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¿Vemos la necesidad de progresar espiritualmente?

“Continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la


enseñanza” (1 TIM. 4:13).
CANCIONES 45 Y 70

¿SABE LA RESPUESTA?
¿Qué podemos hacer para progresar espiritualmente?
¿Qué nos ayudará a progresar sin cansarnos?
¿Qué cambios podríamos hacer para ser más eficaces en la
predicación?
“EL PEQUEÑO mismo llegará a ser mil, y el chico una nación poderosa” (Is.
60:22). Esta profecía se está cumpliendo ahora, en los últimos días. Por ejemplo,
en el año de servicio 2015, predicaron en todo el mundo 8.220.105 publicadores
del Reino. La última parte de esta profecía debería tener un impacto en todos los
cristianos, pues nuestro Padre celestial dice: “Yo mismo, Jehová, lo aceleraré a su
propio tiempo”. Igual que los pasajeros de un vehículo sienten que va aumentando
la velocidad, nosotros nos damos cuenta de que la obra de hacer discípulos se
está acelerando. ¿Cómo reaccionamos a esta aceleración? ¿Hacemos todo lo
posible para predicar el mensaje del Reino? Muchos hermanos solicitan ser
precursores auxiliares o regulares. Y nos alegra que otros muchos vayan a servir a
lugares donde hacen falta más publicadores o apoyen el Reino de otras maneras,
¿no es verdad?
2 Además, es evidente que necesitamos más hermanos capacitados.
Se forman anualmente unas dos mil congregaciones. Para que en cada una de
ellas hubiera cinco ancianos, haría falta que todos los años diez mil siervos
ministeriales cumplieran los requisitos para ser ancianos. A su vez, esto
significaría que se necesitarían miles de hermanos que pudieran ser nombrados
siervos ministeriales. Por otra parte, todos, seamos hermanos o hermanas,
tenemos sin duda “mucho que hacer en la obra del Señor” (1 Cor. 15:58).
QUÉ SIGNIFICA PROGRESAR ESPIRITUALMENTE
3 (Lea 1 Timoteo 3:1). El verbo griego que se traduce “procurando alcanzar”
significa estirarse para agarrar una cosa, quizás algo que no se puede alcanzar
fácilmente. Al usar esta palabra, el apóstol Pablo subrayó que para progresar
espiritualmente hace falta esfuerzo. Pensemos en un hermano que reflexiona
sobre cuál será su futuro en la congregación. Tal vez todavía no sea siervo
ministerial, pero se da cuenta de que necesita desarrollar cualidades espirituales.
Para empezar, se esfuerza por cumplir con los requisitos para ser siervo
ministerial. Más adelante, se seguirá esforzando por llegar a ser anciano.
En ambos casos, hace todo lo posible por satisfacer los requisitos necesarios para
atender más responsabilidades en la congregación.
4Los hermanos y hermanas que desean ser precursores, betelitas o
voluntarios de construcción de Salones del Reino también necesitan “estirarse”
para alcanzar sus metas espirituales. A continuación analizaremos lo que la Biblia
nos aconseja hacer para progresar en el servicio a Jehová.
LUCHEMOS POR SEGUIR PROGRESANDO ESPIRITUALMENTE
5 Gracias a que tienen buena condición física, los jóvenes pueden hacer mucho
en el servicio a Jehová (lea Proverbios 20:29). Algunos hermanos y hermanas
jóvenes trabajan en Betel en la producción de la Biblia y de publicaciones bíblicas.
Muchos otros colaboran en la construcción y el mantenimiento de Salones del
Reino. Cuando ocurren desastres naturales, algunos jóvenes ayudan en las
labores de socorro a los hermanos de más experiencia. Y muchos precursores
jóvenes llevan las buenas nuevas a comunidades indígenas y a personas que
hablan idiomas extranjeros.
6 Seguramente, todos sabemos que es importante servir a Jehová sin reservas.
Pero algunos quizás se sienten como hace años se sentía Aaron, un hermano que
fue criado en un hogar cristiano. Él reconoce que se aburría en las reuniones y en
la predicación. Quería servir a Dios con alegría, pero se preguntaba por qué no lo
conseguía. ¿Qué hizo?
7 Adoptó la costumbre de leer la Biblia, prepararse para las reuniones y
comentar en ellas. Sobre todo, comenzó a orar con regularidad. Su amor por
Jehová se hizo más profundo, y comenzó a progresar espiritualmente. Con los
años, ha sido precursor, ha trabajado al lado de otros hermanos en labores de
socorro y ha predicado en el extranjero. En la actualidad, es anciano y sirve en
Betel. ¿Qué piensa ahora de las decisiones que tomó? Él dice: “He comprobado
‘que Jehová es bueno’. Como me ha bendecido, me siento en deuda con él y
deseo hacer más para servirle. El resultado es que recibo todavía más
bendiciones”.
8“En cuanto a los que buscan a Jehová, no les faltará ninguna cosa buena”,
cantó un salmista (lea Salmo 34:8-10). Así es, Jehová nunca decepcionará a
quienes se entregan a su servicio. Nosotros también comprobamos personalmente
“que Jehová es bueno” cuando le servimos con toda el alma. Y, al hacerlo, somos
inmensamente felices.
NO SE CANSE NI SE RINDA
9 Mientras luchamos por alcanzar nuestras metas, sigamos el consejo de
Miqueas 7:7 y tengamos “una actitud de espera”. Jehová siempre apoya a sus
siervos fieles, aunque a veces permite que esperemos un tiempo hasta recibir un
privilegio o hasta que nuestras circunstancias mejoren. Por ejemplo, al patriarca
Abrahán le prometió un hijo, pero este tuvo que ejercer fe y tener paciencia (Heb.
6:12-15). Pasaron años antes de que naciera Isaac, pero Abrahán esperó sin
desanimarse, y Jehová no lo decepcionó (Gén. 15:3, 4; 21:5).
10Esperar no es fácil (Prov. 13:12). Si no dejamos de pensar en las cosas que
no han salido como deseábamos, acabaremos muy desanimados. Es más sensato
aprovechar el tiempo para mejorar en sentido espiritual. Veamos tres maneras de
conseguirlo.
11Desarrolle cualidades espirituales. Leer y meditar en la Palabra de Dios nos
ayuda a adquirir sabiduría, perspicacia, juicio sano, conocimiento y capacidad de
pensar. Estas cualidades son indispensables para quienes están al frente de la
congregación (Prov. 1:1-4; Tito 1:7-9). La lectura de las publicaciones bíblicas
también nos ayuda a descubrir el punto de vista de Dios sobre muchas cosas.
Todos los días tenemos que tomar decisiones sobre las diversiones, el arreglo
personal, el dinero y las relaciones con los demás. A Jehová le agradará lo que
decidamos si ponemos en práctica lo que hemos aprendido en la Biblia.
12 Sea confiable. No importa si somos hombres o mujeres, tenemos que
cumplir lo mejor posible cualquier asignación que recibimos. Cuando Nehemías
era gobernador, necesitaba hombres que ocuparan puestos de responsabilidad en
el pueblo de Dios. ¿A qué clase de personas nombró? A las que temían a Dios y
eran confiables y fieles (Neh. 7:2; 13:12, 13). Hoy ocurre lo mismo: “lo que se
busca en los mayordomos” es que sean fieles (1 Cor. 4:2). Las buenas obras
no pasan inadvertidas (lea 1 Timoteo 5:25).
13 Permita que Jehová lo refine. ¿Qué puede hacer si alguien lo trata mal?
Quizás sea posible aclarar el asunto enseguida. Pero, a veces, tratar de
defenderse enérgicamente solo empeora las cosas. Veamos lo que le ocurrió a
José. Aunque sus hermanos lo maltrataron, no fue rencoroso. Tiempo después,
fue acusado falsamente y encarcelado sin motivo. Sin embargo, dejó que Jehová
lo guiara en esos tiempos difíciles. ¿Cuál fue el resultado? Salmo 105:19 dice que
“el dicho mismo de Jehová lo refinó”. Al terminar estas pruebas, José estaba
capacitado para recibir una asignación especial (Gén. 41:37-44; 45:4-8). Cuando
se enfrente a problemas difíciles, hable y actúe con calma, y pídale a Jehová que
le dé fuerzas y sabiduría. Él lo ayudará (lea 1 Pedro 5:10).
¿PODEMOS SER MÁS EFICACES EN LA PREDICACIÓN?
14 Pablo le recomendó a Timoteo lo siguiente: “Continúa aplicándote a la
lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza”. Y agregó: “Presta constante
atención a ti mismo y a tu enseñanza” (1 Tim. 4:13, 16). Timoteo ya era entonces
un experimentado proclamador del Reino. Aun así, solo tendría éxito en su
ministerio si prestaba “constante atención” a su manera de enseñar. No podía dar
por hecho que las personas responderían al mensaje si continuaba predicándoles
como siempre. Para seguir tocándoles el corazón, tenía que adaptar los métodos
de enseñanza a las necesidades de sus oyentes. Hoy, los proclamadores del
Reino tenemos que hacer lo mismo.
15Muchas veces, cuando vamos de casa en casa, no encontramos a la gente.
Hay lugares donde no nos dejan entrar en los edificios de apartamentos ni en las
zonas residenciales de acceso controlado. Si es así en su territorio, ¿por qué
no prueba otras maneras de predicar?
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La predicación pública es un método excelente de llevar las buenas nuevas.
Muchos publicadores han descubierto que es una forma efectiva y gratificante de
hacerlo. Apartan tiempo para abordar a la gente en las estaciones de tren y de
autobús, en los mercados y parques, y en otros lugares públicos. Para iniciar una
conversación, podemos, con prudencia, decirle a alguien algo bonito sobre sus
hijos, preguntarle por su trabajo o comentar una noticia. Durante la conversación,
podemos mencionar un punto bíblico y pedirle su opinión a la persona. Por lo
general, su respuesta nos permitirá seguir hablando de la Biblia.
17Si le parece difícil la predicación pública, no se rinda. Eddie es un precursor
de Nueva York que no se atrevía a hablar con la gente en la calle. Pero poco a
poco fue ganando confianza. ¿Cómo? Él cuenta: “En la adoración en familia, mi
esposa y yo investigamos qué decir cuando la gente expresa su opinión o plantea
una pregunta. También les pedimos sugerencias a otros hermanos”. Ahora, a
Eddie le encanta la predicación pública.
18Adquirir habilidad y confianza en la predicación es una muestra de que
estamos progresando espiritualmente (lea 1 Timoteo 4:15). Sin duda, también
alabamos a nuestro Padre, igual que David, que dijo: “Ciertamente bendeciré a
Jehová en todo tiempo; constantemente estará su alabanza en mi boca.
En Jehová se jactará mi alma; los mansos oirán y se regocijarán” (Sal. 34:1, 2).
Y puede ocurrir que haya personas mansas que lleguen a adorar a Dios gracias a
nuestra predicación.
NUESTRO PROGRESO ESPIRITUAL LE DA GLORIA A JEHOVÁ
19 David también cantó: “Todas tus obras te elogiarán, oh Jehová, y los que te
son leales te bendecirán. Dirán de la gloria de tu gobernación real, y hablarán de
tu poderío, para dar a conocer a los hijos de los hombres los actos poderosos de
él y la gloria del esplendor de su gobernación real” (Sal. 145:10-12). Por supuesto,
todos los testigos leales de Jehová nos sentimos como él. Pero ¿y si usted
no puede hacer tanto como quisiera por causa de la edad o de alguna
enfermedad? Recuerde siempre que predicar a médicos y enfermeros también es
un servicio sagrado que da gloria a nuestro maravilloso Dios. Si está en la cárcel
por su fe, seguramente habla de la verdad todo lo que le permiten las
circunstancias, y eso también alegra el corazón de Jehová (Prov. 27:11).
Lo mismo ocurre si vive en un hogar dividido por la religión y no abandona sus
actividades espirituales diarias (1 Ped. 3:1-4). Podemos alabar a Jehová y
progresar espiritualmente incluso en circunstancias adversas.
20 No cabe duda de que Jehová nos seguirá bendiciendo si no dejamos de
progresar espiritualmente. Quizás podamos hacer algunos cambios en nuestro
horario o en nuestra vida que nos permitan hablar más de la verdad a las
personas que necesitan esperanza. Además, nuestro progreso y espíritu
abnegado pueden ayudar muchísimo a otros siervos de Jehová. Y ellos
recompensarán nuestro trabajo humilde en la congregación con su cariño,
agradecimiento y apoyo.
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Todos nosotros, llevemos muchos años o pocos meses sirviendo a Jehová,
podemos progresar espiritualmente. Ahora bien, ¿cómo pueden los cristianos de
más experiencia ayudar a los más nuevos a conseguirlo? Lo analizaremos en el
siguiente artículo.
[Preguntas del estudio]
1, 2. a) ¿Cómo se ha cumplido Isaías 60:22 en el tiempo del fin? b) ¿Qué
necesidades hay en la parte terrestre de la organización de Jehová?
3, 4. ¿Qué metas espirituales podríamos ponernos?
5. ¿Cómo pueden aprovechar su buena condición física los jóvenes en el servicio
del Reino?
6-8. a) ¿Qué ayudó a un joven a cambiar su manera de ver el servicio a Dios, y
con qué resultado? b) ¿Cómo podemos comprobar “que Jehová es bueno”?
9, 10. ¿Por qué es importante tener “una actitud de espera”?
11. a) ¿Qué cualidades espirituales podemos tratar de desarrollar? b) ¿Por qué es
importante que lo hagamos?
12. ¿Cómo pueden demostrar los miembros de la congregación que son
confiables?
13. ¿Cómo podemos imitar a José cuando nos tratan mal?
14, 15. a) ¿Por qué tenemos que prestar “constante atención” a nuestra manera
de predicar? b) ¿Qué podríamos hacer para adaptarnos a nuevas
situaciones? (Vea la foto del principio y el recuadro “¿Le gustaría probar un
método diferente?”).
16. ¿Cómo podemos tener éxito en la predicación pública?
17, 18. a) ¿Qué nos ayudará a ganar más confianza en la predicación pública?
b) ¿Por qué es útil en la predicación tener el mismo espíritu que tenía David
al alabar a Jehová?
19. ¿Por qué puede ser feliz un siervo fiel de Jehová aunque sus circunstancias
no le permitan hacer todo lo que quiera?
20, 21. ¿Qué efecto tendrá en los demás nuestro progreso espiritual?
[Recuadro de la página 22]
¿LE GUSTARÍA PROBAR UN MÉTODO DIFERENTE?
UNA hermana de Venezuela llamada Venecia dijo: “Nunca pensé que predicaría
por teléfono”. A pesar de eso, un día llamó a una conocida e hizo una breve
presentación. La señora tenía mucho interés en estudiar la Biblia, y Venecia
comenzó a darle clases. Con el tiempo, la señora se bautizó. Venecia dice:
“Predicar por teléfono funciona de verdad”.
Peter, de Liberia, tenía la costumbre de llevar nuestras publicaciones a la escuela.
Algunos de sus compañeros vieron que llevaba el tratado Joven, ¿qué harás con
tu vida?, y le pidieron uno. Peter comentó el tratado con ellos y les preguntó qué
querían hacer con su vida. Uno de los compañeros respondió: “Quiero servir a
Dios”. Y Peter comenzó un curso bíblico con él.
Debido a su mala salud, un matrimonio de Polonia comenzó a predicar por carta.
Un hombre les contestó lo siguiente: “Les agradezco mucho sus animadoras
palabras. Mi esposa falleció hace tres años, y mi hijo murió en un accidente el año
pasado”. Con algo de retraso, una mujer les escribió: “Su carta me ayudó a
conocer la verdad. Les escribo dos años después para decirles que ahora soy su
hermana”.

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