La duplicación de la tercera en lugar de la fundamental, puede ser una manera de
proporcionar más notas posibles para la voz de soprano. En otros casos, nos puede ayudar a evitar faltas en la escritura.
Normalmente, es preferible un acorde con fundamental, quinta y la tercera
duplicada, a uno con dos fundamentales y dos terceras. Se puede duplicar la 3a siempre que se contribuya a una línea melódica más interesante o si es un buen grado: I, IV y V. La sensible no se duplica.
Es conveniente duplicar la 3a para evitar quintas y octavas descubiertas, las cuales
producen una sonoridad hueca. Esto sucede cuando enlazamos dos acordes triadas en estado fundamental con sus fundamentales a distancia de 3a o 6a guardando nota común. En este enlace sólo se mueven dos voces y estas producen un intervalo de 5a u 8a J (consonancias perfectas), sin que suene a su vez ninguna consonancia imperfecta (3a o 6a). Comparar la sonoridad.
El repetir la tercera en la misma voz en el segundo acorde para evitar la quinta
descubierta se considera un recurso pobre y de poca imaginación.
La duplicación de la 3a nos servirá́ en el modo menor en los enlaces VI-V y V-VI
para evitar el giro de 2a aumentada. Por supuesto duplicaremos la 3a en el VI grado. En la sucesión V-VI en el modo mayor no se produce ningún intervalo de 2a aumentada. A pesar de todo, se suele duplicar la 3a en el VI grado para que así la sensible pueda resolver en la tónica