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En los años 60 y 70 del pasado siglo, durante la lucha por derrocar a la dictadura
somocista, las mujeres nicaragüenses se integraron masivamente al Frente Sandinista
y desempeñaron un rol esencial en todos los niveles de la organización revolucionaria.
Influenciado por esta activa participación femenina, y conocedor de la realidad de
marginación que vivían nuestras mujeres, el FSLN en su programa histórico formulado
mucho antes del triunfo revolucionario de 1979, plantea la necesidad urgente de
reconocer la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en todos
los ámbitos de los derechos humanos, políticos, culturales, económicos y sociales.
En sus acciones positivas para la defensa y promoción de los plenos derechos de las
mujeres y su inclusión igualitaria en la sociedad, en 2014 el gobierno sandinista
impulsó una reforma de la Constitución Política de Nicaragua en la que se instituye
como ley que el 50 por ciento de mujeres y el 50 por ciento de hombres, en
complementariedad, ocupen los cargos institucionales relevantes del país, hecho que
coloca hoy a Nicaragua entre los primeros países del mundo con igualdad de
participación de hombres y mujeres en el Ejecutivo, Parlamento y Municipalidades, así
como en el avance de reducción de la brecha económica de género. De acuerdo a
informes de la ONU estos resultados” son atribuibles en gran medida a un claro
compromiso político del gobierno nicaragüense al más alto nivel de toma de decisiones
y a una cultura política genuinamente sensible al género”.
Todos esos esfuerzos hechos por el gobierno sandinista en la actualidad, han logrado
avances muy positivos en el camino por la equidad de género. Según la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe anual 2017, hoy el 48
por ciento de las mujeres nicaragüenses mayores de 15 años participan de manera
plena en la actividad económica del país. Esto ha permitido, no sólo una recuperación
económica en Nicaragua, sino que el modelo socio-productivo de la Nicaragua actual
sea estable y brinde frutos sólidos en contra de la desnutrición infantil, la erradicación
de la pobreza y la desigualdad en todos los ámbitos.
Menciona los principales beneficios que el gobierno ha dado a la mujer a partir de los
programas económicos al inicio de su gestión.