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LOS EFECTOS DEL SINDICALISMO EN EL SECTOR PRODUCTIVO DEL PAÍS

RESUMEN

RESUMEN

El objetivo que persigue este trabajo, es explicar la forma en que suelen


influir los sindicatos en los diferentes sectores productivos en virtud que el
sector corre el riesgo de perder competitividad y ser menos productivo si la
actividad sindical no es más proactiva.

En ese orden de ideas, la investigación responde a un enfoque


eminentemente monográfico y descriptivo, razón por la cual, no fue necesario
plantear ninguna hipótesis.

Expertos del Banco Interamericano de Desarrollo y del Centro de


Investigaciones Económicas Nacionales en un análisis que realizaron
concluyeron que: la sindicalización en el sector caficultor debe de cambiar en
virtud que las grandes fincas cafetaleras son propensas a tener sindicatos.

El suelo de Guatemala fue fertilizado por los cadáveres de cerca de


200.000 campesinos. Después de décadas de violencia y lucha económica, los
sindicatos del país surgieron como agentes de transformación social y
resolución de conflictos.

PALABRAS CLAVE : Sindicato, sindicalismo, siglo, políticas e ideológicas,


organizaciones, trabajadores, movimiento, Guatemala, año, gobierno, militar,
américa, finca, café, pacto.

SUMARIO: I. Introducción. II. El Sindicato Y El Sindicalismo. III. Los Sindicalismo


En El Sector Productivo De Guatemala. IV. Conclusiones.
INTRODUCCION

En consecuencia, ha surgido el problema de determinar si los grupos


sindicalizados constituidos en el país influyen de forma significativa en el sector
productivo. Por lo que se debe de remontar a los inicios de los movimientos
sindicales en Guatemala la cual se organizó en torno a tres grandes
confederaciones: la Unión Nacional de Trabajadores, la Confederación General
de Trabajadores de Guatemala y la Unión Nacional de Guatemaltecos. Estas
son consideradas como las gens, debido a que posteriores a estas se crean
diversos grupos sindicales, numerable como los medios de producción que
posee el país de Guatemala siendo entre los más influyentes el sector agrícola
cafetalero debido que pose este sector, el mayor porcentaje de fuerza laboral
permanente partiendo de la premisa que de mil doscientos setenta y dos
sindicatos existentes que existen en Guatemala más del cincuenta y uno por
ciento se encuentran en este sector

En ese sentido, el objetivo de este ensayo, es precisamente, explicar la


forma como influyen los sindicatos constituidos en Guatemala en los sectores
productivos tanto de ámbito público como del ámbito privado

I. EL SINDICATO Y EL SINDICALISMO

Sindicato y sindicalismo, palabras de origen griego: Syn que significa con


y dike que significa justicia. El término sindicato deriva de la voz latina syndicus
que significa con justicia, siendo dicho término designado a la persona que tiene
a su cargo la representación de los intereses de un determinado grupo de
personas. De toda relación de trabajo se desprenden obligaciones que cuentan
con carácter fundamental como el pago del salario y la prestación del servicio o
bien la ejecución de la obra, y claro es que de dichas obligaciones anotadas
también se desprenden determinadas condiciones en las cuales se debe llevar a
cabo el servicio o la ejecución de la obra, y de allí que el representante de los
empleados encargado de plantear las solicitudes de todos los trabajadores lo
lleve a cabo no únicamente desde un punto de vista de equidad, sino del
mejoramiento de las condiciones para alcanzar la justicia y la equidad.

El sindicalismo, se origina con la revolución industrial en el último tercio


del siglo XVIII, dando lugar a que la máquina sustituya al trabajador manual,
cuando la fábrica ocupa el lugar de taller, cuando la gran industria suplanta a la
economía del artesanado y la producción de mercado local, se transforma en
producción para el mercado mundial.

La introducción de la máquina, produce grandes ganancias a los


industriales, obtenidas a costa del sufrimiento del naciente proletariado de las
fábricas, la fatiga excesiva, la insuficiencia en la alimentación, la disciplina
imperante, etc. Que debían de soportar los operarios. Tanto la moralidad, la
higiene, la seguridad, salud, no causaban ninguna preocupación al empresario,
incluso le regateaba el salario al obrero.

Por consiguiente el sindicalismo tiene su génesis en el industrialismo, en


virtud que el trabajador se da cuenta que nunca llegara a ser patrón y que está
condenado a ser un asalariado.

El industrialismo se plasma en el maquinismo y la fábrica, es esta última


quien los unía socialmente a los trabajadores, pero jurídicamente los atomizaba,
porque un contrato de trabajo individual se basa en la autonomía de la voluntad
irrestricta. La evolución del sindicalismo va desde las aspiraciones puramente
sociales, para pasar a las económicas y más tarde a las aspiraciones políticas.

El fin del sindicalismo es el monopolio de representación de clase.


Aunque históricamente se dio con diferentes objetivos, citados arriba, sociales,
económicos y políticos. Decían que el Estado es el trabajador, por lo tanto el
Estado explotador de pobres debía desaparecer. El anarquismo buscaba la
destrucción del Estado y la sociedad capitalista, así como la construcción de
una nueva sociedad basada en la solidaridad, autogestión y eliminación de todo
tipo de poder.
El anarquismo representa una crítica radical contra el orden existente:

1. A nivel económico contra el capitalismo, al que considera la expresión


máxima de la explotación del hombre por el hombre.

2. A nivel político el Estado representa el instrumento de que se vale la


clase dominante para ejercer su dominio sobre las clases populares (obreros,
artesanos, campesinos). Incluso el Estado liberal, tras su máscara democrática
no es sino un aparato coercitivo (policía, jueces, cárceles, ejercito, leyes)
controlado por las clases dominantes, a través del cual éstas ejercen su
represión sobre las clases dominadas.

Por otro lado se forman las corporaciones de trabajadores y artesanos.


Las luchas sociales terminaran con la marchas de Chicago y aquí concluyen con
el conocimiento de la libertad sindical y más tarde su reconocimiento
constitucional. Se dan vestigios de sindicalismo con los trabajadores de los
sastres en 1720 en Inglaterra, que piden elevar los salarios y abandonar el
trabajo una hora antes. Estas primeras agrupaciones eran bastante
conservadoras. Pero el sindicalismo moderno no nace por el hecho de la
Revolución industrial (revolución de las técnicas de producción) sino por el
hecho de la división de trabajo y el capital.

Las acciones políticas e ideológicas no llegaron a las organizaciones


sindicales sino a partir de 1828. En 1864 bajo la inspiración de Karl Marx nace
la Organización Internacional De Trabajadores, en cuyo seno se darán pugnas
entre socialistas científicos y socialistas anarquistas. En 1899 surge la II
Organización Internacional De Trabajadores, que es puesta a prueba por la
Primera Guerra Mundial de 1914 a 1918 Los trabajadores dicen que la guerra es
solo entre los dueños de las fábricas, no de los trabajadores.

El término sindicalismo tiene dos significados totalmente distintos. Para


los seguidores de Georges Sorel, el sindicalismo no es sino un conjunto de
tácticas revolucionarias con las que se pretende implantar el socialismo. Los
sindicatos no deben malgastar sus fuerzas intentando, dentro del orden
capitalista, mejorar la suerte de los asalariados. Deben, por el contrario, apelar
a la action directe, a la violencia sin escrúpulos, hasta conseguir la destrucción
completa del sistema. No deben abandonar la lucha dando al vocablo su sentido
más agresivo mientras el socialismo no haya sido definitivamente instaurado.
No debe el proletariado dejarse engañar por los grandilocuentes conceptos de
libertad, democracia, tan gratos a los ricos. La lucha de clases, la revolución
sangrienta y la despiadada liquidación de toda la burguesía son los únicos
medios que pueden procurar a las masas obreras el triunfo definitivo.

En este sentido, por sindicalismo se entiende un determinado sistema


económico. Mientras el socialismo aspira a transferir la propiedad de los medios
de producción de los individuos al estado, el sindicalismo que nos ocupa postula
la entrega de las industrias y de la organización productiva en general a sus
trabajadores.

Tanto el socialismo como el sindicalismo de la action directe son


doctrinas elaboradas por pensadores que todo marxista consecuente calificaría
de burgueses. En cambio, el sindicalismo como sistema de organización social
sería un genuino producto de la mentalidad proletaria. Cualquier empleado
subalterno de escasas luces, seguramente, considerará el sistema como el
medio más expeditivo y perfecto para mejorar la situación de la clase
trabajadora, el cual tiene por lema “Eliminad a los parásitos ociosos”, es decir, a
los empresarios y a los capitalistas, “y entregad sus no ganadas rentas a
quienes de verdad trabajan” La cosa no puede ser más sencilla.

II. LOS SINDICALISMO EN EL SECTOR PRODUCTIVO DE GUATEMALA.

El movimiento sindical guatemalteco está organizado en torno a tres


grandes confederaciones: la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), la
Confederación General de Trabajadores de Guatemala (CGTG) y la Unión
Nacional de Guatemaltecos (UNG y/o ONU). La UNT es miembro de la
Confederación Sindical Internacional.

En el año de 1918 se funda la Federación Obrera de Guatemala para la


Protección Legal del Trabajo la cual fue denominada como FOG aunque tiene
su gens en las postrimerías de la dictadura cabrerista. Según Moisés Poblete
Troncoso, mientras que Antonio Sánchez ovando le asigna un numero
sustancialmente menor. La moderación de esta central la sugiere su nombre
mismo.

A principios del siglo XX, la UNG era uno de los sindicatos más
poderosos de Guatemala. En 1944, alcanzó un pico de membresía con más de
100.000 miembros.

La ONU fue fundada el 11 de diciembre de 1944 por Gregorio Chávez y


otros dirigentes sindicales que estaban descontentos con el trato que les daba
la Confederación General de Trabajadores (CGT). Los fundadores de la ONU
incluyeron trabajadores de varios oficios e industrias como la construcción, los
textiles, el transporte público y el procesamiento de alimentos. El objetivo inicial
de la ONU era organizar a los trabajadores en sindicatos y negociar contratos
con los empleadores para obtener mejores salarios y condiciones de trabajo.

El Sindicato Nacional del Trabajo de Guatemala es un sindicato de


Guatemala. Fue fundada en 1943 y cuenta con más de 100.000 miembros.
Siendo el sindicato más grande de Guatemala. La UNTG fue fundada el 15 de
noviembre de 1943 y es miembro de la Confederación Sindical Internacional. La
misión de la UNTG es defender los derechos de los trabajadores y promover
sus intereses por todos los medios necesarios, incluidas huelgas,
manifestaciones y presión política.

El suelo de Guatemala fue fertilizado por los cadáveres de cerca de


200.000 campesinos. Después de décadas de violencia y lucha económica, los
sindicatos del país surgieron como agentes de transformación social y
resolución de conflictos.

El sindicalismo aludido no es socialismo ni capitalismo ni


intervencionismo; es un sistema peculiar, distinto de los tres mencionados.
Estas propuestas sindicalistas no pueden tomarse en serio; ni nadie jamás lo ha
hecho. No ha habido mente tan ingenua y confusa que haya defendido
abiertamente el sindicalismo como sistema social. El sindicalismo ha
desempeñado un papel en la discusión de las propuestas económicas sólo en la
medida en que ciertos programas contenían inconscientemente ideas
sindicalistas. Actualmente se observan influencias sindicalistas en múltiples
medidas implantadas por el intervencionismo estatal y obrero. Con el socialismo
gremial y el corporativismo, por otra parte, se ha querido evitar la omnipotencia
gubernamental típica del socialismo y del intervencionismo, echando agua al
vino de estos últimos idearios y añadiéndoles ciertos ingredientes de tipo
sindical.

El sindicato nacional de trabajadores de Guatemala (llamado SAT) surgió


en secciones en 1962 como una coalición de trabajadores agrícolas e
industriales. El sindicalismo se hizo lo suficientemente poderoso como para
obligar a los presidentes Arbenz (1951-1954) y al coronel Armas (1957) a
reconocer la legitimidad de las campañas sindicales para aliviar las malas
condiciones laborales. El sindicalismo en Guatemala comenzó antes de la
Guerra Civil Guatemalteca. Hacia fines de la década de 1950, hubo un aumento
en la actividad sindical, pero las tropas del ejército disolvieron muchas huelgas
y manifestaciones.

Muchos de los cambios gubernamentales reformistas que tuvieron lugar


en Guatemala durante el período revolucionario favorecieron a los sindicatos
laborales nacionales, sindicatos dirigidos por observadores de terceros de élite
y creados para contrarrestar los puntos de vista ideológicamente comunistas o
socialistas sin dejar de garantizar los derechos de los trabajadores. Estos
sindicatos pudieron evitar que se formaran otras facciones que restringían los
derechos de negociación de los trabajadores a través de su política de
monitorear estrictamente todos los intentos de fundar sindicatos. La ideología
del gobierno, como la mayoría de los gobiernos reformados de mentalidad
liberal durante este mismo período, reflejaba que el interés social prevalecía
sobre el interés de la propiedad y que los propietarios tenían la responsabilidad
de proporcionar a todos los miembros de la sociedad bienes culturales y
económicos siempre y cuando

Guatemala no es a menudo un país que viene a la mente cuando se habla


de sindicalismo. Sin embargo, la Federación Guatemalteca de Sindicatos de
Trabajadores es una de las federaciones laborales mundiales en crecimiento
que representa a más de un millón de miembros. Los sindicatos de trabajadores
de Guatemala han estado a la vanguardia de muchos movimientos
transformadores y tienen una rica historia que comenzó con un levantamiento
indígena contra la ocupación de la Triple Alianza.

Muchas de las personas que forman sindicatos tradicionales son más


ricas que sus antecedentes de bajos ingresos, que pueden tener un empleo más
estable con mejores beneficios. Estas personas con mayores ingresos no han
tenido muchas dificultades para convertirse en miembros de estas
organizaciones porque generalmente es solo para aquellos que muestran
interés y algún compromiso con ellas. Muchos sindicatos también intentan
afirmar su independencia tanto de los empleadores como de los partidos
políticos, ya que esas prioridades parecen estar en desacuerdo con demasiada
frecuencia en estos días.

A pesar de los cambios regulatorios y las batallas judiciales, el Sindicato


Nacional del Trabajo de Guatemala ha tenido una presencia opresiva en los
acontecimientos actuales, convirtiéndolo en la fuerza más poderosa del país,
por ejemplo el apoderarse de granjas e industrias locales en ciudades como
Quetzaltenango, así como de las protestas durante el derrocamiento del
presidente Otto Pérez Molina en 2011.

La década comprendida entre los años 1960 a 1970 consistió en una


amplia gama de factores económicos que afectan el área. Esta es la etapa en la
que se lanzo un contraataque contra el comunismo que existía el cual fue un
período severo de la "Guerra Fría". Estados Unidos, una de las principales
potencias económicas y militares del mundo se sumergió en la guerra de
Vietnam, guerra que se extiende hasta aproximadamente a mediados de la
década de 1980 y en una lucha ideológica y armamentista con el principal
enemigo, Unión Soviética. Un período de estancamiento económico mundial,
que afectó, entre otras cosas, a la región Centroamérica, que vio su potencial
en mantener relaciones comerciales con su principal socio que utilizó la mayor
parte de sus recursos económicos en el conflicto armado que sufrió, además de
la reducción de gastos que necesitan las familias norteamericanas que hacer.
En el contexto de esta crisis, con la correspondiente caída del PIB, la
inestabilidad producción creada por condiciones políticas internacionales,
luchas políticas ideológicas Guatemala se volvió más severa.

En virtud de todos los sucesos acaecidos en años anteriores el


movimiento sindical se encontraba con fuerza, producto de su reorganización,
pero no lo suficiente al menos en apariencia, para poder soportar los embates
que conlleva el recrudecimiento de la violencia producto de la respuesta que el
Estado guatemalteco tenía frente a cualquier grupo social que adversara los
interés de clase que defendían. Por otra parte, el movimiento sindical formaba
parte de las bases naturales del movimiento guerrillero, sobretodo en el área
urbana y existía una clara vinculación, al menos ideológica entre ambos
sectores, lo cual lo volvió vulnerable de alguna manera y objeto de ataques
encaminados a su desestructuración.
La década comprendida de 1980 a 1990, se segmenta en dos grandes
bloques: el primero comprende los últimos gobiernos militares de facto,
caracterizados en cuanto a los ataques perpetrados contra la población civil en
especial contra los estudiantes universitarios y los sindicalistas. En este tiempo
sucedieron los secuestros masivos de dirigentes sindicales en junio de 1980 en
la CNT y en EMAUS en agosto posteriormente se refiere que la situación del
movimiento sindical era precaria, es de suponerse que el impacto de los hechos
antes descritos, derivaron en una serie de factores, que terminaron en la
inmovilidad del movimiento sindical.

La impronta sindicalista se observa en numerosas medidas preconizadas


por la política económica hoy imperante. Tales medidas, en la práctica, no
vienen sino a favorecer a determinadas minorías, con daño manifiesto para la
inmensa mayoría de la población; en virtud que restringen invariablemente tanto
la riqueza como los ingresos de las masas trabajadoras.

Son muchos los sindicatos, por ejemplo, que aspiran a limitar el acceso
de nuevos trabajadores a la profesión por ellos dominada. Las organizaciones
sindicales tipográficas, concretamente, impiden la entrada de nuevo personal a
talleres e imprentas, pese a que a la gente le agradaría disfrutar de más libros,
revistas y periódicos a menores precios, lo que conseguirían bajo un régimen de
mercado libre. Tal actitud provoca, como es natural, un incremento de las
remuneraciones laborales de los obreros sindicados. Pero al mismo tiempo
origina una disminución de los ingresos de aquellos trabajadores que no logran
trabajo tipográfico y un alza general del precio de las publicaciones. Los mismos
efectos causan los sindicatos cuando impiden la aplicación de adelantos
técnicos o cuando recurren a la artificiosa creación de innecesarios puestos de
trabajo, es decir, a lo que en la terminología americana se denomina feather
bedding.
El sindicalismo radical propugna la supresión del pago de dividendos e
intereses a accionistas y acreedores. Los intervencionistas, siempre deseosos
de hallar terceras soluciones para apaciguar aquel extremismo, recomiendan la
denominada participación del personal en los beneficios. He aquí una fórmula
que ha adquirido gran predicamento. No es el caso de ocuparnos aquí de
exponer de nuevo las falacias económicas en que la idea se basa. Baste
denunciar los absurdos a que conduce.

Es posible que en pequeños talleres o en empresas con un cuerpo de


obreros altamente especializados resulte a veces aconsejable conceder
gratificaciones extraordinarias al personal cuando el negocio prospera. Ahora
bien, lo que en determinadas ocasiones y en ciertas agrupaciones puede
convenir no tiene por qué resultar siempre favorable para toda la organización
productiva.

No hay razón alguna por la que un soldador, por ejemplo, que trabaja con
cierto patrón que está obteniendo grandes beneficios, haya de ganar más que
otro compañero que realiza idéntica tarea, pero que sirve a un empresario que
gana menos o que incluso soporta pérdidas. Si se aplicara con rigor y pureza
este mecanismo retributivo, serían los propios trabajadores quienes en primer
lugar se alzarían contra el mismo.

La pervivencia del sistema, desde luego, no sería larga. Una caricatura de


la participación en beneficios es la reciente pretensión del sindicalismo
americano de fijar las retribuciones laborales con arreglo a la capacidad de
pago (ability to pay) del empresario. Mientras la participación en beneficios
supone entregar a los asalariados unas ganancias efectivamente conseguidas,
el nuevo sistema implica distribuir por adelantado futuros beneficios que un
tercero supone que un día se obtendrán.
La administración Truman, tras aceptar la nueva tesis sindical, vino a
complicar aún más el planteamiento anunciando que iba a nombrar una
comisión con poderes para examinar los libros de los comerciantes, investigar
los verdaderos hechos y determinar así quiénes alcanzaban ganancias
suficientes como para soportar una subida de salarios.

Es totalmente impracticable el ideal sindicalista según el cual todos los


beneficios de la empresa deben distribuirse entre los trabajadores, sin dejar
nada para el interés del capital invertido y la acción del empresario. Si se desea
abolir las llamadas rentas no ganadas, será preciso instaurar el socialismo.

En 1985 con apertura para la instauración de gobiernos electos de


manera democrática, que lleva a Vinicio Cerezo en el año de 1986, abre la
posibilidad de la participación social, aunque el poderío militar encuentra fuerte
presencia en el gobierno y no se dan mayores cambios en los mecanismos de
represión Estatal, se brindan condiciones mínimas para la organización de los
trabajadores del Estado y se abre una etapa en la cual resurgen liderazgos en
dicha línea. En este período se reconoce el derecho de las personas a la libre
asociación y el derecho a la huelga. En el marco de ésta apertura, surgen
nuevos liderazgos, aún con los riesgos que conllevaba en dicha etapa el
agremiarse para la promoción y lucha por los derechos sociales, ya que como
se explicó anteriormente los mecanismos de represión continuaban vigentes.

Los años comprendidos de 1990 a 1996, está marcada por una tenue
reactivación del movimiento social guatemalteco, que se caracteriza por el
retorno en años anteriores y en dicho período de cuadros políticos que
estuvieron en el exilio por muchos años para el movimiento sindical en sí mismo
no significa una reactivación en masa, sino más bien un paulatino reinicio de
actividades públicas de ciertos grupos sindicales, tal es el caso del Movimiento
Magisterial, quienes se posicionan frente al Estado en pro de sus luchas
reivindicativas.
Hasta ahora, el movimiento sindical era considerado por el público como
una organización fragmentada y, por lo tanto, el poder de convocatoria de sus
miembros es débil. A pesar de esta seguridad, los gremios no lograron ganar
poder. La década de 1970, que en buena medida puede ser efecto directo de la
violencia, en la que se castiga severamente la participación social; Doce años
después de la firma de fuertes y duraderos acuerdos de paz, el hostigamiento,
la intimidación y los asesinatos continúan contra este grupo, aunque no tan
despiadadamente como años de represión. La apertura de la democracia no es
suficiente para reestructurar, fortalecer y enfrentar los desafíos de la nueva era.
Asimismo, la capacidad de responder con mayor eficacia a los actos de
detención, intimidación, criminalización o asesinato de uno de sus miembros. la
historia continua. Los sindicatos guatemaltecos en el futuro seguirán teniendo
un papel importante.

El Código de Trabajo decreto 1441 en el artículo 206, 215 y clasifica los


sindicatos así:

Por su naturaleza:

“Artículo 206. Sindicato es toda asociación permanente de trabajadores o


de patronos o de personas de profesión u oficio independiente (trabajadores
independientes), constituida exclusivamente para el estudio, mejoramiento y
protección de sus respectivos intereses económicos y sociales comunes.

Son sindicatos campesinos los constituidos por trabajadores campesinos


o patronos de empresas agrícolas o ganaderas o personas de profesión u oficio
independiente, cuyas actividades y labores se desarrollan en el campo agrícola
o ganadero.

La tratadista María Guadalupe Navas Clasifica los Sindicatos de la


siguiente forma:

Sindicatos Gremiales o de oficio:


Estos sindicatos se organizan tomando como criterio organizativo el oficio
que desempeñan los trabajadores independientemente de las empresas que
laboren

Verbigracia, carpinteros, pilotos, electricistas, mecánicos, etc.

Central De Trabajadores Del Campo (C.T.C)

 Sindicato de Trabajadores de la Finca Carlomar, San Carlos Miramar.


 Sindicato de Trabajadores de Vendedores Navideños-
SITRAVENADEGUA-
 Sindicato de Trabajadores Independientes del Caserío La Canoa,
Aldea Los Pinos, Santa Rosa.
 Sindicato de Trabajadores Agrícolas Independientes, Aldea La Paz,
Flores Costa Cuca, Departamento Quetzaltenango.
 Sindicato de Trabajadores de la Finca La Violeta. SITRAVIOLETA.
 Entre otros

Expertos del Banco Interamericano de Desarrollo y del Centro de


Investigaciones Económicas Nacionales en un análisis que realizaron
concluyeron que: la sindicalización en el sector caficultor debe de cambiar en
virtud que las grandes fincas cafetaleras son propensas a tener sindicatos, esto
debido que poseen las mismas, mayor porcentaje de fuerza laboral permanente
partiendo de la premisa que de mil doscientos setenta y dos sindicatos
existentes que existen en Guatemala más del cincuenta y uno por ciento se
encuentran en el sector por lo tanto esto equivale a un aproximado de treinta y
dos mil quinientos trabajadores agrícolas sindicalizados. Por el contrario
Rigoberto Dueñas, subsecretario general de la Central General de Trabajadores
de Guatemala argumenta que el sector cafetalero prácticamente tienen cero
participaciones, tomando en consideración que en los últimos diez años no ha sido
posible firmar un pacto colectivo en las fincas de café.
Gustavo Márquez, consultor del BID, expresó que los análisis muestran que la
injerencia de sindicatos sobre la productividad y las utilidades de las empresas es
mucho más compleja de lo que se cree. Asimismo Max Quirín, ex presidente de la
Asociación Nacional del Café, Ana café, al referirse al análisis de la influencia de los
sindicatos en la productividad del sector cafetalero, agregando que, los líderes
sindicales tratan de obtener condiciones excesivamente favorables para los
trabajadores que están fuera de la capacidad de los patronos.
CONCLUSIÓN
En los años 70 del siglo anterior, cuando el Mercado Común Centroamericano
(MERCOMUN) tenía a Guatemala como líder centroamericano en la industria y
comercio y a Centroamérica ya como potencia económica y muy atractiva para
los inversionistas extranjeros; también surgieron los sindicatos de trabajadores
de la iniciativa privada, los cuales fundaron su fortaleza en el éxito y crecimiento
de cada una de las empresas que lideraban la economía del país,

El poder que alcanzaron los sindicatos en ese momento fue basado en los
pactos colectivos de condiciones de trabajo y sus exigencias eran de tal
magnitud que poco a poco empezaron a dañar las capacidades financieras de
las empresas más grandes hasta hacerlas; primero reducir sus actividades y
luego a cerrar operaciones como por ejemplo Industria Centroamericana De
Vidrio S.A., Good Year, Embotelladora Guatemalteca, (Coca Cola) entre muchas
más.

En la virtuosa época del MERCOMUN, no había trabas aduaneras en el istmo,


bastaba con llenar un simple Formulario Aduanero para trasladar las
mercaderías de un país a otro y el pago se hacía Por Compensación a través de
los bancos centrales de cada país y se tenía por moneda el Peso
Centroamericano, con la paridad del dólar norteamericano. En el entendido de
que en esa época nuestra moneda el Quetzal era más fuerte que la moneda
norteamericana.

Pará la época de los años 80, ya con nuestra actual Constitución Política de la
República y durante el gobierno de la Democracia Cristiana Guatemalteca, se
desarrollan los sindicatos del Estado teniendo un apoyo muy fuerte del
gobierno, siempre con miras político-electorales lo que en gobiernos anteriores
a la actual Constitución no se permitían las huelgas en las Instituciones del
Estado.

Siendo que el mandato constitucional privilegia el bien común por encima del
bien particular y que el fin supremo del Estado es la protección de todos los
guatemaltecos, y estando obligado a brindar salud, educación, seguridad y una
justicia pronta y cumplida.

La solución a la problemática sindical dentro del Estado obliga a revisar la


Constitución Política de la República, ya que permite: la sindicalización de los
trabajadores del Estado, pero prohíbe las huelgas en las instituciones que
prestan los servicios básicos esenciales, en este sentido es necesario revisar
¿cuáles se consideran los servicios esenciales?, si es solo la salud y la
seguridad, o incluye otros servicios esenciales como la educación.

El Decreto 71-86, autoriza o regula las huelgas de los trabajadores del Estado,
y prohíbe las huelgas a las instituciones que brindan los servicios de salud y de
seguridad, pero no menciona en ningún momento, el servicio de educación, que
es esencial para el desarrollo del país.

Se propone: revisar y modificar el decreto antes mencionado, que prohíba las


huelgas a los trabajadores de la educación inclusive y de ser posible revisar el
Artículo 116 de la Constitución Política de la República, que permite la
sindicalización de los trabajadores del Estado, para garantizar el servicio que el
gobierno le debe prestar a la ciudadanía sin interrupciones de huelgas y
manifestaciones.

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