otras estructuras:
Médula oblonga: 10 Surco posterolateral. 16 Pedúnculos cerebelosos inferiores. 25 Epífisis.
3 Fisura mediana anterior. Puente: 17 Velo medular inferior. 26 Quiasma óptico.
4 Pirámides del bulbo. 11 Pedúnculos cerebelosos 18 Fosa romboidea. 27 Cuerpo mamilar.
5 Surco anterolateral. medios. Puente:
Puente: Mesencéfalo: 19 Pedúnculo cerebeloso superior.
6 Surco basilar. 12 Surco lateral del 20 Velo medular superior.
Mesencéfalo: mesencéfalo. Mesencéfalo:
7 Pedúnculo cerebral. 13 Surco interpeduncular, 21 Lámina del techo.
8 Fosa interpeduncular. 14 Trígono del lemnisco. 22 Colículo superior.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

CARA POSTERIOR La cara posterior de la médula oblonga presen-


ta dos partes diferenciadas: una inferior y otra su-
Esta cara se encuentra oculta en gran parte por el perior (figs. 3-4 y 3-5).
cerebelo. Para visualizarla debemos extirpar el cere-
belo seccionando los tres pares de pedúnculos ce- e En la mitad inferior se encuentra el surco me-
rebelosos. Al realizar esta maniobra abrimos el IV dio posterior, continuación del existente en la
ventrículo exponiendo su suelo, que tiene forma de médula espinal. A los lados del surco medio se
rombo y se denomina fosa romboidea (figs. 3-4 hallan los cordones posteriores, también conti-
y 3-5). Esta fosa se encuentra a caballo entre la mé- nuación de los existentes en la médula espinal.
dula oblonga y el puente, estando limitada por los e Enla mitad superior se observan los pedúnculos
bordes mediales de los pedúnculos cerebelosos. cerebelosos inferiores, que divergen a medida
que ascienden. Entre ellos se extiende una lámina
delgada, el velo medular inferior (fig. 3-3). Al ex-
tirpar esta lámina, aparece la porción bulbar del
suelo del IV ventrículo (figs. 3-4 y 3-5), que se halla
delimitada cranealmente por una línea que pasa
por los ángulos externos de la fosa romboidea.
En su porción bulbar, la fosa romboidea presenta
un surco medio longitudinal, el surco medio, por

FIGURA 3-4 FIGURA 3-5


Visión dorsal del tronco del encéfalo tras eliminar la escama Exposición de la fosa romboidea, en verde, después de haber
del occipital, el arco vertebral de las vértebras C1 y C2 y el ce- quitado el cerebelo y los velos medulares.
rebelo. Los nervios craneales se indican en números roma- Pedúnculo cerebeloso inferior.
nos. La flecha blanca indica el conducto auditivo interno del Pedúnculo cerebeloso medio.
J0D0OAa0N

lado izquierdo. Pedúnculo cerebeloso superior.


1 Surco medio posterior. 8 Fosita superior. Surco medio.
2 Trígono del hipogloso. 9 Locus caeruleus. Colículo facial.
3 Fosita inferior. 10 Pedúnculos cerebelosos. Trígono del hipogloso.
4 Área vestibular. 11 Trígono del lemnisco. Fosita inferior.
5 Estrías medulares. 12 Colículo inferior. Área vestibular,
000

6 Colículo facial. 13 Colículo superior. Estrías medulares.


7 Surco medio. 14 Cuerpo pineal. Locus caeruleus.
_—
3 ANATOMÍA MACROSCÓPICA Y ESTRUCTURA GENERAL DEL TRONCO DEL ENnCÉFALO [PEN

fuera del cual se muestran tres superficies triangu- por sustancia blanca. La única excepción se encuen-
lares que son, de medial a lateral: una eminencia tra a nivel del colículo superior, donde la sustancia
blanquecina, el trígono del hipogloso; una de- eris se dispone en superficie formando una auténti-
presión grisácea, la fosita inferior, y una eminen- ca corteza. Los núcleos del tronco del encéfalo pue-
cia blanquecina, el área vestibular. El interés de den dividirse básicamente en tres tipos: núcleos in-
estas tres superficies estriba en que están relacio- tercalados en grandes vías nerviosas, núcleos de
madas, respectivamente, con los núcleos de los origen de los nervios craneales y núcleos de la for-
nervios hipogloso y vago y con los núcleos vestibu- mación reticular. La sustancia blanca se agrupa
lares. En el límite con la porción pontina existen formando tractos muy mielinizados. Estos tractos
varios cordoncillos blanquecinos transversales, son muy numerosos, dado que el tronco del encéfalo
denominados estrías medulares (figs. 3-4 y 3-5). es un punto de paso de numerosas vías nerviosas.

La cara posterior del puente presenta los pe-


- dúnculos cerebelosos superiores, que confluyen en Regiones topográficas
su extremidad superior. Entre ellos se extiende una
lámina delgada de sustancia blanca, el velo medu- Con el propósito de localizar los diversos compo-
lar superior (fig. 3-3). Una vez eliminado este velo, nentes del tronco del encéfalo, es necesario estable-
descubrimos la porción pontina de la fosa romboidea cer una serie de planos que nos permitan hacer
(figs. 3-4 y 3-5). A nivel del puente, la fosa romboi- grandes divisiones topográficas para facilitar el es-
dea presenta un surco medio en cuyos lados se ob- tudio (fig. 3-6).
servan, de medial a lateral: un relieve redondeado, el
colículo facial, levantado por el núcleo del nervio ab-
MÉDULA OBLONGA
ducens y la rodilla del facial; una depresión, la fosita
superior, en relación con el núcleo motor del nervio
A nivel bulbar hemos de establecer una división
trigémino, y una zona gris azulada, el locus caeru-
inicial a dos alturas diferentes: una inferior, por de-
leus, situada por encima de la fosita superior y de
bajo de la fosa romboidea, y otra superior, a nivel de
gran interés funcional. Finalmente, cerca del ángulo
esta fosa.
externo se observa una superficie que es prolonga-
ción craneal del área vestibular del bulbo. Un canal e En la mitad inferior distinguimos tres porciones
vertical poco profundo, el surco limitante, recorre el
separadas por dos líneas transversales de referen-
suelo del IV ventrículo por fuera del surco medio.
cia. La primera de estas líneas pasa por detrás de
La cara posterior del mesencéfalo está consti-
las pirámides del bulbo, que están ocupadas por
tuida fundamentalmente por la lámina del techo o un haz muy mielinizado, la vía piramidal. La se-
tectal (figs. 3-3 y 3-4), que muestra cuatro eminen- gunda línea pasa por el conducto central. Estas
cias redondeadas, dos superiores y dos inferiores, de- dos líneas delimitan, de delante hacia atrás, tres
nominadas colículos. Los colículos superiores están porciones: una porción anterior o pie, situada
relacionados con la vía óptica, y los inferiores con la ventralmente a la primera línea; una porción me-
vía auditiva. Cada colículo está unido por un relieve, dia, el tegmento bulbar, situada entre ambas lí-
el brazo del colículo, a unos relieves del diencéfalo neas, y una porción dorsal a la segunda línea.
llamados cuerpos geniculados. El brazo superior
e Enla mitad superior de la médula oblonga, la
une el colículo superior al cuerpo geniculado late-
porción dorsal desaparece de modo que única-
ral, mientras que el brazo inferior une el colículo in- mente se distinguen dos porciones: la porción
ferior al cuerpo geniculado medial. Por debajo de anterior o pie y el tegmento. El tegmento está
los colículos inferiores emerge el nervio troclear (1V).
delimitado dorsalmente por la superficie de la
fosa romboidal.
Mi ESTRUCTURA GENERAL
DEL TRONCO DEL ENCEFALO PUENTE

En el tronco del encéfalo, la sustancia gris apa- Se pueden distinguir dos porciones. El límite
rece fragmentada en forma de núcleos rodeados entre ambas se corresponde con la existencia de un
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

AO 18

SY

FIGURA 3-6
Visión esquemática de los principales núcleos del tronco del encéfalo. El lado derecho muestra una visión anterior del tron-
co del encéfalo. La situación de los núcleos se observa por transparencia. El lado izquierdo muestra cortes transversales a
diferentes niveles del troncoencéfalo: los dos inferiores pasan por el bulbo, el medio por el puente y el superior por el me-
sencéfalo. Los núcleos estriomotores están representados en rojo; los parasimpáticos en negro; los aferentes en azul; los nú-
cleos intercalados en grandes vías nerviosas en verde. Las letras situadas en el lado izquierdo de los cortes transversales in-
dican las regiones topográficas: B, base del pedúnculo cerebral; PA, porción anterior; PD, porción dorsal; T, tegmento; TM,
techo mesencefálico.
1 Vía piramidal. Núcleos mediales estriomotores: Núcleos eferentes ventrales:
2 Lemnisco medial. 12 Núcleo del nervio hipogloso. 19 Núcleo ambiguo.
Núcleos intercalados en grandes vías: 13 Núcleo del nervio abducens. 20 Núcleo del nervio facial.
3 Sustancia negra. 14 Núcleo del nervio troclear. 21 Núcleo motor del nervio trigémino.
4 Núcleo grácil. 15 Núcleo del nervio oculomotor. Núcleos aferentes dorsales:
5 Núcleo cuneiforme. Núcleos parasimpáticos: 22 Núcleo solitario.
6 Núcleo olivar inferior. 16 Núcleo dorsal del nervio vago. 23 Núcleos vestibulares.
7 Núcleo olivar accesorio medial. 17 Núcleos salivatorios y núcleo lagrimal. 24 Núcleos cocleares.
8 Núcleo olivar accesorio posterior. 18 Núcleo oculomotor accesorio. Núcleos aferentes ventrales:
9 Núcleos del puente. 25 Núcleo espinal del nervio trigémino.
10 Núcleo olivar superior. 26 Núcleo póntico del nervio trigémino.
11 Núcleo rojo. 27 Núcleo mesencefálico del nervio trigémino.
3 ANATOMÍA MACROSCÓPICA Y ESTRUCTURA GENERAL DEL TRONCO DEL ENCÉFALO

fascículo mielinizado, el lemnisco medial, que se


sitúa en la unión del tercio posterior con los dos
tercios anteriores del puente. Todo lo que se sitúa
ventralmente al lemnisco es la porción anterior o
basilar del puente. La zona situada entre la por-
ción anterior y el suelo del IV ventrículo es el teg-
mento pontino.

MESENCÉFALO

Se pueden distinguir tres porciones separadas


por dos líneas de referencia. La primera línea pa-
sa por delante de la sustancia negra. La sustancia FIGURA 3-7
negra es un núcleo, reconocible a simple vista por Visión inferior de un corte transversal del mesencéfalo teñido
su coloración negra característica, que se halla si- con el método de Mulligan.
tuado en la unión del tercio anterior con los dos Colículo inferior.
0DaRIAO0N—

Acueducto mesencefálico.
tercios posteriores del mesencéfalo (fig. 3-7). La
Sustancia gris central.
segunda línea de referencia pasa por el acueducto Lemnisco medial.
mesencefálico. Las dos líneas transversales estable- Sustancia negra.
Base del pedúnculo cerebral.
cen, de delante hacia atrás, una porción anterior si-
tuada por delante de la sustancia negra, la base del
pedúnculo cerebral, una porción media situada NIVEL PONTINO (fig. 3-6)
entre las dos líneas, el tegmento mesencefálico, y
una porción dorsal a la segunda línea, el techo me- e Núcleos del puente. Se localizan en la porción
sencefálico. anterior del puente. Son numerosos, de tamaño
variable y se encuentran separados entre sí por fi-
bras muy mielinizadas.
Principales núcleos troncoencefálicos intercalados e Núcleo olivar superior. Es un núcleo pequeño
en grandes vías nerviosas que se sitúa en la zona anterolateral del tegmento.
Se denomina así por su aspecto, que recuerda al
NIVEL BULBAR (fig. 3-6) del núcleo olivar inferior.

e Núcleos grácil o delgado y cuneiforme. Son


dos núcleos voluminosos en forma de maza. Se NIVEL MESENCEFÁLICO (fig. 3-6)
sitúan en la porción dorsal, en el espesor de los
cordones posteriores, haciendo relieve en la cara e Sustancia negra. Se sitúa en la porción anterior
posterior del bulbo. El más medial es el núcleo del tegmento, por detrás de la base del pedúnculo
erácil, mientras que el más lateral es el núcleo cu- cerebral. Lo hemos mencionado anteriormente.
neiforme. Es un núcleo voluminoso, tiene forma de placa
AI Y. A O Y A

e Núcleo olivar inferior. Se sitúa en la mitad su- gruesa y aparece en secciones transversales como
perior del bulbo. Es voluminoso y determina el una media luna de concavidad dorsal. Se extien-
relieve de la oliva. Tiene forma de bolsa arruga- de desde el límite inferior del mesencéfalo hasta
da, de pared gruesa y abertura medial. La aber- la región subtalámica.
Pe AA

tura se denomina hilio del núcleo olivar. Aso- e Núcleo rojo. Se sitúa en el tegmento, cerca de la
ciados al núcleo olivar inferior se encuentran línea media, dorsalmente a la sustancia negra. Su
As

otros dos núcleos pequeños. Uno se sitúa me- color se debe a la presencia de pigmentos férri-
dialmente a la abertura y se denomina núcleo cos. Tiene forma de cilindro y, en secciones trans-
olivar accesorio medial, el otro se sitúa por de- versales, se observa como un círculo. Se extiende
trás del anterior y se denomina núcleo olivar en altura desde el nivel del colículo inferior hasta
accesorio posterior. el subtálamo.
| 28| PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Núcleos de origen de los nervios craneales respecto a la oliva antes de emerger en la superfi-
cie bulbar por el surco anterolateral. Esto permite
Los núcleos de origen de los nervios craneales se subdividir el tegmento bulbar en tres porciones:
sitúan en el tronco del encéfalo. En estos núcleos una central, localizada entre las raíces de los dos
se asientan neuronas cuyos cilindroejes eferentes hipoglosos, y dos laterales, una derecha y otra iz-
inervan los músculos estriados o los músculos lisos y quierda, situadas por fuera de la porción central.
glándulas. Además, reciben fibras aferentes cuyas Núcleo del nervio abducens (VI). Es redondea-
neuronas se asientan en los ganglios sensitivos de do, se sitúa en el puente y forma, junto con las fi-
los nervios craneales. Estos núcleos se encuentran bras del nervio facial, el relieve del colículo facial.
distribuidos a lo largo de los tres pisos del tronco del Núcleo del nervio troclear (IV). Es ovoideo y
encéfalo, siguiendo un patrón topográfico y funcio- pequeño, se sitúa en el mesencéfalo a la altura
nal comprensible si se tiene presente su origen em- del colículo inferior, inmediatamente por delan-
briológico. te del acueducto mesencefálico. Los cilindroejes
El denominado surco limitante separa en el em- del nervio troclear son los únicos que salen por
brión la placa basal, de la que proceden las neuronas el plano posterior del tronco del encéfalo. Ade-
eferentes, de la placa alar, de la que derivan las neuro- más, se cruzan totalmente poco antes de emerger
nas aferentes. En el troncoencéfalo del adulto, el sur- en la superficie.
co limitante se sitúa en el suelo del IV ventrículo por Núcleo del nervio oculomotor (111). Es alarga-
fuera de las eminencias mediales, marcando también do. Se localiza en el mesencéfalo, a la altura del
la frontera entre los dos tipos de neuronas. Así, los colículo superior e inmediatamente por delante
núcleos mediales son eferentes o motores, mien- del acueducto mesencefálico.
tras que los laterales son aferentes o sensitivos. Núcleos parasimpáticos (fig. 3-6). Están forma-
Dentro de cada uno de estos dos grupos funcionales dos por neuronas preganglionares cuyos cilindro-
pueden distinguirse, por su posición, dos subgrupos ejes emergen del tronco del encéfalo por los ner-
de núcleos: dorsales, que se disponen cerca del sue- vios oculomotor (111), facial (intermedio facial,
lo del TV ventrículo (haciendo incluso relieve en él) o VID), glosofaríngeo (IX) y vago (X). Aunque por el
del acueducto del mesencéfalo, y ventrales, que se lo- nervio trigémino no salen del tronco del encéfalo
calizan en la porción ventrolateral del tegmento. fibras preganglionares parasimpáticas, ramos de
este nervio sirven para llevar a su destino fibras
de este tipo. Se distinguen tres agrupaciones neu-
NÚCLEOS EFERENTES DORSALES ronales principales, aunque una de ellas puede
subdividirse funcionalmente en tres núcleos:
Por su situación y significación funcional, pueden Núcleo dorsal del nervio vago o vagal dorsal.
subdividirse en dos grupos: a) núcleos mediales es- Se sitúa en el bulbo, lateral y caudalmente al nú-
triomotores, y b) núcleos parasimpáticos, situa- cleo del nervio hipogloso. Produce una depresión
dos inmediatamente por fuera de los anteriores. en el suelo del IV ventrículo: la fosita inferior.
Las fibras que se originan en este núcleo se in-
e Núcleos mediales estriomotores (fig. 3-6). Es- corporan al nervio vago, inervando el músculo
tán formados por motoneuronas similares a las liso y las glándulas del territorio vagal.
que se encuentran en el asta anterior de la mé- Núcleos salivatorios inferior y superior, y nú-
dula espinal. Sus cilindroejes están destinados a cleo lagrimal. Se encuentran agrupados en la
inervar músculos derivados de los primeros mio- porción más superior del bulbo, por debajo del
tomos, es decir, músculos de la lengua y del globo núcleo del nervio facial. El núcleo salivatorio
ocular. Estas fibras salen del tronco del encéfa- inferior proporciona fibras para el nervio gloso-
lo por los nervios craneales 111, IV, VIy XI. Este faríngeo. El múcleo salivatorio superior se sitúa
grupo incluye: un poco por encima del anterior; proporciona fi-
- Núcleo del nervio hipogloso (XII). Tiene forma bras al nervio intermediofacial. El núcleo lagri-
de maza y se extiende a lo largo del bulbo, hacien- mal se localiza junto al salivatorio inferior; pro-
do relieve en el suelo del TV ventrículo: el trígono porciona fibras para la glándula lagrimal. Estas
del hipogloso. Los axones atraviesan el tegmento fibras salen del troncoencéfalo por el nervio glo-
bulbar hacia delante, pasando medialmente con sofaríngeo y, después de una estación sináptica,
3 ANATOMÍA MACROSCÓPICA Y ESTRUCTURA GENERAL DEL TRONCO DEL ENcéFALO PEE

llegan a la glándula por el ramo correspondiente originan en los somas de neuronas situadas en
del nervio trigémino. los ganglios de estos nervios. Antes de llegar al
- Núcleo oculomotor accesorio. Se sitúa en el núcleo, las fibras descienden en el espesor del
mesencéfalo junto al núcleo del nervio oculomo- bulbo formando el tracto solitario. Unas fibras
tor. Sus fibras emergen del troncoencéfalo, for- aportan impulsos gustativos, mientras que otras
man parte de este nervio y están destinadas a conducen impulsos generales de las vísceras iner-
inervar el músculo ciliar y el esfínter pupilar. vadas por estos nervios.
e Núcleos vestibulares. Son cuatro núcleos que
protruyen en el área vestibular del suelo del IV
NÚCLEOS EFERENTES VENTRALES (fig. 3-6)
ventrículo. Están constituidos por segundas neu-
ronas de la vía vestibular. Las fibras aferentes
Son tres núcleos que se encuentran alejados del
proceden del nervio vestibulococlear (VID).
suelo del IV ventrículo. Están constituidos por mo-
e Núcleos cocleares. Se sitúan por debajo del re-
toneuronas cuyos cilindroejes inervan músculos es-
ceso lateral del IV ventrículo, cerca de los núcleos
triados derivados de arcos branquiales.
vestibulares. Las fibras aferentes llegan a éste a
través del nervio vestibulococlear. Más adelante
e Núcleo ambiguo. Tiene forma cilíndrica. Se ex-
trataremos con más extensión tanto los núcleos
tiende en sentido vertical por casi toda la altura
vestibulares como los cocleares.
del bulbo, situándose por detrás de la oliva. Los
axones de sus neuronas se incorporan a los ner-
vios glosofaríngeo, vago y accesorio, inervando NÚCLEOS AFERENTES VENTRALES (fig. 3-6)
musculatura estriada procedente del tercer y
cuarto arcos branquiales. e Núcleo del nervio trigémino. Es el único repre-
e Núcleo del nervio facial. Se dispone en el puen- sentante de este grupo. Se extiende a lo largo de
te, por debajo y lateralmente al núcleo del nervio todo el tronco del encéfalo, desde la porción más
abducens. Los cilindroejes siguen un trayecto alta de la médula espinal hasta el nivel del co-
complejo antes de emerger en la superficie del lículo superior. Ocupa una posición lateroventral
troncoencéfalo: primero discurren hacia atrás, dentro del tegmento. Puede dividirse, por su si-
rodean luego el núcleo del nervio abducens de tuación y función, en tres porciones: los núcleos
medial a lateral, y se dirigen finalmente hacia de- espinal, póntico y mesencefálico. Las característi-
lante. Así, forman un asa alrededor del núcleo del cas morfofuncionales de estas tres porciones se
nervio abducens y contribuyen a formar el colícu- estudiarán más adelante.
lo facial. Inervan músculos estriados proceden-
tes del segundo arco branquial.
Formación reticular
e Núcleo motor del trigémino o motor trigemi-
nal. Es redondeado y se sitúa en el puente, apro-
Además de los núcleos neuronales descritos, el
ximadamente a la altura de la salida del nervio
tegmento del tronco del encéfalo está poblado por
trigémino. Sus cilindroejes inervan músculos es-
un conjunto de neuronas dispersas, cuyos somas y
triados procedentes del primer arco branquial.
prolongaciones forman una especie de malla tridi-
mensional que se denomina formación reticular.
NÚCLEOS AFERENTES DORSALES (fig. 3-6) Aunque las neuronas de la formación reticular es-
AO IO Y A Y

tán conectadas entre sí formando una estructura


Son tres núcleos que se localizan cerca del suelo compleja y multisináptica, pueden distinguirse en
del IV ventrículo, lateralmente al surco limitante. ella numerosos núcleos pequeños atendiendo a su
Están formados por segundas neuronas sensitivas y localización, al neurotransmisor que producen y a
AY

sensoriales. su papel funcional. La formación reticular intervie-


Y III

ne en el control de numerosas funciones, como los


e Núcleo solitario. Se extiende a lo largo del bulbo movimientos, la circulación sanguínea, la respira-
Y

por delante del núcleo dorsal del vago. Las fibras ción, los estados anímicos y de conciencia y el rit-
EIN

aferentes que terminan en él proceden de los ner- mo nictemeral. Debido a su importancia, la forma-
vios intermediofacial, vago y glosofaríngeo, y se ción reticular se estudiará en detalle más adelante.
CAPÍTULO 4

Anatomía macroscópica del cerebelo.


Estructura general. Divisiones

71 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL CEREBELO

Situación

El cerebelo se sitúa por detrás del tronco del en-


céfalo (fig. 4-1), al que se encuentra conectado por
medio de los pedúnculos cerebelosos. El cerebelo
se encuentra alojado en una especie de estuche os-
teofibroso (fig. 4-2) formado por una pared supe-
rior y otra inferior. La pared superior está constitui-
da por un pliegue horizontal de duramadre, la
tienda del cerebelo, y la inferior por las fosas ce-
rebelosas del occipital revestidas de duramadre.
Por término medio, el cerebelo de un varón adul-
to pesa unos 150 g y mide 10 cm de ancho, 5 cm de
alto y 6 cm en sentido anteroposterior.

Configuración externa

El cerebelo se puede aislar cortando los tres pa-


res de pedúnculos cerebelosos. Se observa entonces
que tiene forma de cono aplastado de arriba hacia
abajo, en el cual se pueden distinguir tres caras: su-
perior, inferior y anterior (fig. 4-3 A). Una aproxi-
mación inicial permite distinguir en el cerebelo tres
grandes zonas: una media, constituida por los ver-
FIGURA 4-1
mis superior e inferior, y dos laterales o hemisfe-
Visión anterior del tronco del encéfalo y de la mitad izquierda
rios cerebelosos.
de las caras anterior e inferior del cerebelo. Los nervios cra-
neales se indican en números romanos.
1 Pedúnculo cerebeloso medio.
CARA SUPERIOR (fig. 4-3 B) Flóculo.
00uUA0N

Plexo coroideo del IV ventrículo.


Borde circunferencial.
La cara superior del cerebelo tiene forma de Hemisferio cerebeloso (cara inferior).
tejadillo con dos vertientes laterales. Destaca la pre- Amígdala.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

530 A >
FIGURA 4-2
A. Visión medial de una sección mediosagital de la cabeza que
muestra la posición y relaciones del cerebelo. B. Visión supe-
rolateral de una disección en la que se ha eliminado el cere-
bro y la tienda del cerebelo. La pared externa del seno caver-
noso se ha reclinado hacia abajo (flechas). Los ventrículos y
los nervios craneales se indican en números romanos. FIGURA 4-3
Tienda del cerebelo. Cerebelo aislado visto desde los planos anterior (A), superior
Fosa cerebelosa revestida de duramadre.
J0040N—

(B) e inferior (C).


Puente.
1 Vermis superior. 7 Pedúnculos cerebelosos.
Glándula pineal.
2 Hemisferio cerebeloso. 8 Velo medular superior.
Colículo superior.
3 Borde circunferencial. 9 Nódulo.
Colículo inferior.
4 Escotadura anterior. 10 Flóculo.
Pedúnculo cerebeloso superior.
5 Escotadura posterior. 11 Amigdala.
Arteria cerebral media.
6 Vermis inferior.
00

Ganglio trigeminal.

sencia de una eminencia media alargada en direc- La cara superior del cerebelo está separada de la
ción anteroposterior: el vermis superior. Su extre- inferior por el borde circunferencial del cerebelo
mo más anterior recibe el nombre de língula. La que, visto desde arriba, presenta dos escotaduras pro-
cara superior de ambos lados del vermis es casi pla- fundas: una anterior, en relación con la cara posterior
na y desciende hacia los lados constituyendo la cara del mesencéfalo, y otra posterior. A su vez, el borde
superior de los hemisferios cerebelosos derecho circunferencial del cerebelo está recorrido por una fi-
e izquierdo. sura importante, denominada la fisura horizontal.
4 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL CEREBELO. ESTRUCTURA GENERAL. DIVISIONES EN

CARA INFERIOR (fig. 4-3 C) La corteza cerebelosa tiene aproximadamente


1 mm de grosor y su superficie está recorrida por
La cara inferior muestra, en la línea media, una numerosos surcos o fisuras cerebelosas. Estos sur-
depresión en la que hace relieve el vermis inferior, de cos o fisuras presentan una orientación precisa,
orientación y forma similar al superior. A ambos la- siendo transversales en los vermis y adoptando la
dos del vermis inferior se sitúan las caras inferiores de forma de curvas concéntricas a la escotadura ante-
los hemisferios cerebelosos, que son convexas hacia rior en los hemisferios cerebelosos. Cada porción
abajo. En su parte más anterior, a cada lado del ver- de corteza comprendida entre dos fisuras cerebelo-
mis, los hemisferios cerebelosos presentan una pro- sas recibe el nombre de lámina o circunvolución
minencia ovoidea, la amígdala cerebelosa, relacio- cerebelosa.
nada espacialmente con la médula oblonga. Los núcleos del cerebelo están empotrados en
En los casos de hipertensión intracraneal, la her- el cuerpo medular. Son cuatro estructuras pares que
niación de la amígdala y del tejido cerebeloso adya- se disponen en un plano anterior, cerca de la línea
cente en el agujero occipital puede provocar la com- media (figs. 4-4 y 4-5). De lateral a medial son:
presión de la médula oblonga y la muerte del sujeto
por afectación de los centros reflejos cardiorrespi-
ratorios del troncoencéfalo.

CARA ANTERIOR (fig. 4-3 A)

La cara anterior del cerebelo presenta una depre-


sión central en forma de fondo de saco que pertene-
ce al IV ventrículo. Esta depresión está limitada por
los pedúnculos cerebelosos a los lados, y por los ve-
los medulares superior e inferior en sus porciones su-
perior e inferior, respectivamente. El extremo ante-
rior del vermis superior, la língula, se sitúa por
encima de la depresión. El extremo anterior del ver-
mis inferior protruye por debajo, constituyendo el
nódulo. Por fuera de esta depresión central, y por
debajo de los pedúnculos cerebelosos inferiores, hay
unas prominencias denominadas flóculos. El nó-
dulo y los flóculos están unidos entre sí por la inser-
ción del velo medular inferior, constituyendo en con-
junto el lóbulo floculonodular.

Hi ESTRUCTURA GENERAL DEL CEREBELO


Estructura interna FIGURA 4-4
A. Visión anterior de la mitad posterior de una sección frontal
SUSTANCIA GRIS del cerebelo. La sustancia gris se ha teñido de azul, siguien-
do el método de Mulligan. B. Visión inferior de una disección
En el cerebelo, la sustancia gris se dispone tanto del cerebelo, siguiendo el método de Ludwing y Klingler, que
en superficie, donde constituye la corteza cerebelo- muestra la situación del núcleo dentado y el cuerpo medular.
sa, como en profundidad, donde forma los núcleos 1 Corteza cerebelosa. 8 Vermis superior.
2 Lámina cerebelosa. 9 Oliva.
del cerebelo (fig. 4-4). La masa voluminosa de sus- 3 Láminas blancas. 10 Pirámide del bulbo.
tancia blanca, que se halla situada por debajo de la 4 Fisura cerebelosa. 11 Puente.
5 Vermis inferior. 12 Pedúnculo cerebeloso medio.
corteza y que rodea los núcleos del cerebelo, se de- 6 Núcleo dentado. 13 Pedúnculo cerebeloso inferior.
nomina cuerpo medular. 7 Núcleo del fastigio 14 Cuerpo medular.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 4-5
Visión esquemática, observada
desde el plano superior, de la
mitad inferior de una sección
transversal del cerebelo donde
se muestra la situación de los
núcleos.
Núcleo dentado.
a-»-u0N—

Hilio del núcleo dentado.


Núcleo emboliforme.
Núcleo globoso.
Núcleo del fastigio.

e Núcleo dentado. Es el mayor y más externo de diferentes. Con el fin de visualizar a la vez toda la
los cuatro. Tiene forma de bolsa plegada abierta superficie del cerebelo, y poder representar en ella
hacia delante. La abertura se denomina hilio del los diferentes tipos de divisiones, se utiliza un es-
núcleo dentado. quema en el que el cerebelo aparece extendido en
e Núcleo emboliforme. Tiene forma de coma, con un plano (fig. 4-6). Para ello debemos imaginar que
la zona engrosada dirigida hacia delante. Se dis- el cerebelo ha sido abierto como si fuese una alme-
pone por delante y medialmente al hilio del nú- ja, siguiendo el plano marcado por la fisura hori-
cleo dentado. zontal.
e Núcleo globoso. Es alargado en sentido ante- Además de la fisura horizontal, existen otras dos
roposterior. Se sitúa medialmente al núcleo den- grandes fisuras: la primaria y la posterolateral.
tado. Éstas son profundas y constantes, aparecen en una
e Núcleo del fastigio. Es una masa gruesa en for- secuencia claramente definida durante el desarrollo
ma de cometa, situada muy cerca de la línea me- embrionario, y servirán para delimitar los lóbulos
dia, inmediatamente por encima del techo del IV del cerebelo (figs. 4-6 y 4-7).
ventrículo.
e La fisura primaria recorre transversalmente la
cara superior del cerebelo, dividiéndola aproxima-
SUSTANCIA BLANCA damente en dos mitades iguales.
e La fisura posterolateral se localiza en la cara
La sustancia blanca presenta, en los cortes del ce- anterior del cerebelo, en posición caudal respecto
rebelo (fig. 4-4), una disposición arborescente. Por al nódulo y los flóculos.
ello se conoce, en su conjunto, con el nombre de á»-
bol de la vida del cerebelo. Las prolongaciones de sus- Desde el punto de vista morfológico, la presen-
tancia blanca que irradian desde el cuerpo medular cia de estas fisuras permite hacer una división de la
hacia las láminas del cerebelo se denominan lámi- superficie del cerebelo en los siguientes lóbulos:
nas blancas.
e Lóbulo anterior. Es la porción de la cara supe-
rior del cerebelo que se sitúa por delante de la fi-
2 DIVISIÓN MORFOLÓGICA Y FILOGENÉTICA sura primaria (figs. 4-6 y 4-7).
DEL CEREBELO e Lóbulo posterior. Comprende la zona de las ca-
ras superior e inferior del cerebelo situadas entre
Las divisiones del cerebelo son difíciles de obser- la fisura primaria y la posterolateral (figs. 4-6
var dado que cada una de ellas se extiende por caras y 4-7).
4 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL CEREBELO. ESTRUCTURA GENERAL. DIVISIONES

AX

«3

FIGURA 4-7
22 Esquema que representa una visión lateral izquierda de una
sección mediosagital del cerebelo y del tronco del encéfalo.
Se muestra la división morfológica y filogenética del cerebe-
lo. El código de colores es el mismo que el utilizado en la fi-
FIGURA 4-6 gura 4-6.
El cerebelo se ha abierto de modo que toda superficie cere- 1 Fisura primaria. 5 Lóbulo posterior.
belosa puede representarse en un único plano. El diagrama de 2 Fisura posterolateral, 6 Lóbulo floculonodular.
la parte superior ilustra el método empleado. El neocerebelo 3 Fisura horizontal. 7 Língula.
se ha coloreado en verde, el paleocerebelo en rojoy el ar- 4 Lóbulo anterior.
queocerebelo en azul.
1 Fisura primaria. 6 Nódulo.
2 Fisura posterolateral. 7 Flóculo. Bajo el punto de vista filogenético, el cerebelo
3 Fisura horizontal. 8 Vermis inferior. puede dividirse en tres porciones. Esta división tiene
4 Lóbulo anterior. 9 Língula.
5 Lóbulo posterior.
mayor interés porque cada una de estas porciones
muestra una cierta identidad funcional y clínica.

e Lóbulo floculonodular. Está formado por el nó- e Arqueocerebelo. Es el segmento más antiguo.
dulo y los flóculos. Se sitúa en la cara anterior del Está constituido por la zona más anterior del ver-
cerebelo, cranealmente a la fisura posterolateral mis superior o língula y el lóbulo floculonodu-
(figs. 4-6 y 4-7). lar. Recibe fundamentalmente aferencias vestibu-
lares.
Además de esta división en lóbulos, la superficie e Paleocerebelo. Sigue en antigúedad al arqueoce-
del cerebelo puede subdividirse por medio de fisuras rebelo. Está formado por todo el lóbulo anterior
menos importantes en lobulillos, e incluso podrían (salvo la língula) y el vermis inferior (salvo el nó-
distinguirse otras divisiones más pequeñas. dulo). Recibe aferencias espinales.
Es importante señalar que la división morfológi- e Neocerebelo. Es el segmento filogenéticamente
ca que acabamos de comentar no tiene, por el mo- más joven. Se corresponde con el lóbulo poste-
mento, una aplicación en la práctica clínica. Ade- rior, exceptuando el vermis inferior. Recibe afe-
más, las fisuras que sirven de frontera entre lóbulos rencias pónticas que, en último término, provie-
y lobulíllos son a menudo difíciles de localizar. nen de la corteza cerebral.
CAPÍTULO 5

Anatomía macroscópica del diencéfalo.


Estructura general

Mi ANATOMÍA MACROSCÓPICA lo telencefálico correspondiente, hasta el orificio


superior del acueducto mesencefálico, que lo co-
Situación y límites munica con el IV ventrículo. Por debajo de este
surco, las caras laterales son lisas y tienen forma
El diencéfalo comprende el conjunto de estruc- triangular con el vértice hacia abajo. Con fre-
turas situadas alrededor del III ventrículo. Se si- cuencia las caras mediales del tálamo están uni-
túa profundamente en el encéfalo, a ambos lados del das entre sí por un puente de sustancia nerviosa,
plano medio, oculto por la cara medial de los hemis- denominado adhesión intertalámica.
ferios cerebrales a los cuales se encuentra fusionado. e La pared posteroinferior se extiende desde la
La cápsula interna, interpuesta entre el diencéfalo zona anterior de los pedúnculos cerebrales hasta
y los hemisferios cerebrales, constituye su límite la-
teral. Un plano virtual, trazado por encima de los
colículos superiores, separa el diencéfalo del me-
sencéfalo y se considera su límite inferior.

11l ventrículo

La descripción de este ventrículo nos ayudará a


situar el diencéfalo y a comprender la disposición de
los elementos que lo constituyen.
El III ventrículo tiene forma de embudo aplasta-
do lateralmente. Su vértice, el infundíbulo, está
orientado hacia abajo, apuntando hacia la fosa hipo-
IRA DIGAN Y UPON MANO ARA

fisaria del esfenoides. En el II ventrículo pueden FIGURA 5-1


distinguirse cinco paredes: dos laterales, una ante- Corte mediosagital del encéfalo que muestra los componentes
rior, una posteroinferior o suelo y una superior o de las paredes del 11! ventrículo.
techo (fig. 5-1): Pared externa: Pared superior:
1 Cara medial del tálamo. 9 Epífisis.
NTAIRAIRIIIIOD OY UBA

2 Surco hipotalámico. 10 Receso pineal.


+ Las paredes laterales muestran en su zona su- 3 Agujero interventricular. 11 Comisura epitalámica
perior el relieve ligeramente convexo de las caras 4 Adhesión intertalámica.
Pared posteroinferior:
Otras estructuras:
12 Quiasma óptico.
mediales del tálamo. El límite inferior de este 5 Receso infundibular. 13 Septo pelúcido.
RV

relieve es el surco hipotalámico, que se extien- Pared anterior: 14 Estría medular del tálamo.
IVIVE

6 Columnas anteriores del fórnix. 15 Acueducto mesencefálico.


de desde el agujero interventricular, por medio del 7 Comisura anterior. 16 Pico del cuerpo calloso.
cual el III ventrículo se comunica con el ventrícu- 8 Lámina terminal.
E PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

una depresión denominada receso infundibu- base se localiza un pequeño divertículo, el receso
lar. Está formada por una lámina de tejido ner- pineal. Por debajo del receso pineal se encuen-
vioso, lisa y delgada, formada por sustancia blan- tra un cordoncillo transversal de sustancia blan-
ca en el plano posterior y gris en el anterior. Parte ca denominada comisura epitalámica o poste-
de esta pared posteroinferior se observa en la rior. Por delante y por encima de la glándula
cara inferior del encéfalo; se corresponde con el pineal se extiende una lámina epitelial, la mem-
área del rombo hipotalámico, que se describe brana tectoria del HI ventrículo, que se en-
más adelante. cuentra cubierta por la piamadre. La membrana
e La pared anterior es casi vertical. Está consti- tectoria recubierta de piamadre constituye la tela
tuida de arriba abajo por: a) dos cordones de sus- coroidea del HI ventrículo. En esta tela se en-
tancia blanca, divergentes hacia abajo, que pro- cuentran los plexos coroideos del III ventrícu-
ceden del telencéfalo: las columnas o pilares lo, que describiremos más adelante.
anteriores del fórnix; b) un cordón transversal
de sustancia blanca, la comisura anterior, y
c) una lámina de sustancia blanca casi vertical, la 2 PARTES CONSTITUYENTES DEL DIENCÉFALO
lámina terminal, a la que se adhiere la comisura
anterior. La lámina terminal forma la mayor par- El surco hipotalámico es la referencia básica para
te de la pared anterior. Por encima de la comisu- separar los distintos componentes del diencéfalo.
ra anterior la lámina se continúa con el pico del Por encima del surco se sitúan el tálamo (dorsal),
cuerpo calloso, estructura que pertenece al telen- el metatálamo y el epitálamo. Por debajo se en-
céfalo. Hacia abajo se relaciona con el quiasma cuentran el subtálamo o tálamo ventral y el hipo-
óptico. tálamo.
e La pared superior o techo presenta, en el plano
posterior, el cuerpo o glándula pineal, en cuya
Tálamo

MORFOLOGÍA MACROSCÓPICA

El tálamo es una masa ovoide de sustancia gris,


con el polo posterior mucho más grueso que el an-
terior (fig. 5-2). El polo posterior es libre, sobresale
del tálamo y recibe el nombre de pulvinar. El polo
anterior delimita, junto con la columna del fórnix, el
agujero interventricular. El eje mayor del tálamo,
que une ambos polos, es oblicuo de atrás hacia de-
lante de tal manera que los polos anteriores están
más próximos entre sí que los posteriores. Como ya
hemos señalado, los tálamos se disponen por enci-
ma del surco hipotalámico, a ambos lados del 111
ventrículo y forman parte de su pared lateral.
En cada tálamo pueden considerarse cuatro ca-
ras de las cuales dos, la interna y la superior, son li-
FIGURA 5-2 bres, y dos, la externa y la inferior, son adherentes:
Visión superior esquemática de una disección del encéfalo
que muestra la morfología del tálamo. El ventrículo diencefá- e La cara interna (fig. 5-1) es casi plana y vertical.
lico y el nervio troclear se indican en números romanos. En sus dos tercios anteriores forma parte de la
1 Pulvinar. 8 Colículo superior. pared lateral del III ventrículo. En el 80% de
2 Adhesión intertalámica. 9 Colículo inferior.
3 Surco talamoestriado. 10 Núcleo caudado.
los casos, presenta una adhesión intertalámica.
4 Surco coroideo. 11 Cápsula interna. La cara interna se extiende en altura desde el sur-
5
6
Tubérculo anterior del tálamo.
Trígono de la habénula.
12
13
Núcleo lenticular.
Septo pelúcido.
co hipotalámico hasta la estría medular del tá-
7 Cuerpo pineal. lamo, cordoncillo de sustancia blanca que cons-
5 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL DIENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL

tituye su límite superior. El tercio posterior de


esta cara se relaciona con la comisura epitalámi-
ca y el colículo superior.
e La cara superior (fig. 5-2) es ligeramente conve-
xa, de forma triangular con base posterior. Está li-
mitada medialmente por la estría medular del
tálamo y lateralmente por el surco talamoestria-
do, que la separa del núcleo caudado pertenecien-
te al telencéfalo. Esta cara está recorrida en dia-
sonal por el surco coroideo, que la divide en dos
zonas, una lateral y otra medial. La zona lateral
forma parte de la pared inferior del ventrículo late-
ral y presenta en su extremo anterior una pequeña
tuberosidad, el tubérculo anterior del tálamo
(figs. 5-2 y 5-3). La zona medial se relaciona con la
tela coroidea del III ventrículo (fig. 5-3) y con el
fórnix (haz de fibras telencefálico).
e La cara externa y la cara inferior del tálamo
son adherentes. La externa se une a la cara me-
dial de la cápsula interna, mientras que la infe-
rior se apova de atrás hacia delante en el subtá-
lamo y en el hipotálamo.

ESTRUCTURA DEL TÁLAMO


FIGURA 5-3
El tálamo está recorrido de delante hacia atrás por
Visión superior de una sección transversal del cerebro. Parte
del cuerpo calloso se ha eliminado para exponer los ventrícu- una lámina de sustancia blanca, relativamente gruesa
los telencefálicos. y casi vertical: la lámina medular interna. La lámi-
Columna anterior del fórnix. 6 Cabeza del núcleo caudado. na se bifurca en «Y» a nivel de su extremidad antero-
-.

Septo pelúcido. 7 Surco talamoestriado. superior (fig. 5-4). La presencia de la lámina medular
DN

Esplenio del cuerpo calloso. 8 Arteria coroidea anterior.


Pilar posterior del fórnix. 9 Plexo coroideo del || ventrículo. interna permite realizar una primera división de la
sustancia gris del tálamo. Agrupamos con el nombre
04

Cara superior del tálamo.

FIGURA 5-4
Visión anterior de un corte frontal (A) y
de otro horizontal (B) del encéfalo que
pasan por el tálamo. Tinción con el mé-
todo de Weigert. Los ventrículos se in-
dican en números romanos.
1 Cuerpo calloso.
2 Fórnix.
3 Núcleos anteriores del tálamo.
4 Núcleos laterales del tálamo.
5 Lámina medular interna.
6 Núcleos mediales del tálamo.
7 Estría medular del tálamo.
8 Brazo posterior de la cápsula interna.
9 Putamen.
10 Globo pálido.
11 Porción sublenticular de la cápsula interna.
12 Cola del núcleo caudado.
13 Cuerpo mamilar.
14 Cabeza del núcleo caudado.
15 Rodilla de la cápsula interna.
DET] — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 5-5
Esquema de una visión posterior, lateral y superior del tálamo
derecho que muestra la situación de sus núcleos principales.
La porción posterior del tálamo se ha desplazado dorsalmen-
te después de realizar un corte frontal. La lámina medular in-
terna, en cuyo espesor se encuentran los núcleos reticulares
intralaminares, se ha representado en gris claro. Los núcleos
mediales se han coloreado en azul; los núcleos laterales de la
zona dorsal en rojo; los de la zona ventral en verde oscuro y
verde claro.
1 Núcleos anteriores. Otros núcleos:
Núcleos mediales: 10 Núcleos pulvinares.
2 Núcleo medial dorsal. 11 Núcleos medios del tálamo.
3 Núcleo medial ventral. Metatálamo:
Núcleos laterales: 12 Cuerpo geniculado medial.
Núcleo lateral dorsal. 13 Cuerpo geniculado lateral.
Núcleo lateral posterior.
DOHA

Núcleo ventral anterior.


Núcleo ventral intermedio.
Núcleo ventral posterolateral. FIGURA 5-6
Núcleo ventral posteromedial.
Esquemas de cortes frontales del cerebro que muestran la
porción anterior de tálamo e hipotálamo (A) y la porción pos-
de núcleos mediales del tálamo aquellos que se loca- terior de tálamo y subtálamo (B). Los ventrículos se indican en
números romanos.
lizan medialmente a dicha lámina, y con el de núcleos
Núcleos del tálamo: Núcleos subtalámicos:
laterales aquellos que se disponen lateralmente a ella. Núcleos anteriores. 17 Núcleo rojo.
Aad0NnN—

Otro grupo de núcleos, los núcleos anteriores, se si- Núcleo medial dorsal. 18 Sustancia negra.
Núcleo medial ventral. 19 Núcleo subtalámico.
túan entre las ramas de bifurcación y determinan el Núcleo lateral dorsal. 20 Zona incerta.
relieve del tubérculo anterior del tálamo. Así, los gru- Núcleo ventral anterior. Otras estructuras:
00-00

pos nucleares talámicos son (figs. 5-5 y 5-6): Núcleo reticular del tálamo. 21 Cápsula interna.
Núcleos medios del tálamo. 22 Tracto óptico.
Núcleo lateral posterior. 23 Columna anterior del fórnix.
e Núcleos mediales. Son dos núcleos superpues- Núcleo ventral intermedio.
10 Núcleos del cuerpo mamilar.
tos, alargados de delante hacia atrás: el superior Núcleos hipotalámicos:
se llama núcleo medial dorsal y el inferior nú- 11 Núcleo supraóptico.
cleo medial ventral. Este último se ha denomi- 12 Área hipotalámica lateral.
13 Núcleo dorsomedial.
nado clásicamente núcleo centromediano, no- 14 Núcleo ventromedial.
menclatura que todavía persiste. 15 Núcleos laterales del tuber.
16 Núcleo arqueado.
e Núcleos laterales. Este grupo de núcleos puede
subdividirse en dos zonas, dorsal y ventral, de-
bido a la existencia de una fina lámina horizontal anterior, y el núcleo lateral posterior, situado
de sustancia blanca. por detrás del anterior y por delante del pulvinar.
- La zona dorsal está ocupada por dos núcleos: el - La zona ventral está ocupada por tres núcleos
núcleo lateral dorsal, situado en la zona más que se disponen sucesivamente de delante hacia
5 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL DIENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL EXMN

atrás: el núcleo ventral anterior, el núcleo ven- medular del tálamo. En su parte inferior se en-
tral intermedio, y los núcleos posteriores. Es- cuentran los núcleos de la habénula.
tos últimos están formados por dos porciones: e Epífisis. Es una glándula pequeña y piriforme
una lateral o núcleo ventral posterolateral y (figs. 5-1 y 5-2), de color rojo grisáceo, que ocupa
otra medial o núcleo ventral posteromedial. la depresión existente entre los dos colículos su-
e Núcleos pulvinares. Estos núcleos se sitúan en periores. La base de la epífisis está orientada ha-
el polo posterior del tálamo y se sitúan por de- cia delante y se halla fijada a estructuras anterio-
trás de todos los citados anteriormente. res mediante un pedúnculo o tallo. El tallo de la
e Sistema reticular talámico. Comprende un con- epífisis se divide por delante en dos láminas, una
junto de núcleos pequeños y numerosos que se superior y otra inferior, separadas entre sí por
hallan repartidos en tres grupos importantes: el receso pineal del II ventrículo. La lámina su-
- Núcleo reticular del tálamo. Es una lámina de perior se continúa hacia delante con la membra-
sustancia gris, fenestrada, que se sitúa entre la na tectoria del II ventrículo. La lámina inferior
cara lateral del tálamo y el brazo posterior de contiene la comisura epitalámica. La epífisis del
la cápsula interna. Se halla separada de la cara adulto suele contener concreciones calcáreas,
lateral del tálamo por una lámina delgada de a menudo observables en radiografías simples
sustancia blanca denominada lámina medular del cráneo.
externa. La epífisis se ha considerado una reliquia fi-
- Núcleos reticulares intralaminares del tála- logenética que representaría el tercer ojo dorsal,
mo. Son un conjunto de cinco pequeños núcleos presente en algunos vertebrados inferiores. Es
empotrados en la lámina medular interna. una glándula endocrina, productora de melato-
- Núcleos medios del tálamo. Son un grupo de nina, que a su vez regula la actividad de otras
tres núcleos que se localizan medialmente al tála- elándulas endocrinas. La actividad secretora de-
mo, por debajo del epéndimo del 111 ventrículo. pende de los ciclos luz/oscuridad, de tal manera
que la oscuridad estimula la secreción de mela-
tonina. En general, la melatonina ejerce una ac-
Metatálamo ción inhibidora sobre el resto de glándulas endo-
crinas.
Es una región par situada por debajo del pulvinar
y alos lados de la porción más superior de los pe-
dúnculos cerebrales. Su límite lateral lo constituyen Subtálamo
los tractos ópticos (fig. 5-2). El metatálamo está
constituido en cada lado por dos masas ovoides, los El subtálamo (fig. 5-6 B) es una encrucijada o
cuerpos geniculados medial y lateral, que se en- zona de paso entre el tegmento mesencefálico y la
cuentran unidos a los colículos inferior y superior porción posterior de la cara inferior del tálamo.
del mesencéfalo. Cada cuerpo geniculado está ocu- Contiene el extremo craneal de dos núcleos que he-
pado por dos masas nucleares: los núcleos de las mos descrito en el mesencéfalo y que invaden esta
porciones dorsal y ventral del cuerpo geniculado región: el núcleo rojo y la sustancia negra. Presen-
correspondiente. ta además dos núcleos propios: la zona incerta y el
núcleo subtalámico (cuerpo de Luys).

Epitálamo e La zona incerta se sitúa debajo del tálamo. Es


una especie de prolongación basal del núcleo re-
Es la región comprendida entre el pulvinar y los ticular talámico.
colículos superiores. Está constituida por el trígono e El núcleo subtalámico se ubica por debajo de
de la habénula y el cuerpo pineal o epífisis. la zona incerta, entre ésta y el extremo inferior
de la cápsula interna.
+ Trígono de la habénula. Es una superficie bila-
teral, pequeña y ligeramente deprimida (fig. 5-2). Ademas de los núcleos mencionados, el subtála-
Se sitúa cranealmente al colículo superior, me- mo está ocupado por numerosos haces mieliniza-
dialmente al pulvinar y externamente a la estría dos cuya descripción realizaremos más adelante.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Hipotálamo Tiene una porción visible desde la cara basal del ce-
rebro que, por su forma, se llama rombo hipota-
MORFOLOGÍA MACROSCÓPICA lámico (fig. 5-7). Este rombo está enmarcado hacia
delante por el borde posterior del quiasma óptico,
Se localiza por debajo del surco hipotalámico y lateralmente por los tractos ópticos, que continúan
por delante del subtálamo, con el que se continúa el quiasma hacia atrás, y posteriormente por el
sin que exista un límite preciso entre ellos. El hi- borde interno de los pedúnculos cerebrales. El
potálamo forma parte de las paredes laterales an- rombo hipotalámico está formado por la cara infe-
terior y posteroinferior del II! ventrículo (fig. 5-1). rior de la lámina nerviosa que constituye el suelo
del II ventrículo. Por detrás de su parte media pre-
senta dos elevaciones redondeadas, los cuerpos
mamilares, delante de los cuales se observa una
ligera prominencia de color ceniciento, el tuber
cinereum, de cuya porción central arranca el in-
fundíbulo (tallo hipofisario) del que pende la
hipófisis. Toda el área situada por detrás de los
cuerpos mamilares pertenece a la fosa interpe-
duncular, donde se encuentra la sustancia perfora-
da posterior.

ESTRUCTURA DEL HIPOTÁLAMO

El hipotálamo está ocupado por numerosas agru-


paciones neuronales, y por haces de fibras que co-
nectan los núcleos entre sí y con otras zonas del
SNC. La mayoría de los núcleos no están claramen-
te delimitados y su caracterización debe realizarse,
en numerosas ocasiones, mediante la utilización de
técnicas histoquímicas e inmunocitoquímicas. Así,
se identifican mediante la detección del mediador
químico que utilizan o por las hormonas que pro-
ducen. Esto explica que exista una terminología
compleja y no siempre coincidente entre los diferen-
tes autores. Nosotros describiremos los núcleos que
consideramos más importantes desde el punto de
vista morfofuncional y clínico.
Para situar los núcleos hipotalámicos podemos
realizar una división artificial del hipotálamo, tanto
en sentido anteroposterior como en sentido medio-
lateral (figs. 5-6 A y 5-8). De delante hacia atrás
distinguimos tres regiones: una anterior o quias-
FIGURA 5-7 mática, una intermedia o infundibulotuberal y
Fotografía de la superficie basal del cerebro que muestra los una posterior o mamilar. Por otra parte, en el es-
componentes del rombo hipotalámico. pesor del hipotálamo existen dos haces gruesos,
Quiasma óptico. 9 Pulvinar. muy mielinizados, que terminan o se originan en el
AGgDN—

Tracto óptico izquierdo. 10 Cuerpo geniculado medial. cuerpo mamilar: la columna del fórnix y el fascículo
Pedúnculo cerebral. 11 Cuerpo geniculado lateral.
Cuerpo mamilar. 12 Tracto olfatorio. mamilotalámico. Un plano paramediano que una
Tuber cinereum. 13 Trígono olfatorio. los dos haces permite establecer una división del hi-
3300

Estría olfatoria lateral.


Tallo hipofisario. 14
potálamo en sentido mediolateral. Así, distingui-
Fosa interpeduncular. 15 Sustancia perforada anterior.
Sustancia negra. mos una zona medial al plano de separación, la
0
5 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL DIENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL

Adhesión intertalámica.

04240NnN—
Agujero interventricular.
Columna anterior del fórnix.
Comisura anterior.
Lámina terminal.
Adenohipófisis.

30
Neurohipófisis.
Fascículo mamilotalámico.

0
Zona paraventricular:
Región anterior:
9 Núcleos preópticos.
10 Núcleos paraventriculares.
11 Núcleo supraóptico.
Región intermedia:
12 Núcleo arqueado.
13 Núcleo hipotalámico
ventromedial.
14 Núcleo hipotalámico
dorsomedial.
Región posterior:
15 Núcleo hipotalámico posterior.
16 Núcleo periventricular posterior.
17 Núcleo hipotalámico dorsal.
Zona lateral:
18 Área hipotalámica lateral.
FIGURA 5-8 Región anterior:
Visiones mediales esquemáticas del hipotálamo derecho. En (A) se ha eliminado el epitelio 19 Núcleo hipotalámico anterior.
Región intermedia:
ependimario para visualizar los núcleos situados en la zona paraventricular. En (B) se ha eli- 20 Núcleos del tuber.
minado además la zona paraventricular para mostrar los núcleos de la zona lateral. En azul se Región posterior:
han representado los núcleos de la región anterior; en amarillo los de la región intermedia; en 21 Núcleos mediales y laterales del
rojo los de la región posterior, en verde los que se extienden por varias regiones. cuerpo mamilar,

zona paraventricular, y otra lateral a dicho plano, Los tres núcleos paraventriculares de la re-
la zona lateral. gión intermedia establecen conexiones neuro-
vasculares complejas con el lóbulo posterior de
+ Zona paraventricular. Contiene nueve núcleos la hipófisis, regulando su función mediante la
o grupos de núcleos importantes (fig. 5-8 A): producción de hormonas.
En la región anterior se localizan los núcleos La región posterior (fig. 5-8 A) está ocupada por
preópticos, grupo de núcleos situados en la lá- tres núcleos: el núcleo hipotalámico posterior,
mina terminal por debajo de la comisura ante- que se apoya sobre la cara medial de la columna
rior, los núcleos paraventriculares, grupo de anterior del fórnix, por detrás del núcleo hipota-
núcleos neurosecretores (oxitocina y adiuretina) lámico dorsomedial; el núcleo periventricular
que se disponen inmediatamente por debajo del posterior, que se ubica por detrás del núcleo hi-
tálamo, apoyados sobre la cara medial de la co- potalámico posterior, apoyado sobre la cara me-
lumna anterior del fórnix, y el núcleo supraópti- dial del fascículo mamilotalámico, y el núcleo
co, que se sitúa a caballo sobre el quiasma y el hipotalámico dorsal, dispuesto a caballo sobre
tracto o cintilla óptica, extendiéndose hacia la los dos núcleos anteriores.
zona hipotalámica lateral. Es un núcleo neurose- Zona lateral. En esta zona se encuentran los si-
cretor (oxitocina y adiuretina). guientes núcleos (fig. 5-8 B):
En la región intermedia se encuentran tres nú- Área hipotalámica lateral. De gran tamaño, se
cleos: el núcleo arqueado, que está situado en extiende de delante hacia atrás abarcando las tres
la pared de entrada al infundíbulo y forma parte regiones hipotalámicas.
de los núcleos del tuber cinereum; el núcleo hi- Núcleo hipotalámico anterior. Está situado en
potalámico ventromedial, que se localiza por la región anterior, entre el área hipotalámica late-
encima del arqueado, y el núcleo hipotalámico ral y los núcleos paraventriculares.
dorsomedial, que es más craneal que el anterior Núcleos del tuber. Grupo nuclear localizado en
y cuyo extremo superior contacta con la columna la zona intermedia, en la pared posterior del in-
anterior del fórnix. fundíbulo.
44] PRIMERA PARTE. ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

- Núcleos mediales y laterales del cuerpo ma- La hipófisis mantiene relaciones complejas con
milar. Se sitúan en la zona posterior. numerosos elementos vasculares y nerviosos, entre
los que destacan por su importancia clínica el círcu-
(Debemos recordar que parte del núcleo su- lo arterial del cerebro (polígono de Willis), el quiasma
praóptico se extiende por la zona lateral.) óptico y los elementos del seno cavernoso,
En la hipófisis se distinguen dos partes o lóbu-
los: la adenohipófisis o lóbulo anterior y la neuro-
hipófisis o lóbulo posterior. El lóbulo anterior es el
Hipófisis de mayor tamaño, deriva del ectodermo, y su parén-
quima contiene elementos celulares que muestran
La hipófisis (fig. 5-8) es una glándula de secre- características histoquímicas y funcionales muy di-
ción interna muy importante, Tiene el tamaño de ferenciadas. El lóbulo posterior es de origen dience-
una avellana, es de forma ovoide y se sitúa en la fosa fálico y sirve como lugar de almacenamiento de
hipofisaria del esfenoides, donde está cubierta por algunas hormonas producidas por núcleos hipota-
una lámina horizontal de duramadre denominada lámicos. Así, el hipotálamo y la hipófisis constituyen
tienda de la hipófisis. una unidad morfofuncional compleja.
CAPÍTULO 6

Anatomía macroscópica del telencéfalo.


Estructura general. Configuración externa de la corteza
cerebral: surcos, lóbulos y circunvoluciones

Mi ANATOMÍA MACROSCÓPICA inferior separa las caras superolateral e inferior.


El borde medial o inferomedial se encuentra
El telencéfalo es la porción más craneal y volu- entre las caras inferior y medial.
minosa del SNC. Está formado por dos mitades más
o menos simétricas (figs. 6-1 y 6-2), los hemisferios
cerebrales derecho e izquierdo. Los hemisferios se Hi ESTRUCTURA GENERAL
hallan separadas en gran parte por una profunda
hendidura de dirección anteroposterior, la fisura Cada hemisferio cerebral comprende (fig. 6-1):
longitudinal, que contiene un pliegue vertical de
duramadre, denominado hoz del cerebro. En el fon-
do de la fisura longitudinal se encuentra una especie
de puente voluminoso de sustancia blanca tendido
entre los dos hemisferios: el cuerpo calloso.
Cada hemisferio tiene forma semiovoide, con el
extremo posterior grueso donde se distinguen tres
caras: superolateral, inferior y medial, separadas
entre sí por los bordes superior, inferior y medial.
Además, cada hemisferio presenta tres porciones
que protruyen y reciben el nombre de polos frontal,
temporal y occipital.

e La cara superolateral es convexa y corresponde


a la bóveda craneal. La cara inferior está escalo-
nada hacia atrás, apoyándose sucesivamente so-
bre las fosas craneales anterior y media, y sobre la
cara superior de la tienda del cerebelo. La cara FIGURA 6-1
medial es plana y vertical. Consta de dos porcio- Visión anterior esquemática de un corte frontal del cerebro
nes, una libre y otra adherente. La porción libre se que muestra la organización general del telencéfalo. Los ven-
encuentra separada de la cara medial del otro he- trículos se indican en números romanos.
misferio por la fisura longitudinal. La porción ad- 1 Fisura longitudinal. 9 Corteza cerebral.
herente corresponde al diencéfalo y a una serie de 2 Cuerpo calloso. 10 Núcleo caudado.
3 Cara medial. 11 Núcleo lentiforme.
comisuras, de las que el cuerpo calloso es la más 4 Cara superolateral. 12 Claustro.
importante. 5 Cara inferior. 13 Brazo posterior de la cápsula interna.
6 Borde superior. 14 Porción sublenticular de la cápsula
e El borde superior o superomedial se encuentra 7 Borde inferior. interna.
entre las caras superolateral y medial. El borde 8 Borde medial. 15 Centro semioval.
MES PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

e Una extensa capa de sustancia gris, dispuesta en los hemisferios: los núcleos basales. Los núcleos
superficie, con un grosor de 1,5 a 4,5 mm: la cor- basales se denominan caudado, lentiforme o
teza, córtex cerebral o palio. lenticular y claustro o antemuro.
+ Una serie de masas voluminosas de sustancia + Una gran masa de sustancia blanca situada en el
gris localizadas profundamente en el interior de interior de los hemisferios, por debajo de la cor-

FIGURA 6-2
Visiones lateral derecha (A), medial (B), superior (C) e infe-
rior (D) del encéfalo en las que puede observarse la configu-
ración externa de los hemisferios cerebrales. Nótese que, en C
y en D, los dos hemisferios muestran numerosas asimetrías.
En A, la flecha indica la porción orbitaria de la cara inferior; el
asterisco, el polo temporal.
1 Surco central. 16 Fisura calcarina.
2 Surco precentral. 17 Surco colateral.
3 Surco poscentral. 18 Esplenio del cuerpo calloso.
4 Surco lateral. 19 Tronco del cuerpo calloso.
5 Surco frontal superior. 20 Rodilla del cuerpo calloso.
6 Surco frontal inferior. 21 Rostro del cuerpo calloso.
7 Porción triangular. 22 Circunvolución paraterminal.
8 Surco intraparietal. 23 Fisura longitudinal.
9 Surco temporal superior. 24 Polo frontal.
10 Surco temporal inferior. 25 Polo occipital.
11 Surco horizontal. 26 Tracto olfatorio.
12 Surco del cíngulo. 27 Surcos orbitarios.
13 Surco del cuerpo calloso. 28 Surco occipitotemporal.
14 Surco subparietal. 29 Flóculo.
15 Surco parietooccipital.
16 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL

teza y alrededor de los núcleos basales y del dien- e Surco lateral (de Silvio). Se inicia en la cara in-
céfalo: el centro semioval. ferior del hemisferio, contornea el borde infe-
* Sustancia blanca en forma de tractos más o me- rior describiendo una curva cóncava hacia atrás
nos voluminosos que unen entre sí los dos hemis- y aparece finalmente en la cara superolateral,
ferios cerebrales: las comisuras cerebrales. donde cruza oblicuamente la zona de unión de
* Dos cavidades denominadas ventrículos late- los dos tercios superiores con el tercio inferior
rales. de esta cara. Es el más profundo de todos los
SUTCOS.
A continuación vamos a estudiar la anatomía ma- + Surco parietooccipital. Se origina en el borde
eroscópica de cada uno de estos elementos telence- superior del hemisferio, por detrás del surco cen-
fálicos. tral, desde donde se extiende a las caras supero-
lateral y medial. En la cara superolateral describe
un trayecto corto, a veces poco visible. En la cara
Mi CONFIGURACIÓN EXTERNA medial constituye un surco profundo y marcado
DE LA CORTEZA CEREBRAL que discurre oblicuamente hacia abajo y hacia
delante para confluir con la fisura calcarina.
La corteza cerebral humana está plegada por la e Surco del cíngulo. Se sitúa en la cara medial del
presencia de numerosos surcos. Las especies anima- hemisferio. Discurre de delante hacia atrás si-
les que, como el ser humano, presentan esta disposi- guiendo un trayecto ligeramente curvo, en para-
ción de la corteza, reciben el nombre de girencéfalos. lelo y a una cierta distancia del cuerpo calloso.
En contraste, los animales cuya corteza cerebral es e Surco subparietal. Es corto y poco profundo. Se
Lisa reciben el nombre de lisencéfalos. El plegamiento encuentra en la cara medial del hemisferio, por
de la corteza cerebral humana permite aumentar detrás del cuerpo calloso. Se considera la prolon-
considerablemente su superficie, que ocupa aproxi- gación del surco del cíngulo en dirección poste-
madamente un área de 0,23 m?, Además, la presencia rior y caudal.
de surcos facilita la tarea de establecer divisiones y e Surco colateral. Se localiza en la cara medial del
ite la localización de las funciones corticales. hemisferio, cerca del borde inferior. Es relativa-
Distinguimos dos tipos de surcos: mente profundo y discurre en dirección antero-
posterior.
Surcos primarios, interlobulares o principa-
les. Son generalmente profundos y fáciles de lo- La presencia de estos surcos primarios permite
calizar. Delimitan grandes territorios de la corte- distinguir en cada hemisferio seis lóbulos: frontal,
za cerebral denominados lóbulos. parietal, occipital, temporal, lóbulo de la ínsula y
Surcos secundarios. Delimitan zonas de corte- lóbulo límbico. La superficie de cada uno de estos
za de una anchura aproximada de 1 cm. Cada lóbulos está recorrida por surcos secundarios que
una de estas zonas recibe el nombre de circun- se describen con cada lóbulo.
volución cerebral o gyrus. Llamamos pliegues
de comunicación o circunvoluciones de paso
a pequeñas circunvoluciones que unen dos o más Lóbulo frontal
circunvoluciones vecinas entre sí.
El lóbulo frontal se extiende por las tres caras del
Los surcos primarios son el surco central o de hemisferio cerebral. Comprende la porción del he-
do, el surco lateral o de Silvio, el surco pa- misferio cerebral situada por delante del surco cen-
cipital, el surco del cíngulo, el surco sub- tral y por encima del surco lateral en la cara supero-
ietal y el surco colateral (figs. 6-2 y 6-3). lateral, por delante del surco lateral en la cara inferior,
y por encima del surco del cíngulo y por delante del
* Surco central (de Rolando). Comienza en la surco central en la cara interna. Tiene una porción
"cara medial del hemisferio, asciende para alcan- anterior redondeada y ligeramente prominente de-
zar el borde superior y desciende oblicuamente en nominada polo frontal.
sentido anterior sobre la cara superolateral. Ter- La cara superolateral del lóbulo frontal muestra
mina ligeramente por encima del surco lateral. tres surcos secundarios (fig. 6-2 A y 6-3): el surco
MET] PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

D
FIGURA 6-3
Visión esquemática de los hemisferios cerebrales desde los planos lateral derecho (A), medial (B), inferior (C) y lateral derecho
(D), después de haber disecado los opérculos. Se muestran los principales surcos, lóbulos y circunvoluciones de la corteza ce-
rebral. Los surcos primarios están coloreados en rojo.
Surcos primarios: 25 Bulbo olfatorio. Lóbulo temporal:
1 Surco central. 26 Trígono olfatorio. Surcos secundarios:
2 Surco lateral. 27 Estría olfatoria medial. 47 Surco temporal superior.
3 Surco parietooccipital. 28 Estría olfatoria lateral. 48 Surco temporal inferior.
4 Surco del cíngulo. Lóbulo parietal: 49 Surco occipitotemporal.
5 Surco subparietal. Surcos secundarios: Circunvoluciones:
6 Surco colateral. 29 Surco poscentral. 50 Circunvolución temporal superior.
Lóbulo frontal: 30 Surco intraparietal. 51 Circunvolución temporal media.
Surcos secundarios: Circunvoluciones: 52 Circunvolución temporal inferior.
7 Surco precentral. 31 Circunvolución poscentral. 53 Circunvolución temporal lateral.
8 Surco frontal superior. 32 Circunvolución parietal superior. 54 Circunvolución temporal medial.
9 Surco frontal inferior. 33 Circunvolución parietal inferior. Lóbulo de la ínsula:
10 Ramo ascendente. 34 Precuña. Surcos secundarios:
11 Ramo anterior. 35 Circunvolución supramarginal. 55 Surco central de la ínsula.
12 Surco olfatorio. 36 Circunvolución angular. Circunvoluciones:
13 Surcos orbitarios. Lóbulo occipital: 56 Circunvoluciones cortas.
Circunvoluciones: Surcos secundarios: 57 Circunvolución larga.
14 Circunvolución precentral. 37 Surcos occipitales laterales. Lóbulo límbico:
15 Pie. 38 Surco semilunar. Surcos secundarios:
16 Circunvolución frontal superior, 39 Surco occipitotemporal (porción 58 Surco del cuerpo calloso.
17 Circunvolución frontal media. posterior). 59 Surco del hipocampo.
18 Circunvolución frontal inferior. 40 Fisura calcarina. Circunvoluciones:
19 Porción opercular. Circunvoluciones: 60 Circunvolución paraterminal.
20 Porción triangular. 41 12 circunvolución occipital. 61 Circunvolución del cíngulo.
21 Porción orbitaria. 42 22 circunvolución occipital. 62 Circunvolución hipocampal.
22 Circunvolución recta. 43 32 circunvolución occipital. 63 Istmo de la circunvolución del cíngulo.
23 Circunvoluciones orbitarias. 44 4? circunvolución occipital. Otras estructuras:
Estructuras olfatorias: 45 Cuña. 64 Uncus.
24 Tracto olfatorio. 46 Circunvolución lingual.
6 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL CM

precentral, el surco frontal superior y el surco miento triangular abultado, el trígono olfatorio,
frontal inferior. que se une al lóbulo frontal. Del trígono olfatorio
El surco precentral se encuentra por delante del divergen hacia atrás dos haces blancos: las estrías
surco central, discurriendo en paralelo a éste. Los olfatorias medial y lateral.
surcos frontal superior e inferior se extienden por Las estrías olfatorias delimitan en cada hemisfe-
delante del surco precentral. Su trayecto es casi hori- rio, junto con el tracto óptico situado por detrás, un
zontal y discurren paralelos entre sí. espacio perforado por numerosos orificios vascula-
La presencia de estos tres surcos permite distin- res: la sustancia (espacio) perforada anterior
guir cuatro circunvoluciones: (fig. 5-7). Todas las estructuras olfatorias que aca-
bamos de describir pertenecen al rinencéfalo, del
e Circunvolución precentral. Se encuentra entre cual trataremos más adelante.
los surcos central y precentral. La porción más in- La cara medial del lóbulo frontal (figs. 6-2 B
ferior de esta circunvolución no llega a contactar y 6-3) está ocupada por dos circunvoluciones de la
con el surco lateral, por lo que existe una circun- cara superolateral que sobrepasan el borde superior
volución de paso, denominada pie de la circun- del hemisferio: la circunvolución precentral y la
volución precentral. circunvolución frontal superior.
+. Circunvolución frontal superior. Se extiende
tanto por la cara superolateral como por la inter-
na. Se sitúa entre el surco frontal superior y el sur- Lóbulo parietal
co del cíngulo.
+ Circunvolución frontal media. Ocupa la por- El lóbulo parietal ocupa las caras superolateral y
ción de la cara superolateral comprendida entre medial del hemisferio cerebral. En la cara superola-
los surcos frontal superior e inferior. teral se sitúa por detrás del surco central y por enci-
+ Circunvolución frontal inferior. Se localiza en- ma del surco lateral. El límite posterior de esta cara
tre el surco frontal inferior y el surco lateral. es impreciso; se considera que lo marca una línea ar-
tificial que une el surco parietooccipital con una pe-
Dos pequeños surcos, los ramos ascendente y an- queña incisura presente en el borde inferior del he-
terior, prolongan hacia arriba el surco lateral y divi- misferio, la incisura preoccipital. En la cara medial,
den la porción inferior de esta circunvolución en el lóbulo parietal se sitúa entre los surcos central y
tres partes de gran interés funcional. Estas porcio- parietooccipital, por encima de los surcos del cíngu-
nes son, de atrás hacia delante: la porción opercular lo y subparietal.
u opérculo frontal, situada por detrás del ramo as- La cara superolateral del lóbulo parietal
cendente; la porción triangular, situada entre los dos (figs. 6-2 A y 6-3) presenta dos surcos secundarios:
ramos, y la porción orbitaria, ubicada por delante del el surco poscentral, vertical y paralelo al surco cen-
ramo anterior. tral, y el surco intraparietal, que tiene su origen en
La cara inferior (figs. 6-2 D, 6-3) del lóbulo fron- la porción media del surco central y sigue un tra-
tal presenta un surco secundario, el surco olfato- yecto horizontal hacia atrás en paralelo al borde su-
rio, rectilíneo y paralelo al borde medial del hemisfe- perior del hemisferio. Estos dos surcos delimitan
rio. Entre este borde y el surco olfatorio se localiza cinco circunvoluciones, dos de las cuales son de
la circunvolución recta. Además, existen otros sur- paso:
cos, denominados surcos orbitarios, que trazan en
conjunto una especie de «X» o de «H». Las circun- e Circunvolución poscentral. De dirección verti-
“woluciones situadas entre los surcos orbitarios se de- cal, se encuentra entre el surco central y el surco
“nominan circunvoluciones orbitarias. poscentral.
El surco olfatorio se relaciona estrechamente + Circunvolución parietal superior (lobulillo pa-
con un cordoncillo blanquecino denominado tracto rietal superior). Se sitúa por detrás del surco
olfatorio (figs. 5-7 y 6-2 D). El extremo anterior del poscentral y por encima del surco intraparietal, ex-
tracto olfatorio presenta un abultamiento, el bulbo tendiéndose a la cara medial del hemisferio cere-
olfatorio, que reposa sobre la lámina cribosa del et- bral.
“moides y recibe los nervios olfatorios. El extremo e Circunvolución parietal inferior (lobulillo
posterior del tracto olfatorio muestra un ensancha- parietal inferior). Se sitúa por detrás del surco
DE) — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

poscentral, entre el surco intraparietal y el surco e La cara medial (figs. 6-2 B y 6-3) está recorrida
central. por un surco profundo, la fisura calcarina, que
e Circunvoluciones de paso. La porción inferior sigue un trayecto ligeramente oblicuo hacia arri-
del lobulillo parietal inferior (figs. 6-2 A y 6-3) se ba y hacia delante, llegando a invadir la cara su-
continúa hacia atrás sin un límite claro con cir- perolateral. Por encima de la fisura calcarina se
cunvoluciones del lóbulo temporal, delimitando sitúa la cuña, y por debajo la circunvolución
dos circunvoluciones de paso: la circunvolución lingual.
supramarginal, que rodea en forma de arco el ex-
tremo posterior del surco lateral, y la circunvolu-
ción angular, que se encuentra a caballo sobre el Lóbulo temporal
extremo posterior del surco temporal superior.
El lóbulo temporal se extiende por las tres caras
La cara medial del lóbulo parietal (figs. 6-2 B del hemisferio cerebral, aunque sólo ocupa una por-
y 6-3 B) está formada por la extensión de la circun- ción muy pequeña de la cara medial. La cara supero-
volución parietal superior. La porción más posterior lateral se sitúa entre el surco lateral y el borde infe-
de esta cara, situada entre el surco parietooccipital rior del hemisferio. El límite posterior de esta cara lo
por detrás y el surco subparietal por debajo, se de- constituye la línea artificial que ya hemos comenta-
nomina precuña o lóbulo cuadrado. do. La cara inferior se extiende entre el borde infe-
rior y el borde medial del hemisferio cerebral. La cara
medial está limitada por el borde medial del hemis-
Lóbulo occipital ferio cerebral y el surco colateral. El límite posterior
de esta cara es impreciso, aunque podemos consi-
Es el más posterior. Se extiende por las tres caras derar como tal una línea artificial que prolongue
del hemisferio cerebral. Sus límites son, en general, caudalmente el surco parietoocipital. El extremo an-
poco precisos. En la cara superolateral puede tomar- terior del lóbulo temporal es prominente; se deno-
se como límite anterior la línea artificial trazada an-
mina polo temporal.
teriormente para marcar el límite posterior del lóbu-
lo parietal. La cara inferior se continúa hacia delante * La cara superolateral del lóbulo temporal está
de manera insensible con el lóbulo temporal. Única- recorrida de delante hacia atrás por dos surcos
mente la cara interna tiene un límite anterior claro, paralelos entre sí: los surcos temporal superior
representado por el surco parietooccipital. El extre- y temporal inferior (fig. 6-3). De esta manera,
mo posterior del lóbulo occipital es prominente; se distinguimos tres circunvoluciones:
denomina polo occipital. - Circunvolución temporal superior. Se sitúa en-
tre el surco lateral y el surco temporal superior.
+ La cara superolateral del lóbulo occipital - Circunvolución temporal media. Ocupa el es-
(figs. 6-2 A y 6-3) está recorrida por tres surcos pacio entre los dos surcos temporales.
pequeños que parten del polo occipital: los sur- - Circunvolución temporal inferior. Se sitúa por
cos occipitales laterales. Estos surcos delimitan debajo del surco temporal inferior, extendiéndose
cuatro circunvoluciones que son, de craneal a
hacia la cara inferior.
caudal, las circunvoluciones occipitales prime- e La cara inferior se extiende entre los bordes in-
ra, segunda, tercera y cuarta. La última se en- ferior y medial del hemisferio cerebral. Está re-
cuentra a caballo entre las caras posterolateral e corrida por un surco anteroposterior denomina-
inferior. Un surco de mayor interés que los ante- do surco occipitotemporal (figs. 6-2 D y 6-3),
riores es el surco semilunar, que se sitúa cerca cuya presencia permite distinguir dos circunvo-
del polo occipital siguiendo un trayecto casi ver- luciones:
tical. - Circunvolución occipitotemporal lateral. Se
* La cara inferior (fig. 6-3) está recorrida por la halla situada entre la circunvolución temporal
prolongación posterior del surco occipitotem- inferior y el surco occipitotemporal. Hacia
poral (v. cara inferior del lóbulo temporal). Este atrás, esta circunvolución invade el lóbulo oc-
surco constituye el límite interno de la 4? circun- cipital, continuándose con la 4.* circunvolución
volución occipital. occipital. El conjunto de estas dos circunvolu-
6 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL SE

ciones constituye el denominado lóbulo fusi- límbico es de tipo arqueocórtex (la corteza cerebral
forme. más primitiva) o paleocórtex. Sólo dos porciones, las
- Circunvolución occipitotemporal medial circunvoluciones del cíngulo y del hipocampo, perte-
(figs. 6-2 D y 6-3). Se sitúa por encima del surco necen al neocórtex. Al neocórtex, o corteza de apari-
occipitotemporal, extendiéndose a la cara medial ción relativamente reciente, pertenece el resto de la
del lóbulo temporal. Se continúa hacia atrás con corteza cerebral que hemos estudiado.
la circunvolución lingual del lóbulo occipital. Ontogenéticamente, las estructuras del cerebro
e La cara medial del lóbulo temporal ocupa un límbico proceden de la zona basal y, sobre todo, de
segmento muy reducido de la cara medial del he- la cara medial de la vesícula telencefálica, de un área
misferio. Contiene únicamente la porción más situada por encima del esbozo del agujero interven-
superior de la circunvolución occipitotemporal tricular. Durante el desarrollo embrionario, las es-
medial. tructuras límbicas experimentan un desplazamiento
en dirección dorsocaudal que provoca su disposi-
ción en anillos.
Lóbulo de la ínsula Estructuralmente, las células y fibras que for-
man el neocórtex se disponen en seis capas, lo cual
El lóbulo de la ínsula es una porción de la corteza se conoce con el nombre de isocórtex. Sin embargo,
cerebral situada en la profundidad del surco lateral. el arqueocórtex y el paleocórtex no presentan esta
Se encuentra oculta por los bordes que forman este disposición. Así, las cortezas más primitivas son de
surco, que reciben el nombre de opérculos (párpa- tipo alocórtex.
dos): el opérculo temporal, que se corresponde con Funcionalmente, el lóbulo límbico está implica-
la porción inferior del surco, y el opérculo fronto- do en la integración de información olfatoria, visce-
parietal, que se corresponde con la superior. ral y somática, y en los procesos de memorización.
El lóbulo de la ínsula tiene forma triangular, con En ocasiones se ha denominado rinencéfalo por sus
un vértice (limen de la ínsula) orientado hacia la sus- conexiones olfatorias, o también cerebro visceral o
tancia perforada anterior. La ínsula se encuentra de- emocional por su papel en la expresión somática de
limitada por un borde circunferencial (fig. 6-3 D) las emociones.
denominado surco circular de la ínsula. Un surco Debemos señalar que el lóbulo límbico recibe di-
diagonal, el surco central de la ínsula, cruza su su- versos nombres, que a menudo no coinciden entre
perficie. Por delante de este surco central se dispo- los diferentes autores. Algunos tratados ni siquiera lo
nen tres circunvoluciones llamadas circunvolucio- consideran un lóbulo claramente diferenciado de los
nes cortas de la ínsula. Por detrás del surco existe restantes. Sin embargo, la consideración del lóbulo
una circunvolución larga y horizontal, a veces des- límbico como una entidad única resulta muy útil
doblada: la circunvolución larga de la ínsula. desde los puntos de vista pedagógico y funcional.

Lóbulo límbico CONSTITUCIÓN

El lóbulo límbico está constituido por un con- El lóbulo límbico está constituido por tres ani-
junto de estructuras nerviosas estrechamente rela- llos concéntricos de sustancia nerviosa (figs. 6-2 B
cionadas desde los puntos de vista filogenético, onto- y 6-4). El primer anillo, que es el más externo, está
genético, estructural y funcional. Las estructuras que formado por sustancia gris. Se compone de la cir-
forman el lóbulo límbico se sitúan en la zona me- cunvolución paraterminal, la circunvolución del
dial del telencéfalo y se organizan en anillos con- cíngulo y la circunvolución hipocampal o para-
céntricos más o menos completos alrededor del agu- hipocampal. Las estrías olfatorias cierran este ani-
jero interventricular, del diencéfalo y del cuerpo llo. Empotrados en su corteza se encuentran los nú-
calloso. cleos septales y el cuerpo amigdalino. El segundo
Filogenéticamente, el lóbulo límbico está for- anillo es interno con respecto al anterior. Está for-
mado por estructuras primitivas, es decir, que apa- mado por sustancia gris. Se compone de indusium
recen pronto en el proceso evolutivo de los vertebra- griseum, circunvolución dentada e hipocampo.
dos. La mayor parte de la corteza cerebral del lóbulo El tercer anillo es incompleto y se dispone por den-
NE PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

del cíngulo se prolonga hacia abajo y adelante con


la circunvolución del hipocampo (fig. 6-3 B)
mediante una estrecha zona de paso, denominada
istmo de la circunvolución del cíngulo. El ist-
mo contornea el esplenio del cuerpo calloso.
La circunvolución del hipocampo o parahi-
pocampal está delimitada por arriba por el surco
del hipocampo o surco hipocampal, y hacia abajo
por el surco colateral (el surco del hipocampo se
dispone en la cara medial del hemisferio cere-
bral, en paralelo y por encima del surco cola-
teral). La porción más anterior de la circunvo-
lución del hipocampo tiene forma de anzuelo
abierto hacia atrás y se denomina uncus o gan-
cho (fig. 6-3 B). En el gancho del hipocampo ter-
mina la estría olfatoria lateral. De esta manera, las
FIGURA 6-4 estrías olfatorias, al unirse a los extremos ante-
Esquema del cerebro límbico que muestra los componentes rior y posterior del primer anillo límbico, com-
de cada uno de los tres anillos. La corteza del área subcallo-
pletan dicho anillo.
sa se ha disecado para exponer los núcleos septales. También
se han expuesto el trayecto hipotalámico del pilar anterior del Además de las circunvoluciones que acaba-
fórnix y el cuerpo amigdalino. mos de describir, el primer anillo límbico incluye
1 Tálamo. 12 — Istmo de la circunvolución dos masas nucleares: los núcleos septales y el
2 Bulbo olfatorio. del cíngulo. cuerpo amigdalino.
3 Estría olfatoria medial. 13 Núcleos septales.
4 Cuerpo mamilar. 14
Los núcleos septales (fig. 6-4) se localizan en
Cuerpo amigdalino.
5 Cola del núcleo caudado. Segundo anillo: profundidad con respecto a la corteza cerebral de
6 Surco del cíngulo.
7 Surco del cuerpo calloso.
15 Indusium griseum. la denominada área subcallosa, situada en la
16 Circunvolución dentada.
8 Surco del hipocampo. 17 Hipocampo. cara medial del hemisferio cerebral por debajo de
9 Surco colateral. Tercer anillo: la rodilla y del pico del cuerpo calloso.
Primer anillo: 18 Fórnix.
10 Circunvolución del cíngulo. 19 Fimbria.
El cuerpo amigdalino (fig. 6-4) es una agrupa-
11 Circunvolución hipocampal. ción nuclear que adopta la forma y el tamaño de
una pequeña aceituna. Se encuentra empotrado
en la profundidad del uncus. El cuerpo amigda-
tro del anterior. Está formado por sustancia blanca. lino se relaciona con la sustancia perforada ante-
Sus componentes son el fórnix o trígono cerebral y rior.
la fimbria o cuerpo franjeado. A continuación des- Segundo anillo límbico (figs. 6-4 a 6-6). Co-
cribiremos los componentes de cada uno de estos mienza en el plano anterior con el indusium gri-
tres anillos, procediendo de delante hacia atrás. seum, una capa delgada de sustancia gris que ta-
piza la cara superior del cuerpo calloso. Al llegar a
+ Primer anillo límbico. Clásicamente se ha deno- la zona posterior del esplenio del cuerpo calloso,
minado circunvolución límbica de Broca. Se dis- el indusium griseum diverge para continuarse
pone en la cara medial del hemisferio cerebral. en cada lado con la circunvolución dentada
Comienza a nivel de la circunvolución parater- correspondiente. Ésta, a su vez, se extiende ha-
minal (figs. 6-3 B y 6-4), una banda estrecha de cia delante hasta llegar al uncus de la circun-
corteza situada por debajo del pico del cuerpo ca- volución hipocampal, donde se confunde con la
lloso y por delante de la lámina terminal. En esta sustancia gris de esta zona.
circunvolución termina la estría olfatoria medial. (La zona de paso entre el indusium griseum y
La circunvolución paraterminal se continúa la circunvolución dentada, situada alrededor del
hacia arriba y atrás con la circunvolución del esplenio del cuerpo calloso, recibe a menudo el
cíngulo, que transcurre paralela al cuerpo callo- nombre de circunvolución fasciolada. La cara su-
so, entre el surco del cíngulo y el surco del cuerpo perior del indusium griseum está recorrida por
calloso en el plano posterior. La circunvolución unas estrías pares, las estrías longitudinales medial
6 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL

FIGURA 6-6
Visión superior de una disección en que se ha abierto la pro-
longación temporal del ventrículo lateral derecho para mostrar
los componentes de la formación hipocampal.
1 Pilar posterior del fórnix. 6 Álveo.
2 Subiculum. 7 Cuerpo amigdalino.
3 Surco del hipocampo. 8 Rodete del cuerpo calloso.
4 Circunvolución dentada. 9 Surco fimbricabollonado.
gl NS
5 Fimbria.
| |
w FúN (fit il
y lateral, que se corresponden con la sustancia
blanca, poco desarrollada, del indusium griseum.
Éste, a su vez, se considera una circunvolución
atrófica.)
Para comprender la localización de la circun-
volución dentada debemos realizar un corte
frontal que muestre el surco del hipocampo y las
estructuras que se sitúan en su entorno (fig. 6-5).
De esta manera se comprueba que dicho surco
se prolonga en profundidad con una lámina glial
curvada hacia arriba y hacia dentro: la lámina
involuta. La circunvolución dentada se dispo-
ne por encima del surco del hipocampo y del ini-
cio de la lámina involuta de tal manera que, en
los cortes frontales, adopta la forma de una «C»
tumbada con la concavidad hacia arriba. La cir-
Cortes frontales esquemático (A) y real (B), teñidos con el mé-
todo de Nissl, que muestra la estructura de la formación hipo- cunvolución dentada es visible en la cara medial
campal. En (A) se han representado dos neuronas del hipocam- del hemisferio. Presenta una serie de pliegues
po para mostrar cómo sus cilindroejes, junto con los emanados transversales que le proporcionan su característi-
de la circunvolución dentada y los procedentes del fórnix, con- co aspecto abollonado o dentado (fig. 6-6). Se
tribuyen a formar el álveo y la fimbria. Mitad posterior de los
extiende por delante hasta el uncus, situándose
cortes vistos por su cara anterior.
entre el hipocampo (v. más adelante) y el deno-
1 Fimbria. 7 Abollonadura de la
2 Álveo. circunvolución dentada. minado subiculum de la circunvolución hipocam-
3 Hipocampo. 8 Subiculum. pal. El subiculum es la porción de la circunvolu-
4 Lámina involuta. 9 Surco colateral.
5 Circunvolución dentada. 10 Circunvolución hipocampal.
ción hipocampal situada inmediatamente por
6 Surco del hipocampo. 11 Cola del núcleo caudado. debajo del surco del hipocampo.
7] PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

El otro componente del segundo anillo límbi-


co es el hipocampo, zona de sustancia gris si-
tuada en profundidad, por lo que sólo es visible
en cortes (fig. 6-5). El hipocampo tiene la forma
de una «C» cuya concavidad contornea la lámina
involuta por arriba, por fuera y por debajo. Así,
acompaña a la circunvolución dentada, situándo-
se por dentro y en paralelo a ésta. Por otra parte,
el hipocampo describe un relieve en la cavidad
del ventrículo lateral, de la que está separado úni-
camente por una cubierta delgada de sustancia
blanca que se denomina álveo. El hipocampo
termina por delante a la altura del uncus de la
formación hipocampal.
Aunque el hipocampo y la circunvolución
dentada están muy próximos, se distinguen cla- FIGURA 6-7
ramente en los cortes frontales (fig. 6-5) por su si-
Esquema de una visión lateral derecha del fórnix.
tuación con respecto a la lámina involuta. Am-
1 Cuerpo calloso. 6 Cuerpo del fórnix.
bas estructuras adoptan en conjunto la forma de 2 Septo pelúcido. 7 Comisura del fórnix.
dos letras «C» entrelazadas, asemejándose a un 3 Comisura anterior. 8 Pilar (posterior).
4 Cuerpo mamilar. 9 Fimbria.
caballito de mar o hipocampo (de ahí el término 5 Columna o pilar anterior del fórnix.
hipocampo). El hipocampo es, en realidad, una
parte de la corteza de la circunvolución del hipo-
campo que ha sido empujada hacia dentro y ha- Tercer anillo límbico (figs. 6-7 a 6-9). Es incom-
cia arriba por el surco del hipocampo y la lámi- pleto; se sitúa por dentro del segundo y está for-
na involuta. mado por sustancia blanca. Comienza por delan-
El segundo anillo límbico se cierra por delan- te a nivel del fórnix y se continúa con la fimbria.
te por medio de estructuras de poca entidad mor- El fórnix o trígono cerebral es una comisura te-
fológica. El indusium griseum se continúa hacia lencefálica que constituye el componente funda-
abajo, después de tapizar el pico del cuerpo callo- mental de este anillo. El fórnix es una lámina de
so, con sustancia gris de la circunvolución para- sustancia blanca, impar y media (figs. 6-7 y 6-8),
terminal. De esta circunvolución arranca la es- situada entre el tronco del cuerpo calloso y la cara
tría diagonal, banda de sustancia gris, difícil de superior de los tálamos. Aunque contiene fibras
observar, que cruza en diagonal la sustancia per- que discurren en direcciones opuestas (antero-
forada anterior y termina en el uncus de la cir- posterior y posteroanterior), podemos considerar
cunvolución hipocampal. que el fórnix comienza en los cuerpos mamila-
Se conoce con el nombre de formación o res por medio de un cordón par de sustancia
complejo hipocampal (fig. 6-6) al conjunto de blanca: las columnas o pilares anteriores del
estructuras localizadas en la cara medial del he- fórnix. Los pilares anteriores del fórnix se encuen-
misferio cerebral que se sitúan alrededor del sur- tran empotrados inicialmente en el hipotálamo,
co del hipocampo y de la lámina involuta: la cir- donde siguen un trayecto convergente, curvo ha-
cunvolución dentada, el hipocampo, el subiculum cia arriba y hacia atrás. En este trayecto se rela-
y el álveo. La formación hipocampal protruye en cionan por delante con la comisura anterior. Fi-
el suelo de la prolongación temporal del ventrícu- nalmente, los pilares anteriores emergen del
lo lateral formando un relieve que se conoce clási- hipotálamo, pasan por delante del polo anterior
camente con el nombre de asta de Ammón del tálamo correspondiente, donde contribuyen a
(fig. 6-6) (ya que recuerda los cuernos del carnero delimitar los agujeros interventriculares, y ter-
que se consagraba al dios egipcio Ammón). La nó- minan confluyendo en el vértice del cuerpo del
mina internacional utiliza el término hipocampo fórnix.
para designar el asta de Ammón, lo que puede au- El cuerpo del fórnix (figs. 6-7 y 6-8) es una
mentar la confusión terminológica en esta región. lámina curvada hacia abajo, triangular de vér-
OMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL.

tice anterior y base posterior. El cuerpo del fór-


nix tiene dos caras: una inferior, que se apo-
ya sobre la cara superior de los tálamos y la
tela coroidea del HI ventrículo, y otra superior,
orientada hacia el cuerpo calloso. La porción
anterior de esta cara superior está separada del
cuerpo calloso, dejando un espacio tabicado por
medio de una lámina sagital delgada denomina-
da septo pelúcido. La porción posterior de la
cara superior se encuentra fusionada al cuerpo
calloso. Por otra parte, la porción posterior del
cuerpo del fórnix contiene fibras transversales
que cruzan de un hemisferio cerebral al otro: se
trata de la comisura del fórnix. Finalmente, de
los ángulos posteriores del cuerpo del fórnix se
desprenden dos cordones, los pilares posterio-
res del fórnix (figs. 6-7 a 6-9), que siguen un
trayecto divergente, curvo hacia atrás y hacia
abajo, contornean el pulvinar y acaban conti-
nuándose con la fimbria del lado correspon-
diente (fig. 6-9).

FIGURA 6-9
Visión superior de una disección en que se ha eliminado gran
parte del cuerpo calloso y se han expuesto los ventrículos la-
terales.
1 Rodilla del cuerpo calloso. 8 Esplenio del cuerpo calloso.
2 Septo pelúcido. 9 Fórceps occipital.
3 Cabeza del núcleo caudado. 10 Asta occipital.
4 Cara superior del tálamo. 11 Asta de Ammón.
5 Columna del fórnix. 12 Cápsula interna.
6 Comisura del fórnix. 13 Núcleo lenticular.
7 Pilar del fórnix.

La fimbria es un cordón de sustancia blanca


que discurre por encima del hipocampo, en situa-
ción superior con respecto a la circunvolución
dentada. Un surco fino, el surco fimbrioabo-
llonado, separa la fimbria de la circunvolución
dentada. La fimbria llega por delante hasta la
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un dello,

FIGURA 6-8 sustancia blanca del uncus de la circunvolución


hipocampal.
Visión inferior de una disección del cerebro en la que se ha
eliminado la casi totalidad del diencéfalo para mostrar el fór- La fimbria está constituida tanto por cilindro-
nix. Las formaciones hipocampales se han rechazado hacia ejes, que llegan a través del pilar posterior del fór-
atrás y hacia fuera. nix, como por cilindroejes que proceden del álveo
1 Cabeza del núcleo caudado. 8 Pilar (posterior). y «buscan» el pilar del fórnix. A su vez, el álveo
2 Columna del fórnix. Fimbria.
3 Comisura anterior (cortada en 10 Álveo.
está formado por cilindroejes que llegan después
la línea media). 11 Uncus. de haber pasado por el pilar del fórnix y la fim-
Cuerpo mamilar. 12 Circunvolución dentada. bria, y por los cilindroejes de las neuronas asenta-
3004

Cara inferior del cuerpo calloso. 13 Esplenio del cuerpo calloso.


Cuerpo del fórnix. Indusium griseum. das en el hipocampo y la circunvolución dentada,
Comisura del fórnix. 15 Surco fimbriocabollonado. que se dirigen a la fimbria para alcanzar el fórnix.
o
Y
2] PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

7 NÚCLEOS BASALES Núcleo lenticular o lentiforme

Los núcleos basales son tres masas de sustan- Está rodeado totalmente de sustancia blanca. Se
cia gris empotradas en la sustancia blanca de cada halla por fuera y un poco por debajo del núcleo cau-
hemisferio cerebral: el núcleo caudado, el núcleo dado (figs. 6-1 y 6-10). Puede compararse a un cono
lentiforme y el claustro. cuya base externa se orienta hacia la ínsula y cuyo
vértice, truncado, se dirige hacia la porción anterior
del tálamo. La sustancia blanca de la cápsula inter-
Núcleo caudado na separa el núcleo lenticular del tálamo. Debe se-
ñalarse además que el núcleo lenticular se halla uni-
Tiene forma de herradura (figs. 6-10 y 6-11) de do a la cabeza del núcleo caudado por medio de
concavidad dirigida hacia delante. Este núcleo con- puentes de sustancia gris de desarrollo y extensión
tornea el tálamo siguiendo la curvatura del ventrícu- variables.
lo lateral, desde cuya cavidad es visible en parte. De-
bido a su forma, el núcleo caudado se divide en una
porción gruesa situada por delante del tálamo, la ca-
beza; una porción media ubicada sobre el tálamo y
separada de éste por el surco talamoestriado, el
cuerpo del núcleo caudado, y un segmento poste-
rior e inferior que se estrecha progresivamente y se
dirige ligeramente hacia fuera para pasar por debajo
del núcleo lenticular y contactar con el cuerpo amig-
dalino, la cola del núcleo caudado.

FIGURA 6-10 FIGURA 6-11


Visión anterior esquemática de los núcleos basales. Visión superior de una disección realizada siguiendo el méto-
Tálamo. do de Ludwing y Klingler. Se han disecado la corteza cerebral

Cabeza del núcleo caudado. y parte del cuerpo calloso para mostrar el núcleo caudado y
0040

Cuerpo del núcleo caudado. la cara superior del tálamo.


Cola del núcleo caudado.
Núcleo lentiforme. Pico del cuerpo calloso. Tubérculo anterior del tálamo.
00
H4Hou0n—

Claustro. Cabeza del núcleo caudado. Estría medular del tálamo.


Cápsula externa. Cuerpo del núcleo caudado. Pulvinar.
Corteza de la ínsula. Estría terminal. Esplenio del cuerpo calloso.
0
0
6 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL

Tal como puede apreciarse en cortes frontales Claustro o antemuro


(figs. 6-1 y 6-12), el núcleo lenticular no tiene una es-
tructura uniforme. Muestra una lámina de sustancia Es una lámina de sustancia gris localizada entre el
blanca, la lámina medular lateral, que permite di- putamen y la corteza del lóbulo de la ínsula (fig. 6-10).
vidirlo en dos porciones: una externa, el putamen Una lámina de sustancia blanca, la cápsula externa,
(término latino que significa «cazoleta»), y otra in- lo separa del putamen. Una lámina similar, la cápsu-
terna, el globo pálido. Estas dos porciones no sólo la extrema, lo separa de la ínsula.
difieren por su situación, sino también por su citolo-
gía, patrón histoquímico y riqueza en capilares san-
guíneos. Por ello, en los cortes sin teñir, el putamen SUBDIVISIÓN DE LOS NÚCLEOS BASALES
presenta una tonalidad oscura mientras que el globo
pálido, tal como indica su nombre, aparece mucho Atendiendo a criterios filogenéticos, ontogénicos y
más claro. estructurales, los núcleos basales pueden organizar-
El globo pálido puede subdividirse en dos partes se en dos grupos: cuerpo estriado y pallidum. El
(fig. 6-12) gracias a la presencia de una lámina adi- cuerpo estriado comprende el núcleo caudado, el
cional de sustancia blanca, la lámina medular me- putamen y el claustro. El pallidum está formado
dial. La porción interna se denomina globo pálido únicamente por el globo pálido.
medial, mientras que la externa recibe el nombre de
globo pálido lateral. e El cuerpo estriado constituye el neoestriado,
dado que es relativamente reciente desde el pun-
to de vista filogenético. Embriológicamente deri-
va de la vesícula telencefálica y, bajo el punto de
vista citológico, está constituido por varios tipos
neuronales. La zona en que la cabeza del núcleo
caudado entra en contacto con el putamen pue-
de considerarse como una subdivisión del neoes-
triado; se denomina estriado ventral, y su com-
ponente principal es el núcleo accumbens. En
función del tipo de neurotransmisor y de las
conexiones, pueden distinguirse en el neoestria-
do pequeños módulos denominados estrioso-
mas. Es posible que varios módulos se acoplen
para formar unidades funcionales.
e El pallidum constituye el paleoestriado, más
antiguo que el anterior desde el punto de vista
filogenético. Deriva de la vesícula diencefálica y
está compuesto por un solo tipo neuronal, rico
en pigmentos férricos. Además, debemos seña-
lar que la riqueza en capilares sanguíneos es
mucho mayor en el cuerpo estriado que en el pa-
€) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

llidum. Todas estas diferencias se corresponden,


como veremos más adelante, con diferencias
funcionales.
FIGURA 6-12
Visión anterior de un corte frontal del encéfalo teñido con el
método de Weigert. El DISPOSICIÓN DE LA SUSTANCIA BLANCA
Cuerpo calloso. 7 Lámina medular medial. TELENCEFALICA
0050N-—_

Núcleo caudado. 8 Globo pálido lateral.


Tálamo. 9 Globo pálido medial. La sustancia blanca de los hemisferios cerebra-
Cápsula interna.
Lámina medular lateral. les puede dividirse en comisural, capsular y centro
Putamen. semioval.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Sustancia blanca comisural po calloso. Éstas son fibras transversales que se ex-
tienden hasta la corteza cerebral y que únicamente
La sustancia blanca comisural comprende el con- pueden estudiarse en cortes o disecciones. Podemos
junto de cintas de sustancia blanca que cruzan la distinguir tres grupos de radiaciones (fig. 6-13):
línea media y unen los dos hemisferios cerebrales.
Incluye las comisuras anterior y epitalámica (pos- e Fórceps frontal o menor. Está formado por las
terior), el fórnix y el cuerpo calloso. Las tres prime- fibras que pasan por la rodilla del cuerpo calloso.
ras ya han sido estudiadas. Comunican entre sí los dos lóbulos frontales y
adoptan, en conjunto, una forma de «U» (forceps
es una palabra latina que significa «pinza», lo que
CUERPO CALLOSO hace alusión a su forma).
+ Radiaciones medias. Corresponden a las fibras
Es una lámina cuadrilátera, gruesa y dura (de ahí que cruzan el tronco del cuerpo calloso. Unen en-
su nombre), que se dispone inmediatamente por de- tre sí, fundamentalmente, los lóbulos parietales
bajo de la fisura longitudinal del cerebro. Se encuen- y temporales.
tra curvada sobre sí misma de tal manera que, en los
cortes sagitales (fig. 6-2 B), la concavidad está orien-
tada hacia abajo, mientras que en los cortes trans-
versales mira hacia arriba. El cuerpo calloso puede
dividirse, de delante hacia atrás, en cuatro partes:
rostro o pico, rodilla, tronco y esplenio o rodete.
El rostro o pico es la porción más anterior del
cuerpo calloso. Su extremo inferior es afilado y aca-
ba en la lámina terminal. A continuación del rostro
se halla la rodilla, que se prolonga hacia atrás con el
tronco del cuerpo calloso. Éste termina en un ex-
tremo posterior, libre y muy grueso, denominado es-
plenio o rodete.
El cuerpo calloso presenta dos caras: una supe-
rior y otra inferior. La cara superior está tapizada
por el indusium griseum (fig. 6-4). La cara inferior
presenta relaciones importantes. En la línea media
se relaciona con el septo pelúcido en el plano ante-
rior y con el cuerpo del fórnix en el plano posterior
(fig. 6-4). Por fuera de la línea media, la cara infe-
rior del cuerpo calloso forma parte del techo de los
ventrículos laterales.
El septo pelúcido (figs. 6-7 y 6-9) es un tabique
delgado e impar, constituido por dos láminas de sus-
tancia blanca, que se extiende entre el cuerpo calloso
y el fórnix. Entre las dos láminas del septo pelúci-
do suele encontrarse un espacio de tamaño reducido
denominado cavidad del septo pelúcido.
En ocasiones esta cavidad está muy desarrollada
y llega incluso a hablarse de un tercer ventrículo te-
lencefálico. La existencia de una gran cavidad puede FIGURA 6-13
dar lugar a errores diagnósticos si esta posibilidad Visión superior de una disección del telencéfalo realizada con
no se tiene presente. el método de Ludwing y Klingler. Se ha expuesto la sustancia
blanca tras eliminar la corteza cerebral.
Por sus extremidades laterales, el cuerpo calloso
1 Tronco del cuerpo calloso y radiaciones medias.
se continúa en el interior de los hemisferios cerebra- 2 Fórceps frontal.
les por medio de las llamadas radiaciones del cuer- 3 Fórceps occipital.
6 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO. ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL 159

+ Radiaciones posteriores. Comprenden las fi-


bras que pasan por el rodete del cuerpo calloso.
Se agrupan en el fórceps occipital o mayor y en
el tapetum. El fórceps occipital mayor está for-
mado por las fibras que unen entre sí los lóbulos
occipitales. Adoptan, en conjunto, forma de «U».
El tapetum está formado por fibras que se ex-
tienden a modo de lámina continua, en forma de
arco, en dirección lateral e inferior. Forman parte
de las paredes de las astas inferior y posterior del
ventrículo lateral.

Sustancia blanca capsular

Comprende las cápsulas externa, extrema e in-


terna. Las dos primeras ya han sido descritas a pro-
pósito de los núcleos basales. A continuación estu-
diaremos la interna.

CÁPSULA INTERNA
Es una lámina gruesa de sustancia blanca, situa-
da lateralmente con respecto al núcleo caudado y al
tálamo y medialmente con respecto al núcleo lenticu-
lar, que rodea por sus porciones anterior, posterior
e inferior (figs. 6-11, 6-12 y 6-14). En su porción su-
perior, por encima de los núcleos basales, la cápsula
interna se abre en abanico formando la corona ra-
diante (fig. 6-15), por medio de la cual las fibras des-
cienden desde la corteza cerebral o llegan a ésta. En FIGURA 6-14
el plano inferior, la cápsula interna se continúa con Corte transversal del encéfalo que muestra la cápsula inter-
la base del pedúnculo cerebral. na. Mitad inferior del corte visto desde arriba. Los ventrículos
La cápsula interna se divide en cinco regiones en se indican en números romanos.
función de la relación de cada parte con el núcleo len- 1 Cabeza del núcleo caudado. 11 Pilar posterior del fórnix.
2 Cola del núcleo caudado. 12 Brazo anterior de la cápsula
ticular, el núcleo caudado y el tálamo (fig. 6-14): 3 Tálamo. interna.
4 Septo pelúcido. 13 Rodilla de la cápsula
e Brazo anterior. Está situado entre la cabeza del 5
6
Rostro del cuerpo calloso.
Núcleo lenticular. 14
interna.
Brazo posterior de la
núcleo caudado por dentro y el núcleo lenticular 7 Ínsula. cápsula interna.
por fuera. 8 Plexo coroideo. 15 Porción retrolenticular de
9 Agujero interventricular. la cápsula interna.
e Brazo posterior. Es la porción situadaentre el
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

10 Rodete del cuerpo calloso. 16 Centro semioval.


cuerpo del núcleo caudado y el tálamo por den-
tro, y el núcleo lenticular por fuera.
e Rodilla. Está ubicada en la unión de los brazos e Porción retrolenticular. Es la porción más pos-
anterior y posterior. Dado que esta unión se pro- terior de la cápsula interna. Se extiende entre las
duce cerca del extremo anterior del tálamo, la ro- porciones posteriores del núcleo lenticular y del
dilla se sitúa inmediatamente por fuera del aguje- tálamo.
ro interventricular (fig. 6-14).
e Porción sublenticular. Es el segmento de la cáp- Más adelante indicaremos la situación precisa
sula interna dispuesto por debajo del núcleo len- de los importantes haces nerviosos que atraviesan
ticular y por encima de la cola del núcleo cauda- la cápsula interna. Únicamente debemos indicar
do y del asta temporal del ventrículo lateral. aquí que esta cápsula constituye un desfiladero es-
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

trecho, de gran importancia funcional y clínica, por


donde pasan la mayoría de las fibras ascendentes y
descendentes que enlazan la corteza cerebral con los
pisos inferiores del SNC.

Centro semioval

Es la masa de sustancia blanca envuelta por la


corteza cerebral de cada hemisferio (fig. 6-1). Se de-
nomina centro oval al conjunto de los dos centros se-
miovales unidos por el cuerpo calloso. Cada centro
semioval está compuesto por numerosos fascículos
de asociación que describiremos más adelante.

71 VENTRÍCULOS LATERALES
Los ventrículos laterales ocupan la porción cen-
tral de cada hemisferio alrededor del tálamo y de
los núcleos basales, siguiendo el trayecto del núcleo
caudado. Se denominan 1 (el derecho) y II (el iz-
quierdo). Los dos ventrículos laterales no están en
paralelo sino que se encuentran más próximos a la
línea media en el plano anterior, alejándose de ésta
FIGURA 6-15
en el posterior. En conjunto, cada ventrículo lateral
Visión lateral izquierda de una disección del encéfalo realiza- tiene forma de herradura (figs. 6-9 y 6-16) que se co-
da siguiendo el método de Ludwing y Klingler. La corteza ce-
rebral de la ínsula y el núcleo lenticular se han eliminado para munica con el III ventrículo a través del agujero in-
exponer la cápsula interna. terventricular. En cada ventrículo pueden distinguir-
Cápsula interna. se las siguientes porciones (figs. 6-16 y 6-17):
aAO0N—

Corona radiante.
Pie del mesencéfalo,
Tracto óptico.
e Asta o cuerno frontal o anterior. Es la porción
Nervio óptico. del ventrículo lateral dispuesta por delante del

FIGURA 6-16
Visión lateral de una disección del he-
misferio derecho en que se ha abierto
el ventrículo lateral.
Asta frontal del ventrículo.
(0 0—0040NnN—

Porción central del ventrículo.


Asta occipital del ventrículo.
Asta temporal del ventrículo.
Asta de Ammón.
Glomus coroideo.
Núcleo lenticular.
Corona radiante.
Calcar avis.
6 ANATOMÍA MACROSCÓPICA DEL TELENCÉFALO . ESTRUCTURA GENERAL. CONFIGURACIÓN EXTERNA DE LA CORTEZA CEREBRAL G

FIGURA 6-17
Visión esquemática del ventrículo late-
ral derecho. En el centro se ha repre-
sentado un molde del sistema ventricu-
lar. Los rectángulos muestran cortes
frontales del ventrículo a diferentes ni-
veles: A. Asta anterior. B. Porción cen-
tral. C. Asta occipital. D. Asta tempo-
ral. Los ventrículos se indican en
números romanos. Los plexos coroideos
están representados en rojo.
1 Septo pelúcido.
Cuerpo calloso.

J00uUm4wmN
Núcleo caudado.
Fórnix.
Tálamo.
Tapetum.
Calcar avis.
Bulbo del asta occipital.

ODO
Asta de Ammón.
Eminencia colateral.

agujero interventricular. Tiene forma prismática e Asta o cuerno temporal o inferior. Presenta en
triangular y están delimitada medialmente por el los cortes frontales el aspecto de una hendidura
septo pelúcido, lateralmente por la cabeza del núcleo transversal y curvilínea, de convexidad dorsal y
caudado y cranealmente por el tronco del cuerpo externa. Tiene dos paredes: una superoexterna,
del cuerpo calloso. La rodilla y el rostro del cuer- formada por el tapetum y relacionada con la cola
po calloso forman el límite más anterior e inferior del núcleo caudado, y otra inferointerna, con dos
del asta frontal. relieves: el asta de Ammón, que ya hemos estu-
Porción central. Se extiende por detrás del agu- diado, y la eminencia colateral, producida por
jero interventricular hasta la extremidad posterior el surco colateral.
del tálamo. En ésta pueden distinguirse dos pare-
des: una superior, formada por la cara inferior del
tronco del cuerpo calloso, y otra inferior, consti- Plexo coroideo del ventrículo lateral
€ MASSON, S.A, Fotocopiar sin autorización es un delito.

tuida de fuera hacia dentro por la cabeza y el


cuerpo del núcleo caudado, la cara superior del El plexo coroideo se sitúa en el ventrículo lateral
tálamo por fuera del surco coroideo, y la cara su- correspondiente siguiendo el surco coroideo. Se ex-
perior del fórnix. tiende en sentido anteroposterior desde el agujero
Asta o cuerno occipital o posterior. Es relati- interventricular, a cuyo nivel se continúa con el ple-
vamente corta y se introduce en el lóbulo occipi- xo coroideo del III ventrículo, hasta el asta temporal.
tal. Se distinguen dos paredes: una superoexter- A nivel de la raíz del asta occipital el plexo coroideo
na, constituida por el tapetum, y otra inferointerna, presenta un engrosamiento llamado glomus coroi-
que presenta dos salientes: el calcar avis, origina- deo (fig. 6-16) que, en sujetos de edad avanzada,
do a partir de la fisura calcarina, y el bulbo del puede presentar calcificaciones visibles en radio-
asta occipital, determinado por el fórceps menor. grafías simples.
CAPÍTULO 7

Meninges. Sistema ventricular.


Líquido cefalorraquídeo

El SNC está formado por estructuras blandas y tabicado por numerosas trabéculas aracnoideas
deformables que podrían lesionarse fácilmente por (fig. 7-1).
efecto de traumatismos diversos, por lo cual es nece- A continuación describiremos el comportamien-
sario que estén debidamente protegidas. El estuche to de cada una de las meninges.
osteofibroso formado por el cráneo y la columna
vertebral aísla y protege el SNC, el cual, además,
está recubierto por tres membranas, las meninges, Duramadre
en cuyo interior se encuentra el líquido cerebroes-
La duramadre es una especie de saco continuo en
pinal o cefalorraquídeo (LCR).
cuyo interior se encuentran el encéfalo y la médula
espinal. La existencia de diferencias de estructura y
comportamiento permite distinguir la duramadre
E MENINGES
craneal de la espinal.
Las meninges son tres membranas (meninge sig-
nifica «membrana») dispuestas de fuera hacia den-
tro (fig. 7-1) que reciben los nombres de durama-
dre, aracnoides y piamadre. La duramadre es
gruesa, dura y resistente, y se conoce como paqui-
meninge (paqui- significa «grueso»). La aracnoides
y la piamadre son finas y delicadas, y constituyen la
leptomeninge (lepto- significa «delgado»).
Entre las meninges existen tres espacios deno-
minados epidural, subdural y subaracnoideo,
que en algunos casos son más potenciales que rea-
O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

les. El espacio epidural es el situado entre la su-


PUN

perficie externa de la duramadre y el estuche os-


teofibroso. Únicamente existe a nivel raquídeo,
siendo potencial a nivel craneal. El espacio sub- FIGURA 7-1
dural se sitúa entre la duramadre y la aracnoi- Disposición general de las meninges encefálicas. La durama-
des. Es potencial en toda su extensión. Se pone dre se ha representado en amarillo, la aracnoides en verde y la
de manifiesto cuando se produce una acumula- piamadre en rojo.
ción patológica de líquido, como veremos más ade- Bóveda craneal. Vaso sanguíneo.
o
aan —

Seno de la duramadre. Espacio epidural.


lante. El espacio subaracnoideo está bien desarro- Granulación aracnoidea. Espacio subdural.
llado a todos los niveles del SNC. Se dispone entre
0

Trabéculas aracnoideas. Espacio subaracnoideo.


la aracnoides y la piamadre, contiene LCR y está Corteza cerebral.
MZA — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

DURAMADRE CRANEAL zontal o vertical. Los horizontales reciben el nombre


de tiendas, mientras que los verticales se denomi-
La duramadre craneal tiene una estructura fun- nan hoces. Los pliegues más importantes son la tien-
damentalmente fibrosa, con abundantes fibras co- da del cerebelo, la tienda de la hipófisis, el techo
lágenas y algunas fibras elásticas. Presenta dos de la cavidad trigeminal, la hoz del cerebro y la
capas: una externa o endostial y otra interna o me- hoz del cerebelo.
níngea.
e Tienda del cerebelo (figs. 7-2 y 7-3). Es una lá-
e La capa endostial actúa como periostio de la su- mina de duramadre que se extiende entre el ce-
perficie interna del cráneo. Está unida a la su- rebelo y la cara inferior del lóbulo occipital. Tie-
perficie interna de los huesos que delimitan la ca- ne forma semilunar con la zona media más
vidad craneal. Esta unión es firme en las suturas, elevada que las porciones laterales, de manera
en la base del cráneo y, especialmente, alrededor que se adapta a la forma «en tejadillo» de la
del agujero magno del occipital. La intensidad cara superior del cerebelo. Podemos distinguir
de la unión varía con la edad del sujeto, de modo en ella dos caras, una superior y otra inferior,
que es más firme en el niño que en el adulto, y dos bordes, uno posterior o adherente y otro
siendo en el anciano mayor que en el adulto. De- anterior o libre. El borde adherente se inserta
bido a esta unión, no existe espacio epidural a sucesivamente en la protuberancia occipital in-
nivel de la duramadre craneal: únicamente apa- terna, en los dos labios del surco del seno trans-
rece en condiciones patológicas (fig. 7-2 C). verso, en el borde superior del peñasco y en la
e La capa meníngea es interna. Se fusiona con la apófisis clinoides posterior. El borde anterior es
anterior sin que exista un límite nítido entre ellas. cóncavo hacia delante y forma, con el extremo
La capa meníngea forma cubiertas tubulares al- anterior del canal basilar, una abertura para el
rededor de los nervios craneales cuando éstos paso del mesencéfalo denominada escotadura de
atraviesan los agujeros del cráneo, fusionándose la tienda.
con el perineuro una vez los nervios abandonan e Tienda de la hipófisis o diafragma de la silla
el cráneo. (figs. 7-2 A y 7-3 A). Es una pequeña lámina hori-
zontal de duramadre que se extiende entre las
Las dos capas constituyentes de la duramadre apófisis clinoides, por encima de la hipófisis. Pre-
craneal se separan a lo largo de algunos de los plie- senta un orificio central para el paso del tallo de
gues que forma la duramadre craneal (v. más ade- la hipófisis.
lante). Se forman entonces estructuras tubulares, e Cavidad trigeminal. Es una excavación de la du-
los senos de la duramadre (fig. 7-1), que son senos ramadre situada en la cara anterior del peñasco
venosos rígidos donde se recoge la sangre venosa del temporal. Encierra el ganglio del trigémino.
del SNC. Puede considerarse que el techo de esta cavidad
La duramadre craneal de las fosas craneales an- es una tienda de la duramadre.
terior y media recibe inervación sensitiva del nervio e Hoz del cerebro (figs. 7-2 B-C y 7-3 B). Es un
trigémino; la de la fosa craneal posterior, de los ner- tabique incompleto, medio y anteroposterior,
vios vago y glosofaríngeo. Los nervios durales dis- que ocupa la fisura longitudinal del cerebro.
curren con las arterias meníngeas y terminan en sus Su disposición morfológica, que justifica su
proximidades o en las de los senos de la duramadre. denominación, permite distinguir un borde su-
Esta inervación sensitiva explica que el estiramien- perior convexo y un borde inferior cóncavo. El
to o la deformación de la duramadre sea dolorosa, borde superior se extiende a lo largo de la línea
siendo la causa de algunos tipos de cefaleas. Con- media de la cavidad craneal, desde el agujero
trariamente, las lesiones del tejido nervioso no pro- ciego del frontal hasta la protuberancia occipi-
ducen dolor, ya que éste no posee terminaciones ner- tal interna. El borde inferior puede dividirse
viosas sensitivas. en dos segmentos: la porción anterior es libre y
cóncava, y sigue la convexidad del cuerpo ca-
Pliegues de la duramadre craneal. La capa lloso; la porción posterior se inserta en la lí-
meníngea de la duramadre craneal forma una serie nea media de la cara superior de la tienda del
de láminas o tabiques dispuestos en sentido hori- cerebelo.
7 MENINGES. SISTEMA VENTRICULAR. LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

FIGURA 7-2
Esquemas que muestran la disposición de la duramadre cra-
neal. A. Visión superior de las tiendas del cerebelo y de la hi-
pófisis después de haber eliminado el encéfalo. B. Tienda del
cerebelo y hoz del cerebro en visión anterolateral derecha.
C. Sección frontal del cráneo a nivel de la fosa craneal pos-
terior vista desde el plano dorsal. En el lado derecho se ha
despegado la duramadre del cráneo para mostrar el espacio
epidural potencial (asterisco) en un punto de frecuente loca-
lización de hematomas epidurales (espacio despegable de
Marchana).
1 Tienda del cerebelo. 7 Hoz del cerebelo.
2 Protuberancia occipital 8 Espacio hemisférico.
interna. 9 Celda cerebelosa.
3 Borde superior del peñasco. 10 Seno sagital.
4 Clinoides posterior. 11 Seno recto.
5 Tienda de la hipófisis. 12 Seno transverso.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

6 Hoz del cerebro. 13 Seno occipital.

e Hoz del cerebelo (fig. 7-2 C). Es una pequeña lá- la cavidad craneal tres compartimentos o celdas co-
mina vertical situada entre los hemisferios cere- municados entre sí:
belosos derecho e izquierdo, en el plano inferior.
Su borde posterior se adhiere a la cresta occipi- e Celda cerebral o supratentorial (figs. 7-2 C y
tal interna. Su borde anterior es libre y está en re- 7-3 B). Es la más amplia. La tienda del cerebelo
lación con el vermis inferior del cerebelo. constituye su límite inferior. Se encuentra divi-
dida por la hoz del cerebro en dos espacios, los
(O MASSON,

Compartimentos intracraneales. La presencia espacios hemisféricos, ocupados por los hemisfe-


de los tabiques de duramadre permite distinguir en rios cerebrales.
A ?
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

> e. Celda cerebelosa o subtentorial (figs. 7-2 C y


7-3). Situada por debajo de la tienda del cere-
belo, está ocupada por el cerebelo y gran parte
del tronco del encéfalo. Se comunica con la cel-
da supratentorial a través de la incisura de la
tienda.
e. Celda hipofisaria (figs. 7-2 A y 7-3). Situada
por debajo de la tienda de la hipófisis, está ocu-
pada por la hipófisis. Se comunica con la celda
supratentorial a través del orificio del tallo hipo-
fisario.

La disposición de estas tres celdas tiene gran


importancia para comprender la patología de los
procesos expansivos del SNC y su abordaje qui-
rúrgico.

DURAMADRE RAQUÍDEA

Se extiende desde el agujero magno del occipital


hasta el borde inferior de la vértebra S2.
La duramadre raquídea se diferencia claramente
de la craneal en los siguientes aspectos:

1. Carece de capa endostial, por lo cual la superficie


vertebral que delimita el conducto raquídeo tiene
un revestimiento de periostio igual que el resto de
huesos.
2. El espacio epidural es real (fig. 7-4 A). Es amplio
y se sitúa entre la duramadre espinal y las pare-
des del conducto raquídeo; está ocupado por te-
jido adiposo y plexos venosos.
3. Las uniones de la duramadre espinal a las pare-
des del conducto raquídeo son limitadas. Algunos
tractos fibrosos unen la duramadre a la superfi-
cie posterior de las vértebras C2 y C3 y al liga-
mento longitudinal posterior. El músculo recto
posterior menor de la cabeza puede tener inser-
ciones en la duramadre raquídea, lo cual es im-
L A Y
portante para comprender el origen de algunas
FIGURA 7-3
cefaleas.
A. Visión superior de una disección de la cavidad craneal en la
4. La duramadre espinal no forma tabiques y, por lo
que se ha expuesto la tienda del cerebelo después de eliminar
el cerebro. B. Visión lateral de un corte sagital de la cabeza tanto, carece de senos venosos.
donde se observa la disposición de la duramadre craneal.
Tienda de la hipófisis. 9 Seno sagital. Al igual que la duramadre craneal, la duramadre
raquídea también forma cubiertas tubulares alrede-
—0040NnN—

Arteria carótida interna. 10 Arteria cerebral media.


Puente. 11 Hipófisis.
Escotadura de la tienda. 12 Cisterna interpeduncular. dor de los nervios espinales (fig. 7-4 A) cuando éstos
Arteria cerebelosa superior. 13 Arteria basilar. salen por los agujeros intervertebrales. Sin embargo,
Seno recto. 14 Cisterna prepontina.
Confluencia de los senos. 15 Cisterna cerebelomedular.
la fusión de la duramadre con el epineuro se realiza
Tienda del cerebelo. a mayor distancia, cerca del ganglio espinal.
0
7 MENINGES. SISTEMA VENTRICULAR. LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

FIGURA 7-4
Aspecto de la duramadre raquídea
después de eliminar varios arcos verte-
brales. A. Cara externa de la durama-
dre. Puede comprobarse que la dura-
madre forma cubiertas tubulares para
los nervios espinales (flechas). B. Se
ha abierto la duramadre mediante un
corte en la línea media posterior. Se
observan claramente los fondos de
saco leptomeníngeos (flecha). Visión
posterior.
Espacio epidural.

0DNALAO0NnN—
Ligamento dentado.
Raíz posterior del nervio espinal.
Raíz anterior del nervio espinal.
Arteria espinal posterior,
Cola de caballo.

Aracnoides La aracnoides forma unas estructuras especiali-


zadas, denominadas granulaciones aracnoideas, de
La aracnoides es una membrana delgada que re- las que trataremos más adelante.
cuerda a una tela de araña, de donde proviene su
nombre (aracnoides significa «en forma de tela de
araña»). La aracnoides se encuentra adosada firme- Piamadre
mente a la cara interna de la duramadre, a la que si-
gue en todo momento. Así, todos los tabiques de du- La piamadre es una membrana vascular delica-
ramadre están tapizados por aracnoides. Como ya da que, a diferencia de la aracnoides, se adhiere a la
hemos indicado, entre la duramadre y la aracnoides superficie del SNC siguiendo todos los contornos del
no existe un espacio real. El espacio subdural es úni- encéfalo y de la médula espinal por pequeños que és-
camente potencial. tos sean. También forma parte, como veremos más
La aracnoides está constituida por tejido conjunti-
vo laxo con fibras de colágeno, elásticas y reticulina,
y por células planas mesoteliales. En la proximidad
de la duramadre, y en su cara interna, la aracnoides
presenta varias capas de células parecidas a fibro-
blastos, con largas prolongaciones celulares.
Ya hemos comentado que el espacio situado en-
tre la aracnoides y la piamadre se denomina espacio
subaracnoideo. Una característica importante de
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

este espacio es que está atravesado por numerosas


trabéculas aracnoideas, de tamaño variable, que le
dan un aspecto esponjoso (fig. 7-1). Las trabéculas
tienen una estructura central (fig. 7-5) formada por
fibras de colágeno y reticulina; están revestidas de
células mesoteliales y se encuentran bañadas por el
FIGURA 7-5
LCR.
Microfotografía electrónica de barrido de una trabécula arac-
Se considera que la aracnoides es avascular a pe-
noidea humana. Los haces de colágeno que conforman la tra-
sar de que numerosos vasos de pequeño calibre atra- bécula se unen a la piamadre (flecha) por uno de sus extre-
(9) MASSON,

viesan las trabéculas aracnoideas para alcanzar la mos. En el extremo superior, la trabécula se continúa con la
piamadre y nutrir el SNC. aracnoides que reviste la duramadre.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

adelante, de las telas coroideas de las cavidades ven- EI CISTERNAS SUBARACNOIDEAS


triculares.
La estructura histológica de la piamadre es simi- Dado que la aracnoides se encuentra unida a la
lar a la de la aracnoides. Algunos autores distinguen cara interna de la duramadre, y que la piamadre se
en ella dos capas: una adyacente al SNC, la pia ínti- adosa a la superficie externa del SNC, en algunas zo-
ma, y otra próxima al espacio subaracnoideo, la nas existe una separación de estas dos membranas
capa epipial. meníngeas con el consiguiente ensanchamiento del
A nivel de la médula espinal, la piamadre termina espacio subaracnoideo. Estas zonas ensanchadas
por debajo del cono terminal en continuación con del espacio subaracnoideo se denominan cisternas
el filum terminal. La piamadre espinal forma dos es- subaracnoideas y tienen gran importancia práctica
tructuras importantes: el ligamento dentado y la lí- porque en ellas se acumula el LCR.
nea splendens. Podemos deducir fácilmente dónde podemos en-
contrar una cisterna subaracnoidea si tenemos pre-
e El ligamento dentado (figs. 7-4 B y 7-6) está sente que la discordancia entre la aracnoides y la
constituido por un conjunto de láminas vertica- piamadre se produce en aquellas zonas donde la su-
les (generalmente 21), dispuestas en el plano fron- perficie del SNC se aleja de la cubierta dural.
tal a ambos lados de la médula espinal, entre las Tal como muestra la figura 7-7, las cisternas sub-
raíces anteriores y posteriores de los nervios espi- aracnoideas son numerosas. Sólo describiremos las
nales. El borde medial del ligamento dentado está dos de mayor interés clínico: la cisterna cerebelome-
unido a la piamadre a lo lareo de toda la médula dular o cerebelobulbar o magna, y la cisterna lumbar.
espinal. El borde lateral está festoneado. El vérti-
ce de los festones se inserta en la cara interna de e Cisterna cerebelomedular (fig. 7-3 B y 7-7). Es
la duramadre, en el espacio situado entre la emer- la de mayor tamaño dentro de la cavidad craneal;
gencia de los nervios espinales. Como tendremos de ahí el apelativo de magna. Se sitúa entre la cara
ocasión de comentar, el ligamento dentado cons- inferior del cerebelo y la cara posterior del bulbo.
tituye una referencia de interés quirúrgico. Puede accederse a ella, para obtener muestras de
e La línea splendens no es sino una condensa- LCR, mediante una punción a través del agujero
ción de la piamadre que se extiende a lo largo magno del occipital.
de la línea media de la cara anterior de la mé- e Cisterna lumbar. Se localiza por debajo de la
dula espinal. En su interior discurre la arteria L2 que, como sabemos, es el nivel donde termina
espinal anterior. la médula espinal y, por lo tanto, la piamadre. La
duramadre, junto con la aracnoides, desciende
hasta la S2, creándose así una amplia cisterna
subaracnoidea (fig. 7-7). La cisterna lumbar es el
sitio de elección para extraer muestras de LCR
(punción lumbar) sin que la aguja lesione el SNC.
No obstante, existe un riesgo teórico de puncio-
nar las raíces de los últimos nervios espinales que
ocupan en parte esta cisterna, formando la deno-
minada cola de caballo (fig. 7-4 B).

ZE PAPEL FUNCIONAL DE LAS MENINGES


Las meninges cumplen las siguientes funciones
principales:
FIGURA 7-6
Corte transversal de la médula espinal a nivel torácico bajo. 1. El papel fundamental es mecánico. Las meninges
1 Arco vertebral. 5 Ligamento dentado. sostienen y protegen el SNC, estabilizando su for-
2 Asta anterior. 6 Espacio subaracnoideo.
3 Espacio epidural. 7 Raíces de nervios espinales.
ma y posición. Por un lado, la duramadre se en-
4 Duramadre cuentra anclada a los huesos del cráneo. Por otro
7 MENINGES. SISTEMA VENTRICULAR. LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO [08

SNC que, como veremos más adelante, aumenta


la protección contra los traumatismos al tiempo
que aligera el peso de la sustancia nerviosa.
3. La duramadre craneal, por medio de su capa en-
dostial, tiene capacidad osteogénica reparadora
de los huesos con los que entra en contacto.
. Las meninges proporcionan rutas de acceso y de

LL
soporte para los vasos que nutren el SNC.
. Los senos de la duramadre pueden actuar como

ul
almacén sanguíneo.
6. Las meninges son una barrera mecánica que pro-
tege el tejido nervioso de las infecciones.

Mi CONSIDERACIONES CLÍNICAS
Z
IRAN

SOBRE LAS MENINGES


ud

e Las meninges se inflaman con cierta frecuencia


qe H "Ai

por efecto de bacterias o de virus. Se producen


entonces las denominadas meningitis, que cursan
pa

con vómitos por aumento de la presión del LCR


fa
E

y con rigidez de nuca. También se altera la com-


$

O
posición del LCR y, con frecuencia, su aspecto.
J5q>

Por ejemplo, en algunas meningitis bacterianas el


LCR adquiere un aspecto lechoso al aumentar
el número de leucocitos.
e La existencia de espacios potenciales entre las
membranas meníngeas tiene gran importancia
FIGURA 7-7
para entender cómo, en casos de traumatismo
craneal, pueden producirse hemorragias y acu-
Esquema de un corte sagital del SNC que muestra la disposi-
mularse la sangre en ellos (hematomas).
ción general de las meninges y la situación de las principales
cisternas subaracnoideas. Las flechas indican la dirección del
flujo del LCR y su paso a la cisterna cerebelomedular a través Las arterias meníngeas discurren en el espacio
de las aberturas de la tela coroidea del IV ventrículo. La dura- epidural, situado entre la cara externa de la dura-
madre se ha representado en amarillo, la aracnoides en verde madre y la cara interna de los huesos del cráneo.
y la piamadre en rojo.
Cuando, por efecto de un traumatismo, se produce
1 Cisterna cerebelomedular. Cisterna cerebelosa superior.
un desgarro en una de estas arterias, la hemorragia
Oo

2 Cisterna lumbar. Cisterna prepontina.


-—

3 Cisterna interpeduncular. Hipófisis. despega la duramadre del hueso y forma un hema-


(0 0

4 Cisterna pericallosa. Cisterna quiasmática.


5 Tienda del cerebelo.
toma epidural (fig. 7-2 C). Los hematomas subdura-
Y A Y O IA O

les se localizan en el espacio subdural craneal. Lo


más frecuente es que se deban a rotura traumática
lado, las trabéculas aracnoideas se disponen a de una vena cerebral en la zona en que ésta termi-
manera de numerosos puentes, finos y delicados, na en un seno de la duramadre. Los hematomas epi-
A

tendidos entre la duramadre y la piamadre. A su durales y subdurales suelen crecer lentamente, por
A

vez, la piamadre se une firmemente a la superfi- lo que el intervalo entre el accidente y el desarrollo
O

cie del sistema nervioso. Así, el SNC está suspen- de los síntomas puede ser de días o meses. Los sín-
A

dido del estuche osteofibroso donde se aloja, y no tomas son consecuencia de la compresión y de los
apoyado en él. Esta disposición aumenta el nivel desplazamientos que produce la expansión del he-
de protección. matoma sobre las diferentes partes del encéfalo.
2. El espacio subaracnoideo está ocupado por LCR, Aunque algunos hematomas pueden reabsorberse
lo cual crea una cubierta líquida alrededor del de manera espontánea, lo más frecuente es que pro-
duzcan el coma y la muerte si no se evacúan qui-
rúrgicamente.
El aumento de la presión intracraneal puede pro-
ducir herniaciones de porciones del encéfalo a tra-
vés de alguna de las aberturas delimitadas por la du-
ramadre craneal, como la incisura de la tienda. Es
especialmente grave la herniación de parte del cere-
belo (amígdala) a través del agujero magno del occi-
pital, que comprime el bulbo y suele producir la
muerte instantánea del paciente.

7 LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO (LCR)


El LCR es incoloro y transparente, pobre en pro-
teínas (entre 16 y 38 mg/100 ml), contiene glucosa
(de 45 a 80 mg/100 ml) y algunas células (entre 2 y
6 por mm). Su composición iónica es similar a la
del plasma. Debe tenerse en cuenta que la concen-
tración de sus componentes varía según el punto de
donde proceda la muestra. La mayor concentración
proteica se encuentra en el LCR de las cisternas ce-
rebelomedular y lumbar, mientras que el LCR de los
ventrículos tiene la mayor concentración de glucosa
y NaCl.
El volumen total de LCR en el adulto es aproxi-
madamente de 120 ml. El LCR se encuentra someti-
FIGURA 7-8
do a una ligera presión, que varía con la postura del
Visión dorsosuperior de la tela coroidea del 11! ventrículo. La
sujeto y con el punto en que se realice la medición. tela se ha seccionado en la porción posterior para mostrar su
En la cisterna lumbar, y con el sujeto en posición de estructura. El epitelio ependimario se ha representado en rosa
decúbito lateral, la presión es de unos 140 mm H50. y la piamadre en verde. Obsérvese cómo los plexos coroideos
Con el sujeto sentado la presión se eleva a unos del 11| ventrículo se continúan, a nivel del agujero interven-
tricular, con los de los ventrículos laterales.
200 mm H0. En la práctica, las variaciones de la
presión pueden apreciarse subjetivamente por la ve- 1
2
Fórnix.
Tela coroidea del 11! ventrículo.
locidad con que el LCR sale a través de la aguja de 3 Plexo coroideo del 1! ventrículo.
punción. Normalmente, el LCR sale goteando; si la 4 Plexos coroideos de los ventrículos laterales.

presión está incrementada, la salida es continua. Las


5 Tálamo.
6 Núcleo caudado.
modificaciones del aspecto, composición y presión
del LCR son muy importantes en el diagnóstico de
muchas enfermedades neurológicas. Los ventrículos cerebrales ya han sido analizados
suficientemente en los capítulos anteriores. Seña-
laremos aquí que todos ellos presentan una lámi-
Espacios licuorales na delgada, la tela coroidea, donde se sitúa el plexo
coroideo del ventrículo correspondiente (figs. 7-8
El LCR se encuentra en el interior de unos espa- y 7-9). Las telas coroideas están formadas por el
cios comunicados entre sí que denominados en con- adosamiento de la piamadre con una lámina de epi-
junto espacios licuorales: el sistema ventricular y el telio ependimario.
espacio subaracnoideo. Aproximadamente el 15% La tela coroidea del IV ventrículo (fig. 7-9) presen-
del volumen total del LCR ocupa el sistema ven- ta tres orificios: uno central, la abertura media, y dos
tricular, siendo los ventrículos laterales los que con- laterales, las aberturas laterales. Estos orificios, que
tienen la mayor parte del LCR ventricular. comunican el IV ventrículo con la cisterna cerebelo-
7. MENINGES. SISTEMA VENTRICULAR. LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO FAM

coroidocitos, especializadas en el transporte activo


de sustancias. De esta manera, puede considerarse
que los plexos coroideos no son otra cosa que las zo-
nas de las telas coroideas asociadas a capilares san-
guíneos, en las que la capa ependimaria se ha dife-
renciado en coroidocitos.
Por último, señalaremos que, en el epitelio epen-
dimario del II ventrículo, existen unas zonas espe-
cializadas que se denominan, en conjunto, órganos
circunventriculares. Los dos más importantes son el
órgano subfornical, situado junto al agujero inter-
ventricular entre las columnas anteriores del fórnix,
y el órgano subcomisural, ubicado por debajo de la
comisura epitalámica. El papel de los órganos cir-
cunventriculares es poco conocido, aunque se supo-
FIGURA 7-9 ne que tienen actividad neurosecretora. Así, el órga-
Visión dorsal de la tela coroidea del IV ventrículo (en rosa). El no subfornical parece controlar de alguna manera el
cerebelo se ha rechazado hacia arriba.
metabolismo hídrico y la presión arterial.
1 Plexo coroideo.
2 Abertura media.
3 Abertura lateral.
3H DINÁMICA DEL LCR
medular, constituyen la única comunicación entre el El LCR se produce y se reabsorbe continuamen-
sistema ventricular y el espacio subaracnoideo. te, por lo que está en circulación de manera perma-
Los plexos coroideos son guirnaldas vellosas muy nente. La velocidad de producción es de aproxima-
vascularizadas (fig. 7-10 A). Están formados por ca- damente 0,3 ml/min, renovándose por completo más
pilares fenestrados recubiertos por piamadre, que a
de tres veces al día.
su vez está tapizada por una capa de epitelio coroi-
deo (fig. 7-10). El epitelio coroideo a nivel de los ple-
xos está constituido por unas células denominadas
Producción del LCR

El LCR se produce fundamentalmente, pero no


de manera exclusiva, en los plexos coroideos. La
sangre que circula por los vasos coroideos se filtra a
través de las fenestraciones de los capilares. La sali-
da de líquido va seguida del transporte activo (y, por
lo tanto, dependiente de la energía) de las sustancias
que formarán el LCR, en especial de los iones sodio.
Este transporte arrastra pasivamente el agua a tra-
vés del epitelio coroideo para mantener la presión
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

osmótica. Los plexos coroideos tienen también la ca-


pacidad de absorber algunas sustancias, especial-
mente ciertas hormonas, que de esta manera pueden
pasar a la sangre.
Una parte importante del LCR procede del espa-
cio intersticial del SNC, que pasa a las cavidades
FIGURA 7-10 ventriculares a través del epitelio ependimario.
Microfotografías electrónicas de barrido que muestran el ple- La velocidad de producción del LCR puede mo-
xo coroideo del 1!! ventrículo humano. A. Puede observarse el
dificarse a causa de diversos factores, aunque su
aspecto «en guirnalda» que presentan los plexos coroideos.
O MASSON,

B. Se ha eliminado parte del epitelio coroideo a fin de visuali- control no se conoce de manera exacta. La inerva-
zar la piamadre subyacente (asterisco). ción vegetativa de los plexos coroideos parece im-
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

portante en este control. Por ejemplo, la estimula-


ción de las fibras adrenérgicas ejerce un efecto inhi-
bidor sobre la producción del LCR. El óxido nítrico
también parece intervenir en esta regulación. Los
mecano y quimiorreceptores de las granulaciones
aracnoideas pueden estar implicados en la regula-
ción del volumen y composición del LCR. Las varia-
ciones de la presión arterial y las del LCR no pare-
cen tener influencia en la velocidad de producción
del LCR.

Circulación del LCR

Una vez el LCR es vertido en las cavidades ven-


triculares, debe circular para buscar las zonas donde
es reabsorbido. El líquido producido en los ventrícu-
los laterales pasa por el agujero interventricular al
III ventrículo (fig. 7-6), se une al producido en este
ventrículo, y pasa al IV ventrículo después de atra-
vesar el acueducto mesencefálico. Finalmente, pasa
por las aberturas de la tela coroidea del IV ven-
trículo (figs. 7-7 y 7-9) a la cisterna cerebelomedular,
desde donde se difunde por todo el espacio subarac-
noideo. FIGURA 7-11
El flujo del LCR no es uniforme sino que avanza Hemisferios cerebrales recubiertos de leptomeninge, en visión
por ondas. Las pulsaciones arteriales provocan un craneal. Obsérvese cómo la piamadre recubre la superficie ce-
flujo y reflujo constantes, con el resultado neto de rebral. Numerosas granulaciones aracnoideas (flechas) se si-
un pequeño desplazamiento. Lógicamente, el gra- túan cerca de la línea media.
diente de presión entre las zonas de producción y de
reabsorción del LCR es un factor importante en su especialmente abundantes a lo largo del seno sagital
flujo. El aumento de las presiones intratorácica e in- superior (fig. 7-11), y su número y tamaño se incre-
traabdominal, que se produce por ejemplo en la tos, mentan con la edad.
respiración, estornudo o defecación, crea ondas de En las granulaciones aracnoideas la duramadre
avance del LCR. está ausente y, entre el espacio subaracnoideo y la
sangre venosa del seno, sólo se interponen una
capa laxa de células aracnoideas y el endotelio
Reabsorción del LCR vascular. A ese nivel, el flujo de líquidos se produce
unidireccionalmente, permitiendo el paso del LCR
La reabsorción del LCR tiene lugar fundamen- hacia la sangre venosa, pero no en dirección con-
talmente en las granulaciones aracnoideas. Una traria. Este flujo se debe a que la presión del LCR
parte también se absorbe en los fondos de saco lep- es mayor que la presión venosa. Sin embargo, debi-
tomeníngeos y en la adventicia de los vasos san- do a mecanismos no aclarados, si en algunas cir-
guíneos. Las granulaciones aracnoideas son una vía cunstancias las presiones se invierten, no por ello
de reabsorción rápida del LCR. La reabsorción pare- se invierte el flujo.
ce ser más lenta en los fondos de saco leptomenín- Los fondos de saco leptomeníngeos se locali-
geos y en la adventicia vascular. zan en la salida de los nervios craneales y espinales
Las granulaciones aracnoideas son prolonga- (fig. 7-4 B). Ya se ha descrito el comportamiento de
ciones vellosas y avasculares de la aracnoides, situa- la duramadre en estas zonas. En el punto donde la
das a lo largo de los senos durales (fig. 7-1) y de las duramadre se continúa con el perineuro, la aracnoi-
venas del diploe. Las granulaciones aracnoideas son des se refleja para continuarse con la cubierta de
7 MENINGES. SISTEMA VENTRICULAR. LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

piamadre del nervio. Se forma así un fondo de saco


del espacio subaracnoideo. Estos fondos de saco lep-
tomeníngeos son zonas de reabsorción de LCR, en
especial de su componente proteico. En las proxi-
midades de los fondos de saco leptomeníngeos se
ha descrito la presencia de capilares linfáticos, a los
que pasa el LCR antes de alcanzar la corriente san-
guínea.

Papel funcional del LCR

La función básica del LCR es proteger el SNC.


Como ya se ha señalado repetidamente, el SNC se
encuentra encerrado en una caja rígida. Para que
no exista un conflicto entre contenido y continente,
las pequeñas fluctuaciones en el volumen del SNC se
acompañan de fluctuaciones en sentido inverso de la
presión y volumen del LCR. El SNC está rodeado de
LCR, por lo cual flota (o, mejor, permanece «a dos
aguas») en él. De acuerdo con el principio de Arquí-
medes, esto disminuye considerablemente el peso,
de manera que los aproximadamente 1.500 e del Aspecto de un niño con hidrocefalia. El tamaño desmesurado
SNC aislado se reducen a unos 50 g. Así se reduce del cráneo contrasta con la pequeñez relativa de la cara y de
la circunferencia torácica.
enormemente la tendencia a la deformación que
ocasionan las fuerzas que actúan sobre el SNC, es-
pecialmente la de la gravedad. postraumáticas o postinfecciosas. El bloqueo puede
Al estar el LCR en comunicación con el líquido localizarse en cualquier punto de los espacios licuo-
intersticial del SNC, desempeña también la función rales, siendo el acueducto mesencefálico uno de los
de regular el medio extracelular neuronal. La com- puntos más vulnerables.
posición de este medio es fundamental para un fun- Bajo el punto de vista clínico se distinguen dos
cionamiento neuronal y glial adecuado. tipos de hidrocefalias, comunicantes y no comuni-
Otra función importante del LCR es la difusión cantes, dependiendo de si existe o no comunicación
de hormonas procedentes de neuronas neurose- de los ventrículos con el espacio subaracnoideo.
cretoras del hipotálamo y de los órganos circunven- Por ejemplo, la obstrucción de un agujero interven-
triculares. tricular provocaría una hidrocefalia no comunican-
te, mientras que un bloqueo del flujo del LCR a ni-
vel de la escotadura de la tienda produciría una
Consideraciones clínicas sobre el LCR hidrocefalia comunicante. En el adulto, el aumento
de la presión del LCR dilata las cavidades ventricu-
O AL

Las alteraciones en la dinámica del LCR conlle- lares afectadas y puede producir atrofia cortical al
van graves consecuencias para el SNC. La elevación
0R Y AAN MEORGO Y A

comprimir la corteza cerebral contra la caja ósea.


de la presión del LCR, localizada o general, se acom- Si la hidrocefalia tiene lugar antes de la osificación
paña muchas veces de la dilatación de alguna o de de las fontanelas, la dilatación ventricular se acom-
todas las cavidades ventriculares. Esta situación se paña de aumento del volumen de la cavidad cra-
conoce como hidrocefalia. neal, lo cual da al enfermo un aspecto característi-
ENGO

La hidrocefalia puede deberse a un exceso en la co (fig. 7-12). La descompresión de los ventrículos


producción o a un déficit en la reabsorción de LCR. dilatados se consigue mediante la inserción qui-
o, Y

Sin embargo, la causa más frecuente es un bloqueo rúrgica de una cánula que conecte los ventrículos
O

en la circulación del LCR debido a la presencia de con la vena yugular interna o con la cavidad peri-
malformaciones congénitas, tumores o cicatrices toneal.
CAPÍTULO 8

Vascularización del sistema nervioso central

El conocimiento de la vascularización del SNC


tiene gran interés práctico. Por un lado, las lesiones
del tejido nervioso son debidas con mucha frecuen-
cia a alteraciones en su irrigación. Por otro lado, los
vasos sanguíneos pueden visualizarse fácilmente en
el sujeto vivo. Ello proporciona información sobre
los propios vasos, así como sobre los desplazamien-
tos y las deformaciones vasculares que producen los
procesos expansivos, fundamentalmente tumores.
Así, el estudio de los vasos también facilita la locali-
zación de lesiones extravasculares.

7 CIRCULACIÓN ARTERIAL

El estudio de la irrigación arterial del SNC pue-


de dividirse en tres grandes apartados: a) irrigación
del encéfalo; b) irrigación del tronco del encéfalo, y
c) irrigación de la médula espinal.

FIGURA 8-1
Irrigación del encéfalo
Arterias de la superficie basal del encéfalo. Se han abierto en
parte los ventrículos laterales, eliminando parte del lóbulo
Las arterias que irrigan el encéfalo proceden de
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

temporal. También se ha extirpado la mitad izquierda del ce-


las arterias carótidas internas y de las arterias verte- rebelo para exponer los trayectos de las arterias cerebral me-
brales. Las arterias carótidas internas afloran a la dia y coroidea anterior.
cavidad craneal a nivel de la extremidad anterior del 1 Arteria carótida interna. 12 Arteria cerebelosa
inferoposterior.
seno cavernoso. Después de originar la arteria oftál- 2 Arteria
Arteria
cerebral media.
coroidea anterior. 13 Arteria espinal anterior.
3
mica, las arterias carótidas se dividen por fuera del 4 Arteria comunicante posterior. 14 Arteria espinal posterior.
quiasma óptico en cuatro ramas terminales: cere- 5 Arteria vertebral. 15 Arteria central larga.
6 Artería basilar. 16 Arteria frontobasal lateral.
bral anterior, cerebral media, coroidea anterior y 7 Arteria cerebral posterior. 17 Arterias centrales
comunicante posterior (fig. 8-1). 8 Arteria comunicante anterior. anteromediales.
Arteria cerebral anterior.
Las arterias vertebrales penetran en el cráneo 9 18 Arterias centrales
(O MASSON,

10 Arteria cerebelosa superior. anterolaterales.


por el agujero magno del occipital, contornean las 11 Arteria cerebelosa 19 Grupo medio.
caras laterales de la médula oblonga para alcanzar inferoanterior. 20 Grupo posterior.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

su cara anterior y confluyen en la línea media a nivel CÍRCULO ARTERIAL DEL CEREBRO
del surco bulboprotuberancial para formar la arte-
ria basilar. La arteria basilar asciende discurriendo Es un anillo vascular situado alrededor de la silla
sobre el surco basilar del puente y termina dividién- turca, que se forma por la unión de ramas prove-
dose en dos ramas divergentes: las arterias cerebra- nientes de las arterias carótidas internas y de las ar-
les posteriores derecha e izquierda (fig. 8-1). terias vertebrales. Este círculo está «diseñado» para
hacer posibles suplencias vasculares entre el sistema
carotídeo y el vertebral y asegurar, dentro de lo po-
sible, la irrigación del cerebro.
El círculo arterial del cerebro se describe clásica-
mente como un hexágono (polígono de Willis) cons-
tituido del modo siguiente (fig. 8-1 y 8-2): hacia de-
lante, las dos arterias cerebrales anteriores unidas
entre sí por la arteria comunicante anterior; lateral-
mente, las arterias comunicantes posteriores, que se
unen a las arterias cerebrales posteriores; hacia atrás,
por las dos arterias cerebrales posteriores. Debemos
señalar que, tal como puede observarse en la figu-
ra 8-3, la constitución del círculo arterial está some-
tida a numerosas variaciones. En la población espa-

Ep
($6.
FIGURA 8-2
Fotografía del círculo arterial del cerebro. En el lado izquierdo,
la arteria cerebral posterior se origina de la carótida.
Arteria carótida interna.
FAY
FIGURA 8-3
Círculos arteriales del cerebro aislados con el fin de mostrar
Aa0NnN—

Arteria cerebral anterior. las principales variaciones observadas en la población espa-


Arteria cerebral media. ñola (v. Icardo JM, García-Porrero J, Hurlé JM, Ojeda JL. Arch
Arteria cerebral posterior. Neurobiol 1978; 41: 415-428). A. Hipoplasia de la arteria ce-
Arteria comunicante posterior.
rebral anterior izquierda. B. Hipoplasia de la arteria comuni-
Arteria comunicante anterior,
000300

Arteria vertebral. cante posterior izquierda. C. Origen carotídeo de la arteria ce-


Arteria cerebelosa superior, rebral posterior. D. Duplicación de la arteria cerebral posterior.
Arteria basilar. E. Arteria cerebral media accesoria. F. Duplicación en origen
Arteria cerebelosa inferoanterior. de la arteria cerebral media.

8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

ñola, el 67% de los sujetos muestra variaciones con e Las ramas terminales tienen un trayecto muy si-
respecto al patrón clásico que acabamos de describir. nuoso.
El polígono de Willis se sitúa alrededor de la silla
turca estableciendo relaciones importantes con los Arteria cerebral anterior. Se origina de la arte-
nervios, el quiasma y los tractos ópticos, y con las es- ria carótida interna en ángulo recto, lo que hace que
tructuras nerviosas del rombo hipotalámico, incluida las embolias sean poco frecuentes en esta arteria.
la hipófisis. La terminación de la carótida interna se Desde su origen, la arteria se dirige hacia delante y
sitúa por fuera del quiasma óptico. Las arterias co- hacia arriba para alojarse en la fisura longitudinal
municantes posteriores se localizan por debajo de los del cerebro, donde discurre adosada a la cara me-
tractos ópticos. Los nervios ópticos están pinzados dial del hemisferio cerebral correspondiente. En este
entre la arteria cerebral anterior, que lo cruza por en- trayecto se sitúa inicialmente entre la estría olfatoria
cima, y la arteria oftálmica, que discurre por debajo
de ellos. Estas relaciones permiten explicar que los
aneurismas de alguno de los componentes del círcu-
lo arterial del cerebro puedan afectar a la vía óptica.
El círculo arterial del cerebro no constituye un
sistema cerrado, sino que está unido a otros siste-
mas. Las uniones más importantes se realizan con el
sistema de la arteria carótida externa a nivel de la
fosa orbitaria y del oído. Estas uniones posibilitan
las suplencias entre ambos sistemas, aunque tienen
poco valor funcional en la práctica.
El círculo arterial de Willis constituye el punto
de partida de cuatro sistemas vasculares destinados
a irrigar los diferentes componentes del encéfalo:
a) sistema cortical o periférico, destinado a irrigar
la corteza cerebral; b) sistema ventricular o coroi-
deo, para las telas coroideas y los ventrículos del ce-
rebro; c) sistema central, para vascularizar el tálamo
y los núcleos basales, y d) sistema basal, para irrigar
estructuras situadas en la cara basal del cerebro.

SISTEMA CORTICAL

Está constituido por las arterias cerebrales an-


terior, media y posterior. Antes de estudiar cada
una de ellas debemos tener presente que tienen una
serie de características comunes:

e Las tres arterias son pares y simétricas.


S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 8-4
e Aunque su origen y trayecto es variable, su terri- Fotografía de las arterias de la superficie basal del cerebro.
torio de distribución es relativamente constante. Para una mejor visualización, se ha inyectado un colorante
Esto es importante para comprender las altera- en las arterias.
ciones neurológicas que aparecen cuando se le- 1 Artería cerebral anterior (segmento precomunicante).
Arteria central larga.
sionan.
Arteria frontobasal media.
AN

e Discurren por el espacio subaracnoideo en la Arteria cerebral media (porción esfenoidal).


profundidad de las cisuras, por lo que su pulso no Arteria frontobasal lateral.
J000na

Arteria cerebral posterior.


lesiona el tejido nervioso. Arteria occipital lateral.
e No son arterias terminales, sino que se anasto- Arteria occipital medial.
(9 MASSON,

000

Ramas temporales anteriores.


mosan entre sí en la superficie de las circunvolu- Ramas temporales intermedias mediales.
e

ciones. Ramas temporales posteriores.



PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 8-5
Arterias de la cara medial del hemisfe-
rio cerebral derecho en las que se ha
inyectado un colorante. Nótese que la
arteria cerebral anterior carece de arte-
ria callosomarginal.
Arteria cerebral anterior.
40NnN—

Arteria frontobasal media.


Arteria pericallosa.
Ramas frontales anteriores.
Ramas frontales medias.
000

Ramas frontales posteriores.


Arteria cerebral posterior.
Rama calcarina.

interna por encima y el nervio óptico situado por de- sente. De ser así, las ramas frontales salen direc-
bajo (fig. 8-4). La arteria bordea después el pico y la tamente de la arteria cerebral anterior.
rodilla del cuerpo calloso, discurre hacia detrás si-
guiendo el surco del cuerpo calloso y termina como Arteria cerebral media. Es la más gruesa de las
arteria precuneal (fig. 8-5). En conjunto tiene forma tres arterias cerebrales, la que tiene un territorio
de «S» extendida, con dos curvas dirigidas en senti- vascular más extenso y la de patología más frecuen-
do opuesto que se observan con claridad en las arte- te. Aparece como continuación directa de la arteria
riografías laterales (fig. 8-6). Como ya hemos visto, carótida interna, por lo que los émbolos se localizan
las dos arterias cerebrales anteriores están unidas
entre sí por medio de la arteria comunicante ante-
rior. Ello permite distinguir, en el trayecto de la ar-
teria cerebral anterior, dos segmentos: uno precomu-
nicante y otro poscomunicante o arteria pericallosa.

e Enel segmento precomunicante, la arteria cere-


bral anterior emite arterias cortas que penetran en
la sustancia perforada anterior. Están destinadas
a irrigar estructuras profundas del encéfalo y las
estudiaremos más adelante.
e En el segmento poscomunicante, la arteria cere-
bral anterior suministra arterias destinadas a la
corteza cerebral y a la sustancia blanca próxima.
La primera arteria colateral es la arteria fronto-
basal media o rama orbitofrontal medial, destina-
da a la superficie inferior del lóbulo frontal. Des-
pués de la emergencia de esta arteria, la arteria
cerebral anterior (fig. 8-6) suministra la arteria
FIGURA 8-6
callosomarginal, que se dirige hacia detrás si-
guiendo el surco del cíngulo. De la convexidad Arteriografía en proyección lateral de la arteria carótida inter-
na. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
de esta arteria nacen las ramas frontales anterior,
1 Carótida interna (porción Arteria cerebral anterior.
Jou

media y posterior, que ascienden por la cara in- cavernosa). Arteria frontobasal media.
terna del lóbulo frontal para alcanzar la porción 2 Arteria oftálmica. Arteria callosomarginal.
3 Arteria coroidea anterior. Artería pericallosa.
superior de su cara superolateral. En algunos ca-
0

4 Arteria cerebral media (tipo Rama frontal anterior.


(0

sos (fig. 8-5) la arteria callosomarginal está au- bifurcado).


8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL [ES

FIGURA 8-7
Porción terminal de la arteria cerebral
media. Pueden observarse tanto los ra-
mos ascendentes como los descen-
dentes.

preferentemente en ella. Desde su origen se dirige cara superolateral del hemisferio cerebral. Unas
hacia fuera para buscar la cisura lateral, por cuyo ramas son ascendentes y otras descendentes. Entre
fondo discurre, apoyada sobre la corteza de la ínsu- las primeras cabe mencionar la arteria frontobasal
la, y origina sus ramas terminales. Su trayecto puede lateral o rama orbitofrontal lateral (figs. 8-1 y 8-4),
dividirse en tres porciones: esfenoidal, insular y ter- que se dirige hacia delante irrigando las porciones
minal o cortical. inferior y lateral de la zona más anterior del lóbu-
lo frontal. Las ramas ascendentes que emergen
e La porción esfenoidal (figs. 8-1 y 8-4) es la prime- por detrás de esta arteria discurren por los surcos
ra porción, de dirección horizontal, que trans- situados por encima del surco lateral y reciben el
curre casi en paralelo al ala menor del esfenoides. nombre del surco por donde transcurren. Así, nos
En este trayecto la arteria cerebral media propor- encontramos con arterias del surco precentral, del
ciona ramas colaterales para la irrigación de los surco central y del surco poscentral. Las ramas des-
núcleos basales (v. más adelante). cendentes están destinadas a la cara superolateral
e La porción insular (fig. 8-6) es la zona de la arte- del lóbulo temporal: son las arterias temporales
ria que recorre la ínsula. anterior, media y posterior.
e La porción terminal o cortical (fig. 8-7) también
se encuentra situada en el fondo de la cisura late- Arteria cerebral posterior. La arteria cerebral
ral. Se corresponde con la presencia de las ramas posterior se origina por bifurcación de la arteria ba-
terminales de la arteria, que discurrirán por la su- silar. Desde su origen, la arteria cerebral posterior
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

perficie de la cara superolateral de los lóbulos contornea los pedúnculos cerebrales por encima y
frontal, parietal y temporal. La división terminal en paralelo al surco pontopeduncular, donde dis-
de la arteria cerebral media puede hacerse de dos curre a través de la cisterna ambiens y la escotadura
maneras. En aproximadamente el 10% de los su- de la tienda. Finalmente, la arteria alcanza la cara
jetos, la arteria se ramifica en varias arterias di- interna del hemisferio cerebral, donde emite sus ra-
vergentes; se trata del denominado tipo en abani- mas terminales. Su territorio vascular es el más pe-
co (fig. 8-8). En los casos restantes, la arteria queño de las tres arterias cerebrales. Como ya sabe-
termina dando dos troncos; este tipo se conoce mos, la arteria cerebral posterior está unida a la
como bifurcado (fig. 8-6). Sea cual sea el modo de cerebral media por la arteria comunicante posterior
división terminal, la arteria suministra ramas que (fig. 8-1). Esto permite distinguir en su trayecto tres
emergen por los opérculos y se distribuyen por la porciones:
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 8-8
Arteriografías de la carótida interna. Las arterias se observan con gran nitidez ya que se ha eliminado por sustracción digital el
contraste de los elementos óseos (compárese la imagen B con la fig. 8-6). A. Proyección anteroposterior. B. Proyección lateral.
En la proyección lateral se observa que la arteria cerebral posterior, al igual que en la figura 8-2, se origina de la arteria caróti-
da interna. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
1 Arteria carótida interna (porción petrosa). 4 Arterias talamoestriadas anterolaterales. 7 Arteria pericallosa.
Arteria carótida interna (porción cavernosa). 5 Arteria cerebral media. En B es de tipo en abanico. 8 Arteria callosomarginal.
3 Arteria oftálmica. 6 Arteria cerebral anterior. 9 Arteria cerebral posterior.

e Una porción precomunicante, corta, comprendida e Una porción poscomunicante, de donde emergen
entre su origen y la arteria comunicante poste- ramas para el tálamo, los plexos coroideos y los
rior. De esta porción salen ramas que penetran en pedúnculos cerebrales.
la sustancia perforada posterior para irrigar el tá- e Una porción terminal o cortical (figs. 8-4 y 8-9),
lamo, el hipotálamo y el globo pálido. que es la que nos interesa en este momento. De

FIGURA 8-9
Fotografía de la cara medial del hemis-
ferio cerebral derecho que muestra el
trayecto de las arterias cerebrales an-
terior y posterior, en las que se ha in-
yectado un colorante.
Arteria cerebral anterior,
-3004A40NnN—

Ramas temporales anteriores.


Ramas temporales intermedias mediales.
Ramas temporales posteriores.
Arteria occipital medial.
Rama dorsal del cuerpo calloso.
Rama parietooccipital.
Rama calcarina.
0
8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

esta porción salen dos ramas terminales, las arte- TERRITORIOS VASCULARES CORTICALES
rias occipitales lateral y medial, destinadas respec-
tivamente a irrigar parte del lóbulo temporal y La figura 8-11 muestra los territorios vasculares
de la cara interna del lóbulo occipital: corticales de las tres arterias cerebrales. Como se
- La arteria occipital lateral (fig. 8-4) discurre ha- puede observar, la corteza cerebral de la cara me-
cia atrás y hacia abajo, proporcionando tres ra- dial de los hemisferios cerebrales está irrigada fun-
mas para las caras interna e inferior del lóbulo damentalmente por la arteria cerebral anterior y, en
temporal: las ramas temporales anteriores, las menor medida, por la arteria cerebral posterior. La
temporales intermedias o mediales y las temporales corteza de la cara superolateral, incluida la corteza
posteriores. insular, se vasculariza principalmente por la arteria
- La arteria occipital medial (fig. 8-9) se dirige ha- cerebral media. Más adelante veremos que, en esta
cia atrás y hacia arriba para alcanzar el lóbulo cara, se asientan las áreas corticales más importan-
occipital. En su trayecto proporciona una rama tes desde el punto de vista neurológico. La corteza
corta y delgada, la rama dorsal del cuerpo calloso, de la cara inferior de los hemisferios cerebrales se
para el esplenio del cuerpo calloso, que suele
unirse a la porción final de la arteria pericallosa.
Se establece así una especie de semicírculo arte-
rial que sigue al cuerpo calloso. También propor-
ciona: la rama parietooccipital, que se extiende a
través del surco parietooccipital; la rama calcari-
na (fig. 8-5), que sigue el surco del mismo nom-
bre; y la rama occipitotemporal, que se extiende
hacia abajo hasta el lóbulo temporal.

Las figuras 8-8 y 8-10 muestran el aspecto radio-


lógico normal de la arteria cerebral posterior.

h
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 8-10 FIGURA 8-11


Arteriografía de la arteria vertebral en proyección lateral. (Cor- Territorios vasculares en la caras superolateral (A) y medial
tesía del Dr. A. Gutiérrez.) (B) del hemisferio cerebral derecho. El territorio de la arte-
1 Arteria comunicante posterior. ria cerebral anterior se ha representado en rojo; el de la ar-
Arteria basilar. teria cerebral media en verde claro; el de la arteria cerebral
—00-40NnN

Arteria vertebral.
Arteria cerebral posterior.
posterior en verde oscuro; el de la arteria coroidea anterior
Arteria cerebelosa posteroinferior. en azul claro; el de las coroideas anterior, posteromediales y
Rama calcarina. posterolaterales en azul oscuro; el territorio de la comuni-
Rama parietooccipital. cante posterior en ocre.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

irriga por medio de las tres arterias cerebrales, sien- Ramas coroideas posteromediales. Se origi-
do la arteria cerebral posterior la que tiene en esta nan de la arteria cerebral posterior (fig. 8-12) cuan-
cara un territorio más extenso. do esta arteria contornea el pedúnculo cerebral. Se
dirigen hacia delante y hacia la línea media para al-
canzar el techo del II ventrículo y terminar en su
SISTEMA VENTRICULAR O COROIDEO plexo coroideo.

Está constituido por tres arterias (o grupos arte- Ramas coroideas posterolaterales. Se origi-
riales) pares destinadas a irrigar las telas coroideas nan de la arteria cerebral posterior (fig. 8-12) una
de los ventrículos laterales y medio: vez ésta ha dado las ramas coroideas posteromedia-
les. Discurren hacia delante para alcanzar el plexo
Arteria coroidea anterior (figs. 8-1 y 8-12). Es coroideo del ventrículo lateral en su porción cen-
la de mayor tamaño y la más importante. Proviene tral. Estas ramas proceden en ocasiones de la arteria
generalmente de la arteria carótida interna. En su cerebelosa superior.
comienzo es oblicua hacia atrás y hacia fuera, donde
sigue el borde externo de la cintilla óptica. La arteria Las tres arterias coroideas del mismo lado se
alcanza después el extremo anterior del asta tempo- anastomosan entre sí y con las del lado opuesto a ni-
ral del ventrículo lateral, y se introduce en su tela co- vel del agujero interventricular. Se constituye de esta
roidea hasta alcanzar el agujero interventricular. manera un importante sistema de suplencias que
Alo largo de su recorrido proporciona pequeñas y puede ser de interés en caso de obstrucción de algu-
numerosas ramas para la cintilla óptica, el cuerpo na de estas arterias.
geniculado lateral, el plexo coroideo del ventrículo
lateral, el hipocampo, la cápsula interna y el núcleo
lenticular. SISTEMA CENTRAL

Está constituido por arterias de pequeño calibre


destinadas a irrigar los núcleos basales, el diencéfa-
lo y la cápsula interna. Son muy numerosas y varia-
bles, por lo que únicamente se hará énfasis en el
territorio que irrigan. Tienen las siguientes caracte-
rísticas comunes:

Son arterias de pequeño calibre.


Son rectilíneas o ligeramente curvilíneas. Sólo
excepcionalmente siguen un trayecto sinuoso.
e Son relativamente largas y ascendentes.
No se anastomosan, lo que tiene gran interés clí-
nico.
e Nacen en ramillete y, por lo general, penetran en
el SNC utilizando las sustancias perforadas.

Para su estudio, teniendo en cuenta su origen y la


zona por donde penetran en el cerebro, distingui-
mos tres grupos arteriales: a) anterior: son ramas
FIGURA 8-12 de las arterias cerebral anterior, comunicante ante-
Visión dorsal de los plexos coroideos de los ventrículos latera- rior y cerebral media, que penetran por la sustancia
les y de la tela coroidea del ventrículo diencefálico que mues- perforada anterior y la lámina terminal; b) medio:
tra las arterias coroideas. proceden de las arterias comunicante posterior y co-
1 Arteria carótida interna. Arteria coroidea posterolateral. roidea anterior, y c) posterior: se originan en la ar-
0

2 Arteria basilar. Arteria coroidea posteromedial.


teria cerebral posterior y utilizan la sustancia perfo-
—J 0

3 Arteria cerebral posterior. Vena cerebral magna de


4 Artería coroidea anterior. Galeno. rada posterior para alcanzar su destino.
8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 8-13
Fotografías de la cara basal del encéfalo
donde se muestran las arterias del siste-
ma central. A. Grupo anterior. B. Grupos
medio y posterior. En A se ha reclinado
el quiasma óptico hacia atrás; en B se
ha estirado la arteria basilar para poner
de manifiesto las pequeñas ramas ar-
teriales.
1 Arteria cerebral anterior.
Arteria comunicante posterior.

040m0nN
Arteria cerebral posterior.
Artería cerebral media.
Arteria comunicante anterior.
Quiasma óptico.

0
Cuerpo mamilar.
Arteria basilar.

0
Grupo anterior. Dentro de este grupo de arte-
rias podemos distinguir entre las que se originan en
las arterias cerebrales anteriores y comunicante an-
terior, y las que lo hacen en la arteria cerebral media.
Las arterias procedentes de las arterias cerebrales
anteriores y de la comunicante anterior forman dos
ramilletes de pequeñas arterias, uno par, y otro im-
par y medio.

e El primero está formado por 8-10 arterias que se


originan en el segmento precomunicante de la ar-
teria cerebral anterior (figs. 8-1 y 8-13 A): son las
arterias centrales anteromediales, o talamoestria-
das anteromediales, y la arteria central larga o ar-
teria recurrente de Heubner. La última es más
constante que el resto, con un trayecto recurren-
te en paralelo con la arteria cerebral anterior.
Penetran por la sustancia perforada anterior e
irrigan la cabeza del núcleo caudado, el brazo an-
terior de la cápsula interna y el globo pálido.
e El ramillete impar está formado por 5-8 arterias
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

procedentes de las arterias cerebrales anteriores


y de la comunicante anterior. Son ramas destina-
das a irrigar la pared anterior del III ventrículo.

Las arterias procedentes de la arteria cerebral me- FIGURA 8-14


dia nacen de su porción esfenoidal. Son de 8 a 12 ra- Corte frontal, transparentado, del encéfalo. Se ha inyectado
mas que penetran por la sustancia perforada ante- un colorante en las arterias cerebrales que permite seguir el
rior para alcanzar los núcleos basales y la cápsula trayecto intraparenquimatoso de sus ramas más finas.
interna. Se denominan arterias centrales anterolate- Cabeza del núcleo caudado. 5 Arterias centrales
Hhu0n—

Núcleo lenticular. anterolaterales.


rales o talamoestriadas anterolaterales (figs. 8-1 y Ínsula. 6 Arteria callosomarginal.
8-14). Dentro de estas arterias hay unas ramas me- Artería cerebral media. 7 Ramas temporales anteriores.
7] PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

diales, que atraviesan el núcleo lenticular, y unas ra- Resumen de la irrigación del diencéfalo, los
mas laterales, que ascienden lateralmente al núcleo núcleos basales y la cápsula interna. Como he-
lenticular. Ambos tipos de arterias alcanzan el nú- mos visto, el sistema cortical irriga la corteza cere-
cleo caudado y la cápsula interna. bral y la sustancia blanca subyacente. Las finas ra-
mas arteriales avanzan hasta la proximidad de los
Grupo medio. Son un grupo de 5 a 7 arterias
núcleos basales pero no llegan a penetrar en ellos.
que provienen de la arteria comunicante posterior y
Por otro lado, el sistema central irriga los núcleos
de la arteria coroidea anterior (figs. 8-1 y 8-13 B).
basales, el diencéfalo y la cápsula interna. Las ramas
Penetran en el cerebro a lo largo del borde interno
de este sistema no llegan a alcanzar la corteza cere-
del nervio óptico. Irrigan el brazo posterior y el seg-
bral, siendo sus arterias estrictamente terminales.
mento retrolenticular de la cápsula interna, el hipo-
Así, ambos sistemas se yuxtaponen, sin anastomo-
tálamo, el tálamo, la cola del núcleo caudado y el
sarse, en una zona límite situada en pleno centro
cuerpo amigdalino.
oval. En esta zona, especie de terreno neutral llama-
Grupo posterior. Nacen del segmento inicial de do a veces zona crítica, donde la irrigación es defi-
la arteria cerebral posterior (figs. 8-1 y 8-13 B). Se ciente, se localizan de forma preferente ciertas lesio-
introducen por la sustancia perforada posterior para nes vasculares seniles.
alcanzar su destino: la porción posterior del tálamo La topografía y extensión de los territorios vascu-
y el mesencéfalo, en especial los núcleos de los ner- lares en los distintos componentes del diencéfalo y
vios oculomotor y troclear. de los núcleos basales se han esquematizado en la fi-
gura 8-15.

SISTEMA BASAL
Irrigación del tronco del encéfalo y del cerebelo
Comprende un conjunto de pequeñas arterias,
muy variables en número, originadas en el círculo Las arterias destinadas a irrigar el tronco del en-
arterial de Willis y en la porción inicial de sus ramas. céfalo y el cerebelo proceden de las arterias verte-
Todas estas arterias están destinadas a la porción brales en su porción intracraneal, de la arteria basi-
mediana de la base del cerebro, a las paredes del HI lar y de las arterias cerebrales posteriores. Para su
ventrículo y a los núcleos basales. estudio distinguimos tres grupos: arterias parame-

FIGURA 8-15
Territorios vasculares de la corteza,
diencéfalo, núcleos basales y cápsula
interna en un corte transversal (A) y en
un corte frontal (B) de la mitad dere-
cha del encéfalo. El territorio de la ar-
teria cerebral anterior se ha represen-
tado en rojo; el de la arteria cerebral
media en verde claro; el de la arteria
cerebral posterior en verde oscuro; el
de la arteria coroidea anterior en azul
claro; el de las arterias coroideas ante-
rior, posteromediales y posterolaterales
en azul oscuro; el de la comunicante
posterior en ocre.
8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

diales, arterias circunferenciales cortas y arterias


circunferenciales largas.

ARTERIAS PARAMEDIALES

Son un conjunto de arterias cortas, numerosas,


delgadas e impares, que nacen de las arterias ver-
tebrales, de la basilar y de las cerebrales posterio-
res. Penetran en la sustancia nerviosa de los tres pi-
sos del tronco del encéfalo a lo largo de la línea
media.

ARTERIAS CIRCUNFERENCIALES CORTAS

Se caracterizan por seguir un trayecto curvilíneo


hacia el plano posterior de tal manera que contor-
nean, en mayor o menor extensión, el tronco del en-
céfalo antes de penetrar en profundidad. Las desti- FIGURA 8-16
nadas a la médula oblonga y al puente nacen de las Arteriografía de la arteria vertebral en proyección anteropos-
caras laterales de la arteria basilar. Las arterias para terior, con sustracción digital.
el mesencéfalo se originan en el segmento precomu- 1 Arteria vertebral.
Arteria basilar.
nicante de las arterias cerebrales posteriores.
00NAODN

Arteria cerebral posterior.


Arteria cerebelosa superior.
Arteria cerebelosa anteroinferior.
Arteria cerebelosa posteroinferior.
ARTERIAS CIRCUNFERENCIALES LARGAS

Están representadas por tres pares de arterias ce- e Arteria cerebelosa superior. Contornea el pe-
rebelosas (figs. 8-1, 8-2 y 8-16): inferoposterior, infe- dúnculo cerebral correspondiente a la altura
roanterior y superior. La primera procede de la arte- del surco pontopeduncular, pinzando, entre
ria vertebral, mientras que las dos últimas proceden ella y la arteria cerebral posterior, el III nervio
de la arteria basilar. Es preciso señalar que el origen craneal. Después de alcanzar la cara superior
y el trayecto de las arterias cerebelosas muestran nu- del cerebelo se ramifica sobre ella. Cuando
merosas variaciones. contornea el mesencéfalo, la arteria suminis-
tra la arteria romboidal. Esta rama sigue el pe-
e Arteria cerebelosa inferoposterior. Es la rama dúnculo cerebeloso superior y penetra en el
más gruesa de la arteria vertebral. Contornea el tejido nervioso para irrigar los núcleos del ce-
bulbo y alcanza el cerebelo distribuyéndose por rebelo (fig. 8-17).
su porción inferoposterior. En su trayecto aban-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

dona la rama coroidea del IV ventrículo, para el Territorios arteriales del tronco del encéfa-
plexo coroideo, y las ramas bulbares medial y la- lo y del cerebelo. Tal como puede observarse en
teral, para el bulbo raquídeo y el pedúnculo ce- la figura 8-18, se pueden distinguir en el tronco del
rebeloso inferior. encéfalo tres territorios vasculares que dependen
e Arteria cerebelosa inferoanterior. Contornea el de las arterias paramedianas, de las circunferencia-
puente pasando por debajo de la emergencia les cortas y de las circunferenciales largas. La exis-
del nervio trigémino. Sigue a continuación por el tencia de estos territorios explica la sintomatología
borde inferior del pedúnculo cerebeloso medio, que puede aparecer en los distintos síndromes por
origina la arteria laberíntica, destinada al oído in- oclusión arterial.
€ MASSON,

terno, y se extiende hacia la parte anterior de la En el cerebelo no pueden distinguirse territo-


superficie inferior del cerebelo. rios arteriales de manera clara. Las arterias cere-
03 PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 8-17
Corte transversal, transparentado, de
un cerebelo, en cuyas arterias cerebe-
losas superiores se ha inyectado un co-
lorante con la finalidad de seguir el
trayecto intraparenquimatoso de las ar-
terias romboidales. Puede observarse
el patrón segmentario de la vasculari-
zación del núcleo dentado (flechas).
(Icardo et al. Acta Anat 1982; 113:
108-116.)

belosas, como nosotros mismos hemos tenido oca- ARTERIA ESPINAL ANTERIOR
sión de demostrar, establecen numerosas anasto-
mosis, tanto entre las arterias del mismo lado Se forma por la unión de dos pequeñas arterias,
como con las del lado opuesto. una derecha y otra izquierda, procedentes de las ar-
terias vertebrales. La arteria resultante de esta unión
recorre la médula espinal siguiendo la fisura media
Irrigación de la médula espinal anterior. Esta arteria levanta el pliegue de piamadre
denominado línea splendens.
La médula espinal recibe dos tipos de arterias,
unas longitudinales y otras transversales. Las pri-
meras están representadas por las arterias espina- ARTERIA ESPINAL POSTERIOR
les anterior y posterior. Las segundas son las ra-
mas espinales, que proceden de diferentes arterias Es una rama inconstante, par y delgada, que se
parietales. origina en la arteria vertebral o en la arteria cerebe-

FIGURA 8-18
Territorios vasculares del tronco del encéfalo. El territorio de las arterias paramedianas está representado en azul; el de las arte-
rias circunferenciales cortas en rojo, y el de las arterias circunferenciales largas en verde.
A 8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

losa inferoposterior. Las arterias espinales posterio- 2. Un territorio torácico, dependiente de la porción
res recorren longitudinalmente la cara posterior de torácica de la aorta a través de las arterias inter-
la médula espinal por fuera de la línea media. costales posteriores.
3. Un territorio lumbar, perteneciente a la porción
abdominal de la aorta a través de las arterias
RAMAS ESPINALES lumbares.

Nacen a lo largo de la columna vertebral, origi-


nándose sucesivamente de las arterias vertebrales, HH CONSIDERACIONES FUNCIONALES
intercostales posteriores, lumbares y sacras. Cada SOBRE LA IRRIGACIÓN ARTERIAL DEL SNC
una de las ramas penetra en el conducto raquídeo
a través del agujero intervertebral correspondien- El riego sanguíneo continuo es imprescindible
te, dividiéndose en una rama anterior y otra pos- para el adecuado funcionamiento del SNC. Podemos
terior. Estas divisiones, denominadas ramas radicu- hacernos una idea de la importancia de la circula-
lares, acompañan a las dos raíces de cada nervio ción arterial en el SNC si tenemos en cuenta que éste
raquídeo. sólo constituye el 2% del total del peso corporal, re-
Cada una de las de ramas radiculares se compor- cibe el 15% del gasto cardíaco y consume entre el
ta de manera similar: se dividen en T, dando una 20 y el 25% de todo el oxígeno utilizado por el orga-
rama ascendente y otra descendente que se unen a nismo.
las ramas de división superior e inferior de las espi- El flujo sanguíneo y el metabolismo son mayores
nales contiguas. Se forman así dos sistemas arteria- en la sustancia gris que en la sustancia blanca. Un
les longitudinales a lo largo de la médula espinal, hecho de gran interés es que el flujo sanguíneo ce-
uno en el plano anterior y otro en el posterior. rebral se halla estrechamente relacionado con los
No todas las ramas radiculares anteriores partici- cambios metabólicos del encéfalo, incrementándose
pan por igual en la formación del tronco espinal an- selectivamente, hasta un 20%, en aquellas áreas del
terior. Las más importantes por su volumen y cons- SNC activadas por tareas orgánicas o mentales. Esta
tancia son las que alcanzan los últimos mielómeros circunstancia puede utilizarse para localizar las zo-
cervicales (C5 y C6) y la llamada gran arteria espinal nas del SNC implicadas en el control o en la realiza-
anterior de Adamkiewicz (para los mielómeros T9 a ción de determinadas funciones o actividades. Por
L1). Estos datos tienen interés clínico ya que pueden ejemplo, podemos localizar las áreas corticales im-
explicar las lesiones medulares que se producen por plicadas en el control de los movimientos del pulgar
oclusión de estas arterias. analizando en qué zonas de la corteza cerebral se in-
En último término, todas las arterias destinadas crementa el flujo sanguíneo cuando realizamos mo-
a la médula espinal establecen entre sí numerosas vimientos de ese dedo (v. fig. 9-1).
anastomosis. Se forma así un plexo perimedular en
el espacio subaracnoideo. De este plexo salen las ar-
terias intramedulares que irrigan tanto la sustancia Técnicas de medición del flujo sanguíneo cerebral
blanca como la sustancia gris de la médula espinal.
La irrigación es mayor a nivel de las intumescencias El flujo sanguíneo de las distintas zonas del SNC,
medulares que en el resto de la médula espinal. y especialmente en la corteza cerebral, puede medir-
€ MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

se in vivo, sin provocar demasiadas molestias, al me-


nos por dos métodos distintos.
TERRITORIOS ARTERIALES Una de estas técnicas consiste en inyectar en el
DE LA MÉDULA ESPINAL torrente circulatorio un isótopo radiactivo de un gas
inerte, generalmente '*Xe, que se comporta de ma-
En la médula espinal se distinguen tres territo- nera similar al oxígeno, salvo que no es metaboli-
rios arteriales de acuerdo con la procedencia de las zado. Lógicamente, las áreas corticales que, en el
ramas espinales: momento de la inyección, son activadas por la reali-
zación de una determinada tarea reciben mayor
1. Un territorio cervical, perteneciente a las arterias cantidad del gas que las que se encuentran en repo-
vertebrales. so. Ello se refleja en una mayor emisión de rayos
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

gamma que pueden ser detectados en la superficie cambios de presión manteniendo un flujo sanguíneo
del cráneo y, de esta manera, es posible construir constante. Cuando se produce un aumento de la pre-
mediante ordenador una imagen de los hemisferios sión arterial, los vasos se contraen, aumentando la
cerebrales en los que se ha codificado con colores la resistencia. Lo contrario ocurre cuando la presión ar-
intensidad del flujo sanguíneo. La precisión de la ex- terial disminuye. En la autorregulación del flujo san-
ploración es de 1 cm? aproximadamente. guíneo cerebral se consideran importantes los meca-
Otra técnica es la tomografía por emisión de po- nismos miógenos y neuronales, así como los factores
sitrones (TEP), basada en la propiedad de algunos metabólicos.
isótopos de desintegrarse emitiendo un positrón Factores metabólicos locales, como el incre-
(electrones cargados positivamente). Cada positrón, mento de CO, (hipercapnia) o la disminución del pH
al unirse a un electrón, emite dos rayos gamma en o del O, (hipoxia), producen vasodilatación y, por
direcciones opuestas. La radiación emitida es detec- consiguiente, un incremento del flujo sanguíneo.
tada y, a partir de la información recogida por orde- Todo lo contrario ocurre cuando estos factores me-
nador, pueden construirse imágenes del SNC en que tabólicos se modifican en sentido opuesto. Las mo-
la intensidad de la radiación está representada por dificaciones producidas por los niveles de CO, pare-
un código de colores. El isótopo más utilizado para cen ser uno de los factores más importantes en el
medir la actividad neuronal, y por consiguiente el control del flujo sanguíneo cerebral. La vasodilata-
flujo sanguíneo en el SNC, es la 'F desoxiglucosa. ción en respuesta a la hipercapnia parece depender
La glucosa es la principal fuente energética de las de la formación de óxido nítrico. La adenosina y la
neuronas y, dado que la desoxiglucosa no es meta- activación de los canales de potasio parecen ser im-
bolizada, se acumula en aquellas neuronas que han portantes en la vasodilatación cerebral en respuesta
sido activadas. La TEP constituye una técnica refi- a la hipoxia.
nada que puede utilizarse para analizar las relacio- El endotelio de las arterias y los capilares cere-
nes morfofuncionales en el SNC (v. más adelante). brales tiene una gran influencia sobre el tono vascu-
lar a través de la producción y liberalización de di-
versos factores vasoactivos. Los principales factores
Regulación de la circulación cerebral de relajación son el óxido nítrico y las prostaciclinas,
siendo la endotelina y los derivados del ácido ara-
Una característica peculiar de la circulación cere- quidónico los factores contráctiles más importantes.
bral es que se localiza dentro del cráneo, que es una La inervación vascular controla el calibre de los
estructura rígida. Dado que el contenido intracra- vasos y, por consiguiente, el flujo sanguíneo. La
neal es incompresible, cualquier incremento en el inervación de las arterias del SNC puede clasificarse,
flujo arterial debe acompañarse de un incremento bajo el punto de vista topográfico, en extrínseca o pe-
de igual magnitud en el drenaje venoso. riférica e intrínseca o central.
El SNC no tiene capacidad para almacenar oxíge-
no y nutrientes y, dado que no puede realizar un me- e El sistema extrínseco inerva las arterias del SNC
tabolismo anaerobio, su actividad depende de un en su recorrido por el espacio subaracnoideo,
flujo sanguíneo.adecuado Este flujo depende del hasta que penetran en el parénquima nervioso.
gradiente de presión entre los extremos arterial y ve- Presenta los tres componentes clásicos: fibras
noso, y de la resistencia vascular. simpáticas, parasimpáticas y sensitivas.
El gradiente de presión está determinado en pri- e Elsistema intrínseco está formado por fibras que
mer lugar por la presión arterial que, a su vez, está conectan directamente el SNC y las arterias in-
regulada mediante reflejos barorreceptores origina- traparenquimatosas. Estas fibras se originan en
dos en el cayado de la aorta y en el seno carotídeo. núcleos del rombencéfalo (en especial el locus
La resistencia vascular depende no sólo de la vis- caeruleus, el núcleo del tracto solitario y el nú-
cosidad sanguínea sino también del calibre de los cleo dorsal del rafe) y en núcleos del mesencéfa-
vasos. El calibre vascular puede modificarse por au- lo. En alguno de los componentes de este sistema
torregulación, por factores metabólicos locales o parece estar implicado el óxido nítrico como me-
a través de la inervación. diador. Más adelante, cuando estudiemos los sis-
La autorregulación es un mecanismo mediante temas monoaminérgicos, comentaremos los neu-
el cual los propios vasos del SNC responden a los rotransmisores implicados.
8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL EEN

— Barrera hematoencefálica neurológicos que aparecen tras el accidente cere-


brovascular dependen de la localización de la zona
Parte de las sustancias que se inyectan en el de isquemia.
torrente circulatorio nunca alcanzan el SNC. Esto se Existen dos tipos básicos de accidentes cerebro-
debe a la existencia de la llamada barrera hematoen- vasculares: obstructivos y hemorrágicos.
cefálica, que sólo permite el paso al parénquima ner-
vioso de algunas sustancias. Esta barrera es selecti- e Enlos obstructivos, los más frecuentes, la le-
va, de modo que, de un conjunto de moléculas de sión consiste en la oclusión de la luz arterial
peso molecular y solubilidad similares, unas la atra- por un trombo o un émbolo. El trombo es un
viesan y otras no. coágulo sanguíneo formado en el punto de la
La barrera hematoencefálica tiene un sustrato lesión, con frecuencia por arteriosclerosis, que
morfológico basado en la ausencia de fenestraciones obstruye la luz del vaso. El émbolo es un ele-
en los capilares del SNC y en que estos capilares es- mento sólido, por lo general parte de un coá-
tán rodeados por las prolongaciones de los astroci- gulo, transportado por la circulación sanguínea
tos. Sus peculiaridades de filtración también se sus- hasta quedar encajado en la luz de un vaso a
tentan en el transporte activo de moléculas y en modo de tapón.
sistemas enzimáticos cuya identidad y control se co- e Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos
nocen poco. pueden producirse por rotura de una arteria,
La existencia de la barrera hematoencefálica tie- principalmente por hipertensión arterial, o por
ne la ventaja de proteger al SNC frente a algunas rotura de un aneurisma. Las arterias que más fre-
moléculas potencialmente tóxicas. Por el contrario, cuentemente se rompen son las centrales antero-
tiene el inconveniente de que algunos medicamentos laterales que irrigan, entre otras estructuras, la
(como ciertos antibióticos) no alcanzan el SNC o lo cápsula interna y el tálamo. Se generan así graves
hacen en pequeñas cantidades, lo cual puede plan- lesiones neurológicas e incluso la muerte. Los
tear problemas terapéuticos serios. aneurismas son dilataciones saculares de la pa-
red arterial. Se sitúan con mayor frecuencia en
las bifurcaciones arteriales o en su proximidad.
Mi CONSIDERACIONES CLÍNICAS Son relativamente frecuentes en la zona del polí-
SOBRE LA VASCULARIZACIÓN DEL SNC gono de Willis.

Gran parte de la patología del SNC se debe a le- La sangre que escapa por la rotura vascular pue-
siones vasculares. La interrupción más o menos de acumularse en el interior del tejido nervioso (he-
brusca del aporte vascular a una zona del SNC se de- morragia intraparenquimatosa o intracerebral), o
nomina accidente cerebrovascular o ictus. La insufi- verterse hacia la superficie del SNC (hemorragia ex-
ciencia de riego sanguíneo se denomina isquemia. Si traparenquimatosa), formando un hematoma. Las
ésta es suficientemente intensa y se prolonga duran- hemorragias extraparenquimatosas pueden ser sub-
te unos pocos minutos, produce, en la zona afecta- aracnoideas, si la sangre se vierte al espacio sub-
da, la muerte de las células del tejido nervioso o in- aracnoideo, o ventriculares, si la sangre se vierte ha-
farto cerebral. cia las cavidades ventriculares. Las alteraciones
La isquemia es un fenómeno complejo en el que neurológicas causadas por la hemorragia se deben
no sólo se produce la disminución del aporte de tanto a la isquemia por pérdida del aporte vascular
oxigeno (anoxia), sino que también existe una ca- como a la compresión de las estructuras vecinas por
rencia de nutrientes, especialmente glucosa. Ade- la expansión del hematoma (o del aneurisma antes
más, al interrumpirse la corriente sanguínea, se im- de que se rompa).
pide la eliminación de metabolitos que pueden Otra posibilidad de alteraciones vasculares, me-
actuar como tóxicos neuronales. Ése es el caso del nos frecuente, es la presencia de malformaciones
ácido láctico. La isquemia puede ser brusca o ins- vasculares (angiomas) en las que hay numerosas
taurarse de manera lenta. En este último caso es comunicaciones arteriovenosas que dificultan el
posible que no se produzca ningún infarto, pues riego apropiado de la zona afectada. Además, los
pueden establecerse suplencias vasculares, espe- vasos suelen estar dilatados y pueden romperse con
cialmente a nivel del polígono de Willis. Los déficit facilidad.
LEO) — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

MM CIRCULACIÓN VENOSA
En el organismo, las venas acompañan general-
mente a las arterias en su trayecto. Sin embargo, el
SNC es una excepción. Las diferencias entre el tra-
yecto de las arterias y el de las venas puede resumir-
se en los siguientes puntos:

e Las venas, por lo general, no acompañan a las ar-


terias. En los raros casos en que una vena sigue el
mismo trayecto que una arteria, sólo lo hace en
un segmento corto de su recorrido, discurriendo
superpuesta a la arteria. La vena es más superfi-
cial que la arteria.
e Mientras que las arterias discurren profunda-
mente en las cisuras cerebrales, las venas lo ha-
cen en la superficie de los hemisferios cerebrales.
e Enocasiones, las venas cruzan perpendicular-
mente las circunvoluciones.
FIGURA 8-19
Visión superior del sistema venoso central del cerebro,
Drenaje venoso del telencéfalo Vena cerebral magna de Galeno.
aan —

Vena cerebral interna.


y del diencéfalo Vena coroidea superior.
Vena talamoestriada superior.
Vena anterior del septo pelúcido.
Podemos distinguir tres grandes sistemas veno-
sos que drenan la sangre del telencéfalo y del dien-
céfalo: a) central o profundo; b) cortical o superfi- el núcleo caudado (surco talamoestriado) y ter-
cial, y c) basal. Todos ellos drenan en los senos de mina en la vena coroidea superior.
la duramadre. e Lavena anterior del septo pelúcido se origina a ni-
vel de la sustancia blanca del lóbulo frontal y de
la rodilla del cuerpo calloso, extendiéndose a tra-
SISTEMA CENTRAL vés del septo pelúcido hasta la vena talamoes-
triada.
Está constituido por el denominado sistema de
las venas de Galeno, formado por las venas cere- Vena cerebral magna de Galeno. Una vez for-
brales internas y la vena cerebral magna de Gale- madas, las venas cerebrales internas avanzan hacia
no (fig. 8-19). atrás discurriendo sobre el techo del III ventrículo
hasta llegar a los colículos superiores, donde termi-
Venas cerebrales internas. Son dos, una dere- nan uniéndose entre sí para formar la vena cerebral
cha y otra izquierda, que nacen a nivel del agujero in- magna de Galeno. Esta vena es muy corta y termina
terventricular por confluencia de tres venas: la vena rápidamente en el extremo anterior del seno recto.
coroidea superior, la vena talamoestriada y la vena an- El sistema central recoge la sangre venosa del tá-
terior del septo pelúcido. lamo, núcleos basales, paredes y plexos coroideos de
los ventrículos laterales y del III ventrículo, hipo-
e La vena coroidea superior está situada a lo largo campo, fórnix, cuerpo calloso, cápsula interna y par-
de todo plexo coroideo del ventrículo lateral has- te del centro oval.
ta llegar al agujero interventricular. Recibe ramas
procedentes del hipocampo, el fórnix y el cuerpo Sistema cortical. En la superficie de los hemisfe-
calloso. rios cerebrales existe un conjunto de venas, las venas
e La vena talamoestriada superior o vena terminal cerebrales superficiales, situadas en el espacio sub-
(fig. 8-19) discurre por el ángulo entre el tálamo y aracnoideo y profusamente anastomosadas entre sí.
8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL EJE

mada por las venas cerebrales superiores, y la corrien-


te inferior o de la base, constituida por las venas ce-
rebrales inferiores.

Corriente superior. Drena la sangre al seno sa-


gital superior. Cuando las venas se acercan al seno
traspasan la aracnoides y fijan su adventicia al tejido
conjuntivo duro de la duramadre. Pueden sufrir da-
ños mecánicos con facilidad, razón por la cual se
convierten en origen de hematomas subdurales. Por
la forma de terminar en el seno, se distinguen los si-
guientes grupos de venas cerebrales superiores:

e Venas prefrontales, frontales y parietales. Proceden


del polo frontal, del tercio superior del lóbulo
frontal y del lóbulo parietal. Terminan en el senti-
do de la corriente del seno sagital superior.
e Venas occipitales. Drenan la sangre del lóbulo oc-
cipital. Terminan en el seno a contracorriente.
e Vena cerebral media superficial (fig. 8-20). Recorre
el surco lateral y termina en el seno sagital supe-
rior por medio de la vena anastomótica de Trolard,
en una dirección intermedia con los dos grupos
anteriores. Además, presenta una anastomosis
ocasional con el seno transverso por medio de la
vena anastomótica inferior de Labbé.

Corriente inferior. Está constituida por venas


situadas en la base del cerebro que desembocan en
los senos cavernoso, petroso superior y transverso.

FIGURA 8-20
A. Venas del sistema cortical en visión esquemática. B. Fase SISTEMA BASAL
venosa de la arteriografía en proyección lateral con sustrac-
ción digital. (B, cortesía del Dr. A. Gutiérrez.) Está formado por una vena par, la vena basal de
1 Seno cavernoso. 6 Seno transverso. Rosenthal, originada en la sustancia perforada an-
2 Venas cerebrales superiores. 7 Vena yugular interna. terior por reunión de cinco a seis venas (fig. 8-21).
3 Venas cerebrales inferiores. 8 Vena anastomótica de Labbé.
4 Vena cerebral media 9 Vena anastomótica superior Discurre a lo largo del tracto óptico y se extiende, fi-
superficial. de Trolard. nalmente, alrededor del tronco del encéfalo en di-
5 Seno sagital superior.
rección dorsal hasta desembocar en la vena cerebral
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

magna.
En estas venas vierten su contenido las venas cere- Las venas basales derecha e izquierda suelen es-
brales profundas que, a su vez, recogen la sangre tar unidas entre sí por dos venas dispuestas trans-
de la corteza cerebral y del centro oval. La sangre de versalmente (fig. 8-21), una por delante del quiasma
las venas cerebrales superficiales se dirige principal- óptico, la vena comunicante anterior, y otra que si-
mente hacia los senos de la duramadre. gue el surco pontopeduncular, la vena comunicante
Las venas cerebrales superficiales son tanto más posterior. De esta manera se forma un hexágono ve-
gruesas cuanto más cerca se encuentran de los bor- noso análogo al círculo arterial de Willis, denomi-
des superior e inferior de los hemisferios cerebra- nado clásicamente hexágono de Trolard.
(O) MASSON,

les. Estas venas forman dos corrientes sanguíneas El sistema basal recoge sangre venosa de los
(fig. 8-20), la corriente superior o de la bóveda, for- núcleos basales, el tálamo, el hipocampo y las zo-
M7 PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

nas próximas de la base del cerebro, incluido el


mesencéfalo.

Drenaje venoso del tronco del encéfalo


y del cerebelo

Por delante del tronco del encéfalo y en su línea


media se sitúa la vena pontomesencefálica ante-
rior, que recoge numerosas venas pequeñas de los
tres niveles del tronco del encéfalo. Esta vena suele
desembocar en la vena petrosa o en la vena basilar.
La sangre venosa del cerebelo se drena en venas
situadas sobre el vermis, las venas superior e inferior
del vermis, o en las porciones laterales del cerebelo,
las venas superiores e inferiores del cerebelo. Todas
estas venas terminan en los senos vecinos de la du-
ramadre o en la vena cerebral magna.

Drenaje venoso de la médula espinal

Las pequeñas venas que drenan la sangre de la


médula espinal emergen en su superficie y forman
seis venas longitudinales: las venas espinales ante-
riores y posteriores. Estas venas siguen los surcos
de la superficie medular, hallándose profusamente
anastomosadas entre sí. Del sistema longitudinal sa-
FIGURA 8-21 len venas que acompañan a las raíces de los nervios
Venas del sistema basal. raquídeos. Estas venas, después de atravesar los agu-
Vena cerebral magna de Galeno. jeros intervertebrales, desembocan a nivel cervical en
HN —

Vena basal de Rosenthal.


Vena comunicante anterior.
las venas vertebrales, a nivel torácico en las venas in-
Vena comunicante posterior. tercostales y a nivel lumbar en las venas lumbares.

FIGURA 8-22
Senos de la duramadre en visiones
lateral izquierda (A) y craneal (B).
1 Vena yugular interna.
Seno sagital superior.
3 Seno sagital inferior.
4 Seno recto.
5 Seno transverso.
6 Vena cerebral magna de Galeno.
7 Hoz del cerebro.
8 Tienda del cerebelo.
9 Seno sigmoideo.
10 Seno occipital.
11 Seno petroso superior.
12 Seno petroso inferior.
13 Seno marginal.
14 Plexo basilar.
15 Senos intercavernosos.
16 Seno cavernoso.
17 Seno esfenoparietal.
8 VASCULARIZACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL EN

Ml SENOS DE LA DURAMADRE e Confluencia posterior. Es impar y media, Se si-


túa en la protuberancia occipital interna. En ella
Ya se ha señalado que los senos de la duramadre confluyen los senos sagital superior, recto, occipi-
son conductos venosos excavados en el espesor de tal y transverso.
la duramadre craneal. Recogen la sangre venosa del e Confluencia anterior. Es par y simétrica. Está
encéfalo, hipófisis, órbitas, oídos medio e interno, formada por los senos cavernosos, localizados a
meninges y parte de los huesos del cráneo. Desem- ambos lados de la silla turca. Se comunica con
bocan en la vena yugular interna. las venas oftálmicas, el seno esfenoparietal, los se-
Se han descrito un total de 23 senos de la dura- nos intercavernosos, el plexo basilar, el seno pe-
madre, de los cuales 9 son pares y simétricos y 5 im- troso superior y el seno petroso inferior, La figu-
pares y medios, Todos ellos confluyen en tres puntos ra 8-22 muestra la disposición de los senos de la
o confluencias: duramadre,
CAPÍTULO 9

Anatomía seccional del sistema nervioso central.


Cortes macroscópicos y de resonancia magnética

En este capítulo se proporcionan al lector una se- rayos X que emergen del paciente se registra me-
rie de cortes macroscópicos de encéfalos en los que diante un conjunto de detectores conectados a un
o bien se ha teñido la sustancia gris (método de Mu- ordenador que procesa los datos y construye una
lligan) o bien se ha teñido la mielina (método de imagen. El tubo emisor de rayos X y los detectores
Weigert) para resaltar la sustancia blanca. Se inclu- están montados en puntos opuestos de un raíl circu-
yen además secciones tomográficas obtenidas en el lar que rodea al paciente. Cada sección se obtiene a
sujeto vivo por medio de resonancia magnética. El partir de los datos obtenidos por una vuelta com-
propósito es facilitar el estudio de la anatomía sec- pleta de los elementos emisor y detector, que rotan
cional del SNC, que tiene como finalidad analizar la sincrónicamente alrededor del paciente. El paciente
topografía de las estructuras orgánicas en cortes ma- se encuentra tumbado en decúbito supino en una
croscópicos seriados. camilla situada en el centro del raíl, que puede des-
La anatomía seccional del SNC tiene un gran in- plazarse una longitud determinada para obtener un
terés práctico ya que no sólo ayuda a comprender la nuevo corte. El grosor del corte varía habitualmente
compleja estructura interna del SNC, sino que es bá- entre 2 y 20 mm.
sica para el diagnóstico por la imagen, método pri- En cada vuelta los detectores miden la intensidad
mordial del análisis funcional y de diagnóstico del de los rayos X transmitidos a lo largo de un gran nú-
SNC. mero de trayectos lineales, del orden de 1 millón o
más. Cada píxel que forma la imagen representa, en
tonalidades de gris, el cómputo de la serie de deter-
5 PRINCIPALES TÉCNICAS TOMOGRÁFICAS minaciones de la atenuación sufrida por los rayos X.
De manera similar a las radiografías convenciona-
El diagnóstico por la imagen se basa en la utiliza- les, las estructuras de alta atenuación, se muestran
ción de diversos principios físicos para visualizar la en blanco, mientras que las de baja atenuación apa-
estructura interna, la composición química y las recen en negro.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

funciones del organismo vivo. Las técnicas más uti- Los dos inconvenientes fundamentales de la TC
lizadas son la tomografía computarizada (TC), la son que se irradia al paciente con rayos X y que sólo
resonancia magnética (RM) y la tomografía por pueden obtenerse cortes perpendiculares al eje cor-
emisión de positrones (TEP). poral (o con una oblicuidad máxima de unos 25”).

Tomografía computarizada Resonancia magnética

La TC obtiene imágenes por medio de un haz La RM se basa en el principio de que los átomos
(O MASSON,

fino de rayos X que atraviesa al paciente en perpen- cuyo núcleo tiene un número impar de protones y/o
dicular a su eje longitudinal. La intensidad de los de neutrones poseen un momento de dipolo magné-
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

tico, de forma que tienden a orientarse en paralelo


con campos magnéticos potentes aplicados des-
de el exterior. Entonces emiten energía en forma de
radiofrecuencia, llamada frecuencia de resonancia,
a partir de la cual puede construirse una imagen.
Entre los núcleos atómicos importantes desde un
punto de vista biológico, con momentos bipolares
magnéticos, el hidrógeno es cuantitativamente el
predominante. El SNC está compuesto en gran par-
te por agua, de tal manera que la sustancia gris tiene
un mayor contenido que la sustancia blanca. Así, la
RM puede diferenciar la presencia de ambas sus-
tancias y del líquido cefalorraquídeo (LCR) con gran
precisión.
Las imágenes de RM son, como las de TC, una
matriz cuadriculada de píxels donde cada píxel tiene
asignado un valor en la escala de grises proporcional
a la amplitud de la radioseñal emitida. Existen dos FIGURA 9-1
métodos básicos de obtención de imágenes de RM, Secciones transversales, obtenidas mediante TEP, del consu-
cuyos fundamentos físicos no se detallarán. Baste mo de **F-desoxiglucosa en el cerebro de un sujeto normal. La
decir que las denominadas imágenes ponderadas en realización de actividades diferentes modifica el patrón de
TI generalmente proporcionan la mejor resolución consumo de glucosa, lo cual permite establecer una correla-
ción morfofuncional: las estructuras cerebrales con mayor
anatómica; en ellas, el LCR aparece en negro. Por el emisión de positrones (intensidad codificada en colores de
contrario, las imágenes ponderadas en T2 son espe- acuerdo con la escala) son las implicadas en la realización de
cialmente útiles para la diferenciación del LCR, que la actividad en cuestión.
proporciona una señal intensa (blanca). Tienen el in- A. El sujeto está recibiendo estímulos visuales (contemplación
conveniente de que el contraste entre la sustancia de un objeto), lo que activa las áreas corticales visuales loca-
gris y la blanca es escaso. lizadas en la cara medial de los lóbulos occipitales (flecha).
La RM tiene numerosas ventajas sobre la TC. En- B. Un estímulo auditivo incrementa el consumo de glucosa
en las áreas corticales auditivas (flechas) situadas en los ló-
tre éstas cabe mencionar: a) mavor resolución; b) el bulos temporales. La imagen es claramente asimétrica, lo que
paciente no es irradiado con rayos X; c) pueden ob- indica que la actividad de las áreas derechas es mayor que la
tenerse cortes prácticamente en todos los planos de- de las áreas izquierdas. C. El sujeto está pensando y por lo
seados, y d) proporciona información sobre la com- tanto el mayor consumo de glucosa tiene lugar en las zonas
posición química de los tejidos explorados. más anteriores (flechas) de los lóbulos frontales. D. La activi-
dad de recordar una información verbal, activa el hipocampo y
El desarrollo tecnológico ha propiciado la incor- la porción medial de la corteza temporal (flechas). E. La acti-
poración de técnicas más avanzadas, como la espec- vidad motora consistente en el movimiento de los dedos de la
troscopia de resonancia magnética, capaz de medir mano derecha activa el metabolismo de la corteza motora del
los niveles de metabolitos en el interior de los tejidos lóbulo frontal izquierdo (flecha oblicua) y del área motora
utilizando sobre todo isótopos de hidrógeno ('H) y suplementaria (flecha vertical) situada en la cara medial de
este lóbulo. (De Phelps ME y Mazziotta JC. Science 1985;
de fósforo (**P), y la espectroscopia ecoplanar de pro- 228:799-809. Cortesía del Dr. M.E. Phelps.)
tones. Estas técnicas están demostrando ser muy úti-
les en el estudio de la actividad funcional del sistema
nervioso. Sin embargo, aleunas de ellas requieren en que esta técnica constituye en la actualidad una
un aparataje complejo y únicamente es posible reali- de las herramientas más importantes en la investi-
zarlas en un número de sitios muy escaso. gación del SNC humano, permitiendo establecer
correlaciones morfofuncionales en sujetos vivos,
tanto normales como enfermos, como puede com-
Tomografía por emisión de positrones probarse en la figura 9-1.
La utilidad de esta técnica no se limita a medir el
Las bases físicas de la TEP ya se han expuesto en flujo o el volumen sanguíneo cerebral, tal como ex-
el capítulo anterior. Aquí únicamente insistiremos pusimos en el capítulo 9. La TEP es una técnica ana-
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA

lítica que permite realizar mediciones in vivo de la Los dos tipos de cortes más clásicos son los de Pi-
distribución topográfica y de la intensidad de pro- tres, que constan de una serie de seis cortes parale-
cesos bioquímicos específicos en el SNC. Entre éstos los al surco central, y el de Flechsig, que es un corte
podemos mencionar el transporte y metabolismo de que pasa por ambos surcos laterales.
principios inmediatos (oxígeno, glucosa, aminoáci- En la TC y la RM, los planos tomográficos habi-
dos y ácidos grasos libres), la distribución de recep- tuales son paralelos al plano orbitomeatal o canto-
tores para neurotransmisores y la localización de di- meatal, que se traza uniendo con una línea el ángulo
ferentes neurofármacos. La exploración de cada tipo lateral del ojo (canto) y el centro del meato auditivo
de proceso bioquímico requiere la utilización de mo- externo. Ambos puntos son fáciles de identificar.
léculas marcadas con radioisótopos de vida corta, Este plano es prácticamente idéntico a la línea de
que participen de manera específica en el proceso Reid o plano de Francfort (horizontal alemana), que
bioquímico en cuestión. Dado que los radioisótopos une el margen inferior de la órbita con el borde su-
que se utilizan son los átomos que forman la mate- perior del meato auditivo externo.
ria orgánica ('!C, UN, 50 y *F, que se utiliza como
sustituto del hidrógeno), todas las biomoléculas y
fármacos pueden ser empleados, al menos en teo- Mi NORMAS GENERALES DE INTERPRETACIÓN
ría, en los estudios con TEP. Esto hace que la poten- DE LAS IMÁGENES TOMOGRÁFICAS
cialidad de la TEP para estudiar el SNC, tanto en DEL ENCEFALO
condiciones normales como patológicas, sea enor-
me. Además, debemos señalar que, debido a la cor- Para la adecuada interpretación de los cortes de-
ta vida media de los isótopos utilizados, es posible bemos tener en cuenta los siguientes puntos:
realizar diferentes tipos de estudios con varias molé-
culas en una sola sesión. e Por convención internacional, los cortes frontales
o coronales se observan desde el plano anterior o
ventral. Los cortes sagitales se observan desde el
Ml PLANOS DE SECCIÓN lado izquierdo. Los cortes transversales o axiales
del cráneo y cuello, contrariamente al resto del or-
Un requisito básico para la adecuada interpreta- ganismo, se visualizan desde el plano superior, de
ción de las imágenes es que se disponga de planos de manera que el lado derecho de la imagen corres-
sección estandarizados, que permitan una compara- ponde a estructuras derechas y viceversa.
ción inmediata de las exploraciones realizadas con e La exploración del encéfalo mediante TC co-
las distintas técnicas de análisis de imágenes a los mienza en la base.
distintos pacientes. Recordemos los tipos de cortes e Las imágenes deben valorarse conjuntamente
que se distinguen en anatomía: con las imágenes vecinas de la secuencia.
e Para orientarse topográficamente deben buscar-
e Corte mediosagital. Divide el organismo en dos se dentro de la cabeza estructuras de referencia
mitades simétricas en la superficie corporal. que puedan identificarse fácilmente. Los huesos
e Corte sagital. Es todo corte paralelo al mediosa- de la cara y de la base del cráneo, los senos para-
gital. nasales, las estructuras de la duramadre o aque-
e Corte frontal. Es todo corte perpendicular al me- llas que se calcifican al comienzo de la edad adul-
diosagital. Este tipo de cortes también se deno- ta, como los plexos coroideos de los ventrículos
minan coronales, ya que son casi paralelos al pla- telencefálicos y la glándula pineal, son estructu-
no de la sutura coronal. ras básicas de referencia.
e Corte transversal. Es todo corte perpendicular e Sin medio de contraste, por lo general no se vi-
tanto al mediosagital como al frontal. sualiza bien el sistema vascular.
e En los cortes frontales las estructuras que tienen
Aunque en neuroanatomía se han descrito dife- forma de «C», como el núcleo caudado y los ven-
rentes tipos de cortes del encéfalo, entre los que cabe trículos telencefálicos, aparecen seccionados en
mencionar los transversales de Brisaud, Flechsig y dos zonas.
Déjerine, o los frontales de Pitres, ninguno de ellos e La rodilla de la cápsula interna se encuentra a
coincide exactamente con los planos anatómicos. nivel del agujero interventricular. Por ello, en los
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

cortes anteriores a la rodilla no aparece el tálamo MW CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RM


pero sí el núcleo caudado (cabeza).
e Tanto en los cortes frontales como en los trans- Las imágenes que siguen comprenden un conjun-
versales, el núcleo lenticular tiene la forma de un to de cortes macroscópicos del encéfalo obtenidos
triángulo en cuya base se sitúa el claustro y, más con varias técnicas. Recomendamos al lector su estu-
externamente, la ínsula. dio sistemático, pues le servirá como resumen y ejer-
e Los núcleos basales son un punto de referencia cicio de repaso de la anatomía macroscópica expues-
fundamental para localizar otros núcleos. ta en los capítulos anteriores. Este conocimiento es
e Después del estudio de las estructuras nervio- imprescindible para comprender con facilidad el tra-
sas, es esencial examinar los espacios licuora- yecto y las conexiones de los tractos nerviosos, de
les. En su valoración debe tenerse en cuenta — los que trataremos en la segunda parte de este libro.
que el tamaño de los ventrículos y del espacio
subaracnoideo aumenta progresivamente con la
edad. l. Cortes frontales (coronales)
e Una variación frecuente es la presencia de una
amplia cavidad del septo pelúcido, que no debe Imágenes macroscópicas y de RM (figs. 9-2 a
interpretarse como una alteración patológica. 9-5).

FIGURA 9-2
Corte frontal del encéfalo teñido con el método de Weigert, visto desde el plano anterior. La línea roja en la figura 9-3 A señala
el plano de sección de este corte.
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA [EEN

LEYENDAS DE LAS FIGURAS 9-2 A 9-5

Adhesión intertalámica. 31 Cuarto ventrículo. 65 Pirámides del bulbo.


Agujero interventricular. 32 Cuerpo amigdalino. 66 Plexo coroideo.
AaQN

Apófisis clinoides anteriores. 33 Cuerpo calloso. 67 Polo temporal.


Arteria carótida interna. 34 Cuerpo del esfenoides. 68 Puente.
Arteria cerebelosa superior. Cuerpo del núcleo caudado. 69 Pulvinar.
0071

Arteria cerebral media. Cuerpo geniculado lateral. 70 Putamen.


Arteria cerebral posterior. Cuerpo geniculado medial. 71 Quiasma óptico.
Arteria vertebral. Cuerpo mamilar. 72 Rodete del cuerpo calloso.
O0o0O

Asta frontal. Cuerpo pineal. 73 Rodilla de la cápsula interna.


Eminencia colateral. 74 Rodilla del cuerpo calloso.
Asta occipital.
AS
0

Estría medular del tálamo. 15 Segmento sublenticular de la


Asta temporal.
N-=

Estría terminal. cápsula interna.


Brazo anterior de la cápsula
interna. Fimbria. 76 Seno cavernoso.

13 Brazo posterior de la cápsula Fisura longitudinal del cerebro. 17 Seno esfenoidal.


interna. Fórnix. 78 Seno sagital
14 Cabeza del núcleo caudado. Gyrus dentado. 79 Septo pelúcido.
15 Cápsula externa. Globo pálido. 80 Surco colateral
16 Cápsula extrema. Globo pálido lateral. 81 Surco del hipocampo.
17 Claustro. Globo pálido medial. 82 Surco lateral.
18 Circunvolución del cíngulo. Infundíbulo. 83 Surco olfatorio.
19 Circunvolución frontal media. Hipocampo. Surco temporooccipital.

20 Circunvolución frontal superior. Hipófisis. 85 Sustancia innominada.


21 Circunvolución paraterminal. Hipotálamo. 86 Sustancia gris central.

22 Circunvolución precentral. Hoz del cerebro. 87 Sustancia negra.

23 Circunvolución temporal Ínsula. 88 Sustancia perforada anterior.


media. Músculo temporal. 89 Tálamo.
S.A. Fotocoplar sin autorización es un delito.

24 Circunvolución temporal Nervio óptico. 90 Tallo de la hipófisis.


superior. Nervio trigémino. 91 Tapetum.
25 Cisterna cerebelomedular. Núcleo lenticular. 92 Tercer ventrículo.
26 Cisterna cerebelosa superior. Núcleo subtalámico. 93 Tienda del cerebelo.
27 Cisterna interpeduncular 61 Pedúnculo cerebral. Tracto olfatorio.
28 Cola del núcleo caudado. 62 Base del pedúnculo cerebral. 95 Tracto óptico.
29 Columna del fórnix. 63 Pico del cuerpo calloso 96 Tronco del cuerpo calloso.
O MASSON,

30 Comisura anterior. Pilar del fórnix. 97 Vena cerebral interna.


DTO] Primera PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 9-3
A-G. Cortes frontales del encéfalo teñidos con el método de Mulligan, vistos desde el plano anterior.
Las líneas negras en A indi-
can los planos de corte.
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA EU

78 44

FIGURA 9-4
A-E. Serie de secciones coronales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-4 A (sección sagital) se indican los
planos de corte, que son similares a los utilizados en la figura 9-5. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
DET] — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 9-4 (continuación)


F-1. Serie de secciones coronales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-4 A (sección sagital) se indican los pla-
nos de corte, que son similares a los utilizados en la figura 9-5. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA EEN

80 38
FIGURA 9-4 (continuación)
J-M. Serie de secciones coronales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-4 A (sección sagital) se indican los
planos de corte, que son similares a los utilizados en la figura 9-5. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
Am] PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

66 77

58 68 62 75
FIGURA 9-4 (continuación)
N-Q. Serie de secciones coronales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-4 A (sección sagital) se indican los
planos de corte, que son similares a los utilizados en la figura 9-5. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA

FIGURA 9-5
A-D. Secciones coronales del encéfalo por RM, ponderadas en T2. Nótese que, con esta ponderación, se resaltan los espacios
licuorales, los vasos sanguíneos y el contorno de algunas estructuras. Compárese con las imágenes de la figura 9-4. (Cortesía del
Dr. A. Gutiérrez.)
DET] — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

II. Cortes transversales (axiales)

Imágenes macroscópicas y de RM (figs. 9-6 a 9-9).

FIGURA 9-6
A-C. Cortes transversales
del encéfalo teñidos con
el método de Mulligan,
vistos desde el plano su-
perior. En A, las líneas
negras indican los nive-
les de corte para esta fi-
gura y la siguiente; las
líneas rojas indican los
niveles de corte para la
figura 9-8.

LEYENDAS DE LAS FIGURAS 9-6 A 9-9

Acueducto mesencefálico. Cuerpo geniculado medial. Pilar del fórnix.


—JD0aOAgDN—

Agujero interventricular. Cuerpo mamilar. Pirámide del bulbo.


Álveo. Diente del axis. Plexo coroideo del ventrículo lateral.
Amígdala cerebelosa. Dorso de la silla del esfenoides. Polo temporal.
Artería vertebral. Esplenio del cuerpo calloso. Porción petrosa del temporal.
Asta frontal. Estría medular del tálamo. Puente.
Asta occipital. Fascículo mamilotalámico. Pulvinar.
Asta temporal. Fimbria. Putamen.
00

Brazo anterior de la cápsula interna. Fisura longitudinal del cerebro. Radiación óptica.
10 Brazo posterior de la cápsula interna. Flóculo. Rodilla cápsula interna.
11 Bulbo. Fórceps frontal. Rodilla cuerpo calloso.
12 Cabeza del núcleo caudado. Fórnix. Septo pelúcido.
13 Claustro, Globo pálido. Segmento retrolenticular de la cápsula
14 Cápsula externa. Globo pálido lateral. interna.
15 Cápsula extrema. Globo pálido medial. Sustancia gris central.
16 Circunvolución del cíngulo. Hemisferio cerebeloso. Sustancia negra.
17 Circunvolución dentada. Ínsula. Surco del hipocampo.
18 Circunvolución frontal media. Láminas cerebelosas. Surco central.
19 Circunvolución frontal superior. Lemnisco medial. Surco parietooccipital.
20 Circunvolución temporal superior. Músculo recto lateral. Surco lateral.
21 Cisterna interpeduncular. Músculo recto medial. Surco olfatorio.
22 Cisura calcarina. Nervio óptico. Tálamo.
23 Cisura lateral. Núcleo anterior del tálamo. Tercer ventrículo.
24 Cola del núcleo caudado. Núcleo lenticular. Tracto corticoespinal.
25 Colículo superior. Núcleo rojo. Tracto óptico.
26 Columna del fórnix. Oliva. Trígono de la habénula.
27 Comisura anterior. Opérculo temporal. Trígono olfatorio.
28 Corona radiada. Pedúnculo cerebeloso inferior. Tronco del cuerpo calloso.
29 Cuarto ventrículo. Pedúnculo cerebeloso medio. Ventrículo lateral.
30 Cuerpo amigdalino Pedúnculo cerebeloso superior. Vermis inferior.
31 Cuerpo geniculado lateral. Base del pedúnculo cerebral. Vermis superior.
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA

FIGURA 9-7
Corte transversal del encéfalo teñido con el método
de Mulligan, visto desde el plano inferior. Puede
observarse la presencia de una gran cavidad del
septo pelúcido (doble flecha).

FIGURA 9-8
A-D. Mitad derecha de cortes transversales del encéfalo teñidos con el
método de Weigert, vistos desde el plano superior. Las /íneas rojas en la
figura 9-5 A indican los niveles de corte.
ETT — PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 9-9
A-E. Serie de secciones axiales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-9 A (sección sagital) se indican los pla-
nos de sección. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA TON
Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 9-9 (continuación)


F-1. Serie de secciones axiales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-9 A (sección sagital) se indican los pla-
nos de sección. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
S.A.
PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 9-9 (continuación)


J-M. Serie de secciones axiales del encéfalo por RM, ponderadas en T1. En la imagen 9-9 A (sección sagital) se indican los pla-
nos de sección. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA

lII. Cortes sagitales

Imágenes macroscópicas y de RM (figs. 9-10 y 9-11).

FIGURA 9-10
A-C. Cortes sagitales de la mitad derecha del encéfalo, fijados sin teñir, vistos desde el lado izquierdo.

LEYENDAS DE LAS FIGURAS 9-10 Y 9-11

Acueducto del mesencéfalo. Cuerpo del núcleo caudado. 53 Pulvinar.


Agujero interventricular. Diente del axis. Putamen.
DIBAON—=000J004A0N-=000J004A0N—

Amígdala cerebelosa. Esplenio del cuerpo calloso. 55 Radiación óptica.


Asta frontal. Estría medular del tálamo. 56 Rodilla del cuerpo calloso.
Asta occipital. Fascículo longitudinal superior. 57 Segmento retrolenticular de la cápsula
Asta temporal. Fascículo unciforme. interna.
Brazo posterior de la cápsula interna. Fisura horizontal. 58 Segmento sublenticular de la cápsula
Bulbo. Fórceps occipital. interna.
Cabeza del núcleo caudado. Fórnix. 59 Septo pelúcido.
Cápsula externa. Globo pálido. 60 Surco calcarino.
Cerebelo. Hipófisis. 61 Surco central.
€ MASSON, S.A, Fotocopiar sin autorización es un delito.

Circunvolución del cíngulo. Hipotálamo. 62 Surco colateral.


de

Circunvolución dentada. Ínsula. 63 Surco del cíngulo.


o

Circunvolución de la ínsula. Quiasma óptico. Surco del cuerpo calloso.


o

Circunvolución paraterminal. Médula espinal. Surco del hipocampo.


o co

Circunvolución temporal superior. Músculo masetero. 66 Surco lateral.


Cisterna cerebelomedular, Núcleo dentado. 67 Surco parietooccipital.
cobol

Colículo inferior. Núcleo lenticular. 68 Surco temporal superior.


Colículo superior. Pedúnculo cerebeloso superior. 69 Surco temporal inferior.
a

Columna del fórnix. Pedúnculo cerebeloso medio. 70 Sustancia negra.


71
NN

Comisura anterior. Pedúnculo cerebeloso inferior. Tálamo.


Cuarto ventrículo. Plexo coroideo. 72 Techo mesencefálico.
DN

Cuerpo amigdalino, Pico del cuerpo calloso. 73 Tracto corticoespinal.


74 Tronco del cuerpo calloso.
NN

Cuerpo calloso. Pilar posterior del fórnix.


Cuerpo geniculado medial. Polo temporal.
NN

Cuerpo mamilar. Puente.


+0 y] PRIMERA PARTE ANATOMÍA DESCRIPTIVA Y SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 9-11
A-C. Serie de secciones sagitales por RM de la mitad derecha del encéfalo. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
9 ANATOMÍA SECCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. CORTES MACROSCÓPICOS Y DE RESONANCIA MAGNÉTICA
tocopiar sin autorización es un delito.

G
FIGURA 9-11 (continuación)
D-G. Serie de secciones sagitales por RM de la mitad derecha del encéfalo. (Cortesía del Dr. A. Gutiérrez.)
SANO SN
|

Organización funcional
del sistema nervioso central.
Síntesis topográfica
En los próximos capítulos se estudiarán los dife- te añaden, en la mayoría de los casos, matices a lo
rentes sistemas funcionales del SNC. ya conocido.
Para que se lleve a cabo una función en el SNC Los principales progresos se centran en el cono-
(esto es, una acción provista de sentido para la tota- cimiento de los neurotransmisores que utilizan los
lidad del organismo), es necesario que, por lo me- diferentes sistemas funcionales. Esto es fundamen-
nos, dos neuronas establezcan conexión entre sí, for- tal no sólo para el conocimiento de las bases mo-
mando un arco reflejo elemental. Es decir, las leculares de la patología del SNC, sino también para
funciones del SNC se llevan a cabo mediante la cone- el diseño de nuevos fármacos y para el análisis fun-
xión de neuronas entre sí, constituyendo lo que cional en sujetos vivos, tanto normales como enfer-
- denominamos vías nerviosas. Simplificando, pode- mos, utilizando las modernas técnicas de análisis
mos decir que, al igual que las máquinas electró- de imágenes. Éste es un campo muy prometedor y
nicas, el SNC posee circuitos gracias a los cuales en plena expansión, que está modificando sustan-
pueden realizarse funciones complejas. El conoci- cialmente el conocimiento que hasta ahora poseía-
miento de estos circuitos («el cableado») es esencial mos acerca del SNC.
para comprender el funcionamiento y la patología
del SNC.
El objetivo del estudio de la estructura funcional PRINCIPALES MÉTODOS UTILIZADOS
del SNC es el conocimiento de las funciones de sus PARA ANALIZAR LAS CONEXIONES DEL SNC
diversos componentes, de las interconexiones recí-
procas de estos componentes por medio de vías Las técnicas utilizadas para analizar el «cablea-
nerviosas y de las funciones de tales vías. Para con- do» del SNC condicionan, en cierta medida, el co-
cebir una idea de la enorme tarea que representa nocimiento que tenemos al respecto. Por tanto, es
analizar las conexiones neuronales, debemos te- importante que el lector conozca los fundamentos
ner en cuenta que el SNC está formado por unos metodológicos y pueda percatarse del valor relativo
100.000 millones de neuronas rodeadas de célu- de las descripciones que realizaremos en los próxi-
las gliales, y que estas neuronas establecen unos mos capítulos.
100 billones de sinapsis. A estos datos habría que En primer lugar, debemos tener presente que, por
sin autorizac

añadir el número de dendritas y axones que par- motivos éticos, la experimentación se realiza en ani-
ten de cada neurona. Además, debemos conside- males cuyo SNC es diferente al humano. Los resul-
(O MASSON, S.A. Fotocoplar

rar la gran longitud de algunos cilindroejes, que tados se extrapolan después al ser humano, de una
pueden alcanzar más de 0,5 m. A pesar de todo, y manera demasiado directa en la mayoría de los ca-
eracias a las numerosas técnicas desarrolladas, sos. Además, a diferencia de las máquinas electróni-
hoy día es posible afirmar que se conocen razo- cas, el «cableado» no puede seguirse fácilmente ya
nablemente bien las conexiones del SNC humano, que los axones no cuentan con las marcas colorea-
y que los nuevos datos que se aportan únicamen- das que habitualmente tienen los cables que unen
MIKE] —secunoa Parte ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 10-1
Esquema que resume las alteraciones
morfológicas que aparecen tras la sec-
ción del axón (punta de flecha). A. Re-
presentación de la morfología normal
de dos neuronas conectadas entre sí.
B. Esquematización de las modificacio-
nes de las degeneraciones anterógrada
(1), caracterizada por degeneración de
la mielina y de las terminaciones axóni-
cas y rotura de la membrana celular, y
retrógrada (2), en la que aparecen cro-
matólisis, excentricidad nuclear y alte-
raciones dendríticas y de la mielina.
Las alteraciones transneuronales (3)
también están representadas.

entre sí las diferentes partes de este tipo de máqui- La destrucción de las fibras cuyo trayecto y co-
nas. Por ello, deben adoptarse diferentes estrategias nexiones queremos conocer puede producirse de
que, en conjunto, hacen posible establecer un mapa manera patológica en el ser humano, o por méto-
detallado de las conexiones del SNC. Además de las dos experimentales en animales. Por ejemplo, la
técnicas histológicas habituales en neuroanatomía, técnica de estereotaxia permite realizar destruc-
como el método de Golgi, el de Weigert o el de Nissl, ciones selectivas en puntos concretos del SNC. En
las principales estrategias son la destrucción selecti- esencia, consiste en la introducción de un electro-
va, los trazadores y la electrofisiología. do o de una micropipeta a través de un orificio
practicado en el cráneo. La colocación exacta del
electrodo en la estructura que se desea estudiar se
Destrucción selectiva consigue por medio de un sistema de coordenadas
de que está provisto el aparato. La estereotaxia no
El soma neuronal constituye la porción trófica de sólo permite la destrucción de la zona deseada, lo
las neuronas de tal manera que, si se secciona el cual es muy útil en intervenciones quirúrgicas,
axón en algún punto de su trayecto, se produce su sino que también permite estimular las neuronas,
degeneración. El conjunto de modificaciones que su- recoger su actividad o realizar microinyecciones.
fre la neurona desde el punto de la sección hacia su Así, al estudio de las conexiones se añaden las ob-
extremo distal (es decir, en la dirección del impulso servaciones sobre los déficit funcionales que se
nervioso) se denomina degeneración anterógrada producen tras la destrucción, o las respuestas ob-
(fig. 10-1). También se producen modificaciones en tenidas tras la estimulación neuronal. Todo ello
las porciones de la neurona (axón, soma y dendritas) hace posible establecer una correlación morfofun-
proximales al punto de sección. Estos cambios se cional.
denominan degeneración retrógrada (fig. 10-1). Por Los axones en degeneración pueden ser teñi-
último, debemos señalar que también aparecen alte- dos de manera selectiva en cortes histológicos me-
raciones en las neuronas que reciben impulsos del diante el método de Marchi, la impregnación argén-
axón seccionado (fig. 10-1). Estas alteraciones se de- tica de Nauta u otros métodos similares (fig. 10-2).
nominan transneuronales. El conjunto de modifica- La reacción diferencial de algunos colorantes con
ciones que acabamos de enumerar se denomina de- los axones degenerados parece deberse a los cam-
generación walleriana. Un gran número de métodos bios bioquímicos que experimenta la mielina de es-
para estudiar las conexiones del SNC están basados tos axones. Por la misma razón, la mielina pierde la
en el proceso de degeneración neuronal. afinidad por otros colorantes, por lo que puede te-
10 INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 10-2
Fibras nerviosas degeneradas, teñidas
selectivamente con los métodos de
Nauta-Gygax (A) y de Fink y Heimer (B)
para mostrar las conexiones ascenden-
tes en el bulbo raquídeo del gato. (Cor-
tesía del Prof. J.L. Velayos. An Anat
20:587-627.)

ñirse en negativo. Así, con el método de Weigert, los Electrofisiología


axones degenerados no se tiñen, mientras que sí lo
hacen los normales. El haz en degeneración contras- Se trata de técnicas funcionales que básicamente
ta con los axones fuertemente teñidos y puede se- consisten en la recogida de potenciales evocados.
guirse a lo largo de su trayecto. Para entender esta técnica, supongamos que desea-
mos saber en qué zona de la corteza cerebral se pro-
yecta una zona cutánea determinada. Si estimula-
Trazadores mos la zona cutánea en cuestión se provocará la
aparición de un «tren» de impulsos que llegará a las
Las técnicas de trazadores se basan en el trans- neuronas de la corteza cerebral sobre las que se pro-
porte o flujo axónico, tanto anterógrado como retró- yecta. Bajo el influjo de los impulsos bioeléctricos,
grado. Los marcadores utilizados pueden ser mo- las neuronas corticales modificarán su ritmo espon-
léculas que se inyectan en la zona del SNC cuyas táneo de producción de descargas. Esta modifica-
conexiones queremos conocer, o moléculas que pro- ción se conoce como potencial evocado. Es posible
ducen las neuronas en estudio y que pueden detec- detectar este potencial evocado colocando electro-
tarse con facilidad. dos exploradores en la superficie de la corteza cere-
La peroxidasa de rábano es una de las molécu- bral. Está claro que la zona cortical que se activa
las más utilizadas como trazador. Esta molécula está en conexión con la zona cutánea estimulada por
es captada por los botones presinápticos que se en- medio de una vía nerviosa.
cuentran en el punto de inyección, siendo trans-
portada retrógradamente por los axones hacia los
e
somas neuronales. Por medio de la microscopia, A 7
+%

y al
tanto óptica como electrónica, pueden detectarse,
en secciones del tejido, los axones cargados con pe-
roxidasa (fig. 10-3). También pueden utilizarse
como marcadores diferentes aminoácidos radiacti-
vos que se comportan de manera similar a la pero-
ación es un dolio,

xidasa.
Algunos neurotransmisores pueden detectarse
por métodos inmunocitoquímicos, o bien porque se
vuelven fluorescentes al tratarse los fragmentos de
tejido con vapores de formol. Dado que los neuro-
transmisores se producen en el soma neuronal y de-
4

ben ser transportados por el axón hasta los botones


<
presinápticos, su identificación constituye un mar- FIGURA 10-3
caje natural de ciertas neuronas que permite estu- Neuronas del núcleo reticular del tálamo de gato marcadas
O MASSON,

diar las conexiones de éstas y sus implicaciones fun- con peroxidasa de rábano. La peroxidasa se ha inyectado en
cionales. un núcleo intralaminar. (Cortesía del Prof. J.L. Velayos.)
EFI] —secunDa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

1 PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA ORGANIZACIÓN pio núcleo donde se asienta el relé, y por impulsos
DE LAS VÍAS NERVIOSAS que llegan procedentes de otras porciones del SNC.
Los núcleos intercalados en las vías nerviosas con-
El SNC está estructurado finamente de tal mane- tienen distintas clases de neuronas, de las cuales hay
ra que la organización de las vías nerviosas responde dos tipos básicos: neuronas de proyección o principa-
a los siguientes principios o normas básicas: les, cuyos largos axones constituyen la salida del nú-
cleo y establecen sinapsis con neuronas de otros
Principio de la «línea rotulada». Existen dife- núcleos o en la corteza cerebral, e interneuronas, cu-
rentes tipos de sensaciones o de modalidades sensi- yos axones cortos terminan sobre neuronas que se
tivas, tales como la presión, el dolor o la olfacción. asientan en el núcleo en cuestión.
A pesar de ello, las fibras nerviosas sólo transmiten
impulsos nerviosos que, en esencia, son todos igua- El número de relés que tiene una vía nerviosa
les. Ante esta aparente paradoja podemos pregun- está en relación con su antigúedad filogenética. Las
tarnos: ¿por qué fibras nerviosas diferentes trans- vías formadas por axones largos con pocos relés
miten distintas modalidades sensitivas? Cada vía (tres o menos) son más recientes y llevan a cabo fun-
nerviosa termina o conecta con puntos específicos ciones más precisas que aquellas con axones cortos
del SNC; el tipo de sensación percibida o de respues- y múltiples relés.
ta obtenida cuando se estimula una fibra nerviosa El procesamiento de la información en los relés es
está determinado por el punto al que ésta conduce. un fenómeno complejo. Los hechos más importan-
Por ejemplo, si estimulamos una fibra nerviosa para tes son los siguientes:
el dolor, lo cual está determinado por sus conexio-
nes, se percibe dolor independientemente del tipo de e Los axones que llegan a un relé se dividen en mu-
estímulo que excite la fibra. El estímulo puede ser chas ramas (un promedio de 1.000), que hacen si-
eléctrico, de aplastamiento, etc., pero el sujeto sólo napsis con las dendritas y los somas neuronales
percibe dolor. que se asientan en el relé. El área neuronal esti-
Gráficamente podemos decir que las vías nervio- mulada por cada axón que entra se denomina
sas están «rotuladas» de tal manera que por ellas campo estimulador de dicho axón. La mayor par-
sólo circula la modalidad sensitiva que muestra el te de las terminaciones del axón se sitúan sobre
rótulo, y que la rotulación depende de la estructura las neuronas más centrales del campo y su núme-
de esta vía. De acuerdo con esto, conocer las cone- ro decrece progresivamente a medida que nos
xiones de una vía nerviosa nos lleva inmediatamente acercamos a la periferia.
a establecer su función. e Para que una neurona se excite es necesario que
reciba un gran número de terminaciones. Así,
Cada sistema principal del SNC está compues- después de la descarga de axones de entrada en
to por distintas vías dispuestas en paralelo. Los un relé, puede haber neuronas en dos situaciones
sistemas sensoriales, motores y emocionales tienen distintas. Unas están excitadas, ya que han recibi-
subdivisiones que realizan subtareas. Así, los siste- do un número suficiente de descargas; es decir,
mas sensoriales tienen distintas divisiones para cada han recibido un estímulo excitador o estímulo
uno de los sentidos, y cada división presenta dife- umbral. Otras neuronas sólo están facilitadas, lo
rentes componentes; lo mismo ocurre con el sistema cual significa que han recibido un número insufi-
motor, que está constituido por varias vías nerviosas ciente de descargas; es decir, han recibido un es-
que descienden desde los distintos puntos del encéfa- tímulo subliminal o subumbral. Así, en un mo-
lo a la médula espinal. De esta manera, se requieren mento determinado, un relé tiene una porción
múltiples vías nerviosas para llevar a cabo los com- central del campo estimulador cuyas neuronas
plejos actos sensitivos, motores y emocionales. están excitadas (la zona excitada o liminal), y una
porción periférica facilitada (la zona subumbral
Las vías nerviosas tienen estaciones sináp- o subliminal). Si el axón que llega al relé es inhi-
ticas. Las distintas vías nerviosas están interrum- bidor en vez de excitador, se creará una zona in-
pidas en diferentes puntos de su trayecto por es- hibidora. Todo lo anterior explica cómo un relé
taciones sinápticas (relés) donde los impulsos son actúa de filtro de las señales que se transmiten
modificados por procesos que tienen lugar en el pro- por la vía nerviosa en cuestión.
10. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
DE LA EST
A menudo las señales que entran en un relé su- representación más amplia. Por ejemplo, la repre-
fren modificaciones, en el sentido de que se produ- sentación del dedo pulgar es más amplia que la del
ce una divergencia de las señales o, por el contrario, brazo, tanto en las vías sensitivas como en las mo-
una convergencia. toras. El mismo grado de distorsión topográfica se
Decimos que se ha producido una divergencia observa a nivel cortical. El conocimiento concreto
cuando las señales que entran en el relé excitan un de la organización topográfica de cada una de las
número mayor de axones que salen del relé de los vías nerviosas es de gran interés para el diagnóstico
que han entrado. Existen dos tipos de divergencia: neurológico.
a) la divergencia amplificadora, que se caracteriza
por el hecho de que la señal de entrada se dispersa La mayor parte de las vías nerviosas se cruzan
sobre un número creciente de neuronas a medida en la línea media. Por lo general, los axones que
que pasa por relés sucesivos, y b) la divergencia en forman las vías nerviosas cruzan la línea media en
múltiples tractos, en que la señal de entrada se trans- algún punto de su trayecto. Como resultado de este
mite, a partir del relé, en dos o más direcciones dis- cruce, los impulsos sensitivos y los actos motores de
tintas hacia porciones diferentes del SNC. una mitad corporal son procesados y controlados
La convergencia de la señal tiene lugar cuando se- por el hemisferio cerebral del lado opuesto (contra-
ñales provenientes de múltiples neuronas que entran lateral). Aun así, en una determinada vía el cruza-
en el relé excitan la misma neurona. La convergen- miento de los axones no es total. El porcentaje de
cia puede producirse a partir de una fuente única o a axones que no se cruza varía según la vía considera-
partir de varias fuentes diferentes. da. La zona del SNC donde se produce el cruza-
Los fenómenos de divergencia o convergencia de miento recibe el nombre de decusación. Dependien-
señales en los relés modifican sensiblemente la pre- do de la vía, la decusación puede ser localizada o
cisión de la transmisión de señales por la vía nervio- difusa. El cruzamiento de las vías nerviosas tiene
sa. La precisión es mayor cuanto menor es la diver- gran importancia en el diagnóstico neurológico,
gencia que se produce en los relés. Debemos señalar aunque no conocemos su sentido biológico.
que, dentro de un relé pueden producirse señales de
salida excitadoras o inhibidoras e, incluso, una señal
excitadora y otra inhibidora. Ml VISIÓN GENERAL DE LAS ACTIVIDADES
Además, las estaciones sinápticas inferiores re- Y LA PATOLOGÍA DEL SNC
ciben de las superiores (o de estructuras específi-
cas) numerosos axones descendentes que modulan Resumir en pocas líneas las numerosas y com-
y controlan su funcionamiento. Todo lo dicho an- plejas actividades que lleva a cabo el SNC es una ta-
teriormente sirve para subrayar la importancia y rea imposible. Sin embargo, creemos que es nece-
complejidad de los relés intercalados en las vías sario establecer algunas afirmaciones básicas y un
nerviosas. esquema general antes de abordar la tarea de estu-
diar su estructura funcional. Aunque todavía esta-
Cada vía nerviosa está organizada topográfi- mos lejos de comprender en su totalidad el funcio-
camente. Los axones que constituyen cada vía ner- namiento del SNC, por los datos reunidos hasta la
viosa forman un haz en cuyo seno se organizan de actualidad tenemos la convicción de que éste puede
manera muy fina, de modo que representan topo-
O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

explicarse en términos de ciencias naturales y, muy


gráficamente la superficie receptora periférica o los especialmente, en términos de física y química. Las
efectores a los que están destinados. Así, en la vía funciones intelectuales superiores o la mente huma-
nerviosa por la que discurre la sensibilidad táctil, los na no son sino una función más del SNC.
axones se organizan como si dibujaran un mapa de Como señala Gómez Bosque, el SNC sirve funda-
la superficie corporal o, dicho de otra manera, están mentalmente, para que el organismo vivo intercam-
organizados somatotópicamente. Lo mismo ocurre bie información con el medio ambiente. Aquí, el tér-
en otras vías como la óptica, que tiene una organi- mino información se entiende como el conjunto de
zación retinotópica, o las vías motoras. Tanto en las noticias que recibe o emite un ser, independiente-
vías sensitivas como en las motoras, la representa- mente de su grado de novedad. El SNC recibe in-
ción topográfica está distorsionada de modo que las formación por medio de una serie de estructuras lla-
zonas con mayor importancia funcional tienen una madas receptores que se encuentran repartidas por
MIPZ] stcunoa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA.

todo el organismo. La información recibida proce- del SNC que cursa con signos positivos. La apa-
de tanto del mundo que nos rodea como de nuestro rición de movimientos anormales, como las hi-
propio organismo. La información recibida es ela- percinesias, representa una distorsión de los mo-
borada, reducida y, en algunos casos, almacenada vimientos normales, Las alucinaciones, es decir,
(memorizada), de modo que pueda recuperarse y la percepción sin que exista el objeto, son una
utilizarse. A partir de este proceso, el SNC puede percepción anormal. En las ilusiones, la percep-
crear nueva información, Finalmente, el SNC emite ción es normal pero su significado real está mo-
información por medio de los efectores. dificado. Todos los anteriores son ejemplos de pa-
Las actividades del SNC son básicamente de dos tología del SNC con signos positivos.
tipos: a) simples, objetivas y fácilmente cuantifica- e Pérdida de una función normal. Esta patología del
bles, tales como los movimientos voluntarios, refle- SNC cursa con signos negativos. La imposibili-
jos, etc., y b) complejas, subjetivas y difícilmente dad de realizar un movimiento, la parálisis o la
cuantificables, tales como la percepción, la concien- falta de expresión emocional que tiene lugar en
cia, las emociones, etc. la enfermedad de Parkinson, son ejemplos claros
Los tipos de actividades del SNC pueden presen- de patología del SNC con signos negativos.
tar dos tipos diferentes de alteraciones:
Esta clasificación es válida tanto para las enfer-
e Aberraciones o distorsiones de las funciones nor- medades neurológicas como para las enfermedades
males, Podemos decir que se trata de la patología mentales,
CAPÍTULO 11

Estructura general de las vías de información o sensitivas.


Estructura microscópica de la corteza cerebral

Las vías sensitivas son cadenas neuronales encar- genera un potencial de acción. Su frecuencia será pro-
gadas de transmitir y procesar información sobre los porcional a la magnitud del potencial generador.
cambios que tienen lugar en el mundo que nos rodea Los receptores presentan cierta adaptación, lo
y en nuestro propio organismo. Son las vías óptica, cual significa que se vuelven menos sensibles cuando
acústica, vestibular, olfativa y somatoestésica. Todas el estímulo se mantiene durante un cierto tiempo.
ellas, salvo la olfativa, están estructuradas siguiendo Los receptores que se adaptan relativamente poco se
un patrón básico formado por el receptor o recepto- denominan de adaptación lenta, mientras que los que
res, tres neuronas encadenadas que hacen sinapsis en se adaptan mucho se denominan de adaptación rápi-
los llamados relés, y las áreas corticales receptoras. da. Los primeros responden mejor a estímulos no
En este capítulo estudiaremos las características cambiantes, mientras que los segundos lo hacen me-
de los componentes básicos de las vías sensitivas jor a estímulos cambiantes.
para abordar, en los siguientes, el análisis detallado Los receptores de adaptación lenta transmiten im-
de cada una de ellas. pulsos hacia el SNC mientras dura el estímulo, por lo
que están diseñados para transmitir información du-
rante períodos largos de tiempo. Permiten tener in-
HH RECEPTORES formado al SNC acerca del estado del cuerpo y de su
relación con lo que lo rodea; de ahí el nombre de re-
Las vías sensitivas comienzan a nivel de los re- ceptores tónicos con que a veces se les designa. Con-
ceptores. Un receptor es una estructura que detec- trariamente, los receptores de adaptación rápida sólo
ta y transforma (codifica) en impulsos nerviosos los transmiten impulsos cuando tiene lugar un cambio,
estímulos procedentes del medio ambiente o de de modo que el número de impulsos transmitidos
nuestro propio organismo. En otros términos, en el está en relación directa con la velocidad a que tiene
receptor tiene lugar la traducción de la información lugar dicho cambio. En consecuencia, estos recep-
de un código a otro. El código energético en que lle- tores se denominan de velocidad, de movimiento o re-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ga la información se traduce en un código de impul- ceptores fásicos. Conociendo la velocidad con que se
sos nerviosos que es el único que puede transmitir- produce un cambio puede predecirse la situación que
se por el SNC. tendrá lugar tiempo después, por lo que los recepto-
La detección de las diferentes modalidades de res de adaptación rápida tienen gran importancia en
estímulo depende por lo general de la vinculación el control del movimiento de las articulaciones.
del receptor con la energía incidente. La membra-
na del receptor es excitada (potencial generador) por el
estímulo de su modalidad para que inicie la despo- Tipos de receptores
larización, lo cual genera una corriente de flujo desde
(O MASSON,

el receptor hasta su axón. Si es suficiente, se produce Los receptores pueden clasificarse atendiendo a
la despolarización del axón hasta su nivel umbral y se diferentes parámetros.
MIEPZ] — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Por el lugar de donde se recoge el estímulo dis- Por su estructura, pueden distinguirse tres tipos
tinguimos tres tipos: básicos de receptores generales:

e Exteroceptores. Responden a estímulos del + Terminaciones nerviosas libres. Son receptores


medio externo y están situados en o cerca de la formados por las terminaciones de las ramas pe-
superficie corporal. Se subdividen en: a) recepto- riféricas de las neuronas ganeglionares. Estas ra-
res generales o cutáneos, como los receptores mas periféricas terminan dividiéndose en unas
táctiles y los del dolor, y b) receptores sensoriales pocas ramas (fig. 11-1) o se ramifican repetida-
o especializados, como los receptores visuales y mente formando plexos. Se encuentran en el teji-
los auditivos. do conjuntivo, piel (fig. 11-2), córnea y mucosas
e Propioceptores. Responden a estímulos origina- del tracto digestivo.
dos en tejidos profundos, especialmente en el Las fibras aferentes pueden ser tanto mielini-
aparato locomotor, producidos por variaciones zadas como amielínicas, pero siempre son de pe-
de la posición de las articulaciones. Son esencia- queño diámetro y velocidad de conducción lenta.
les en la coordinación de los músculos, gradua- Las terminaciones nerviosas libres son receptores
ción de la contracción muscular y mantenimien- polimodales. Se estimulan por variaciones de tem-
to del equilibrio corporal. peratura, presión (mecanorreceptores de adapta-
e Interoceptores. Responden a estímulos origina- ción rápida) o lesiones (nociceptores).
dos en las paredes de las vísceras, glándulas y va-
sos sanguíneos.

Atendiendo a la forma de energía a la que los re-


ceptores son especialmente sensibles, los podemos
clasificar en los siguientes tipos:

e Mecanorreceptores. Responden a estímulos


mecánicos. Entre ellos se encuentran los recepto-
res para el tacto, auditivos, vestibulares, husos
neuromusculares, barorreceptores que controlan
la presión arterial, etc.
e Quimiorreceptores. Responden a estímulos quí-
micos. Entre ellos se encuentran los del gusto y
los del olfato.
e Receptores para ondas electromagnéticas.
Como ejemplos podemos mencionar los fotorre-
ceptores, sensibles a la luz, y los termorreceptores,
sensibles a la temperatura.
+ Osmorreceptores. Se estimulan por variaciones
de la presión osmótica. Intervienen fundamental-
mente en la regulación iónica de los líquidos cor-
porales.
e Receptores polimodales. En este grupo se in-
cluyen una serie de receptores sensibles a más
de una modalidad de estimulación, así como los
receptores para el dolor o nociceptores.

Hay que tener en cuenta que los receptores no FIGURA 11-1


tienen una especificidad absoluta para un deter-
Microfotografía electrónica de barrido de una terminación ner-
minado tipo de estímulo, sino que muestran un viosa libre que aborda la superficie basal de la córnea. La ter-
umbral más bajo para un determinado tipo de minación se divide en varias ramas antes de penetrar en el
energía. epitelio.
11. ESTRUCTURA GENERAL DE LAS VÍAS DE INFORMACIÓN O SENSITIVAS. ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE LA CORTEZA CEREBRAL

los mecánicos antes de que lleguen a la termina-


ción nerviosa. Los receptores de este tipo más im-
portantes son:
Corpúsculos táctiles o de Meissner (fig. 11-2). Se
sitúan en las papilas dérmicas, especialmente en
la piel sin pelos, siendo numerosos en los pulpe-
jos de los dedos. Tienen forma ovalada (fig. 11-3),
con el eje mayor perpendicular a la superficie cu-
tánea, y miden entre 30 y 80 m. Están forma-
dos por una cápsula externa de tejido conjuntivo
y otra interna de células epiteliales, similares a
las células de Schwann, dispuestas en láminas.
En el interior del corpúsculo se sitúan una o más
terminaciones nerviosas en forma de espiral que,
antes de rodearse de la cápsula, han perdido la
vaina de mielina. Son mecanorreceptores de
adaptación rápida que informan sobre las defor-
maciones mecánicas que sufre la piel.
Corpúsculos de Pacini (fig. 11-2). Se encuentran
en el tejido subcutáneo, en el periostio, alrededor
FIGURA 11-2 de las articulaciones, en la superficie de los tendo-
Visión esquemática de los principales receptores de la piel. nes, en las fascias y en el peritoneo. Tienen forma
Terminaciones libres. oval (fig. 11-4) y son de gran tamaño, pudiendo al-
D0A0N—

Terminaciones de Merkel.
Corpúsculos táctiles o de Meissner. canzar los 2 mm de longitud. La cápsula está for-
Corpúsculo de Pacini. mada por células epiteliales planas dispuestas en
Terminaciones de Ruffini.
Terminaciones asociadas a pelos.
capas concéntricas. Entre las capas se hallan pe-
queños espacios ocupados por un líquido que
proporciona al receptor una viscoelasticidad es-
e Terminaciones nerviosas encapsuladas. Son pecial. La fibra nerviosa sin mielina se sitúa en el
receptores en los que la terminación nerviosa centro y termina en una pequeña dilatación. Son
está rodeada por una envoltura, epitelial o fibro- mecanorreceptores de adaptación muy rápida.
sa, que proporciona un micromedio especial. Sólo se estimulan por fuerzas muy cambiantes.
En algunos casos la envoltura, por sus propieda- Los estímulos mantenidos no se transmiten a la
des viscoelásticas, actúa modificando los estímu- terminación nerviosa debido a las propiedades
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 11-3
FIGURA 11-4
(G MASSON,

Corpúsculo táctil de Meissner de la piel de una rata. Corte


semifino teñido con azul de toluidina. (Cortesía de los Profs. Microfotografía de un corpúsculo de Pacini procedente de piel
M.A. Lafarga y M.T. Berciano.) humana. Hematoxilina-eosina.
MEPZ] — sEGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

viscoelásticas de la cápsula. Son muy sensibles y


también se estimulan por las vibraciones.
- Terminaciones de Ruffini (fig. 11-2). Se encuen-
tran en la dermis de la piel sin pelos, tejido celu-
lar subcutáneo y otros tejidos conjuntivos. Tienen
forma de huso con una cápsula de fibras coláge-
nas en cuyo interior se ramifica profusamente
una terminación nerviosa. Son mecanorrecepto-
res de adaptación lenta.
- Órganos tendinosos de Golgi. Se sitúan en las
uniones miotendinosas. Su morfología es similar
a la de las terminaciones de Ruffini. Son meca-
norreceptores de adaptación lenta que se estimu-
lan por tensión muscular.
e Terminaciones nerviosas asociadas a los pe-
los. Estos receptores tienen en común el hecho
de encontrarse próximos a los folículos pilosos.
Son terminaciones nerviosas, generalmente con
una pequeña cubierta de fibras colágenas, que
siguen un trayecto paralelo al folículo o se enro-
llan sobre éste. Son mecanorreceptores de adap-
tación rápida cuyo estímulo es la deformación rá-
pida de los pelos.
Las terminaciones de Merkel (fig. 11-2) consti-
tuyen, dentro de este grupo, un tipo de receptor
bien diferenciado. La fibra nerviosa termina en
forma de disco y se asocia a una célula epitelial es-
pecializada, la célula de Merkel, situada entre las FIGURA 11-5
células basales de la epidermis o en los folículos pi- Esquema de la organización general de las vías de informa-
losos. Son mecanorreceptores de adaptación lenta. ción en un corte frontal del cerebro y del tronco del encéfalo.
Receptor.
3004240NmN—

Primera neurona asentada en un ganglio espinal.


Primera neurona ubicada en un ganglio de un nervio craneal.
Mi CADENA NEURONAL Núcleo receptor primario.
Cilindroeje directo de la segunda neurona.
Cilindroejes cruzados de las segundas neuronas.
Ya hemos señalado que las vías sensitivas están Fibras aferentes controladoras y moduladoras procedentes de
formadas, salvo la olfatoria, por tres neuronas que niveles superiores del SNC.
8 Colaterales de las segundas neuronas para la formación reticular.
establecen contacto sináptico en dos relés. 9 Lemnisco.
10 Núcleo específico del tálamo.
11 Núcleo de asociación del tálamo.
12 Tercera neurona.
Primera neurona 13 Aferencia cortical.
14 Área receptora primaria.
15 Área receptora secundaria.
El soma de la primera neurona se sitúa fuera del
SNC, en estructuras especializadas en el caso de las
vías Óptica y olfatoria, y en un ganelio sensitivo en central penetra en la médula espinal por la raíz poste-
las restantes vías de información. Estas últimas son rior del nervio espinal, o en el tronco del encéfalo por
las que ahora nos interesan (fig. 11-5). Se asientan en el origen aparente del nervio craneal. Una vez dentro
un ganglio espinal o en un ganglio de un nervio craneal. del SNC, termina estableciendo sinapsis con la segun-
Son neuronas monopolares cuyo axón tiene forma de da neurona, cuyo soma se sitúa en el primer relé de la
«T». La rama periférica, que pasa a formar parte de vía, el núcleo receptor primario o sensitivo. El principal
un nervio espinal o craneal, forma parte del receptor neurotransmisor excitador liberado por los axones de
por su porción terminal libre o encapsulada. La rama las primeras neuronas es el glutamato.
11 ESTRUCTURA GENERAL DE LAS VÍAS DE INFORMACIÓN O SENSITIVAS. ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE LA CORTEZA CEREBRAL

CALIBRE Y VELOCIDAD DE CONDUCCIÓN e Otro tipo de clasificación, que podemos denomi-


DE LAS FIBRAS NERVIOSAS nar morfológica, se basa en la medida del diá-
metro de los axones. En orden decreciente se
Las características morfofuncionales de las fibras consideran los grupos 1 (12-20 ym), UH (6-12 um),
de las primeras neuronas no son uniformes. Por tan- III (2-6 pm) y IV (0,3-3 um). Los tres primeros
to, es importante establecer algunos conceptos bási- corresponden a axones mielinizados, siendo el úl-
cos sobre las fibras nerviosas, tanto aferentes como timo de fibras amielínicas. Dentro del grupo 1 se
eferentes, que forman parte de los nervios espinales distinguen, por su destino, dos subgrupos: la,
o craneales. - que corresponde a fibras que inervan husos neu-
Existe una estrecha relación entre el diámetro de romusculares, y Ib, que corresponde a fibras que
una fibra nerviosa periférica y su velocidad de con- inervan órganos tendinosos de Golgi.
ducción. Cuanto mayor es el diámetro, más rápida-
mente conduce los potenciales de acción. Es evidente Puede existir confusión terminológica cuando,
que algunos tipos de información deben transmitirse como es habitual, se utilizan ambos sistemas a la
al SNC muy rápidamente, ya que de otra manera ca- vez. En general, el sistema funcional (letras) se utili-
recerían de utilidad. Es el caso de la información so- za para las fibras aferentes de los nervios cutáneos,
bre la posición de las articulaciones durante un ejerci- mientras que el sistema morfológico (números ro-
cio atlético. Otros tipos de información, como puede manos) se usa para clasificar las fibras aferentes
ser el caso del dolor continuo, no conllevan tal exigen- para los músculos.
cia. En el primer caso, la información lógicamente, El tamaño de las fibras tiene importancia clínica
debe transmitirse por una fibra nerviosa de conduc- para comprender la progresión del bloqueo de la
ción rápida y, por lo tanto, gruesa. En el segundo caso, conducción en un nervio por acción de un anestési-
por el contrario, ésta puede transmitirse por una fibra co o por hipoxia. El bloqueo sigue un orden crecien-
de conducción lenta y, por lo tanto, delgada. te, de modo que primero dejan de conducir las fibras
Para clasificar las fibras nerviosas se han utiliza- de menor calibre (fibras C), y en último lugar las de
do dos sistemas diferentes: mayor calibre.
Los diferentes tipos de fibras nerviosas que pe-
e La denominada clasificación funcional se basa netran en el SNC por una raíz posterior o por un
en los resultados obtenidos tras medir en un ner- nervio craneal lo hacen en proporción variable
vio, es decir, en un conjunto de axones, la veloci- (fig. 11-6). La proporción más alta de fibras gruesas
dad de conducción. El nervio se estimula eléctri- la presentan las raíces nerviosas o nervios craneales
camente en un punto y se recogen los impulsos a que recogen la sensibilidad de territorios con gran
una cierta distancia de dicho punto por medio representación cortical.
de un electrodo registrador. Se obtiene así una
curva de registro con tres picos o deflexiones
principales que corresponden a tres velocidades Segunda neurona
de conducción diferentes. El primer pico, deno-
minado deflexión A, corresponde a los axones de El soma de las segundas neuronas se asienta en
mayor velocidad de conducción (15-120 m/s): un núcleo receptor primario que se ubica, excepto
axones A. El siguiente es la deflexión B, que en los casos de las vías óptica y olfatoria, en la mé-
corresponde a axones de conducción más lenta dula espinal o en el tronco del encéfalo (fig. 11-5).
(3-15 m/s): axones B. Finalmente, el tercer pico, Estos núcleos reciben conexiones de núcleos situa-
deflexión C, corresponde a axones de conducción dos en niveles superiores del SNC, muy especial-
muy lenta (0,5-2,3 m/s): axones C. Las fibras de mente de la corteza cerebral, que controlan y mo-
los tipos A y B son mielinizadas, mientras que las dulan su funcionamiento.
del tipo C son amielínicas. Los axones de las segundas neuronas discurren
En la deflexión A pueden distinguirse cuatro hacia el tálamo y metatálamo, con excepción de la vía
pequeñas deflexiones que permiten diferenciar olfatoria, para establecer sinapsis con la tercera neu-
varios subtipos que, de mayor a menor velocidad rona. En este trayecto, por lo general, se desgajan
de conducción, se denominan Aa (70-120 m/s), colaterales para establecer conexiones con la forma-
AB (30-70 m/s), Ay (15-30 m/s) y AS (4-15 m/s). ción reticular del tronco del encéfalo (fig. 11-5). Antes
MEPZ] secunDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

e Reciben impulsos discretos de una única moda-


lidad sensitiva o de una función motora particu-
lar.
e Se proyectan sobre una zona localizada de la cor-
teza cerebral (áreas sensitivas primarias o moto-
ras).
e Reciben conexiones recurrentes de la corteza ce-
rebral donde se proyectan, que controlan de esta
manera su actividad.

Los núcleos específicos que ahora nos interesan


son los núcleos ventrales posteriores del tálamo y los
situados en los cuerpos geniculados medial y lateral.
Los axones de las terceras neuronas tienen dos
destinos diferentes (fig. 11-5).
Tras discurrir por alguno de los brazos de la
cápsula interna y por el centro oval, un contingen-
te, termina en un área receptora primaria de la cor-
teza cerebral. Un segundo grupo de axones termi.-
na, después de un trayecto corto, en núcleos de
asociación del tálamo. Estos núcleos se caracteri-
zan por:

e Recibir impulsos de diferentes puntos del SNC,


entre ellos de núcleos talámicos específicos.
e Proyectarse al córtex asociativo (áreas receptoras
corticales secundarias).

FIGURA 11-6 Los principales núcleos de asociación son el late-


Corte transversal del nervio ciático de una rata que muestra fi- ral dorsal, el medial dorsal y los núcleos pulvinares.
bras mielínicas y amielínicas de diámetros diferentes. Las vai- Las neuronas asentadas en estos núcleos emiten
nas de mielina aparecen intensamente teñidas de azul. Sec- axones que, después de atravesar la cápsula interna
ción semifina teñida con azul de toluidina. (Cortesía de los
Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.) y el centro oval, terminan en las áreas receptoras se-
cundarias de la corteza cerebral.

de llegar a su destino, los axones se cruzan en mayor


o menor proporción en una zona concreta o de ma- M ESTRUCTURA MICROSCÓPICA
nera difusa, según la vía de que se trate (fig. 11-5). DE LA CORTEZA CEREBRAL
Por último, debemos señalar que, salvo las vías
óptica y olfatoria, los cilindroejes cruzados y direc- Para entender las conexiones que establecen
tos alcanzan la tercera neurona formando parte las fibras talámicas, así como las bases morfoló-
de los sistemas lemniscales (espinal, medial, late- gicas del funcionamiento de la corteza cerebral, es
ral o trigeminal) o se sitúan muy próximos a éstos necesario que primero describamos brevemente la
(fig. 11-5). estructura microscópica de la corteza. La corteza
cerebral, al igual que otras zonas de sustancia
gris, está formada por un conjunto de neuronas,
Tercera neurona células gliales, vasos sanguíneos y axones aferen-
tes. La estructura de la corteza cerebral no es uni-
El soma de la tercera neurona se asienta en núcleos forme en toda su extensión, pudiendo trazarse di-
específicos del tálamo y del metatálamo (fig. 11-5). Es- ferentes tipos de mapas según el tipo de análisis
tos núcleos cumplen un triple requisito: que se realice. Así, atendiendo a la citología neu-
11. ESTRUCTURA GENERAL DE LAS VÍAS DE INFORMACIÓN O SENSITIVAS. ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE LA CORTEZA CEREBRAL EN

ronal, podemos delinear mapas citoarquitectóni-


cos; si analizamos la disposición de las fibras mie-
CHC
linizadas, mapas mieloarquitectónicos; si pres-
tamos atención a los vasos sanguíneos, mapas
angioarquitectónicos; si estudiamos la citología
glial, mapas glioarquitectónicos; y, si atendemos a
la composición química, distribución de enzimas
y neurotransmisores, mapas quimioarquitectóni-
cos. La parcelación cerebral analizada bajo todos
los puntos de vista anteriores es, a grandes rasgos,
coincidente.
Dada la complejidad de la estructura de la corte-
za cerebral, sólo expondremos los datos básicos que
permitan comprender las conexiones y el funciona-
miento de las vías nerviosas.

Tipos neuronales de la corteza cerebral

Los diferentes tipos morfológicos de neuronas


que se encuentran en la corteza cerebral pueden
agruparse en dos clases: células piramidales o
células de axón largo, que escapan de la corteza
cerebral constituyendo su principal eferencia, y
células estrelladas (granos) o células de axón
corto, que establecen conexiones dentro de la cor-
teza cerebral, siendo por lo tanto células de aso-
ciación o de tipo Golgi II.

CÉLULAS PIRAMIDALES

Deben su nombre a la forma del soma neuronal,


que en cortes histológicos es triangular con el vérti-
ce dirigido hacia la superficie pial (figs. 11-7 y 11-8).
Su tamaño varía entre 10 y 70 um, lo que sirve para
distinguir diversos subtipos. Las mayores se deno-
minan gigantopiramidales de Betz. Constituyen,
aproximadamente, dos tercios del total de las neuro-
z nas que forman la corteza cerebral. Las dendritas
arrancan tanto del vértice (dendritas apicales) como
CM
8
S de los ángulos laterales (dendritas basales) del soma.
Las dendritas apicales son ascendentes, pudiendo
llegar a la capa 1, mientras que las basales siguen un FIGURA 11-7
trayecto corto predominantemente horizontal.
Esquema de los principales tipos neuronales de la corteza ce-
0 Existe un subtipo de células piramidales modifi- rebral, tal y como pueden observarse en cortes teñidos con el
$ cadas cuyo soma adopta diversas formas, y que se
$o método de Golgi. En el lado derecho de la figura se indica la
< denominan células pleomórficas. situación de las láminas corticales.
4
4
A El axón de las células piramidales parte de la CC Célula en cesta. CN Célula neurogliforme.
4L base del soma, está fuertemente mielinizado y des- CF Célula fusiforme. CP Célula pleomórfica.
2 CG Célula gigantopiramidal. CHC Célula horizontal de Cajal.
O ciende hacia la sustancia blanca. Por lo general, CM Célula de Martinotti.
ME] —stGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

diferentes. Por ejemplo, puede ser a la vez comisu-


ral y de proyección. El axón de las células pirami-
dales más pequeñas no abandona la corteza cere-
bral sino que sigue un trayecto horizontal, o más
frecuentemente oblicuo, recurrente hacia láminas
más superficiales. Se trata en este caso de axones
intracorticales.

CÉLULAS ESTRELLADAS

Estas neuronas también se denominan granos


porque tienen un soma pequeño y de aspecto gra-
nular en las tinciones de Nissl. Representan alrede-
dor de un tercio de la población neuronal de la cor-
teza cerebral. El soma es redondeado y muestra
numerosas dendritas. Ya hemos señalado que el tra-
yecto del axón es intracortical. A pesar de ser un
axón corto, puede recorrer distancias relativamente
largas tanto en dirección vertical (lo más frecuente)
como horizontal.
Según la disposición del axón, su longitud y su
trayecto, así como por el modo de arborización de
las dendritas, se distinguen varios subtipos de cé-
lulas estrelladas:

e Células horizontales de Cajal (fig. 11-7). Tienen el


soma pequeño y fusiforme, situado en la capa 1.
Las dendritas son breves y se ramifican a corta
distancia. El axón se divide en dos ramas con un
trayecto horizontal en direcciones opuestas.
FIGURA 11-8
e Células en cesta (fig. 11-7). Tienen un axón corto,
Corte de la corteza cerebral teñida con el método de Golgi que
con colaterales de trayecto horizontal cuyas ra-
muestra varias neuronas piramidales. Las dendritas apicales
ascienden hacia la lámina molecular o plexiforme. (Cortesía mificaciones terminales forman una especie de
de los Profs. M.A. Lafarga y M.T. Berciano.) cesta sobre el soma y las dendritas de las células
1 Dendritas apicales piramidales.
2 Dendritas laterales. e Células fusiformes (fig. 11-7). Poseen dos den-
3 Axón.
dritas largas originadas en puntos opuestos del
soma neuronal, con una arborización que se ex-
presenta colaterales recurrentes. Estos axones que tiende en sentido vertical. El axón sigue un re-
salen de la corteza cerebral tienen destinos diferen- corrido ascendente hacia la capa 1.
tes. En unos casos son axones de proyección, que e Células neurogliformes (fig. 11-7). Deben su nom-
transmiten impulsos a zonas subcorticales. En bre a su aspecto en las tinciones de Golgi, dado
otros casos son axones de asociación, ya que vuel- que son pequeñas y muestran una arborización
ven a la corteza y unen entre sí zonas próximas o dendrítica densa y localizada. El axón también
distantes a ésta. Finalmente, en otros casos se tra- está ramificado.
ta de axones comisurales, que cruzan la línea media e Células de Martinotti (fig. 11-7). Son pequeñas y
formando parte de las comisuras cerebrales y unen multipolares, con un árbol dendrítico localizado.
entre sí la corteza cerebral de los dos hemisferios. El axón es largo, sigue un trayecto ascendente ha-
Debemos señalar que un mismo axón, gracias a sus cia la capa 1 y presenta colaterales de trayecto
colaterales, puede transmitir impulsos a destinos horizontal.
11. ESTRUCTURA GENERAL DE LAS VÍAS DE INFORMACIÓN O SENSITIVAS. ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE LA CORTEZA CEREBRAL — KEJ

Estructuración horizontal de la corteza cerebral


— y 2 dl Y |
Los diferentes tipos neuronales de la corteza ce-
rebral se agrupan en estratos horizontales en la cor-
teza cerebral (fig. 11-9). Ya hemos señalado que la
estructura de la corteza cerebral varía según la zona
considerada. Por tanto, expondremos en primer lu-
gar la estructura del isocórtex homotípico, donde la
estructuración horizontal de la corteza cerebral al-
canza su máximo desarrollo. Posteriormente estu-
diaremos las diferencias que presenta con respecto a
otros tipos de corteza (isocórtex heterotípico).

e Isocórtex homotípico. En una corteza de este


tipo, las neuronas están ordenadas en seis lámi-
nas o capas horizontales, superpuestas desde la
superficie pial de la corteza hasta la sustancia
blanca. Estas capas son (fig. 11-9):
- Capa 1, lámina molecular o plexiforme. Es rica
en fibras y pobre en células, siendo éstas predomi- =HEEB
nantemente células horizontales de Cajal. Las fi-
bras constituyen un plexo tangencial denso, la es-
tría de la lámina molecular, formado por dendritas
de células piramidales y axones de otras células.
- Capa 2 0 lámina granular externa. Está com-
puesta por neuronas pequeñas, algunas de tipo =+EIB
piramidal, con una delicada red de fibras deno-
minada estría externa de la lámina granular.
- Capa 3 o lámina piramidal externa. Contiene
sobre todo neuronas piramidales de tamaño me-
dio, siendo las superficiales más pequeñas que
las profundas. El axón de estas neuronas no for-
ma grandes vías.
- Capa 4 o lámina granular interna. Contiene nu-
merosas células estrelladas y alguna célula pira-
midal. Recibe impulsos principalmente de fibras
talamocorticales. En ella se encuentran fibras
tangenciales que forman la estría de la lámina gra-
nular interna o estría externa de Baillarger.
g
2 - Capa 5, lámina piramidal interna o ganglio-
28 nar. Está poblada por grandes células piramida- FIGURA 11-9
les. A este nivel se encuentra la estría interna de Esquema de la organización horizontal de la corteza cerebral.

Ñ la lámina piramidal o estría interna de Baillarger, En el lado derecho se señala la situación y extensión de las
S
5 formada por fibras tangenciales. distintas capas. En los dos tercios izquierdos se han represen-
tado las neuronas tal y como se observan con las tinciones de
- Capa 6 o lámina multiforme. Contiene tipos
£
N

Golgi y de Nissl. En el tercio derecho se muestran las fibras


neuronales muy variados entre los que se obser- nerviosas teñidas con el método de Weigert. Las fibras afe-
Fotoc

van neuronas de Martinotti. Se continúa sin lími- rentes corticocorticales se han dibujado en verde y las proce-
te definido con la sustancia blanca. dentes del tálamo en rojo.
S.A.

e Isocórtex heterotípico. Las cortezas de este tipo EEB Estría externa de Baillarger.
Y) MASSUN,

EELG Estría externa de la lámina granular.


se caracterizan por el hecho de que alguna de las ElB_ Estría interna de Baillarger.
seis capas falta o tiene un desarrollo muy pobre. ELM Estría de la lámina molecular.
MEF] secunba PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Se distinguen dos tipos básicos, agranular y gra- Estructuración vertical de la corteza cerebral:
nular: módulos o columnas corticales
- Enel tipo agranular faltan o están muy reduci-
das las capas 2 y 4, que como ya sabemos están La observación cuidadosa de la estructura de la
ocupadas por neuronas granulares. Predominan corteza cerebral muestra que, junto a la disposición
las neuronas piramidales de tamaño mediano o en láminas horizontales, algunos componentes se
grande. La capa 5 contiene un gran número de organizan en sentido vertical con respecto a la su-
neuronas gigantopiramidales de Betz. El córtex perficie pial. Puede mencionarse como ejemplo la
agranular puede considerarse como el prototipo disposición de las neuronas piramidales, del árbol
de corteza motora. dendrítico de las células fusiformes y de los axones
- El tipo granular o coniocórtex tiene, en cierta aferentes y eferentes.
Manera, una estructura opuesta a la anterior. Tie- Los estudios funcionales han puesto de mani-
ne poco desarrolladas las capas 3 y 5, mientras fiesto que la corteza cerebral funciona en unidades
que las capas con neuronas granulares (2 y 4) son discretas de módulos o columnas verticales. La in-
gruesas. El córtex de este tipo es característico de tegración de los datos estructurales y funcionales
las áreas corticales que reciben impulsos de los ha permitido establecer el concepto de módulos
sistemas sensoriales. corticales, que es de gran interés para conocer el
funcionamiento de la corteza cerebral. Los módu-
los son columnas cilíndricas verticales que interesan
PARCELACIÓN DE LA CORTEZA CEREBRAL: todas las láminas de la corteza cerebral (fig. 11-10).
ÁREAS DE BRODMANN Su extremo superior se sitúa en la superficie pial,
mientras que el inferior lo hace en la sustancia
La corteza cerebral no sólo muestra diferencias blanca. Cada columna se relaciona con las vecinas,
de grosor en distintas zonas (entre 1,3 y 4 mm) sino sin que exista ningún plano morfológico definido
que también presenta diferencias estructurales. En de separación. Los módulos tienen un diámetro de
los cortes histológicos se aprecia con claridad que las 200 a 300 um y contienen unas 2.500 neuronas, de
distintas láminas muestran variaciones regionales las cuales unas 1.200 son del tipo piramidal. Se
por lo que hace al grosor, la densidad celular y el ta- ha calculado que la corteza cerebral humana está
maño y tipo de las neuronas que contienen. Basán- formada aproximadamente por cuatro millones de
dose en estas diferencias pueden identificarse áreas módulos corticales. Las agrupaciones neuronales
corticales con estructuras similares. La localización en módulos constituyen las unidades funcionales
precisa de estas áreas es de enorme interés, pues se de la corteza cerebral. La actividad de cada módulo
relacionan con funciones cerebrales muy concretas y es el equivalente a una actividad cerebral elemen-
definidas. La nomenclatura más utilizada es la nu- tal (receptiva o motora). La actividad coordinada
mérica de Brodmann, que delimita 52 áreas diferen- de varios módulos corresponde a una actividad ce-
tes basándose en su citoarquitectura. rebral compleja.

FIGURA 11-10
Esquema que muestra un corte frontal
del cerebro y seis módulos corticales.
Se han dibujado las células piramida-
les supragranulares en verdey las infra-
granulares en azul.
1 Cuerpo calloso.
2 Axones contralaterales.
3 Axones ipsolaterales.
4 Axones de proyección subcortical.
11 ESTRUCTURA GENERAL DE LAS VÍAS DE INFORMACIÓN O SENSITIVAS. ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DE LA CORTEZA CEREBRAL

Las aferencias corticocorticales son la base capa 4 de la corteza cerebral. Así, establecen sinap-
morfológica de la división en columnas. Para sis con las neuronas piramidales, bien de manera
comprender la organización de estas aferencias, directa bien a través de neuronas granulares. Los
es necesario dividir las neuronas piramidales en módulos corticales se sitúan en áreas receptoras cor-
dos grupos, tomando como línea de separación la ticales. Estas áreas pueden ser primarias o secun-
capa 4 (fig. 11-10). Denominamos células pirami- darias en razón de sus conexiones, de su papel fun-
dales supragranulares a las situadas por encima cional y de los resultados de su estimulación o
de esta capa, mientras que las situadas por debajo destrucción.
reciben el nombre de células piramidales infragra-
nulares. Los axones de las primeras son corti- e Las áreas receptoras primarias se caracterizan
cocorticales, conectando preferentemente con por recibir los axones procedentes de neuronas
columnas situadas en el mismo hemisferio (ip- asentadas en núcleos específicos del tálamo y me-
solaterales) o en el opuesto (contralaterales) tatálamo, y por tener una representación topográ-
(fig. 11-10). Los axones de las células piramidales fica distorsionada de la superficie receptora. La
infragranulares se proyectan fundamentalmente elaboración de la información que llega a los mó-
hacia zonas subcorticales, aunque algunas colate- dulos asentados en estas áreas corresponde a lo
rales axonales terminan en columnas contrala- que, en términos psicológicos, se conoce como
terales. Unas diez aferencias corticocorticales, la sensaciones. Entendemos por sensación el he-
mayor parte de la misma procedencia, penetran cho psíquico elemental de percatarse de las cuali-
juntas en la corteza cerebral y llegan hasta la dades sensibles elementales de los objetos, tales
capa 1, donde se ramifican radialmente. Estas afe- como rugosidad, dureza, frío o calor, color, soni-
rencias constituyen el eje sobre el que se organi- dos, sabores, olores, etc.
zan los demás componentes que forman la colum- e Las áreas receptoras secundarias reciben una
na o módulo cortical (fig. 11-10). doble conexión. Por un lado, les llegan los axo-
Además de las aferencias corticocorticales, los nes de las neuronas situadas en los núcleos de
módulos reciben otras aferencias. El contingente asociación y, por otro, reciben axones corticocor-
más importante corresponde a fibras procedentes ticales de neuronas piramidales asentadas en las
del tálamo, que alcanzan la capa 4 (fig. 11-9) don- áreas receptoras primarias. El procesamiento de
de se dividen en ramas horizontales. También exis- la información en estas áreas se corresponde con
ten aferencias de la formación reticular situada en lo que denominamos percepción (es decir, perca-
el tronco del encéfalo. Estas aferencias forman par- tarse de los objetos o tener conocimiento de
te de los sistemas monoaminérgicos que ejercen, ellos). De ahí el término de áreas gnósticas con el
como veremos más adelante, una importante fun- que también se designan.
ción de control sobre la actividad de los módulos La percepción es un acto muy complejo que
corticales. comprende la integración e interpretación de va-
Finalmente, debemos señalar que recientes es- rias sensaciones. Las sensaciones constituyen la
tudios neurofisiológicos, neuroanatómicos y de base de la percepción dado que sin ellas no es
análisis de imágenes han demostrado que la corteza posible percibir. Sólo después de recibir las sen-
cerebral debe concebirse como una estructura diná- saciones táctiles u ópticas de una pelota o cual-
mica tanto desde el punto de vista funcional como quier otro objeto, podemos detener una percep-
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

estructural. La corteza es capaz de adaptarse a cier- ción, esto es, el conocimiento de que se trata de
tas circunstancias funcionales o patológicas, sien- una pelota o un objeto determinado. En la per-
do por lo tanto una estructura dotada de cierta plas- cepción intervienen diversas funciones mentales,
ticidad. como la imaginación de los aspectos no paten-
tes del objeto percibido, el recuerdo de experien-
cias anteriores y la actualización de nociones
Áreas receptoras abstractas, que permiten la nominación del obje-
to percibido. La percepción no es una represen-
Los axones de las neuronas situadas en los nú- tación real del objeto, sino, en buena parte, una
cleos específicos o en los núcleos de asociación pe- representación elaborada a partir de experien-
netran en los módulos corticales y se ramifican en la cias anteriores.
IS TOPOGRÁFICA
SEGUNDA PARTE. ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTES

CONCEPTOS BÁSICOS EN LA PATOLOGÍA irritación o por drogas, produce alucinaciones ele-


DE LAS ÁREAS RECEPTORAS mentales, tales como visión de luces coloreadas,
ruidos, cosquilleos, picores, etc. La alucinación se
Aplicaremos ahora las ideas sobre la patología produce porque el área receptora primaria entra en
del SNC que expusimos en el capítulo 10 para esta- funcionamiento en ausencia de estímulos reales.
blecer los síntomas y conceptos básicos relativos a la Cuando las lesiones producen pérdida de la fun-
pérdida o distorsión de las funciones de las áreas ción de las áreas receptoras secundarias, el enfermo
corticales receptoras. tiene sensaciones pero no percepciones; es decir, pa-
Las lesiones, generalmente destructivas, que pro- dece agnosia. Por ejemplo, mediante el tacto o la
ducen la pérdida de la función de un área receptora vista se pueden tener sensaciones de las cualidades
primaria dan lugar a la imposibilidad de tener sen- elementales de una pelota (dureza, rugosidad, color,
saciones e, indirectamente, de percibir. Podemos forma, etc.) pero no puede integrar las diferentes
afirmar que el enfermo presenta una anestesia del sensaciones táctiles u ópticas, y no es capaz de reco-
tipo de la sensibilidad afectada. Empleamos aquí el nocer el objeto como una pelota. Dependiendo del
término anestesia en un sentido amplio, pues habi- área receptora secundaria afectada, al término ag-
tualmente se utiliza en sentido restrictivo para de- nosia se le añade un «epíteto». Así, hablamos de ag-
nominar la pérdida de funciones sensoperceptivas nosia táctil, visual, auditiva, etc. La distorsión de las
táctiles, térmicas y dolorosas. Cuando la pérdida funciones de un área receptora secundaria produce
sensoperceptiva afecta a las áreas receptoras prima- alucinaciones complejas. Son percepciones sin ob-
rias óptica o acústica, se denomina ceguera y sorde- jeto, puesto que el enfermo percibe un objeto, un
ra respectivamente. La distorsión de las funciones de paisaje o escucha frases sin que el objeto, el paisaje o
las áreas receptoras primarias, generalmente por los sonidos estén presentes.
CAPÍTULO 12

Vías de información somatoestésicas

Entendemos por somatoestesia la sensibilidad sensibilidad protopática tiene un carácter más pri-
de tipo general recogida en la piel, en estructuras os- mitivo, con una sensación difusa de «todo o nada».
teomusculares (músculos, tendones, articulaciones, Está relacionada con el dolor, la temperatura, las
ligamentos y periostio) y en las vísceras. La sensibili- sensaciones sexuales y viscerales, y las sensaciones
dad general incluye la sensibilidad propioceptiva y burdas de tacto y presión. Se piensa que la sensibili-
las sensaciones táctiles, térmicas, dolorosas, vibrato- dad epicrítica es filogenéticamente de adquisición
rias, sexuales y viscerales. Estas últimas se denomi- más reciente que la protopática.
nan cenestesia. El diseño morfológico de las vías somatoestési-
La sensibilidad táctil informa de la textura de los cas depende, en gran medida, de los requisitos fun-
objetos y de la presión que ejercen sobre la piel, así cionales. Las vías que procesan sensibilidad epicrí-
como del desplazamiento de un objeto sobre la su- tica deben tener un diseño que facilite la fidelidad
perficie cutánea. En este hecho se basa la capacidad de la conducción nerviosa, lo cual se consigue con
de reconocer letras o números dibujados en la piel fibras de conducción rápida y con poca convergen-
(grafestesia). cia y divergencia en los relés. Todo lo contrario
La sensibilidad propioceptiva informa sobre la ocurre en las vías que procesan sensibilidad proto-
posición y movimiento de las distintas partes del pática.
cuerpo (cinestesia). Junto con la táctil, permite sen- Con fines puramente didácticos, dividiremos las
tir el tamaño y la forma de los objetos que tenemos vías de información somatoestésica en dos grandes
en la mano (esterognosia). La información sobre la apartados:
posición de las falanges es esencial en este recono-
cimiento. 1. Vías somatoestésicas del tronco, cuello y extremi-
La sensibilidad general puede dividirse en dos ti- dades.
pos: protopática y epicrítica. Aunque esta división 2. Vías somatoestésicas del macizo craneofacial.
no es aceptada por todos los autores, es útil para
comprender el diseño de las vías de información so-
matoestésicas. Surge de las experiencias de sección
de un nervio cutáneo realizadas por Head y Rivers. 1 VÍAS SOMATOESTÉSICAS DEL TRONCO,
Esta maniobra da lugar al desarrollo de un área cu- CUELLO Y EXTREMIDADES
tánea donde desaparece totalmente la sensibilidad,
rodeada de una zona estrecha que conserva la sensi- Hay dos vías distintas que recogen la sensibilidad
bilidad únicamente para grados extremos de tempe- general: el tracto espinobulbotalámico, o vía de la
ratura, tacto y presión. columna posterior-lemnisco medial, encargado de
La sensibilidad epicrítica es refinada y discrimi- la transmisión de la información epicrítica, y el trac-
natoria, y se relaciona con las sensaciones táctiles fi- to espinotalámico, por el que se vincula la informa-
nas, vibratorias y propioceptivas. Por el contrario, la ción protopática.
MES] stcuna Parte ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Tracto espinobulbotalámico

Este tracto conduce información para la aprecia-


ción epicrítica de las sensaciones táctiles, vibrato-
rias, propioceptivas y de presión.
Las primeras neuronas se asientan en los gan-
glios espinales (fig. 12-1). Estas neuronas son mono-
polares, con una prolongación periférica cuyo extremo
terminal forma parte de mecanorreceptores situados
en la piel y en estructuras osteomusculares, y una pro-
longación central que penetra en la médula espinal
por las raíces posteriores y alcanza el cordón posterior.
Las fibras de las primeras neuronas son gruesas, mie-
linizadas y de conducción rápida (tipo Af o tipo II).
Una vez en el cordón posterior, cada fibra se di-
vide en dos ramas: una ascendente y otra descenden-
te. Las ramas descendentes terminan, después de un
trayecto corto, dando colaterales a la sustancia gris
medular. Estas ramas sirven para establecer refle-
jos medulares. Las ramas ascendentes se incorporan
al cordón posterior de la médula espinal, del que
constituyen el componente más importante. Las fi-
bras que penetran en la médula por debajo de T6 se
disponen en situación medial formando el fascículo
grácil o delgado (de Goll). Las que entran por enci-
ma de T6 se sitúan lateralmente, componiendo el
fascículo cuneiforme o de Burdach (fig. 12-1).
Dentro del cordón posterior existe una organi-
zación somatotópica que se produce porque, a su
entrada en la médula espinal, las fibras se adosan al
plano medial del asta posterior y, a medida que as-
cienden, son rechazadas hacia la línea media por las
fibras que se incorporan sucesivamente al cordón
posterior en mielómeros más altos. Esto da lugar a
una laminación. De esta manera, si consideramos
una sección de la médula espinal a nivel cervical alto,
las fibras más mediales son las que han penetrado
primero, a nivel de los segmentos sacrococcígeos; les
siguen las lumbares y torácicas, siendo las cervicales
las situadas más lateralmente. La representación so-
matotópica está distorsionada, ya que a las áreas de
piel (dermatomas) con mayor densidad de inervación FIGURA 12-1
les corresponde una extensión mayor que a aquellas Tracto espinobulbotalámico. Desde abajo hacia arriba se han
con menor densidad. Ello tiene gran importancia, representado cortes transversales que pasan por un segmento
medular, por dos niveles diferentes del bulbo, por el puente y
como veremos más adelante, para comprender los
por el mesencéfalo. También se ha representado un corte fron-
síntomas que aparecen en las lesiones parciales del tal de parte del hemisferio cerebral izquierdo. El homúnculo
cordón posterior. (Un dermatoma es el área de piel sensitivo se ha dibujado en azul.
inervada por el conjunto de fibras que penetran en la Primera neurona. Núcleo cuneiforme.
NnAg0N—

médula espinal por medio de una raíz posterior.) Fascículo grácil. Lemnisco medial.
000

Fascículo cuneiforme. Núcleo ventral posterolateral.


Las fibras ascendentes terminan estableciendo Núcleo ambiguo. Terceras neuronas.
sinapsis con las segundas neuronas situadas en los Núcleo grácil. Área somatoestésica primaria.
cb
12. VÍAS DE INFORMACIÓN SOMATOESTÉSICAS

núcleos grácil o delgado y cuneiforme. Estos nú-


cleos se localizan en el plano posterior de la porción
caudal del bulbo, siendo el primero más medial que
el segundo (figs. 12-1 y 12-2). Las conexiones se es-
tablecen observando una organización somatotópi-
ca idéntica a la del cordón posterior, con muy poca
convergencia y divergencia.
Los núcleos grácil y cuneiforme no son meros re-
lés, sino que tienen una gran importancia en la codi-
ficación de la información. Su actividad está contro-
lada por la corteza sensomotora, fundamentalmente
por medio del tracto corticoespinal.
Poco después de su origen, los cilindroejes de las
segundas neuronas se cruzan en una zona situada en
FIGURA 12-2
la porción caudal del bulbo, dorsalmente y un poco
Corte transversal que pasa por la porción caudal del bulbo a
por encima de la decusación motora: es la denomi- nivel de la decusación sensitiva.
nada decusación sensitiva o decusación de los 1 Decusación sensitiva. 5 Tracto espinal del trigémino.
lemniscos mediales (fig. 12-2). El cruzamiento es 2 Núcleo grácil. 6 Núcleo ambiguo.
masivo, aunque existe un pequeño contingente de fi- 3 Núcleo cuneiforme. 7 Lemnisco medial.
4 Núcleo espinal del trigémino. 8 Tracto corticoespinal.
bras directas (entre un 5 y un 10%).
A partir de la decusación sensitiva, los cilindroe-
jes ascendentes forman el lemnisco medial que, a de los segmentos cervicales, en la porción superola-
nivel bulbar, ocupa una zona triangular situada por teral. Las conexiones se realizan con poca conver-
detrás de las pirámides, en el espacio interolivar. En gencia y divergencia, conservando así la fidelidad
la protuberancia, el lemnisco medial adopta forma de la conducción y facilitando la discriminación. La
de cinta transversal, constituyendo el límite entre el actividad del núcleo ventral posterolateral está con-
pie y el tegmento. En el mesencéfalo, el lemnisco me- trolada por fibras corticotalámicas, que parecen
dial se sitúa en el tegmento, por fuera del núcleo ejercer sobre éste una actividad inhibidora.
rojo y dorsalmente con respecto a la sustancia ne- Los cilindroejes de las terceras neuronas ascien-
gra. Finalmente, después de pasar lateralmente con den hasta la corteza cerebral, atravesando el brazo
respecto a los núcleos subtalámicos, los lemniscos posterior de la cápsula interna, y terminan en las
mediales abordan lateralmente el núcleo ventral áreas somatoestésicas primarias 1 y II. Esta nu-
posterolateral del tálamo correspondiente. meración no indica una jerarquía; su designación
En su trayecto hasta el tálamo, los cilindroejes se debe al orden cronológico en que fueron descu-
conservan la organización somatotópica, aunque su biertas. Como veremos en el capítulo 17, estas áreas
disposición experimenta cambios con respecto al no son exclusivamente sensitivas, ya que también
cordón posterior. En el bulbo, las fibras proceden- pueden obtenerse respuestas motoras cuando se es-
tes del núcleo grácil (extremidad inferior y tronco) timulan eléctricamente. Por tanto, es mejor denomi-
se sitúan en posición ventrolateral, mientras que las narlas áreas sensomotoras (Sml y SmID).
del núcleo cuneiforme (extremidad superior y cue- El área Sml ocupa la mayor parte de la circunvo-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

llo) lo hacen en posición dorsomedial. Por encima lución poscentral (fig. 12-3). Citoarquitectónicamente
del bulbo, las fibras procedentes del cuello y la ex- está formada por las áreas 3, 1 y 2 de Brodmann, tres
tremidad superior ocupan la zona medial del lem- bandas alargadas que se disponen sucesivamente de
nisco, mientras que las procedentes del tronco y la delante hacia atrás. El área 3 puede subdividirse en
extremidad inferior ocupan la zona lateral. una zona anterior, denominada 3a, y una zona poste-
Las terceras neuronas se asientan en el núcleo rior en continuidad con el área 1, denominada 3b
ventral posterolateral del tálamo. Las conexiones (fig. 12-3). Las cuatro porciones del área SmI desem-
entre las segundas y terceras neuronas siguen una peñan un papel funcional distinto. El área 3a recibe
ordenación somatotópica. Las fibras que llevan la información procedente de las estructuras osteomus-
(O MASSON,

información de los mielómeros sacrococcígeos ter- culares (información propioceptiva). El área 3b reci-
minan en la zona más ventromedial del núcleo; las be información de la piel (información táctil). En el
| 138| SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

ne una base genética y muestra pequeñas diferencias


entre los individuos, no está establecida de manera
rígida. El aprendizaje puede modificar la extensión
con que está representada una zona corporal, de ma-
nera que aumenta la más utilizada. Por el contrario,
la amputación de una extremidad o de una de sus
partes suprime o reduce el área de su representación.
El área Smll es pequeña. Se sitúa en la porción
caudal de la circunvolución poscentral (fig. 12-3) y,
al igual que el área Sml, está organizada somatotó-
picamente. Curiosamente, el área SmiIl recibe afe-
rencias bilaterales.
El área somatoestésica secundaria corresponde
a las áreas 5 y 7 de Brodmanmn, situadas en el lobuli-
llo parietal superior y parte del inferior (fig. 12-3). El
área somatoestésica secundaria recibe aferencias
por medio de fibras corticocorticales procedentes de
las áreas 3, 1 y 2, y de fibras talamocorticales proce-
dentes del núcleo lateral dorsal del tálamo. Éste se
encuentra conectado con el núcleo ventral poste-
FIGURA 12-3 rolateral. En las columnas corticales de las áreas 5
Zonas de la corteza cerebral donde se sitúan las áreas soma-
y 7 se produce una elaboración compleja de la in-
toestésicas primaria y secundaria (Sml y Sml!l). En la porción formación. El resultado de esta actividad constituye
inferior se ha representado el hemisferio cerebral derecho el sustrato morfofuncional de las percepciones so-
visto por su cara superolateral. En la porción superior se matoestésicas. Estas áreas no parecen estar organi-
muestra la organización del área Sml en una sección parasa- zadas somatotópicamente.
gital a través de la circunvolución poscentral.

área 1 también se procesa la información procedente Tracto espinotalámico


de la piel, y en el área 2 se combinan la información
táctil y la propioceptiva. Esta vía transporta información de sensaciones
En las áreas 3, 1 y 2 de Brodmann existe una re- térmicas, dolorosas, protopáticas táctiles y de pre-
presentación somatotópica de la mitad corporal que, sión, prurito y cosquilleo, sensaciones de presión
debido a la decusación sensitiva, es contralateral. Así, de la vejiga urinaria y el intestino, y sensaciones
puede dibujarse sobre la circunvolución poscentral sexuales.
un homúnculo («hombrecillo») que adopta una pos- De toda esta amplia variedad de información pro-
tura que recuerda la de un atleta realizando un salto topática destaca, por su importancia médica, la infor-
de altura sobre el borde superior del hemisferio cere- mación dolorosa. Aunque todos tenemos la experien-
bral (fig. 12-1). El homúnculo (sería más apropiado cia personal de lo que es el dolor, es difícil definirlo.
llamado «hemihomúnculo») no sólo está distorsiona- El dolor es un fenómeno complejo con un importante
do por el hecho de que las regiones corporales con componente emocional de angustia, depresión y te-
mayor densidad de inervación tienen un área de re- mor. Podemos decir que el dolor es una sensación es-
presentación más extensa, sino por tener desgajados pecífica de displacer que tiene un sentido teleológico
los genitales, el macizo craneofacial y otras estructu- de protección del sujeto frente a las lesiones y la en-
ras (fig. 12-1). Lógicamente, la proyección del tracto fermedad. Se distinguen dos tipos de dolor. El deno-
espinobulbotalámico sobre la corteza cerebral se co- minado dolor rápido es punzante y agudo, y está bien
rresponde con las áreas donde están representadas localizado. Por el contrario, el dolor lento es urente,
las extremidades, el tronco y el cuello. sordo y difuso. Como veremos más adelante, estos
Datos experimentales y la utilización de los méto- dos tipos de dolor son transportados por subsistemas
dos de análisis de imágenes han puesto de manifies- diferentes del tracto espinotalámico, cuyo diseño
to que esta representación somatotópica, aunque tie- morfológico responde a sus características.
12. VÍAS DE INFORMACIÓN soMAToESTÉSICAS [EEN
Antes de comenzar la descripción del tracto espi- del lado opuesto (fig. 12-4). Las fibras por las que
notalámico, creemos necesario establecer un esque- discurren las sensaciones de prurito y cosquilleo, así
ma general de las estructuras que intervienen en el como las sensaciones cenestésicas y sexuales, son
procesamiento de la información dolorosa. Existen tanto cruzadas como directas. Así, la transmisión
tres niveles diferentes: de esta información es bilateral, lo cual reviste inte-

+ Unnivel básico formado por el tracto espinotalá-


mico, con tres subsistemas, que tiene asociado
un mecanismo modulador. En este capítulo nues-
tra atención se centrará en este nivel.
e La sensación dolorosa se realiza en estado cons-
ciente o vigil; de ahí que la anestesia general su-
prima el dolor. En el capítulo 21 veremos cómo la
formación reticular es la estructura básica en el
control de la conciencia.
e El tercer nivel, aunque tal vez no el último, está
constituido por el lóbulo límbico, que es el sopor-
te morfológico de las emociones. Realizaremos
su estudio en el capítulo 23.

Las primeras neuronas del tracto espinotalámi-


co se asientan en los ganglios espinales. Los recep-
tores son mecanorreceptores y terminaciones libres
situadas en la piel, estructuras osteomusculares y
vísceras. Las terminaciones libres son nociceptores
polimodales que responden a diversos estímulos, ya
sean mecánicos, térmicos o químicos.
Las fibras nerviosas son delgadas y pertenecen a
los tipos AS y C. Las primeras transportan el dolor
rápido, mientras que las segundas transportan el do-
lor lento. El resto de la información sensitiva que
recoge este tracto transita por ambos tipos de fibras.
El glutamato es el principal neurotransmisor de las
fibras AS y C. Estas últimas también producen neu-
ropéptidos, especialmente sustancia P, que parecen
potenciar la acción del glutamato.
Una vez las ramas centrales de las primeras neu-
ronas han penetrado en la médula espinal, y después
de un corto trayecto siguiendo el vértice del asta
posterior, hacen sinapsis con las segundas neuro-
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

nas situadas en el núcleo gelatinoso de Rolando y FIGURA 12-4


en núcleos del asta posterior. Las fibras Ad termi- Tracto espinotalámico. De abajo arriba se han dibujado cortes
transversales de un segmento medular y de la mitad izquierda
nan en las neuronas de las láminas 1 y V, mientras
del bulbo, el puente y el mesencéfalo, Además, se ha dibujado
que las fibras C lo hacen sobre las situadas en las lá- un corte frontal de parte del hemisferio cerebral izquierdo. En
minas VI a VIII. Es posible que estas conexiones no azul se ha representado el subsistema neoespinotalámico, en
sean directas sino que se realicen por medio de in- verde el paleoespinotalámico y en rojo el espinorreticular. En la
terneuronas, lo cual podría explicar la dispersión de hemimédula derecha se muestra la organización somatotó-
pica del tracto espinotalámico y en la izquierda la del tracto
las señales que se produce en este relé.
espinobulbotalámico.
Los cilindroejes de las segundas neuronas se
1 Mielómeros sacrococcígeos. 4 Neuronas de la formación reticular.
cruzan en la comisura gris (90 a 95%) pasando a 2 Mielómeros cervicales. 5 Núcleos intralaminares.
ocupar el cordón anterolateral de la hemimédula 3 Lemnisco espinal. 6 Núcleo ventral posterolateral.
MET] —sesunba PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO
CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFIC)

rés medico para comprender cómo esta información e Fibras espinorreticulares. Están formadas por
se conserva en casos de lesión unilateral del tracto. axones de neuronas ubicadas en las láminas VI a
El cruzamiento es difuso a lo largo de toda la mé- VIII. Cuando alcanzan el tronco del encéfalo por
dula espinal y no tiene lugar en planos horizontales, medio del tracto espinotalámico terminan en la
sino en trayectos oblicuos de longitud variable que formación reticular. Desde ese punto, la informa-
comprenden desde el mielómero suprayacente hasta ción discurre hacia arriba, formando una cadena
cuatro o cinco mielómeros más craneales. multisináptica de localización difusa, hasta los
Los cilindroejes de las segundas neuronas ascien- núcleos intralaminares del tálamo. Transporta la
den por los cordones lateral y anterior formando el misma información que el tracto paleoespinota-
tracto espinotalámico, separado de la superficie lámico. Algunos autores incluyen las fibras espi-
medular por los tractos espinocerebelosos. El tracto norreticulares dentro de este subsistema.
espinotalámico se sitúa inmediatamente por delante
de la inserción del ligamento dentado, que constituye Los cilindroejes de las terceras neuronas, asen-
una importante referencia quirúrgica para realizar tadas en el núcleo ventral posterolateral del tála-
su sección (cordotomía) en enfermos con dolor re- mo, atraviesan el brazo posterior de la cápsula in-
sistente a otros tratamientos. terna y terminan en las áreas corticales SmI y Smíl,
El tracto espinotalámico presenta una clara so- y en las áreas 5 y 7 de Brodmann. Estudios funcio-
matotopía. Las fibras procedentes de los mielómeros nales realizados en seres humanos con métodos de
inferiores (sacrococcígeos) se sitúan superficialmen- análisis de imágenes parecen indicar que otras zo-
te y en un plano posterior, mientras que las proce- nas de la corteza cerebral, especialmente las porcio-
dentes de los mielómeros altos (cervicales) se locali- nes anteriores de la circunvolución del cíngulo y del
zan en profundidad y en un plano ventral (fig. 12-4). lóbulo de la insula, también participan en el proce-
En el bulbo, el tracto espinotalámico se sitúa en samiento de la información dolorosa.
la porción lateral del tegmento, inmediatamente por El papel de estas áreas corticales en el procesa-
detrás del núcleo olivar inferior. En el puente y en el miento del dolor no está claro, ya que existen datos
mesencéfalo forma el lemnisco espinal, haz mielini- contradictorios. Por un lado, los registros eléctricos
zado que se apoya sobre el borde externo del lemnis- han demostrado la existencia de módulos corticales
co medial, del cual es difícilmente separable. El lem- que procesan información nociceptiva. Por otro, la
nisco espinal tiene una organización somatotópica, destrucción selectiva de las áreas Sml y Smil, en
pero su conocimiento no reviste importancia médica. aquellos casos en que el dolor no responde a los tra-
En su trayecto por el tronco del encéfalo, se sepa- tamientos, por lo general no produce analgesia.
ran los diferentes tipos de fibras que habían discurri- Los núcleos reticulares talámicos en los que ter-
do entremezcladas por la médula espinal. Por su ori- minan el tracto paleoespinotalámico y las fibras es-
gen, destino y tipo de sensaciones que transportan, pinorreticulares se proyectan difusamente por toda
pueden distinguirse tres subsistemas (fig. 12-4). la corteza cerebral. Para entender el componente
emocional del dolor tienen especial importancia las
e Tracto neoespinotalámico. Está formado por las proyecciones sobre el lóbulo límbico.
fibras procedentes de las neuronas asentadas en Debemos destacar que en los tres subsistemas, y
las láminas 1 y V de Rexed. Constituye el compo- muy especialmente en los dos últimos, se produce
nente fundamental del lemnisco espinal. Termi- una gran dispersión de los impulsos nerviosos a ni-
na en el núcleo ventral posterolateral del tálamo. vel de los relés, lo que explica que sólo permitan rea-
Transporta información térmica, táctil y de pre- lizar discriminaciones de tipo grosero.
sión burda, y dolor rápido.
e Tracto paleoespinotalámico. Está constituido por
parte de los cilindroejes de las neuronas localiza- Mi MECANISMOS DE MODULACIÓN DEL DOLOR
das en las láminas VI a VIII. Discurre formando
parte del lemnisco espinal (al parecer en su por- La conducción de la información del dolor está
ción más medial). Termina en los núcleos intrala- modulada por un sistema inhibidor en cuya estruc-
minares del tálamo. Transporta información de tura distinguimos tres niveles diferentes: inferior o
dolor lento, sensaciones viscerales y sexuales, y medular, medio o troncoencefálico y superior o cor-
sensaciones de prurito y cosquilleo. ticohipotalámico (fig. 12-5).
12 VÍAS DE INFORMACIÓN somaToEsTÉSICAS KEI

e El control a nivel medular se realiza en la sus-


tancia gelatinosa de Rolando (lámina II). La esti- Corteza cerebral
mulación periférica de las fibras gruesas de las Hipotálamo
primeras neuronas del tracto espinobulbotalá-
mico da lugar a que las neuronas Golgi II, situa- E
Hipófisis
das en la sustancia gelatinosa, produzcan un
efecto inhibidor sobre el primer relé del tracto es-
pinotalámico (control de la puerta de entrada de 10
Melzak y Wall). Aunque se sabe que las fibras BZ 11 SY
gruesas del tracto espinobulbotalámico dan co- GÓ m3
laterales al asta posterior antes de formar parte + ES
del cordón posterior, no se conocen con precisión E
los circuitos neuronales responsables del efecto L
inhibidor sobre el dolor. Sin embargo, este efec- E
to puede utilizarse en la práctica clínica para tra-
tar dolores crónicos. El método se denomina esti-
mulación eléctrica transcutánea (ENET). También
puede explicar los efectos de la acupuntura so-
bre el dolor, o el efecto inhibidor de la estimula-
ción cutánea repetida sobre la zona dolorida.
e Enel tronco del encéfalo existen grupos neuro-
nales cuya estimulación produce una modula-
ción del dolor. Los más importantes son la sus-
tancia gris central, el núcleo magno del rafe, el
núcleo gigantocelular y el locus caeruleus.
- La sustancia gris central es un conjunto de neu-
ronas que forman una especie de manguito alre-
dedor del acueducto cerebral. Contienen una
serie de neurotransmisores entre los que se en-
cuentra la serotonina, el ácido gamma-aminobu-
tírico (GABA), la sustancia P y opioides endóge-
nos. Estos últimos son una familia de péptidos en
que se distinguen tres grupos principales: encefa-
linas, endorfinas y dinorfinas, que actúan inter-
accionando con diferentes tipos de receptores. La
morfina, fármaco fundamental en el tratamiento
del dolor, es un potente agonista de estos recepto-
res, siendo la naloxona un antagonista. Los opioi-
des endógenos parecen desempeñar un papel FIGURA 12-5
importante en la analgesia producida por la esti--. Esquema de las estructuras moduladoras del dolor. Visión
mulación de la sustancia gris central. posterior de un corte transversal de un segmento medular y
La sustancia gris central recibe aferencias del tronco del encéfalo. Los signos + /- indican el efecto pro-
(fig. 12-5) de la corteza cerebral, en especial del e por la estimulación de la estructura correspondiente.
n verde oscuro se han representado las estructuras serotoni-
lóbulo límbico, del hipotálamo y del tracto espi- nérgicas, en rojo las adrenérgicas y en azul las productoras
notalámico (fibras espinomesencefálicas). Asu de opioides endógenos.
vez, envía fibras descendentes a los núcleos de 1 Colaterales de las primeras neuronas 5 Núcleo gigantocelular.
la formación reticular. Parece controlar el do- del tracto espinobulbotalámico. 6 Núcleo magno del rafe.
; : s 2 Neuronas de la sustancia 7 Locus caeruleus.
lor mediante un doble mecanismo: estimulando gelatinosa. 8 Sustancia gris central.
neuronas reticulares que son inhibidoras y libe- 3 paa neuronas del tracto 9 Fibras da
, o A Ls ai espinotalámico. espinomesencefálicas.
rando opioides endógenos al líquido cefalorra- 4 vías bulboespinales 10 Sustancia pega:
quídeo. serotoninérgicas. 11 Núcleo rojo.
KEY] —sesunba Parte ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

- Los núcleos magno del rafe y gigantocelular son den variar correspondientemente la intensidad de
agrupaciones neuronales serotoninérgicas perte- la modulación.
necientes a la formación reticular (v. cap. 22) que Los sistemas moduladores señalados no sólo ac-
se sitúan a caballo entre el bulbo y la protuberan- túan sobre la vía que transporta información dolo-
cia. El primero se sitúa en la línea media, mien- rosa para el tronco, cuello y extremidades, sino que
tras que el segundo pertenece a la fibra interme- también lo hacen sobre aquellas que llevan infor-
dia de los núcleos reticulares. mación nociceptiva del macizo craneofacial.
- El locus caeruleus es un núcleo noradrenérgico
(v. cap. 22) situado cerca del suelo del IV ven-
trículo, en la porción superior o protuberancial. Ñ1 CONSIDERACIONES CLÍNICAS SOBRE
La noradrenalina producida por el locus caeru- LA ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DE LAS VÍAS
leus ejerce un efecto inhibidor sobre la sustancia DE INFORMACIÓN SOMATOESTÉSICAS
gris central (fig. 12-5). DE TRONCO, CUELLO Y EXTREMIDADES
Las estructuras troncoencefálicas moduladoras La organización funcional de los tractos espino-
del dolor tienen un efecto inhibidor sobre el nivel bulbotalámico y espinotalámico permite compren-
medular por medio de proyecciones serotoninérgi- der los síntomas que aparecen tras su lesión selecti-
cas bulboespinales descendentes (v. cap. 22). Del nú- va, al tiempo que hacen posible precisar el nivel del
cleo magno del rafe parte un tracto dorsal que dis- SNC donde se sitúa la lesión.
curre por el cordón lateral de la médula espinal y Las lesiones unilaterales del cordón posterior in-
termina sobre las neuronas de las láminas I, II y V terrumpen el tracto espinobulbotalámico y dan lu-
(algunas de las cuales producen encefalinas y tienen gar a que aparezcan una serie de síntomas por deba-
receptores opiáceos), modulando las entradas noci- jo de la lesión. Los síntomas son homolaterales dado
ceptivas, las térmicas y las táctiles burdas. Esta mo- que todavía no se ha producido la decusación sen-
dulación se realiza por medio de la serotonina (5-hi- sitiva. Si determinamos el lugar de transición entre
droxitriptamina o 5-TH). los dermatomas afectados y no afectados, podremos
El control a nivel hipotalámico y cortical se ejer- precisar a qué altura se ha producido la lesión.
ce por medio de conexiones (directas o indirectas) En los dermatomas afectados sólo se conservará
con los niveles medulares y troncoencefálicos. Ya he- la información recogida por el tracto espinotalá-
mos señalado que el tracto corticoespinal tiene cola- mico (sensibilidad protopática táctil y de presión,
terales que terminan modulando los relés de las vías dolor y temperatura). Se pierde la capacidad de dis-
de información. Estas conexiones pueden explicar la tinguir la estimulación producida por dos puntos
supresión del dolor en sujetos sometidos a situacio- próximos entre sí aplicados sobre la piel, lo que se
nes estresantes, como es el caso de aquellos con una conoce como prueba de Weber. También se pierden
fuerte excitación emotiva o con grandes heridas, que la estereognosia, la grafestesia y la sensibilidad vi-
no están afectados por el dolor como sería de espe- bratoria. Para explorar esta última, se aplica el
rar. Se ha demostrado experimentalmente que la mango de un diapasón (pieza de metal en forma de
analgesia por estrés es un fenómeno mediado por «Y» que se hace vibrar mediante un golpe) sobre
hormonas, al menos parcialmente, ya que la extir- zonas de piel próximas al periostio (prominencias
pación de la hipófisis atenúa el fenómeno. Por otro óseas). Dado que se pierde la transmisión de los
lado, la memorización de experiencias dolorosas impulsos propioceptivos, fundamentales para la
previas intensifica la apreciación subjetiva de nuevas realización correcta de las tareas motoras, el suje-
experiencias dolorosas, al tiempo que incrementa el to presenta alteraciones de la coordinación motora
componente emocional. La corteza prefrontal inter- (ataxia), no siendo capaz, cuando cierra los ojos, de
viene en el control del dolor mediante un efecto inhi- reconocer en qué posición se encuentra una extre-
bidor sobre el nivel medular y parece desempeñar un midad y en qué sentido se mueve. La lesión a nivel
papel importante en la analgesia por placebos. del lemnisco medial produce los mismos síntomas
Los tres niveles moduladores se retroalimentan que acabamos de mencionar. La diferencia es que,
por medio de los subsistemas del tracto espinotalá- dado que ya se ha producido el cruzamiento de la
mico, que les informa de la intensidad del tren de vía, los síntomas aparecen en el lado contralateral
impulsos que discurren por él. De esta manera pue- al lesionado.
12 VÍAS DE INFORMACIÓN somatoEsTésIcAs [EEBN

La proximidad del cruzamiento de la vía proto-


pática al conducto central del epéndimo hace que
esta zona de la médula sea un punto frecuente de
localización de lesiones. En ocasiones se forman ca-
vidades patológicas en la comisura gris, lo que se co-
noce como siringomielia (fig. 12-7). La lesión daña
las fibras que se están cruzando y afecta a los der-
matomas situados a nivel de la lesión o ligeramente
por debajo de ésta (recuérdese el trayecto oblicuo de
las fibras en este punto). La lesión es bilateral. Si la
interrupción de la vía se produce en los cordones la-
FIGURA 12-6 teral y anterior (fig. 12-8), la disociación de la sen-
Corte transversal de la médula espinal a nivel torácico de un sibilidad interesa los dermatomas situados por de-
enfermo con tabes dorsal. Obsérvese la desmielinización de bajo de la lesión. Dado que la vía ya está cruzada, la
los cordones posteriores (1). Comparar con el aspecto normal pérdida de información es contralateral. Lo mismo
de los cordones anteriores (2) y laterales (3). Tinción con el ocurre en las lesiones del lemnisco espinal o en las
método de Weigert.
de cualquier otro punto de la vía situado por enci-
ma del cruzamiento medular.
Una afectación grave del cordón posterior se pro-
duce en la tabes dorsal (fig. 12-6), un síndrome ob-
servado con relativa frecuencia en los casos de in- 11 VÍAS SOMATOESTÉSICAS DE LA CABEZA
fección sifilítica grave. En estos pacientes se produce
una lesión bilateral del tracto espinobulbotalámico. Distinguimos dos vías que transportan la sensi-
El enfermo presenta el signo de Romberg, que con- bilidad general de la cabeza: el tracto trigeminota-
siste en la incapacidad de mantenerse de pie sin caer lámico o lemnisco trigeminal y el tracto solitario-
al suelo al cerrar los ojos, por pérdida de la informa- talámico.
ción propioceptiva de las extremidades inferiores.
Las lesiones selectivas del tracto espinotalámico
producen una disociación de la sensibilidad. Se con- Tracto trigeminotalámico
serva la información vinculada por el tracto espino-
bulbotalámico, pero se pierde la sensibilidad termo- Es la vía somatoestésica más importante de la ca-
algésica. beza, tanto por el extenso territorio periférico donde
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 12-7 FIGURA 12-8


Corte transversal de la médula espinal de un enfermo con si- Corte transversal de la médula espinal de un enfermo con es-
ringomielia. La sustancia gris medular (1) aparece distorsio- clerosis múltiple con desmielinización de los cordones ante-
nada por la presencia de una gran cavidad (2) que interrum- riores (1) y laterales (2). Salvo el tracto espinobulbotalámico
(3), todos los tractos nerviosos que discurren por la médula
( MASSON,

pe las fibras del tracto espinotalámico que se cruzan a ese


nivel. El asta posterior (3) está intacta. Tinción con el método espinal, incluido el tracto espinotalámico, se encuentran afec-
de Klúver-Barrera. (Cortesía del Prof. J.A. Berciano.) tados. Tinción con el método de Weigert.
AE SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 12-9
Esquema de la organización del
tracto trigeminotalámico. Corte fron-
tal del hemisferio cerebral izquierdo
y del tronco del encéfalo. Junto al
área 3-1-2 se ha representado la
disposición de la porción cefálica
del homúnculo sensitivo. En verde
se han dibujado las fibras que trans-
portan información termoalgésica,
en rojo las de la información táctil
epicrítica y en azul las de la sensi-
bilidad propioceptiva.
1 Porción caudal del núcleo espinal.
Tracto espinal.
Porción interpolar del núcleo espinal.
000040

Porción oral del núcleo espinal.


Ganglio trigeminal.
Ganglios del X.
Ganglios del IX.
Ganglio del VII.
Núcleo pontino del Y.
10 Núcleo mesencefálico del V.
11 Núcleo ventral posteromedial.
12 Núcleos intralaminares.

se asientan los receptores como por las modalidades Las fibras delgadas (tipos A3 y C), que recogen
sensitivas que conduce. impulsos termoalgésicos, penetran en el tronco del
Las primeras neuronas, con la excepción que encéfalo por el origen aparente de los nervios cra-
señalaremos más adelante, se asientan fundamen- neales V, VIT, IX y X. Las procedentes del ganelio tri-
talmente en el ganglio trigeminal, en el ganglio ge- geminal, que son las más numerosas e importantes,
niculado (VII) y en los ganglios sensitivos de los descienden hacia el bulbo y los primeros segmentos
nervios glosofaríngeo (IX) y vago (X) (fig. 12-9). cervicales, formando el tracto espinal del nervio
Las prolongaciones periféricas de estas neuronas trigémino (figs. 12-9 y 12-10); a éste se incorpora el
forman parte de los receptores situados en los terri- pequeño contingente de fibras del mismo tipo pro-
torios cutáneos, mucosos (fosas nasales, boca, len- cedentes de los nervios VII, IX y X. El tracto está or-
gua, conjuntiva ocular y oído medio) y meníngeos ganizado somatotópicamente de modo que las fibras
(duramadre craneal), en las piezas dentarias y en los procedentes del ramo oftálmico son las más ventra-
músculos y articulaciones del macizo craneofacial. les y descienden más caudalmente, las procedentes
Las prolongaciones centrales tienen, de acuerdo con del ramo mandibular son las más dorsales y rostra-
su diámetro y el tipo de sensibilidad que transpor- les, y las del ramo maxilar ocupan una posición in-
tan, dos destinos diferentes. termedia. Estos datos tienen interés médico ya que
12 VÍAS DE INFORMACIÓN SOMATOESTÉSICAS [EA

Una zona especial de esta vía es el núcleo me-


sencefálico del trigémino. Este núcleo es una co-
lumna delgada situada en posición lateroventral
con respecto al acueducto del mesencéfalo. Sus
neuronas difieren radicalmente de las ubicadas en
los otros niveles, ya que son neuronas monopolares
similares a las que se encuentran en los ganglios
sensitivos (fig. 12-9). En realidad, representan las
primeras neuronas de la vía de información pro-
pioceptiva de la cabeza. Las prolongaciones periféri-
cas de estas neuronas se incorporan a la raíz sensi-
tiva del trigémino y, después de atravesar el ganglio
trigeminal, llegan a los músculos masticadores,
dientes, articulación temporomandibular y mem-
brana periodontal, donde enlazan con los recepto-
res sensitivos correspondientes.
El núcleo mesencefálico recoge toda la sensibili-
FIGURA 12-10 dad propioceptiva de la cabeza, incluidos los múscu-
Corte transversal a nivel del límite entre el bulbo y la médula los extrínsecos oculares, los de la mímica y los de la
espinal. Tinción con el método de Weigert. Obsérvese que la lengua. No se sabe con precisión cómo llegan estos
porción caudal del núcleo espinal del trigémino (1) se conti- impulsos hasta el núcleo. En el caso de los músculos
núa con el asta posterior de la médula espinal (2). También se
extrínsecos oculares, parece ser que las fibras pueden
muestra el tracto espinal del trigémino (3).
pasar al trigémino gracias a las uniones nerviosas
que se establecen a nivel del seno cavernoso. Ade-
permiten realizar tractotomías selectivas en casos de más, la primera neurona para la sensibilidad pro-
neuralgia del trigémino que no responde a otros tra- pioceptiva de los músculos extrínsecos oculares pa-
tamientos. rece situarse en el ganglio trigeminal, mientras que la
El tracto termina en el núcleo espinal del trigé- segunda se asentaría en el núcleo mesencefálico.
mino, que es una columna alargada que se extiende Los cilindroejes de las segundas neuronas (pri-
en toda la longitud del bulbo, penetrando en la parte meras en el caso del núcleo mesencefálico) se cruzan
alta de la médula espinal donde se funde gradual- en un 90-95 % a diferentes alturas del tronco del en-
mente con el asta posterior (figs. 12-2 y 12-9). Cito- céfalo, constituyendo el lemnisco trigeminal o trac-
arquitectónicamente se subdivide, de arriba abajo, to trigeminotalámico, que asciende hacia el tála-
en tres partes: oral, interpolar y caudal (fig. 12-9). Las mo adosado al plano posterior del lemnisco medial
dos primeras están al servicio de reflejos trigemina- para terminar en el núcleo ventral posteromedial
les (parpadeo, lagrimeo y salivación). Las neuronas (fig. 12-9). Este núcleo recibe impulsos nerviosos
asentadas en la porción caudal procesan la infor- provenientes del núcleo caudal, los cuales también
mación termoalgésica de la cabeza. Así, el núcleo es llegan a los núcleos intralaminares (fig. 12-9) por
similar, tanto en estructura como en función, al asta medio de conexiones que establecen los cilindroejes
posterior de la médula espinal. con la formación reticular en su ascenso hacia el tá-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Las fibras gruesas (tipo Af), que transportan in- lamo. Estas últimas fibras llevan la información del
formación táctil epicrítica, una vez han penetrado dolor lento, mientras que las que terminan en el nú-
en el tronco del encéfalo, terminan en el núcleo cleo ventral posteromedial transportan la informa-
pontino del trigémino (fig. 12-9). Este núcleo es ción del dolor rápido.
una masa redondeada, situada en el tegmento del Los cilindroejes de las terceras neuronas (se-
puente cerca del núcleo motor, en la que hay una re- gundas en el caso de la sensibilidad propioceptiva),
presentación somatotópica de la cabeza que está in- asentadas en el núcleo ventral posteromedial, pasan
vertida, con las estructuras peri e intraorales, que por el brazo posterior de la cápsula interna y alcan-
son las más extensamente representadas por su gran zan las áreas SmI y Smll en las zonas donde está re-
(GH MASSON,

densidad de inervación, localizadas en la zona me- presentada la cabeza y la lengua (fig. 12-9). Los im-
diodorsal del núcleo. pulsos también llegan a las áreas 5 y 7. Como ya
MEF] stcunoa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS

sabemos, la representación de la cabeza en estas denominado tracto solitario, que se extiende a lo


áreas está desgajada del resto del organismo y se ha- largo del bulbo y termina en el núcleo solitario.
lla en posición normal, contrariamente al tronco y Este núcleo tiene forma de maza, con el extremo
extremidades, que están invertidos. La lengua se si- grueso en la parte superior, y se extiende por casi
túa por debajo de la cabeza. La zona perioral es la toda la longitud del bulbo. Su posición es ligera-
que tiene una mayor representación. mente oblicua, de manera que los extremos infe-
riores de ambos núcleos están más próximos a la
línea media que los superiores. Ambos núcleos ocu-
Tracto solitariotalámico pan una posición próxima a la superficie del suelo
del IV ventrículo. La terminación de las ramas cen-
Transporta la información cenestésica de la ca- trales se hace ordenadamente, de manera que las
beza y la procedente de los quimiorreceptores y ba- aferencias procedentes del facial son las más cra-
rorreceptores situados en el glomus carotídeo, seno neales y las vagales las más caudales, ocupando las
carotídeo y arco de la aorta. Esta información tiene procedentes del nervio glosofaríngeo una posición
gran importancia para regular los ritmos cardíaco y intermedia.
respiratorio, así como la presión arterial. El comportamiento de los cilindroejes de las se-
Las primeras neuronas se sitúan en los gan- gundas neuronas no está totalmente aclarado. Al
glios sensitivos de los nervios craneales VII, IX y parecer son tanto directas como cruzadas, y alcanzan
X. La rama periférica se articula con los receptores el tálamo siguiendo un trayecto similar al del lem-
sensitivos correspondientes situados en las vísce- nisco trigeminal. En la parte más caudal de las áreas
ras inervadas por estos nervios. Las ramas centrales Sml y SmlT hay una representación visceral a la que
penetran en el tronco del encéfalo y forman un haz deben llegar las fibras de las terceras neuronas.
En este capítulo estudiaremos las vías gustativa Existe habitualmente una cierta confusión sobre
y olfatoria. Ambas tienen una serie de rasgos en co- el sentido del gusto ya que, junto a los estímulos es-
mún. En primer lugar, poseen quimiorreceptores trictamente gustativos, se incluyen otros dos: los ol-
destinados a detectar las cualidades de los alimentos fatorios, procedentes de las partículas de los alimen-
y del aire. Contribuyen así a la calidad de vida, in- tos en suspensión en el aire, y los estímulos de las
formándonos de la presencia de sustancias tóxicas, terminaciones libres de los nervios craneales que
- lo cual puede resultar vital. Además, se sitúan en dos inervan la mucosa lingual, producidos por sustan-
cavidades, la bucal y la nasal, que están comunica- cias irritantes (picantes).
das entre sí. El gusto se ayuda de la olfacción y de la La vía gustativa posee quimiorreceptores espe-
inspección visual en el reconocimiento y selección cializados llamados botones gustativos. Se sitúan
de los alimentos. El estado emocional de placer o fundamentalmente en la lengua, pero también en el
displacer guía la selección tanto de los alimentos paladar blando, arco palatogloso, dorso de la epi-
como del aire que respiramos. De ahí que estas vías elotis y pared posterior de la orofaringe. Se ha cal-
tengan importantes conexiones con el cerebro límbi- culado que existen en la lengua alrededor de unos
co. Por último, las células receptoras de estas dos 5.000 botones gustativos, decreciendo su número
vías son similares a auténticas neuronas modifica- con la edad. Su distribución no es homogénea. Son
das con capacidad de renovarse por lo que son, es- muy abundantes en la porción posterior y en los
pecialmente en el caso de la olfacción, un interesan- bordes de la lengua, donde se concentran en las pa-
te modelo biológico de regeneración neuronal. pilas linguales fungiformes, foliadas y circunvaladas
o caliciformes. Faltan en la porción central del dorso
lingual y en las papilas filiformes.
Ñ VÍA GUSTATIVA Los botones gustativos son estructuras pirifor-
mes situadas en el espesor de la mucosa correspon-
Entendemos por sentido del gusto el conjunto de diente (fig. 13-1). Miden unos 80 ¡um de altura y
sensaciones originadas por el estímulo de los boto- 40 ¡um de diámetro, estando comunicados por un
nes gustativos, que permiten distinguir cuatro sabo- pequeño orificio, el poro gustativo, con la cavidad
res básicos: salado, dulce, ácido y amargo. Algunos bucofaríngea. Están formados por agrupaciones de
autores incluyen dos sabores más: el del glutamato 50 a 150 células epiteliales que, en cortes longitudi-
sódico o sabor umami (proviene del japonés y sig- nales, adoptan una forma semilunar. Sus extremos
nifica delicioso) y el metálico. Es probable que exis- apicales tienen microvellosidades donde se asientan
tan otros sabores básicos que todavía no se cono- los receptores gustativos de membrana, y conver-
cen bien. gen en una pequeña cavidad en comunicación con el
La mayoría de los estímulos gustativos corres- poro gustativo (fig. 13-2). Esta cavidad está ocupa-
ponden a moléculas hidrófilas no volátiles, solubles da por un material extracelular rico en glucoproteí-
en la saliva. nas y de gran importancia en la fisiología gustativa.
engrosamiento asimétrico de la membrana celular y
vesículas presinápticas, donde establecen contacto
con las terminaciones nerviosas. Además, generan
potenciales de acción.
Las células receptoras se renuevan constante-
mente (tienen una vida media de unos 10 días) a ex-
pensas de las células madre, que tienen forma re-
dondeada y se disponen basalmente. Las células
nuevas deben conectarse durante el proceso de dife-
renciación con las fibras nerviosas, que son las que
determinan la sensibilidad de las células receptoras
para ciertas sustancias químicas. Además, las fibras
nerviosas actúan tróficamente sobre las células re-
ceptoras y son capaces de inducir la formación de
botones gustativos en la mucosa lingual.
FIGURA 13-1 Para que las células receptoras se estimulen es
Microfotografía electrónica de transmisión de un botón gusta- necesario que las sustancias ingeridas se disuelvan
tivo. El plano de corte pasa por el poro (flecha gruesa), que en la saliva y puedan atravesar el poro gustativo y el
se halla ocupado parcialmente por material extracelular. Aste- material extracelular subyacente. El sistema gustati-
risco, células blásticas; T/, T/l, T/!l, tipos diferentes de célu- vo utiliza una amplia variedad de mecanismos para
las receptoras; flecha fina, microvellosidades. (Cortesía del
Prof. C.A. Chamorro.)
distinguir entre las distintas sustancias. En unos ca-
sos las sustancias pueden activar directamente dife-
rentes canales iónicos. En otros casos los efectos
gustativos son indirectos, estando mediados por re-
ceptores de membrana que activan la adenilato ci-
clasa a través de proteínas G.
Algunas zonas de la lengua reaccionan más inten-
samente que otras a los sabores primarios (fig. 13-3).
Así, en el vértice se aprecian mejor los sabores sala-
do y dulce, la porción posterior tiene mayor sensibi-
lidad para las sustancias amargas, y en los bordes se
aprecia mejor el sabor ácido.
Las primeras neuronas se sitúan en el ganglio
geniculado del nervio facial y en los ganglios sen-
sitivos inferiores de los nervios glosofaríngeo y
vago (fig. 13-3). Las prolongaciones periféricas
FIGURA 13-2 correspondientes al nervio facial inervan los botones
Visiones panorámica (A) y detallada (B) de la superficie de gustativos situados en los dos tercios anteriores de la
una papila caliciforme humana obtenidas con un micros- lengua y del paladar blando. Las del nervio glosofa-
copio electrónico de barrido. Se observan numerosos poros ríngeo inervan los ubicados en el tercio posterior de
gustativos. La flecha señala las microvellosidades del polo
la lengua y en la faringe. Las vagales inervan los bo-
apical del epitelio receptor.
tones localizados en la epiglotis. Las prolongacio-
nes centrales penetran en el tronco del encéfalo y,
Dentro de cada corpúsculo gustativo se distinguen formando parte del tracto solitario, alcanzan el ter-
tres tipos celulares básicos: células receptoras, célu- cio superior del núcleo solitario, denominado nú-
las de sostén y células madre o blásticas. cleo gustativo (fig. 13-3).
Las células receptoras, de las que pueden dis- Los cilindroejes de las segundas neuronas, asen-
tinguirse varios subtipos (fig. 13-1), son un tanto pe- tadas en el núcleo gustativo, ascienden sin cruzarse
culiares ya que tienen algunos rasgos fisiológicos (no todos los autores están de acuerdo sobre este
propios de las neuronas. En primer lugar presentan punto) cerca del lemnisco medial o del tracto tegmen-
auténticas sinapsis en la porción basal, con el típico tario central para alcanzar el núcleo ventral poste-
13. VÍAS DE INFORMACIÓNGl STATIVA
Y OLFATORIA
FIGURA 13-3
Organización de la vía gustativa. Las
zonas coloreadas de la superficie dorsal
de la lengua corresponden a las que
responden más intensamente a los sa-
bores primarios de acuerdo con el si-
guiente código: amarillo, salado; azul
oscuro, dulce; verde, ácido; azul claro,
amargo. A. Localización de las áreas
gustativas en el hemisferio cerebral de-
recho, visto por su cara superolateral.
Se ha extirpado el opérculo temporal
para exponer el lóbulo de la ínsula. En
marrón está representada el área 43,
en sepia el área del opérculo frontal, y
en rosa el limen de la ínsula. B. Corte
transversal del bulbo donde se muestra
la situación del núcleo solitario.
1 Núcleo solitario.
Núcleo espinal del nervio trigémino.

mn
Núcleos vestibulares.
Núcleo salivatorio inferior.
Núcleo gustativo.

un
Lemnisco medial.
Núcleo parabranquial.
Cuerpo amigdalino.
00
Núcleo ventral posteromedial.

romedial del tálamo, en cuya porción más medial componente emocional de placer o displacer aso-
se encuentran las terceras neuronas. Los cilindroe- ciado a las sensaciones gustativas. Estas conexio-
jes de estas neuronas atraviesan el brazo posterior de nes se realizan por medio del núcleo parabranquial
la cápsula interna y llegan a la corteza cerebral. (fig. 13-3), situado en el mesencéfalo en estrecha re-
Existen dos áreas gustativas en la corteza cere- lación con el brazo del colículo inferior. El núcleo
bral (fig. 13-3). La mejor conocida corresponde al parabranquial recibe colaterales de los axones de las
área 43 de Brodmann que se localiza en el opérculo segundas neuronas cuando ascienden hacia el tálamo
SON, S.A, Fotocopiar sin autorización es un delito,

frontoparietal, adyacente a la representación soma- y, a su vez, manda aferencias al cuerpo amigdalino.


tosensorial de la lengua. La otra área está situada
en el opérculo frontal y en el limen de la ínsula.
Estudios funcionales con resonancia magnética 2 VÍA OLFATORIA
(RM) sugieren que el lugar de procesamiento de la
información gustativa está lateralizado de manera Algunos mamíferos reciben la mayor parte de la
que, en la mayoría de los sujetos, se realiza en el información del medio en que habitan a través de
área 43 derecha. Por el contrario, el área situada en la olfacción. Su mundo sensorial es un mundo de olo-
el limen de la ínsula es bilateral. res: son los llamados animales macrosmáticos. En el
Existen conexiones de la vía gustativa con el lóbulo ser humano, que es microsmático, esta información
límbico que pueden ser el soporte morfológico del tiene menos importancia. Sin embargo, la vía olfato-
00M
MIRES] —stcunba Parte ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

ria no es un sistema de información atrófico, como receptores analizados hasta ahora. El soma neu-
algunos autores han afirmado, ya que desempeña un ronal se encuentra en los dos tercios basales del
papel importante en la alimentación y en el compor- epitelio olfatorio. La prolongación periférica
tamiento sexual y social de los seres humanos. corresponde a la dendrita. Su porción terminal
El sentido del olfato informa de la presencia de presenta una superficie libre con numerosos ci-
sustancias químicas en el aire. Es una de las vías lios inmóviles cubiertos por un líquido: el cono
de información más sensibles. Puede detectar una olfatorio (figs. 13-4 y 13-5). Su membrana celular
concentración de moléculas en el aire menor de la contiene numerosas partículas intramembrano-
que pueden apreciar los aparatos de análisis más re- sas, que son los puntos de recepción del olor y de
finados, como el espectrómetro de masas o el cro- transporte iónico (receptores olfativos). La pro-
matógrafo de gases. Esto explica la utilización de longación central la constituye el axón, que es
perros entrenados para la detección de estupefacien- amielínico y el más delgado (0,2 ym) y de con-
tes, explosivos o personas sepultadas. ducción más lenta del SNC. Los axones, después
La estructura de la vía olfatoria no sigue el es- de atravesar la membrana basal epitelial, se in-
quema general de las vías de información. troducen en invaginaciones de las células de
Schwann (unos 20 axones por célula) formando
los denominados nervios olfatorios. Estos ner-
Epitelio olfatorio vios atraviesan la lámina cribosa del etmoides
(fig. 13-4) y terminan en el bulbo olfatorio.
Las células receptoras se encuentran en el epite- + Las células de soporte pueden pertenecer a dos
lio olfatorio, que es de color amarillento y está situa- subtipos fundamentales: columnares y basales.
do en la porción superior de la mucosa nasal (región Las columnares rodean en parte a las células re-
olfatoria). Está formado por tres tipos celulares: cé- ceptoras. Su polo apical tiene microvellosidades,
lulas receptoras, células de soporte y células madre. y el citoplasma contiene fagosomas que son los
Además, contiene las glándulas olfatorias de Bow- que proporcionan al epitelio olfatorio su color
man (fig. 13-4). amarillento. Las células basales son poligonales,
se encuentran en la proximidad de la membrana
e Las células receptoras son neuronas bipola- basal (fig. 13-4), contienen tonofilamentos y es-
res (fig. 13-4), por lo que difieren del resto de los tán unidas entre sí por desmosomas.

FIGURA 13-4
Organización de la vía olfatoria. Visión
medial del epitelio olfatorio y del he-
misferio cerebral derecho. En verde se
han dibujado las células receptoras, en
rojo las células mitrales y en azul las
segundas neuronas de la vía.
1 Material secretado por las glándulas de
Bowman.
Célula de soporte.
J0040N

Glándula de Bowman.
Célula madre. 7
Membrana basal.
Lámina cribosa del etmoides.
Célula en penacho.
Núcleo olfatorio anterior.
Surco rinal.
000

Área entorrinal.
Corteza piriforme. 5
o co ss

Corteza periamigdalina. or |
gYNnN

Cuerpo amigdalino. O '(ES)


Núcleos septales. 0 4
NA

Núcleo medial dorsal del tálamo.


A
13. VÍAS DE INFORMACIÓN GUSTATIVA y OLFATORIA EJ

lo que su renovación es una necesidad biológica. Sin


embargo, la reparación no es total y, a lo largo de la
vida del individuo, se produce una pérdida progre-
siva de receptores de aproximadamente un 1% al
año. Esto explica los déficit de olfacción en personas
de edad avanzada.
Las sustancias químicas para estimular los recep-
tores olfativos deben reunir una serie de caracterís-
ticas físicas. En primer lugar deben ser volátiles, con
un peso molecular de 25 a 300 Da, de modo que pue-
dan entrar en las fosas nasales con el aire respirado.
Además, deben ser hidrosolubles para disolverse en
la capa líquida que recubre el epitelio olfatorio. Fi-
FIGURA 13-5 nalmente, deben ser liposolubles para poder atrave-
Microfotografías electrónicas de barrido que muestran una sar la membrana celular, unirse a los receptores odo-
fractura (A) y la superficie apical (B) del epitelio olfatorio de ríferos e iniciar el impulso nervioso.
una rata. Se considera que existen unas 400.000 sustancias
2
1 Cono olfatorio.
Microvellosidades de las células de sostén y material extracelular
olorosas. Para percibir un número tan grande de
(mucopolisacáridos). moléculas existen aproximadamente 1.000 recepto-
Dendritas de las células receptoras. res olfativos, que son moléculas unidas a diferentes
Células de soporte.
Ona

Cilios del cono olfatorio. tipos de proteínas G. La unión de la sustancia odo-


Abertura de las glándulas olfatorias de Bowman. rífera con el receptor produce la formación de un se-
gundo mensajero que, dependiendo del tipo de pro-
teína G, puede ser AMPc, una fosfolipasa C o un
e Las células madre se sitúan en la porción basal mensajero gaseoso (CO, NO). Los segundos mensa-
del epitelio. Tienen muchas de las características jeros abren los canales iónicos de la membrana
estructurales de los neuroblastos. celular, produciendo la despolarización y el consi-
e Las glándulas olfatorias de Bowman son es- guiente potencial de acción. Parece ser que sustan-
tructuras tubulares ramificadas que se abren en cias olorosas con cualidades distintas activan dife-
la superficie del epitelio olfatorio (fig. 13-5). Su rentes tipos de segundos mensajeros, lo cual puede
secreción es rica en enzimas y mucopolisacáridos constituir una de las bases neurobiológicas de la es-
sulfatados, y posee propiedades bactericidas. pecificidad de la detección de estas sustancias. Cada
Forman el micromedio donde están sumergidos célula receptora olfatoria sólo expresa alguno de los
los conos olfativos y las microvellosidades de las mil receptores distintos, aunque cada uno de ellos
células columnares de soporte. Además, desem- responde a diferentes sustancias odoríferas con una
peñan un papel importante en la difusión de las estructura molecular similar.
sustancias químicas presentes en el aire y regulan
el paso de ¡ones a las células receptoras.
Cadena neuronal
Las células receptoras tienen una vida media de
(E MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

entre cuatro y seis semanas, renovándose continua- En la vía olfatoria existen numerosas interac-
mente a partir de las células madre. Esto tiene gran ciones neuronales. Con fines didácticos esquemati-
importancia neurobiológica, ya que constituye un zaremos las conexiones al máximo, describiendo
modelo de regeneración neuronal. Si se conocieran únicamente aquellas que permitan comprender el
los factores implicados en este proceso, se podrían funcionamiento de la vía.
manipular y utilizar con fines terapéuticos en enfer- Una vez el cilindroeje de las células receptoras
medades degenerativas del SNC. Las células recep- ha penetrado en el bulbo olfatorio, establece si-
toras muertas son fagocitadas por las células de so- napsis con varios tipos de neuronas, formando una
porte localizadas en su proximidad. compleja estructura denominada glomérulo olfato-
Las células receptoras están expuestas a agentes rio. En el bulbo olfatorio existen tres tipos neurona-
tóxicos inhalados, así como a virus y bacterias, por les básicos: mitrales, en penacho y granos (fig. 13-4).
EY] —secunba PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Las células más importantes son las mitrales (reci- e El tubérculo olfatorio es una delgada capa de
ben este nombre por la forma triangular del soma si- sustancia gris situada en la sustancia perforada
milar a la mitra de un obispo), con las que estable- anterior (fig. 13-6).
cen sinapsis las células receptoras. e El lóbulo piriforme es una zona de paleocórtex
Los glomérulos olfatorios son territorios esféri- situada en torno a la estría olfatoria lateral y al
cos de unos 100 ¡ym de diámetro donde hacen sinap- uncus (figs. 13-4 y 13-6). Más adelante describi-
sis las dendritas de unas 100 neuronas distintas (so- remos sus componentes y situación.
bre todo mitrales, en penacho y granos) y donde + El cuerpo amigdalino se sitúa, como ya sabe-
llegan terminaciones de unos 25.000 axones de neu- mos, en la profundidad del uncus, cerca de la
ronas receptoras que tienen el mismo tipo de recep- sustancia perforada anterior.
tores olfativos. Así, cada glomérulo olfatorio repre-
senta uno o muy pocos tipos de olores. Un dato El bulbo olfatorio recibe axones aferentes proce-
importante es que en ellos se produce una gran con- dentes del bulbo olfatorio y del núcleo olfatorio an-
vergencia de impulsos. terior contralaterales que han cruzado la línea media
El axón de las células mitrales es la principal por la comisura anterior y por la estría olfatoria me-
eferencia del bulbo olfatorio, aunque también algu- dial (fig. 13-6). Estos axones inhiben las células mi-
nas células en penacho tienen axones eferentes. Tras trales por medio de los granos, que tienen ácido
discurrir por el tracto olfatorio y la estría olfatoria la- gamma-aminobutírico (GABA) como neurotransmi-
teral, los axones de las células mitrales conectan di- sor. Otras aferencias, que estudiaremos en el capítu-
rectamente con neuronas asentadas en las siguientes lo 22, proceden del locus caeruleus (noradrenérgi-
zonas de sustancia gris: el núcleo olfatorio anterior, cas) y del núcleo dorsal del rafe (serotoninérgicas).
el tubérculo olfatorio, el lóbulo piriforme y el Estas aferencias tienen gran importancia, ya que ac-
cuerpo amigdalino (figs. 13-4 y 13-6). El bulbo olfa- túan modulando el funcionamiento de las neuronas
torio y todas las zonas de sustancia gris acabadas de del bulbo olfatorio. Además, parecen ser el sustrato
mencionar, salvo el cuerpo amigdalino, tienen en co- morfológico de la adaptación rápida que se produce
mún la disposición en capas de sus neuronas. ante los estímulos olfatorios. En efecto, es una ex-
periencia común el hecho de que, cuando se pene-
e El núcleo olfatorio anterior es un reguero de tra en una atmósfera con un fuerte olor, éste deja de
pequeñas agrupaciones neuronales situadas en percibirse al cabo de poco tiempo.
la porción más posterior del bulbo olfatorio, Las células mitrales también establecen conexio-
en el tracto olfatorio y en el trígono olfatorio nes indirectas, por medio de las neuronas asentadas
(figs. 13-4y 13-6). en las masas de sustancia gris mencionadas ante-

FIGURA 13-6
Vía olfatoria. En esta visión basal del
cerebro se ha extirpado parte del polo
temporal izquierdo para mostrar el
cuerpo amigdalino. En rojo se han re-
presentado las células mitrales; en azu/
las neuronas ubicadas en el núcleo ol-
fatorio anterior.
1 Cuerpo amigdalino.
Núcleo olfatorio anterior.
0mN

Célula en penacho.
004

Célula granular.
Tubérculo olfatorio.
Corteza periamigdalina.
Girus ambiens.
Área entorrinal.
00

Circunvolución olfatoria lateral,


Córtex orbitofrontal centroposterior,
O
-13. VÍAS DE INFORMACIÓN GUSTATIVA MN 153|
riormente, con otras zonas del cerebro. Las más im- La otra zona de corteza implicada en el proce-
portantes son el hipotálamo, los núcleos septales y el samiento de la información olfatoria es el córtex
núcleo medial dorsal del tálamo (fig. 13-4). Las últi- orbitofrontal centroposterior (fig. 13-6). Se dife-
mas tienen un gran interés ya que el núcleo medial rencia claramente del lóbulo piriforme por ser un
dorsal del tálamo se conecta con una zona de la cor- neocórtex, homotípico, recibir sus aferencias a través
teza orbitaria del lóbulo frontal (neocórtex) que se del tálamo (núcleo medial dorsal) y estar implica-
extiende sobre la ínsula anterior donde se sitúa el do en la identificación y discriminación de los olo-
área gustativa. res. Además, esta área está lateralizada funcional-
mente, siendo de dominancia derecha en la mayoría
de los casos.
Corteza olfatoria Debemos destacar dos hechos importantes: a) la
superposición de áreas gustativas y olfatorias en
Distinguimos dos zonas de corteza cerebral im- la ínsula, lo que indica el papel decisivo de estas dos
plicadas en el procesamiento de la información olfa- vías de información en la alimentación, y b) la gran
toria. Se diferencian por su antigiiedad filogenética, cantidad de aferencias olfatorias que llegan al lóbu-
estructura, conexiones y papel funcional. lo límbico, lo que justifica la denominación de ri-
nencéfalo o cerebro olfatorio.
e Una de las zonas está representada por el lóbulo
piriforme (recibe este nombre porque en los ani-
males macrosmáticos tiene forma de pera), que Mi CONSIDERACIONES CLÍNICAS
está constituido a su vez por tres partes distintas:
la corteza piriforme, el área entorrinal y la corte- La pérdida del sentido del gusto se conoce con el
za periamigdalina. nombre de ageusia. Ocurre generalmente por lesión
e La corteza piriforme está formada por la circun- de los nervios craneales que inervan la lengua, por
volución olfatoria lateral, situada inmediatamente lesión del núcleo ventral posteromedial del tálamo
por fuera de la estría olfatoria lateral y en conti- o por destrucción de la corteza gustativa.
nuación con el limen de la ínsula, y por el gyrus La pérdida del olfato se denomina anosmia.
ambiens, ubicado en la porción inferior del uncus Debe distinguirse claramente entre las anosmias
(figs. 13-4y 13-6). verdaderas, que se producen como consecuencia de
e Elárea entorrinal corresponde al área 28 de Brod- procesos patológicos del sistema olfatorio, y las
mann, situada en la zona anterior de la circun- anosmias específicas. Las últimas son particulares
volución del hipocampo. Está limitada caudal- para determinados tipos de sustancias y deben con-
mente por el surco rinal (fig. 13-4), que es una siderarse fisiológicas.
prolongación anterior del surco colateral. Las anosmias verdaderas son difíciles de identifi-
e Lacorteza periamigdalina corresponde al gyrus se- car. Se requiere que los estímulos utilizados en la ex-
milunaris (figs. 13-4 y 13-6), que está situado en ploración sean absolutamente puros, y que la sus-
la porción superior del uncus y que recubre el tancia de prueba se encuentre en concentraciones
cuerpo amigdalino. bajas. De otra manera, pueden obtenerse falsas res-
puestas por estimulación de las terminaciones del
Todas las porciones de corteza olfatoria mencio- nervio trigémino. Si la anosmia verdadera es de ins-
Fotocopiar sin autorización es un delito

nadas anteriormente tienen en común el hecho de tauración rápida, lo más probable es que se deba a
formar parte del lóbulo límbico, ser zonas de paleo- una fractura de la lámina cribosa del etmoides, pun-
córtex, recibir conexiones directas del bulbo olfato- to débil de la base del cráneo, con sección de los ner-
rio y, a excepción del área entorrinal, formar parte vios olfatorios, o a infecciones nasales que dañan el
del alocórtex. epitelio olfatorio. Cuando la anosmia es de instau-
Las cortezas piriforme y periamigdalina cons- ración lenta, puede deberse a un tumor de la super-
tituyen el área de recepción primaria. El área 28 ficie basal del lóbulo frontal.
es la que corresponde a la asociación olfatoria, sien- Las anosmias verdaderas también aparecen en el
S.A.

do el lugar de asociación del estímulo oloroso con envejecimiento y en enfermedades asociadas al en-
2 MASSON,

la memoria de las experiencias previas de ese tipo vejecimiento, como en casos de enfermedad de Al-
de olor. zheimer y Parkinson, en los que suelen aparecer
BETTA sisi ARTE. ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

lesiones del córtex entorrinal. Las pruebas de sensi- percibir las sustancias odoríferas está determinada
bilidad olorosa pueden ayudar a diagnosticar estas genéticamente,
enfermedades en sus fases iniciales, Los procesos irritativos localizados en el uncus
Las anosmias específicas son muy frecuentes. Por producen distorsión de las funciones corticales, que
ejemplo, aproximadamente el 50% de los sujetos sa- cursan con alucinaciones olfatorias. Esto ocurre,
nos no son capaces de percibir el olor a almizcle. por ejemplo, en las epilepsias temporales (crisis un-
Este tipo de anosmia muestra que la capacidad para cinadas).
El sistema de información óptico está especializa- de reflejos que ajustan el aparato óptico para obte-
do en captar y procesar la información de las varia- ner el máximo rendimiento de las circunstancias en
ciones del campo electromagnético que se producen que el entorno emite la información lumínica: son los
en nuestro entorno, en las longitudes de onda entre denominados reflejos visuales.
el comienzo del ultravioleta y del infrarrojo; es lo que
constituye la luz visible. Esta definición es excesiva-
mente técnica y apenas dice nada sobre la formidable Mi GLOBO OCULAR
tarea que constituye para el neurobiólogo compren-
der cómo son codificados e interpretados los abun- En el sistema de información óptico, los recepto-
dantes mensajes que recibimos sobre la forma, tex- res y parte de la cadena neuronal están encerrados
tura, color, movimiento y distancia entre los objetos. y forman parte de una estructura especializada y
La mayor parte de la información que recibe el compleja, el globo o bulbo ocular, el cual tiene aso-
cerebro humano se elabora a través del sistema de ciados una serie de Órganos accesorios: los músculos
información óptico. Basta con pensar en la impor- del globo ocular, los párpados y el aparato lagrimal. El
tancia de las imágenes en el mundo moderno, en los estudio de estos Órganos accesorios excede el pro-
medios de comunicación e información, y en lo que pósito del presente texto.
ha representado el descubrimiento de la escritura El globo ocular es el elemento fundamental del
para la humanidad. órgano de la visión. Pesa entre 7 y 8 g y puede con-
El cerebro humano es fundamentalmente visual. siderarse formado por la unión de dos segmentos
Una gran parte de la corteza cerebral está dedicada a de esfera de radios diferentes, dispuestos en sentido
procesar información visual. El nervio óptico está anteroposterior. El segmento anterior es el de me-
constituido aproximadamente por un millón de nor radio.
fibras, lo que representa casi el 40% del número to- En el globo ocular pueden distinguirse los si-
tal de fibras, tanto aferentes como eferentes, de los guientes puntos de orientación:
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

nervios craneales. Básicamente, la organización del


+ Dos polos, uno anterior y otro posterior, situados
sistema de información óptico responde al esquema
en los extremos del eje anteroposterior.
general que hemos trazado para las vías de informa-
* Un ecuador, que es la circunferencia mayor del
ción. Así, deberemos estudiar sucesivamente: a) el re-
ceptor encargado de codificar la información. En globo ocular, situada a igual distancia de los
polos.
este caso el receptor está encerrado y forma parte de
+ Meridianos o semicírculos entre los polos.
una estructura compleja que obedece a los principios
básicos de la óptica: el globo ocular; b) un sistema + Eje externo del globo ocular, que es la línea que
une los polos entre sí.
conductor y modulador de las señales constituido por
tres neuronas encadenadas que llevan la información En cuanto a su situación, el globo ocular está
a la corteza cerebral: la vía óptica, y c) un conjunto ubicado excéntricamente en la cavidad orbitaria
MEE —secunba PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 14-2
FIGURA 14-1 Globo ocular derecho visto desde el plano medial. En blanco
Corte transversal de la cabeza a nivel de la porción media de la se ha representado la túnica fibrosa del bulbo; en azul la tú-
órbita, donde puede observarse la situación del globo ocular. nica vascular; en rojo la túnica interna.
1 Córnea. 4 Músculo recto lateral. 1 Córnea. 4 Cuerpo ciliar. 7 Disco del nervio óptico.
2 Cristalino, 5 Nervio óptico. 2 iris. 5 Coroides. 8 Mácula lútea.
3 Músculo recto medial. 6 Quiasma óptico. 3 Cristalino. 6 Esclerótica. 9 Cuerpo vítreo.

(fig. 14-1), de la que sobresale un poco. Los ejes de tal y su grosor es menor en el centro (0,9 mm) que
estas dos estructuras no son coincidentes. Mientras en los bordes (1,2 mm). Se continúa con la escleró-
que los ejes de ambas cavidades orbitarias son di- tica a nivel del limbo de la córnea o limbo esclerocor-
vergentes entre sí, los de los globos oculares son neal, labrado en bisel a expensas de la cara interna
paralelos. de la esclera.
Histológicamente, en la córnea se distinguen cin-
co capas (fig. 14-3). De fuera hacia dentro son:
Constitución
+ Epitelio anterior. Es un epitelio pavimentoso,
En el globo ocular se distinguen unas paredes o estratificado en cinco capas. Las células más su-
túnicas y un contenido. De fuera hacia dentro se dis- perficiales presentan numerosas proyecciones
tinguen tres túnicas (fig. 14-2): a) túnica fibrosa del cortas e irregulares (microvellosidades y micro-
bulbo, que corresponde a la pared externa y está cons- plicas) (fig. 14-4) en estrecho contacto con una
tituida por la córnea en la porción anterior y por la fina capa líquida, la película lagrimal, que se re-
esclerótica o esclera en la posterior; b) túnica vascu- nueva constantemente gracias a la secreción la-
lar o tracto uveal, que corresponde a la capa media, grimal. Se crea así, en la superficie externa de la
constituida por la coroides, el cuerpo ciliar y el iris, córnea, una interfase líquido/aire responsable,
y Cc) túnica interna, compuesta por la retina. Las dos en gran parte, de su capacidad refractiva. Ade-
últimas túnicas sólo están presentes en los dos tercios más, la película lagrimal interviene en la nutri-
posteriores del globo ocular. Por motivos didácticos, ción de la córnea.
estudiaremos la retina en el apartado dedicado a la ca- e Lámina limitante anterior de Bowman. Está
dena neuronal. El contenido del globo ocular está formada por una capa gruesa (de 10 a 20 jm) de
constituido por los medios dióptricos o transparentes material extracelular.
del globo ocular que son, de delante hacia atrás, el hu- + Sustancia propia o estroma corneal. Ocupa el
mor acuoso, el cristalino y el cuerpo vítreo. 90% del espesor de la córnea. Está formada por
una serie de láminas superpuestas (de 200 a 250),
constituidas por fibras colágenas rodeadas de
CÓRNEA mucopolisacáridos. Dentro de cada lámina, el co-
lágeno y los mucopolisacáridos se organizan en
Es la porción anterior transparente y avascular lamelas de grosor y anchura variables. Las lame-
del globo ocular. Ocupa un sexto de su superficie to- las situadas en láminas adyacentes siguen direc-
14. SISTEMA DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES

FIGURA 14-3
Corte sagital de la cór-
nea. El recuadro inferior
izquierdo es un detalle
de la zona posterior. Cor-
te semifino teñido con
azul de toluidina.
1 Epitelio anterior.
2 Lámina limitante
anterior de Bowman.
3 Estroma corneal.
4 Lámina limitante
posterior de Descemet.
Epitelio posterior.
ou

Queratocitos.

4-5
Microfotografía electrónica de barrido de las lamelas de la es-
troma corneal. Se han eliminado los queratocitos digiriendo la
córnea con NaOH (método de Ohtani).
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

E
FIGURA 14-6
FIGURA 14-4 Queratocitos vistos de frente después de eliminar el material
Microfotografía electrónica de barrido de la superficie api- extracelular de la estroma corneal mediante digestión con HCI
cal de la capa más superficial del epitelio corneal. Nótese (método de Evans). Los queratocitos son células aplanadas
que existen dos tipos celulares diferentes: uno con micropli- que muestran numerosas prolongaciones que entran en con-
cas abundantes (células claras) y otro con microvellosida- tacto con las de las células vecinas situadas en el mismo pla-
des (células oscuras). no. Aparecen como un sincitio.

ciones distintas de modo que forman entre sí án- contactan entre sí (fig. 14-6) y se acoplan funcio-
gulos rectos o agudos muy variables (fig. 14-5). nalmente. Los queratocitos son responsables de
€ MASSON,

Entre las lamelas se disponen capas de células es- la producción del material extracelular de la sus-
trelladas, los queratocitos, cuyas prolongaciones tancia propia. La transparencia de la córnea de-
SEGA ARTE ORGAZ ONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNT S TOPOGRÁFICA

pende de la disposición de las lamelas y de su tos. En el plano posterior se sitúa, un poco por den-
grado de hidratación. tro y por debajo del polo posterior, la lámina cribosa,
e Lámina limitante posterior de Descemet. Es que es la zona de paso de las fibras del nervio ópti-
una lámina gruesa constituida de manera simi- co. También en el plano posterior se encuentran los
lar a una membrana basal (fig. 14-3). orificios para los nervios ciliares cortos y para las ar-
e Epitelio posterior o endotelio corneal. Está terias ciliares posteriores cortas. En la zona ecuatorial
formado por células poligonales dispuestas en se ubican cuatro o cinco orificios para el paso de las
una sola capa (fig. 14-3). Tiene gran importancia venas vorticosas. En el plano anterior se localizan los
en la fisiología y patología de la córnea, ya que orificios para las arterias y venas ciliares anteriores.
sus células están especializadas en el transporte
de agua, iones y nutrientes desde el humor acuo-
so hacia el espesor de la córnea. Al regular el con- COROIDES
tenido acuoso de la sustancia propia previenen
el edema y, por consiguiente, la opacidad de la Forma parte del tracto uveal (fig. 14-2). Es una
córnea. lámina delgada, de color oscuro, rica en vasos san-
guíneos, adosada a la cara interna de la esclera, a la
Tanto el epitelio anterior como los queratocitos que se une de manera laxa. La coroides está formada
están abundantemente inervados. La córnea es la básicamente por un denso plexo vascular y nervioso.
única porción del globo ocular que puede trasplan- Histológicamente pueden distinguirse, de superfi-
tarse quirúrgicamente. cial a profunda, las siguientes capas:

e Lámina supracoroidea. Es una capa pigmenta-


ESCLERÓTICA O ESCLERA da y poco vascularizada. Presenta una sistema
de hendiduras, el espacio pericoroideo, por donde
La esclera es una capa protectora y relativamente cursan las arterias ciliares, las venas vorticosas y
rígida. Está formada por abundantes fibras coláge- los vasos linfáticos.
nas y algunas fibras elásticas entrecruzadas. Pre- e Lámina vascular. Es la más gruesa. Contiene las
senta un color blanco azulado (fig. 14-7) y un gro- ramificaciones de las arterias ciliares.
sor de entre 0,5 y 1 mm. Ocupa aproximadamente e Lámina coroidocapilar. Está formada por tejido
los cinco sextos posteriores del globo ocular. La su- conjuntivo y una densa red capilar.
perficie externa de la esclera presenta las inserciones + Membrana de Bruch. Es una zona similar a una
de los músculos del globo ocular. Además, muestra membrana basal, de un grosor de 2 a 4 um, en
una serie de orificios situados en tres planos distin- estrecha relación con la capa pigmentaria de la
retina.

La coroides contribuye a la nutrición de la retina


por medio de su plexo capilar. Gracias a las células
pigmentadas, evita la reflexión de la luz hacia el
cuerpo vítreo.

CUERPO CILIAR

Es una zona engrosada del tracto uveal, situada


entre la coroides y la raíz del iris. Una línea circular
dentada, la ora serrata (fig. 14-8), marca la separa-
ción entre la coroides y el cuerpo ciliar.
FIGURA 14-7 La cara externa del cuerpo ciliar se adhiere a la
Fotografía del ojo derecho de un sujeto vivo. Nótese el color
porción anterior de la cara interna de la esclera. La
blanco de la esclerótica (1). El iris (2) y la pupila (3) se ob- cara interna mira hacia la cavidad ocular y en ella se
servan a través de la córnea. distinguen dos zonas anulares (fig. 14-8). La más pró-
14. SISTEMA DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES [MEFIN

xima a la raíz del iris es la corona ciliar, que presenta


pliegues dispuestos radialmente, denominados proce-
sos ciliares. La más alejada de la raíz del iris es el or-
bículo ciliar, que se halla limitado por la ora serrata.
Esta porción es más lisa pero presenta algunos plie-
gues poco profundos, denominados pliegues ciliares.
En el cuerpo ciliar se distinguen, tanto estructu-
ral como funcionalmente, dos porciones: los proce-
sos ciliares y el músculo ciliar.

e Los procesos ciliares constituyen un conjunto de


70 a 80 abultamientos longitudinales (fig. 14-9)
de una anchura de 0,1 a 0,2 mm y de una longi- a de
tud de 2 a 3 mm. Están formados por pelotones
FIGURA 14-9
vasculares dependientes de las arterias ciliares an-
Microfotografía electrónica de barrido del cuerpo ciliar y de la
teriores. Son responsables de la secreción del hu- cara posterior del iris, vistos desde el interior del globo ocu-
mor acuoso. lar. Se ha cortado la zónula ciliar de Zinn (flechas) para extir-
e El músculo ciliar (fig. 14-8) se sitúa en la zona par el cristalino.
anteroexterna del cuerpo ciliar. Está formado por 1 Iris,
músculo liso y en él se distinguen tres tipos dife- 2 Proceso ciliar.
3 Pupila.
rentes de fibras según su orientación: a) fibras
longitudinales o músculo de Briicke, que siguen
un trayecto meridional o longitudinal y son las El músculo ciliar regula el grado de curvatura del
más importantes; b) fibras circulares o músculo cristalino (acomodación) por medio de un aparato
de Múiller, que se sitúan internamente a las ante- suspensor que estudiaremos más adelante.
riores, y c) fibras radiales, que cruzan vertical-
mente a las otras dos y se extienden desde la par-
te interna hasta la externa. IRIS

Es el tercer componente del tracto uveal. Tiene


forma de disco con una perforación central, la pu-
pila, cuyo diámetro varía con la intensidad de la luz
que recibe y con la distancia de los objetos obser-
vados. Tiene una cara anterior de coloración varia-
ble, visible a través de la córnea (fig. 14-7), y una
cara posterior, situada por delante del cristalino
(fig. 14-9). Su borde periférico, el borde ciliar, se une
al cuerpo ciliar. La coloración de la cara anterior va-
ría del azul claro al marrón oscuro, dependiendo de
los individuos (la denominación de iris hace referen-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

cia al arco iris, por su gama de colores).


Estructuralmente, el iris está formado por célu-
las conjuntivas pigmentadas y fibras colágenas, la
estroma del iris, y por un epitelio pigmentario si-
FIGURA 14-8 tuado en su parte posterior. Además, en su espesor
Visión medial del segmento anterior del globo ocular derecho. hay vasos sanguíneos abundantes y músculo liso,
Se ha eliminado la mitad superior del globo ocular para expo- cuyas fibras se disponen en dos direcciones. Unas
ner su interior. fibras siguen un trayecto circular (más exactamen-
1 Oraserrata. 5 Conducto de Schlemm. te espiral) en paralelo al borde pupilar: constituyen
€ MASSON,

2 Orbículo ciliar. 6 Ángulo iridocorneal.


3 Corona ciliar. 7 Músculo esfínter de la
el músculo esfínter de la pupila (fig. 14-8), inervado
4 Músculo ciliar. pupila. por fibras parasimpáticas del nervio oculomotor.
MAT] — secunba PARTE + ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Su contracción reduce el diámetro pupilar (mio-


sis). Otras fibras se disponen radialmente: consti-
tuyen el músculo dilatador de la pupila, inervado
por el nervio simpático a través del plexo carotí-
deo. Su contracción aumenta el diámetro pupilar
(midriasis).
El color del iris está determinado por las varia-
ciones en la proporción de células pigmentadas y de
tejido conjuntivo. Cuando predominan las células
pigmentadas, el iris tiene un color oscuro, siendo de
color azul claro o verde cuando las células pigmen-
tadas son escasas.
El iris controla la intensidad de la luz que llega a
la retina y corrige las aberraciones ópticas del cris-
talino.

ÁNGULO IRIDOCORNEAL
Microfotografía electrónica de barrido de las fibras del crista-
Se denomina así el ángulo que se forma entre el lino en visión lateral (1) y de frente (2). Nótese su aspecto
iris y la córnea (fig. 14-8). En esta zona se encuen- aplanado y la presencia de numerosas interdigitaciones.
tran la continuación del borde periférico del iris con
el cuerpo ciliar, y el limbo de la córnea. En el limbo
de la córnea se localiza un vaso anular denominado
seno venoso de la esclerótica o conducto de Schlemm
(fig. 14-8).
El ángulo iridocorneal se encuentra ocupado por
una red de trabéculas de tejido conjuntivo, la red tra-
becular o ligamento pectíneo (fig. 14-10). Las trabé-
culas se hallan separadas por una serie de pequeños

Dr: be As

FIGURA 14-10 FIGURA 14-12


Microfotografía electrónica de barrido del ángulo iridocorneal Visión posterior obtenida con el microscopio electrónico de
humano en la que se observa la red trabecular. Las flechas barrido de la zónula ciliar de Zinn (1) y del cristalino (2). La
indican los espacios de Fontana. (Reproducido de Potau JM, cápsula del cristalino (3) se ha roto en la zona inferior. En el
Canals M, Costa J, Merindano MD, Ruano D. Eur J Anat ángulo inferior izquierdo se muestra un detalle de la inser-
2002; 6: 75-81. Cortesía del Prof. J.M. Potau.) ción de las fibras zonulares en el cuerpo ciliar.
ETE Re

espacios interconectados: los espacios del ángulo iri- Cámaras del globo ocular
docormeal o de Fontana (fig. 14-10). Más adelante ve-
remos que este conjunto de estructuras está encar- En el globo ocular se distinguen dos cavidades in-
gado de la reabsorción del humor acuoso, y tiene ternas: una cámara anterior y otra posterior.
una gran importancia en la fisiología y patología del
globo ocular. + La cámara anterior es el espacio que se extiende
desde la cara posterior de la córnea hasta la cara
anterior del iris. Se comunica por medio de la pu-
CRISTALINO pila con la cámara posterior y, a través de los es-
pacios de Fontana, con el conducto de Schlemm.
El cristalino o lente tiene forma de lente biconve- Está ocupada por el humor acuoso.
xa (fig. 14-8), con una cara anterior menos convexa e La cámara posterior es el espacio comprendido
que la posterior. Es transparente, avascular e in- entre las caras posteriores del iris y del cuerpo
coloro en el adulto y ligeramente amarillento en el ciliar por una parte, y la superficie anterior del
anciano. Tiene un diámetro de 9 a 10 mm y un gro- cuerpo vítreo por otra. Está ocupada por el hu-
sor de unos 4 mm. Se encuentra suspendido por de- mor acuoso y el cristalino, y en ella protruyen los
trás del iris y por delante del cuerpo vítreo. procesos ciliares.
El cristalino está constituido por un epitelio cu-
yas células, las fibras del cristalino, son alargadas
(pueden medir hasta 10 mm) y se organizan en ca- HUMOR ACUOSO
pas concéntricas (fig. 14-11). En el cristalino se dis-
tinguen dos partes: una porción externa, blanda y Es un líquido transparente compuesto en un
con un contenido elevado de agua, la corteza del cris- 98% por agua. Contiene además un 1,4% de NaCl,
talino, y una porción central, más dura, denominada pequeñas cantidades de albúmina y glucosa, y una
núcleo del cristalino. El núcleo del cristalino se en- concentración elevada de vitamina C. Su volumen
durece con la edad, ya que pierde agua progresiva- total oscila entre 0,2 y 0,3 ml, y se halla a una pre-
mente. El cristalino está encerrado en una membra- sión de entre 10 y 20 mm Hg. Ocupa la cámara an-
na delgada, de unos 15 ¡um de grosor, que tiene una terior y parte de la posterior del globo ocular.
estructura similar a una membrana basal: la cápsula El humor acuoso se genera en los procesos cilia-
del cristalino (fig. 14-12). res y se vierte a la cámara posterior. De ahí pasa a
El cristalino se mantiene en su posición anatómi- la cámara anterior a través de la pupila y se reabsor-
ca por dos motivos. Por una parte, su cara posterior be a nivel del ángulo iridocorneal, donde atraviesa
se apoya en el cuerpo vítreo. Por otra parte, se en- los espacios de Fontana y pasa al seno venoso de la
cuentra «amarrado» al cuerpo ciliar por un sistema esclerótica. La circulación del humor acuoso se rea-
suspensor: la zónula ciliar de Zinn. Dicha zónula está liza por pequeñas diferencias de presión entre la
constituida por un sistema de fibras orientadas ra- zona de producción y la de reabsorción, y por co-
dialmente, las fibras zonulares (fig. 14-12), que se rrientes de convección producidas por diferencias
fijan por una parte al ecuador y a las porciones pró- de temperatura. El humor acuoso en contacto con
ximas de las caras anterior y posterior de la cápsu- la córnea se encuentra a menor temperatura que el
(O) MASSON, S.A, Fotocopíar sin autorización es un delito.

la del cristalino, y por otra parte a la cara interna que ocupa la cámara posterior.
(membrana basal) del cuerpo ciliar (fig. 14-12). En- El humor acuoso cumple dos funciones impor-
tre las fibras zonulares hay una serie de pequeños tantes. Primero, al estar encerrado a presión, con-
espacios, ocupados por humor acuoso, denomina- tribuye en gran medida al mantenimiento de la for-
dos espacios zonulares. ma del globo ocular. Segundo, nutre los tejidos
El cristalino puede variar su potencia dióptrica avasculares a los que baña: córnea y cristalino. La
modificando el grado de curvatura lo que, como ve- presión del humor acuoso puede estar aumentada,
remos más adelante, es fundamental en la acomo- generalmente por un déficit en la reabsorción. Se
dación. La pérdida de transparencia del cristalino presenta entonces una enfermedad denominada
suele producirse en sujetos de edad avanzada y se glaucoma, que puede producir ceguera por compre-
denomina catarata. sión de los vasos que irrigan el nervio óptico.
CUERPO VÍTREO — Estructura de la retina

Es un gel transparente e incoloro que ocupa la La retina constituye una parte importante del
cámara vítrea. Esta cámara es el espacio situado globo ocular. Sin embargo, tanto por su estructura
por detrás del cristalino y la zónula ciliar de Zinn, como por su desarrollo embrionario, pertenece al
y por dentro de la retina. El cuerpo vítreo se com- SNC. Realizaremos su estudio en varias aproxima-
pone de un 98% de agua, vestigios de albúmina y ciones sucesivas. Primero analizaremos los princi-
de NaCl y finísimas fibrillas que se concentran en pales tipos celulares que la constituyen. Después in-
la periferia formando la denominada membrana ví- tegraremos las células y sus conexiones en capas.
trea o hialoidea. También contiene algunas células Por último estudiaremos las diferencias estructura-
denominadas hialocitos. Es de consistencia gelati- les de la retina según la zona considerada.
nosa debido al elevado contenido en ácido hialuró-
nico, y se adhiere fundamentalmente a la zona de
la ora serrata y a la salida del nervio óptico (disco TIPOS CELULARES
del nervio óptico). Su cara anterior presenta una de-
presión, la fosa hialoidea, donde se apoya la cara Las células que constituyen la retina pueden
posterior del cristalino. Los mecanismos y el lugar agruparse en (fig. 14-13): a) células pigmentarias;
de producción y reabsorción de los componentes b) conos y bastones, que son las células fotorrecepto-
del cuerpo vítreo no están claros, aunque su renova- ras; Cc) células bipolares y ganglionares que son, res-
ción parece ser muy lenta. pectivamente, las primeras y segundas neuronas de
El cuerpo vítreo es un medio dióptrico transpa-
la vía de información óptica; d) células horizontales y
amacrinas, que son interneuronas, y e) células glia-
rente, que contribuye al mantenimiento de la for-
les, de las que las más representativas son las célu-
ma del globo ocular. Dentro del cuerpo vítreo pue-
las de Múiller.
den desarrollarse algunas opacidades. Además,
pueden existir restos de la arteria hialoidea, que
Células pigmentarias. Son células aplanadas,
está presente en el feto pero que desaparece duran-
poliédricas, que forman un epitelio continuo cuya
te el desarrollo. Se producen entonces las llamadas
membrana basal está en contacto con la membrana
«moscas volantes», que el sujeto percibe como pun-
de Bruch de la coroides. El citoplasma contiene fa-
tos oscuros que se desplazan en el espacio, especial-
gosomas y numerosos granos de melanina que le
mente al mirar hacia un cielo luminoso. dan un color pardo negruzco característico. El polo
apical de las células tiene microvellosidades largas
que se sitúan entre los extremos de los segmentos
externos de los fotorreceptores (fig. 14-13). Las célu-
Ñ VÍA ÓPTICA las pigmentarias son muy importantes en la fisiolo-
eía retiniana. Intervienen en el ciclo de renovación
La organización de la vía óptica responde al es- del segmento externo de los fotorreceptores fagoci-
quema general de las vías de información. Así, ten- tando sus extremos, lo que explica la presencia de
dremos que estudiar: a) el receptor, formado por los fagosomas en el citoplasma. Esta función es esencial
conos y los bastones, encargados de codificar la in- y su alteración conduce a la ceguera. El epitelio pig-
formación; b) un sistema conductor y modulador mentario, gracias a su contenido de melanina, po-
de las señales constituido por tres neuronas articu- see propiedades antirreflexivas que facilitan la niti-
ladas entre sí (las dos primeras neuronas forman, dez de las imágenes. Además, forma una especie de
junto con el receptor, parte de la retina, que consti- barrera entre la retina y los vasos de la coroides que
tuye la túnica interna del globo ocular; la tercera controla el medio iónico de la retina e impide el paso
neurona se ubica en el cuerpo geniculado lateral), y de las células del sistema inmunológico.
Cc) áreas corticales primarias y secundarias donde se
realiza el procesamiento de la información. Además, Fotorreceptores. Hay dos tipos de células fo-
de la vía óptica se desprenden numerosas vías cola- torreceptoras: los conos y los bastones (fig. 14-13).
terales al servicio de los reflejos oculares y de los rit- Estas células tienen una serie de rasgos morfológi-
mos biológicos. cos en común, pero difieren en numerosas caracte-
rísticas y, muy especialmente, en la función y en las del color en los seres humanos. Tanto en los co-
conexiones que establecen. Tanto en los conos como nos como en los bastones existe un cilio modifi-
en los bastones se distinguen seis partes que, de su- cado que une entre sí los segmentos externo e in-
perficial a profunda, son: segmento externo, segmen- terno.
to interno, fibra externa, soma, fibra interna y zona e Segmento interno (fig. 14-13). Es el sitio donde se
terminal (fig. 14-13). localiza la mayor parte de la maquinaria energé-
tica (mitocondrias) y sintética (retículo endoplás-
e Segmento externo. Su forma da nombre a los fo- mico) de conos y bastones. Se conecta con el
torreceptores: es cilíndrico o «en bastón» en los soma por medio de la fibra externa.
bastones y cónico en los conos. El segmento ex- e Fibra externa. Zona estrecha y corta provista de
terno es la región del fotorreceptor especiali- microtúbulos.
zada en la fototransducción, encontrándose ro-
deado en parte por las microvellosidades de las
células pigmentarias. Las estructuras más carac-
terísticas de este segmento son una serie de sacos
membranosos discoideos (de 600 a 1.000), super-
puestos en «pilas de monedas», en los que se si-
túan los pigmentos visuales. Esta disposición au-
menta enormemente la probabilidad de que un
solo fotón haga impacto en una molécula del pig-
mento visual. En los bastones, las membranas de
los sacos son independientes de la membrana ce-
lular. En los conos, sin embargo, se corresponden
con auténticas invaginaciones de dicha membra-
na (fig. 14-13). Los sacos membranosos se hallan
en renovación constante: se generan en la zona
del segmento interno y van desplazándose hacia
el extremo del segmento externo para ser fagoci-
tados por las células pigmentarias.
Los pigmentos visuales son moléculas en las
que se distinguen dos partes: una porción peque-
ña que absorbe la luz y una proteína transmem-
brana grande. Los conos y bastones tienen di-
ferentes pigmentos visuales. En el caso de los
bastones el pigmento visual es la rodopsina, for-
mada por la unión del retinal y la proteína opsina.
El retinal es un aldehído de la vitamina A con va- FIGURA 14-13
rias configuraciones isoméricas distintas, de las Esquema que muestra las células de la retina y su disposición
cuales dos son importantes en las distintas fases en láminas. En rosa se han dibujado las células gangliona-
del ciclo visual. En los conos, el pigmento visual res; en verde oscuro las células amacrinas; en verde claro las
(0 MASSON, SA, Fotocoplar sin autorización es un delito,

está formado por la unión de la conoopsina con el células horizontales; en sepia las células bipolares; en azul los
retinal. Existen tres isoformas de conoopsina. fotorreceptores. El impulso nervioso (flechas) que discurre por
las células bipolares bastón (BB) tiene que pasar por las cé-
Cada una de ellas interacciona con el retinal de lulas amacrinas para alcanzar las células ganglionares para-
manera distinta, de modo que se vuelve más sen- sol (GP). En el lado derecho de la figura se indica la situa-
sible a una determinada zona del espectro visible. ción de las capas de la retina.
Por ello se distinguen tres tipos de conos: sensi- AG Axones de las células F Fagosoma.
bles al rojo (558 nm) o conos R, al verde (531 nm) ganglionares. Fl Fibra interna.
B Bastón. GE Célula ganglionar enana.
o conos V, y al azul (420 nm) o conos A. También BCD Célula bipolar cono difusa. M Granos de melanina.
pueden denominarse, atendiendo a la longitud de C Cono. S Soma de un cono.
CM Célula de Múller. SE Segmento externo.
onda, conos L, conos M y conos S (long, middle y CP Células pigmentarias. SI Segmento interno.
short). Constituyen la base de la visión trivariante CS Capilar sanguíneo. ZT Zona terminal.
164 SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. S SIS TOPOGRÁFICA

e Soma. Es el sitio de localización del núcleo. bipolares cono azul se conectan con un cono S y,
e Fibra interna. Se dispone a continuación del junto con las enanas, median la información tri-
soma. Tiene una longitud variable, de 10 a 60 um, crómica. Las células bipolares cono difusas se co-
con una estructura similar a la de un axón. Fina- nectan con varios conos (10 o más). Debido al
liza en una expansión denominada zona terminal gran tamaño de su campo receptivo, tienen poca
(fig. 14-13). discriminación espacial, por lo que median más
e Zona terminal. En los bastones es piriforme y se la luminosidad que el color.
denomina esférula. En los conos es más extensa e Las células bipolares bastón se conectan exclusi-
y aplanada y se denomina pedículo. Es una por- vamente, por medio de sus dendritas, con varios
ción sináptica en la que el fotorreceptor contacta bastones. Sus axones establecen sinapsis indirec-
con dendritas de las células bipolares y horizon- tamente con las células ganglionares a través de
tales en una zona invaginada. Las invaginacio- células amacrinas. Las conexiones de estas célu-
nes son únicas en las esférulas y numerosas en las bipolares corresponden a un patrón conver-
los pedículos (fig. 14-13). gente, de modo que se comprime la información.
La distribución de los dos tipos de fotorrecep-
tores dentro de la retina no es homogénea. Por Células ganglionares. Son neuronas grandes cu-
una parte, los bastones son más numerosos (de yas dendritas establecen sinapsis con las células bi-
110 a 125 millones) que los conos (de 63 a 68 mi- polares y con las células amacrinas. Sus axones for-
llones). Por otra, la foveola (v. más adelante) está man el nervio óptico. Se distinguen dos tipos básicos
formada exclusivamente por conos y, a partir de de células ganglionares: enanas y parasol (fig. 14-13).
ella, la densidad de éstos disminuye progresiva-
mente hasta desaparecer en la periferia de la reti- e Las células ganglionares enanas son el tipo más
na. Los bastones tienen una distribución inversa. abundante (80%). Tienen, de acuerdo con su
Los conos y bastones desempeñan un papel nombre, un soma y un árbol dendrítico pequeño
funcional distinto. Los conos median la visión que establece sinapsis con una sola célula bipolar
del color y proporcionan una buena resolución cono. El axón se proyecta al cuerpo geniculado
espacial y temporal. Los bastones, dado que tie- lateral y termina sobre las capas parvocelulares
nen más pigmento fotosensible, están especiali- (v. más adelante), por lo que habitualmente se de-
zados en la detección de luces poco intensas. nominan ganglionares P. Median alta resolución
de la imagen, la forma y el color.
Células bipolares. Esta células están dispuestas e Las células ganglionares parasol representan el
radialmente y tienen un soma pequeño y un axón cor- 10% de las células ganglionares. Tienen un soma
to. Atendiendo a criterios morfológicos y funcionales y un árbol dendrítico grandes. Reciben impulsos
se han descrito nueve tipos y varios subtipos de célu- procedentes de las células bipolares cono difusas
las bipolares. De acuerdo con las conexiones que esta- y de las bipolares bastón, a través de las células
blecen con los fotorreceptores, se distinguen dos tipos amacrinas, por lo que en ellas convergen nume-
básicos: bipolares cono y bipolares bastón (fig. 14-13). rosos impulsos. Se proyectan a las capas magno-
celulares del cuerpo geniculado lateral (de ahí su
e Las células bipolares cono pueden dividirse a su denominación de ganglionares M) y al mesen-
vez en tres subtipos: enanas, cono azul y difusas. céfalo. Señalan cambios de iluminación, movi-
Las dos primeras establecen sinapsis por medio miento y contraste.
de sus dendritas con un sólo cono, mientras que
las difusas lo hacen con varios. Además, sus axo- Además de los tipos anteriores, existe un 10% de
nes se conectan con una sola célula ganglionar y células ganglionares de otros tipos que están peor
con varias células amacrinas. Constituyen una vía caracterizadas.
sin convergencia, desde un único cono a una úni- Entre las cuales tiene especial importancia fun-
ca célula ganglionar. Median una resolución es- cional un tipo que contiene un pigmento fotosensi-
pacial elevada. ble, la melanopsina. Estas células ganglionares res-
Las células bipolares cono enanas son peque- ponden directamente a la luz y su axón se proyecta
ñas, como indica su nombre, y sus dendritas es- sobre núcleos que regulan las respuestas pupilares
tablecen sinapsis con un cono L o M. Las células a la luz y los ciclos circadianos.
14. SISTEMA DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES [EEN

Los axones de las células ganglionares carecen lulares (somas) y de capas plexiformes, para indicar
de mielina en su trayecto retiniano, lo que favorece el lugar donde se realizan las sinapsis. Así, desde la
la transparencia de la retina. Proporcionan dos vías coroides al cuerpo vítreo, se distinguen las capas re-
de salida en paralelo de la retina: una de las ganelio- tinianas siguientes (figs. 14-13 y 14-14):
nares P y otra de las M. Las dos vías tienen un signi-
ficado funcional diferente. e Capa lo del epitelio pigmentario, formada por las
células pigmentarias.
Células horizontales. Se disponen horizontal- e Capa 20 de los conos y bastones, compuesta por
mente en las proximidades de los fotorreceptores. los segmentos externo e interno de los fotorre-
Establecen sinapsis con los conos y los bastones y ceptores.
con las células bipolares (fig. 14-13). Los árboles e Capa 3 olimitante externa, en la que se encuentran
dendríticos de las células horizontales vecinas esta- los extremos externos de las células de Múller.
blecen uniones estrechas entre sí y se encuentran e Capa 4ogranulosa externa, constituida por el soma
acoplados. Son interneuronas inhibidoras (utilizan y las fibras externa e interna de los fotorreceptores.
ácido gamma-aminobutírico [GABA]) que produ- e Capa 5o plexiforme externa, donde establecen si-
cen zonas de inhibición cuando se activa un conjun- napsis la zona terminal de los fotorreceptores, las
to de fotorreceptores. De este modo se consigue un células bipolares y las horizontales.
contraste y resolución máximos. e Capa 6 o granulosa interna, en la que se sitúan
los somas de las células horizontales, bipolares y
Células amacrinas. Carecen de axón, por lo que de Miller.
Ramón y Cajal las denominó células amacrinas. Se
disponen horizontalmente entre las células bipolares
y las ganglionares (fig. 14-13). Establecen sinapsis con
axones de células bipolares y con dendritas de células
ganglionares y de otras células amacrinas. Como ya
hemos indicado, transmiten señales desde las células
bipolares bastón a las ganglionares, siendo esenciales
en la señalización de los bastones. Sirven para ajus-
tar y mantener los niveles relativos de color y lumino-
sidad cuando cambian las condiciones de ilumina-
ción. Asimismo, parece que son importantes para
detectar la dirección del movimiento. Se distinguen
entre siete y ocho tipos diferentes de células amacri-
nas según el tipo de neurotransmisor que utilizan.

Células gliales. Las células gliales de la retina


más importantes son las células de Miiller, aunque
también están presentes astrocitos y células de la
microglia. Las células de Miller se disponen radial-
mente extendiéndose por casi todo el espesor de la
(E MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

retina (fig. 14-13). Su papel funcional es similar al


de los astrocitos.

ESTRUCTURA LAMINAR DE LA RETINA


FIGURA 14-14
Los elementos constituyentes de la retina se dis- Fractura de la retina de una rata vista con el microscopio elec-
ponen en diez capas cuya nomenclatura y situación trónico de barrido.
es fácil deducir si se tiene en cuenta que hay tres cé- Capa de los conos y bastones. 5 Capa granulosa interna.
buon—

Capa limitante externa. 6 Capa plexiforme interna.


lulas encadenadas, que se habla de capas granulosas Capa granulosa externa. 7 Células ganglionares.
para referirse al nivel donde se sitúan los núcleos ce- Capa plexiforme externa.
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

e Capa 7 0 plexiforme interna, donde hacen sinapsis jeto padece hipertensión arterial, las arteriolas
las células bipolares, ganglionares y amacrinas. comprimen las vénulas proporcionando una ima-
e Capa 8 o de las células ganglionares, constituida gen oftalmoscópica característica denominada
por los somas de las células ganglionares y ama- «signo de cruzamiento». Otro hecho importante
crinas. bajo el punto de vista clínico es que las arteriolas
e Capa 9 o de las fibras nerviosas, formada por los no establecen anastomosis entre sí. Por ello,
axones no mielinizados de las células gangliona- cuando se obstruyen, se produce una zona de ne-
res. En esta capa discurren los vasos sanguíneos crosis retiniana con la consiguiente pérdida de vi-
de la retina, que tienen gran importancia clínica sión en la zona afectada.
por ser los únicos de todo el organismo que pue- e Capa 10 o limitante interna, que representa el lí-
den visualizarse fácilmente (fig. 14-15). Estos va- mite entre el extremo interno de las células de
sos son ramas de la arteria y vena centrales de la re- Miller y el cuerpo vítreo.
tina, que penetran en el globo ocular o salen de él
a nivel del disco del nervio óptico. Las arterias se
dividen de manera dicotómica en una rama supe- HETEROGENEIDAD ESTRUCTURAL DE LA RETINA
rior y otra inferior. Cada una de estas ramas su-
ministra a su vez una rama temporal y otra nasal, Para comprender la fisiología de la visión es im-
que se ramifica dicotómicamente por el cuadran- portante tener en cuenta que la retina no es una
te retiniano correspondiente. capa homogénea ni en grosor ni en estructura. En
Un dato de interés clínico es que las arterio- términos generales, el grosor de las capas es mayor
las y las vénulas no discurren juntas sino que ex- en la zona central que en la periferia, con la excep-
perimentan frecuentes cruzamientos. En general, ción de la región de la fóvea central.
las arteriolas pasan por encima (más próximas La zona de la retina situada en el polo posterior
al vítreo) de las vénulas por lo que, cuando el su- presenta un campo oval de pigmentación amarilla,
la mácula lútea o mancha amarilla (figs. 14-15 y
14-16), de un diámetro de entre 2 y 4 mm. Dentro
de la mácula lútea el grosor de la retina se reduce de-
bido a un desplazamiento hacia los lados de la ca-
dena neuronal. Esta zona adelgazada se denomina
fóvea central (1-2 mm de diámetro). Su zona central,
la foveola, es aún más delgada (0,2-0,4 mm de diá-
metro) y prácticamente sólo está formada por co-
nos. La fóvea central es la zona de máxima agudeza
visual debido a que la luz atraviesa una zona de la
retina de escaso grosor y provista únicamente de co-
nos. Los conos proporcionan, tanto por su estructu-
ra como por sus conexiones, la máxima resolución.
Para ver un objeto con nitidez, los globos ocula-
res deben moverse adecuadamente para enfocar la
imagen sobre la fóvea central. Cuando se producen
defectos en la refracción, las imágenes no se enfocan
FIGURA 14-15 adecuadamente sobre la retina. Se habla de hiper-
Imagen oftalmoscópica de la retina. Nótese la ramificación di- metropía si la focalización se realiza por detrás de la
cotómica de los vasos retinianos. Las arterias tienen menor retina y la miopía si se realiza por delante.
diámetro que las venas. Las flechas blancas indican los cruza- Para salir de la retina, los axones de las células
mientos entre arterias y venas. (Cortesía del Dr. J.A. Ventosa.) ganglionares atraviesan la lámina cribosa de la es-
Disco del nervio óptico. clera, punto en el cual se revisten de mielina. La
300240Nn—

Arteriola temporal superior de la retina.


Vénula temporal superior de la retina. mielina es muy refringente, por lo que su presencia
Arteriola nasal superior de la retina. antes de este punto sería un impedimento al paso
Arteriola nasal inferior de la retina.
Arteriola temporal inferior de la retina.
de la luz a través de la retina. En la zona de la lámi-
Fóvea central. na cribosa, la retina está formada únicamente por
1
14. SISTEMA
DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES
los axones de las células ganglionares que forman el y otra temporal (externa). Otro plano que forme 90*
disco o papila del nervio óptico (fig. 14-16). Ésta tiene con el anterior divide cada una de estas mitades en
un diámetro aproximado de 1,6 mm, se sitúa me- un cuadrante superior y otro inferior. Debido a la
dialmente con respecto a la mácula lútea y carece de presencia del cristalino, la imagen del campo visual
fotorreceptores: es el punto ciego de la retina. que se proyecta sobre la retina está invertida (v. más
La retina puede dividirse topográficamente en adelante), tanto en sentido horizontal como vertical.
cuadrantes. Un plano vertical que pase por la fóvea Esto es muy importante para comprender la fisiolo-
central la divide en dos mitades: una nasal (interna) gía y la patología de la visión.

FOTOTRANSDUCCIÓN Y ACTIVACIÓN DE LA CADENA


NEURONAL RETINIANA

Una vez la luz (o, más exactamente, los fotones)


ha atravesado sucesivamente la córnea, el humor
acuoso, el cristalino y el cuerpo vítreo, debe atrave-
sar la mayoría de las capas retinianas (salvo en la fó-
vea central) para hacer impacto sobre las moléculas
de los pigmentos visuales. Se produce entonces una
cascada de cambios bioquímicos responsables de la
fototransducción, que se inicia con un cambio con-
formacional del retinal y termina con la modifica-
ción de la permeabilidad de la membrana celular de
los fotorreceptores a los iones.
El retinal, que en estado inactivado tiene la confi-
guración 11-cis, sufre, después del impacto del fo-
tón, una rotación en el doble enlace 11-cis, y adopta
la configuración todo-trans. Así, se rompe la unión
del retinal con la opsina, se separan las dos molécu-
las con un cambio conformacional en la opsina, que
pasa a metarrodopsina Il, y se desencadena la se-
gunda etapa de la fototransducción. La metarrodop-
sina II reduce los niveles de GMPc (guanosina 3",
5'-monofosfato cíclico) a través de una proteína G de
transducción y del hidrolizador de GMPc, la GMPc
fosfodiesterasa. El GMPc actúa como segundo men-
sajero controlando los canales de Na* de la membra-
na celular. En la oscuridad, el nivel de GMPc es alto.
Ello mantiene abiertos los canales iónicos, pro-
duciéndose un flujo continuo de Na* («corriente de
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

oscuridad») y liberándose el neurotransmisor gluta-


FIGURA 14-16 mato en las sinapsis de los fotorreceptores de ma-
Esquema de un corte transversal del globo ocular donde se nera continuada.
muestra la heterogeneidad de la retina. El corte interesa el Tras la iluminación se reduce el nivel de GMPc, el
nervio óptico (1). Los axones de las células ganglionares (2) se
mielinizan después de atravesar la lámina cribosa de la es- canal se cierra, los fotorreceptores se hiperpolarizan
clerótica (3). En la mancha lútea (4), la cadena neuronal reti- y la liberación de glutamato en las sinapsis dismi-
niana está desplazada centrifugamente. En verde claro se ha nuye. Debe destacarse que los fotorreceptores funcio-
representado la leptomeninge que recubre el nervio óptico. nan de manera inversa a como lo hacen el resto de
5 Foveola. 9 Arteria central de la retina. receptores, en que la activación produce generalmen-
(O) MASSON,

6 Capa pigmentaria. 10 Duramadre.


7 Coroides. 11 Esclerótica. te la despolarización de la membrana y un poten-
8 Disco del nervio óptico. cial de acción.
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

El epitelio pigmentario recicla las moléculas del Comprende tres partes: el nervio óptico, el quiasma
retinal todo-trans, las convierte de nuevo en 11-cis y óptico y el tracto o cintilla óptica (figs. 14-17 y 14-18).
las transporta hasta los fotorreceptores con una pro-
teína de unión. e El nervio óptico se origina a nivel de la lámina
Entre los fotorreceptores y las células bipolares cribosa de la esclerótica y termina en continua-
hay conexiones excitadoras e inhibidoras cuya acti- ción con el quiasma óptico (fig. 14-1). Está for-
vidad depende del receptor postsináptico de gluta- mado por los axones de las células ganglionares y
mato presente en las conexiones inhibidoras. contiene en su espesor la arteria central de la
En las sinapsis inhibidoras, la disminución de la retina (fig. 14-16). El nervio óptico es, tanto por
liberación de glutamato en respuesta a la ilumina- su estructura como por su embriología, un trac-
ción produce la despolarización de la célula bipolar to del SNC. Está rodeado por las meninges
(«bipolares-apagado»). En las sinapsis excitadoras, la (fig. 14-16), y la vaina mielínica de sus axones
disminución de la liberación de glutamato produce está formada por células de la oligodendroglia. El
la hiperpolarización de la célula bipolar («bipola- nervio óptico está rodeado por el espacio sub-
res-encendido»). El juego de inhibición y excitación aracnoideo, lo cual explica que el aumento de la
permite descomponer la retina, a semejanza de los presión intracraneal se transmita al nervio óptico
píxels de una imagen digitalizada, en una serie de produciendo un edema de papila o papiledema,
campos receptores circulares de las células ganglio- cuya gran importancia es crucial en el diagnósti-
nares, con una zona excitadora (campo con centro co de los procesos expansivos intracraneales.
activado) o inhibidora (campo con centro desactiva- El trayecto del nervio óptico es oblicuo hacia
do) en la zona central, y una respuesta opuesta en la atrás y hacia la línea media (fig. 14-1). Se divide
zona periférica que la rodea. Esta interacción anta- en una porción orbitaria, de unos 3 cm de longi-
gónica entre zonas retinianas vecinas está mediada tud, situada dentro de la órbita; una porción in-
por las células horizontales. tracanalicular, ubicada en el conducto óptico, y
Mientras que las células bipolares y amacrinas una porción intracraneal, que termina en conti-
se comportan de manera similar a los fotorrecep- nuación con el quiasma óptico.
tores en cuanto a su actividad eléctrica, las célu- e El quiasma óptico tiene forma de X, de donde
las ganglionares transmiten, como la mayoría de las proviene su nombre (figs. 14-1 y 14-17). Se sitúa
neuronas, información mediante descarga de poten- por delante de la silla turca, estableciendo nume-
ciales de acción. La información visual se transfiere rosas relaciones de gran importancia para com-
desde los fotorreceptores hasta las células ganglio- prender su patología. Las más importantes son
nares mediante dos vías paralelas: una de centro ac- las que presenta con la hipófisis y con el círculo
tivado y otra de centro desactivado. Las células gan- arterial del cerebro.
glionares de centro activado se excitan cuando la luz Cuando los axones procedentes del nervio
incide en el centro de su campo receptor y se inhi- óptico, pasan por el quiasma óptico, se produce
ben cuando lo hace en su periferia. Las células gan- el típico cruzamiento de los cilindroejes de las
elionares de centro desactivado se comportan de ma- segundas neuronas de las vías de información
nera opuesta. Este comportamiento de las células (fig. 14-18). Todas las fibras procedentes de la mi-
ganglionares facilita la detección de los contrastes tad nasal de cada retina pasan por el centro del
débiles y de los cambios rápidos de la intensidad de quiasma óptico, se cruzan y se incorporan a la
la luz. La forma de los campos receptores se modifi- cintilla óptica contralateral. Las fibras procedentes
ca a medida que las señales son procesadas en los de las mitades temporales pasan a través de las
distintos relés de la vía óptica. porciones laterales del quiasma sin cruzarse y si-
guen por la cintilla óptica ipsolateral. El resultado
es que cada cintilla Óptica contiene las fibras de la
Segmento extraaxial de la vía óptica retina temporal del ojo ipsolateral y de la retina
nasal del ojo contralateral (fig. 14-18). Esta decu-
Clásicamente, se da el nombre de segmento ex- sación, aunque parezca caprichosa, es la adecua-
traaxial a la porción de la vía óptica, visible macros- da para que toda la información del campo visual
cópicamente, que se extiende desde el origen del contralateral llegue a cada cintilla óptica. Ade-
nervio óptico hasta el cuerpo geniculado lateral. más, dado que la percepción de profundidad y la
14. SISTEMA DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES [LEE

estereoscopia se basan en comparar visiones con En su trayecto, la cintilla Óptica está acompa-
ángulos ligeramente diferentes de ambos ojos (vi- ñada por la arteria coroidea anterior (v. cap. 8).
sión binocular), es necesario reunir en el mismo El colículo superior está formado por siete
lado la información de zonas comparables de las capas alternas de sustancia gris y sustancia blan-
dos retinas, lo cual se logra con el quiasma óptico. ca. Además de las aferencias visuales, recibe im-
e La cintilla óptica es un cordón blanquecino que pulsos auditivos y somatosensitivos. A su vez, el
se desprende del ángulo posterolateral del quiasma colículo superior se proyecta a extensas zonas de
óptico (fig. 14-17). Se dirige hacia atrás y, después la corteza cerebral por vía del núcleo pulvinar ta-
de contornear el pedúnculo cerebral correspon- lámico. Controla los movimientos sacádicos de
diente, termina fundamentalmente en el cuerpo ge- los ojos e interviene en los reflejos pupilares
niculado lateral. También suministra proyecciones (v. más adelante).
retinianas al colículo superior, a través del brazo
conjuntival superior (fig. 14-18), y al hipotálamo
(fig. 14-25). Estas fibras terminan en un núcleo si-
tuado por encima del quiasma óptico denominado
núcleo supraquiasmático, muy importante en el
control de los ritmos circadianos (v. cap. 23).

FIGURA 14-18
Esquema de la vía óptica en visión inferior. En el lado derecho
utorización es un delito.

se muestra la organización retinotópica de la vía óptica en una


visión posterior del globo ocular (a), en cortes frontales a los
niveles indicados por las flechas (b-f), y en una visión medial
del área estriada (g). En verde se han representado las pro-
yecciones procedentes de la mitad temporal (verde claro, cua-
drante superior; verde oscuro, cuadrante inferior); en azul las
FIGURA 14-17 de la mitad nasal (azul claro, cuadrante superior; azul oscu-
Visión inferior de un cerebro disecado siguiendo el método de ro, cuadrante inferior); en amarillo las proyecciones maculares.
Ludwing y Klingler, Se muestra el trayecto de la vía óptica Las flechas largas indican la inversión que sufre el campo vi-
< desde el nervio óptico hasta la corteza cerebral. sual a nivel del cristalino.
Z 1 Nervio óptico. 5 Asa de Meyer. 1 Arteria carótida interna. Colículo superior.
0-0 un

E 2 Quiasma óptico. 6 Asta occipital del ventrículo 2 Cuerpo geniculado lateral. Esplenio del cuerpo calloso.
3 Tracto óptico. lateral. 3 Asa de Meyer. Cisura calcarina.
= 4 Cuerpo geniculado lateral. 7 Cisura calcarina. 4 Ventrículo lateral. Nervio óptico.
UA SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

A0A
FIGURA 14-19
Cortes frontales que muestran la organización laminar del
núcleo de la porción dorsal del cuerpo geniculado lateral.
La flecha indica la situación del hilio. Las capas 1 y 2 son
magnocelulares; las capas 3 a 6 son parvocelulares. A, Sec-
ción teñida con el método de Nissl. B. Sección teñida con el
método de Weigert.

CUERPO GENICULADO LATERAL

El cuerpo geniculado lateral es un complejo neu-


ronal formado por dos porciones: una ventral o
cuerpo pregeniculado y otra dorsal. El núcleo de la
porción dorsal recibe la mayor parte de los axones de
la cintilla óptica. Está constituido por seis capas ce-
lulares separadas entre sí por fibras (fig. 14-19). Las
capas celulares se numeran del 1 al 6 a partir de una
zona de entrada o hilio. Las neuronas de las capas
1 y 2 son de mayor tamaño que las de las restantes
capas, por lo que se denominan capas magnocelula- FIGURA 14-20
res. En contraste, las neuronas de las capas 3 a 6 son Diagrama en el que se muestra la proyección de la retina sobre
el núcleo dorsal del cuerpo geniculado lateral. El punto A del
de tamaño pequeño y forman capas parvocelulares.
campo visual se proyecta a la vez en una zona puntual de la
Estos dos tipos de neuronas representan las terce- mitad nasal de la retina derecha (azul), y en otra de la mitad
ras neuronas de la vía óptica. temporal izquierda (verde oscuro). Los axones de las células
El modo de terminación de los axones en el núcleo ganglionares contralaterales hacen sinapsis en las capas 1, 4 y
dorsal del cuerpo geniculado lateral depende de si las 6 del núcleo; las homolaterales en la 2, 3 y 5. Las capas par-
vocelulares, que son las que reciben las aferencias de las cé-
fibras son directas o cruzadas, y del tipo funcional de
lulas ganglionares P, están dibujadas en sepia; las magnocelu-
célula ganglionar de la que proceden (fig. 14-20). lares, sobre las que se proyectan las M, en verde claro. Las
Un punto determinado del campo visual se pro- eferencias P del cuerpo geniculado hacia el área V1 se han re-
yecta en zonas situadas en mitades opuestas de cada presentado en rojo; las aferencias hacia M en verde medio,
retina (fig. 14-20) debido a la inversión que sufren los
rayos lumínicos al pasar por el cristalino. Es decir, la
información de un punto dado del campo visual es ción procedente de un punto determinado del campo
transportada al cuerpo geniculado por fibras directas visual es procesada en el cuerpo geniculado lateral
y cruzadas, de manera que las fibras directas termi- en columnas que interesan las seis capas. Puntos ad-
nan en las capas 2, 3 y 5, mientras que las fibras cru- yacentes del campo visual se proyectan sobre colum-
zadas lo hacen en las capas 1, 4 y 6. Así, la informa- nas adyacentes. De esta manera, existe en el cuerpo
14. SISTEMA DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES

geniculado lateral una representación retinotópica


distorsionada, que depende del grosor de cada co-
lumna de la zona de la retina de donde procede la
información. Las columnas más gruesas corres-
ponden a las que procesan la información que pro-
viene de la fóvea central. Cada columna se proyecta
sobre una zona precisa del área cortical primaria,
disponiéndose las columnas adyacentes en zonas
corticales contiguas. Esta integración de la informa-
ción procedente de las dos retinas es el primer paso
estructural hacia una visión binocular simple.
Por otro lado, las capas 1 y 2 reciben sus aferen-
cias de células ganglionares M, mientras que las capas FIGURA 14-21
3 a 6 las reciben de las células ganglionares P. Ya he- Visión lateral izquierda de un encéfalo, disecado con el méto-
do de Ludwing y Klingler, que muestra la radiación óptica. Nó-
mos indicado el significado funcional de estos dos sis- tese cómo las fibras discurren por las porciones retro (1) y
temas, que puede resumirse en que el primero vincu- sublenticular (2) (asa de Meyer) de la cápsula interna. El nú-
la la información relativa al lugar «dónde está el cleo lentiforme (3) se observa claramente.
objeto», mientras que el segundo transporta infor-
mación sobre «qué es el objeto». Estos dos sistemas
producen dos salidas distintas del cuerpo geniculado. tal, se dividen en dos fascículos: uno superior, que
Las neuronas del cuerpo geniculado lateral tie- representa los cuadrantes retinianos superiores, y
nen las mismas propiedades de respuesta que las cé- otro inferior, que representa los cuadrantes retinia-
lulas ganglionares, con campos receptores circulares nos inferiores. Ambos fascículos alcanzan la corte-
y con interacciones entre el centro y la periferia. El za cerebral situada en torno a la cisura calcarina.
cuerpo geniculado lateral recibe un gran número de
aferencias no retinianas procedentes (fig. 14-25),
fundamentalmente, de la formación reticular y de Áreas visuales corticales
la corteza cerebral. Son aferencias que controlan la
circulación de información hacia la corteza cerebral. El área visual primaria (V1) corresponde al
Ello puede acentuar la información de interés espe- área 17 de Brodmann, situada por encima y por de-
cial, lo que corresponde al mecanismo de atención.

RADIACIÓN ÓPTICA

Los cilindroejes que se originan en las neuro-


nas del cuerpo geniculado lateral siguen un tra-
yecto complejo para alcanzar la zona de la corte-
za cerebral situada en torno a la cisura calcarina
(fig. 14-17). Este segmento de la vía óptica se deno-
Fotocopiar sin autorización es un delito.

mina radiación óptica o tracto geniculocalcarino. Al


principio, las fibras discurren por las porciones retro
y sublenticular de la cápsula interna (fig. 14-21), di-
rigiéndose hacia delante y hacia fuera, y describien- FIGURA 14-22
do sobre el asta temporal del ventrículo lateral un Disección con el método de Ludwing y Klingler del hemisfe-
arco de convexidad anterior llamado asa de Meyer rio cerebral izquierdo visto desde su cara medial. Después
(fig. 14-17). Forman así una lámina ancha que recu- de exponer el ventrículo lateral se han eliminado los núcleos
bre gran parte de las astas temporal y occipital del caudado, lentiforme, tálamo y tapetum, para mostrar la ra-
S.A.

diación óptica.
ventrículo lateral, de cuya cavidad están separadas
O MASSON,

1 Radiación óptica.
por las fibras del tapetum (fig. 14-22). Después, las 2 Comienzo del pie del pedúnculo cerebral.
fibras se dirigen hacia atrás y, sobre el asta occipi- 3 Nervio óptico.
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Las dos vías M y P, aparecidas en la retina y fun-


cionalmente distintas, realizan conexiones separa-
das en el cuerpo geniculado y se proyectan en dife-
rentes subcapas de la corteza V1. La vía P también
envía conexiones a las capas 2 y 3 de la corteza V1.
Los impulsos visuales que llegan a la capa 4 del
área V1 se modifican y se transmiten hacia las ca-
pas supra e infragranulares. Esta conexión vertical
forma la base de las columnas o módulos funciona-
les corticales. A continuación, las células piramida-
les supragranulares se provectan a otras áreas corti-
cales, principalmente a la corteza visual secundaria
(V2). A su vez, las células piramidales infragranula-
res se proyectan a los centros visuales subcorticales,
fundamentalmente al colículo superior y al cuerpo
geniculado lateral.
Una característica de la corteza estriada es la pre-
sencia de zonas ricas en la enzima mitocondrial cito-
cromooxidasa. Estas zonas se localizan en las capas
supragranulares (capas 2 y 3) y, debido a la forma que
adoptan en las preparaciones histoquímicas para esa
enzima, se conocen como «gotas» o «burbujas». Re-
ciben conexiones directas del cuerpo geniculado y
tienen campos receptores con propiedades diferentes
a las de las células situadas en las zonas «intergotas».
No se conoce con precisión su significado funcional.
Los campos receptores de la mayoría de las neuro-
nas de V1 son alargados y responden mejor a líneas,
FIGURA 14-23 barras, hendiduras, bordes y ángulos, que tienen una
Situación de las áreas visuales corticales en visiones esque- orientación específica. En contraste, los campos re-
máticas de las caras medial (A) y superolateral (B) del hemis- ceptores de la retina y cuerpo geniculado lateral tie-
ferio cerebral derecho. En azul claro se ha dibujado el sistema
temporal; en azu/ oscuro el sistema parietal. Las flechas indi-
nen campos receptores circulares. Por lo general, las
can el flujo de información hacia los dos sistemas; las seña- neuronas corticales responden mejor a una luz móvil
ladas con «P» corresponden al sistema parietal (vía dorsal), o vacilante que a una línea estacionaria.
importante en la señalización espacial; las señaladas con «T» Atendiendo a las características de los campos
al sistema temporal (vía ventral), importante en el reconoci- receptores y a sus conexiones, se han descrito dos ti-
miento de los objetos.
pos neuronales principales: las células simples y las
complejas.
bajo de la cisura calcarina (fig. 14-23). Tiene forma Las células simples reciben aferencias de tres o
triangular con la base hacia atrás. Al ser una corte- más neuronas del cuerpo geniculado lateral. Su cam-
za sensitiva por excelencia, la corteza V1 posee una po receptor tiene una zona activada y otra desacti-
capa 4 (lámina granulosa interna) muy desarrollada, vada, con una línea recta como borde. La orienta-
en la que hay abundantes fibras tangenciales fuerte- ción y posición del estímulo son decisivos para su
mente mielinizadas. Estas fibras son tan numerosas activación. Las células complejas reciben aferencias
que su conjunto puede identificarse en los cortes sin de varias células simples con la misma preferen-
teñir a simple vista: es la llamada estría de Gennari, cia de orientación. No tienen regiones activadas e in-
que da al área 17 el nombre alternativo de área estria- activadas. Responden a un área mucho mayor del
da. La capa 4 recibe sus aferencias más importantes campo visual y su respuesta es máxima al movi-
del cuerpo geniculado lateral y puede subdividirse en miento de un borde a través del campo receptor.
cuatro subcapas. El área 17 tiene una representación Las neuronas con propiedades funcionales simi-
retinotópica precisa que estudiaremos más adelante. lares, situadas en columnas corticales diferentes, se
14, SISTEMA
DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTIC
encuentran unidas entre sí por conexiones horizon- con la percepción de los aspectos espaciales de la
tales a través de cada capa. Las unidades resultan- visión, como los movimientos, y de las relaciones
tes de estas uniones se denominan hipercolumnas y de las posiciones de los objetos en la escena visual.
parecen funcionar como módulos elementales de
computación: reciben información, la transforman y Resumiendo gráficamente el papel funcional de
la envían a otras zonas del SNC. los dos sistemas, podemos decir que el sistema tem-
Las áreas V2, o corteza de asociación visual, pue- poral (vía ventral) da respuesta a «qué se ve», mien-
den subdividirse en dos grandes grupos: áreas visua- tras que el sistema parietal (vía dorsal) responde a
les secundarias clásicas y otras áreas extraestriadas. «dónde está». -
Las áreas 18 y 19 de Brodmann son áreas V2 clá- Las áreas extraestriadas reciben conexiones di-
sicas, a las que la información visual llega principal- rectas de las áreas V1, V2 y V3. Aunque ambos sis-
mente del área 17. El área 18 (V2) también se puede temas reciben información de las vías M y P, que
denominar preestriada dada su situación por delante interaccionan y cooperan en la mayoría de las per-
de V1. Se extiende en forma de banda por las tres ca- cepciones complejas, en el sistema parietal domina
ras del lóbulo occipital (fig. 14-23). El área 19 (V3) se la información aportada por M, y en el temporal la
ubica por delante de V2 y, como ésta, ocupa parte de aportada por P. Representan contribuciones distin-
las tres caras del lóbulo occipital. En la actualidad tas a aspectos básicos de la percepción visual.
existe una tendencia a quitarle identidad y a incluirla
dentro del creciente número de áreas visuales ex-
traestriadas. Tanto el área 18 como la 19 son un mo- Organización retinotópica de la vía óptica
saico complejo de pequeñas áreas de organización
retinotópica, unas relacionadas con el movimiento A lo largo de la vía óptica existe una organización
de los objetos, otras con la percepción del color, y retinotópica fina. Su conocimiento tiene gran im-
otras con diferentes características de las imágenes. portancia en el diagnóstico neurológico.
Las otras áreas extraestriadas constituyen un En la retina, en la capa de las fibras nerviosas,
conjunto numeroso (hasta 30) de áreas de pequeño los cilindroejes de las células ganglionares siguen,
tamaño situadas en los lóbulos occipital, parietal y dependiendo de su origen, dos trayectos diferentes
temporal. Se han descrito en primates, donde parti- para alcanzar la papila del nervio óptico. Las origi-
cipan en el procesamiento de la información visual. nadas en la mácula discurren medialmente siguien-
En el ser humano los datos son fragmentarios, pero do un curso ligeramente arqueado. Las procedentes
el análisis de imágenes funcionales ha puesto de ma- de la retina periférica describen grandes arcos que
nifiesto la presencia de algunas de estas áreas orga- rodean a los anteriores.
nizadas en dos sistemas distintos, uno temporal y Al inicio del nervio óptico (fig. 14-18), las fibras
otro parietal. maculares se agrupan en un cordón cilíndrico ligera-
mente desplazado hacia fuera. Por encima y por de-
e El sistema temporal se localiza en el lóbulo tem- bajo de éstas, y de fuera adentro, se disponen sucesi-
poral (fig. 14-23) y está compuesto por varias vamente las fibras procedentes de los cuadrantes
áreas. Las mejor conocidas son el área V4, impor- retinianos temporal superior (TS), temporal inferior
tante en la percepción espacial tanto del color (TD), nasal superior (NS) y nasal inferior (NI). A me-
como de la forma, y un conjunto denominado de dida que el nervio óptico se aproxima al quiasma óp-
(O MASSON, S.A, Fotocopiar sin autorización es un delito.

la corteza inferotemporal, que parece ser muy im- tico, las fibras maculares se vuelven más mediales.
portante en el reconocimiento de objetos familia- En la zona media del quiasma óptico (fig. 14-18),
res y, muy especialmente, de los rostros. El siste- las fibras maculares de ambas retinas forman una
ma temporal sería el responsable de la visión de cinta que ocupa la porción central. Por encima se
alta resolución y el reconocimiento de objetos y sitúan las del cuadrante NS y por debajo las del NI
del color. de ambas retinas. En las porciones laterales del
e El sistema parietal se ubica en las áreas de asocia- quiasma se localizan las del TS en el plano superior
ción del lóbulo parietal (fig. 14-23), aunque inclu- y las del TI en el inferior, correspondientes a la reti-
ye también la denominada área temporal media o na del mismo lado.
V5, especializada en procesar el movimiento vi- La zona media del tracto óptico está ocupada por
sual. El sistema parietal parece estar relacionado las fibras maculares (fig. 14-18), por encima de las
SEGUNDA PARTE. ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA is
cuadrantes contralaterales se sitúan medialmente
con respecto a las provenientes de los homolaterales.
En las radiaciones ópticas (fig. 14-18), las fibras
de los diferentes cuadrantes se disponen formando
una columna en cuyo tercio superior se ubican los
cuadrantes SN contralateral y TS homolateral, en el
tercio medio las fibras maculares homo y contrala-
terales, y en el tercio inferior los cuadrantes TI ho-
molateral y NI contralateral.
En el área 17, los cuadrantes retinianos supe-
riores se sitúan por encima de la fisura calcarina
(fig. 14-18) y los inferiores por debajo. De atrás ha-
cia delante, las fibras maculares se proyectan en el
plano más posterior, las fibras nasales contralate-
rales por delante y las temporales homolaterales en
el plano más anterior. Hay que resaltar que las dos
máculas están representadas completa y bilateral-
mente en esta área. Parte de las fibras maculares se
cruza por el rodete del cuerpo calloso para terminar
en el área 17 contralateral. Además, la mácula tiene
un área de representación más extensa que el resto
de la retina, como corresponde a una zona con ma-
yor densidad de receptores.

REPRESENTACIÓN RETINIANA DEL CAMPO VISUAL

FIGURA 14-24 El campo visual es la porción del espacio visual


Esquema del campo visual y su proyección sobre la retina. contemplado por los dos ojos, cuando éstos y la ca-
Dentro del campo visual se ha representado una «P» para beza están inmóviles. Tiene forma elíptica (fig. 14-24).
mostrar la inversión que sufren los objetos al proyectarse en la
Se divide en cuadrantes por una línea vertical y otra
retina (la P se transforma en una d). El cerebro y los globos
oculares están vistos desde el plano inferior. Sin embargo, horizontal que se cruzan en un punto denominado
para simplificar la comprensión del esquema, no se ha tenido punto de fijación, que es el punto del espacio visual
en cuenta esta circunstancia a la hora de representar el cam- con el que están alineadas las fóveas.
po visual. Así, los cuadrantes superiores se han representado El campo visual puede dividirse en dos hemicam-
en rojo y verde claro, y los inferiores en verde oscuro y azul. En
pos o campos visuales monoculares, uno derecho y
la porción inferior derecha se muestran las alteraciones de
los hemicampos (en gris) tras la lesión de la vía óptica a dife- otro izquierdo, que son simétricos. Cada campo vi-
rentes niveles (barras rojas). sual monocular es el espacio visual contemplado por
1 Zona binocular. un solo ojo en las condiciones de inmovilidad seña-
2-3 Zonas monoculares derecha e izquierda. ladas. En el campo visual hay una zona común a los
4-5 Hemicampos visuales derecho e izquierdo.
6-7 Campos retinianos derecho e izquierdo.
dos hemicampos, visualizada por ambos ojos con un
8 Ambliopía por lesión del nervio óptico. ángulo ligeramente diferente, y que denominamos
10
9 Hemianopsia bitemporal.
Hemianopsia nasal,
zona binocular (fig. 14-24). Hay además dos zonas,
11 Hemianopsia homónima con abolición de los reflejos pupilares. las zonas monoculares, cada una de las cuales es ob-
12 Hemianopsia homónima con conservación de los reflejos pupilares. servada únicamente por un solo ojo. Por su forma y
13 Hemianopsia en cuadrante por lesión parcial de la radiación óptica.
situación dentro del campo visual, también reciben
el nombre de semilunas temporales derecha e iz-
cuales se sitúan las fibras procedentes de los cua- quierda. Estas zonas únicamente son visibles por la
drantes TS homolateral y NS contralateral. Por deba- porción más medial de la retina nasal del ojo del
jo se encuentran las de los cuadrantes TI homolateral mismo lado, ya que la nariz actúa de barrera impi-
y NI contralateral. En todo momento, las fibras de los diendo la visión de esta zona por el ojo del otro lado.
VISUALES.
Con fines clínicos, es muy importante compren- rísticas» de cada imagen, ya que una escena puede
der la correspondencia que existe entre el campo vi- describirse descomponiéndola en elementos más pe-
sual y la imagen retiniana. Para ello es necesario te- queños y simples, como bordes de objetos, ángulos,
ner presente el hecho, en el que hemos insistido manchas, líneas, etc.
repetidamente, de que, al pasar la luz por el cristali-
no, las imágenes de los objetos en el campo visual
se invierten de arriba hacia abajo y se permutan de Consideraciones clínicas.
derecha a izquierda antes de proyectarse sobre la re- Defectos del campo visual
tina (fig. 14-24). Si consideramos los cuadrantes de
los campos visuales monoculares y los invertimos y Las lesiones de la vía óptica producen defectos li-
permutamos, el resultado es que los cuadrantes na- mitados a regiones particulares del campo visual. La
sales del campo visual se proyectan sobre los tempo- identificación de estos defectos permite precisar, ana-
rales retinianos (el superior sobre el inferior y el in- lizando la correlación entre organización retinotópica
ferior sobre el superior), y los temporales sobre los y campo visual, dónde se encuentra la lesión. Además,
nasales con la misma inversión. De esta manera, conociendo las relaciones anatómicas de la vía en el
existe a lo largo de la vía Óptica una representación punto de lesión, podemos llegar a determinar la cau-
ordenada o mapa del espacio visual. sa. Al tener la vía óptica un trayecto cerebral largo y
En el campo visual binocular se superponen la relacionarse con numerosas estructuras, no sólo sufre
mayor parte de los campos visuales monoculares, de alteraciones propias sino que puede lesionarse debido
modo que en el hemicampo binocular de un lado se a enfermedades de las estructuras vecinas. Así, su ex-
superponen la mitad temporal del mismo lado y la ploración puede ser de ayuda para establecer el diag-
mitad nasal contralateral. Si se tiene en cuenta el nóstico de numerosas enfermedades del SNC.
comportamiento de la proyección del campo visual Denominamos ambliopía o ceguera a la pérdi-
sobre la retina y el cruzamiento de las fibras en el da total de visión de un campo visual monocular
quiasma óptico, se llega a la conclusión de que la (fig. 14-24) o binocular. La lesión se sitúa en el ner-
información proveniente de la mitad izquierda del vio óptico, que se ve completamente afectado. La
campo visual está representada en la mitad derecha pérdida de visión en zonas pequeñas del campo vi-
de la corteza cerebral y viceversa, como ocurre en la sual se denomina escotoma. Si la pérdida de visión
mayoría de las vías de información. afecta a zonas grandes del campo visual se denomi-
La representación del espacio visual a lo largo na anopsia. La cuadranopsia es la anopsia que afec-
de la vía óptica puede conducir a la idea engañosa de ta a un cuadrante, y la hemianopsia es aquella que
que este sistema sensorial funciona como una cáma- afecta a mitades simétricas del campo visual.
ra que recoge las imágenes del campo visual y las Existen dos tipos de hemianopsias: homónima y
transporta por la cadena neuronal hasta el área cor- heterónima. Estos términos hacen referencia al cam-
tical, donde las neuronas se disponen formando una po visual binocular. Ya hemos señalado que la mi-
pantalla interna. Esta teoría es lógica y fácil de com- tad temporal de la retina de un lado y la mitad nasal
prender de manera intuitiva, ya que es el modo de del otro ven la misma mitad del campo visual bi-
funcionamiento de muchos de los aparatos que nos nocular; así, son mitades homónimas. Por el con-
rodean, como la televisión, la fotografía, el cine, etc. trario, las mitades temporales y nasales de una mis-
Sin embargo, el sistema visual no funciona de ese ma retina ven mitades distintas del campo visual
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

modo. La visión implica el establecimiento de una binocular: son mitades heterónimas (fig. 14-24).
descripción simbólica en nuestro cerebro. Un símbo- Las hemianopsias homónimas afectan a mitades
lo es aquello que representa una cosa distinta de sí idénticas del campo visual. La lesión se sitúa en la
mismo. La actividad neuronal constituye los símbo- cintilla Óptica, en las radiaciones ópticas o en la corte-
los internos que representan las partes del mundo ex- za visual del área 17. El comportamiento de los refle-
terior. La visión es una interpretación del mundo jos pupilares permitirá precisar la lesión (fig. 14-24).
exterior, no su reflejo. Las hemianopsias heterónimas afectan a mitades
El problema clave de la visión consiste en la ob- distintas del campo visual, pudiendo ser bitempora-
tención de una descripción simbólica de una escena les o binasales (se refieren al campo visual afectado).
(E) MASSON,

utilizando información contenida en una imagen de En ambos casos la lesión se sitúa en el quiasma óp-
entrada visual. La solución es la «visión de caracte- tico (fig. 14-24).
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA
FIGURA 14-25
Representación esquemática del reflejo
pupilar a la luz, y de algunas eferencias
y aferencias de la vía óptica. En verde
claro se ha representado el brazo afe-
rente del reflejo; en verde oscuro el efe-
rente. Las flechas (1) y (2) indican res-
pectivamente aferencias controladoras
corticales y reticulares hacia el cuerpo
geniculado lateral (3). En rojo se ha di-
bujado el músculo esfínter del iris.
4 Radiaciones ópticas.
Colículo superior.
Zovo<ou

Núcleo pretectal.
Nervio oculomotor.
Ganglio ciliar.
Nervios ciliares cortos.
Núcleo supraquiasmático.
e a

Aferencias ópticas hacia el hipotálamo.

Mi REFLEJOS VISUALES brazo superior, que se encuentra conectado al cen-


tro reflejo representado por el núcleo pretectal.
El diámetro de la pupila y el grado de curvatura e Elnúcleo pretectal se sitúa inmediatamente por
del cristalino varían constantemente, dependiendo el delante y en posición ligeramente craneal respec-
primero de la intensidad lumínica y el segundo de la to del colículo superior. Recibe conexiones de am-
distancia a que se encuentran los objetos que con- bas retinas por medio de fibras que se han cruza-
templamos. Estas variaciones están controladas por do en el quiasma óptico. Además, recibe fibras
dos reflejos: el pupilar a la luz y el de acomodación. del núcleo pretectal contralateral. Éstas han pasa-
La cantidad de luz que llega a la retina está con- do por la comisura posterior.
trolada, dentro de lo posible, por variaciones en e El brazo eferente está constituido por axones
el diámetro de la pupila. Cuando se ilumina el ojo, el de neuronas de asociación del núcleo pretectal
tamaño de la pupila se reduce (miosis), mientras que, después de pasar cerca de la sustancia gris
que, cuando desciende la intensidad lumínica, el ta- periacueductal, conectan con el núcleo oculomo-
maño de la pupila se agranda (midriasis). Tanto la tor accesorio o núcleo de Edinger-Westphal. En
miosis como la midriasis son respuestas consensua- este núcleo se originan fibras preganglionares que
das, es decir, se producen en los ambos, aunque la salen del troncoencéfalo, formando parte del ner-
variación de la intensidad lumínica afecte solamen- vio oculomotor, y llegan hasta el ganglio ciliar.
te a uno de ellos. Las fibras posganglionares procedentes de las
neuronas de este ganglio terminan en el músculo
esfínter del iris, al que llegan a través de los ner-
Reflejo pupilar a la luz o fotomotor vios ciliares cortos.

En el reflejo de la miosis se distingue un brazo


aferente, un centro reflejo y un brazo eferente. Reflejo dilatador de la pupila

e El brazo aferente está formado sucesivamente La midriasis se produce pasivamente cuando dis-
por la retina, el nervio óptico, el quiasma óptico y la minuye el tono parasimpático. También se produce
cintilla óptica (fig. 14-25). Desde esta última, las de manera activa cuando aumenta el tono simpático
fibras llegan al colículo superior por medio del y se produce la contracción del músculo dilatador de
14. SISTEMA DE INFORMACIÓN ÓPTICO: GLOBO OCULAR, VÍA ÓPTICA Y REFLEJOS VISUALES
FIGURA 14-26
Representación esquemática del reflejo
dilatador de la pupila. En verde se ha
dibujado el músculo dilatador de la pu-
pila; en verde claro se ha representado
parte de la vía óptica; en azul el brazo
eferente del reflejo.
Cuerpo geniculado lateral.

uN —
Colículo superior.
Vía descendente de la formación
reticular.
Centro cilioespinal.

0003004
Fibras preganglionares simpáticas.
Cadena simpática cervical.
Fibras posganglionares simpáticas.
Arteria carótida interna.
Nervio oftálmico,
Nervios ciliares largos.

pao

la pupila. El reflejo se desencadena fundamental- Reflejo de acomodación


mente por un descenso de la intensidad lumínica.
El cristalino es una lente biconvexa cuya curvatu-
e El brazo eferente de este reflejo está constituido ra experimenta variaciones. El objeto de estas varia-
por fibras simpáticas que llegan al músculo dila- ciones es la acomodación de la visión a las distan-
tador de la pupila siguiendo un largo recorrido cias, es decir, mantener enfocada la imagen sobre el
(fig. 14-26). Las fibras preganglionares se origi- plano retiniano independientemente de la distancia
nan en neuronas del centro cilioespinal, que se si- a que se encuentren los objetos observados.
túa en el asta intermediolateral, entre los seg- Podemos afirmar que el cristalino, a diferencia
mentos T1 y T2. Las fibras preganglionares salen de las lentes convencionales, es una lente de geome-
de la médula espinal con la raíz anterior de los tría variable. El grado de curvatura que se alcanza
dos primeros nervios espinales torácicos, dis- (y, por lo tanto, el grado de acomodación) depende
curren por los ramos comunicantes blancos y lle- de dos variables: la elasticidad del cristalino y la ten-
gan a la cadena simpática cervical. En la cadena sión de las fibras zonulares. La elasticidad del crista-
cervical ascienden hasta llegar al ganglio cervical lino tiende a abombarlo, mientras que el aumento
superior, donde establecen sinapsis. Las fibras de tensión de las fibras zonulares se transmite a la
posganglionares forman primero parte del plexo cápsula del cristalino y tiende a aplanarlo.
carotídeo y discurren luego formando parte de El reflejo de acomodación tiene lugar cuando ob-
S.A, Fotocopiar sín autorización es un delito.

los nervios ciliares largos, llegando con ellos al servamos objetos próximos, como ocurre al escribir
globo ocular y terminando en el músculo dilata- o al manipular objetos. En ese momento se produ-
dor de la pupila. cen tres fenómenos simultáneos:
e El brazo aferente de este reflejo no se conoce
bien. Es posible que, además de la porción de la e Convergencia de los ojos. Los ejes oculares, que
vía óptica que va desde la retina hasta el cuerpo son paralelos entre sí cuando observamos objetos
geniculado lateral, intervengan la formación re- lejanos, pasan a ser convergentes para que la ima-
ticular y el colículo superior (fig. 14-26). gen del objeto se forme en las dos fóveas. La con-
vergencia se produce por medio de los músculos
( MASSON,

Hay que señalar que la midriasis activa también del globo ocular (contracción del músculo recto
se produce por estímulos cutáneos nociceptivos. medial y relajación del músculo recto lateral).
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 14-27
Reflejo de acomodación. Se ha dibuja-
do la mitad superior del cristalino con
un trazo más grueso que la inferior para
simbolizar los cambios que experimen-
ta al adaptarse a las visiones próxima y
lejana respectivamente. En verde os-
curo se han dibujado las fibras para-
simpáticas; en azul las fibras estriomo-
toras; en diferentes tonos de grís las
áreas corticales visuales (17 a 19) de
la corteza occipital.
1 Tracto corticotectal.
Colículo superior.
000-—0an mn

Cuerpo geniculado lateral.


Núcleo oculomotor accesorio.
Núcleo del nervio oculomotor.
Nervio oculomotor,
Ganglio ciliar,
Músculo ciliar.
Músculo esfínter del iris.
Músculo recto medial.
ma

e Aumento de la curvatura del cristalino (engrosa- flejo. Las fibras parasimpáticas preganelionares se
miento). Se produce por la contracción del originan en el núcleo oculomotor accesorio. Las fi-
músculo ciliar y la consiguiente disminución de bras parasimpáticas posganglionares, procedentes
la tensión de las fibras zonulares. Esto hace que del ganglio ciliar, inervan tanto el músculo esfín-
el objeto se enfoque en la retina. ter del iris como el músculo ciliar.
e Miosis. Se produce con el fin de corregir las aberra-
ciones cromáticas y esféricas que aparecen en el
cristalino cuando éste aumenta su poder de con- Consideraciones clínicas sobre los reflejos visuales
vergencia. La miosis, además, aumenta la profun-
didad de foco. La exploración de los reflejos pupilares es una
práctica rutinaria y de cumplimiento obligado en la
El brazo aferente del reflejo de acomodación no exploración clínica, ya que puede proporcionar in-
se conoce bien. Se considera que comienza en la re- formación neurológica muy valiosa.
tina (fig. 14-27) y que los impulsos llegan hasta la En las hemianopsias homónimas, la alteración (o
corteza visual siguiendo la cadena neuronal de la vía ausencia de alteración) del reflejo fotomotor permi-
óptica. Cuando la corteza recibe información de que te precisar dónde se encuentra la lesión. Si el reflejo
el objeto observado está próximo al ojo y se vuelve se conserva, la lesión se encuentra más allá de la cin-
borroso, se desencadena la respuesta. Con respecto tilla Óptica, dado que el brazo aferente se preserva.
al brazo eferente, los impulsos originados en la cor- Si está abolido, la lesión se sitúa en la cintilla óptica
teza visual pasan al núcleo pretectal por medio del o por delante de ésta (fig. 14-24), pues el brazo afe-
tracto corticotectal. Desde el núcleo pretectal, las co- rente del reflejo está interrumpido.
nexiones son idénticas a las descritas para el reflejo El largo camino que siguen las fibras simpáticas
pupilar a la luz, con el añadido de que los impulsos que forman parte del brazo eferente del reflejo dila-
también llegan al núcleo oculomotor y al núcleo del tador pupilar facilita su interrupción por procesos
nervio abducens. Los clindroejes que se originan en tumorales del cuello o del vértice pulmonar. Se pro-
estos núcleos son responsables de la inervación de duce así la aparición del denominado síndrome de
los músculos del globo ocular implicados en el re- Bernard-Horner, caracterizado por miosis, ptosis
palpebral y anhidrosis (ausencia de sudoración). La con el acueducto cerebral. En las toxiinfecciones
miosis en la pupila afectada da lugar a que las dos suele manifestarse un signo de Argyll Robertson in-
pupilas tengan un tamaño diferente, fenómeno co- vertido: se conserva el reflejo fotomotor y desapare-
nocido como axisocoria. ce el de acomodación.
Se denomina signo de Argyll Robertson a la pre- Con la edad, el cristalino pierde elasticidad, la
sencia de anisocoria con pérdida del reflejo fotomo- acomodación no se realiza adecuadamente y no es
tor y conservación del reflejo de acomodación. Apa- posible enfocar sobre la retina las imágenes de los
rece a consecuencia de neurosíilis o de tumores que objetos próximos. Este habitual defecto refractivo se
afectan a la zona del III ventrículo en continuidad conoce con el nombre de presbicia.
CAPÍTULO 15

Sistema auditivo: aparato de la audición,


vía acústica y corteza auditiva

El sistema auditivo está formado por el conjunto OREJA


de estructuras que permiten la percepción de los so-
nidos. Es el sentido más importante después de la La oreja es una especie de lámina arrugada situa-
vista, siendo esencial en la comunicación humana al da en las zonas laterales de la cabeza, por detrás de
permitir la comprensión de la palabra hablada y de la articulación temporomandibular. Tiene dos ca-
la música, una de las máximas creaciones artísticas. ras, una interna y otra externa. El tercio anterior de
Los sonidos son ondas, es decir, aumentos y des- la cara interna es adherente, mientras que el resto
censos alternativos de presión generados por la vi- de la oreja es libre en toda su extensión. Forma con
bración de las moléculas del aire. El oído humano la superficie craneal un ángulo abierto hacia atrás
puede detectar sonidos cuyas ondas tienen frecuen- de unos 30”: el ángulo cefaloauricular.
cias de entre 20 Hz y 20 KHz (ciclos por segundo o
Hertzios). Los sonidos transportan energía mecáni-
ca por el aire a una velocidad de 340 m/s. El siste-
ma auditivo está diseñado para captar esta energía,
amplificarla, transmitirla hasta los receptores y co-
dificarla en señales bioeléctricas que son procesa-
das, analizadas e interpretadas. Estudiaremos las
tres partes que constituyen el sistema auditivo: el
aparato de la audición, la vía acústica y la corteza
auditiva.

71 APARATO DE LA AUDICIÓN
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Está constituido por el oído, en el que distingui-


mos tres partes: oído externo, oído medio y oído
interno (fig. 15-1).
FIGURA 15-1
Esquema que muestra las partes diferentes del oído. En azul
Oído externo
se ha dibujado el oído medio; en rojo el oído interno.
1 Oreja. 7 Ventana coclear.
Está diseñado para captar los sonidos y condu- 2 Conducto auditivo externo. 8 Trompa auditiva.
cirlos al oído medio. Consta de dos partes: una pan- 3 Celdas mastoideas. 9 Cóclea.
( MASSON,

4 Membrana del tímpano. 10 Vestíbulo.


talla captadora, la oreja, y un tubo conductor, el 5 Entrada al antro. 11 Conductos semicirculares.
conducto auditivo externo. 6 Cadena de huesecillos. 12 Nervio vestibulococlear.
EZ] —secuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

La oreja está constituida por un fibrocartílago que 0,7 cm. El tercio externo es fibrocartilaginoso y móvil,
le proporciona rigidez, ligamentos de pequeño tama- mientras que los dos tercios internos son óseos y fijos.
ño, músculos estriados sin importancia funcional en El conducto auditivo externo está revestido por piel
el ser humano y un revestimiento cutáneo. La cara que se continúa, a nivel del orificio auditivo externo,
externa presenta una serie de elevaciones y depresio- con el revestimiento cutáneo de la oreja. Su trayecto
nes situadas en torno a una depresión profunda, la es sinuoso, tanto en sentido vertical como horizontal,
concha de la oreja, en cuyo fondo se ubica el orificio siendo oblicuo de atrás hacia delante y de fuera aden-
auditivo externo. En la figura 15-2 pueden observarse tro. Debido a este trayecto no es posible visualizar la
la forma y la situación de estos relieves y depresiones. membrana del tímpano directamente desde el exte-
rior. Para ello es necesario eliminar las sinuosidades
de modo que la porción móvil del conducto se alinee
CONDUCTO AUDITIVO EXTERNO con la ósea. Ello se consigue tirando simultáneamen-
te del trago hacia delante y de la oreja hacia arriba.
El conducto auditivo externo se extiende desde la Las relaciones del conducto auditivo externo con
concha de la oreja hasta la membrana del tímpano, la glándula parótida y con la articulación temporo-
que lo separa del oído medio (fig. 15-1). Tiene una lon- mandibular son muy importantes desde el punto de
gitud de unos 2,6 cm y un diámetro de alrededor de vista clínico.

PAPEL FUNCIONAL DEL OÍDO EXTERNO

El oído externo, además de captar y transmitir


los sonidos, cumple otros papeles funcionales im-
portantes. Los relieves y depresiones de la cara ex-
terna de la oreja mejoran la sensibilidad al sonido, re-
flejándolo y dirigiéndolo hacia el orificio auditivo
externo. Además, la oreja facilita la localización de
la procedencia del sonido al reflejar con más efectivi-
dad los sonidos procedentes de unas direcciones que
de otras. Por otra parte, las propiedades de resonan-
cia acústica del oído externo mejoran la intensidad
de los sonidos (entre 30 y 100 veces) en las frecuen-
cias entre 250 y 8.000 Hz, que son los más impor-
tantes para la comunicación humana al coincidir
con los de la palabra articulada.
El conducto auditivo externo, al ser un tubo si-
nuoso relativamente estrecho, dificulta la entrada
de objetos extraños de cierto tamaño y protege la
membrana del tímpano. Además, tiene células que
segregan una sustancia ceroide que atrapa partícu-
las pequeñas y repele a los insectos que puedan pe-
netrar en él.

Oído medio
FIGURA 15-2
Oreja derecha. Cara externa.
El oído medio es un conjunto de cavidades labra-
1 Hélix. 7 Ramao raíz del hélix.
2 Escafa o canal del hélix. 8 Cavidad de la concha.
das en el hueso temporal que se hallan ocupadas por
3 Ramas del antehélix. 9 Orificio auditivo externo. aire y por la cadena de huesecillos. Consta de tres
4 Fosa triangular. 10 Trago.
5 Cymba conchalis. 11 Antitrago.
partes: la cavidad timpánica, la trompa auditiva y
6 Antehélix. 12 Lobulillo de la oreja. las celdas mastoideas (fig. 15-1).
15 SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA NES

CAVIDAD TIMPÁNICA Pared lateral. Está constituida principalmente


por la membrana del tímpano, que se halla encua-
La cavidad timpánica o caja del tímpano es un es- drada en un marco óseo (fig. 15-3). También se de-
pacio estrecho (casi una hendidura) situado entre el nomina pared membranosa. La membrana del tímpa-
oído externo y el interno (fig. 15-1), que se comunica no separa el conducto auditivo externo de la cavidad
con la cavidad nasofaríngea a través de la trompa au- timpánica. Es muy delgada (0,1 mm), casi circular
ditiva. Estudiaremos sucesivamente las paredes de la (fig. 15-3), con un diámetro de 9 a 11 mm y dos caras,
cavidad, su contenido (la cadena de huesecillos del una medial y otra lateral. Se dispone oblicuamente
oído y dos músculos) y la mucosa que la reviste. formando con la horizontal un ángulo de unos 45”,
La cavidad timpánica o caja del tímpano tiene de manera que su cara lateral mira ligeramente hacia
forma de lente bicóncava en la que distinguimos seis abajo, hacia fuera y hacia delante. Se inserta por su
paredes, aunque cuatro de ellas forman en realidad contorno en el surco timpánico, labrado en las por-
un continuo circunferencial. ciones escamosa y timpánica del hueso temporal. La
zona de la membrana del tímpano insertada en la
porción timpánica es más resistente y se encuentra a
tensión (porción tensa), mientras que la porción esca-
mosa es más laxa y menos resistente y se denomina
porción flácida (membrana de Schrapnell) (fig. 15-4).
La porción flácida está delimitada inferiormente por
los pliegues maleolares anterior y posterior.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 15-3
Caras externa (A) e interna (B) de la cavidad timpánica.
1 Cabeza del martillo. 11 Canal del músculo tensor FIGURA 15-4
2 Apófisis anterior del martillo. del tímpano. Imagen otoscópica de la cara externa de la membrana del tím-
3 Cuerpo del yunque. 12 Conducto timpanomastoideo.
4 Rama corta del yunque. 13 Prominencia del conducto
pano derecho.
5 Cuerda del tímpano. facial. Porción flácida.

6 Apófisis lenticular 14 Eminencia piramidal. Pliegue maleolar anterior.


4g0NnN

del yunque. 15 Ventana vestibular. Pliegue maleolar posterior.


7 Mango del martillo. 16 Promontorio. Prominencia del martillo.
8 Cara interna de la 17 Ventana coclear. Relieve de la rama inferior del yunque.
(0 MASSON,

membrana del tímpano. 18 Antro mastoideo. Relieve del mango del martillo.
00

9 Pared tegmentaria. 19 Pared yugular. Ombligo.


10 Apófisis cocleariforme. 20 Pared tubárica. Cono luminoso.
0
MRE] —stGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

La membrana del tímpano está constituida por tímpano. Cranealmente, y por detrás de la ventana
una capa fibrosa, con fibras colágenas dispuestas vestibular, se encuentra la prominencia del con-
circular y radialmente. Se encuentra recubierta ex- ducto facial, relieve cilíndrico alargado y determi-
ternamente por una capa cutánea, e internamente nado por el trayecto intrapetroso del nervio facial.
por una capa mucosa. En su espesor se encuentra Por encima se sitúa la prominencia del conducto
empotrado el mango del martillo (fig. 15-3). semicircular lateral. Por delante y por encima del
La cara externa de la membrana del tímpano pue- promontorio se ubica el canal del músculo tensor
de observarse por medio del otoscopio (aparato que, del tímpano, en cuyo extremo se sitúa la apófisis
en esencia, consiste en un sistema de iluminación). cocleariforme (el «pico de cuchara»), que sirve de
La imagen otoscópica (fig. 15-4) muestra una zona punto de reflexión del músculo.
central hundida, el ombligo de la membrana del tím-
pano, que se corresponde con el vértice del mango del Pared posterior. Se denomina, por su situación,
martillo. Del ombligo parte un relieve oblicuo de pared mastoidea (fig. 15-3). Presenta el conducto
abajo hacia arriba y de atrás hacia delante, que se timpanomastoideo, que comunica con una gran
corresponde con el relieve del mango del martillo. En celda mastoidea denominada antro mastoideo, y
la porción superior se observa una zona triangular la eminencia piramidal, que es un cono óseo hueco
vertical, la porción flácida, cuyo vértice presenta un y perforado en el vértice que contiene el músculo es-
pequeño relieve denominado prominencia del marti- tapedio.
llo. En la porción anteroinferior aparece una zona
triangular brillante, dispuesta en perpendicular a los Pared superior. Se denomina pared tegmentaria
rayos lumínicos, denominada cono luminoso. La ex- y corresponde a una zona adelgazada del peñasco
tensión del cono luminoso es variable dado que la del temporal. Se fractura con facilidad y es un posi-
membrana del tímpano es móvil. La cara interna de ble punto de propagación de las infecciones de la ca-
la membrana del tímpano muestra, además de la vidad timpánica hacia la cavidad craneal.
membrana flácida, el mango del martillo, que sobre-
sale hacia la cavidad timpánica (fig. 15-3). Pared yugular o suelo. Es la pared inferior; es-
El cono luminoso tiene gran importancia clínica, tablece relaciones con la vena yugular interna.
ya que puede desplazarse y cambiar de forma cuan-
do la cavidad timpánica contiene un líquido (pus, Pared anterior. Es la pared carotídea o tubárica;
sangre o líquido cerebroespinal), que presiona sobre se relaciona con el conducto carotídeo y en ella se
la cara interna del la membrana del tímpano. Estos encuentra el orificio timpánico de la trompa au-
líquidos pueden evacuarse mediante una punción en ditiva.
el cuadrante posteroinferior de la membrana del
tímpano. La punción en esta zona evita la lesión de
los elementos que ocupan la cavidad timpánica y CADENA DE HUESECILLOS
que se proyectan fundamentalmente sobre los cua-
drantes superiores. Dentro de la cavidad timpánica se encuentran
tres pequeños huesos: el martillo, el yunque y el es-
Pared medial (fig. 15-3). Se denomina, por sus tribo (fig. 15-5).
relaciones con el oído medio, pared laberíntica.
Muestra una serie de elementos labrados en la por- e El martillo es el más grande de los tres. Se inter-
ción petrosa del hueso temporal. En el centro de esta cala entre la membrana del tímpano y el yunque.
cara hay una prominencia determinada por la pri- Consta de cabeza, cuello, mango y dos apófisis:
mera espira de la cóclea: el promontorio. Por enci- una corta o lateral y otra larga o anterior, donde se
ma y por detrás del promontorio se encuentra un insertan pequeños ligamentos que unen el hueso
orificio, la ventana vestibular (oval), ocluida por la a la pared superior de la cavidad timpánica. El
base del estribo. Por debajo y por detrás del promon- mango se encuentra en el espesor de la membra-
torio (fig. 15-3) se sitúa un orificio, la ventana co- na del tímpano.
clear (redonda), que se corresponde con el extremo e El yunque tiene forma de molar. Consta de un
de la rampa timpánica y está cerrada por una delga- cuerpo, articulado con la cabeza del martillo, y dos
da lámina denominada membrana secundaria del ramas. La rama corta u horizontal se dirige hacia
15 SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA [53

FIGURA 15-5
Fotografía de los huesecillos del oído,
que se encuentran muy ampliados.
1 Cabeza del martillo.
Cuello.
3 Apófisis anterior.
4 Apófisis lateral.
5 Mango del martillo.
6 Carilla articular del yunque
para el martillo.
7 Cuerpo del yunque.
8 Rama corta.
9 Rama larga.
10 Apófisis lenticular.
11 Cabeza del estribo.
12 Rama posterior.
13 Rama anterior.
14 Base del estribo.

atrás y se une a la pared lateral de la cavidad tim-


pánica por medio de un ligamento (fig. 15-6). La
rama larga, inferior o vertical, termina en un en-
sanchamiento, la apófisis lenticular, que se articu-
la con la cabeza del estribo.
e El estribo se sitúa entre el yunque y la ventana
vestibular. Consta de una cabeza, una rama ante-
rior, una rama posterior, y una base. La base del es-
tribo se encaja en la ventana vestibular, uniéndose
a su contorno por el medio del ligamento anular.

Los huesecillos del oído están unidos entre sí por


articulaciones diartrodiales, que presentan todos los
elementos característicos de este tipo articular. Un
conjunto de ligamentos une los huesecillos del oído FIGURA 15-6
a las paredes de la caja del tímpano y los mantiene Cadena de huesecillos y sus músculos. La contracción del
en posición (fig. 15-6). músculo tensor del tímpano imprime a martillo y yunque un
movimiento de balanza: la cabeza del martillo se desplaza
hacia fuera arrastrando el cuerpo del yunque, y el mango se
() MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

dirige hacia dentro tensando la membrana del tímpano. Al


MÚSCULOS DE LOS HUESECILLOS DEL OÍDO mismo tiempo, la rama larga del yunque se dirige hacia den-
tro empujando el estribo contra la ventana vestibular (flecha
Los movimientos de la cadena de huesecillos del azul). La contracción del músculo del estribo ejerce una ac-
ción inversa (flecha roja).
oído (v. más adelante) están controlados por dos pe-
Músculo tensor del tímpano.
queños músculos estriados: el músculo tensor del
O00-J00Ad0N

Músculo del estribo.


tímpano y el músculo del estribo. Ventana coclear ocluida por la membrana secundaria del tímpano.
Ligamento suspensor del martillo.
Ligamento suspensor del yunque.
+ El músculo tensor del tímpano o músculo del Ligamento posterior del yunque.
martillo (fig. 15-6) es fusiforme. Se origina en la Antro mastoideo.
Nervio facial.
trompa auditiva y en la espina del esfenoides Trompa auditiva.
y ocupa el conducto de su mismo nombre. El Espina del esfenoides.

E SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

músculo se continúa con un pequeño tendón nica, encontramos tres partes comunicadas entre sí:
que, después de reflejarse en la apófisis cocleari- a) un corredor, la entrada al antro o conducto timpa-
forme, cambia bruscamente de dirección, diri- nomastoideo; b) una cavidad más grande y constante
giéndose hacia fuera, y termina en la porción su- que las restantes: el antro mastoideo, del cual es clíni-
perior del mango del martillo. Está inervado por camente importante señalar que establece relaciones
el nervio mandibular del trigémino. con el seno sigmoideo, y c) las celdas mastoideas pro-
e El músculo del estribo o músculo estapedio piamente dichas, que se abren al antro mastoideo.
(fig. 15-6) se sitúa en el interior de la eminencia El grado de desarrollo de las celdas mastoideas
piramidal. Termina por medio de un pequeño es variable, distinguiéndose dos tipos extremos: la
tendón en la cabeza del estribo. Está inervado mastoides compacta, con celdas escasas y pequeñas,
por el nervio facial. y la mastoides neumática, con celdas numerosas y
grandes.

MUCOSA
PAPEL FUNCIONAL DEL OÍDO MEDIO
La cavidad timpánica y los elementos contenidos
en ésta se hallan revestidos por la túnica mucosa de La función principal del oído medio es superar
la cavidad timpánica, epitelio pavimentoso simple, el desajuste de impedancia que existe entre la trans-
muy vascularizado e inervado por el nervio glosofa- misión del sonido en un medio aéreo y uno líquido.
ríngeo. Esta mucosa se continúa con la que reviste La impedancia es la resistencia que presenta un me-
las celdas mastoideas y la trompa auditiva. dio al paso de las ondas sonoras. Cuando un sonido
se propaga desde un medio de baja impedancia,
como el aire, a un medio de impedancia mucho ma-
TROMPA AUDITIVA yor, como el agua, la mayor parte de la energía acús-
tica se pierde por reflexión en la interfase aire/agua.
Es un conducto de unos 4 cm de longitud que co- Las ondas sonoras que llegan a través del aire has-
munica la cavidad timpánica con la nasofaringe. Si- ta la membrana del tímpano deben propagarse, a ni-
gue un trayecto oblicuo hacia delante, hacia dentro vel de la ventana vestibular, a la perilinfa, es decir,
y hacia abajo. Es aplanada de dentro afuera. En su a un medio líquido que se sitúa en el oído interno.
tercio posterior es ósea, mientras que en sus dos ter- Las diferencias de impedancia en la interfase aire/pe-
cios anteriores está formada por fibrocartílago. En rilinfa se superan en el oído medio aumentando casi
la unión de los dos segmentos existe un estrecha- 20 veces la presión que ejercen las ondas sonoras so-
miento denominado istmo. bre la ventana vestibular, con respecto a la ejercida
Algunos de los músculos del paladar tienen in- sobre la membrana del tímpano. Este incremento se
serciones en la porción fibrocartilaginosa de la consigue por la combinación de dos procesos mecá-
trompa auditiva. La luz de la trompa se ocluye nicos: uno de prensa hidráulica y otro de palanca.
cuando los músculos del paladar están en reposo y El área de la membrana del tímpano (aproxima-
se abre cuando se contraen los músculos tensor damente 85 mm?) es mucho mayor que la de la base
y elevador del velo del paladar. La trompa auditiva del estribo (aproximadamente 3,2 mm?). Así, la ener-
permite la ventilación de la cavidad timpánica y gía mecánica captada por la membrana del tímpano
equilibra las presiones que soporta la membrana se concentra, al igual que en una prensa hidráulica,
del tímpano por sus dos caras. A través de ella pue- sobre un área mucho menor. Aunque la porción de la
den propagarse fácilmente las infecciones de la na- superficie de la membrana del tímpano que vibra de-
sofaringe al oído medio. pende de la frecuencia del sonido, la relación entre
ambas superficies es aproximadamente de 17:1. El
mango del martillo y la apófisis vertical del yunque
CELDAS MASTOIDEAS forman en conjunto un sistema de palancas que gi-
ran alrededor de un eje hipotético, trazado por la
Son divertículos de la cavidad timpánica exca- apófisis horizontal del yunque (fig. 15-6). De esta ma-
vados en la mastoides del hueso temporal (fig. 15-3). nera, las fuerzas aplicadas al mango de martillo, que
Si partimos de la pared posterior de la cavidad timpá- está unido a la membrana del tímpano, se amplifican
15. SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA

a nivel de la articulación entre el yunque y el estribo Cóclea. La cóclea es una estructura enrollada
por un factor de 1,3. La base del estribo actúa como como la concha de un caracol (figs. 15-7 y 15-8), lo
un pistón, produciendo cambios de presión que se que tiene la finalidad de ahorrar espacio. Da unas
propagan por la perilinfa a la velocidad del sonido. dos vueltas y media de espira. En conjunto tiene for-
Los músculos de los huesecillos del oído controlan ma de un pequeño cono (de 4 a 3 mm de altura) dis-
el grado de desplazamiento de los huesecillos. La con- puesto de manera que su base, con un diámetro de
tracción del músculo tensor del tímpano, que se pro- 8 a 9 mm, mira hacia el conducto auditivo inter-
duce de manera refleja ante sonidos débiles, facilita la no. Su vértice, la cúpula de la cóclea, determina el
transmisión de los sonidos al tensar el tímpano y promontorio de la pared laberíntica de la cavidad
hundir la base del estribo en la ventana vestibular timpánica. En la cóclea se distinguen tres partes
(fig. 15-6). La contracción del músculo del estribo (figs. 15-8 y 15-9): el mondiolo, el conducto espiral
ante sonidos intensos ejerce el efecto contrario, pro- de la cóclea y la lámina espiral ósea.
tegiendo el oído interno de un traumatismo acústico.
Las ondas sonoras también pueden llegar hasta e Elmondiolo o columela tiene forma cónica. For-
la perilinfa por medio de los huesos del cráneo: se ma el eje central de la cóclea y sobre él se dis-
trata de la denominada vía ósea. En condiciones ponen el resto de los elementos (fig. 15-8). En su
normales esta vía tiene poca importancia, pero pue- interior hay un conducto fino de trayecto espiroi-
de ser aprovechada, como veremos más adelante, deo, el conducto espiral del mondiolo, ocupado
para explorar el estado funcional del oído. por el ganglio espiral de la cóclea. Los cilindroe-
jes ganglionares avanzan por una serie de cana-
les extremadamente delgados, los conductos lon-
Oído interno gitudinales del mondiolo, para formar el ramo
coclear.
El oído interno es la porción de los aparatos au- e El conducto espiral de la cóclea es un tubo enro-
ditivo y del equilibrio situada en la porción petrosa llado en espiral sobre el mondiolo, de modo que
del hueso temporal. En este capítulo nos centrare- da de 21/2 a 23/4 vueltas de espira (figs. 15-8 y
mos en el estudio de la porción auditiva, que consta 15-9). Su diámetro se reduce progresivamente
de las siguientes partes: a) laberinto óseo; b) labe- desde la base de la cóclea hacia la cúpula.
rinto membranoso; c) perilinfa, situada entre los
dos laberintos, y d) endolinfa, que ocupa el laberin-
to membranoso. La disposición de las cuatro partes
que forman el oído interno recuerda a la de un juego
de muñecas rusas, ya que se encuentran encerradas
unas dentro de otras.

LABERINTO ÓSEO

El laberinto óseo está formado por hueso com-


pacto y solamente puede separarse del resto de la
r sin autorizac: ón es un delito.

porción petrosa del temporal cuando se elimina de


forma artificial el hueso esponjoso que lo rode:
(fig. 15-7). Consta de tres partes que se continúan
unas con otras: el vestíbulo, los conductos semicircu-
lares y la cóclea o caracol. Esta última es la que aho-
ra nos interesa, ya que contiene los receptores de la
vía auditiva. FIGURA 15-7
Fotoc

Del vestíbulo únicamente cabe señalar aquí que Laberinto óseo derecho. Nótese como está rodeado por hueso
S.A.

su cara externa se relaciona con la pared laberíntica esponjoso.


(O MASSON,

de la cavidad timpánica y que presenta dos orificios 1 Conductos semicirculares.


2 Vestíbulo.
importantes: las ventanas vestibular y coclear. 3 Cóclea.
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

tt —

FIGURA 15-9
Esquema del laberinto óseo derecho. Cara externa. En el ves-
tíbulo (1) y en la cóclea (2) se han realizado aberturas para po-
der observar el comportamiento de la lámina espiral ósea (en
verde). En el vestíbulo, el borde libre de la lámina espiral (3)
se sitúa entre las ventanas vestibular (4) y coclear (5).
6 Ampollas óseas. 9 Conducto semicircular óseo
7 Conducto semicircular óseo lateral.
anterior. 10 Conducto semicircular óseo
8 Rama ósea común. posterior.

LABERINTO MEMBRANOSO

Consta, al igual que el laberinto óseo, del que


está separado por la perilinfa, de tres partes: vestí-
FIGURA 15-8 bulo, conductos semicirculares y caracol membrano-
Cóclea humana. A. Visión lateral de un corte parasagital que in- so o conducto coclear (fig. 15-10). Únicamente des-
teresa la pared laberíntica de la cavidad timpánica derecha. El cribiremos aquí el último de sus componentes.
corte permite observar el interior del conducto espiral de la có-
clea. B. Visión detallada con el microscopio electrónico de Conducto coclear. El conducto coclear es un
barrido del interior de la cóclea. Los numerosos orificios (fle- tubo prismático triangular que da las mismas vuel-
chas) que se observan en el borde adherente de la lámina espi-
ral corresponden a los conductos longitudinales del mondiolo.
tas de espira que el caracol óseo (figs. 15-10 y 15-11).
Se sitúa entre el borde libre de la lámina espiral y la
1 Conducto espiral de la cóclea. 4 Conducto facial.
2 Lámina espiral ósea. 5 Ventana vestibular. pared externa del conducto espiral de la cóclea. Ter-
3 Conducto semicircular óseo 6 Mondiolo. mina en fondo de saco ciego tanto a nivel de la cú-
anterior.
pula de la cóclea (ciego o fondo de saco de la cúpula)
como del vestíbulo (ciego o fondo de saco vestibu-
e La lámina espiral ósea es una pequeña plancha lar). Se comunica con el sáculo por medio del con-
alargada que recorre el interior del conducto es- ducto reuniens de Hensen (fig. 15-10). Está ocupado
piral de la cóclea (fig. 15-8). Tiene un borde adhe- por endolinfa y contiene el epitelio sensorial para la
rente sobre el mondiolo y otro libre. Por su dis- recepción auditiva: el órgano espiral de Corti. Tiene
posición recuerda a una escalera de caracol a la tres paredes (fig. 15-11):
que falta la sustentación externa. En la base de Para facilitar la descripción del conducto coclear
la cóclea, la lámina espiral se continúa hacia el hemos considerado que la cúpula coclear se orienta
vestíbulo adhiriéndose a su pared posterior. Su superiormente y la base inferiormente. El lector tendrá
borde libre mira hacia el espacio situado entre las que hacer el esfuerzo de situarlo en su verdadera posi-
ventanas vestibular y coclear (fig. 15-9). ción anatómica.
15 SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA

IAN

LE
PALIO
OPLASELRA
CFF AA

FIGURA 15-10 FIGURA 15-12


Esquema del laberinto membranoso derecho en visión late- Esquema que ilustra la estructura de las paredes del con-
ral. En verde oscuro se ha dibujado la porción correspondien- ducto coclear. Se ha supuesto que la membrana tectoria es
te al aparato del equilibrio; en rojo, la del aparato auditivo transparente para facilitar la visión de las células del órgano
(conducto coclear). La línea negra representa el contorno in- espiral de Corti. En verde oscuro se han dibujado las células
terno del laberinto óseo. En verde claro se ha destacado la en- ciliadas; en azul las células falángicas externas; en verde
dolinfa; en blanco la perilinfa. claro las fibras nerviosas.
1 Sáculo. 5 Conducto endolinfático. 1 Membrana tectoria. 9 Células de los pilares externos.
2 Conducto reuniens. 6 Saco endolinfático. 2 Pared vestibular. 10 Túnel interno.
3 Ciego vestibular. 7 Utrículo. 3 Rampa vestibular. 11 Vaso espiral.
4 Ciego de la cúpula. 8 Canales semicirculares membranosos. 4 Conducto coclear. 12 Células de los pilares internos.
5 Estría vascular. 13 Lámina espiral ósea.
6 Prominencia espiral. 14 Células interdentales.
7 Lámina reticular. 15 Limbo de la lámina
e La pared externa (figs. 15-11 y 15-12) está adosada 8 Membrana basilar. espiral ósea.
a la pared externa del conducto coclear óseo. Se
encuentra reforzada por el ligamento espiral o cres-
ta espiral, que no es sino un engrosamiento de la e La pared superior (figs. 15-11 a 15-13), de unos
cóclea ósea en esa zona del periostio. El ligamento 3 jm de grosor, se denomina pared vestibular o
espiral presenta en su zona inferior una arista, la membrana de Reissner. Está formada por la aposi-
cresta basilar, en continuación con la membrana ción de dos capas de células epiteliales escamosas.
basilar. En esta pared hay un epitelio estratificado e La pared inferior está compuesta por la zona más
y muy vascularizado que forma una estructura, la externa de la lámina espiral ósea y la lámina basi-
estría vascular, de gran importancia funcional. lar. La lámina basilar se extiende entre el borde

FIGURA 15-11
Cóclea de rata en una fractura vista con
el microscopio electrónico de barrido
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

(A) y corte transversal de hueso tempo-


ral de cobaya (B).
Conducto coclear.

Vértice del mondiolo.


NN

Conducto espiral de la cóclea.


Pared vestibular.
J00m4p

Ligamento espiral.
Lámina basilar.
Lámina espiral ósea.
Rampa vestibular.
000

Rampa timpánica.
Nervio coclear en el interior
culo

del mondiolo.
O) MASSON,
MER] sEGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 15-13
A. Fractura (rata) observada con el mi-
croscopio electrónico de barrido. B. Cor-
te transversal (cobaya) de una vuelta de
espira del laberinto coclear.
Membrana tectoria.
—004240NnN—

Pared vestibular.
Rampa vestibular.
Conducto coclear.
Estría vascular.
Membrana basilar.
Túnel interno.
Lámina espiral ósea.
0

libre de la lámina espiral y la cresta basilar, y está a que la lámina espiral ósea y el conducto coclear ter-
formada por fibras colágenas que se extienden en- minan inmediatamente antes de llegar a la cúpula.
tre los dos puntos de inserción. Sobre ella se si-
túa el órgano espiral de Corti (figs. 15-11 a 15-13).
ENDOLINFA
La geometría de la membrana basilar, como com-
probaremos más adelante, es fundamental para La endolinfa ocupa todas las cavidades del labe-
comprender la recepción de los sonidos. Extendida rinto membranoso (fig. 15-10). Su composición es
en un plano tiene forma de trapecio irregular, de parecida a la de los líquidos intracelulares, siendo
modo que en el extremo apical su anchura es aproxi- rica en potasio y pobre en sodio. Se genera fun-
madamente el doble que en la base del caracol. Esto damentalmente en la estría vascular, y también en
se debe a que la lámina espiral ósea y la cresta basi- las células oscuras del utrículo y de los conductos se-
lar se estrechan desde la base hacia el vértice. El es- micirculares. Su reabsorción tiene lugar a través
trechamiento progresivo de la lámina espiral ósea de células especializadas del saco endolinfático, que
hacia el vértice es ocupado por el ensanchamiento la transportan al plexo vascular circundante y al
progresivo de la membrana basilar. Así, las propie- torrente circulatorio.
dades mecánicas de la membrana basilar varían a
lo largo de su extensión. Además, la membrana basi-
lar es más delgada y flexible hacia el vértice del ca- PERILINFA
racol que hacia la base.
La presencia del conducto coclear permite distin- La perilinfa ocupa el espacio perilinfático situado
guir en el interior del conducto espiral dos espacios entre el laberinto óseo y el membranoso (fig. 15-10),
ocupados por perilinfa: son las denominadas rampas en el que además encontramos fibras colágenas y fi-
o escalas vestibular y timpánica (fies. 15-11 y 15-13). broblastos.
La composición de la perilinfa es similar a la del
+ La rampa vestibular se encuentra por encima de líquido cefalorraquídeo. Parece producirse por extra-
la lámina espiral y de la membrana de Reissner. vasación de los vasos sanguíneos que rodean el espa-
En su porción inicial está en relación con la ven- cio perilinfático, de los espacios líquidos que existen
tana vestibular. en torno a las fibras del nervio coclear y del líquido
e La rampa timpánica se encuentra por debajo cefalorraquídeo que penetra por medio del acueduc-
de las láminas espiral y basilar. Termina a ni- to de la cóclea, que comunica con el espacio subarac-
vel de la membrana secundaria del tímpano. noideo. No se conoce su modo de reabsorción.

Las dos rampas se comunican entre sí a nivel de Órgano espiral de Corti. Es la estructura senso-
la cúpula de la cóclea por medio de un pequeño orifi- rial situada sobre la lámina basilar (figs. 15-12 y
cio denominado helicotrema, cuya existencia se debe 15-13). Su misión es convertir las ondas sonoras en
15. SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA REX

impulsos nerviosos. Está formado por dos tipos ce- Además, forma un soporte rígido para las células
lulares básicos, células de soporte y células recepto- ciliadas y sirve para unirlas mecánicamente a los
ras o ciliadas, y por una acumulación de material ex- movimientos de la membrana basilar.
tracelular denominado membrana tectoria.
Células receptoras. Se considera que existen dos
Células de soporte. Se distinguen dos tipos funda- tipos de células receptoras que, de acuerdo con su si-
mentales de células de soporte (figs. 15-12 y 15-13): tuación con respecto a los pilares, se denominan cé-
las células de los pilares y las células falángicas exter- lulas ciliadas internas y externas. Como veremos más
nas o de Deiters. Ambos tipos muestran una serie de adelante, es posible que estas últimas no sean es-
características comunes: a) tienen forma columnar, trictamente receptoras.
con un polo basal apoyado en la membrana basilar Ambos tipos de células ciliadas presentan una
y un polo apical libre; b) tienen un citoesqueleto forma alargada, con el polo basal situado a cierta
muy desarrollado, con grandes haces de microtúbu- distancia de la membrana basilar (fig. 15-12). Su
los y de filamentos de actina, y c) forman, por medio polo apical es aplanado y muestra numerosos este-
de expansiones apicales horizontales planas, una su- reocilios (50 a 100) cuyo interior está ocupado por fi-
perficie libre continua. lamentos de actina. Los estereocilios se adelgazan
en zona en la que se continúan con el polo apical ce-
e Células de los pilares o bastones de Corti. Son muy lular, de tal manera que se forma una especie de bi-
importantes ya que constituyen el punto central sagra sobre la que pueden realizarse pequeños giros.
sobre el que se organizan el resto de los com- La geometría del conjunto de estereocilios es de-
ponentes del órgano de Corti. Por su posición cisiva para comprender el funcionamiento de los re-
y morfología se distinguen dos tipos de células ceptores. Los estereocilios se disponen en filas (de
de los pilares, internas y externas, de las cuales 3 a 4 por célula) que, en conjunto, adoptan forma
las primeras son más numerosas (6.000) que las de V o de W, con el vértice orientado hacia fuera
segundas (4.000). Las células de los pilares se (fig. 15-14). Las filas se ordenan en alturas gradua-
agrupan en dos hileras, los pilares interno y exter- das de modo que los estereocilios de las filas inter-
no, situados uno frente al otro a lo largo de las nas son más cortos que los de las externas. Adoptan
21/2 vueltas de espira que describe el órgano es- así una disposición que recuerda a la de los tubos
piral de Corti. En los cortes transversales, las cé- de un órgano o de una flauta inca (fig. 15-14). Los
lulas de los pilares internos aparecen inclinadas estereocilios de la misma hilera están conectados
hacia las células de los pilares externos, de tal entre sí por estructuras filamentosas muy delgadas,
manera que se unen por su extremo apical, mien- denominadas «conexiones de los extremos», que se fi-
tras se labra un espacio, el túnel interno o túnel de jan a las puertas moleculares de uno o varios canales
Corti, entre los cuerpos celulares. Éste está ocu- iónicos e intervienen en su apertura y cierre. Por úl-
pado por un líquido denominado corticolinfa. La timo, debemos señalar que el vértice de los estereo-
mayor parte del polo apical de las células del pi- cilios está en muy estrecho contacto con la membra-
lar externo está recubierta por una expansión de na tectoria.
las células del pilar interno. Las células ciliadas internas se disponen en una
e Células falángicas externas. Se sitúan por fuera fila única, mientras que las externas forman tres fi-
del pilar externo (fig. 15-12), rodeando parcial- las (fig. 15-12) (incluso más en algunas zonas del ór-
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

mente y sirviendo de soporte a las células ciliadas gano espiral de Corti). Así, el número de células ci-
externas. Tienen un proceso delgado, la prolon- liadas internas es menor (3.500) que el de externas
gación falángica, que termina en una expansión (12.000). En cuanto a la forma, las células ciliadas
apical aplanada. Cuando estas expansiones en- externas son más largas y cilíndricas que las inter-
tran en contacto entre sí forman, junto con las nas. Además, el patrón de inervación es distinto.
expansiones apicales del pilar interno, la lámina Membrana tectoria. Es una estructura fibrosa de
reticular. aspecto gelatinoso y forma de lengieta. Tiene una
La lámina reticular, que se encuentra atrave- cara superior convexa y una cara inferior plana que
sada por el polo apical de las células ciliadas ex- se sitúa por encima del órgano espiral de Corti, en
ternas, tiene gran importancia funcional ya que contacto con los estereocilios de las células ciliadas
forma una especie de barrera al paso de iones. (fig. 15-15). Muestra además un delgado borde in-
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 15-15
Microfotografía electrónica de barrido de la membrana tecto-
ria vista por su cara superior. La membrana tectoria se sitúa
por encima de las células ciliadas y de la membrana reticu-
lar, y se mantiene en posición por la presencia de un sistema
formado por numerosas fibras colágenas (flechas) que se ex-
tienden entre su borde libre y la lámina reticular.

ten por medio de la cadena de huesecillos, produ-


ciendo movimientos de pistón de la base del estribo
sobre la ventana vestibular (fig. 15-16). Estos movi-
mientos generan, en la perilinfa, ondas de presión
FIGURA 15-14 que avanzan por la rampa vestibular y, después de pa-
Visión panorámica (A) y detallada (B) del polo apical de las cé- sar por el helicotrema, recorren la rampa timpánica
lulas ciliadas del órgano espiral de Corti en una rata. Micros- y se amortiguan por abombamiento de la membrana
copia electrónica de barrido. A. Se ha levantado el borde libre secundaria del tímpano. Como resultado de los des-
de la membrana tectoria (1) para exponer las tres filas de cé-
lulas ciliadas externas. Nótese, en la membrana tectoria, la
plazamientos cíclicos de la perilinfa, la membrana ba-
huella (puntas de flecha) del vértice de los estereocilios, y silar vibra con ondas de desplazamiento que, a ma-
la disposición en «V» de los estereocilios con el vértice apun- nera de una ola, la recorren desde la base al vértice
tando hacia fuera. B. Pueden observarse las diferencias de en toda su extensión. La amplitud de estos desplaza-
longitud de los estereocilios en las tres filas de cada célula. mientos está en relación con la intensidad del sonido.
Asteriscos, lámina reticular; flechas, células ciliadas internas.
Las propiedades mecánicas de la membrana ba-
silar son esenciales para la función del órgano es-
terno que se une al limbo de la lámina espiral ósea piral de Corti. Ya hemos señalado que estas pro-
(zona engrosada del periostio que recubre la lámina piedades varían progresivamente a lo largo de su
espiral) y un borde externo libre situado por encima extensión. Así, aunque las ondas sonoras someten la
de la fila externa de las células ciliadas externas membrana basilar a movimientos en toda su longi-
(figs. 15-12, 15-13 y 15-15). La membrana tectoria tud, la máxima amplitud de desplazamiento para un
está compuesta por fibras de distintos tipos de colá- sonido determinado se alcanza en aquel punto en
geno embebidas en un material proteináceo, forma- que las propiedades mecánicas de la membrana
do fundamentalmente por elucoproteínas. Los com- coinciden con la frecuencia del sonido (fig. 15-16).
ponentes de la membrana tectoria son producidos Es decir, la membrana basilar está sintonizada para
por las células interdentales, situadas en el limbo de una serie de frecuencias a lo largo de su trayecto.
la lámina espiral de Corti (fig. 15-12). Las frecuencias audibles más bajas (hasta 20 Hz)
se localizan hacia el vértice, las más altas (hasta
Funcionamiento del órgano espiral de Corti. 20 KHz) hacia la base y las intermedias están repre-
Transducción mecanoeléctrica de los sonidos. Ya sentadas de forma continua a lo largo de la mem-
hemos estudiado que las ondas sonoras se transmi- brana basilar. Así, existe en la membrana basilar
15 SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA [EXIN

una representación topográfica de frecuencias o de la membrana basilar producen movimientos de


mapa tonotópico. cizallamiento entre la superficie inferior de la mem-
La membrana basilar es muy importante para la brana tectoria y las células ciliadas subyacentes, con
audición ya que, además de transmitir sus movi- lo que los estereocilios se desplazan (fig. 15-17).
mientos al órgano de Corti, desempeña el papel de Dada la geometría del conjunto de los estereocilios,
descomponer y analizar los sonidos complejos, for- el movimiento hacia arriba de la membrana basilar
mados por la mezcla de ondas de distintas frecuen-
cias, en sonidos concretos y separados que coinci-
den con las distintas frecuencias representadas en
la membrana basilar (fig. 15-16). De esta manera, la
membrana basilar es un analizador mecánico de fre-
cuencias que distribuye la energía de los estímulos
sonoros a las células ciliadas dispuestas a lo largo de
su trayecto, según los diversos tonos puros que cons-
tituyen los estímulos.
El patrón de movimientos de la membrana basi-
lar es el primer paso para la codificación de las fre-
cuencias e intensidades del sonido, ya que estos mo-
vimientos arrastran consigo el órgano espiral de
Corti. Debido a que los movimientos de la membrana
tectoria y del órgano de Corti se realizan alrededor
de puntos distintos, los desplazamientos oscilatorios

FIGURA 15-17
Vía acústica. En la porción inferior izquierda se han represen-
tado los componentes fundamentales del órgano espiral de Cor-
ti. En la porción superior izquierda hay una visión lateral del
FIGURA 15-16 hemisferio cerebral izquierdo donde se muestra la situación
de las áreas auditivas. El rayado de Al representa las colum-
Esquema muy simplificado del conducto coclear que muestra
nas de supresión y sumación. También está indicada la organi-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

cómo la membrana basilar (en rojo) se comporta como un


zación tonotópica. En rojo se han dibujado las fibras eferentes
analizador mecánico de las frecuencias de los sonidos. Se su-
del tracto olivococlear de Rasmussen; en verde oscuro el trac-
pone que un sonido complejo formado por tres frecuencias
to auditivo dorsal; en ocre la estría auditiva intermedia; en azul
produce movimientos de pistón del estribo que son transmiti-
claro el cuerpo trapezoide. Los dos tipos de células ciliadas (en
dos a la perilinta (flechas verdes) y se amortiguan en la mem-
verde claro) muestran un patrón de inervación diferente. Los
brana timpánica secundaria (en verde). Por efecto de esta co-
signos indican que el desplazamiento de los estereocilios hacia
rriente líquida, la membrana basilar, que es más estrecha en
fuera produce estimulación (+) y el movimiento en sentido con-
la base de la cóclea que en el vértice, vibra con la máxima
trario inhibición (-).
amplitud en tres zonas (a, b, c), que son aquellas en que las
propiedades mecánicas de la membrana basilar coinciden Ganglio espiral de la cóclea. Núcleo olivar superior,
Primeras neuronas. Lemnisco lateral.
con las tres frecuencias. Las células ciliadas de las tres zonas
0000
aun

Núcleo coclear dorsal. Núcleos del lemnisco lateral.


1D MASSON,

transforman los movimientos de la membrana basilar en po- Núcleo coclear ventral. Núcleo del colículo interior.
tenciales receptores, que a su vez excitan los axones con los Núcleos del cuerpo Núcleo geniculado medial.
a ma

que se conectan. trapezoide. Radiaciones acústicas.


MREZ] — stcunoa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

produce su desplazamiento hacia fuera y, por consi- ternas reciben numerosos cilindroejes eferentes,
guiente, la despolarización de las células ciliadas pero tienen muy pocas conexiones aferentes hacia
(fig. 15-17). Todo lo contrario ocurre cuando el des- el SNC. Se ha demostrado in vitro que las células
plazamiento de la membrana basilar se produce ha- ciliadas externas se acortan cuando se estimulan
cia abajo. El desplazamiento de los estereocilios en eléctricamente. Es posible que, en el sujeto vivo, al
otros planos no provoca ninguna respuesta de las despolarizarse las células externas por el desplaza-
células ciliadas. miento de sus estereocilios, o al ser estimuladas por
La escala en que operan las células ciliadas es ver- las fibras aferentes, se contraigan proporcionado la
daderamente asombrosa, ya que los desplazamientos energía mecánica necesaria para amplificar el mo-
de los estereocilios son del orden de 0,3 nm, que es vimiento de la membrana basilar y potenciar la sen-
el diámetro aproximado de un átomo de oro. Los fi- sibilidad auditiva.
lamentos denominados «conexiones de los extre-
mos» parecen jugar un papel decisivo en la despola-
rización de las células ciliadas. Actúan a manera de E VÍA ACÚSTICA
muelles que se tensan con el desplazamiento de los
cilios hacia fuera, tirando de las puertas moleculares La estructura de la vía acústica no responde al es-
de los canales iónicos y abriéndolas. De esta manera quema general que hemos trazado para las vías sen-
entran K* y Ca** y se produce la despolarización de la sitivas. La vía acústica se interrumpe varias veces a
célula ciliada. Así, los canales iónicos pueden res- lo largo de su trayecto, ya que establece sinapsis en
ponder rápidamente a la tensión mecánica. Esto tie- varios núcleos. Esto, sin embargo, es una necesidad
ne la ventaja, sobre otras estrategias de transducción, funcional, pues en cada relé se analizan aspectos di-
de que transduce rápidamente y de manera fiel las ferentes del sonido.
señales de alta frecuencia y permite la localización El soma de las primeras neuronas se sitúa en el
precisa de la fuente del sonido. El hecho de que el ganglio espiral de la cóclea (fig. 15-17), que se en-
polo apical de las células ciliadas esté bañado por la cuentra alojado en el conducto espiral del mondiolo.
endolinfa, rica en K*, y de que el basal esté bañado Son neuronas monopolares, de las que existen unas
por la perilinfa, rica en Na*, crea un gradiente eléc- 30.000 en cada ganglio espiral. La prolongación pe-
trico que también es importante en el proceso de riférica de las primeras neuronas establece sinapsis
transducción. Los datos experimentales indican que con las células ciliadas, en las que se libera gluta-
las células ciliadas internas son los verdaderos recep- mato. El 90% de las fibras termina en células cilia-
tores de los sonidos, mientras que las externas están das internas. Cada fibra inerva una sola célula
implicadas en un mecanismo de amplificación de los ciliada interna, pero cada célula recibe aproximada-
movimientos de la membrana basilar. mente 10 fibras (fig. 15-17). Este patrón de inerva-
La sensibilidad auditiva es demasiado elevada ción tiene importancia funcional, pues indica que
para ser explicada únicamente por la vibración pasi- casi toda la información auditiva procede de las cé-
va de la membrana basilar. También deben interve- lulas ciliadas internas. Además, varias fibras pueden
nir procesos biomecánicos activos. Diferentes datos codificar de manera independiente y algo distinta la
experimentales sugieren que las células ciliadas ex- información procedente de una sola célula ciliada
ternas llevan a cabo estos procesos activos. Cuando interna. La inervación de los dos tipos de células ci-
se estimula el oído por medio de un pulso sonoro, liadas es claramente distinta, ya que cada neurona
puede recogerse un sonido emitido por el propio ganglionar inerva varias células ciliadas externas
oído. Este fenómeno se denomina «emisiones oto- (fig. 15-17).
acústicas provocadas». También pueden recogerse, De manera similar a lo que ocurre en la membra-
especialmente en recién nacidos, sonidos emitidos na basilar, cada fibra responde mejor a la estimula-
por el oído en un medio en silencio, sin estimula- ción por un sonido de una frecuencia determinada,
ción previa. Este fenómeno se denomina «emisiones que es su frecuencia característica. Esto tiene gran
otoacústicas espontáneas». Ambos tipos de emisio- importancia práctica, ya que en ello se basa tal como
nes pueden explicarse por vibraciones activas de la luego veremos, el diseño de las prótesis cocleares.
membrana basilar. Los estímulos de frecuencias superiores o inferiores
Otro dato que apoya la hipótesis de la amplifica- también producen estimulación de la fibra en cues-
ción activa es el hecho de que las células ciliadas ex- tión, pero sólo cuando la intensidad es mayor.
15 SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA Y CORTEZA AUDITIVA EXIN

Las células ciliadas también reciben fibras efe- El lemnisco lateral se constituye en la porción
rentes, pero de manera distinta según su tipo. El nú- alta del puente y avanza por el tegmento en situa-
mero de fibras eferentes es mucho mayor para las ción lateral con relación al lemnisco medial. En el
células ciliadas externas que para las internas. Más mesencéfalo, el lemnisco lateral está muy bien dife-
adelante estudiaremos su procedencia. renciado del lemnisco medial, formando una especie
Las prolongaciones centrales de las neuronas de lámina en ángulo recto con relación al medial.
ganglionares constituyen el 95% del componente co- El colículo inferior tiene un núcleo grande ubi-
clear del VI nervio craneal. Penetran en la cavidad cado en el centro (fig. 15-17), donde terminan tono-
craneal, atravesando el conducto auditivo interno, y tópicamente las fibras del lemnisco lateral. Posee
después de un recorrido corto, se introducen en el además una corteza dorsal formada por cuatro capas
tronco del encéfalo, a nivel del surco bulboprotube- neuronales que reciben aferencias descendentes de la
rancial, por el origen aparente del VII par. Final- corteza cerebral auditiva y que, a su vez, se proyectan
mente, se bifurcan para establecer sinapsis con las sobre la corteza del colículo inferior contralateral.
segundas neuronas situadas en los núcleos coclea- Los cilindroejes originados en el núcleo del co-
res dorsal y ventral (fig. 15-17). Estos núcleos se ubi- lículo inferior terminan, a través del brazo del colícu-
can en la porción más alta de la médula oblonga, en lo inferior, en el núcleo geniculado medial. Los ci-
la proximidad del ángulo lateral del IV ventrículo. lindroejes originados en este núcleo avanzan por el
Los cilindroejes que salen de las segundas neu- segmento sublenticular de la cápsula interna forman-
ronas forman tres tractos principales (fig. 15-17): do las radiaciones acústicas, para terminar final-
mente en la corteza auditiva. La corteza auditiva se
e Estría o tracto auditivo dorsal. Las fibras pro- sitúa en el lóbulo temporal, en el labio inferior de la
vienen del núcleo coclear dorsal, discurren cerca cisura lateral. El área auditiva primaria (A1) corres-
de la superficie del suelo del IV ventrículo y, des- ponde a las áreas 41 y 42 de Brodmann. Inmedia-
pués de cruzar la línea media, terminan en las tamente por debajo de ésta, y ocupando gran parte
neuronas de los núcleos contralaterales del lem- de la circunvolución temporal superior, se localiza el
nisco lateral. área auditiva secundaria (A2), que corresponde
e Estría auditiva intermedia. Las fibras proce- al área 22 de Brodmann.
den de ambos núcleos cocleares, discurren obli- La corteza auditiva de cada hemisferio recibe in-
cuamente por el tegmento del puente en un plano formación bilateral, de modo que incluso la destruc-
intermedio y terminan en el núcleo olivar supe- ción total de la corteza auditiva de un lado apenas
rior de ambos lados. produce efectos. Sin embargo, la percepción de la
e Cuerpo trapezoide. Se origina en el núcleo co- música está lateralizada. Por lo general, esta percep-
clear ventral, discurre horizontalmente en el lí- ción se realiza en el hemisferio derecho. El área A1
mite entre el pie y el tegmento del puente y ter- tiene una representación tonotópica. Las frecuencias
mina en los núcleos del cuerpo trapezoide, bajas están representadas en la zona más anterior,
situados por detrás y por delante del tracto ho- mientras que las más altas lo están en la posterior
mónimo, y en el núcleo olivar superior. La mi- (fig. 15-17). Además, la corteza está dividida en ban-
tad de sus fibras son cruzadas. das de dos tipos que se disponen alternativamente.
En unas, conocidas como columnas de supresión, las
Los tres tractos contienen fibras que siguen un ca- neuronas responden cuando las señales proceden de
O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

mino ascendente sin hacer sinapsis en los núcleos un oído. En las siguientes, denominadas columnas de
intercalados. Estas fibras ascendentes, tanto cruza- sumación, las neuronas se estimulan cuando reci-
das (50%) como directas, junto con las que nacen en ben señales procedentes de los dos oídos.
los núcleos intercalados en la vía (núcleos del cuer-
po trapezoide, núcleo olivar superior y núcleo del lem-
nisco lateral), alcanzan el colículo inferior forman- Papel funcional de los núcleos interpuestos
do un tracto fuertemente mielinizado y organizado en la vía acústica
tonotópicamente, denominado lemnisco lateral
(fig. 15-17). Adosado a éste se sitúan los núcleos del La información acústica puede descomponerse
lemnisco lateral, que son pequeñas masas neuronales. en diferentes aspectos elementales de los cuales los
Este tracto también contiene fibras descendentes. más importantes son el tono, la intensidad, la proce-
MER —secuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

dencia (localización) y la secuencia temporal. Ya he- cleo olivar superior. Después de incorporarse al VIH
mos señalado la importancia de la membrana basi- nervio craneal, las fibras establecen sinapsis en las
lar en el análisis del tono y la intensidad. células ciliadas siguiendo el patrón de inervación
La localización del sonido es uno de los aspectos descrito (fig. 15-17). El papel funcional de estas fi-
mejor conocidos. Según la frecuencia del sonido, el bras eferentes todavía no está claro del todo, aunque
SNC utiliza dos estrategias diferentes para localizar parece que ejercen un efecto inhibidor sobre las afe-
el punto de procedencia. Para frecuencias de entre rencias cocleares y que participan en el proceso de
200 y 2.000 Hz, utiliza el retraso que se produce en amplificación de los movimientos de la membrana
la llegada del sonido a los dos oídos. Aunque la dis- basilar, a través de la estimulación de las células ci-
tancia entre ambos oídos es tan sólo de unos pocos liadas externas.
centímetros, el sonido llega unos milisegundos antes
al oído más próximo al punto de procedencia que al
oído contralateral (retraso interauricular). Para fre- Consideraciones clínicas
cuencias de entre 2 y 20 KHz, no puede utilizarse la
estrategia del retraso interauricular, por lo que se La pérdida de la audición o sordera no suele
emplea la diferencia de intensidad interauricular. ser total, por lo que es mejor hablar de hipoacu-
El análisis del retraso interauricular es llevado a sias (leves o profundas). Cuando las hipoacusias
cabo por las neuronas del núcleo olivar superior. Es- profundas son congénitas u ocurren en niños, pue-
tas neuronas tienen dendritas bipolares, a las que lle- den repercutir en el desarrollo de otras funciones
ga la información procedente de ambos oídos, que cerebrales, como el lenguaje. En adultos, modifi-
funcionan como detectores coincidentes que anali- can de manera importante la vida social.
zan el retraso entre las dos señales. Por otra parte, al- Hay dos tipos básicos de enfermedades del siste-
gunas neuronas del núcleo olivar y de los núcleos del ma auditivo: las sorderas o hipoacusias de conduc-
cuerpo trapezoide computan la posición de la fuente ción y las neurosensoriales. En las hipoacusias de
sonora analizando las diferencias de intensidad inter- conducción existe una transmisión reducida de
auricular. El colículo inferior es un centro integrador los estímulos auditivos hacia el oído interno. Se pro-
de la información sobre la localización del sonido y ducen por alteraciones en el oído externo o medio,
existen en él, al menos en algunos animales, una re- y lo más frecuente es que se deban a lesiones en la
presentación topográfica del espacio auditivo. cadena de huesecillos por otitis u otoesclerosis. La
El procesamiento de la secuencia temporal es mayor parte de estas sorderas son reversibles si se
muy importante para percibir la información con- aplica un tratamiento apropiado. Las hipoacusias
tenida en algunos tipos de sonidos como la música neurosensoriales se deben a una lesión o degenera-
y la palabra. En este proceso están implicados va- ción situada en la cóclea o en algún punto de la vía
rios núcleos. Algunas neuronas situadas en los nú- acústica. Se producen fundamentalmente por pér-
cleos del lemnisco lateral señalan el inicio del soni- dida parcial o total de las células ciliadas, que no tie-
do cualquiera que sea su intensidad o frecuencia; nen capacidad para regenerarse, por alteraciones ge-
otras neuronas de estos mismos núcleos computan néticas y por el uso de sustancias ototóxicas como
otros aspectos temporales del sonido, como su du- los antibióticos aminoglucósidos.
ración. El colículo inferior también interviene en el Por lo general, las sorderas neurosensoriales son
procesamiento de sonidos con patrones temporales permanentes y progresivas, representando aproxi-
complejos. madamente el 95% de todas las sorderas. Un hecho
importante es que, a medida que se asciende por la
vía acústica, las lesiones producen menos síntomas
Fibras eferentes en la vía acústica: debido a la presencia de fibras directas y cruzadas.
tracto olivococlear Las alteraciones afectan sobre todo a la localización
e intensidad del sonido.
Dentro de la vía acústica hay una cadena inin- Las hipoacusias neurosensoriales por pérdida de
terrumpida de fibras que conducen impulsos nervio- células ciliadas pueden ser corregidas, al menos en
sos descendentes que, en conjunto, forman el deno- parte, mediante la implantación de prótesis coclea-
minado tracto olivococlear de Rasmussen. Gran res. Estas prótesis consisten en una serie de electro-
parte de estas fibras se originan en neuronas del nú- dos, muy numerosos y de tamaño muy reducido,
15 SISTEMA AUDITIVO: APARATO DE LA AUDICIÓN, VÍA ACÚSTICA
Y CORTEZA AUDITIVA

unidos a un catéter que se implanta en la rama tim- «Y» que se hace vibrar golpeando una de sus ramas.
pánica. De esta manera pueden estimularse las fi- Existen dos pruebas básicas en que se utiliza el dia-
bras nerviosas situadas a lo largo de las 21/2 vueltas pasón: la de Rinné y la de Weber.
del caracol. Los electrodos están conectados a un En la prueba de Rinné se solicita al paciente que
sistema de captación de sonidos, que los descompo- compare la intensidad sonora de un diapasón, que se
ne en frecuencias y envía los impulsos eléctricos a hace vibrar en el aire cerca del oído que se quiere
los electrodos adecuados. Todo este sistema aprove- explorar (vía aérea), con la percibida cuando se apli-
cha la representación tonotópica a lo largo del cara- ca el mango del diapasón sobre la mastoides o so-
col, de manera que las fibras nerviosas responden bre otro relieve craneal (vía ósea). Si el sonido se
mejor a la estimulación por la frecuencia caracterís- percibe mejor por vía ósea, la hipoacusia suele ser
tica de la zona de la membrana basilar en que se si- de conducción. Si no hay diferencias, la hipoacusia
túa su terminación. puede ser sensorial. La prueba de Weber consiste en
Aunque existen técnicas refinadas para explorar aplicar el mango de un diapasón que está vibrando
el sistema auditivo (entre ellas la audiometría) que en el centro de la cabeza del enfermo, pidiéndole que
permiten valorar la sensibilidad y la agudeza auditi- compare la intensidad con que percibe el sonido por
va, la utilización de un diapasón es un método muy ambos oídos. En las hipoacusias unilaterales neuro-
sencillo que puede proporcionar datos valiosos so- sensoriales, el sonido se oye mejor en el oído sano.
bre el tipo de sordera. Recordemos que este instru- En las de conducción, el sonido es más intenso en el
mento consiste en una pieza metálica en forma de oído afectado.
CAPÍTULO 16

Sistema motor: conceptos generales. Motoneurona.


Unidad motora. Estructura de los reflejos medulares
segmentarios y suprasegmentarios

mm CONCEPTOS GENERALES estereotipadas, desencadenadas por estímulos


periféricos.
Entendemos por sistema motor el conjunto de e Los movimientos rítmicos son secuencias de
elementos que dinamizan y controlan la actividad contracciones y relajaciones musculares repetiti-
muscular, y producen el movimiento de las palan- vas y estereotipadas, que requieren control vo-
cas óseas. Hemos visto que, en los sistemas sensiti- luntario para iniciarse y finalizar. La masticación
vos, el flujo de información discurre en sentido afe- y la contracción alternativa de músculos flexo-
rente, transformando tipos de energía diversos en res y extensores durante la locomoción son ejem-
señales nerviosas. En el sistema motor la informa- plos claros de movimientos rítmicos.
ción circula en sentido opuesto. Las señales nervio- e Los movimientos voluntarios están destinados a
sas se transforman en energía mecánica (es decir, la realización de un objetivo concreto. Son movi-
en movimiento) gracias a la contracción muscular. mientos complejos y precisos que requieren
Para que el movimiento sea útil no sólo debe te- aprendizaje y mejoran con la práctica. Requie-
ner una finalidad, sino que es necesario que esté ren una planificación elaborada y un control pre-
controlado de manera fina. De ahí que deba existir ciso. Los movimientos voluntarios tienen una
una integración total entre el sistema motor y el sis- respuesta variable frente al mismo estímulo, de
tema sensitivo. Sin la información de la situación es- acuerdo con la tarea que va a realizarse. Además,
pacial de las palancas óseas, de la tensión existente no sólo responden a estímulos, sino que pueden
en los músculos, de la velocidad con que se realiza el generarse internamente.
movimiento y de otros muchos parámetros, es im- La realización de los movimientos voluntarios
posible la planificación, coordinación y control del requiere, en primer lugar, una representación corti-
movimiento. cal del movimiento. El encéfalo representa de ma-
Gracias al sistema motor podemos mantener la nera abstracta la finalidad del movimiento, sin te-
postura erguida, desplazarnos mediante la locomo- ner en cuenta ni los músculos y articulaciones que
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ción, manipular objetos modificando nuestro entor- van a participar, ni la forma en que van a utilizar-
no y comunicarnos mediante el habla, la escritura, se. En segundo lugar, se requiere la elaboración de
el arte, el gesto y la mímica. una estrategia motora, que es simplemente el con-
junto de programas motores que se seleccionan y
se secuencian para alcanzar un objetivo concreto.
1 TIPOS DE MOVIMIENTOS
Un programa motor es un conjunto de órdenes
Hay tres tipos básicos de movimientos: reflejos,
que se envían a un grupo de músculos para la ejecu-
rítmicos y voluntarios. ción de un movimiento. Los programas motores son
(0 MASSON,

e Los movimientos reflejos son contracciones y re- complejos y requieren una planificación elaborada.
lajaciones musculares involuntarias, simples y Deben tener en cuenta las características espaciales
ETT] — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

del movimiento, el grado de desplazamiento de las e El nivel intermedio se ubica en la formación re-
palancas óseas, la fuerza muscular que es necesario ticular troncoencefálica (porciones medial y la-
aplicar, la velocidad con que debe ejecutarse el mo- teral). En él se realiza la integración de la infor-
vimiento y la secuencia temporal de contracción y re- mación aportada por los diferentes sistemas
lajación de los diferentes músculos que participan. sensoriales. Se proyecta sobre la médula espinal,
Además, debe indicar cómo responder a los patro- controlando la actividad motora.
nes de información sensitiva que señalan cómo se e El nivel superior se localiza en la corteza motora,
esta realizando el movimiento. El SNC utiliza la es- que se proyecta hacia las motoneuronas tronco-
trategia de descomponer las acciones complejas en encefálicas y de la médula espinal. En la corteza
movimientos elementales y estereotipados que se de- motora se realiza la planificación, iniciación, y
nominan elementos primitivos del movimiento o es- dirección de los movimientos, por lo que es esen-
quemas del movimiento. cial para la realización de los movimientos volun-
Durante la realización de cualquier movimiento tarios. Dentro de este nivel, la corteza del polo
se lleva a cabo un ajuste fino que permite corregir frontal tiene una especial importancia ya que en
los errores que se realizan o pueden realizarse, y que ella se genera el deseo de realizar el movimiento y
impedirían ejecutar de manera correcta el movi- la representación abstracta de su finalidad.
miento. Existen dos tipos básicos de control: por re-
troacción y anticipador. En derivación con respecto a estos tres niveles,
existen sistemas de regulación y control responsa-
e Enel control por retroacción se utiliza la infor- bles de que el movimiento se realice correctamente.
mación sensitiva para determinar la desviación Los sistemas de control incluyen el cerebelo, los nú-
que existe entre el objetivo abstracto que se quie- cleos basales y algunos núcleos talámicos, así como
re alcanzar y lo que realmente se consigue. De el sistema vestibular, que proporciona información
esta manera, el error se corrige a posteriori, es de- esencial para el mantenimiento de la postura corpo-
cir, después de haberse cometido. ral y la locomoción.
e Enel control anticipador, la corrección se anticipa A continuación estudiaremos con detalle cada
al error impidiendo que éste se realice. Es un con- una de las estructuras motoras mencionadas en el
trol basado en la experiencia. De ahí la impor- esquema general.
tancia del aprendizaje en los movimientos volun-
tarios. Este tipo de control es esencial para la
acción rápida, depende de la capacidad de predic- Hi MOTONEURONA
ción y puede modificar el control por retroacción.
Se denominan motoneuronas o neuronas moto-
ras inferiores las neuronas cuyo soma se sitúa en el
Jerarquización motora asta anterior de la médula espinal o en los núcleos
motores de los nervios craneales. El cilindroeje de
El sistema motor está jerarquizado de tal manera estas neuronas, fuertemente mielinizado, termina
que, a medida que ascendemos por los distintos ni- formando una placa motora en la fibra muscular es-
veles del sistema nervioso, los circuitos motores son triada.
cada vez más complejos y realizan tareas más com- De acuerdo con su tamaño y con el tipo de fi-
plicadas. Además, los niveles superiores actúan so- bra muscular que inerva, se distinguen dos tipos bá-
bre los inferiores y los controlan. sicos de motoneuronas: a y y.

e El nivel de actuación inferior está representado e Las motoneuronas a son unas de las neuronas
por la médula espinal y los núcleos motores de los más grandes del SNC. Inervan las fibras muscula-
nervios craneales situados en el tronco del encéfa- res extrafusales, las cuales constituyen la mayor
lo. En este nivel se ubican las neuronas que se co- parte del vientre muscular y son, por su contrac-
nectan directamente con las fibras musculares, y ción, las responsables directas del movimiento.
también se realizan los procesos que generan los e Las motoneuronas y son pequeñas e inervan las
movimientos reflejos y rítmicos. Recibe proyec- fibras musculares intrafusales, que intervienen
ciones descendentes de los niveles superiores. en el control de la longitud de la fibra muscular.
16. SISTEMA MOTOR: CONCEPTOS GENERALES. MOTONEURONA. UNIDAD MOTORA. ESTRUCTURA DE LOS REFLEJOS MEDULARES — PT

Las motoneuronas constituyen lo que en 1947 por el conjunto de fibras musculares entremezcla-
Sherrington denominó vía final común, aludiendo al das de sus unidades motoras. Las unidades motoras
hecho de que los impulsos nerviosos procedentes de cumplen la ley fisiológica del «todo o nada». Cuan-
cualquier parte del encéfalo o de la médula espinal do se transmiten impulsos nerviosos por el axón, se
tienen que hacer una estación sináptica en las moto- contraen todas las fibras musculares inervadas por
neuronas antes de alcanzar el músculo, Debido a éste, El resto de fibras musculares, a las que no lle-
ello, la lesión de la motoneurona deja al músculo ga el impulso nervioso, se encuentran relajadas. Es
completamente desconectado del SNC y, por lo tan- decir, en un vientre muscular, en un momento de-
to, paralizado. terminado, solamente pueden encontrarse fibras
En la médula espinal, las motoneuronas se sitúan musculares en contracción o en relajación; no ca-
en el asta anterior, en la lámina IX de Rexed. Consti- ben estados intermedios. Cuando las fibras muscu-
tuyen aproximadamente el 30% de todas las neuro- lares se contraen repetidamente llega un momento
nas que se encuentran en esta lámina. Las motoneu- en que se agotan los suministros energéticos, se acu-
ronas se agrupan en núcleos formando columnas mulan algunos metabolitos y, progresivamente, la
longitudinales organizadas somatotópicamente si- contracción se produce con menor fuerza. Este pro-
guiendo una regla proximodistal. Así, las motoneu- ceso se denomina fatiga muscular. Si la contracción
ronas que inervan los músculos más proximales se muscular es sostenida y uniforme, las fibras muscu-
sitúan en núcleos más mediales que aquellas que lares no llegan a relajarse antes de que se produzca
inervan músculos distales. Por ejemplo, las moto- el siguiente impulso de contracción y el músculo en-
neuronas de los músculos del brazo se localizan en tra en una fase de contracción espasmódica y conti-
el asta anterior en posición más medial que las des- nua denominada tetanización.
tinadas a inervar los músculos de la mano. Todas las fibras musculares que componen una
unidad motora son del mismo tipo. Sin embargo, las
fibras musculares de un vientre muscular no son to-
EE3 UNIDAD MOTORA das iguales (fig. 16-2). Desde el punto de vista mor-
fológico y funcional pueden distinguirse tres ti-
La unidad motora o miona está constituida por pos fundamentales de unidad motora, uno lento y
una motoneurona a y las fibras musculares que iner- dos rápidos, que difieren en el tamaño del soma neu-
va (fig. 16-1). El vientre de un músculo está formado ronal, el tipo de fibras musculares que las compo-
(€) MASSON, S.A, Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 16-2
Corte transversal de un músculo humano teñido con un mé-
todo histoquímico que pone de manifiesto la actividad de la
DPNH-diaforasa, enzima asociada al metabolismo oxidativo.
FIGURA 16-1 Las fibras que muestran más actividad son ricas en mitocon-
Esquema de una unidad motora o miona. En verde se ha di- drias. La intensidad variable de la tinción permite distinguir
bujado una motoneurona a y su axón. tres tipos de fibras musculares.
Nun SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

nen, el grado de fatigabilidad, la velocidad de con- almacenado, pero lo agotan rápidamente y acu-
tracción y la fuerza que desarrollan. mulan ácido láctico.
- Las unidades motoras rápidas resistentes a la
e Las unidades motoras lentas están formadas fatiga tienen unas características intermedias en-
por una motoneurona a de tamaño pequeño, con tre las lentas y las rápidas fatigables, por lo que
un axón delgado, que inerva pocas fibras muscu- combinan la fuerza de contracción moderada
lares delgadas de tipo I o fibras lentas. Las fibras con una cierta resistencia a la fatiga.
musculares de tipo 1] son delgadas, poseen menos
miofilamentos que las de otros tipos y por lo tan- Los músculos están constituidos por mezclas, en
to generan relativamente poca fuerza. Se denomi- proporciones diferentes, de los tres tipos de unidades
nan fibras lentas porque su contracción dura, re- motoras. Estas proporciones varían de un músculo
lativamente, mucho tiempo (unos 75 ms). Pueden a otro dependiendo de la función realizada. Ade-
contraerse durante tiempos muy largos (varias ho- más, dentro de un determinado músculo existen im-
ras) sin experimentar fatiga muscular. Ello se portantes variaciones individuales que dependen de
debe a que utilizan un catabolismo oxidativo, em- factores diversos, como la herencia. Esto determina
pleando glucosa y oxígeno procedentes de la san- que existan sujetos capacitados para realizar un de-
gre para producir el ATP necesario para la con- terminado tipo de ejercicio que exige contracciones
tracción muscular. Estas unidades motoras están prolongadas pero sin gran fuerza, como largas mar-
rodeadas por numerosos capilares sanguíneos chas, ya que en sus músculos predominan las unida-
y contienen abundantes mitocondrias, enzimas des motoras lentas. Otros individuos están mejor ca-
oxidativas y mioglobina, que es capaz de acumu- pacitados para realizar ejercicios en que se requiere
lar oxígeno. Algunas especies animales muestran mucha fuerza durante un tiempo breve, como las
grupos musculares formados casi exclusivamente carreras de velocidad, al predominar en sus múscu-
por este tipo de unidades. Debido a su riqueza los las unidades motoras rápidas fatigables.
vascular y enzimática, estos músculos adoptan
un color rojo oscuro característico, como ocurre,
por ejemplo, en los peces. Regulación de la fuerza desarrollada
e Las unidades motoras rápidas son de dos tipos: por un músculo
resistentes a la fatiga y rápidas fatigables.
Están constituidas por dos subtipos de fibras La fuerza que desarrolla un músculo en un mo-
musculares rápidas o de tipo 11: los subtipos ITA y mento dado debe ser la adecuada al movimiento que
IIB, respectivamente. El tipo 11 de fibra muscu- se quiere realizar, a la velocidad con que se efectúa y
lar se caracteriza por tener una contracción rápi- al conjunto de fuerzas que actúan sobre las palancas
da (aproximadamente 25 ms). Desarrollan más óseas. De ahí que deba estar estrechamente regulada.
fuerza que las de tipo 1 por el hecho de tener una La fuerza contráctil de una unidad motora de-
isoforma de miosina distinta, que se contrae con pende del tipo de fibra muscular que la constituye y
más fuerza, y por contener más miofilamentos. del número de fibras. La fuerza de contracción de
Poseen poca mioglobina, por lo que en algunos un músculo depende del tipo de unidades motoras
animales los músculos con este tipo de fibras que lo constituyen, de su número y de su tamaño.
adoptan un color blanquecino. Los subtipos IIA y El aumento o disminución del número de unidades
IB difieren entre sí por su catabolismo y resis- motoras activas regula la cantidad de fuerza produ-
tencia a la fatiga. cida por un músculo en un momento dado.
- Las unidades motoras rápidas fatigables son las El principio del tamaño explica el reclutamiento
que desarrollan más fuerza, pero se fatigan rápi- progresivo de unidades motoras que se lleva a cabo
damente y tardan en recuperarse. Podemos decir cuando un músculo debe realizar un trabajo que re-
que producen «explosiones de fuerza». Están for- quiere un aumento continuo de fuerza contráctil.
madas por motoneuronas muy grandes cuyo Este principio indica que, en un grupo de motoneu-
axón grueso inerva muchas fibras musculares del ronas que inervan un determinado músculo, primero
tipo IB, de gran diámetro. Este tipo de fibras tie- se activan las más pequeñas, luego las de tamaño in-
nen un catabolismo anaerobio; su fuente ener- termedio y finalmente las de mayor tamaño. Dicho
gética fundamental es el glucógeno que tienen de otro modo, en primer lugar entran en actividad
16. SISTEMA MOTOR: CONCEPTOS GENERALES. MOTONEURONA. UNIDAD MOTORA. ESTRUCTURA DE LOS REFLEJOS MEDULARES

las unidades motoras lentas, que desarrollan poca es siempre la misma y consiste en una secreción
fuerza pero no se fatigan; cuando el esfuerzo se in- elandular o una respuesta motora. Lógicamente, el
crementa entran en actividad las unidades motoras reflejo será tanto más complejo cuanto más compli-
rápidas resistentes a la fatiga, que proporcionan más cada sea la cadena neuronal implicada. Los reflejos
fuerza pero se fatigan antes; finalmente, cuando el más sencillos son los segmentarios.
esfuerzo alcanza su grado máximo, entran en activi- Un reflejo segmentario se caracteriza por un arco
dad las unidades motoras rápidas fatigables, que son reflejo formado por dos neuronas, una aferente y
las que proporcionan más fuerza pero durante un otra eferente, situadas en el mismo segmento me-
tiempo más corto, pues se fatigan muy rápidamente. dular o en el mismo nivel troncoencefálico.
El brazo aferente del reflejo está formado por la
prolongación periférica de las neuronas sensitivas
Consideraciones clínicas sobre las unidades motoras que tienen su soma en los ganglios espinales o en
los ganglios sensitivos de los nervios craneales
La unidad motora o miona no sólo constituye la (fig. 16-3). La prolongación periférica se conecta
unidad de contracción, sino que es la base para com- con el receptor cuya estimulación desencadena el
prender la patología de la neurona motora inferior. reflejo. La prolongación central penetra en la médu-
En neurología se efectúa una distinción clara entre la espinal por medio de la raíz posterior, o por el ori-
las lesiones que afectan a las motoneuronas a y las gen aparente del nervio craneal en el tronco del en-
que afectan a las neuronas de los sistemas descen- céfalo, y termina haciendo sinapsis con el árbol
dentes. Estas últimas suelen denominarse, impro- dendrítico de una motoneurona asentada en la lá-
piamente, neuronas motoras superiores. mina IX de Rexed, o en un núcleo motor troncoen-
Si se lesionan todas las motoneuronas que iner- cefálico.
van un determinado músculo, éste no puede con- El brazo eferente (fig. 16-3) está constituido por
traerse, ya que todas las mionas han perdido la ca- la motoneurona cuyo cilindroeje sale de la médula
pacidad funcional. Estamos ante una parálisis. Si la espinal por medio de una raíz ventral, o del tronco
lesión sólo afecta a algunas neuronas, el músculo del encéfalo por el origen aparente del nervio craneal
conserva parte de sus mionas intactas, por lo que y, después de discurrir por un nervio, termina iner-
puede contraerse, aunque débilmente. Esta situa- vando las fibras musculares que dependen de éste y
ción se denomina paresia. que se contraen en respuesta al estímulo nervioso.
La lesión de las motoneuronas a también produ-
ce atrofia (pérdida de masa muscular) del músculo
afectado, que puede ser parcial o total dependiendo
del número de unidades motoras lesionadas. Además,
aparecen en el músculo fibrilaciones (sacudidas del
músculo visibles bajo la piel) y fasciculaciones (sacu-
didas musculares no visibles). En el primer caso se
trata de contracciones espontáneas de fibras muscu-
lares aisladas; en el segundo, de contracciones espon-
táneas de las fibras que forman parte de las unidades
motoras. Por último, la lesión de las motoneuronas
€) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

produce arreflexia (falta de respuesta a un estímulo),


cuyo mecanismo estudiaremos más adelante.

1 ESTRUCTURA DE LOS REFLEJOS


SEGMENTARIOS
Un reflejo puede definirse como la acción que re- FIGURA 16-3
sulta del paso de un estímulo nervioso a través de Esquema de los componentes de un reflejo segmentario. En
una cadena neuronal o arco reflejo. Para un estímulo azul se ha dibujado el brazo aferente; en verde el eferente; en
determinado y una cadena neuronal dada, la acción rojo una neurona de asociación.
E SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

dulan el reflejo, aunque a un nivel elemental. En los


reflejos segmentarios sólo participa un músculo o
parte de un músculo. Así puede comprenderse cómo
la destrucción de la motoneurona inferior interrum-
pe el brazo eferente de los reflejos y, en consecuen-
cia, se produce arreflexia o falta de reflejos. La arre-
flexia se acompaña de parálisis muscular flácida o
con pérdida del tono muscular.

Reflejo miotático

El reflejo miotático o de estiramiento es el reflejo


segmentario más importante. Se encarga de mante-
ner la longitud muscular en un valor programado
previamente. Si el músculo alarga su longitud por
un factor externo, se desencadena el reflejo y el
músculo se acorta hasta alcanzar la longitud de par-
tida. Es fundamental en el control de la actividad
muscular. La señal sensitiva que inicia el reflejo
miotático se origina en los llamados husos muscu-
lares o neuromusculares. Estas estructuras se loca-
lizan en el vientre muscular; son, como indica su
nombre, fusiformes, y tienen entre 1 y 2 mm de lon-
gitud. Son tanto más abundantes cuanto más pre-
cisos son los movimientos que puede realizar el
músculo en cuestión. Un dato esencial para com-
prender su funcionamiento es que están dispuestos
en paralelo con respecto a las fibras musculares ex-
trafusales.
Cada huso muscular consta de tres componen-
tes fundamentales (fig. 16-4): a) cápsula fusal; b) fi-
bras musculares intrafusales, y c) fibras nerviosas
aferentes y eferentes.

FIGURA 16-4 e La cápsula fusal está compuesta por una vaina


Esquema de un huso muscular. Para facilitar la comprensión, externa, formada por fibroblastos aplanados y
únicamente se han representado dos fibras intrafusales: una por fibras colágenas que aíslan el huso del resto
fibra nuclear en bolsa (1) y una fibra nuclear en cadena (2), del músculo, y por una vaina interna que rodea
En verde claro se ha dibujado la cápsula fusal; en verde os-
curo las fibras nerviosas y; en azul las fibras nerviosas prima-
cada fibra intrafusal.
rias; en ocre las fibras nerviosas secundarias. El huso muscu- e Las fibras intrafusales son fibras musculares es-
lar se sitúa en paralelo a las fibras extrafusales. triadas modificadas, con una porción central des-
provista de actina y miosina donde se sitúan los
núcleos celulares (fig. 16-4). Cada huso muscu-
Los reflejos segmentarios constituyen la activi- lar contiene de 6 a 14 fibras intrafusales que
dad motora más sencilla que puede realizarse. Aun- corresponden a dos tipos básicos, diferenciados
que los reflejos segmentarios son monosinápticos entre sí fundamentalmente por su diámetro. Las
(únicamente intervienen dos neuronas) por defi- fibras gruesas tienen los núcleos celulares agru-
nición, en la mayoría de los casos se interponen pados en la zona ecuatorial de la fibra, por lo que
neuronas de asociación entre los brazos aferente y reciben el nombre de fibras nucleares en bolsa
eferente (fig. 16-3). Las neuronas de asociación mo- (fig. 16-4). Las fibras delgadas tienen los núcleos
16 SISTEMA MOTOR: CONCEPTOS GENERALES. MOTONEURONA. UNIDAD MOTORA. ESTRUCTURA DE LOS REFLEJOS MEDULARES PT

celulares dispuestos en cadena, por lo que se de- ción de estas fibras, pero no genera de manera di-
nominan fibras nucleares en cadena. Cabe añadir recta el acortamiento del vientre muscular.
que los datos histoquímicos y estructurales indi- Se distinguen dos tipos de motoneuronas y. Las
can la existencia de fibras intrafusales interme- motoneuronas y dinámicas terminan únicamente en
dias entre los dos tipos mencionados. fibras nucleares en bolsa dinámicas, mientras que
Las fibras intrafusales son los receptores del las motoneuronas y estáticas terminan tanto en las
reflejo miotático, estimulándose por el estira- fibras nucleares en cadena como en las nucleares
miento muscular. La existencia de dos tipos mor- en bolsa estáticas. Las motoneuronas y controlan el
fológicos de fibras intrafusales permite que las grado de tensión de las fibras musculares intrafusa-
aferencias del huso envíen señales de cada fase les, graduando de esta manera la ganancia del refle-
del estiramiento muscular por separado. Cuando jo miotático (fig. 16-5).
se estira un músculo, existen dos fases en la va- La ganancia es la relación entre la intensidad de
riación de la longitud. La primera fase, denomi- la expresión refleja y la magnitud del estímulo apli-
nada dinámica, es el período en que el músculo cado. Sus modificaciones sirven para graduar la va-
cambia de longitud. La segunda fase, denomina- riable regulada; en este caso, la longitud y la tensión
da estática, es el período en que el músculo se es- del músculo. Si la ganancia es alta, lo cual ocurre
tabiliza en una nueva longitud. cuando las fibras intrafusales están tensas por su
Desde el punto de vista fisiológico se distin- contracción, un pequeño estiramiento del músculo
guen tres tipos de fibras intrafusales: a) fibras nu- produce un gran aumento de los impulsos que dis-
cleares en bolsa dinámicas; b) fibras nucleares en
bolsa estáticas, y c) fibras nucleares en cadena, que
informan sólo de la fase estática.
e Las fibras nerviosas aferentes son de dos tipos
(fig. 16-4). El primer tipo es la fibra nerviosa pri-
maria o anuloespiral, que forma una especie de
espiral en torno a la zona ecuatorial de los tres
tipos de fibras musculares intrafusales. Son fi-
a

bras fuertemente mielinizadas, muy gruesas, del


tipo IA. El segundo tipo está representado por las
A

fibras nerviosas secundarias o en ramillete de flo-


YMACOS

res, denominadas así por su forma de ramificarse


(fig. 16-4). Generalmente existen varias por huso
CITA A

muscular, pertenecen por su grosor al grupo Il e


IAEA

inervan las fibras nucleares en cadena y las fibras


estáticas en bolsa.

En el reflejo miotático, como en todos los refle-


jos segmentarios, el brazo aferente termina directa-
mente sobre las motoneuronas que constituyen el FIGURA 16-5
brazo eferente. Las fibras nerviosas eferentes proce- Reflejo miotático. Únicamente se han representado una fibra
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

den de motoneuronas a y y (fig. 16-4). Ya sabemos extrafusal (1) y otra intrafusal (2). En azul se ha dibujado una
que las motoneuronas «a terminan sobre las fibras fibra aferente. El reflejo funciona como un circuito de retroali-
mentación negativa. El estiramiento de la fibra muscular intra-
musculares extrafusales (fig. 16-4), produciendo su fusal provoca un aumento de actividad en las fibras nerviosas
contracción y, por consiguiente, el ajuste de la longi- aferentes, lo que a su vez produce un incremento en la activi-
tud del músculo que había sido estirado. dad de las motoneuronas a que ¡inervan las fibras extrafusales.
Las motoneuronas y tienen un soma pequeño lo- Al acortarse éstas, se restablece la longitud inicial del múscu-
calizado en el asta anterior; su axón, después de sa- lo. Las fibras y gradúan la ganancia del reflejo, de manera que
un incremento de su actividad produce el aumento de tensión
lir de la médula espinal por la raíz anterior y dis-
de la fibra intrafusal, disminuyendo su umbral de actividad.
currir por el nervio correspondiente, termina en los Todo lo contrario ocurre cuando desciende la actividad en las
€) MASSON,

extremos de las fibras musculares intrafusales motoneuronas y. La actividad y también está influenciada por
(figs. 16-4 y 16-5). Su activación produce la contrac- las vías nerviosas descendentes (flecha verde claro).
MENTE] sicunDa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA —

curren por las aferencias la y, por lo tanto, un gran La tensión de reposo de un músculo se denomina
aumento en el número de motoneuronas a reclu- tono muscular. El reflejo miotático constituye su
tadas y en sus frecuencias de disparo. Todo ello sustrato neurobiológico. El tono muscular se ajusta
conduce a un incremento de la tensión muscular continuamente, sólo desaparece en el sueño profun-
producida por la contracción de las fibras muscula- do, y es fundamental para mantener la postura cor-
res extrafusales. Cuando la ganancia es baja ocurre poral y contrarrestar los efectos de la gravedad.
todo lo contrario, necesitándose un gran estiramien-
to para obtener un pequeño aumento de tensión
muscular. IMPORTANCIA CLÍNICA DEL REFLEJO MIOTÁTICO
La ganancia del reflejo miotático se ajusta conti-
nuamente para cubrir en cada momento los requeri- La exploración neurológica de los pacientes co-
mientos funcionales del músculo en cuestión. El mienza con la evaluación de los reflejos miotáticos,
ajuste se realiza modificando los niveles de actividad lo que proporciona una información muy valiosa so-
de diferentes elementos. El ajuste más importante bre el estado funcional del sistema motor. Por ejem-
se efectúa por el cambio del nivel de activación de plo, el hecho de golpear el tendón del cuádriceps
las motoneuronas y: a mayor activación, mayor ten- femoral con el martillo de reflejos produce un esti-
sión de las fibras intrafusales y mayor ganancia. El ramiento del músculo, lo que le obliga a recuperar
nivel de activación de las motoneuronas y depende su longitud inicial mediante una contracción. La
de diversos factores, como la velocidad y dificultad contracción brusca del músculo (reflejo rotuliano)
del movimiento que realiza el músculo. Cuanto ma- nos informa de que los segmentos L2 y L3 de la
yores son éstas, mayor es el nivel de activación. médula espinal están intactos y de que las motoneu-
La actividad de las motoneuronas a también in- ronas correspondientes están recibiendo una infor-
fluye en la ganancia. Los circuitos de interneuronas mación adecuada. La exaltación del reflejo, su ate-
del segmento medular donde tiene lugar el reflejo nuación o su abolición indican un estado patológico
miotático, así como las proyecciones descendentes, en algunos de los componentes del reflejo o en las
influyen de manera muy importante en la ganancia influencias que reciben. El reflejo rotuliano consti-
a través de la excitación o inhibición de las moto- tuye un claro ejemplo de los denominados reflejos
neuronas a y y. Ya hemos señalado que el reflejo tendinosos. Cada uno de ellos permite la exploración
miotático es segmentario. Sin embargo, su acción de diferentes segmentos medulares.
no se limita al músculo estirado, sino que también El tono muscular puede evaluarse por la dureza
actúa aumentando la tensión en los músculos ago- de los músculos a la palpación y por el grado de re-
nistas e inhibiéndola en los antagonistas. Esto se ex- sistencia que se aprecia en la movilización pasiva
plica porque las fibras la no sólo terminan sobre las de una articulación. Las lesiones del sistema motor
motoneuronas que inervan el músculo estirado, sino producen, en la mayoría de los casos, modifica-
también sobre las que inervan músculos con una ac- ciones del tono muscular, tanto en sentido negativo
ción mecánica similar. (hipotonía) como positivo (hipertonía). La hipoto-
El reflejo miotático tiene una gran importancia nía consiste en la disminución o pérdida del tono
funcional puesto que refuerza las órdenes centrales muscular. Los músculos están flácidos y pierden su
del movimiento transmitidas por los sistemas des- contorno redondeado normal. Generalmente se pro-
cendentes hacia las motoneuronas a. Por otro lado, duce por lesión de las motoneuronas a o de las afe-
el huso muscular detecta la magnitud de la contrac- rencias la. La hipertonía es el aumento del tono
ción, permitiendo comparar entre el movimiento muscular. Aumenta la dureza de los músculos afec-
que se desea realizar y el realizado. Además, las va- tados y la resistencia a la movilización pasiva. Suele
riaciones en la longitud de los músculos están rela- producirse por lesión de las vías motoras descen-
cionadas con las modificaciones en los ángulos que dentes y parece deberse a un cambio en la capacidad
forman entre sí las palancas óseas a nivel de las ar- de respuesta de las motoneuronas a a la activación
ticulaciones en juego. Por ello, los husos muscula- por las aferencias la.
res permiten al SNC determinar las posiciones rela- Existen dos modalidades de hipertonía: espasti-
tivas en el espacio de los segmentos corporales. Ésta cidad y rigidez. Se diferencian básicamente en que,
es una información fundamental para la realización en la espasticidad, hay modificaciones de los reflejos
de los movimientos voluntarios. miotáticos, mientras que en la rigidez éstos son nor-
16 SISTEMA MOTOR: CONCEPTOS GENERALES. MOTONEURONA. UNIDAD MOTORA. ESTRUCTURA DE LOS REFLEJOS MEDULARES PA0Y)

males. Además, la espasticidad se asocia al denomi-


nado signo de la navaja y a la presencia de clonus.

e El signo de la navaja consiste en que, cuando in-


tentamos movilizar pasivamente una articula-
ción, encontramos una gran resistencia que luego
cesa de manera brusca. Es un fenómeno pareci-
do al que se produce cuando intentamos abrir o
cerrar una navaja.
e El clonus consiste en una serie de contracciones
musculares rítmicas debidas al estiramiento y
descarga alternativos de los husos musculares.

= REFLEJOS SUPRASEGMENTARIOS
Se caracterizan por la participación de varios seg-
mentos medulares, o varios niveles troncoencefáli-
cos, y por el hecho de intercalarse numerosas neuro-
nas de asociación entre los brazos aferente y eferente
del reflejo. El brazo aferente es generalmente único,
pero las neuronas de asociación difunden el estímu-
lo a segmentos superiores e inferiores que estimulan
las motoneuronas de esos segmentos. Como resul-
tado se producen eferencias múltiples que posibili-
tan la realización de movimientos más complejos
que los efectuados por los reflejos segmentarios.
El reflejo de retirada o flexor es un ejemplo de
reflejo suprasegmentario. Consiste en la flexión FIGURA 16-6
brusca de varias articulaciones de una extremidad Organización de un reflejo suprasegmentario. El impulso ner-
ante un estímulo doloroso en la mano o en el pie, vioso que llega a la médula espinal por medio del brazo afe-
rente (azul) se difunde a varios segmentos medulares, en am-
tal como ocurre al tocar un objeto muy caliente. La bos lados, por medio de neuronas de asociación (verde claro).
figura 16-6 esquematiza los componentes de un re- El brazo aferente está formado por múltiples motoneuronas
flejo suprasegmentario. (verde oscuro) que inervan varios músculos.
CAPÍTULO 17

Corteza motora: áreas motoras. Vía piramidal

¡1 CARACTERÍSTICAS GENERALES tora por una parte, y los núcleos basales y el cerebe-
DE LAS AREAS MOTORAS lo por otra.
Al establecer la situación de cada una de las áreas
Las áreas motoras son aquellas zonas de la cor- motoras haremos referencia a las áreas de Brod-
teza cerebral que, al ser estimuladas, generan movi- mann, lo que facilita la descripción. Sin embargo, la
mientos y contracciones tónicas en el lado opuesto correspondencia entre las áreas motoras y las de
del cuerpo. En ocasiones, esta actividad es también Brodmann no es total. Como hemos señalado a pro-
ipsolateral. pósito de las áreas receptoras (v. cap. 11), en la cor-
Debemos tener en cuenta que, cuando se modifi- teza cerebral no existe una separación nítida entre
can los parámetros de estimulación, pueden obte- áreas motoras y receptoras o sensitivas. En una mis-
nerse diferentes mapas motores de un mismo cere- ma área coinciden con frecuencia las dos condicio-
bro. Así, una condición importante para considerar nes, aunque una actividad predomine sobre la otra.
un área de corteza como motora es que las respues- De ahí el nombre de áreas sensitivomotoras con que
tas motoras se obtengan con niveles de estimulación a veces se designan.
bajos. Otra condición es que dicha área tenga cone-
xiones directas (o a través de interneuronas) con
motoneuronas a. Subdivisiones de la corteza motora
Las áreas motoras integran información visual,
propioceptiva y de otros tipos, a fin de producir mo- La corteza motora se subdivide en área motora
vimientos voluntarios que requieren planificación. primaria (M1) y áreas motoras secundarias (M2).
Bajo el punto de vista de la citoarquitectura, las Las diferencias básicas entre estos dos tipos de áreas
son:
áreas motoras se caracterizan por tener una capa 4
(lámina granular interna) poco desarrollada o prác- e La activación de las áreas M2 requiere la aplica-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ticamente inexistente. Se trata de cortezas agra- ción de un estímulo superior al necesario para
nulares. En contraste, la capa 5 (lámina piramidal activar el área M1.
interna) está muy desarrollada y contiene células e Elárea M1 se proyecta directamente sobre las
piramidales grandes, que en ciertas áreas son gigan- motoneuronas a, mientras que las áreas M2 lo
tes (células piramidales de Betz). Las áreas motoras hacen indirectamente, a través de interneuronas.
reciben aferencias de las áreas corticales somatosen- e Las áreas M2 envían eferencias al área M1.
sitivas y, a través de núcleos talámicos, aferencias Desde el punto de vista de la citoarquitectura, el
subcorticales procedentes de los núcleos basales y área M1 se caracteriza por tener células giganto-
del cerebelo. Las aferencias están organizadas so- piramidales de Betz en la capa 5.
matotópicamente. Un hecho importante es que las e El área M1 gobierna la ejecución del movimien-
(O MASSON,

conexiones subcorticales son recíprocas, de manera to. Las áreas M2 intervienen en su programación
que se forman circuitos en asa entre la corteza mo- o planificación.
EXT] —seGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

yor extensión las partes que se utilizan en tareas que


requieren una gran precisión y un control muy fino,
como la mano, los dedos y la cara. Así, el homúncu-
lo motor, al igual que el sensitivo, está distorsionado.
Las observaciones realizadas por medio de análi-
sis de imágenes funcionales, tanto en primates como
en seres humanos, han puesto de manifiesto que la
organización somatotópica del área M1 no es fija.
Existe una gran plasticidad, de modo que las repre-
sentaciones corticales de los movimientos pueden
modificarse mediante el aprendizaje. Esto tiene gran
importancia médica, ya que abre la posibilidad, al
menos teórica, de rehabilitación en pacientes que
han sufrido lesiones en el área M1.
El área M1 recibe aferencias directas de las áreas
somatoestésicas primarias y secundarias, lo que tie-
ne una gran importancia en el control motor.

ÁREAS M2

La mayor parte de las áreas M2 se sitúan en el ló-


bulo frontal por delante del área M1, por lo que en
conjunto suelen denominarse áreas premotoras.
Son las áreas 6, 8 y 9, motora suplementaria,
áreas motoras del cíngulo y áreas motoras de la
palabra de Broca. Otras áreas M2 se sitúan en los
lóbulos parietal (áreas 3, 1, 2, 5, 7 y el área de la
FIGURA 17-1 palabra hablada de Wernicke) y occipital (campo
Localización de las áreas motoras en las caras superoexterna motor ocular occipital).
(A) y medial (B) del hemisferio cerebral derecho.
Como puede comprobarse en la figura 17-1, el
área 6 se localiza inmediatamente por delante del
e La estimulación del área M1 produce movi- área M1, ocupando la porción dorsal de las circunvo-
mientos sencillos en que participa una sola ar- luciones frontales superior, media e inferior. En pri-
ticulación y pocos músculos. La estimulación de mates, y posiblemente también en seres humanos,
las áreas M2 provoca movimientos complejos en se distinguen en el área 6 dos zonas con funciones di-
que participan varias articulaciones y muchos ferentes. La zona superior se denomina área premo-
músculos. tora dorsal (PMD). Interviene en la planificación de
los actos motores pero no en su control directo. El
bloqueo temporal de su actividad incrementa los
ÁREA M1 errores en las tareas de seguimiento visual que re-
quieren una respuesta retardada. La zona del área 6
Ocupa la circunvolución prefrontal (fig. 17-1) situada inmediatamente por delante de donde está
y corresponde al área 4 de Brodmann. Parece nece- representada la cara en el área M1 se denomina área
saria para la individualización del movimiento y premotora ventral (PMV). La estimulación de esta
para guiar los actos motores. Se ha debatido mucho área provoca movimientos en la extremidad superior,
si en esta área están representados músculos o mo- la cara y la boca, pero no en la extremidad inferior. El
vimientos. Los datos experimentales apoyan la idea área PMV parece desempeñar un papel fundamental
de que la representación es de movimientos discretos. en la dirección de los movimientos del brazo, mano,
Tal como muestra la figura 17-2, la representación cabeza y boca hacia objetos de interés, y en guiar los
está organizada somatotópicamente, ocupando ma- movimientos de la mano hacia la boca.
17. CORTEZA MOTORA: ÁREAS MOTORAS. VÍA PIRAMIDAL — [PX

FIGURA 17-2
Representación somatotópica en el
área motora primaria izquierda.

El área 8 es una banda estrecha que se ubica por más, el área AMS interviene en el aprendizaje mo-
delante del área 6 (fig. 17-1). tor de modo que sus neuronas muestran una gran
En la porción más caudal de las áreas 6 y 8, y en actividad durante los períodos de entrenamiento,
el área 9, se sitúa el campo motor ocular frontal que se reduce posteriormente. Parece ser importan-
(fig. 17-1). Al estimular esta zona se producen movi- te en la programación y guía de las nuevas secuen-
mientos oculares y de la cabeza hacia el lado contra- cias de movimiento, pero sólo mientras dichas se-
rio al de la estimulación. cuencias se están programando y grabando en el
El área motora suplementaria (AMS) se ubica área M1.
sobre la cara medial del hemisferio cerebral, justo La situación de las áreas motoras del cíngulo se
por delante de la zona del área M1 donde se halla la indica en la figura 17-1. Se corresponden aproxima-
representación del pie (fig. 17-1). Su estimulación damente con las áreas 23 y 24 de Brodmann. Aunque
demuestra la existencia de una representación ante- su estimulación produce movimientos contralatera-
roposterior, en dirección cara-pie, de la mitad cor- les, no se conoce su función exacta. Envía algunas
poral contralateral. En un principio se pensó que el proyecciones a la médula espinal, pero su existencia
Fotocopiar sin autorización es un delito.

área AMS era el complemento o suplemento para la en el ser humano es dudosa.


actividad del área M1 (de ahí su nombre). En la ac- Las áreas motoras de la palabra de Broca se si-
tualidad se considera que tiene gran importancia en túan en la circunvolución frontal inferior (fig. 17-1)
la planificación del movimiento. Esta área ayuda y corresponden a las áreas 44 y 45 de Brodmann.
a la preparación del movimiento, activándose cuan- Más adelante, cuando estudiemos las áreas del len-
do se piensa en movimientos, antes de que éstos se guaje, precisaremos su papel funcional.
inicien, e incluso si no tienen lugar. Su estimulación En el capítulo 12 hemos descrito la localización
en seres humanos provoca la sensación de necesidad de las áreas 3, 1, 2, 5 y 7 y su papel funcional en la
S.A.

o urgencia de realizar un movimiento, en contraste somatoestesia. Únicamente queremos resaltar aquí


O MASSON,

con lo que sucede tras la estimulación del área M1, la coincidencia, en una misma zona de la corteza
que genera un movimiento sin dicha sensación. Ade- cerebral, de funciones aparentemente distintas.
MIPIFA — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Sin embargo, debemos señalar una vez más la gran entre sí por los núcleos del puente y las fibras que
importancia que tiene la información sensitiva, y terminan o se originan en ellos (figs. 17-3 a 17-5). Al
especialmente la propioceptiva, en la programa- llegar a la parte alta del bulbo, el tracto corticoespi-
ción y ejecución del movimiento, al permitir su nal se reagrupa y ocupa el pie, formando el relieve
control. de las pirámides de la médula oblonga.
En la figura 17-1 se señala la ubicación del área En la zona de paso entre el bulbo y la médula espi-
de la palabra hablada, que se corresponde aproxi- nal se produce la decusación de aproximadamente
madamente con las áreas 39 y 40 de Brodmann. Más el 75% de los axones que componen la vía pirami-
adelante señalaremos su papel funcional (v. cap. 24). dal. Este cruzamiento, la decusación piramidal
El campo motor ocular occipital corresponde o motora, se realiza en una zona concreta situada
aproximadamente al área 19 de Brodmanmn (fig. 17-1). inmediatamente por debajo de la decusación sensitiva
Su estimulación provoca movimientos contralaterales (fig. 17-6). Caudalmente a la decusación, las fibras
de los globos oculares y de la cabeza. cruzadas y las no cruzadas siguen trayectos diferentes.

7 VÍA PIRAMIDAL
La vía piramidal es un tracto continuo, de proyec-
ción de la corteza cerebral, que termina principal-
mente sobre las motoneuronas del tronco del encéfa-
lo y de la médula espinal. Su nombre se debe a que la
mayoría de las fibras que componen esta vía ocupa
las pirámides del bulbo. Atendiendo a su origen, tra-
yecto y terminación, distinguimos dos componentes:
el tracto corticoespinal y el tracto corticonuclear.

Tracto corticoespinal

Los axones que forman el tracto corticoespinal


(aproximadamente un millón) proceden de las neu-
ronas piramidales asentadas en M1, en el área 6 y
en las áreas 3, 1, 2 y 5. Dentro de estas áreas, los
axones proceden de las zonas donde están represen-
tados los movimientos del tronco y de las extremida-
des. Es posible que otras áreas motoras contribu-
yan también a su formación, aunque no existen
datos precisos en seres humanos. Por capas, las neu-
ronas gigantopiramidales de Betz proporcionan un
número de axones relativamente pequeño, que son
sin embargo los de mayor diámetro.
Después de abandonar la corteza, los axones de
todas estas neuronas descienden a través de la co-
rona radiada para discurrir luego por el brazo pos-
FIGURA 17-3
terior de la cápsula interna. Una vez han atravesa-
Esquema de la vía piramidal. En verde se ha dibujado el trac-
do la cápsula interna, penetran en la base del to corticoespinal; en rojo el tracto corticonuclear.
pedúnculo cerebral, donde ocupan el tercio medio
1 Sustancia negra. 6 Núcleo olivar inferior.
del pedúnculo (figs. 17-3 y 17-4). En el puente, el 2 Núcleo rojo. 7 Decusación piramidal.
tracto corticoespinal ocupa la porción anterior o ba- 3 Lemnisco medial. 8 Núcleos grácil y cuneiforme.
4 Núcleo motor del nervio 9 Fascículo corticoespinal lateral.
silar pero, en lugar de formar un haz compacto, se trigémino. 10 Fasciículo corticoespinal ventral.
disgrega en una serie de haces delgados y separados 5 Núcleo ambiguo.
17. CORTEZA MOTORA: ÁREAS MOTORAS. VÍA PIRAMIDAL PIES

Los axones que se han cruzado forman el fascícu-


lo corticoespinal lateral o cruzado, que desciende
a lo largo de la médula espinal situándose en la mi-
tad dorsal del cordón lateral. Los axones que forman
este fascículo proceden de las zonas de la corteza cere-
bral donde están representadas las extremidades.
Las fibras que no se han cruzado se comportan
de dos maneras diferentes. Un pequeño contingente
se une al fascículo corticoespinal lateral y se distri-
buye con él, sin que las fibras se crucen en su tra-
yecto por la médula espinal. Sin embargo, la mayor
parte de las fibras no decusadas forman un fascículo
independiente denominado fascículo corticoespi-

FIGURA 17-5
Mitad derecha de un corte transversal de la porción superior del
puente (tinción de Weigert), en el que se observa cómo el trac-
to corticoespinal (asteriscos) está separado en varios haces.
1 Lemnisco medial. 3 Rafe.
2 Fibras pontocerebelosas. 4 Pedúnculo cerebeloso superior.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 17-4
Disección, siguiendo el método de Ludwing y Klingler, del trac-
to corticoespinal derecho. El tracto se disgrega a nivel del
puente por la presencia de las fibras pontocerebelosas (fle- FIGURA 17-6
chas). En el ángulo superior derecho se muestra un detalle de Corte transversal de la médula oblonga a nivel de la decusa-
la zona de la decusación motora. ción motora.
(E MASSON,

1 Cápsula interna. 4 Decusación motora. 1 Núcleo grácil. 4 Decusación motora.


2 Base del pedúnculo cerebral. 5 Fascículo corticoespinal lateral. 2 Núcleo cuneiforme. 5 Tracto corticoespinal.
3 Pirámide del bulbo. 6 Fascículo corticoespinal ventral. 3 Fascículo corticoespinal lateral. 6 Fasciculo corticoespinal ventral.
MXES stcunoa parte ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

nal ventral (fig. 17-3). Éste continúa la dirección de dula espinal. Para ello, los axones destinados a cada
la vía piramidal, discurriendo hacia abajo por el cor- segmento medular abandonan el fascículo y, pasan-
dón anterior de la médula espinal. Los axones que do por la comisura blanca anterior, terminan en las
forman el fascículo corticoespinal ventral se van motoneuronas contralaterales.
cruzando de manera difusa a lo largo de toda la mé- El fascículo corticoespinal ventral está formado
por axones que se originan en zonas corticales donde
están representados el cuello, el hombro y el tronco.
Por ello, este fascículo se extiende únicamente por
los segmentos cervicales y los primeros segmentos
torácicos de la médula espinal.

Tracto corticonuclear

El tracto corticonuclear está constituido por los


axones que, procedentes de la corteza cerebral, están
destinados a los núcleos de origen de los nervios cra-
neales. De esta definición se exceptúan los núcleos
donde se asientan las motoneuronas destinadas a
inervar los músculos del globo ocular (núcleos de
origen del III, IV y VI par craneal). Los movimien-
tos del globo ocular son tan complicados y precisos
que la corteza cerebral se proyecta sobre centros es-
pecializados del tronco del encéfalo (centros de la
mirada) (v. cap. 21).
Las neuronas cuyos cilindroejes dan lugar al trac-
to corticonuclear se asientan principalmente en la
porción inferior de M1, donde está representado el
macizo craneofacial (fig. 17-2). Tras discurrir por la
corona radiada, los cilindroejes atraviesan la rodi-
lla de la cápsula interna (fig. 17-3) y penetran en el
tronco del encéfalo. A nivel del mesencéfalo, el trac-
to corticonuclear se sitúa en la base del pedúnculo,
en posición medial respecto del tracto corticoespinal
(fig. 17-7). En el bulbo, se sitúa por detrás de las pi-
rámides bulbares. En el puente no se le puede asignar
una posición concreta. Los axones del tracto cortico-
nuclear alcanzan los núcleos a los que están destina-
dos separándose del trayecto general para ingresar en
la región del tegmento donde se ubican los núcleos
de origen de los nervios craneales (fig. 17-7).
Para comprender si un núcleo concreto recibe
fibras directas, cruzadas o de ambos tipos, debe-
mos tener en cuenta que, como norma general, los
músculos de ambos lados de la cabeza que suelen
actuar al mismo tiempo están controlados por la
FIGURA 17-7 corteza motora de ambos lados. Por consiguiente,
Esquema que muestra el trayecto del tracto corticonuclear (en
reciben fibras directas y cruzadas los núcleos moto-
rojo). En verde se ha dibujado el tracto corticoespinal. res asociados a la masticación (V), la deglución, la fo-
1 Núcleo abducens. 3 Núcleo del nervio hipogloso.
nación (núcleo ambiguo, origen de los nervios IX, X,
2 Núcleo del nervio facial. 4 Núcleo ambiguo. XI) y los movimientos linguales (XID).
17. CORTEZA MOTORA: ÁREAS MOTORAS. VÍA PIRAMIDAL PXEMN

En el núcleo facial se distinguen dos partes: una Los axones que componen la vía piramidal son
superior, que recibe fibras directas y cruzadas, y otra de grosores muy diferentes y, por consiguiente, de
inferior, que sólo recibe fibras cruzadas. Esto tiene velocidades de conducción muy distintas. Bajo to-
gran importancia en el diagnóstico clínico, ya que dos los puntos de vista, la vía piramidal es un tracto
permite diferenciar una parálisis facial, debida a le- heterogéneo. Se considera que la porción de la vía
sión de las neuronas periféricas, de la causada por piramidal que se origina en áreas corticales del ló-
lesión en el tracto corticonuclear. En el primer caso, bulo frontal se proyecta sobre motoneuronas. Por el
la parálisis es completa. En el segundo, se limita a contrario, la porción de la vía piramidal que se ori-
los músculos de la porción inferior de la cara. gina en la corteza somatosensitiva del lóbulo parie-
tal se proyecta sobre los relés de las vías ascendentes
o de información, modulando su actividad.
ORGANIZACIÓN SOMATOTÓPICA DE LA VÍA PIRAMIDAL La terminación en la médula espinal se realiza,
con preferencia, en la base del asta posterior (lá-
La vía piramidal está organizada somatotópica- minas IV a VII de Rexed). Estas láminas están ocu-
mente a lo largo de todo su trayecto. En la cápsula padas por interneuronas que se conectan con las
interna, los axones destinados a las motoneuronas motoneuronas asentadas en el asta anterior (lá-
que inervan músculos del macizo craneofacial se mina IX de Rexed). También existen terminaciones
sitúan en la rodilla (tracto corticonuclear). A conti- directas sobre las motoneuronas. Las conexiones di-
nuación, y en el brazo posterior, se hallan sucesiva- rectas están destinadas, fundamentalmente, a las
mente de delante hacia atrás los axones destinados motoneuronas que inervan los músculos distales de
al miembro superior, al tronco y al miembro infe- las extremidades. La terminación de la vía piramidal
rior. En la base del pedúnculo cerebral, los axo- se realiza tanto sobre las motoneuronas a. como so-
nes para el macizo craneofacial se ubican en la por- bre las motoneuronas y.
ción interna de la zona correspondiente a la vía La vía piramidal ejerce una acción facilitadora so-
piramidal; a continuación se sitúan, de dentro hacia bre las motoneuronas que inervan músculos flexores,
fuera, los destinados a la extremidad superior, al e inhibidora sobre las que inervan músculos extenso-
tronco y a la extremidad inferior. En el puente y el res. Es la vía de proyección cortical más importante
bulbo no existen datos concretos de organización para la realización de los movimientos voluntarios
somatotópica. finos, que requieren en su ejecución gran precisión y
En la médula espinal existe una organización rapidez.
somatotópica bien definida para el fascículo cortico-
espinal lateral. Los axones que componen este fas-
cículo se agrupan en laminillas dispuestas de lateral Consideraciones clínicas sobre la vía piramidal.
a medial. Los axones que forman las laminillas más Síndrome de la neurona motora superior
mediales son los que terminan en segmentos supe-
riores de la médula espinal; los que ocupan las la- Las lesiones del sistema motor pueden ser irritati-
minillas más laterales están destinados a los seg- vas o deficitarias. Pequeñas lesiones irritativas
mentos más inferiores. localizadas en la corteza motora pueden producir con-
La organización somatotópica de la vía piramidal tracciones convulsivas de algunos grupos musculares.
tiene gran importancia clínica, pues permite com- Son las denominadas crisis epilépticas focales o
Fotocopiar sin autorización es un delito.

prender los signos y síntomas que aparecen en casos epilepsias jacksonianas. Dado que la corteza motora
de lesión muy localizada. está organizada somatotópicamente, la situación del
foco epileptógeno determina los músculos o grupos
musculares afectados.
Modo de terminación de la vía piramidal. Las lesiones destructivas en algún punto de la vía
Papel funcional piramidal (fig. 17-8) producen un conjunto de signos
y síntomas que suele denominarse síndrome de la
La vía piramidal termina tanto sobre núcleos neurona motora superior. Estas lesiones son fre-
S.A.

motores como sobre núcleos sensitivos (fig. 17-3). cuentes y se deben generalmente a causas vasculares
(O MASSON,

También termina en la formación reticular tronco- o traumáticas o a enfermedades desmielinizantes. Si


encefálica. Por lo tanto, no es estrictamente motora. la lesión afecta a zonas concretas del área Ml, se
FAT — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

e Signo de Babinski positivo o respuesta plantar ex-


tensora, Cuando se frota el lado externo de la
planta del pie, desde el talón hasta los dedos,
con un objeto duro y romo como la uña del
dedo pulgar, se produce la extensión del dedo
gordo y la separación en abanico de los dedos
restantes. Cuando no existe lesión de la vía pira-
midal, el mismo estímulo provoca la flexión de
todos los dedos del pie (respuesta plantar flexo-
ra). El signo de Babinski posee gran importan-
cia diagnóstica, pero hay que tener en cuenta
que es positivo en niños muy pequeños debido a
que los axones de la vía piramidal no están to-
talmente mielinizados (se vuelve negativo antes
de los dos años).
e Espasticidad, por incremento del tono muscular.
La espasticidad no afecta por igual a los diferen-
FIGURA 17-8 tes grupos musculares de las extremidades. En la
extremidad superior, el incremento del tono es
Corte transversal a nivel de la porción inferior de la médula
oblonga de un enfermo que padeció una lesión del tracto cor- más marcado en los músculos flexores, por lo
ticoespinal derecho a nivel de la cápsula interna. Nótese que que el miembro adopta una posición en flexión
el tracto derecho aparece atrófico y desmielinizado. Tinción característica. En la extremidad inferior predo-
de Weigert. mina el tono de los músculos extensores y el
1 Tracto corticoespinal derecho. 3 Núcleo cuneiforme, miembro adopta una posición en extensión.
2 Núcleo espinal del nervio trigémino. 4 Núcleo grácil.
e Losreflejos miotáticos están exagerados.

produce una parálisis en la región corporal contrala- Normalmente es posible restablecer movimientos
teral representada en esa zona cortical. Esta paráli- voluntarios de la zona afectada algún tiempo des-
sis se denomina monoplejía. pués de haberse producido la lesión. Por lo general,
Si la lesión cortical es extensa y unilateral, o se si- tales movimientos son groseros, estereotipados y
túa en la cápsula interna o por debajo de ésta, se pa- masivos, con muy poca discriminación.
raliza la mitad corporal contralateral. Es lo que se Cuando la lesión afecta a las dos vías piramida-
conoce como hemiplejía. En las primeras fases de les, puede aparecer una cuadriplejía o tetraplejía.
la hemiplejía aparece una parálisis flácida, con tono Esto quiere decir que se produce una parálisis de
muscular disminuido y reflejos abolidos. Después de las cuatro extremidades. Se debe normalmente a
varios días de evolución, surge un patrón constante secciones medulares por encima del nivel C7, que in-
de signos motores, que incluyen: terrumpen los fascículos corticoespinales. Las sec-
ciones medulares a nivel torácico y lumbar provo-
* Imposibilidad de realizar movimientos volunta- can la parálisis de las extremidades inferiores, lo que
rios finos o de precisión. se conoce como paraplejía.
"CAPÍTULO 18

La actividad de la corteza cerebral está controlada en los capítulos 3 y 6. Son los siguientes: el cuerpo
por estructuras subcorticales, con las que establece estriado, el globo pálido, el núcleo subtalámico y
conexiones de reentrada en el circuito. Estos circuitos la sustancia negra. Únicamente precisaremos aquí
parten de la corteza, a la que regresan después de es- algunas características citológicas de estos núcleos
tablecer estaciones sinápticas en una serie de núcleos que pueden ayudar a comprender sus conexiones y
basales y en el tálamo. El control de la actividad corti- el funcionamiento de los circuitos que establecen.
cal por los núcleos basales es esencial para la realiza- Como ya sabemos, el cuerpo estriado está forma-
ción normal de los movimientos voluntarios. Los nú- do por el núcleo caudado y el putamen. Recibe la ma-
cleos basales desempeñan además un papel muy im- yor parte de todas las fibras corticales de proyección,
portante en el control de otras actividades corticales por lo que debe considerarse como el núcleo de afe-
no motoras, como las cognitivas y el comportamiento. rencia de los sistemas en circuito. Bajo el punto de
Clásicamente, los núcleos basales se han conside- vista estructural, el cuerpo estriado es heterogéneo.
rado parte fundamental del llamado sistema motor ex- La mayor parte de las neuronas que lo forman tienen
trapiramidal (es decir, el conjunto de vías motoras árboles dendríticos con numerosas espinas, por lo que
que, a diferencia de la vía piramidal, establecen con- se denominan neuronas espinosas. Un hecho impor-
tacto con las motoneuronas troncoencefálicas y me- tante es que estas neuronas tienen cilindroejes largos
dulares sin pasar por las pirámides del bulbo). De esta con muchos procesos colaterales, lo que les confiere
manera, el conjunto de signos y síntomas que apare- gran capacidad para las interacciones locales y para la
cían tras la lesión de los núcleos basales se denomina- proyección a distancia. Además, utilizan como neuro-
ba síndrome extrapiramidal. Sin embargo, el concep- transmisor ácido gamma-aminobutírico (GABA), por
to clásico de sistema motor extrapiramidal no puede lo que son neuronas inhibidoras. Las neuronas espi-
mantenerse en la actualidad y no lo utilizaremos. nosas se pueden dividir en varios subtipos según su
Una característica fundamental de los núcleos tamaño. Además, atendiendo al tipo de receptores do-
basales es que no tienen conexiones directas, de en- paminérgicos que se sitúan en la membrana celular,
S.A. Fotocoplar sin autorización es un delito,

trada ni de salida, con el tronco del encéfalo ni con se distinguen dos subtipos: unas con receptores D, y
la médula espinal. Sus acciones motoras están me- otras con receptores D,. El cuerpo estriado también
diadas en gran parte por la corteza motora, a través tiene interneuronas que utilizan diversos neurotrans-
de la vía piramidal. misores. Aunque escasas en número, son responsa-
bles de la actividad tónica del cuerpo estriado.
El globo pálido está constituido básicamente
Ml NÚCLEOS QUE COMPONEN LOS SISTEMAS por neuronas gabaérgicas inhibidoras. En él se dis-
EN CIRCUITO tinguen dos porciones: el globo pálido lateral y el glo-
bo pálido medial.
(O) MASSON,

Los núcleos subcorticales que participan en los El núcleo subtalámico está formado mayorita-
circuitos que vamos a analizar han sido estudiados riamente por neuronas glutaminérgicas. Son las úni-
MMEXE] — secunoa Parte ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 18-1
Organización funcional de las conexiones
de los núcleos basales. En la mitad dere-
cha del corte frontal del cerebro se ha re-
presentado la vía directa; en la izquierda
las fibras nigroestriales dopaminérgicas
(ocre). La dopamina facilita la estimula-
ción de las células espinosas (verde) con
receptores D;. En rojo se han dibujado
las fibras corticoestriadas (glutaminérgi-
cas); en verde las eferencias del cuerpo
estriado y del globo pálido medial (ga-
baérgicas); en azul las fibras talamocor-
ticales (glutaminérgicas). Los signos «+»
y «-» indican estimulación o inhibición a
nivel de las sinapsis. La activación de la
vía directa facilita (+) el movimiento.
1 Porción compacta de la sustancia negra.
Núcleo subtalámico.
=+000—)0040Nn

Núcleo medial ventral.


Núcleo ventral anterior.
Núcleos reticulares intralaminares.
Globo pálido medial.
Globo pálido lateral.
Putamen.
Núcleo caudado.
Asa lenticular,
Fascículo lenticular.

cas neuronas aferentes excitadoras de los núcleos ba- áreas primarias auditiva y visual y del área olfato-
sales que intervienen en estos sistemas en circuito. ria. Las fibras de origen, denominadas corticoes-
La sustancia negra, situada en el límite entre la triadas, atraviesan la cápsula interna para llegar a
base del pedúnculo cerebral y el tegmento mesen- su destino. Todas ellas son glutaminérgicas, es de-
cefálico, está constituida por dos partes diferentes cir, excitadoras. Un dato importante es que las fi-
desde el punto de vista funcional y estructural: la por- bras que se proyectan sobre el núcleo caudado y las
ción compacta y la porción reticular. La porción com- que lo hacen sobre el putamen tienen un origen di-
pacta es la más extensa y la más próxima al tegmento ferente.
mesencefálico. Tiene un color oscuro debido a la pre- El núcleo caudado recibe proyecciones de las
sencia en sus neuronas de neuromelanina, y es rica en áreas de asociación de toda la corteza cerebral. Es-
células que producen dopamina (constituyen, como tas aferencias están organizadas topográficamente,
veremos más adelante, el grupo dopaminérgico A9). de manera que las procedentes de la corteza del ló-
La porción reticular está formada por neuronas dis- bulo frontal terminan en la cabeza del núcleo cau-
persas de manera irregular entre las fibras de la base dado, las del lóbulo parietal en el cuerpo y las tem-
del pedúnculo cerebral. Son neuronas multipolares porooccipitales en la cola.
gabaérgicas, similares a las del globo pálido medial. El putamen recibe aferencias de las cortezas so-
La porción reticular de la sustancia negra y el matosensitivas primaria y secundaria, de las corte-
globo pálido medial constituyen los núcleos de efe- zas secundarias visual y auditiva y de las áreas pre-
rencia, hacia el tálamo, fundamentales. motoras y motora. Las aferencias del córtex motor
tienen la particularidad de que se proyectan bilate-
ralmente, utilizando el cuerpo calloso para pasar al
El PROYECCIONES DE LA CORTEZA CEREBRAL lado opuesto. El resto de las proyecciones son ipso-
HACIA EL CUERPO ESTRIADO laterales. Las proyecciones tienen una representa-
ción somatotópica en el interior del putamen. En la
El cuerpo estriado recibe proyecciones de toda porción dorsolateral está representada la extremi-
la corteza cerebral (figs. 18-1 y 18-2), excepto de las dad inferior, en la ventromedial el macizo craneofa-
18 CONTROL SUBCORTICAL DEL MOVIMIENTO VOLUNTARIO. PAPEL DE LOS NÚCLEOS BASALES PALIN

FIGURA 18-2
Organización funcional de las conexio-
nes de los núcleos basales. En la mitad
derecha se ha representado la vía indi-
recta; en la izquierda el sistema modula-
dor nigroestriatal (Jopaminérgico). La
dopamina reduce la estimulación de las
células espinosas (verde) con receptores
D». El código de colores es el mismo que
el de la figura 18-1. Con el propósito de
simplificar el esquema se han represen-
tado únicamente las conexiones de la
porción reticular de la sustancia negra
con el núcleo medial ventral del tálamo
(en verde, ya que son GABAérgicas). La
activación de la vía indirecta produce in-
hibición (-) del movimiento.
1 Fascículo subtalámico.
2 Porción reticular de la sustancia negra.

cial y, entre las dos porciones anteriores, se encuen- EFERENCIAS DEL CUERPO ESTRIADO
tra representada la extremidad superior. Basándose
en la información que reciben, parece probable que Los impulsos nerviosos que llegan al cuerpo es-
las dos partes del estriado procesen información triado regresan a la corteza cerebral después de pasar
diferente. por relés sinápticos situados en diferentes núcleos.
El núcleo caudado recibe información cognitiva Así, cierran el circuito. Se distinguen dos circuitos o
que contribuye a la iniciación de los actos motores vías eferentes, una directa y otra indirecta, atendiendo
complejos. El putamen procesa información acerca al camino que siguen las fibras para alcanzar su des-
del contexto sensitivo en el cual se realiza un movi- tino cortical y al papel funcional que realizan.
miento voluntario.
+ Vía directa (fig. 18-1). Las neuronas espinosas
con receptores dopaminérgicos D;, asentadas en el
Otras proyecciones hacia el cuerpo estriado cuerpo estriado, envían sus cilindroejes directa-
mente al globo pálido medial. Los cilindroejes
Tanto el núcleo caudado cómo el putamen reci- de las neuronas situadas en este núcleo alcanzan
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ben aferencias aminoaminérgicas de distintos tipos. el tálamo formando dos haces en la región sub-
Las más importantes son las que proceden de la por- talámica, denominados asa lenticular y fascículo
ción compacta de la sustancia negra, las denomina- lenticular. La terminación en el tálamo se realiza
das fibras nigroestriatales (figs. 18-1 y 18-2), que son en los núcleos ventral anterior, medial ventral, me-
fibras dopaminérgicas. Otras aferencias se originan dial dorsal y en los núcleos reticulares intralamina-
en el núcleo dorsal del rafe (serotoninérgicas) y en el res. De estos núcleos salen cilindroejes talamo-
locus caeruleus (noradrenérgicas) (v. cap. 22). Como corticales que discurren por la corona radiada y
veremos más adelante, las aferencias aminoaminér- se proyectan sobre la práctica totalidad de la cor-
gicas (y muy especialmente las dopaminérgicas) ac- teza cerebral.
(D) MASSON,

túan modulando la actividad de las neuronas espi- » Vía indirecta (fig. 18-2). Este segundo circuito es
nosas del cuerpo estriado. un poco más complejo que el anterior. Los cilin-
EZ] —stcunDa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

droejes de las neuronas espinosas del cuerpo es- hiba o se facilite. Además, hay que tener en cuenta la
triado, con receptores dopaminérgicos D,, se co- modulación que realizan las aferencias nigroestriales
nectan con las neuronas del globo pálido late- por medio de la dopamina. Éste es un factor muy im-
ral. A su vez, estas neuronas enlazan, por medio portante en el funcionamiento normal de las dos vías.
del fascículo subtalámico, con el núcleo subta- En la vía directa, entre las aferencias corticoes-
lámico. Las neuronas de este núcleo lanzan cilin- triadas y el tálamo, se interponen dos neuronas espi-
droejes que terminan en el globo pálido medial y nosas encadenadas, una situada en el cuerpo estria-
en la porción reticular de la sustancia negra. Des- do y la otra en el globo pálido medial. Ambas son
de el globo pálido medial, las proyecciones hacia gabaérgicas, es decir, inhibidoras.
el tálamo, y de éste hacia la corteza cerebral, son Las neuronas espinosas situadas en el cuerpo es-
iguales que para la vía directa. triado son estimuladas por las fibras corticoestria-
Ya hemos señalado que las neuronas de la das glutaminérgicas. Como resultado de esta estimu-
porción reticular de la sustancia negra son simi- lación se envían impulsos inhibidores sobre las
lares a las del globo pálido medial. Como ellas, neuronas del globo pálido medial, y éstas dejan de
se proyectan sobre los mismos núcleos talámicos realizar la inhibición que ejercen sobre las neuro-
y, en consecuencia, sobre la totalidad de la corte- nas talámicas. Así pues, el resultado final de la acti-
za cerebral. vación de la vía directa es una desinhibición (esti-
mulación) de las neuronas talámicas, que envían
Subsistemas en circuito. Tanto la vía directa impulsos a la corteza y facilitan los movimientos
como la indirecta pueden dividirse en una serie de que se quiere iniciar.
subsistemas en circuito que tienen conexiones par- Además, hay que tener presente que las neuro-
ticulares y realizan tareas concretas. Cada subsiste- nas espinosas del estriado implicadas en la vía direc-
ma en circuito se origina en un área específica de la ta tienen receptores dopaminérgicos D,, por lo que
corteza cerebral e implica diferentes partes de los la dopamina liberada por las fibras nigroestriadas
núcleos basales y del tálamo. La eferencia talámica facilita su estimulación. De este modo se refuerza la
de cada subsistema se dirige hacia el área específica desinhibición sobre el segmento talamocortical de
cortical de la que partió el subsistema. Estos subsis- la vía. El resultado final de la activación de la vía di-
temas en circuito de reentrada son complejos, ya recta es una retroalimentación cortical positiva.
que cada uno de ellos está formado a su vez por cir- En el caso de la vía indirecta se encadenan dos
cuitos separados que realizan tareas muy concretas neuronas espinosas gabaérgicas situadas en el cuer-
(p. ej., el control del movimiento de un segmento po estriado y en el globo pálido lateral, una neurona
corporal como la mano). elutaminérgica (excitadora) ubicada en el núcleo
La existencia de numerosos subsistemas en cir- subtalámico y una neurona gabaérgica situada en el
cuito de control cortical es muy importante para globo pálido medial o en la porción reticular de la
comprender no sólo las alteraciones motoras, que es sustancia negra.
lo que aquí nos interesa, sino también otros trastor- Si analizamos la polaridad de esta cadena vemos
nos neurológicos que afectan a la esfera cognitiva y que cuando se activan las neuronas del cuerpo estria-
emocional. En este sentido tiene gran importancia el do, y al estar articuladas dos neuronas inhibidoras, se
subsistema denominado circuito límbico (v. cap. 22). produce una desinhibición de la tercera neurona que
es excitadora, por lo que se estimula la neurona si-
tuada en el globo pálido medial (o en la porción re-
Mi PAPEL FUNCIONAL DE LAS VÍAS DIRECTA ticular de la sustancia negra), que es inhibidora. Así,
E INDIRECTA el resultado final de la activación de la vía indirecta es
una inhibición de las neuronas talámicas con pro-
Para comprender cómo actúan sobre la corteza yección cortical y, por consiguiente, la inhibición del
cerebral las vías directa e indirecta es fundamental te- movimiento planificado.
ner en cuenta los neurotransmisores que utilizan La modulación dopaminérgica procedente de las
cada una de las neuronas implicadas en el circuito. fibras nigroestriadas se realiza, en el caso de la vía
Los neurotransmisores determinan el juego de inhi- indirecta, sobre neuronas espinosas del cuerpo es-
biciones y estimulaciones de cuyo resultado final de- triado, que poseen receptores dopaminérgicos D.,.
pende que el movimiento que se quiere realizar se in- Así se reduce la transmisión sináptica. La vía indi-
18 CONTROL SUBCORTICAL DEL MOVIMIENTO VOLUNTARIO. PAPEL DE Los NúcLEOS BASALES P2AM

recta es un circuito de retroalimentación negativa de tres enfermedades que ilustran el papel funcional
la corteza cerebral. de las vías directa e indirecta.
Aunque sus acciones sinápticas son diferentes,
las aferencias dopaminérgicas a las dos vías a través Enfermedad de Parkinson. Se produce por
de las fibras nigroestriadas tienen los mismos efec- destrucción de la porción compacta de la sustancia
tos finales: reducir la inhibición sobre las neuronas negra, con lo que desaparece la eferencia dopami-
talamocorticales y, de esta forma, facilitar los movi- nérgica nigroestriada. Los signos de parkinsonismo
mientos iniciados en la corteza cerebral. Si falta la aparecen cuando la pérdida de neuronas es del 80%.
dopamina, como ocurre en la enfermedad de Parkin- Los manifestaciones clínicas más importantes son:
son, se inhiben los movimientos planificados.
El comportamiento motor normal depende de un e Acinesia. Es la pobreza de movimientos que sue-
equilibrio entre los efectos sobre la corteza cerebral le manifestarse por la falta de parpadeo y una
de las vías directa e indirecta. cara inexpresiva típica, denominada «cara de
máscara».
e Bradicinesia. Los movimientos se realizan con
M1 FUNCIONES DE LOS NÚCLEOS BASALES lentitud.
e Temblor en reposo. Afecta fundamentalmente a
Únicamente atenderemos aquí a la participación las porciones distales de las extremidades supe-
de los núcleos basales en el movimiento. Los núcleos riores, en las que pueden observarse movimien-
basales desempeñan un papel fundamental en la tos característicos de los dedos denominados «de
planificación, iniciación y finalización de los movi- cuenta de monedas». El temblor desaparece al
mientos, sobre todo en aquellos en que existe una di- iniciar el movimiento.
mensión cognitiva compleja. e Rigidez. Causada por el aumento del tono muscu-
Los núcleos basales participan en la fase prepara- lar. Cuando se explora un movimiento de forma
toria del acto motor, seleccionando los programas pasiva, se encuentra una resistencia que cede,
motores adecuados para una determinada actividad vuelve a aparecer y cede otra vez, y así sucesiva-
en la que participan los procesamientos cognitivo y mente. Este fenómeno se denomina rigidez «en
motor. Refuerzan el patrón motor seleccionado y su- rueda dentada», ya que recuerda el movimiento a
primen aquellos patrones que pueden ser potencial- saltos de una rueda de este tipo.
mente conflictivos con la acción deseada. De esta ma- e Marcha característica. Se arrastran los pies y la
nera, actúan como si enfocasen la actividad nerviosa. marcha aumenta de ritmo a medida que se pro-
También influyen en el procesamiento de los es- longa el movimiento. Se denomina marcha «festi-
tímulos del movimiento y en el inicio de éste. Final- nante».
mente, intervienen en el control del movimiento e Reflejos posturales anormales. Se produce una
ajustando la información aferente del programa mo- postura flexionada y encorvada.
tor para la realización adecuada de los movimientos,
e influyendo en la gradación de la velocidad y am- En la enfermedad de Parkinson están intactas
plitud del movimiento. Todo ello tiene una espe- tanto la vía directa como la indirecta, pero falla la
cial importancia tanto en los programas motores de actividad excitadora de las fibras nigroestriadas.
los movimientos finos, como la escritura, como en
O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En condiciones normales, las aferencias dopami-


aquellos que requieren movimientos repetitivos si- nérgicas originadas en la sustancia negra amplifican
milares, como la locomoción. las señales corticales que activan la vía directa. En la
enfermedad de Parkinson se reducen estas aferencias,
por lo que la actividad de la vía directa está disminui-
Ml MANIFESTACIONES CLÍNICAS da. Se produce así un desequilibrio funcional entre las
DE LAS LESIONES DE LOS NÚCLEOS dos vías predominando la vía indirecta, que está hipe-
BASALES ractiva. Los signos y síntomas parkinsonianos
hipocinéticos reflejan un fallo en la desinhibición de
El papel funcional de los núcleos basales se com- los núcleos talámicos por parte de los núcleos basales.
prende mejor cuando se estudian los signos y sínto- El tratamiento farmacológico de la enfermedad
mas que aparecen tras su lesión selectiva. Existen de Parkinson tiene como objetivo incrementar los
MZ? SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

niveles de dopamina en el cuerpo estriado. El fár- ce movimientos involuntarios balísticos, principal-


maco de elección es la L-dopa, un precursor de la mente en las extremidades superiores (la extremi-
dopamina. También existen tratamientos quirúrgi- dad superior «se dispara» con sacudidas bruscas).
cos. Uno muy debatido ha sido el trasplante de teji- Con frecuencia se producen sacudidas «balísticas»
dos fetales capaces de producir dopamina en el cuer- similares durante las fases iniciales del sueño.
po estriado.
En casos de Parkinson avanzado, que no respon- Enfermedad de Huntington. Se produce por
de a otros tratamientos, se han realizado destruccio- la muerte celular selectiva de las neuronas espinosas
nes selectivas del núcleo subtalámico. Esta lesión re- que dan lugar a la vía indirecta. Es un trastorno hi-
duce los impulsos excitadores hacia el globo pálido percinético en el que predominan movimientos de
interno. Alternativamente, la destrucción del globo torsión a modo de baile o «coreicos», que no tienen
pálido interno (palidotomía) reduce las salidas hacia finalidad. Es una enfermedad hereditaria en la que
el tálamo. también se producen trastornos del comportamien-
to y demencia.
Hemibalismo. Es un trastorno hipercinético que Esta enfermedad ilustra claramente la importan-
se debe a la destrucción del núcleo subtalámico. cia de los circuitos de reentrada cortical, no sólo en
Como consecuencia, se inhibe la actividad del globo los actos motores sino también en el comportamien-
pálido interno y se libera la actividad talámica, acti- to. Pueden observarse movimientos coreicos benig-
vándose la corteza por predominio de la vía directa. nos, de limitación temporal, en algunas enfermeda-
La falta de control sobre la excitación cortical produ- des infecciosas.
CAPÍTULO 19

Sistema vestibular

El sistema vestibular comprende el conjunto de Ñ RECEPTORES


estructuras que informan de la posición y movi-
mientos de la cabeza y del desplazamiento del orga- Los desplazamientos que experimenta el organis-
nismo. Gracias a esta información se controlan en mo como un todo, o los de la cabeza con respecto al
gran parte las contracciones de los músculos res- resto del cuerpo, se realizan en las tres dimensiones
ponsables de la postura corporal y de los movimien- del espacio definidas por tres ejes: X (anteroposte-
tos oculares. rior), Y (transversal) y Z (vertical). Es decir, los po-
El sistema vestibular también controla la forma sibles desplazamientos se realizan en los planos ho-
en que percibimos el espacio. rizontal y vertical (aceleraciones lineales) y en forma
La postura corporal es la posición relativa de de rotaciones sobre cada uno de los tres ejes (acele-
las diferentes partes del cuerpo con respecto a sí raciones angulares). Los receptores del sistema ves-
mismas, al espacio que les rodea y al campo gra- tibular han de ser capaces de detectar desplaza-
vitatorio. Dado que el ser humano es un animal mientos en las tres dimensiones. Se distinguen dos
bípedo, el mantenimiento de la postura corporal es tipos de receptores vestibulares (fig. 19-1). Unos, las
un problema mecánico complejo que requiere un máculas, se sitúan en el utrículo y en el sáculo, y
control neuromuscular muy ajustado. Si mante- están especializados en detectar aceleraciones linea-
ner el equilibrio estático del cuerpo es complicado, les. Otros, las crestas ampollares de los conductos
mantenerlo cuando el cuerpo está en movimiento semicirculares, detectan aceleraciones angulares.
(equilibrio dinámico) es más complicado aún. El
sistema vestibular desempeña un papel decisivo en
el control postural. En esta actividad, la ayuda de Utrículo y sáculo
la visión y de la actividad cerebelosa son funda-
mentales. El utrículo y el sáculo son dos formaciones del la-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El sistema vestibular consta de: a) una serie de berinto membranoso situadas en el interior del ves-
receptores situados a cada lado de la cabeza, donde tíbulo óseo.
los movimientos del organismo o de la cabeza se El utrículo es un pequeño saco que se comunica
traducen en impulsos nerviosos; hb) neuronas gan- directamente con los tres conductos semicirculares.
elionares que conectan con los receptores periféri- El sáculo es una vesícula redondeada unida al
cos; c) núcleos vestibulares situados en el tronco conducto coclear por medio del conducto reuniens
del encéfalo, donde llega la información de las cé- de Hense.
lulas ganglionares, y d) unas vías a través de las Utrículo y sáculo están unidos entre sí por medio
cuales los impulsos nerviosos son conducidos hacia del conducto utriculosacular. El conducto utricu-
O MASSON,

la corteza cerebral, médula espinal, cerebelo y for- losacular se continúa con el conducto endolinfá-
mación reticular. tico, que a su vez termina en el saco endolinfático
IIPZZA — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

(fig. 19-1). El utrículo y el sáculo están llenos de lí-


quido endolinfático, y se hallan separados del vestí-
bulo óseo por perilinfa.

Máculas

Las máculas son pequeñas estructuras sensoriales


especializadas en la detección de aceleraciones li-
neales. Existen dos a cada lado, una en el utrículo y
otra en el sáculo. La del utrículo se sitúa en el suelo,
en posición horizontal. La del sáculo se ubica en la
pared medial, en posición vertical (fig. 19-1). Las dos
máculas forman entre sí un ángulo de 90”.
Estructuralmente, las máculas son zonas en-
grosadas del epitelio que reviste la cara interna del
utrículo y del sáculo. Están formadas por dos tipos
de células (fig. 19-2): ciliadas mecanorreceptoras y de
soporte.

e Las células mecanorreceptoras tienen en el


polo apical un quinocilio largo sobre el que se or-
FIGURA 19-1 ganizan numerosos estereocilios (entre 30 y 50),
Esquema de la porción vestibular del laberinto membranoso los cuales se vuelven progresivamente más cortos
que muestra la situación de los receptores (rojo). La perilinta
a medida que se alejan del quinocilio (fig. 19-2).
se ha representado en blanco.
Esta disposición es muy importante porque de-
1 Cresta ampollar del conducto Mácula del utrículo.
termina la polarización funcional de las células re-
100-300

semicircular anterior. Conducto utriculosacular.


2 Cresta ampollar del conducto Conducto endolinfático. ceptoras. Al igual que en las células ciliadas del
semicircular lateral, Mácula del sáculo.
3 Cresta ampollar del conducto Conducto reuniens de Hense.
órgano espiral de Corti, los estereocilios dispues-
semicircular posterior. Conducto coclear. tos en una misma hilera están conectados entre sí

FIGURA 19-2
Estructura de una mácula. Corte trans-
versal. En los recuadros superiores se ha
representado la superficie de las mácu-
las. Las flechas indican la dirección de a
polarización morfológica de las células
sensoriales. Nótese que, en el utrículo
(a), las células están orientadas hacia la e
estriola, mientras que en el sáculo (b)
lo están en dirección contraria. Teniendo
en cuenta la orientación del utrículoy
del sáculo de ambos lados, existe una
representación continua de todas las di-
recciones en que se producen los des-
plazamientos del organismo. En verde
se han dibujado las células receptoras;
en rojo las células de soporte; en amari-
llo la membrana de las estatoconias; en
azul las fibras nerviosas.
Estriola.
Hhun —-

Células tipo |.
Células tipo Il.
Estatoconias.
19 SISTEMA VESTIBULAR PEZON

por estructuras filamentosas (conexiones de los


extremos). Atendiendo a la forma, tamaño y, en
especial, a la morfología de las fibras aferen-
tes, se distinguen dos tipos de células ciliadas
(fig. 19-2). Sin embargo, aún no está claro el sig-
nificado funcional de esta división.
e Las células de soporte rodean y sostienen las cé-
lulas ciliadas. Sus zonas apicales se unen for-
mando una lámina reticular,

La superficie del epitelio macular está recorrida


por una especie de banda curva, desprovista de célu-
las ciliadas, que sigue aproximadamente el eje ma-
yor de la mácula (fig. 19-2). Esta banda se denomina FIGURA 19-3
estriola y divide cada mácula en dos partes, una me- Visión lateral de una disección del hueso temporal derecho en
dial y otra lateral, marcando la polarización morfoló- la que puede observarse la disposición espacial de los con-
gica y funcional de las células ciliadas. En cada una ductos semicirculares.
de las partes de la mácula utricular, los quinocilios Conducto semicircular anterior.
0ONISAO0N-

se sitúan hacia la estriola (fig. 19-2). Por el contrario, Conducto semicircular lateral.
Conducto semicircular posterior.
en la mácula sacular se alejan de la estriola. Además, Conducto facial.
las máculas de un lado de la cabeza guardan una si- Pared medial de la cavidad timpánica.
Apófisis cigomática.
metría en espejo con las máculas del lado opuesto.
Tanto los estereocilios como los quinocilios es-
tán embebidos en una masa gelatinosa, la membra-
na de las estatoconias u otolítica, en la cual hay in-
cluidos numerosos cristales de carbonato cálcico, de
una longitud entre 1 y 15 jm, denominados estato-
conias u otolitos (fig. 19-2).

Conductos semicirculares

Los conductos semicirculares son tres tubos cur-


vos, cada uno de los cuales describe dos tercios de FIGURA 19-4
un círculo completo (fig. 19-1). Se sitúan en el inte- Visión superior de la base del cráneo que muestra cómo los
rior de los conductos semicirculares óseos y se conductos semicirculares forman, de acuerdo con su dispo-
abren en el utrículo por medio de sus dos extremos sición espacial, pares funcionales. En ocre se ha dibujado
el par formado por los conductos semicirculares laterales; en
(ramas membranosas). Uno de los extremos tiene
verde el constituido por el anterior derecho y el posterior ¡z-
una porción dilatada, la rama membranosa ampo- quierdo; en azul el compuesto por el anterior izquierdo y el
llar, que termina en el utrículo de forma indepen-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

posterior derecho.
diente. El otro extremo puede desembocar en el
utrículo de manera aislada, como es el caso del con-
ducto semicircular externo, o formando un tubo co- (fig. 19-3). Los conductos semicirculares anterior y
mún (rama membranosa común), lo cual ocurre con posterior son verticales (fig. 19-3). El anterior for-
los conductos semicirculares anterior y posterior. ma un ángulo de 45* con el plano sagital, mientras
La disposición espacial de los conductos semi- que el posterior forma un ángulo de 135* con este
circulares es decisiva para comprender cómo se de- mismo plano.
tectan las aceleraciones angulares sobre cada uno Por encontrarse en el mismo plano del espacio, o
de los tres ejes espaciales. El conducto semicircular en planos paralelos, los conductos semicirculares de
0 MASSON,

lateral se considera horizontal, aunque forma con ambos lados pueden agruparse en pares (fig. 19-4).
este plano un ángulo de 30* abierto hacia delante Esta disposición es esencial para comprender su fun-
E SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

cionamiento. Los dos conductos laterales se agrupan Están formadas por tejido conjuntivo, atravesado
entre sí en pares funcionales: el anterior derecho con por las fibras nerviosas de la porción vestibular del
el posterior izquierdo y el anterior izquierdo con el VII nervio craneal, y se hallan recubiertas por epi-
posterior derecho (fig. 19-4). Los conductos semi- telio sensorial.
circulares del primer par se encuentran en el mis- El epitelio sensorial está constituido por células ci-
mo plano, mientras que los de los dos últimos se en- liadas y células de soporte (fig. 19-5). Las primeras
cuentran en planos paralelos. son similares a las maculares, con la diferencia de
que todas ellas tienen la misma polaridad morfo-
lógica y funcional. Sin embargo, cada uno de los
Crestas ampollares conductos que forman un par tiene sus células cilia-
das polarizadas en direcciones opuestas (fig. 19-6).
Las crestas ampollares se sitúan en los extremos Los quinocilios y los estereocilios se encuentran en
dilatados (ampollas membranosas) de los conductos el interior de una masa gelatinosa denominada cú-
semicirculares. Cada una de ellas tiene forma semi- pula, que se extiende casi hasta la pared opuesta
lunar y protruye en la luz de la ampolla (fig. 19-5). (techo) de la ampolla.

FIGURA 19-6
Esquema en que se muestra cómo un par de conductos se-
micirculares, en este caso el formado por el conducto ante-
rior derecho (a) y el posterior izquierdo (b), actúan conjunta-
FIGURA 19-5 mente en la señalización de los movimientos angulares de la
Estructura de una cresta ampollar. A. Sección de un feto hu- cabeza. Cuando se realiza el movimiento de extensión de
mano de ocho meses. B. Visión esquemática. En verde se han la cabeza (flecha roja), la endolinfa de estos conductos se
dibujado las células ciliadas; en rojo las células de soporte; en desplaza, debido a la inercia, en el sentido de las agujas del
amarillo la cúpula; en azul las fibras nerviosas. reloj (flechas negras) con respecto a las paredes de los con-
1 Ampolla ósea. 4 Cúpula. ductos. Dada la polaridad en espejo de las célula receptoras
2 Espacio perilintático. 5 Cresta ampollar. (verde oscuro), la células se estimulan (despolarización) en el
3 Ampolla membranosa. 6 Espacio endolinfático. lado derecho y se inhiben (hiperpolarización) en el izquierdo.
19 SISTEMA VESTIBULAR 227

Hi MODO DE FUNCIONAMIENTO Ya sabemos que la mácula del sáculo, por su orien-


DE LOS RECEPTORES VESTIBULARES tación, proporciona información sobre los movimien-
tos lineales verticales; la del utrículo informa acerca
Como acabamos de ver, las células receptoras de de los movimientos en el plano horizontal. Además, el
las máculas y de las crestas son mecanorrecepto- utrículo informa de las inclinaciones de la cabeza,
res. Estas células se despolarizan (estimulan) cuan- porque la membrana otolítica se ve desplazada por
do los vértices de los estereocilios se desplazan ha- efecto de la gravedad. El desplazamiento de los este-
cia el quinocilio, hiperpolarizándose (inhibiéndose) reocilios, al igual que en el caso de los desplazamien-
cuando el desplazamiento se realiza en sentido con- tos lineales, produce despolarización e hiperpolariza-
trario. Los desplazamientos en otras direcciones no ción de las células según su polaridad morfológica.
producen ningún efecto. Desde el punto de vista
funcional, la diferencia esencial entre máculas y
crestas radica en el modo en que se producen los Crestas ampollares
desplazamientos de quinocilios y estereocilios.
En los conductos semicirculares, la estimula-
ción de las células ciliadas depende del desplaza-
Máculas miento del líquido endolinfático. Cuando se pro-
duce un movimiento angular en la misma dirección
Las máculas son sistemas inerciales cuyo funcio- en que están orientados un par de conductos semi-
namiento depende de la masa de los otolitos. Cuando circulares, la endolinfa, por efecto de la inercia,
iniciamos un desplazamiento lineal, la membrana queda retrasada con respecto a la pared de los con-
otolítica queda, por efecto de la inercia, ligeramente ductos y a las crestas ampollares, que con sus cú-
retrasada con respecto al epitelio sensorial subyacen- pulas forman una barrera que dificulta la circula-
te. Así, los estereocilios y los quinocilios, que se en- ción de la endolinfa. En consecuencia, las cúpulas,
cuentran empotrados en la membrana otolítica, se así como los quinocilios y estereocilios que están
ven desplazados en sentido contrario al movimien- en su espesor, se ven desplazadas en sentido con-
to. Entonces, las células cuya polaridad morfológica trario al del movimiento angular. De esta manera
coincide con la del desplazamiento se despolarizan, las células ciliadas de uno de los conductos semi-
mientras que aquellas con polaridad morfológica circulares que forman el par se despolarizan, mien-
opuesta se hiperpolarizan. Al cesar el movimiento, tras que las del lado contrario, dado que su polari-
la membrana otolítica se desplaza, de nuevo por zación morfológica guarda simetría en espejo, se
efecto de la inercia, pero ahora en la dirección del hiperpolarizan (fig. 19-6).
movimiento. Los estereocilios y los quinocilios se
desplazan en la misma dirección, con lo que se
despolarizan e hiperpolarizan las células ciliadas Ei CONEXIONES NEURONALES: GANGLIO
cuya polaridad morfológica es opuesta a la anterior. VESTIBULAR Y NÚCLEOS VESTIBULARES
Dado que la estriola divide cada mácula en dos
mitades cuyas células tienen polaridades morfológi- Las células ciliadas de las máculas y de las crestas
cas Opuestas, siempre que se produce un movimien- se conectan con la prolongación periférica de las neu-
to lineal hay células ciliadas que se despolarizan, ronas ganglionares, cuyo soma se encuentra en el
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

mientras que otras se hiperpolarizan. Además, las ganglio vestibular o de Scarpa, ubicado en el suelo
máculas tienen células ciliadas polarizadas morfoló- del conducto auditivo interno. Las prolongaciones
gicamente en casi todas las direcciones del espacio centrales de las neuronas ganglionares forman parte
(fig. 19-2), por lo que pueden proporcionar infor- del nervio vestibulococlear, que penetra en el tron-
mación lineal en cualquier dirección. Este juego de co del encéfalo en el límite entre el puente y el bulbo.
despolarización e hiperpolarización es complejo Las fibras terminan en los núcleos vestibulares y
porque debemos tener en cuenta que las máculas de en el cerebelo.
un lado de la cabeza guardan simetría en espejo con Los núcleos vestibulares son un conjunto de
las del otro lado. Así, un determinado movimiento cuatro núcleos situados cerca de la superficie del
€) MASSON,

ejerce efectos opuestos sobre las células ciliadas co- suelo del IV ventrículo (fig. 19-7), donde forman el
rrespondientes de las dos máculas. relieve del área vestibular. Estos núcleos se diferen-
MEZE] SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

e Elnúcleo vestibular lateral se caracteriza por te-


ner neuronas gigantes o de Deiters. Recibe infor-
mación tanto de las crestas como de las máculas.
e El núcleo vestibular inferior está recorrido por
fascículos de trayectoria longitudinal, lo que le
proporciona la apariencia de tener pocas células.
Recibe información fundamentalmente de las
máculas.

Todos los núcleos vestibulares, salvo el vestibu-


lar lateral, están unidos con los del otro lado por me-
dio de fibras comisurales. Ello demuestra claramen-
te la importancia que tiene en el sistema vestibular
la integración de la información proporcionada por
los receptores de ambos lados de la cabeza.
Los núcleos vestibulares también reciben aferen-
cias procedentes del cerebelo y de los sistemas sensi-
tivos visual y somático. Así, los núcleos vestibulares
deben considerarse centros de integración de todos
los tipos de información necesaria para mantener el
equilibrio y la postura corporal.

1 EFERENCIAS DE LOS NÚCLEOS


VESTIBULARES
Los núcleos vestibulares establecen numerosas
conexiones con otras estructuras del SNC. Las más
FIGURA 19-7 importantes se realizan con: a) núcleos de los ner-
Conexiones vestibulares con la médula espinal. Tanto el tron-
vios para los músculos del globo ocular; b) corteza
co del encéfalo como el corte transversal de la médula espinal cerebral; c) médula espinal; d) cerebelo; e) forma-
están vistos desde el plano posterior. En ocre se ha dibujado ción reticular, y f) receptores vestibulares. Estas últi-
la primera neurona asentada en el ganglio vestibular; en verde mas corresponden a fibras que se originan en los nú-
el tracto vestibuloespinal lateral; en rojo el tracto vestibuloes- cleos vestibulares y llegan a las células ciliadas
pinal medial.
vestibulares tras discurrir por el VIII nervio craneal.
1 Núcleo vestibular superior. 4 Núcleo vestibular inferior.
2 Núcleo vestibular medial. 5 Tracto reticuloespinal medial.
Son fibras de retroalimentación cuyo significado
3 Núcleo vestibular lateral. 6 Fascículo corticoespinal ventral. funcional se desconoce. Únicamente analizaremos
los tres primeros tipos de conexiones.

cian entre sí por su posición topográfica, citoestruc-


tura y conexiones. Conexiones con los núcleos de los nervios
para los músculos del globo ocular.
e El núcleo vestibular superior está formado por Reflejo vestibuloocular
neuronas de tamaño medio. Recibe fibras funda-
mentalmente de las crestas. Las neuronas son Una de las principales funciones del sistema ves-
predominantemente inhibidoras. tibular es controlar y coordinar los movimientos res-
e Elnúcleo vestibular medial es el más grande. Está pectivos de los globos oculares y de la cabeza. Cuan-
constituido por neuronas de diversos tamaños y do miramos un objeto situado en un lado del campo
recibe fibras fundamentalmente de las crestas. visual y giramos la cabeza en sentido contrario, la
Las neuronas de este núcleo son predominante- mirada permanece fija en el objeto al comienzo del
mente excitadoras. giro; únicamente cuando termina la rotación, los
19 SISTEMA VESTIBULAR PP

ojos se vuelven bruscamente en la dirección hacia FIGURA 19-8


donde hemos girado la cabeza para buscar un nuevo Trayecto del fascículo lon-
objeto donde fijar la mirada. Gracias a este mecanis- gitudinal medial (rojo) en
mo la percepción visual tiene cierto carácter de esta- el tronco del encéfalo y a
nivel de los primeros seg-
bilidad; de lo contrario, la imagen adquiriría un as- mentos cervicales. A nivel
pecto borroso. de la médula espinal, el
Este reflejo se denomina vestibuloocular o de fi- tracto se continúa con los
jación de la mirada. El punto de partida es el giro fascículos propios.
de la cabeza, que produce una aceleración angular Núcleo oculomotor.

0aAg0N—
Lemnisco lateral.
que es detectada por las crestas ampollares del par Lemnisco medial.
de conductos semicirculares situados en el mismo Núcleo abducens.
plano del giro. Una vez los impulsos nerviosos llegan Núcleo del nervio
hipogloso.
a los núcleos vestibulares, discurren por el fascículo Fascículo propio

o
longitudinal medial (fig. 19-8) y llegan a los núcleos anterior.
7 Fascículo propio lateral.
que inervan los músculos del globo ocular.
En el mantenimiento de la mirada, los músculos
del globo ocular actúan sinérgicamente en parejas.
Así, el músculo situado en el lado opuesto a la di-
rección del giro se contrae progresivamente duran-
te la rotación de la cabeza, mientras que el múscu-
lo situado en el otro lado se relaja. Este último
músculo se contrae bruscamente cuando finaliza la
rotación de la cabeza, mientras que el primero se
relaja.
Como ya sabemos, los conductos semicirculares
están dispuestos en planos perpendiculares entre sí.
Cada uno de ellos coincide aproximadamente con el
de actuación de las parejas de músculos del globo
ocular. Así, el plano de los conductos semicirculares
laterales corresponde al de actuación de la pareja
formada por los músculos rectos medial y lateral. El
de los conductos semicirculares anterior izquierdo ción se opone al sentido de la rotación de la cabeza,
y posterior derecho corresponde a la pareja de los mientras que se inhibe el músculo cuya acción si-
músculos rectos superior e inferior izquierdos y gue la misma dirección.
también a la de los músculos oblicuos superior e
inferior derechos. El de los conductos semicircula- Fascículo longitudinal medial. El fascículo
res anterior derecho y posterior izquierdo corres- longitudinal medial es un tracto nervioso muy mie-
ponde a las parejas formadas por los músculos rec- linizado por medio del cual los cilindroejes de las
tos superior e inferior derechos y por los oblicuos neuronas vestibulares alcanzan los núcleos de los
superior e inferior izquierdos. Esta interrelación es- nervios que inervan los músculos del globo ocular. El
pacial entre los pares de conductos semicirculares y fascículo se extiende (fig. 19-8) desde el nivel del co-
las parejas de músculos del globo ocular tiene gran lículo superior hasta el límite caudal del bulbo. Por
importancia para comprender cómo funciona el re- debajo de este límite, el fascículo pierde su identidad
flejo vestibuloocular. Las conexiones vestibulares y las fibras forman tractos descendentes que dis-
con los núcleos motores oculares reflejan la disposi- curren por el cordón anterior de la médula espinal.
ción geométrica, con simetría en espejo, de estas es- En su trayecto por el tronco del encéfalo, el fascículo
tructuras. Las señales nerviosas procedentes de longitudinal medial se ubica en un plano dorsal,
cada una de las crestas ampollares del par de con- muy próximo a la línea media. Sin embargo, en la
ductos semicirculares se proyectan sobre los nú- parte baja del bulbo se vuelve anterior de manera
eleos motores oculares de modo que, en cada pareja progresiva y entra en la médula espinal en posición
muscular, se excita el músculo cuya dirección de ac- anterior. Está formado por cilindroejes ascendentes y
MEET] sesunDa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

descendentes, directos y cruzados, que proceden fun- e El tracto vestibuloespinal lateral (fig. 19-7) se
damentalmente de neuronas de asociación cuyo forma por los axones de neuronas pequeñas y
soma se sitúa en los núcleos vestibulares y los núcleos grandes asentadas en el núcleo vestibular late-
de los nervios que inervan los músculos del globo ocu- ral, que descienden hacia la médula sin cruzar-
lar. Estos axones conectan los núcleos vestibulares, se. Es, por lo tanto, un haz directo. En su trayecto
los núcleos motores oculares y las motoneuronas es- por el tronco del encéfalo se sitúa inmediata-
pinales destinadas a músculos del cuello. mente por detrás del lemnisco medial a nivel del
A través del fascículo longitudinal medial se coor- puente, y por detrás de la oliva en el bulbo. En la
dinan los movimientos de los ojos y de la cabeza en médula espinal se ubica en el cordón anterior,
respuesta a la estimulación vestibular. En el caso del cerca de la superficie medular, inmediatamente
reflejo de fijación de la mirada, están implicadas por dentro de los filetes radiculares anteriores. El
principalmente las neuronas localizadas en los nú- tracto desciende hasta los niveles más bajos de
cleos vestibulares superior y medial. la médula espinal.
e El tracto vestibuloespinal medial (fig. 19-7)
está constituido por cilindroejes directos y cruza-
CONEXIONES CON LA CORTEZA CEREBRAL dos de neuronas situadas en el núcleo vestibular
medial y, en menor proporción, por axones de
Las neuronas de todos los núcleos vestibulares neuronas situadas en los núcleos vestibulares late-
emiten cilindroejes, tanto directos como cruzados, ral e inferior. En su trayecto por el tronco del en-
que ascienden por el lemnisco lateral mezclados céfalo, los axones forman parte del fascículo
con las fibras de la vía acústica, o atraviesan la for- longitudinal medial (fig. 19-8). Al llegar a la mé-
mación reticular en la proximidad del fascículo lon- dula espinal, el tracto se independiza y se sitúa
gitudinal medial. en el cordón anterior, en superficie, a la altura
Los cilindroejes alcanzan el tálamo donde esta- de la fisura media ventral. Este tracto se proyecta
blecen sinapsis con las neuronas situadas en el nú- fundamentalmente en los segmentos cervicales.
cleo ventral posterolateral. Los axones originados No parece que se extienda más allá del nivel me-
en este núcleo discurren por el brazo posterior de dio torácico.
la cápsula interna y se proyectan sobre dos áreas es-
pecíficas de la corteza cerebral. Una de ellas se si- Los axones de los tractos vestibuloespinales ter-
túa inmediatamente por detrás de la corteza so- minan en el asta anterior de la médula, sobre in-
matosensitiva, cerca de la representación de la terneuronas de las láminas VII y VIII de Rexed.
cara. La otra se ubica en el área 3a de Brodmann, A través de conexiones mono y polisinápticas, exci-
que forma parte del área SmI. Las neuronas de es- tan las motoneuronas que inervan los músculos ex-
tas dos áreas se activan tanto por estímulos visuales tensores (antigravitatorios) del cuello, tronco y extre-
en movimiento como por la rotación del cuerpo, lo midades. Además, inhiben los músculos flexores por
que sugiere que están implicadas en la percepción vía interneuronal.
de la orientación corporal en el espacio. Los tractos vestibuloespinales son esenciales en
La corteza cerebral utiliza la información vesti- los ajustes posturales de la cabeza y del tronco. El
bular para generar una medida subjetiva de auto- tracto vestibuloespinal lateral es la principal vía ner-
movimiento y percepción del mundo externo. Así, viosa que interviene en el equilibrio y el mante-
los pacientes con lesiones del área vestibular perci- nimiento de la posición erecta. A través de éste, el
ben que los objetos verticales están inclinados hacia sistema vestibular realiza los cambios posturales
el lado de la lesión. necesarios para compensar las inclinaciones y mo-
vimientos corporales. El tracto vestibuloespinal me-
dial regula la posición de la cabeza con respecto al
CONEXIONES CON LA MÉDULA ESPINAL tronco, controlando las contracciones de los múscu-
los cervicales en respuesta a la estimulación de los
Los núcleos vestibulares se proyectan sobre la conductos semicirculares por aceleraciones angula-
médula espinal por medio de los tractos vestibulo- res. Esto es importante para el mantenimiento de la
espinal lateral y medial. posición erecta.
19 SISTEMA VESTIBULAR — PEJOS

3 CONSIDERACIONES CLÍNICAS Los enfermos con lesiones vestibulares suelen pa-


SOBRE EL SISTEMA VESTIBULAR decer una ataxia leve que, por lo general, está com-
pensada mediante la información visual. Sin embar-
Las afecciones agudas del sistema vestibular pe- go, pueden sufrir ataxia grave con tendencia a caer
riférico producen, sobre todo si la lesión es unilate- hacia el lado afectado.
ral, un desequilibrio tanto postural como del control El vértigo consiste en la sensación que tiene el
oculomotor. Los síntomas más frecuentes son: nis- enfermo de que él mismo, o los objetos que le ro-
tagmo, pérdida del equilibrio, vértigo y fenómenos ve- dean, están animados de un movimiento giratorio u
getativos como náuseas, vómitos y modificaciones oscilatorio.
de la presión arterial. Las alteraciones vegetativas que aparecen en
El nistagmo es un movimiento involuntario, rít- las lesiones vestibulares plantean la existencia de co-
mico y conjugado de los ojos. Tiene dos componentes: nexiones entre los sistemas vestibular y vegetativo.
un movimiento lento en una dirección y otro rápido Al parecer, los núcleos vestibulares medial e inferior
en sentido contrario. Clínicamente, el nistagmo se de- envían axones al núcleo solitario. Este núcleo reci-
nomina de acuerdo con la dirección del componente be aferentes vegetativos procedentes de los nervios
rápido, que es más fácil de apreciar que el compo- craneales IX y X.
nente lento. Por ejemplo, si los ojos se mueven lenta- El sistema vestibular interviene, en condiciones
mente hacia la izquierda y rápidamente hacia la de- normales, en la distribución de la presión y del
recha, se hablaría de nistagmo derecho. El nistagmo flujo sanguíneo a diferentes zonas corporales de
puede ser provocado en sujetos normales estimulan- acuerdo con la posición del organismo en el espacio
do el sistema vestibular, es decir, haciendo girar al in- y el trabajo muscular que se desarrolla en ese mo-
dividuo y presentándole estímulos visuales móviles, o mento. Así, las zonas en que el trabajo muscular es
irrigando el conducto auditivo externo con agua fría más intenso reciben mavor aporte sanguíneo. Un
o caliente (nistagmo calórico). Este procedimiento buen ejemplo lo constituye el denominado reflejo
provoca corrientes de convección en la endolinfa que, ortostático. Este reflejo controla las resistencias
a su vez, estimula las crestas ampollares. El nistagmo vasculares, por lo que puede mantenerse la pre-
provocado puede utilizarse para evaluar la función sión sanguínea apropiada independientemente de la
del tronco del encéfalo en enfermos en coma. Si se posición de la cabeza. El debilitamiento de este re-
conserva, indica que no hay lesión por encima del flejo hace que los sujetos afectados experimenten
puente. El nistagmo siempre es patológico cuando sensación de mareo cuando la cabeza cambia de po-
ocurre de manera espontánea. Hay que tener en cuen- sición de manera brusca, como ocurre al levantarse
ta que el nistagmo puede producirse por lesiones de de la cama con rapidez. Es lo que se conoce como
otras zonas del SNC distintas del sistema vestibular. ortostatismo,
CAPÍTULO 20

Estructura funcional del cerebelo

En el capítulo 4 hemos estudiado la anatomía mero de axones que llegan al cerebelo es superior
macroscópica del cerebelo. Vamos a analizar ahora en más de 40 veces al de axones que salen de él,
su organización funcional. La función básica del ce-
rebelo es modular y controlar los movimientos vo-
lIuntarios. Para ello, evalúa la diferencia entre el ob- Hi ESTRUCTURA DE LA CORTEZA
jetivo motor planificado y el movimiento que se está CEREBELOSA
ejecutando, y hace los ajustes necesarios de coordi-
nación y guía para la terminación apropiada del ob- Sustancia gris
jetivo motor. Interviene además en algunos aspectos
de la planificación e iniciación de los movimientos, El número de neuronas del cerebelo es muy ele-
así como en el aprendizaje motor. vado; se calcula que posee más de la mitad de todas
El control que realiza el cerebelo es, fundamen- las neuronas del encéfalo. A pesar de ello, única-
talmente, por retroacción. Este tipo de control re- mente pueden distinguirse cinco tipos básicos de
quiere un sistema de información que indique neuronas: las células de Purkinje, las células gra-
cómo se está ejecutando el movimiento (Órgano ex- nulares o granos, las células estrelladas, las célu-
plorador) y un sistema efector (órgano efector) las en cesta y las células de Golgi. De todas ellas,
corrector del error cometido. Para llevar a cabo su las células granulares son las únicas excitadoras, y
función, el cerebelo recibe aferencias de todos los utilizan el glutamato como neurotransmisor. Los ti-
sistemas de información (con excepción del sistema pos restantes son neuronas inhibidoras, que utili-
olfatorio) y de los sistemas motores de la corteza ce- zan el ácido gamma-aminobutírico (GABA) como
rebral, del tronco del encéfalo y de la médula espi- neurotransmisor, aunque las células de Golgi tam-
nal. Todas estas aferencias pueden considerarse bién usan glicina como transmisor inhibidor. El ce-
como el órgano explorador del mecanismo de retro- rebelo contiene además células gliales, siendo las cé-
acción que es en esencia el cerebelo. lulas de Bergmann las más representativas.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

Una vez procesada la información, el cerebelo Las neuronas cerebelosas se disponen en tres ca-
envía Órdenes para realizar los ajustes necesarios y pas que, desde la superficie pial hasta la sustancia
obtener el efecto motor óptimo. Las eferencias cere- blanca, se denominan estrato molecular o plexi-
belosas acaban modificando la actividad de las mo- forme, estrato de neuronas piriformes y estrato
toneuronas. Sin embargo, estas eferencias nunca son granuloso (figs. 20-1 y 20-2).
directas, sino que se realizan modulando la actividad
de la corteza motora y la de las vías motoras descen- e El estrato molecular es el más superficial. Tie-
dentes. Las eferencias cerebelosas representan el ór- ne una densidad celular relativamente baja
gano efector del mecanismo de retroacción. Hay que (fig. 20-1). Está formado por los cuerpos y las
(O MASSON,

señalar además la gran desproporción existente en- prolongaciones de las células estrelladas y las cé-
tre el número de aferencias y de eferencias. El nú- lulas en cesta. Este estrato también contiene los
UPZZ] — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 20-1
Estructura de la corteza cerebelosa.
Los cortes (A), (B), (C) y (D) son per-
pendiculares al eje mayor de la lámina
cerebelosa. (E) es paralelo a este eje.
A. El método de tinción (tricrómico), al
marcar únicamente los núcleos celula-
res, permite apreciar la densidad celu-
lar de los diferentes estratos. B y C. Se
muestran una visión panorámica y otra
detallada de un corte teñido con el mé-
todo argéntico de Cajal. Los somas de
las células de Purkinje se ordenan en
una sola capa y su árbol dendrítico se
dispone en un plano. Los axones de las
células en cesta (flechas) rodean los
somas de las células de Purkinje. D y
E. El método de Golgi muestra una cé-
lula de Purkinje y un grano, respectiva-
mente. E. El plano superior se sitúa a la
derecha de la imagen.
1 Piamadre.
Estrato molecular.
Estrato de las neuronas piriformes.
00030040

Estrato granuloso.
Sustancia blanca.
Dendritas de las células de Purkinje.
Somas de las células de Purkinje.
Axón de la célula de Purkinje.
Soma de la célula granulosa.
Dendrita de la célula granulosa.
Axón de la célula granulosa.
o

axones de los granos (fibras paralelas) y los árbo- fibras paralelas (axones de los granos) establecen
les dendríticos de las células de Purkinje. sinapsis con las numerosas espinas del árbol
El estrato de neuronas piriformes es una mo- dendrítico de las células de Purkinje, formando
nocapa formada por los cuerpos de las células de con éste un ángulo de 90” (fig. 20-2). Esta dis-
Purkinje (figs. 20-1 y 20-2). Los axones de las cé- posición recuerda a la de los postes (árbol den-
lulas en cesta alcanzan este estrato y rodean los drítico) y los cables (fibras paralelas) de un ten-
cuerpos de las células de Purkinje. dido eléctrico. Esta arquitectura única permite
Las células de Purkinje se caracterizan por que cada célula de Purkinje pueda ser contacta-
tener un cuerpo grande (40-80 pum de diámetro) da por un gran número de fibras paralelas (una
y un árbol dendrítico también grande que se ex- sola célula de Purkinje puede establecer más de
tiende por todo el estrato molecular con una 200.000 sinapsis).
orientación característica (figs. 20-1 y 20-2). Las El estrato granuloso contiene un elevado núme-
ramas dendríticas se disponen formando una ro de granos o células granulosas y algunas cé-
placa plana de 8-10 ¡m de espesor, perpendicu- lulas de Golgi, que son de mayor tamaño. Los
lar al eje mayor de las láminas cerebelosas. Las granos (fig. 20-1) se caracterizan por un cuerpo
20 ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL cÉREBELO PERA

muy pequeño, un axón ascendente dividido en T


y dendritas en forma de garra.
En este estrato también se sitúan unas sinap-
sis muy complejas denominadas glomérulos ce-
rebelosos, en las cuales entran en contacto fibras
musgosas, axones y dendritas de las células de
Golgi, así como dendritas de las células de los
granos (fig. 20-2). Las células de Golgi tienen las
dendritas situadas en el estrato molecular, y su
axón termina sobre las dendritas de los granos.

Sustancia blanca

La sustancia blanca del cerebelo está formada


por los axones que nacen en la corteza cerebelosa,
los que terminan en ella y los que se originan en los
núcleos cerebelosos y salen del cerebelo para termi-
FIGURA 20-2
nar en otras partes del SNC.
Esquema de la estructura de la corteza cerebelosa. Repre-
e Las eferencias de la corteza cerebelosa corres- sentación de una lámina cerebelosa seccionada transversal-
mente (a) y por un plano paralelo (b) a su eje mayor. En ama-
ponden a los axones de las células de Purkinje.
rillo oscuro se han dibujado las células de Purkinje; en rojo las
Estos axones abandonan la corteza y establecen células en cesta; en azul las células granulosas; en ocre
sinapsis en las neuronas ubicadas en los núcleos las células de Golgi; en verde las fibras trepadoras.
cerebelosos y vestibulares. Son las únicas eferen- 1 Estrato molecular.
san
Célula estrellada.
cias de la corteza cerebelosa. No hay conexiones 2 Estrato de las neuronas Axón de una célula en cesta.
piriformes. Axón de una célula granular.
directas de la corteza cerebelosa con el exterior, 3 Estrato granuloso. Fibra musgosa.
0

excepto por algunos axones que alcanzan directa- 4 Sustancia blanca. Glomérulo cerebeloso.
0

mente los núcleos vestibulares.


+ Las aferencias de la corteza cerebelosa están re-
Existen además fibras intrínsecas que nunca
presentadas por dos tipos de axones: las fibras
abandonan la corteza cerebelosa y conectan áreas
musgosas y las fibras trepadoras.
corticales diferentes entre sí.
— Las fibras musgosas proceden de núcleos ubi-
cados en la médula espinal y en el tronco del en-
céfalo. Terminan estableciendo sinapsis, a nivel
de los glomérulos cerebelosos, con las dendri-
Hi ESTRUCTURA DEL CIRCUITO
tas de los granos (fig. 20-2).
CEREBELOSO BÁSICO
— Las fibras trepadoras se originan en el núcleo
En el cerebelo puede establecerse un circuito
olivar inferior y terminan, a la manera de una en-
funcional básico formado por dos arcos: uno princi-
redadera, sobre el soma y el árbol dendrítico de
pal, excitador, que pasa por los núcleos cerebelosos,
las células de Purkinje (fig. 20-2). Cada fibra tre-
y otro secundario, inhibidor y regulador del anterior,
padora se ramifica y entra en contacto con hasta
que pasa por la corteza cerebelosa. Estos dos arcos y
diez células de Purkinje.
la morfología de cada elemento celular se mantie-
Tanto las fibras trepadoras como las musgo-
nen iguales en todas las partes del cerebelo, por lo
sas son excitadoras y utilizan el glutamato como
que se considera que la información se procesa de
neurotransmisor principal, aunque también pue-
forma similar en todo el cerebelo.
den usar (especialmente las fibras musgosas)
El arco principal, excitador (fig. 20-3), está repre-
otros transmisores.
sentado por las ramas colaterales de las fibras mus-
El cerebelo también recibe aferencias noradre- gosas y trepadoras, que terminan en las neuronas de
: icas desde el locus caeruleus y serotoninérgi- los núcleos cerebelosos. Los cilindroejes de las neuro-
¡cas de los núcleos del rafe y reticulares (v. cap. 22). nas situadas en estos núcleos salen del cerebelo a tra-
IFE] — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

vés de los pedúnculos cerebelosos y terminan sobre (inhibidoras), mientras que el resto son fundamen-
distintos núcleos del tronco del encéfalo, entre ellos talmente glutaminérgicas (excitadoras).
las olivas inferior y accesorias, y del tálamo. El arco secundario, inhibidor, posee una pieza
Bajo el punto de vista funcional, los núcleos del neuronal clave que es la célula de Purkinje. La cé-
cerebelo están constituidos por dos tipos celulares lula de Purkinje puede ser estimulada de dos mane-
básicos. Las neuronas que mandan su cilindroeje al ras diferentes (fig. 20-3). Las fibras trepadoras, al
núcleo olivar inferior son pequeñas y gabaérgicas terminar sobre el cuerpo y el árbol dendrítico de las
células de Purkinje, producen su estimulación direc-
ta. Las fibras musgosas, al terminar sobre las células
granulares, lo hacen de manera indirecta a través
de las fibras paralelas. Las fibras musgosas actúan
sobre las células de Purkinje con mucha convergen-
cia y divergencia, mientras que las fibras trepadoras
establecen conexiones más específicas.
Las células de Purkinje contradicen el principio
de que, en las neuronas, todos los potenciales de
acción son iguales. Estas células presentan dos ti-
pos distintos de potenciales de acción, dependiendo
de cómo son estimuladas. Cuando las células de
Purkinje son estimuladas por las fibras musgosas
(estimulación indirecta, a través de los granos)
muestran un potencial breve denominado pico sen-
cillo. Además, para obtener esta activación, se ne-
cesita la suma espacial y temporal de varias fibras
paralelas. Cuando la estimulación se produce a tra-
vés de las fibras trepadoras (estimulación directa),
las células de Purkinje responden con una despola-
rización prolongada y el trazado del potencial es un
pico complejo. La frecuencia de disparo de las cé-
lulas de Purkinje cuando son activadas por las fi-
bras musgosas es muy alta (100-200/s) mientras
que, si la activación se realiza por las fibras trepa-
doras, la frecuencia es baja (3-4/s). Todo lo señalado
anteriormente indica que la información aportada
por los dos tipos de fibras es diferente y se procesa
de manera distinta.
11 f La actividad de las células de Purkinje es mo-
dulada mediante la inhibición ejercida por las célu-
FIGURA 20-3 las estrelladas, en cesta y de Golgi (fig. 20-3). Estos
Estructura funcional del circuito cerebeloso básico. Este tres tipos de interneuronas están facilitados por las
circuito tiene dos arcos. El arco excitador principal está for- fibras paralelas. Las neuronas de Golgi actúan a ni-
mado por colaterales de las fibras trepadoras (1) y musgo- vel del glomérulo cerebeloso modulando la activa-
sas (2) que terminan sobre las neuronas de los núcleos ce- ción de las células granulares por las fibras musgo-
rebelosos (3). Los axones (4) de estas neuronas salen del
sas, mientras que las células en cesta y estrelladas
cerebelo. El arco principal está regulado por otro secundario,
inhibidor, en el que la célula de Purkinje es estimulada di- modulan la activación de las células de Purkinje por
rectamente por las fibras trepadoras (5) o indirectamente por las fibras trepadoras.
las fibras musgosas (6). Las células de los granos están in- Finalmente, los axones de las células de Purkinje
dicadas en azul. Los signos +/- indican si la sinapsis es ex- se proyectan sobre las neuronas de los núcleos cere-
citadora o inhibidora. belosos y vestibulares, ejerciendo sobre ellos una in-
7 Glomérulo cerebeloso. 10 Célula estrellada. hibición. Así, se realiza una modulación y regula-
8 Célula de Golgi. 11 Núcleo olivar inferior.
9 Células en cesta. 12 Axón del tracto tegmental central. ción del arco excitador principal.
20 ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL CEREBELO Ey

71 DIVISIÓN MORFOFUNCIONAL DEL CEREBELO


Tanto por su conexiones como por su función el
cerebelo puede dividirse, con fines didácticos, en
tres porciones diferentes: vestibulocerebelo, espi-
nocerebelo y cerebrocerebelo.

Vestibulocerebelo. El vestibulocerebelo está for-


mado por el lóbulo floculonodular (fig. 20-4). Las
aferencias proceden de los conductos semicirculares,
de las máculas y de la corteza visual. Las eferencias
se realizan de manera directa, sin relevo en los nú-
cleos cerebelosos, a los núcleos vestibulares. El vesti-
bulocerebelo modula la actividad de los tractos que
descienden desde los núcleos vestibulares hacia la
médula espinal y la de las motoneuronas que inervan
los músculos del globo ocular. El papel funcional bá-
sico del vestibulocerebelo es regular y controlar el
equilibrio corporal y los movimientos del globo ocular.

Espinocerebelo. El espinocerebelo está consti-


tuido por dos partes de la corteza cerebelosa. Una
es impar y media, y corresponde a la corteza de los FIGURA 20-4
vermis superior e inferior (banda vermiana). La otra Representación esquemática de la corteza cerebelosa que
muestra la división funcional del cerebelo. Los núcleos del ce-
es par y está representada por las dos bandas para-
rebelo y los núcleos vestibulares (1) se han sacado de su posi-
vermianas (fig. 20-4). ción normal y colocado debajo de la corteza cerebelosa. En
La banda vermiana recibe aferencias vestibula- verde claro se ha dibujado el vestibulocerebelo; en azul la ban-
res, visuales y acústicas, mientras que las bandas pa- da vermiana y los núcleos del fastigio (2); en rojo la banda pa-
ravermianas reciben información somatosensorial ravermiana y el núcleo interpuesto (3); en verde oscuro el ce-
rebrocerebelo y el núcleo dentado (4). El espinocerebelo (5)
que procede de la médula espinal y del núcleo sensi-
es la suma de las bandas vermiana y paravermianas.
tivo del trigémino.
Las eferencias del espinocerebelo se realizan a
través de los núcleos del fastigio, globoso y emboli- belo. Las eferencias se realizan a través del núcleo
forme. Los axones de las células de Purkinje situa- dentado, cuyas neuronas se proyectan sobre el tála-
das en la corteza vermiana terminan sobre las neu- mo. A su vez, las neuronas talámicas se proyectan so-
ronas de los núcleos del fastigio, mientras que los bre la corteza cerebral, de donde partieron las aferen-
procedentes de las bandas paravermianas lo hacen cias. El cerebrocerebelo cumple funciones cognitivas
en las neuronas de los núcleos globoso y emboliforme como el proceso visuoespacial, la modulación emo-
(la suma de estos dos núcleos a veces se denomina cional, el proceso lingúístico y la planificación y el
núcleo interpuesto). A través de estos núcleos cerebe- aprendizaje motor.
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

losos, el espinocerebelo regula la actividad de los sis-


temas motores descendentes que se originan en el Las divisiones funcionales que hemos estableci-
tronco del encéfalo y en la corteza cerebral. Así, do en el cerebelo se corresponden en general con las
el espinocerebelo regula los movimientos de las ex- denominaciones de arqueocerebelo (vestibulocere-
tremidades y del tronco. belo), paleocerebelo (espinocerebelo) y neocerebelo
(cerebrocerebelo), usadas a menudo, y que indican
Cerebrocerebelo. El cerebrocerebelo está for- la antigúedad de cada porción desde el punto de vis-
mado por la mayor parte de la corteza de los hemis- ta filogenético.
ferios cerebelosos (fig. 20-4). Recibe aferencias de Antes de describir las conexiones de cada una de
gran parte del neocórtex a través de los núcleos del las tres partes en las que hemos dividido el cerebe-
puente, por lo que también se denomina pontocere- lo, debemos dejar claro que las fibras aferentes, en
IMPETA — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

contraposición con las eferentes, no terminan sobre das en el ganglio vestibular, que terminan preferen-
la corteza cerebelosa siguiendo de manera estricta la temente en el nódulo y también en la banda vermia-
división morfofuncional. En ocasiones, un mismo na. El segundo está formado por los cilindroejes de
tracto nervioso puede proyectarse en zonas funcio- neuronas situadas en los núcleos vestibulares supe-
nales distintas. Para la descripción de los tractos afe- rior y medio, que se proyectan en los flóculos y, en
rentes de cada una de las partes del cerebelo nos fi- menor medida, en la banda vermiana. Los tractos
jaremos, por motivos didácticos, en las aferencias vestibulocerebelosos son preferentemente homola-
básicas de cada porción. terales y llegan al cerebelo a través del pedúnculo
cerebeloso inferior.
La información visual alcanza el vestibulocere-
HH CONEXIONES CEREBELOSAS belo por medio de fibras corticoponticocerebelo-
sas procedentes de la corteza visual. El trayecto de
Conexiones del vestibulocerebelo estas fibras lo analizaremos más adelante.

AFERENCIAS
EFERENCIAS
Las principales aferencias proceden del siste-
ma vestibular por medio de dos tractos (fig. 20-5): Como ya sabemos, las eferencias del vestibuloce-
el vestibulocerebeloso de Edinger y el vestibulo- rebelo están formadas por axones de células de Pur-
cerebeloso indirecto. El primero está constituido kinje que salen del cerebelo sin hacer estación si-
por las prolongaciones centrales de neuronas asenta- náptica en los núcleos cerebelosos. Los principales
tractos son el cerebelovestibular, el floculooculo-
motor y el uncinado de Russell.

e Tracto cerebelovestibular (fig. 20-6). Está cons-


tituido por fibras directas y cruzadas que salen
del cerebelo por el pedúnculo cerebeloso inferior y
terminan en los núcleos vestibulares medial y la-
teral. El vestibulocerebelo modula la actividad de
los tractos vestibuloespinales medial y lateral.
e Tracto floculooculomotor (fig. 20-6). Se origi-
na en el flóculo y se cruza en pleno cerebelo. Sale
del cerebelo por el pedúnculo cerebeloso superior
para terminar en el núcleo del nervio oculomotor.
e Tracto uncinado de Russell (fig. 20-6). Sigue un
trayecto ascendente en la dirección del pedúncu-
lo cerebeloso superior. Antes de llegar a este pe-
dúnculo, cambia bruscamente de dirección, for-
ma una especie de gancho y alcanza el bulbo por
el pedúnculo cerebeloso inferior. Termina en los
FIGURA 20-5 núcleos vestibulares. A lo largo de su trayecto
Corte transversal del bulbo y del cerebelo que muestra las afe- dentro del cerebelo, el tracto uncinado propor-
rencias hacia el vestibulocerebelo (verde) y hacia el espinoce-
ciona colaterales que alcanzan el mesencéfalo
rebelo (azul! y rojo). Nótese que los cilindroejes hacia al vestibu-
locerebelo no tienen colaterales para los núcleos del cerebelo. por medio del pedúnculo cerebeloso superior. Es-
Tracto corticoespinal,
tas colaterales terminan en el núcleo del nervio
Núcleo olivar inferior. oculomotor, en la formación reticular y en el hi-
NADN

Tracto olivocerebeloso. potálamo (fig. 20-6).


Tracto reticulocerebeloso.
Fibras descendentes procedentes del colículo superior
y del núcleo rojo (tracto tegmental central). Tanto el tracto floculooculomotor como el unci-
Neuronas del ganglio vestibular.
nado de Russell controlan los movimientos del glo-
JO

Tracto vestibulocerebeloso indirecto.


Tracto vestibulocerebeloso de Edinger. bo ocular.
0
20 ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL cerEBELO PEE

Conexiones del espinocerebelo terior, entre los segmentos medulares C7 a L2.


Este núcleo recibe información propioceptiva y
AFERENCIAS extereoceptiva procedente del tronco y de la ex-
tremidad inferior. El tracto asciende por el cor-
Las aferencias al espinocerebelo proceden de la dón lateral de la médula, cerca de su superficie y
médula espinal y de núcleos situados en el bulbo y en posición dorsal. Discurre después por el bul-
en el mesencéfalo. bo y penetra en el cerebelo por el pedúnculo cere-
La médula espinal se conecta con el cerebelo a beloso inferior. Es un tracto directo.
través de los tractos espinocerebelosos posterior e Tracto espinocerebeloso anterior o de Go-
y anterior (fig. 20-7). wers (fig. 20-7). Se origina en neuronas locali-
zadas en la zona lateral de la base del asta poste-
e Tracto espinocerebeloso posterior o de Flech- rior, entre los últimos segmentos lumbares y los
sing (fig. 20-7). Se origina en la columna torácica sacrococcígeos. Los cilindroejes de estas neuro-
o núcleo de Stilling-Clarke, situado en al asta pos- nas cruzan la comisura gris (fig. 20-7) para al-
O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 20-6
Esquema que muestra las eferencias del vestibulocerebelo (rojo
y verde), y del espinocerebelo (amarillo y azul). El cerebelo ha
sido seccionado sagitalmente y las dos mitades se han reclina-
do hacia los lados. Visión posterior. Por encima y por debajo se
han dibujado, respectivamente, un corte transversal del mesen- FIGURA 20-7
céfalo y otro del bulbo vistos desde el plano dorsal. En la zona
Conexiones aferentes al espinocerebelo procedentes de la
superior se ha representado un corte frontal del hipotálamo.
médula espinal. En rojo se ha representado el tracto espinoce-
1 Núcleos vestibulares. 7 Fibras interpuestotectales. rebeloso posterior o de Flechsing; en azul el tracto espinocere-
2 Formación reticular. 8 Tracto floculooculomotor.
3 Flóculo. 9 Pedúnculo cerebeloso superior.
beloso anterior o de Gowers; en verde el tracto cuneocerebeloso.
4 Tracto cerebelovestibular. 10 Tracto uncinado de Russell. 1 Columna torácica.
5 Fibras interpuestorreticulares. 11 Colículo inferior. 2 Núcleo cuneiforme accesorio.
6 Núcleo interpuesto. 12 Núcleo del nervio oculomotor. 3 Núcleo interpuesto.
IBEX] — sEGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

canzar el cordón lateral contralateral, donde se el núcleo olivar inferior y en los núcleos olivares ac-
sitúan cerca de la superficie medular, por delan- cesorios. Todos estos núcleos reciben información
te del tracto espinocerebeloso posterior. Después somatoestésica, visual y de la corteza cerebral, por
de recorrer el bulbo y el puente, el tracto alcan- medio de fibras aferentes de la médula espinal,
za la zona más caudal del mesencéfalo, donde se de los relés sensoriales del tronco del encéfalo, de
incurva para penetrar en el cerebelo a través del fibras descendentes del colículo superior y del nú-
pedúnculo cerebeloso superior. El tracto espino- cleo rojo. Estas últimas se originan en la porción
cerebeloso anterior transmite información pro- parvocelular del núcleo rojo y descienden hasta el
pioceptiva y extereoceptiva procedente de la ex- núcleo olivar formando el tracto tegmental cen-
tremidad inferior. tral (fig. 20-5). También recibe aferencias vesti-
bulares y cerebelosas. Inmediatamente después de
Las principales aferencias bulbares al espinoce- originarse, el tracto olivocerebeloso se cruza to-
rebelo son los tractos cuneocerebeloso olivocere- talmente y penetra en el cerebelo por el pedúncu-
beloso, y reticulocerebeloso. lo cerebeloso inferior. Termina proporcionando a
la corteza cerebelosa las fibras trepadoras.
e Tracto cuneocerebeloso (fig. 20-7). Tiene su El tracto tegmental central es un tracto
origen en el núcleo cuneiforme accesorio, forma- grueso. Se sitúa en el tegmento troncoencefálico,
ción dependiente del núcleo cuneiforme (Bur- por fuera del fascículo longitudinal medial, ex-
dach) del bulbo. Asciende mezclado con el tracto tendiéndose entre el núcleo rojo y el núcleo olivar
espinocerebeloso posterior y ambos se intro- inferior. Además de las fibras rubroolivares que
ducen en el cerebelo por el pedúnculo cerebeloso acabamos de mencionar, el tracto tegmental cen-
inferior. Transmite al cerebelo información pro- tral está formado por aferencias de la formación
pioceptiva y extereoceptiva procedente de la ex- reticular y por fibras que pertenecen a los siste-
tremidad superior. mas monoaminérgicos. Estudiaremos todos es-
Tracto olivocerebeloso (fig. 20-5). Es la principal tos componentes en los capítulos que siguen.
conexión del bulbo con el cerebelo. Se origina en El núcleo olivar inferior y los núcleos olivares
accesorios constituyen el origen del tracto oli-
voespinal, que se sitúa superficialmente en el
cordón lateral de la médula espinal, inmediata-
mente por detrás de los filetes radiculares ante-
riores. Sólo se extiende por la médula cervical.
Tiene influencia sobre los movimientos de la ca-
beza y de la mano.
Tracto reticulocerebeloso (fig. 20-5). Se origi-
na en núcleos de la formación reticular bulbar y
póntica. Está formado por fibras directas y cruza-
das que penetran en el cerebelo por el pedúnculo
cerebeloso inferior. Aporta información comple-
ja, tanto cutánea del tronco y de las extremidades
como procedente de la corteza cerebral y de otros
puntos del SNC. Alcanza el espinocerebelo y tam-
bién envía aferencias al cerebrocerebelo.
FIGURA 20-8
Las principales aferencias desde el mesencéfalo
Aferencias mesencefálicas hacia el espinocerebelo. El cerebe-
lo ha sido seccionado sagitalmente y las dos mitades se han al espinocerebelo son los tractos tectocerebeloso,
reclinado hacia los lados. Visión del tronco del encéfalo desde trigeminocerebeloso y rubrocerebeloso.
el plano posterior. En azul se ha dibujado el tracto tectocere-
beloso; en verde el tracto trigeminocerebeloso; en rojo el trac- e Tracto tectocerebeloso (fig. 20-8). Se origina en
to rubrocerebeloso. los colículos superior e inferior, penetra en el ce-
3 Pedúnculo cerebeloso superior.
1 Núcleo rojo.
4 Núcleo del fastigio.
rebelo a través del pedúnculo cerebeloso superior
2 Núcleo mesencefálico del
trigémino. 5 Núcleo interpuesto. del mismo lado y se proyecta en la parte media
20 ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL CEREBELO [PZEE

del vermis. Aporta información visual y acústica segmentos cervicales. Se sitúa en el cordón lateral de
al córtex cerebeloso. la médula espinal, inmediatamente por delante del
e Tracto trigeminocerebeloso (fig. 20-8). Se origi- fascículo corticoespinal lateral. Termina en las lá-
na en el núcleo mesencefálico del trigémino y minas IV a VII de Rexed.
aporta al cerebelo información propioceptiva del
macizo craneofacial. Alcanza el cerebelo a través
del pedúnculo cerebeloso superior. Es un tracto di- EFERENCIAS
recto.
e Tracto rubrocerebeloso (fig. 20-8). Se origina Las eferencias del espinocerebelo (que, como
en la porción parvocelular del núcleo rojo. Se cru- sabemos, se efectúan por medio de los núcleos del
za en su totalidad antes de introducirse en el ce- fastigio, globoso y emboliforme) se realizan hacia
rebelo por el pedúnculo cerebeloso superior. la formación reticular (vía fastigiorreticular)
(fig. 20-6), el núcleo olivar (fig. 20-9), los colícu-
El núcleo rojo recibe información de la corteza los superior e inferior (fig. 20-6) y el núcleo rojo.
motora y se proyecta a la médula espinal por medio El tracto eferente más importante recibe el nom-
del tracto rubroespinal, que nace en la porción bre de tracto interpuestorrúbrico, que es la vía
magnocelular e inmediatamente se cruza en su to- principal de descarga del núcleo interpuesto (nú-
talidad. En el ser humano tiene poca importancia, cleos globoso y emboliforme) (fig. 20-9). Las fibras
ya que no desciende más allá de los tres primeros interpuestorrúbricas salen del cerebelo por el pe-
dúnculo cerebeloso superior, se cruzan en su totali-
dad en el mesencéfalo y terminan en el núcleo rojo
contralateral. Las neuronas del núcleo rojo envían
sus axones al núcleo ventral intermedio del tálamo
que, a su vez, se proyecta sobre la corteza cerebral
motora y sensorial (áreas 4, 6, 8 y 5 fundamental-
mente). De esta manera, el espinocerebelo controla
la actividad de las vías motoras descendentes ha-
cia la médula espinal.

Conexiones del cerebrocerebelo

AFERENCIAS

Todas las aferencias que recibe el cerebrocerebe-


lo proceden de la corteza cerebral. En conjunto re-
ciben el nombre de fibras corticoponticocerebelo-
sas. Estas fibras hacen una estación sináptica en
los núcleos del puente antes de entrar en el cerebe-
lo. Las aferencias corticales hacia los núcleos del
10 MASSON, 8,A. Fotó60plar sín autorización es un delito,

puente reciben el nombre de fibras corticopónti-


cas. Se originan en una zona extensa de la corteza
FIGURA 20-9
cerebral que comprende los lóbulos frontal, parie-
Eferencias del espinocerebelo (rojo y amarillo) y del cerebro-
tal, temporal y occipital (fig. 20-10). Sin embargo,
cerebelo (verde). El cerebelo ha sido seccionado sagitalmen-
te y las dos mitades se han reclinado hacia los lados. En la no todas las áreas de estos lóbulos se proyectan con
porción superior se ha representado un corte frontal del he- la misma intensidad, y algunas ni siquiera emiten
misferio cerebral derecho visto, al igual que el tronco del en- este tipo de fibras. La mayor parte de las fibras cor-
céfalo, desde el plano posterior. ticopónticas son colaterales de axones aferentes
Núcleo olivar inferior. Tracto interpuestorrúbrico. hacia otras zonas del encéfalo o hacia la médula es-
Un
u0N

Pedúnculo cerebeloso superior. Fibras dentadotalámicas.


pinal, cuyas neuronas se sitúan en la capa 5 de la
0

Núcleo interpuesto. Núcleo rojo.


Fibras interpuestoolivares. Fibras talamocorticales. corteza cerebral.
LH

0
EZ —secunba PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA e]
posterior; las del lóbulo temporal (temporopónticas)
por el segmento sublenticular, y las originadas en el
lóbulo occipital (occipitopónticas) por el segmento
retrolenticular.
A nivel del mesencéfalo las fibras corticopónti-
cas se disponen en la base del pedúnculo cerebral,
en dos tractos situados uno a cada lado del tracto
piramidal. Las fibras frontopónticas se sitúan me-
dialmente y las parietotemporopónticas lateralmen-
te (fig. 20-10). Esta organización se conserva hasta
su terminación en los núcleos del puente, por lo que
las fibras frontopónticas terminan en los núcleos del
puente más mediales y las parietotemporopónticas
en los más laterales (fig. 20-10). Las fibras pontoce-
rebelosas siguen un trayecto horizontal en el puente
y, después de cruzarse, penetran en el cerebelo por
medio del pedúnculo cerebeloso medio. Se proyectan
a todo el hemisferio cerebeloso y al núcleo globoso.

EFERENCIAS

Las eferencias del cerebrocerebelo se realizan por


medio del núcleo dentado (fibras dentadotalámicas).
Los cilindroejes de las neuronas ubicadas en este
núcleo salen del cerebelo atravesando el pedúnculo
cerebeloso superior y, después de cruzarse en la por-
ción caudal del mesencéfalo, terminan en el núcleo
ventral intermedio del tálamo (fig. 20-9). A partir de
este núcleo, las fibras talamocorticales se encargan
de llevar los impulsos nerviosos hacia las mismas
FIGURA 20-10 áreas corticales de donde partieron las aferencias
Aferencias hacia el cerebrocerebelo. A nivel del mesencéfalo, corticopónticas.
las fibras corticopónticas (rojo y verde) se disponen a ambos En conjunto, las aferencias y eferencias del cere-
lados de la vía piramidal (amarillo). En azul se han represen-
brocerebelo forman un circuito similar a los que la
tado las fibras pontocerebelosas.
corteza establece con los núcleos basales: se inician
en la corteza cerebral, hacen estaciones sinápticas
Las fibras corticopónticas del lóbulo frontal se intermedias (núcleos del puente, corteza cerebelo-
originan fundamentalmente en las cortezas motora sa, núcleo dentado y tálamo) y acaban volviendo a
y premotora. Las del lóbulo parietal proceden bási- las mismas zonas corticales de donde se originaron.
camente de las áreas somatosensitivas primaria y Este circuito cerebeloso regula la actividad de la cor-
de asociación, y del área visual. Las aferencias vi- teza cerebral actuando a través de ella sobre los sis-
suales se originan principalmente en las áreas de temas motores descendentes, en especial en las ta-
asociación relacionadas con el procesamiento'de los reas que requieren juicios espaciales y temporales
estímulos visuales en movimiento (corriente magno- complejos, que son importantes para programar ac-
celular de la vía óptica). Las fibras corticopónticas, tos motores y secuencias motoras complicadas. El
tras atravesar el centro oval, alcanzan la cápsula in- cerebrocerebelo realiza fundamentalmente un con-
terna, atravesándola de acuerdo con su lugar de pro- trol anticipador; de ahí la importancia que tienen la
cedencia. Así, las fibras procedentes del lóbulo fron- memoria motora y el aprendizaje en dicho control.
tal (frontopónticas) pasan por el brazo anterior; las Por el contrario, el espinocerebelo realiza básica-
del lóbulo parietal (parietopónticas) por el brazo mente un control por retroacción.
20 ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL CEREBELO

CONSIDERACIONES CLÍNICAS e Alteraciones del lenguaje. La palabra hablada


requiere movimientos complejos, por lo que ne-
Los síntomas y signos que aparecen tras la lesión cesita un control cerebeloso complejo. Así, se ob-
del cerebelo ilustran claramente su papel funcional. servan alteraciones en el flujo y ritmo normal del
La característica fundamental de las lesiones cere- lenguaje, las palabras se articulan mal y se arras-
belosas es que la ejecución de los movimientos vo- tran (disartria), las sílabas sucesivas resultan len-
luntarios no se bloquea, pero los movimientos se tas y separadas entre sí (habla o palabra escandi-
realizan con errores. Otro dato importante es que las da) y se pronuncian con más fuerza, sobre todo
lesiones selectivas del cerebelo son raras. Normal- después de una pausa (palabra explosiva).
mente, el cerebelo enferma como una unidad, dando
lugar a lo que se conoce como síndrome cerebelo- Un síndrome cerebeloso típico es el que se obser-
so. Los síntomas primarios más importantes de este va en la intoxicación alcohólica aguda, por afectación
síndrome son: de la actividad cortical del cerebelo. Corresponde-
ría, sobre todo, a una afectación del cerebrocerebe-
e Hipotonía, ya que el cerebelo actúa en conjunto lo. El síndrome cerebeloso se observa también en
como un estimulador del tono muscular. el alcoholismo crónico, que cursa con degeneración
+ Errores en la ejecución de los movimientos vo- cortical por déficit de vitamina B;. En el síndrome
luntarios, por descoordinación motora y falta de cerebeloso no existe atrofia muscular, parálisis ni
integración de las informaciones visual, vestibular cambios sensitivos.
y propioceptiva. Estos errores se conocen con el Las lesiones selectivas del cerebelo, con afecta-
término colectivo de ataxia, y se deben al fallo de ción exclusiva de alguna de las tres partes funciona-
los mecanismos de control del movimiento. El les del cerebelo, son muy raras. En niños, el medu-
movimiento se desvía espacialmente de su objeti- loblastoma de vermis afecta al vermis y al sistema
vo (dismetría), se realiza con una fuerza inadecua- floculonodular. Los niños afectados presentan hipo-
da (disergia) y, sobre todo, se produce con errores tonía y alteraciones del equilibrio y de la marcha.
en la coordinación de movimientos complejos en También suelen aparecer alteraciones de los movi-
los que participan diversos grupos musculares y mientos oculares, por ejemplo en el reflejo de fija-
varias articulaciones (distaxia). El paciente pre- ción de la mirada. En adultos, los tumores localiza-
senta ataxia de la marcha (por lo que es imposible dos en el hemisferio cerebeloso cursan con vértigos,
caminar en línea recta), dismetría (de modo que alteraciones del equilibrio, temblor intencional, hi-
no es capaz de realizar al primer intento objetivos potonía y anomalías en la coordinación de los mo-
concretos como tocarse la punta de la nariz con vimientos de las extremidades del mismo lado de
el dedo) y dificultad para realizar movimientos la lesión (síndrome del hemisferio cerebeloso).
alternantes rápidos, como la pronación y supina- Las lesiones aisladas del espinocerebelo o de los
ción repetidas del antebrazo (adiadococinesia).
+ Temblor, denominado con frecuencia de acción
o de intención, porque aparece al final del movi-
miento. Se caracteriza por oscilaciones amplias e
irregulares. El temblor cerebeloso puede ser con-
cebido como un intento consciente pero fallido
sin autorización es un delito.

de corregir los errores que se realizan durante la


ejecución del movimiento. De ahí que se parezca
a una especie de titubeo para alcanzar las coor-
denadas espaciales programadas previamente.
e Vértigo y alteraciones del equilibrio, que se
traducen en una marcha inestable. Los sujetos
Fotocopiar

afectados se tambalean de un lado a otro cuando


están de pie, tienden a caerse y caen al suelo FIGURA 20-11
S.A.

cuando cierran los ojos (signo de Romberg). Para Visión inferior de un corte transversal de un cerebelo cuya
(E) MASSON,

evitarlo, separan los pies en un intento de au- mitad derecha se encuentra afectada por una gran tumora-
mentar la base de sustentación. ción. Flecha, escotadura anterior.
PITA SEGUNDAPARTE. ORGANIZACIÓN FUNCIONALDEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

núcleos interpuestos se caracterizan por temblor. - es fundamental


y se explica fácilmente si tenemos en
También se produce ataxia. cuenta los cruzamientos que experimentan tanto las
Hay que hacer hincapié en el hecho de que las le-— conexiones cerebelosas como los tractos motores
siones limitadas a una mitad del cerebelo, como la descendentes. La mitad derecha del cerebelo contro-
mostrada en la figura 20-11, ocasionan síntomas ho- ala actividad de la corteza cerebral izquierda. Ésta,
molaterales; es decir, se localizan en la mitad cor- — debido al cruce del tracto piramidal, ejerce su in-
poral donde radica la lesión cerebelosa. Este hecho — fuencia sobre el lado corporal derecho,
CAPÍTULO 21

Formación reticular

Hemos visto en capítulos anteriores que el teg- li CARACTERÍSTICAS DE LAS NEURONAS


mento troncoencefálico está ocupado por núcleos DE LA FORMACIÓN RETICULAR
específicos, por los núcleos de los nervios craneales
y por los tractos nerviosos que transitan por él. Ade- La estructura es el criterio clave para considerar
más, el tegmento troncoencefálico contiene neuro- que una zona específica del tronco del encéfalo per-
nas que no forman núcleos en el sentido empleado tenece a la formación reticular. La citoarquitectura
hasta ahora. Este conjunto neuronal se denomina es el fundamento para establecer su organización
formación reticular, término que hace referencia morfológica y funcional. El diseño general de las
al aspecto de malla o de red difusa con que aparece neuronas de la formación reticular responde a la ne-
en los cortes histológicos teñidos con métodos de cesidad funcional de difundir las señales nerviosas
plata. Sin embargo, la impresión de retículo es en- en todos los sentidos y de crear gran convergencia y
gañosa. A pesar de su aparente desorganización, la divergencia. Los rasgos básicos de las neuronas re-
formación reticular está altamente estructurada. ticulares son:
De hecho, la formación reticular está constituida
por grupos neuronales diferentes, con funciones es- e Tienen tamaños diferentes, pudiendo ser grandes,
pecíficas y con neurotransmisores y conexiones medianas y pequeñas. Cada uno de estos tipos
particulares, tiende a concentrarse, como veremos más ade-
La formación reticular está implicada en diver- lante, en ciertas zonas del tronco del encéfalo.
sas funciones y, en conjunto, debe considerarse el e Las neuronas de asociación típicas, del tipo Golgi
centro del tronco del encéfalo regulador de las II, con axón corto y profusamente ramificado
actividades motora, sensitiva, vegetativa y, muy cerca del soma neuronal, son escasas.
especialmente, de los niveles de conciencia, so- e Losaxones suministran numerosas colaterales a lo
bre cuyo fondo se realizan la mayor parte las fun- largo de su trayecto (fig. 21-1), por lo que se pro-
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ciones del SNC. duce una gran dispersión del impulso nervioso.
La formación reticular se halla situada en una e Por lo general, las dendritas son largas y radian-
zona estratégica. Dado que el tegmento troncoence- tes. Es decir, son neuronas de tipo isodendrítico,
fálico es una zona de paso de los tractos ascendentes aunque también hay algunas neuronas con den-
y descendentes conectados con la corteza cerebral, dritas cortas y muy ramificadas de tipo idioden-
la formación reticular puede conectarse fácilmente a drítico.
ellos, influenciarlos e interconectarlos. Así, contri- e Gran parte de los árboles dendríticos se sitúan en
buye a la integración de diferentes sistemas y a las planos perpendiculares al eje mayor del tronco del
respuestas globales del organismo. Desde el punto encéfalo (fig. 21-1). Así, se disponen craneocau-
de vista filogenético, la formación reticular es una dalmente, como una pila de monedas, configu-
estructura antigua. rando cierta segmentación.
MPZES —secuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

e A menudo, los impulsos nerviosos discurren tan- e Bajo el punto de vista del neurotransmisor utili-
to en sentido ascendente como descendente, bien zado, las neuronas de la formación reticular son
porque dos neuronas con axones en direcciones heterogéneas. Hablaremos de ello en el capítulo
opuestas establecen sinapsis entre sí (fig. 21-1) o siguiente.
porque el axón se bifurca de tal manera que las
ramas siguen direcciones opuestas (fig. 21-1). Por
lo general, las ramas de bifurcación siguen tra- Hi ORGANIZACIÓN DE LA FORMACIÓN
yectos muy largos. RETICULAR
La formación reticular puede dividirse en tres
bandas: medial, intermedia y lateral, según las ca-
racterísticas de sus neuronas, sus conexiones y su
función. Las bandas se sitúan en cada mitad del
tronco del encéfalo, de medial a lateral. A su vez, en
cada banda pueden distinguirse una serie de agru-
paciones neuronales denominadas núcleos reticu-
lares, que difieren claramente del resto de los nú-
cleos situados en el tronco del encéfalo. En su
mayoría no pueden observarse fácilmente con los
métodos convencionales.

e La banda medial se localiza inmediatamente


por fuera de la línea media del tronco del encéfa-
lo (fig. 21-2). La línea media recibe el nombre de
rafe dado que es una zona de cruzamiento de fi-
bras; de ahí que los núcleos reticulares situados
en esta banda se denominen núcleos del rafe
(fig. 21-2). La mayor parte de estos núcleos utili-
zan la serotonina como neurotransmisor.
+ La banda intermedia o paramedial se sitúa por
fuera de la banda media (fig. 21-2). Está formada
por neuronas medianas y de gran tamaño, por lo
que algunos de sus núcleos se denominan giganto-
celulares. Se extiende fundamentalmente por el
bulbo y el puente, aunque también ocupa la parte
baja del mesencéfalo. Las neuronas de esta banda
constituyen el origen de la mayor parte de las pro-
yecciones ascendentes y descendentes de la forma-
ción reticular. Regulan los movimientos volunta-
rios y posturales, la transmisión del dolor, las
funciones vegetativas y el control de la conciencia.
+ La banda lateral (fig. 21-2) es muy prominente
FIGURA 21-1
en el bulbo y en la porción baja del puente. Está
Características morfológicas de las neuronas de la formación re-
ticular en un corte frontal del tronco del encéfalo que se supo- formada por neuronas pequeñas, por lo que al-
ne teñido con el método de Golgi. Las flechas rojas indican la gunos de sus núcleos se denominan parvocelula-
dirección del impulso nervioso. En negro se ha dibujado una res o reticulares. Unos núcleos son adrenérgicos y
neurona cuyo axón se bifurca en una rama ascendente y otra otros acetilcolinérgicos. Las neuronas de esta
descendente; cada una de las ramas posee a su vez numerosas banda intervienen fundamentalmente en la regu-
ramificaciones. En azul se han representado varias neuronas
cuyo árbol dendrítico se sitúa en planos perpendiculares al eje lación de las funciones viscerales relacionadas
mayor del tronco del encéfalo; en verde y ocre hay dos neuro- con el nervio vago y en el control de la actividad
nas, con axones en direcciones opuestas, conectadas entre sí. motora orofacial.
21. FORMACIÓN RETICULAR

En la figura 21-2 se muestra la situación de los


núcleos más importantes de la formación reticular.

1 CONEXIONES DE LA FORMACIÓN RETICULAR


En el capítulo anterior estudiamos las conexio-
nes que la formación reticular y el cerebelo estable-
cen entre sí. Las conexiones de los sistemas monoa-
minérgico y acetilcolinérgico se analizarán en el
próximo capítulo.

Aferencias

La formación reticular recibe aferencias de prác-


ticamente todos los sistemas, tanto sensitivos como
motores. Ya hemos señalado que, al situarse en el
tegmento troncoencefálico, puede recibir fácilmente
colaterales de los axones que transitan por esta zona
de paso. Además, la formación reticular recibe pro-
yecciones procedentes de áreas extensas de la corte-
za cerebral, en especial de la corteza somatosensiti-
va, los núcleos basales, el núcleo rojo y la sustancia
negra. Gran parte de estas proyecciones utilizan el
tracto tegmental central (v. cap. 20) para alcanzar
la formación reticular. Un importante contingente de
aferencias procede de neuronas asentadas en los nú-
cleos de los nervios craneales, sobre todo del núcleo
sensitivo del trigémino. Estas aferencias tienen gran
importancia funcional. No sólo permiten establecer
una serie de reflejos sino que, a través de los nervios
craneales, hacen posible la estimulación de toda la
formación reticular, lo cual tiene importancia clínica.
Aunque los diferentes tipos de aferencias termi-
FIGURA 21-2 nan preferentemente en ciertas zonas de la forma-
Situación de los principales núcleos de la formación reticu- ción reticular, no existen conexiones específicas. Por
lar. En el lado izquierdo, los núcleos se observan por trans- lo general una multitud de fibras aferentes converge
parencia en una visión dorsal del tronco del encéfalo. En el en una sola neurona, produciendo respuestas no es-
lado derecho se muestran cortes transversales de la mitad
pecíficas.
O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

derecha del tronco del encéfalo, a los niveles indicados por


las flechas. En rojo se han representado los núcleos de la
banda medial; en verde los de la banda intermedia; en azul
los de la banda lateral. Eferencias
1 Núcleo central del bulbo. 10 Núcleo reticular de la calota
2 Núcleo reticular lateral protuberancial.
del bulbo. 11 Núcleo parabranquial inferior.
Las eferencias de la formación reticular son a
3 Núcleo oscuro del rafe. 12 Núcleo central superior. menudo difíciles de precisar dado que, en muchos
4 Núcleo pálido del rafe. 13 Núcleo reticular superior casos, se trata de tractos polisinápticos formados
5 Núcleo rafe magno. de la protuberancia.
6 Núcleo gigantocelular. 14 Núcleo parabranquial externo. tanto por fibras directas como cruzadas.
7 Núcleo central del puente. 15 Núcleo rafe dorsal. Las proyecciones descendentes hacia la médula
8 Núcleo rafe protuberancial. 16 Núcleo cuneiforme.
9 Núcleo protuberancial 17 Porción compacta del núcleo espinal están representadas por los tractos reticulo-
inferior. de la calota. espinales, de los cuales uno es medial y otro lateral.
MMEZEJ —secunma PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

« FIGURA 21-3
Trayecto del tracto reticuloespinal me-
dial (ocre). En verde se ha representado
la zona póntica de la banda intermedia
de la formación reticular.
1 Tracto vestibuloespinal lateral.
2 Fasciculo corticoespinal ventral.
3 Tracto vestibuloespinal medial.
4 Fascículo corticoespinal lateral.

»- FIGURA 21-4
Trayecto del tracto reticuloespinal late-
ral (rojo). En verde se ha dibujado la
zona bulbar de la banda intermedia de
la formación reticular.
Tracto reticuloespinal medial.
Hum —

Tracto espinocerebeloso anterior.


Fascículo corticoespinal lateral.
Tracto espinocerebeloso posterior.

e Tracto reticuloespinal medial (fig. 21-3). Se ori- sobre las láminas VIII y IX. Es una vía glicinérgi-
gina en neuronas grandes ubicadas en la banda ca y, por lo tanto, inhibidora.
intermedia a nivel del puente. Los axones son di-
rectos y descienden por el cordón ventral de la Los tractos reticuloespinales actúan, por medio
médula espinal situándose por fuera del tracto de interneuronas, tanto sobre motoneuronas a y y
corticoespinal ventral y por detrás del tracto ves- como sobre neuronas sensitivas del asta posterior.
tibuloespinal medial (fig. 21-3). Terminan princi- Como veremos más adelante, los tractos reticuloes-
palmente en la lámina VIII y en la porción adya- pinales difieren funcionalmente.
cente de la lámina VII de Rexed.
e Tracto reticuloespinal lateral (fig. 21-4). Está * Las proyecciones ascendentes de la formación
formado por cilindroejes directos y cruzados pro- reticular son muy numerosas y terminan en el tá-
cedentes de neuronas localizadas en la banda lamo, especialmente en los núcleos intralamina-
intermedia a nivel bulbar. Descienden por el cor- res, en el hipotálamo, en los núcleos basales y,
dón lateral de la médula espinal, situándose in- de manera difusa, prácticamente en toda la cor-
mediatamente por delante del tracto fascículo la- teza cerebral. La actividad de estas proyecciones
teral. Este tracto termina más dorsalmente que el es fundamental para el mantenimiento de la con-
reticuloespinal medial, ya que lo hace principal- ciencia y constituye el sustrato morfológico de lo
mente sobre la lámina VII y, en menor medida, que se ha denominado sistema de activación re-
21 FORMACIÓN RETICULAR P2EM

ticular ascendente (SARA). Su activación produce Además de las funciones específicas en la regula-
el encendido de la corteza cerebral y, por consi- ción motora, la formación reticular interviene de
guiente, el estado de vigilia. Este término se em- manera indirecta en el movimiento, ya que las acti-
plea en sentido funcional y no morfológico. Gran vidades motoras voluntarias sólo pueden realizarse
parte de las proyecciones ascendentes pertenecen en estado consciente. La formación reticular de-
a los sistemas monoaminérgico y colinérgico, que sempeña un papel decisivo en el mantenimiento de
estudiaremos en el próximo capítulo. la conciencia. Por último, debemos recordar que la
formación reticular y el cerebelo establecen cone-
xiones entre sí, participando de esta manera en el
Mi PAPEL FUNCIONAL DE LA FORMACIÓN control motor cerebeloso.
RETICULAR
Ya hemos señalado que la formación reticular in- Formación reticular y movimientos oculares
terviene en la regulación y control de diferentes fun-
ciones, las más importantes de las cuales son las Algunas zonas de la formación reticular son fun-
funciones motoras, formación reticular y movimien- damentales para el control de los movimientos ocu-
tos oculares, funciones viscerales, funciones sensiti- lares. Básicamente existen dos tipos de movimientos
vas y conciencia. oculares que permiten mantener enfocados los ob-
jetos en ambas fóveas: los movimientos de conver-
gencia y los movimientos conjugados de los ojos.
Funciones motoras En los movimientos de convergencia (v. «Reflejo de
acomodación», cap. 14) los ojos se aproximan a la lí-
La formación reticular regula la actividad de otros nea media, de tal manera que sus ejes convergen.
sistemas motores. Además, es capaz de originar res- Este movimiento tiene lugar cuando observamos ob-
puestas motoras estereotipadas y diversos reflejos. jetos próximos (p. ej., durante la lectura). En los mo-
Los tractos reticuloespinales (banda intermedia) vimientos conjugados, los ojos se desplazan en la
constituyen una especie de vía alternativa al tracto misma dirección y sus ejes son paralelos. El despla-
corticoespinal. Los impulsos motores, originados zamiento puede realizarse horizontalmente (hacia la
tanto en la corteza motora como en otras zonas ce- derecha o hacia la izquierda) o verticalmente (arriba
rebrales, que llegan a la formación reticular, pueden o abajo). En unos casos los movimientos conjugados
descargarse hacia las motoneuronas de la médula es- se realizan de manera rápida, cambiando brusca-
pinal. El tracto reticuloespinal medial está implicado mente el punto de fijación de la mirada: son los de-
en el control de movimientos posturales, facilitando nominados movimientos sacádicos. En otros casos
las motoneuronas que inervan los músculos axiales y se realizan lentamente: son los movimientos de ras-
produciendo respuestas extensoras en los músculos treo o seguimiento, destinados a mantener enfocado
de las extremidades inferiores. Así, su estimulación un objeto móvil sobre las fóveas.
produce respuestas que intentan mantener la postu- Los movimientos horizontales de los ojos son
ra erguida. También es capaz de provocar movi- realizados por los músculos rectos medial y lateral
mientos estereotipados de las extremidades. La esti- (inervados respectivamente por los nervios oculo-
mulación del tracto reticuloespinal lateral provoca motor y abducens). En los movimientos verticales
(O) MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

atonía y parece desempeñar un papel importante en participan los músculos rectos superior e inferior
el sueño REM (rapid eye movements). (inervados por el nervio oculomotor) y los músculos
Las neuronas de la banda lateral, que se extienden oblicuos superior e inferior (inervados respectiva-
desde los núcleos del hipogloso y ambiguo hasta el mente por los nervios troclear y oculomotor). Son
núcleo del facial y el núcleo motor del trigémino, par- elevadores el recto superior y el oblicuo inferior, y
ticipan en la coordinación de las respuestas motoras descensores el recto inferior y el oblicuo superior.
realizadas por las neuronas de estos núcleos. Las más Los movimientos conjugados de los ojos están
importantes son los movimientos de masticación, los controlados por neuronas de la formación reticular,
de la lengua y los labios que se realizan durante la agrupadas en dos «centros» denominados de la «mi-
ingestión de alimentos, y las expresiones emocionales rada horizontal» y de la «mirada vertical». Cada uno
faciales, en especial la sonrisa y el llanto. de ellos es capaz de generar movimientos oculares a
MEE] — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 21-5
Diagrama de las estructuras implicadas
en el control de los movimientos con-
jugados de los ojos. Se ha empleado el
siguiente código de colores: en rosa se
han representado las neuronas del cen-
tro de la mirada vertical; en azul las del e a
centro de la mirada horizontal; en verde
las interneuronas de los núcleos de los N E
nervios craneales Il, IV y VI; en naran- y ——.
ja los campos motores oculares y sus
eferencias hacia el colículo superior y
hacia los centros de la mirada; en ocre MRS
las eferencias del colículo superior para
HI MOI
estos centros. En el lado derecho se in-
dican los músculos que participan en
cada movimiento y su inervación. MOI, A SS
músculo oblicuo inferior; MOS, múscu-
lo oblicuo superior; MRE, músculo rec-
TD “>
to externo; MRI, músculo recto inferior; mi | MRI
MRIn, músculo recto interno;
músculo recto superior.
MRS,
rv | mos

(II) MRIn MRE (VD


>

<D “0
¿4
(VD) MRE MRín (11D)

lo largo de una de estas dos direcciones. El centro y los núcleos del oculomotor y del troclear en el del
de la mirada horizontal se sitúa cerca del núcleo centro de la mirada vertical. Todos estos núcleos tie-
del nervio abducens y corresponde a la banda para- nen motoneuronas cuyos axones inerva las fibras
medial de las porciones pontina y bulbar alta de la de los músculos del globo ocular, e interneuronas,
formación reticular (fig. 21-5). El centro de la mi- cuyos axones, después de cruzarse, terminan en los
rada vertical se localiza en la formación reticular núcleos homólogos del otro lado (fig. 21-5). Estas
mesencefálica próxima al núcleo oculomotor. Los conexiones son excitadoras para las motoneuronas
dos centros de la mirada se conectan de manera si- destinadas a los músculos que realizan el movimien-
milar con los núcleos de los nervios que inervan los to e inhibidoras para los que se oponen a éste. Ade-
músculos que realizan el movimiento en cuestión. más, en el caso del centro de la mirada horizontal,
En ambos casos, los axones de las neuronas reticu- parte de los axones cruzados se incorporan al fas-
lares establecen sinapsis con las neuronas del núcleo cículo longitudinal medial (v. cap. 19) y ascienden
más próximo del mismo lado, es decir, el núcleo ab- para alcanzar el núcleo oculomotor que inerva el
ducens en el caso del centro de la mirada horizontal músculo recto medial contralateral (fig. 21-5). Todas
21 FORMACIÓN RETICULAR PENN

estas conexiones explican que la estimulación uni- plejía internuclear, caracterizada por la incapaci-
lateral del centro de la mirada produzca un despla- dad de dirigir voluntariamente el ojo del lado afec-
zamiento horizontal de los ojos hacia el mismo lado. tado hacia la línea media. Sin embargo, se mantiene
Los centros de la mirada reciben aferencias de la el movimiento de convergencia ocular.
corteza cerebral y del colículo superior. Estas conexio-
nes son muy importantes para iniciar y dirigir con
precisión los movimientos oculares. Las aferencias Funciones viscerales
corticales (fig. 21-5) proceden fundamentalmente del
campo motor ocular frontal, situado en la circunvo- La formación reticular está involucrada en res-
lución frontal media, que controla los movimientos puestas viscerales diversas y en la regulación del sis-
voluntarios de los ojos independientemente de los tema nervioso vegetativo. Ya hemos comentado las
estímulos visuales. La estimulación produce movi- proyecciones ascendentes hacia el hipotálamo, cen-
mientos sacádicos contralaterales. Las aferencias tro vegetativo por excelencia. En este contexto tie-
también provienen del campo motor ocular occipi- nen gran importancia las neuronas de la banda ex-
tal, que controla los movimientos de los ojos ocasio- terna situadas en torno a los núcleos de origen del
nados por estímulos visuales (movimientos de segui- nervio vago. Estas neuronas participan en la coordi-
miento). Los campos motores oculares también se nación de diversos patrones de comportamiento mo-
proyectan sobre el colículo superior. tor estereotipado en relación con las funciones vis-
Como ya sabemos, el colículo superior está forma- cerales del nervio vago. Es el caso de las respuestas
do por seis capas celulares y, además de las aferencias digestivas representadas por la deglución y el vómi-
corticales, recibe aferencias visuales, acústicas y so- to, de actividades respiratorias (regulación del ritmo
matoestésicas. Por otro lado, el colículo superior en- respiratorio, el estornudo, la tos o el hipo) y de res-
vía eferencias cruzadas a los centros de la mirada. En puestas cardiovasculares (reflejos barorreceptores y
el colículo superior se integra toda esta información, control del ritmo cardíaco).
de tal manera que contiene mapas topográficos su- Es frecuente designar estas neuronas como «cen-
perpuestos del espacio visual, sonoro y de la superfi- tros» vitales (respiratorio, cardíaco, etc.). Sin em-
cie corporal. Así, la estimulación de un punto con- bargo, no pueden considerarse como tales; se trata
creto del colículo superior produce un movimiento simplemente de neuronas de la formación reticular
ocular conjugado en una dirección, de amplitud de- con funciones específicas.
terminada y precisa.
La parálisis de los movimientos conjugados de
los ojos es siempre supranuclear y no se acompaña Funciones sensitivas
de diplopía (visión doble). Existen dos zonas clave de
posibles lesiones: el fascículo longitudinal medial y La formación reticular regula la transmisión de la
el colículo superior. Las lesiones de este último son información sensitiva por los tractos ascendentes,
con frecuencia debidas a tumores del cuerpo pineal. modulando la actividad de los relés neuronales. Ya
La lesión unilateral del campo ocular frontal ocasio- hemos señalado que los tractos reticuloespinales ter-
na incapacidad de realizar movimientos sacádicos minan por medio de interneuronas sobre las neu-
hacia el lado opuesto. Un hecho característico es que ronas del asta posterior. Esto parece de gran impor-
la mirada conjugada horizontal se dirige hacia el tancia en la regulación de la percepción del dolor.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

lado de la lesión. Por lo general, la incapacidad es En este sentido, el tracto reticuloespinal lateral de-
transitoria. La lesión del colículo superior modifica sempeñaría un papel especial, ya que su estimulación
la precisión, frecuencia y velocidad de los movimien- produce la inhibición de la información dolorosa.
tos sacádicos. Sin embargo, esta deficiencia suele
mejorar con el tiempo. Se conoce con el nombre de
síndrome de Parinaud la parálisis de la mirada ver- Consciencia
tical, con parálisis de la convergencia. A menudo se
debe a tumores del cuerpo pineal que comprimen la El concepto de consciencia es difícil de establecer
porción del mesencéfalo donde se sitúa el centro de en términos objetivos. Podemos decir que es el co-
(O) MASSON,

estos movimientos. La lesión unilateral del fascículo nocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mis-
longitudinal medial da lugar a la llamada oftalmo- mo, de sus actos y de sus reflexiones, y de cuál es el
FEF — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA 3

lugar que ocupa en relación con el medio que le ro- El nivel de consciencia representa la suma de
dea. En condiciones normales, el nivel de conscien- toda la actividad de la corteza cerebral y de las in-
cia oscila entre la vigilia y el sueño. teracciones de la corteza con el tálamo. La forma-
La vigilia se caracteriza porque el electroencefa- ción reticular es, por medio del SARA, responsable
lograma (EEG) está desincronizado; es decir, mues- de la regulación y modulación de la ritmicidad de
tra un patrón de actividad eléctrica rápida (mayor las interacciones entre el tálamo y la corteza cere-
de 20 Hz) y de bajo voltaje. Además, el individuo es bral y, por lo tanto, desempeña un papel decisivo en
capaz de captar información del medio ambiente y la oscilación vigilia-sueño. La lesión del SARA, que
de responder de forma adecuada a dicha informa- se produce en las secciones transversales del tronco
ción. Durante el sueño, el EEG muestra un trazado del encéfalo por encima del colículo inferior, pro-
sincrónico que se caracteriza por una actividad eléc- duce el coma, que es un estado de pérdida de la
trica lenta de alto voltaje. Durante el sueño, hay conciencia con incapacidad para responder a los
períodos en que el EEG se desincroniza. En estas estímulos externos,
fases se producen movimientos oculares rápidos. Todo lo señalado anteriormente indica la gran
Durante los períodos de desincronización, denomi- importancia funcional y clínica de la formación re-
nados de sueño REM, se producen las imágenes oní- ticular, que estudiaremos con más detalle en el pró-
ricas que conocemos como ensoñación. ximo capítulo.
CAPÍTULO 22

Sistemas neuroquímicos moduladores de la actividad


del sistema nervioso central

Hi CONCEPTOS GENERALES una cascada de segundos mensajeros. El neuro-


transmisor es el primer mensajero, y actúa unién-
La sistematización de los tractos nerviosos se dose a un receptor (generalmente unido a una pro-
realiza en la mayor parte de los casos teniendo en teína G) que activa un transductor. Este último
cuenta las características morfológicas de las neu- controla la actividad de un efector primario, lo que
ronas, la topografía y las conexiones que establecen produce un segundo mensajero. Éste, a su vez, actúa
los axones que los forman. Sin embargo, la siste- sobre un segundo efector. La cascada puede detener-
matización de una vía también puede establecerse se en cualquier punto de acuerdo con el receptor y el
teniendo en cuenta el neurotransmisor que utilizan tipo neuronal. Ya hemos señalado (v. cap. 1) que la
las neuronas y, consecuentemente, la respuesta que cascada de segundos mensajeros puede, además de
las neuronas presentan a los fármacos neuroacti- producir efectos sobre los canales iónicos, modificar
vos. Ya sabemos que la mayoría de las neuronas del profundamente la síntesis proteica neuronal al ac-
SNC humano se comunican entre sí liberando men- tuar sobre la actividad de los genes. Ello explica la
sajeros químicos, denominados neurotransmisores. acción compleja que los neurotransmisores modula-
Una neurona puede liberar más de un neurotrans- dores ejercen sobre el metabolismo y el trofismo de
misor; en tal caso se denominan cotransmisores. las neuronas sobre las que actúan. Los neurotrans-
Aunque hoy día se conoce un gran número de mo- misores moduladores suelen liberarse en lugares del
léculas que actúan como neurotransmisores, toda- axón en los que no existen sinapsis típicas, por ejem-
vía se ignoran el tipo de neurotransmisor y los re- plo a nivel de cualquiera de sus muchas varicosida-
ceptores presentes en muchas sinapsis. des. De esta manera se crean a lo largo del axón una
En el capítulo 1 hemos expuesto los conceptos especie de «microlagos» del modulador, que pueden
básicos sobre los neurotransmisores, por lo que úni- influenciar la actividad funcional de las neuronas
camente haremos aquí algunas matizaciones. Una próximas siempre que éstas tengan los receptores
misma molécula puede actuar como neurotransmi-
lO,

adecuados.
sor típico o como neurotransmisor modulador. Se La presencia de neurotransmisores puede poner-
nun

denominan así las moléculas, generalmente de pe- se de manifiesto en el tejido nervioso empleando mé-
queño tamaño, liberadas presinápticamente, que se todos diversos: la fluorescencia, el uso de anticuer-
unen a los receptores postsinápticos sin producir pos marcados, determinaciones químicas, etc. Todos
una corriente iónica de forma inmediata. Su papel estos métodos tienen el inconveniente de que sólo
es modificar la actividad de otros neurotransmiso- pueden realizarse post mortem, por lo que se utilizan
res, produciendo como resultado final la activación fundamentalmente en investigación con animales.
o desactivación de corrientes iónicas. Los neuro- En la actualidad, la tomografía por emisión de
transmisores moduladores producen efectos postsi- positrones (TEP) permite estudiar la distribución,
nápticos lentos y de larga duración, ya que se unen a concentración y dinámica de los neurotransmisores
receptores metabotrópicos y actúan por medio de del SNC en sujetos vivos. El único inconveniente de
METZÍ — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

esta técnica es que es un procedimiento muy caro, Por otra parte, conviene aclarar algunos aspectos
asequible únicamente a centros con un alto nivel de la terminología utilizada en el estudio de los sis-
tecnológico. La aplicación de la TEP a la explora- temas neuroquímicos del SNC. Existe cierta dificul-
ción de los enfermos neurológicos y psiquiátricos tad para designar los núcleos de estos sistemas por-
está revolucionando el conocimiento del SNC y la que los núcleos definidos por medio de las técnicas
comprensión de la patogenia de las enfermedades morfológicas tradicionales no coinciden de manera
del sistema nervioso. exacta con los delimitados atendiendo al tipo de neu-
En este capítulo analizaremos algunos sistemas rotransmisor. Para obviar este inconveniente se ha
neuroquímicos cuyo neurotransmisor actúa funda- empleado una nomenclatura basada en la utilización
mentalmente a la manera de un modulador, regu- de letras y números. La letra designa el neurotrans-
lando la actividad del SNC. Gran parte de las neuro- misor y el número indica la situación del núcleo en
nas de estos sistemas pertenecen a la formación dirección caudocraneal. La numeración del núcleo
reticular. Su conocimiento tiene gran importancia es más baja cuanto más caudal es su posición.
funcional y clínica porque sus lesiones constituyen
el sustrato de enfermedades tratables con fármacos
que actúan directamente sobre el neurotransmisor o 3 SISTEMAS MONOAMINÉRGICOS
sobre sus receptores.
Las neuronas de estos sistemas tienen como ca- Se denominan sistemas monoaminérgicos aque-
racterística común poseer un axón de gran longi- llos que producen neurotransmisores que son ami-
tud, no mielinizado, con numerosas varicosidades nas biógenas, o monoaminas de pequeño tamaño,
(fig. 22-1) y profusamente ramificado. Se han des- derivadas de aminoácidos. Se distinguen dos gran-
crito casos en que una sola neurona proporciona a la des grupos de neurotransmisores de este tipo.
vez terminaciones para la médula espinal, el cerebe- Los componentes del primer grupo derivan del
lo y el cerebro. aminoácido tirosina y contienen el núcleo químico
catecol; de ahí su denominación de catecolaminas.
Las más importantes son la noradrenalina, la adrena-
lina y la dopamina. Las catecolaminas son recapta-
das por las neuronas o por las células eliales, elimi-
nándose así del medio extracelular. Las enzimas
implicadas en su catabolismo son la monoaminooxi-
dasa (MAO) y la catecol-O-metiltransferasa (COMT),
ambas presentes en las terminaciones nerviosas ca-
tecolaminérgicas. Estas enzimas tienen un gran inte-
rés médico porque sobre ellas actúan diferentes fár-
macos. El segundo grupo de neurotransmisores está
representado por la serotonina, que deriva del ami-
noácido triptófano.

Sistema noradrenérgico

GRUPOS NEURONALES

Se han descrito siete grupos neuronales que sin-


tetizan noradrenalina. Son los grupos Al a A7, que
se sitúan en el tegmento del bulbo y del puente.
Estos grupos forman dos columnas, una dorsal y
Ls otra ventral.
FIGURA 22-1 Los tres primeros grupos (A1-A3) se ubican en el
Grupo de neuronas monoaminérgicas humanas. Los axones bulbo (fig. 22-2), en las proximidades del núcleo am-
presentan numerosas varicosidades (flechas). biguo (A1) y de los núcleos solitario y dorsal del ner-
22 SISTEMAS NEUROQUÍMICOS MODULADORES DE LA ACTIVIDAD DEL SISTEMA NERVIOSO.CENTRAL PER

FIGURA 22-2
Sistema noradrenérgico. En verde os-
curo se ha dibujado el tracto noradre-
nérgico dorsal; en rojo el tracto nor-
adrenérgico tegmental ventral; en azul
el tracto caeruleoespinal ventral; en
verde claro el tracto caeruleocerebelo-
so. El manguito gris en torno al acue-
ducto del mesencéfalo representa la
sustancia gris central del mesencéfalo.
1 Tracto noradrenérgico bulboespinal
anterior.
Tracto noradrenérgico bulboespinal

Nm
dorsolateral.
Núcleo dorsal del vago.
Grupo Al.

00-004
Grupo A2.
Grupo AS.
Grupo A7.
Grupo A6.
Núcleos del cerebelo.
10 Cuerpo amigdalino.
11 Circunvolución del hipocampo.
12 Bulbo olfatorio.

vio vago (A3). La existencia del grupo A3 no se ha es- res discurriendo por el cordón anterolateral. Ter-
tablecido en el ser humano de manera clara. Los mina en las tres astas de la médula espinal, donde
grupos A4-A7 (fig. 22-2) se sitúan en el puente. El suministra un importante contingente de fibras
más importante de todos ellos es el grupo A6, que a las neuronas preganglionares parasimpáticas de
coincide aproximadamente con el locus caeruleus. los segmentos sacros.
Tracto caeruleocerebeloso (fig. 22-2). Está des-
tinado al cerebelo. Penetra en el cerebelo a través
EFERENCIAS del pedúnculo cerebeloso superior. Termina en los
núcleos y en la corteza cerebelosa. Estas fibras son
Todos los grupos neuronales noradrenérgicos atípicas ya que no se comportan ni como fibras
dan lugar a fibras profusamente ramificadas, mu- trepadoras ni como fibras musgosas, sino como
chas de las cuales terminan asociadas a las arterio- proyecciones difusas.
las y capilares cerebrales. Esto sugiere que el siste- Tracto noradrenérgico tegmental dorsal
ma noradrenérgico puede controlar el riego cerebral (fig. 22-2). Está destinado al telencéfalo. Sus fi-
y actuar así de manera difusa sobre todo el SNC, bras ascienden por el tegmento mesencefálico
El grupo A6 (fig. 22-2) es la clave del sistema no- discurriendo por el fascículo longitudinal dorsal,
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

radrenérgico. De este grupo nacen tres tractos desti- o por el tracto tegmental central, hasta alcanzar
nados a la médula espinal, el cerebelo y el cerebro. el hipotálamo. Llegado a esta región, el tracto
Son los tractos caeruleoespinal ventral, caeruleo- atraviesa el hipotálamo formando parte del fas-
cerebeloso y noradrenérgico tegmental dorsal. cículo prosencefálico medial y alcanza la circun-
volución paraterminal. Después se incurva hacia
e Tracto caeruleoespinal ventral (fig. 22-2). Está arriba y hacia atrás y, siguiendo la circunvolución
destinado a la médula espinal. En su curso des- del cíngulo, termina en la circunvolución del hi-
cendente por el bulbo suministra colaterales a los pocampo. El tracto noradrenérgico tegmental
núcleos situados en esta zona, especialmente al dorsal suministra numerosas terminaciones des-
( MASSON,

núcleo dorsal del nervio vago y a la oliva inferior. tinadas a la sustancia gris central del mesencéfa-
Desciende hasta los últimos segmentos medula- lo, a los colículos superiores e inferiores, a los nú-
PET seGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

cleos talámicos y a la práctica totalidad de la cor- terviene en la modulación de importantes funciones


teza cerebral (fig. 22-2). Estas últimas termina- del SNC. El locus caeruleus participa, por medio de
ciones son difusas y se realizan con mayor densi- sus proyecciones, en la regulación del ciclo sueño-vi-
dad sobre la corteza somatosensorial. gilia. Sus neuronas muestran escasa actividad eléc-
El fascículo prosencefálico medial es un trica durante el sueño, se activan en la vigilia y al-
tracto grueso que agrupa la mayor parte de las canzan su máxima actividad en aquellas situaciones
proyecciones ascendentes de los sistemas monoa- en que se requiere una gran atención, como las de
minérgicos. Se extiende entre el tegmento mesen- sobresalto o alarma.
cefálico y la porción anterior del cerebro límbico Parece que el sistema noradrenérgico interviene
(cuerpo amigdalino, núcleos septales, circunvolu- también en la modulación de los estados de ánimo.
ción paraterminal, área olfatoria anterior) y atra- El aumento de los niveles de noradrenalina en este
viesa la región lateral del hipotálamo (v. cap 23). sistema induce en el sujeto un estado de exaltación e
Además de ser un sistema de conexión entre el incluso de manía. Por el contrario, cuando los nive-
troncoencéfalo y el telencéfalo, permite que los les de noradrenalina descienden, el sujeto puede en-
núcleos del hipotálamo reciban aferencias direc- trar en depresión. Los efectos de una serie de fár-
tas de los sistemas monoaminérgicos. macos que modifican los niveles de noradrenalina
en el SNC apoyan esta interpretación. Así, la admi-
Los restantes grupos noradrenérgicos proporcio- nistración de mescalina (similar a la noradrenalina),
nan aferencias para el cerebro, a través del tracto
de inhibidores de la MAO como la fenalcina, o de co-
noradrenérgico tegmental ventral, y para la mé- caína, que inhibe la recaptación del neurotransmi-
dula espinal, a través de los tractos noradrenérgi- sor, provocan un estado de exaltación y euforia. Ade-
cos bulboespinales anterior y dorsolateral.
más del sistema noradrenérgico, otros sistemas
e El tracto noradrenérgico tegmental ventral monoaminérgicos modulan los estados de ánimo.
(fig. 22-2) asciende hacia el hipotálamo siguiendo Hay que tener en cuenta que la expresión emocio-
un trayecto similar al tracto dorsal, es decir, for- nal es una función compleja en que intervienen sis-
mando parte primero del tracto tegmental cen- temas diferentes que interactúan entre sí.
tral y, después, del fascículo prosencefálico me- Las proyecciones noradrenérgicas que alcanzan la
dial. Proporciona terminaciones a la sustancia médula espinal modulan la transmisión de la infor-
gris central del mesencéfalo, a los núcleos hipota- mación sensitiva y motora, disminuyendo el umbral
lámicos y al bulbo olfatorio. Los tractos noradre- de los receptores periféricos y aumentando la activi-
nérgicos tegmentales ventral y dorsal se diferen- dad de las neuronas motoras y vegetativas. Las ter-
cian no sólo por su origen sino también por sus minaciones noradrenérgicas para el hipotálamo mo-
conexiones. El primero suministra terminaciones dulan funciones cardiovasculares y endocrinas.
al hipotálamo, mientras que el segundo inerva el
tálamo y la corteza cerebral.
e Los tractos noradrenérgicos bulboespinales Sistema dopaminérgico
anterior y dorsolateral (fig. 22-2) están formados
por fibras descendentes. El tracto anterior discu- GRUPOS NEURONALES
rre por el cordón anterior de la médula y termina
en las motoneuronas del asta anterior. El tracto Las primeras técnicas (histofluorescencia) utili-
dorsolateral desciende por la zona dorsal del cor- zadas en la localización de neurotransmisores no
dón lateral de la médula, terminando sobre las permitían establecer una separación clara entre la
neuronas simpáticas de la columna intermediolate- noradrenalina y la dopamina. Así, los grupos neuro-
ral y sobre las neuronas de la sustancia gelatinosa. nales dopaminérgicos se consideraron inicialmente
grupos noradrenérgicos situados en posición cra-
neal. A esta falta de discriminación deben su deno-
PAPEL FUNCIONAL DEL SISTEMA NORADRENÉRGICO minación actual. Se han descrito diez grupos neu-
ronales dopaminérgicos (A8-A17), la mayor parte de
Las funciones del sistema noradrenérgico no se los cuales no pertenecen a la formación reticular.
conocen con precisión. Sin embargo, los datos ex- Los grupos A8-A10 son los más importantes.
perimentales y clínicos indican que este sistema in- Forman la porción compacta de la sustancia negra y
22 SISTEMAS NEUROQUÍMICOS MODULADORES DE LA ACTIVIDAD DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

FIGURA 22-3
Sistema dopaminérgico. Se ha elimi-
nado el tálamo para poder observar el
núcleo caudado y el putamen (rosa)
desde el plano medial. En rojo se ha
dibujado el sistema nigroestriatal; en
azul el sistema dopaminérgico meso-
límbico y terminaciones; en verde el
sistema dopaminérgico mesofrontal y
la porción anterior de la corteza cere-
bral; en ocre el sistema dopaminérgico
tuberoinfundibular.
1 Grupo A9.
Grupo A8.
Grupo A10.

0420mN
Grupos A12 y 14.
Cuerpo amigdalino.
Grupo A15.

0
Grupo A16.

las neuronas próximas a ésta. Los grupos A11-A13 + Sistema dopaminérgico mesofrontal (fig. 22-3).
se localizan en la porción dorsal del hipotálamo Se origina en el grupo A/0. Después de seguir un
y en la zona tuberoinfundibular. El grupo A15 se trayecto similar al del sistema mesolímbico, ter-
ubica en el tubérculo olfatorio, y el grupo A16 en el mina en la porción anterior de la corteza frontal.
bulbo olfatorio (fig. 22-3). El grupo A17 se sitúa en A diferencia de las del sistema noradrenérgico,
la retina. estas proyecciones constituyen campos densos y
bien delimitados en la corteza cerebral.
e Sistema dopaminérgico tuberoinfundibular
EFERENCIAS (fig. 22-3). Está formado por fibras que emergen
de los grupos A12 y A14, situados en la pared ex-
Las proyecciones eferentes del sistema dopami- terna del HI ventrículo. Las fibras, después de pa-
nérgico forman cuatro tractos o sistemas principales: sar por el infundíbulo, llegan a la hipófisis. En su
trayecto proporcionan terminaciones a las neuro-
e Sistema nigroestriatal (fig. 22-3). Es la eferen- nas secretoras de factores liberadores y a los tani-
O MASSON, S.A. Fotocoplar sin autorización es un delito,

cia más importante desde el punto de vista fun- citos situados en la pared lateral del MI ventrículo.
cional (v. cap. 18). Se origina en los grupos A8 y
A9. Las fibras ascienden lateralmente al hipotála-
mo y, después de atravesar la cápsula interna, ter- PAPEL FUNCIONAL DEL SISTEMA DOPAMINÉRGICO
minan en el núcleo caudado y en el putamen.
e Sistema dopaminérgico mesolímbico (fig. 22-3). Las principales funciones que se han asignado al
Las fibras parten del grupo A/0, ascienden me- sistema dopaminérgico son:
dialmente al sistema nigroestriatal, formando
parte del fascículo prosencefálico medial, y se «+ Intervenir, por medio del sistema nigroestriatal, en
proyectan sobre gran parte de las estructuras del el control y regulación de la actividad motora y
lóbulo límbico. en la coordinación de los movimientos (v. cap. 18).
MEE] stcunDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA
FIGURA 22-4
Sistema serotoninérgico. En rojo se ha
representado el tracto serotoninérgico
ventral ascendente; en verde el tracto
serotoninérgico cerebeloso; en azul el
tracto serotoninérgico bulboespinal.
1 Haz rafeespinal ventral.
Haz rafeespinal lateral.
420mN

Grupo B1.
Grupo B2.
Grupo B3.
00

Grupos B4-B6.
Grupos B7-B9.
Núcleo caudado.
o

e Participar, a través de los sistemas mesolímbico e Elsistema tuberoinfundibular interviene en la re-


y mesofrontal, en la motivación y la cognición. gulación neuroendocrina del hipotálamo y, en es-
Así, las alteraciones del sistema dopaminérgico pecial, en el control de la secreción de prolactina.
parecen desempeñar un papel importante en al-
gunas enfermedades mentales y, muy especial-
mente, en la esquizofrenia. La esquizofrenia Sistema serotoninérgico
se manifiesta por alteraciones en los procesos
cognitivos y sensitivos, cursando con signos po- GRUPOS NEURONALES
sitivos y negativos. Los principales signos positi-
vos son las alucinaciones, las ilusiones y la agi- Los grupos neuronales serotoninérgicos (B1-B9)
tación psicomotora, que parecen deberse a un coinciden con los núcleos del rafe de la formación
exceso de la transmisión dopaminérgica en el reticular (fig. 22-4). Los tres primeros grupos neu-
cerebro límbico causado por alteraciones del ronales (B1-B3) se localizan en el bulbo, los tres si-
sistema mesolímbico. Los signos negativos son guientes (B4-B6) en la protuberancia y los tres últi-
abstinencia social, incomunicación y falta de mos (B7-B9) en el mesencéfalo.
iniciativa social. Parecen deberse a deficiencias
en el funcionamiento del lóbulo frontal por falta
de actividad dopaminérgica en el sistema do- EFERENCIAS
paminérgico mesofrontal. El tratamiento de la
esquizofrenia se basa en la administración de Las eferencias del sistema son muy extensas y
fármacos antagonistas de los receptores de do- proporcionan terminaciones a casi todas las estruc-
pamina D.. turas del SNC. Las más importantes son:
e El sistema mesolímbico parece estimular las
sensaciones de tipo placentero. Algunas dro- e Tracto serotoninérgico bulboespinal (fig. 22-4).
gas activan el sistema y provocan la liberación Nace en los grupos B1-B3. Desciende por el bulbo
de dopamina, lo cual favorece el consumo y la dividiéndose en dos haces destinados a la médula
adicción. espinal: los haces rafeespinales lateral y ventral.
22 SISTEMAS NEUROQUÍMICOS MODULADORES DE LA ACTIVIDAD DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL PEXIH

e El haz rafeespinal lateral desciende por el cordón sensiblemente con fármacos que actúan sobre es-
lateral, inmediatamente por fuera del tracto cor- tos receptores.
ticoespinal lateral. Termina en el asta posterior e Los niveles de serotonina desempeñan un papel
sobre las láminas I, II y V. muy importante en las alteraciones de los estados
e El haz rafeespinal ventral discurre por la porción de ánimo, relacionándose muy especialmente
medial del cordón anterior. Termina en el asta an- con la depresión. Esta enfermedad se caracteri-
terior sobre las láminas VII y IX. za por pérdida de apetito, sensación de inutili-
e Tracto serotoninérgico cerebeloso (fig. 22-4). dad y culpa, insomnio e incapacidad para ex-
Nace de los grupos neuronales B5 y B6. Penetra perimentar placer. La mayoría de los fármacos
en el cerebelo por medio del pedúnculo cerebelo- antidepresivos actúan incrementando los nive-
so medio y termina en los núcleos y en la corteza les de serotonina.
cerebelosa. e Modula el nivel general de actividad del SNC, por
e Tracto serotoninérgico ventral ascendente lo que interviene en el ritmo sueño-vigilia. La des-
(fig. 22-4). Se origina en los grupos neuronales trucción de los núcleos del rafe, o la inhibición de
B6 y BS. Es un tracto grueso. Asciende al tronco la producción de serotonina, da lugar a insom-
del encéfalo, formando parte del tracto tegmental nio persistente. Por el contrario, su estimulación
central, y penetra en el hipotálamo discurriendo produce un sueño profundo.
hacia delante en el fascículo prosencefálico me- e El haz rafeespinal lateral forma parte del siste-
dial. El tracto suministra terminaciones a la sus- ma descendente que controla la transmisión del
tancia negra, hipotálamo, tálamo, núcleos basa- dolor (v. cap. 12).
les, bulbo olfatorio, lóbulo límbico y neocórtex. El e Las neuronas preganglionares simpáticas de la
número de terminaciones es mayor en las áreas médula espinal reciben aferencias serotoninérgi-
sensoriales y en la corteza límbica. cas a través del haz rafeespinal lateral. De esta
manera se modulan las funciones cardiovascu-
lares.
PAPEL FUNCIONAL DEL SISTEMA SEROTONINÉRGICO e El haz rafeespinal ventral proporciona termina-
ciones a las motoneuronas espinales, producien-
Las funciones del sistema serotoninérgico, como do su facilitación.
las de otros sistemas, dependen de las estructuras
del SNC sobre las que se proyecta y del tipo de
receptores serotoninérgicos presentes en esas es- 1 SISTEMA COLINÉRGICO
tructuras. Existen numerosos receptores para la
serotonina que difieren en su localización en el La acetilcolina fue el primer neurotransmisor
SNC, en los sistemas de segundos mensajeros y en que se descubrió. Se libera tanto en el sistema ner-
las secuencias de aminoácidos. Se clasifican des- vioso periférico, a nivel de las uniones neuromuscu-
de el 5-HT1 hasta el 5-HT7, y algunos se dividen en lares y en los ganglios vegetativos, como en el SNC.
subtipos que se designan por una letra. El conoci- Es una molécula pequeña que se sintetiza en las ter-
miento de estos receptores es fundamental para el minaciones presinápticas a partir de la acetil coenzi-
desarrollo de fármacos agonistas y antagonistas ma A y la colina, utilizando como catalizador la coli-
para cada receptor. na acetiltransferasa. La presencia de esta enzima se
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Las funciones en las que interviene el sistema se- considera un marcador de las neuronas pertenecien-
rotoninérgico se resumen en los siguientes puntos: tes al sistema colinérgico. La acetilcolina se destruye
extracelularmente por medio de la enzima acetilcoli-
e Media la expresión emocional. La serotonina mo- nesterasa.
dula la neurotransmisión dopaminérgica. Algu- En el SNC se han descrito seis grupos neurona-
nas neuronas dopaminérgicas también tienen re- les colinérgicos (Ch1-Ch6), aunque también existen
ceptores de serotonina, por lo que su activación neuronas colinérgicas dispersas. Los grupos Ch1 y
induce la liberación de dopamina. Se cree que Ch2 forman parte de los núcleos septales y saminis-
gran parte de los signos negativos de la esquizo- tran terminaciones al hipocampo. El grupo Ch3 se
frenia se deben a alteraciones de los sistemas se- encuentra en la sustancia perforada anterior y se pro-
rotoninérgicos; de ahí que los enfermos mejoren yecta sobre el bulbo olfatorio.
EZ] — stcuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

El grupo Ch4 se ubica en el núcleo basal mag- del SARA, actúa sobre la corteza cerebral de ma-
nocelular de Meynert, que es uno de los más im- nera indirecta, a través de la modulación de la ac-
portantes del sistema. Este núcleo se localiza cerca tividad de los núcleos talámicos. En segundo lu-
de la sustancia perforada anterior y del cuerpo gar, activa la corteza cerebral directamente gracias
amigdalino, en continuación con el cuerpo estriado a las terminaciones corticales de las fibras que
y el claustro, en la llamada «sustancia innominada». surgen del núcleo basal magnocelular de Meynert.
De él salen dos fascículos: los tractos colinérgicos La importancia del sistema colinérgico en la
medial y lateral, que terminan en el cuerpo amig- activación de la corteza cerebral se pone de ma-
dalino y en toda la corteza cerebral. nifiesto por el hecho de que otros sistemas neu-
roquímicos (noradrenérgico y dopaminérgico),
e El tracto colinérgico medial se introduce en la que también modulan la actividad cortical, lo
sustancia blanca de la circunvolución recta, se in- hacen fundamentalmente controlando la libera-
curva sobre el rostro del cuerpo calloso y sigue la ción de acetilcolina en las terminaciones corti-
circunvolución del cíngulo hasta llegar al lóbulo cales de las neuronas colinérgicas. Así, el siste-
occipital, ma colinérgico, además de su función propia
e El tracto colinérgico lateral se divide en varios e independiente sobre la activación cortical, ac-
fascículos que discurren por la cápsula externa, túa como una vía final común a través de la cual
el fascículo uncinado y el claustro. otros sistemas modulan la actividad cortical.
Las neuronas colinérgicas tienen frecuencias ele-
Los grupos Ch5 y Ché se sitúan en el tronco del vadas de descarga en la fase de movimientos rá-
encéfalo, en la unión entre el puente y el mesencéfa- pidos de los ojos (REM, rapid eye movement) del
lo. Pertenecen a la banda lateral de la formación re- sueño, encontrándose silentes en las fases no
ticular. Sus neuronas proporcionan fibras ascenden- REM. Son responsables de la sincronización del
tes que terminan en el tálamo, constituyendo un electroencefalograma (EEG), de los movimientos
importante componente del sistema activador reticu- rápidos de los ojos, de las ondas pontogeniculo-
lar ascendente (SARA). occipitales que ocasionan las imágenes oníricas y
de la atonía muscular profunda que se produce
en el sueño REM.
Papel funcional del sistema colinérgico El sistema colinérgico parece estar implicado en
distintos aspectos del comportamiento y, muy es-
El sistema colinérgico interviene en las siguientes pecialmente, en la memoria. Las modificaciones
funciones: de este sistema durante el envejecimiento se han
involucrado en el desarrollo de la demencia de
e Tiene un papel decisivo en el ciclo sueño-vigilia. Alzheimer, enfermedad que se caracteriza por la
Su estimulación produce la activación de la cor- pérdida crónica de la memoria y el desarrollo de
teza cerebral por dos mecanismos diferentes. En alteraciones cognitivas que modifican profunda-
primer lugar, al tratarse de un componente clave mente la actividad social y laboral del sujeto.
CAPÍTULO 23

Anatomía funcional del lóbulo límbico y del hipotálamo:


bases morfológicas de las emociones, la memoria
y el control vegetativo. Control de los ritmos biológicos

En los capítulos 5 y 6 hemos descrito la morfolo- Como hemos señalado en el capítulo anterior, los
gía macroscópica del hipotálamo y del lóbulo límbi- sistemas monoaminérgicos y colinérgicos propor-
co. En el presente capítulo estudiaremos las cone- cionan al lóbulo límbico, y especialmente a las tres
xiones y el papel funcional de estas dos porciones zonas cardinales, numerosas aferencias que actúan
del SNC. modulando su actividad.
Recordemos que el lóbulo límbico pertenece al
telencéfalo y que el hipotálamo es parte del diencé-
falo. Aunque estas estructuras pertenecen a regiones Conexiones de la formación hipocampal
diferentes del SNC, se encuentran relacionadas de
manera muy estrecha tanto morfológica como fun- AFERENCIAS
cionalmente. El lóbulo límbico constituye el sustra-
to morfológico de las emociones. Más adelante ve- La formación hipocampal recibe información de
remos que las emociones, además de tener un casi todos los tipos de sensibilidad a través de afe-
componente subjetivo, se expresan tanto por medio rencias que proceden tanto de neuronas subcorti-
del aparato locomotor (risa, llanto, etc.) como por cales como corticales. Las aferencias subcorticales
medio de los sistemas nerviosos vegetativo y endo- provienen principalmente de los núcleos septales,
crino, que se hallan gobernados por el hipotálamo. del hipotálamo posterior, del cuerpo amigdalino
La estrecha relación existente entre ambas estructu- y del claustro. Las aferencias corticales proceden de
ras justifica que estudiemos sus conexiones y sus las áreas olfatorias, de la circunvolución del cíngu-
funciones dentro del mismo capítulo. lo, de la ínsula, del córtex orbitofrontal y de la cir-
cunvolución del hipocampo. La mayor parte de los
axones llegan a la formación hipocampal a través
Mi CONEXIONES DEL LÓBULO LÍMBICO del fórnix.
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En el lóbulo límbico se pueden distinguir, aten-


diendo a las conexiones y a la función, tres zonas car- EFERENCIAS
dinales: a) la formación hipocampal; b) el cuerpo amig-
dalino, y c) los núcleos septales. La mayor parte de las La eferencia más importante de la formación hi-
conexiones que establecen estas zonas cardinales son pocampal está constituida por el circuito de Papez
de sentido doble. Por motivos didácticos describi- (fig. 23-1). Este circuito constituye además un tracto
remos los haces nerviosos que conectan las zonas que conecta diferentes componentes del lóbulo lím-
cardinales como conexiones eferentes. Sin embargo, bico entre sí, actuando como unificador de todos
debemos tener presente que los mismos haces son ellos. Generalmente se considera que el circuito de
(O MASSON,

aprovechados por las fibras aferentes para aportar la Papez contiene fibras que discurren tanto en sentido
información procedente de otras zonas del SNC. aferente como eferente.
DETF] — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 23-1
Eferencias de la formación del hipo-
campo y del cuerpo amigdalino. He-
misferio cerebral derecho visto por su
cara medial. En rojo se ha representado
el circuito de Papez; en verde la vía
amigdalina ventral.
1 Circunvolución dentada.
Fimbria.
3 Pilar del fórnix.
4 Núcleo medial dorsal del tálamo.
5 Cíngulo.
6 Radiaciones talámicas.
7 Núcleo anterior del tálamo.
8 Fascículo mamilotalámico.
9 Cuerpo mamilar.
10 Fibras pre y poscomisurales.
11 Núcleos septales.
12 Cuerpo amigdalino.

FIGURA 23-2
Disección (método de Ludwing y Klin-
gler) de la cara medial del hemisferio
cerebral derecho en la que pueden ob-
servarse las conexiones del lóbulo lím-
bico. El cíngulo ha sido eliminado.
1 Cuerpo mamilar.
Fibras poscomisurales.
3 Fibras precomisurales.
4 Comisura anterior.
5 Cabeza núcleo caudado.
6 Estría terminal.
7 Núcleo anterior del tálamo.
8 Fascículo mamilotalámico.
9 Fascículo mamilotegmental.
10 Esplenio del cuerpo calloso.
11 Radiaciones talámicas centrales.
12 Radiaciones talámicas anteriores.

Por motivos didácticos consideraremos que el cir- ría del subiculum y terminan en los núcleos del cuer-
cuito comienza con los axones que proceden del hi- po mamilar. Las neuronas del cuerpo mamilar dan
pocampo y, muy especialmente, del subiculum de la lugar al fascículo mamilotalámico (figs. 23-1 y 23-2),
circunvolución parahipocampal. Todos estos axones que atraviesa el hipotálamo hacia arriba para termi-
forman primero el álveo y luego la fimbria (fig. 23-1). nar en el núcleo anterior del tálamo. Las neuronas ta-
La fimbria se continúa hacia atrás con el pilar y el lámicas proporcionan los cilindroejes que forman
cuerpo del fórnix, de modo que las fibras llegan a la las radiaciones talámicas anteriores (fig. 23-2). Estos
columna. A nivel de la comisura anterior (fig. 23-2), cilindroejes alcanzan la circunvolución del cíngulo
unas fibras pasan por delante de la comisura (fibras después de pasar por el brazo anterior de la cápsula
precomisurales), y otras por detrás (fibras poscomi- interna. La sustancia blanca de la circunvolución del
surales). Las fibras precomisurales proceden funda- cíngulo forma el cíngulo (fig. 23-3). Este haz consti-
mentalmente del hipocampo y terminan en los nú- tuye un sistema de fibras que se extiende hacia atrás
cleos septales y en la corteza próxima. Las fibras y hacia abajo, describiendo un arco alrededor del
poscomisurales, que son las que realmente forman cuerpo calloso, hasta alcanzar el gancho de la cir-
parte del circuito de Papez, provienen en su mayo- cunvolución del hipocampo y, a partir de ahí, el hi-
23 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL LÓBULO LÍMBICO Y DEL HIPOTÁLAMO. CONTROL DE LOS RITMOS BIOLÓGICOS

FIGURA 23-3
Disección (método de Ludwing y Klin-
gler) de la cara medial del hemisferio
cerebral derecho. Se ha eliminado la
corteza cerebral de la circunvolución
del cíngulo para mostrar el cíngulo.
Cíngulo.

42dg0N-—
Cuerpo del fórnix.
Pilar del fórnix.
Estría medular talámica.
Fascículo mamilotalámico.
Cuerpo mamilar.

00
Fibras poscomisurales del fórnix.
Comisura anterior,

0
pocampo y el subiculum. El haz del cíngulo comple- nan información acerca de las áreas secundarias vi-
ta el circuito de Papez, permitiendo que los impulsos sual, auditiva y somatosensorial, e información sen-
que partieron del hipocampo y del subiculum pue- sitiva convergente de las áreas del cíngulo, del lóbu-
dan alcanzar nuevamente estas estructuras. lo de la ínsula y del lóbulo frontal. Las aferencias
La circunvolución del cíngulo se proyecta hacia subcorticales proceden de la cintilla olfatoria, del hi-
las áreas de asociación frontales, parietales y tempo- pocampo, del hipotálamo anterior, de núcleos vege-
rales, de modo que los impulsos originados en el tativos del tronco del encéfalo y de la formación re-
complejo hipocampal alcanzan estas áreas cortica- ticular.
les. Finalmente, debemos tener en cuenta que los
dos complejos hipocampales se conectan entre sí por
medio de fibras que atraviesan la comisura del fór- EFERENCIAS
nix y la comisura anterior.
Las eferencias del cuerpo amigdalino se realizan
por medio de dos vías: la estría terminal y la vía
Conexiones del cuerpo amigdalino amigdalina ventral.

El cuerpo amigdalino está formado por una se- e La estría terminal conecta el cuerpo amigdali-
rie de pequeños núcleos asociados en tres grandes no con el hipotálamo y los núcleos septales. Des-
grupos: a) el área amigdalina anterior; b) la porción pués de originarse en el cuerpo amigdalino, la
basolateral, y c) la porción corticomedial. La por- estría terminal se dirige hacia atrás y hacia arriba
sin autorización es un delito

ción basolateral recibe la mayor parte de las aferen- siguiendo un trayecto curvilíneo (figs. 23-2 y
cias que llegan al cuerpo amigdalino. La porción cor- 23-4), discurriendo en el ángulo entre el tálamo
ticomedial constituye el punto de salida fundamental y el núcleo caudado (surco talamoestriado), don-
de las eferencias. de se relaciona estrechamente con la vena tala-
moestriada superior. La estría alcanza finalmente
S. A. Fotocopiar

la comisura anterior por debajo del agujero inter-


AFERENCIAS ventricular de Monro y sus fibras divergen para
alcanzar los núcleos septales y del hipotálamo
Las aferencias del cuerpo amigdalino proceden anterior.
(0 MASSON,

de neuronas situadas en la corteza cerebral y en áreas e La vía amigdalina ventral (fig. 23-1) es la princi-
subcorticales. Las aferencias corticales proporcio- pal eferencia del cuerpo amigdalino. Los axones
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

AFERENCIAS

Las aferencias proceden de la formación hipo-


campal, a través del fórnix precomisural, del cuerpo
amigedalino y del hipotálamo, por medio del fascícu-
lo prosencefálico medial.

EFERENCIAS

Las eferencias de los núcleos septales se realizan


por dos vías: el fascículo prosencefálico medial y
la estría medular talámica.

e Parte de las eferencias discurren por el fascículo


prosencefálico medial que, como hemos visto
en el capítulo anterior, tiene una constitución he-
terogénea y forma una especie de vía común para
fibras tanto eferentes como aferentes, de muy
distinta procedencia y con diferentes neurotrans-
misores. Ahora nos interesa como vía eferente del
lóbulo límbico.
FIGURA 23-4 Las fibras se originan en el córtex orbitofrontal
Eferencias del cuerpo amigdalino derecho. Visión medial. La y en los núcleos septales (fig. 23-5) y se dirigen ha-
estría terminal se ha representado en rojo.
cia atrás atravesando el hipotálamo y formando
1 Cuerpo amigdalino. 4 Núcleos septales.
2 Tálamo. 5 Lámina terminal. parte del fascículo prosencefálico medial. Final-
3 Núcleo caudado. mente, las fibras alcanzan el mesencéfalo y ter-
minan en el núcleo tegmental dorsal de Gudden,
en la sustancia gris central del mesencéfalo y en la
que la forman, después de abandonar el cuerpo formación reticular. A su paso por el hipotálamo
amigdalino, transitan en el espesor de la sustan- proporciona terminaciones para sus núcleos, es-
cia perforada anterior, pasan por debajo de la ca- pecialmente el área hipotalámica lateral, el cuer-
beza del núcleo caudado y terminan en los nú- po mamilar y el núcleo preóptico. Asimismo, se
cleos septales, hipotálamo, núcleo medial dorsal incorporan al fascículo fibras que se originan en
del tálamo, cortezas orbitaria y del cíngulo ante- la mayor parte de los núcleos hipotalámicos.
rior y zona de unión entre el putamen y la cabeza e La estría medular talámica contiene eferencias
del núcleo caudado (núcleo accumbens). (figs. 23-2, 23-3 y 23-5) originadas en los núcleos
septales, aunque también lleva fibras que proce-
Los dos cuerpos amigdalinos están conectados den de la columna del fórnix y de la estría termi-
entre sí por medio de la comisura anterior. nal. Desde su origen en la región septal, la estría
medular del tálamo se dirige hacia atrás y, des-
pués de atravesar las fibras del rostro del cuerpo
Conexiones de los núcleos septales calloso, forma un cordoncillo de sustancia blanca
que avanza por el borde superointerno del tála-
Dentro de los núcleos septales se distinguen ge- mo para alcanzar los núcleos de la habénula. En
neralmente dos grandes grupos: los mediales y los su trayecto suministra terminales a los núcleos
laterales. Los núcleos septales laterales son los más reticulares medios del tálamo.
importantes bajo el punto de vista de las conexio- Desde los núcleos de la habénula salen fibras
nes: reciben la mayor parte de las fibras aferentes y que forman el tracto habenulointerpeduncular
sus neuronas proporcionan casi todos los axones (fig. 23-5), que parte en dirección oblicua hacia
eferentes. abajo para penetrar en el mesencéfalo y termi-
23. ANATOMÍA FUNCIONAL DEL LÓBULO LÍMBICO Y DEL HIPOTÁLAMO. CONTROL DE LOs RITMOS BloLÓGICOS: PEM

FIGURA 23-5
Conexiones de los núcleos septales y
del hipotálamo. En rojo se ha dibujado
el fascículo prosencefálico medial; en
verde oscuro la estría medular talámi-
ca; en verde claro el tracto habenulo-
interpeduncular; en ocre los núcleos de
la formación reticular.
Núcleos septales.

00420 —
Columna del fórnix.
Núcleos medios del tálamo.
Núcleos de la habénula.
Sustancia gris central del mesencéfalo.
Núcleo tegmental dorsal de Gudden.
Núcleo tegmental ventral.
Núcleo interpeduncular,

nar en el núcleo interpeduncular y en el núcleo forman los fascículos de conexión del hipotálamo
tegmental ventral. El núcleo interpeduncular (columna del fórnix, fascículo mamilotalámico y fas-
se sitúa en el ángulo formado por la convergencia cículo mamilotegmental). Las conexiones neuronales
de ambos pedúnculos cerebrales, en el suelo de la difusas se sitúan cerca del epitelio ependimario del
fosa interpeduncular (fig. 23-5). El núcleo teg- TI ventrículo. Son, por lo tanto, periventriculares.
mental ventral está ubicado en el mesencéfalo, Todas las conexiones neuronales del hipotálamo
inmediatamente por delante del fascículo longi- son recíprocas, es decir, llevan tanto fibras aferentes
tudinal medial (fig. 23-5). como eferentes. Para simplificar, únicamente descri-
biremos aquí las fibras eferentes de los fascículos
de conexión. El lector deberá hacer un pequeño es-
Conexiones del hipotálamo fuerzo de imaginación para establecer las fibras en
94 A. POLOCOPAL SM GULOMZaCcIón es UN CONTO.

dirección contraria.
El hipotálamo se diferencia de otras zonas del
SNC en que, además de recibir y emitir información
por medio de conexiones nerviosas, establece cone- AFERENCIAS NERVIOSAS
xiones humorales a través de la sangre y del líquido
cefalorraquídeo (LCR). Las conexiones nerviosas se El hipotálamo recibe aferencias nerviosas proce-
establecen tanto por medio de fibras mielinizadas, dentes de:
agrupadas en fascículos bien definidos, como a tra-
vés de cadenas neuronales difusas y multisinápticas e Los sistemas monoaminérgicos y colinérgico.
Me VIVIAN,

de fibras amielínicas. Los núcleos del cuerpo mamilar e Los sistemas ascendentes sensitivos y vegetativos.
reciben y emiten el mayor contingente de fibras que e Laretina, por medio del tracto retinohipotalámico.
MEZE] secunDa PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 23-6
Eferencias nerviosas y humorales del
hipotálamo. En azul se ha dibujado el
sistema porta hipotalamohipofisario; en
amarillo las neuronas parvocelulares de
la vía indirecta.
1 Capilares del lóbulo posterior de la
hipófisis.
Tracto hipotalamohipofisario.
00-—)0040mN

Núcleo supraóptico.
Núcleo paraventricular,
Fascículo mamilotalámico.
Fasciculo mamilotegmental.
Fascículo longitudinal dorsal de Schútz.
Sustancia gris central del mesencéfalo.
Núcleo oculomotor accesorio.
Núcleo tegmental dorsal de Gudden.
0

Formación reticular.
o

Núcleos salivatorios y lagrimal.


o
WN

Núcleo dorsal del nervio vago.


o

e El lóbulo límbico y de la corteza orbitaria del ló- información. Para ello utiliza los mismos fascículos
bulo frontal y de la ínsula. nerviosos que hemos mencionado para las aferen-
cias.
Todas estas aferencias se realizan a través de la Las eferencias hacia la formación reticular y ha-
columma del fórnix, del fascículo prosencefálico me- cia los núcleos vegetativos del tronco del encéfalo y
dial y de la estría terminal. de la médula espinal se realizan por medio de los
fascículos mamilotegmental y longitudinal dorsal
de Schiitz.
AFERENCIAS HUMORALES
e El fascículo mamilotegmental es un haz de fi-
Las neuronas hipotalámicas son sensibles a cam- bras que se origina en el cuerpo mamilar, junto
bios físicos y químicos de la sangre, como variacio- con el fascículo mamilotalámico, del que poste-
nes de temperatura y osmolaridad, y a la concentra- riormente se separa para dirigirse hacia el teg-
ción de glucosa, hormonas y lípidos libres. También mento mesencefálico (figs. 23-2 y 23-6). Termina
reciben información de la composición del LCR por en el núcleo tegmental dorsal y en los núcleos re-
medio de los órganos circunventriculares, que care- ticulares del puente.
cen de barrera hematoencefálica y poseen capilares e El fascículo longitudinal dorsal de Schútz
fenestrados, lo cual favorece el paso de macromolé- (fig. 23-6) está formado por fibras aferentes y efe-
culas a ese nivel. rentes. Estas últimas son la continuación caudal
de una parte de las fibras periventriculares. El
fascículo se extiende desde la porción posterior
EFERENCIAS NERVIOSAS del hipotálamo hasta el nivel inferior del bulbo,
aunque según algunos autores desciende por
El hipotálamo establece conexiones neuronales toda la médula espinal. A lo largo de su trayecto,
eferentes con las zonas del cerebro de las que recibe el fascículo ocupa una posición dorsal, situándo-
23 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL LÓBULO LÍMBICO Y DEL HIPOTÁLAMO. CONTROL DE LOS RITMOS BIOLÓGICOS

se muy cerca del acueducto mesencefálico, del magnocelular), localizadas en los núcleos su-
suelo del IV ventrículo y del conducto central praóptico y paraventricular. Estas neuronas sin-
del epéndimo. tetizan las hormonas vasopresina y oxitocina. Sus
Está formado por dos tipos de fibras: fibras in- cilindroejes forman el tracto hipotalamohipofisa-
terrumpidas sinápticamente en la sustancia gris rio, que alcanza el lóbulo posterior de la hipófisis
central y en el núcleo tegmental dorsal, y fibras por medio del tallo hipofisario. Siguiendo este
continuas que se extienden desde hipotálamo has- tracto, y gracias al transporte axónico, las hor-
ta su destino en el bulbo o en la médula espinal. monas llegan al lóbulo posterior de la hipófisis,
La terminación del fascículo longitudinal se donde son liberadas en las proximidades de los
realiza en la sustancia gris central, en el núcleo capilares y alcanzan los órganos efectores por
tegmental dorsal y en los núcleos vegetativos del medio de la circulación general. La vasopresina
tronco del encéfalo y de la médula espinal. Las fi- controla el equilibrio hídrico. La oxitocina provo-
bras aferentes que discurren por el fascículo lon- ca la contracción de la musculatura uterina y la
gitudinal dorsal se originan en los núcleos vege- de las células mioepiteliales de la mama.
tativos troncoencefálicos y medulares. Vía indirecta (fig. 23-6). Está representada por
neuronas neurosecretoras de pequeño tamaño
(porción parvocelular), situadas fundamental-
EFERENCIAS HUMORALES mente en los núcleos paraventricular y arqueado.
Estas neuronas tienen axones cortos que termi-
Las neuronas de algunos núcleos del hipotálamo nan en la eminencia media y en el infundíbulo.
son neurosecretoras (fig. 23-7); es decir, producen Producen factores u hormonas de liberación o de
sustancias bioactivas que se liberan a los espacios inhibición, que son transportados axónicamente
perivasculares y, después de pasar a la sangre, alcan- hasta el extremo terminal de los cilindroejes. En
zan las células diana. Este tipo de eferencias se de- la zona donde terminan los cilindroejes comien-
nominan humorales. Se organizan en dos vías: una za un sistema venoso porta, el sistema porta hipo-
directa y otra indirecta. talamohipofisario, que se extiende hasta el lóbulo
anterior de la hipófisis. Recordemos que los siste-
e Vía directa (fig. 23-6). Está formada por neuro- mas porta comienzan en una red capilar y termi-
nas neurosecretoras de gran tamaño (porción nan también en una red capilar. A través del siste-

FIGURA 23-7
Neuronas neurosecretoras del hipo-
tálamo. A. Corte frontal de hipotála-
mo de rata que pasa por el núcleo su-
praóptico. Las neuronas productoras
de vasopresina se han teñido median-
te un anticuerpo marcado con peroxi-
dasa. B. Microfotografía electrónica de
transmisión en la que se observan nu-
merosos gránulos de neurosecreción
que ocupan un axón de una neurona
(G MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

hipotalámica. (Cortesía de los Profs.


M. A. Lafarga y M. T. Berciano.)
METE SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FACTORES LIBERADORES
- De tirotropina FACTORES INHIBIDORES
- De corticotropina - Dopamina
- De gonadotropinas — Somatostatina
— De la hormona del crecimiento

ACTH FSH ICSH LH TSH STH LTH

AS ( o
U Na
o

Estimula Estimula Estimula el crecimiento Aumenta Estimula Controla Estimula


la secreción la secreción de de folículos ováricos, la pigmentación la actividad el crecimiento el crecimiento
de glucocor- testosterona la secreción de progesterona cutánea tiroidea corporal y la secreción
ticoides y espermato- y prepara el útero prepuberal de la mama
génesis para la implantación

FIGURA 23-8
Esquema de los factores liberadores e inhibidores producidos por el hipotálamo que, una vez transportados (flecha verde)
a la hipófisis, controlan la secreción hormonal. El esquema también muestra las hormonas producidas por la hipófisis y
sus principales efectos biológicos.

ma porta hipofisario, las hormonas reguladoras respuestas emocionales son variables y matizadas, y
hipotalámicas alcanzan el lóbulo anterior de la hi- están influenciadas por los hábitos culturales y por
pófisis, estimulando o inhibiendo la secreción de la experiencia personal.
las hormonas adenohipofisarias (fig. 23-8). Dentro de las respuestas emocionales se distin-
guen dos componentes. El primero, denominado pe-
riférico, es fácilmente objetivable. Se expresa por
Ñ LÓBULO LÍMBICO, HIPOTÁLAMO medio de una serie de movimientos gestuales y de
Y EMOCIONES la mímica, y se acompaña de respuestas del sistema
nervioso vegetativo y del sistema endocrino. El se-
Las respuestas emocionales tienen lugar cuando gundo componente, denominado central, es subjeti-
el individuo se encuentra ante situaciones que se vo y consiste en una sensación consciente que va
oponen o, por el contrario, favorecen los objetivos desde la alegría y la exaltación hasta la pesadumbre
personales que desea realizar. Además, a diferencia y la desolación. Para diferenciar los dos componen-
de otros tipos de conducta, el sujeto se ve impulsado tes de las respuestas emocionales, a veces se deno-
a la realización de tareas mentales y somáticas que mina emoción a la respuesta objetiva, y sentimiento
no siempre parecen tener una utilidad concreta. Sin a la sensación subjetiva.
embargo, las respuestas emocionales tienen como Los componentes periféricos de las respuestas
finalidad la protección del individuo o de la espe- emocionales preparan el organismo para la acción
cie. En los animales, la expresión de las emociones y comunican el estado emocional a los demás. Los
es estereotipada. En el ser humano, sin embargo, las tipos de respuesta emocional se pueden agrupar en
23 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL LÓBULO LÍMBICO Y DEL HIPOTÁLAMO. CONTROL DE LoS RITMOS BloLÓGICOS PIM

tres grupos básicos: vagoinsulínica, simpaticoa- ría opuesta (teoría de James-Lange) sostiene que el
drenérgica y del eje hipofisocorticosuprarrenal. sentimiento se produce después de que la corteza ce-
rebral recibe la información del estado fisiológico,
+ Larespuesta vagoinsulínica se caracteriza por la es decir, de la emoción. Algunos datos experimenta-
estimulación del sistema parasimpático, especial- les apoyan esta teoría y demuestran que existe una
mente del nervio vago, y por la liberación de in- retroacción de la emoción sobre el sentimiento. Ac-
sulina. Todo ello conlleva como consecuencia la tualmente, la teoría más aceptada es una especie de
presencia de bradicardia, aceleración del tránsito síntesis entre las dos anteriores. La emoción sería el
intestinal, espasmo traqueobronquial y relaja- resultado de una interacción dinámica que se pro-
ción de esfínteres. Esta respuesta suele acompa- duce a nivel del cuerpo amigdalino, entre los facto-
ñarse de sentimientos de carácter placentero, res centrales (sentimientos) mediados por la corteza
abatimiento, desaliento o derrota. cerebral y los factores periféricos (emoción) media-
e La respuesta simpaticoadrenérgica cursa con dos por el hipotálamo. La dirección opuesta de las
estimulación del sistema simpático y con la libe- fibras dentro de los fascículos de conexión facilitaría
ración de adrenalina por parte de la médula su- esta interacción.
prarrenal. Por ello aparecen, entre otros sínto- El hipotálamo puede considerarse el centro de co-
mas, erizamiento del vello corporal, sudoración, ordinación de la expresión emocional. Gracias a sus
enlentecimiento del tránsito intestinal, contrac- eferencias hacia el tronco del encéfalo, actúa sobre
ción de los esfínteres digestivos, palidez cutánea los centros vegetativos y sobre la formación reticu-
por vasoconstricción periférica, taquicardia y lar, regulando circuitos reflejos viscerales. Además,
aumento del riego muscular. Generalmente se mediante las eferencias humorales, produce la res-
acompaña de sentimientos agresivos de rabia o puesta endocrina. La estimulación del hipotálamo
de furia. lateral desencadena las respuestas características
+ La respuesta del eje hipofisocorticosuprarre- de la furia, como son el aumento de la presión arte-
nal produce, a través de factores de liberación y rial, piloerección, midriasis, etc. Por el contrario, su
de las hormonas tropas hipofisarias (fig. 23-8), destrucción produce placidez en el animal de expe-
un incremento de la secreción de diferentes hor- rimentación. La estimulación del hipotálamo medial
monas y, muy especialmente, de glucocorticoi- da lugar a respuestas placenteras, mientras que su
des procedentes de la corteza suprarrenal. Esta destrucción produce excitabilidad y agresividad. El
respuesta puede asociarse a las respuestas ante- cuerpo amigdalino es una estructura clave en las
riores. emociones ya que se interpone entre las estructuras
nerviosas que se ocupan de la expresión somática
Los dos componentes de las respuestas emocio- (emoción) y las zonas corticales responsables del
nales se sustentan en sustratos morfológicos dife- sentimiento consciente.
rentes. En la emoción están implicadas estructuras Una cuestión muy importante en las respuestas
subcorticales: cuerpo amigdalino, núcleos septales, emocionales es comprender cómo la información
núcleo accumbens, hipotálamo y tronco del encéfa- adquiere significado emocional. Cuando el resultado
lo. En los sentimientos participa la corteza cerebral, en de la evaluación consciente de la información recibi-
especial la corteza orbitofrontal, y las porciones ante- da proporciona signos de que puede existir una si-
riores de la ínsula y de la circunvolución del cíngulo. tuación beneficiosa o dañina para el sujeto, suele
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

Una cuestión que aún se debate es la relación producirse una respuesta emocional. El cuerpo
exacta entre emoción y sentimiento, especialmente amigdalino constituye una estructura fundamental
por lo que hace a la secuencia temporal. La visión en los procesos que otorgan a la experiencia sensiti-
clásica es que el sentimiento, la actividad cognitiva, va una significación emocional, participando en el
es anterior e inicia la respuesta emocional. Así, los establecimiento de asociaciones entre estímulos y
impulsos se iniciarían en la corteza cerebral para ser recompensas, y evaluando la importancia emocional
conducidos posteriormente a las estructuras subcor- de los acontecimientos que ocurren en nuestro en-
ticales. Los impulsos corticales llegarían primero al torno. Por ejemplo, el cuerpo amigdalino tiene gran
hipotálamo y después al tronco del encéfalo, para importancia en la elaboración de respuestas emo-
(£) MASSON,

activar los núcleos vegetativos y el sistema endocri- cionales frente a estímulos visuales. Los estudios de
no encargados de las respuestas periféricas. La teo- tomografía por emisión de positrones (TEP) en seres
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

humanos han demostrado que el cuerpo amigdali- recen como consecuencia de conflictos crónicos que
no se activa cuando el sujeto observa una serie de cursan con estados emocionales más o menos per-
caras con expresiones mímicas entre la alegría y el manentes. La persistencia de estos conflictos termi-
miedo. Por otro lado, los monos a los que se ha des- na alterando los sistemas nerviosos vegetativo y
truido el cuerpo amigdalino dejan de presentar res- endocrino y da lugar al desarrollo de lesiones orgá-
puestas emocionales ante estímulos visuales amena- nicas. Es así cómo ha intentado explicarse la pato-
zadores. El cuerpo amigdalino también es necesario genia de enfermedades tan diversas como el asma, la
para un tipo de aprendizaje, relacionado con las res- úlcera de estómago o la hipertensión arterial.
puestas emocionales, denominado condicionamien-
to de contexto o preferencia de lugar. Consiste en que
el animal de experimentación aprende a frecuentar 1 LÓBULO LÍMBICO Y MEMORIA
ambientes en los que anteriormente ha encontrado
estímulos importantes para su supervivencia y redu- Se denomina memoria al almacenamiento y recu-
ce su contacto con ambientes peligrosos. peración de la información recibida. Por el contra-
La porción anterior de la circunvolución del cín- rio, el olvido es el proceso por el cual la información
gulo es una zona integradora de motivaciones, sen- almacenada se pierde con el tiempo. Se distinguen
timientos y movimientos; es importante en la tran- diferentes tipos de memoria. Atendiendo a la natu-
sición desde los estados premotor iniciales a la raleza de lo que se recuerda, se diferencian dos ti-
realización de los movimientos del gesto y de la mí- pos cualitativamente distintos:
mica. Además, efectúa importantes funciones re-
guladoras visceromotoras. Su estimulación produ- + Memoria implícita o de procedimiento. Con-
ce ansiedad, tipos diferentes de tic, impulsividad y siste en la adquisición de destrezas motoras y
trastornos obsesivo-compulsivos. La destrucción perceptivas que son recuperadas a un nivel in-
bilateral de esta zona causa apatía y acinesia. El consciente para realizar movimientos secuencia-
núcleo accumbens también desempeña un papel les complejos, como andar, nadar o fabricar un
importante en la traducción de los sentimientos en instrumento. Las principales estructuras nervio-
acciones. sas relacionadas con la memoria implícita serían
La porción anterior del hipocampo parece de- los núcleos basales, el cerebelo y la corteza pre-
sempeñar un papel importante en el control de los motora.
estados de ánimo (optimismo, pesimismo, visión + Memoria explícita o declarativa. Consiste en el
angustiosa de la vida, etc.). Las observaciones reali- almacenamiento y la recuperación de informa-
zadas mediante resonancia magnética (RM) han de- ción que está disponible para el sujeto consciente
mostrado que, en enfermos afectados de depresión, y que puede codificarse en símbolos y expresarse
se observa una reducción en el tamaño del hipo- por medio del lenguaje. Un ejemplo de este tipo
campo. En esta estructura parece existir una reno- de memoria es recordar el nombre de una perso-
vación neuronal (neurogénesis) a lo largo de toda na o de un lugar, o de algo que haya acontecido.
la vida del sujeto. Así, la enfermedad depresiva po-
dría explicarse por un desajuste entre la neurogé- De acuerdo con el tiempo durante el cual puede
nesis y la muerte neuronal a nivel del hipocampo, lo mantenerse la memoria, se distinguen diferentes ti-
que conllevaría la reducción de su tamaño. De he- pos temporales. Los más importantes son:
cho, en animales de experimentación, los fármacos
antidepresivos estimulan la neurogénesis a nivel del + Memoria inmediata. Es aquella en que la infor-
hipocampo, actuando posiblemente a través de fac- mación se mantiene durante un tiempo breve (se-
tores neurotróficos. Si se bloquea artificialmente la gundos o minutos) mientras se procesa. Por
neurogénesis, los fármacos antidepresivos se mues- ejemplo, la memoria inmediata se utiliza para re-
tran ineficaces. tener un número telefónico el tiempo suficiente
La expresión continuada de respuestas periféri- para marcarlo. La denominada memoria de tra-
cas emocionales, o «somatización de las emocio- bajo constituye una variedad de la memoria in-
nes», constituye el fundamento de las denominadas mediata que consiste en mantener información
enfermedades psicosomáticas. La medicina psi- en la mente durante el tiempo necesario para rea-
cosomática postula que algunas enfermedades apa- lizar acciones secuenciales.
23 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL LÓBULO LÍMBICO Y DEL HIPOTÁLAMO. CONTROL DE LOS RITMOS BIOLÓGICOS

e Memoria reciente. Es la que dura de minutos a 1 HIPOTÁLAMO Y CONTROL VEGETATIVO


días. Consiste en recordar hechos que acaban de
ocurrir. El hipotálamo controla las constantes internas u
+ Memoria remota o a largo plazo. Dura sema- homeostasia, lo cual tiene la finalidad de preservar al
nas o incluso toda la vida. Se refiere al recuerdo sujeto frente a un medio cambiante. Aunque el hi-
de hechos ocurridos hace tiempo y al conoci- potálamo tiene una gran importancia en el control
miento adquirido. vegetativo, no actúa aisladamente sino que forma
parte de un conjunto de estructuras, organizadas je-
Las estructuras relacionadas con la memoria ex- rárquicamente, que se comportan como homeosta-
plícita inmediata y reciente son la formación hipocam- tos. Por ello, en condiciones normales, el hipotálamo
pal (especialmente su porción posterior), la porción funciona al unísono con el resto de las estructuras
medial de la corteza temporal, los núcleos mamilares del SNC.
y el núcleo medial dorsal del tálamo. Todas estas es- Para comprender el significado biológico del hi-
tructuras, y muy especialmente la formación hipo- potálamo es importante tener presente que muchas
campal, mantienen la información en sus circuitos y de las constantes internas están vinculadas de mane-
consolidan la memoria explícita, que finalmente se ra directa a los impulsos biológicos del hambre, la
almacena en otros sitios. sed y el sexo. La estructura del hipotálamo no permi-
La lesión de la formación hipocampal produce la te establecer en la mayoría de los casos zonas dis-
llamada psicosis de Korsakoff, caracterizada por cretas a las que pueda asignarse una función deter-
la pérdida de la memoria explícita reciente (amnesia minada. En general, tanto la destrucción como la
anterógrada). Para ocultar su pérdida de memoria, estimulación modifican más de una función. Ya he-
los pacientes inventan hechos imaginarios (confa- mos comentado que el hipotálamo controla el siste-
bulaciones). Por ello, se ha denominado a esta en- ma endocrino, a través del cual puede regular funcio-
fermedad síndrome confabulatorio amnésico. Suele nes muy diversas, como el crecimiento, y parámetros
aparecer en el alcoholismo crónico como conse- sanguíneos como el nivel de glucosa en sangre. El hi-
cuencia de la falta de vitamina B;. Las lesiones del potálamo actúa sobre el sistema endocrino por me-
SNC son relativamente generalizadas, aunque pre- dio de la hipófisis (vías directa e indirecta) y del siste-
dominen en las estructuras señaladas. ma nervioso vegetativo.
Los datos experimentales apoyan la idea de que la El efecto del hipotálamo sobre la hipófisis está
memoria explícita implica la potenciación del hipo- sometido a un control por retroalimentación, ya
campo. En la memoria explícita a largo plazo está im- sea a través de la propia hormona o de la variable
plicada toda la corteza cerebral, especialmente las controlada. Por ejemplo, la hormona de liberación
áreas asociativas, pero se observa selectividad por de corticotropina (CRH), producida por el hipotá-
ciertas áreas de acuerdo con el contenido de la infor- lamo, aumenta la producción de adenocorticotro-
mación. Así, por ejemplo, en la memoria de objetos y pina (ACTH) en la hipófisis, que a su vez estimula
rostros participan fundamentalmente algunas áreas la secreción de cortisol en la glándula suprarrenal
del lóbulo temporal. Los mecanismos íntimos de la (fig. 23-8). El cortisol limita su propia liberación
memoria a largo plazo no se conocen bien, pero po- mediante la retroalimentación negativa ejercida al
drían estar relacionados con modificaciones en la efi- menos sobre tres estructuras. En primer lugar, ac-
cacia de la transmisión sináptica y en la reorganiza- túa sobre la hipófisis inhibiendo la secreción de
(O MASSON, S.A. Fotocoplar sin autorización es un delito.

ción de las sinapsis. Las sinapsis son estructuras muy ACTH. En segundo lugar, inhibe de manera direc-
plásticas que permiten el establecimiento de nuevos ta la liberación de CRH por el hipotálamo. Ade-
circuitos a lo largo de toda la vida del sujeto. La infor- más, de manera indirecta, disminuye los impulsos
mación codificada en esos circuitos podría represen- aferentes de la formación hipocampal sobre el hi-
tar la base morfológica del almacenaje de la memoria. potálamo, que son muy importantes para que éste
La dificultad para recuperar la información alma- libere CRH.
cenada previamente, es decir, la pérdida de la me- El hipotálamo controla el sistema nervioso vegeta-
moria a largo plazo, se conoce como amnesia retró- tivo de manera que la estimulación de la porción an-
grada. En estos casos suelen existir lesiones difusas terior del hipotálamo produce respuestas parasimpá-
de la corteza cerebral, que explican la pérdida de me- ticas, mientras que la estimulación de la porción
moria que se produce en personas de edad avanzada. posterior da lugar a respuestas simpáticas.
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

Regulación de la temperatura corporal rante largos períodos de la vida. Ello indica que la
ingesta de alimentos está controlada.
El ser humano es un animal homeotermo que El hipotálamo es una de las estructuras más im-
mantiene constante su temperatura corporal en portantes del SNC en el control de la ingestión de
37 *C aproximadamente. La constancia de la tempe- alimentos. Interviene integrando información neu-
ratura resulta de un equilibrio entre la producción ronal y hormonal, al tiempo que actúan sobre las
de calor y su eliminación. Ello requiere la integra- vísceras por medio del sistema nervioso vegetativo.
ción de respuestas complejas del sistema nervioso Los núcleos ventromedial, paraventricular y arquea-
vegetativo, del sistema endocrino y del aparato lo- do, así como la zona hipotalámica lateral, desem-
comotor. El hipotálamo desempeña un papel decisi- peñan un papel decisivo en la regulación de la ali-
vo en esta integración y control. mentación.
El hipotálamo recibe información sobre la tempe- El núcleo ventromedial ha sido denominado «cen-
ratura corporal de manera directa, ya que las neuro- tro de la saciedad». Su destrucción bilateral provoca
nas del hipotálamo anterior son sensibles a la tempe- un aumento del apetito (polifagia) y baja actividad
ratura sanguínea local. Además, recibe información física, lo cual conduce a la obesidad. Todo ello pare-
de manera indirecta a través de los termorreceptores ce deberse a que, tras la destrucción del núcleo, se
localizados en la piel y las vísceras. Los núcleos del reduce la actividad simpática y se incrementa la ac-
hipotálamo anterior regulan la eliminación de calor. tividad parasimpática y la secreción de insulina,
Cuando aumenta la temperatura corporal, se produ- hormona que incrementa la ingesta de alimentos.
ce vasodilatación cutánea y sudoración profusa. El núcleo paraventricular interviene en el control
Estas respuestas aumentan la irradiación, la conduc- de la alimentación mediante sus aferencias a los nú-
ción y la evaporación, haciendo descender la tempe- cleos del sistema nervioso vegetativo del tronco del
ratura corporal. El hipotálamo posterior produce las encéfalo y de la médula espinal. Su estimulación re-
respuestas opuestas, que tienen como finalidad con- duce la ingesta de alimentos. El núcleo paraven-
servar el calor y aumentar su producción. La mayor tricular recibe aferencias procedentes del núcleo ar-
parte del calor corporal se genera por la contracción queado que liberan en este neuropéptido Y. Las
de los músculos esqueléticos. neuronas de este último núcleo son sensibles a hor-
El hipotálamo controla las respuestas endocrinas monas relacionadas con la ingestión de alimentos,
implicadas en la regulación de la temperatura corpo- como la leptina y la insulina.
ral. Por ejemplo, la exposición prolongada a bajas La leptina es secretada por los adipocitos. Tiene
temperaturas ambientales incrementa la secreción de gran importancia en el control del peso corporal, ya
tiroxina y glucorticoides por medio de sus respectivos que informa a las neuronas hipotalámicas sobre
factores liberadores. Estas hormonas intensifican la cantidad de grasa corporal. Produce la inhibición
el metabolismo celular, con el consiguiente incre- de las neuronas del núcleo arqueado que contienen
mento de la producción de calor. En el ser humano, el neuropéptido Y. La inhibición en la descarga del
las lesiones del hipotálamo anterior, a menudo a con- neuropéptido Y inhibe a su vez las neuronas para-
secuencia de tumores invasivos de la hipófisis, pro- ventriculares, lo cual origina sensación de saciedad,
ducen hipertermias incontrolables. En la región pre- disminuye la ingesta de alimentos y estimula el me-
óptica se asientan neuronas que intervienen en el tabolismo. Los niveles de insulina en sangre modifi-
aumento de la temperatura corporal y que son esti- can la actividad de las neuronas del núcleo arquea-
muladas por diferentes pirógenos bacterianos y tóxi- do. Cuando desciende el nivel de esta hormona, las
cos. Estas neuronas estimulan las motoneuronas a neuronas arqueadas liberan neuropéptido Y al nú-
por vías no precisadas, lo cual desencadena contrac- cleo paraventricular, lo cual aumenta el apetito y la
ciones rápidas de los músculos (escalofríos) y au- ingesta de alimentos. El incremento del nivel de in-
menta de manera notable la producción de calor. sulina tiene el efecto opuesto.
La destrucción del hipotálamo lateral provoca
una disminución tan intensa de la ingesta de ali-
Regulación de la alimentación mentos que, en el animal de experimentación, puede
incluso conducir a la muerte. Por ello, el hipotálamo
En condiciones normales, el peso corporal se lateral ha sido denominado «centro de la alimenta-
mantiene constante, con pequeñas oscilaciones, du- ción». Las lesiones de está zona del hipotálamo re-
23 ANATOMÍA FUNCIONAL DEL LÓBULO LÍMBICOY DEL HIPOTÁLAMO. CONTROL DE LOS RITMOS BIOLÓGICOS

ducen los niveles de insulina e inhiben el vaciamien- La destrucción de las neuronas productoras de
to gástrico, produciendo sensación de saciedad. vasopresina da lugar a la denominada diabetes in-
Las hormonas gastrointestinales liberadas a la sípida, caracterizada por la eliminación incontrola-
circulación general durante la digestión también de- da de agua por el riñón (poliuria) y por sed persis-
sempeñan un papel importante en la regulación de tente (polidipsia).
la ingesta de alimentos, pues contribuyen a la sen-
sación de saciedad.
Ml CONTROL DE LOS RITMOS BIOLÓGICOS
Regulación de las constantes hidrosalinas Diversas funciones y numerosas constantes bio-
lógicas están sometidas a ciclos regulares de mayor
La regulación de la presión osmótica en el plas- o menor actividad o expresión. La idea de la cons-
ma y en el líquido extracelular, así como la regula- tancia del medio interno es una simplificación de la
ción del volumen sanguíneo, son procesos comple- realidad. Cuando se realizan mediciones continuas,
jos en los que participan, fundamentalmente, el se observa que las denominadas constantes internas
hipotálamo y el riñón. Los parámetros hidrosali- no son tales, sino que oscilan rítmicamente dentro
nos se mantienen en valores constantes debido a de un estrecho límite.
que existe un equilibrio entre la ingesta de líqui- Se distinguen varios tipos de ritmos biológicos de
dos y electrólitos, impulsada por la sed, y su eli- acuerdo con su duración. Los más importantes son
minación. los denominados ritmos circadianos, que tienen
La zona anterior del hipotálamo, el núcleo preóp- una duración aproximada de 24 h (la palabra pro-
tico y dos órganos circunventriculares, el órgano viene del latín y significa «cerca de un día»). Un
subfornical y el órgano vascular de la lámina termi- ejemplo clásico es el ritmo sueño-vigilia. Los ritmos
nal, son las estructuras hipotalámicas más impor- circadianos tienen gran importancia en medicina
tantes en el control de las constantes hidrosalinas. porque los niveles en sangre de ciertas moléculas,
El hipotálamo anterior tiene osmorreceptores sen- entre ellas algunos fármacos, experimentan oscila-
sibles a las variaciones de la osmolaridad, que son ciones a lo largo del día; si no lo tenemos presente,
activados por el incremento de electrólitos (hiper- podemos cometer errores en su valoración o en la
osmolaridad) e inhibidos por su descenso (hipoos- dosificación adecuada de medicamentos. Por ejem-
molaridad). La hiperosmolaridad y el descenso del plo, la hormona del crecimiento alcanza sus niveles
volumen sanguíneo estimulan la sed e inducen la li- máximos durante las primeras horas del día (8 h),
beración de vasopresina. Esta hormona disminuye mientras que el cortisol alcanza su nivel mínimo a
la eliminación de agua por el riñón. Todo lo contra- medianoche.
rio ocurre en el caso de la hipoosmolaridad o de au- La existencia de los ritmos circadianos plantea el
mento del volumen sanguíneo. Los órganos circun- problema de la existencia de un centro controlador,
ventriculares participan en el control hidrosalino o «reloj biológico», y de su localización. Según datos
porque, al carecer de barrera hematoencefálica, per- experimentales diferentes, se demuestra que el nú-
miten el paso de la angiotensina IT al hipotálamo. cleo supraquiasmático es el reloj biológico más im-
Esta molécula forma parte de un complejo sistema portante. Este núcleo hipotalámico es una estructu-
denominado renina-angiotensina-aldosterona, cuya ra bilateral situada inmediatamente por encima del
O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

función básica es disminuir la excreción de sodio y quiasma óptico. Está formado sólo por unos cente-
agua por el riñón. La angiotensina II actúa sobre el nares de neuronas que producen diferentes neuro-
riñón de manera directa, por su acción vasoconstric- transmisores, siendo los dos más importantes el po-
tora, y de manera indirecta, a través del incremento lipéptido intestinal y la arginina vasopresina. El
de la producción de aldosterona, que a su vez esti- núcleo supraquiasmático recibe aferencias del tracto
mula la reabsorción de sodio y la excreción de pota- retinohipotalámico (fig. 14-25) y envía eferencias a
sio. La renina es una enzima proteolítica que se libe- otros núcleos hipotalámicos y a las neuronas simpá-
ra por el riñón al torrente circulatorio y que, por ticas preganglionares de los segmentos medulares
medio de una cascada de fenómenos que se produ- C8 a T1. Éstas, a su vez, se proyectan por medio de
cen en el hígado y en los endotelios vasculares, indu- neuronas posganglionares a la glándula pineal. En
ce la formación de angiotensina IT. animales, la destrucción del núcleo supraquiasmá-
SEGUNDA PARTE. ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

tico produce alteraciones de los ritmos circadianos, Las experiencias de aislamiento en que el sujeto
entre ellos el del ciclo sueño-vigilia. Los ritmos se se ve sometido a deprivación de todo tipo de influen-
restablecen cuando se injerta el núcleo. Aislado en cias externas, como ocurre en espeleólogos aislados
cultivo, el núcleo presenta actividad eléctrica y me- en cuevas profundas con humedad, temperatura y
tabólica rítmica. luz constantes, demuestran que los sujetos adquie-
La prueba más clara de que el núcleo supraquias- ren ritmos de una duración aproximada de 25 h en
mático es un reloj biológico procede de experien- vez de las 24 h que tenían en condiciones normales.
cias de injertos procedentes de una cepa mutante Esto demostraría que el reloj biológico necesita sin-
de hámster, la cepa «tau», cuyo ciclo circadiano es de cronizadores externos que ajusten los ciclos a 24 h.
20 h. Los injertos recíprocos del núcleo supraóptico Existen numerosos sincronizadores externos, si bien
entre hámsters con ciclos normales y hámsters «tau» el más importante son las oscilaciones luz/oscuri-
muestran que el ciclo circadiano depende del injerto dad; de ahí la importancia de las aferencias retinia-
y no del huésped. Un problema no aclarado es si la nas al núcleo supraquiasmático. También son im-
influencia del núcleo supraquiasmático está mediada portantes los ciclos alimentación/ayuno, contacto
por factores humorales o por conexiones nerviosas social/ausencia de contacto y reposo/actividad,
hacia otros núcleos encefálicos, aunque las experien- Además del núcleo supraquiasmático, parecen
cias con injertos indicarían una mediación humoral. existir otros relojes localizados en el hipotálamo o
Los mecanismos moleculares por lo cuales las en su entorno, pero se conocen peor. Aunque, la
neuronas hipotalámicas actúan como osciladores no elándula pineal produce melatonina cíclicamente,
se conocen con exactitud. Se ha postulado que estas no parece tener, en el ser humano, la importancia
neuronas siguen la estrategia de todos los oscilado- que tiene en otros mamíferos.
res circadianos. Así, se formarían circuitos oscilan- En el hipotálamo se localizan lo que algunos
tes de retroalimentación en los que los productos del autores han denominado centros hipnógenos. Así, la
gen que actúa como reloj regulan negativamente su estimulación del hipotálamo anterior produce los
propia expresión. En las neuronas que actúan como signos característicos del dormir, por lo que se ha
relojes biológicos, parecen existir al menos dos de denominado «el centro del sueño». Por el contrario,
estos circuitos de retroalimentación, que interaccio- la estimulación del hipotálamo posterior produce la
nan entre sí. activación de la corteza cerebral, es decir, la vigilia.
CAPÍTULO 24

Fascículos de asociación. Corteza prefrontal.


Áreas corticales del lenguaje. Asimetría cerebral

En este capítulo estudiaremos las bases neuroló- e Fascículo longitudinal superior. Es volumino-
gicas de las funciones cerebrales superiores o cogni- so. Se extiende desde el lóbulo frontal hasta los
tivas. La realización de estas funciones tiene lugar lóbulos temporal y occipital. En su trayecto se
en zonas concretas de la corteza cerebral llamadas relaciona con la cápsula interna y con el núcleo
áreas de asociación. Estas áreas necesitan integrar lenticular. A nivel del lóbulo temporal se curva li-
la información que procede de áreas corticales muy geramente, por lo que también se denomina fas-
diferentes, lo que requiere que estén interconectadas cículo arqueado.
por medio de fibras de asociación. e Fascículo unciforme (fig. 24-2). Es el más corto
de todos los fascículos de asociación. Va desde la
cara orbitaria del lóbulo frontal hasta la porción
2 FASCÍCULOS DE ASOCIACIÓN anterior del lóbulo temporal. Describe un arco
DE LA CORTEZA CEREBRAL cuyo punto culminante se sitúa en el limen de la
ínsula, donde levanta un pliegue poco acusado.
Los cilindroejes o fibras de asociación provienen Asocia entre sí el lóbulo frontal, la ínsula y el ló-
principalmente de neuronas piramidales situadas bulo temporal.
en las capas 2 y 3 de la corteza cerebral. Se distinguen e Fascículo longitudinal inferior. Se extiende en-
dos tipos de fibras de asociación: cortas y largas. Las tre los lóbulos temporal y occipital.
fibras cortas, también denominadas fibras arqueadas,
conectan entre sí circunvoluciones adyacentes. Si-
guen un trayecto subcortical, y generalmente unen Ml ÁREAS DE ASOCIACIÓN
entre sí las vertientes opuestas de un surco adoptando Y FUNCIONES SUPERIORES
una dirección perpendicular al eje de éste. Las fibras
largas unen entre sí áreas corticales situadas en lóbu- La corteza cerebral está ocupada no sólo por las
los distintos de un mismo hemisferio. Siguen un tra- áreas sensitivas y motoras sino también por las de-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito,

yecto profundo, participan en la formación del centro nominadas áreas de asociación. Estas áreas se carac-
oval y constituyen los llamados fascículos de asocia- terizan porque su lesión no produce alteraciones
ción. Cada uno de estos fascículos, a lo largo de su sensitivas ni motoras, o éstas son poco acusadas. Sin
trayecto, da y recibe fibras de las circunvoluciones su- embargo, llevan a cabo funciones muy importantes,
prayacentes. Todos los fascículos tienen fibras que de orden superior o cognitivo, entendiendo como ta-
discurren en direcciones opuestas. Los principales les la capacidad de prestar atención, identificar y
fascículos de asociación son (fig. 24-1): planificar respuestas útiles y muy elaboradas a los
estímulos sensitivos o a las motivaciones. Sabemos
e Cíngulo. Forma la sustancia blanca de la circun- que constituyen las bases del comportamiento mo-
(0 MASSON,

volución del cíngulo. Se ha descrito en el capí- ral y social, así como de la creatividad técnica, cien-
tulo 23. tífica y artística del ser humano. Sin embargo, esta-
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 24-1
Situación de los fascículos de asocia-
ción en visiones lateral, medial y en un
corte frontal del hemisferio cerebral
derecho. En verde se ha dibujado el |
fascículo unciforme; en amarillo el fas- |
cículo longitudinal superior; en azul el
fascículo longitudinal inferior; en rojo
el cíngulo,

mos muy lejos de comprender los mecanismos neu- una única modalidad sensitiva. Un rasgo característi-
robiológicos implicados en la enorme complejidad co de las áreas de asociación multimodal, que las di-
y riqueza de tales comportamientos. ferencia de las restantes áreas corticales, es el tipo de
Las áreas de asociación ocupan una extensión ma- conexiones que establecen. La mayor parte de las afe-
yor que el resto de las áreas corticales, reciben e inte- rencias y eferencias se realizan con otras áreas corti-
gran información de más de una modalidad sensorial cales, bien directamente por medio de las fibras de
e influyen en una amplia gama de funciones. También asociación bien a través de aleuno de los núcleos ta-
se denominan áreas de asociación sensorial multimo- lámicos. De esta manera, la información que llega a
dal, en contraposición a las áreas sensitivas o áreas de las áreas de asociación es muy compleja, ya que ha
asociación unimodal, que integran información de sido integrada, procesada y elaborada previamente en
otras áreas corticales de asociación unimodal.
Las áreas de asociación multimodal establecen
conexiones complejas y numerosas con áreas corti-
cales situadas en el mismo hemisferio cerebral y en
el hemisferio contralateral. Estas conexiones no son
difusas sino que cada área de asociación multimodal
recibe aferencias de áreas concretas.
El conocimiento que tenemos de las funciones de
las áreas de asociación es fundamentalmente indi-
recto, ya que se basa en el estudio de las alteraciones
que aparecen tras su lesión. En los últimos años es-
tas funciones también se han estudiado mediante
técnicas de análisis de imágenes funcionales.
Existen cuatro áreas de asociación multimodal
fundamentales: el área del lóbulo parietal o área
FIGURA 24-2
posterior, el área prefrontal o área anterior, el área
Disección del hemisferio cerebral derecho siguiendo el méto-
límbica y el área temporal. Aquí nos ocuparemos
do de Ludwing y Klingler. Se ha eliminado la corteza cerebral
para exponer los fascículos de asociación. únicamente del estudio de las dos primeras. El área
1 Fascículo unciforme.
límbica, implicada en las emociones y en el almace-
2 Fascículo longitudinal superior. namiento de la memoria, y el área temporal, que in-
ASIMETRÍA CEREBRAL
terviene en el reconocimiento, han sido estudiadas tora suplementaria. Está particularmente desarro-
en capítulos anteriores. llada en los primates y, muy en especial, en el ser
humano. El diseño de sus conexiones responde a la
necesidad de integrar y organizar la información
Área de asociación del lóbulo parietal procedente de varias modalidades sensoriales con el
estado emocional y motivacional del individuo. In-
Esta área se sitúa en una especie de encrucija- terviene también en la integración necesaria para la
da entre los lóbulos parietal, temporal y occipital. ejecución de movimientos complejos encaminados
Corresponde a las áreas de Brodmann 39 y 40, y a hacia un objetivo, así como en las tareas mentales.
parte de las áreas 19, 21, 22 y 37. Recibe aferencias El área de asociación prefrontal recibe aferencias
fundamentalmente de las áreas somatosensorial, vi- de áreas de la corteza parietal, temporal, occipital y de
sual y auditiva. Las eferencias se proyectan hacia las la circunvolución del cíngulo. También recibe infor-
áreas premotoras, lóbulo límbico y área prefrontal. mación del núcleo medial dorsal del tálamo, que pa-
La lesión del área de asociación parietal del he- rece tener una importancia especial, y del cuerpo
misferio cerebral derecho provoca el síndrome de amigdalino. Estas conexiones son de doble sentido.
negación contralateral. Se caracteriza porque los Las principales eferencias se proyectan hacia las áreas
pacientes experimentan dificultades con la orienta- premotoras y motora suplementaria, y hacia la corteza
ción espacial respecto al lado izquierdo, de manera de asociación de los lóbulos parietal y temporal.
que ignoran la existencia de todos los objetos situa- Gran parte de lo que conocemos sobre el papel
dos en ese lado. Los enfermos con este síndrome pue- funcional del área prefrontal proviene del estudio
den desconocer completamente las mitades izquier- de sujetos con lesiones traumáticas o quirúrgicas de
das de los objetos, e incluso la mitad izquierda de su esta zona. Los primeros datos se obtuvieron en 1848
propio cuerpo. Todos estos déficit se ponen de mani- a partir del estudio clínico de un capataz en la cons-
fiesto con pruebas sencillas. Así, cuando se pide al pa- trucción de un ferrocarril en Estados Unidos llama-
ciente que haga un dibujo esquemático de un objeto, do Phineas Gage. Phineas sufrió un accidente la-
únicamente traza la mitad derecha, ignorando total- boral que le produjo una lesión del lóbulo frontal
mente la izquierda. También se presentan dificulta- izquierdo; sobrevivió al traumatismo, pero padeció
des para realizar tareas motoras complejas en el lado un marcado cambio de personalidad que le convirtió
izquierdo, como anudarse el cordón del zapato o al- en un caso clínico famoso. Se apreciaban cambios
canzar un objeto situado en ese lado. Las lesiones pa- similares de personalidad después de la intervención
rietales pueden afectar a las etapas iniciales de la pla- conocida como lobotomía o leucotomía prefrontal.
nificación motora, así como a la percepción sensorial. Esta intervención, diseñada por el portugués Egaz
Estos síntomas indican que el área de asociación Moniz en 1936, tenía por objeto seccionar las cone-
parietal es la región cortical responsable de la aten- xiones del área de asociación prefrontal con el resto
ción. Esta función está representada de manera des- del cerebro en un intento de controlar las alteracio-
igual en los dos hemisferios. El área localizada en el nes conductuales graves que se observan en algunas
hemisferio derecho media la atención de las dos mi- psicosis (esquizofrenia, psicosis obsesivas, etc.). La
tades corporales y del espacio extrapersonal, mien- lobotomía prefrontal fue, durante algún tiempo, una
tras que el área ubicada en el hemisferio izquierdo intervención muy utilizada, aunque hoy día ha sido
sólo media la del lado derecho. Ello explica que la le- totalmente sustituida por el tratamiento farmacoló-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

sión del área derecha produzca síntomas de nega- gico. Los pacientes lobotomizados no presentaban
ción contralateral. Sin embargo, la lesión del área iz- alteraciones sensitivas o motoras, o bien éstas eran
quierda no produce síntomas de este tipo en el lado muy ligeras. Además, conservaban la percepción y la
derecho porque el déficit funcional se compensa por memoria a largo plazo. Sin embargo, sufrían cam-
la acción del área derecha. bios notables en el estado de ánimo y en la persona-
lidad. Padecían una reducción de la capacidad para
resolver problemas abstractos y adoptaban un com-
Área de asociación prefrontal portamiento social inadecuado, con signos de auto-
complacencia. Individuos que antes de la lobotomía
(O MASSON,

Se localiza en el extremo anterior del lóbulo eran sociables, locuaces y razonables, se convertían
frontal, por delante de las áreas 6 y 8 y del área mo- en personas apáticas, deprimidas, inmaduras y vul-
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

gares. La capacidad de concentración y de iniciativa cia a algo distinto a él (designado). La relación en-
de estos pacientes disminuía, se distraían más de lo tre signo y designado es convencional, por lo que
normal y sólo pensaban en el tiempo presente y en solamente tiene sentido para el conjunto de sujetos
su propia persona. que conocen esa conversión o código. Así, los sím-
La disminución de los niveles de dopamina, o la bolos que constituyen nuestro lenguaje sólo pueden
destrucción del núcleo medial dorsal del tálamo, ser interpretados por aquellos que hablamos caste-
produce síntomas similares a los que acabamos de llano. Para el resto de sujetos carece de todo sentido.
mencionar. Ello pone de manifiesto la gran impor- El lenguaje está relacionado con un sistema de sím-
tancia de las aferencias dopaminérgicas que llegan bolos hablados y oídos, escritos y leídos, o gesticu-
al área de asociación prefrontal. La disminución de lados y vistos.
estas aferencias puede explicar algunos de los sínto- La expresión y recepción de los signos depende
mas que presentan los enfermos esquizofrénicos. de la capacidad motora de los músculos del apara-
Las funciones del área de asociación prefrontal to fonatorio (músculos de la cara, lengua, faringe,
se relacionan con lo que podemos denominar «con- laringe, etc.), de los de la extremidad superior (en es-
ductas superiores» y con la capacidad de futuriza- pecial de la mano) o de los que intervienen en el ges-
ción. Las áreas prefrontales son importantes en el to y la mímica. Lógicamente, las capacidades auditi-
mantenimiento de la personalidad del individuo y en va y visual desempeñan un papel fundamental. Sin
la organización de la conducta hacia una meta defi- embargo, estas funciones no están relacionadas con
nida. Ello incluye la adecuada planificación y orga- la capacidad simbólica del cerebro.
nización de las acciones futuras y la valoración de También debemos diferenciar claramente entre
las consecuencias de dichas acciones. Estas áreas lenguaje y pensamiento. A veces se dice de manera
participan en tareas que requieren una demora en- errónea que el lenguaje interior, las palabras imagi-
tre el estímulo y la respuesta, y en tareas cuya reali- narias que se dan en la intimidad de la persona, son
zación depende, en gran parte, de las experiencias el soporte exclusivo del pensamiento. El pensamien-
recientes. to es la capacidad de tener ideas (conocimiento de
una cosa) y de inferir nuevas ideas a partir de otras,
lo cual es posible utilizando imágenes visuales o de
Áreas corticales del lenguaje otro tipo, no verbales. El código (el lenguaje) es dife-
rente del contenido (el pensamiento). El lenguaje
CONCEPTOS BÁSICOS tiene una estructura compleja cuyo análisis está fue-
ra de nuestro propósito. Aquí debemos tener en
Una de las funciones corticales superiores más cuenta únicamente que el lenguaje está formado por
características del ser humano es la producción y unidades finitas (vocabulario) que se combinan en-
comprensión del lenguaje. Entendemos como tal la tre sí de acuerdo con unas normas o reglas (gramáti-
capacidad de asociar símbolos arbitrarios con signi- ca), dando lugar a un número indefinido de frases.
ficados específicos para comunicar los pensamien- El significado de una combinación depende tanto
tos y las emociones. El lenguaje tiene dos vertientes, del contenido de las unidades como de la forma en
una expresiva y otra receptiva. El lenguaje expresivo que están dispuestas.
permite la comunicación a otros de nuestros pensa-
mientos y emociones. Comprende la expresión oral
(el habla), la escrita y el lenguaje gestual. El lengua- ESTRUCTURAS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
je receptivo permite entender lo que otros hablan, la QUE INTERVIENEN DIRECTAMENTE EN EL LENGUAJE
lectura y el lenguaje gestual.
Debemos establecer una separación clara entre el El lenguaje está lateralizado, de modo que en
lenguaje y algunos procesos sensitivos y motores la mayoría de los sujetos (aproximadamente el
que, aunque están estrechamente asociados al len- 96%) las estructuras nerviosas implicadas en el len-
guaje y son necesarios para su expresión y recep- guaje se localizan en el hemisferio izquierdo. Su
ción, son diferentes desde un punto de vista concep- localización y función ha sido posible gracias al es-
tual. La esencia del lenguaje es su representación tudio de las alteraciones del lenguaje en sujetos que
simbólica; es decir, el lenguaje es un sistema de sig- han padecido lesiones corticales y subcorticales
nos. Un signo es un objeto físico que hace referen- más o menos localizadas, debidas generalmente
24 FASCÍCULOS DE ASOCIACIÓN. CORTEZA PREFRONTAL. ÁREAS CORTICALES DEL LENGUAJE. ASIMETRÍA CEREBRAL

FIGURA 24-3
Situación de las áreas del lenguaje en
visiones lateral (A) y medial (B) y del ló-
bulo de la ínsula (C) del hemisferio ¡z-
quierdo. En verde claro se ha represen-
tado el área de Broca (B); en amarillo
oscuro el área de Wernicke (W); en azul
claro el centro de Déjerine; en azul os-
curo el centro de Luria. AMS, área mo-
tora suplementaria. Para el resto de
áreas, consúltese el texto.

a accidentes vasculares o procesos tumorales. Re- e Elárea de Wernicke (fig. 24-3) ocupa la porción
cientemente, técnicas como la tomografía por emi- posterior de las circunvoluciones temporales
sión de positrones (TEP) y la resonancia magnéti- superior y media (área acústica secundaria,
ca funcional (RMF) aplicadas al estudio de sujetos áreas 22 y 21 de Brodmann) y parte de la circun-
normales están permitiendo ampliar considerable- volución parietal inferior. Es una región recep-
mente nuestro conocimiento sobre la localización y tora codificadora de los símbolos del habla, que
el papel funcional de las estructuras del SNC impli- asocia los sonidos con los conceptos.
cadas en el lenguaje. Además, estas técnicas han de- e Enel fondo de la cisura lateral (fig. 24-3), en la
mostrado que existen variaciones individuales con- porción anterior de la ínsula (circunvoluciones
siderables en cuanto a la extensión e incluso la cortas), se localiza un área especializada en la
localización de estas áreas. programación motora que interviene en la pro-
La mayor parte de las áreas corticales del lengua- ducción correcta de los sonidos de las palabras y
je se sitúan en torno al surco lateral (fig. 24-3). In- en que éstos se emitan en la secuencia y el tiempo
S.A. Fotocoplar sin autorización es un delito,

mediatamente por encima y por debajo de éste se lo- apropiados.


calizan las áreas de Broca y de Wernicke, que son e Sobre el extremo posterior del surco lateral se en-
las áreas clave del lenguaje. Ambas áreas están aso- cuentran los centros de Déjerine y de Luria
ciadas por medio del fascículo longitudinal superior. (fig. 24-3). El primero corresponde a parte de la
circunvolución angular (área 39 de Brodmann),
e El área de Broca (fig. 24-3) se sitúa en las por- mientras que el segundo se sitúa en la circunvo-
ciones opercular y triangular (áreas 44 y 45 de lución supramarginal (área 40 de Brodmann).
Brodmann) de la circunvolución frontal infe- Estas áreas son zonas de corteza asociativa y pa-
rior. Es importante para la generación del lengua- recen ser importantes para la organización ade-
'D MASSON,

je, pues contiene los programas motores que se- cuada de la palabra tanto hablada como escrita,
ñalan la secuencia de palabras. actuando como mediadoras entre las áreas recep-
MEX] stcunoa
PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIO
porcionan un significado adicional a la comunica-
ción verbal al actuar sobre el énfasis, el ritmo y la
entonación. Estos elementos aportan a la palabra
hablada un componente emocional que es indepen-
diente de su propio contenido. El hemisferio de-
recho también es importante en la pragmática del
lenguaje, es decir, en la utilización de un lenguaje
adecuado para un medio social determinado.

MODELO FUNCIONAL

Una vez conocidas la situación de las áreas del


FIGURA 24-4 lenguaje y sus funciones parciales, intentaremos es-
Modelo funcional del lenguaje. En rosa se ha representado el
tablecer un modelo funcional. Este modelo es nece-
sistema conceptual; en amarillo el sistema de mediación; en sariamente esquemático e incompleto, dado que
verde el sistema de ejecución; en azul el sistema motor. Las fle- nuestro conocimiento acerca del funcionamiento
chas rojas indican la dirección del flujo de información. B, área del SNC como una totalidad presenta muchas lagu-
de Broca. W, área de Wernicke. Para el resto de áreas, consúl- nas, pero puede ayudarnos a comprender las altera-
tese el texto.
ciones del lenguaje.
El núcleo del problema radica en el proceso de ex-
toras auditiva y visual y las áreas de Broca y de presión y comprensión del lenguaje hablado, en el
Wernicke. cual nos centraremos. La secuencia de aconteci-
e Por delante y por debajo del área de Wernicke se mientos cerebrales (fig. 24-4) que tienen lugar du-
extiende una banda alargada que ocupa el polo rante la expresión de la palabra hablada es la si-
temporal (área 38 de Brodmann), la circunvolu- guiente:
ción temporal inferior (área 20 de Brodmann) y
parte de la circunvolución temporal media (área En primer lugar, una extensa zona de la corteza
21 de Brodmanmn) (fig. 24-3). Esta banda es muy cerebral, a la que en conjunto se denomina sistema
importante para la denominación de diferentes ti- conceptual, aporta los significados no verbales. Por
pos de cosas, lugares y personas. ejemplo, si hemos de describir verbalmente un ob-
e Por encima y por delante del área de Broca, ocu- jeto que estamos mirando, la aportación del signifi-
pando parte de las circunvoluciones frontales cado no verbal se realiza mediante las áreas visua-
media e inferior (parte del área 6 de Brodmann) les (áreas 17, 18 y 19 de Brodmanmn).
se ubica el centro de Exner (fig. 24-3), que tiene La información anterior llega a las áreas del len-
importancia para el lenguaje escrito. guaje asociativas (centros de Déjerine y Luria) que
e En la cara medial del hemisferio cerebral se lo- hemos descrito en los lóbulos parietal, frontal y tem-
calizan el área motora suplementaria y un área poral. El área asociativa constituye el sistema de
cingulada que corresponde al área 24 de Brod- mediación del lenguaje, ya que sirve de asociación
mann (fig. 24-3). Estas áreas intervienen en la ini- o mediación entre el sistema conceptual y el si-
ciación y mantenimiento del habla. guiente sistema, que se denomina de ejecución del
e Algunas estructuras subcorticales, en especial lenguaje.
los núcleos basales y el tálamo, también pare- El sistema de ejecución está formado por las
cen intervenir en el lenguaje, independientemen- áreas de Wernicke y de Broca, y por el área insular
te del papel que desempeñan en el control motor del lenguaje. El área de Wernicke recibe la informa-
de los músculos del aparato fonatorio. ción procedente del sistema de mediación y asegura
la construcción de los fonemas y de la estructura
El hemisferio cerebral derecho no contiene áreas gramatical. Desde ese punto, la información se
relacionadas con el lenguaje, pero no carece por transfiere al área de Broca por medio del fascículo
completo de habilidades lingiísticas. El hemisferio longitudinal superior, que desempeña un papel muy
derecho aporta los elementos prosódicos, que pro- importante en el lenguaje. El área de Broca realiza
la programación motora del lenguaje y activa el sis- cha. Se caracteriza por la dificultad para producir y
tema motor implicado en la dinamización de los articular las palabras, que son escasas y elaboradas.
músculos del aparato fonatorio. El área insular con- Se conserva la comprensión del habla, pero ésta se
tribuye a la programación motora. realiza con dificultad cuando las oraciones son gra-
Finalmente, el sistema motor, formado por las maticalmente complejas. Los pacientes son incapa-
zonas de las áreas motoras donde están representa- ces de repetir una frase corta sin cometer errores.
dos los movimientos de las estructuras que partici- A menudo se sienten deprimidos porque saben que
pan en la fonación (cara, boca, lengua, laringe, etc.), los demás no comprenden su habla.
activa las motoneuronas correspondientes para la
producción de los sonidos adecuados. Afasia de Wernicke. También se conoce como
En este modelo hay una corriente centrípeta de afasia receptiva o sensorial. Se produce por lesión en
información que confluye sobre el área de Broca el área de Wernicke, aunque puede ser más extensa.
(fig. 24-4). Desde ese punto, el flujo de información No hay afectación de las áreas motoras, pero puede
es transferido a las áreas motoras que actúan como existir lesión de la vía óptica. El habla es fluida y es-
vía final común. En el caso de la comprensión de la pontánea. Sin embargo, su contenido es a menudo
palabra hablada, el flujo de información procedente ininteligible ya que se cometen errores frecuentes
de las áreas acústicas alcanza, después de pasar por en la elección de las palabras, cambiando la palabra
el área de Wernicke, las áreas de asociación, donde correcta por un sustituto (parafrasia). La compren-
los símbolos acústicos son interpretados. sión está deteriorada. Al igual que en la afasia de
La escritura y la lectura se aprenden después de Broca, la repetición de las frases está alterada.
que un idioma se ha oído o hablado durante algún
tiempo. Los sistemas gráfico-simbólicos implicados Afasia de conducción. Se produce por lesión de
en los procesos de aprendizaje se agregan a las fun- las interconexiones (fascículo longitudinal superior)
ciones preexistentes del habla: a las áreas de asocia- entre las áreas de Broca y de Wernicke. El habla es
ción visual del lóbulo occipital en el caso de la lec- fluida e inteligible, aunque a menudo hay titubeo y
tura, y a las áreas del lenguaje del lóbulo parietal en se utilizan incorrectamente las palabras. El pacien-
el caso de la escritura. te experimenta grandes dificultades para repetir lite-
ralmente frases cortas y no puede nombrar con fa-
cilidad las cosas o las personas.
Implicaciones clínicas: alteraciones del lenguaje
Afasia global. Se produce por lesiones extensas
Debemos distinguir claramente dos tipos diferen- de la corteza cerebral izquierda, por lo general en el
tes de alteraciones del lenguaje: la disartria y la afa- territorio de la arteria cerebral media. En la afasia
sia. La disartria es la dificultad para producir pala- global se combinan las afasias de Broca, de Wernic-
bras como resultado de una lesión del sistema ke y de conducción. Los pacientes pierden totalmen-
motor. La afasia es la incapacidad para producir el te la capacidad de producción y comprensión del
lenguaje, comprenderlo o ambas cosas, a conse- lenguaje, y únicamente pueden emitir o comprender
cuencia de una lesión de las áreas corticales del len- unas pocas palabras.
guaje o de sus interconexiones.
El análisis de los síndromes afásicos ayuda a
(G MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

comprender el papel funcional de las áreas cortica- Mi ASIMETRÍA CEREBRAL


les del lenguaje, por lo que vamos a exponer breve-
mente los tipos principales. Los hemisferios cerebrales, a pesar de su aparen-
te semejanza, son asimétricos tanto morfológica
Afasia de Broca. También se conoce como afa- como funcionalmente.
sia expresiva o motora. Se produce por lesión del
área de Broca y de las zonas próximas en grado va-
riable, incluida el área insular. La corteza motora Asimetrías morfológicas
adyacente al área de Broca se encuentra afectada
con frecuencia, por lo que la afasia se asocia con La asimetría morfológica, aunque no es muy
trastornos motores en la extremidad superior dere- marcada, se manifiesta por diferencias en el tama-
MER] secuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

ño de los hemisferios (en la mayor parte de la po- capaz de comunicar esa identificación por me-
blación el hemisferio izquierdo es más grande), en dios no verbales, por ejemplo señalando un obje-
su forma y en el patrón de surcos y circunvolucio- to igual al que está manipulando. El problema
nes. También existen diferencias en la citoarquitec- de estos experimentos es que algunos resultados
tura, en la densidad celular y en la organización del pueden ponerse en duda, ya que se realizan en
árbol dendrítico. Estas diferencias no sólo afectan a sujetos que no son totalmente normales.
la corteza cerebral, sino también a las estructuras e Estimulación taquiscópica. En los pacientes co-
subcorticales, incluidos los ventrículos laterales. misurotomizados el quiasma óptico está intacto,
por lo que la información visual puede pasar a los
dos hemisferios. Para evitar este inconveniente se
Asimetrías funcionales utiliza un método muy ingenioso: los estímulos ta-
quiscópicos. Consisten en proyectar la informa-
Aunque algunas asimetrías funcionales, como la ción visual sobre una pantalla diseñada especial-
del lenguaje, se conocen desde hace mucho tiempo, mente. La proyección es muy rápida y se realiza
no se han desarrollado técnicas apropiadas para su exclusivamente sobre uno de los campos visuales.
estudio hasta hace relativamente poco. El análisis Así, una instrucción taquiscópica en el campo vi-
experimental es complejo dado que los dos hemisfe- sual izquierdo sólo llega al hemisferio derecho.
rios cerebrales están comunicados ampliamente en- Utilizando este método puede valorarse una am-
tre sí por el cuerpo calloso y las diferentes comisu- plia gama de funciones, no solamente en pacien-
ras, y funcionan como una unidad. Precisamente, la tes con encéfalo dividido sino incluso en indivi-
mayor parte de las estrategias experimentales tra- duos normales. La información se proporciona
tan de interrumpir esta comunicación para eviden- tan rápidamente que no pasa al lado opuesto por
ciar el funcionamiento aislado de cada hemisferio. el cuerpo calloso ni por las restantes comisuras.
Las principales técnicas y estrategias que se utilizan e Los métodos menos invasores que pueden apli-
en el ser humano son: carse a sujetos normales son la TEP y la RMF.
Estos métodos son los más utilizados en la actua-
e Inyección de amital sódico en una de las arterias lidad. Permiten identificar y localizar con preci-
carótidas internas. Este procedimiento anestesia sión los cambios metabólicos que se producen en
temporalmente el hemisferio cerebral del mismo la corteza cerebral o en las estructuras subcorti-
lado de la inyección y permite evaluar la capaci- cales durante la realización de una tarea mental
dad funcional de cada mitad del cerebro. concreta, y determinar si la función está laterali-
e Experiencias en pacientes con cerebro dividido. zada o no.
Para poder enjuiciar la función de los dos hemis-
ferios cerebrales de forma independiente, se uti-
lizan pacientes cuyo cuerpo calloso y comisura Funciones lateralizadas
anterior se han seccionado totalmente. Esta ma-
niobra, llamada comisurotomía, se utiliza para Los resultados de las experiencias comentadas
evitar o atenuar crisis epilépticas graves que no anteriormente han demostrado que los dos hemisfe-
responden a otros tratamientos. Los sujetos co- rios están especializados y realizan tareas indepen-
misurotomizados pueden someterse a diferentes dientes. Además, cada hemisferio cerebral tiene sus
pruebas. Por ejemplo, puede demostrarse la late- propias maneras de realizar una tarea. El hemisferio
ralización del lenguaje solicitándoles que descri- izquierdo realiza mejor algunas tareas de modo ana-
ban o identifiquen un objeto que manipulan con lítico, de manera que el problema que debe resol-
una de sus manos (estereognosia), sin recibir in- verse se divide en sus elementos lógicos, analizándo-
formación visual. Al utilizar la mano derecha, se de forma secuencial de cada uno de ellos. Este
cuya información táctil es recibida por el hemis- modo de proceder es muy apropiado para la codifi-
ferio izquierdo debido a la decusación de la vía, el cación verbal. Su manera de funcionar puede resu-
paciente puede realizar una descripción verbal mirse diciendo que se trata de un hemisferio funda-
precisa. Por el contrario, si utiliza la mano iz- mentalmente intelectual, racional, verbal y analítico.
quierda, no puede hacer esta descripción. No El hemisferio derecho realiza mejor las tareas por
obstante, el paciente ha reconocido el objeto y es medio de un procesamiento simultáneo, resolviendo
FIGURA 24-5
Esquema en que se muestran algunas
de las capacidades funcionales que
realizan los hemisferios izquierdo y de-
recho en un sujeto con dominancia iz-
— Olfacción lado — Olfacción lado quierda (deducidas por experiencias en
izquierdo derecho sujetos con cerebro dividido).

— Componente léxico — Música


y sintáctico
del lenguaje verbal — Prosodia del lenguaje

— Audición ambos oídos — Audición ambos oídos


(predominio derecho) (predominio izquierdo)

- Capacidades espaciales
— Análisis secuencial
—Estereognosia izquierda
— Estereognosia derecha
— Campo visual izquierdo
— Campo visual derecho
— Motilidad lado izquierdo
— Motilidad lado derecho
— Síntesis temporal
— Estrechamente unido
a la conciencia — Gusto

el problema como un todo o de manera sintética. Un pues dan la impresión de que un hemisferio domina
ejemplo de esta manera de proceder es el reconoci- al otro o es más importante, lo cual no es cierto. Ade-
miento de una imagen. El hemisferio derecho es bá- más, se ha asociado la utilización de la mano dere-
sicamente comprensivo, emocional y actúa de ma- cha con la localización de las áreas del lenguaje en
nera intuitiva y no verbal. La figura 24-5 resume las el lado izquierdo. Así, los sujetos diestros tendrían
funciones lateralizadas en cada hemisferio en la ma- como hemisferio dominante el izquierdo, mientras
yor parte de los sujetos. A pesar de lo que acabamos que todo lo contrario ocurriría en los sujetos zurdos.
de comentar, debemos hacer dos puntualizaciones Sin embargo, los datos experimentales han puesto de
importantes: primero, y en condiciones normales, manifiesto que la mayor parte de los sujetos zurdos
los dos hemisferios funcionan de manera «corpora- muestran dominancia izquierda, y que sólo un 25%
tiva» gracias a las comunicaciones establecidas a de ellos presentan dominancia derecha. La única ma-
través del cuerpo calloso y las restantes comisuras; nera de averiguar la localización del hemisferio domi-
segundo, cualquiera de los dos hemisferios puede nante en un individuo concreto es recurrir al método
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

llevar a cabo procesos básicos de todo tipo siempre del amital sódico o a técnicas funcionales de análisis
que las funciones que deban realizarse no sean de- de imágenes. También puede ponerse de manifiesto
masiado complejas. en caso de lesión cortical.
Los factores que determinan la asimetría de los
hemisferios cerebrales no se conocen con exactitud.
Dominancia cerebral Aunque debe existir una base genética, no existen
datos concretos. Entre otras hipótesis se ha postula-
El hemisferio cerebral donde se sitúan las áreas del do que la testosterona, durante el período fetal, pue-
lenguaje se denomina dominante, mientras que el de desempeñar un papel importante en el desarro-
otro se denomina menor. Estos términos han sido llo de la asimetría cerebral. Sin embargo, no se
muy utilizados, pero no son demasiado afortunados, conocen los factores que pueden estar implicados en
PET] SEGUNDAPARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.

la respuesta morfológica o funcional a esa hormona, izquierdo producirá una hemiplejía derecha debido
Parece que el factor primario que determina cuál de al cruzamiento de la vía piramidal. Además, una
los dos hemisferios será dominante es el tamaño, función cerebral podrá estar afectada o no depen-
de modo que las áreas del lenguaje se localizarían en diendo no sólo de la situación de la lesión, sino del
el hemisferio mayor. tipo de dominancia cerebral que presenta el enfer-
La utilidad de la asimetría cerebral tampoco se mo. Por ejemplo, en un sujeto con dominancia cere-
conoce, aunque parece lógico pensar que constituye bral izquierda, la lesión del hemisferio de ese lado
una adaptación al reducido tamaño de la cavidad puede producir una alteración del lenguaje. Ello no
craneal. La localización de determinadas funciones ocurrirá si la misma lesión se produce en un sujeto
evita la redundancia funcional, de modo que pueden con dominancia derecha.
realizarse más funciones con un número dado de Algunas enfermedades que alteran funciones ce-
circuitos neuronales. Dicho de otra manera, sería rebrales complejas parecen estar relacionadas direc-
una forma de reducir el «cableado». tamente con la asimetría cerebral. Por ejemplo, en la
esquizofrenia se observan dilataciones de los ven-
trículos laterales, que son mucho más marcadas en
Consideraciones clínicas el lado izquierdo que en el derecho, Por otra parte,
estudios estadísticos han puesto de manifiesto que
La asimetría cerebral tiene implicaciones clínicas en los sujetos zurdos, parece existir un ligero incre-
importantes. La localización de los signos y sínto- mento en la incidencia de lesiones cerebrales como
mas en una u otra mitad corporal indica cuál es el epilepsia, retraso mental, dislexia (niños con difi-
hemisferio cerebral afectado. Así, una lesión del área cultades para aprender a leer y escribir) y mutismo
motora primaria situada en el hemisferio cerebral (ausencia completa del habla).
CAPÍTULO 25

Síntesis topográfica de la médula espinal,


tronco del encéfalo y cápsula interna

El análisis funcional del SNC, tal como lo hemos lla dividida en tres cordones. En los cordones ante-
realizado en los capítulos precedentes, trata de pro- rior y lateral se sitúan, adosados a la superficie de
porcionar un conocimiento coherente de cada siste- la sustancia gris, numerosos cilindroejes, tanto di-
ma funcional y de sus conexiones. Para obtener una rectos como cruzados, de neuronas de asociación.
visión de conjunto, este análisis debe completarse Estos cilindroejes forman los denominados fascícu-
con un estudio topográfico de las zonas más impor- los propios anterior y lateral (fig. 25-1), que esta-
tantes y de mayor complejidad del SNC. Este tipo blecen la conexión entre los brazos aferente y efe-
de análisis tiene gran importancia médica, ya que rente de los reflejos suprasegmentarios (v. cap. 16).
ayuda a establecer un diagnóstico de localización y
permite comprender los síntomas provocados por
una lesión, destructiva (vascular, traumática o dege- Topografía del cordón posterior
nerativa) o irritativa, en una zona concreta del SNC.
En el presente capítulo realizaremos un estudio El cordón posterior se sitúa entre el asta posterior
sintético de la disposición espacial de los diversos y el surco medio posterior (figs. 25-1 y 25-2). Contie-
tractos y fascículos nerviosos que transitan por nive- ne los axones ascendentes directos que pertenecen al
les concretos del SNC, y de los núcleos que se sitúan tracto espinobulbotalámico (v. cap. 12). Estos axo-
en ellos. Nuestro estudio se centrará en los tres niveles nes se originan en las neuronas situadas en los gan-
que consideramos de mayor complejidad: la médula elios sensitivos o espinales y terminan sobre las neu-
espinal, el tronco del encéfalo y la cápsula interna. Las ronas de los núcleos grácil y cuneiforme (figs. 25-3
lesiones en estas zonas, incluso si son relativamente y 25-4). El cordón posterior se halla dividido por un
pequeñas, pueden interrumpir diversas vías nerviosas tabique glial en una zona medial denominada fas-
y provocar sintomatología compleja. Aconsejamos al cículo grácil, o delgado de Goll, y una zona lateral de-
lector consultar continuamente los dibujos y las foto- nominada fascículo cuneiforme o de Burdach. El
grafías que representan las secciones de las zonas del fascículo grácil está ocupado por los cilindroejes as-
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

SNC bajo consideración. Por último, queremos adver- cendentes que han penetrado en la médula espinal por
tir que únicamente tendremos en consideración las debajo del segmento medular T6, mientras que el fas-
vías nerviosas y los núcleos que hemos estudiado en cículo cuneiforme contiene los cilindroejes que han
los capítulos dedicados al análisis funcional. penetrado por encima de ese nivel. Además, en el cor-
dón posterior los cilindroejes se agrupan en lamini-
llas organizadas somatotópicamente (fig. 25-1). Así,
Ñ TOPOGRAFÍA DE LA MÉDULA ESPINAL en los segmentos cervicales superiores las laminillas
más mediales llevan los cilindroejes que han penetra-
Como ya hemos visto (v. cap. 2), la sustancia gris do en los segmentos sacrococcígeos; las laminillas
más laterales llevan los axones que han penetrado en
(O MASSON,

de la médula espinal se dispone centralmente. La


sustancia blanca se dispone periféricamente y se ha-
los segmentos cervicales.
META — sEcuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

FIGURA 25-1
Corte transversal de la médula espinal a nivel de C5. En la mitad izquierda, algunos tractos muestran la agrupación de los
axones en laminillas dispuestas somatotópicamente. SC, segmentos sacrococcígeos; C, segmentos cervicales. Los tractos
cruzados se indican mediante flechas cruzadas.
1 Fascículo grácil. 7 Tracto rubroespinal. 13 Tracto tectoespinal.
2 Fascículo cuneiforme. 8 Ligamento dentado. 14 Tracto reticuloespinal medial.
3 Tracto espinobulbotalámico. 9 Tracto espinocerebeloso anterior. 15 Fascículo corticoespinal ventral.
4 Tracto espinocerebeloso posterior, 10 Tracto olivoespinal, 16 Tracto vestibuloespinal medial.
5 Fascículo corticoespinal lateral. 11 Tracto espinotalámico. 17 Fascículo propio anterior.
6 Tracto reticuloespinal lateral, 12 Tracto vestibuloespinal lateral. 18 Fasciculo propio lateral.

tes radiculares anteriores y posteriores (fig. 25-1). La


inserción del borde medial del ligamento dentado en
la superficie de la médula espinal (v. cap. 7) consti-
tuye una referencia topográfica importante para es-
tablecer la disposición de los tractos que lo ocupan.
En el cordón lateral podemos distinguir dos
estratos, uno superficial y otro profundo (figs. 25-1
y 25-2).

ESTRATO SUPERFICIAL
FIGURA 25-2
Está formado en su mayor parte por axones as-
Sección transversal de la médula espinal torácica de un en-
fermo que padeció un proceso degenerativo desmielinizante cendentes que llevan información propioceptiva y
(ataxia de Friedreich). La desmielinización permite localizar exteroceptiva hacia el cerebelo y que pertenecen a
los tractos espinobulbotalámico (1) y espinocerebeloso poste- los tractos espinocerebelosos posterior o de Flechsing
rior (2) y los fascículos corticoespinal lateral (3) y corticoespi- y anterior o de Gowers (v. cap. 20). Se disponen res-
nal ventral (4). Tinción con el método de Klúver-Barrera. (Cor- pectivamente por detrás y por delante de la inser-
tesía del Prof. J.A. Berciano.)
ción del ligamento dentado (fig. 25-1). Además, a
nivel de los seementos cervicales, entre el tracto es-
Topografía del cordón lateral pinocerebeloso anterior y los filetes radiculares an-
teriores, se ubica el tracto olivoespinal (v. cap. 20),
El cordón lateral se sitúa por fuera de las astas an- formado por fibras descendentes. Dado que los tres
terior y posterior de la médula espinal, entre los file- tractos que forman el estrato superficial del cordón
25 SÍNTESIS TOPOGRÁFICA
DE LA MÉDULA ESPINAL, TRONCO DEL ENCÉFALO Y CÁPSULA INTERNA

lateral están relacionados funcionalmente con el ce- como referencia la inserción del ligamento dentado
rebelo, podemos denominarlo, a efectos didácticos, (figs. 25-1 y 25-2). La zona posterior puede denomi-
«estrato cerebeloso». narse a efectos didácticos «motora», ya que está
El tracto espinocerebeloso posterior está for- constituida por el fascículo corticoespinal lateral y
mado por los cilindroejes directos procedentes de los tractos reticuloespinales lateral y rubroespinal, to-
las neuronas situadas en la columna torácica o nú- dos ellos formados por cilindroejes descendentes que
cleo de Stilling-Clarke (C7 a L2). actúan sobre las motoneuronas. Asimismo, la zona
El tracto espinocerebeloso anterior está consti- anterior puede denominarse «sensitiva», puesto que
tuido por axones cruzados de neuronas asentadas en está compuesta por los axones ascendentes del tracto
la zona lateral de la base del asta anterior, entre los úl- espinotalámico.
timos segmentos lumbares y los sacrococcígeos. El fascículo corticoespinal lateral o cruza-
El tracto olivoespinal sólo se encuentra en la do (v. cap. 17) se sitúa en el plano más posterior
médula cervical. Está formado por cilindroejes direc- (figs. 25-1 y 25-2). Se separa de las restantes fibras
tos que provienen de neuronas ubicadas en el núcleo que componen el tracto corticoespinal en la por-
olivar inferior y en los núcleos olivares accesorios. ción baja del bulbo. Está formado por fibras cru-
zadas de neuronas corticales piramidales que se
agrupan en laminillas organizadas somatotópica-
ESTRATO PROFUNDO mente (fig. 25-1). Las laminillas más mediales lle-
van los axones que terminan en los segmentos cer-
Se sitúa por dentro del anterior y puede dividirse vicales, mientras que las más laterales llevan los
en dos zonas, una posterior y otra anterior, tomando axones que terminan en los segmentos sacrococcí-

FIGURA 25-3
Esquema del tronco del encéfalo visto
desde el plano anterior. La situación de
las principales decusaciones se mues-
tra por transparencia.
1 Tracto tectoespinal (decusación
de Meynert).
2 Tracto rubroespinal (decusación de Forel).
3 Núcleo rojo.
4 Fibras dentadotalámicas (decusación
de Wernekink).
5 Decusación de las fibras
pontocerebelosas.
Fibras corticopónticas.
Jo

Decusación del sistema acústico.


Decusación del tracto olivocerebeloso.
O0DO0

Decusación de los lemniscos mediales.


Decusación motora.
mae
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.
geos. Todos estos axones terminan en las láminas cadas en la zona bulbar de la banda intermedia. Ter-
IV a VII de Rexed. minan fundamentalmente en la lámina VII, y tam-
El tracto reticuloespinal lateral se sitúa en posi- bién en las láminas VII y IX.
ción inmediatamente anterior y medial al fascículo El tracto rubroespinal se sitúa por delante del
corticoespinal lateral. Los axones del tracto reticulo- fascículo corticoespinal lateral y por fuera del reti-
espinal lateral (v. cap. 21) son directos y cruzados, y culoespinal lateral. Únicamente se extiende por los
proceden de neuronas de la formación reticular ubi- segmentos cervicales (fig. 25-1). Los cilindroejes del
tracto rubroespinal (v. cap. 20) son cruzados, proce-
den de neuronas de la porción magnocelular del nú-
cleo rojo y terminan en las mismas láminas que los
del fascículo corticoespinal lateral.
El tracto espinotalámico (v. cap. 12) ocupa la
porción anterior del estrato profundo del cordón la-
teral, pero también se extiende por la porción próxi-
ma del cordón anterior (fig. 25-1). Está formado por
cilindroejes cruzados de segundas neuronas ubica-
das en las láminas 1, V y VI a VIII. Se organiza so-
matotópicamente de modo que los cilindroejes pro-
cedentes de segmentos sacrococcígeos se sitúan en
la porción más externa y posterior del tracto; los ci-
lindroejes que se originan a nivel cervical se sitúan
en la zona más profunda y anterior.

Topografía del cordón anterior

El cordón anterior se localiza entre los filetes ra-


diculares anteriores, el asta anterior y el surco me-
dio anterior (fig. 25-1). Está organizado en dos es-
tratos, uno superficial y otro profundo. Salvo el
tracto espinotalámico, que como ya hemos indica-
do invade parte de este cordón, todos los tractos que
discurren por él son descendentes. La mayor parte
de los tractos, excepto el fascículo corticoespinal
ventral, se originan en neuronas situadas en el tron-
co del encéfalo.

FIGURA 25-4
Esquemas de secciones transversales del tronco del encéfalo ESTRATO SUPERFICIAL
que interesan las porciones inferior (A) y superior (B) del bulbo.
1 Núcleo grácil. 13 Tracto rubroespinal. Está ocupado, de lateral a medial, por los tractos
2 Núcleo cuneiforme. 14 Tracto espinocerebeloso vestibuloespinal lateral y tectoespinal, así como por
3 Tracto espinobulbotalámico. posterior.
4 Núcleo dorsal del vago. 15 Tracto espinocerebeloso el fascículo corticoespinal ventral o directo (figs. 25-1
5 Núcleo del nervio hipogloso. anterior. y 25-2).
6 Fascículo longitudinal 16 Lemnisco medial.
medial. 17 Tracto tegmental central. El tracto vestibuloespinal lateral (v. cap. 19)
7 Núcleo ambiguo. 18 Pedúnculo cerebeloso está constituido por cilindroejes directos de neuro-
8 Núcleo espinal del nervio inferior.
trigémino. 19 Fascículo longitudinal dorsal nas asentadas en el núcleo vestibular lateral, que ter-
9 Tracto espinal del trigémino. de Schútz. minan en las láminas VII y VIII. Se ubica cerca de
10 Tracto tectoespinal. 20 Núcleo vestibular inferior.
11 Tracto corticoespinal. 21 Fascículo solitario.
la superficie del cordón anterior, inmediatamente
12 Tracto espinotalámico. 22 Núcleo solitario. por dentro de los filetes radiculares anteriores.
ÁPSULA INTERNA [PEE
El tracto tectoespinal se sitúa medialmente al ventral. El segundo corredor está formado sucesiva-
anterior, aunque no todos los autores están de acuer- mente por los tegmentos mesencefálico, pontino y
do al respecto. Se origina en el colículo superior, se bulbar, por lo que podemos denominarlo corredor
cruza totalmente por delante del núcleo del nervio tegmental. El corredor tegmental se comunica con
oculomotor (fig. 25-3) y termina en las láminas VI a el cerebelo por medio de los pedúnculos cerebelo-
VIII. Se extiende fundamentalmente por los seg- sos. Por detrás del corredor tegmental se sitúa una
mentos cervicales. Interviene en los movimientos re- zona posterior que está ocupada fundamentalmente
flejos de los ojos. por sustancia gris. Esta zona se encuentra única-
El fascículo corticoespinal ventral está forma- mente en el mesencéfalo y en la parte baja del bulbo,
do por las fibras del tracto corticoespinal que no se y no forma parte del corredor ya que se encuentra
han cruzado a nivel de la decusación motora, pero interrumpida por el IV ventrículo.
que se cruzan difusamente a lo largo de la comisura
blanca anterior antes de terminar en las láminas IV
a VII. Únicamente se extiende hasta los primeros Corredor ventral
segmentos torácicos. Se localiza en la porción del
cordón anterior que limita con el surco medio ante- Está ocupado por fibras descendentes que proce-
rior (figs. 25-1 y 25-2). den de la corteza: el tracto corticoespinal y las fibras
corticopónticas (v. cap. 20). Además, en él se encuen-
tran los núcleos del puente.
ESTRATO PROFUNDO El tracto corticoespinal (v. cap. 17) ocupa, en el
mesencéfalo, la porción central de la base del pe-
Está ocupado sucesivamente, de ventral a dor- dúnculo cerebral (v. figs. 25-11 y 25-12), mientras
sal, por parte del tracto espinotalámico y por los que a nivel del puente se divide en haces de diferen-
tractos reticuloespinal medial y vestibuloespinal me- te grosor debido a la presencia de los núcleos del
dial (fig. 25-1). puente y a las fibras transversales que se originan
El tracto reticuloespinal medial se encuentra en sus neuronas (v. figs. 25-8 y 25-10). En el bulbo
adosado al lado externo del fascículo corticoespinal las fibras se reagrupan y ocupan totalmente el pie,
ventral. Está formado por axones directos de neuro- determinando el relieve de la pirámide de la médula
nas situadas en la banda intermedia de la forma- oblonga. En la parte baja del bulbo se localiza la de-
ción reticular del puente. Termina en las láminas cusación de la mayor parte de las fibras de este trac-
VII y VIIL. to (decusación motora) (fig. 25-3).
El tracto vestibuloespinal medial se ubica en el Las fibras corticopónticas se disponen en la base
ángulo que se forma entre la cara interna del asta del pedúnculo cerebral a ambos lados del tracto cor-
anterior y la sustancia gris intermedia (fig. 25-1). ticoespinal. Las fibras situadas lateralmente son pa-
Está constituido por fibras directas y cruzadas de rietotemporopónticas, mientras que las ubicadas me-
neuronas localizadas en los núcleos vestibulares me- dialmente son frontopónticas (v. figs. 25-11 y 25-12).
dial, lateral e inferior. Termina en las láminas VII En el puente, las fibras corticopónticas terminan en
y VII. Solamente se extiende por los segmentos cer- los núcleos del puente (v. fig. 25-8). Las neuronas de
vicales y torácicos. estos núcleos dan lugar a las fibras pontocerebelosas
que, después de cruzarse en la línea media, alcanzan
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

el pedúnculo cerebeloso medio para penetrar en el ce-


Mi TOPOGRAFÍA DEL TRONCO DEL ENCÉFALO rebelo. Este pedúnculo está formado casi exclusiva-
mente por estas fibras pontocerebelosas (v. fig. 25-13).
Si recordamos las divisiones topográficas que ha-
cíamos en el capítulo 3, podemos establecer, a efec-
tos didácticos, dos corredores a lo largo del tronco Corredor tegmental
del encéfalo.
El primer corredor corresponde, de craneal a Desde el punto de vista didáctico pueden distin-
caudal, a la base del pedúnculo cerebral, a la por- guirse cuatro zonas en los distintos niveles del teg-
ción anterior o basilar del puente y al pie del bulbo. mento: periférica o ventrolateral, central, medial y
Por su posición podemos denominarlo corredor ventricular.
SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

ZONA PERIFÉRICA O VENTROLATERAL

Está formada por vías de información que ascien-


den hacia el tálamo o hacia el cerebelo y que se sitúan
en la porción ventrolateral del tegmento. Su composi-
ción y la disposición de los tractos experimenta mo-
dificaciones a lo largo del tronco del encéfalo.
En la porción baja del bulbo (figs. 24-4 A y 25-5)
se disponen sucesivamente, de delante hacia atrás, el
tracto espinotalámico, los tractos espinocerebelosos
anterior y posterior, el tracto espinal del trigémino y
el tracto espinobulbotalámico. En la periferia de la
porción alta del bulbo (figs. 25-4 B, 25-6 y 25-7) se
observan el núcleo voluminoso de la oliva inferior y
las olivas accesorias. Las fibras del tracto tegmental
central rodean la oliva y terminan en ella. Además,

FIGURA 25-5
Sección transversal del bulbo a nivel de la decusación de los
lemniscos mediales. Tinción con el método de Weigert.
1 Lemniscos mediales. 4 Núcleo cuneiforme.
2 Núcleo espinal del nervio 5 Tracto espinobulbotalámico.
trigémino. 6 Núcleo grácil.
3 Tracto espinal del nervio 7 Tracto corticoespinal.
trigémino.

FIGURA 25-6 FIGURA 25-7


Sección transversal del bulbo a nivel de su tercio medio. Tin- Sección transversal del bulbo (mitad derecha) a nivel de su
ción con el método de Kliver-Barrera. tercio superior. Tinción con el método de Weigert.
1 Núcleo del hipogloso. 7 Tracto espinal del trigémino. 1 Fascículo longitudinal dorsal 6 Núcleo accesorio medial.
2 Fascículo solitario. 8 Núcleo espinal del trigémino. de Schútz. 7 Núcleo olivar inferior.
3 Fascículo longitudinal medial. 9 Tracto espinocerebeloso 2 Núcleos vestibulares. 8 Tracto olivocerebeloso.
4 Tracto tectoespinal. posterior. 3 Fascículo longitudinal medial. 9 Tracto espinotalámico.
5 Lemnisco medial. 10 Tracto espinocerebeloso 4 Tracto tectoespinal. 10 Tracto corticoespinal.
6 Tracto corticoespinal. anterior. 5 Lemnisco medial. 11 Pedúnculo cerebeloso inferior.
25 SÍNTESIS TOPOGRÁFICA DE LA MÉDULA ESPINAL, TRONCO DEL ENCÉFALO Y CÁPSULA INTERNA [PENN

los tractos espinal del trigémino y espinotalámico se (fig. 25-3) y que se agrupan cerca de la línea media
vuelven profundos y se adosan a los tractos espino- para formar el lemnisco medial. La composición de
cerebelosos posterior y anterior respectivamente. los tractos espinocerebelosos y del tracto espinota-
El tracto espinobulbotalámico está formado a lámico es la misma que a nivel de la médula espinal.
nivel bulbar alto por los cilindroejes de segundas neu- En la porción alta del bulbo, el tracto espinoce-
ronas que se han cruzado en la decusación sensitiva rebeloso posterior se dirige hacia atrás para alcan-
zar el pedúnculo cerebeloso inferior y pasar al ce-
rebelo (v. figs. 25-4 B y 25-13). Debido a ello, este
tracto no aparece por encima del nivel bulbar.
En el puente, los tractos ascendentes de la zona
ventrolateral están representados por tres haces
(figs. 25-8 y 25-10): a) un haz muy mielinizado y
constituido fundamentalmente por la aposición de
tres lemniscos: el medial, el espinal y el trigeminal;
b) el lemnisco lateral, y c) el tracto espinocerebeloso
anterior.

FIGURA 25-8
2s un delito.

Secciones transversales a nivel de las porciones inferior (A) y


superior (B) del puente.
1 Fascículo longitudinal dorsal 11 Núcleo pontino del trigémino.
S.A, Fotocopiar sin autorizació

de Schútz. 12 Lemnisco trigeminal.


2 Núcleo del nervio abducens. 13 Núcleos vestibulares.
3 Fascículo longitudinal 14 Tracto espinocerebeloso
medial. ventral. FIGURA 25-9
4 Tracto tectoespinal. 15 Núcleos del puente. Sección transversal del puente (porción posterior de la mitad
5 Tracto tegmental central, 16 Tracto corticoespinal. derecha) a nivel de la rodilla del nervio facial. Tinción con el
6 Núcleo del nervio facial. 17 Fibras pontocerebelosas.
método de Weigert.
7 Tracto rubroespinal. 18 Lemnisco lateral.
8 Núcleo posterior del cuerpo 19 Núcleos del lemnisco lateral. 1 Rodilla del nervio facial. 4 Fascículo longitudinal medial.
(O MASSON,

trapezoide. 20 Pedúnculo cerebeloso 2 Núcleos vestibulares. 5 Núcleo del nervio abducens.


9 Lemnisco medial. superior, 3 Fascículo longitudinal dorsal 6 Tracto tegmental central.
10 Cuerpo trapezoide. 21 Pedúnculo cerebeloso medio. de Schútz.
IIEZY] —stGuNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

zoide y las fibras ascendentes de los núcleos inter-


calados en la vía acústica. Los cilindroejes que lo
forman son tanto directos como cruzados. El lem-
nisco lateral se dispone en la zona lateral del teg-
mento y, a medida que asciende por el mesencéfalo,
se desplaza dorsalmente.
El tracto espinocerebeloso anterior (fig. 25-8 B)
se dispone en situación posterior con respecto al
lemnisco lateral pero, a medida que asciende por el
puente, se dirige hacia atrás para alcanzar el pe-
dúnculo cerebeloso superior (fig. 25-3). Por ello, este
tracto no puede observarse a nivel mesencefálico.

ZONA CENTRAL

Está ocupada por núcleos de la formación reticu-


lar, por los núcleos de origen de los nervios cranea-
les y por núcleos intercalados en grandes vías ner-
viosas. Contiene también fibras, fundamentalmente
FIGURA 25-10
descendentes.
Sección transversal a nivel de la porción superior del puente.
Tinción con el método de Kliver-Barrera. La zona central del tegmento está atravesada en
1 Fascículo longitudinal medial. 7 Tracto tectoespinal.
dirección craneocaudal por un haz grueso, el tracto
2 Tracto tegmental central. 8 Lemnisco medial. tegmental central (v. cap. 20) (figs. 25-4 y 25-8 a
3 Pedúnculo cerebeloso superior. 9 Fibras pontocerebelosas. 25-10), que se extiende entre el núcleo rojo, que ocupa
4 Lemnisco lateral. 10 Tracto corticoespinal.
5 Núcleo ventral del lemnisco 11 Rafe. parte del tegmento mesencefálico, y el núcleo olivar
lateral. 12 Núcleos del puente. inferior. La presencia de este tracto sirve de eje o guía
6 Núcleos del rafe.
para organizar los distintos elementos ubicados en
esta zona. Más allá de la oliva se extiende el tracto oli-
Recordemos (v. cap. 12) que el lemnisco medial vocerebeloso. Los cilindroejes que forman este trac-
está formado por los cilindroejes del tracto espino- to se cruzan en la línea media (fig. 25-3), atraviesan el
bulbotalámico en su trayecto desde la decusación de núcleo olivar contralateral, y penetran en el cerebelo
los lemniscos o sensitiva hasta el tálamo (fibras bul- por el pedúnculo cerebeloso inferior (v. fig. 25-13).
botalámicas). El lemnisco espinal está compuesto Lateralmente con respecto al tracto tegmental cen-
por las fibras del tracto espinotalámico en su trayec- tral se halla un grupo de núcleos y fibras situadas en
to por la porción superior del puente y del mesencé- torno a la porción ponticobulbar del núcleo del ner-
falo. El lemnisco trigeminal está formado por ci- vio trigémino (figs. 25-4 a 25-6 y 25-8). Este núcleo
lindroejes de neuronas asentadas en el núcleo del se extiende a lo largo del tronco del encéfalo y consta
nervio trigémino que ascienden hacia el tálamo de tres porciones. El núcleo espinal se sitúa en el bul-
(tracto trigeminotalámico). bo y desciende hasta la porción más alta de la mé-
Generalmente se considera que el lemnisco espi- dula espinal. El núcleo póntico tiene forma de maza,
nal se encuentra adosado al lado externo del lem- un tanto alargada, que llega hasta la porción media
nisco medial, por lo que podría individualizarse de del puente. El núcleo mesencefálico alcanza la altu-
alguna manera. Lo cierto es que los tres lemniscos se ra del colículo superior. Los axones procedentes de
encuentran fusionados y no es posible separarlos neuronas asentadas en el ganglio trigeminal descien-
morfológicamente. Forman un haz dispuesto en el den hacia el bulbo y los primeros segmentos cervi-
límite entre el tegmento y la porción basilar del cales, formando una especie de cubierta en la zona
puente (fig. 25-10). externa del núcleo del nervio trigémino: se trata del
El lemnisco lateral (v. cap. 15) está formado, en tracto espinal del nervio trigémino (figs. 25-4 a
la porción alta del puente, por la unión de las es- 25-6 y 25-8). El comportamiento de este tracto a nivel
trías auditivas dorsal e intermedia, el cuerpo trape- del bulbo ya ha sido descrito.
-25 SÍNTESIS TOPOGRÁFICA DE LA MÉDULA ESPINAL, TRONCO DEL ENCÉFALOY CÁPS

7
bh
En las proximidades del núcleo del nervio trigé- ZONA VENTRICULAR
mino se sitúan los núcleos eferentes ventrales
(v. cap. 3): el núcleo ambiguo (fig. 25-4) del nervio fa- Está formada fundamentalmente por sustancia
cial (figs. 25-8 A y 25-9) y el núcleo motor del trigé- gris localizada alrededor del acueducto mesencefáli-
mino. co, en las proximidades del suelo del IV ventrículo y
El núcleo ambiguo se extiende en sentido verti- alrededor del conducto central del epéndimo.
cal por casi toda la altura del bulbo. A nivel del bulbo, de lateral a medial, se sitúan
El núcleo del nervio facial se ubica en el puen- (fig. 25-4 B) los núcleos vestibulares, el núcleo dorsal
te, en situación ventromedial con respecto al núcleo del nervio vago y el núcleo del nervio hipogloso. Estos
del nervio trigémino. Los cilindroejes que parten de tres núcleos se encuentran muy próximos al suelo
este núcleo forman una especie de asa alrededor del IV ventrículo, en el cual determinan elevaciones
del núcleo del nervio abducens (figs. 25-8 A y 25-9) y depresiones. Los núcleos vestibulares rebasan el
antes de emerger a la superficie del tronco del en- límite superior del bulbo y alcanzan el puente. For-
céfalo. man una eminencia blanquecina denominada área
Entre el núcleo ambiguo y el núcleo del nervio fa- vestibular.
cial se localiza una agrupación de tres núcleos para- El núcleo del nervio hipogloso produce otra
simpáticos: los núcleos salivatorios inferior y su- elevación vertical en el suelo del IV ventrículo cono-
perior y el núcleo lagrimal. cida como trígono del hipogloso. Entre ambas eleva-
El núcleo motor del nervio trigémino se sitúa ciones existe una depresión grisácea, la fosita infe-
en el puente, en posición medial con respecto al nú- rior, que corresponde al núcleo dorsal del nervio
cleo del nervio trigémino. vago.
Por delante del núcleo del nervio trigémino des- Inmediatamente por delante del núcleo dorsal
ciende el tracto rubroespinal (figs. 25-4 y 25-8) del vago y un tanto alejado del suelo del IV ventrícu-
(v. cap. 20), que se cruza al poco de originarse lo se encuentra el núcleo solitario (fig. 25-4). Éste
(v. figs. 25-3 y 25-12) y alcanza los primeros segmen- se acompaña de las fibras que forman el fascículo
tos medulares, donde termina. solitario (fig. 25-6), es decir, de fibras intracentrales
procedentes de los nervios intermediofacial, vago y
elosofaríngeo, que terminan estableciendo sinapsis
ZONA MEDIAL con las neuronas que forman el núcleo.
A nivel del puente, la zona ventricular está ocu-
Está situada a ambos lados del rafe. Se encuentra pada no sólo por los núcleos vestibulares sino tam-
constituida fundamentalmente por fascículos y trac- bién por el núcleo del nervio abducens. Este nú-
tos de asociación al servicio de reflejos supraseg- cleo constituye, junto con las fibras del nervio facial
mentarios: el fascículo longitudinal medial y el trac- que lo rodea, la eminencia redondeada conocida
to tectoespinal. Ambos recorren todo el tronco del como colículo facial (figs. 25-8 A y 25-9).
encéfalo discurriendo en paralelo; el primero es más A nivel de la porción alta del puente y en el me-
posterior que el segundo (figs. 25-4, 25-7 a 25-10). sencéfalo se sitúa una agrupación neuronal alrede-
El fascículo longitudinal medial alcanza cra- dor del acueducto mesencefálico: la sustancia gris
nealmente casi el nivel de la comisura epitalámica central (figs. 25-11 y 25-12), que se extiende cra-
(O MASSON, S.A. Fotocopíiar sin autorización es un delito,

o posterior; por su extremo inferior se continúa nealmente hasta el hipotálamo. Por delante de ésta,
con fascículos de asociación de la médula espinal y cerca de la línea media, se ubican los núcleos del
y con el tracto vestibuloespinal medial (v. cap. 19). nervio oculomotor, del nervio troclear y el núcleo
El tracto tectoespinal se origina en el colículo oculomotor accesorio.
superior, alcanza el lado medial del núcleo rojo, Tanto a nivel del puente como del bulbo, y cerca
cruzándose a este nivel con el del lado opuesto de la línea media, se sitúa el fascículo longitudi-
(fig. 25-3) y sigue su camino descendente hacia la nal dorsal de Schiitz (figs. 25-4 B, 25-7 a 25-9).
médula espinal. Como ya sabemos (v. cap. 23), este fascículo es una
Debemos recordar que la zona medial contiene eferencia hipotalámica formada por la continua-
los núcleos del rafe, pertenecientes a la forma- ción en dirección caudal de las fibras periventricu-
ción reticular. lares.
MIEZTA — SEGUNDA PARTE ORGANIZACIÓN FUNCIONAL DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. SÍNTESIS TOPOGRÁFICA

3 TOPOGRAFÍA DE LA CÁPSULA INTERNA bral y los núcleos del tálamo, y son de sentido do-
ble. Ocupan parcialmente el brazo anterior (ra-
Recordemos que la cápsula interna (v. cap. 6) es la diaciones talámicas anteriores), el brazo posterior
sustancia blanca situada lateralmente al núcleo cau- (radiaciones talámicas centrales) y la porción re-
dado y al tálamo, y medialmente al núcleo lentifor- trolenticular (radiaciones talámicas posteriores).
me, al que envuelve parcialmente por sus porciones e Fibras de la formación reticular. Se encuentran
posterior e inferior. Se continúa cranealmente con la en todos los brazos de la cápsula interna y hacen
corona radiante y caudalmente con la base del pe- impacto en la mayor parte de la corteza cerebral.
dúnculo cerebral. En ella se distinguen cinco porcio- e Fibras corticales descendentes para los nú-
nes: los brazos anterior y posterior, la rodilla y las cleos del puente. Son las fibras corticopónticas.
porciones sublenticular y retrolenticular (fig. 25-14). La porción de la cápsula interna por la que dis-
La cápsula interna constituye una especie de encru- curren depende de la zona cortical de procedencia
cijada o desfiladero por el que necesariamente tienen (v. cap. 20). Las fibras frontopónticas utilizan el
que pasar la mayoría de los axones, tanto aferentes brazo anterior, las parietopónticas el brazo poste-
como eferentes, que conectan la corteza cerebral con
otras zonas del SNC. Por ello, sus lesiones provocan
la destrucción de numerosos cilindroejes, producien-
do síndromes complejos. Estas lesiones, generalmen-
te hemorrágicas o embólicas, son frecuentes en el
brazo posterior y en la rodilla.
Las fibras que atraviesan los diferentes segmen-
tos de la cápsula interna son de dos tipos: un primer
tipo está constituido por conjuntos de fibras que
pueden encontrarse en varias porciones. Los más
importantes son (fig. 25-14):

e Fibras de conexión. Son las llamadas radiacio-


nes talámicas. Se extienden entre la corteza cere-

FIGURA 25-11 FIGURA 25-12


Sección transversal del mesencéfalo a nivel del colículo su- Corte transversal del mesencéfalo de un niño a nivel del colícu-
perior. lo inferior. Los tractos nerviosos no han completado la mielini-
zación. Tinción con el método de Weigert.
1 Colículo superior. 9 Núcleo rojo.
2 Comisura de los colículos 10 Lemniscos medial, espinal 1 Colículo inferior. 8 Tracto rubroespinal.
superiores. y trigeminal. 2 Sustancia gris central. 9 Lemniscos medial, lateral
3 Sustancia gris central. 11 Lemnisco lateral. 3 Pedúnculo cerebeloso y trigeminal.
4 Núcleo mesencefálico 12 Sustancia negra. superior. 10 Sustancia negra.
del trigémino. 13 Nervio oculomotor. 4 Lemnisco lateral. 11 Fibras parietotemporopónticas
5 Núcleo del nervio oculomotor. 14 Fibras frontopónticas. 5 Núcleo del nervio oculomotor. (sin mielinizar).
6 Núcleo oculomotor accesorio. 15 Tracto corticoespinal. 6 Fascículo longitudinal 12 Tracto corticoespinal.
7 Fascículo longitudinal medial. 16 Fibras medial. 13 Fibras frontopónticas
8 Tracto habenulointerpeduncular. parietotemporopónticas. 7 Decusación de Forel. (sin mielinizar).
25 SÍNTESIS TOPOGRÁFICA DE LA MÉDULA ESPINAL, TRONCO DEL ENCÉFALO Y CÁPSULA INTERNA PEEMN

rior, las temporopónticas la porción sublenticular e El brazo posterior está ocupado parcialmente
y las occipitopónticas la porción retrolenticular. por el tracto corticoespinal, es decir, el segmento de
la vía piramidal que desciende hacia la médula es-
El segundo tipo de fibras que atraviesan la cápsu- pinal. El tracto está organizado somatotópicamen-
la interna está representado por tractos particulares te de manera que en las zonas más cercanas a la
que se encuentran en una única porción. Su topo- rodilla se encuentran las fibras destinadas a los
grafía tiene gran importancia médica ya que permite segmentos cervicales más superiores, donde se si-
explicar la sintomatología de las lesiones destructi- túan las motoneuronas que inervan los músculos
vas que se localizan en zonas concretas de la cápsula del cuello; la porción más occipital del brazo pos-
interna. Los más importantes son (fig. 25-14): terior está ocupada por las fibras destinadas a los
segmentos medulares más caudales.
e La rodilla está atravesada por el tracto corticonu- Las lesiones destructivas a nivel del brazo pos-
clear. Por ello, este tracto se ha denominado clá- terior, con frecuencia a consecuencia de hemorra-
sicamente geniculado. gias o embolias, provocan un déficit motor en la
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

FIGURA 25-13
Visión dorsal del cerebelo y del tronco del encéfalo. Los prin-
cipales tractos que penetran en el cerebelo por cada uno de
sus pedúnculos se muestran por transparencia. FIGURA 25-14
1 Tracto rubrocerebeloso. 9 Tracto vestibulocerebeloso Representación esquemática de una sección horizontal del
2 Tracto trigeminocerebeloso. de Edinger. cerebro a nivel de la cápsula interna. Visión superior derecha.
3 Tracto tectocerebeloso. 10 Tracto vestibulocerebeloso En verde se han representado las fibras corticopónticas; en
4 Tracto espinocerebeloso indirecto,
anterior. 11 Tracto olivocerebeloso.
ocre claro las radiaciones talámicas.
5 Fibras pontocerebelosas. 12 Tracto reticulocerebeloso. 1 Cabeza del núcleo caudado. 5 Tálamo.
(O MASSON,

6 Pedúnculo cerebeloso superior. 13 Tracto cuneocerebeloso. 2 Tracto corticonuclear. 6 Radiaciones acústicas,


7 Pedúnculo cerebeloso medio. 14 Tracto espinocerebeloso 3 Núcleo lenticular. 7 Radiaciones ópticas.
8 Pedúnculo cerebeloso inferior. posterior. 4 Tracto corticoespinal. 8 Cola del núcleo caudado.
mitad corporal contralateral (hemiplejías) debido área auditiva del lóbulo temporal (v. cap. 15).
a que todavía no se ha producido el cruzamiento Esta porción de la cápsula interna se relaciona
de las fibras corticoespinales. estrechamente con la prolongación temporal del
La porción sublenticular está recorrida por las ventrículo lateral, por lo que cuando éste se di-
fibras de la radiación óptica de Gratiolet, a su lata pueden lesionarse las fibras de ambas ra-
paso desde el cuerpo geniculado lateral hasta el diaciones.
área estriada en el lóbulo occipital (v. cap. 14) La porción retrolenticular está atravesada,
y por las fibras de la radiación acústica a su en parte, por las fibras que componen la radia-
paso desde el cuerpo geniculado medial hasta el ción óptica.
Abdel-Maguid TE, Bowsher D. Classification of neu- Anden NE, Dahlstrom A, Fuxe K, Larsson K, Olson
rons by dendritic branching pattern. A catego- K, Ungerstedt U. Ascending monoamine neurons
rization based on Golgi impregnation of spinal to the telencephalon and diencephalon. Acta
and craneal somatic visceral afferent and efferent Physiol Scand 1966; 67: 313-326.
cells in human adult. J Anat 1984; 138: 689-702. Anderson DR. Scanning electron microscopy of pri-
Akbarian S, Griisser OJ, Guldin WO. Corticofugal mate trabecular network. Am J Ophthalmol 1971;
connection between the cerebral cortex and 71: 91-101.
brainstem vestibular nuclei in the macaque mon- Apkarian AV, Hodge CJ. Primate spinothalamic
key. J Comp Neurol 1994; 339: 421-437. pathways. I. A quantitative study of the cells of
Akil H, Lewis JW. Neurotransmitters and pain con- origin of the spinothalamic pathways. J Comp
trol. Basilea: Karger, 1987. Neurol 1989; 288: 447-473.
Akmayev IG. Morphological aspects of the hypothal- Apkarian AV, Hodge CJ. Primate spinothalamic
amic-hypophyseal system. II. Functional mor- pathways. II. Thalamic termination of the dor-
phology of pituitary microcirculation. Z Zell- sal and ventral spinothalamic pathways. J Comp
forsch Mikroskop Anat 1971; 116: 178-194, Neurol 1989; 288: 493-511.
Albe-Fessard D, Berkley KJ, Ralston HJ, Willis WD. Applebaum AE, Beall JE, Foreman RD, Willis WD.
Diencephalic mechanisms of pain sensation. Organization and receptive fields of primate
Brain Res Rev 1985; 9: 217-296. spinothalamic tract neurons. J Neurophysiol
Alcolado R, Weller RO, Parrish EP, Garrod D. The 1975; 38: 572-586.
cranial arachnoid and pia mater in man: Anato- Appleton JP, ed. The Amygdala. Neurobiological As-
mical and ultrastructural observations. Neuro- pects of Emotion, Memory and Mental Dysfunc-
pathol Applied Neurobiol 1988; 14: 1-17. tion. Nueva York: Oxford University Press, 1992.
Alexander GE, Crutcher MD. Functional architec- Appleton JP. The contribution of the amygdala to
(O MASSON, S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ture of basal ganglia circuits: neural substrates of normal and abnormal emotional states. Trends
parallel processing. Trends Neurosci 1990; 13: Neurosci 1993; 16: 328-333.
266-271. Asanuma H. The motor cortex. Nueva York: Raven
Allen G, Tsukahara N. Cerebro-cerebellar communi- Press, 1989.
cation system. Physiol Rev 1974; 54: 957-1006. Aschoff J. Circadian rhythms in man. Science 1965;
Amaral DG, Sinnamon HM. The locus coeruleus: 148: 1427-1432.
neurobiology of a central noradrenergic nucleus. Aziz Q, Schnitzler A, Enck P. Functional neuroima-
Prog Neurobiol 1977; 9: 147-165. ging of visceral sensation. J Clin Neurophysiol
Amunts K, Zilles K. Advances in cytoarchitectonic 2000; 17: 604-612.
mapping of the human cerebral cortex. Neu- Bargmann W, Schadé JP, eds. The rhinencephalon
roimaging Clin Am 2001; 11: 151-169. and related structures. Progress in Brain Research,
0298

vol. 3. Amsterdam/London/New York: Elsevier, some-lysosome interaction. J Histochem Cyto-


1963. chem 1993; 41: 253-263.
Barlow HB, Mollon JD. The senses. Cambridge: Boycott BB, Wassle H. Morphological classification
Cambridge University Press, 1989. of bipolar cells of primate retina. Eur J Neurosci
Barmack NH, Baughman RW, Eckenstein FP. Cho- 1991; 3: 1069-1088.
linergic innervation of the cerebellum of rat, cat, Braak H, Braak E. The hypothalamus of the human
and monkey as revealed by choline acetyltrans- adult: chiasmatic region. Anat Embryol 1987;
ferase activity an immunohistochemistry. J Comp 175: 315-330.
Neurol 1992; 317: 233-249, Bradbury MWB. Anatomy and physiology of cere-
Barmack NH, Baughman RW, Errico P, Shojaku H. brospinal fluid. En: Schurr PH, Polkey CE, eds.
Vestibular primary afferent projection to the Hydrocephalus. Oxford: Oxford University Press,
cerebellum of the rabbit. J Comp Neurol 1993; 1993.
327: 521-534. Bradbury MWB. The blood-brain barrier. Exp Phy-
Barson AJ. The vertebral level of termination of the siol 1993; 78: 453-472.
spinal cord during normal and abnormal devel- Brandt T. Man in motion: Historical and clinical as-
opment. J Anat 1970; 106: 489-497, pects of vestibular function. A review. Brain 1991;
Basbaum Al, Fields HL. The origin of descending 114: 2159-2174,
pathways in dorsolateral funiculus of the spinal Bredberg G, Lindemann HH, Ades HW, West R, En-
cord of the cat and rat: further studies on the egstrom H. Scanning electron microscopy of the
anatomy of pain modulation. J Comp Neurol organ of Corti. Science 1970; 170: 861-863.
1979; 187: 513-522. Bredberg G. The innervation of the organ of Corti.
Basbaum Al, Fields HL. Endogenous pain control sys- A scanning electron microscopic study. Acta Oto-
tems: brainstem spinal pathways and endorphin laryngol 1977; 83: 71-78.
circuitry. Annu Rev Neurosci 1984; 7: 309-338. Brickner RM. Brain of patient A after bilateral
Baylis GC, Rolls ET, Leonard CM. Functional subdi- frontal lobectomy: status of frontal lobe problem.
visions of the temporal lobe neocortex. J Neu- Arch Neurol Psychiatr 1952; 68: 293-313.
rosci 1987; 7: 330-342. Brodal P. The cortico-pontine projection in the rhe-
Bear MF, Connors BW, Paradiso MA. Neuroscience: sus monkey: origin and principles of organiza-
Exploring the brain. Baltimore: Williams and tion. Brain 1978; 1001: 251-283.
Wilkins, 1996. Brodal P. The central nervous system: Structure and
Beidler LM, Smallman RL. Renewal of cells within function. Nueva York: Oxford University Press,
taste buds. J Cell Biol 1965; 27: 263-272. 1991.
Belliveau JW, Kennedy DN, Mckinstry RC, Buch- Brodal A, Pompeiano O. The vestibular nuclei in the
binder BR, Weisskoff RM, Cohen MS, y cols. Func- cat. J Anat 1957; 91: 438-454.
tional mapping of human visual cortex by magne- Brooks VB. The Neural Basis of Motor Control. Nue-
tic resonance imaging. Science 1991; 254: 716-719. va York: Oxford University Press, 1996.
Benson A. The vestibular sensory system. En: Bar- Burke RE. Motor units: Anatomy, physiology and
low HB, Mollon JD, eds. The Senses. Nueva York: functional organization. En: Brooks VB, ed. Hand-
Cambridge University Press, 1982. book of Physiology, Section 1, Part 1. Bethesda:
Bentivoglio M, Balercia G, Kruger L. The specificity American Physiology Society, 1981.
of nonspecific thalamus: the midline nuclei. Prog Butcher LL. Nature and mechanisms of choliner-
Brain Res 1991; 87: 53-80. gic-monoaminergic interaction in the brain. Life
Bill A. Scanning electron microscope studies of the Sciences 1977; 21: 1207-1226.
canal of Schlemm. Exp Eye Res 1970; 10: 214-218. Carlsson A. Perspectives on the discovery of central
Bleys RLAW, Cowen T. Innervation of cerebral blood monoaminergic neurotransmission. Annu Rev
vessels: Morphology, plasticity, age-related, and Neurosci 1987; 10: 19-40.
Alzheimer's disease-related neurodegeneration. Carpenter MB, Sutin J. Human anatomy. 8* ed. Bal-
Microsc Res Tech 2001; 53: 106-118. timore: Williams and Wilkins, 1983.
Bosch E, Horwitz J, Bok D. Phagocytosis of outer Changeux JP. Chemical signalling in the brain. Sci
segments by retinal pigment epithelium: phago- Am 1993; 269: 58-62.
BIBLIOGRAFÍA PLES

Clarke S, Miklossy J. Occipital cortex in man: orga- Diglia MR, Pasik P, Pasik T. A Golgi study of neu-
nization of callosal connections, related myelo- ronal types in the neostriatam of monkeys. Brain
and cytoarchitecture, and putative boundaries of Res 1976; 114: 245-256.
functional visual areas. J Comp Neurol 1990; 298: Dowling JE. The retina: An approachable part of the
188-214, brain. Cambridge: Belknap Press, 1987.
Cloyd MW, Low FN. Scanning electron microsco- Downing PE, Jiang Y, Shuman M, Kanwisher N.
py of the subarachnoid space in the dog. 1. A cortical area selective for visual processing of
Spinal cord levels. J Comp Neurol 1974; 153: the human body. Science 2001; 293: 2470-2473.
325-367. Dumm RP, Strick PL. Medial wall motor areas and
Cohen MS, Bookheimer Y. Localization of brain skeletomotor control. Curr Opin Neurobiol 1992;
function using magnetic resonance imaging. 2: 836-839.
Trends Neurosci 1994; 17: 268-277. Eccles JC. Circuits in the cerebellar control of move-
Cohen-Cory S. The developing synapse: construction ment. Proc Natl Acad Sci USA 1967; 58: 336-343.
and modulation of synaptic structures and cir- Eisenman JE, Masland WS. The hypothalamus. En:
cuits. Science 2002; 298: 770-776. Goldenson ES, Appel SH, eds. Scientific ap-
Crock HV, Yoshizawa H. The blood supply of verte- proaches to clinical neurology. Filadelfia: Lea €
bral column and spinal cord in man. Nueva York: Febiger, 1977.
Springer, 1977. Ekman P, Levenson RW, Friesen WV. Autonomic
Crosby EC, Humphrey T, Lauer EW. Correlative nervous system activity distinguishes among
anatomy of the nervous system. Nueva York: emotions. Science 1983; 221: 1208-1210.
Macmillan, 1962. Engel SA, Glover GH, Wandell BA. Retinotopic or-
Curcio CA, Sloan KR, Kalina RE, Hendrickson AE. ganization in human visual cortex and the spatial
Human photoreceptor topography. J Comp Neu- precision of functional MRI. Cerebral Cortex
rol 1990; 292: 497-523. 1997; 7: 181-192.
Da Silva LFH, Witter MP, Boejinga PH, Lohman England MA, Wakely J. Colour Atlas of Brain and
AHM. Anatomic organization and physiology of Spinal cord: An introduction to normal neu-
the limbic cortex. Physiol Rev 1990; 70: 453-511. roanatomy. St. Louis: Mosby Year Book, 1991.
Dallos P. The active cochlea. J Neurosci 1992; 12: Farbman Al. Cell Biology of Olfaction. Nueva York:
4575-4585. Cambridge University Press, 1992.
Damasio AR. The frontal lobes. En: Heilman KH, Felleman DJ, Van Essen DC. Distributed hierarchi-
Valenstein E, eds. Clinical neuropsychology. 2? cal processing in primate cerebral cortex. Cere-
ed. Nueva York: Oxford University Press, 1985. bral Cortex 1991; 1: 1-47.
Darian-Smith I. The sense of touch: performance Fields HL, Basbaum Al. Brain stem control of spinal
and peripheral neural processes. En: Brookhart pain transmission neurons. Ann Rev Physiol 1978;
JM, Mountclastle VB, eds. Handbook of physio- 40: 217-248.
logy: The nervous nystem, vol. III. Besthesda: Fink GR, Frackowiak RSJ, Pietrzyk U, Passingham
American Physiology Society, 1984. RE. Multiple nonprimary motor area in the hu-
Davanger M. The suspensory apparatus of the lens. man cortex. J Neurophysiol 1997; 77: 2164-2174.
The surface of the ciliary body: A scanning elec- Fleckenstein P, Tranum-Jensen J. Bases anatómicas
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

tron microscopic study. Acta Ophthalmol 1975; del diagnóstico por imagen. Madrid: Harcourt,
53: 19-33, 2002.
Davis M. The role of amyegdala in fear and anxiety. Fricke B, Andres KH, Von Diring M. Nerve fibers in-
Annu Rev Neurosci 1992; 15: 353-375. nervating the cranial and spinal meninges: Mor-
Davson H, Welch K, Segal MB. Physiology and phology of nerve fiber terminals and their structur-
pathophysiology of cerebrospinal fluid. Edinbur- al integration. Microsc Res Tech 2001; 53: 96-105.
go: Churchill Livingstone, 1987. Geschwind N, Levitsky W. Human brain: left-right
DeYoe EA, Carman G, Bandettini P, Glickman S, asymmetries in temporal speech region. Science
Wieser J, Cox R, y cols. Mapping striate and ex- 1968; 161: 186-187.
(O) MASSON,

tratriate visual areas in human cerebral cortex. Glickstein M, Yeo C. The cerebellum and motor
Proc Natl Acad Sci USA 1996; 93: 2382-2386 learning. J Cogn Neurosci 1990; 2: 69-80.
MEN] BIBLIOGRAFÍA

Goldberg JM, Fernández C. Physiology of peripheral nization Monograph Series, vol. 6. Nueva York:
neurons innervating otolith organs of the squirrel Raven Press, 1980.
monkey. Parts 1, 2, 3. J Neurophysiol 1976; 39: Hogan MJ, Alvarado JA, Weddell JE. Histology of
970-1008. the human eye: An atlas and textbook. Filadelfia:
Goldman-Rakic PS, Selemon D. New frontiers in Saunders, 1971.
basal ganglia research. Trends Neurosci 1990; 13: Horton JC. The central visual pathways. En: Hart
241-244, WM, ed. Alder's physiology of the eye. St. Louis:
Gómez Bosque P, Gómez Carretero ME. Tratado de Mosby Yearbook, 1992.
psiconeurobiología. Morfología funcional del sis- Horton JC, Hoytt WF. The representation of the vi-
tema nervioso. Valladolid: Secretariado de Publi- sual field in human striate cortex: A revision of
caciones, Universidad de Valladolid, 1987. the classic Holmes map. Arch Ophthalmol 1991;
Graziadei PPC, Monti-Graziadei GA. Neurogenesis 109: 816-824.
and neuron regeneration in the olfactory system Hosobuchi Y. The majority of unmyelineated affer-
of mammals. III. Deafferentation and reinnerva- ent axons in human ventral roots probably con-
tion of the olfactory bulb following section of the duct pain. Pain 1980; 8: 167-180,
fila alfatoria in rat. J Neurol Cytol 1980; 9: 145- Hubel DH. Eye, brain, and vision. Nueva York: Scien-
162. tific American Library, 1988.
Haaga JR, Lanzieri CF, Gilkeson RC. CT and MR im- Hubel DH, Wiesel TN. Functional architecture of
aging of the whole body. Vol. 1. 4* ed. St. Louis: macaque monkey visual cortex. Proc R Soc Lond
Mosby, 2002. B 1977; 198: 1-59.
Haines DE. On the question of a subdural space. Icardo JM, García-Porrero JA, Hurle JM, Ojeda JL.
Anat Rec 1991; 230: 3-21. Variaciones del polígono arterial de Willis en la
Haines DE. Neuroanatomy: an atlas of structures, población española. Arch Neurobiol 1978; 41:
sections, and systems. 2* ed. Baltimore: Urban 415-428.
and Schwarzenberg, 1995. Icardo JM, Ojeda JL, García-Porrero JA, Hurle JM.
Hansson HA. Scanning electron microscopy of the The cerebellar arteries: Cortical patterns and vas-
lens of the adult rat. Z Zellforsch 1970; 107: cularization of the cerebellar nuclei. Acta Anat
187-198. 1982; 113: 108-116.
Haymaker WE, Anderson E, Nauta WJH. eds. The Jones EG. The thalamus. Nueva York: Plenum Press,
hypothalamus. Springfield: Charles C. Thomas, 1985.
1969. Kaas JH. Somatosensory system. En: Paxinos G, ed.
Heimer L, Robards MJ. Neuroanatomical tract-trac- The human nervous system. San Diego: Acade-
ing methods. New York: Plenum Press, 1981. mic Press, 1990.
Heller HC, Crawshaw LI, Hammel HT. The thermo- Kalaria RN, Stockmeir CA, Harik SI. Brain mi-
stat of vertebrate animals. Sci Am 1978; 239: crovessels are innervated by locus coeruleus no-
102-110. radrenergic neurons. Neurosci Lett 1989; 13:
Hellice JP. Hemispheric asymmetry: What's right 203-208.
and what's left. Cambridge: Harvard University Kandel ER, Schwartz JH, Jessell TM. Essential of
Press, 1993. neural sciences and behaviour. Norwalk: Apple-
Henneman E. Comments on the logical basis of ton and Lange, 1995.
muscle control. En: Binder MC, Mendell LM, eds. Kemp JM, Powell TPS. The cortico-striate projection
The segmental motor system. Nueva York: Ox- in the monkey. Brain 1970; 93: 525-546.
ford University Press, 1990. Kiang NYS. Peripheral neural processing of audito-
Hlustik P, Solodkin A, Gullapalli RP. Somatotopy in ry information. En: Brookhart JM, Mountcastle
human primary motor and somatosensory hand VB, Darian-Smith 1, Geiger SR, eds. Handbook of
representations revisited. Cereb Cortex 2001; 11: physiology. Sect. 1: The nervous system, Vol. IT.
312-321. Sensory processes, Part 2. Bethesda: American
Hobson JA, Brazier MAB, eds. The reticular forma- Physiology Society, 1984.
tion revisited: specifying function for a nonspe- Kim R, Nakano K, Jayaraman A, Caroenter B. Pro-
cific system. International Brain Research. Orga- jections of the globus pallidus and adjacent struc-
BIBLIOGRAFÍA ETB

tures. An autoradiographic study in the monkey. based on an alternative nomenclature (Ch1-Ché6).


J Comp Neurol 1976; 169: 217-228. Neuroscience 1983; 10: 1185-1201.
Kocsis JD, Sugimori M, Kitai ST. Convergence of ex- Millen JW, Woollam DHM. On the nature of the pia
citatory synaptic inputs to caudate spiny neu- mater. Brain 1961; 85: 514-520.
rons. Brain Res 1977; 124: 403-413. Mink JW, Thach WT. Basal ganglia intrinsic circuits
Krestchmann HJ, Weinrich W. Neuroanatomía y and their role in behaviours. Curr Opin Neuro-
topografía computerizada cerebral. Barcelona: biol 1993; 3: 950-957
Doyma, 1988. Mishkin M. Appenzeller T. The anatomy of memory.
Kruger L, Mantyh PW. Gustatory and related che- Sci Amer 1987; 256: 80-89,
mosensory systems. En: Bjókland T, Hókfet T, Moruzzi G, Magoun HW. Brain stem reticular for-
Swanson LW, eds. Handbook of chemical neu- mation and activation of the EEG. Electroenceph
roanatomy, Vol. 7, Integrated systems of the CNS, Clin Neurophysiol 1949; 1: 455-473.
Part H. Nueva York: Elsevier Science, 1989. Mountcastle VB, Lynch JC, Georgopoulous A, Saka-
Kuypers HGJM. Anatomy of the descending path- ta H, Acuna C. Posterior parietal association cor-
ways. En: Brooks L, ed. Handbook of physiology. tex of the monkey: Command function from
Sect. 1: The nervous system, Vol. II. Motor con- operations within extrapersonal space. J Neuro-
trol, Part 1. Bethesda: American Physiology So- physiol 1975; 38: 871-908.
ciety, 1981. Nathan PW, Smith M, Deacon P. The vestibu-
Lazorthes G, Gouaze A, Salamon G. Vascularisation lospinal, reticulospinal and descending propios-
et circulation de lencéphale, anatomie descrip- pinal fibres in man. Brain 1996; 119: 1809-1833.
tive et fonctionelle. París: Masson, 1976. Nathan PW, Smith M, Deacon P. The corticospinal
Liliequist B. The subarachnoid cisterns: an anatom- tracts in man. Course and location of fibres at dif-
ic and roentgenologic study. Acta Radiol Suppl ferent segmental levels. Brain 1990; 113: 303-324.
1959; 185: 1-108. Nathan PW, Smith M, Deacon P. The crossing of the
Lim DJ. Functional structure of the organ of Corti: spinothalamic tract. Brain 2001; 124: 793-803.
a review. Hear Res 1986; 22: 117-146. Newman EA. New roles for astrocytes: Regulation of
Lindeman HH. Anatomy of the otolith organs. Adv synaptic transmission. Trends Neurosci 2003; 26:
Oto-Rhino-Laryng 1973; 20: 405-433, 536-542.
Livingstone MS, Hubel DH. Anatomy and physiolo- Nieuwenhuys R, Voogd J, Huijzen Chr. The human
gy of a colour system in the primate visual cortex. central nervous system. Berlín: Spinger, 1979.
J Neurosci 1984; 4: 309-356. Niholls DG. Proteins, transmitters, and sypnases.
Livingston EM, Hubel DH. Segregation of form, Oxford: Blackwell, 1994.
colour, movement, and depth: anatomy, physiolo- Nolte J. The human brain: An introduction to its
ey, and perception. Science 1988; 240: 740-749, functional anatomy. 4* ed. St. Louis: Mosby,
Loewy AD, Spyer KM. Central Regulation of Auto- 1999.
nomic Functions. Nueva York: Oxford University Nudo RJ, Plautz EJ, Frost SB. Role of adaptative
Press, 1990. plasticity in recovery of function after damage to
Ludwing E, Klingler J. Atlas cerebri humani. motor cortex. Muscle Nerve 2001, 24: 1000-1019.
Boston: Litle, Brown é: Co, 1956. Ogawa S, Tank DW, Menon R, Ellerman M, Kim SG,
S.A. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Martin JH. Neuroanatomy: Text and atlas. 2% ed. Merkle H, y cols. Intrinsic signal changes accom-
Stamford: Appleton €: Lange, 1996. panying sensory stimulation: functional brain
Maunsell JHR. Functional visual streams. Curr Opin mapping with magnetic resonance imaging. Proc
Neurobiol 1992; 2: 506-510. Natl Acad Sci USA 1992; 89: 5951-5955.
McCormic DA. Neurotransmitter actions in the tha- Ojeda JL, Ventosa JA, Piedra S. The three-dimen-
lamus and cerebral cortex. J Clin Neurophysiol sional microanatomy of the rabbit and human
1992; 9: 212-223. cornea. A chemical and mechanical microdissec-
Melzack R, Wall PD. Pain mechanisms: a new theo- tion-SEM approach. J Anat 2001; 199: 567-576.
ry. Science 1965; 150: 971-979. Ojemann GA. The intrahemispheric organization of
(> MASSON,

Mesulam MM, Mufson EJ, Wainer BH, Levey Al. Cen- human language, derived with electrical stimula-
tral cholinergic pathways in the rat: an overview tion techniques. Trends Neurosci 1983; 4: 184-189.
EF] — BIBLIOGRAFÍA

Ojemann GA. Cortical organization of language. Ramón y Cajal S. Histologie du systeme nerveux.
J Neurosci 1991; 11: 2281-2287. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones
Oto M. The Cerebellum and Neural Control. Nueva Científicas, 1952.
York: Raven Press, 1984. Rawson NE, Gómez G. Cell and molecular biology
Ottersen OP, Storm-Mathisen J, Somogyi P. Neuro- of human olfaction. Microsc Res Techn 2002; 58:
transmitters in the cerebellum. Rev Neurol (París) 142-151.
1993; 149: 629-636. Reuss S. Components and connections of the circa-
Parent A, Hazrati LN. Functional anatomy of the dian timing system in mammals. Cell Tissue Res
basal ganglia. II. The place of subthalamic nucle- 1996; 285: 353-378.
us and external pallidum in basal ganglia circuit- Roland PE, Larsen B, Lassen NA, Skinhof E. Sup-
ry. Brain Res Rev 1995; 20: 128-154, plementary motor area and other cortical areas
Paturet G. Traite d'Anatomie humaine. Tome IV. in organization of voluntary movements in man.
Systeme nerveux. París: Masson, 1964. J Neurophysiol 1980; 42: 118-136.
Paxinos G, ed The human nervous system. San Ross ED. Localization of the pyramidal tract in the
Diego: Academic Press, 1990. internal capsule by whole brain dissection. Neu-
Penfield W, Rasmussen T. The cerebral cortex of rology 1980; 30: 59-64.
man: A clinical study of localization of function. Sandson TA, Daffner KR, Carvalho PA, Mesulam
Nueva York: MacMillan, 1950. MM. Frontal lobe dysfunction following infarc-
Peters A, Palay SL, Webster HF. The fine structure of tation of the left-sided medial thalamus. Arch
the nervous system: Neurons and their support- Neurol 1991; 48: 1300-1308.
ing cells. 3? ed. Nueva York: Oxford University Schally AV, Kastin AJ, Arimura A. Hypothalamic
Press, 1991. hormones: the link between brain and body. Am
Petersen SE, Fox PT, Posner MI, Mintun M, Raichle Sci 1977; 65: 712-719.
ME. Positron emission tomographic studies of Schanpf JL, Baylor DA. How photoreceptor cells re-
the cortical anatomy of single-word processing. spond to light. Sci Amer 1987; 256: 40-47,
Nature 1988; 331: 585-589. Scott DE, Van Dyke DH, Paull WK, Zozlowski GP.
Phelps ME, Mazziotta JC. Positron emission tomog- Ultrastructural analysis of the human cerebral
raphy: Human brain function and biochemistry. ventricular system. HI. The choroid plexus. Cell
Science 1985; 223: 799-809. Tissue Res 1974; 150: 389-398.
Phillips CG, Porter R. Corticospinal neurones. Their Selden NR, Gitelman DR, Salamon-Murayama N,
role in movement. Nueva York: Academic Press, Parrish TB, Mesulam MM. Trajectories of cholin-
1977. ergic pathways within the cerebral hemispheres
Posner MI, Petersen SE. The attention system of the of human brain. Brain 1998; 121: 2249-2257.
human brain. Annu Rev Neurosci 1990; 13: 25-42, Shabo AL, Maxwell DS. The morphology of the
Potau JM, Canals M, Costa J, Merindano MD, Ru- arachnoid villi: a light and electron microscopic
ano D. Obstruction of trabecular orifices in pri- study in the monkey. J Neurosurg 1968; 29:
mary open-angle gaucoma. Eur J Anat 2002; 6: 451-456.
75-81. Sheng M, Kim MJ. Postsynaptic signalling and plas-
Price CJ. The anatomy of language: contributions ticity mechanisms. Science 2002; 298: 776-780.
from functional neuroimaging. J Anat 2000; 197: Sheperd GM. Synaptic organization of the mam-
335-359. malian olfactory bulb. Physiol Rev 1972; 52:
Prochazca A, Hulliger M, Trend P, Durmuller N. 864-917.
Dynamic and static fusimotor set in various be- Siólung B, Bjórklund A. Brain-Stem Control of
havioural contexts. En: Hnik P, Sooulup T, Vej- Spinal Mechanism. Amsterdam: Elsevier, 1982.
sada R, Zelena J, eds. Mechanoreceptors: Devel- Smiley JF, Subramanian M, Mesulam MM. Mono-
opment, structure and function. Nueva York: aminergic-cholinergic interactions in the pri-
Plenum Press, 1988. mate basal forebrain. Neuroscience 1999; 93:
Purves MJ. The Physiology of the Cerebral Circula- 817-829.
tion. Nueva York: Cambridge University Press, Smith MC, Deacon P. Topographical anatomy of
1972. the posterior columns of the spinal cord in man.
BIBLIOGRAFÍA ENE

The long ascending fibres. Brain 1984; 107: Upton ML, Weller RO. The morphology of cerebros-
671-698. pinal fluid drainage pathways in human arachnoid
Smith O, Devito JL. Central neural integration for granulation. J Neurosurg 1985; 63: 867-873.
the control of autonomic responses associated Van Essen DC, Gallant JL. Neural mechanisms of
with emotion. Annu Rev Neurosci 1984; 7: 43-65. form and motion processing in the primate visu-
Sperry RW. Lateral specialization in the surgically al system. Neuron 1994; 13: 1-10.
separated hemispheres. En: Schmitt FO, Worden Victor M, Adams RD, Mancall EL. A restricted form
EG, eds. The neurosciences: Third study pro- of cerebellar cortical degeneration occurring in
gram. Cambridge: MIT Press, 1974. alcoholic patients. Arch. Neurol 1959; 1: 579-688.
Squiere LR. Memory and hippocampus: a synthesis Von Békésy G. Experiments in hearing. Nueva York:
from findings with rats, monkeys, and humans. McGraw-Hill, 1960.
Psych Rev 1992; 99: 195-231. Wada JA, Clarke R, Hamm A. Cerebral hemispheric
Squire LR, Amaral DG, Zola-Morgan SM, Krit- asymmetry in humans: cortical speech zones in
chevsky M, Press G. Description of brain inju- 100 adult and 100 infant brains. Arch Neurol
ry in the amnesic patient N.A. based on magnetic 1975; 32: 239-246.
resonance imaging. Exp Neurol 1989; 105: 23-35. Wall PD, Melzack R. Textbook of Pain. Nueva York:
Steriade M. Basic mechanisms of sleep generation. Churchill Livingstone, 1989.
Neurology 1992; 42: 9-18. Wandell BA. Foundations of vision. Sunderland:
Stewart RE, DeSimone JA, Hill DL. New perspec- Sinauer Associates, 1995.
tives in gustatory physiology: Transduction, de- Wichman T, DeLong MA. Functional and patho-
velopment, and plasticity. Am J Physiol 1997; physiological models of the basal ganglia. Curr
272: C1-C26. Opin Neurobiol 1996; 6: 751-758.
Tanji J. The supplementary motor area in the cere- Williams PL, ed. Grays Anatomy. Nueva York:
bral cortex. Neurosci Research 1994; 19: 251-271. Churchill Livingstone, 1995.
Teuber B, Corkin S, Teuber HL. Loss of recent mem- Wise SP. Premotor and parietal cortex: Corticocorti-
ory after bilateral hipocampal lesions. J Neurol cal connectivity and combinatorial computa-
Neurosurg Psychiat 1968; 20: 11-21. tions. Ann Rev Neurosci 1997; 20: 25-42.
Thach WT, Goodkin HP, Keating G. The cerebellum Woolsey C. Organization of somatic sensory and
and adaptative coordination of movement. Ann motor areas of the cerebral cortex. En: Harlow
Rev Neurosci 1992; 15: 403-442, HF, Woolsey CN, eds. Biological and biochemi-
Ungerleider LG, Haxby JV. «What» and «where» in cal bases of behaviour. Madison: University of
the human brain. Curr Opin Neurobiol 1994: 4: Wisconsin Press, 1958.
157-165. Zola-Morgan S, Squiere LR, Amaral D. Human am-
Ungerleider JG, Mishkin H. Two cortical visual sys- nesia and the medial temporal region: Enduring
tems. En: Ingle DJ, Goodale MA, Mansfield RJW, memory impairment following a bilateral lesion
eds. Analysis of visual behavior. Cambridge: MIT limited to the CA1 field of the hippocampus.
Press, 1982. J Neurosci 1986; 6: 2950-2967.
A Área/s 8 premotora, 211 Cápsula extrema, 57
- 9 premotora, 211 — interna, 59, 215, 294
Accidente cerebrovascular, 89 -somatoestésica primaria, 137 Cavidad timpánica, 183
Acinesia, 221 - - secundaria, 138 - trigeminal, 64
Afasia, 281 - visual cortical, 171 Ceguera, 175
- Broca, 281 - receptoras, 133 Celda/s cerebelosa, 66
- conducción, 281 - — primarias, 133 - cerebral, 65
- global, 281 — - secundarias, 133 — hipofisaria, 66
—- Wernicke, 281 - Wernicke, 279 —- mastoideas, 186
Ageusia, 153 Arqueocerebelo, 35 Células amacrinas, 165
Agnosia, 134 Arqueocórtex, 51 — Bergmann, 233
Alimentación, 272 Arteria/s basilar, 76 — bipolares, 164
Alucinaciones elementales, 134 - carótidas internas, 75 — cesta, 130
— olfatorias, 154 - centrales retina, 166 - ciliadas externas, 191
Alzheimer, 153 - cerebelosas, 85 —-— internas, 191, 194
Ambliopía, 175 -—inferoanterior, 85 - ependimarias, 9
AMS, 211 - — inferoposterior, 85 - estrelladas, 129
Anestesia, 134 -- pas dni 85 - falángicas externas, 191
Ángulo iridocorneal, 160 - cerebrales anteriores, 76, 77 - fusiformes, 130
Anisocoria, 179 - — medias, 78 - ganglionares, 164
Anopsia, 175 - - posteriores, 76, 79 — granulosas, 234
Anosmia, 153 - comunicantes anteriores, 76 — horizontales, 165
Aracnoides, 67 - — posteriores, 76 -- Cajal, 130
Área/s asociación, 275, 277 - coroideas anteriores, 82 — interdentales, 192
- Broca, 279 - espinal anterior, 86 — Martinotti, 130
—entorrinal, 153 - — posterior, 86 - mitrales, 152
- estriada, 172 - vertebrales, 75 - Miller, 165
— Brodmann, 132 Asimetría cerebral, 281 - neurogliformes, 130
— 3a Brodmann, 230 Asta Ammón, 54 - pigmentarias, 162
- 17 Brodmanmn, 171, 174 Astrocitos, 8 - pilares, 191
— 18 Brodmann, 173 Ataxia, 231, 243 - piramidales, 129
— 19 Brodmann, 173, 212 Atrofia, 203 - - Betz, 209
— 22 Brodmanmn, 195 Axón, 7 - Purkinje, 234, 236
- 23 Brodmann, 211 Cenestesia, 135
— 24 Brodmanmn, 211 Centro cilioespinal, 177
— 28 Brodmann, 153 - Déjerine, 279
- 39 Brodmanmn, 212 — Exner, 280
Barrera hematoencefálica, 89 - Luria, 279
- 40 Brodmann, 212 Bastones, 162
— 41 Brodmanmn, 195 — mirada horizontal, 250
Botones gustativos, 147 - - vertical, 250
— 42 Brodmanmn, 195 Bradicinesia, 221
- 43 Brodmann, 149 - semioval, 60
Bulbo ocular, 155 Cerebelo, 31
- 44 Brodmann, 211
— 45 Brodmanmn, 211 Cerebro visceral, 51
- motora primaria, 209, 210 Cc Cerebrocerebelo, 237
- - secundaria, 209, 210 Cíngulo, 275
-— suplementaria, 211 Campo visual, 174 Cintilla óptica, 169
- 6 premotora, 210 Cápsula externa, 57 Circuito Papez, 261
META — [NDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS

Círculo arterial cerebro, 76 E Fototransducción, 167


Circunvoluciones paso, 50 Fóvea central, 166
Cisterna cerebelomedular, 68 Emisiones otoacústicas, 194 Foveola, 164
— lumbar, 68 Emociones, 268, 269
—- subaracnoidea, 68 Encéfalo, 3 G
Claustro, 57 Endolinfa, 190
Clonus, 207 Enfermedad Huntington, 222 Ganelio geniculado, 148
Cóclea, 187 — Parkinson, 221 - Scarpa, 227
Cola caballo, 68 - psicosomática, 270 - trigeminal, 144
Colículo facial, 28 Epífisis, 41 — vestibular, 227
— inferior, 195 Epilepsia jacksoniana, 215 Glaucoma, 161
— superior, 169 Epitálamo, 41 Glioblastos, 9
Columela, 187 Epitelio olfatorio, 150 Globo ocular, 155
Columnas corticales, 132 Esclera, 156 - pálido, 57, 217
Coma, 252 Esclerótica, 156, 158 Glomérulo olfatorio, 151
Comisurotomía, 282 Escotoma, 175 Granos, 234
Complejo hipocampal, 54 Espacio/s epidural, 63 Granulaciones aracnoideas, 67, 72
Conciencia, 251 - Fontana, 161
Conducto/s auditivo externo, 181, 182 - licuorales, 70 H
- coclear, 188 —subaracnoideo, 63, 67
- espiral cóclea, 187 - subdural, 63 Helicotrema, 190
- Schlemm, 160 Espasticidad, 216 Hematomas epidurales, 69
- semicirculares, 225 Espinocerebelo, 237 - subdurales, 69
Conos, 162 Esquizofrenia, 258, 277 Hemibalismo, 222
Constantes hidrosalinas, 273 Estatoconias, 225 Hemiplejía, 216
Cordotomía, 140 Estereotaxia, 118 Hemisferios cerebrales, 45
Córnea, 156 Estimulación taquiscópica, 282 Hemorragia extraparenquimatosa, 89
Coroides, 156, 158 Estría Gennari, 172 - intraparenquimatosa, 89
Corpúsculos Meissner, 125 — medular talámica, 264 Hexágono Trolard, 91
— Pacini, 125 - terminal, 263 Hidrocefalia, 73
- táctiles, 125 — vascular, 189, 190 Hipermetropía, 166
Córtex heterotípico, 131 Estribo, 185 Hipertonía, 206
Corteza auditiva, 195 Estriola, 225 - espasticidad, 206
- cerebelosa, 33, 233 Expresión emocional, 259 - rigidez, 206
- cerebral, 47 Exteroceptores, 124 Hipoacusias, 196
Cresta/s ampollares, 223, 226, 227 Hipocampo, 54
— basilar, 189 F
Hipófisis, 44
Crisis epilépticas focales, 215 Hipotálamo, 42, 271
Cristalino, 161 Fascículo asociación, 275 - estructura, 42
Cuadriplejía, 216 - corticoespinal cruzado, 213 Hipotonía, 206, 243
Cuerpo amigdalino, 52, 152, 263 -— lateral, 213, 287 Homúnculo, 138
- calloso, 58 -— ventral, 213, 289 Hoz cerebelo, 65
- ciliar, 156, 158 - cuneiforme, 136, 285 - cerebro, 64
- estriado, 57, 217 - grácil, 136, 285 Humor acuoso, 161
- geniculado lateral, 170 - longitudinal dorsal Schiitz, 266, 293 Huso muscular, 204
— vítreo, 162 —-— inferior, 275
-— medial, 229, 293
D --— superior, 275
- mamilotegmental, 266 Imagen otoscópica, 184
Decusación sensitiva, 137 - prosencefálico medial, 256, 264 Indusium griseum, 52
Degeneración anterógrada, 118 - unciforme, 275 Infarto cerebral, 89
— retrógrada, 118 Fatiga muscular, 201 Interoceptores, 124
— walleriana, 118 Fibras corticoestriadas, 218 Iris, 156, 159
Demencia Alzheimer, 260 - corticopónticas, 289, 294 Isocórtex homotípico, 131
Dendritas, 6 - corticoponticocerebelosas, 241
Depresión, 259 - dopaminérgicas, 219 L
Dermatomas, 136 - espinorreticulares, 140
Diabetes insípida, 273 — musgosas, 235 L-dopa, 221
Diencéfalo, 37 — nigroestriatales, 219 Laberinto membranoso, 188
Dinámica líquido cefalorraquídeo, 71 — trepadoras, 235 — Óseo, 187
Diplopía, 251 Fimbria, 55 Lámina basilar, 189
Disartria, 243, 281 Flujo axonal, 7 - espiral ósea, 188
Disco nervio óptico, 167 - sanguíneo cerebral, 87 —- Rexed, 18
Dolor, 138, 140 Fondos saco leptomeníngeos, 72 LCR, 70, 73
Dominancia cerebral, 283 Formación hipocampal, 261 - dinámica, 71
Dopamina, 221 - reticular, 29, 245 Lemnisco espinal, 140, 292
Duramadre craneal, 64 Fórnix, 54 — lateral, 195, 292
- raquídea, 66 Fotorreceptores, 162 - medial, 137, 291, 292
ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS

Lemnisco trigeminal, 145, 292 Neurogénesis, 5 Organización retinotópica, 172


Lenguaje, 278 Neuroglia, 8 - somatotópica, 136
Leucotomía prefrontal, 277 - funciones, 10 Órgano circunventricular, 71
Ligamento dentado, 68 Neuronas, 5 — espiral Corti, 190, 192
- espiral, 189 - motoras inferiores, 200 -subcomisural, 71
Línea splendens, 68 - tipos, 8 - subfornical, 71
Líquido cefalorraquídeo, 70, 73 Neurotransmisores, 12, 253 - tendinosos Golgi, 126
-—dinámica, 71 Nistagmo, 231 Osmorreceptores, 124
Lobotomía, 277 Nociceptores, 124, 139 Otolitos, 225
Lóbulo floculonodular, 35, 237 Núcleo/s ambiguo, 29, 293 Óxido nítrico, 88
- frontal, 47 - basal, 221 Oxitocina, 267
- ínsula, 51 --— magnocelular Meynert, 260
- límbico, 51, 261 - caudado, 56 P

- occipital, 50 - cerebelo, 33
— parietal, 49 - cocleares, 29 Paleocerebelo, 35
- piriforme, 152 - cuneiforme, 27 Paleocórtex, 51
- temporal, 50 - dentado, 34 Paleoestriado, 57
Locus caeruleus, 25, 141, 142, 152, - dorsal nervio vago, 28, 293 Pallidum, 57
235, 255, 256 - emboliforme, 34 Papila nervio óptico, 167
- espinal trigémino, 145 Parálisis, 203
M - facial, 215 Paraplejía, 216
- fastigio, 34 Paresia, 203
M1, 209 - gelatinoso Rolando, 139 Parkinson, 153
M2, 209 - geniculado medial, 195 Perilinfa, 190
Máculas, 223, 224, 227 - globoso, 34 Piamadre, 67
— lútea, 166 - grácil, 27, 137 Pigmentos visuales, 163
Mancha amarilla, 166 - gustativo, 148 Plexos coroideos, 71
Martillo, 184 - lagrimal, 28, 293 Polígono Willis, 76
Mecanorreceptores, 124, 136 - lenticular, 56 Presbicia, 179
Médula espinal, 15, 285 - mesencefálico trigémino, 145 Procesos ciliares, 159
— oblonga, 22, 25 - motor trigémino, 29, 293 Programa motor, 199
Membrana Reissner, 189 - nervio abducens, 28, 293 Promontorio, 184
- tectoria, 191 -— facial, 29, 293 Propioceptores, 124
- tímpano, 183, 186 -— hipogloso, 28, 293 Prosencéfalo, 3
Memoria, 270 --— oculomotor, 28 Prueba Rinné, 197
- explícita, 270 - — trigémino, 292 —- Weber, 142, 197
— implícita, 270 - -— troclear, 28 Psicosis Korsakoff, 271
- inmediata, 270 - oculomotor accesorio, 29 Puente, 25
- reciente, 271 - olfatorio anterior, 152 Pupila, 159
—- remota, 271 - olivar inferior, 27 Putamen, 57
Meninges, 4, 63, 68 -— superior, 27, 195
Meningitis, 69 - parabranquial, 149 Q
Mesencéfalo, 3, 22, 27 - parasimpáticos, 28
Metatálamo, 41 - pontino trigémino, 145 Queratocitos, 157
Método Mulligan, 95 - pretectal, 176 Quiasma óptico, 168
— Weigert, 95 — puente, 27 Quimiorreceptores, 124
Microglia, 9 - reticular, 246
Midriasis, 176 - rojo, 27 R
Miopía, 166 - salivatorio, 28, 293
Miosis, 176, 178 - septales, 52, 264 Radiación acústica, 195, 296
Módulos corticales, 132 - solitario, 29, 146, 148, 293 - óptica, 171
Mondiolo, 187 - subtalámico, 217 - -— Gratiolet, 296
Monoplejía, 216 - supraquiasmático, 273 Rampa timpánica, 190
Motoneuronas, 200 - vestibulares, 29, 227, 228, 293 - vestibular, 190
-a, 200 Receptores, 12, 123
- y, 200, 205 Oo - adaptación, 123
Músculo ciliar, 159 - dopaminérgicos, 219, 220
- dilatador pupila, 160 Oftalmoplejía internuclear, 251 - polimodales, 124
- esfínter pupila, 159 Oído externo, 181 Red trabecular, 160
- estribo, 186 - interno, 187 Reflejo/s acomodación, 177
- tensor tímpano, 185 - medio, 182 - dilatador pupila, 176
- — impedancia, 186 - estiramiento, 204
N Ojos, movimientos conjugados, 249 - fijación mirada, 229
Oligodendrocitos, 9 — flexor, 207
Neocerebelo, 35 Opérculos, 51 - miotáticos, 204
Neocórtex, 51 - frontal, 149 - ortostático, 231
Neoestriado, 57 Opioides endógenos, 141 - pupilar luz, 176
Nervio óptico, 155, 168 Oreja, 181 - retirada, 207
308 ÍNDICE ALFABÉTICO DE MATERIAS

Reflejo/s segmentarios, 203 Surco parietooccipital, 47 Tracto rubrocerebeloso, 241


- suprasegmentarios, 207 - primario, 47 - rubroespinal, 241, 288, 293
- vestibuloocular, 228, 229 - secundario, 47 - serotoninérgico bulboespinal, 258
- visuales, 176 - subparietal, 47 - — cerebeloso, 259
Regeneración neuronal, 151 Sustancia blanca, 14 -— ventral ascendente, 259
Resonancia magnética, 95 - ceroide, 182 - solitario, 146, 148
Retina, 162, 165, 172 - gelatinosa Rolando, 141 - solitariotalámico, 146
- punto ciego, 167 - gris, 13 —- tectocerebeloso, 240
Rigidez, 221 —-—central, 141, 293 - tectoespinal, 289, 293
Rinencéfalo, 51 - negra, 27, 218, 220 —- tegmental central, 240, 292
Ritmo circadiano, 273 - trigeminocerebeloso, 241
- sueño-vigilia, 259 Y - trigeminotalámico, 143
Rombencéfalo, 3 - uncinado Russell, 238
Tabes dorsal, 143 — uveal, 156
S Tálamo, 38 - vestibulocerebeloso Edinger, 238
— estructura, 39 -— indirecto, 238
Sáculo, 223 Tela coroidea, 70 - vestibuloespinal lateral, 230, 288
SARA, 249, 252, 260 Telencéfalo, 45 -— medial, 230, 289
Segmentos medulares, 16 Temblor, 221, 243 Transmisión sináptica, 13
Senos duramadre, 64, 93 Temperatura corporal, 272 Trompa auditiva, 186
Sensibilidad epicrítica, 135 TEP, 88 Tronco encéfalo, 21
- general, 135 Terminaciones Merkel, 126 Tubérculo olfatorio, 152
— propioceptiva, 135 — nerviosas encapsuladas, 125
- protopática, 135 —-— libres, 124 U
Sentimientos, 268, 269 — Ruffini, 126
Signo Argyll-Robertson, 179 Territorios vasculares corticales, 81 Uncus, 52
- Babinski, 216 Tetanización, 201 Unidad motora, 201
— havaja, 207 Tetraplejía, 216 -— lenta, 202
Sinapsis, 11 Tienda cerebelo, 64 -—rápida, 202
Síndrome Bernard-Horner, 178 - hipófisis, 64 Utrículo, 223
- extrapiramidal, 217 Tomografía computarizada, 95
- negación contralateral, 277 - emisión positrones, 88, 96
- neurona motora superior, 215 Tono muscular, 206 V
— Parinaud, 251 Tracto caeruleocerebeloso, 255
Siringomielia, 143 - caeruleoespinal ventral, 255 Vascularización sistema nervioso
Sistema activación reticular - cerebelovestibular, 238 central, 75
ascendente, 249 - colinérgico lateral, 260 Vasopresina, 267, 273
- - reticular ascendente, 252, 260 -- medial, 260 Vena/s basales Rosenthal, 91
— colimérgico, 259 - corticoespinal, 212, 289 - centrales retina, 166
- dopaminérgico, 256 — corticonuclear, 214 - cerebrales internas, 90
- - mesofrontal, 257 - cuneocerebeloso, 240 -— magna Galeno, 90
- - mesolímbico, 257 - espinal nervio trigémino, 144, 292 —— profundas, 91
-—+tuberoinfundibular, 257 - espinobulbotalámico, 136, 285, 291 - — superficiales, 90
- monoaminérgico, 254 - espinocerebeloso anterior, 239, 286, - espinales, 92
- motor, 199 287, 292 - pontomesencefálica anterior, 92
- — extrapiramidal, 217 —-— Flechsing, 239, 286 Ventana coclear, 184
-— movimientos reflejos, 199 -— Gowers, 239, 286 — vestibular, 184
-——rítmicos, 199 —— posterior, 239, 286, 287, 291 Ventrículo/s MI, 37
--- voluntarios, 199 - espinotalámico, 138, 288 — laterales, 60
- nigroestriatal, 257 - floculooculomotor, 238 Vértigo, 231, 243
- noradrenérgico, 254 - habenulointerpeduncular, 264 Vestibulocerebelo, 237
- porta hipotalamohipofisario, 267 - interpuestorrúbrico, 241 Vía acústica, 194
- serotoninérgico, 258 - neoespinotalámico, 140 - amigdalina ventral, 263
- ventricular, 4 — noradrenérgico bulboespinal, 256 - directa, 219
- vestibular, 223 -— tegmental dorsal, 255 — gustativa, 147
Soma neuronal, 6 --—-— ventral, 256 — indirecta, 219
Somatoestesia, 135 - olivocerebeloso, 240, 292 - olfatoria, 149
Subtálamo, 41 - olivococlear Rasmussen, 196 - Óptica, 155
Sueño REM, 252, 260 - olivoespinal, 240, 286, 287 — piramidal, 212
* Surco central, 47 — paleoespinotalámico, 140
- cíngulo, 47 - reticulocerebeloso, 240
- colateral, 47 - reticuloespinal lateral, 248, 249, 288
— lateral, 47 —— medial, 248, 249, 289 Yunque, 184
9"788445"814086
ISBN 84-458-1408-7

También podría gustarte