Está en la página 1de 48

Aula de Literatura Vicens Vives

GUÍA
DIDÁCTICA
Trafalgar

Guía Didáctica
Agustín Sánchez Aguilar
Primera edición, 2002

Depósito Legal: B. 39.954-XLIV


ISBN: 84-316-6359-6
Núm. de Orden V.V.: O-347

© AGUSTÍN SÁNCHEZ AGUILAR


Sobre la Guía Didáctica.
© VICENS VIVES PRIMARIA, S.A.
Sobre la presente edición según el art. 8 de la Ley 22/1987.

Obra protegida por la LEY 22/1987 de 11 de noviembre de Propiedad Intelectual. Los infractores de los
derechos reconocidos a favor del titular o beneficiarios del © podrán ser demandados de acuerdo con los
artículos 123 a 126 de dicha Ley y podrán ser sancionados con las penas señaladas en la Ley Orgánica
6/1987 por la que se modifica el artículo 534 del Código Penal. Prohibida la reproducción total o parcial por
cualquier medio, incluidos los sistemas electrónicos de almacenaje, de reproducción, así como el tratamiento
informático. Reservado a favor del Editor el derecho de préstamo público, alquiler o cualquier otra forma de
cesión de uso de este ejemplar.

IMPRESO EN ESPAÑA
PRINTED IN SPAIN

Editado por VICENS VIVES, S.A. Avda. de Sarriá, 130. E-08017 Barcelona.
Impreso por LITOGRAFÍA 2003, S.L..
ÍNDICE

Análisis literario ................................................................. 7


La guerra en el mar ........................................................... 33
La vida en un barco de guerra ........................................... 36
ANÁLISIS LITERARIO

1 ARGUMENTO Y ESTRUCTURA

1.1 Los prolegómenos de la batalla (capítulos I-VIII)

a ¿Qué vida llevaba Gabriel de niño y a qué se dedicaba junto a


sus amigos? (pp. 4-6) ¿Qué fue de sus padres? (pp. 9-10) ¿Por
qué se escapó el chiquillo de casa? (p. 11)
䊳 En su primera infancia, Gabriel llevó una vida de niño pobre pero des-
preocupado y travieso: se pasaba los días nadando, cazando cangrejos, ro-
bando fruta, enfrentándose a pedradas con los chicos del barrio de Puntales
y jugando a las batallas navales en la playa de La Caleta. Su madre murió
cuando Gabriel todavía era un niño, en tanto que su padre se esfumó de la
casa familiar antes de que el chiquillo cumpliera los seis años. Esos sucesos
determinaron que Gabriel quedara al cargo de su tío, quien lo maltrataba de
continuo, de ahí que el muchacho acabara por marcharse de casa, pues ade-
más estaba deseoso de buscar fortuna.

b ¿Qué servicio le presta Gabriel a don Alonso en Vejer? (p. 12)


䊳 Le hace de paje, y se encarga de acompañarlo en su paseo diario.

c ¿Cuál fue la última batalla en que participó don Alonso y cómo


influye su recuerdo de ese combate en su deseo de embarcarse
de nuevo? (pp. 19 y 22) ¿Quién lo anima a volver a luchar? (p.
30) ¿Por qué doña Francisca se empeña en impedírselo? (p. 18)
䊳 El último combate en que participó don Alonso antes de retirarse fue el
del cabo de San Vicente, que tuvo lugar en 1797 y concluyó con victoria bri-
tánica. Don Alonso no ha olvidado la humillación de la derrota, de ahí que
arda en deseos de enfrentarse de nuevo a los ingleses para vengarse de
ellos. El contramaestre Marcial lo apoya en su propósito de volver a embar-
carse, pero doña Francisca trata de impedírselo, debido a la avanzada edad
de su esposo y a su condición de hombre enfermo y medio baldado.

d ¿Cómo logró Rafael la mano de Rosita? (pp. 56-58) ¿Qué senti-


mientos inspira en Gabriel la relación de los dos jóvenes? (p. 59)
䊳 Rafael logró la mano de Rosita tras herir en un duelo al primer preten-
diente de la joven, que era un hombre de alto linaje. El percance irritó en un
primer momento a los Cisniega, quienes, no obstante, acabaron por ver con
8 ANÁLISIS LITERARIO

buenos ojos la relación de su hija con Malespina. Por el contrario, Gabriel


abomina del noviazgo, pues anda enamorado de Rosita.

e ¿Por qué Rafael se ve obligado a apartarse de Rosita? (p. 66)


¿Sobre qué guerra habla sin cesar don José María? (p. 76) ¿Qué
cuenta doña Flora acerca de los marinos españoles anclados en
Cádiz? (p. 89) ¿Se muestra Churruca esperanzado con respecto
al combate que se prepara? (p. 94) ¿Por qué?
䊳 Rafael se ve obligado a separarse de Rosita porque debe embarcarse en
la flota combinada, dada la falta de artilleros que padece la escuadra espa-
ñola. Por su parte, don José María Malespina habla sin cesar de la guerra del
Rosellón, que enfrentó a España y Francia entre 1793 y 1795. Entretanto,
doña Flora explica que los marinos españoles anclados en Cádiz se muestran
muy a disgusto con Villeneuve y no son partidarios de zarpar y enfrentarse
a los ingleses. Finalmente, Churruca se muestra muy pesimista con respecto
al combate que se prepara porque sabe que las fuerzas de los británicos son
superiores a las de la flota combinada.

1.2 Luchando en alta mar (capítulos IX-XVI)

a ¿Qué siente Gabriel al embarcarse? (p. 103) Para su desgracia,


¿a quién se encuentra el joven en el Santísima Trinidad? (p. 106)
䊳 Gabriel se embarca en el Santísima Trinidad lleno de entusiasmo, pues
siempre ha soñado con subir a un navío de línea. Sin embargo, su gozo aca-
ba en un pozo cuando el muchacho se encuentra en el barco con su odiado
tío, que lo recibe con un golpe en la nuca.

b ¿Qué tareas realiza Gabriel en el buque? (pp. 128 y 150) ¿Por


qué se desmaya el joven? (pp. 138-139) ¿Qué ve al recobrar el
conocimiento? (p. 139) ¿Y cuando sale a buscar agua? (p. 139)
䊳 En el Santísima Trinidad, Gabriel se dedica a servir piezas a los artilleros,
transportar heridos a la bodega, ayudar a los carpinteros a cerrar los boque-
tes abiertos por las bombas enemigas en el casco del navío y dar sepultura a
los guerreros muertos arrojándolos al mar. A la dureza del trabajo se suman
otras penurias: el joven se desmaya tras recibir el impacto de un fragmento
de metralla en el hombro, constata que don Alonso ha sido herido y que se
halla muy triste por la derrota de la flota combinada y contempla cómo el
Santísima Trinidad arría su bandera en señal de rendición.

c ¿Cómo se entera don Alonso del desarrollo de la batalla fuera del


Santísima Trinidad? (pp. 142-144)
ARGUMENTO Y ESTRUCTURA 9

䊳 A través de uno de los oficiales británicos que abordan el Santísima Tri-


nidad, que es un viejo amigo del caballero de Vejer.

d ¿Qué suceso agrava la desesperada situación del buque insignia


español durante la noche del día 21? (p. 146)
䊳 La irrupción de un recio temporal.

e ¿Qué noticias ofrece el oficial sobre el combate? (pp. 163-171)


䊳 Que el San Juan Nepomuceno ha sido apresado, que Churruca ha muer-
to y que Gravina ha regresado a Cádiz al frente de los barcos de la flota
combinada que aún podían navegar.

f ¿A qué se debe la escaramuza que se libra en el Santa Ana en la


mañana del día 23? (pp. 173-175) ¿Qué consecuencias tiene el
suceso para Rafael y Marcial? (pp. 180-181)
䊳 En la mañana del día 23, la tripulación española del Santa Ana se rebela
contra sus captores y convierte en prisioneros a los británicos que han abor-
dado el barco. Durante la escaramuza, Rafael y Marcial resultan heridos.

g ¿Qué razón alega don Alonso para permanecer en el Santa Ana?


(p. 182) ¿Por qué don José María se encuentra a bordo del Rayo?
(pp. 186-187)
䊳 Don Alonso se niega a que lo trasladen al Rayo por una cuestión de ho-
nor: piensa que el deber de un hombre valiente es plantar cara al peligro.
Además, cree que puede ser de utilidad en el cuidado de los heridos del
Santa Ana. En cuanto a don José María, se halla a bordo del Rayo porque
deseaba averiguar cuanto antes si su hijo seguía con vida.

h ¿Por qué? (pp. 198-200)


䊳 Porque no quiere separarse del viejo Marcial, que ha sido abandonado
por todos en el zozobrante Rayo y que se halla herido de gravedad.

i ¿Cómo se salvó Gabriel de perecer en el Rayo? (p. 205) ¿Qué ha


ocurrido con Marcial? (p. 205)
䊳 Gabriel se salvó de naufragar en el Rayo gracias a la balandra que lo en-
contró cuando había salido a reconocer los restos del navío. En cambio, Mar-
cial ya estaba muerto cuando la balandra llegó junto al Rayo.

j ¿Qué le explica a Gabriel el marinero del Bahama acerca del


combate? (pp. 207-211) ¿Y sobre Rafael Malespina? (p. 211)
¿Qué dilema se le plantea entonces al joven Araceli? (p. 212)
10 ANÁLISIS LITERARIO

䊳 El marinero que acompaña a Gabriel le explica que el Bahama fue apre-


sado, que Alcalá Galiano murió durante el combate y que Rafael Malespina
pereció cuando lo trasladaban a tierra firme en una lancha. Esta última noti-
cia hace que Gabriel dude en regresar a Cádiz, pues no desea comunicarle a
Rosita la muerte de su novio.

1.3 El regreso a Cádiz (capítulo XVII)

a ¿De qué noticia se trata? ¿Cómo reacciona la joven al intuirla?


¿Por qué la tristeza se transforma al cabo en júbilo? (p. 217)
䊳 Gabriel debe comunicarle a Rosita el fallecimiento de Rafael. Al intuir la
noticia, la joven lanza un grito terrible y cae desmayada. Sin embargo, la
amargura se transforma muy pronto en júbilo cuando don José María se
presenta en casa de doña Flora y explica que Rafael se encuentra fuera de
peligro.

b ¿Qué pasó con don Alonso? (p. 221) ¿Y con Rosita? (pp. 221-
222) ¿Qué tarea asignó doña Francisca a Gabriel? (p. 222) Sin
embargo, ¿qué inquebrantable decisión tomó el joven? (p. 225)
䊳 Después del combate, don Alonso se entregó a una vida de oración has-
ta su muerte, Rosita se casó con Rafael y doña Francisca le ordenó a Gabriel
que se pusiera al servicio del joven matrimonio en su casa de Medina Sido-
nia. Sin embargo, el muchacho tomó la decisión de partir hacia Madrid con
la esperanza de hacer fortuna en la capital.

2 PERSONAJES

2.1 Gabriel Araceli, un héroe ejemplar

a ¿Qué distingue a Araceli de los héroes habituales en las novelas


históricas del siglo XIX? En cambio, ¿qué tiene en común con los
protagonistas de las novelas picarescas? (Consulta el primer capí-
tulo de la novela y las pp. XXXVII-XXXVIII de la «Introducción»)
䊳 Gabriel Araceli se distingue de la mayoría de los héroes de las novelas
históricas de su tiempo por la humildad de sus orígenes, pues en el género
predominaban los protagonistas de clase noble o burguesa cuando Galdós
escribió Trafalgar. En cambio, Gabriel tiene muchas cosas en común con los
antihéroes de la picaresca: la pobreza de su progenitores, la vida de pilluelo
que lleva en su infancia, su voluntad de medrar y el hecho de que sirva a va-
rios amos durante su adolescencia.
PERSONAJES 11

b ¿Cuándo comprende el joven la humildad de su condición? (p.


58) A su entender, ¿cómo logrará todo lo que no tiene? (p. 59)
¿Qué principio caro a los liberales defiende Galdós por medio del
vertiginoso ascenso social de Gabriel?
䊳 Gabriel Araceli toma conciencia de la humildad de su condición al adver-
tir que Rosita lo trata con una indiferencia casi desdeñosa por culpa de las
diferencias sociales que existen entre ambos. Sin embargo, el muchacho con-
fía en medrar merced a la tenacidad y el esfuerzo, lo que ciertamente logra-
rá en el curso de la primera serie de los Episodios nacionales. Y es que Gal-
dós era un acérrimo defensor del principio de movilidad social, según el cual
cada individuo debe ocupar en la sociedad el lugar que le corresponde por
sus méritos personales, con independencia del dinero que tenga y del poder
político que ostenten sus ascendientes.

c ¿Qué siente el joven Araceli al darse cuenta de que ha empezado


a medrar? (pp. 83-85 y 112)
䊳 Satisfacción y orgullo.

d ¿Cómo demuestra Gabriel su devoción religiosa? (pp. 86, 124 y


203) ¿Y su patriotismo? (pp. 14, 95 y 124) ¿Y su capacidad de
perdón? (pp. 72, 151 y 162-163)
䊳 Gabriel demuestra que es hombre devoto al ponerse a rezar en la cate-
dral vieja, al entregarse a la oración en los momentos previos al combate de
Trafalgar y al pensar en Dios cuando el Rayo está a punto de naufragar. Por
otra parte, evidencia su patriotismo cuando declara que el «amor santo de la
patria» hace brotar lágrimas de sus ojos, al considerar que doña Flora es po-
co patriótica porque intenta persuadirlo para que no se embarque en la flota
combinada y al emocionarse cuando mira la bandera de su país. Finalmente,
la capacidad de perdón del personaje se hace patente cuando olvida el odio
que en un primer momento le inspiraron Rafael Malespina y su propio tío.

2.2 Dos personajes enfrentados: don Alonso y doña Francisca

a ¿Qué dice don Alonso cada vez que se alude a la batalla de 1797?
(pp. 26-27) ¿Qué actitud adoptan sus allegados con respecto a
esa obsesión? (p. 27) Aparte su carácter monomaníaco, ¿qué com-
parte don Alonso con don Quijote? (pp. XL, 184 y 218)
䊳 Cada vez que oye hablar del combate del cabo de San Vicente, don
Alonso apunta que la escuadra española no habría sido derrotada si el co-
mandante Córdoba hubiera mandado virar a babor en lugar de a estribor.
Sus allegados siempre le dan la razón por miedo a contradecir al anciano,
12 ANÁLISIS LITERARIO

quien comparte con don Quijote su carácter monomaníaco, su nombre de


pila, su negativa a gozar de una vejez retirada, su decisión de emprender en
secreto una aventura para la que en realidad no tiene fuerzas y el hecho de
morir en su propia cama tras el fracaso de sus sueños de grandeza.

b ¿Cómo explica Fernández Montesinos la “locura” de don Alon-


so? (Consulta el texto 3.2) En general, ¿te parece admirable o
grotesco el comportamiento del personaje?
䊳 Según José Fernández Montesinos, la tediosa y estéril realidad social es-
pañola conduce a los individuos más sensibles e inquietos a forjarse un ideal
utópico que permita la regeneración espiritual del país. Para algunos, ese
ideal se transforma en obsesión y causa de locura, como le sucede a don
Alonso, quien se nos aparece como una figura risible por su incapacidad pa-
ra ver la realidad tal y como es pero causa admiración por su tenacidad y su
voluntad de darlo todo en beneficio de sus compatriotas.

c ¿Qué virtudes tiene doña Francisca? (p. 26) ¿Cuál es su principal


defecto y a qué lo atribuye el narrador? (p. 26) ¿Cómo condicio-
na su temperamento la relación que mantiene con su esposo?
䊳 Doña Francisca destaca por su ejemplaridad moral y su talante bonda-
doso, devoto, caritativo y discreto. Sin embargo, esas virtudes contrastan
con su temperamento iracundo, que Gabriel atribuye a los disgustos que le
ha ocasionado la desagradable profesión de su esposo. Su carácter endemo-
niado, en cualquier caso, determina su relación con don Alonso, con quien
discute a todas horas. Temeroso de doña Paca, el esposo le da la razón en
casi todo, calla para no alargar las disputas y obra a menudo a escondidas de
su mujer, que intenta cortar las alas de sus instintos bélicos.

d ¿Qué opina doña Francisca de la guerra en general y del comba-


te de Trafalgar en concreto? (pp. 21-22, 33-34, 44-45 y 68)
䊳 Doña Francisca abomina de la guerra: se le estremecen las carnes cuan-
do piensa en los muchos muertos que ocasiona, maldice a quien la inventó y
quisiera ver todos los cañones convertidos en campanas. Con respecto al
combate de Trafalgar se muestra muy pesimista: sospecha que los ingleses
vencerán a los españoles y cree que Napoleón solo pretende aprovecharse
del potencial naval español para invadir Gran Bretaña y agrandar su imperio.

2.3 Una pareja separada por la guerra: Rosita y Rafael


a ¿Qué palabras dejan claro que Gabriel idealiza a Rosita? (p. 51)
Sin embargo, ¿de qué manera trata la joven a su criado tras com-
prometerse con Malespina? (p. 58)
PERSONAJES 13

䊳 Gabriel pone de manifiesto que idealiza a Rosita al definirla como «un


ideal querido», al incluirla en «un orden de criaturas superior» y al afirmar
que cuando la vio por vez primera se convenció de que existía en el mundo
una «región encantadora, donde artífices divinos sabían labrar tan hermosos
ejemplares de la persona humana» (p. 51). Sin embargo, Rosita dejó de co-
rresponder al afecto de Gabriel en cuanto se enamoró de Rafael Malespina:
«Su indiferencia hacia mí era tan marcada, que tocaba los límites del me-
nosprecio».
b ¿Cómo quedan de manifiesto la sensatez y el realismo de Rafael?
(pp. 70-71 y 74) ¿Y el odio que le tiene Gabriel? (pp. 59 y 162)
䊳 Al contrario que su padre, Rafael Malespina es un joven sensato y realis-
ta. Lo demuestra al reconocer la superioridad de la escuadra inglesa y al en-
tristecerse con la noticia de que don Alonso y Marcial pretenden embarcarse
en la flota combinada. No obstante, eso no evita que Araceli odie a Rafael,
como se hace patente en el despego y antipatía con que atiende a sus peti-
ciones y en la rabia que siente al verlo sano y salvo a bordo del Santa Ana.
c ¿Cuál? (p. 56)
䊳 Galdós critica la costumbre de los matrimonios concertados por los pa-
dres según criterios socioeconómicos en lugar de afectivos, que estaba muy
extendida entre la nobleza y la alta burguesía de la época.

2.4 Los personajes cómicos

a ¿Con qué apodo es conocido Marcial y por qué? (pp. 27-28)


¿Qué tiene de simbólico el nombre real del personaje?
䊳 Tanto el apodo de Marcial como su verdadero nombre de pila están car-
gados de sentido: el apelativo de Medio-hombre nos recuerda que al viejo
contramaestre le faltan una pierna, un brazo y un ojo porque los perdió
combatiendo, en tanto que el nombre de Marcial alude a su amor a las ba-
tallas, ya que el adjetivo marcial alude a lo perteneciente a la guerra.

b ¿Cómo se comporta Marcial en el combate de Trafalgar? (pp.


132-136) ¿Qué contradicción observa Gabriel entre su estado fí-
sico y los sentimientos que anidan en su alma? (p. 125)
䊳 En Trafalgar, Marcial se comporta como todo un valiente: «era a la vez
contramaestre, marinero, artillero, carpintero y cuanto había que ser en tan
terribles instantes». No le inquieta la herida que recibe en la cabeza ni el he-
cho de que una bala se haya llevado por delante una parte de su pierna de
palo, e incluso en los momentos más duros mantiene su buen humor. Se ha-
ce evidente, pues, la contradicción entre lo maltrecho de su anatomía y la
agilidad y pertinacia de su espíritu.
14 ANÁLISIS LITERARIO

c ¿Qué peculiaridades presenta el lenguaje de Marcial? (pp. XLIII,


31-32 y 185) ¿Cómo definirías el tipo de humor que cultiva? (pp.
42 y 133-136)
䊳 La jerga de Marcial mezcla los símiles náuticos con los vulgarismos que
corrompen el léxico, los neologismos de su propia inventiva tales como pati-
gurbiar y chingurria, las palabras de origen andaluz y las metáforas que
identifican las partes del cuerpo humano con las de un barco. Por otro lado,
el amigo de don Alonso muestra una extraordinaria afición al humor negro,
con el que convierte en objeto de broma a los sucesos más luctuosos y se
burla de la misma muerte.

d ¿Por qué? ¿Qué viene a representar la muerte del anciano?


䊳 Marcial viene a ser un símbolo de la marina española, que vivió su épo-
ca de mayor esplendor durante el siglo XVIII pero se abismó en una profunda
crisis a principios del XIX. No en vano el anciano contramaestre ha participa-
do en algunos de los episodios más decisivos de la historia de dicho cuerpo
militar. Su muerte, pues, puede identificarse con la decadencia de la marina
española.

e ¿Cómo demuestra don José María que es un mentiroso y un fan-


farrón? (pp. 76-81 y 186) ¿A qué extremo llega el viejo buscan-
do una hazaña de la que presumir? (p. 218)
䊳 Don José María demuestra que es un fanfarrón y un embustero al atri-
buirse a sí mismo todos los triunfos españoles en la guerra del Rosellón: pre-
sume, por ejemplo, de haber matado a cientos de soldados franceses con
media docena de balas. Además, afirma que el gobierno inglés lo contrató
para perfeccionar la artillería británica, que la reina española le propuso en
cierta ocasión desempeñar la Secretaría de Estado y que cuenta con la amis-
tad de los más importantes políticos de la época, como el conde de Aranda,
Napoleón, Jorge III y Carlos IV. Asimismo, don José María presume de per-
geñar grandes inventos y de haber recibido una inverosímil herida de extre-
ma gravedad en la guerra del Rosellón. Pero lo peor de todo es que, para
ganarse la admiración de la gente, llega a fingir que ha permitido la muerte
de su hijo para salvar al resto de los tripulantes del Rayo.

f ¿Con qué disparatados inventos pretende don José María devol-


verle el esplendor a España? (pp. 189-190) Pese a lo descabella-
do de su imaginación, ¿por qué podemos decir que es un visio-
nario? (pp. 190-193)
䊳 Don José María quiere devolverle su grandeza a España construyendo
cañones de a trescientos, barcos de entre 95 y 100 varas de largo y buques
de hierro propulsados por medio del vapor de agua. Este último invento se
EL COMBATE DE TRAFALGAR 15

haría realidad con la invención del acorazado, razón por la que podemos de-
cir que don José María es un visionario.

g ¿Cuál es la mayor obsesión de doña Flora? (p. 88) ¿Y su principal


ocupación? (pp. 88-89) ¿Por qué es grotesca su forma de tratar
a Gabriel? (p. 100) ¿Con qué otro personaje femenino contrasta
doña Flora y por qué? (pp. 88-89 y 96)
䊳 La mayor obsesión de doña Flora es disimular su envejecimiento, para lo
cual se maquilla como una mona. En Cádiz se dedica a traer y llevar chismes
de vecinos y a organizar tertulias en su casa. Por otro lado, su forma de tra-
tar a Gabriel es grotesca porque doña Flora se empeña en mantener con él
una relación amorosa, sin atender a la gran diferencia de edad que existe
entre ambos. En general, la prima de don Alonso contrasta profundamente
con doña Francisca: mientras que doña Flora es una persona alegre de cas-
cos que se pasa el día en la calle, prodiga las finezas y manifiesta un exaltado
militarismo, doña Paca es mujer de su casa que pisa siempre tierra firme, tie-
ne un temperamento iracundo y se declara pacifista.

h ¿Cuál? Para responder, repara, por ejemplo, en la intervención


de don José María Malespina en el capítulo XV.
䊳 Con la magnitud de sus disparates, los personajes caricaturescos cumplen
la función de aliviar el trágico dramatismo que domina en la mayoría de los
pasajes de la novela.

3 EL COMBATE DE TRAFALGAR

3.1 Los antecedentes del combate

a ¿Por qué razón se enfrentaron Inglaterra y España en 1782? (p.


24) En cambio, ¿con qué intención se aliaron los dos países en
1793? (p. 24)
䊳 En 1782, España y Gran Bretaña se disputaron la posesión de Gibraltar,
pero en 1793 ambos países se aliaron con el propósito de crear un enclave
monárquico en la república francesa. Con tal fin, una flota hispano-británica
se apoderó del puerto de Tolón, si bien las tropas galas lograron expulsar a
los invasores tras tres meses de asedio.

b ¿Qué importante batalla naval enfrentó a los británicos con los


españoles en 1797? ¿Quién ganó el combate? ¿Qué personajes
de ficción de Trafalgar participaron en él?
16 ANÁLISIS LITERARIO

䊳 El 14 de febrero de 1797, navíos de España e Inglaterra se enfrentaron


en la batalla del cabo de San Vicente, en la que resultaron vencedores los
británicos y en la que declaran haber participado don Alonso y Marcial.

c ¿Qué suceso motivó la guerra del Rosellón (1793-1795), que en-


frentó a España con Francia? (Consulta la p. XV de la «Introduc-
ción») ¿Qué político hizo mayor hincapié en acabar con el con-
flicto y quién se obstinó en proseguirlo? (p. 80) ¿Por qué se
apresuró Francia a firmar la paz en 1795? ¿Qué título le propor-
cionó el armisticio a Godoy? (p. 80)
䊳 La guerra del Rosellón se desencadenó cuando la República decidió gui-
llotinar a Luis XVI el 21 de enero de 1793, pese a que Carlos IV clamó para
que la ejecución no tuviera lugar. En España, los políticos se dividieron entre
los partidarios y los detractores del conflicto; en particular, Godoy se empeñó
por proseguirlo, en tanto que el conde de Aranda abogó por la necesidad de
firmar la paz, razón por la cual el valido de Carlos IV acabó por encarcelarlo
en 1794. Un año después, sin embargo, Francia decidió poner fin a las hosti-
lidades, pues deseaba recuperar el apoyo de España en un momento en que
la guerra de la República con Inglaterra era inminente. Godoy aceptó de
buen grado el armisticio, que es conocido con el nombre de Paz de Basilea y
le proporcionó al valido el sonoro título de Príncipe de la Paz.

d ¿Qué tuvo que hacer el gobierno español para mantenerse neu-


tral en la guerra franco-británica? (pp. 69-70) ¿Por qué España
decidió finalmente entrar en el conflicto? (p. 70)
䊳 Para mantener la neutralidad, España tuvo que firmar un humillante tra-
tado de subsidios por el que se comprometía a pagarle a Francia seis millo-
nes de francos mensuales (o cien millones de reales, como dice Malespina) y
a abastecer a los buques franceses que recalaran en los puertos ibéricos. Sin
embargo, el tratado no impidió que Inglaterra considerase a España como un
enemigo, de ahí que en octubre de 1804 los británicos atacaran a cuatro fra-
gatas que viajaban a la Península desde las Indias cargadas de dinero. El su-
ceso motivó que Carlos IV le declarase la guerra a Gran Bretaña.

e ¿Qué piensan de la alianza con Francia la mayoría de los perso-


najes de Trafalgar? (pp. 45-46)
䊳 Que solo beneficia a los intereses imperialistas de Napoleón, quien de-
sea invadir Inglaterra y quiere contar para ello con el potencial naval español.

f ¿Qué pretendía Napoleón con esa estrategia? (p. 70) ¿Resultó su


plan? ¿Qué ocurrió cuando la flota combinada regresaba a Euro-
pa? (Consulta las pp. XVIII-XIX de la «Introducción»)
EL COMBATE DE TRAFALGAR 17

䊳 Napoleón ordenó a Villeneuve que se dirigiese a la Martinica porque


pensaba que los navíos ingleses lo seguirían en su viaje, temerosos de que
los franceses atacasen los intereses británicos en las Antillas. De esa manera,
el canal de La Mancha quedaría despejado y el emperador podría entrar en
Inglaterra con sus tropas sin apenas hallar oposición. Pero su plan fracasó, ya
que el grueso de la armada británica permaneció en el canal de La Mancha.
Además, cuando Villeneuve regresaba a Francia para embarcar en su flota a
los soldados de Napoleón, topó en Finisterre con el almirante Robert Calder,
quien capturó dos navíos españoles. Poco después, Villeneuve fondeó en El
Ferrol, desde donde partió hacia Cádiz en lugar de hacia Brest, pues temía
encontrarse de nuevo con los británicos.

g ¿Por qué los oficiales españoles se oponían a la idea de hacerse a


la mar? (Consulta las pp. XX-XXI y 94) ¿Qué otro problema de-
bieron afrontar los franceses en Cádiz? (p. 90)
䊳 Los oficiales españoles sabían que zarpar de Cádiz significaba enfrentarse
a los ingleses, y estaban convencidos de que la flota combinada no saldría
bien librada del combate. Además de tener a Villeneuve por un inepto, no
ignoraban que los ingleses contaban con barcos mejor armados y con artille-
ros más hábiles, en tanto que los marinos de la flota combinada andaban fal-
tos de práctica y sus tripulaciones tenían más de un punto flaco. Por si fuera
poco, los franceses tuvieron que afrontar en Cádiz el problema de la falta de
abastecimiento, pues los españoles se negaban a proporcionar armas y vi-
tuallas a los galos mientras no pagasen por ellas.

h Según todos los indicios, ¿cuál fue el motivo principal por el que
Villeneuve se decidió a hacerse a la mar? (pp. 94-95)
䊳 Porque supo que Napoleón lo había destituido y que el almirante Rosily-
Mesrós viajaba hacia Cádiz con objeto de relevarlo. Para evitarse la humilla-
ción de verse desplazado de su cargo, Villeneuve decidió hacerse a la mar
antes de que llegara su sustituto.

3.2 El desarrollo del combate

a ¿Cuántos cuerpos formaban la flota combinada? ¿Por qué los


buques españoles iban mezclados con los franceses? ¿Qué órde-
nes dio Villeneuve a sus capitanes antes del combate?
䊳 Según explica Marcial, Villeneuve dividió la flota combinada en cuatro
cuerpos: vanguardia, centro, retaguardia y reserva. Los buques españoles se
mezclaron con los franceses para que estos últimos no se dieran a la fuga o
quedaran al margen del combate como había sucedido en Finisterre. Antes
de la lucha, Villeneuve les dijo a sus oficiales que, si el enemigo se presenta-
18 ANÁLISIS LITERARIO

ba a sotavento, caerían sobre él, pero que, si se presentaba a barlovento, es-


perarían su ataque. Asimismo, les advirtió que no toleraría que se comporta-
sen de forma deshonrosa y que todo barco debía quedar bajo fuego enemi-
go durante el combate.

b ¿Qué disposición adoptaron los ingleses para enfrentarse a sus


enemigos? (p. 120) ¿En qué consistía el plan de batalla trazado
por Nelson? (p. 208)
䊳 Los ingleses formaron en dos columnas: una dirigida por Nelson, que
atacó el centro de la flota combinada, y otra mandada por Collingwood, que
avanzó contra su retaguardia. Nelson pretendía cortar la línea enemiga por
dos puntos distintos, con lo que la flota combinada quedó entre dos fuegos
y la cabeza no pudo acudir en auxilio de la cola.

c ¿Qué ordenó Villeneuve a sus navíos al divisar al enemigo? Se-


gún Gabriel, ¿qué finalidad tenía esa estrategia y qué resultado
deparó? (pp. 116-117)
䊳 Al divisar al enemigo, Villeneuve ordenó a sus oficiales que viraran en re-
dondo, lo que transformó la vanguardia de los aliados en retaguardia y a la
inversa. El almirante francés pretendía frustrar los planes de Nelson y dejar
la flota combinada encarada hacia Cádiz, lo que le facilitaría la huida si las
cosas iban mal dadas. Sin embargo, la táctica fue un error, pues los navíos
tuvieron muchos problemas para dar la vuelta, así que la línea de batalla
quedó trastocada por entero y convertida en un semicírculo con múltiples
huecos por los que podían infiltrarse los británicos. Dicho en breve: la estra-
tegia de Villeneuve no hizo más que facilitarle las cosas a Nelson.

d ¿Qué ordenó el comandante del Santísima Trinidad para frustrar


esa estrategia? (p. 122) ¿Qué resultado tuvo para los aliados el
hecho de que Nelson lograra romper su línea de batalla? (p. 127)
䊳 Para evitar que el Victory rompiera la línea de batalla, Uriarte mandó de-
tener la marcha del Santísima Trinidad, que quedaría así pegado al Bucen-
taure e impediría el paso del navío de Nelson. Sin embargo, la estrategia no
surtió efecto: el Victory rompió la línea de la flota combinada, con lo que los
ingleses pudieron atacar a los barcos españoles y franceses uno por uno sin
que los buques de Villeneuve pudieran socorrerse entre sí.

e ¿Cómo le afectó al Trinidad la rendición del Bucentaure? (pp.


131-132) Según los cálculos de Galdós, ¿cuántos muertos y heri-
dos se produjeron en el buque insignia español? (pp. 148 y 153)
䊳 Al rendirse el Bucentaure, todo el fuego de los británicos se dirigió contra
el Santísima Trinidad, lo que multiplicó el sufrimiento de la tripulación del
EL COMBATE DE TRAFALGAR 19

buque de Uriarte. Según Galdós, la batalla causó más de 600 víctimas en el


gigantesco navío: unos 400 heridos y unos 200 muertos.

f ¿Por qué los ingleses anhelaban salvar el Santísima Trinidad? (p.


152) Sin embargo, ¿qué ocurrió al final con el famoso navío?
(pp. 154-156)
䊳 Los ingleses anhelaban salvar el Santísima Trinidad porque era el mayor
buque de guerra de la época, lo que lo convertía en presa muy codiciada. Sin
embargo, no consiguieron su propósito, pues el Santísima Trinidad se fue a
pique.

g ¿Contra qué navío español se enfrentó Collingwood en primer


lugar? (p. 125)
䊳 Contra el Santa Ana.

h ¿Por qué la lucha resultó particularmente heroica en el San Juan?


(p. 165) ¿Qué estrategia impuso Churruca a sus artilleros? (p.
166) ¿Qué ocurrió al final con el célebre brigadier? (p. 169)
䊳 La lucha en el San Juan Nepomuceno resultó particularmente heroica
porque el barco fue atacado primero por tres navíos ingleses a un tiempo y
más tarde por seis barcos simultáneamente, pese a lo cual el navío español
aguantó el bombardeo durante horas. Comprendiendo que la destreza era
más importante que la fuerza, Churruca ordenó a sus artilleros que economi-
zaran las balas, disparando poco pero afinando mucho la puntería. Sin em-
bargo, el sapientísimo brigadier acabó muriendo después de que una bala de
cañón le cercenara la pierna derecha.

i ¿Cómo acabó el Santa Ana la batalla el día 21? (p. 143) Sin em-
bargo, ¿qué ocurrió en el barco dos días más tarde? (pp. 173-
177) ¿Y con posterioridad? (p. 205)
䊳 El Santa Ana fue apresado por los ingleses, si bien el día 23 su tripula-
ción se rebeló contra los apresadores y volvió a izar la bandera española en
el buque, que finalmente logró arribar al puerto de Cádiz.

j ¿Contra cuántos navíos se batió el Bahama? ¿Cómo acabó para


él la batalla? ¿Qué ocurrió con su comandante, el “ínclito“ Ga-
liano? (pp. 209-211)
䊳 El Bahama tuvo que enfrentarse a tres navíos ingleses y se rindió a las
15.30 horas. Los ingleses lo apresaron y trataron de remolcarlo hasta Gibral-
tar, pero el buque se hundió por el camino. Su comandante pereció durante
el combate cuando una bala de medio calibre le alcanzó en la cabeza.
20 ANÁLISIS LITERARIO

k ¿Con qué intención? (p. 187) ¿Qué ocurrió al final con el Rayo,
que tan importante papel desempeña en la aventura del joven
Gabriel Araceli? (pp. 194-195)
䊳 Los navíos encabezados por Gravina volvieron a la mar tras llegar a Cá-
diz para recoger a los navíos desmantelados de la flota combinada y para
rescatar a los buques prisioneros. Uno de los barcos que recibieron auxilio
fue el Rayo, que sin embargo acabó por hundirse.

l ¿Qué ocurrió con el Achille? (p. 132) ¿Cómo obró el francés Du-
manoir en el combate? (p. 214) ¿Qué fue de Villeneuve tras la
batalla? (Consulta la p. XXIX de la «Introducción» y la p. 214 de
la novela)
䊳 El Achile se incendió al ser atacado por los ingleses y acabó volando por
los aires cuando el fuego alcanzó la santabárbara. Por otro lado, a poco de
empezado el combate, el francés Dumanoir se retiró con un escuadrón de
cuatro navíos para salvarse del desastre, lo que facilitó la victoria británica.
En cuanto a Villeneuve, cayó en manos de los ingleses, pero recobró la li-
bertad en abril de 1806 merced a un intercambio de prisioneros. Entonces el
almirante partió hacia París para prestar declaración en el proceso abierto por
la derrota de Trafalgar, pero nunca llegó a su destino porque se suicidó en
un alto de su viaje.

m ¿Cómo pereció el almirante? (p. 144) ¿Qué circunstancia favore-


ció su muerte? (Consulta la p. XXVIII de la «Introducción»)
䊳 Nelson fue alcanzado en la espalda por un mosquetero francés. La bala
se le quedó alojada en la columna vertebral, y el almirante murió a media
tarde del día 21 tras una larga agonía. En su fallecimiento tuvo mucho que
ver su osadía: antes de caer herido, Nelson permaneció siempre visible en la
cubierta del Victory, donde se convirtió en un blanco fácil por las brillantes
condecoraciones que llevaba colgadas en la pechera de su casaca.

n ¿Qué fatalidad aumentó el número de naufragios en los días si-


guientes al combate? (pp. 146 y 179-180) ¿Con qué terrible evi-
dencia conocieron muchas familias el destino de aquellos parien-
tes suyos que habían batallado en Trafalgar? (p. 212)
䊳 El número de víctimas del combate de Trafalgar aumentó por culpa de
una violenta tempestad que cayó desde la noche del día 21 sobre los super-
vivientes. Como explica Galdós, muchos de los familiares de los guerreros
muertos conocieron el terrible destino de sus parientes cuando los cadáveres
fueron arrastrados por el oleaje hasta las playas de Cádiz en los días que si-
guieron al combate.
EL COMBATE DE TRAFALGAR 21

3.3 Las causas de la derrota

a ¿En qué radicaba la superioridad de la armada británica? (pp. 70-


71 y 94) ¿Qué problemas afectaban a la marina española a la al-
tura de 1805? (pp. 92 y 206-207) ¿Y a la francesa? (Consulta la
p. XXXI de la «Introducción»)
䊳 La superioridad de la armada británica radicaba en la perfección de su
armamento, la excelente dotación de sus buques, la espléndida preparación
de sus tripulaciones y la unidad con que operaban sus escuadras. Por otro
lado, la marina española atravesaba una situación muy problemática a la al-
tura de 1805: la falta de recursos económicos impedía que los oficiales reci-
bieran sus pagas con puntualidad, que los buques pudieran conservarse en
buen estado y que el armamento de los navíos se renovara. En cuanto a la
marina francesa, contaba con pocos oficiales destacados, pues la sangría re-
volucionaria se había cebado en ellos y sus marineros no estaban bien pre-
parados: entre ellos abundaba la gente de leva, que era díscola y carecía de
una instrucción suficiente en materia de navegación.

b ¿Qué defecto advierte Gabriel en los artilleros del Santísima Tri-


nidad, en sus soldados de infantería y en la gente de leva? (pp.
108, 122 y 125)
䊳 Gabriel observa que buena parte de los marineros del Santísima Trinidad
carece de experiencia en el mar: en concreto, más de un soldado de infante-
ría se marea con los vaivenes del buque. Por otro lado, advierte que algunos
cabos de cañón carecen de práctica en su oficio y percibe que la gente de
leva es en su mayoría holgazana y rebelde, no profesa sentimientos patrió-
ticos, posee perversas costumbres y tiene un conocimiento deficiente del
mundo de la navegación.

c ¿Cómo obran los británicos con la tripulación del Santísima Trini-


dad? (pp. 141-142 y 160) ¿Qué imagen se ofrece de Nelson en
Trafalgar? (pp. 33, 127, 144 y 208)
䊳 Los ingleses se comportan con nobleza con los marineros del Santísima
Trinidad, pues trasladan a los heridos a los lugares más tranquilos del barco y
ponen mano a las bombas para desalojar el agua que entra a borbotones en
el navío. Además, cuando el barco está a punto de irse a pique, la tripulación
británica del Santa Ana salva a los marineros del Trinidad. Por otro lado, la
imagen que Galdós ofrece de Nelson es muy positiva: Marcial se refiere a él
con un apodo que denota «cierta consideración o respeto», Gabriel habla
con admiración del «genio del gran Nelson» y lo considera «el primer mari-
no de nuestro siglo» y el marinero que acompaña a Araceli en su regreso a
Cádiz destaca la astucia del vicealmirante.
22 ANÁLISIS LITERARIO

d ¿Qué imagen ofrece Galdós de Villeneuve? (pp. 115, 164 y 171)


¿De qué acusa a Dumanoir? (pp. 143 y 214) Pese a todo, ¿cómo
valora el narrador el comportamiento de los franceses durante el
combate de Trafalgar? (p. 214)
䊳 Galdós subraya en todo momento la ineptitud y el apocamiento de Vi-
lleneuve. Marcial declara que el francés «no sabe lo que tiene entre manos»,
es una nulidad en materia de estrategia y se equivoca al enfrentarse a los in-
gleses sin haber diseñado táctica alguna. Churruca, por su parte, desconfía
de la inteligencia de Villeneuve, mientras que Gabriel da por sentado que el
desastre de Trafalgar fue consecuencia de la impericia del francés al excla-
mar: «¡Cuánto desastre, Santo Dios, causado por las torpezas de un solo
hombre!».
Igual de mal librado sale en la novela el comandante René Marie Du-
manoir de Pelley, que fue acusado de deserción y cobardía por su actitud en
Trafalgar. Comprendiendo el desastre que se avecinaba, Dumanoir aban-
donó el grueso de la flota combinada al poco de iniciarse el combate y desa-
tendió durante varias horas las continuas órdenes que le enviaba Villeneuve
exigiéndole una y otra vez que se incorporase a la lucha. Pero, a pesar de esa
excepción, Gabriel afirma que los franceses se comportaron heroicamente
en Trafalgar.

e ¿A qué se debe la aversión que doña Flora y Marcial sienten por


los franceses? (pp. 90 y 115)
䊳 Al egoísmo con que tratan a los españoles, que son manipulados como
títeres por el ambicioso Napoleón. Los franceses exigen mucho de la armada
española pero dan muy poco a cambio, tal y como quedó de manifiesto en
el combate de Finisterre.

f ¿Qué méritos posee Churruca y cómo se comporta durante la


batalla? (pp. 91-92 y 164-170) ¿Qué tiene de trágica su figura?
¿Qué virtudes demuestran Uriarte y Alcalá Galiano en Trafalgar?
(pp. 134-135 y 207-209)
䊳 Cosme Damián de Churruca destaca por la afable urbanidad de sus mo-
dales, su extremada inteligencia, su religiosidad, su perfecto sentido de la
justicia y su afición al estudio. En el combate de Trafalgar se comporta como
un héroe: ordena clavar la bandera del San Juan porque no acepta de ningu-
na manera que su barco se rinda, infunde a sus hombres el ardor de la valen-
tía e incluso tras caer herido de muerte les ruega a sus subordinados que siga
el fuego. La figura de Churruca es trágica por la clarividencia del personaje,
quien sabe que los españoles serán derrotados por los ingleses, intuye que la
flota combinada se encamina hacia un desastre y presagia su propia muerte,
pero aun así secunda en todo a Villeneuve para no incurrir en una deshonra.
EL COMBATE DE TRAFALGAR 23

En cuanto al brigadier Francisco Javier de Uriarte, que obró en Trafalgar


como comandante del Santísima Trinidad, demostró en el combate un ex-
traordinario valor, amén de un admirable estoicismo y una firme serenidad.
Ni siquiera la muerte de sus más inmediatos subordinados ni la evidencia de
que la rendición del Trinidad era inevitable le hicieron abdicar de su enérgica
determinación de luchar hasta perecer. Al evocar su figura, Gabriel alude a la
palabra sublimidad: «viendo a nuestro comandante comprendí que todos los
idiomas deben tener un hermoso vocablo para expresar aquella grandeza de
alma que me parecía favor rara vez otorgado por Dios al hombre miserable»
(pp. 134-135).
Las virtudes del brigadier Dionisio Alcalá Galiano no brillaron menos
que las de Churruca y Uriarte en el combate de Trafalgar. Galiano era un
hombre riguroso, cortés, generoso, sabio y de gran coraje, de ahí que se ne-
gara en redondo a que su navío se rindiera pese a los estragos que las bom-
bas británicas causaron en el Bahama. «Señores», les dijo a sus hombres,
«estén ustedes todos en la inteligencia de que esa bandera está clavada». Ni
siquiera tras sufrir una grave contusión en la pierna y un astillazo en la
cabeza Alcalá Galiano sucumbió al terror; por el contrario, siguió en el al-
cázar hasta morir como si nada le hubiese ocurrido.

g ¿De qué culpan doña Paca y Gabriel a Gravina? (pp. 219-221)


Según el crítico James Whiston, ¿con qué intención acusa Galdós
al almirante? (Consulta el documento 3.3)
䊳 Doña Paca y Gabriel culpan a Gravina de haber carecido de previsión,
serenidad y firmeza, pues de lo contrario se habría opuesto a la salida de la
escuadra combinada del puerto de Cádiz. Además, creen que el almirante
español sucumbió a un arrebato de honor mal entendido al ordenar a sus
hombres que zarparan para demostrarles a los franceses la valentía de los es-
pañoles. Según James Whiston, lo que Galdós quiere poner de manifiesto al
censurar la actitud de Gravina es que España es responsable de sus propios
desastres.

h ¿Qué imagen se ofrece de Napoleón en Trafalgar? (pp. 7-8 y 45)


¿De qué se le acusa? (p. 20) ¿Qué faltas se le imputan a Godoy?
(pp. 45-46) ¿Crees que los dirigentes de España y Francia obra-
ron de forma responsable en las fechas previas al combate de
Trafalgar? ¿Por qué?
䊳 Galdós presenta a Napoleón como un hombre astuto, maquiavélico,
egoísta, interesado, profundamente ambicioso y carente de escrúpulos que
manipula a su antojo a los gobernantes españoles para satisfacer sus ansias
imperialistas. En concreto, doña Francisca lo acusa de ir sembrando guerras
por todas partes con el único propósito de aumentar los territorios de Fran-
cia: no en vano Gabriel llega a imaginárselo como un contrabandista. Por
otro lado, en la novela queda de manifiesto que el mejor aliado de la ambi-
24 ANÁLISIS LITERARIO

ción de Napoleón fue la debilidad de Godoy, quien se dejó manejar como


un títere y no dudó en poner la armada española al servicio de los franceses.
En general, podemos concluir que los dirigentes de España y Francia obra-
ron de manera irresponsable en las fechas previas al combate de Trafalgar,
pues se interesaron menos por el bienestar de sus respectivos pueblos que
por dar satisfacción a sus anhelos personales. Así lo demuestra el caso de
Godoy, quien secundó los planes de Napoleón porque el emperador le había
prometido un reino en una de las provincias portuguesas si le ayudaba en su
propósito de invadir Gran Bretaña.

i ¿Qué consecuencias tuvo la batalla de Trafalgar para España,


Francia e Inglaterra? (Consulta las pp. XXXI-XXXII de la «Intro-
ducción» y la nota 21 de la p. 215)
䊳 El combate de Trafalgar tuvo consecuencias decisivas en la vida política
europea del siglo XIX: a Inglaterra, le proporcionó el dominio sobre el Atlán-
tico; Napoleón se vio obligado a renunciar a su sueño de invadir Gran Breta-
ña, pues el emperador careció en adelante de los medios navales necesarios
para llevar a cabo tal propósito; y para España supuso la aniquilación casi de-
finitiva de la poderosísima armada que el país había poseído durante el siglo
XVIII. Asimismo, la derrota acabó con el dominio que España ejercía sobre el
Atlántico, lo que entorpeció las relaciones comerciales del país con América y
debilitó su poder sobre los virreinatos de las Indias.

4 TEMAS Y SENTIDO DE LA NOVELA

4.1 Guerra, patria y heroísmo

a ¿Cómo define el joven ese concepto? (pp. 137-138) ¿Qué episo-


dios demuestran la validez de su definición? (pp. 169 y 210-211)
䊳 Gabriel define el heroísmo como «una forma del pundonor», lo que sig-
nifica que es un héroe cualquiera que cumpla con su deber hasta el final
guiado por su sentido de la dignidad, la responsabilidad y el honor. La vali-
dez de tal definición queda ratificada en múltiples ocasiones: por ejemplo,
cuando Malespina declara que rendirse es un acto bochornoso y cuando los
marineros del Bahama deciden seguir luchando «por el honor de la ban-
dera», pese a la evidencia de su derrota.

b ¿Qué tiene de heroico el comportamiento de Churruca (pp. 164-


171), Alcalá Galiano (p. 209) y Uriarte (pp. 134-135 y 153)? ¿Y
el de don Alonso (pp. 176 y 182), Marcial (p. 136) y el propio
Gabriel (pp. 136-137)?
TEMAS Y SENTIDO DE LA NOVELA 25

䊳 Churruca, Alcalá Galiano y Uriarte se comportan como héroes porque lu-


chan sin miedo a perecer, llegan a la muerte sin haberse rendido y exigen a
sus subordinados que se batan hasta la última sangre aunque solo sea por
una cuestión de honor. De modo análogo, don Alonso se niega a claudicar:
sueña con la victoria incluso después de la derrota, dispara cañones con su
mano trémula para librar al Santa Ana del acecho de los ingleses y se resiste
a abandonar el navío porque cree que puede servir de ayuda en él. En mu-
chos aspectos, su actitud es similar a la de Marcial y Gabrielillo, quienes se
empeñan en seguir atacando a los británicos cuando la rendición del Trini-
dad aparece ya como inevitable.

c ¿Cómo modifica Gabriel su forma de entender la patria durante


el combate de Trafalgar? (pp. 123-124) ¿Qué comprende al con-
templar cómo los ingleses izan su bandera? (p. 142)
䊳 Después de Trafalgar, Gabriel no volverá a identificar a una nación con
sus gobernantes, sino con el lazo de fraternidad que une a los compatriotas
y con el amor que sienten los ciudadanos por el lugar en el que hacen su vi-
da. Por otro lado, al descubrir la veneración que el enemigo siente por su
propia bandera, Araceli comprende que los ingleses también son patriotas y
que aman a su nación tanto como los españoles.

d ¿Con qué identifica Araceli la patria: con el Estado o con el pue-


blo? ¿Qué le debe a la ideología burguesa su forma de definir la
idea de nación? (Consulta la p. XLIV de la «Introducción»)
䊳 Gabriel identifica la patria con el pueblo: la nación no está encarnada en
la figura del rey ni en la de sus ministros, sino en los ciudadanos anónimos
que tantas veces olvida la Historia. Por otro lado, el personaje vincula la pa-
tria con el concepto de propiedad privada, lo que pone de manifiesto que su
forma de pensar está muy influida por la ideología burguesa.

e ¿En qué consiste la visión idealizada de la guerra que sustentan


don Alonso, Marcial, doña Flora y don José María? ¿Y la pers-
pectiva realista desde la que la juzgan doña Francisca y Rafael?
䊳 Para don Alonso, Marcial, doña Flora y don José María, la guerra es el
territorio privilegiado del heroísmo y de la gloria, y el escenario en que unas
naciones demuestran su superioridad sobre otras. Por el contrario, doña
Francisca y Rafael Malespina opinan que la guerra debiera evitarse a toda
costa, porque es un horror insensato que no soluciona nada, genera múlti-
ples estragos materiales y provoca numerosas víctimas humanas.

f ¿Qué opinión tenía Gabriel de la guerra en su primera infancia?


(p. 6) ¿Con qué estado de ánimo se embarca en el Santísima Tri-
26 ANÁLISIS LITERARIO

nidad? (pp. 103 y 108) ¿Qué papel espera desempeñar en el


combate? (p. 115) ¿Qué argumento le lleva a justificar la guerra
poco antes de la batalla? (p. 124)
䊳 En sus días de La Caleta, Gabriel idealizaba la guerra y disfrutaba mucho
simulando sangrientos abordajes y cruentas batallas con sus barcos de jugue-
te, de ahí que se embarque en el Santísima Trinidad lleno de entusiasmo y
con la esperanza de acometer grandes hazañas. Es más: poco antes de subir
al barco, Gabriel llega a justificar la guerra, que le parece necesaria para de-
fender las tierras, la seguridad y la propiedad privada de los españoles.

g ¿Cómo contrastan los sueños de Gabriel con la realidad del com-


bate? (pp. 172-173) Una vez ha comprendido la sinrazón de la
guerra, ¿a qué causas atribuye el joven los conflictos bélicos? (p.
158) ¿Qué razonamiento le lleva a propugnar el internacionalis-
mo? ¿Te parece que ese ideal es compatible con el sentir patrióti-
co?
䊳 Cuando cae dormido en el Santísima Trinidad al amanecer del día 23,
Gabriel sueña que se comporta como todo un héroe dirigiendo una flota de
unos mil navíos con los que derrota a los británicos. Sin embargo, la realidad
es bien distinta: la magnitud del desastre de Trafalgar le revela a Gabriel la
insensatez de la guerra. Por eso se convence de que los conflictos bélicos son
promovidos por los cuatro privilegiados que ostentan el poder económico y
político, quienes engañan a los pueblos y los arrastran a la guerra «para su
provecho particular», bien porque desean aumentar su capital o bien para
acrecentar su cota de poder. Gabriel cree que tal situación acabará cuando
los pueblos comprendan que las guerras no benefician a nadie y que los
hombres están destinados a ayudarse entre sí, de ahí que acabe defendien-
do un internacionalismo muy propio de los liberales del siglo XIX. Tal utopía
no es necesariamente incompatible con el sentir patriótico, ya que es posi-
ble que una persona se identifique con la realidad cultural e histórica de su
país sin que por ello renuncie a hermanarse con los habitantes de otras na-
ciones. Solo el nacionalismo excluyente de quienes creen que su país es su-
perior a los demás vuelve inviable la convivencia del sentir patriótico con el
deseo de que los pueblos establezcan entre sí sólidos lazos de fraternidad.

h ¿Qué tienen en común las ideas finales de Gabriel sobre la gue-


rra con las de Santiuste en Aita Tettauen y las de Jean Jean en El
equipaje del rey José? (Consulta el texto auxiliar 3.4)
䊳 Tanto Gabriel como Santiuste y Jean Jean acaban por adoptar una acti-
tud antibelicista: consideran la guerra como un juego bárbaro y estúpido
que no puede deparar gloria alguna, entienden que los poderosos engañan a
los pueblos para que se aniquilen entre sí, opinan que matar al prójimo es el
TEMAS Y SENTIDO DE LA NOVELA 27

peor crimen imaginable y defienden la necesidad de que todos los pueblos se


hermanen para evitar el derramamiento de sangre.

i ¿Cómo se manifiesta esa victoria en las opiniones de Gabriel so-


bre los ingleses? (Compara, por ejemplo, las pp. 8 y 157-158) ¿Y
en la relación del muchacho con su tío, con Rafael Malespina y
con Rosita? (pp. 151, 162 y 211)
䊳 Gracias a Trafalgar, Gabriel supera el rencor que le inspiraban los ingle-
ses. Mientras que, en su primera infancia, el joven consideraba a los británi-
cos como una especie de pérfidos salteadores de caminos, tras la batalla
comprende que los ingleses se parecen mucho a los españoles, pues la ma-
yoría alberga nobles sentimientos, ejerce la solidaridad y venera a su patria.
De modo análogo, Gabriel vence la tentación del odio cuando perdona a su
tío tras verlo muerto, cuando empieza a ver con buenos ojos a Rafael y
cuando compadece a Rosita por haber perdido a su novio, olvidando que el
primero lo maltrató en muchas ocasiones, que el segundo le robó el amor de
su ama y que la tercera empezó a tratarlo con indiferencia en cuanto se ena-
moró del joven Malespina.

j ¿En qué momento derrota al rencor el viejo Marcial? (p. 202)


䊳 Marcial derrota al rencor poco antes de su muerte, cuando perdona a los
ingleses y a los franceses por los males que le han causado.

k ¿Cómo obraron los gaditanos con los heridos de ambos bandos


tras el combate? (pp. 212-213)
䊳 En los días que siguieron al combate de Trafalgar, los gaditanos se com-
portaron de manera ejemplar, pues pusieron todo su empeño en el auxilio
de los heridos sin reparar en la nacionalidad de cada cual.

4.2 Una visión distinta del combate de Trafalgar

a ¿Cómo contrasta la opinión de Galdós sobre Gravina y Nelson


con lo que se dice en los poemas de Mor de Fuentes y Sánchez
Barbero? ¿Y los versos en que Moratín pide venganza a Carlos IV
con los valores que Gabriel defiende en el capítulo XVII de Tra-
falgar? (p. 221)
䊳 Mientras que Galdós cuestiona la actitud de Gravina, Mor de Fuentes
elogia en un estilo retórico y ampuloso al oficial español, a quien llama
«caudillo excelso». Por otro lado, el autor de Trafalgar alaba la destreza y el
valor de Nelson y describe la muerte del inglés como una gran pérdida, en
tanto que Francisco Sánchez Barbero se alegra de su fallecimiento y califica
28 ANÁLISIS LITERARIO

al marino de bárbaro y tirano. Finalmente, Gabriel defiende en su narración


la necesidad de que los pueblos se hermanen para acabar de una vez por to-
das con las guerras, mientras que Leandro Fernández de Moratín leyó ante
Carlos IV el poema extractado, en el que le pedía al monarca que se vengara
de los británicos haciendo uso de sus ejércitos.

5 TÉCNICA Y ESTILO

5.1 Historia y ficción

a Según se desprende de los documentos 1.1, 1.2 y 3.1, ¿qué fun-


ción desempeña la ficción en los Episodios nacionales?
䊳 Galdós opina que la Historia está «en el vivir lento y casi siempre doloro-
so de la sociedad, en lo que hacen todos y en lo que hace cada uno». En
consecuencia, inserta el discurso historiográfico en una trama novelesca para
completar el relato de los grandes hechos del pasado con la descripción de
la vida cotidiana de la gente del pueblo, rara vez estudiada por los historia-
dores. Además, la creación de personajes ficticios le ayuda a hacer realidad
uno de los propósitos con que concibió los Episodios nacionales: reflejar la
esencia del carácter español, no siempre bien encarnada en las figuras histó-
ricas.

b ¿Qué le deben al krausismo las novelas históricas de Galdós?


(Consulta la p. X de la «Introducción» y el texto 1.1) ¿Se preocu-
pa el escritor únicamente por los hechos históricos o indaga tam-
bién en sus causas, tal y como proponía Giner de los Ríos?
䊳 Los krausistas consideraban que la educación era la mejor herramienta
para garantizar el progreso y la regeneración de España, pues creían que las
lacras del país quedarían erradicadas de forma inexorable cuando cada uno
de sus ciudadanos se perfeccionase por medio de la instrucción. Fiel a tales
ideas, Pérez Galdós escribió los Episodios nacionales con un claro propósito
didáctico. Su objetivo era utilizar el género novelístico para mejorar la for-
mación política de sus lectores, pues creía que, cuando los españoles cono-
cieran bien los errores de su pasado, aprenderían a conducirse mejor en el
presente y lograrían construir una nación próspera, libre y tolerante en el fu-
turo. Por otro lado, el influjo del krausismo en los Episodios nacionales se
percibe en el hecho de que Galdós va más allá de la mera narración de los
hechos históricos, y se preocupa por determinar cuáles fueron sus causas.
Así queda de manifiesto en Trafalgar, donde el autor no solo nos explica el
combate de 1805, sino que relata los conflictos, alianzas y proyectos políti-
cos que lo desencadenaron.
TÉCNICA Y ESTILO 29

c ¿En qué pasajes de Trafalgar se advierte con mayor claridad el in-


flujo de cada uno de esos tres géneros?
䊳 La influencia de la novela picaresca se hace particularmente evidente en
los primeros capítulos, cuando Gabriel relata la vida de pillo que llevaba en
su infancia. En cambio, los tópicos del folletín asoman sobre todo en el capí-
tulo quinto, que relata la azarosa historia de amor de Rosita y Rafael, muy al
estilo de las melodramáticas novelas que se publicaban por entregas en épo-
ca de Galdós. Por último, el costumbrismo se trasluce principalmente en los
capítulos que tienen lugar en Cádiz poco antes de que Araceli se embarque
en el Santísima Trinidad, donde el narrador repara en diversos aspectos ca-
racterísticos de la vida cotidiana de principios del siglo XIX, como la importan-
te misión social que desempeñaban las tertulias, el esnobismo de los jóvenes
afrancesados y el influjo de la moda parisina, que indujo a muchos hombres
a dejarse coleta o usar peluca.

5.2 El narrador

a ¿Cuál es el principal empeño de Gabriel cuando se ocupa de na-


rrar sucesos históricos? (p. 14) ¿Qué obstáculos le dificultan la
consecución de ese objetivo? (pp. 13 y 23)
䊳 En su narración de los sucesos históricos, Gabriel se preocupa sobre todo
por ser fiel a la verdad, de ahí que al principio de Trafalgar declare: «Mi rela-
to no será tan bello como debiera, pero haré todo lo posible para que sea
verdadero». Sin embargo, no le resulta fácil conseguir ese propósito, ya que
el narrador evoca sucesos muy remotos que la memoria puede haber distor-
sionado. Por eso en algunas ocasiones nos advierte que no puede garantizar
la absoluta exactitud de su pluma en la transcripción de ciertos diálogos o en
la narración de determinados sucesos.

b ¿Qué razones alega el narrador para describir a don Alonso, a su


esposa y a doña Flora? (pp. 23 y 87) ¿Y para narrar el historial
amoroso de Rosita? (p. 50) ¿Cómo justifica algunas de las omi-
siones de su relato? (pp. 9, 50, 108 y 161)
䊳 En Trafalgar, Gabriel justifica a menudo sus decisiones narrativas. Así,
declara que describe con detalle a don Alonso y a su esposa porque conside-
ra que el lector debe conocer bien a ambos personajes para comprender ca-
balmente los acontecimientos que va a narrar. En cambio, a la hora de retra-
tar a doña Flora se deja llevar sobre todo por el placer estético implícito en
toda tarea literaria y por la voluntad de ridiculizar al personaje, ya que la
prima de don Alonso es un tipo secundario con escasa importancia en la tra-
ma de la novela. Por otro lado, Gabriel decide narrar el historial amoroso de
30 ANÁLISIS LITERARIO

Rosita porque el hecho de que la joven estuviera a punto de casarse explica-


ba en buena medida la oposición de doña Francisca al deseo de don Alonso
de embarcarse en la flota combinada. Por último, hay que señalar que a ve-
ces el narrador justifica las omisiones de su relato alegando que su memoria
se muestra vaga a la hora de recordar ciertas cosas o que no desea aburrir ni
cansar al lector explayándose en pormenores de poco interés o relatando
varias veces un mismo suceso.

c ¿En qué momentos se advierte la distancia moral e intelectual


entre el Gabriel niño y el Araceli viejo? (pp. 158 y 221)
䊳 Mientras que el Gabriel joven confía en que algún día todos los pueblos
se hermanen y dejen las guerras de lado, el Araceli viejo constata que es
muy improbable que esa utopía se haga realidad. Asimismo, uno y otro valo-
ran de forma muy distinta la actitud de Gravina en el combate de Trafalgar:
en tanto que el Araceli niño considera que el almirante obró de modo ade-
cuado, el Gabriel anciano cree que Gravina se dejó llevar por un arrebato de
honor mal entendido al ordenar a sus hombres que zarpasen de Cádiz.

d ¿Crees que las frecuentes reflexiones de Gabriel entorpecen su


relato u opinas que lo enriquecen? ¿Por qué?
䊳 Aunque las reflexiones morales perjudican al ritmo de la narración por-
que interrumpen el relato y nos alejan del desarrollo de los acontecimientos,
salta a la vista que las meditaciones de Gabriel confieren profundidad a la
novela, enriquecen el valor didáctico de lo que nos explica y permiten que
vivamos la lectura de Trafalgar como una experiencia moral y no tan solo co-
mo una mera diversión o como la crónica insustancial de un remoto suceso
histórico.

e ¿Qué hay de paródico en la alusión del narrador a su linaje? (p.


3) ¿Con qué sarcasmo alude Gabriel a los matrimonios concerta-
dos por los padres? (p. 56) ¿Por qué es irónica su descripción del
trato que recibía de doña Paca y de su tío? (pp. 64 y 106-108)
䊳 La alusión de Gabriel a su linaje parodia un tópico de la novela histórica
predominante en la época de Galdós, que consistía en adjudicar al protago-
nista un rancio abolengo al declararlo descendiente de las familias más des-
tacadas de la aristocracia. No menos burlón se muestra Gabriel al cuestionar
los matrimonios concertados, de los que dice: «entonces lo arreglaban todo
los padres, y lo raro es que a veces no salía del todo mal». Finalmente, las
palabras del narrador se tiñen de ironía cuando declara que los malos tratos
de doña Francisca servían como exhibición de la elasticidad de las orejas del
criado y la ligereza de las manos de la señora. De modo análogo, Gabriel de-
clara que su tío solía hablarle en un tono suave y que era hombre simpático
TÉCNICA Y ESTILO 31

e interesante cuando en verdad lo que quiere decirnos es que se expresaba


siempre con exabruptos y se comportaba con despreciable antipatía.

f ¿Por qué? (Consulta el texto auxiliar 3.1) ¿Cómo solucionó en


Trafalgar los inconvenientes que suponía el uso de la primera
persona? (pp. XXXVI-XXXVII) Según el crítico Brian J. Dendle,
¿qué razones pudieron impulsarle a elegir tal tipo de narrador
para la serie inicial de los Episodios y por qué abandonó más tar-
de esa forma de narrar? (Consulta el texto auxiliar 3.1)
䊳 Galdós advirtió pronto los inconvenientes de la primera persona narrati-
va, que le impedía ofrecer una imagen global de los acontecimientos histó-
ricos. En particular, un narrador de ese tipo no podía dar cuenta de sucesos
que tuvieran lugar sucesos de forma simultánea en espacios distantes, pues
ningún personaje puede hallarse en dos lugares distintos a un mismo tiempo.
En Trafalgar, Galdós remedió en lo posible esa deficiencia por medio de dos
estrategias: en primer lugar, traslada sucesivamente a Gabriel desde el San-
tísima Trinidad a otros tres barcos antes de devolverlo a tierra firme para
que el joven pueda tener noticia de lo ocurrido en varios frentes del comba-
te; y, en segundo término, inserta en la narración de Gabriel los relatos de
otros personajes, quienes le explican al narrador, y de paso a los lectores, to-
do lo que Araceli no ha podido ver con sus propios ojos. Así, conocemos la
muerte de Nelson por medio de un oficial inglés amigo de don Alonso, el fi-
nal de Alcalá Galiano gracias a un marinero del Bahama y el fallecimiento de
Churruca a través de Rafael Malespina.
Sea como fuere, el crítico Brian J. Dendle ha sugerido que las razones
por las que Galdós abandonó la primera persona a partir de la segunda serie
de los Episodios nacionales no son tan solo de orden técnico sino también
de tipo ideológico. En concreto, Dendle considera que la primera persona se
presta mucho más a una visión optimista de la Historia que la tercera. Según
la hipótesis del crítico, Galdós optó inicialmente por la primera persona
porque se identificaba con la confianza en el porvenir de España que manifies-
ta Gabriel. En cambio, a partir de la segunda serie, se dejó llevar por el pes-
imismo y recurrió a la tercera persona porque le ayudaba a alejarse de las
vivencias y convicciones de sus personajes y le permitía ofrecer una visión
irónica y escéptica de la Historia de sus compatriotas.

5.3 El estilo

a ¿Qué tiene de épica la descripción del Santísima Trinidad y del


resto de la flota combinada? (pp. 103-106 y 109-112) ¿Qué fi-
guras retóricas abundan en esos pasajes? ¿Con qué compara Ga-
briel a los barcos para magnificarlos? (pp. 127-131) ¿Por qué
personifica al mar? (p. 179)
32 ANÁLISIS LITERARIO

䊳 Galdós adopta un tono épico en la descripción del Santísima Trinidad al


subrayar una y otra vez la magnificencia del navío y al compararlo con un
coloso y con un valiente guerrero. La misma operación lleva a cabo con la
totalidad de la escuadra hispano-francesa, pues afirma que el despliegue de
la flota combinada constituía un espléndido espectáculo y formaba un cua-
dro imponente. Por otro lado, en la descripción de los barcos predominan la
personificación y la comparación, figuras ambas que potencian el aliento
épico de los correspondientes pasajes. En concreto, Galdós equipara a los na-
víos que luchan con gigantes e incansables gladiadores. Con propósito simi-
lar, personifica al mar para subrayar su violencia: por medio de la prosopo-
peya, el autor nos da a entender que la vehemente agitación de las olas no
es un mero fenómeno natural sino el resultado de la rabia de los elementos,
cansados de la necedad de los hombres y deseosos de causarles daño.

b ¿Qué propósito moral persigue Galdós con las truculencias de al-


gunos pasajes? (pp. 128-131)
䊳 El autor relata con detalle los sufrimientos de los combatientes para su-
brayar que la guerra es un horror sin sentido en el que la violencia y la
muerte imponen su tiránica ley.
LA GUERRA EN EL MAR

1 Las escuadras y sus tripulaciones

a ¿Cuáles eran los buques insignia de los españoles, los franceses y


los ingleses en Trafalgar? ¿Qué características tenía cada uno de
esos navíos?
䊳 Los buques insignia de los españoles, los franceses y los ingleses en Tra-
falgar fueron respectivamente el Príncipe de Asturias, el Bucentaure y el Vic-
tory. El primero era un navío de tres puentes que montaba 118 cañones y
estaba capacitado para desplazar 2.300 toneladas; el segundo era un navío
de dos puentes y 80 piezas, mientras que el tercero era un navío de tres
puentes que desplazaba 2.300 toneladas y contaba con 102 cañones.
b ¿Cuáles de los rasgos citados ostenta el personaje de Marcial?
䊳 Marcial destaca por la espontaneidad de su lenguaje, que está plagado
de exabruptos y alude a cosas cotidianas con metáforas náuticas. Es de no-
tar, por ejemplo, que llama a su ojos portalones, a sus brazos serviolas, a su
corazón pañol de la pólvora y a su estómago pañol del bizcocho.
c Según se deduce de Trafalgar, ¿a qué edad había empezado Chu-
rruca a servir en la marina? (p. 172) ¿Recuerdas en quién se ins-
piró Galdós para crear la figura de Gabriel Araceli? (p. XXXIV)
䊳 De la novela se desprende que Churruca entró en la marina a los quince
años. Por otro lado, cabe recordar que la figura de Gabriel se inspira en la de
un anciano que había sido grumete del Santísima Trinidad siendo joven, y al
que Galdós había conocido en Santander en el verano de 1872.

2 Tácticas navales de asedio y combate


a ¿Qué sistema de bloqueo emplearon los ingleses en Cádiz en el
verano de 1805? (pp. XX, XXIV y 18)
䊳 Los ingleses se apostaron a unas cincuenta millas al suroeste de Cádiz.
Un escuadrón mandado por el capitán Henry Blackwood espiaba el puerto y
enviaba información sobre la flota combinada a la escuadra británica.

b ¿Con qué innovaciones quiso John Clerk modernizar las tácticas


navales de la armada británica a finales del siglo XVIII? ¿Cuál fue
la principal aportación de Nelson en el terreno de la estrategia
naval? (Consulta el texto auxiliar 2.2)
34 LA GUERRA EN EL MAR

䊳 Para renovar la táctica naval de su época, John Clerk propuso que las es-
cuadras británicas se concentraran en el ataque de una parte de la flota con-
traria y empleasen todos sus navíos contra unos pocos barcos del enemigo.
Usando tal estrategia, era difícil que el adversario saliese bien librado, pues,
dada la escasa maniobrabilidad de los navíos de la época, los barcos que
quedaban fuera de combate no podían auxiliar a los bombardeados. Por otra
parte, Clerk se mostró partidario del ataque en perpendicular, que era radi-
calmente ofensivo y rompía por entero con las tácticas de combate conven-
cionales. Fuera por influencia de Clerk o fuera por propia iniciativa, Nelson
llevó tales ideas a la práctica, si bien su principal innovación fue la delega-
ción de autoridad en sus oficiales, a quienes les permitía tomar decisiones
por su cuenta siempre que causasen el mayor daño posible en el enemigo.

c ¿Cuál era el mayor inconveniente de la táctica de romper la línea


enemiga? (p. XXV) Según Galdós, ¿qué ventaja le proporcionó
tal estrategia al Téméraire en Trafalgar? (p. 126)
䊳 Antes de romper la línea enemiga, la flota atacante debía avanzar duran-
te un rato bajo fuego enemigo sin apenas poder replicar, ya que los barcos
llevaban muy pocos cañones en la proa. Ahora bien, tal estrategia tenía ob-
vias ventajas: en Trafalgar, le permitió al Téméraire bombardear al Santísima
Trinidad por el costado de babor, que en un principio había quedado ileso.

d Según el sistema de Popham, ¿qué banderas habría tenido que


izar el Victory para construir la palabra freedom (‘libertad’)?
䊳 La 6 (F), la 1 y la 8 (R), la 5 (E), la 5 (E), la 4 (D), la 1 y la 5 (O) y la 1 y la 3 (M).

3 La hora del combate

a ¿Cuál de las operaciones del zafarrancho es la que más impresio-


na a Gabriel y por qué? (pp. 118-120) ¿Qué hazaña llevó a cabo
uno de los mosqueteros franceses en Trafalgar? (p. 144)
䊳 A Gabriel le impresiona sobre todo que se vacíen sacos de arena en la
cubierta del Santísima Trinidad para que empape la sangre de los posibles
heridos. Por otro lado, la importancia de los soldados que disparaban desde
las cofas quedó de manifiesto en Trafalgar con la muerte de Nelson, que pe-
reció al ser acertado por la bala de un mosquetero francés.
b En la novela de Galdós, ¿quién vigila el encartuchamiento de la
pólvora en el Santísima Trinidad? (p. 126)
䊳 El viejo Marcial.
c ¿Qué personaje de Trafalgar insiste de continuo en la importan-
cia de la artillería? ¿Cómo pretende renovarla? (p. 189)
LA GUERRA EN EL MAR 35

䊳 Don José María Malespina es quien más insiste en Trafalgar en la impor-


tancia de las balas y bombas: no en vano es coronel de artillería retirado.
Además, pretende renovar tal disciplina militar construyendo enormes caño-
nes del calibre trescientos, es decir, piezas capaces de disparar bombas de
trescientas libras de peso.

d ¿Cómo influyó la eficacia de los artilleros británicos en el desen-


lace del combate de Trafalgar? (p. XXX)
䊳 La extraordinaria destreza de los artilleros ingleses causó grandes estra-
gos en la flota combinada y fue decisiva para la victoria de los ingleses. Para
constatarlo, basta con recordar las cifras de muertos y heridos que provoca-
ron los cañones británicos: fallecieron 3.370 franceses y 1.038 españoles, y
resultaron heridos 1.160 franceses y 1.385 españoles.

e ¿Cuánto tardaron los ingleses en desarbolar al Trinidad? (p. 127)


¿Cómo quedó el Bucentaure tras el combate? (p. 131) ¿Qué da-
ños causaron los proyectiles británicos en el Achille? (p. 132)
䊳 El Santísima Trinidad quedó desarbolado a las 14.30 horas, unas dos ho-
ras y media después de iniciarse el combate, en el que el Bucentaure quedó
destrozado por entero y sufrió 450 bajas. Los daños no fueron menores en el
Achille, donde las bombas británicas provocaron un incendio que alcanzó al
pañol de la pólvora, por lo que el barco explotó.

f ¿Qué personaje le sirve a Galdós para poner de manifiesto las


graves secuelas físicas que dejaban los combates en los marinos?
䊳 Marcial, que ha perdido un ojo, un brazo y una pierna en los numerosos
combates navales en que ha intervenido.

g ¿En qué tarea participa Gabriel cuando el Santísima Trinidad


amenaza con hundirse? (p. 141) ¿Qué suerte corrió el Santa Ana
en el combate de Trafalgar? (p. 186)
䊳 Poco antes de que el Santísima Trinidad se hunda, Gabriel ayuda a des-
alojar con bombas el agua que se ha colado en el barco. Por lo que se refie-
re al Santa Ana, quedó desarbolado y sin timón, así que tuvo que ser remol-
cado por una fragata.

h ¿Dónde fue llevado Villeneuve tras el combate? (pp. 214-215)


¿Por qué los ingleses lo dejaron en libertad algún tiempo des-
pués? (p. XXIX)
䊳 Tras ser capturado en el combate de Trafalgar, Villeneuve fue llevado a
Gibraltar; sin embargo, los británicos lo dejaron en libertad en abril de 1806
merced a un intercambio de prisioneros.
LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA

En la época de Trafalgar, a la gente de clase humilde le convenía an-


darse con cien ojos cada vez que pisaba una taberna próxima a un
puerto, pues ocurría a menudo que, mientras los parroquianos se
emborrachaban como cubas o cantaban a voz en grito, irrumpía de
pronto en el local una patrulla de leva. Por lo general, se trataba de
un grupo formado por una decena de hombres fornidos y de alta es-
tatura que tenían la misión de reclutar a todo aquel varón que se les
cruzase en el camino. En aquellos años, los barcos de guerra anda-
ban siempre faltos de personal, así que el reclutamiento forzoso es-
taba a la orden del día. Cualquiera podía acabar embarcado contra
su propia voluntad, de ahí que todo el mundo tratase de escapar de
la ronda: la mayoría echaba a correr al verla como alma que lleva el
diablo, algunos saltaban por las ventanas o se escondían donde fue-
se y los más ingenuos se disfrazaban de mujeres con la intención de
pasar desapercibidos. Sin embargo, casi todos estaban destinados a
convertirse en carne de cañón. Los que se resistían recibían una bue-
na tanda de golpes con las porras que la gente de leva llevaban con-
sigo, así que lo más conveniente era resignarse. Les gustase o no, a
los elegidos les esperaba una vida difícil de largas travesías que tal
vez se prolongaran durante años. Incluso podía ser que no regresa-
ran jamás a sus hogares, pues eran muchos los marineros que morí-
an en los buques de guerra, fuese en medio de una batalla, a causa
de un accidente o por culpa de una enfermedad.
Una vez en el muelle, la ronda de leva embarcaba a los reclutas
en un bote que los llevaba hasta el buque, en cuya cubierta se reu-
nía un grupo muy nutrido de hombres: téngase en cuenta que en un
barco como el Victory la marinería constaba de más de quinientas
personas. Entre ellas abundaban los delincuentes sacados de la cárcel
por la leva y los vagabundos sorprendidos en cualquier esquina,
aunque no faltaban los jóvenes sin empleo que se habían embarcado
atraídos por la promesa de una vida de aventuras. Por lo general,
eran pocos los hombres con experiencia: solo los marineros arrebata-
LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA 37

dos a la tripulación de algún barco mercante sabían de veras lo que


era navegar. En cualquier caso, eso importaba poco: lo esencial es
que los reclutas estuvieran capacitados para trabajar y obedecer ór-
denes. Para asegurarse de que así fuese, los recién llegados eran
examinados por una comisión de oficiales que les preguntaban por
su experiencia laboral y evaluaban sus aptitudes físicas. Solo se des-
cartaba a quienes padecían enfermedades de gravedad y a ciertos
retrasados mentales: el resto de los hombres quedaban alistados de
inmediato. Algunos sentían tanto miedo de la vida que les esperaba
que aprovechaban el menor despiste para arrojarse al mar, pero por
lo común no llegaban muy lejos, ya que una barca vigilaba alrededor
del buque para impedir la huida de los fugitivos.
Tras el alistamiento, los futuros marineros eran lavados y despio-
jados. Luego, el ayudante del sobrecargo le entregaba a cada uno
dos coys, un plato, una cuchara, un cuchillo, un cuenco y una cace-
rola. Junto a esos efectos personales, les daba un par de consejos:
que llevaran siempre el cuchillo encima, pues les haría falta en sus la-
bores cotidianas, y que no perdieran ni rompiesen nada, ya que ha-
brían de pagar los desperfectos con su propio dinero. Además, les
recordaba la obligación de afeitarse con escrúpulo a diario y de man-
tenerlo todo limpio. Después, los recién llegados visitaban el lugar en
el que iban a dormir: una de las cubiertas bajas donde se alineaban
los cañones. Era un espacio húmedo y oscuro sin más luz ni aire fres-
co que el que pudiera entrar por las pequeñas portañolas, a menudo
cerradas a causa del mal tiempo. Para colmo, el techo de la cubierta
era muy bajo, lo que aseguraba un buen número de coscorrones.
Eso explicaba en parte la fama de locos que arrastraban los marine-
ros: se creía que tantos golpes acababan por trastornar incluso al
más sensato. Lo peor, con todo, era saber que cada noche cientos
de personas se apiñarían en aquel reducido espacio para roncar al
unísono hasta que la pestilencia de sus alientos y el sudor de sus axi-
las volviera el aire casi irrespirable. En verdad, el hecho de dormir en
un barco de guerra solo tenía una ventaja para la mayoría de la tri-
pulación: las hamacas eran mucho más cómodas que las camas don-
de pasaban la noche las gentes de clase humilde en tierra firme. Cla-
ro que no resultaba fácil meterse en el coy: los novatos se caían al
suelo varias veces antes de aprender a mantener el equilibrio, aun-
que, una vez conseguida esa hazaña, nadie abandonaba el coy a
38 LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA

gusto. Por las mañanas, muchos hombres remoloneaban a la hora


de levantarse, por lo que el contramaestre los amenazaba con cor-
tarles las cuerdas de la hamaca y despertarlos de una vez por todas
con un golpe contra el suelo.
Lo primero que aprendía un marinero en un barco de guerra era
la necesidad de obedecer a sus superiores. La disciplina a bordo era
férrea, y el capitán ostentaba un poder completo sobre la vida de sus
hombres, aunque los marineros apenas tenían contacto con él. Y es
que, para mantener las distancias con sus subordinados, el coman-
dante del buque se pasaba la vida encerrado en su camarote, a las
puertas del cual vigilaba a todas horas un infante de marina armado
con un mosquete. Ni siquiera los oficiales le dirigían la palabra, salvo
para ponerlo al corriente de algún asunto importante relacionado
con el barco. Por eso la vida del comandante solía ser muy solitaria.
Su objetivo era hacerse respetar, aunque le convenía no mostrarse
severo en exceso, pues de lo contrario corría el riesgo de que la tri-
pulación del barco se amotinara.
A fin de mantener la disciplina a bordo, el capitán y los oficiales
recurrían a menudo al castigo. Eran muchas las faltas de poca im-
portancia que suponían una pena, como excederse en las maldicio-
nes, escupir en la cubierta o trabajar con desgana. Asimismo, se cas-
tigaba a los que dedicaban su tiempo libre a jugar a los naipes o los
dados y a quienes se atrevían a encender una vela para iluminarse,
pues en el barco estaban prohibidos los juegos de azar y era muy
acusado el peligro de incendio. A quien replicaba a un oficial se le
ponía una barra de hierro en la boca durante un buen rato para que
no volviese a hacerlo. Otras faltas leves se castigaban con unos po-
cos azotes o inmovilizando al reo, para lo cual se le ataba a uno de
los palos, se le ponían grilletes en las muñecas o se le atrapaban los
pies con un cepo. Para que su castigo sirviera de escarmiento a los
demás, el culpable quedaba a la vista de toda la tripulación durante
horas, expuesto a los rayos del sol, a la fuerza del viento y a la inco-
modidad de la lluvia y de los rociones de mar. Los delitos mayores,
en cambio, se penalizaban con un buen número de latigazos, que
dejaban la espalda de los marineros en carne viva. En la armada bri-
tánica, a las marcas que causaban los azotes se les llamaba en broma
«la camisa a cuadros». El número de latigazos que recibía el reo lo
determinaba el comandante, quien debía fijar la pena con ecuanimi-
LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA 39

dad, pues si ordenaba un número excesivo de azotes se le acusaría


de cruel y si se quedaba corto sería tachado de blando. Uno de los
delitos que se castigaban con azotes era la agresión a un oficial, que
suponía unos cien latigazos, mientras que un robo de importancia
podía castigarse con unos cuatrocientos, número suficiente como
para matar a una persona. Los que hurtaban alimentos a sus compa-
ñeros debían someterse a la «carrera de chicotes»: los marineros for-
maban una especie de túnel por el que tenía que avanzar el ladrón.
Mientras caminaba, sus compañeros lo azotaban con un trozo de
cuerda llamada chicote que tenía un nudo grueso en la punta. Para
que el acusado no echara a correr dentro del túnel, lo rodeaban dos
oficiales, uno por delante y otro por detrás, ambos con su sable en
ristre. Un castigo todavía peor, que se aplicaba en casos de delitos
muy graves y provocaba a menudo la muerte del reo, consistía en
subir al inculpado en una lancha que pasaba por delante de todos
los buques de una escuadra, en cada uno de los cuales recibía un
buen número de azotes. Con todo, el castigo mayor era la horca,
que se imponía a los asesinos y a los desertores, así como a los cabe-
cillas de los motines; pero la pena máxima se evitaba siempre que
era posible, aunque solo fuese por razones de orden práctico: la ma-
rina necesitaba personal, así que no convenía menguar la tripulación
de un buque ni siquiera en un solo hombre.
Un castigo más sutil era la comida, que dejaba mucho que dese-
ar en los barcos de guerra. En la época, resultaba muy difícil conser-
var alimentos frescos, sobre todo en viajes que podían durar años,
así que la mayor parte de la comida de los buques se consumía en
mal estado. La base de la dieta era la galleta o bizcocho, sustituto
inevitable del pan convencional, que se ponía rancio y mohoso en
los barcos. Cada hombre disponía de medio kilo diario de galleta,
dura como la piedra, por lo que los marinos la ablandaban empa-
pándola en agua de mar o dejándola un par de días al aire libre.
Además, el bizcocho solía estar agusanado, lleno de gorgojos e in-
cluso roído por las ratas. La bebida habitual era la cerveza, pues el
agua dulce conservada en barricas se convertía enseguida en una es-
pecie de cieno verdoso de sabor repugnante, mientras que la cerve-
za solo empezaba a pudrirse tres meses después de haber sido alma-
cenada. Otro alimento habitual era el queso, tan duro que los mari-
neros solían tallarlo con un cuchillo para hacerse botones. La carne
40 LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA

se salaba a fin de que se conservara largo tiempo; no solo era seca,


dura y maloliente, sino que servía de vivienda habitual a gordos gu-
sanos de color rojo. Sin embargo, siempre era posible pensar en algo
peor: podía ocurrir que el barco se quedara sin vituallas, y entonces
habría que aguzar el ingenio para encontrar algo que echarse a la
boca. En esas ocasiones, los marineros solían cazar las ratas que se
paseaban por la sentina del barco y se las comían crudas o fritas des-
pués de haber dedicado un rato a despellejarlas. A veces, los hom-
bres hambrientos llegaban a pagar bastante por un roedor recién
capturado. Por eso suponía un alivio que el barco fondease en aguas
ricas en pesca: cuando eso sucedía, los marineros lanzaban sus cañas
al mar en busca de peces. En cualquier caso, el mayor consuelo dia-
rio lo proporcionaba el alcohol. El licor más habitual en los barcos de
guerra era el ron, que pocas veces se servía sin mezclar: por lo gene-
ral se le agregaba agua, azúcar y zumo de limón, dando lugar a un
brebaje que recibía el nombre de grog. Otro consuelo de los marine-
ros consistía en mascar tabaco: fumarlo estaba prohibido por el riesgo
de incendio.
Con todo, la hora del almuerzo tenía la ventaja de proporcionar
a la tripulación un rato de descanso propicio para la charla. Los mari-
neros comían en grupos de ocho a doce personas llamados ranchos,
en unas mesas colgadas del techo y dispuestas entre los cañones de
las baterías bajas, es decir, en el mismo sitio donde el grueso de la
tripulación tendía sus coys por las noches. A fuerza de comer juntos,
los componentes de un mismo rancho acababan por tomarse mucha
confianza y trababan una sólida amistad. En sus animadas charlas,
eran frecuentes las bromas, pero también sonaban algunas quejas en
voz baja, derivadas en buena medida de las brutales diferencias so-
ciales que se daban en el interior del barco. Y es que, mientras que
los marineros llevaban una vida mísera, los oficiales patentados, que
pertenecían a la nobleza o a la alta burguesía, disfrutaban de múlti-
ples privilegios. Su alimentación, por ejemplo, era digna de envidia:
no solo bebían leche y se regalaban con buenos vinos, sino que co-
mían huevos y carne fresca, pues el barco transportaba gallinas, cer-
dos, vacas, cabras, ovejas y otros animales vivos. Además, los oficia-
les de rango superior llevaban consigo a sus propios sirvientes, dor-
mían en catres colgantes y gozaban de intimidad y luz natural en sus
bien amueblados camarotes de popa. Algunos almirantes contaban
LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA 41

incluso con una bañera: una vez por semana, se la hacían llenar con
agua de lluvia calentada con una estufa portátil, lo que era un lujo
sibarítico en la época. Por otro lado, los oficiales disponían de un jar-
dín o retrete privado donde podían hacer sus necesidades a solas y
bajo techo, mientras que los marineros debían defecar en beques, es
decir, en una especie de tablones dotados de un asiento y un aguje-
ro que estaban situados a la intemperie, por lo que no ofrecían nin-
guna intimidad y dejaban a la marinería a merced de la lluvia y de
los rociones de mar. Con todo, el hombre que hallaba un beque dis-
ponible podía darse por contento, ya que en la mayoría de los bar-
cos no había más de seis para una tripulación de entre quinientas y
mil personas. Por eso muchos defecaban en cubos que después va-
ciaban en el mar, tomando siempre la precaución de hacerlo a sota-
vento, pues de lo contrario el viento se llevaría sus miserias y pondría
perdido a todo el mundo.
Por lo general, los privilegios más humillantes para los marineros
eran los de los guardiamarinas, adolescentes de familias adineradas
que se formaban en el barco para ser oficiales de la armada, apren-
diendo las técnicas de navegación y el arte de la guerra en el mar. En
cada buque solía haber entre diez y veinticinco guardiamarinas, la
mayoría de los cuales contaba de once a quince años, aunque algu-
nos podían ser más pequeños: tanto que aún se chupaban el pulgar
mientras dormían. Sin embargo, y a pesar de su juventud, los guar-
diamarinas ostentaban una autoridad completa sobre los marineros,
incluso sobre los más veteranos, quienes en muchos casos debían
someterse sin rechistar a las bofetadas de un adolescente asaltado
por delirios de grandeza. Claro que también la vida de los guarda-
marinas dejaba mucho que desear: entre ellos eran comunes las bro-
mas pesadas, así como las peleas y los robos, y sus condiciones de
vida no eran mucho mejores que las de los marineros: la mesa en
que comían, por ejemplo, servía al tiempo como banco de cirujano,
por lo que en ella no parecía fácil distinguir las manchas de salsa de
la sangre reseca.
En ocasiones, la notable distancia que mediaba entre el mundo
cómodo de los oficiales y la vida de penurias de la marinería acababa
por provocar un motín. Cuando la rebelión estaba a punto de estallar,
solían producirse accidentes premeditados: los marineros echaban a
rodar balas por la cubierta para que los oficiales resbalasen y se rom-
42 LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA

pieran la crisma. Sin embargo, lo más habitual era que la tripulación


llevase a cabo su trabajo con resignada mansedumbre, pese a que las
tareas cotidianas de los marineros eran bastante fatigosas, sobre todo
para los hombres con poca experiencia, a quienes se les encomenda-
ban las faenas más arduas y sucias. El trabajo comenzaba poco des-
pués de que los marineros se embarcasen: cuando el buque iba a zar-
par, había que levar las anclas, que eran muy pesadas, por lo que en
la tarea de subirlas a bordo participaban a veces cientos de hombres.
Por otro lado, los marineros tenían que fregar las cubiertas cada ma-
ñana, cubriéndolas con arena mojada y arrodillándose para pulirlas
con pequeñas piedras mientras sus superiores los amenazaban con
una tanda de azotes si no dejaban el suelo brillante como el oro. Tal
tarea se acompañaba a menudo con música: los marineros solían en-
tonar canciones satíricas que no dejaban nada bien a sus superiores,
pero los oficiales hacían la vista gorda, porque sabían que el desaho-
go de aquellos versos lograba que los marineros trabajasen con ahín-
co. Mientras tanto, los marineros más avezados se encargaban de
ajustar los aparejos y de trepar a los palos para desplegar las velas y,
en las cubiertas inferiores, un grupo de hombres manejaba las bom-
bas para extraer el agua que se colaba en el buque y que amenazaba
con hundirlo: en barcos grandes y en mares revueltos, unos doscien-
tos cincuenta marineros se relevaban sin descanso durante todo el día
para desalojar más de cien toneladas de agua por hora. También las
guardias se hacían por tandas: los turnos de vigilancia duraban cuatro
horas, y resultaban especialmente duros por las noches, así como en
los días de invierno y durante las tormentas. Los marineros con suerte
se dedicaban a tareas más relajadas, como el cuidado de las velas,
que había que parchear de continuo, pues solían rasgarse por la zona
en que rozaban con cabos y palos; además, era preciso orear el trapo
de repuesto para evitar que se pudriera. Los más diestros en la aguja
se dedicaban a coser la ropa de los oficiales, mientras que los grume-
tes aprendían a empalmar los cabos rotos, capturaban ratas en las bo-
degas del barco o ejercían como capitanes de letrina, eufemismo iró-
nico con que se aludía al marinero que cuidaba de los retretes de los
oficiales. Su tarea no era nada agradable, pues los jardines carecían de
agua corriente, así que las letrinas tenían que limpiarse a mano.
Por fortuna, los marineros también tenían momentos para el
ocio, que muchos aprovechaban para tatuarse alguna parte del
LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA 43

cuerpo con el nombre de la mujer a la que amaban o con dibujos de


barcos, anclas y corazones. Los pocos que conocían el alfabeto se
dedicaban a escribir cartas para sus compañeros o a leerles las que
habían recibido. Otros aprovechaban el descanso para remendar sus
ropas o para comprar algo que necesitasen, como hilo o prendas de
ropa. El encargado de vender esos artículos a bordo era el contador,
quien se responsabilizaba además de la provisión de víveres y de lle-
var las cuentas del barco. En cualquier caso, los marineros nunca se
olvidaban de divertirse: la distracción más ingenua consistía en ense-
ñarle palabrotas al loro del capitán, pero la más habitual eran las
bromas entre compañeros, siempre sazonadas con buenos tragos de
ron. Muchas veces, el consumo excesivo de alcohol provocaba gran-
des peleas de todos contra todos que los cabos de mar interrumpían
golpeando con varas a los alborotadores. Por lo general, las fiestas
más sonadas tenían lugar cuando el barco atracaba en puerto, pues
los marineros subían prostitutas a bordo y bebían sin mesura para
celebrar su reencuentro con una mujer después de tanto tiempo de
navegación y castidad. Los oficiales, en cambio, trataban de predicar
con el ejemplo empleando buena parte de sus horas de ocio en acti-
vidades más elevadas, como tocar instrumentos musicales, ejercitar-
se en la esgrima o buscar consejo espiritual en el capellán. Muchos
de ellos tenían que dedicar además cierto tiempo al estudio, pues
para ascender en la carrera naval era preciso superar exámenes pe-
riódicos.
A pesar de las horas de ocio, la vida en un barco de guerra resul-
taba dura y peligrosa, por lo que la muerte rondaba de continuo a
los marineros. Algunos resbalaban desde la arboladura, sobre todo
cuando el mal tiempo hacía que el barco diera fuertes bandazos. Las
caídas desde un palo tenían siempre consecuencias graves: no hay
que olvidar que el palo mayor de un navío podía elevarse más de se-
senta metros por encima de la superficie del mar. Si el marinero caía
al agua, tenía muchas posibilidades de perecer ahogado o congela-
do, mientras que si se estrellaba contra la cubierta la muerte estaba
garantizada. Los incendios eran también un riesgo constante, pues,
pese a que los barcos eran de madera, el fuego se usaba para coci-
nar e incluso a modo de calefacción. Con todo, los marineros les te-
nían menos miedo a los accidentes que a las enfermedades, que ma-
taban con insidia y poco a poco. En la época de Trafalgar, la medici-
44 LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA

na estaba muy atrasada y solo había remedios para los males de es-
casa gravedad. Los médicos apenas sabían nada sobre el origen de
las enfermedades ni acerca de las causas de su transmisión, por lo
que no se tomaban ni siquiera las medidas más elementales para
atajarlas. En el barco, la humedad era constate, lo que no solo cau-
saba múltiples casos de reumatismo, sino que facilitaba las infeccio-
nes y la propagación de las enfermedades. La higiene era escasa: los
marineros carecían de jabón, rara vez podían lavarse ni lavar su ropa
y limpiaban las manchas de sus prendas remojándolas con orina. Por
otro lado, los piojos y las pulgas campaban por sus respetos por todo
el barco, facilitando con sus picaduras la transmisión de enfermeda-
des. Las bodegas de los buques estaban infestadas de ratas, e inclu-
so de cadáveres, por lo que no es de extrañar que el tifus y la peste
causaran más muertes a bordo que los combates. Lo mismo ocurría
con el escorbuto, una enfermedad endémica entre los marineros ca-
racterizada por el hundimiento de los ojos, la lividez de la piel, la
pérdida de los dientes por el reblandecimiento de las encías, un debi-
litamiento progresivo, la aparición de hemorragias internas y la aper-
tura de heridas que habían cicatrizado mucho tiempo atrás. En esta-
dos avanzados de la enfermedad, el escorbuto causaba la parálisis de
los miembros, diarreas y desmayos, aunque la muerte solo se produ-
cía cuando el mal afectaba a algún órgano vital, como el riñón o los
pulmones. En la época de Trafalgar se desconocía que la enferme-
dad derivaba de la falta de vitamina C, lo que explicaba que afectase
sobre todo a los marinos, quienes apenas comían fruta y verdura
fresca durante sus largos viajes. Con todo, en 1747 el capitán britá-
nico George Anson había observado que sus hombres no sufrían es-
corbuto y lo relacionó con el hecho de que consumieran frutas y
hortalizas con asiduidad. Desde entonces, las verduras frescas y los
limones pasaron a formar parte de la dieta de la tripulación en nu-
merosos barcos.
Gracias a su buena suerte o a su particular naturaleza, eran mu-
chos los marineros que se libraban de las enfermedades; sin embar-
go, no les convenía cantar victoria, pues más tarde o más temprano
habrían de afrontar la posibilidad de morir durante un combate. Nin-
gún marinero olvidaba que su destino era la lucha, ya que sus supe-
riores le recordaban a diario el deber de comportarse como un héroe
y la necesidad de ser diestro en el manejo de los cañones y de las ar-
LA VIDA EN UN BARCO DE GUERRA 45

mas ligeras. En verdad, no resultaba fácil escapar con vida de una


batalla. Las andanadas del enemigo destrozaban a muchos marine-
ros, así que quienes sobrevivían podían considerarse afortunados, in-
cluso si habían perdido un ojo, un brazo o una pierna en el fragor
del combate. Los que quedaban cojos podían pedirle al carpintero
que les fabricase una pata de madera y optar al puesto de cocinero
del barco, uno de los pocos oficios que podía llevar a cabo un inváli-
do en un buque de guerra. De los que morían, se decía que habían
liado el petate, pues así se llamaba al pequeño fardo en que los ma-
rineros solían guardar sus escasas pertenencias. Por lo general, los
muertos eran arrojados por la borda después de que fuesen envuel-
tos en una vela vieja o en su propio coy. Tras las exequias, los super-
vivientes subastaban las pertenencias del difunto, por las que se pa-
gaban mucho más de lo que valían en sí mismas, ya que el dinero
recaudado se enviaba a la familia del marinero muerto para paliar su
previsible miseria. Cada vez que fallecía un miembro de la tripula-
ción, los marineros maldecían la dureza de su propia vida, llena de
sacrificios y sin embargo escasa en recompensas. Para consolarse,
muchos soñaban con capturar un buque lleno de riquezas, pues el
botín de las embarcaciones abordadas se repartía entre todos los tri-
pulantes. Por lo general, la suma que les tocaba a los marineros era
escasa, pero muchos tenían en mente alguna captura famosa que
había enriquecido de la noche a la mañana incluso al último grumete
de un buque. Los británicos, por ejemplo, solían recordar el caso de
la fragata Caroline, que había capturado al navío español San Rafael
cuando atravesaba el Atlántico cargado de materias preciosas proce-
dentes de las Indias. En aquella ocasión, el reparto del botín había
deparado una recompensa de quinientas libras a cada marinero, di-
nero suficiente como para comprar una casa y algunas tierras. Sin
embargo, esos regalos del destino eran poco usuales, y, en verdad,
la esperanza mayor de los marineros no era hacerse ricos gracias a
un golpe de suerte sino volver a puerto con la licencia en la mano y
por su propio pie. El heroísmo y la riqueza súbita podían llenar los
sueños de algunas noches, pero resultaba imposible imaginar una re-
compensa más valiosa que sobrevivir al horror de las batallas y re-
gresar a tierra firme para contar lo vivido de taberna en taberna.
Aula de Literatura

1. Lewis Carroll 13. Arthur Conan Doyle


Alicia en el País El sabueso de los Baskerville
de las Maravillas 14. Varios autores
2. Jules Verne Veinte años de cómic
El faro del fin del mundo 15. Oscar Wilde
3. Edgar Allan Poe El fantasma de Canterville
El escarabajo de oro. y otros cuentos
Los crímenes de la calle Mor- 16. Guy de Maupassant
gue Bola de sebo y otros relatos
4. Jack London 17. John Steinbeck
La llamada de lo salvaje De ratones y hombres
5. Rudyard Kipling 18. John Steinbeck
Kim La perla
6. Robert L. Stevenson 19. Isaac Asimov
La isla del tesoro Robbie y otros relatos
7. Varios autores 20. Gaston Leroux
Antología del relato policial El misterio del cuarto amarillo
8. Charles Dickens 21. Enrique Jardiel Poncela
Canción de Navidad Eloísa está debajo
9. Varios autores de un almendro
Antología de la lírica amorosa 22. Pío Baroja
10. Pedro Antonio de Alarcón Zalacaín el aventurero
Cuentos 23. Varios autores
11. Enrique Jardiel Poncela Relatos de ciencia ficción
Cuatro corazones con freno (En preparación)
y marcha atrás 24. Robert L. Stevenson
12. Varios autores Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Relatos fantásticos (En preparación)
25. Gustavo A. Bécquer 34. Jules Verne
Leyendas y rimas La vuelta al mundo
26. Alejandro Casona en ochenta días
La dama del alba 35. Henry James
27. Edgar Allan Poe Otra vuelta de tuerca
El gato negro y otros cuentos (En preparación)
de horror 36. Pedro Antonio de Alarcón
El sombrero de tres picos
28. J.B. Priestley
La visita del inspector 37. Varios autores
Relatos de humor
29. J. R. Torregrosa, M. Otero
y F. Antón, eds. 38. Mary Shelley
Las cuatro estaciones. Frankenstein
Invitación a la poesía 39. H. P. Lovecraft
30. Anónimo Antología de relatos
Las mil y una noches (En preparación)
31. Benito Pérez Galdós 40. Benito Pérez Galdós
Marianela Tristana
32. Washington Irving 41. Alejandro Casona
Rip Van Winkle Nuestra Natacha
La leyenda de Sleepy Hollow (En preparación)
33. Benito Pérez Galdós 42. Antonio Buero Vallejo
Trafalgar Un soñador para un pueblo
10126 E-mail: e@vicensvives.es
http://www.vicensvives.es

9 788431 663599 Vicens Vives

También podría gustarte