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La Ley de Bancos y Grupos Financieros, Decreto No. 19-2002 del Congreso de la República,
denomina "banco" a los constituidos en el país y a las sucursales de bancos extranjeros, a quienes
autoriza a realizar intermediación financiera bancaria, así como otras operaciones y servicios que
detalla en la misma Ley. La realización por parte de los bancos de las operaciones y la prestación de
servicios, que legalmente tienen autorizados, lleva implícita la exposición a una serie de riesgos tales
como los siguientes: de grupo financiero, financiero, de negocio, operacional, de país y transferencia,
etc.; y a su vez, cada uno de estos riesgos puede originar otros más. Derivado de la exposición a los
riesgos del negocio bancario, y si además, no existe una supervisión adecuada, puede suceder que
proteger a los depositantes, inversionistas y acreedores de las entidades bancarias, la Ley de Bancos
y Grupos Financieros, para el caso de bancos con problemas, contempla el procedimiento y plazos
para efectos de la regularización por déficit patrimonial de la entidad bancaria; las causales de
En cuanto al ámbito general de aplicación de la referida ley, ésta regula lo relativo a la creación,
organización, fusión, actividades, operaciones, funcionamiento, suspensión de operaciones y
liquidación de bancos, grupos financieros, así como el establecimiento y clausura de sucursales y de
oficinas de representación de bancos extranjeros.
Es importante acotar que, acorde con la tendencia que a nivel mundial están experimentando los
mercados financieros, en la Ley de Bancos y Grupos Financieros se incorporan principios básicos
emitidos por el Comité de Basilea sobre Supervisión Bancaria. La incorporación de dichos principios
en la legislación, representa un avance para el sistema bancario guatemalteco, pues se cumple con el
mandato constitucional de velar por el ahorro nacional, como un bien jurídico a ser tutelado y,
consecuentemente, la adopción de estándares internacionales de supervisión, contribuiría a que el
funcionamiento del sistema financiero sea más eficiente, transparente, competitivo y confiable, para
salvaguardar y fortalecer la confianza del público ahorrante e inversionista.
Se establece en la Ley de Bancos y Grupos Financieros, que cuando exista empresa controladora,
los grupos financieros estarán integrados por ésta y por dos o más de las empresas siguientes:
bancos, sociedades financieras, casas de cambio, almacenes generales de depósito, compañías
aseguradoras, compañías afianzadoras, empresas especializadas en emisión y/o administración de
tarjetas de crédito, empresas de arrendamiento financiero, empresas de factoraje, casas de bolsa y
otras de naturaleza financiera que califique la Junta Monetaria. Cuando el control común lo tenga la
empresa responsable, los grupos financieros estarán integrados por ésta y por una o más de las
empresas mencionadas anteriormente.
En la Ley de Bancos y Grupos Financieros se establecen las facultades de las empresas del grupo
financiero para actuar en forma conjunta frente al público, en lo que respecta al uso de imagen
corporativa común, símbolos, identificación o identidad visual y razón social o denominación.
En tal sentido, en la Ley de Bancos y Grupos Financieros se establece que las empresas que
integran un grupo deben mantener un sistema de control interno adecuado a la naturaleza y escala
de sus negocios, que incluya disposiciones claras y definidas para la delegación de autoridad y
responsabilidad y separación de funciones.
Con relación a las entidades supervisadas, en la ley mencionada se contempla el tratamiento que se
dará a la participación de las entidades off-shore o fuera de plaza, cuando formen parte de un grupo
financiero, para efectos de medir el riesgo crediticio del grupo correspondiente.
La ley cobra vigencia a partir del 1 de junio del año 2002, plasmada en ella 131 artículos, teniendo
como objeto regular la organización y el funcionamiento de las entidades bancarias y de grupos
financieros dentro del territorio de Guatemala, entidades que prestan servicio a los consumidores, que
consistan en el préstamo de fondos obtenidos del público mediante el recibo de depósitos o la venta
de bonos, títulos u obligaciones. Existiendo oficinas y sucursales de representación de bancos en el
extranjero, autorizadas por el Estado.
En la actualidad los bancos del sistema precisan de una normativa moderna que les permita seguir
desarrollándose para realizar más eficazmente sus operaciones y de prestar mejores servicios a sus
usuarios, tomando en cuenta las tendencias de globalización y el desarrollo de los mercados
financieros internacionales.