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Las plaquetas

Generalidades de las plaquetas


Las plaquetas, también conocidas como trombocitos, son células sanguíneas. Se forman
en la médula ósea, un tejido similar a una esponja en sus huesos. Las plaquetas juegan
un papel importante en la coagulación de la sangre. Normalmente, cuando uno de sus
vasos sanguíneos se rompe, comienza a sangrar. Las plaquetas se coagularán (se
agruparán) para tapar la lesión en el vaso sanguíneo y detener el sangrado.

Más allá de la hemostasia, las plaquetas han surgido como efectores versátiles de la
respuesta inmune. La contribución de las plaquetas en la inflamación, la integridad
del tejido y la defensa contra las infecciones ha ampliado considerablemente el
espectro de su papel en la salud y la enfermedad.

Las plaquetas provienen de la


fragmentación del megacariocito, una
enorme célula que se localiza en la
médula ósea capaz de producir hasta 5
mil plaquetas.

El megacariocito es una célula cuyo


principal objetivo es proveer a las
plaquetas de lo necesario para que estas
cumplan sus diversas funciones. Una vez
alcanzada su total maduración, el
megacariocito, aún en medula ósea, se acerca a los vasos sanguíneos, en una zona
conocida como sinusoide vascular donde comienza a “asomar” su estructura y por
acción del flujo de la sangre comienza a fragmentarse en pequeñas estructuras, las
plaquetas. A este proceso se le conoce como trombopoyesis.

Las plaquetas son células redondas y planas, son como pequeños “hot cakes” que van
circulando por nuestra sangre; viven en promedio de 9 a 12 días. Son células
microscópicas que miden una milésima parte de un metro en estado de reposo y
aumentan su tamaño al ser activadas por algún estímulo.

Una característica muy peculiar es que al ser activadas liberan unas prolongaciones
parecidas a dedos (pseudópodos) que les permiten abarcar una mayor superficie y así
facilitar su función.

Las plaquetas —a diferencia de la amplia mayoría de células que nos conforman— no


tienen núcleo, sitio donde se resguarda el ácido desoxirribonucleico (ADN); sin embargo,
en sus mitocondrias, las cuales son las fábricas donde las plaquetas producen la
energía que necesitan para trabajar, hay ADN mitocondrial.

Además, poseen una cantidad muy alta de ácido ribonucleico (ARN), el cual usan como
plantilla para hacer proteínas que necesitan para su funcionamiento.

Los ribosomas —otras estructuras que contienen las plaquetas— actúan como
traductores que van decodificando el mensaje que guarda el ARN y lo convierten en
una proteína.

Características
• Las plaquetas se originan a partir del citoplasma de los megacariocitos de la
médula ósea, no tienen ADN genómico, pero contienen ARN mensajero (ARNm)
derivado de los megacariocitos y la maquinaria para la traducción necesaria
para la síntesis de las proteínas.
• Las plaquetas circulantes tienen forma discoide, con dimensiones de
aproximadamente 2,0–4,0 por 0,5 μm, y un volumen medio de 7–11 fl.
• Su forma y tamaño pequeño permiten que sean empujadas hacia los bordes de
los vasos sanguíneos, colocándolas en una posición óptima para la vigilancia
constante de la integridad vascular.
• De la cantidad total de plaquetas en el cuerpo, 70% se mantiene en circulación,
mientras que el restante 30% permanece de manera transitoria pero constante
en el bazo, perdurando en circulación durante un promedio de 10 días.
• El bazo y el hígado se encargan de retirar a la mayoría de las plaquetas
después de su senescencia, aunque una pequeña fracción se elimina
constantemente como resultado de su participación en el mantenimiento de la
integridad vascular.
• Los trombocitos o plaquetas son células, de unos 3 µm de diámetro.
• Son irregulares, sin núcleo.
• Vida media de 7 a 10 días.
• Después de los eritrocitos, son los elementos celulares más abundantes de la
sangre.
• Su cifra normal en el hombre oscila entre y por mm3.
• 2/3 circulando, 1/3 en el bazo.

Estructura
• Zona periférica → incluye la membrana plasmática, glicoproteínas y
submembranas. La plaqueta tiene un sistema de canales conectados a la
superficie llamado sistema canalicular abierto, incluye los fosfolípidos de la
membrana. Los fosfolípidos son un componente importante de la coagulación,
ya que proporcionan la superficie sobre la cual reaccionan las proteínas de la
coagulación. También sirven como sustrato inicial para las reacciones
enzimáticas plaquetarias a fin de producir tromboxano A2 (TXA2), un producto
importante de la activación plaquetaria y un potente agonista plaquetario
(sustancia que promueve la agregación plaquetaria).
• Zona sol-gel → se encuentra debajo de la zona periférica y constituye la
estructura de la plaqueta, el citoesqueleto. Constituye el sostén para el
mantenimiento de la forma discoide de la plaqueta, así como del sistema
contráctil que, tras la activación, permite cambio de forma, prolongación
pseudopódica, contracción interna y liberación de constituyentes granulares. El
citoesqueleto comprende entre 30%-50% de la proteína total de la plaqueta.
• Zona de organelas → está formada por gránulos y componentes celulares como
lisosomas, mitocondrias y peroxisomas. Estas organelas sirven en los procesos
metabólicos de la plaqueta, almacenan enzimas y otra gran variedad de
sustancias críticas para la función plaquetaria. Existen dos compartimentos de
nucleótidos de adenina: la reserva de almacenamiento o secretable en los
gránulos densos y la reserva metabólica o citoplasmática. Los gránulos alfa y
densos son los más importantes de esta zona.

Funciones
• Participan en la hemostasia primaria.
• Intervienen en las reacciones de: coagulación, inflamación, reparación de
tejidos.
• En condiciones normales, no interactúan con el endotelio ni con otras células
sanguíneas.
• Ante una lesión vascular: vasoconstricción, formación del tapón plaquetario,
formación del coagulo de fibrina.

❖ Tapón plaquetario.
La formación del tapón plaquetario consta de distintas etapas:
➔ Adhesión.
1. Adhesión de las plaquetas al subendotelio.
REQUERIMIENTOS:
• Unión de las plaquetas a las fibrillas colágenas del subendotelio.
• Presencia en el plasma de multímeros del factor von Willebrand,
péptidos de gran peso molecular indispensables para la adhesión
plaquetaria.
• Presencia de glicoproteína Ib en la superficie plaquetaria que permite la
unión con los multímeros al subendotelio.
2. Cambio de forma de las plaquetas. Las plaquetas al adherirse al subendotelio
pierden su forma discoidal , adquieren una forma esférica y emiten
pseudópodos (aumento en la superficie de contacto)
3. Liberación de ADP. Por parte de plaquetas adheridas, endotelio dañado y
hematíes, provoca la adhesión de nuevas plaquetas, formando el tapón
hemostático primario.
➔ Activación plaquetaria. Trombina generada por sistema de coagulación +
Colágeno + alta [ADP] provocan la degranulación de las plaquetas del tapón
hemostático primario.
➔ Consolidación. Una vez activada, la plaqueta sufre una serie de cambios que
favorecen la producción de hebras de fibrina que estabilizan definitivamente el
tapón hemostático secundario o definitivo.

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