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El hurto y el hurto de bien propio son dos tipos de delitos que se diferencian
principalmente en la propiedad de los bienes. En el hurto, una persona se
apodera ilegalmente de un bien que pertenece a otra persona sin su
consentimiento y con el fin de apropiárselo para sí misma o para otra persona.
En cambio, en el hurto de bien propio, la persona que se apropia del bien tiene
una legítima posesión del mismo, pero el acto de apropiárselo sin autorización
de su propietario es todavía un delito penal.
Es decir, el hurto de bien propio se produce cuando una persona se apropia
ilegítimamente de un bien que le pertenece a otra persona, pero la persona que
se lo apropia tiene una legítima posesión del mismo, mientras que el hurto se
produce cuando una persona se apropia ilegalmente de un bien que no le
pertenece en absoluto.
Es importante recordar que ambos son delitos punibles por las leyes penales,
aunque el hurto de bien propio puede llevar a una pena menor que el hurto.