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Corazón de un Guerrero:
Antes de llegar a ser el guerrero, debes convertirte en el hijo amado
Publicado en Grand Rapids, Michigan por Heart & Life Publishers, una división de Miles
Media, LLC. (Zoweh.org
)
A menos que se especifique otra cosa, las citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia
Ampliada, copyright © 1954, 1958, 1962, 1964, 1965, 1987 por la Fundación Lockman.
Utilizada con permiso. ( L
ockman.org
)
Editor: Bob Hartig
Diseño de carátula: Emily Barahona Fotos
de carátula: Patrick Dunnagan Diseño
Interior: Emily Barahona
Su tarea es cuidar de los ancianos, los indefensos, de aquellos que no pueden proveer para ellos
mismos y, sobre todo, para sus hijos, el futuro de la humanidad.
— Toro Sentado
Jefe Sioux / Hombre Santo
(1831 – 1890)
!BIENVENIDO!
¡Tenemos aún más recursos que nos gustaría compartir con usted para su
continuo crecimiento!
• Devocionales
• Recursos de grupos pequeños
• ¡Y más!
ÍNDICE
Agradecimientos
Introducción
Parte 1
: El Hijo Amado
Capítulo 1
: De hijos amados a guerreros
Capítulo 2
: Recuperando tu corazón
Capítulo 3
: Es peor de lo que imaginamos
Capítulo 4
: Donde duele
Capítulo 5
: El ser amado
Capítulo 6
: Cuidado paternal
Capítulo 7
: Cuidados intensivos
Capítulo 8
: Los caminos de los hijos amados
Parte 2
: El Guerrero
Capítulo 9
: A lo que nos enfrentamos
Capítulo 10
: Entrenamiento básico: Conociendo y descansando en quien eres
Capítulo 11
: Entrenamiento avanzado: Lo bueno que Dios está haciendo en tu vida
Capítulo 12
: Advertencias y promesas
Capítulo 13
: Amar a una mujer
Capítulo 14
: Siguiendo al Rey
Epílogo
Apéndice
Fuentes de Información
Recursos
AGRADECIMIENTOS
A Robin: Qué honor ha sido aprender a luchar por ti, y qué gloriosa aventura es
luchar a tu lado. Te amo.
A mis amigos, mis hermanos: Ustedes saben quiénes son. Son osados, fuertes y
valientes. Gracias por caminar conmigo y permitirme caminar con ustedes,
descubriendo las verdades del Reino, el privilegio de caminar con el Rey, y la
gloria de asumir Su noble causa. Los amo.
INTRODUCCIÓN
C
uando la gente se da cuenta que he escrito un libro, si algo preguntan,
normalmente es, ¿ De qué trata? No es una mala pregunta, ciertamente no es una
que he descubierto cómo contestar en una conversación de ascensor. Raramente
me preguntan ¿Porque lo escribió? Esta pregunta es mucho mejor. Tal vez aún no
la pueda contestar en menos de un minuto, pero aquí va por qué escribí El corazón
de un guerrero. Hay dos razones:
Esperanza
y
Confiar algo que es valioso
En la película Corazón Valiente hay un gran intercambio entre el niño William
Wallace y su padre, Malcolm. Creo que es una de las muchas razones
importantes por la que muchos hombres les gusta tanto la película. Ocurre al
principio de la historia, poco después que el padre de William y su hermano
mayor van a una reunión cumbre de los escoceses donde la mayoría es
brutalmente asesinada por Longshanks, el malvado y opresor rey de Inglaterra.
Al regreso de los hombres sobrevivientes, el niño escucha la trágica noticia de la
muerte de su padre.
Esa noche, el joven William tiene una visión. Estaba recostado al lado de su
padre. Malcom se voltea hacia el joven William y con ternura y convicción le
dice a su hijo,
PARTE 1
EL HIJO AMADO
Todo lo que se necesita para que las fuerzas del mal se impongan en el mundo es que suficientes
hombres buenos no hagan nada.
— EDMUND BURKE
En una batalla, todo lo que usted necesita para pelear es un poco de sangre ardiente y saber que es
más peligroso perder que ganar.
— GEORGE BERNARD SHAW
uando Jake tenía diez años, su tío lo llevó a pescar. Fue una experiencia que
Al contemplar el versículo dos del Salmo 23 para su próximo sermón, Natán se
sorprendió al sentir que sus ojos se humedecían.
En verdes pastos me hace descansar.
“A mí no,” pensó Natán. No hay aguas tranquilas para mí. Éxito, sí. Si el
éxito se pudiera medir por la asistencia, en un hermoso edificio nuevo, y en
música y tecnología de comunicación de última generación, entonces Natán
logró el éxito. Pero, ¿dónde quedó el gozo?
Natán predicó sobre la salvación por gracia. Pero cuando llegó a la parte de
vivir por gracia, le fue difícil creer lo que él mismo no estaba experimentando.
Reuniones de la Junta Directiva, campañas para recaudar fondos, preocupaciones
de presupuesto y personal, programas, desarrollo de liderazgo, sesiones de
consejería, visitas, el descontento de los miembros de la iglesia, su propio
impulso implacable para el crecimiento de la iglesia—todo esto y más describe
la vida de Natán. Hubo interminables obstáculos que sortear, pero no hubo
mucha gracia. Solo la voz de su padre resonando de su niñez: “No me
decepciones, hijo. Tú puedes hacerlo mejor.”
Estaba tratando de hacerlo mejor, esforzándose mucho. Y por todo lo que se
veía, Natán era una historia brillante de éxito pastoral. Pero debajo de la
superficie, su esposa resentía estar en segundo plano en relación al ministerio. Su
hija y sus dos hijos deseaban más que cualquier cosa tener una vida familiar
normal. Y el propio Natán no era feliz. ¿Era esto de lo que realmente trata el
servir a Dios? ¿Una cruzada de un hombre para construir la iglesia más dinámica
de la ciudad al precio de la disfunción familiar y el agotamiento personal?
Él restaura mi alma
Restauración— sí, eso era lo que necesitaba. Tan solo leer la palabra hacía
que anhelara experimentar su realidad. Por años había predicado a otros sobre el
amor de Dios. Ahora, sentado detrás de su escritorio de madera de cerezo en la
quietud de su oficina, se dio cuenta cuánto necesitaba ese amor para sí mismo.
Las lágrimas vinieron. Solo un hilo, pero allí estaban.
Jake y Natán: dos hombres muy diferentes con vidas tremendamente
diferentes, pero ambos tienen el mismo problema. Cada uno necesita
desesperadamente experimentar lo que significa ser el hijo amado de un Padre
eterno. Y cada uno necesita ser orientado por medio de una capacitación en el arte
y en el corazón, para ser un guerrero que pelea por una causa superior a la propia
y por un Rey superior a él mismo.
Innumerables hombres son como ellos en ese aspecto. Tú muy bien podrías
ser uno de ellos. Tu historia es tuya y tus luchas son únicas. Pero para ti, al
igual que para Jake y Natán y para todo hombre, hay buenas noticias. No
importa cuán desesperanzadoras parezcan ser tus circunstancias o cuán grandes
puedan parecer, Dios está haciendo algo en lo profundo de tu vida.
Hay un amor que puedes experimentar y que te puede transformar.
Hay una batalla en la que te puedes involucrar que vale la pena pelearla.
Y hay una historia para que la vivas que es más grande y mejor de lo que
jamás hayas conocido.
ALGO ANTIGÜO
Mucho se ha escrito respecto a la crisis de la masculinidad, y así debe ser. Debe
continuar hasta que arreglemos todo lo que está mal. Es posible que nuestro
mayor desafío sea ponernos de acuerdo en lo que concierne al problema que
acosa a los varones. Los hombres son víctimas de una antigua e implacable crisis
de identidad masculina. Sufren de una desorientación que se regenera de
generación en generación.
Es intrínseco en los hombres alzarse, colaborar, ofrecer, proveer y proteger,
pero un sinnúmero de ellos está herido y la confusión, miedo e incertidumbre
los invade. Con mucha frecuencia se desmoronan cuando se enfrentan a pruebas
y desafíos que son necesarios para que el hombre se haga hombre. Los hombres
han sufrido por mucho tiempo el hecho de estar mal equipados, mal capacitados
y mal preparados para desempeñar su papel. El efecto es acumulativo; son
muchos los factores que contribuyen a la crisis de la masculinidad. Pero si
seguimos el hilo hasta su origen las heridas y lesiones que nosotros los hombres
cargamos se deben a la falta de amor—esa clase de amor que recibe un hijo de
parte de su padre que lo convierte en un hombre. Si pudiéramos señalar lo que
nos aflige y su origen, entonces podemos y debemos ir a recibir tratamiento.
Una vez que hayamos recibido tratamiento, entonces podemos comenzar el
entrenamiento. Pero no hasta entonces. Si un atleta se somete a un entrenamiento
antes de ser tratado por una lesión, dicha lesión solo puede empeorar. La primera
misión será regresar y encontrar los orígenes de nuestras heridas y lo que está
agobiando nuestros corazones, robando nuestra gloria y menguando nuestros
roles.
Vivimos en una Historia muy grande, y ni tú ni yo somos sus autores. Con
frecuencia, sin embargo, buscamos escribir nosotros mismos nuestro propio
capítulo, porque la historia involucra algo que preferimos evitar—algo que,
aunque sea glorioso, es desagradable, aterrador y doloroso: una batalla.
En los últimos veinte años mi trabajo con los hombres me ha convencido de
que ellos están o bien entrando a una batalla, o ya están librando una batalla o
están saliendo de una. Los hombres si no están luchando por sus propias vidas
están luchando por la vida de aquellos a quienes desean profundamente proteger
y proveer. Hay muchos momentos cuando el verdadero autor de la Historia más
grande, Dios, invita al hombre a ser hombre, llamándolo a importantes
momentos de conflicto. Si el Nuevo Testamento es verdad, jamás hay un
momento donde tú y yo no estemos en guerra. Siempre habrá una necesidad de
guerreros.
HIJOS AMADOS
Tengo una esperanza para los hombres, una visión que me llena de energía
mientras escribo este libro. Es esto:
Espero un día ver los corazones de hombres tan asentados en sus bases, tan bien
entrenados, tan bien equipados y tan bien involucrados que cuando la maldad
se atreva a levantar cabeza, los hijos amados guerreros, sabrán qué hacer y
lo harán bien.
Quién es.
En Cristo, él es un hijo amado del Padre. El hombre orientado halla su
seguridad y fuerza tan solo en esa identidad profunda.
2.
Dónde está.
Un hombre orientado tiene “ojos para ver y oídos para oír” sobre lo que
está pasando a su alrededor. Está alerta a las fuerzas espirituales que
están trabajando detrás de las circunstancias físicas. Él sabe que vive en
una zona de conflicto permanente.
3.
Si vamos a ser como Jesús, pero realmente Él no nos gusta, eso sería un
enorme problema. ¿Cuál podría ser la causa? ¿Desinformación? ¿Juicio
equivocado? ¿Malos manejos? ¿Ideas equivocadas? A todo esto, digo sí.
TENIENDO UN PLAN
Las prácticas de un guerrero cambian con las etapas, las responsabilidades y los
privilegios de la travesía del hombre. Un hombre de treintaiseis años con esposa
e hijos pequeños necesita los mismos cimientos que un hombre de 60 años con
nietos, pero las habilidades de los dos hombres perfeccionadas con el tiempo son
diferentes. Un veterano bien entrenado en la Vida que Dios tiene planificada para
nosotros –Vida con V mayúscula, Vida con Dios, de Dios y por Dios—es capaz
de desempeñarse en una variedad de momentos y amar bien. Con el paso del
tiempo, él ha debido experimentar el amor de Dios guiando y empoderando su
vida en el contexto de una historia de amor que se da en medio de una gran
batalla. Aquí es justamente donde tiene lugar el entrenamiento. Sucede a través
de las tragedias y los triunfos en el campo de batalla, especialmente en el ámbito
del hogar del hombre. Ese es el primer lugar donde él debe traer lo que ha
aprendido sobre ser amado y ofrecer amor.
Cuando las cosas se hacen con rapidez pocas son las que duran. Desafortun-
adamente, vivimos en una cultura que quiere todas las cosas ahora y que premia
a los hombres jóvenes que producen resultados rápidos. El costo más adelante es
trágico: la pérdida de nuestros reinos cuando seamos viejos, con devastadores
daños colaterales a nuestras esposas y familias. Esto no es lo que Dios tiene en
mente para nosotros. Necesitamos un plan para vivir que nos pueda guiar hacia
Su plan para nuestras vidas:
“Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes –afirma el Señor--, planes de
bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.
Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón. Me
dejaré encontrar –afirma el Señor--, y los haré volver del cautiverio. (Jer.
29:11-14 NIV).
RECUPERANDO TU CORAZÓN
Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno,
y la retienen; y como perseveran producen una buena cosecha.
Lo que más necesita la iglesia en estos momentos son hombres, hombres audaces, libres. La
iglesia tiene que buscar en oración y humildad, que vuelvan a haber hombres con eso que están
hechos los profetas y los mártires
— A. W. TOZER
E
staba participando en una gran conferencia para hombres donde había varios
centenares de ellos. La apertura estuvo…bonita. El grupo musical de adoración
levantó el ánimo a todos e hizo un bonito trabajo. El maestro de ceremonia
estuvo gracioso y su bienvenida estuvo bonita. Bonito, bonito, bonito.
Luego de presentar al orador principal de la mañana, podía observar a los
hombres moverse, buscando concentrarse, esperando que esta sea la charla que
cambiaría las cosas. El orador tenía experiencia y era refinado. Evidentemente
este no era su primera vez en estos menesteres. Su energía y mensaje se
complementaban. El título de su charla era “¡Tú necesitas una misión!”
“Los hombres con una misión son hombres ,” dijo, “y las misiones necesitan
hombres, y si tú no tienes una misión, entonces…” Algo por el estilo, lo
suficientemente vago para incluir a cada hombre, pero también lo
suficientemente puntual como para hacer sentir a cada hombre una punzada
personal de culpa. Creo que el orador hasta desempacó una palabra para cada
letra en dicha palabra m-i-s-i-o-n-e-s. Fue muy bonito.
Fue también otro de esos mensajes motivadores que se envía a los corazones
de los hombres sobre cómo hacer mejor, hacer más, pecar menos , y lograr más. A
los hombres les gustan esas cosas—al principio. Luego las odian. Los hombres
presentes en la conferencia le dieron una ovación de pie al orador, y no pude
evitar sentirme exasperado. “No funcionará,” pensé. Aunque fue bien
intencionado, el mensaje tenía dos graves defectos. En primer lugar, fue uno de
esos enfoques de talla única para todos los hombres por igual con la esperanza
de que de alguna manera encaje…y eventualmente pueda hacer la diferencia.
En segundo lugar, el orador asumió demasiado. ¿Cómo sabía que estos hombres
estaban listos para una misión? Agruparlos a todos juntos--¿fue eso realmente
sabio?
Los hombres en el salón estaban inspirados, listos para ir a algún lado, a
cualquier lugar, sin embargo era como si nadie pudiera ubicar una puerta. Estar
entusiasmados en los camerinos no es lo mismo que estar bien entrenados y
orientados en el campo. El tratar de convertir las misiones en un programa,
igual que una charla inspiradora en un camerino, o un montón de datos que
pueden ser enviados y recibidos en una hora en un paquete, rara vez tiene el
poder de permanecer. Igual que una resolución de Año Nuevo, rara vez se
cumple
Entonces, ¿ qué es lo que realmente hace la diferencia en la vida del hombre?
Un pastor fue comisionado por una zarza ardiente a liberar una nación
EL CORAZÓN
De todo lo que nos ha sucedido en el transcurso de nuestra vida, de todo lo que
hemos encontrado y experimentado, hemos sacado conclusiones sobre la vida y
cómo hacer que funcione. Elaboramos nuestras conclusiones para proteger y
proveer para nosotros mismos. Igual que los albañiles construyen una casa,
nosotros construimos nuestro sistema de creencias ladrillo por ladrillo de nuestra
acumulación de conclusiones. Recurrimos a nuestras experiencias para
determinar cómo funciona el mundo, quiénes somos en el mundo, cómo evitar el
dolor, cuándo promocionarnos, y más. Todos estos momentos, y todas las
conclusiones que obtenemos de ellas, están guardados en un lugar precioso
llamado corazón. El corazón del hombre está comprometido con su sistema de
creencias sin importar su condición. Si bien puede estar vivo en Cristo o muerto
espiritualmente, el corazón está constantemente en peligro de verse
comprometido o de ser herido.
La antigua palabra hebrea para corazón es leb . El leb es un pozo profundo
donde están almacenadas todas las experiencias de la vida personal de uno, está
totalmente operativo y en lo más profundo del interior de cada portador de la
imagen. El Diccionario Vine de palabras bíblicas define el corazón de este modo:
UNA INVITACIÓN
¿Estás cansado? ¿Desgastado? ¿Quemado con respecto a la religión? Ven a mí.
Vente conmigo y recuperarás tu vida. Te mostraré cómo descansar de verdad.
Camina conmigo y trabaja conmigo—mira cómo lo hago. Aprende los ritmos
no forzados de la gracia. No te haré cargar nada pesado que no puedas
soportar. Mantén mi compañía y aprenderás a vivir libre y ligeramente.
(Mateo 11:28-30 NBLH)
¿Soy solo yo, o es que esto suena demasiado bueno para ser verdad?
¿Sanación, descanso. . . alivio? ¿Quieres decir que no tengo que seguir viviendo
una vida de control ¿Una vida de sistemas religiosos o falsos? ¿De
autopromoción, de autoprotección, de autoprovisión? ¿O como lo dijo Thoreau,
una vida de “desesperación silenciosa”?
Hay remedio para la vida del falso yo de lo que todos sufrimos. Hay otro tipo
de vida, otra forma de vida, y es casi demasiado bueno para ser verdad. Casi. Es
la vida de un hijo de Dios, un amado hijo, uno que sabe cómo pelear y sabe
cómo descansar, que sabe cómo ser amado y, con el tiempo, aprende cómo amar.
¡Oh, cómo anhela eso mi corazón! Y si es así, entonces debe haber algo en
ello que solo el amor del Padre puede tocar. Igual que el pródigo que regresó a
casa, también tiendo a escribir en el guión de mi vida algo como, “quizás puedo
ser un siervo en la casa de mi Padre.” Pero el Padre tiene una mejor idea.
Su idea es restaurar lo que se ha perdido. Cuando eso empieza a suceder, un
hombre comienza a ver desafíos en su vida interior que pueden y deben ser
superados. Él también comienza a ver quién puede llegar a ser y el rol a
desempeñar que es suyo y solo suyo. Estas cosas suceden simultáneamente y sin
embargo suceden de manera muy distintiva.
Este solo es el primer paso, así que sé gentil y paciente contigo mismo. Tú no
estás bajo un horario; cada hombre es diferente. Las respuestas, la comprensión y
la curación a menudo vienen por partes a lo largo de semanas, meses, y aun años.
Algunas veces yo llevo a Dios un asunto en particular; otras veces Él me lo trae a
mí. ¿Por qué Él no lo trae todo al mismo tiempo? Probablemente por Su
misericordia y gracia. Hay muchísimo que hacer para tratar de hacerlo de una
sola barrida, y alterar las experiencias sería perder sin haber adquirido sabiduría.
Usualmente, la exploración suele ser mejor si se lleva a cabo en un ambiente
tranquilo donde uno pueda tener una buena conversación con Dios de corazón a
corazón. Creo que a Él le gusta de esa manera. Toma algunos minutos, en
primera instancia, para reflexionar sobre tu historia y orar la oración de David
del Salmo 139: “Examíname, oh Dios… .” Luego escucha activamente y escribe
lo que se te viene a la mente. Coge la mano del Padre y ve adonde Él quiere
llevarte en tu historia, tu historial. Creo que Dios quiere un hombre que conozca
su propia historia antes de que Dios la pueda volver a escribir. He visto que ha
sucedido. Me pasó a mí, y sé que te puede suceder a ti.
Al hacer un inventario de tus pérdidas y de las heridas del corazón, ten
presente que algunos hombres tienen más que otros. La cantidad importa, así
como importa el tratamiento; los primeros eran ataques personalizados en tu
corazón, y ambos serán personalizados en tu curación. ¡Ten ánimo! La
masculinidad verdadera, el convertirse en un hijo amado, está solo a un paso,
seguido de otro paso, y de otro, hasta que experimentes tu verdadero yo y una
nueva normalidad.
SE TE NECESITA
Para ser hijos amados/guerreros, nosotros los hombres debemos primero
recuperar nuestros corazones. En la pelea por la vida y en el amor lo vamos a
necesitar. Ser el hijo amado es parte de la orientación que lleva a que seamos
sinceros, plenos, asentados y reposados. Tal hombre sabe que primero y ante
todo él es verdaderamente un hijo a quien luego se le capacita más en el arte de
la guerra.
Por eso debemos ir a Dios para desalojar las mentiras que nuestro enemigo ha
enraizado en nuestro corazón –en el núcleo de quien somos, donde reside nuestra
verdadera identidad. El ataque del enemigo en nuestros años formativos es como
un virus en el disco duro, que se infiltra, sabotea y compromete quiénes somos y
en lo que podríamos verdaderamente convertirnos. Tal como escribió John
Eldredge en su libro más vendido: Despertando a los Muerto:
Para encontrar a Dios tienes que buscar con todo tu corazón. Para permanecer
presente para Dios, debes permanecer presente para tu corazón. Para escuchar
Su voz, debes escuchar con todo tu corazón. Para amarlo, debes amar con
todo tu corazón. No puedes ser la persona que Dios diseñó que fueras, y no
puedes vivir la vida que Él diseñó que vivieras, salvo que la vivas desde el
corazón.
El plan [del enemigo] desde el comienzo fue asaltar al
corazón….Haciendo que [los hombres] estén tan ocupados que ignoren al
corazón. Herirlos tan profundamente que no quieran un corazón. Torcerles su
teología para que desprecien el corazón. Quitarles su coraje. Destruir su
creatividad. Hacer que la intimidad con Dios sea imposible para ellos.
¿Por qué? “Porque,” dice Eldredge, “el enemigo te teme y teme lo que podrás
llegar a ser.” Por lo tanto él quiere separarte de la intimidad con Dios, de ser
amado, de justamente esto para lo cual fuiste creado. Separa al hombre del
Padre y el hombre está perdido . ¿Salvado? Claro, pero perdido…incapaz tanto de
recibir lo que Dios tiene para él como de proveer y proteger los corazones de los
demás.
Recuperar tu corazón tomará tiempo. Así como las heridas que recibió
llegaron en el transcurso del tiempo, así también será con la sanidad y la
restauración. Típicamente toma de dos a tres años para que un hombre realmente
recupere su corazón, siempre y cuando ese hombre camine con Dios y mantenga
su curso. La pregunta a menudo es, ¿cuán sinceramente quieres lo que estás
buscando? ¿Qué tanto deseas volver a tener tu corazón? ¿Cuán libre quieres ser?
Es en la sanidad del corazón del hombre que tiene lugar el más grande de los
entrenamientos. Mucho está en juego, más de lo que te imaginas. El buscar
recuperar tu corazón es tu primer paso en la lucha también por recuperar muchos
otros corazones. Recuerda, tu historia es parte de una Historia más grande—y se
te necesita.
No seas ingenuo. Vendrán tiempos difíciles. A medida que se acerca el fin, la gente será
egocéntrica, avara, jactanciosa, profana, soberbia, blasfema, se auto promocionará, despectiva
con sus padres, burda, vulgar, una jungla, inflexible, calumniadora, impulsi-vamente
desenfrenada, salvaje, cínica, traic-ionera, despiadada, teniendo apariencia de piedad, adicta a
la lujuria y alérgica a Dios.
II TIMOTEO 3:1-5 (TRADUCCIÓN LIBRE DE LA BIBLIA EL MENSAJE)
El mundo es un lugar peligroso donde vivir, no por las personas malas, sino por las
personas que no hacen nada al respecto.
— ALBERT EINSTEIN
L es sucede con frecuencia a los hombres: momentos de claridad pero no de
transformación. Grandes comienzos que no llegan a la meta final, resoluciones
que eventualmente se desvanecen, y una creciente colección de “habría”,
“debería”, “podría.”
El apóstol Pablo habló de correr para ganar (1 Cor. 9:24; Fil. 3:14), sin
embargo los hombres se cansan y se quedan atascados en los puntos importantes
a lo largo de la maratón de la vida. Es un trayecto donde cada decisión importa, y
si esto de por sí no fuera lo suficientemente duro, alguien o algo pareciera estar
en contra de los hombres mientras corren. Muchos están conscientes de esto,
pero no pueden precisar exactamente la naturaleza de la resistencia: “Sí, así es,
sentimos la oposición. Pero, ¿qué es y qué podemos hacer?”
Algo está en contra nuestra, y a menudo el rumbo en el que estamos está
totalmente minado, con letreros mal marcados, con gente burlona, perturbadores,
y condiciones francamente desagradables. También hay otros hombres
imperfectos corriendo con nosotros—víctimas de ciegos guiando a ciegos, de los
desorientados guiando a los desorientados, los que están heridos hiriendo a los
que están a su alrededor. Este rumbo peligroso por el que nosotros los hombres
viajamos está acertadamente descrito en la historia del Progreso del Peregrino ,
escrita por John Bunyan en 1678. El viaje del personaje principal, Christian, es
el viaje de cada hombre por la vida y la fe. He aquí una de mis partes favoritas:
Los críticos marcadores de millas con los que un corazón masculino debe
toparse en el proceso de convertirse en un verdadero hombre, se encuentran a lo
largo de un sendero antiguo. Pero es un camino menos transitado, y a menudo se
pierde cuando una generación da paso a la siguiente. Hoy necesitamos voces del
pasado que nos hablen de los caminos antiguos—voces de los pioneros,
exploradores y maestros que hicieron el viaje y lo compartieron.
INGENUIDAD
En su libro Procreado por Dios, John Eldredge observa “que la mayoría de
hombres y niños no tienen un verdadero padre que los guíe a través de las
junglas de la travesía masculina, y ellos son—la mayoría lo somos—hombres
incompletos y sin padre.”
“Incompletos” y “sin padre” son dos ingredientes centrales de la
desorientación. Una de las razones por las que a menudo puedo reconocer a
otro corazón desorientado es porque viví en esa condición por muchísimos
años. No significa necesariamente que tuvimos malos padres. Pero tal como dije
anteriormente, pudo muy bien ser que nuestros padres hayan estado ellos
mismos incompletos y sin padre.
Una señal de desorientación en un hombre es que se conforma con ser un
servidor del Reino en lugar de un guerrero. Un servicio que se origina en la
fuente equivocada, como a menudo sucede, es en sí suficiente para anestesiar el
alma. El servicio obligatorio le pasará factura hasta que la vida se vuelva
aburrida o irrelevante. Tú puedes ser un servidor y no un guerrero, y si lo eres,
entonces estás perdiendo el tren. Sin embargo, es imposible ser un guerrero y
no ser un servidor.
Por años me perseguía la idea de que había mucho más disponible para mí de
lo que yo me había convertido. Yo sabía que debía haber algo más que la
constante frustración de bajo grado, temor, rabia y tristeza que surgían con
regularidad. Las cosas no andaban bien conmigo, e ingenuamente, creí que la
razón debía ser una de tres cosas: o yo no estaba sirviendo suficientemente bien a
Dios, o todos los demás eran el problema, o Dios no estaba manejando bien mi
vida. No importaba cuál escogiera, el resultado era el mismo: me sentía
engañado e inadecuado.
En algún lugar de mi travesía masculina crucé el puente hacia algunas
responsabilidades significativas: una esposa, hijas, hipoteca, tarjetas de crédito,
entre otras. Las pocas habilidades y escaso equipamiento que había obtenido
hasta ese momento no me estaban sirviendo bien. Ocasionalmente, con una
punzada aguda, me golpeaba el reconocimiento que no estaba listo para lo que se
veía venir más adelante en el camino. Mi hogar estaba al borde, y si yo me caía
—y peor, si no me levantaba—entonces otros sufrirían.
A medida que pasaron las semanas y los meses, se hizo más evidente que yo
estaba mal preparado, mal equipado y mal aconsejado. La peor parte fue sentir la
convicción profunda, y a menudo un susurro audible que venía desde adentro:
“Estoy solo.”
Mi esposa y mis hijas necesitaban que asumiera mi mayor rol en la Historia
más grande, el papel para el cual Dios me creó. ¿Pero cómo? ¿Servir más, dar
más, hacer más? ¿Pecar menos? Ese era el buen y viejo programa religioso en el
que había estado trabajando por varios años. Pero estaba haciendo más daño que
bien. Igual que fumar cigarrillos o vivir en una casa con aislamiento de asbesto,
lo que absorbes en el transcurso del tiempo te puede matar.
El Diccionario del patrimonio americano de la lengua inglesa define
ingenuidad como “tener o mostrar falta de experiencia, juicio o información;
crédulo… tener o estar marcado por un estilo sencillo, directo y sin afectación
que refleja poco o ningún entrenamiento formal o técnico.” Ese era yo, y
también muchos hombres cuyos corazones heridos los llevan a la ingenuidad.
Esto es lo que a menudo impide a un hombre avanzar en el rol que es suyo y que
solo él lo debe llevar a cabo en la Historia más grande.
Estaba “retrocediendo y venido a menos,” y debido a mi ingenuidad, se sentía
normal. Como un hombre tratando de subir y bajar las escaleras eléctricas, estaba
activo y moviéndome pero me estaba cansando y perdía piso, me acercaba a
tocar un fondo peligroso, muriendo un poquito cada día sin saberlo. Con
frecuencia el asentarse con frecuencia pasa desapercibido por años, hasta que un
día un hombre reflexiona sobre todo el daño que recogió y causó, las
oportunidades que dejó pasar, o aún peor, que nunca vio o con las que nunca se
involucró.
Tú y yo hemos sido hechos para más. No para hacer más. Hechos para más.
En la comunidad de recuperación hay un dicho: “Tú no sabes lo que no
sabes”. (¡Eso es ingenuidad!). En la comunidad en recuperación agregamos,
“hasta que finalmente sabes lo que necesitabas saber.”
COMPROMISO
Volvamos a la historia de Corazón Valiente . Para aquellos que han visto la
película, ¿quién puede olvidar al padre de Robert Bruce? Su consejo para su hijo
es fiel a su forma de pensar y a lo que cree es la misión en esta vida. Pero sus
palabras no son ni nobles ni buenas: “Tú admiras a este hombre, este William
Wallace. Hombres inquebrantables son fáciles de admirar. Él tiene coraje.
También lo tiene un perro. Pero es precisamente la habilidad de comprometerse
lo que hace que un hombre sea noble.” Estas son palabras venenosas para el hijo,
palabras que eventualmente condujeron al compromiso del hijo, por no decir del
resto de los hombres de Escocia y del futuro de su pueblo.
Cada hombre escucha voces diciéndole quién es, qué es, y por qué es como
es. Pocos son los que se han tomado la molestia de investigar sus orígenes.
Debido a que las fuentes de las voces no han sido localizadas siempre hay
compromisos peligrosos que tocan a la puerta, invitando al hombre a temer, a
demostrar, o a ocultar. Si un hombre nunca despierta y no se da cuenta de estas
voces internas, que le dicen que sus habilidades interpretativas y concluyentes
no están viciadas, entonces el problema comienza allí. Hay un enemigo con un
interés particular en construir la identidad y la vida de un hombre basadas en
falsas suposiciones y falsedades heredadas.
Hay fuerzas que están trabajando tanto para nosotros como contra nosotros.
Ya es hora que despertemos, veamos, escuchemos y nos involucremos en el
entrenamiento, e ingresemos a la Historia más grande para reclamar nuestros
corazones y nuestra verdadera voz y luego nuestro noble papel como hombres.
Para ser hombres de intachable integridad debemos caminar con Dios y explorar
lo que es noble y bueno dentro de nosotros—y lo que no lo es. Hay algo muy
bueno que Dios busca, alguien a quien Él quiere ver recuperado. Y cuando lo
esté, surge una vida diferente, una vida restaurada y libre. Aquella que el hombre
estaba destinado a tener, a vivir, y a compartir.
No hay nada mejor en la vida de un hombre que cuando la parte más profunda
en él, su corazón, vuelve a ser íntegro. Pero son pocos los que emprenden esa
travesía porque el compromiso ha hecho estragos. En el momento de la
salvación, cuando el hombre nace nuevamente, se le da un nuevo corazón. Ese
corazón ahora es un equipo estándar, y lo va a necesitar. Para el resto de su vida
será entrenado en cómo vivir y amar con su nuevo corazón.
Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré
de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré dentro
de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos y que cumplan
cuidadosamente Mis ordenanzas. Habitarán en la tierra que di a sus padres y
ustedes serán Mi pueblo y Yo seré su Dios. (Ez. 36:26-28 NBLH)
CONVOCADO
Tenía quince años y seguía mi ritual diario. El baloncesto se había convertido
en algo muy importante para mí y era la manera en que quería hacerme
conocido. Ya sea en la entrada del garaje de mi casa o en el gimnasio del
colegio, tiro tras tiro, yo estaban decidido a hacerlo. Un día estaba jugando al
otro extremo del gimnasio donde se estaban reuniendo un montón de hombres
para jugar. Tenían nueve hombres y necesitaban uno más. Todos los tiros, todos
los ejercicios de dribleo, todos los movimientos que había practicado, todas las
horas que de manera colectiva había puesto, estaban siendo invitados en este
momento.
Al principio del partido, los hombres mayores no me prestaban mucha
atención, pero al finalizar el tercer partido, los mejores jugadores estaban
tratando de protegerme, y mis nuevos compañeros de equipo estaban tratando de
conseguir la pelota para pasármela. Desde este incidente, llegué a creer que si
algo importa, entonces todo importa.
Todos podemos mirar hacia atrás a ciertos días en particular que moldearon
nuestras vidas y que nos llevaron hacia un nuevo día. Ciertamente, no tenemos
idea cuán cruciales pueden ser ciertos momentos, salvo que miremos hacia atrás.
Entré a ese gimnasio un joven flacucho e inseguro de quince años, pero salí con
un nuevo ingrediente: la confianza. No era petulancia sino una confianza en
cierne en mis propias habilidades.
Una de mis escenas favoritas, una que jamás se haya hecho en las “películas
para muchachos”, es casi al final de la película El Reino de los Cielos. Es la
época de las Cruzadas y el personaje principal, Balian, había avanzado hasta
ocupar un puesto de influencia. Muchos lo miran para ver lo siguiente que
ocurrirá. Está muy lejos de la herrería donde se inició su historia; lo que él tenía
en su interior para llegar a ser, lo está siendo ahora. Su padre, justo antes de
morir, hizo a Balian un caballero, y ahora tiene frente a él un tiempo de prueba.
En el lumbral de una batalla climática contra las hordas de Saladin, los
defensores de Jerusalén, masivamente superados, tienen la ligera ventaja de
defender la muralla de la ciudad. Un descorazonado obispo declara, “¡No
tenemos caballeros!” En respuesta, volteando hacia cientos de hombres, Balian
les dice que se pongan de rodillas. Luego recitó el juramento que su padre
pronunció sobre él:
“No tengas miedo frente a tus enemigos. Sé valiente y recto, que Dios te ama.
Habla siempre la verdad, aun si te lleva a la muerte. Salva a los desprotegidos
y no hagas el mal. Ese es tu juramento. ¡Levántate como caballero!”
“¿Quién te crees que eres?” exclamo el arzobispo. “¿Vas a cambiar al mundo?
¿Acaso el hacer a un hombre un caballero lo hace ser un mejor luchador?”
Balian fijó los ojos en el arzobispo.
“Sí.”
Todavía tengo que conocer a un hombre que no se sienta inspirado por esta
escena. ¿Por qué? Porque evoca algo muy profundo en nuestros corazones. Cada
hombre quiere importar. Cada hombre quiere contribuir, quiere ser llamado y
quiere hacer la diferencia. Las palabras de Balian hablan a aquel lugar especial
en cada uno de nosotros donde mora nuestro profundo deseo de ser un hombre, y
que alguien lo declare así.
Justo después de decirles que sean valientes, y justo antes de hacerles saber
que se iba, Jesús hizo una declaración similar que cambiaba la vida a un grupo
de hombres a punto de entrar en una batalla:
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los
he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi
Padre. Ustedes no me escogieron a Mí, sino que Yo los escogí a ustedes. (Juan
15:15-16 NBLH)
Los está convocando nuevamente. Están muy lejos de sus redes de pescar y
de sus mesas del libro mayor. Habían visto y hecho cosas que los había
cambiado como hombres. Llegaron a saber quién era Él, y en ese instante
sintieron el peso de ser convocados por Aquel que los estaba llamando. La
mayoría de hombres nunca han sido convocados y por lo tanto nunca les han
dicho:
PRIMERO LO PRIMERO
Todos los hombres hemos sufrido pérdidas, y las volveremos a sufrir. Pero
podemos recuperarnos de las pérdidas más terribles de la vida, incluyendo la más
terrible de todas, el desánimo. Podemos recuperar nuestros corazones de la
esclavitud. Jesús abrió el camino, y debemos transitar por él. Podemos ser
personas con corazones sinceros—no solo por nuestro propio bien, sino también
por el bien de los demás.
Para amar bien a los demás—verdaderamente amarlos de modo que sus vidas
se vean afectadas, dejando una impresión e iniciando cambios—necesitamos
nosotros mismos primero haber recibido y conocido el amor. Cuidar nuestro
corazón no es egoísta; es noble y necesario. ¿Qué ayuda podríamos ser para los
heridos alrededor nuestro cuando nuestras propias heridas continúan
paralizándonos?
Dios ama primero y ama más (1 Juan 4:19). Jesús dice que al recibir de Él
nosotros somos redimidos, renacidos y remodelados en hijos amados. Esos hijos
amados luego pueden convertirse en guerreros, asumiendo la misión y la causa
del Rey a través de una íntima amistad con el Rey. Si un hombre no está
asentado, si no sabe que él es un hijo amado, recibirá con frecuencia patadas en
su trasero a través del desánimo, la desesperación, la rabia, el resentimiento y la
depresión. Pero cuando un hombre bebe profundamente y con frecuencia del
pozo de agua viva, todo cambia. Oh, está hilera de personajes siempre seguirá
llamando, pero no tendrán lugar a donde aterrizar. Ningún lugar para infectar e
incrédulamente, impactar más adelante.
No tenemos que tratar de ser relevantes, porque sabemos que de algún modo
merecimos que murieran por nosotros. Estamos más que solo lavados y limpios:
estamos ahogados en amor. No estoy hablando de una teoría o una teología. Estoy
hablando de ser amado extravagante y excesivamente, y de estar
apasionadamente enamorado. Originalmente fuimos hechos para experimentar y
encontrar el amor de Dios. Fuimos hechos para experimentar y encontrar un gran
romance, una relación de larga data entre dos corazones que han viajado juntos
por años en un matrimonio apasionado e íntimo, como el de un novio y una
novia.
Pero hasta que no experimentemos este amor de primera mano, todo lo que
nosotros los hombres tenemos es un folleto o una teoría. Ver una receta no es
igual que disfrutar al probarla. Leer o escuchar sobre el amor de Dios ayuda,
pero no es igual que probarlo y ver que Él es Bueno. El amor es el punto. El
amor es el primer paso para convertirse en hombre… luego recibir amor, una y
otra vez, y otra vez.
DANDO UN PASO
En diferentes momentos durante su travesía masculina un hombre será invitado a
dar un paso adelante, un paso para intervenir, o simplemente dar valientemente
otro paso, punto. El hacerlo con frecuencia no será conveniente, y jamás parece
ser fácil. Hay momentos en que un hombre tendrá que fijar su mirada, empujar
con el hombro, apoyarse y dar un paso. No se garantizan los resultados, sin
embargo deberá dar el paso y en la dirección correcta. El paso será personal, un
original por cada portador de la imagen. Yo no puedo hacerte el guión, igual que
tú no lo puedes hacer para mí. Tampoco lo podemos hacer para nosotros mismos;
si pudiéramos, exigiríamos mucho menos de nosotros mismos. Pero Dios es el
Autor de nuestras historias, y Él está trabajando, haciendo hombres orientados de
hombres desorientados. Dios está diseñando los pasos de recuperación del
hombre, haciéndolos a la medida de lo que cada hombre quiere realmente ser:
fiero, tierno, lleno de fuerzas y compasión.
El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. (Prov.
16:9 NVI).
DONDE DUELE
Nosotros, que vivimos en esta era de nervios, seríamos sabios en meditar larga y
frecuentemente en nuestras vidas y en nuestros días ante la faz de Dios y al filo de la eternidad.
— A. W. TOZER
La cosa más importante acerca del hombre no es lo que él hace. Es en lo que él se convierte.
— DALLAS WILLARD
E
n mi trabajo de más de una década con hombres, he visto un tema recurrente. Es
una discreta pero sentida suposición de que los hombres son seres que no se
esfuerzan, ya sea en los medios, la cultura o, lo más alarmante, en la iglesia.
He visto las “nuevas” iglesias que proclaman, “No somos la iglesia de tu
abuela”, pero todavía mantienen el látigo en la esquina para persuadir al hombre
a que se someta. La abuela podrá tener alguna ropa nueva, hacer su música más
ruidosa y alegre, y permitirte que dejes la corbata y los zapatos de vestir en la
puerta, pero es todavía su iglesia cuando el mensaje central entregado al corazón
de los hombres no cambia. Semana tras semana, la sutil mentira es reforzada:
“Hombres, ustedes son el problema. Son un desastre. ¡Esfuércense más! Hagan
más, den más y pequen menos. Hombres, tienen que ponerse serios, no estorben,
pónganse en marcha y comprométanse más.
Este aguijoneador mensaje negativo no es ni remotamente suficiente para
sostener a los hombres en su travesía hacia convertirse en lo que están
predestinados a ser, y ciertamente no produce el efecto que aquellos que lo
difunden desean que tenga. Ellos tienen razón en una cosa: nosotros los hombres
estamos hechos para más. Pero el mensaje que ellos están vendiendo pone
presión en el hombre para que utilice sus propios recursos en lugar de los
recursos de Aquel cuya vida puede ser vivida a través de nosotros.
Desafortunadamente ellos están intentando empezar con entrenamiento en lugar
de sanidad y eso no va dar resultado.
Los hombres están exhaustos de que se les diga, “Si tan sólo pusieras más
dedicación, serías mejor. Pero, en realidad, tú no vas a mejorar porque eres lo
que eres—un pecador.” Esta paradoja, que frecuentemente es entregada a los
hombres en la iglesia, les dice que no se puede confiar en ellos, pero que de
todas maneras tienen que esforzarse más. Los líderes religiosos que le dicen a los
hombres convertidos que son simplemente “pecadores y un desastre” y que
luego se enfurecen con aquellos hombres cuando éstos pecan y hacen un desastre
—mmm. ¿Cómo puede esto ser de ayuda? Los hombres se elevan al nivel del
mensaje, pero el mensaje es sumamente inútil y juega a favor de nuestro
enemigo.
Hasta que la sanidad y el entrenamiento de los hombres, se convierta en la
misión central de la iglesia y no sólo en uno de los muchos ministerios que
ofrece, los hombres no van a encontrar lo que necesitan dentro de las paredes de
la iglesia. Los programas y servicios, a menudo recaen sobre el hombre como
tareas: él está gustoso de realizarlas (y necesita hacerlas), pero no va a obtener
Vida de ellas. Cuando el pecado juega en el corazón del hombre, con la culpa y
la vergüenza, él servirá en la iglesia por un sentido de obligación en lugar de por
uno de libertad.
El evangelio es más que solo ser perdonados de los pecados. A pesar de lo
maravilloso que es esto, si nos detenemos aquí, entonces estamos minimizando
la inmensidad, la gloria sin par, de lo que Dios ha logrado a través de Jesús. El
evangelio es acerca de la restauración, de un futuro y una esperanza. Para todos
ustedes, muchachos, que van al grano, he aquí de lo que trata el evangelio en
toda su plenitud:
Dios nos llama a algo mucho más grande de lo que podemos imaginar. Él nos
invita a iniciar una travesía, una travesía con Él, la cual nos transformará en
hombres. En este viaje, nosotros descubriremos que ya se encargaron de
nuestros errores inclusive antes que los cometiéramos. Es una travesía en la
cual nuestro Rey, Dios mismo, es el que continuamente está guiándonos,
entrenándonos, equipándonos, iniciándonos, validándonos y entregándonos
el negocio familiar de Su Reino. Ese es el Rey que llama. Esa misión existe ¡y
nosotros estamos en ella!
JUNUH: No lo sé.
BAGGER: Usted tiene una opción. Puede parar o puede empezar.
JUNUH: ¿Empezar?
BAGGER: A caminar
JUNUH: ¿Adónde?
BAGGER: De vuelta a donde usted siempre ha estado. Y luego párese
ahí—quieto, bien quieto y…recuerde.
BAGGER: Oh, no señor, fue sólo hace un momento. Es tiempo que salga de
las sombras, Junuh.
Mi amigo Kelly era hijo único y cuando lo conocí estaba en sus cincuenta y
pico, él había vivido con una mentira que lo había afectado la mayor parte de su
vida adulta. Durante un verano de vacaciones de la universidad, Kelly estaba en
casa trabajando y haciendo lo que la mayoría de universitarios hacen, pasando el
tiempo y sobreviviendo al hecho de estar de vuelta en su hogar. Una noche de
julio, su papá regresó del trabajo y abruptamente le recordó a su hijo que no
había podado el césped. Kelly lo miró por encima del televisor y respondió tan
bruscamente como le habían hablado, “lo haré mañana”. Lo siguiente que
escuchó fue la podadora encendiéndose y a su papá haciéndose cargo de cortar el
césped.
Y luego vino el momento hiriente, una batalla perdida, de épicas
proporciones. Hubo un grito desde la ventana de la cocina y Kelly se encontró
corriendo atrás de su mamá saliendo por la puerta trasera hacia la podadora
detenida y su padre tendido a lo largo de la línea entre el césped cortado y el sin
cortar. A medida que Kelly me contaba su historia sus ojos se llenaron de
lágrimas, bajó la cabeza y vino su confesión de toda una vida de remordimiento:
“Yo maté a mi padre”.
Muchos de nosotros hemos experimentado el que un amigo nos comparta un
doloroso momento del pasado. La emoción que él muestra es tan intensa como si
el incidente hubiera sucedido solo unos minutos atrás. Él habla y usted lo puede
ver, lo puede sentir: él está en su pasado, transportado hacia ese momento. El
efecto en su corazón es actual y está a la vista.
Jim es un amigo cercano con un corazón tierno. Tú lo puedes ver porque, ya
sea que te esté escuchando contar una dolorosa historia de tu pasado o
compartiendo una del suyo, detrás de sus anteojos sus ojos se llenan de lágrimas.
Docenas de veces él ha recordado un episodio cuando tenía cuatro años y
estaba aterrado durante una tormenta eléctrica. “Recuerdo a mi papá poniéndose
un gran impermeable, me cargó en sus brazos y subió el cierre conmigo adentro,
en su pecho”, dice Jim. “Luego, estrechándome fuertemente, caminó conmigo en
sus brazos afuera, hacia la lluvia”.
Mi papá me dijo suavemente, “Te tengo, Jimmy. Todo está bien; no hay nada
que temer”.
“Todavía estaba tronando y la lluvia cayendo, pero yo le creí.” Jim sonríe
tiernamente pero sus lágrimas aún reflejan dolor. “Ese es el único recuerdo que
tengo de haber estado con mi papá y haberme sentido amado.”
Jim solía contar esta historia con pesar, mayormente porque carecía de otros
buenos recuerdos. Durante muchas otras tormentas en su vida, nadie se preocupó
por su corazón, nadie lo protegió o lo consoló. Pero esta historia es ahora una de
las muchas que se ha re archivado en el corazón de Jim. Ahora él la cuenta para
animar a otros hombres a dar un paso atrás hacia un momento de sanidad y
libertad con Cristo—porque considerar cómo las escenas de nuestra historia
afectan la manera en que vemos la vida y le hacemos frente, es vital para seguir
adelante.
REBUSCAR
¿Cuáles son las probabilidades de que nuestros corazones puedan atravesar esta
gran batalla y salir ilesos? Cero. A fin de poder disfrutar más para lo que fuimos
creados—convertirnos en guerreros que conozcan la libertad y sean confiables,
leales y buenos con los corazones de otras personas—debemos primero
recuperarnos de las heridas de nuestra historia y ser restaurados como hijos
amados. Pero he descubierto que la mayoría de hombres no saben su propia
historia. Ellos se encontraban ahí, pero nunca se tomaron el tiempo de recordar
el viaje de su corazón ni de investigar lo que les había sucedido y el efecto que
les había causado.
Nuevamente, te invito a investigar tu historia con Dios—a saberla, a descubrir
las heridas que guarda y llevar éstas ante Dios para darles tratamiento. Con Su
ayuda, tú podrás obtener respuestas a la pregunta más importante de tu corazón:
¿Quién soy yo realmente—para ti, Dios? A medida que Él reemplaza las mentiras
que tú creíste acerca de ti mismo con verdades, entonces el curso de la batalla
cambiará. Como Jesús prometió, tú perderás una vida y obtendrás otra. En
palabras de A. Tozer, “Nosotros, que vivimos en esta era de nervios, seríamos
sabios en meditar larga y frecuentemente en nuestras vidas y en nuestros días
ante la faz de Dios y al filo de la eternidad. Porque hemos sido creados para la
eternidad tanto como fuimos creados para el tiempo, y como seres moralmente
responsables debemos lidiar con ambos.”
El reescribir tu historia es un paso hacia convertirse en un hijo amado.
Pregúntale a Dios, “¿Qué me sucedió? No hagas que esta pregunta tenga una
sola respuesta rápida; camina con Dios en ella y considera las travesías de tu
corazón. Por favor haz estas preguntas, de manera similar a las anteriores,
¿Cuándo y dónde se dieron los momentos decisivos de mi vida? ¿Qué es lo que
amo? ¿Qué es lo que odio? ¿En qué tengo más esperanza, qué es lo que más
temo? Si alguna vez te has preguntado por qué te sientes de la forma en que te
sientes y por qué crees en lo que crees, las respuestas se encuentran en tu
historia.
Las heridas que se han formado a través del tiempo requieren tiempo para
sanar. Pero recuerda, el deseo de Cristo por sanarte es más grande que tu propio
deseo de ser sanado. De manera que Él pacientemente espera. Él espera que tú
vengas a Él con tus cargas, heridas y esperanzas. Él espera que tú te decidas por
Él para que así Él te pueda ayudar contigo mismo.
El DERRUMBE
Durante mi último año jugando básquetbol universitario, me derrumbé.
Me había matado trabajando por tres años tratando de ganar un puesto como
titular. Ahora, al fin, parecía que todo el sudor e inclusive algunas lágrimas
daban fruto. La pretemporada fue buena y estábamos pronosticados para ser un
buen equipo durante la próxima temporada. Durante el entrenamiento diario,
nuestro entrenador hacía que algunos chicos se voltearan sus camisetas
reversibles para jugar en diferentes combinaciones y situaciones. Siempre
sabíamos a quiénes él estaba observando.
Y luego sucedió. Una noche, en un juego cuando recién se iniciaba la
temporada. Nos reunimos en el vestuario frente a la pizarra y ahí, entre los cinco
titulares…no estaba mi nombre en la lista.
Una profunda pena acompañada de una dosis de rabia y desconfianza llenó mi
corazón. Jugué esa noche, pero se sintió como un premio consuelo, ni
remotamente cerca de llenar el agujero en mi pecho. Así que me escondí. Con
toda intención me refugié en lo que mejor sabía, la manera que había aprendido
para lidiar con el rechazo: “Les demostraré”. Eso significaba más lanzamientos,
correr más, más pesas, todo en más cantidad, un régimen autoimpuesto para
remediar el desánimo.
Todos tenemos nuestros propios remedios, intentos internos para evitar o
parar el dolor. Y así los míos empezaron—otra vez. Largas noches mirando el
techo. Distracciones diurnas para evitar pensar en los sí solo: Sí solo hubiera…sí
solo pudiera…sí solo ellos hubieran …las voces internas que, ingenuamente, yo
pensaba que eran todas mías.
Varias noches en esta saga con clases, la práctica y cenas alargadas y casi con
la medianoche encima, estuve de vuelta en el gimnasio realizando lanzamientos
por mi cuenta. Un lanzamiento exitoso tras otro, veinte seguidos, veinticinco—
esto sólo empeoraba el dolor y la frustración. Finalmente caminé hacia la pared y
me senté. Las lágrimas se empezaron a mezclar con el sudor que caía sobre mi
rostro, uniéndose y cayendo en el piso de madera. Y, al fin, me derrumbé. Mi
corazón frustrado y adolorido lanzó un grito, “Yo amo este deporte”.
Ahí en ese momento Dios apareció. Interrumpiendo mis pensamientos, Él
susurró, “El deporte no te ama de vuelta. Yo sí”.
Él me alcanzó. El hechizo fue roto y a medida que el primer destello de
libertad empezaba a titilar, así también las preguntas: “¿Qué más Dios? ¿De qué
manera? ¡Ayúdame! No sé cómo hacer esto”.
Su respuesta: “Yo puedo trabajar con eso”. Fue como maná para mi corazón.
Te invito a hacer inclusive más preguntas: ¿Qué es lo que estás amando y que
a ti no te ama en retorno? ¿A qué has entregado tu corazón que no te da nada a
cambio? ¿Cuándo aprendiste a recurrir a eso para tener Vida? Las respuestas
están en tu historia .
LIBERÁNDOSE
Las heridas y sus mensajes tienen una manera sutil y notable de acorralarnos y
enjaularnos. Las jaulas vienen en todas las formas y tamaños. Hoy en día las
trampas, engaños y redes de nuestro enemigo son tan sutiles que son pocos los
hombres enjaulados que se dan cuenta de la prisión en la cual están siendo
retenidos. Pero son prisiones, ya sea un sistema de desempeño o un sistema
religioso (los dos son casi lo mismo). De cualquier manera, un sistema creado
que asegure que el hombre se conforme con menos y viva menos, es la misión de
nuestro enemigo.
Si nos vamos a convertir en guerreros, tenemos que ver estas trampas y las
futuras jaulas que están destinadas a retenernos. Debemos ver exactamente qué
es lo que nos ha atado, qué nos mantuvo confinados y controlados. A. W. Tozer
escribió,
Mantener el espíritu del cristiano prisionero es asunto del diablo. Él sabe que el
cristiano creyente y justificado ha sido levantado de la tumba de sus pecados
y transgresiones. De ahí en adelante, Satanás trabaja arduamente para
mantenernos atados y amordazados, prisioneros en nuestra propia mortaja. Él
sabe que si continuamos en esta forma de cautiverio…no estamos mejor que
cuando estábamos espiritualmente muertos.
¿PUEDO AYUDARTE?
La Biblia tiene una manera de siempre desarrollarse y convertirse en más para
aquellos que frecuentan sus páginas. Como el Gran Cañón o cualquier otro bello
paisaje, todas las historias de las Escrituras ofrecen mucho más de lo que a
primera vista se puede captar. Esa es una asombrosa realidad acerca de las
Escrituras: cada vez que tú las tomas éstas tienen el potencial para devenir en tu
vida como un aprendiz de Cristo. A continuación esta un pasaje que, en mi
travesía, recientemente cambió de blanco y negro a colores:
Más tarde cuando Jesús cenaba en la casa de Mateo con Sus seguidores, llegaron
muchos personajes de mala reputación y se unieron a ellos. Cuando los
fariseos vieron que estaba con esta clase de compañía, tuvieron una rabieta y
se la agarraron con los seguidores de Jesús. “¿Qué clase de ejemplo es este de
parte de su Maestro, siendo tan amistoso con estafadores y gentuza?” Jesús,
oyendo esto, contestó, “¿Quién necesita un médico: la persona saludable o el
enfermo? Vayan y vean lo que significa esta Escritura: ‘Pido misericordia, no
religión.’ Estoy aquí para invitar a forasteros, y no consentir a los de casa.”
(Mateo 9:10-13 Traducción informal de la Biblia El Mensaje )
Él me ha ungido [el Ungido, el Mesías] para predicar las buenas nuevas (el
Evangelio) a los pobres; Él me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos
y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos [que están
pisoteados, magullados, derrumbados, destrozados por la calamidad] (Lucas
4:18)
¡Quiero mejorarme!
¡Quiero sanarme!
¡Quiero ver!
Ahí está, ya lo dije.
SI ACUDES A MÍ . . .
Cada una de mis hijas ha estado molesta conmigo en algún momento. Viene con
el territorio y el título de “Papá”. Justo el otro día mi hija Hannah, la del medio,
me arrestó (en su mente) por no permitirle hacer algo que yo sabía que no era
bueno para ella.
Después de tres días de sufrir la ley del hielo, ella me llamó llorando, alterada
por algo que recién había sucedido en la escuela. Muy a menudo el dolor triunfa
sobre el enojo, y así de rápido estaba otra vez invitado al juego, de vuelta a un
rol que amo y a un lugar importante dentro de su vida. Cuando ella llamó, no era
el momento para un sermón de cómo ella me había tratado los últimos tres días;
era el momento de cuidar de ella y entrar en su dolor. Estaba muy contento de
que ella hubiera acudido a mí.
Ocasionalmente Jesús se enojaba un poco, se molestaba con Sus discípulos y
frecuentemente estaba en desacuerdo con los líderes religiosos de Su tiempo.
Yo creo que lo que más le molestaba y le causaba más dolor era que ellos no
acudían a Él. Ellos no dejaban que Él los amara. El Evangelio de Juan cita una
profecía de Isaías en relación a las personas que Jesús amó, personas a las que
Él vino a dar sanidad y que sin embargo lo mantuvieron a distancia:
Sus ojos están ciegos, sus corazones endurecidos, para que no vean con sus ojos
y entiendan con sus corazones, y me busquen, Dios, para Yo poderlos sanar.
(Juan 12:40 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
Esto viene justo antes de que una audiencia incrédula viera y oyera a un
“Jesús molesto” hacer una invitación proveniente del Hijo de Dios acerca del
Hijo de Dios:
Yo soy la Luz que ha venido al mundo para que todos los que crean en mí no
permanezcan más en tinieblas. (Juan 12:46 Traducción libre de la Biblia El
Mensaje )
¿Puedes escuchar la pizca de ansiedad en la voz de Jesús? Por favor, por favor
escúchame. A cualquiera que cree en mí—le espera una vida verdadera. Tú no
tienes que seguir tropezando en la oscuridad. ¡Por favor, déjame ser tu luz!!
Traer a Dios las cosas quebradas es una necesidad y una provisión gloriosa de
nuestra relación con Él. Él sabe dónde nos duele, pero Él quiere que nosotros lo
sepamos, y a veces también que sepamos de donde proviene, y quiere que
nosotros llevemos esos dolores y nuestras historias a Él. Dios dice que nunca nos
dejará ni nos abandonará. Él dice que se identifica con cada uno de nuestros
dolores. Él dice, “Yo te amo. Puedes confiarme tu corazón, tu historia y tu
renovación.”
SE REQUIERE SANIDAD
Como he mencionado, no te dejes engañar por el pensamiento de que todos
estamos en el mismo camino angosto o en el mismo lugar en ese camino. Cada
hombre está en su propia travesía con Dios para recuperarse y convertirse, y los
detalles quedan entre cada hombre y el Padre. La pizarra de mi vida es tan única
como lo es la tuya. Como hombres tenemos mucho en común, pero nunca somos
idénticos.
En el pasaje de Juan 12 arriba mencionado, se ve claramente lo que Jesús
desea hacer. También está bastante claro que las personas no dejan que lo haga.
Gran parte de nuestra comprensión del Evangelio depende de cómo escuchamos
a Jesús, de cómo lo percibimos cuando nos entrega Su palabra. ¿Está Jesús
molesto y amenazante o anhelante y cálido? Sus años de ministerio no fue el
único momento donde Él sintió el aguijón de que estaban tomando ventaja de Él,
y tampoco fueron los últimos. Su oferta sigue en pie hoy en día con la loca
esperanza de que aprovechemos al máximo Su invitación. Sin embargo muchos
todavía se rehúsan a permitir que Él los ame—y no estoy hablando de los no
salvos, los que no se congregan o los que no están al tanto.
No puedo dejar de insistir. Se requiere de sanidad para poder llegar a ser un
hijo amado. Esta es la base sobre la cual el Padre reconstruirá a un hombre. Dios
desea reconstruir a un hombre para que sea lo que todo hombre anhela ser:
fuerte, valiente, férreo y cariñoso. En lo más profundo, todo hombre anhela estar
dispuesto a ayudar, a marcar la diferencia, a entregar su vida a algo más grande
que él mismo y a una causa por la que valga la pena luchar. Cada hombre tiene
eso en él para ser un hijo amado y luego un guerrero.
Nosotros llevamos la imagen del Hijo Amado. Dios quiere recuperar a los
portadores de Su imagen para poder sanarlos, entrenarlos, equiparlos y luego
soltarlos en una batalla donde muchos están esperando que los hijos de Dios se
unan a la pelea por la libertad. Si verdaderamente entendimos lo que el Padre
quería, ¡entonces nos inscribiremos para ser socios y colaborar con Él para la
sanación y la restauración de nosotros mismos! ¿Aceptaremos la oferta del
Padre? ¿Tomaremos la mano de Jesús? ¿Dejaremos que el Espíritu Santo haga lo
que está deseando hacer? ¡Es una entrega que trae con ella unos beneficios
grandiosos y gloriosos!
EL SER AMADO
Y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma, y vino una voz
del cielo que decía: “Tú eres Mi Hijo amado, en Ti Me he complacido.”
— LUCAS 3:22
Junto con el Espíritu, una voz: “Tú eres mi Hijo, escogido y marcado por mi amor, el orgullo
de mi vida.”
LUCAS 3:22 (TRADUCCIÓN LIBRE DE LA BIBLIA EL MENSAJE)
EL AMOR DE UN PADRE
Ser amado es eso, ser profundamente querido y bienamado— ¡y lo somos!
(Romanos 5:8; 1 Juan 4:10; 1 Juan 3:1-2.) Pero experimentar el ser amado es
nuestra elección. Dejar, permitir, buscar, participar, alcanzar la mano de nuestro
Padre, deslizarse en Su regazo…todas estas expresiones describen lo que
necesitamos hacer una y otra vez para recibir el amor de Dios, esa es nuestra
parte en la colaboración. Hacerlo llena y satisface nuestra relación con el Padre.
Su búsqueda amorosa de nosotros va de la mano con nuestro deseo de ser
alcanzados.
¡Oh, cuánto necesita un hombre esta clase de relación si alguna vez ha de ser
verdaderamente un hombre! Y no es una propuesta de una sola vez y se acabó.
Dios la ofrece continuamente porque la necesitaremos continuamente. Esta
conexión con Dios alinea Su corazón con el nuestro, Dios es el dador y
nosotros los receptores. Recibir continuamente Su amor produce lo que este
mundo y sus imitaciones nunca pueden dar—un corazón asentado.
¡Experimentamos la luminosidad y la bondad de ser amados! Pero al igual que
una taza con tapa, debemos destapar nuestro corazón y abrirnos a ser amados;
de otra manera Dios no podrá derramar Su amor en nosotros.
Pablo escribió a los Efesios:
TIPOS DE CRISTO
En la historia Del León, la Bruja y el Armario, C.S. Lewis nos ofrece una imagen
gloriosa de nuestro valor. Aslan, el gran león, ha llegado a asociarse con Pedro,
Susana, Edmundo y Lucía y restauran todo Narnia, que se encuentra bajo la
maldición de un invierno perpetuo sin Navidad. Un tipo de Cristo, Aslan, va a la
mesa de piedra (simbolizando la Cruz) para redimir a Edmundo, el hijo de Adán
(el portador de la imagen).
Habiendo pagado el terrible precio de muerte por el rescate de Edmundo, el
resucitado Aslan le dijo a Lucy y Susana cómo se logró la “profunda magia” de
su obra redentora: “Significa,” dijo Aslan, “que aunque la bruja sabía de la
magia profunda, hay una magia aún más profunda que ella no conoce… ella
tendría que haber sabido que cuando una víctima voluntaria que no ha cometido
traición alguna la mataban en un lugar de traidores, la mesa (de piedra) se partía
y la propia muerte empezaba a trabajar hacia atrás.”
Vemos este tema repetidamente en todas las historias épicas. En la película El
Gladiador , Máximus, asesinado en la arena por la libertad de sus hombres y de
Roma, susurra al morir, “Ahora Lucius está a salvo.” En Corazón Valiente
William Wallace no se compromete ni compromete a la misión que lo encontró,
así que lucha por la libertad e inspira a toda una nación a no pactar ni hacer
concesiones. Al final de la película, el narrador dice refriéndose a la muerte por
tortura: “No tuvo el efecto que Longshanks pensó que tendría. En cambio, en el
año de nuestro Señor 1314, patriotas de Escocia, hambrientos y superados en
número, atacaron los campos de Bannockburn. Lucharon como poetas guerreros.
Pelearon como escoceses. Y ganaron su libertad.”
El señor Darcy viene a buscar a Lizzy ( Orgullo y prejuicio) ; Nathaniel rescata
a Cora ( El Último de los Mohicanos ); Jack muere para que Rosa viva ( Titanic );
Noah le lee a Ally y ella recuerda ( Diario de una pasión ); porque Ray lo
construye, su padre viene y hay restauración (Campo de Sueños). Todas las
cosas que mueven nuestros corazones en estas grandes historias son solo
sombras de la Historia más grande.
Todos estos personajes, estos prototipos de Cristo personificados en los relatos
épicos, toman prestadas las fuerzas y heroicos argumentos del único y verdadero
Héroe. Todo lo que amamos de estos héroes lo encontramos siendo verdadero
en nuestro Salvador y Rey que cambió lugar con nosotros para que podamos ser
libres (Gal. 5:1). Él viene; Él rescata; Él defiende; Él se sacrifica, y muere
invitándonos a vivir. Él restaura todo por amor, y en amor mueve nuestros
corazones a la libertad.
La libertad que Cristo compró fue una libertad del castigo y de la presencia
del pecado en nuestras vidas—librarnos de y ser libres para convertirnos. Libres
para ser más, para convertirnos en quienes verdaderamente somos por dentro
para así ser . Esto no es solamente un buen acuerdo para nosotros. Dios también
se beneficia enormemente. Obtiene lo que Él desea. Él recupera los deseos de Su
corazón, lo que con más vehemencia persigue: los portadores de Su imagen, Sus
amados hijos, y la oportunidad de amarlos.
Una y otra vez contamos relatos de amor y sacrificio, de rescate y redención,
de lo bueno contra lo malo, todo con la esperanza de la gran línea: “Y vivieron
felices para siempre.” No solo miramos estas historias. Las sentimos . Sin
embargo, con demasiada frecuencia esta respuesta del corazón se pierde en la
traducción. Nosotros los hombres no somos capaces o no estamos dispuestos a
ver y a escuchar estas historias, que son el reflejo de nuestras historias en el
contexto de la Historia más grande. Los héroes en las historias que nos inspiran
nos invitan a ver para qué están hechos nuestros corazones. Cuando no podemos
conectar los temas de estas historias con los temas en nuestras propias historias,
entonces nos perdemos la Historia más grande a la cual estamos siendo
llamados. A menudo perdemos nuestro momento de dar un paso adelante y de
desempeñar el papel de héroe porque no vemos ni oímos esos momentos de
invitación. Oportunidades de amar bien, pelear bien, y ofrecer una verdadera
presencia masculina, compasión y fuerzas.
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de
la nube diciendo: “Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido;
óiganlo a Él. (Mt. 17:5; cf Lc. 9:34-35; Mc. 9:7 NBLH)
En estas escenas me imagino una voz grave y amorosa, tipo la de James Earl
Jones transmitiendo definitivamente el profundo amor que un padre quiere
expresar acerca de su hijo: “Este es mi hijo.” ¡Qué afirmación, qué validación y
qué amoroso! “Orgulloso” podría ser la mejor palabra que podemos utilizar hoy;
“muy complacido” sería cómo se entendió en el Siglo 1. ¿Qué hijo no anhela
tales palabras? ¿Y qué buen padre se abstendría de decirlas? No es difícil para
mí imaginarme que Jesús tuvo más de estos momentos, recibiendo más
validación y más indicaciones de Su Padre. Momentos tranquilos y privados que
compartieron juntos, Padre e Hijo. Quizás sea por eso que Jesús se escapaba tan
seguido a pasar un buen momento con Abba-Papito. Algunos de mis amigos
cuyos padres han fallecido me dicen, “¡Qué no haría yo para tener un día más
con él!” Sospecho que Jesús también conocía ese sentimiento y se conectaba con
Su Padre tan a menudo como le era posible.
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al
desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo (Lucas 4: 1-2
NVI).
Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para
dar su vida en rescate por muchos. (Marcos 10:45 NVI)
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
(Lucas 19:10 NVI)
Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10 NVI)
SIENDO AMADOS
Uno de mis primeros recuerdos se remonta a cuando yo tenía más o menos
cuatro años de edad y mi hermano menor tres. Al final de cada día, él y yo nos
poníamos en alerta, para escuchar que el Chevy de mi papá con cola de abanico
llegara y se estacionara en el pasillo del garaje. Papá normalmente nos alertaba
tocando un par de veces la bocina. Mi hermano y yo jadeábamos, saltábamos y
corríamos gritando, “¡Ya llegó a casa, ya llegó a casa!” Mi mamá también se
unía saltando con nosotros y agregaba al drama con un “¡Apúrense, apúrense!”,
mientras se dirigía al armario en el pasillo, cogía una manta grande y la llevaba a
la sala. Esa era nuestra señal para agacharnos de rodillas y meter nuestros brazos,
piernas y cabezas; entonces mamá sacudía la manta como si estuviera
extendiéndola para un picnic y nos cubría a los dos, escondiéndonos de nuestro
papá justo a tiempo.
Nuestro papá entraba a la casa gritando: “¡Hola mamá! ¿Dónde están los
niños? Luego decía lo más alto posible, “¿Estarán en el armario?” girando la
perilla y abriendo la puerta del armario.
“Nooo, no están en el armario. ¿Estarán en la cocina?” Podíamos escuchar el
ruido de las sillas de la cocina cuando las movían y las volvían a colocar en su
sitio.
Ya para entonces, mi hermano y yo estábamos por estallar. Papá volvía a la
sala dónde nos levantábamos y saltábamos gritando, “¡SORPRESA!” Lo que
ocurría a continuación era Ser amados: dos niños y su padre, enredados en una
manta, riendo, haciéndose cosquillas y abrazándose. Eso es ser amado, ser
ferozmente perseguido con afecto. No estoy seguro quién lo disfrutaba más, si
papá o nosotros los chicos.
Cuando liberemos a Dios de la mentira de que Él es un dictador enojado, que
tiene mejores cosas que hacer, o que es simplemente un observador distante y
casual, y lo aceptemos como Padre de todos los padres, entonces quizás
comencemos a saber que realmente somos Sus hijos amados. La cruz
generosamente logró más que el perdón. Nos permitió el privilegio de estar
reunidos, de sentir nuestro valor e importancia para un Padre que pagó con todo
lo que tenía para liberarnos (Ro. 5:8; Ga.5:1; Lucas 19:10; Juan 3:16; I Co.6:20).
Si no recibiste esta clase de amor de tu padre terrenal (y demasiados hombres no
lo han recibido), entonces necesitas volverte a tu Padre Dios. Él te proveerá ese
amor a tu corazón.
EXPERIMENTANDO LA VERDAD
El papel y la misión de un padre terrenal es caminar con Dios de tal manera que
muestre a sus hijos (e hijas) cómo es el Padre celestial y, en algún momento,
invitar a su hijo a volverse al Padre para seguir recibiendo Sus cuidados
paternales. El autor y consejero John Eldredge dice en Fathered by God [El
Cuidado paternal de Dios], “No se espera de nosotros que descubramos la vida
por nuestra cuenta. Dios quiere guiarnos como un padre. La verdad es, que por
mucho tiempo nos ha estado brindando Sus cuidados paternales—nosotros
simplemente no hemos tenido ojos para verlo. Él quiere brindarnos Sus
cuidados de una manera más íntima, pero debemos estar listos para recibirla.”
Pero puedes estar seguro de esto: las líneas de intimidad y comunicación para
recibir amor de nuestro Padre Dios han sido infiltradas. Saboteadas.
Comprometidas. Así que el primer cautivo que debe ser liberado soy yo.
Al asociarse con Dios, un hombre puede capturar aquello que lo ha
atormentado: los agentes de las tinieblas que se burlan, asaltan y trabajan para
construir y utilizar el falso yo de un hombre para enredarlo, esclavizarlo y
abrumarlo (2 Pedro 2:20, Ga. 4:9, He. 12:1). Recuerda que Juan 10:10 (NVI)
tiene una Parte A: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir.”
Gracias a Dios por la Parte B: “yo he venido…”
Con cada recuperación que se logre hacer de lo que se perdió, se robó o se
mató en el corazón de un hombre, el hombre se vuelve cada vez más y más libre.
La libertad de recibir amor trae como resultado que un hombre se vuelva más
completo, y al estar completo aumenta la libertad del hombre para ofrecer y
otorgar amor. Y de eso trata toda la batalla: el AMOR—la capacidad de un
hombre de amar y su creciente habilidad de amar a otros. El Creador de nuestros
corazones sabe cómo tratar nuestras heridas y sanarlas, sacando lo antiguo y
reemplazándolo con lo nuevo. La verdad reemplaza a las mentiras. Y así como
cada momento lacerante es una experiencia, así también es una experiencia
cuando la verdad viene y reemplaza a la mentira en su travesía con Dios. Jesús
dijo:
¿QUÉ TE SUCEDIÓ?
¿Y qué si la finalidad del papel de los hijos amados fuera el siguiente?:
Les aseguro, muy solemnemente les digo, el que cree en Mí, las obras que Yo
hago, él las hará también; y aún mayores que éstas hará, porque Yo voy al
Padre. (Juan 14:12)
CUIDADO PATERNAL
EL PADRE PRÓDIGO
Una gran parte de la misión de Cristo fue aclarar sobre el corazón del Padre. La
mayoría de las enseñanzas y las parábolas de Jesús incluían una “inteligencia”
significativa sobre el Padre. Después de todo, no se puede hablar del Reino y no
hablar del corazón de Dios. Casi todas las parábolas que Jesús cuenta son una
invitación para ver al Padre.
Por ejemplo, toma la parábola conocida como “El hijo pródigo.” Quizás se le
debe dar otro título. La palabra pródigo significa “gastar recursos libre y
negligentemente; ser derrochador…extravagante…tener y dar algo de manera
extravagante.” ¿Quién está haciendo pródigo aquí?
Cuando [el hijo] todavía estaba bastante lejos, su padre lo vio. Con su corazón
latiendo fuerte, corrió, lo abrazó y besó. El hijo comenzó a hablar: “Padre he
pecado contra Dios, he pecado contra ti; no merezco ser llamado tu hijo
nunca más.” Pero el padre no estaba escuchando. Estaba llamando a los
criados. “Rápido. Traigan un juego de ropa limpia y vístanlo. Pónganle el
anillo de la familia en su dedo y sandalias a sus pies… ¡Vamos a tener una
fiesta! (Lucas 15:20-24- Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
¿Es esta historia realmente sobre el hijo que huyó? ¿Qué si Jesús estaba
compartiendo la historia para resaltar al Padre? ¿Y qué si, al contarla, Jesús
estaba pronosticando lo que Él mismo haría un día por Pedro, restituyendo a
aquel que lo negó tres veces (Juan 21:15-19)?
El amor extravagante, opulento—nos atreveríamos a decir insensato— del
Padre que redime está listo para sanar nuestro más grande dolor. La reacción
del padre fue tan desbordante que el hijo mayor, que nunca estuvo por mal
camino, respondió, “¿Realmente? ¿En serio, papá? ¿Vas a hacer eso para este
derrochador, traidor y deshonroso hijo tuyo?”
En pocas palabras, el Padre respondió, “¡Sí, sí y sí !”
Y el Padre no queda allí tan solo con Sus hijos. No. Toda la creación está
incluida en el reparto de Su amor y cuidados.
¿Qué tipo de regalos estás recibiendo del Padre? ¿No puedes escuchar a Jesús
diciéndole a Su Papá lo grandioso que Él es? En el pasaje anterior todavía es la
pretemporada antes que el don del Espíritu Santo fuera plenamente enviado en el
día de Pentecostés. Ahora que tenemos el Espíritu Santo, los dones deberán
continuar más allá de tan solo un momento. Deberán fluir y caer continuamente
en el umbral de nuestro corazón. Los hijos amados con sus ojos para ver y sus
oídos para escuchar saben de lo que estoy escribiendo. El Padre desea
profundamente que Sus dones lleguen a nosotros para que podamos ver y oír y
experimentar que Él es Bueno y guarda cosas buenas para nosotros a medida que
Él nos va haciendo hombres.
ES UNA TRAMPA
Porque estamos destinados a un amor tan glorioso e importante, todos estamos
preparados para una caída: decepción, tristeza y rechazo. Es una trampa porque
hay un adversario, un gran villano en nuestra historia que está empeñado en
asegurarse de que no sepamos y no experimentemos el amor incondicional .
Nuestras historias están llenas de gente, otros portadores de imagen que aman
de manera imperfecta. Existen fuerzas oscuras en la historia de cada hombre que
se aseguran de que él sienta, oiga y experimente…
Estás solo.
No confíes en nadie
Arregla tú mismo la vida y el amor (validación, aceptación, y valía).
SI ME HAS VISTO A MÍ
Después de todo lo que pasaron juntos, todos los milagros, enseñanzas, fogatas,
largas caminatas, momentos en medio de las multitudes, y momentos tranquilos
y privados, a pesar de todo esto los discípulos todavía no lo captaban del todo.
Hasta el final de la vida de Jesús, hubo más de unos cuantos malentendidos que
revoloteaban por allí entre sus amigos más cercanos sobre exactamente quién era
Él y cómo funcionaría todo. Habían acompañado a Jesús tres años. Su gran
expedición se convirtió en la de ellos. Ellos estaban allí ; ellos fueron testigos del
enorme trabajo de Jesús, más momentos de sanación y enseñanzas de los que
sería posible registrar (Juan 21:25).
Sin embargo, en las últimas horas de la vida de Jesús, uno de sus amigos más
cercanos le pidió: “Muéstranos al Padre.” Básicamente Jesús le respondió, “Lo
hice,” probablemente con una de las clásicas sonrisas de Jesús. “El que me ha
visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:8-14 RV).
Si ellos no lo entienden, ¿qué posibilidad tenemos nosotros de verlo a Él por lo
que Él es realmente? “El Padre y yo somos uno,” dijo Jesús en Juan 10:30. Todos
hemos juzgado mal a Jesús. Al descubrir que yo tampoco no lo entendía, me he
dado cuenta de que Él se preocupe mucho más por aclarar las cosas que yo de
entenderlas. El que yo entienda es prioritario en Su lista, y el hacerlo con amor,
bondad, misericordia y gracia parece ser Su método favorito. John Eldredge
escribió en La Travesía del Corazón Salvaje:
AMOR NOTORIO
Si había algo por lo que Jesús destacaba era por Su amor. Dondequiera que iba
amaba a la gente, proporcionando más y más y más evidencia de cómo se ve
realmente el amor. Jesús es el amor personificado. Jesús me prepara una y otra
vez. Comienza con venir hacia mí. Y a cambio, Él quiere que yo vaya hacia Él.
Cuanto más Él me sana, más quiere que yo camine con Él. En algunas de las
paradas a lo largo del ministerio de Jesús, Él declaró que, en efecto, “No más
sanidad. Ustedes no me quieren a mí—ustedes quieren el milagro. Pero no hay
milagro sin mí” (Mat. 12:38-42). Cuando lo conseguimos a Él, conseguimos
sanidad. ¿Recuerdas la historia de los diez leprosos en Lucas 17? Luego de ser
sanados, uno regresó. Solamente uno. Solo uno quiso a Aquel que sanaba, y no
solo a la curación de su enfermedad.
En un momento crítico del ministerio de Jesús, los discípulos se enfrentaron a
la opción de seguir al resto de las multitudes que le estaban dando la espalada a
Jesús. Pedro intervino en nombre de los doce: “¿Adónde iremos? Tú tienes la
vida” (Juan 6:67-68). El pescador de hombres tenía la idea correcta. Años más
tarde, un anciano y maduro Pedro escribió a las iglesias del Siglo I:
Que la gracia (el favor de Dios) y la paz (que es el bienestar perfecto, todo lo
necesario, toda la prosperidad espiritual, la libertad de los temores y de las
pasiones agitadoras y los conflictos morales) sean multiplicadas a ustedes en
el conocimiento [pleno, personal, preciso y correcto] de Dios y de Jesús
nuestro Señor. Pues Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que
[son necesarias y adecuadas] para la vida y la piedad, mediante el
conocimiento [total, personal] de Aquel que nos llamó por y para Su propia
gloria y excelencia (virtud). Por ellas Él nos ha concedido Sus preciosas y
maravillosas promesas, para que a través de ellas pueda escapar [huir] de la
decadencia moral (deterioro y corrupción) que hay en el mundo por causa de
la codicia (lujuria y avaricia), y ser partícipes (participantes) de la naturaleza
divina. (2 Pedro 1:2-4)
¡Cuán correcto estaba Pedro la primera vez! “¿Dónde iremos? Tú eres vida.”
Me parece como que el Pedro de muchos años más tarde está dando a probar
algo que ha acumulado de su tiempo como amigo de Jesús. Pedro se siente
obligado a compartir.
ABBA, PADRE
Todo se vuelve un poco desordenado cuando nuestras experiencias de vida nos
dicen, Ese tipo de amor—el amor perfecto—no existe. Sí existe, y no solo son
palabras en una página o teología en un libro. Es mucho más, y mucho más
grande que eso. Aquellos que lo han experimentado escribieron sobre él para
proporcionar un punto de referencia bíblico para que pudiéramos saber que
cuando el amor de Dios nos alcanza, es verdad. Nuestros corazones están, por lo
tanto, tranquilos y seguros que tal amor existe.
Pablo dice en Romanos 15:13,
Que el Dios de vuestra esperanza los llene de toda alegría y paz en creer
[mediante la experiencia de vuestra fe] que por el poder del Espíritu Santo
abunden y rebosen (desborden) con esperanza.
¡Oh, tener esperanza nuevamente! Está muy lejos de ser “irrelevante” o “sin
novedad.” El amor del Padre tiene un efecto tangible. Si no ha tocado a tu puerta
últimamente, si no has sido invadido por Su amor, entonces ya llegó ese
momento. Si no has sentido la piel de gallina, o te has sofocado de calor, o has
sentido escalofríos, o sentido que el gozo está llenando tu ser, calentándote,
llevándote a un lugar—si no te has sentido aturdido— ¡entonces ya es tiempo!
La pregunta es, ¿lo ves? En Romanos 8, Pablo dice que podemos estar
seguros que “en nuestras vidas cada detalle de amor para con Dios ayuda a bien”
(v. 28 Traducción libre de la Biblia El Mensaje ). Unos cuantos versículos más
adelante, Pablo concluye el capítulo con,
Estoy convencido más allá de la duda (estoy seguro) que ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni cosas inminentes y amenazadoras por venir, ni los
poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá
separar del amor de Dios en Cristo Jesús Señor nuestro. (v. 38-39)
LA ESPADA DE ARAGORN
El aire esta frío, pero el sol me está calentando mientras estoy sentado
nervioso, con esperanza pero también preparado para una decepción.
Jamás he hecho esto antes. ¿Qué si Dios no me contesta? ¿Qué si no estoy
listo o si no soy lo suficientemente bueno? ¿Y si me responde y no es bueno?
Sentado allí al costado de la montaña, mirando kilómetros del valle que está
abajo, estoy experimentando incertidumbre, temor y un sentimiento de que no
estoy calificado. Sin embargo, estoy aquí de todos modos, optimista de que si
esto funciona, cambiará todo.
¿Qué piensas de mí, Padre? ¿Quién soy yo para ti?
Me siento, inmóvil y escuchando, esperando una respuesta. Nunca he hecho
esto antes. Es la primera vez que le hago al Creador de todo lo bueno una
pregunta tan personal.
Todas mis anteriores conversaciones con Dios en los últimos treinta y tantos
años de mi vida no han sido realmente conversaciones. Han sido más monólogos
que diálogos. Yo acaparaba toda la conversación y Él se limitaba solo a
escucharme. Yo le daba mi lista con la esperanza de que tuviéramos tiempo de
llegar a ella.
No ahora. Esta vez he hecho una pregunta y estoy esperando una respuesta.
No toma mucho tiempo—las distracciones, me refiero. ¡Oh mira este pájaro!
Me pregunto qué tipo de roca es esta. Guau, las nubes se ven tan esponjosas.
Volviendo a lo mío, cierro mis ojos y vuelvo a mi pregunta, ¿ Dios, que
piensas de mí? ¿Quién soy yo para ti?
Mis pensamientos se van a la historia épica El Señor de los Anillos y el
personaje Aragorn. Me encanta esa historia, y me encanta en quién se está
convirtiendo Aragorn en su travesía. Es valiente, corajudo, fuerte e ingenioso.
…
Nuevamente desviándome. ¡ Caray , s oy pésimo en esto!
Dios, ¿qué piensas de mí, y quién soy yo para ti?
El personaje de Aragorn nuevamente invade mis pensamientos y mi tiempo
con Dios. Me encanta cómo pelea por una causa más grande que él, todo el
tiempo lucha con un profundo secreto. Me encantan sus amigos y la comunidad
de la cual él es parte. ¡Mala pata! Vamos, Thompson. De vuelta a la oración. Esto
es serio. ¡Deja de tontear!
Demasiado tarde. Ya se acabó el tiempo. Tengo que regresar al retiro con los
demás hombres. Levantándome del suelo, mi conclusión fue, “o Dios debe estar
ocupado o no lo estoy haciendo bien.” Ninguna de las dos respuestas me hizo
sentir bien.
Avancemos ocho semanas. Es mi cumpleaños número cuarenta. La familia ha
venido a la ciudad y hemos tenido un excelente día. ¡Torta, tarjetas y regalos!
Allí, entre la pequeña pila de regalos y tarjetas había una caja larga—
realmente larga y angosta. Había estado lanzando señales para un rifle, y por lo
que veo, pareciera que hoy llegó el día. Pero, por otro lado, también pueden ser
palos de golf. Mi papá y hermano son buenos golfistas y siempre están tratando
de que yo pueda jugar mejor. Todavía no funciona, pero siempre aprecio sus
esfuerzos.
Todos los regalos ya están abiertos a excepción de este. Obviamente, es el
¡MÁS GRANDE!
Realmente me siento un poco aturdido abriéndolo. Saco la tapa…mis ojos ven
lo que hay adentro…
Me quedé pasmado.
De pronto estoy en la sala de mi casa y también de vuelta al costado de la
montaña en el retiro de hombres, porque en la caja brillaba hacia mí la espada de
Aragorn.
Las lágrimas se empiezan a acumular. Siento un calor entrando por todo mi
cuerpo. Pasaron segundos. Nadie dice nada.
Entonces mi esposa, Robin, interviene. “¿Te gusta? No estaba segura qué
espada comprarte. Había docenas para escoger. Solo sabía que Dios quería que
yo te diera una espada. Varias semanas atrás Él lo puso en mi corazón. Yo tenía
otra escogida para ti pero sentía que no era la correcta—entonces ésta vino a mí
como una opción en el sitio Web. ¿Está bien? ¿Te gusta? Es la espada de…”
Ya lo sé. Dios se asoció con mi esposa para darme una espada y no cualquier
espada. Esta espada en particular.
La espada de Aragorn.
Mi esposa y mi Padre han hecho esto: me han afirmado, me han validado y
me han invitado a ver quién soy.
Esto— esto —es ser amado.
El Padre me ha dado muchos, muchos otros regalos desde que me dio la
espada. Pero sé que no soy el único por quién Él hace esto. ¿Qué has recibido tú ?
¿De qué manera te está mostrando el Padre quién eres tú?
El Padre está trabajando en la autoría, perfeccionamiento y en la
reconstrucción de algo. Ese algo en realidad es un alguien—tú y yo. El Padre está
convirtiendo a Sus hijos en hombres, hombres fuertes y buenos que portan Su
imagen. Se comienza con una base de recibir amor y avanza sanando nuestros
corazones por todos los medios necesarios para convertirnos en Sus hijos
amados.
Pues verás, son los hijos amados a los que Él desea confiar Su poder y
autoridad. Algunas de las lecciones son duras. Pero eso es lo que hace que la
“ceremonia” de conversión sea tan buena. Es el proceso que nosotros, los
portadores de Su imagen, debemos seguir para que se nos redima y restaure la
Vida. Como he compartido…no termina aquí. Estamos entonces llamados a ser
Sus íntimos aliados, los pacificadores, los guerreros valientes y compasivos,
intrépidos y afectuosos –los guerreros de Su reino, los hombres que saben cómo
pelear y también cómo bailar.
Dios nos hizo: nos inventó como el hombre inventa una máquina. Un automóvil
está hecho para funcionar con gasolina, y no podría funcionar adecuadamente
si se le pusiera cualquier otra cosa. Bien, Dios diseñó a la máquina humana
para que funcionara con Él. Él mismo es el combustible en el cual nuestros
espíritus fueron diseñados para arder, o el alimento con el cual se nutren. No
hay otro. Por eso es que no es bueno pedirle a Dios que nos haga feliz a
nuestra manera sin preocuparnos de la religión (fe). Dios no nos puede dar
felicidad y paz separados de Él, porque no está allí.
“Dios es amor,” escribió el apóstol Juan. Así que propongo que el amor sea el
combustible destinado a que nuestros corazones funcionen con él, porque amor
es lo que desesperadamente anhelamos y necesitamos. Pero no hay amor sin
Dios y sin Dios no hay amor. En cualquier lugar, en cualquier momento, de
cualquier manera en que se exprese o se experimente el amor, Dios está allí. Sea
o no que en ese momento se le reconozca o se le dé crédito u honor al Padre, si
se hace con amor, Él está allí en medio. No tiene que ser entre cristianos; Dios es
más Grande que eso. Su afecto , desde lejos, por nosotros a menudo hace que
Dios sea el Gran Admirador Secreto. Él preferiría ser visto, reconocido y que lo
conozcan, sin embargo espera pacientemente. Dios cariñosamente mira, espera y
desea que lo noten, anhelando el día cuando se hagan las presentaciones y se
inicie un romance para las edades.
Él vigila a muchos de nosotros cuando llevamos nuestros corazones a otras
fuentes distintas a Él, incluyendo a otros portadores de imagen, en un vano
intento de recargarnos y satisfacer nuestras necesidades más profundas. Mucho
de la bancarrota relacional se reduce a la manera en que hacemos los retiros de
unos a otros en lugar de hacer depósitos los unos a los otros.
El amor del Padre está continua, dadivosa e incluso ferozmente en juego.
Espera, y continuará esperando para que captemos su realidad y experimentemos
Su gozo más y más plenamente. Dios espera, mientras nos ama, nos corteja, nos
quiere—a todos los que portamos Su imagen.
DEMUESTRA Y DILO
Si Dios está en todos los momentos de nuestras vidas, y si Él es Bueno y Bueno
en todos esos momentos, entonces es más que razonable que cada hombre deberá
poder demostrar y decir cuán buenos dones el Padre ha estado dando. Confiar en
el corazón del Padre es bueno, es fundamental para ver y experimentar Sus
caminos, porque no todos los dones que Él nos da brillan o son bonitos o se
pueden abrir en una fiesta. La mayoría de ellos vienen a nosotros en nuestro
escalar y a lo largo de nuestra travesía en busca de Él. En medio de la batalla por
la Vida y el amor, Él nos deja regalos a lo largo del camino. Pero si un hombre
malinterpreta el corazón del Padre y los caminos del Padre, entonces, está
garantizado que él malinterpretará los dones y el entrenamiento del Padre.
Cuando tenía trece años, nos mudamos de la Costa Oeste de regreso a
Oklahoma. Estar en el octavo grado es un momento difícil para mudarse. Esa
primavera, yo era uno de aproximadamente cuarenta chicos que probaron para
formar parte de un selecto equipo de béisbol que necesitaba un par de
muchachos para completar su lista. Cada chico llegó a batear una vez, recibir
algunas pelotas bajas, y tratar de atrapar cualquier pelota que venía hacia él en el
campo.
Nunca supe si logré entrar al equipo porque unos días más tarde mi papá
anunció que se estaba formando otro equipo y que él sería el entrenador. El
primer día que nos reunimos, la mayoría de los muchachos me parecían
familiares. ¡Habían estado en las pruebas el fin de semana anterior!
Recuerdo haber jugado contra el otro equipo y haber deseado formar parte de
él. No fue hasta veinte años más tarde, cuando tenía treinta y tantos años que me
enteré de la verdad: a todos nos habían eliminado, y mi papá había ido a los
organizadores de las ligas y los había convencido para iniciar un nuevo equipo.
Alguien me estaba cuidando y ese alguien era mejor de lo que yo pensaba.
¿Cómo ves al Padre trabajando en tu vida, aconsejándote, guiando tus pasos y
enseñándote cómo hacer y no hacer las cosas? ¿Cuándo fue la última vez que
hiciste un gran descubrimiento sobre quién eres tú y quién es Él, sobre cómo
amar a los demás y cómo dejar que Él te ame? ¿Qué tienes que mostrar y decir?
¿Qué dones buenos te ha dado el Padre? ¿O es que están apilados, sentados allí,
esperando simplemente ser vistos y desempaquetados?
Estén contentos con lo que ustedes son, y no se den ínfulas. La poderosa mano
de Dios está sobre ustedes; Él los exaltará a su debido tiempo. Dejen todas sus
preocupaciones a Dios; Él es muy cuidadoso con ustedes. Mantengan la
cabeza fría. Estén alerta. El diablo anda al acecho, y nada le gustaría más que
atraparlos desprevenidos. Mantengan su guardia arriba. Ustedes no son los
únicos sumergidos en estos tiempos difíciles. Pasa lo mismo con los cristianos
en todo el mundo. Mantengan un firme control sobre la fe. El sufrimiento no
durará para siempre. No pasará mucho tiempo antes de que este generoso
Dios que tiene grandes planes para nosotros en Cristo— planes eternos y
gloriosos—los perfeccione, afirme, fortalezca y los ponga a ustedes en pie
para siempre. (1 Pedro 5:6-10 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
No suena como el Pedro que era rápido en abrir la boca y decir lo que estaba
en su mente. Aquel Pedro que, si no tenía una espada, agarraba la de cualquier
otro. El Pedro que en lugar de simplemente escuchar, siempre se sentía obligado
a decirle al Hijo de Dios, “Jesús, yo tengo una mejor idea.” ¿Qué le sucedió a ese
Pedro entre los veintitantos y cincuentaitantos años de edad?
Encontró a Jesús. Lo siguió. Y después que Jesús se fue él continuó
caminando con Dios y recibió cuidados paternales, y vivió para contarlo en sus
dos cartas a las iglesias. ¿ Cómo sería para un hombre que salga de su condición
de herido, se vuelva y sea sanado? Mira a Pedro.
La sanidad y el crecimiento de Pedro tuvieron un precio. Fue cirugía tras
cirugía, sanidad tras sanidad, entrenamiento y más entrenamiento. Fue el viejo
hombre dando más y más paso al nuevo hombre.
Nos estamos convirtiendo. Pero exactamente ¿en qué nos estamos
convirtiendo? Cada vez más estamos creciendo más y más en…nos estamos
convirtiendo en los hijos amados de un verdadero Padre. Él nos ama
incondicionalmente. Si estamos abiertos a ello, podremos experimentar Su amor.
Y cuando lo experimentamos, todo cambia.
EDIFICANDO A UN HIJO
El General Douglas MacArtur fue un destacado hombre tanto durante la II
Guerra Mundial como en los tiempos que le siguieron. El líder de las fuerzas de
los Estados Unidos en las Filipinas decía regularmente esta oración para su hijo,
Arturo, durante sus devocionales matutinos:
Edifica a mi hijo, Oh Señor, que sea lo suficientemente fuerte para saber que
es débil, y lo suficientemente valiente para enfrentarse a sí mismo cuando tenga
miedo; uno que sea orgulloso e inflexible en la derrota honesta, y humilde y
gentil en la victoria.
Edifica a mi hijo cuyo hueso de la suerte no esté donde debe estar su columna
vertebral; un hijo que Te conozca y que al conocerse a sí mismo sea la piedra
fundamental del conocimiento. Guíalo, te lo suplico, no por la senda fácil y
cómoda, sino bajo el estrés y el estímulo de las dificultades y de los retos. Allí
permite que aprenda a pararse en la tormenta: allí permite que aprenda a tener
compasión por los que fracasan.
Edifica a mi hijo para que tenga un corazón limpio, y altos objetivos; un hijo
que se domine a sí mismo antes de buscar dominar a otros hombres; uno que
aprenda a reírse, pero sin jamás olvidar cómo llorar; uno que se extienda al
futuro, sin jamás olvidar el pasado.
Y después que todas estas cosas sean suyas, agrega, te lo suplico, suficiente
sentido del humor, de modo que siempre sea serio, pero que nunca se tome a sí
mismo demasiado en serio. Dale humildad para que siempre recuerde la
sencillez de la grandeza, la mente abierta de la verdadera sabiduría, y la
mansedumbre de la verdadera fuerza.
CUIDADOS INTENSIVOS
Si las vidas y almas quebrantadas han de ser sanadas, debo comenzar por enseñar la práctica
de la presencia.
…Permanecer en la presencia del Señor es comenzar a escucharlo. Llevar a cabo lo que se
escucha es encontrar la sanidad, la aceptación de uno mismo, y el crecimiento de un equilibrio
y madurez psicológica y espiritual.
— LEANNE PAYNE
Hay un propósito detrás del sufrimiento, y si se enfrenta correctamente, nos puede conducir
como un clavo a lo profundo del amor de Dios y a una mayor estabilidad y poder espiritual de
lo que usted puede imaginar.
— TIM KELLER
P
orque hubo batallas en nuestro pasado que no sabíamos cómo pelearlas, y nadie
estaba allí para intervenir y pelear por nosotros, las pérdidas pequeñas y grandes
han tenido un efecto acumulativo. Pero no retrocedemos en nuestras historias
para quedarnos allí, atascados en algún momento de nuestra historia personal.
Regresamos para verla, para entender lo que sucedió, para cambiarla, y recibir
sanidad por el quebrantamiento y luego seguir adelante. Es crucial averiguarlo
porque la mayoría de los hombres están atascados; ellos llevan el pasado al
presente como piezas de un corazón herido e inestable.
Paul Young escribió en su libro La Cabaña , “El dolor tiene una manera de
recortar nuestras alas y evitar que podamos volar…y si se deja sin resolver por
mucho tiempo, casi puedes olvidar que alguna vez fuiste creado en primer lugar
para volar.”
¿A qué se aferra un hombre para salir adelante y buscar consuelo? Una mejor
pregunta quizás pueda ser, ¿qué alcanza a un hombre cuando está dolido,
enojado o abrumado? Para que esté libre, un hombre debe hacer un inventario de
los “paquetes” que se han acumulado en lo íntimo de su corazón. ¿Qué son?
¿Cómo pueden las mentiras que contienen moldear tanto lo que un hombre
piensa y hace? La pregunta jamás es si es que hay tales paquetes; la pregunta es
solo ¿cuántos hay y cuáles son sus resultados? Las heridas han dejado pedazos
rotos en cada historia de vida, y esos pedazos son cargados por un muchacho que
está tratando de hacer lo mejor que puede por convertirse en hombre.
Tómate un tiempo para coger un diario y caminar con Jesús de regreso a tu
propio dolor. Toma Sus manos mientras buscas los paquetes de heridas. ¿Cuándo
los recibiste? ¿Qué mensajes contenían? Aquí y ahora los puedes cambiar por
sanidad.
David escribió, “¿Alguien está clamando por ayuda? Dios está escuchando,
listo para rescatarte. Si tu corazón está roto, encontrarás a Dios allí mismo; si te
patean en el estómago, Él te ayudará a recuperar el aliento” (Salmo 34:17-18
Traducción libre). Un corazón sanado y restaurado sabe que ser amado por Dios
es el único camino a la libertad. Y es la libertad la que permite a un hombre
involucrarse en la lucha por otros que todavía no están sanados.
Muéstrame un hombre que sepa que es profundamente amado por el Padre y
te mostraré un hombre plenamente vivo. Está en camino a tener un corazón
restaurado y asentado para poder experimentar la plenitud de lo que significa ser
un hijo amado. Él está vivo .
Te ves raro.
No eres talentoso. Eres estúpido.
No puedes venir.
No eres lo suficiente …
Eres demasiado….
Y así sucesivamente—los paquetes se entregan y los mensajes son firmados
en milésimas de segundos. Puede ser tan simple como ver que alguien voltee los
ojos cuando decimos algo. O ver que un amigo ponga su mano en la boca para
susurrarle algo al otro. Nuestro subconsciente va a trabajar: Están hablando de mí
. No hay fuerza en esta tierra que nos pueda convencer de lo contrario. Y esos
son los paquetes más sutiles. Los momentos que son abusivos entregan sus
paquetes como una pesada bola de demolición que se estrella contra el concreto.
No hay sutilezas al respecto: ¡estos paquetes son devastadores! Recientemente
mi familia fue a Disney World. ¡Qué lugar maravilloso! Y qué lugar para
lastimar. Cuando paseas por la Calle Principal de USA, puedes ver y escuchar las
bolas demoledoras funcionando solo a un brazo de distancia:
Qué lugar “mágico”. Pero las vacaciones son solo para principiantes. Cambia
el entorno o cambian los personajes y emerge todo tipo de zonas de guerra. Los
hogares, las escuelas, las tiendas…todos éstos y más pueden ser utilizados por el
reino de las tinieblas para entregar horribles paquetes en su red de heridas. Las
agencias de despacho UPS y FedEx no tienen nada en esta oscura empresa que
golpea el corazón.
Tú puedes observar cómo los paquetes se van acumulando. Sus mensajes se
han convertido en bloques de construcción para edificar una vida que se
autoprotege, se autoproclama, se autoprovee y se autopromociona. Eso está
garantizado. Aprendemos a defender, desviar, esconder y a tomar represalias, y
de esta manera asegurar el día en que los heridos se conviertan en personas que
hieren. Porque recuerda, corazones heridos hieren corazones. No lo pueden
evitar.
Los mensajes hirientes que recogemos durante nuestros años de formación se
convierten en definitivos. Más adelante en nuestras vidas, ellos nos definen
falsamente y entonces nos dirigen imprudentemente, y el falso yo se vuelve
dominante—hasta que nos damos cuenta y se lo llevamos a Dios para el gran
intercambio.
Me aseguraré que nunca más me vuelvan a pasar por alto. Esta ropa me
ayudará a lograrlo.
A partir de ahora siempre tendré las respuestas. Estudiar, estudiar, estudiar.
Nunca voy a parecer un tonto. Practica, practica, practica.
Nunca más dejaré que mi papá me vuelva a avergonzar. Mantenlo fuera.
Siempre me aseguraré que mi mama esté protegida. Nadie nos lastimará.
Mis hijos harán lo que yo diga o los…
RECUPERACIÓN
Donde las heridas llegan de pronto, la sanidad a menudo toma tiempo—tiempo
para reacomodar lo que está quebrantado en un hombre y luego tiempo para
repararlo y que vuelva a ser fuerte. Piensa en cómo es cuando sacan el vendaje
después de una cirugía; todo está sensible, y se tiene por delante unos cuantos
meses de dolor. Lo que se ha reparado y restaurado necesita ser ejercitado. Será
un poco doloroso, pero está bien. Las heridas en nuestras vidas pueden haber
ocurrido en un momento, pero sus efectos y síntomas posteriores se asientan en
el tiempo, y lo mismo ocurre con la sanidad. Con el tiempo, las áreas sanadas
dentro de nosotros se convierten en nuestro “nuevo normal,” nuestra nueva
manera de vivir. Las Escrituras hablan sobre las semillas sembradas que
eventualmente darán frutos (Ga. 5:19-26). Ambos reinos saben y operan dentro
de esto dado que es el marco que Dios ha ordenado.
Los momentos en que nos han herido y los mensajes de nuestro pasado se
convierten en parte de nuestra gloriosa renovación. ¡Dios nos está
reconstruyendo! Nos está sanando, entrenando y restaurando en el hijo amado
que somos.
Recuerda, recolectamos los puntos para conectar los puntos. Los puntos son
los mensajes hirientes almacenados en nuestro corazón. Los recolectamos
identificándolos, y luego los conectamos viéndolos, confesándolos y
apartándolos del falso yo que han construido. Es de esta manera que
comenzamos la travesía para convertirnos en el hijo amado y ponemos los
cimientos del entrenamiento del guerrero.
Después de unos cuantos gloriosos momentos de sanación, un hombre
comenzará a ver el prolongado y sostenible asalto al cual estuvo sometido. Tarde
o temprano, la mayoría de los hombres querrán saber por qué tanta furia y
siniestros complots fueron hechos en su contra. Ese es el momento en el que un
hombre está listo para ver el terreno espiritual y escuchar todo lo que Jesús
quiere enseñarle sobre cómo vivir bien, amar bien y pelear bien—todas las cosas
que el propio Jesús hizo.
EL ENTREMEDIO Y EL TODAVÍA NO
El vivir en una guerra pide a los hombres, y a veces les demanda, que se
conviertan en guerreros. Como John Eldredge, autor y maestro, ha enseñado a
muchos hombres en sus campamentos de entrenamiento, “los pasos hacia la Vida
y la libertad son opuestos. Si quieres Vida, vas a tener que pelear por ella.”
Vivimos en un lugar caído. Estamos atrapados en medio de lo que yo llamo
“las venidas.” Hubo una primera venida que tuvo una cruz y que nos liberó.
Habrá una segunda venida que tiene una trompeta, un caballo blanco y una
batalla final, y que nos llevará a casa. Será lo que los franceses llaman la pièce de
résistance : el gran final, el cierre de este largo capítulo de la caída y el final de
esta guerra que peleamos. Guiará todas las cosas hacia el comienzo de un nuevo
cielo y una nueva tierra. Luego, al fin, ¡habrá paz! (Ap. 17, 22).
Pero por ahora, vivimos en medio de las venidas, en lo todavía no y en el
entremedio. Me gustaría que fuera de otra manera, pero tú y yo sabemos mejor
que eso. Nuestra situación es similar a la de los ancianos israelitas. Dios les
prometió una tierra donde fluía leche y miel. Les fue dada por Dios, y sin
embargo, se les dijo que iban a tener que pelear muchas batallas, no solo para
poseerla, sino para quedarse con ella. Así es con nosotros también. A pesar de
todo lo que trato para aislar mi corazón y mi familia de la caída de la era actual,
la guerra me encuentra y me recuerda que si bien vendrá la paz, ésta todavía no
está aquí.
Se necesita al guerrero y el hijo amado es amenazado porque vivimos en una
Historia más grande donde se libran grandes batallas. Pero aunque habitemos en
medio de la hostilidad espiritual, de víctimas, de bajas, y prisioneros, no
debemos serlo. Sabemos cómo termina la guerra contra el pecado: Jesús viene
otra vez para derrotar todo lo malo y llevarnos a casa. Hasta entonces, vivimos
en un territorio ocupado por el enemigo (Ap. 17), y se nos instruye que no
vivamos en esclavitud como prisioneros o esclavos.
Pero recuerda, tú y yo no podemos ser guerreros sino hasta que sepamos con
certeza que somos los hijos amados. Es el hijo amado el que es enviado a luchar
por el amor y a batallar por la Vida, tomando la gran causa de impulsar la
libertad. El Reino de Cristo trata del amor y la vida y luchar en su nombre no
será fácil, pero sí será bueno. Nuestro enemigo no será derrotado sin haber
luchado. Él probará para ver si nosotros sabemos quiénes somos realmente. Si no
lo sabemos, entonces un hechizo—un mensaje hiriente, una mentira que
descansa en nuestros corazones y tiene precedencia en nuestras vidas—nos
puede hacer impotentes e ineficaces en la batalla. Es por eso que el objetivo
número uno para nosotros es recuperar nuestro propio corazón. Entonces
podremos entrar a batallar por el corazón de los demás.
PODER Y AUTORIDAD
La culpabilidad, la vergüenza y el miedo son las más grande herramientas en el
arsenal del enemigo. Pero a los portadores de la imagen de Dios que se
convierten en hijos amados se les confía algo mucho mayor:
Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes recibirán poder (habilidad,
eficiencia y fuerzas) y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda
Judea y Samaria y hasta los confines (los mismos limites) de la tierra. (He.
1:8- Traducción libre)
La sanación en esta vida, no es la solución a nuestro pasado; es más bien el uso de nuestro
pasado para establecer una profunda relación con Dios y Sus propósitos para nuestras vidas.
— DAN ALLENDER
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor (brota) esde Dios; y todo aquel que ama [a
sus semejantes] es engendrado (nacido) de Dios y está llegando [progresivamente] a conocer y
entender a Dios [a percibir y reconocer y obtener un mejor y más claro conocimiento de Él].
— 1 JUAN 4:7
E
l amor es lo que todo hombre anhela. Él quiere ser visto, querido, e invitado,
quiere pertenecer. Todo hombre desea profundamente ofrecer su fuerza, ser
valiente, e importar. El amor es lo que cada corazón masculino anhela recibir y
dar; es para lo que un hombre fue creado, y es el estándar que cada hombre
espera cumplir. Es así como portamos la imagen de Dios. La vida va mal para un
hombre cuando es duramente juzgado y sus esperanzas de ser amado no se
cumplen, o peor aún, son destruidas.
MI LOCO “AMIGO”
Lo hago todo el tiempo, mucho más de lo que quiero admitir: Lo asumo
erróneamente. Me asombra mi capacidad de percibir equivocadamente las
acciones o intenciones de alguien, y de concebir conclusiones inexactas y tratos
bruscos. ¿Qué es esta cosa en mí, que desea la gracia para mí, pero juzga a los
demás con tanta dureza?
Es mi falso yo.
El falso yo de cada hombre se especializa en juzgar, criticar y quejarse. En
otras palabras, emitir juicios sobre suposiciones y sospechas. He oído decir que
si anduviéramos con nuestro falso yo en el exterior , para que pudiéramos verlo
cuando otros lo enfrentan mientras emite sus opiniones desenfrenadas y sin
censura, estaríamos disculpándonos constantemente por nuestro pequeño
“amigo”:
ENTRENAMIENTO
Al descubrir la verdadera identidad de Jesús, descubriremos también la nuestra.
Esto es algo que se debe sobre enfatizar. Él es quien conoce todas las tristezas y
esperanzas de un hombre. Las Escrituras dicen que Jesús se identifica con
nosotros:
Dado que los hijos están hechos de carne y sangre, es lógico que el Salvador se
hiciera carne y sangre para rescatarlos con su muerte. Al aceptar la muerte,
tomándola en sí mismo, destruyó el dominio del diablo sobre la muerte y
liberó a todos los que van temerosos por la vida, muy asustados de la muerte.
...Es por eso que Él tuvo que involucrarse en cada detalle de la vida
humana. Luego, cuando llega ante Dios como sumo sacerdote para librarse de
los pecados de la gente, Él ya habría experimentado todo eso por sí mismo—
todo el dolor, todas las pruebas—y podría ayudar donde se necesitaba ayuda.
(Hebreos 2:14–15, 17–18 Traducción libre de la Biblia El Mensaje ).
Somos hombres libres cuando nos unimos a Jesús como hijos amados. Cristo
lo hizo posible a través de la cruz y la resurrección. ¡Nosotros morimos al
pecado y estamos vivos en Él! Y nos volvemos más y más libres mientras
aprendemos de nuestro gran Rey sobre cómo vivir libremente.
Sin embargo, en mi experiencia trabajando con cientos de hombres, la
mayoría de los hombres creyentes no están viviendo sanos y libres. Y todos
necesitan un entrenamiento fundamental sobre cómo hacerlo.
La mayoría de los hombres pasan gran parte de la travesía de su vida sin
atención paternal y sin sanar. Sin embargo el cuidado paternal es absolutamente
primordial para una vida abundante, y aquí es donde gran parte de nuestro
entrenamiento reside: dejar que Dios sea nuestro Padre. Incluso el mejor de los
padres terrenales fallará, principalmente porque nuestro enemigo es muy bueno
en irrumpir en la relación tan crucial de padre/hijo, hiriendo al niño en el
proceso. No hay dudas que hemos sido heridos por nuestros padres. Ciertamente
lo hemos sido. Pero antes de echar a nuestros papás debajo del ómnibus,
recordemos que ellos al igual que nosotros han sido agredidos toda su vida.
Nuestro viejo enemigo es hábil para frustrar aquello para lo que un hombre fue
creado. Pero no lo será para siempre. A medida que un hombre experimenta el
perfecto cuidado paternal de Dios a través del amor y el entrenamiento, él avanza
más allá de las heridas de su infancia hacia la libertad de un hijo amado.
RECIBIR
Era el cumpleaños de uno de mis mejores amigos, y había ido a su casa para
darle mi regalo. David y yo hablamos varias veces por semana. Él es un hombre
orientado, un hijo amado y está siendo bien entrenado. Unos días él me
acompaña en mi travesía y entrenamiento; otros días yo soy su “acompañante”.
Observé como abrió la tarjeta con mi vale de regalo y leyó las líneas que
había escrito desde mi corazón hacia el suyo: “Estoy tan contento que hayas
nacido, y estoy profundamente agradecido a Dios por nuestra amistad y por
bendecirme con un hermano en la travesía.”
“¡Gracias!” dijo David cuando terminó de leer. Luego, sosteniendo la tarjeta
como abanico dijo: “¿Sabes qué? Es difícil para mi recibir. Es difícil para mi
creer que valgo la pena.”
Recibir . Asimilar; apoderarse de algo que se da o se otorga. ¿Por qué es
mucho más fácil para nosotros creer y aceptar las cosas malas? ¿Y por qué las
cosas buenas se quedan atrapadas en la puerta? Al igual que la mayoría de los
hombres, incluyéndome, mi amigo David ha creído en la siguiente idea: Al dar,
puedo ser estimado y afirmado, mientras que al recibir, se me verá como no
merecedor, o peor. . . me quedaré sintiendo que estoy en la obligación de
retribuir.
Esto es una mentira. Jesús nos mostró cómo recibir cuando dejó que una
mujer pecadora lavara sus pies con sus lágrimas (Lucas 7:36–38). Pedro nos
mostró cómo no recibir cuando retiró sus pies y dijo, “No, Jesús, no voy a dejar
que lo hagas” (Juan 13:3–9).
Cuando diariamente recibimos los susurros de afecto y los actos de amor de
Dios, nuestros corazones se asientan. No sentimos la necesidad de crear o
manipular, simplemente podemos recibir. Un hombre que experimenta esto se lo
contará a los demás. A todos nos gusta compartir las cosas buenas que nos da la
vida, y así es como experimentamos la bondad de Dios.
Sin embargo, el enemigo de nuestro corazón tiene una agenda en sentido
contrario. Se ve y suena algo como esto:
Sé que estás ahí afuera. Puedo sentirte ahora. Sé que tienes miedo. . . . Tienes
miedo de nosotros. Tienes miedo al cambio. No conozco el futuro. No vine
hasta aquí para decirte cómo terminará esto. Vine aquí para decirte cómo va a
empezar. Voy a colgar el teléfono, y luego voy a mostrarles a estas personas lo
que tú no quieres que ellos vean. Voy a mostrarles un mundo sin ti. Un mundo
sin reglas y controles, sin fronteras o límites. Un mundo donde cualquier cosa
es posible. A donde vayamos después, es una opción que te la dejo a ti.
SI NO ES BUENO. . .
Cuando mis tres hijas eran muy pequeñas, solía estallar en cólera cuando una de
ellas se lastimaba. Una cabeza golpeada contra la esquina de una mesa, una
rodilla raspada por una caída, un dedo apretado en una puerta, y mi reacción era
exagerada. Levantaba la voz y hablaba entre dientes. “¿Qué estabas haciendo?
¿Por qué no pusiste más atención? ¡Tienes que ser más cuidadosa! Entiende lo
qué sucede cuando . . .”
Allí estaban ellas, con su cola de caballo y llorando, viniendo hacia mí con
sus “ayes,” y todo lo que yo tenía para ellas eran dos manos llenas de ira. ¿Qué
rayos? Eso era lo normal—y mi normal no era bueno. Estaba enojado porque
ellas se lastimaban pero, les aseguro que daba la impresión de que estaba
enojado con ellas .
Detente por un segundo y considera: Dios organizará muchos más
entrenamientos en el transcurso de nuestra vida diaria—en la casa, en el trabajo,
en el carro, en la tienda—que lo que jamás encontraremos en la escuela
dominical o en una banca de la iglesia. Solo necesitamos ojos para ver esos
momentos, involucrarnos y participar en ellos.
Así que ahí estaba yo, siendo papá y criando a mis hijas mal, cuando Dios me
invitó a un entrenamiento que me liberaría de algo que no era bueno para los
demás y que tampoco era bueno para mí.
Uno de los principios básicos del entrenamiento es hacer preguntas y
consultar con Dios para que nos guie. Mis preguntas a las que acudo para
comenzar son:
¿Qué es esta cosa que me está pasando y con la que tengo que liar?
¿Cómo y cuándo aprendí a reaccionar tan rápido con ira?
¿Por qué lo hago ahora?
CONVIERTIENDOTE
El entrenamiento es acerca de aprender, practicar y cambiar viejas costumbres
por nuevas, despojándonos de algo que tú no eres para convertirte en algo que
eres. Toma tiempo llegar desde donde estás hasta donde puedes estar.
Crecí en una familia de clase media, nunca tuvimos las cosas más caras, pero
nosotros, los cuatro niños, no queríamos mucho. Sears y su maravilloso
catálogo, K-Mart, y J. C. Penney eran las tiendas estándares para ropa,
electrodomésticos, y casi todo lo que nuestra familia necesitaba. Mis hermanos y
yo sabíamos mucho acerca de juntar estampillas verdes en los álbumes de S&H
para luego canjearlas, los cupones de descuentos, y la recuperación del dinero de
los depósitos por las botellas de las bebidas.
A menudo, mamá y papá nos compraban ropa de niños que eran mucho más
grandes para nosotros así podríamos crecer y nos quedarían bien. Los jeans, y
especialmente los zapatos, siempre los compraban por lo menos una talla más
grande. ¡Yo odiaba ese aparato plateado para medir el tamaño del pie donde el
hombre de la sección zapatos insistía que me pusiera de pie! Ese aparato
siempre declaraba que mis pies eran más grandes de lo que realmente eran, y
luego mi papá añadía una talla más solo por precaución. Yo salía de Sears
usando zapatos tan grandes como las aletas que utilizan los buzos de la Naval.
La misión que el Padre celestial tiene para cada uno de nosotros para
desarrollarnos en ella, es muy parecida a eso. Cada hombre es portador de la
imagen de Jesús de una manera única y hecha a medida, pero para que nosotros
maduremos en ella implica un proceso de transformación. Y eso es un caminar
de fe, un caminar con Dios, que nos obliga a crecer en ello. Nos volvemos más y
más como Jesús. Ese es un par de zapatos muy grandes por llenar. Pero Él se
encargará de que lo hagamos.
PARTE 2
EL GUERRERO
La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho.
— GÉNESIS 3:11
N
o de los primeros momentos más grandes en el corazón de cualquier hombre es
cuando ese hombre ve su historia a la luz de una Historia más grande. Cada niño
ansía ser parte de algo más grande. Y todo niño sabe que hay un villano: un
extraño, alguien malo, algo maligno que se debe enfrentar, con lo que se debe
batallar y al que hay que derrotar.
En uno de sus campamentos de entrenamiento, John Eldredge dijo, “Los
muchachos a esa edad no están ensayando—están practicando.” Sabemos esto
cuando somos jóvenes, pero cuando somos mayores nos olvidamos y nos
conformamos con una historia que sea pequeña y manejable. En realidad, esa es
la estrategia y el trabajo del villano en nuestra historia: “Haz que se conformen
con menos, invita a un hombre a ocupar el centro de la historia.” Pero esa no es
la manera de que un hombre viva. Los hombres quieren ser importantes los
hombres quieren ser valientes; los hombres quieren ser fuertes. Como Bart
Hanson del ministerio Ransomed Heart [Corazón Rescatado] lo puso una vez,
“No quiero simplemente ser peligroso por la peligrosidad per se. Yo quiero ser
peligroso para bien.” Amén y sin embargo, nosotros y Dios no somos los únicos
personajes en esta historia.
Hay un personaje en la Historia más grande en la que tú y yo estamos que está
decidido a que perdamos nuestro rumbo y fracasemos en encontrar nuestro lugar
correcto, nuestro rol en la vida. Él se opone a que vivamos plenamente y
liberados de nuestros corazones masculinos porque sabe el impacto que
tendríamos si lo hiciéramos.
Para que podamos entender dónde encajamos en el contexto de nuestras
historias personales, necesitamos entender la naturaleza de la Historia más
grande y su personaje. Los conejos y ardillas sugieren una historia muy diferente
a la de los vaqueros e indios, o la de los extranjeros y los Jedis, o la de los
guardabosques del norte y la de los orcos de Isengard. La relación entre los
personajes en la historia y el contexto de la historia es inseparable. Y es aquí
donde los hombres sufren de un gran punto ciego en su travesía masculina. Es
como si el enemigo hubiera jurado,
Conseguir que los hombres se conformen con una historia más pequeña es
una debilidad con la que el enemigo tiene un día de picnic. Es como la criptonita.
En su ensayo This World: Playground or Battlefield , A. [ Este Mundo: Parque
Infantil o Campo de Batalla] A.W. Tozer escribió, “La idea de que este mundo es
un parque infantil en lugar de un campo de batalla ahora ha sido aceptada en la
práctica por una gran mayoría de cristianos….Una visión correcta de Dios y del
mundo por venir requiere que tengamos una visión correcta del mundo donde
vivimos y nuestra relación con él. Tantas cosas dependen de esto que no
podemos darnos el lujo de ser descuidados al respecto.
Si nos pasamos saltando a través de los campos minados de la vida, haciendo
de cuenta que no existen, creyendo que estamos en un parque de diversiones en
lugar de estar navegando a través del territorio ocupado por el enemigo, los
resultados están garantizados: bajas, víctimas, y prisioneros de guerra. En las
palabras de Jesús a Pedro,
Las intenciones de Satanás no han cambiado. Por eso, años más tarde, Pedro
advirtió a los creyentes del Siglo I,
HISTORIA DE MALDAD
Enmarcadas en un amplio relato de las Escrituras desde Génesis a Apocalipsis
existen muchas referencias a un personaje poderoso y destructivo cuyo papel y
presencia son tan significativos que si él y los caídos que lo acompañan son
subestimados o malentendidos, nuestra historia nunca podría tener sentido. En su
clásico de 1942, Cartas del diablo a su sobrino /The Screwtape Letter , C.S.
Lewis escribió, “Hay dos errores iguales y opuestos en los que nuestra raza
puede caer en relación a los demonios. Uno es el no creer en su existencia. El
otro es creer y sentir un interés excesivo y poco saludable en ellos. Ellos mismos
(los demonios) están igualmente complacidos por ambos errores y aclaman a un
‘materialista’ o a un ‘mago’ con el mismo deleite.”
Mi experiencia es que no somos desmesurados , sino más bien que somos
demasiado ignorantes e ingenuos con respecto a nuestro enemigo. Debemos
conocer sobre el papel que juega y sus propósitos, su historia e historial, para
poder recuperarnos y mantenernos firmes en nuestra posición.
El gran villano de la Historia se convirtió en el enemigo de Dios antes de
convertirse en el nuestro. Aunque Satanás aparece en los primeros capítulos de
nuestra historia, Génesis 3, tenemos que consultar otras partes de las Escrituras
para saber lo que ocurrió antes de que llegáramos nosotros. Al igual que tantos
personajes en cuentos épicos, nuestro enemigo era un amigo antes de
convertirse en enemigo; era glorioso antes de convertirse en abominable.
La historia de la caída de Lucifer nos ayuda a entender mejor nuestra propia
historia. Dios crea a los portadores humanos de la imagen y vierte Su inmenso y
abundante amor sobre nosotros. El arcángel Lucifer, el más grande entre los
ángeles, responde como un hermano mayor celoso que no está dispuesto a
compartir el escenario. Desconfiando del corazón de Dios, él decide tomar el
asunto en sus propias manos y provoca una rebelión entre los ángeles. Cuando
las cosas se tranquilizan, Lucifer pierde su rol y es expulsado para desempeñar
otro papel. John Milton, un poeta del Siglo XVII, lo describió de esta manera en
Paraíso Perdido :
CREYENDO LA MENTIRA
Satanás debió haber estado muy cerca para oír cuando Dios, caminando con
Adán en el fresco del día, le advirtió a Su hijo, “No comas de este árbol.” ¿De
qué otra manera hubiera podido Satanás saber justamente la única cosa que
estaba fuera de los límites? Él sabía sobre las restricciones; ahora solo era una
cosa de esperar una oportunidad—y llegó.
En ese fatídico momento, Adán y Eva—y a través de ellos, tú y yo—creyeron
la mentira y fueron convencidos de que había algo más acerca de lo que Dios
estaba ofreciendo. Ellos creyeron la mentira de que podían llegar a ser más como
Dios. Pero ya eran semejantes a Dios; eso es lo que significa ser portadores de la
imagen . No había “más” que pudieran tener. Esa fue la gran decepción: ¡ya lo
tenían todo!
No ha cambiado mucho desde ese trágico día. Como un niño que quiere que
“lo bajen” de los brazos de su padre justo en una esquina de una intersección con
mucho tráfico, nosotros malinterpretamos el amor y los cuidados del Padre. En
nuestra naturaleza caída pareciera que todavía anheláramos tener una mejor
parte, ser el capitán de nuestro destino, el dios de nuestro propio universo, el
centro de la historia. Queremos asumir el papel que nunca fue destinado para
nosotros, para el que no estamos equipados ni somos capaces de manejarlo.
Vivimos dando la espalda al Padre y, sin embargo, luchando para saber si Él se
preocupa.
Así que se requiere de una gran restauración . Las buenas noticias—no, la
sorprendente gran noticia—es que ¡ya está en camino!
El pastor y autor John Piper escribió, “El pecado es lo que hacemos cuando
no estamos satisfechos con Dios.” Eso explica por qué el enemigo de los
portadores de la imagen todavía practica la misma estrategia que utilizó en el
jardín. Diles mentiras, ofréceles imitaciones, siembra semillas de duda que Dios
proveerá y protegerá. Sepáralos del amor y de la Vida del Padre, y el dos por
uno sigue en pie.
Y así somos lastimados una y otra vez, y tanto el corazón de Dios como el
nuestro sienten dolor. Este es un dos por uno. La vida sin Dios no funciona, y sin
embargo continuamos suscribiendo la creencia de que podemos vivir
independientemente de Él.
No funcionó entonces y tampoco funcionará ahora. La caída fue un giro
monumental para peor y estableció el escenario para la dolencia y miseria de la
vida fuera del jardín.
Dios dijo, “El hombre ha venido a ser como uno de nosotros, capaz de saber
todo, desde lo bueno hasta lo malo. ¿Qué si él ahora extiende su mano y toma
el fruto del árbol de la vida y come y vive para siempre [caído]? Nunca—
¡esto no puede suceder!” (Gn. 3:22 NBLH, mi inserción)
Dios vio que la maldad humana estaba fuera de control. La gente pensaba con
maldad, imaginaba la maldad—maldad, maldad, maldad desde la mañana
hasta la noche. Dios se arrepintió de haber hecho la raza humana en primer
lugar; le rompió el corazón. Dios dijo, “Me desharé de mi arruinada creación:
borraré a la gente, los animales, las serpientes y los insectos, los pájaros—
todo. Me pesa haberlos hecho.” Pero Noé era diferente. A Dios le gustó lo que
vio en Noé. (Gn. 6:5-8 Traducción libre)
Fase I —La primera venida de Jesús. El Padre envió a Su único Hijo para
remediar nuestra naturaleza caída y perdonar nuestro pecado.
Ahora vivimos entre estas dos fases (Ro. 8:18-23) en los días justo antes de la
llegada de la primavera. El día llegará cuando la nueva vida sea revelada de
manera gloriosa. Pero ese día aún no llega. Entre tanto, este mundo permanece
bajo la maldición del invierno.
EL GRAN INTERCAMBIO
Prepararnos para recibir el amor del Padre es el motivo por el que Jesús se hizo
como nosotros y al final cargó con nuestros pecados. Él se hizo pecado (2 Co.
5:21) para que fuéramos hechos como Él—santos, justos y puros, gloriosamente
equipados para nuestra parte en Su historia. Echa un vistazo a cómo describe
Pablo este gran intercambio en la carta a los creyentes del Siglo I en Roma:
Ahora que ya sabemos un poco más sobre lo que enfrentamos como hijos
amados, estamos listos para el siguiente paso. El entrenamiento sobre el Reino
es un entrenamiento en servicio. A través de ello aprendemos del Padre lo que
significa ser un hijo, de Jesús aprendemos cómo vivir en el Reino, y del
Espíritu cómo permanecer íntimamente cercanos—todas las cosas que un
hombre debe aprender para amar y estar plenamente vivo.
ENTRENAMIENTO BÁSICO:
CONOCIENDO Y DESCANSANDO EN
QUIEN ERES
Hablo en nombre de todo el pueblo alemán cuando le aseguro al mundo que todos compartimos
el deseo honesto de eliminar la enemistad, que trae mucho más gastos que cualquier beneficio
posible. …Sería algo maravilloso para toda la humanidad si ambos pueblos renunciaran para
siempre a la fuerza de uno contra el otro. El pueblo alemán está dispuesto a hacer ese
compromiso.
— ADOLF HITLER
E l 30 de enero de 1933, Adolph Hitler fue nombrado canciller de
Alemania. Luego en marzo, se abrió el primer campo oficial de concentración
nazi en un pequeño pueblo a unas diez millas al noroeste de Munich. Heinrich
Himmler, en su capacidad como presidente de la policía de Munich, oficialmente
lo describió como “el primer campo de concentración para prisioneros políticos.”
El campamento estaba ubicado en las instalaciones de una fábrica de municiones
abandonada cerca al lado noreste de la ciudad de Dachau, en el sur de Alemania.
Durante el primer año, el campamento tuvo cerca de 4,800 prisioneros.
EL ARTE DE UN GUERRERO
El amor es la práctica y la presencia de Jesús. Él hizo del amor un arte. Nos
mostró que el amor requiere tanto de fuerza como de fineza. La batalla es sobre
el amor y todo lo relacionado a ello.
Habiendo entendido eso, regresa conmigo a la escena de Corazón Valiente
entre el joven William Wallace y su tío Argyle. Argyle le dice a su sobrino,
“Antes que puedas utilizar esto [la espada], debes aprender a usar esto [tu
cerebro].” Unas cuantas escenas anteriores, el padre del joven Wallace le había
dicho algo similar, “Yo sé que puedes pelear, pero es nuestro ingenio lo que nos
hace hombres.”
Hay un Arte en la vida de un guerrero.
Involucra el silencio, la soledad, la paciencia y un mundo interno de ritmo,
belleza y fuerza.
Tendremos que pelear, pero pelear no es en primera instancia lo que es o hace
a un guerrero. El guerrero es un pacificador que ama bien y la libertad y la vida
son su consigna. Provee, protege, promociona y está dispuesto a pelear por la
vida cuando sea necesario—y solo entonces. Hace estas cosas porque es amado y
por lo tanto tiene algo que ofrecer, una Vida que puede ser compartida.
En su obra clásica de 1862, Los Miserables, Victor Hugo observó que “la
felicidad suprema en la vida consiste en la convicción de que uno es amado.”
¡Amén a eso! Un hombre que sabe que es amado por su Padre es un hijo amado.
Y un hijo amado posee uno de los tesoros más grandes del Reino: un corazón
asentado. Está libre de amar feroz y tiernamente—aun a aquellos que están en
contra de él. “Ama a tus enemigos,” dijo Jesús en Lucas 6:35. Sin duda, ellos se
verán afectados positivamente por la presencia de un hombre asentado, un
hombre que sepa quién es, que sepa pelear y también bailar. Pero, ¿cómo un
hombre recibe y da ese tipo de amor? Las respuestas sanadoras y restauradoras
residen en las palabras finales de Jesús a Sus discípulos antes de dirigirse hacia
Su mayor acto de amor, la cruz:
Vivan en mí. Hagan su hogar en mí como yo en ustedes. Así como ninguna
rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así
tampoco ustedes pueden dar frutos salvo que permanezcan en mí. Yo soy la vid,
ustedes son las ramas. Cuando ustedes permanecen unidos a mí y yo a ustedes, la
relación íntima y orgánica, la cosecha con certeza será abundante. Separados no
pueden producir nada. (Juan 15:4-5 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
Esa “vida en la vid”—la Vida conectada que el Padre ofrece, la Vida por la
que Jesús murió para que podamos vivir, la Vida que el Espíritu nos empodera
para tener—es una Vida con un “entrenamiento central”: un entrenamiento
básico del corazón para tener una vida distinta. Liberarse es en realidad parte del
entrenamiento de un guerrero. Al convertirnos en un hijo amado, aprendemos
mucho de lo que necesitaremos utilizar una y otra vez. El entrenamiento puede
simplemente definirse como un aprender cómo. Tiene sus pruebas y errores,
victorias y celebraciones.
ENTRENAMIENTO BÁSICO 1:
PERMANECIENDO CONECTADO AL REY
¿Qué si estamos hechos para ser algo mucho más grande? La invitación de Jesús
es un llamado revolucionario para luchar por el corazón de la humanidad.
Nuestras armas son la fe, la esperanza y el amor. …[El responder al llamado
de Jesús] costará todo. Es una vida alimentada por la pasión…pasión por Dios
y pasión por la gente. Nuestra misión es reconectar a la humanidad con Él.
Alimentada por Su presencia como un seguidor de Cristo, hay una fe cruda e
indomada esperando ser desatada.
ENTRENAMIENTO BÁSICO 2:
LUCHANDO POR LA LIBERTAD
ENTRENAMIENTO BÁSICO 3:
VIENDO CON LOS OJOS DE NUESTRO CORAZÓN
A través de Cristo y en Cristo somos libres, sin embargo vivimos con una
atracción gravitacional hacia las viejas formas de la vieja naturaleza. Así que
después de las curaciones iniciales de nuestras heridas (cuando confesamos y nos
arrepentimos cuantas veces sea necesario), continuamos de manera vigilante
involucrando nuestra voluntad y diciendo no a cualquier cosa que nuestro
enemigo nos arroje que obstaculice nuestra libertad. Estamos entrenados como
hijos amados de nuestro Padre para ver, escuchar y discernir entre la presencia y
las voces de los dos reinos: el de la Vida y el de la muerte. Esto es lo que el
Padre está haciendo en los corazones y en las vidas de Sus hijos amados. Es lo
que Jesús practicó y lo que también nosotros debemos hacer.
Gran parte del entrenamiento a través del cual nos lleva Jesús desarrollará
nuestra habilidad de ver —ver con ojos espirituales más allá de las apariencias
externas y conductas circunstanciales—al reino invisible trabajando detrás de
ellos. Nuestras habilidades intuitivas y habilidades de discernimiento deben
crecer. Si un hombre no puede ver algo, tampoco podrá discernirlo; esa falta de
discernimiento causará más daño que bien. Jesús se enfrentó al desafío de
entrenar a hombres ingenuos y sin preparación. Sus discípulos no veían bien
porque nadie les había enseñado cómo ver bien. No sabían lo que no sabían y
Jesús quería que ellos lo supieran. ¿Saber qué? Saber por experiencia quién era
Jesús, saber cómo trabaja el Reino, y saber realmente (en medio de todo)
quiénes eran ellos mismos.
En 2 Corintios 10:5, Pablo nos exhorta a “llevar cautivo todo pensamiento.”;
sin embargo, antes de que un pensamiento pueda ser capturado, tiene que ser
detectado. Son las cosas que jamás veo venir las que me atropellan o atropellan a
los demás.
Por supuesto, al principio nadie saber cómo hacerlo. Así sucede con el
entrenamiento. Piensa en toda esas primeras veces en tu vida. Son demasiadas
para contarlas, pero la mayoría de ellas tienen una cosa en común: tú no sabías
qué hacer, y por lo tanto esos momentos no salieron tan bien. Eso es normal
cuando buscamos ser más como Cristo. Se tienen que ver las cosas que no son de
Él o que no son los caminos del Reino. Pero si no los ves, entonces no los ves. Y
eso está bien…supongo. Sigue viniendo y aprenderás. La Vida depende de ello.
Tú tienes un Maestro excelente que es paciente y sabio. ¿A quién más podríamos
ir?
ENTRENAMIENTO BÁSICO 4:
ESCUCHAR y PACIENCIA
ENTRENAMIENTO BÁSICO 5:
SOLEDAD Y ASTUCIA
Estar quieto (Salmo 46:10) es una práctica diaria de un guerrero, lo cual es
poco común en la mayoría de los hombres. La versión de la Biblia El Mensaje
hace un hermoso trabajo de interpretación de las instrucciones de Jesús acerca de
orar en soledad:
Esto es lo que quiero que hagan: encuentren un lugar tranquilo, apartado, para
que no sean tentados para hacer una actuación delante de Dios. Simplemente
estén allí de la manera más sencilla y honesta que puedan. El enfoque
cambiará, de ustedes a Dios, y empezarán a sentir Su gracia. (Mt. 6:6
Traducción Libre de la Biblia El Mensaje )
ENTRENAMIENTO BÁSICO 6:
MOVIÉNDONOS EN GLORIA
Las cartas de Pedro, Santiago, Juan y Pablo a los creyentes del Siglo 1 fueron
todas escritas con una expectativa común: que aquellos que las leyeran
“mejoraran” porque estaban orientados y equipados para mejorar. Los viejos
corazones de piedra de los nuevos creyentes (Jer. 17:9; Ez. 18:31) fueron
reemplazados por nuevos (Jer. 24:7; Ez. 18:31). Ahora, en el centro de su ser,
fueron hechos nobles y buenos (Lucas 8:15).
¡ Y así es también con nosotros! Ahora nosotros también debemos aprender a
vivir nuestras vidas con el nuevo corazón que tenemos. Nuestro Padre nos invita
a mejorar. Convertirnos en más— más amorosos, más bondadosos, más pacientes,
más como Jesús en pensamiento, palabra y obra, más como realmente somos,
como los hijos amados. Dios nos da el equipo—un buen corazón y una
naturaleza nueva—y luego quiere darnos el entrenamiento para que vivamos
utilizándolos. Podemos entonces ofrecer al mundo las formas únicas y
personales de la imagen de Dios que individualmente llevamos.
No me malinterpretes—no es pan comido. Los autores de las epístolas tienen
mucho que decir sobre desviarse de la fe, tomar malas decisiones, y
comprometer la verdad del evangelio de la gracia. Ellos advirtieron en contra de
los incentivos impulsados por el desempeño de los judaizantes, las prácticas
hedonistas de los griegos, y el alto rendimiento a través de la humilde pobreza y
abstinencia de los gnósticos. Estos hombres comprometidos tuvieron sus
momentos en las cartas que escribieron a los nuevos creyentes de las iglesias del
Siglo I. Los apóstoles compartieron un mensaje y un modo de vida que era muy
diferente. Todas sus cartas a las iglesias tenían connotaciones similares: ¿Qué
estás haciendo? ¡No hagas eso! Solías hacer eso porque no lo podías evitar—
eras quien eras en ese momento. Pero ahora sí lo puedes evitar porque ya no
eres esa persona. Ahora eres una persona nueva. ¡Tú eres___! Llena el espacio
en blanco: hijo, vencedor, santo, coheredero, aceptado, digno, redimido,
completo, escogido, justo.) El punto es que todos los apóstoles insisten en que tú
y yo somos más .
Esto parecía especialmente importante para Pablo. Al punto que dijo que
¡tenemos una gloria cada vez mayor !
¿Y por qué no podríamos tener una gloria nuestra? Después de todo, nuestro
Padre la tiene. Su Gloria comienza con una G mayúscula, y nosotros la reflejamos
con una g minúscula, la gloria de los portadores de Su imagen que nos estamos
convirtiendo cada vez más como Él.
Tú conoces las expresiones “De tal palo tal astilla” y “De tal padre tal hijo.”
De eso trata la gloria de los hijos de Dios. ¡Nosotros somos portadores de la
imagen del Padre! La palabra gloria significa simplemente el peso, la
grandiosidad, el esplendor de algo—y los hijos de Dios (y también las hijas)
tienen ese tipo de gloria. Habita en nuestros corazones y debe demostrarse en
nuestras acciones y palabras, y en la manera en que nos amamos.
Nuestra gloria es el verdadero tú y mi verdadero yo. La gloria de lo que
realmente somos quiere estallar, quiere dar frutos, quiere ofrecerse, y quiere que
sea experimentada por otros y por el mundo. Nuestra gloria está hecha para ser
compartida. Se expresa en los dones únicos que Dios da a cada hombre para el
bien de los demás. Dios nos está invitando a ofrecerla libremente. Él nunca nos
utiliza para Su gloria; un Padre que ama a Sus hijos nunca los “utiliza”. Más bien,
comparte Su Vida con nosotros, derrama Su amor sobre nosotros, y hace Su
residencia en nuestros corazones, y nos hace estar vivos en Él. Es así que nuestra
gloria es energizada y dirigida por los impulsos de Su propio corazón prodigioso
y generoso.
Por eso nuestro corazón es fundamental. John Eldredge escribe en
Despertando a los muertos,
Así que si una persona en tu vida opera desde su falso yo hacia ti, no lo
tomes personalmente, y lo que tú hagas, no dejes que tu propio falso yo sea
provocado a reaccionar, criticar, o juzgar a esa persona. Otros también están
siendo rescatados y redimidos. Los guerreros viven y aman con un buen corazón
y ofrecen su gloria.
Jesús dijo a Sus aprendices, “Ustedes son dichosos cuando su mundo interior
—su mente y corazón—están bien. Entonces podrán ver a Dios en el mundo
exterior” (Mt. 5:8 Traducción libre de la Biblia El Mensaje) . Nosotros que
poseemos un buen corazón y una gloria que continuamente aumenta a través de
los entrenamientos, estamos siendo equipados para entrar en aquello para lo cual
fuimos hechos: una Vida de amor. Es por eso que luchamos: para que otros
puedan conocer el profundo e incondicional amor de Dios. No existe otra cosa
más grande. Ese amor da Vida. Es alivio para el cansado y agobiado, medicina
para un corazón dolido.
Debido a que realmente importa que los hombres amen, el enemigo apunta a
sus corazones en un intento de asegurarse de que no lo hagan. A.W. Tozer
escribió, “Los cristianos no deben esperar poder escapar a la oposición. Mientras
Satanás esté resistiendo a los hijos de Dios, mientras el mundo y la carne
permanezcan, el hombre creyente enfrentará oposición. Algunas veces será
aguda y obvia, pero mayormente será una fricción oculta e insospechable que se
da por las circunstancias. Sin embargo, nadie necesita estar ansioso por esto,
porque Dios ya lo sabía y lo ha permitido.
Antes de ser crucificado, Jesús amplió el segundo más grande mandamiento a
través de las siguientes instrucciones a Sus amigos:
Les he dicho estas cosas con un propósito: para que mi alegría sea su alegría, y
su gozo sea completo y maduro. Este es mi mandamiento: Que se amen los
unos a los otros como yo los he amado. Esta es la mejor manera de amar, den
su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos cuando hacen las cosas que
yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no entiende lo que su
amo está pensando y planificando. No, los he llamado amigos porque les he
dado a conocer todo lo que he escuchado del Padre. (Juan 15:11-15
Traducción libre de la Biblia El Mensaje ).
Fuimos hechos para el amor y en amor Dios nos restaura. Nuestro trabajo
como hombres es primero recibir y experimentar a Dios en nuestra vida y luego
presentarlo a otras personas—porque Él es amor.
El amor es el negocio familiar del Reino. Para proteger el amor y ver que así
se haga, se necesitará algo de entrenamiento, así como todo lo que tenemos y
todo lo que somos como hombres. El amor no sucederá sin una lucha. Si
luchamos por él, se verán los resultados con toda seguridad. Él se hizo como
nosotros para que nosotros podamos ser como Él.
Durante la mayor parte de nuestras vidas, tal como le sucede a aquellas vidas
alrededor nuestro, hemos experimentado el amor de manera tan condicional que
el vital traslado hacia un amor incondicional tomará tiempo. El amor es algo que
le sucede al hombre y luego asienta su corazón.
¿Cómo es ese amor? Jesús.
¡Jesús!
Cristo ama de esta manera. Y nos invita a seguir Su ejemplo en el gran romance
que se da en medio de grandes batallas en este lugar caído. Hay más
entrenamiento disponible para los hijos amados y los guerreros para llevar a
cabo todo lo que Dios tiene reservado para ellos. Toma tiempo aprender y
practicar el arte de estas habilidades básicas. Esto es solo el cimiento, solo el
comienzo.
ENTRENAMIENTO AVANZADO:
EXPERIMENTANDO LO BUENO QUE DIOS
ESTÁ HACIENDO EN TU VIDA
Y cuando el diablo terminó [el ciclo completo] con todas las tentaciones, lo dejó
[temporalmente] [es decir, se apartó] hasta otra oportunidad y momento favorable.
— LUCAS 4:13
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando
llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño.
— 1 CORINTIOS 13:11 (NVI)
E n 1998 en la película La Máscara del Zorro, el Zorro anciano (Anthony
Hopkins), a medida que comienza a entrenar a su joven protegido (Antonio
Banderas), resume lo que está por venir: “Esto va a tomar mucho tiempo.” El
entrenamiento es duro, sin embargo es vital para que vivamos bien en el Reino y,
por lo tanto, es muy, pero muy bueno.
El discípulo no está por encima de su maestro, pero todo el que haya completado
su aprendizaje, a lo sumo llega a nivel de su maestro. (Lucas 6:40 NVI)
Dios los está educando; por eso nunca deben desertar. Los está tratando como
hijos amados. Este problema en que están no es castigo; es entrenamiento , la
experiencia normal de los hijos. Solo los padres irresponsables dejan a los
hijos que se las arreglen solos. ¿Preferirían a un Dios irresponsable?
Respetamos a nuestros propios padres por el entrenamiento y no por habernos
malcriado, entonces ¿por qué no abrazar el entrenamiento de Dios para que
verdaderamente podamos vivir ? (Heb. 12:7-9 Traducción libre de la Biblia El
Mensaje )
¡Esta es una gran noticia! Si entiendes el corazón del Padre y lo que está
haciendo en tu propio corazón, entonces también entenderás para lo que Él te
está preparando y alistando: ¡ para más ! Es por eso que el arte de vivir con
curiosidad es tan útil para un guerrero en entrenamiento. Hacer preguntas a Dios
en oración lo coloca a Él en el lugar correcto como Maestro y a nosotros en el
lugar más seguro, el de estudiantes. Si Dios va a ser más y a hacer más en tu
corazón, entonces es crucial que Él tenga mayor acceso a tu corazón. El vivir
ajeno al corazón y a la Historia más grande y cómo funciona es una receta para
ser una víctima, no un guerrero.
Para renovar tu corazón Jesús necesitará que reexamines tu sistema de
creencias. Lo que ves, escuchas y concluyes… lo que tú crees en cualquiera y en
cada una de las situaciones importa. ¡Tiene autoridad sobre tu vida! Algunas de
nuestras antiguas actitudes y creencias necesitarán solo un suave masaje; otras
necesitarán cirugía, quizás una serie de cirugías. Como el Zorro dijo, costará
mucho trabajo. Pero está bien. ¡Solo espera hasta ver los resultados!
HOMBRES INQUEBRANTABLES
El guerrero no puede ni debe forzar su forma de ser, ni tampoco puede hacer que
alguien cambie. Solo ofrece lo que es él y lo que sabe—un peligroso panorama
porque nunca se sabe cómo reaccionará otro portador de la imagen. Nunca se
sabe quién estará a favor o en contra de un hombre con un corazón asentado.
Jesús no las ganó todas, y tampoco las ganarás tú.
Esto es parte del entrenamiento avanzado de un guerrero: simplemente
ofrecerse tal como es de manera amorosa. No de manera dulce, sino amorosa. El
amor sabe cómo confrontar, defender, proteger y requiere valor y fuerza, pero
una fuerza amable. Frances de Sales, el Arzobispo de Ginebra a principios de
l600, escribió, “Nada es tan fuerte como la gentileza—nada tan dulce y amoroso
como la fuerza real.”
La pregunta para un hombre que ha sido orientado es, ¿ Cómo vivirás
sabiendo lo que sabes entre personas que no están al tanto de ello?
La respuesta: Pacientemente. Gentilmente. Generosamente, Amorosamente.
E inquebrantablemente .
Esto es lo que modeló Jesús y es la vida que nos invita a compartir.
Pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que
dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida
eterna. (Juan 4:14 NVI)
Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. (Juan 13:34
NVI)
¡AVANZANDO!
El entrenamiento avanzado trata mucho sobre aprender a ver tu propio falso yo,
particularmente cuando es provocado—cuando estás siendo convocado por la
tentación; cuando estás siendo atraído a comprometer a tu verdadero yo.
A medida que Dios sana tus heridas, tu enemigo hará todo lo posible por
infligir nuevas heridas o intentará reintroducir las antiguas. Pero cuando
escuches lo que está sucediendo y lo veas actuar, puedes involucrarte en la
ofensiva y la defensiva. Batir la espada del Espíritu y levantar el escudo de la fe
se torna en algo normal para ti. (Ef. 6: 16-17). Antes de que el falso yo domine,
el verdadero hombre se levanta.
¿Con qué frecuencia se toma esta postura? La respuesta es en cualquier
momento que llega la tentación. No estoy hablando de comportamientos
inmorales. Eso sería comenzar demasiado lejos. Hablo de pensamientos
comprometidos, donde se libra la verdadera batalla y donde se debe iniciar la
lucha del guerrero. Las fuerzas de las tinieblas que están fuera del hombre están
tratando de llegar a un acuerdo con la oscuridad dentro del hombre incitando al
falso yo. Es posible que actualmente no estés lidiando con una perversión sexual,
con una sustancia adictiva o una fuerte depresión, pero eso no significa que tu
enemigo no esté tramando una para ti.
Esta es una batalla sangrienta, sin cuartel, y no hay forma de calificarla como
“apta para todos.” Esa criatura que vive dentro de ti quiere pecar. John Eldredge
la llama el “impostor”; John Lynch se refiere a ella como “la máscara”; Pablo la
llama “la carne”. La buena noticia es que se le puede despojar de su rol principal
y reasignarlo correctamente a tu yo verdadero, pero su presencia y poder nunca
deben subestimarse. Subestimarlo es el factor central que contribuye a la actual
tragedia de casi todos los hombres. Por lo tanto no bajes la guardia. Porque al
reino de las tinieblas le encantaría volver a entrenarte.
Hay solo una manera de tratar al impostor: escucharlo, verlo y luego matarlo.
Debemos matar al falso yo, al impostor, a la carne—o como dicen las Escrituras,
crucificar la carne—una y otra vez, ¡tantas veces como asome su fea cabeza!
(Ver Ro. 6:6; 8:13; Ga. 2:20; 5:24.) Trata amablemente a tu joven corazón; trata
a tu hombre verdadero con compasión. Trata suavemente tus heridas, pero no
trates para nada a tu falso yo.
Cada mentira que se me ofrece para creer sobre mí mismo, sobre Dios o los
demás es una tentación para comprometerme y una invitación para vencer. Cada
elección, pensamiento y movimiento importa. Hemos trabajado muy duro en
sanarnos y entrenar en sociedad con Dios y en convertirnos en hombres
verdaderos como para retroceder y perder nuestros privilegios y
responsabilidades como hijos amados. El comprometerse solo llevará de nuevo a
la esclavitud, a la prisión y, peor aún, a la tortura . Y el enemigo no va a parar ahí;
nos utilizará también para herir y eventualmente torturar a otros. No solo te
quiere a ti; quiere tu matrimonio, tus hijos y a cualquier otra persona que pueda
utilizar para que hagas lo que él desea.
Una gran pregunta que debe hacerse en oración durante un entrenamiento
avanzado es “¿Por qué mi enemigo cree que eso funcionará? ¿Por qué, Señor,
piensa que yo morderé el anzuelo?”
Nuestro enemigo no solo busca un momento de compromiso. Va detrás de
aquellos que vienen después. El violar nuestro sistema de seguridad de nuestro
corazón abre paso al enemigo para asegurarse un bastión —es decir, el control
sobre el hombre. (Lucas 11:20–26; 2 Co. 10:4; Ef. 4:27). Cuando ocurre tal
violación y el hombre es manipulado y luego controlado por las tinieblas, no es
una buena noticia. Sin embargo, es epidémico en nuestra cultura y en nuestras
iglesias; no solo los hombres “que no son salvos” sino también hombres salvos
están perdidos, desorientados y han comprometido su yo verdadero. Hombres
comprometidos hacen cosas comprometedoras. No son ellos verdaderamente,
sino su falso yo el que tomará el volante, y conducirá por todas partes y hará un
desastre de todo.
Así que una vez que hayas retomado el terreno, no lo devuelvas. Los
guerreros entienden y practican una buena defensa. Jesús advierte en el
Evangelio de Lucas,
Estén alerta. No dejen que el brillo de sus expectativas se opaque por las fiestas,
las bebidas y las compras. Sino, aquel Día vendrá y los tomará de pronto
totalmente de sorpresa, como una trampa, porque vendrá sobre todos, en
todas partes, y todo a la vez. Así que lo que sea que hagan, no se queden
dormidos en el interruptor. Oren constantemente para que tengan la fuerza y
el ingenio para escapar de todo lo que está por venir y se presenten delante del
Hijo del Hombre. (Lucas 21:34-36 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
Debido a que nos estamos convirtiendo más como nuestro Padre, también nos
estamos convirtiendo más en nuestro verdadero yo. Dios tiene muchas
herramientas, dones y métodos a Su disposición para revelar nuestra verdadera
identidad.
Un regalo que Él da es un nombre nuevo.
Los nombres tienen un peso y una identidad. Le importan a Dios y puede
declarar Su íntimo cariño por nosotros cuando son entregados. Somos invitados
ya sea a llevar nuestro nombre o poco a poco acostumbrarnos a él.
El enemigo también tiene nombres que quiere imponernos para
menoscabarnos o avergonzarnos (idiota, estúpido, flojo, feo…) pero cuando Dios
nos da un nombre, éste revela algo maravilloso sobre quien Él nos llama a ser.
Por eso, en la Biblia, los nombres son cambiados. Los nombres validan y los
nombres confieren. Los nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero.
Dios parece que se deleita en establecer los momentos cuando nuestros nuevos
nombres no solo nos son dados, sino cuando nosotros encajamos en ellos.
Debemos estar dispuestos a abandonar a quienes creemos que éramos e
invitar a Dios a mostrarnos quiénes somos verdaderamente. ¿Qué nombre podría
Dios estar tratando de darte?
NOMBRES NUEVOS
Durante los últimos años Dios, en diferentes momentos y de muchas maneras,
me mostró quien soy y cómo Él me ve. En el 2006, se estrenó una película
llamada Sublime Gracia: La Historia de William Wilburforce. Mientras estaba en
el cinema, la historia me desarmó. Brotaron lágrimas de mis ojos. Estaba hecho
un hermoso lío.
He aprendido a llevar tales momento a Dios. Sentado en mi sitio mientras
pasaban los créditos de la película y sonaba la música, le pregunté a Dios, “¿De
qué se trata esto? ¿Por qué estoy hecho un lío?
La r espuesta llegó en el siguiente pensamiento: “Tú eres mi abolicionista.”
Al igual que a un veterano a quien se le otorga una medalla, sentí que no era
merecedor de ellas, pero al mismo tiempo quería que esas palabras fueran
ciertas. Dios acababa de darme mis nombres nuevos. El trabajo y la identidad de
un abolicionista es lo que está en lo profundo de mi corazón, y Dios determinó
que era tiempo de sacarlo a la superficie. Yo ya estaba sintiéndome cómodo en
los zapatos que Él me había dado. Fue bueno sentir el momento en que los
zapatos empezaron a calzar bien.
Dios dio nombres nuevos a personas prominentes en la Biblia. Abram se
convirtió en Abraham, Jacobo se convirtió en Israel, Simón se convirtió en
Pedro, y Saúl en Pablo. El mismo Jesús tenía muchos nombres: el Cristo, el
Buen Pastor, el Camino, la Verdad y la Vida. El Mesías. Se le conoce como la
Luz, el Cordero, y el Maestro. Él es Fiel y la Verdad, el Rey de reyes.
Obviamente, los nombres son algo importante para Dios. Éstos tienen una
manera de identificar profundamente quién es una persona y la invita a que se
relacione con el Creador de una manera particular.
Mi papá me llamaba, Mick, Bud, Poncho, y Loob. Cada uno de esos nombres
tienen una historia, y cada uno me define a alguien que me ama. Mi esposa,
Robin, me llama amorcito, vida y churro. Casi todas las mañanas recibo un
“¡Hola guapo!”
Siempre se siente bien ser visto y ser conocido, que lo llamen a uno y que lo
busquen.
Los nombres que Dios nos da son más que tan solo un cumplido. Son
identidades —títulos que nos definen, que dicen algo importante sobre nosotros y
están destinados a inspirar algo profundo dentro de nosotros. El otorgamiento de
una identidad no solo le sucede al hombre una sola vez. Hay demasiados roles y
tareas en su vida para que él sea conocido o esté incluido tan solo en un nombre
o para ser definido por un solo momento. Hijo, esposo, padre y amigo son tan
solo unos cuantos de los papeles que un hombre desempeña. ¿ Pero qué clase de
hijo, esposo, padre o amigo? La respuesta en cada caso puede convertirse en
parte del nombre de un hombre, su nueva identidad.
Durante su travesía, un hombre encontrará que el Padre tiene muchos
nombres para él, tal como nosotros tenemos muchos nombres para Él. En
nuestro entrenamiento avanzado, los hijos amados descubren quiénes son para el
Padre. Invítalo a que te lo muestre. Pregúntale a Dios, “¿Quién soy yo para ti
ahora ?”
Luego presta atención. Escucha.
La respuesta puede venir de manera inesperada, o puede venir en partes, pero
nunca puede llegar de improviso. Cuando Él hable, te exhorto altamente a que
escribas lo que escuchas.
ESCRÍBELO
En los estantes de mi oficina hay veinticinco diarios personales que se remontan
al año 1989. Fue entonces que comencé a escribir los acontecimientos de mi vida
y las conversaciones con Dios. En los primeros años, igual que en mi vida de
oración, mis escritos eran como listas de compras para ir a un supermercado.
Pensándolo bien, eso eran exactamente: “Dios, aquí está mi lista: 1,2,3… de
verás que mucho agradecería tu ayuda.” Principalmente, escribía las cosas que
yo quería o necesitaba. No mucho sobre cosas personales o cómo me sentía, o
sobre lo que veía que Dios estaba haciendo en mi vida. Solo eran cosas para que
Dios las hiciera, salpicadas con unos cuantos de mis titulares del día que añadía
por allí.
¡Increíble, cómo han evolucionado esos diarios! Y así debe ser. Se supone que
debemos evolucionar y mejorar, creciendo cada vez más en nuestro verdadero
yo. En estos tiempos, cuando escribo en mi diario y oro, no soy solo yo el que
siempre habla. Mis escritos son más conversacionales. Escribo y comparto mi
corazón, y luego escucho lo que Dios comparte, algunas veces Él habla a través
de los pensamientos, algunas veces a través de las imágenes.
Con frecuencia me enfrento a pequeñas batallas con las distracciones: “Mira,
¡un pájaro!...Era una nube rara… ¿Qué hora es? Todavía tengo mis listas de
necesidades y esperanzas, pero a través de los años, con la práctica, he cultivado
un diálogo más profundo.
Mi amiga Kelly dice, “Las pinturas son las imágenes de lo que tus ojos ven;
el escribir en un diario personal es la imagen de lo que tu corazón ve.” También
he llegado a escuchar y ver a Dios hablar y moverse en mi vida a través de
muchas cosas diferentes. Lo central son las Escrituras. Él se asocia con mis
amigos y me habla a través de ellos así como a través de lugares, canciones y
libros. Las historias y las películas han sido lugares de reuniones frecuentes para
el corazón de Dios y el mío. Igual lo han sido los amaneceres y las puestas de
sol, y los hermosos paisajes. Los objetos y los sucesos cotidianos pueden
convertirse en la voz de Dios. El escribir sobre todo ello ha sido invalorable.
La mayoría de veces, escucho mejor cuando me quedo quieto, tranquilizando
mi corazón y dando mi total atención a Dios, o por lo menos tratando de hacerlo.
Esta es una práctica fundamental de un hijo amado y esencial para el bienestar
de un guerrero. Si Jesús con frecuencia se retiraba para estar con el Padre,
entonces queda claro que también sería de provecho para nuestros propios
corazones.
He encontrado que el ritmo del lapicero y el corazón se mueven bien estando
juntos. Parecen funcionar en tercera mientras que el resto de mi vida se propone
andar en quinta. Esa vida en quinta velocidad es la gran enemiga de la intimidad.
La mayoría de hombres trata de adecuar a Dios en sus vidas en lugar de adecuar
sus vidas en Dios. No funciona. Piénsalo. ¿Cuál es más romántica, una cena
rápida que recoges estando dentro de tu carro, o una cena a la luz de las velas?
¿Qué escenario es mejor para tener una conversación, un semáforo o una puesta
de sol? ¿Qué relación conoces que prospera más aquella que se da a través de las
múltiples tareas o la que se da teniendo un tiempo de calidad? Llevar un diario
es un medio por el cual un guerrero cambia la velocidad de carretera a una
velocidad de crucero (en tercera), que permite contemplar un escenario con
tranquilidad y soledad, con lapicero y papel, escuchando y reflexionando.
BUMERANGS DE JUICIO
Imagínate que estás yendo a un concierto de rock, donde en lugar de tirar al aire
pelotas de playa gigantes por todo el estadio, toda la gente lleve en sus mochilas
bumerangs, y “a la cuenta de uno, dos y tres”—¡ los tiren al aire !
Así es como se juzga a los demás. Cada vez que juzgamos a otra persona,
estamos lanzando bumerangs al universo. Tarde o temprano van a regresar y nos
golpearán en la cabeza.
Jesús es muy claro al respecto:
JUICIOS Y AUTORIDAD
En su libro Repenting of Religion , el pastor y autor Greg Boyd escribe,
Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis
testigos tanto en Jerusalén como en todo Judea y Samaria, y hasta los confines
de la tierra. Hechos 1:8 (NVI)
EL PERDÓN
La facilidad y velocidad con que nos comunicamos hoy en día puede causar que
choquemos con otros más rápido de lo que se puede decir “astilla” y “tronco”.
Ya sea por correo electrónico, mensajes de texto o conversaciones normales (o
falta de ellas), los paquetes con heridas llegarán tarde o temprano a la puerta de
nuestro corazón. Puede ser una persona que lo entregue, pero la bomba que tiene
adentro viene del enemigo. Sin embargo, junto con ello viene una oportunidad
del Reino de emplear el arma de contraataque más poderosa y amorosa conocida
por el hombre: el perdón.
Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno
perdone de corazón [ las ofensas ] a su hermano. (Mateo 18:35 NVI)
Hay una sola manera de llegar a ser bueno en esto. Practicándolo. Encuentro que
las palabras “Lo lamento, ¿me perdonas? me son más fáciles de decir y las estoy
necesitando cada vez menos. Sin embargo, el arte de ofrecer una sincera disculpa
sin tener que explicar o justificar, toma tiempo. Es una de las más grandes armas
que poseemos para apagar los ardientes dardos del diablo. Pocos hombres saben
cómo hacerlo, y Dios definitivamente quiere que cambiemos al respecto. Edwin
Hubbell Chapin, un predicador americano y poeta del Siglo XVIII, escribió,
“Nunca el alma humana se fortalece tanto como cuando renuncia a la venganza y
se atreve a perdonar un daño.”
Puedes optar por seguir pensando que estás en lo correcto, o puedes optar por
entender. Lo primero conduce a juicio, a heridas y al aislamiento. Lo otro es
mucho más afectuoso y conduce al amor.
VIAJAR DE A DOS
Uno de los grandes principios del entrenamiento avanzado es nunca ir solo.
Cuando estaba creciendo, nuestra familia pasó muchos días de verano en el
lago. La regla era “nada con un compañero.” En mi época escolar, cuando
íbamos de paseo, cada uno tenía un compañero. Tener un acompañante siempre
es una buena idea.
El propio Jesús envió a Sus discípulos de a dos, y no era tan solo por
compañerismo. Allá afuera el mal no duerme, y necesitamos a otra persona para
cuidar nuestras espaldas. Es una buena regla y una precaución de seguridad.
Salomón escribió,
HUMILDAD DESPLEGADA
Ser un hijo amado tiene privilegios increíbles, pero no nos da derecho a lo más
bonito o a lo mejor. Mira las circunstancias del nacimiento del Mesías. Mira
cómo fue perseguido. Mira Su muerte. Piensa cuantas personas malinterpretaron
al Mesías a lo largo de Su vida, y cuántos aún lo hacen. Y sin embargo, ¡la
humildad de Jesús es asombrosa! Las Escrituras nos dicen que Él no estimó la
igualdad con Dios como algo a qué aferrarse, por el contrario, tomo la semejanza
de hombre, y se humilló a sí mismo, y se hizo obediente hasta la muerte, y
¡muerte de cruz! (Fil. 2:6-8). Varias veces, pidió a los que sanaba que eso
quedara entre ellos y Jesús. Callado y sin embargo fuerte era la forma de ser de
nuestro Rey. En este panorama devastado por la guerra, debemos dejar de lado
cualquier sentido de derecho y perder toda expectativa de facilidad y comodidad.
La facilidad y la comodidad son para cierto tipo de hombre, pero éste no es el
tipo de hombre que tú y yo necesitamos ser.
Él es el hombre de las historias épicas.
Desde el pesebre hasta la cruz, Jesús llevó una vida dura.
Jesús le respondió, Las zorras tienen madrigueras ocultas y las aves tienen
gallineros y nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
(Lucas 9:58)
Jesús era breve: “¿Estás listo? Esto no será fácil. No nos vamos a quedar en las
mejores posadas, por si acaso.” (Mateo 8:20 Traducción libre de la Biblia El
Mensaje )
En Lucas 10:16 Jesús le dice a Sus discípulos, “Si la gente los rechaza a
ustedes, mis discípulos, entonces también me rechaza a mí y al Padre que me
envió.” Experimentaremos rechazo y también aceptación, y Jesús no quiere que
tomemos el rechazo personalmente, ni tampoco debemos dejar que la aceptación
se nos suba a la cabeza. No dejes que ninguna de los dos se convierta en parte de
la manera de actuar de tu falso yo. Ponte el cinturón de seguridad. Este módulo
de entrenamiento por lo general toma tiempo en internalizar, y con frecuencia el
enemigo te pondrá a prueba con él.
Jesús sabía quién era, y cuando llegas a conocer quién eres, tienes menos que
probar, menos que temer y esconder. Jesús sabía quién era Su Padre y recibió
amor e instrucciones mientras cumplía Su misión. ¿Cuál fue el resultado de todo
esto? Esto no lo hizo arrogante, más bien le permitió amar poderosa y
sacrificadamente. Fue San Agustín quien dijo, “Hay algo en la humildad que de
manera extraña exalta al corazón.”
¿Han olvidado lo bien que los padres tratan a los hijos, y que Dios los considera
a ustedes como Sus hijos? Mi amado hijo, no desprecies la disciplina de Dios,
pero tampoco te sientas aplastado por ella. Él disciplina al hijo que ama; al
hijo que Él abraza también lo corrige. Dios los está educando; es por eso que
nunca deben desertar. Los está tratando como a Sus hijos queridos. Este
problema en que se encuentran no es un castigo; es un entrenamiento .
(Heb.12:5-7 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
¿PODEMOS HABLAR?
Era media mañana en una conferencia de Zoweh para hombres, y mi equipo de
líderes y yo estábamos reunidos en un círculo. Estaba yo compartiendo,
invitando y exhortando a nuestro equipo a “seguir el rumbo, mantenerlo, no
descansar y no hacer nada a medias.” Para algunos fue una charla para
animarlos, pero no lo fue para todos. Algunos cuantos encontraron mis palabras
y mi estilo hirientes y luego ellos se encontraron el uno al otro (gracioso cómo a
menudo funciona así). No me di cuenta en ese momento, y ciertamente no fue mi
intención, pero ese fue el resultado. Lo que escucharon ellos fue que no estaban
haciendo lo suficiente ni que eran suficientes.
Más tarde, durante el tiempo libre después del almuerzo, nuestro equipo se
retiró a nuestra habitación para descansar y volver a calibrar. Me senté a la mesa
con ellos. “¿Listos para la tarde?” pregunté.
Un par de amigos no estaba sonriendo. “¿Podemos hablar contigo un
minuto?”
¡Uy! Ahí estaba: una invitación para un entrenamiento. Me senté con ellos y
los escuché.
“Michael, tu charla de esta mañana con nosotros pareció ser más
condescendiente que inspiradora. Decirnos que no descansáramos o que no
hiciéramos cualquier cosa a medias—¿te das cuenta cómo nos cayó? Hemos
estado en esto contigo desde el comienzo, viviéndolo sinceramente igual que tú.
Sin embargo, se sintió como si nos estuvieras sermoneando, con nosotros aquí
abajo y tú allá arriba, diciéndonos que actuáramos. ¿Y qué hubo de la gracia y la
humildad en todo eso?”
Esas no fueron sus palabras exactas, pero por lo que recuerdo, eran bastante
parecidas.
¡Auch! Fieles heridas infligidas por fieles amigos a quienes yo mismo había
herido. Durante mi vida he herido a muchos mensajeros de Dios. Estoy contento
de decir que esos días son cada vez menos, pero eso se debe a conversaciones
francas, dolorosas y amorosas como la que acabo de describir.
Mis amigos se arriesgaron ese día. Y yo también. Sin duda, mi falso yo
estaba listo para saltar, despejar la habitación o quizás salir corriendo. Tiene el
hábito de presentarse, parlotear, acusar, defender, reaccionar, pero no ganó. Tuve
una opción. En una milésima de segundo, hubo la opción de ya sea defenderme o
entender. Escogí escuchar a mis amigos. Sabía que ellos me querían y tenían las
mejores intenciones para mí. Como resultado, pudieron ayudarme a convertirme
en el hombre que realmente soy. Y ellos mismos progresaron más en su hombría
haciendo la valiente pregunta cada cierto tiempo, “¿Podemos hablar?”
De eso trata el entrenamiento avanzado: ver el bien que Dios está haciendo en
tu vida y recuperar el terreno perdido. Ganar la lucha contra la profana trinidad
del mundo, la carne y el diablo. El entrenamiento se lleva a cabo a través de las
relaciones. Juntos nos ayudamos mutuamente a llevar a nuestros corazones hacia
la Vida en el Reino bajo el amor del Rey.
El enemigo de nuestro corazón quiere utilizarnos, pero el Dios de nuestro
corazón quiere asociarse con nosotros. Cuando estamos alineados, conectados y
en sintonía con el Espíritu, Él ayuda, nosotros ganamos y el Reino avanza.
AVERTENCIAS Y PROMESAS
Enseñarte sería sencillo si te negara tu libre albedrío o te abrumara con Mi Poder. Sin embargo,
te amo demasiado para retirar el privilegio divino que te otorgué como portador de Mi imagen.
— SARAH YOUNG, JESÚS TE LLAMA
— WINSTON CHURCHILL
L as visto alguna vez cualquiera de Los shows más tontos del mundo? ¡No
es un show para el que querramos calificar! Si algo nos han enseñado
YouTube y los reality shows de la TV es que lo que parecía una buena idea en su
momento puede terminar llevando a una persona al hospital.
“La experiencia: la más brutal de todos los maestros,” se dice que C.S. Lewis
lo escribió. “Pero aprendes—mi Dios… y cómo lo aprendes.” De manera más
humorística, Mark Twain se dice que reportó que “un hombre que lleva a un gato
por la cola aprende algo que no podría aprender de otra manera.”
La mayor parte de la niñez es una experiencia de aprendizaje práctico de
cómo hacer y cómo no hacer las cosas. Ver a alguien más hacer algo, como a mi
papá martillar un clavo o pintar una silla, jamás fue divertido, pero era parte de
mi curriculum de aprendizaje. Cada vez que se volteaba a darme el martillo y me
decía, “Dale un martillazo,” le sonreía de oreja a oreja. Trata de hacerlo con
cualquier niño o niña menor de 11 años de edad y verás. Rompe y bate un huevo
con un joven corazón que te está mirando, luego de manera casual le dejas caer
una invitación “¿Quieres hacerlo?” y verás lo que sucede a continuación.
Algunas veces la proposición de aprendizaje que es la vida, es grandiosa y
hermosa. Otras veces, nos golpeamos el dedo con el martillo, o se nos caen los
huevos al piso. El apóstol Pablo escribió,
El mundo no tiene principios. ¡Es un mundo cruel allá afuera! El mundo no pelea
limpio. Pero nuestras batallas nosotros no las vivimos o peleamos de esa
manera—nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos. Las herramientas de
nuestro comercio no son para el marketing o la manipulación, sino para la
demolición de toda la cultura masivamente corrupta. Utilizamos nuestras
poderosas herramientas de Dios para [1] destruir filosofías distorsionadas, [2]
derribar barreras erigidas contra la verdad de Dios, [3] adecuando cada
pensamiento suelto, cada emoción e impulso en la estructura de una vida
moldeada por Cristo. Nuestras herramientas están listas y al alcance para
despejar el terreno de toda obstrucción y construir vidas de obediencia rumbo
a la madurez. (2 Co. 10:3-6 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
ABRUMADOS
¡Tengan cuidado cómo andan! Vivan con propósito, dignamente y de manera
acertada, no como insensatos y necios, sino sabios (personas inteligentes y
sensibles), aprovechando lo mejor del tiempo, [tomando cada oportunidad que
se presente, porque los días son malos. (Ef. 5:15-16)
IGNORANCIA
Los planes del enemigo funcionan mejor cuando no nos percatamos en absoluto
de ellos. Por eso hace todo lo posible para no ser detectado. Espera permanecer
en la clandestinidad y trabajar de manera encubierta. La primera regla en su libro
de jugadas es, “Convence a un hombre que todos sus problemas surgen de él y lo
tendremos en la oscuridad para siempre.” Bajo estas condiciones, siendo
ignorantes de su existencia e influencia, las legiones de Satanás están a sus
anchas haciendo que nuestras vidas sean las peores. Mientras seamos ingenuos,
ignorantes, y permanezcamos en la oscuridad, nuestro falso yo continuará
culpando y juzgando a otros, a nosotros mismos y a Dios.
Una vez todos nosotros estuvimos en la oscuridad, y la oscuridad es a lo que
todos nos enfrentamos. Es donde el enemigo quiere mantener a los hombres,
incluso a aquellos de nosotros que hemos sido rescatados de las tinieblas.
Nuestro enemigo quiere volver a traer la oscuridad, pero el guerrero sabe y
disfruta la experiencia del perdón en la cruz. Y hay más en la cruz que tan solo el
perdón; hay poder y hay libertad. El reino de las tinieblas sabe esto. El guerrero
llega a saberlo también. Es “por la cruz” que un guerrero tiene autoridad. Pablo
tiene esto que decir:
MUCHAS ADVERTENCIAS
Cuanto más exploraba las amonestaciones en las Escrituras, más alarmado me
sentía. Aun en nuestra vida diaria, es difícil llegar al final del día sin encontrar
algún tipo de advertencia.
Advertencias sobre las drogas. Para que puedas recoger una receta en una
farmacia, se necesita que firmes una declaración que diga que entiendes los
riesgos y peligros de utilizar esa droga en particular. La mayoría de nosotros
prestamos poca atención o ninguna, pero la próxima vez que estés en la sala de
espera del consultorio médico, toma uno de esos folletos y dale una mirada al
tríptico de medicamentos. Las letras pequeñas contienen información sobre los
serios efectos potenciales:
Advertencias de muy mal tiempo. Una noche nuestra familia pasó treinta
minutos encerrada en el closet del sótano. El Servicio Nacional del Tiempo
interrumpió nuestro show de la TV con su ya conocido eehh…eehh…eehh
seguido de la persona que parece estar en medio de la tormenta: “El Servicio
Nacional del Tiempo ha emitido una advertencia de tornado para los siguientes
condados. …las personas en la trayectoria de esta tormenta deben buscar refugio
inmediatamente.” Más tarde esa noche, nos enteramos que el tornado tocó tierra
a dos millas de nuestra casa. Todos estaban advertidos. Muchos fueron
afortunados. Unos cuantos no lo fueron.
Advertencias del Director General de Salud Pública. El director general es el
principal portavoz de la nación en materia de salud pública. Nos hemos
acostumbrado a las advertencias a tal punto que casi ni les prestamos atención.
Por ejemplo, casi el 70 por ciento de los americanos tienen sobrepeso; el director
general manifiesta que la obesidad es el factor contribuyente número uno al
mayor asesino de los americanos, las enfermedades del corazón. Es extraño que
el mismo asesino en la esfera física, las enfermedades del corazón , sea también el
asesino número uno en la esfera espiritual. Hummm.
A menudo nos metemos en problemas no porque no estemos conscientes de
los peligros, sino porque no prestamos atención a las advertencias. Muchos
hombres conocen las advertencias en las Escrituras, de lo que hay que hacer y no
hacer; solo que eligen ignorarlas. La idea de educar a la gente sobre los riesgos y
dejar que utilicen su sentido común parece no funcionar. No es suficiente. Algo
más grande está sucediendo que parece superar al sentido común y controla los
corazones. Afecta a todos, incluyendo a los hombres que han dedicado sus vidas
al ministerio, han memorizado las Escrituras, servido fervientemente, respetado
y también oficiado los sacramentos y tradiciones. Estos hombres son un blanco
de alta prioridad: saca a los generales (los pastores, los obispos y los sacerdotes)
y la tropa sufrirá. Es tiempo de recuperar el terreno, responder a la lucha,
buscarse el uno al otro, entablar amistad con los líderes ministeriales y dejar que
ellos entablen amistad con nosotros. Tal como escribió el antiguo narrador griego
de historias, Esopo, “Unidos venceremos, divididos caeremos.”
No estamos seguros.
La esfera física no está bien debido a que las cosas en la esfera espiritual no
están bien—todavía.
Un guerrero lo sabe. Es lo primero que mantiene en su mente y, por
consiguiente, lo practica en la vida. Debe “sorprenderse” cada vez menos.” Uno
de los errores clásicos que un guerrero puede cometer es retirarse a la pasividad
subestimando ya sea la fragilidad de la libertad, el poder de las tinieblas o ambas
cosas. Existe otro error clásico donde el guerrero se pondrá directo en las manos
del enemigo. Si no es el de subestimándolos, es el error de sobre estimarnos a
nosotros mismos.
ORGULLO Y ARROGANCIA
No toma mucho tiempo. Sé bueno en algo y la tentación de ser reconocido por
ello viene a tocar la puerta. Comprométete a algo y la tentación de hacer que a
todos los demás le importe tanto como a ti es casi inevitable. Cuando estoy
herido o me han agraviado, siento un fuerte impulso de reunir a un séquito de
simpatizantes. En la raíz de todas estas cosas está el orgullo.
El orgullo siempre es un riesgo cuando recibimos entrenamiento de nuestro
Padre. Aprendemos cómo funciona el Reino y descubrimos el lugar importante
que tenemos en él. A través de las experiencias que Dios nos permite, llegamos a
ver la Vida más claramente, a comprenderla más profundamente, y a caminar
con las responsabilidades que vienen de saber lo que sabemos. Sin embargo,
irónicamente, es aquí, en este lugar de crecimiento y entrenamiento, de privilegio
y responsabilidad, que el orgullo puede echar raíces. Comenzamos a buscar
nuestro valor y valía por lo que hacemos en lugar de traer nuestro valor y valía a
que hacemos. De pronto tenemos la absoluta seguridad de que somos los que
vemos más claro, sabemos lo que es mejor, y hemos hecho “justo lo correcto.” Y
los otros necesitan escuchar.
Si alguna vez te encuentras abrigando esta actitud, piérdela rápidamente. El
orgullo religioso y la arrogancia harán que la compasión y el cuidado den paso a
la comparación y al juicio. El cambio es sutil y siniestro. Sucede sin que nos
demos cuenta—pero no sin previo aviso. Es por eso que Jesús advierte a Sus
seguidores:
Las Escrituras advierten contra subirse a las plataformas del mundo para
recibir los aplausos y premios de los hombres. Sin embargo, esto sucede una y
otra vez en el ministerio tanto como en cualquier otra situación de la vida. El
guerrero necesita estar en atento y en guardia contra ello porque no somos
infalibles. Cuanto más sabios realmente seamos, caminaremos con más
humildad. Nuestra fuente de Vida, significado y sabiduría es Jesús, y la única
validación que buscamos como hijos amados debería ser la de nuestro Padre.
Este hombre de los impuestos, no el otro, se fue a casa justificado con Dios. Si
caminas con tu nariz en el aire, terminarás de cara en el suelo, pero si estás
satisfecho de ser simplemente tú mismo, te convertirás en más, serás
enaltecido. (Lucas 18:14 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
Ahora bien, ustedes los Fariseos limpian lo de afuera del vaso y del plato, pero
por dentro están llenos de robo y codicia y de extorsión y malicia y maldad.
¡Necios (tontos, insensatos) [actuando sin reflexión o inteligencia]! El que
hizo lo de afuera ¿no hizo también lo de adentro? (Lucas 11: 39-40)
¡Auch! Decir estas líneas de manera amorosa—ahora, eso fue algo que solo
Jesús pudo lograr. Y no fue la única vez. Jesús dio muchas otras advertencias a
los fariseos y también las dio acerca de ellos.
Jesús les dijo, Tengan cuidado y estén atentos contra la levadura (fermento)
de los Fariseos y Saduceos. … ¿Cómo es que no entienden que no hablaba yo
del pan? ¿Sino de tener cuidado de la levadura (fermento) de los fariseos y
saduceos? Entonces comprendieron que no les decía que se cuidaran de la
levadura del pan sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos. (Mt.
16:6, 11-12)
Estos son los sabios dichos de Salomón, hijo de David, rey de Israel—escritos
para que sepamos cómo vivir bien y correctamente, para entender lo que
significa la vida y adónde va; un manual para vivir y aprender la rectitud, la
justicia y la equidad; para enseñar a los inexpertos el teje y maneje y dar a
nuestros jóvenes un conocimiento de la realidad. Aquí también hay algo para
los hombres y mujeres expertos, todavía una o dos cosas para que aprendan
los que tienen experiencia. (Pr.1:1-6 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído
inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas
a la inteligencia y pides discernimiento. …la sabiduría vendrá a tu corazón, y
el conocimiento te endulzará la vida. La discreción te cuidará, la inteligencia
te protegerá. La sabiduría te librará del camino de los malvados, de los que
profieren palabras perversas. (Pr. 2:1-3, 10-12 NVI)
MUCHAS PROMESAS
Todos estamos familiarizados con el concepto de una promesa.
Desafortunadamente, estamos demasiado familiarizados con la experiencia de
una promesa rota.
“Estaré alli, te lo prometo.”
“Tienes mi palabra.”
“Te prometo amarte, y cuidarte hasta que la muerte nos separe.”
Jesús hace Sus promesas de corazón a corazón y las cumple todas. Tomemos
esta, por ejemplo:
Les he dicho estas cosas, para que en mí tengan [perfecta] paz y confianza. En el
mundo tienen tribulación y pruebas, angustias y frustraciones; pero ¡tengan
buen ánimo [sean valientes; tengan confianza, estén seguros, sean
indesmayables]! Porque yo he vencido al mundo. [Lo he despojado de poder
hacerles daño y lo he vencido por ustedes.] (Juan 16:33)
Toma nota de que Jesús no nos la prometió fácil ; Él nos la prometió abundante
(Juan 10:10). “Abundante” parece ser que incluye momentos de pruebas y
angustia. Tenemos la ventaja, ¿pero sabemos cómo manejarla? El enemigo nos
probará para averiguarlo. Si no sabemos nuestro lugar como hijos amados y
cómo ver el poder y la autoridad de Cristo trabajando en nosotros para amar
como guerreros, entonces el enemigo procederá sin control y de manera
despiadada. Jesús no lo dejó hacer eso, y nosotros tampoco lo deberíamos dejar.
¡Esto lo explica bastante! Explica por qué la gente recae, ¿no es así?—por qué
algunos creyentes experimentan victoria en ciertas áreas de sus vidas por un
tiempo, y luego recaen en sus viejos hábitos. Una adicción o un comportamiento
que los había atormentado por largo tiempo, que los dominaba se aparta de ellos
temporalmente. El enemigo se va por un tiempo por el poder y la autoridad de
Cristo, pero la victoria es de corta duración. El enemigo regresa… ¡con siete
amigos!
Hijos míos, ustedes vienen de Dios y pertenecen a Dios. Ustedes ya han ganado
una gran victoria sobre los falsos maestros, porque el Espíritu en ustedes es
mucho más fuerte que cualquier otra cosa en el mundo.
Cada vez que haces una elección estás convirtiendo la parte central, la parte
fundamental de ti, esa parte de ti que elige, en algo un poco diferente de lo
que era antes. Y tomando tu vida como un todo, con todas tus innumerables
elecciones, a lo largo de toda tu vida estás lentamente convirtiendo esta cosa
fundamental en una criatura celestial o en una criatura infernal: ya sea en una
criatura que está en armonía con Dios, y con otras criaturas y consigo mismo,
o bien en una que está en estado de guerra y odio con Dios, y con sus
semejantes, y consigo mismo. …
En cada momento cada una de nosotros está progresando hacia uno o hacia otro
estado.
Un ladrón solo está allí para robar, matar y destruir. Yo he venido para que
tengan una vida real y eterna, más y mejor vida de la que jamás podrían soñar.
(Juan 10:10 Traducción libre de la Biblia El Mensaje )
Vayan, pues, y entrenen a toda persona que conozcan, lejos y cerca, sobre esta
forma de vida, marcándolas con el bautismo en el nombre trino: del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. Luego instrúyanlas en la práctica de todo lo que les
he mandado. Estaré con ustedes mientras hagan esto, día tras día tras día hasta
el final de los tiempos. (Mt.28:19-20 Traducción libre de la Biblia El Mensaje
No estés obsesionado con conseguir más cosas materiales. Relájate con lo que
tienes. Puesto que Dios nos aseguró, “Nunca te defraudaré, nunca me iré ni te
abandonaré,” podemos citar con valentía,
Dios está allí, listo para ayudar; no temeré no importa lo que sea. ¿Quién o qué
podría hacerme algo? (He. 13:5-6 Traducción libre de la Biblia El Mensaje)
Hay una buena razón por la que Dios repetidamente nos dice, “No temas.”
También hay una buena razón por la que Él nos invita continuamente a confiar
en Él. Esta historia no es tan segura como nos han llevado a creer. Si no has
experimentado alguna vez lo que significa estar abrumado, confiarás en tus
propias fuerzas y creerás que podrás controlar todas las variables. Eso es una
pequeña vida sin Dios. No es la vida para la cual tú y yo fuimos destinados.
Jesús conoce el camino. Él es la verdad y tiene la luz. Nos promete que se
quedará con nosotros. Permanecer cerca de Él es siempre la prioridad—uno—
para un amado hijo de Dios. Es la plataforma sobre la cual un guerrero practica
su arte, amando intensamente y luchando con valentía por los corazones de los
demás. Esto es lo que hizo nuestro Rey y lo que todavía hace cuando toma Su
residencia en un hombre. “En este mundo tendrán aflicciones,” Jesús nos
advirtió—pero luego nos volvió a asegurar, “Anímense. Yo he vencido al
mundo” (Juan 16:33 NVI).
Ser mujer es una tarea terriblemente difícil debido a que principalmente consiste en tratar con
hombres.
— JOSEPH CONRAD
E
ra unos minutos antes de iniciar la sesión del fin de semana de Profundización
para Mujeres, una de las iniciativas de Zoweh para las damas. Yo era el invitado
para compartir mi charla “Los deseos fundamentales del corazón de un hombre.
Revisando mis notas mientras sonaba la música, escuché claramente a Jesús
susurrar a mi corazón, “Discúlpate.” Supe de manera instantánea lo que Él me
estaba invitando a hacer.
La música terminó—era mi señal para subir al podio. Viendo al grupo de
mujeres, mi corazón se llenó de tristeza y remordimiento. Después de unos
segundos de silencio, comencé: “Antes que comparta en esta sesión sobre el
corazón de los hombres, primero quiero decirles—lo siento. Lo siento mucho.
Quiero disculparme por lo que nosotros los hombres les hemos hecho a ustedes y
la parte que nos corresponde por haberlas herido y haberles roto el corazón.”
Las palabras parecían resonar suavemente en el auditorio, aterrizando
suavemente y encontrando su lugar no solo en el corazón de las mujeres sino
también en mi propio corazón. En ese momento, estaba representando y
confesando a nombre de “mi especie.” Pero había más. Me di cuenta que
también era mi disculpa.
Como la gran mayoría de hombres, aprendí temprano y creí profundamente la
mentira que se le ha dicho a los chicos. Aquella mentira de para qué son las
chicas, la mentira de que están hechas para mi uso y mi gratificación aquí, para
validarme y decirme que soy un hombre.
Lo que comienza temprano como un asalto al corazón masculino más tarde
tiene ramificaciones, convirtiéndose en un asalto al corazón femenino. Matar la
inocencia sexual es una prioridad muy alta para nuestro enemigo, y los
muchachos con demasiada frecuencia caen en sus manos. Es un asunto que se da
muy pronto y de deseos que terminan mal.
OBTENIENDO AYUDA
Era el verano del 2001 cuando por primera vez leí el libro titulado Salvaje de
Corazón . Ese mismo invierno un fin de semana fui a una conferencia organizada
por su autor, John Eldredge. ¡Regresé a casa muy emocionado!
Durante los primeros días después de mi regreso, le leí a mi esposa, Robin,
partes de mis anotaciones de la conferencia y fragmentos de Salvaje de Corazón.
Le conté del fin de semana en que se estaría llevando a cabo la contraparte
femenina de este seminario que Eldredge y los Ministerios de Ransomed Heart
estarían ofreciendo para mujeres, más adelante ese mismo año. Amorosamente le
dije, “¡Cariño, necesitas ir y recuperar tu corazón!”
Recuerdo claramente escuchar el tic tac del reloj de la repisa mientras yo
miraba una cara que, sin decir palabra, me estaba comunicando con toda
claridad, “¿Qué acabas de decir?” Después de varios segundos, Robin abrió sus
labios y secamente contestó, “¡Mi corazón está muy bien, gracias!”
Hummm, eso no cayó tan bien que digamos. Fue en ese momento que las
palabras durante la clausura de Eldredge volvieron a mi mente: “Ahora, hagan lo
que hagan, no vayan a casa a decirle a la esposa que ustedes son nuevos y
mejorados´ y que eso es lo que ahora ella necesita hacer.” En retrospectiva, se dio
en el clavo una vez más.
Más tarde ese día, Robin pasó y me visitó en la celda de castigo para decirme,
“Si, creo que me gustaría ir.” Pensé que estaba diciendo sí a la aventura del fin
de semana de su vida y a las profundas aguas espirituales que le aguardaban.
Más tarde me enteré que estaba diciendo sí al viaje a Colorado y a tener un
descanso de cuatro días de tres niñitas y de mí.
Pero cuando Robin regresó a casa, me dijo con los ojos llorosos, “La cosa
más significativa para mí durante el fin de semana fue que, en lo profundo de mi
corazón, comencé a entender y a experimentar a Dios como mi Padre—un Padre
muy amoroso que me adora. Este Padre me conoce, me ve, quiere estar conmigo
— se deleita en mí tal cual soy, justo donde me encuentro, en este momento, en
mi quebrantamiento, en mi laberinto. ¡Yo soy Su HIJA AMADA!”
Recuerdo haber pensado, “¡Ves, yo sabía que ese fin de semana era una buena
idea!” Mientras compartía más en los siguientes días, comencé a entender algo.
Aunque ambos somos portadores de la imagen de Dios, y vivimos en la misma
Historia, la manera en que portamos esa imagen, y por lo tanto, lo deseos que
abrigamos en lo profundo de nuestros corazones, son tan diferentes como el
rosado y el celeste.
No solamente tenemos diferentes deseos fundamentales, también somos
sujetos de asaltos únicos y específicos sobre dichos deseos.
Hay una razón por la cual Dios hizo al hombre y lo colocó en el papel de
proveedor y protector. No es para el bienestar del hombre; es para el bienestar de
los demás, comenzando con el de nuestra esposa y luego el de nuestros hijos, en
ese orden.
Debo confesar que consulté con unas cuantas personas para escribir este
capítulo. Pasé varias horas entrevistando a mi esposa y escuchando a algunas de
sus más íntimas amigas opinar sobre el corazón de una mujer. Ellas brindaron las
voces de la experiencia que se necesitaba para dar forma a lo que sigue. Espero
que provea un contraataque efectivo para las pérdidas cruciales sufridas por las
mujeres que amamos—y nos arme a nosotros con nuevas y mejores formas de
luchar por ellas y de amar y entender sus corazones.
NO ESTÁ LISTO
Yo era un niño de los setentas. Los programas de televisión como los Ángeles de
Charlie, la Mujer maravilla, los Duques de Hazzard, Tres son compañía y Dallas
estaban en todo su furor. Esos fueron los días donde cuatro canales se
expandieron a cuarenta. Ninguno de mis amigos veía estos programas por lo
ingenioso del guión, por los personajes tan intrigantes, o por sus magníficos
argumentos secundarios. ¡Cielos! Recuerdo haber visto las repeticiones de la Isla
de Gilligan , y no porque eran graciosas. ¿Recuerdas a Mary Ann y a Ginger? Tú
sabes de lo que estoy hablando.
Los muchachos consiguen la carreta antes que el caballo. Los hombres
creemos la mentira de que tener una amante nos va a hacer un guerrero. Peor
aún, hemos creído que ellas asentarán nuestros corazones y nos harán hijos
amados. Pero una muchacha no va a asentar el corazón de un hombre, no
importa cuántas de ellas tenga, ya sea en persona o en la pantalla. Ella no podrá
responder a las preguntas más profundas de él, ni tampoco tener sexo con ella
probará que él es un hombre.
Pocas cosas son más aterradoras que un hombre intentando algo para lo cual
todavía no está listo ni equipado para hacer. Observamos con un ojo abierto y el
otro cerrado, esperando el sonido del accidente y el dolor. Igual es para los
muchachos que van detrás de las muchachas. La cultura entrega su mensaje alto
y claro: “Tan pronto como puedas y tantas como puedas.” La mayoría de los
muchachos se suscribe tempranamente a la creencia de que si pueden encontrar
una chica que se fije en ellos, ya son alguien. Y las muchachas caen en la misma
situación. Así que los rieles ya están puestos desde temprano para los horrorosos
accidentes de los trenes de la pornografía, los amoríos y el divorcio. Nos han
engañado. No estamos listos para amar a una mujer.
El leer un libro o tener unas cuantas semanas de consejería matrimonial a
costa de nuestra ignorancia antes de decir el “sí quiero” no bastará. El enemigo
tan solo se ríe. Ha estado planificándolo y colocando las cargas explosivas desde
nuestra niñez. Un buen día empujará el émbolo hacia abajo y observará con
júbilo mientras explota, y luego todo se derrumba. Por lo general,
aproximadamente diez años después de la luna de miel, algunas veces veinte
años, es cuando el reino de las tinieblas obtiene su mayor golpe e inflige el
mayor daño colateral. Engañar o ser engañado, un cónyuge cambiado por otro,
un segundo matrimonio por un tercero, un traslado total con cajas y bolsas de
heridas y acuerdos, y el intento de construir una nueva casa en la arena—al
enemigo le encanta eso.
Existe una razón por la cual el 50 por ciento de todo primer matrimonio
fracasa, y el 67 por ciento del segundo matrimonio y el 73 por ciento del tercer
matrimonio terminan en el cementerio. Nosotros los hombres llevamos nuestras
propias creencias hacia el altar. Y las mentiras acerca de para qué sirven las
muchachas nos vuelven personas sin entrenamiento ni preparación para
realmente amar a una mujer. Algo tiene que cambiar. Alguien tiene que aprender
a ceder.
EL CORAZÓN FEMENINO
El corazón femenino, lo más profundo y verdadero de una mujer, fue diseñado
para ser amado, perseguido, disfrutado, protegido, para deleitarse en él y por el
cual luchar. Igual que nosotros, las mujeres anhelan ser amadas—ser las hijas
amadas, saber que Dios las está mirando y ama lo que ve. Cada corazón
femenino en el planeta necesita desesperadamente experimentar el amor de Dios
y poseerlo como suyo. Si una mujer así lo hace, cambiará todo .
Al igual que los hombres, las mujeres luchan con no saber quiénes son
realmente. Ellas tampoco ven el contexto de la Historia más grande y su rol
crucial dentro de ella. Las mujeres son portadoras de la imagen de Dios en que
son profundamente relacionales, aman intensamente (piensa en “Mamá Oso”),
crían y reconfortan, y ofrecen misericordia y creatividad. Las mujeres dan vida.
Tienen una fuerza excepcional que ofrecer al mundo a través de la belleza que es
potestad de ellas develar. Estas cosas son verdad acerca de Dios, y también son
verdad respecto a las portadoras de Su imagen.
Empieza temprano. Cada hija desea ser conocida y amada por su papá, ser el
objeto de sus afectos, la niña de sus ojos, ser vista y validada por el hombre más
importante de su vida. Cada mujer anhela esto, y al igual que nuestros corazones,
el de ella está haciendo las preguntas, ¿Me ves? y ¿amas lo que ves?
Hace unos años, Robin y yo fuimos a ver la película Avatar . Es una película
que toca muchos temas y de una variedad de ingredientes, los más obvios siendo
los extraterrestres grandes, azules y con rasgos felinos y las explosiones. Muchas
explosiones. Más de una vez pensé, “Esto no está yendo bien. A ella no le
gusta.”
Saliendo del cine, le hice la pregunta de rigor: “¿Y qué te pareció?”
“Me encantó.”
“¿En serio?” Me sorprendí. “¿Qué te encantó?”
“Me gustó mucho cuando los personajes principales se enamoraron, y
especialmente la escena cuando Jake le dice a Neyteri, ‘Te veo,’ y ella dice, ‘Te
veo .’ No es tan solo ‘Yo te veo frente a mí.’ Es ‘Yo veo dentro tuyo, y me encanta
lo que veo.’ Y cuando ella le dice a él que ella ve su corazón fuerte— ¡Me
encantó!”
Pensé, “Caramba, está revelando parte de su corazón femenino.” Por mucho
tiempo me perdí de verlo. Está justo frente a nosotros los hombres, como una
gran pantalla con extraterrestres azules y explosiones, y a pesar de ello nos lo
perdimos. Yo vi la batalla épica; ella vio la romántica historia de amor. ¡Dios nos
dio ojos para ver y oídos para oír! Necesitamos aprender a utilizarlos para vernos
y escucharnos unos a otros.
Cada niñita viene a este mundo haciendo preguntas igual que lo hace cada
niño lo: “¿Me ves? ¿Te gusta lo que ves? ¿Quieres estar conmigo? ¿Te deleitas
en mí?
La primera persona de quien ella anhela escuchar ¡ Sí ! es de su papá. Un buen
papá que lucha por el corazón de su pequeña hija no luchará en vano. Tengo
fotos de cada una de mis tres hijas conmigo cuando eran pequeñas con atuendos
de camuflaje, vistiendo camisetas de baloncesto, llevando gorras de beisbol,
sosteniendo palos de golf, sosteniendo cañas de pescar. No estoy del todo seguro
si es que querían hacer estas cosas, pero estoy absolutamente seguro que querían
estar con su papá.
Todo se reduce a dónde—o mejor dicho, a quién— llevan las niñas sus
preguntas. Charles-Augustin Sainte-Beuve, escritor de mediados del siglo XVIII
escribió, “Dígame quién la ama y quien la admira, y le diré quién es usted.” Esto
puede ser peligroso y glorioso. ¿A quién acudimos principalmente en busca de
amor? En última instancia, las mujeres y los hombres por igual necesitan llevar
sus preguntas al Padre, mirándolo a Él, para descubrir las cosas que son más
verdaderas sobre sí mismos.
Cada vez que me volteo, soy bombardeada con imágenes que el mundo llama
“Belleza/Hermosa”—en la fila para pagar, en las revistas, en la televisión, en
las películas. Se burlan de nosotras, y diariamente nos recuerdan que nunca
vamos a estar a la altura de ese estándar. Como madre de tres hijas
adolescentes, estoy particularmente consciente de lo crueles y poderoso que
son esos mensajes degradantes. El enemigo se mofa de nosotras con “¿Somos
lo suficiente para mantener la mirada de alguien?” Y la mayor parte del
tiempo la voz en nuestra cabeza responde, “No, no soy lo suficiente.”
Sin embargo, las mujeres todavía anhelan ser hermosas y ofrecer belleza. Y
eso es algo bueno. Ese anhelo puede estar apagado. Puede estar gritando para
captar la atención, pero en cualquiera de los casos, está allí, esperando ser
descubierto y disfrutado. Y en ese deseo está el reflejo de Dios y cómo Él las
diseñó.
Nuestro Dios es un Dios Hermoso y Él creó un mundo de increíble belleza.
¿Qué alma inmortal no ha quedado sin palabras al observar una ardiente puesta
de sol o la vista hacia un valle desde la cima de una colina? Una mirada fija al
océano, a las montañas, a la vida silvestre, a una flor. Las palabras quedan cortas
en esos momentos. ¿Con qué frecuencia nos cautiva, aunque sea por un segundo,
un sencillo pájaro o una mariposa? Eso es lo que hace la belleza: capta nuestra
mirada invitándonos a disfrutarla.
Dios también anhela ser descubierto y que lo disfruten, y nuestros corazones
masculinos fueron hechos para responder. Fue el Rey David, el primer guerrero
poeta, que declaró,
LA ESENCIA DE LA BELLEZA
¿Recuerdas Halloween? Los niños se disfrazan de superhéroes. ¿Cómo se
disfrazan las niñas? ¡Como princesas! Los jóvenes corazones femeninos tocan la
puerta con vestidos largos y coronas, bobos recogidos y tacos de plástico,
esperando mucho más que un caramelo. Observa lo que sucede cuando les das
algo bueno para sus corazones. En el próximo Halloween, cuando una pequeña
princesa toque la puerta, ábrela, dobla las rodillas y proclama, “¡Su majestad!
Cuan hermosa eres por dentro y por fuera.” Se olvidará de por qué toco la puerta.
Mi esposa cuenta esta historia de los tiempos cuando estaba cursando los
últimos años de primaria:
No teníamos mucho dinero cuando estábamos creciendo, así que los disfraces de
Halloween típicamente eran hechos en casa por mi madre creativa e
ingeniosa. Aquel año en particular, amigos de la familia nos prestaron a mi
hermana y a mí varios vestidos y disfraces para que pudiéramos escoger qué
ponernos. De inmediato escogí un precioso vestido largo rojo muy adornado
con una crinolina y encaje negro. ¡Cuando me puse el vestido, me sentía
como una baronesa española! ¡ Recuerdo tan vívidamente ese sentimiento! Me
sentía hermosa, de la realeza. Me paraba más derecha y alta y odiaba correr con
mis amigos de casa en casa. ¡Quería deslizarme por el vecindario! Nunca
olvidaré que mi papá me dijo, “Cariño, ¡te ves hermosa!” Y le creí.
¿A dónde irá ese joven corazón de aquí a diez, veinte, treinta años más tarde?
Viajará a través de la historia y de la batalla por el corazón igual que los
muchachos tratando de convertirse en hombres. De manera similar, el corazón
femenino pierde su camino. Comúnmente, la belleza es mal entendida. La
cultura le otorga un valor externo a la belleza. Basta con ver unos minutos
cualquiera de los programas de reality sobre las “Esposas”. Hay muchos
hermosos exteriores, pero con interiores muy poco atractivos. Por otro lado,
conozco varias mujeres que tal vez no ganen ningún certamen mundial de
belleza o cuya belleza externa se está desvaneciendo con los años, sin embargo,
son muy hermosas. Su presencia irradia. Brillan cuando sonríen, iluminan una
habitación con su sonrisa. Su voz o su toque puede ser hermoso. Ellas preparan
una mesa hermosa y hospitalaria para sus amistades; se aseguran de que
disfruten un bocado o una bebida que ellas han preparado.
La belleza es una artesana arreglando flores, o pintando en un lienzo, o
escribiendo las palabras que describen lo que es correcto, bueno y verdadero en
el mundo. Los días feriados y otros días especiales se vuelven bellos porque las
mujeres hermosas tienen dentro de ellas el hacer que esas ocasiones sean así. La
verdadera belleza anhela ser compartida.
LA INTENSIDAD DE LA BELLEZA
En la película de 1995 La Pequeña Princesa , el personaje principal, Sara Crewe,
cree las palabras de su padre sobre todas las demás voces. Cuando su padre se va
a luchar por su país en la II Guerra Mundial, matriculan a Sara en un prestigioso
internado. Cuando llegan noticias de que su padre está desaparecido en la batalla,
la celosa y estricta directora degrada a Sara de una interna a una sirvienta, pero el
impacto de su padre en la vida y el corazón de Sara permanece a pesar de que
ahora ella se pone un mandil en lugar de un uniforme. Las otras niñas quieren
estar con ella. N ecesitan estar con ella porque Sara imparte calor, aliento y
esperanza en todo momento. En el momento culminante de una escena en el
ático del internado, la directora regaña y amenaza a Sara con mucho desdén y
odio.
SARA: Soy una princesa. Todas las niñas lo son. Aun si viven en áticos
pequeños y viejos. Incluso si visten harapos, incluso si no son bonitas, o
inteligentes o jóvenes. Siguen siendo princesas. Todas nosotras. ¿Su padre
nunca le dijo eso? ¿No lo hizo?
A veces la belleza puede ser intensa. El padre de Sara le concedió ser amada.
Ella lo acogió y lo atesoró en su corazón. Y un día se convirtió en el arma que
empuñó contra las mentiras del enemigo.
Stasi Eldredge escribió en el libro Cautivante, “ La belleza es lo que el mundo
anhela experimentar de una mujer. Nosotras [las mujeres] sabemos eso. En algún
lugar profundo, sabemos que es verdad. La mayor parte de nuestra vergüenza
viene de esto, de saber y sentir que hemos fallado aquí. Así que escucha esto: la
belleza es una esencia que mora en cada mujer. Fue dada por Dios.”
La belleza es extravagante y generosa para otros. No se utiliza para obtener,
sino que se ofrece para disfrutar, sin ataduras. La belleza puede señalar
corazones hacia su Fundador, el Dios Hermoso que sostiene la creación y
despliega la salida del sol después de la puesta del sol, día tras día. Aquel
Precioso Dios pinta extravagancias en un nuevo lienzo cada día para aquellos
con ojos para ver. Y orquesta una canción nueva y seductora para aquellos que
tienen oídos para oír.
Cuando un hombre falla en ver e invitar la verdadera belleza de una mujer,
adhiriéndose más bien a la prescripción del mundo de lo que es y hace la
belleza, él solo añade confusión y dolor profundo al corazón femenino. Nuestra
ignorancia contribuye a su desorientación. Aquí hay una mejor historia a ser
escrita. La belleza tiene el derecho de insistir de manera férrea en que es lo que
es, y nada menos. Y como guerreros, estamos llamados a reconocer la verdadera
belleza de nuestras princesas y luchar por ella, defenderla, e invitarla con amor,
ternura y valor.
ROMANCE
En el 2012, según las estadísticas del Mercado del Consumidor de los Estados
Unidos, la ficción romántica tuvo la mayor proporción de venta de libros, por un
total de US $1,400 millones. Solo para comparar, las ventas de libros religiosos e
inspiradores totalizaron US $720 millones. Los autores de los romances de
ficción están capitalizando en un mercado masivo basado en dos preguntas que
se encuentran en el corazón de toda joven: “¿Me ves? y ¿amas lo que ves?”
Cuando las niñas crecen, sus preguntas se gradúan. Lo vemos en el corazón
de una mujer—el anhelo de ser vista y buscada por lo que ella es, no por lo que
pueda hacer o cómo pueda ella hacer sentir a un hombre.
¿Por qué este deseo de romance en el corazón femenino?
¡Porque Dios ama el romance! Él es su autor. Él desea ser querido.
Mira las Escrituras. ¿Cuántos eruditos, teólogos o maestros de la Biblia
conoces que hubieran incluido las historias del romance de Rut, Ester, Oseas o El
Cantar de los Cantares? ¡Son escandalosas! Si hubieran sido escritas y
publicadas por separado, pocas copias hubieran encontrado su camino a las
librerías de las iglesias o a las escuelas cristianas. Las imágenes audaces en la
Biblia de la novia y el novio…los amantes… al respecto, no califican para el
público en general. Sin embargo, es la forma como Dios describe la relación que
Él desea tener con Su pueblo. Considera esta escena del libro de Ezequiel:
Pasé nuevamente y te vi, vi que estabas lista para el amor y un amante. Yo te
cuide, te vestí y te protegí. Te prometí mi amor y entré en pacto de
matrimonio contigo. Yo, Dios, el Maestro, di mi palabra. Te hice mía. Te di un
buen baño, sacando toda la sangre vieja, y te ungí con aceite aromático. Te
puse un vestido colorido y calcé tus pies con sandalias de cuero. Te di blusas
de lino y un guardarropa de moda con ropa cara. Te adorné con joyas: puse
brazaletes en tus manos, y te equipé con un collar, anillos de esmeraldas,
aretes de zafiro y una tiara de diamantes. Se te proporcionó todo lo que era
precioso y hermoso: con ropas exquisitas y elegantes, alimentos adornados
con miel y aceite. Estabas absolutamente espectacular. ¡Eras una reina! Te
volviste mundialmente famosa, una belleza legendaria traída a la perfección
por mis adornos. Decreto de Dios, el Maestro. (Ez. 16: 8-14 Traducción libre
de la Biblia El Mensaje )
GANA EL ROMANCE
Cuando digo que las mujeres anhelan el romance, podría ser útil que diéramos
una mirada a algunos ejemplos que ilustran lo que quiero decir. Hombres, tomen
nota—estas son escenas que deshacen a las mujeres en nuestras conferencias.
Nunca falla…cada vez que uno de estos videoclips se muestra hay un suspiro
colectivo y todas las damas comienzan a susurrar, “¡ Amo esto!” Luego, después
de los videoclips ¡vienen las sonrisas y las lágrimas!
¿Esta es la forma en que Dios decide hablar del final de Su historia? ¡Es la
manera en que Él habla de Su amorosa búsqueda y la consumación de nuestras
vidas junto a Él para siempre!
UN PAPEL ESENCIAL
Una mujer también desea estar inmersa en algo más grande que ella misma. Ella
desea desempeñar un papel esencial en la Historia más grande—no solo un
pequeño papel de apoyo en la historia de un hombre, sino un papel más
significativo en uno que sea más grande. Una mujer quiere ser necesaria, ser
importante y tener algo de valor, algo que importe, algo que pueda ofrecer a
aquellos que ella ama y al mundo a su alrededor. Las mujeres realmente no
quieren ser la aventura, pero sí desean ser parte de una, estar inmersas en una. El
anhelo en el corazón de una mujer de compartir la vida junto a un hombre como
parte de una gran aventura—eso también viene directamente del corazón de
Dios.
Cuando invité a Robin a intervenir y compartir más de su corazón en nuestras
conferencias, ella estuvo renuente. Creía que lo que le estaba pidiendo era muy
grande y demasiado. “No soy un conferencista y no soy articulada,” dijo ella,
declaraciones que reflejaban los mensajes hirientes de su pasado.
Fue el hecho de que la invité y de que se le necesitaba lo que finalmente
inclinó la balanza para que diera un paso de fe.
A lo largo de los años he aprendido dos formas en que he manejado el
corazón de Robin y que no fueron de ayuda : la primera, yo corriendo antes que
ella y dejándola atrás, y la segunda, quedándome atrás y empujándola
e instruyéndola demasiado, dándole demasiados consejos y, simplemente,
dándole demasiadas instrucciones. El Padre me está entrenando a mí. A ella no
se le debe invitar a ayudarme, sino más bien a ofrecerle gloria en el papel que
desempeña. Yo puedo alentarla a que comparta lo que sabe y lo que ha
experimentado, pero no la puedo obligar.
Hablar en público todavía no es algo a lo que Robin aspira, pero ha admitido
que compartir este mensaje de Vida es la pasión de su corazón. La he escuchado
decir muchas veces, “Quiero que cada niña, cada mujer sea libre—que sepa
quién es ella realmente, que sepa cómo la ve su amoroso Padre Celestial y de
qué manera le importa a Él el corazón de ella. Que conozca su belleza, su
condición de ser amada, la gloria de su vida y de ser libre para ofrecérsela al
mundo.”
La mayoría de mujeres no tiene idea de cómo encaja en esta Historia más
grande. Al igual que la mayoría de los hombres, no tienen idea de que hay
mucho más en marcha: cómo dos reinos están en guerra por sus corazones, lo
mucho que importan sus corazones, y cuánto tienen que ofrecer y ¡lo necesarias
que son! La mayoría de las mujeres, al igual que los hombres, está desorientada.
Y los resultados son desastrosos. El enemigo busca disminuir y distorsionar lo
que es una mujer, desviándola con artimañas de su condición de ser amada, de la
belleza, el romance y del papel esencial que únicamente ella lo puede
desempeñar. Al igual que los hombres, su vida con Dios y con los demás está
opuesta.
¿Me ves? Ella quiere ser vista y conocida, quiere ser la amada.
El enemigo busca que pase desapercibida, desconocida, y rechazada.
¿Amas lo que ves? Ella anhela el romance. Las tinieblas desean que ella sea
rechazada, abandonada y reemplazada.
Hay temas propios para las heridas de cada mujer. Son específicos del género,
pero el objetivo es el mismo que el de los hombres: generar culpa, vergüenza,
temor, abandono y aislamiento. En el centro de su dolor está el temor de que irá
por la vida sin ser vista, sin ser valorada, sin ser amada y estará sola.
Debido a que un papá es tan fundamental en la historia de una hija, el
enemigo se esfuerza para asegurarse que las heridas más profundas de una mujer
sean infligidas por su padre durante su niñez. Un padre debe otorgar una
identidad, proporcionar seguridad y proteger los deseos fundamentales del
corazón de su hija. Esta es una tarea difícil para un papá que no entiende cómo
está hecha su pequeña hija y cuáles son los planes del enemigo en contra de ella.
Las heridas maternales también ocurren porque el papá tiene miedo de la
mamá o está ajeno a las heridas heredadas que ella está transmitiendo. Puede ser
que un hombre tenga necesidad de intervenir y proteger a su hija de su mamá,
pero muchos papás no lo hacen. Y entonces, a una temprana edad, los mensajes
calan:
ESPERANZADOR Y SERVICIAL
No soy un gran admirador de las listas. Sin embargo, yo si soy un gran a
admirador de las cosas que me pueden ayudar a ser parte de rescatar y restaurar
corazones. Aquí hay algunas sabias recomendaciones de mujeres acerca de cómo
los hombres pueden ayudar a liberar los corazones femeninos y a recuperar sus
esperanzas:
Primero busca sanidad para tu propio corazón. Este principio es similar a las
instrucciones de seguridad en un vuelo comercial sobre ponerte primero tu
propia máscara de oxígeno antes de ayudar a otros pasajeros. Buscar primero
sanidad para tu propio corazón es como ponerse la máscara. ¿Por qué? Porque
necesitarás de toda tu fuerza y de todo tu coraje para ver que una mujer sea libre.
Al permitir que Dios traiga sanidad a tu corazón, y al continuar caminando
íntimamente con Él, como hombre serás más capaz de ir tras el corazón de tu
esposa o el de tu hija y no ser derrotado en la batalla. Deberás ser libre de pelear
por ella sin demandar o necesitar nada de ella.
Ten curiosidad por el corazón de tu esposa. Haz preguntas. Conviértete en un
estudiante de lo que es ella. No puedes pelear por ella si no sabes dónde están las
batallas o cómo se mantiene cautiva su gloria. Por lo tanto, conoce su historia.
Comienza con observaciones simples: ¿Cuál es el color de sus ojos? ¿Qué la
hace reír? ¿Cuáles son sus cosas favoritas—comidas, libros, películas, flores,
fotos? ¿Cuáles son sus mejores recuerdos? ¿Los peores recuerdos? En las
respuestas y en sus historias se encuentran las pistas de dónde fue herida, cómo
fue asaltado su corazón de niñita. Pídele a Jesús que te lo muestre. Pídele a Jesús
que se lo muestre a ella.
Invítala. Invítala a ser parte de tu historia. Invítala a que te permita estar más
profundamente dentro de su historia. Invítala a la Historia más grande donde ella
desempeña un papel únicamente suyo, al igual que el papel que ambos
desempeñan como pareja. Haz más preguntas: “¿Qué piensas respecto a…?” “Qué
sientes sobre…?” Pregúntale gentil, amable y pacientemente. Al principio, tal
vez esté indecisa y se pregunte, “¿Qué es lo que quiere?” o “¿Por qué está
preguntando?” o “¿Dónde está mi esposo y quién es este impostor cariñoso que
lo ha reemplazado? Con toda honestidad, ¿cuándo fue la última vez que le hiciste
a tu esposa o a tu hija una pregunta solo para conocerla algo más?
Invítala a leer lo que tú estás leyendo o que ella comparta contigo lo que está
leyendo. Yo invito a Robin y a las niñas a caminar por el bosque detrás de
nuestra casa, o a hacer recados por la ciudad, las invito a cosas del día a día de
mi mundo. No siempre me dicen sí , pero ese no es el punto. El punto es la
invitación— Yo quiero estar contigo .
Invítala a ver la belleza—la luna, las puestas de sol, los amaneceres, las nubes
y las tormentas. Enséñale lo que amas; muéstrale tus lugares favoritos y tus cosas
favoritas. No lo tomes personalmente si no puede o no muestra mucho
entusiasmo. Solo invita. Dale tiempo.
Permítele estar dondequiera que se encuentre. Esta puede ser una de las cosas
más valientes y difíciles que puedas hacer. Puede ser mal interpretado por ella
como pasividad de tu parte cuando, realmente, estás simple e intencionalmente
dándole espacio. Puede ser que ella piense que estás tratando de arreglarla,
cuando en verdad estás tratando de ayudar. Estos malentendidos siempre están
conectados a sus heridas, a su falso yo, y al trabajo del enemigo. Velo como una
buena información. El enemigo siempre inclinará sus secretos y exagerará su
mano si un hombre está prestando atención. Confía en que Dios está obrando en
su historia tal como lo está haciendo en la tuya y que Sus intenciones son buenas.
No te olvides; ¡Él todavía sigue escribiéndola!
¡Él la tiene! John Eldredge dijo una vez en un campamento para rescatar
corazones, “La herida de ella es tu misión.” Tu misión no es para que tú la lleves
a cabo, sino para que tú te involucres . Como papá de hijas adolescentes, entro en
pánico si siento que se están escabullendo, y reacciono y me pongo pesado con
ellas demandándoles que hagan lo que yo digo cuando veo que están
deambulando peligrosamente por los rieles de contención. Pienso en todas las
veces que Jesús nos dijo a Robin y a mí, en momentos muy significativos en la
travesía de cada una de nuestras hijas, “la tengo.”
Lucha por ella. Aprende cómo desactivar los ataques espirituales que vienen
en contra de tu matrimonio, de tus hijos, de tus relaciones. Ora la Oración Diaria
en el sitio Web de Ransomed Heart Ministries o de Zoweh. Oren juntos si ella se
siente cómoda con la idea. Robin y yo lo hacemos, y he llegado a amar este
punto de contacto. Es una línea de vida y otro lugar más para que nuestros
corazones se conecten.
Acepta su invitación. Ya sea para involucrarte en conversaciones del corazón,
de la Historia más grande, o de la vida, entra en cualquier momento que ella te
envite. Entra a su mundo.
Hace dos minutos, Robin me preguntó si yo quería llevar algunos de los
manuscritos y compartirlos con ella en un viaje por auto al otro lado de la ciudad
que ella tenía que hacer. ¿Locura? No tanto. Dios me está ofreciendo más y más
de esos momentos por los que yo he estado orando y por todos aquellos que
probablemente me haya perdido.
Estate listo cuando ella te pregunte, “¿Cómo estuvo?” “¿Cómo te fue?”
“¿Cómo estuvo tu día?” “¿Cómo crees que debemos manejar a nuestra hija de
diecisiete años?” Respira profundo, pregúntale a Jesús lo que tienes que decir, y
luego comparte tu corazón. Comparte la travesía. A medida que buscas
amorosamente su corazón sin agenda para cambiarla o “arreglarla”, Dios vendrá .
Dale gracia y espacio. Él está obrando revelando y restaurando. Nuevamente de
Stasi Eldredge y el libro Cautivante:
Ahora— ¿puedes ver cómo los deseos del corazón de un hombre y los deseos del
corazón de una mujer fueron hechos al menos para encajar hermosamente
juntos? Una mujer en presencia de un hombre bueno, de un hombre real, ama
ser una mujer. La fuerza del hombre permite a su corazón femenino florecer.
La búsqueda del hombre saca la belleza de ella. Y el hombre en presencia de
una verdadera mujer ama ser hombre. Su belleza lo excita en su papel de
hombre; hace salir su fuerza. Ella lo inspira a ser un héroe.
SIGUIENDO AL REY
Tengan cuidado de dejar a sus hijos bien instruidos en lugar de dejarlos ricos, porque las
esperanzas de los instruidos son mejores que las riquezas de los ignorantes.
— EPICTETUS
Sigánme.
— JESÚS
E
n la película Invictus del 2009, Sudáfrica es sede de la Copa Mundial de Rugby
de 1995, donde Nelson Mandela tiene una visión para su país. Morgan Freeman
interpreta al recién elegido presidente sudafricano Mandela en la transición a la
presidencia de la “Nación Arco Iris.” Matt Damon interpreta a François Pienaar,
el capitán del equipo de Rugby de Sudáfrica. Durante esta época hostil en la
historia del país, los dos hombres se reúnen para el té de la tarde a petición de
Mandela.
MANDELA: ¿Cómo hacemos eso? ¿Con el ejemplo? Hasta cierto punto, pero
hay más que eso. . . . (Pausa mientras busca la palabra correcta.) ¿ Inspiración
tal vez? ¿Cómo nos inspiramos en la grandeza cuando nada menos lo puede
hacer? ¿Cómo inspiramos a todos los que nos rodean? A veces, creo, que
puede ser utilizando el trabajo de otros. En la isla de Robben, cuando las
cosas eran muy duras, encontré inspiración en un poema.
Estas destinado a tener a este Jesús, más que a tener un nuevo día, más que a tu
siguiente respiración. Estás destinado a compartir la vida con Él—no solo una
mirada de vez en cuando en la iglesia, ni siquiera una inusual visita turística.
Y estás destinado a vivir Su vida. El propósito de Su vida, muerte y
resurrección fue rescatarte de tu pecado, librarte de las garras del mal,
restaurarte a Dios—para que Su personalidad y Su vida pudieran sanar y
llenar tu personalidad, tu humanidad y tu vida. Esta es la razón por la que Él
vino. Cualquier otra cosa es religión.
SANTO Y CHÉVERE
He reflexionado y orado bastante en cuanto a la idea que Jesús es “chévere.”
¿Estoy siendo irreverente al describirlo de esa manera? He tenido que discernir si
el Espíritu Santo me desanimaba o si el espíritu religioso me acusaba. Me aferré
a la pregunta por un día y se lo mencioné a alguno de mis amigos. ¿De alguna
forma “chévere” es degradante para nuestro Rey? Nadie se inmutó. Así que le
pregunté a Jesús, lo que Él pensaba y escuché, “Sé lo que quieres decir, conozco
tu corazón. Me gusta ‘chévere,’ y ahora te mostraré por qué te gusta tanto,
Michael.”
Después de varios días compartí esta historia con mi amigo David. Él dijo,
“El Jesús que conocí cuando crecía no era chévere. El Jesús que estoy llegando a
conocer y experimentar ahora es más que chévere. ¡Él es muuuy bueno!
La imagen de Jesús que la mayoría de los hombres heredaron en su juventud,
la que está insertada en sus corazones, necesita ser redimida. Si Jesús no es santo
y chévere (bueno), entonces eso es un gran problema, especialmente si somos
desafiados a ser como Él. Admirar a alguien o apreciar algo que ellos hicieron es
una cosa, pero que te digan que necesitas ser como alguien que no estás seguro
de que te guste, o peor aún, a quién no conoces—¡eso es un problema!
En 1980, mucho antes de que existieran los muros del Facebook, te podías dar
cuenta a quien seguía yo siendo un adolescente al ver las paredes de mi
habitación. Los afiches de Larry Bird, Joe Montana, los hermanos Doobie, y
Farrah Fawcett marcaron la pauta. Ellos eran chévere. ¿Sabes quién no estaba en
mi pared? Jesús.
Yo era el chico que creció yendo a la iglesia. La imagen que tenía en mi
mente de Jesús era la del señor Rogers con una barba. Un afiche del señor
Rogers no era parte del muro. Uno de mis amigos podría entrar y verlo. Es
cierto, vi una buena cantidad del Vecindario del señor Rogers, pero las
aspiraciones de ser como él nunca me pasó por la mente, así como nunca me
pasó por la mente contarle a mis amigos lo que escuché en la escuela dominical
o que yo quería ser como Jesús.
La mayoría de nosotros, sea que hayamos crecido en la iglesia o no,
recibimos una dosis bastante grande de la santidad de Jesús. Él era santo, santo,
santo, y murió por nosotros. Lo que la mayoría de nosotros nunca captamos fue
lo realmente chévere que Jesús era . . . cuán bueno . De todo lo expuesto que
estuve a la iglesia y de lo que recibí de ella al crecer—los domingos por la
mañana, la escuela dominical, los domingos por la noche, los grupos de jóvenes,
días de trabajo en la iglesia, los viajes misioneros, el paquete completo y todo lo
demás—lo que recuerdo era muchas charlas sobre el pecado y advertencias de
que me pongas las pilas y sirva a Jesús o tendría que vérmelas. Recuerdo
muchas referencias a Dios con un formato estandarizado. No recuerdo que nadie
haya hablado nunca de la intimidad con Él.
Esos líderes de la iglesia estaban simplemente transmitiendo lo que creían de
Él basados en lo que les dijeron sus predecesores, quienes a su vez, lo habían
recibido de las generaciones anteriores. Sus títulos y credenciales no ayudaban
con la libertad, pero sí parecían promover el servicio. El asunto es que tú puedes
servir a alguien y no amarlo, pero es casi imposible amar a alguien
verdaderamente y no servirle—y no se siente como un servicio. ¿Por qué?
Porque lo amas.
Esa es la clase de Jesús que he llegado a conocer—el verdadero a quien no
puedo evitar amar porque he probado la realidad de Su amor por mí. El Jesús que
es realmente, realmente chévere porque es realmente, realmente bueno, ese Jesús
me ama y estoy seguro que te ama a ti también. ¡Qué bueno y qué chévere es
eso!
SÍGUEME
Siempre me ha gustado la pesca. Los océanos, los lagos, los estanques, los ríos y
los arroyos, los sonidos y los olores, la belleza del agua—todos son un imán para
aquellos con la correcta carga en sus corazones. Cuando era niño, agarraba mi
fiel carrete Zebco 33 y la vieja caja de pesca Plano y llegaba a los estanques
alrededor de nuestra casa. Me parecía a un caballero en una batalla cuando
montaba mi bicicleta por el barrio y por los senderos desgastados hasta mis
huecos favoritos. Ya sea solo, con mi papá, o acompañado de mis amigos,
siempre pensé que la pesca era una buena idea.
Tengo algunos amigos que les encanta salir temprano en la mañana de nuestra
zona y dirigirse hasta las montañas de Carolina del Norte para pescar con
moscas. Entrar en un río o arroyo al amanecer, o permanecer en el agua hasta el
atardecer, es revitalizador.
No soy muy entusiasta de la pesca con moscas—no le doy el tiempo y la
atención necesarios para cultivar el arte y la habilidad, pero pesco con algunos
hombres que lo han hecho. Es genial verlos. ¡Ellos son muy buenos!
Mejorar una habilidad, dominar un arte de cualquier tipo, toma tiempo y
cuidado. “Sígueme,” dice Jesús en Mateo 4:19, “y yo los haré pescadores de
hombres.” Mucho se requiere para dominar el arte de pescar hombres y luchar
por sus corazones, pero el alma que invierte tiempo y cuidado en caminar con
Dios verá que se llevará a cabo un trabajo glorioso.
El experimentar quién realmente es nuestro Rey y como es Él es fundamental
para aprender de Él. Como con cualquier aprendizaje, hay que mantenerse cerca
de nuestro Maestro, ya que esto nos ayudará a mejorar al convertirnos más como
Él. Él se asegurará de que eso suceda (Filipenses 1:6). Y ganaremos mucho más
que experiencia.
¿No debería ser así? ¿Crees que los discípulos tuvieron alguna idea en qué
tipo de terreno estaban pisando cuando Jesús los invitó, “síganme”? Apuesto a
que ni cinco minutos pasaron en la travesía que uno de ellos le hizo la pregunta:
“Jesús. . . ¿Exactamente a dónde vamos?” Puedes imaginar a Jesús volteando
con una sonrisa y un guiño diciendo, “Ya lo verán.”
Un elemento central del corazón de un guerrero es la práctica de ser un
seguidor. Fue Sun Tzu quien en el Siglo VI escribió en El Arte de la Guerra ,
“Considerad a vuestros soldados como a vuestros hijos, y os seguirán hasta los
valles más profundos; miradlos como a vuestros propios hijos amados y estarán a
vuestro lado hasta la muerte.”
Jesús sabía la respuesta a la pregunta “¿A dónde vamos?” y tomó cerca de tres
años para preparar a Sus seguidores. El Hijo Amado Original estaba preparando
otros hijos amados y luego confiando Su poder y autoridad a ellos, Sus amigos.
Luego los envió a la batalla, viviendo y llevando el mensaje de Su Reino hasta
que murieron como mártires. Jesús les mostró cómo pescar, les dio poder para
hacerlo, y ahora Él hace lo mismo por nosotros.
UN MODELO A SEGUIR
Jesús no vino sólo para decirnos cómo vivir, sino para enseñarnos. Vino para ser
un modelo de cómo es una vida con Dios, lo que la relación Padre Hijo puede
ser. Es una excelente manera de enseñar: mostrar a los nuevos portadores de la
imagen que han sido adoptados, el corazón de su Padre hacia ellos. Jesús enseñó a
Sus aprendices cómo amar mucho antes que les dijera que se amaran unos a
otros. Cuando Jesús enseña, hay momentos en que Él dice, “Hazlo así; no lo
hagas así.” A veces comparte parábolas, pero sobre todo está dialogando,
modelando en silencio, invitando a los hombres a “hacerlo como yo.” Así es
como está con nosotros. Jesús mostró el camino para que pudiéramos vivir El
Camino, tomando nuestros lugares como hijos amados y luego, al igual como
nuestro Maestro, asumiendo nuestros papeles de guerreros en la Historia más
grande para luchar por los corazones de los demás.
Tu Dios está presente entre ustedes, un guerrero fuerte para salvarte. Feliz de
tenerte de vuelta, Él te calmará con su amor y te deleitará con sus canciones.
(Sofonías 3:17 Traducción libre de la Biblia El Mensaje)
El Señor está conmigo como un guerrero poderoso; por eso los que me persiguen
caerán y no podrán prevalecer. (Jeremías 20:11 NVI)
ÉL ES AMOR
Entonces, ¿Cómo se ve nuestro Rey, y cómo nos vamos a ver nosotros? En una
palabra, amor . Juan, el amigo de Jesús lo redactó bien cuando escribió, “Dios es
amor” (1 Juan 4:7-8). Eso es tan cierto del Hijo como lo es del Padre. Así que en
1 Corintios 13, cuando Pablo escribe sobre que lo “más importante” es el amor,
está escribiendo sobre Jesús. Es como leer un curriculum vitae, el curriculum de
Jesús, con algunas recomendaciones de Pablo añadidas solo por si acaso. Intenta
esto: donde quiera que la palabra amor aparezca en el capítulo, sustitúyela por el
nombre de Jesús. Así es cómo se ve esta sustitución utilizando El Mensaje :
Jesús nunca se rinde. Jesús se preocupa más por los demás que por [Él] mismo.
Jesús no quiere lo que [Él] no tiene ( porque Él es completo ). Jesús no es
jactancioso, no es arrogante, no se impone [así mismo] a los demás, no
siempre es “yo primero”, no pierde el control, no lleva la cuenta de los
pecados de los demás, no se deleita cuando otros se humillan, sino que se
alegra en el florecimiento de la verdad, soporta lo que sea, confía en Dios
siempre, busca siempre lo mejor, nunca mira hacia atrás, pero sigue hasta el
final. Jesús nunca muere. . .
Porque ahora no vemos las cosas claramente. ¡Estamos entrecerrando los ojos en
una niebla, mirando a través de la bruma, pero no pasará mucho tiempo antes
que el clima se aclare y el sol brille esplendorosamente! ¡Lo veremos todo
entonces, veremos todo tan claramente como Dios nos ve, conociéndolo
directamente tal como Él nos conoce! Sin embargo, por ahora, hasta llegar a
esa plenitud, tenemos tres cosas que hacer para conducirnos hacia esa
consumación: confiar constantemente en Dios, esperar sin vacilar [y expresar
la vida de] Jesús por todo lo alto. Y el mejor de los tres es Jesús. (1 Corintios
13:4–8, 12–13). (Las palabras en cursiva son mías.)
RE-
El prefijo re- significa que algo que sucedió en el pasado ocurre de nuevo.
Aunque nuestro pasado ha quedado atrás, les aseguro que todavía está con
nosotros. Así que ahora que estamos empezando a ver todas las batallas
espirituales que una vez perdimos, es hora de que volvamos a re ingresar a la
batalla y re cuperar para siempre lo que perdimos. ¿Te das cuenta que puedes
luchar hoy una batalla que perdiste hace veinte años? Este no es un pequeño
esfuerzo, pero ni tú ni yo hemos sido hechos para pequeñeces. De eso es lo que
se trata la sanación: volver a recuperar lo que se perdió o fue robado y resucitar
lo que el enemigo mató.
Un guerrero sabe que debe proteger su propio corazón para proteger a los
demás. Él no es útil para nadie si está tumbado en algún lugar, aturdido por sus
errores y sangrando de sus heridas. El guerrero se entrena teniendo a otros en
mente para que sean libres. G. K. Chesterton escribió una vez, “El verdadero
soldado no pelea porque odia lo que está delante de él, sino porque ama lo que
está detrás de él.”
¿Sabes lo que hay detrás de ti? ¿Entiendes tu historia y la gran obra re dentora,
conquistadora y re stauradora que Jesús está preparando a tu favor en la Historia
más grande?
Nuestra descripción de funciones original incluía el encargo de reinar . Cuando
Jesús regrese por segunda vez, Su plan es compartir Su autoridad, invitarnos a
reinar y a gobernar con Él—otra vez:
Ellos verán Su rostro, y Su nombre estará en sus frentes. Allí no habrá más
noche; ni tienen necesidad de luz de lámparas ni de la luz del sol, porque el
Señor Dios los iluminará; y será su luz, y ellos reinarán [como reyes] por
siempre y para siempre (por los siglos de los siglos). (Apocalipsis 22:4–5)
Esta historia la enseñará un buen hombre a su hijo; Y desde este día hasta el fin
del mundo la fiesta de San Crispín nunca llegará, sin que a ella vaya asociado
nuestro recuerdo—
Somos pocos, pero somos felices, porque somos hermanos; Porque quien vierta
hoy su sangre conmigo será mi hermano; por muy vil que sea,
Esta jornada ennoblecerá su condición.
Y los caballeros ingleses que ahora duermen
Se considerarán malditos por no estar aquí, Y será humillada su nobleza cuando
escuchen hablar a uno de los que
Haya combatido con nosotros el día de San Crispín.
Teddy Roosevelt dijo, “El mérito pertenece al hombre que está realmente en
la arena. . . que en el peor de los casos, si fracasa, al menos falla atreviéndose al
mayor riesgo, de modo que nunca ocupará el lugar reservado a esas almas frías y
tímidas que ni conocen la victoria ni la derrota”.
Y es Jesús, nuestro gran y glorioso Rey, Aquel que seguimos y cuya imagen
llevamos, quien algún día dirá ¡ Bien hecho. Bien hecho!
EPÍLOGO
La derrota del mal en este mundo depende de que los seres humanos realmente den un paso al
frente y utilicen el poder del Reino y la autoridad que les es concedida.
— DALLAS WILLARD
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones,
pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
— JUAN 16:33 (NIV)
D
ebo decírtelo. Lo necesitas saber: ¡tú puedes hacer esto!
Tú realmente puedes.
Tú puedes encontrar tu Vida—porque es lo que quiere Dios para ti.
Tomará dos, tres, quizás hasta cuatro años para que tu corazón se asiente. Eso no
depende totalmente de tí. También depende mucho de Dios determinar tu
travesía individual de sanación y tu aprendizaje personalizado con Él durante el
entrenamiento. Encontrarás tu valor, pero no estará exento de miedo o sin
batallas momentáneas de desesperanza y temor. El miedo es lo que evoca la
valerosidad de un hombre y lo invita a asociarse con Dios por el más , más del
amor del Padre para que un hombre pueda aprender cómo luchar contra lo que
no es verdadero.
¡En el amor no hay temor [el temor no existe], sino que el perfecto amor
(completo, perfecto) echa fuera el temor y expulsa cada rastro de terror! Porque
el temor lleva en sí la idea del castigo, y [así que] el que teme no ha llegado a
la total madurez del amor, [todavía no ha crecido en la perfección completa
del amor]. (1 Juan 4:18)
SEGUIR APARECIENDO
El objetivo inmediato de cualquier batalla parece obvio: que no recibas ningún
impacto ; sin embargo, la mayoría de los hombres logran recibirlo con poco
esfuerzo por parte del enemigo. Una sugerencia susurrada, un deseo mal
dirigido, una orden intimidante, alguna imitación absurda de la Vida colgando
provocativamente frente a nosotros, y bum , ¡somos impactados! Aunque libres
por Cristo, sin embargo, un hombre puede llegar a ser insensato, imprudente, o
peor. Él sabe mejor que eso, pero escoge mal, dando al enemigo poder y
autoridad en su vida una vez más. Él es salvo, claro. ¿Pero libre? No.
La carne reanuda rápidamente el control del hombre, y el enemigo está a
cargo de la carne. George MacDonald escribió, “Insensato es el hombre, y hay
muchos de estos hombres, que pondrían al mundo en orden haciendo la guerra a
los males que lo rodean, mientras descuida esa parte integral del mundo donde se
encuentra su negocio, su primer negocio—es decir, su propio carácter y
conducta.”
Si todavía esto no es bueno , Dios aún no ha terminado. “El que comenzó en
vosotros la buena obra la perfeccionará” (Filipenses 1:6 RV). No será fácil, pero
será bueno. Mi consejo (al mirar al hombre en el espejo) es tan solo para seguir
apareciendo. Si tú te apareces y preguntas a tu Rey cada mañana, “Jesús ¿qué
vamos a hacer hoy?” entonces el trabajo bueno será cada vez más evidente para
ti. Yo he llegado a amar Sus respuestas, la manera en que me invita a caminar la
mayor parte de los días: “Yo te mostraré. Sígueme.” Recuerda, la misión te
encuentra.
Jesús nos ha encargado de vivir de cierta manera (Mateo 28:18–20). Pedro nos
dice que estemos preparados (I Pedro 3:15). Y Pablo nos exhorta,
Si hablas en serio de vivir esta nueva vida de resurrección con Cristo, actúa como
tal. Sigue las cosas sobre las cuales Cristo preside. No arrastres los pies, no
agaches la cabeza, mirando hacia el suelo, absorto con las cosas que están
justo frente a ti. Mira hacia arriba, y estate alerta a lo que está sucediendo
alrededor de Cristo—allí está la acción. Ve las cosas desde Su perspectiva. Tu
vieja vida ha muerto. Tu nueva Vida, que es tu vida real, aunque invisible para
el público—está con Cristo en Dios. Él es tu vida. Cuando Cristo (tu vida real,
recuérdalo) vuelva a aparecer en esta tierra, tú también aparecerás—el
verdadero tú, el glorioso tú. (Colosenses 3:1–4 Traducción libre de la Biblia El
Mensaje )
Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. (Gálatas 5:1 NBLH)
Porque todo el que quiera salvar su vida [temporal] [su comodidad y seguridad
aquí] la perderá [vida eterna]; y todo el que pierda su vida [su comodidad y
seguridad aquí] por causa de mí, la hallará [vida eterna]. (Mateo 16:25)
Un hombre orientado es un hombre que sabe quién es, dónde está y lo bueno
que Dios está haciendo en su vida. Su vida es vivida en Cristo, con Cristo, y
como Cristo, sin nada que probar, nada que esconder y nada que temer. Es un
hombre que conoce íntimamente al Rey, cuya imagen lleva, cuya voz oye, y
cuyas instrucciones guían y modelan su carácter y su vida. Ellos son amigos
íntimos. La lealtad y los afectos del corazón de ese hombre dirigirán cada una de
sus decisiones.
Un hombre orientado sabe que su corazón es frágil y que nunca está inmune a
los ataques del enemigo, pero está entrenado para saber cuáles son esos ataques,
por qué son y cómo protegerse de ellos.
Esto comienza con tu corazón, amado hijo—y nunca jamás termina.
SI
Cada historia tiene sus tiempos, momentos donde la alegría o la desesperación se
encuentran a la vuelta de la esquina. No nos toca elegir lo que nos espera; sin
embargo, si podemos elegir si vamos a dar otro paso. Convertirse en un hombre,
en un buen hombre, es una propuesta peligrosa y gloriosa. Es un paso a la vez.
Es increíblemente difícil. Requiere riesgo calculado y mucha fe. Encuentra una
oposición feroz. Y es tremendamente necesario. Es por eso que hay tan pocos
hombres buenos, pero vienen más. Más hijos amados están siendo sanados y
orientados. Más guerreros están recibiendo entrenamiento de su Rey.
Si has dado vuelta a las páginas hasta este punto, si me has permitido caminar
contigo al haberte agarrado tú de la mano de Dios y caminar con Él, entonces
estás bien enrumbado y puedes practicar El Camino—y debes seguir adelante.
Si mantienes el curso.
Si das un paso más.
Si permaneces en lo que un hijo amado sabe y en lo que el corazón de un
guerrero practica, lo lograrás hasta recibir un “bien hecho.”
Te dejo con esto. En 1896, a los treinta y un años, Rudyard Kipling escribió el
poema “Si.” Este fue escrito como un homenaje a dos hombres que tuvieron un
gran impacto en Kipling: Leander Starr Jameson y Cecil Rhodes, cuyas
cualidades reconoce el poema. Kipling escribe a su joven hijo, John, quien pocos
años más tarde se involucraría en la Primera Guerra Mundial. En el espíritu de
los proverbios de Salomón, “Si” es el estímulo de un padre a su hijo amado. La
misión de Kipling y de Salomón son las mismas: guiar a ese hijo para que se
convierta en un hombre.
Que un día pueda ver los corazones de hombres asentados en sus cimientos, tan
bien entrenados, tan bien equipados y tan bien comprometidos que cuando el
mal se atreva a levantar la cabeza, los hijos amados/los hombres guerreros
sabrán qué hacer y lo harán bien.
Espero y oro que uno de los hombres del cual hablo seas tú. Y continuaré
esperanzado y orando fervientemente que más y más hombres se unan a ti.
Tu corazón de guerrero es necesario. El Reino está esperando, y también
esperan los muchos corazones que necesitan un hombre que sepa que es el hijo
amado de un buen Padre. Un hombre que puede oír la música invitándolo a
bailar así como los gritos de corazones esperando que él pelee. Un hombre que
practicará el antiguo arte de vivir y amar bien.
Buena suerte, hijo amado.
Que Dios te acompañe, férreo y apacible guerrero.
APÉNDICE
EL CORAZÓN
Del Nuevo Diccionario Bíblico Unger
(Utilizado con permiso de la Editorial Moody)
FUENTES DE INFORMACIÓN
Capítulo 11: Entrenamiento Avanzado: Lo Bueno Que Dios está Haciendo en Tu Vida
Pág. 168 “Nothing is so strong” : Frances de Sales, citado de Jean Pierre Camus,
The Spirit of S. Frances de Sales , trans. Henrietta Louisa Lear (London, 1872),
13.
Pág. 177 “We love God”: Greg Boyd, Repenting of Religion: Turning from
Judgment to the Love of God (Ada: Baker, 2005), 68.
Pág. 180 “ Never does the human soul” : Edwin Hubbell Chapin, Living Words
(Boston, 1861), 61.
Pág. 184 “A broken bone”: C.S. Lewis, The Problem of Pain (New York:
HarperCollins, 2001), 46.
Capítulo 12: Advertencias y Promesas
Pág. 188 “Experience” : Atribuído comúnmente a C.S. Lewis pero sin verificar.
Pág. 188 “A man who carries” : Atribuído comúnmente a Mark Twain pero sin
verificar. The source note in iz quotes says, “Earliest attribution [to Twain] was
found in ‘Impact of Federal Policies on Employment, Poverty, and Other
Programs, 1973’, p. 447: ‘He who swings a cat by the tail,learns things that one
can only learn by swinging a cat by the tail.’” For the complete source note, see
http://izquotes.com/quote/187899.
Pág. 194 United we stand” : Aesop, “The Four Oxen and the Lion,” Fables , retold
by Joseph Jacobs, vol. 17, pt. 1, The Harvard Classics (Bartleby.com, 2001),
http://www.bartleby.com/17/1/52.html. First pub. by P.F. Collier & Son, 1909–14,
New York.
Pág. 203 “Every time” : C.S. Lewis, Mere Christianity (London: HarperCollins,
1952), 92.
Postscript/Epílogo
Pág. 251 “Foolish” : George MacDonald, “George MacDonald Speaks on
Practical Faith: Excerpts from Wisdom to Live By ,” se accede a través de Leben ,
http://www.macdonaldphillips.com/leben.html.
Pág. 254 “ If you can” : Rudyard Kipling, “If,” Rewards and Fairies (New York:
Doubleday, 1910).
Appendix
Pág. 256 Merrill F. Unger, “Heart,” The New Unger Bible Dictionary , rev. ed., R.
K. Harrison ed. (Chicago: Moody Publishers, 2008).