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Diagnóstico y Prevención de
Enfermedades en la Ganadería
Doble Propósito
Alfredo Sánchez-Villalobos
Editor
Fundada el 2 de Febrero de 1978
Carlos González-Stagnaro
Coordinador de los Cuadernos Científicos GIRARZ
Publicación editada para el Curso “Diagnóstico y prevención de enferme-
dades en la Ganadería Doble Propósito” correspondiente
a la LV Reunión Girarz,
19 de junio de 2010
Los trabajos arbitrados publicados en este cuaderno pueden ser citados como
sigue: Pino-Ramírez, D. 2010. Complejo Umbilical del Ternero. En:
Cuadernos Científicos Girarz 9. A Sánchez Villalobos (ed). Ediciones Astro
Data S.A. Maracaibo, Venezuela, Pp. 45-54
ISBN 978-980-6863-09-5
Depósito legal lf 06120106301945
Diagramación e impresión:
Ediciones Astro Data, S.A.
Telf. (0261) 7511905 - Fax (0261) 7831345
E-mail: edicionesastrodata@cantv.net
Maracaibo, Venezuela
Consejo Directivo
Eleazar Soto Belloso, Presidente
Ninoska Madrid Bury, Secretaria
Disney Pino Ramírez, Tesorero
Carlos González Stagnaro, Coordinador
Consejo Asesor
Gustavo Soto Castillo
Javier Goicochea Llaque
José Manuel Rodríguez
Lílido Ramírez Iglesia
Max Ventura Salgado
FUNDACIÓN GIRARZ
Miembros Principales
Antonio Landaeta Hernández
Armando Quintero Moreno
Decio González Villalobos
Francisco Angulo Cubillán
Germán Portillo Martínez
Hugo Hernández Fonseca
José A. Aranguren Méndez
Miembros Asociados
Aitor Deondiz Sánchez
Dervin Dean Gutiérrez
Dionel García Bracho
Fernando Perea Ganchou
Juan C. Gutiérrez Añez
Jorge Rubio Guillen
Julio Boscán Ocando
Roberto Palomares Naveda
Yenen Villasmil Ontiveros
Alfredo Sánchez Villalobos
Dubraska Díaz Campos
Patrocinantes Institucionales
Facultad de Agronomía, Universidad del Zulia
Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad del Zulia
Facultad de Ingeniería de la Producción, Universidad Rafael Urdaneta
Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, AsoVAC, Capítulo Zuliano
Asociación Venezolana de Producción Animal, Capítulo Zuliano
Sociedad Venezolana de Reproducción Animal, Capítulo Zuliano
Sociedad Iberoamericana de Reproducción Animal (España)
LV REUNIÓN GIRARZ
Diagnóstico y Prevención de Enfermedades
en la Ganadería Doble Propósito
Comité Organizador
PATROCINANTES
FACULTAD DE AGRONOMÍA-LUZ
PFIZER
NADBIO
ERVETCA
LABORATORIOS AGROBIOTEK
COLABORADORES
ARENAS, Eduardo
Méd. Vet., Universidad del Zulia, Maracaibo. Profesor Asistente, Facultad
de Ciencias Veterinarias, Universidad del Zulia, Maracaibo.
E-mail: mveduardo.arenas@gmail.com
vii
GONZÁLEZ-STAGNARO, Carlos
Méd. Vet., Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima-Perú. DEA y
Doctor Sc Agron. Université des Sciences et Technologies, Monpellier-
Francia. Doctor Veterinaria, Universidad Complutense de Madrid, España.
Doctor Honoris Causa, Universidad del Zulia. Profesor Titular Jubilado,
Facultad de Agronomía, Universidad del Zulia, Maracaibo.
E-mail: cdgonzal@hotmail.com
viii
SÁNCHEZ-VILLALOBOS, Alfredo Javier
Méd. Vet., Universidad del Zulia, Maracaibo. MSc, Universidad Rafael
María Baralt, Maracaibo. Profesor Titular, Facultad de Ciencias Veterina-
rias, Universidad del Zulia, Maracaibo. E-mail: saucow33@gmail.com
ix
PRÓLOGO
En años recientes, los problemas sanitarios de los bovinos han sido objeto
de mayor atención en todo el mundo. Como sucede en otros campos, el conoci-
miento científico sobre las enfermedades ha progresado de manera vertiginosa; al
mismo tiempo, los sistemas de producción doble propósito han modificado es-
trategias de producción agropecuaria, lo que trae consigo variaciones en la trans-
misión, presentación y distribución de las enfermedades, propiciando -en algunos
casos- el incremento de estados patológicos clínicos y subclínicos, que deterioran
de manera importante la rentabilidad de las empresas agropecuarias.
Dentro de este contexto, el profesional de la Medicina Veterinaria, previo
análisis de los elementos que envuelven cada problemática y con el auxilio de sóli-
dos conocimientos científicos, debe dar respuesta oportuna emitiendo un diag-
nóstico, pronóstico y estableciendo estrategias que supriman o atenúen los
agentes causantes de la insuficiencia productiva. Este requerimiento pone de re-
lieve la necesidad de una mejor comprensión de la epidemiología, mecanismos de
transmisión, el diagnóstico, la prevención y el control de las enfermedades de in-
terés económico y sanitario.
Las situaciones de alarma de algunas enfermedades infectocontagiosas (fie-
bre aftosa, brucelosis, tuberculosis, rabia, leucosis, leptospirosis, entre otras),
cuyas incidencias comienzan a ser impresionantes, son ejemplos que destacan la
necesidad de profundizar el conocimiento y mejorar tanto la vigilancia como las
respuestas técnicas a su presencia. A ello hay que agregar que la tendencia mun-
dial de las investigaciones en sanidad animal integral dirige sus esfuerzos hacia el
desarrollo de nuevos protocolos diagnósticos; emprendimiento de estrategias
ecológicas de prevención y control; y, estudio, compresión y difusión de la epi-
zootiología de cada enfermedad, como base del progreso.
En el contexto internacional, los consumidores son cada vez más exigentes
en cuanto a la inocuidad y calidad de los alimentos. Es así, que se observa un in-
cremento en los requerimientos mundiales sobre normativas en sanidad, constitu-
yéndose, para algunos países, en barreras para el comercio internacional. Los
países que pretenden convertirse en exportadores, trabajan para alcanzar el esta-
tus adecuado en lo que respecta a la inocuidad de sus productos agrícolas en ge-
neral. En estos, gracias a la investigación científica, se avanza hacia nuevos
esquemas de prevención y control de enfermedades, caracterizados por la eficien-
cia y eficacia de métodos y estrategias que permitan la protección del medio am-
biente, la biodiversidad y el bienestar del animal.
Los efectos negativos de las enfermedades son múltiples y variados. Las ta-
sas de incidencia siguen causando gran morbilidad y mortalidad, algunas incluso
atañen directamente a la salud humana. Su repercusión económica se observa en
la productividad individual y de los rebaños; en la reducción de la riqueza pecuaria
xi
y de la producción de alimentos; la eliminación prematura y muerte de animales
afectados, y las restricciones impuestas para el comercio internacional. Las zoo-
nosis pueden ocasionar -además- grandes perjuicios a la economía de un país,
provocando un impacto negativo en la salud de la población.
En este cuaderno se ha reunido a un selecto y nutrido grupo de investigado-
res y profesionales de la medicina veterinaria, especialistas en cada tema, que en el
papel de autores y coautores nos ofrecen una fuente de información actualizada y
global sobre las problemáticas clínicas más comunes de nuestra ganadería bovina
doble propósito, a través de una visión completa, además de un cuerpo de conoci-
mientos integrados, actualizados y, a su vez suscinto, sobre cada tema en cuestión.
La presentación de esta obra pretende contribuir al desarrollo de la sanidad
animal, consolidando esfuerzos dirigidos a dar respuesta a los problemas, me-
diante la obtención y aplicación de conocimientos y técnicas, aportando nuevas
soluciones que contribuyan a mejorar la productividad de la ganadería nacional y
con ello a la autonomía y soberanía agroalimentaria. Dado que en la cotidianidad,
las problemáticas sanitarias no apuntan a un sólo agente causal y su organización
es confusa, complicada y mal estructurada, se rompe aquí con la ortodoxa y anti-
cuada presentación tradicional de las enfermedades, dando paso a un modelo real
de conflictividad, estudiando cada problema desde la visión integral e integradora
de los síndromes clínicos.
Se espera que este compendio sea útil para profesionales de la medicina ve-
terinaria, investigadores noveles, epidemiólogos, biólogos, estudiantes de las es-
cuelas de medicina veterinaria, producción animal, zootecnia e ingeniería de la
producción y desarrollo rural, profesionales de organismos de salud pública y sa-
nidad animal, ganaderos y todos aquellos interesados en el tema. Esperamos tam-
bién, que esta obra ayude a la elaboración de políticas y programas nacionales
para el control o erradicación de las enfermedades, así como para la evaluación de
riesgos y el diseño de sistemas de vigilancia epidemiológica para la prevención y el
control oportuno de las zoonosis emergentes y re emergentes. En suma, confia-
mos en que este proyecto contribuya a la aplicación de los conocimientos y recur-
sos disponibles para la protección y mejoramiento de la salud de las explotaciones
doble propósito, contribuyendo en gran medida con la salud humana.
Alfredo J. Sánchez-Villalobos
Editor
xii
GIRARZ
Fundación Grupo de Investigadores
de la Reproducción Animal en la Región Zuliana
CONTENIDO
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xi
Causas de enfermedad y medidas de prevención en el Ganado
de Doble Propósito
Disney Pino Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Toma de muestras para el diagnóstico de enfermedades generales
Eduardo Arenas D. y Margelys Urdaneta F. . . . . . . . . . . . . . . . 21
Complejo diarreico de los terneros
Armando Hoet y Gabriela Carruyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Complejo umbilical del ternero
Disney Pino Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Complejo respiratorio bovino
José A. Contreras B. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Complejo ocular bovino
Elí Ramón Rubio-F. y Margelys K. Urdaneta-F. . . . . . . . . . . . . . . 61
Síndrome vesicular del ganado bovino
Leonardo Boscán y Julio Boscán Ocando . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Complejo muco-cutáneo no vesicular con énfasis en la ganadería bovina
Dubraska V. Díaz Campos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Los hemotrópicos como un problema de salud en bovinos adultos
Roger A. Ramírez B. y Zulayne Valera . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Síndrome del enflaquecimiento: helmintosis y otras parasitosis
gastrointestinales
Francisco J. Angulo Cubillán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos
adultos
Regino A. Villarroel Neri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Síndromes neurológicos del bovino
Francisco J. Vargas O. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Síndrome de las vacas vacías
Carlos González-Stagnaro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Síndrome abortivo y de muerte perinatal
Robert Valeris y Alfredo Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Complejo infeccioso reproductivo del bovino
Roberto A. Palomares-Naveda. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
Abordaje y manejo del síndrome de la vaca postrada
Disney Pino Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
Mastitis bovina
Julio Boscán y Robert Valeris . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
Alternativas para la construcción de un programa asertivo
en el control de la brucelosis
Jesús A. Maldonado Zambrano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
Taller CONVECAR - GIRARZ: programas sanitarios para la
Ganadería Doble Propósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
CAUSAS DE ENFERMEDAD Y MEDIDAS
DE PREVENCIÓN EN EL GANADO
DE DOBLE PROPÓSITO
CAUSAS DE ENFERMEDAD
La enfermedad puede ser causada por factores externos, entre los cuales se
consideran los microorganismos invasores, mala alimentación, condiciones at-
mosféricas, temperatura ambiental, campos y descargas eléctricas, tóxicos de ori-
gen químico, vegetal o bacteriano y causas mecánico traumáticas; o puede ser cau-
sada por disfunciones internas, tales como enfermedades auto inmunes o defectos
congénitos heredados, predisposición del organismo animal y capacidad de resis-
tencia. Hoy día todo esto puede agruparse para establecer que la enfermedad pue-
de ser causada por el medio ambiente, los agentes y el huésped.
White & Jordan en 1963, conceptúan la causa del padecimiento, como el es-
tudio de todos aquellos factores que contribuyen a la producción de la enferme-
dad. Esto involucra la causa de la enfermedad, la resistencia del huésped y los fac-
tores que influencian cada uno de estos. Alonso en 1969, coincide con White &
Jordan estableciendo de una manera amplia, como causas de enfermedad, aque-
llos factores denominados causa primaria o determinantes, representados por agen-
tes etiológicos que por si solo provocan una alteración de tal magnitud que esta-
blecen una enfermedad, ejemplo de ello, un trauma; factores denominados causa
secundaria o predisponentes que no producen la enfermedad, pero cuya presencia
ayuda a su establecimiento, ejemplo el raquitismo y la osteoporosis; y los factores
coadyuvantes, los cuales no tienen ninguna relación con la lesión en si, pero su pre-
sencia ayuda al establecimiento de la misma, ejemplo de esto puede ser la falta de
visión en el animal, el cual no pudo prevenir el golpe que le causó la fractura.
Además de esta clasificación es posible considerar dentro de cada una de
ellas causas intrínsecas y extrínsecas, dependiendo si ellas son parte integral del mis-
mo huésped o son externas a él. Ejemplo de factores intrínsecos constituyen la
2 / Disney Pino Ramírez
constitución genética, estado nutricional, edad y sexo del huésped, mientras se-
rán extrínsecas las injurias traumáticas, agentes patógenos vivos, sustancias toxi-
cas, todas ellas existentes en el ambiente donde se encuentra el animal.
LA ENFERMEDAD
Puede presentarse en forma clínica, en cuya forma, pueden observarse fá-
cilmente las funciones anormales del organismo, manifestadas a través de los sig-
nos clínicos que en forma general se expresan a través de fiebre, anorexia, depre-
sión, disminución de la producción, cambios físicos en la leche, entre otros. Tam-
bién se presenta la enfermedad bajo la forma subclínica, en donde la función del
organismo también está alterada, pero la enfermedad se encuentra en una fase in-
cipiente o latente sin manifestar signos clínicos visibles y su detección solo se lo-
gra realizar a través de pruebas de laboratorio o ayudas diagnósticas.
Se ha incurrido en abuso del término, al establecer que existe la enferme-
dad, basado en el hecho, que los valores aportados por el laboratorio estén cerca de
los límites inferiores y superiores del espectro normal. Algunas enfermedades que
afectan al ganado en la forma subclínica son la mastitis subclínica, paratuberculo-
sis, cetosis subclínica, leucosis, acidosis ruminal subclínica, laminitis subclínica,
entre otras. Un signo común de las enfermedades subclínicas es la disminución
de la producción. El número de vacas en el rebaño, enfermas subclínicamente, es
generalmente mayor que el número de animales afectados clínicamente. A esto se
le denomina el principio del “iceberg” o témpano de hielo, el cual es muy impor-
tante de recordar cuando se manejan brotes de enfermedades.
6 / Disney Pino Ramírez
Aún, en una situación de brote de la infección, más animales dentro del gru-
po afectado tendrán la infección en forma silente o subclínica, que casos clínicos.
Los casos clínicos, serán aquellos que se pueden detectar a la simple observación o
llevando a cabo un examen físico tan simple como tomar la temperatura. Los ca-
sos clínicos son aquellos que a la gente más les preocupan, debido a que ven al ani-
mal en malas condiciones y se encuentran en riesgo de morir. Para la mayoría de
las enfermedades infecciosas y no infecciosas, la proporción entre casos clínicos y
subclínicos es comúnmente de 1:5 hasta 1:20. Bajo algunas circunstancias muy
raras, un rebaño puede estar ampliamente infectado con un agente infeccioso y
existir algunos o ningún caso clínico. En algunas infecciones como leucosis bovi-
na, la proporción puede ser de 1:100, queriendo decir con esto que rara vez ocu-
rren casos clínicos (Gay, 2009).
Por regla general, un rebaño estará constituido por animales sanos en mayor
proporción, animales con enfermedad subclínica en mediana proporción y anima-
les clínicamente enfermos en proporción mínima. Estas proporciones por supuesto
varían según la presión de enfermedad existente en la finca. Por definición las en-
fermedades subclínicas son difíciles de detectar y el costo de obtener información
sobre ellas se incrementa por la necesidad de usar pruebas diagnósticas (tales como
contaje celular somático, cultivo de leche, contaje de huevos en las heces, cultivo de
heces, pH de las heces, urianálisis, entre otros). El inicio de una epidemia de enfer-
medad subclínica usualmente no está bien definido y se produce un tiempo entre el
inicio de la enfermedad subclínica y el reconocer sus efectos en el hato. Las fases
subclínicas de las enfermedades tales como mastitis, cetosis, laminitis, acidosis ru-
minal o enfermedad de Johne pueden persistir por largos períodos y reducir la efi-
ciencia de la producción lechera. El efecto de la enfermedad, en la productividad
del hato, es generalmente subestimado, debido a que el número de animales subclí-
nicamente enfermos, usualmente es mayor que el número de animales clínicamen-
te enfermos. La inhabilidad de identificar la enfermedad subclínica y la larga dura-
ción de estos síndromes permite que estas enfermedades tengan un impacto consi-
derable en la productividad del hato (Ruegg, 2001).
DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD
Toda enfermedad suele seguir un proceso de desarrollo cuyo patrón suele
ser similar y las diferencias que se presentan, vienen dadas por el tipo de agente
causal, por la patogenicidad, por la transmisión, vía de entrada o por la estrategia
de ataque que establece, una vez que ha entrado el germen en el organismo ani-
mal. El desarrollo de una enfermedad generalmente sigue un curso predecible
con niveles diferentes que permiten una intervención potencial preventiva.
En la primera etapa de la enfermedad, esta necesita de una exposición suficien-
te ante el huésped susceptible, de manera de asegurar su establecimiento. En este
primer contacto, el huésped comienza a desencadenar un proceso, donde reconoce
al patógeno bacteriano y por lo tanto inicia la producción de anticuerpos. En esta
primera etapa no se produce ningún efecto dañino contra la productividad de la fin-
ca, sin embargo, se pueden tomar medidas para evitar la exposición, bien sea con
medidas de bioseguridad y biocontención que restrinjan la entrada y difusión del
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Causas de enfermedad y medidas de prevención en el ganado de Doble Propósito /7
DIFUSIÓN DE LA ENFERMEDAD
En el caso de los agentes causales no-vivos, tales como agentes quimiotóxi-
cos o toxinas contenidas en el alimento o que son ingeridas por el huésped, estos
no son transferidos de un huésped a otro, de manera que pueda resultar en la difu-
sión de la enfermedad. La excepción seria, aquellos animales cargados exagerada-
mente con partículas radioactivas que caen después de una explosión nuclear y
que pueden producir daño en otros animales en contacto con ellos. En el caso de
enfermedades heredadas, la difusión esta restringida solo a la progenie de anima-
les que llevan los genes necesarios involucrados y el único vehiculo de difusión es
el genético.
8 / Disney Pino Ramírez
excreciones del animal vivo infectado, en este caso representadas por el aire espi-
rado, descargas inflamatorias, leche, esputo, saliva, orina o heces incluso pueden
alcanzar al huésped en huevos infectados o en tejido de animales muertos infecta-
dos incluyendo aquellos de huéspedes intermediarios. La difusión de los agentes
de la enfermedad por estas rutas puede ocurrir bien sea por contacto directo entre
el huésped infectivo y el susceptible o indirectamente a través de la contamina-
ción de comida, agua, aire, partículas de polvo, gotas, fómites o cadáveres o partes.
Generalmente, hay una alta concentración de patógenos en el ambiente,
cuando prevalecen condiciones de pobre higiene en el alojamiento, manos del or-
deñador y becerrero, vehículos, becerreras, baldes, mamilas y comederos. El con-
tacto entre animales de diferentes fincas tiene un significado casi inequívoco de
difusión de la enfermedad. Los mercados de acopio generalmente son peligrosos
por la alta concentración y el continúo movimiento de ganado, incrementando el
riesgo de diseminación de la enfermedad. Cualquier sistema de manejo que per-
mita la mezcla de animales de diferentes edades, favorece la difusión de la enfer-
medad, desde los animales más viejos con resistencia, los cuales pueden ser porta-
dores, hasta los jóvenes no infectados y susceptibles.
5. Habilidad del patógeno de sobrevivir afuera o adentro del huésped. Mientras
más largo sea el tiempo que un microorganismo pueda subsistir alejado del hués-
ped, mayor es la oportunidad de encontrar un huésped susceptible. Algunos agen-
tes causales son anulados en grandes cantidades del animal enfermo en forma
aguda; es el caso de la plaga del ganado (Rinderpest) producida por un Morbillivi-
rus, el cual no sobrevive por mucho tiempo fuera del huésped animal. Muchos or-
ganismos que son expulsados en pequeñas cantidades, son capaces de sobrevivir
por largos períodos. Por ejemplo, el Mycobacterium avium subesp. paratuberculosis
y la larva infestante (L3) de algunos helmintos pueden sobrevivir por semanas y
hasta meses, si no son expuestas directamente a la luz solar, mientras que las espo-
ras de Bacillus anthracis pueden vivir fuera del huésped por muchos años. Caso
contrario, los helmintos con sus formas larvarias o quísticas son destruidas por el
frío y la congelación, las bacterias y virus sobreviven a la refrigeración.
Esto tiene un significado importante y es que la carne, semen o cualquier
otro producto refrigerado o congelado e infectado con bacterias o virus continúa
siendo una fuente de peligro para el ganado susceptible. Algunos agentes causales
que no sobreviven en el ambiente fuera del huésped, llegan a ser patógenos exito-
sos, debido a que son trasmitidos directamente de huésped a huésped a través del
coito, es el caso del protozoario Trichomonas fetus o por vectores artrópodos en el
caso de tripanosomas. La sobrevivencia del patógeno en un aparente huésped
normal es otro medio para el germen de continuar su existencia. Tal huésped ac-
túa como “portador” y excreta el patógeno aunque en pequeñas cantidades. Esto
se ha observado en muchas enfermedades, incluyendo salmonelosis, brucelosis,
coccidiosis e infecciones por helmintos.
6. Existencia y movimiento de vectores, huéspedes intermediarios, huéspedes
transporte portadores mecánicos y fómites. El término de vector ha sido utilizado, por
mucho tiempo, originalmente por los parasitólogos en conexión con la transmi-
sión de los parásitos por artrópodos. En el presente, sin embargo, se utiliza sin
10 / Disney Pino Ramírez
problema para describir cualquier medio por el cual un agente infectante es lleva-
do de un huésped a otro e incluye métodos animados e inanimados. En este senti-
do, incluiría vectores artrópodos, “portadores”, intermediarios, transporte y
huéspedes reservorios, así como la transmisión mecánica de patógenos por el
viento, agua y fómites.
Vector es un invertebrado que lleva un patógeno de un huésped y lo deposita
dentro o sobre otro huésped. Huésped intermediario es un vertebrado, donde el pa-
tógeno debe pasar su fase larvaria o asexual, de manera de volverse infestante para
el huésped final o definitivo. El término Huésped transporte se aplica casi exclusi-
vamente a los parásitos y es un huésped que lleva entre sus tejidos, los huevos o
larvas de parásitos, sin jugar ningún papel en su desarrollo y transmisión, cuando
es ingerido por el huésped definitivo. Un portador mecánico es un agente animado
o inanimado, el cual lleva al patógeno sobre su superficie. Cuando es inanimado
(estetoscopio, termómetro, mamila, balde, cepillo) se le denomina fómite.
7. Movimiento del patógeno por si mismo. Esta es una forma única para difun-
dirse, en la cual el patógeno posee su propio poder de movimiento y por lo tanto
viaja de huésped en huésped. Ejemplo de estos incluye el gusano barrenador, la
mosca de la nariz de la oveja, las garrapatas, piojos y pulgas. Alguno de estos pató-
genos móviles, además de causar injuria por si mismo, también pueden actuar
como vectores de otros patógenos.
cas previas, pero hasta que no se conozca más sobre su etiología y patogénesis, el
tratamiento permanecerá como el medio más importante para el control.
Las enfermedades del comportamiento son difíciles de controlar, una vez que
ellas aparecen (comer tierra, mamar el ombligo en terneros) muchos de los com-
portamientos bizarros de los bovinos están asociados a ciertos tipos de manejos
(cría en jaula, falta de minerales) de tal manera que evitando estos o aplicando
procedimientos preventivos específicos como, administrar minerales, colocarlos
en piso o el simple hecho sacarlos de la jaula, constituyen un método de control.
Ejemplo de esto son las medidas de cuarentena aplicadas a los animales que en-
tran al país o la cuarentena en la finca que debe aplicarse a los animales recién ad-
quiridos o que salieron (animales de feria, prestamos de toros, potreraje) y entran
de nuevo. Se debe recordar la condición de portadores que pueden adoptar estos
animales durante el contacto con otros animales. Esta medida es bastante efectiva
en los casos de aftosa donde se aplica al foco donde ocurrió la enfermedad y a una
zona periférica denominada perífoco. En Venezuela se aplica también la restric-
ción del movimiento de ganado y sus productos por medio de las denominadas
“guías de movilización” que solicitan el aval sanitario del rebaño expedido por el
veterinario de la finca y respaldado por el veterinario oficial.
3. Sacrificio de los animales infectados y en contacto. Antes de que se establezca
una política de sacrificio para el control de una enfermedad, una amplia variedad
de factores deben ser considerados, tales como la epidemiología de la enfermedad,
la forma como la enfermedad se difunde y los métodos de diagnóstico, los cuales
deben ser confiables, rápidos y deben ser controlados a través del sacrificio de los
animales clínicamente infectados. Para que el control por sacrificio sea efectivo,
es necesario que los métodos que minimicen el contacto entre el huésped y el
agente sean llevados a cabo satisfactoriamente. Esto incluye la restricción de im-
portación, movimiento de animales, sus productos y fómites, además de la ade-
cuada disposición del material infectado. Cuando se aplica el sacrificio se sobren-
tiende que la enfermedad no es endémica y que la gran mayoría de la población es
susceptible. El sacrificio (incineración de los cadáveres) en el caso de enfermeda-
des altamente contagiosas debe acompañarse de indemnización por parte del go-
bierno. En el caso de enfermedades de difusión lenta como la tuberculosis y some-
tidas a un control diagnóstico periódico del rebaño con remoción y sacrificio en
matadero de los “reactores”, cuyas canales van a consumo con decomiso de las
partes afectadas, el control puede ser aplicado a fincas individuales o algunos paí-
ses lo hacen por área de mayor incidencia.
4. Control de portadores biológicos y mecánicos, vectores, huéspedes intermediarios y
patógenos libres móviles. Los portadores biológicos de infecciones son animales, que
aunque clínicamente normales, están infectados y por lo tanto en forma intermi-
tente, excretan el patógeno. El control de estos animales cae dentro de las secciones
2 y 3 ya mencionadas. Cuando los portadores biológicos son identificados, su remo-
ción del rebaño, es una medida satisfactoria de control de la enfermedad. Cuando
no pueden ser detectados, todos los sobrevivientes y animales en contacto del brote
de una enfermedad, tendrán que ser considerados como portadores potenciales y
un riesgo grave para el ganado susceptible. Los portadores mecánicos incluyen al
hombre, animales y fómites como los automóviles, heno y todo lo contaminado por
el agente infectivo y que se mueve o es movido de un lugar a otro.
El hombre es el portador mecánico más importante a través de sus manos, bo-
tas y ropa contaminada, incluso los instrumentos quirúrgicos. La difusión de la en-
fermedad puede ser reducida, restringiendo los movimientos de tales portadores o a
través de la limpieza y desinfección. Como medida preventiva de rutina, se debe
evitar visitantes, especialmente en el área de los animales jóvenes más susceptibles
a la infección, mas aún si están concentrados en gran numero. Durante los brotes de
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Causas de enfermedad y medidas de prevención en el ganado de Doble Propósito / 15
vado con balde o con manguera, bien sea con el chorro normal o a presión, fría o
caliente o lavado con aire a vapor. La acción de la luz solar es debida más que todo
al rango de longitud de onda de la luz ultravioleta, la cual es fuertemente germici-
da pero que tiene un poder pobre de penetración. Mientras que directamente la
luz solar es letal a una gran variedad de patógenos; su eficacia es grandemente re-
ducida por materia orgánica u otros materiales que pueden proteger a los micro-
organismos de los rayos ultravioleta. Rastrear los campos durante la época seca
ayuda a exponer a los patógenos a la luz solar y la desecación. Por ejemplo, los tro-
zos grandes de estiércol son partidos en fragmentos más pequeños exponiendo los
helmintos a la desecación.
La exposición a grandes temperaturas destruye a los patógenos. El calor
seco aparte de su valor en la incineración no es tan comúnmente utilizado como el
calor húmedo (vapor de agua). Este último tiene un gran poder de penetración y
es menos dañino sobre los objetos desinfectados. El calor a vapor en forma de
agua hirviendo es un método común de esterilización. Este método es satisfacto-
rio para eliminar la mayoría de las formas vegetativas de las bacterias, pero no es
efectiva para las esporas bacterianas a menos que el procedimiento sea muy pro-
longado. El vapor ha sido utilizado para desinfectar tanques de leche, cantaras,
baldes, pero igualmente no es efectivo contra las esporas. La desinfección de edi-
ficios y vehículos se lleva a cabo con spray de vapor en algunas fincas. La pasteuri-
zación es un método para desinfectar la leche que involucra someter a la leche a
temperaturas altas por un periodo corto. Este proceso elimina a bacterias como
Brucela abortus y a Mycobacterium tuberculosis de la leche.
Los métodos químicos involucran el uso de desinfectantes, las cuales son sus-
tancias que en contacto con el patógeno entran en una reacción química, muriendo
o inactivándose. La desinfección con químicos es la forma de control más común
para edificios y objetos inanimados (fómites). Una vasta lista de desinfectantes son
utilizados para el control de enfermedades de animales entre los cuales se encuen-
tran carbón activado, cresol, lysol, formaldehído, halógenos, compuestos de amo-
nio cuaternario y amonio. Un método común de desinfección es la desocupación del
corral o vaquera por un tiempo prudencial, después que ocurre el brote. El princi-
pio esta basado en el conocimiento que la mayoría de los patógenos obligatorios que
subsisten en el corral, sucumbirán al no tener contacto con el huésped. Usualmente
este método es más efectivo si se acompaña de la limpieza y desinfección.
6. Prevenir o reducir la exposición a la infección con manejo, alojamiento, drogas
profilácticas o cirugía. Revisar el alojamiento y el manejo puede jugar un papel im-
portante en la prevención y control de infecciones al reducir la exposición al
agente infectivo. Los animales recién comprados o animales que estaban fuera y
que regresan a la finca deben ir a aislamiento o cuarentena hasta que se demuestre
no estar infectado. Las divisiones sólidas en los corrales donde se mantienen los
terneros, ayudan a prevenir la difusión de la infección en el corral. El hacina-
miento favorece la escalada de la infección y la difusión de la enfermedad y en
condiciones ideales debe ser evitada.
En general se debe evitar la mezcla de animales de diferentes grupos de edad
en corrales y a pastoreo porque resulta en la exposición de los animales jóvenes
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Causas de enfermedad y medidas de prevención en el ganado de Doble Propósito / 17
susceptibles, a los patógenos excretados por los animales más viejos con mayor re-
sistencia. Los terneros jóvenes deben pastorear en potreros limpios, esto significa
que ellos nunca deben alojarse en praderas que han utilizado el ganado viejo o in-
fectado, a menos que haya sido limpiado (ponerlo en descanso, podarlo, resem-
brarlo). El pastoreo rotacional y el pastoreo en franja son dos métodos útiles en re-
ducir la concentración de los parásitos.
El uso de drogas profilácticas como insecticidas, antihelmínticos, antibióti-
cos, coccidiostáticos y algunos tripanocidas constituye una práctica común en las
fincas, donde suele bañarse o rociarse el ganado para prevenir la infestación con
parásitos externos. La desparasitación rutinaria es útil en la reducción de la carga
de helmintos del huésped y el grado de contaminación del potrero y de los corra-
les. Los antibióticos son utilizados de manera profiláctica bajo la circunstancias
de situaciones de cirugía o cuando el ganado joven es mudado a un nuevo ambien-
te. Los coccidiostáticos son utilizados para prevenir la coccidiosis en sitios donde
la incidencia es elevada y drogas tripanocidas son administradas al ganado de ma-
nera periódica por el efecto de liberación lenta que tienen algunos productos.
b) Incrementar la resistencia del huésped
La resistencia del huésped a los agentes vivos que producen la enfermedad
puede ser incrementada a través de numerosas vías. Los métodos más comunes
son la inmunización con vacunas o antisuero y la exposición de los animales sus-
ceptibles a infecciones controladas (premunición) de manera de producirle in-
munidad.
1. Una vacuna es una preparación que contiene patógenos y/o sus productos
en una forma apropiada para administrarla al huésped para producir inmunidad. El
patógeno dentro de la vacuna puede estar inactivado o vivo. Hoy en día, a objeto de
ahorrar tiempo, así como reducir el estrés de manejo de concentrar los animales, se
ha encontrado la manera de colocar varios agentes patógenos en una sola vacuna a
las cuales se les ha denominado vacunas polivalentes. Así, se dispone de vacunas
polivalentes que protegen contra las enfermedades clostridiales, combinaciones de
virus y bacterias para la protección de diarrea viral bovina, rinotraqueitis infecciosa
bovina, parainfluenza, virus sincicial y 5 serovares de leptospira, obteniéndose el
mismo resultado que la aplicación de dos o tres vacunas simultaneas.
2. El suero hiperinmune aporta una protección inmediata de manera de inun-
dar el organismo de anticuerpos por un período corto de exposición, como es el caso
del tétanos después de una cirugía o la fiebre de transporte que se presenta después
de viajes largos. A pesar de aportar una protección inmediata, ellos tienen la des-
ventaja de ser costosos, debido a que son producidos en animales vivos y su período
de protección es de dos a tres semanas. Las vacunas y los toxoides por el contrario
producen inmunidad una o dos semanas después, son más económicas y su inmu-
nidad va desde 6 meses hasta más de un año. El uso terapéutico de los sueros hipe-
rinmunes han quedado en un valor dudoso y hoy en día su producción es mínima.
3. El calostro es la primera secreción láctea producida por la vaca después del
parto. En los bovinos, la transferencia de anticuerpos en la forma de inmunoglo-
bulinas de la madre al recién nacido, ocurre a través del calostro y no a través de la
18 / Disney Pino Ramírez
CONCLUSIONES
La enfermedad sigue siendo el elemento que contrarresta las oportunida-
des del hombre para producir alimentos de origen animal. Innumerables causas
conllevan al origen y desarrollo de la enfermedad, lo cual, hacen más complejas
las medidas de prevención. El criador debe recurrir hoy día a medidas de biose-
guridad y biocontención para blindar la finca, evitando que enfermedades de
tipo catastrófico penetren en ella. Se hace necesario redimensionar el plano de la
finca, de manera que exista una zona de recepción (oficina, depósitos, cuarto de
la leche) en la parte delantera, evitando así la penetración de fómites (camión le-
chero, camión ganadero, camionetas, etc.) que puedan contaminar las áreas
donde reside el ganado.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Causas de enfermedad y medidas de prevención en el ganado de Doble Propósito / 19
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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TOMA DE MUESTRAS PARA EL DIAGNÓSTICO
DE ENFERMEDADES GENERALES
TIPOS DE MUESTRAS
1. ÓRGANOS Y TEJIDOS
Enfermedades clostridiales
En los casos que se sospeche del deceso de animales a causa de enfermedades
por bacterias del género Clostridium sp, es necesario invertir mucha precaución al
momento de la toma de muestra, empleándose estrictas medidas de bioseguridad
con el propósito de evitar riesgos a la salud de la persona que realiza la actividad
(guantes de látex, tapabocas, gafas protectoras, entre otros).
La muestra a tomar consiste en un cubo de músculo afectado de tamaño
aproximado entre 4 a 15 cm3 manteniendo la superficie intacta, para ello se debe
emplear material estéril, bolsas y envases, y deberá ser empacado en un recipiente
refrigerado para su posterior traslado al laboratorio.
En el caso de requerir fragmentos de intestino (enterotoxemia clostridial),
es conveniente señalar que solo debe usarse material fresco. Extraer una porción
de intestino de longitud aproximada entre 8 a 10 cm, el mismo debe estar atado en
ambos extremos y separados de otros órganos, y enviarlo refrigerado para la iden-
tificación de toxinas y bacterias. Otra de las alternativas sugeridas para un posible
diagnóstico de la enfermedad consiste en vaciar el contenido intestinal en un en-
vase (hasta 10 grs.) y preservarlo con unas gotas de cloroformo.
También pueden ser enviados al laboratorio para el aislamiento e identifi-
cación bacteriana órganos tales como: corazón, pulmones, hígado y bazo. Las cos-
tillas también pueden ser muestreadas, tomando fragmentos de las mismas y ha-
ciendo remoción del tejido muscular y periostio que las recubre, en el laboratorio
se extrae la médula y se procede a cultivar, cabe destacar que este es el último órga-
no invadido por las bacterias (Doxei, 1987).
Listeriosis
En caso que se sospeche de muertes por listeriosis, las medidas de precau-
ción a tomar para evitar contagios al operario deben ser rigurosas, y deberá en-
viarse la mitad del cerebro refrigerado para el aislamiento bacteriano y la otra mi-
tad almacenada en un recipiente cerrado herméticamente contentivo de una solu-
ción de formol al 10% para su examen histológico (Doxei, 1987).
Muchos bacteriólogos recomiendan que aquellos veterinarios o técnicos
que hayan participado en la recolección de este tipo de muestras, deberán asistir
con un facultativo de medicina humana y será este último quien estime e indique
un tratamiento preventivo de acuerdo al grado de exposición que se mantuvo,
esto en vista de la agresividad patogénica que posee el agente Listeria sp.
Rabia paralítica
Todo animal sospechoso de padecer rabia deberá ser puesto en aislamiento
y observación durante diez (10) días, dejando que la enfermedad evolucione hasta
la terminación fatal. El sacrificio prematuro de estos animales disminuirá la pre-
cisión del diagnóstico del laboratorio, ya que los corpúsculos de Negri se desarro-
llan en el tejido cerebral y tienen correlación directa con la duración del proceso.
24 / Eduardo Arenas Dávila y Margelys Urdaneta Fernández
2. HISOPADOS
Enfermedades vesiculares, RIB, DVB
Los hisopados se utilizan para enviar material infeccioso de piel, fosas nasa-
les, secreciones conjuntivales, vaginales, ano, prepucio, entre otras. Para ello se
hace necesario emplear materiales comerciales o elaborados, los cuales deberán
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Toma de muestras para el diagnóstico de enfermedades generales / 25
3. ABSCESOS
Desinfectar el área a muestrear previamente, los abscesos deben ser aspira-
dos con jeringas estériles, extrayéndose un aproximado de entre 3 a 5 ml del con-
tenido procurando raspar las paredes del absceso. El material purulento colecto
en las jeringas deberá ser pasado a tubos de vidrio estériles con tapa de rosca de
baquelita, sellándose la tapa con cinta parafina, y enviado al laboratorio en una
cava con hielo y en un lapso no mayor a 6 horas, para aislamiento e identificación
del agente etiológico (Perazzo, 2005).
4. FLUIDOS
Líquido pleural y peritoneal
Por lo general, las muestras obtenidas de las cavidades pleurales y perito-
neales se utilizan para estudios bacteriológicos y citológicos. En ambos casos, se
hace necesario garantizar estricta asepsia, junto con el rasurado y desensibilizado
con anestésico local del sitio de punción, pudiéndose usar Xilocaina al 2% infil-
trándose 4 mL de manera subcutánea en forma de cruz.
La punción torácica se practica entre el sexto y octavo espacio intercostal, en
el tercio inferior del tórax, manteniendo la aguja cerca del borde anterior de la cos-
tilla. Las agujas utilizadas pueden variar en tamaño de acuerdo a la talla del animal
al que se la practicará la maniobra, las mismas deben tener un estilete para remover
la grasa o restos de tejido que pudieran tapar la aguja. La longitud de la aguja reque-
rida tiene cerca de 7,5 cm de largo y 3mm de diámetro; este mismo tamaño de aguja
es empleado para la cavidad peritoneal, en cuyo caso el sitio de punción se ubica en
la línea media del abdomen ventral en un punto anatómico especifico delimitado a
5 cm caudal al apéndice xifoides y 5 cm a la izquierda de la línea media.
Algunos autores recomiendan realizar una previa incisión con la punta de
un bisturí envuelto en gasa, esto con el fin de evitar provocar una herida más
grande en caso de que el animal reaccione con un brusco movimiento inesperado,
y luego introducir en la incisión una cánula esterilizada para infusiones intrama-
marias para bovinos de calibre 14g x 2”, la cual posee su orificio de entrada ubica-
do de manera lateral en el tercio proximal de la misma, lo que garantizaría la no
obstrucción al momento de introducirla y evitar una mayor agresión tisular, por
poseer esta una punta de extremo romo. Así mismo se sugiere colocar de manera
extendida una gasa fina en el extremo contrario de la cánula al momento de intro-
ducirla, con el propósito que ésta quede adosada a la piel y pueda absorber la san-
26 / Eduardo Arenas Dávila y Margelys Urdaneta Fernández
gre que pudiera ingresar al interior de la cánula y por ende al tubo de colección,
esto evitará arrojar falsos resultados y emitir diagnósticos errados de cavidad
pleural o peritoneal con contenido hemático.
En ambos casos, el líquido puede ser recogido directamente en tubos con tapa
roscada, tubos para toma muestra de sangre sin aditivo (tubo con tapa color rojo) o
extraído usando una jeringa estéril, si el líquido no fluye de manera espontánea. La
cantidad recomendada a colectar es de 1 a 5ml. Aunque no se deben agregar preser-
vantes a las muestras, si se sospecha de la existencia de lesiones de tipo inflamato-
rias o hemorrágicas con posibilidad de que el contenido proteico del líquido sea ele-
vado y/o con presencia de plaquetas. Es recomendable colocar las muestras por du-
plicado en tubos con EDTA (tubo con tapa color morado) y sin anticoagulante
(tapa roja). En todos los casos la cantidad de muestra a remitir al laboratorio no de-
berá ser inferior a los 2 ml (Pino-Ramírez, 2002, Malmo, 2005).
Líquido cefalorraquídeo
La extracción del líquido cefalorraquídeo (LCR) en grandes animales es in-
dicada en casos de encefalitis, listeriosis, paresia posterior y meningitis. Recor-
dando que durante todo este procedimiento es necesario tener la mayor asepsia
posible.
El lugar más indicado para animales jóvenes es a nivel de la unión lumbosa-
cra, que se identifica por una depresión en la última vértebra lumbar, entre la
zona espinosa caudal y dorsal. En los animales adultos en casos extremos se reco-
mienda la punción en la región sub-occipital en los bordes anteriores de las alas
del atlas, el animal debe ser colocado en posición decúbito lateral y flexionar la ca-
beza del animal contra el pecho sujetándolo firmemente al momento de hacer la
punción, también se sugiere la sedación ligera del animal con Xilazina al 2% o de-
sensibilizar el lugar de punción con lidocaína al 2%.
La punción para la extracción del LCR se realiza con una aguja hipodérmi-
ca de calibre 20g y de 2,5 cm de longitud en caso de animales jóvenes, mientras
que en caso de animales adultos, la aguja será del tipo espinal 3 a 4”, calibre 16 ó
18g. Antes de realizar la punción se debe rasurar toda la región lumbosacra de 10 a
15 cm del lugar de recolección y limpiar la zona con soluciones antisépticas, la
aguja se introduce inclinada cranealmente muy lentamente; si el animal está re-
costado, asegurarse que el sacro esté paralelo al suelo y también que la aguja inicie
su recorrido en la línea media y no dirigirla lateralmente.
Tratar entonces que el fluido salga libremente, sin aspirar con un vacío in-
tenso. Recoger 1 mL de fluido en la jeringa o en tubos vacutainer con anticoagu-
lante, para evitar que se coagule si el LCR viene acompañado con sangre, ya sea de
la misma práctica de extracción o alguna patología. La muestra tiene que llegar al
laboratorio a las pocas horas luego de su recolección. Esta técnica tiene como li-
mitante que si la punción es traumática (contaminada con sangre), dificulta la in-
terpretación del análisis del LCR (Mayhew & Blackwell, 2009).
Líquido sinovial
La toma de muestra del líquido sinovial integra uno de los métodos comple-
mentarios de exploración en animales que presentan aumentos de volumen en
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Toma de muestras para el diagnóstico de enfermedades generales / 27
5. BIOPSIAS
Médula ósea
Esta técnica sólo puede practicarse satisfactoriamente en animales vivos, ya
que el material obtenido de animales muertos por lo general no tiene ningún va-
lor debido a la rapidez con la que se degeneran las células de la médula ósea des-
pués de la muerte. El hueso escogido para la biopsia debe contener médula ósea
roja activa y es esencial garantizar la estricta asepsia durante el procedimiento.
En el bovino se utiliza como sitio de punción el ángulo externo del íleon, la
punción se efectúa en medio de la tuberosidad coxal con la aguja dirigida hacia la
articulación opuesta de la cadera. También puede ser usada en los bovinos como
sitio de punción el esternón; en pequeños rumiantes se realiza en la tercera ester-
nebra con el animal en posición erguida, sostenido éste por un asistente.
Las agujas a emplear deben ser estériles, del tipo Salah para humanos y su
tamaño dependerá de la especie y sitio a muestrear, entre 40 a 150 mm de longi-
tud. El sitio de punción deberá ser rasurado, lavado, desinfectado y anestesiado
con xilocaina al 2% de manera local; tras la preparación del sitio, se hace pasar ci-
trato de sodio estéril al 3,8% a través de la aguja de biopsia para evitar la coagula-
28 / Eduardo Arenas Dávila y Margelys Urdaneta Fernández
6. RASPADOS CUTÁNEOS
La técnica de raspado cutáneo permite obtener una muestra de piel espe-
cialmente de las capas más superficiales, tomadas para la evaluación y visualiza-
ción de parásitos externos y hongos, una de las enfermedades en bovinos a diag-
nosticar con este método es la dermatomicosis. Para ello se debe raspar con un
bisturí la periferia de la lesión, así como arrancar los pelos de la zona. Colocarlos
en una placa de petri con hidróxido de potasio al 20%. Si no se dispone del reacti-
vo, entonces deberá enviarse sólo el material biológico, ya que el mismo será aña-
dido en el laboratorio. En caso de requerir cultivo de hongos enviar la la muestra
sin aditivo (Doxei, 1987; Pino-Ramírez, 2002).
7. PUNCIÓN GANGLIONAR
La técnica de lavado o aspirado ganglionar generalmente se utiliza para el
diagnostico de la tripanosomosis en el ganado vacuno, aunque no se ejecuta con
frecuencia. También a través de la punción ganglionar puede ser extraído mues-
tras de tejido a manera de biopsias, a los fines de determinar lesiones en el ganglio
y/o enfermedades tales como Leucosis enzoótica bovina.
El lavado o aspirado ganglionar consiste en una técnica donde se inyecta so-
lución fisiológica dentro del ganglio en cantidades de 0,5 a 1 mL e inmediatamen-
te se aspira, algunos autores describen la técnica sin la incorporación de la solu-
ción fisiológica aspirando directamente el ganglio. De este material sustraído
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Toma de muestras para el diagnóstico de enfermedades generales / 29
debe hacerse un frotis grueso en una lámina portaobjeto para luego ser llevado al
laboratorio (Pino-Ramírez, 2002).
coágulo o bien pueden durar tres días en refrigeración entre 4°C a 8°C. Para maxi-
mizar el volumen de suero una vez extraída la sangre, dejar el tubo inclinado o in-
vertido a temperatura ambiente unos 30 minutos y luego se retira el coágulo pa-
sando el suero a un tubo limpio. Nunca congelar los sueros con coágulo, ni some-
terlos a golpes y protegerlos de la luz directa del sol.
La sangre para el diagnóstico de hemoparásitos debe recogerse de una vena
marginal (punta de la cola u oreja) y con el animal en fase febril. La sujeción de los
animales es necesaria para llevar a cabo el procedimiento. Si la punta de la cola es
elegida, sujete la borla para exponer la piel, limpie la superficie de la piel de cual-
quier suciedad valiéndose de un hisopo u algodón con alcohol, luego se debe reali-
zar un pinchazo en la punta de la cola con una aguja y esperar por una gota de san-
gre. Recoger esta gota de sangre por el contacto de la esquina de una lámina por-
taobjetos para luego rápidamente hacer un extendido o frotis y pasar a su poste-
rior análisis (Contreras, 2005; Hanie, 2006; McCurnin & Bassert, 2006).
9. MUESTRAS DE ORINA
El examen de la orina es recomendado cuando sospechamos de alteraciones
a nivel de los riñones o vejiga urinaria, en casos de nefritis aguda y crónica, pielo-
nefritis, cistitis o en enfermedades específicas que traducen cuadros de hemoglo-
binuria como es el caso de babesiosis, leptospirosis, hemoglobinuria postparto,
hemoglobinuria bacilar, o algunos cuadros con hematuria ocasionada por intoxi-
cación por consumo de Pteridium en su fase o síndrome vesical.
En el caso de la hembra es ideal tomar la muestra con un catéter estéril, ya
que a través de esta técnica disminuimos la contaminación. Para realizar este pro-
cedimiento se deben garantizar las condiciones higiénicas necesarias para evitar
la introducción de agentes patógenos en la vejiga urinaria. Esta técnica tiene
como desventaja que es muy laboriosa y debe ser realizada por técnico especializa-
do en el área, aunado a esto, no puede realizarse en machos, pues este por su anato-
mía no lo permite.
El área perivulvar debe limpiarse con una solución desinfectante y la cola
debe ser restringida para evitar la recontaminación de la zona. La punta del caté-
ter deberá ser lubricada de manera estéril y pasada a través de la apertura de la ure-
tra. La orina debe fluir a través del catéter y ésta puede ser recogida directamente
en los tubos, o bien se aspira en una jeringa y trasvasada a un envase estéril previa-
mente rotulado.
También se pueden realizar técnicas para inducir la micción, en la hembra
es a través de la estimulación externa del área perineal. Previa limpieza de la mis-
ma, se debe tratar de colectar la muestra al final de la micción, descartando la pri-
mera parte de la orina que pudiera estar contaminada. Este procedimiento tiene
como ventaja, el no utilizar equipos sofisticados, ni necesitar de personal entrena-
do, fácil de hacer y con buenos resultados. En el caso del macho, se limpia bien el
orificio prepucial y luego se sujeta con una mano el prepucio y con la palma de la
otra mano, se frota enérgicamente el orificio prepucial hasta obtener la micción.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Toma de muestras para el diagnóstico de enfermedades generales / 31
CONCLUSIONES
La correcta toma de las muestras biológicas, manejo y ulterior traslado a los la-
boratorios de diagnóstico clínico, es de suma importancia para establecer el diagnós-
tico definitivo y preciso de una enfermedad determinada y en el menor lapso de tiem-
po. En todos los casos el Medico Veterinario, deberá poseer siempre a su disposición
32 / Eduardo Arenas Dávila y Margelys Urdaneta Fernández
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diagnosis. :1.
COMPLEJO DIARREICO DE LOS TERNEROS
Armando Hoet
Gabriela Carruyo
Aún cuando todos estos patógenos pueden actuar por sí solos y causar un cua-
dro clínico primario, en la realidad los casos clínicos de diarrea infecciosa son gene-
ralmente producidos por múltiples patógenos trabajando en conjunto para vencer
las defensas del becerro. En estudios realizados se determinó que los becerros que
son infectados con solo uno de estos patógenos, no necesariamente desarrollará la
enfermedad. Sin embargo, cuando el individuo es infectado simultáneamente por
dos o más agentes, las probabilidades de desarrollar diarrea clínica, es 6 veces ma-
yor, que si son infectados por un sólo patógeno a la vez (Hoet et al., 2003).
PATÓGENOS
Escherichia coli Enterotoxigénica (ETEC). Esta bacteria Gram negativa,
no formadora de esporas y móvil es uno de los mayores patógenos causantes de
diarrea en becerros recién nacidos (ver Figura 1). A pesar de su alta patogenici-
dad, los becerros en general desarrollan rápidamente resistencia contra esta bac-
teria por lo que, muy raramente, esta es capaz de producir diarrea en becerros ma-
yores de 7 días. Esta resistencia es debida a la pérdida de receptores en el intestino
al cual se pueda adherir la fimbria o “pili” (F5 o K99) bacteriano (Foster and
Smith, 2009). Este proceso de adhesión de la ETEC al intestino es el primer paso
del proceso infeccioso, es por ello que sin la adherencia a la pared intestinal esta
bacteria no podrá producir diarrea. La presencia de este factor de virulencia fim-
brial representa uno de los dos factores de patogenicidad que la ETEC requiere
para producir enfermedad.
El segundo factor es la producción de una toxina estable al calor, la cual se
produce una vez que ocurre la adhesión. Esta toxina va a afectar directamente el
funcionamiento de los enterocitos induciendo una diarrea secretoria. Se han des-
crito otras dos cepas de E. coli asociadas a diarreas en terneros. La cepa AEEC de
adherencia y eliminación (AEEC, por sus siglas en inglés, Attaching and Effacing
E. coli) más comúnmente denominada E. coli Enteropatógena (EPEC, por sus si-
glas en ingles, Enteropathogenic E. coli), la cual no elabora toxinas, sin embargo
produce una proteína denominada intimina que permite una adherencia mucho
más fuerte a los enterocitos y provoca un borrado o eliminación de las microvello-
sidades intestinales (Moon et al., 1983). La otra cepa denominada STEC (por sus
siglas en ingles Shiga Toxin E. coli) puede producir dos tipos de toxinas, una muy
parecida inmunológicamente a la toxina producida por Shigella dysenteriaea, de-
nominada Stx1 y otra inmunológicamente diferente a la toxina Shiga denomina-
da Stx2. Las cepas bovinas de STEC pueden producir una de estas dos toxinas o
ambas. En Venezuela se ha reportado el aislamiento de esta bacteria a partir de he-
ces tanto de animales jóvenes como adultos; sin embargo, su distribución, preva-
lencia e incidencia es desconocida (Narváez et al., 2007).
Rotavirus. Este es un virus sin envoltura con un genoma de ARN de cadena
doble constituido por 11 segmentos, cada uno de los cuales posee la información
genética necesaria para generar una proteína, ya sea de tipo estructural (VP) o no
estructural (NSP). Debido a que este virus no posee una envoltura lipídica, es al-
tamente resistente a detergentes y desinfectantes, así como a condiciones ambien-
tales adversas. Esto le permite al virus sobrevivir largos períodos en el ambiente y
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo diarreico de los terneros / 35
PARTO
<3
días
1AH= Sem 2@= Sem 3H= Sem 4J= Sem 5J= Sem 6J= Sem 7J= Sem 8J= Sem 3 Meses
PREVALENCIA Y TRANSMISIÓN
Estudios más recientes a nivel mundial han evidenciado que los patógenos
con mayor prevalencia son Rotavirus y Cryptosporidium y los de menor prevalencia
Coronavirus y E. coli. En Venezuela, se han realizado estudios en diferentes regiones
del país, encontrándose prevalencias de 33,3; 14,3; 5,6 y 5,2% para Rotavirus, Cryp-
tosporidium, Coronavirus y E. coli, respectivamente, en terneros entre 1 y 60 días de
nacido en los municipios Colón, Catatumbo, Machiques y Rosario de Perijá del
estado Zulia (datos no publicados). En los municipios Mara y Páez se ha encontra-
do una ocurrencia de la enfermedad ocasionada por Cryptosporidium de 48,3% en
animales de menos de 4 semanas de nacidos (Surumay & Sandoval, 2000).
Al nacimiento, los terneros emergen del útero en forma estéril hacia un am-
biente en el que se exponen de inmediato a una gran cantidad y variedad de mi-
croorganismos, incluyendo estos patógenos. La mayor fuente de infección de es-
tos patógenos son heces de individuos adultos o animales con cuadros clínicos,
por lo que es prácticamente imposible evitar la exposición de un becerro recién
nacido a este tipo de patógenos en estos sistemas de doble propósito. La transmi-
sión ocurre a través de contacto directo con animales infectados o ambientes con-
taminados, y a través del consumo de alimentos y agua. Por consiguiente, ya que
no se puede evitar la infección, es extremadamente importante que proveamos al
becerro la mejor defensa maternal posible a través del calostro.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo diarreico de los terneros / 37
DIAGNÓSTICO
Debido a que el color y consistencia de las heces diarreicas, así como las le-
siones macroscópicas intestinales pueden parecer similares entre todos estos
agentes patógenos, la identificación a nivel de laboratorio de estos agentes infec-
ciosos y la realización de técnicas histopatológicas son imperativas para obtener
un diagnóstico definitivo. En el caso de ETEC, el diagnóstico de esta bacteria se
complica debido al hecho que los bovinos poseen normalmente E. coli no-patogé-
nica como flora normal. Por lo tanto, cultivos microbiológicos normales en los
cuales sólo se determina la presencia de E. coli, son de poco valor diagnóstico ya
que la presencia de E. coli en muestras de animales sanos no es rara. Es por ello
que si en una finca o área hay una gran morbilidad y mortalidad de becerros y E.
coli pareciera ser el patógeno principal, los más recomendable es diferenciar a tra-
vés de bioensayos o inmunoensayos, las cepas patogénicas de las no patogénicas
de E. coli, determinando si están presentes los dos factores principales de patoge-
nicidad/virulencia, factor fimbrial (K99) o toxina estable al calor.
Asimismo, rotavirus, coronavirus y Cryptosporidium pueden infectar también
a un gran número de animales sin que estos manifiesten la enfermedad, por lo que
tener resultados positivos en una muestra individual puede no ser significativa ni
diagnóstica. Es por ello que, se recomienda un muestreo colectivo donde se incluya
casos clínicos y animales sanos, para poder determinar el riesgo relativo (RR) aso-
ciado con la presencia de un patógeno en particular. Finalmente, otro factor que di-
ficulta el diagnóstico es el hecho de que rara vez estos patógenos actúan por si solos
y generalmente cuando actúan en conjunto es que se produce la diarrea clínica. En
tal sentido, se debe realizar un diagnóstico diferencial en el cual se realicen pruebas
específicas que permitan detectar la presencia de uno o varios de estos patógenos,
así, pueden realizarse pruebas inmunológicas (serología), diagnósticos bacterioló-
gicos y parasitológicos. Hoy en día existen diversas alternativas de diagnóstico que
van desde los más tradicionales y rutinarios como el aislamiento y cultivo hasta los
más sensibles y específicos como detección de antígenos bacterianos, parasitarios
y/o virales, e incluso la visualización del genoma viral (como es el caso de rotavirus)
o la amplificación de blancos genómicos por PCR (de sus siglas en ingles, Polimera-
se Chain Reaction). Asimismo, existen en el mercado estuches diagnósticos que pu-
dieran ser de gran utilidad a nivel de campo para la detección de estos patógenos.
Estos estuches se fundamentan en el uso de tiras reactivas específicas para cada uno
de los patógenos. En consecuencia, dado que el complejo diarreico de los terneros,
por lo general, es la consecuencia de una infección múltiple, la realización de prue-
bas diagnósticas para un sólo patógeno ofrece muy poca información sobre la ver-
dadera etiología y epidemiología de este síndrome.
TRATAMIENTO
Como se ha mencionado anteriormente, en el complejo diarreico del terne-
ro se desarrolla diarrea secretoria y por mala-absorción/mala-digestión, lo cual
conlleva a deshidratación severa y un nivel energético negativo. En consecuencia,
el tratamiento contra este tipo de diarrea infecciosa se debe enfocar 100% en
38 / Armando Hoet y Gabriela Carruyo
PREVENCIÓN Y CONTROL
Manejo del calostro. La supervivencia del neonato en gran medida depende
de la capacidad que este posee para controlar la invasión microbiana a la cual está
permanentemente expuesto. Aunque un becerro nace con su sistema inmune ya
en funcionamiento, este aún es inmaduro y no ha sido expuesto a los patógenos
causantes de diarrea, por lo que no posee las defensas adecuadas para responder al
asalto inicial de estos microorganismos durante las primeras semanas de vida. Por
lo tanto, la forma más efectiva de evitar la diarrea neonatal es a través del uso ade-
cuado de calostro, el cual proveerá los anticuerpos y células inmunológicas mater-
nales para proteger al becerro durante este periodo crítico (Cortese, 2009).
40 / Armando Hoet y Gabriela Carruyo
Es por ello que, el manejo del calostro es la práctica sanitaria más impor-
tante que el ganadero debe aplicar para garantizar la sobrevivencia, salud, y de-
sarrollo productivo de los becerros en su sistema de producción. Sin embargo, la
mayoría de las fincas de doble propósito no le dan una alta prioridad a esta práctica.
Debido a esto, muchos de nuestros sistemas de producción tienen altos niveles de
mortalidad en becerros previo al destete (la cifra ideal debería ser entre el 1 y 3%),
así como, animales con pobres tasas de crecimiento y productividad. Durante los
tres a cuatro primeros meses de edad el becerro posee un sistema inmune muy in-
maduro, por ejemplo tienen células fagocíticas con poca funcionalidad (por lo me-
nos hasta los 4 meses de edad), bajos niveles de sistema complemento (entre 12 a
60% de los niveles de un adulto hasta por lo menos 6 meses de edad), bajos niveles
de células T (CD4, CD8), y bajos niveles de otras substancias inmunomoduladoras.
En otras palabras, un becerro recién nacido no tendrá un sistema inmune totalmen-
te funcional sino, hasta los 5 a 8 meses de edad (Cortese, 2009).
Es por ello que para proteger a un becerro durante las primeras semanas de
vida es esencial proveer la transferencia pasiva de inmunoglobulinas (anticuer-
pos) y leucocitos maternales a través de la ingestión de calostro en las primeras 2 a
6 horas de nacido. Hoy en día se ha comprobado a través de múltiple estudios, que
becerros que no reciben calostro tienen una alta probabilidad de presentar diarrea
y otros problemas de salud, los cuales a su vez presentan una alta mortalidad y a
largo plazo una baja productividad. Por ejemplo, en una granja de levante de be-
cerros “veal”, los becerros de 5 a 10 días de nacidos que arribaban sin inmunoglo-
bulinas maternales o con muy bajas concentraciones (debido a la falta de consu-
mo de calostro), eran 7,4 veces más probables de ser infectados, y por lo tanto de
desarrollar diarrea, que aquellos becerros cuyos títulos de anticuerpos eran altos
debido al consumo de calostro de calidad (Hoet et al., 2003). En otras palabras un
becerro sin la protección del calostro es un becerro que tendrá muy altas probabi-
lidades de desarrollar un cuadro clínico de diarrea.
Es importante resaltar que el calostro no sólo posee altos niveles de anti-
cuerpos maternales (especialmente IgG1), así como sustancias activas que afectan
la respuesta inmune tales como interferón. El calostro también se ha determinado
que posee múltiples células inmunológicas o leucocitos maternales (Ej: células B,
macrófagos, y neutrófilos, entre otras) que son igualmente absorbidos y entran a
la circulación sanguínea del becerro al igual que los anticuerpos (Cortese, 2009;
Reber et al., 2008a, Reber et al., 2008b). Aunque la función de estos leucocitos ma-
ternales en el becerro no es del todo clara, se ha comprobado que estas células (las
cuales siguen siendo funcionales hasta 5 semanas después de ser absorbidas por el
becerro) contribuyen directamente en el desarrollo y maduración del sistema in-
munitario del becerro, especialmente en lo que respecta a la respuesta inmunita-
ria celular (Reber et al., 2008a, Reber et al., 2008b). Para proteger este tipo de leu-
cocitos maternales, y el beneficio que estos proveen, es que hoy no se recomienda
el uso generalizado de congelación de calostro como método de preservación, ya
que estos leucocitos maternales son destruidos al congelar el calostro.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo diarreico de los terneros / 41
mucho más corta y de menor concentración que en animales que no han consumi-
do calostro (Hoet et al., 2003).
Aislamiento de los casos clínicos. Una vez que un becerro desarrolla un cua-
dro clínico este excretará estos patógenos en altas concentraciones hasta 5 ó 7 días
después de la aparición de los primeros síntomas. Debido a esto, lo becerros enfer-
mos deben ser aislados estrictamente durante dicho periodo de otros becerros sa-
ludables ya que, si los becerros sanos son expuestos a altas concentraciones de vi-
rus, bacteria o parásitos, aun las mejores defensas inmunes van a fallar y estos ani-
males serán también infectados.
Vacunación del Becerro. Finalmente, hasta hoy día no se ha demostrado que
alguna vacuna (oral o no) en contra de estos patógenos funcione en becerros jóvenes
(< 3 meses de edad). En pocas palabras no funcionan, ahorre el dinero he inviértalo
en la producción y manejo de calostro de calidad y en medidas de manejo e higiene
de los animales para que disminuyan su exposición a estos patógenos.
CONCLUSIONES
En conclusión, tal y como lo indica el nombre de esta enfermedad, el com-
plejo diarreico del ternero es un problema “complejo” donde numerosos factores
deben ser manejados en paralelo para controlar y prevenir esta enfermedad y evi-
tar su impacto sobre la producción. Si se debe resumir el mensaje de este capitulo
se haría de esta forma: 1) se debe asegurar que cada becerro tome cantidades ade-
cuadas de calostro en las primeras horas de vida; 2) mejore la calidad del calostro
al preparar las vacas durante el secado; y 3) disminuya la exposición de los anima-
les sanos a estos patógenos entéricos, aislando a los animales enfermos y limpian-
do y desinfectando el ambiente donde estos permanecen. Si estas medidas son
aplicadas en forma rutinaria se evitarán numerosos cuadros diarreicos los cuales a
la larga contribuirá a mejorar la rentabilidad del sistema de producción.
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COMPLEJO UMBILICAL DEL TERNERO
Agentes causales
La onfalitis, bien conforma un complejo, debido a que su origen es multifac-
torial participando, bacterias, hongos, pobre higiene de la becerrera, mal hábito de
chupar el ombligo por parte de otros terneros, orinar mientras permanecen echados
y la no desinfección del ombligo. Todos estos factores conspiran para provocar la
infección o simplemente pasar para provocar lesiones en órganos distantes. Las
bacterias comúnmente involucradas son Archanobacterium pyogenes, Estreptococus
spp, Estafilococos spp. Fusobacterium necrophorum, Pasteurella spp; Proteus spp; Bacte-
roides spp, Clostridium tetani y E. coli. González Martín et al., 2002; Dirksen, 2005a re-
portan la presencia de un hongo en el hígado y cerebro de un ternero joven del gé-
nero Aspergillus, cuya vía de entrada, concluyen fue la onfalogénica.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo umbilical del ternero / 47
Patogénesis
Una vez que el germen ha ganado la entrada puede instaurar una infección
ascendente en la vena umbilical, si sólo afecta la parte periférica puede producir
una fístula purulenta crónica del ombligo, el cual se nota engrosado, debido a la
formación de un absceso intravascular capsulado o también puede migrar en di-
rección cráneo dorsal hasta alcanzar el hígado, originando abscesos aislados o
múltiples. De la infección umbilical puede originarse una incursión a través de
las vías arteriales, predominantemente unilateral, desarrollándose un absceso
ubicado en la parte caudo dorsal del abdomen que provoca adherencias con los ór-
ganos vecinos. Se puede dar el caso que la infección tome la vía del uraco y en for-
ma ascendente forma abscesos que pueden alcanzar la vejiga.
En estudios realizados en terneros hospitalizados, la mitad de las onfalitis
ocurrieron intra abdominal y la otra mitad extra abdominal. Las onfalitis intra
abdominales fueron el origen más frecuente de infecciones metastásicas en órga-
nos internos como pulmones, articulaciones, hígado, riñones (Dirksen, 2005b).
vestigio y los cuales pueden ser palpables, especialmente aquellos que se encuen-
tran cerca de la cicatriz umbilical (Figura 3).
Uracocistitis
Algunos de los abscesos localizados en el uraco, pueden alcanzar el polo de
la vejiga, acompañándose de inflamación colateral. En algunos casos la infec-
ción impide el cierre del uraco, convirtiéndose este en una fístula umbilical pu-
rulenta o el uraco puede quedar abierto en todo su recorrido formando una fístu-
la vesíco umbilical o uraco persistente, situación que extiende la infección hasta
la vejiga. Si la orina no es evacuada del uraco se formara un quiste. Durante el
examen de palpación profunda, las masas localizadas en el uraco pueden perci-
birse, siguiendo el cordón uracal en sentido dorso caudal. Los signos típicos de
uracocistitis comprenden la secreción de líquido purulento a través del ombli-
go, polaquiuria, piuria y estranguria. Las tiras reactivas diagnósticas son de ayu-
da invaluable para el veterinario de campo en estos casos. El uraco persistente
no es tan común en terneros, como lo es en el potro.
Uraco Vejiga
Modificado de G. Dirksen
Síndrome onfalohepático
Cuando la infección alcanza el hígado a través de la vena umbilical se distri-
buye en el órgano a través de la vena hepática, en forma centrifuga en el tejido,
formando así múltiples abscesos sobre la superficie. Generalmente las infecciones
focales no producen signos de disfunción hepática a menos que sean masivas o
metastásicas; de la misma forma no manifiestan signos agudos, ya que los absce-
sos establecen un cuadro de tipo crónico que se manifiesta en el animal con una
condición corporal pobre, pelo hirsuto y poco apetito (Stöber, 2005a).
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo umbilical del ternero / 49
Absceso iliaco
Vejiga
Absceso del uraco
Modificado de G. Dirksen
Síndrome onfaloartrítico
Es considerado como uno de los signos más relevantes e indicadores de una
mala higiene del alojamiento y del ombligo del ternero. La poliartritis, como tam-
bién se le denomina, es un proceso séptico, que se presenta a la tercera a cuarta se-
mana de edad. Al principio el animal solo manifiesta dolor y claudicación, pero lue-
go las articulaciones aumentan de volumen y se palpan edematosas y con dolor.
Principalmente involucra a las articulaciones del carpo y tarso y rara vez otras. Si la
articulación en el proceso de madurez de la infección, llega a fistulizar, de ella drena
un exudado serofibrinoso y purulento (Mornet & Espinasse, 1977; Vargas, 1984).
Síndrome onfalonefritico
El riñón del ternero joven puede infectarse a través de la vía hematógena en
donde las bacterias libres en la sangre (bacteriemia) o en forma de embolo sépticos,
proveniente de un órgano infectado (forma metastásica) por vía onfalogénica, viajan
a través de la sangre hasta alcanzar el riñón y se diseminan en el tejido. También pue-
de infectarse por vía del uraco. Un uraco infectado puede originar una uracocistitis y
de allí en forma ascendente puede alcanzar el riñón. Estos cuadros no presentan sig-
nos a menos que la infección sea extensa, de esta manera la toxemia es seguida por la
uremia. El animal manifiesta un desmejoramiento brusco y notable con temperatu-
ras variables que pueden arribar a 41,5°C el apetito está disminuido o ausente. Todos
estos signos pueden estar enmascarados por la enfermedad primaria que la originó,
onfalitis, diarrea o septicemia. La orina es amarilla clara o puede estar oscura y se pre-
senta turbia con flóculos. En períodos transitorios se puede determinar proteinuria y
piuria si se toman muestras en intervalos frecuentes. El cuadro puede acompañarse
de hematuria. Los riñones suelen encontrarse aumentados de tamaño a la necropsia,
al corte mostrará numerosas áreas infartadas (Dirksen, 2005a).
Síndrome onfalocerebral
A pesar de no ser muy común, una vez que la infección umbilical alcance la
vía hematógena, se puede establecer en los hemisferios cerebrales. Esto puede su-
ceder bien sea por una bacteriemia o a través de émbolos sépticos. Los signos clí-
nicos pueden variar enormemente, dependiendo de la localización neuroanató-
mica. El paciente puede mostrar uno o algunos de los siguientes signos: depresión
ligera al inicio, para luego ser marcada, incapacidad de levantarse por si solo, ata-
xia, inclinación de la cabeza lateralmente, déficit en los reflejos cerebrales, hemi-
plejia facial, disfagia, hemianopia (visión a medias), ptosis del párpado y oreja, ca-
minar en circulo, hipermetría, exoftalmos, protrusión de la lengua, disfagia, pará-
lisis mandibular, babeo, presionar objetos con la cabeza, opistotono y coma.
Muchos de estos signos, no serán detectados por el dueño al principio, pero
a medida que el absceso aumenta de volumen, el grado de déficit neuronal se
acentúa (Zani et al., 2008). La postura de “mirando las estrellas” que implica un
animal abstraído de su ambiente, se ha relacionado con abscesos de la pituitaria
(Rebhun, 1995; Stöber, 2005c).
Síndrome onfalomedular
La bacteriemia instaurada después de una onfaloflebitis suele radicarse en di-
versos órganos y estructuras (septicemia) del animal. Uno de esas estructuras blan-
co o destino son los cuerpos vertebrales o el disco intervertebral. Los gérmenes pió-
genos como A. pyogenes usualmente originan abscesos, los cuales se desarrollan y
manifiestan su presencia en semanas o meses, después de iniciada la onfaloflebitis.
Los signos nerviosos van a depender del segmento de la columna vertebral donde
este localizado. Inicialmente se presenta fiebre, dolor, dificultad para levantarse
mostrando debilidad en el miembro pélvico, cuello rígido y rigidez en el modo de
caminar. Cuando el absceso esta localizado en el segmento toraco-lumbar, el animal
52 / Disney Pino Ramírez
asume durante la estación una postura con la espalda arqueada, la palpación o per-
cusión sobre la vértebra afectada causa respuesta al dolor.
A medida que el aumento de volumen ejerce presión sobre la medula irán
apareciendo signos nerviosos. Paresia, hipoestesia, ataxia y parálisis aparecen a
medida que la infección invade la médula. Se presenta paraparesis cuando la loca-
lización es toraco-lumbar y tetraparesis cuando la localización es en el segmento
cervical o en el toraco-craneal. Los abscesos localizados en el segmento lumbo-sa-
cro o sacro causan dificultad en la micción, defecación, movimientos de la cola y
disfunción progresiva del nervio ciático, la cual usualmente es bilateral. Los mé-
todos radiográficos con o sin contraste, la ultrasonografía y la evaluación del lí-
quido cerebroespinal son de gran ayuda en el diagnóstico definitivo (Divers &
Peek, 2008; Dirksen, 2005b).
Síndrome onfalouveal
La uveitis es la inflamación del tracto uveal, el cual esta conformado por el iris
y los cuerpos ciliares (uvea anterior). La uveitis se presenta comúnmente en terneros
que padecen de septicemia; la invasión ocurre primariamente por vía umbilical a tra-
vés de las venas umbilicales, instaurándose una bacteriemia y luego una septicemia.
Son posibles otras fuentes de infección en los terneros, tales como focos neumónicos,
cuadros diarreicos (endotoxemias) que son comunes a esa edad. Los signos compren-
den miosis, hiperemia conjuntival y ciliar, hipotonía, edema corneal periférico, vas-
cularización y edema del iris, exudado fibrinoso que se acumula en la cámara anterior
(hipopión). En terneros comatosos, la uveitis se toma como un signo orientador de
septicemia, posible meningitis y de un pronóstico pobre (Rebhun, 1995).
Panonfalitis
Se denomina de esta manera el cuadro clínico, donde la infección y la infla-
mación abarcan a todas las estructuras que componen el cordón umbilical. De
acuerdo a lo escrito anteriormente, en la panonfalitis se puede presentar cualquie-
ra de los cuadros mencionados anteriormente.
CONCLUSIONES
El ombligo representa uno de los puntos críticos en la sobrevivencia del ter-
nero. Su fácil accesibilidad y exposición a gérmenes del suelo, aunado a su comu-
nicación con órganos vitales como hígado, corazón, pulmón cerebro y médula, lo
convierten en una estructura de mucho cuidado y protección, que con frecuencia
es descuidada en la cría, condenando al futuro reemplazo a una vida de poco valor
productivo.
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COMPLEJO RESPIRATORIO BOVINO
José A. Contreras B.
DIAGNÓSTICO
Clínico
La observación de los síntomas clínicos en su primera fase como: tos, secreción
nasal serosa, epifora, pérdida del apetito y en algunas ocasiones temperatura alta indi-
ca la presencia de una afección respiratoria de las vías aéreas en su parte anterior. La
auscultación del tracto respiratorio en esta etapa es básica para diferenciar los trastor-
nos respiratorios de origen viral o bacteriano. Cuando la afección es de origen viral, la
auscultación de la laringe y tráquea puede revelar la presencia de líquido allí acumu-
lado y la presión sobre estos órganos induce tos en el animal. En el campo pulmonar
se apreciarán ligeros cambios en los ruidos adventicios normales, lo que permitirá
confirmar una ligera congestión pulmonar o neumonitis.
A medida que la acción de los agentes virales mencionados anteriormente se
intensifica, se puede producir la colonización por parte de Mannheimia haemolyti-
ca del tracto respiratorio posterior y los síntomas se intensifican: tos muy fre-
cuente, ligera al principio y seca luego, epifora, pérdida del apetito con la consi-
guiente pérdida de peso del animal, depresión, secreción nasal muco-serosa a mu-
co-purulenta, temperatura elevada (41-42°C) y muerte (Contreras, 2009). En estos
casos hay mayor acúmulo de líquido en la tráquea, y en el campo pulmonar se
aprecian ruidos adventicios anómalos con crepitancia y sibilancia, especialmente
en el lóbulo apical con focos de consolidación pulmonar y roce pleural.
Clínico-patológico
Cuando se sospecha la presencia de Mannheimia haemolytica, el diagnóstico
se realiza tomando muestras de hisopados nasales en el animal vivo, previa desin-
fección, y posterior cultivo en medios especiales. En el caso de animales reciente-
mente sacrificados o que han muerto momentos antes de la toma de muestras, se
procede a tomar hisopados especialmente de la tráquea y pulmones para su poste-
rior cultivo y antibiograma.
En el caso de entidades virales, lo práctico a nivel de campo es tomar muestras
de sangre para separar el suero sanguíneo, luego debidamente refrigerado y etiqueta-
do con todos los datos disponibles, se envía al laboratorio para el diagnóstico a través
de inmunoensayos enzimáticos (ELISA) a objeto de demostrar la existencia o no de
actividad viral. Para un resultado rápido y accesible al productor, se recomienda to-
mar muestras de becerros recién nacidos que no hayan tomado calostro. Estrategia si-
milar puede lograrse mediante el muestreo puntual (spot test) de un pequeño porcen-
taje (5-10%) de mautes (hembras y machos con edad entre 7 a 12 meses de edad) no
vacunados (Obando, 2008). Otras pruebas como inmunofluorescencia directa e indi-
recta, fijación del complemento, inhibición de la hemaglutinación también pueden
realizarse, pero no todos los laboratorios la practican.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo respiratorio bovino / 57
Anatomo-patológico
Para Mannheimia haemolytica los hallazgos a la necropsia más resaltantes son
una marcada consolidación pulmonar, ubicada mayormente en el tercio antero-
ventral de los pulmones (Radostits et al., 2007). En el caso de enfermedades vira-
les, los cambios más notorios se vinculan con la actividad del virus de la RIB en el
tracto respiratorio anterior con aéreas focales de necrosis en ollares, faringe, larin-
ge y tráquea (The Merck Veterinary Manual, 2005). Las lesiones causadas por los
virus PI3 y VSR son generalmente leves.
En el caso de las lesiones causadas por el virus DVB se ha generado contro-
versia por cuanto se considera que éste interactúa con otros para producir lesiones
en el tracto respiratorio, y que su mayor acción patogénica se establece en la parte
reproductiva (The Merck Veterinary Manual, 2005). Si bien, aunque puede por si
mismo colonizar el tracto respiratorio, su participación en el CRB se debe princi-
palmente a su papel potenciador en infecciones mixtas, derivado de su importan-
te efecto inmunosupresor.
Las muestras requeridas para confirmar el diagnóstico (fijadas en formol al
10%) incluyen en el caso del neonato: pulmón, hígado, riñón, rumen, tráquea y
glándulas adrenales. Para el estudio virológico en la forma respiratoria se tomarán
muestras de tráquea, pulmón e hisopado nasal.
Diagnóstico Diferencial
Para el caso de la pasteurelosis causada por Mannheimia haemolytica se esta-
blece con: neumonía por broncoaspiración, dictiocaulosis, neumonía por His-
tophilus somnus y neumonía de tipo diftérico. En el caso de las lesiones del tracto
respiratorio causadas por agentes virales, las diferencias más importantes se esta-
blecen con la rinotraqueitis infecciosa bovina y:
• Agentes bacterianos como Mannheimia haemolytica
• Diarrea viral bovina, pero en ésta además de depresión, salivación y anore-
xia, hay erosión y úlceras en la cavidad oral, diarrea persistente, deshidrata-
ción y muerte (Radostits et al., 2007).
• En rinitis alérgica se observa que el animal presenta estornudos frecuentes,
disnea inspiratoria, respiración a través de la boca, temperatura normal y
una profusa secreción nasal caseosa gruesa y de color amarillento-verdoso.
• La neumonía viral de los becerros se da en un grupo de animales, y se carac-
teriza por depresión ligera, inapetencia, fiebre, tos, disnea, sonidos respira-
torios anormales, no hay lesiones nasales y se recuperan en pocos días.
El diagnóstico diferencial entre los trastornos respiratorios producidos por
los virus PI3 y VSR no es fácil, debido a que los síntomas clínicos son muy leves y
en muchos casos las lesiones son mínimas.
58 / José A. Contreras B.
TRATAMIENTO Y CONTROL
En casos de alta morbilidad y mortalidad por trastornos respiratorios, debi-
do a su etiología multifactorial bacteriana y viral es conveniente realizar cultivo y
antibiograma, mayormente cuando se sospeche de la participación de Mannhei-
mia haemolytica a fin de realizar el tratamiento adecuado.
La interacción animal y ambiente juega un papel fundamental en la presen-
tación de casos clínicos, por lo cual a la par del tratamiento quimioprofiláctico y/o
vacunación es necesario mejorar las condiciones de manejo en el rebaño.
Cuando se enfrentan casos clínicos donde se presume participación bacte-
riana secundaria, se recomiendan antibióticos como: cefalosporinas, quinolonas,
derivados del cloranfenicol cuya duración y dosis será a criterio del Médico-Vete-
rinario responsable de la parte sanitaria en la explotación.
Si los trastornos respiratorios son de naturaleza viral, lo mejor para el con-
trol es la prevención a través de programas de vacunación llevados a cabo tanto en
el becerro recién nacido como en la madre gestante. Para ello existen en el merca-
do vacunas polivalentes ya sean tanto a virus muerto como a virus vivo modifica-
dos termosensibles. Estas vacunas administradas por vía intramuscular o subcu-
tánea confieren protección contra RIB, DVB, PI3, y VSR. Para este tipo de vacu-
nas se señala una primera aplicación repetida a los 21 días en caso de rebaños o
animales primovacunados, y luego nuevamente al año, si las condiciones de sani-
dad en el rebaño se mantienen en los límites.
Para la protección de los terneros, la aplicación de vacunas en las madres
próximas al parto es vital a fin de asegurarle al becerro suficiente protección a tra-
vés de la ingesta de calostro en las primeras horas de vida después de su nacimien-
to. Tras el nacimiento, puede ser necesaria la utilización de una vacuna a base de
virus sensibles a temperatura específica para la prevención y control de RIB y PI3,
la cual se administra a la dosis de 1 ml en cada orificio nasal a partir inclusive des-
de el primer día de edad, pudiendo revacunarse a los 6 meses o al año, si el proble-
ma existente en la explotación lo amerita.
En el caso de problemas respiratorios donde Mannheimia haemolytica está in-
volucrada, una bacterina a base del leucotoxoide, que además contiene agentes clos-
tridiales, se encuentra en forma comercial y puede usarse en los becerros a muy cor-
ta edad.
En el auxilio o como soporte en la resolución de los síntomas clínicos como:
tos, secreción nasal, epifora, entre otros, se usan expectorantes derivados de la
bromexina, antiinflamatorios no esteroidales (aines), y en caso de deshidratación
soluciones electrolíticas balanceadas.
CONCLUSIONES
1. Los problemas respiratorios en las explotaciones de doble propósito en dife-
rentes regiones del país son muy variados debido a la multiplicidad de agen-
tes patógenos involucrados.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo respiratorio bovino / 59
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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COMPLEJO OCULAR BOVINO
cas que los infectados en forma aguda y estos transmitirían la infección a los ter-
neros con presentación de signos clínicos (Bretschneider & Pérez 1996).
La tasa de mortalidad es nula y los casos de ceguera permanente o pérdidas
de los globos oculares son raros, sin embargo la prevalencia puede llegar hasta un
80% en la tercera o cuarta semana del brote (Radostits & Blood, 1992). La inciden-
cia en animales jóvenes suele ser tan alta como el 90%; en estos casos, los que su-
fren ceguera temporaria puede llegar al 20% (Radostits & Blood,, 1992; Odeon et
al., 1996). El impacto económico es un aspecto muy importante, debido al aumen-
to de los costos de tratamiento y personal de trabajo en la explotación, reducción
de la ganancia de peso, disminución de la producción de leche de las vacas afecta-
das, y la devaluación por deformación de los ojos afectados y la ceguera de los ani-
males, sumado a los gastos realizados al momento de aplicar el plan sanitario en la
explotación ganadera. El costo por tratamiento ha sido estimado en 150 millones
de dólares al año (Killinger et al., 1977 citado por Cerny et al., 2006).
DIAGNÓSTICO
Identificar al agente causal del COB se traduce para el Médico Veterinario
de campo en una paradoja. Por un lado, se reconoce que su utilidad va más a allá
del simple conocimiento del agente o agentes causales, al permitirles un panora-
ma amplio de la situación que enfrenta. Así, dispondrá de información sobre los
factores de riesgos, conocerá el tipo de cepa actuante, el espectro antigénico, la
sensibilidad a los antibióticos y en base a los resultados podrá indicar tratamien-
tos, evaluar la eficiencia de la vacunación, lograr nuevos antígenos y, por último,
pero no menos importante, plantear estrategias preventivas futuras. Sin embargo,
como se evaluará más adelante, ello no siempre es posible y quizás no sea necesa-
rio en la mayoría de los brotes.
Para dirigir el enfoque diagnóstico de la patología o agentes causales, prime-
ro se deben evaluar los registros de los animales enfermos y de la finca en general,
ya que los brotes permiten recabar importantes detalles. ¿Qué datos se pueden
evaluar?, ejemplo: edad, raza o mestizaje de los afectados, vacunas que han recibi-
do los animales y el rebaño, inicio de la casuística (para determinar el período de
incubación), identificar la época del año o los factores climáticos antes y durante
el problema, también se debe evaluar si estamos en presencia de distintos factores
como estrés, viento, polvo, aumento de intensidad de rayos solares, pastos enca-
ñados, alergenos en el aire, moscas y/o hacinamiento, entre otros. Por otro lado se
recomienda reportar todos los datos e informaciones recolectadas, incluyendo la
ocurrencia de animales enfermos.
A través del examen clínico se puede llegar a un diagnóstico presuntivo sólo
si se realiza una exploración exhaustiva de las mucosas y conjuntiva ocular. Para
la exploración de la conjuntiva se debe evitar cualquier manipulación brusca o
forzosa en el animal; el examen ocular inicial debe realizarse a varios metros de
distancia, con buena iluminación y mínima restricción, para evaluar la simetría,
conformación y presencia de lesiones evidentes. El segmento ocular anterior y los
reflejos de la pupila se examinan detalladamente con una luz potente y con au-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo ocular bovino / 65
Opacidad corneal y ceguera Opacidad corneal Úlcera corneal profunda Úlcera corneal profunda
Diagnóstico diferencial
Se deberá tener en cuenta que existen variado número de agentes infeccio-
sos capaces de producir lesiones en los ojos de los bovinos, algunos asociados al
COB, otros independientes a éste, pero ninguno por si solo podrá ser capaz de
producir los signos clínicos del COB, estas son;
• Queratoconjuntivitis traumática
De fácil diagnóstico, ya que se puede observar la presencia de cuerpos extra-
ños en la córnea o en el saco conjuntival, la lesión es claramente visible (Radostits
& Blood,, 1992).
• Rinotraqueítis Infecciosa Bovina (RIB)
Asociado al COB. El herpesvirus bovino tipo 1 produce varios síndromes des-
de respiratorios, oculares, nerviosos, genitales y/o abortivos. La forma ocular puede
causar conjuntivitis pero no queratitis, también puede producir descarga ocular,
acompañada de abundante descarga nasal y congestión en el morro, además de le-
siones erosivas en la mucosa nasal y bucal. No produce ulceración de córnea, por lo
que no provoca la opacidad corneal. Puede producir signos sistémicos.
• Branhamella ovis
Esta bacteria ha sido aislada a partir de hisopados conjuntivales de bovinos,
pero tiene mayores prevalencias en rebaños ovinos. Este agente etiológico puede
causar conjuntivitis y de esta forma predisponer a la acción de otros agentes, ya
que por sí sola no es capaz de producir el COB. Su estrecha relación molecular con
Moraxella bovis es objeto de debate.
• Chlamydias spp.
Dependiendo de factores como la virulencia del agente, edad, sexo, estado
fisiológico del animal, factores del medio ambiente y estrés, las infecciones por
clamidias pueden manifestarse como neumonía, enteritis, conjuntivitis, poliar-
tritis, poliserositis, encefalomielitis, aborto e infertilidad. Pueden asociarse COB.
• Mycoplasma spp.
La exposición de Mycoplasma spp. en los ojos de bovinos sanos podría causar
conjuntivitis de moderada a leve con epifora e hiperemia (Fiorentino et al., 1999).
• Diarrea Viral Bovina (DVB)
Fuertemente asociado al COB. El virus de DVB produce pérdidas debido a
fallas reproductivas (abortos y mortalidad perinatal), inmunosupresión, patolo-
gías nerviosas y muerte por enfermedad de las mucosas. También puede cursar
con opacidad corneal, por lo general unilateral, transitoria y no se presenta en
brotes. Si estuviesen presentes, los cuadros diarreicos y las lesiones del aparato di-
gestivo permitirán diferenciarla (Turquieto et al., 2008).
• Fiebre Catarral Maligna
Enfermedad infecciosa aguda generalizada que cursa con hipertermia, opa-
cidad corneal, rinorrea abundante, necrosis difusa de las mucosas nasal y bucal, y
68 / Elí Ramón Rubio-F. y Margelys K. Urdaneta-F.
CONTROL Y PREVENCIÓN
Debido a que la eliminación ambiental de cualquier agente infeccioso es im-
posible, se requiere tomar medidas para la prevención de este complejo. Una de
las medidas posibles de implementar es la vigilancia y aislamiento de todo bovino
que presente alguno de los signos clínicos antes mencionados, como epifora y ble-
farospasmo que son los primeros síntomas en la aparición del COB, esto se hace
con el fin de disminuir la posible diseminación (Turquieto et al., 2008).
Otra manera, es tratar de evitar las situaciones que puedan llegar a generar
injuria en los globos oculares, a través de diferentes formas de manejo del medio
ambiente, como reducir las condiciones de polvo en suspensión, cortar el pasto,
proveer sombra en algunas situaciones, disposición del estiércol y control de las
moscas, entre otros (Heather-Smith, 2006). Por otro lado, dado que existe una
fuerte predisposición genética a contraer el COB, la utilización de razas y biotipos
más resistentes a esta afección, como las razas cebuínas pueden ser otra alternati-
va de control (Turquieto et al., 2008).
En algunos casos, el problema detonante podrá ser el polvo o las moscas, en-
tonces una maniobra relacionada en teoría eficiente, pudiese no contener la difu-
sión del COB, ya que la visión ortodoxa y lineal dada no ha permitido la perspecti-
va necesaria de integración de los componentes que se interrelacionan y definen
la casuística, es por eso que se pueden dar distintas respuestas a las prácticas de
manejo implementadas. Otra estrategia preventiva frecuente es la vacunación,
aunque en Venezuela no se practica. La finalidad de ella es estimular la respuesta
inmunológica del animal frente al organismo causante (Heather-Smith, 2006).
En los últimos años se ha incrementado el interés por controlar este grupo de
agentes infecciosos que conforman el COB mediante el uso de vacunaciones, pero
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo ocular bovino / 69
CONCLUSIONES
El COB es una patología de origen multifactorial donde se interrelacionan
agentes infecciosos (bacterias, virus, hongos, rikettsias y micoplasmas) y otros no
infecciosos. Entre los últimos, se incluyen los factores predisponentes que favore-
cen la aparición y diseminación de este complejo: el estrés, condiciones ambien-
tales adversas, agentes físicos, agentes biológicos y factores de manejo.
Esta patología se caracteriza por presentar severas lesiones oculares, presen-
tándose con mayor frecuencia en animales jóvenes y en época de sequia. Por lo ge-
neral, las razas británicas son las más afectadas y especialmente aquellas de pobre
pigmentación de los párpados.
Llegar a la identificación definitiva no siempre es posible y quizás no sea
necesario, ya que el diagnóstico presuntivo (clínico y epidemiológico) permitirá
través de las medidas de control (biocontención) y prevención (tratamiento y va-
cunación) reducir las pérdidas. Estas medidas están basadas en el tratamiento lo-
70 / Elí Ramón Rubio-F. y Margelys K. Urdaneta-F.
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SÍNDROME VESICULAR DEL GANADO BOVINO
Leonardo Boscán-Duque
Julio Boscán Ocando
ETIOLOGÍA
Ambas enfermedades son causadas por virus, sin embargo, el virus de la Fie-
bre Aftosa (VFA) pertenece al genero Aftovirus de la familia Picornaviridae, en la
cual se han señalado siete tipos inmunológicamente diferentes: A, O, C (llamados
tipos Europeos); SAT-1, SAT-2, SAT-3 (tipos de los territorios de África del Sur) y
el Asia 1 (tipo Asiático). Además dentro de los tipos hay subtipos inmunológica-
mente relacionados particularmente con los tipos A, O y C (ej. A59, A524, C19, O19)
totalizando más de 60 combinaciones de subtipos conocidos como resultado de un
error en la replicación viral. Nuevas variantes del virus también pueden ser el resul-
tado de recombinaciones homologas de dos diferentes cepas de virus de la fiebre af-
tosa, lo cual genera importantes implicaciones para la selección de cepas de virus de
FA para la producción de vacunas (CFEDUSAAHA, 2008).
El VFA puede ser inactivado por soluciones a pH bajo (acido acético al 2% o
soluciones de acido cítrico al 0,2%) y soluciones alcalinas (hidróxido de sodio al
2%, carbonato de sodio al 4%). Este virus puede resistir a algunos desinfectantes
en presencia de materia orgánica como: iodóforos, compuestos de amonio cuater-
nario, hipocloritos y fenoles (CFEDUSAHA, 2008).
En el caso de la Estomatitis Vesicular, la enfermedad es producida por un
virus ARN, perteneciente a la familia Rhabdoviridae, género Vesiculovirus, del que
se reconocen dos serotipos: New Jersey e Indiana (OIE, 2009; CFSPH, 2009;
Kuzmin y col., 2009; WSU Extensión, 2009; Howerth y col., 2006; Castro, 2005;
Lichty y col., 2004; Rodríguez, 2002; Mason, 1978). Los mismos autores señalan
que, actualmente existen cuatro virus causante de estomatitis vesicular: virus tipo
Indiana de la estomatitis vesicular (VSV-IN, anteriormente conocida como subti-
po Indiana 1 del VEV), virus de la estomatitis vesicular tipo New Jersey (VEV-
NJ), virus de la estomatitis vesicular tipo Alagoas (VEV-AV; antes Indiana 3) y el
virus tipo Cocal (antes Indiana 2). El género Vesiculovirus también contiene virus
relacionados (como virus Piry) que han sido aislados de animales, humanos y/o
artrópodos y pueden causar vesículas después de la inoculación experimental
(CFSPH, 2009; Kuzmin y col., 2009).
La infección humana produce sintomatología gripal, a veces asociada con
vesículas orales y faríngeas, especialmente en personal de laboratorio durante la
colecta de materiales vesiculares y el examen de animales infectados (Kuzmin y
col., 2009; WSU Extensión, 2009; Lichty y col., 2004; Castro, 2005; Mason, 1978).
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome vesicular del ganado bovino / 73
EPIDEMIOLOGÍA
La Fiebre Aftosa fue reconocida por primera vez en el Hemisferio Occiden-
tal alrededor de 1870, sobre la costa Noreste de los Estados Unidos de Norteamé-
rica (EUA), en la Provincia de Buenos Aires en Argentina (1865-1866, 1870),
Uruguay (1870), Chile (1871) y en el sur de Brasil en el estado de Río Grande en
Minas Gerais (1895), como resultado de la introducción de rebaños desde Europa
durante los días de la colonización. A comienzos del siglo XX, la enfermedad se
esparció al resto de Brasil, luego pasa a Paraguay y Perú, (1910) y Bolivia (1912).
La FA apareció en Venezuela en 1950, Colombia (1950-1951) y por último se es-
parció a Ecuador en 1956 (Sutmoller y col., 2003).
La transmisión del VFA ocurre por contacto directo entre animales infecta-
dos y susceptibles, entre susceptibles y objetos contaminados (manos, calzados,
ropas, vehículos, etc.), ingestión de leche contaminada (becerros), inseminación
artificial con semen contaminado y la inhalación de aerosoles infecciosos. Los
humanos pueden potencialmente transportar el virus en la garganta por períodos
cortos de hasta 48 horas, por lo que la cuarentena para las personas expuestas es de
3 a 5 días. El VFA es esparcido en grandes cantidades por animales infectados de
1-2 días antes de que aparezcan los signos clínicos y por 7-10 días después del ini-
cio de estos. El virus es expulsado por todos los fluidos corporales y excreciones
así como también por la exhalación del aire (CFEDUSAAHA, 2008).
La FA tiene uno de los períodos de incubación más corto de cualquier en-
fermedad infecciosa conocida. En la mayoría de los casos el período de incuba-
ción, hasta la aparición de los signos clínicos, es usualmente de 3-5 días. Sin em-
bargo, una vez instaurado un brote de FA, ocurre la dispersión de gran cantidad
de virus en el ambiente, de una manera tan rápida, que se han registrado incuba-
ciones que van desde 24 a 36 horas (CFEDUSAAHA, 2008).
La morbilidad es usualmente alta cercana al 100% en animales domésticos
de pezuña hendida. Por otro lado, la mortalidad es baja en animales adultos
(1-5%) pero un poco más alta en becerros de hasta un 20% o más (CFEDUSAA-
HA, 2008). El virus permanece en la garganta de los animales portadores y conva-
leciente por mas de 28 días.
En la Estomatitis Vesicular, la transmisión y la importancia relativa de las di-
ferentes vías de transmisión para cada virus, no está totalmente entendida y los in-
sectos vectores parecen introducir VEV en poblaciones de animales domésticos, de
laboratorio y posiblemente infectar a humanos (OIE, 2009; CFSPH, 2009;
Howerth y col., 2006; Lichty y col., 2004; Rodríguez, 2002, Mason, 1978). El virus
ha sido aislado en varias especies de insectos hematófagos y no hematófagos. Los
vectores biológicos comprobados incluyen moscas de la arena (Lutzomyia sp.),
moscas negras (familia Simuliidae) y Jejénes Culicoides (Kuzmin y col., 2009; OIE,
2009; CFSPH, 2009; WSU Extensión, 2009; Lichty y col., 2004; Castro, 2005; Ro-
dríguez, 2002; Mason, 1978).
Las observaciones de campo señalan una mayor incidencia en animales
adultos que en los jóvenes y que los movimientos de ganado están ligados al de-
sencadenamiento de la infección (OIE, 2009; WSU Extensión, 2009; Castro,
74 / Leonardo Boscán-Duque y Julio Boscán Ocando
2005; Mason, 1978). Una vez que se ha introducido en una explotación, la estoma-
titis vesicular se puede propagar de animal a animal por contacto directo; al mis-
mo tiempo escoriaciones o heridas en la piel o membranas de las mucosas, pueden
facilitar la entrada del virus. Los animales infectados excretan el VEV en la mate-
ria vesicular, la saliva y en menor medida, en las secreciones nasales (OIE, 2009;
CFSPH, 2009; Mason, 1978). En los caballos infectados experimentalmente, el
VEV se ha encontrado en la saliva de los animales con o sin lesiones bucales. Ex-
creción del virus en heces han sido reportadas ocasionalmente en cerdos infecta-
dos experimentalmente, pero no se ha visto en los caballos. El VEV no parece ser
excretado en la leche (CFSPH, 2009; Howerth y col., 2006; Mason, 1978).
Los animales también pueden ser infectados por la exposición a fómites
contaminados incluidos alimentos, agua y máquinas de ordeño. El VEV en la sali-
va puede sobrevivir durante 3-4 días en fómites, sin embargo, este virus se inacti-
va por la luz solar, y no permanece viable durante largos períodos en el medio am-
biente, salvo en lugares oscuros y frescos. Se ha demostrado infección experimen-
tal de los animales por aerosoles, pero esta vía no dio lugar a lesiones en la piel en
la mayoría de las especies. El VEV no parece atravesar la placenta o causar sero-
conversión fetal (CFSPH, 2009; Howerth y col., 2006; Mason, 1978).
Los humanos pueden ser infectados por el contacto con las lesiones o secre-
ciones de animales infectados, en particular, líquido vesicular y saliva y la trans-
misión de aerosoles ocurre en los laboratorios. Además, algunas personas proba-
blemente se infectan a través de picaduras de insectos (Kuzmin y col., 2009;
CFSPH, 2009; Rodríguez, 2002; Mason, 1978). Los ovinos y caprinos son resis-
tentes y ocasionalmente presentan síntomas clínicos. Se ha encontrado evidencia
serológica de infección en muchos otros animales, incluidos venados, antílope be-
rrendo, borrego cimarrón, murciélagos, mapaches, zarigüeyas, linces, osos, coyo-
tes, zorros, perros, primates no humanos, conejos, roedores, cerdos salvajes, ar-
madillos, murciélagos, lechuzas, pavos, patos, cobayas, hámsters, ratones, huro-
nes y pollos han sido infectados experimentalmente; el reservorio u hospedero
amplificador para el VEV son desconocidos (Kuzmin y col., 2009; OIE, 2009;
CFSPH, 2009; Castro, 2005; Rodríguez, 2002). También hay alguna especulación
de que el VEV podría ser un virus de plantas que se encuentra en pastos, con ani-
males en el final de una cadena epidemiológica (OIE, 2009; CFSPH, 2009).
La ocurrencia de estomatitis vesicular en su distribución histórica espacial,
ha creado una aproximación a la caracterización de la enfermedad ligada a deter-
minadas condiciones ecológicas de las áreas donde mayormente se registra su pre-
sencia (Castro, 2005). La tasa de morbilidad es variable, pudiendo llegar hasta un
90% y la tasa de mortalidad es baja (OIE, 2009; Mason, 1978). La estomatitis vesi-
cular es endémica en México, América Central, norte de América del Sur y el este
de Brasil, así como en áreas limitadas del sureste de EE.UU.; además se cree que el
VEV-IN no es endémico en los EE.UU., pero virus recientemente introducidos
en ocasiones causan brotes. VEV-AV (Indiana-3) y el virus tipo Cocal (Indiana-2)
se han visto sólo en partes de América del Sur (OIE, 2009; CFSPH, 2009; Kuzmin
y col., 2009; Rodríguez, 2002). Un sistema de información geográfico está siendo
incorporado para el estudio de la epidemiología de la enfermedad para facilitar el
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome vesicular del ganado bovino / 75
SIGNOS CLÍNICOS
Los signos clínicos de la Fiebre Aftosa son indistinguibles de otras enfer-
medades vesiculares como por ejemplo la Estomatitis Vesicular. Los animales en-
fermos pueden presentar fiebre (39,4 – 40,6°C), acompañados por decaimiento,
anorexia, disminución de la producción láctea, salivación excesiva y secreción na-
sal; cuando la fiebre es alta y hay deshidratación, puede producirse espuma y sali-
vación en la boca (CFEDUSAAHA, 2008).
Además de estos, el signo más relevante es la formación de vesículas en la-
bios, nariz (morro), lengua, encías, paladar duro, espacio interdigital, banda coro-
naria y pezones. Estas vesículas se rompen y erosionan dejando lesiones dolorosas
sobre todo en cavidad bucal lo cual impide la alimentación y en consecuencia hay
un deterioro progresivo del estado físico del animal. Estas lesiones erosivas pue-
den derivar en infecciones bacterianas secundarias con lo cual se complica el cua-
dro clínico. Las vacas preñadas pueden abortar, las que se encuentran en lactación
no recobran los niveles de producción previo a la enfermedad, pueden desarrollar
mastitis y los becerros con lesiones vesiculares pueden morir (CFEDUSAAHA).
Las lesiones anatomopatológicas características se presentan en boca, patas
y pezones.
En la lengua las lesiones progresan de una manera genérica. En el epitelio se
forman primero áreas claras que luego se tornan blanquecinas. Luego se forman
vesículas, las cuales contienen líquido; posteriormente, las vesículas se rompen
formando aftas de color rojizo que luego se cubren de una cubierta fibrinosa de
color gris que luego se torna amarillenta luego marrón y por ultimo verdosa.
En las patas se forman grandes vesículas en el espacio interdigital debido al
movimiento y peso ejercido sobre esa área. Las lesiones en la banda coronaria apa-
recen primero como un área blanquecina y posteriormente se produce una separa-
ción entre la piel y la pezuña con inflación subsiguiente.
El corazón de los becerros muertos por aftosa podrían presentar (aunque muy
rara vez) lesiones grisáceas o amarillentas en el miocardio debido a la degeneración
y necrosis. Esta condición se conoce como corazón atigrado, pero histológicamente
no son diferentes de otras miodegeneraciones agudas o inflamación viral del mús-
culo cardiaco. Otras lesiones menos comunes se presentan en el rumen y son ero-
siones en el epitelio de los pilares del mismo (CFEDUSAAHA, 2008).
En la Estomatitis Vesicular, el período de incubación es generalmente de
dos a ocho días, sin embargo, también se han reportado períodos de incubación
más largos y más cortos (OIE, 2009; CFSPH, 2009; Mason, 1978). Los signos clí-
nicos son similares a los presentados en la Fiebre Aftosa, con la cual se confunde
generalmente. La enfermedad se caracteriza por un periodo corto de fiebre y la
aparición de pápulas y vesículas en la boca, los pezones, los espacios interdigitales
y la banda coronaria. El signo más relevante es una salivación profusa. La locali-
76 / Leonardo Boscán-Duque y Julio Boscán Ocando
DIAGNÓSTICO
Diagnóstico Clínico y Diferencial. La presencia del cualquier enfermedad
vesicular (Síndrome Vesicular del Ganado Bovino) en el rebaño debe ser conside-
rada como sospechoso a Fiebre Aftosa (FA) debido a la dificultad de diferenciarla
clínicamente de otras enfermedades vesiculares, por lo que es necesario recolectar
muestras y enviarlas a laboratorios acreditados para hacer el diagnóstico definiti-
vo. El hecho radica en que el virus de la FA se disemina extremadamente rápido
entre los individuos de un rebaño y se deben implementar rápido medidas de bio-
contención para evitar mayores consecuencias (CFEDUSAAHA, 2008).
LA FA es difícil de diferenciar clínicamente de la Estomatitis Vesicular por
la similitud de los síntomas e inclusive con otras enfermedades que cursan con le-
siones en boca y patas tales como: Peste Bovina, Diarrea Viral Bovina, Rinotra-
queitis Infecciosa Bovina (RIB) y Lengua Azul (CFEDUSAAHA, 2008).
El diagnóstico de laboratorio para las enfermedades vesiculares en general
se incluyen, el aislamiento viral, la detección de antígenos virales (ELISA, fija-
ción de complemento), detección de anticuerpos (virus neutralización, inmuno-
difusión en agar gel) y reacción en cadena de las polimerasa en tiempo real (RT-
PCR) (CFEDUSAAHA, 2008).
Pruebas serológicas. Para un diagnóstico positivo, es suficiente la demos-
tración de anticuerpos específicos contra proteínas estructurales (PE) en anima-
les no vacunados que presenten una manifestación vesicular. Esto resulta particu-
larmente útil en casos benignos o cuando no se puede tomar tejido epitelial. Las
pruebas para anticuerpos contra algunas proteínas no estructurales (PNE) del vi-
rus de la FA proporcionan evidencia de infecciones previas o actuales del hospe-
dador, independientemente del estado de vacunación. A diferencia de las proteí-
nas estructurales, las PNE se conservan muy bien y por tanto, no son específicas
de serotipo y en consecuencia, la detección de estos anticuerpos no está restringi-
da a un serotipo particular. Las pruebas de neutralización del virus (NV) y las
ELISA para anticuerpos contra proteínas estructurales se emplean como pruebas
serológicas específicas de serotipo (Manual OIE, 2006).
Las pruebas para la detección de PE son específicas para el serotipo y para
obtener una sensibilidad óptima, deben utilizar un antígeno o virus estrechamen-
te relacionado con la cepa contra la que se buscan anticuerpos. Las pruebas para la
detección de PNE son ELISA-I PNE 3ABC y la técnica de enzimoinmunotrans-
ferencia (EITB). A diferencia de las pruebas para PE, las pruebas para PNE pue-
den detectar los anticuerpos contra todos los serotipos del virus de la fiebre aftosa.
Los animales vacunados que sean infectados ulteriormente por el virus desarro-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome vesicular del ganado bovino / 77
llarán anticuerpos contra las PNE, pero, en algunos, el título podrá ser inferior al
que se observe en los animales infectados y no vacunados (Manual OIE, 2008b).
Las pruebas Neutralización Viral (NV) dependen de los cultivos de tejidos y
por tanto son más propensas a variabilidad de resultados que las pruebas ELISA; son
también más lentas y más fáciles de contaminar. Las técnicas ELISA para anticuer-
pos, presentan la ventaja de la rapidez y de no ser dependientes de los cultivos celula-
res. La prueba ELISA se puede llevar a cabo con antígenos inactivados, lo que requie-
re, por tanto, menos servicios restrictivos de biocontención (Manual OIE, 2008b).
El diagnóstico clínico de la Estomatitis Vesicular es difícil, debido a que se ase-
meja a otras enfermedades vesiculares, entre ellas, la Fiebre Aftosa y la Lengua Azul.
Es importante la diferenciación de estas enfermedades, debido a que un mal diagnós-
tico puede enmascarar la propagación de una de estas enfermedades (OIE, 2009;
CFSPH, 2009; Rodríguez, 2002). Para el diagnóstico de laboratorio la muestras serán
siempre fragmentos del epitelio y líquido vesicular provenientes de lesiones (aftas)
linguales, bucales, podales o de la ubre, detectando el virus con relativa facilidad,
siempre que sean obtenidos de vesículas recientes (frescas) y de animales no tratados
(OIE, 2009; WSU Extensión, 2009; Castro, 2005). Las muestras epiteliales deben
conservarse de preferencia en líquido de Vallé, que es una solución de glicerina fosfa-
tada con pH 7,2–7,6 o utilizando agua de azúcar (saturada), manteniendo la muestra
en refrigeración y utilizando siempre frascos diferentes por animal (OIE, 2009; Cas-
tro, 2005). Una vez que las muestras se hayan tomado, se enviarán a un laboratorio
acreditado para realizar pruebas de identificación viral como: Aislamiento viral, En-
sayo por inmunoabsorción ligado a enzimas indirecto (ELISA sándwich indirecto),
fijación de complemento y Reacción en cadena de la polimerasa (PCR); Pruebas sero-
lógicas como: ELISA de fase líquida, ELISA competitivo, neutralización viral y fija-
ción de complemento (OIE, 2009). Generalmente toma 2-3 días para saber los resul-
tados. Durante este tiempo, todos los animales afectados se aislarán (no pueden mo-
verse fuera de la finca) para prevenir la propagación de cualquier enfermedad (OIE,
2009; CFSPH, 2009; WSU Extensión, 2009).
TRATAMIENTO
No existe un tratamiento específico para el Síndrome Vesicular del Ganado
Bovino, más bien, se prescribe un tratamiento sintomático a los casos clínicos para
evitar infecciones secundarias, ayudar a cicatrizar el epitelio bucal con soluciones a
base de limón (acido cítrico), vinagre (acido acético) y azul de metileno. Entre las
medidas tendientes al control, tenemos la desinfección, aislamiento o inmoviliza-
ción, prohibición de salida de animales de un área infectada y vacunación estratégi-
ca en las áreas de influencia del foco (WSU Extensión, 2009; Castro, 2005).
CONTROL Y PREVENCIÓN
La vigilancia epidemiológica, con sus estructuras de campo y laboratorio y
la participación activa de productores, comerciantes de ganado, médicos veteri-
narios de práctica privada y funcionarios de mataderos, permite el monitoreo de
la infección y de la enfermedad, el diagnóstico del virus actuante y su grado de co-
78 / Leonardo Boscán-Duque y Julio Boscán Ocando
CONCLUSIONES
La Fiebre Aftosa y la Estomatitis Vesicular son entidades nosologicas que
conllevan a graves pérdidas en diferentes niveles de producción pecuaria (carne,
leche y doble propósito). Por otro lado, se deben considerar los costos que involu-
cran los programas de control y erradicación sostenidos por los organismos de sa-
lud animal, y todas las restricciones de mercado que se presentan cuando el país
posee excedentes. Las pérdidas físicas producidas por estas enfermedades son
cuantiosas y se traducen en pérdidas directas que corresponden a la disminución
de la producción de productos y subproductos, y pérdidas indirectas referidas a
aquellas que sufren los establecimientos ganaderos en la capacidad reproductiva
del ganado, abortos, aumento de enfermedades secundarias como mastitis e infec-
ciones producto de las lesiones y muerte debido a estas enfermedades.
80 / Leonardo Boscán-Duque y Julio Boscán Ocando
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COMPLEJO MUCO-CUTÁNEO NO VESICULAR
CON ÉNFASIS EN LA GANADERÍA BOVINA
LENGUA AZUL
La lengua azul es una enfermedad no contagiosa que afecta rumiantes do-
mésticos y salvajes, así como a camélidos. Por lo general, la enfermedad tiene una
presentación más severa en ovejas. El agente causal es un virus del género Orbivi-
rus, de la familia Reoviridae. Hasta hoy, 24 serotipos diferentes del virus han sido
identificados a nivel mundial, existiendo uno más identificado recientemente en
ovejas de Suiza (Hofmann et al., 2008). El nombre de la enfermedad deriva del he-
cho de la cianosis que puede ser observada en la lengua, que en ocasiones puede
ser severa. Esta enfermedad fue descrita por primera vez en el Sur de África, pero
el virus ha sido aislado en todos los continentes, con excepción de la Antártica. En
86 / Dubraska V. Díaz Campos
Síntomas Clínicos
En bovinos la presentación de síntomas clínicos no es común, los mismos
están limitados generalmente a fiebre transitoria, incremento de la frecuencia res-
piratoria, aumento en el lagrimeo y salivación, rigidez muscular y cambios infla-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo muco-cutáneo no vesicular con énfasis en la ganadería bovina / 87
matorios de la piel. Sin embargo, en casos más complicados puede observarse hi-
peremia y ulceración a nivel de las cavidades nasales y orales, pérdida del epitelio
con formación de costras a nivel del morro, así como edema en ciertas áreas de la
piel, coronitis severa y alopecia, incluso desprendimiento de la piel en algunas
áreas puede llegar a ocurrir. Vacas que están en período de lactancia pueden pre-
sentar inflamación de la glándula mamaria con presencia de vesículas en los pezo-
nes. Trastornos de tipo reproductivo también pueden presentarse, tales como in-
fertilidad en el macho y en hembras gestantes, abortos, malformaciones fetales y
reabsorción pueden llegar a ocurrir (Contreras, 1992; Maclachlan et al., 2009). Ca-
sos no comunes y complicados son reportados en animales infectados con el sero-
tipo 8 del virus de la lengua azul, siendo los bovinos mas susceptibles que las ove-
jas, además de lo descrito anteriormente se han encontrado animales con lesiones
a nivel de la glándula mamaria caracterizada por úlceras y necrosis de los pezones,
además de un incremento de los trastornos reproductivos (Dal Pozzo et al., 2009;
Darpel et al., 2009; Maclachlan et al., 2009).
PARAPOXVIRUS EN RUMIANTES
El virus de la estomatitis papulosa bovina y el de la pseudoviruela bovina
pertenecen a la familia Poxviridae, especificamente al género Parapoxvirus. Ac-
tualmente existen cuatro especies dentro de la familia poxviridae, el virus prototi-
po, el parapoxvirus ovis (orf virus), agente causal del ectima contagioso de las ove-
jas; el parapoxvirus del venado rojo de Nueva Zelanda y finalmente el parapoxvirus
bovis 1 y 2, agentes causales de la estomatitis papulosa bovina y de la pseudovirue-
la respectivamente. A continuación se describen las patologías que afectan especí-
ficamente a la ganadería bovina.
PSEUDOVIRUELA BOVINA
La pseudoviruela bovina es una enfermedad viral, comúnmente identificada
con el nombre de Nódulos del Ordeñador, esta enfermedad está distribuida a nivel
mundial afectando especialmente a la ganadería lechera. El agente etiológico es un
virus de genoma ADN, el parapoxvirus bovis-2. Como se mencionó anteriormente,
este virus está estrechamente relacionado al virus de la estomatitis papular bovina y
al virus del ectima contagioso (Acha & B., 1986; Andrews et al., 2004; Büttner &
Rziha, 2002). No hay estudios actuales que reporten la prevalencia de la enferme-
dad, sin embargo ha sido reportado que en un rebaño la morbilidad puede llegar
hasta 100%, aunque lo más común es que solo de 5-10% del rebaño exhiba los signos
clínicos (Andrews et al., 2004; Radostits et al., 2007), además esta enfermedad es
considerada como la causa más común de infecciones en los pezones de bovinos en
América del Norte y en Europa (Andrews et al., 2004). En Venezuela la enfermedad
ha sido reportada en algunas zonas, sin embargo en promedio la incidencia no ha
sido mayor a un 10%, con excepción de una explotación lechera donde en una va-
quera se encontró una morbilidad de 53,63% (Contreras, 1992).
El hospedador natural del virus es el bovino, especialmente las vacas de ordeño
por medio de las cuales se transmite el virus a otros animales susceptibles durante el
88 / Dubraska V. Díaz Campos
ordeño, bien sea mediante las manos del ordenador o por el uso de los equipos del
ordeño mecánico. El contacto de las ubres y pezones con lesiones a causa del virus
y las manos del ordeñador es la vía de transmisión a los humanos. Ordeñadores
con lesiones en las manos ofrecen una puerta de entrada al virus, el cual en un pe-
ríodo de incubación de 3-7 días ocasiona lesiones similares a las del bovino en las
manos, brazos e incluso en la cara; la enfermedad en humanos es benigna, además
se puede presentar fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos regionales. Si no
hay complicaciones de infecciones secundarias, los pacientes se recuperan de for-
ma espontánea en menos de un mes (Acha & B., 1986; Coetzer et al., 2004).
VIRUELA BOVINA
La Viruela Bovina es una enfermedad viral poco común, producida por un
virus perteneciente al género Orthopoxvirus, familia Poxviridae. Esta enfermedad
afecta principalmente a la ganadería de leche, debido a que se observa la forma-
ción de vesículas, pústulas y escamas en las ubres de los animales afectados, lle-
gando a extenderse hasta los pezones. El bovino es considerado como un hospeda-
dor accidental; pequeños roedores salvajes son clasificados como hospedadores
naturales de este virus, convirtiéndose en la principal fuente de infección (Carsla-
ke et al., 2005; Coetzer et al., 2004).
El virus de la viruela bovina ha sido aislado solo en países del reino Unido,
Europa y Asia (Crouch et al., 1995; Lewis-Jones, 2004), no se ha reportado en las
Américas, Australia y Nueva Zelanda (Acha & B., 1986). Sin embargo, en Vene-
zuela, en marzo de 1995 se reportó una enfermedad zoonótica, producida por un
orthopoxvirus, en siete fincas lecheras del municipio Baralt, edo. Zulia. Las carac-
terísticas clínicas de la enfermedad observada en humanos y bovinos, además de
la identificación de un orthopoxvirus como agente etiológico se usaron para con-
cluir un diagnóstico presuntivo de viruela bovina; no se llegó a un diagnóstico de-
finitivo debido a que el vaccinia virus, es también un orthopoxvirus, capaz de pro-
ducir una enfermedad similar en bovinos y humanos (Obando et al., 1999).
Aunque actualmente esta patología es clasificada como una enfermedad es-
porádica, a principios de la década de los setenta se llegó a considerar como una
enfermedad enzoótica en la ganadería de países europeos. Debido a la baja inci-
dencia no se realizan estudios de prevalencia en la ganadería bovina. Los gatos
domésticos son la especie en que la enfermedad es comúnmente reportada; otros
hospedadores accidentales han sido descritos, tales como caninos y animales sal-
vajes (chita felino, leones, rinocerontes, elefantes, entre otros) (Acha & B., 1986;
Coetzer et al., 2004; Lewis-Jones, 2004).
90 / Dubraska V. Díaz Campos
incluso en la nariz, por lo que fácilmente puede ser confundida con otras patolo-
gías tales como fiebre aftosa, estomatitis vesicular, lengua azul.
En general, el diagnóstico definitivo de estas enfermedades debe ser realiza-
do con ayuda del laboratorio. Sin embargo, para la mayoría de estas patologías no
se realizan pruebas rutinarias. Si se desea realizar el diagnóstico definitivo de al-
guna de estas enfermedades se debe de contactar personal de algún laboratorio es-
pecializado que provea de instrucciones al médico veterinario para la toma de
muestras; en Venezuela se puede recurrir al Centro Nacional de Investigaciones
Agropecuarias y/o al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas. Las reco-
mendaciones para una adecuada toma de muestras son las siguientes:
• Para aislamiento viral la muestra ideal es la recolección de fluidos o tejidos
de las lesiones virales. Esta muestra debe ser enviada al laboratorio en un
medio de transporte especial y en refrigeración.
• Se recomienda tomar muestras de más de un animal, si hay varios animales
afectados en el rebaño.
• Si se desea recolectar tejido por medio de raspados, se debe considerar que
los virus son sensibles al alcohol, por lo que se recomienda lavar la zona a
muestrear con solución salina estéril.
• Para diagnóstico serológicos generalmente debe recolectarse una muestra
de suero sanguíneo. En algunos casos se recomienda la toma de sueros pa-
reados, ya que al inicio de la infección es probable que los títulos de anti-
cuerpos aún estén bajos y no puedan ser detectados.
Tradicionalmente, el diagnóstico de estas enfermedades virales es realizado
mediante microscopia electrónica, aislamiento viral, histopatología y pruebas se-
rológicas, tales como seroneutralización, inmunodifusión en agar gel y ensayo in-
munoabsorvente ligado a enzimas (ELISA). Sin embargo, con el advenimiento de
técnicas de diagnóstico molecular, técnicas como reacción en cadena de la poli-
merasa y secuenciación viral entre otras están disponibles.
TRATAMIENTO
El principal objetivo del tratamiento es evitar las lesiones bacterianas se-
cundarias, especialmente cuando ocurren lesiones a nivel de la glándula mamaria.
Se recomienda el uso de soluciones tópicas compuestas por elementos iodados o
incluso con antibióticos. No existen tratamientos específicos para ninguna de es-
tas patologías.
MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD
• Identificar animales afectados y mantener los mismos apartados del resto
del rebaño, si no es posible separar las vacas de ordeño que presentan sínto-
mas clínicos dejarlas de último durante el ordeño.
• Establecer medidas que contribuyan a la disminución de posibles agentes
transmisores, tales como roedores e insectos chupadores.
92 / Dubraska V. Díaz Campos
• Si existe ordeño manual, los ordeñadores deberán lavarse las manos con so-
luciones desinfectantes luego de manipular animales con lesiones.
• Animales nuevos deben de ser puestos en cuarentena.
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LOS HEMOTRÓPICOS COMO UN PROBLEMA
DE SALUD EN BOVINOS ADULTOS
Roger A. Ramírez B.
Zulayne Valera
muerte de los animales. La primo infección con Babesia spp. en becerros menores
a 7 meses de edad no produce enfermedad clínica (presencia de signos clínicos),
pero sí produce el desarrollo de una inmunidad protectiva que el animal mantie-
ne cuando sobrepasa esta edad. De esta manera, los animales no sufren riesgos de
sufrir la enfermedad (Guglielmone, 1995). Esta resistencia de los animales meno-
res a 7 meses de edad ha sido atribuida a factores tales como la presencia del timo
en el bovino joven, la inmunidad pasiva antibabesia recibida a través del calostro,
presencia natural en el plasma de un factor soluble que favorece la fagocitosis y a
la hemoglobina fetal (Meléndez, 1998).
A partir de este hecho, se han establecido dos conceptos epidemiológica-
mente muy importantes en babesiosis, llamados “estabilidad enzoótica” e “ines-
tabilidad enzoótica”. Cuando los becerros empiezan a infestarse con garrapatas
que le transmiten Babesia spp. son capaces de enfrentarse al protozoario por su in-
munidad inespecífica ya descrita, haciéndose resistentes sin sufrir clínicamente
la enfermedad. Esta condición de resistencia también se llama inmunidad coin-
fecciosa. Si más del 75% de los animales de un rebaño pasan por este proceso de
inmunidad coinfecciosa antes de los 7 meses de edad, el riesgo de tener brotes
agudos de babesiosis es prácticamente nulo y se dice que ese rebaño está en estabi-
lidad enzoótica (Guglielmone, 1995; Meléndez, 1998; Carrique et al., 2000). Esto
indica que es necesario mantener una tasa de inoculación de Babesia spp. en el re-
baño para garantizar que exista esta condición epidemiológica. Se considera que
es necesario que se mantengan no menos de 5 teleoginas diarias por animal para
asegurar la infección de la mayoría de los becerros antes de los 7 meses de edad.
La anaplasmosis bovina comparte algunos de estos aspectos epidemiológi-
cos tales como que la infección de becerros no produce enfermedad clínica, pero sí
el desarrollo de una larga inmunidad. Por esta razón, los conceptos de estabilidad
e inestabilidad enzoótica utilizados en babesiosis también pueden ser usados para
anaplasmosis (Guglielmone, 1995; Carrique et al., 2000).
Sin embargo, existen ciertas condiciones en que se pueden presentar brotes
epidémicos de babesiosis. En algunas ocasiones, ocurren exposiciones inoportu-
nas de poblaciones totalmente susceptibles a la enfermedad. Un buen ejemplo de
esto son los casos de animales importados de países libres de estas enfermedades y
que al entrar en contacto con las garrapatas sufren brotes agudos con muerte de la
mayor parte de la población. Otro caso es cuando se presentan poblaciones con
inestabilidad enzoótica. Este término se usa para describir la situación en la cual
ciertos animales de un rebaño no se infectan con Anaplasma o Babesia sino hasta
mucho tiempo después de su nacimiento. A este respecto, las zonas geográficas
donde ocurren brotes de babesiosis y/o anaplasmosis se identifican como zonas
“inestables” (Mahoney & Ross, 1972). En un estudio realizado en 1991, se encon-
tró que de 16 rebaños muestreados en 6 estados de Venezuela, 11 estaban en con-
dición de inestabilidad enzoótica para babesiosis bovina (Toro et al., 1991).
La epidemiología de la tripanosomosis es un poco diferente. Aunque tam-
bién se ha comprobado que es una enfermedad más frecuente en animales adul-
tos, en este caso no aplican los conceptos epidemiológicos descritos para anaplas-
mosis y babesiosis. Los principales parámetros epidemiológicos de la tripanoso-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Los hemotrópicos como un problema de salud en bovinos adultos / 99
DIAGNÓSTICO
Un correcto diagnóstico es el primer paso cuando se trata de establecer pro-
gramas de control para cualquier enfermedad. En el caso de los hemotrópicos, és-
tos pueden ser diagnosticados a través de métodos parasitológicos, inmunológi-
cos y moleculares, aunque estos últimos son demasiado costosos y su utilización
102 / Roger A. Ramírez B. y Zulayne Valera
todavía no se realiza a gran escala. Sin embargo, la valoración clínica toma impor-
tancia -en algunas de estas enfermedades-, cuando es necesario combinar los ha-
llazgos de laboratorio con los hallazgos a nivel de campo.
Desde el punto de vista clínico estas 3 enfermedades se confunden muy fácil-
mente entre ellas, además que es probable que existan de manera simultánea en al-
gunos casos. Debido a esto, es recomendable hacer una detallado diagnóstico dife-
rencial. En la forma aguda, la tripanosomosis raramente produce ictericia (común
en babesiosis y anaplasmosis) y nunca se acompaña de hemoglobinuria, la cual sólo
se presenta en babesiosis. La tripanosomosis crónica es afebril, pero son hallazgos
comunes la anemia, emaciación y ganglios linfáticos aumentados de tamaño. En es-
tos casos, es importante tratar de establecer diferencias con malnutrición o helmin-
tosis (principalmente fasciolosis), por lo que sería de gran utilidad realizar exáme-
nes coprológicos. Sin embargo, la ausencia de huevos en las heces en casos de ani-
males con fasciolosis crónica y que presenten anemia y edema subcutáneo complica
el diagnóstico diferencial. En los casos de malnutrición, la anemia raramente es se-
vera a nivel de rebaño, lo cual sí ocurre en tripanosomosis crónica.
Otro estado patológico a tomar en cuenta es la leucosis enzoótica bovina, la
cual se caracteriza por presentar pérdida progresiva de peso y agrandamiento de
los ganglios linfáticos, pero a diferencia de animales que sufren de tripanosomosis
crónica, se observa anorexia y en caso de presentarse anemia, no es severa. Cuan-
do se presenta hemoglobinuria (común en babesiosis) deben ser descartadas otras
enfermedades tales como hemoglobinuria bacilar (el dolor abdominal puede ayu-
dar a orientar el diagnóstico), hemoglobinuria posparto e intoxicación por cobre
(no hay fiebre en ninguno de los dos casos anteriores). En los casos de babesiosis
cerebral, el diagnóstico diferencial debe incluir rabia paralítica y otras encefalitis
(Rivera, 1996; Bock et al., 2004; Osório et al., 2008).
No obstante, siempre se necesita la ayuda del laboratorio para obtener un
diagnóstico preciso y confiable de estas enfermedades. Son numerosas las técni-
cas de laboratorio que se utilizan para la identificación del agente causal, aún así
el método tradicional de identificación en los casos de A. marginale y Babesia spp.
es la observación microscópica de frotis de sangre teñidos con Giemsa o cualquier
método de coloración rápida. La sensibilidad de esta técnica es tal que puede de-
tectar parasitemias tan bajas como un parásito por 107 glóbulos rojos (Bose et al.,
1995). En el caso de tripanosomosis, la técnica directa más utilizada es la técnica
del microhematocrito (Desquesnes & Tresse, 1996), la cual es altamente específi-
ca. Esta técnica tiene 100% de sensibilidad cuando existen parasitemias de 700 tri-
panosomas/ml o más (Desquesnes & Tresse, 1996).
Existen algunas recomendaciones en cuanto a la toma y traslado de la san-
gre al laboratorio. En casos sospechosos de babesiosis por B. bovis se recomienda
tomar la muestra de sangre de capilares de oreja o cola, no así en anaplasmosis o
en B. bigemina, en cuyo caso no tiene importancia el sitio en que se tome. Para tri-
panosomosis se ha demostrado que en horas de la mañana es cuando se presentan
las mayores ondas parasitémicas, por lo que es preferible tomar las muestras de
sangre lo más temprano que se pueda (Rivera, 1996; Bock et al., 2004). En cual-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Los hemotrópicos como un problema de salud en bovinos adultos / 103
quier caso, la sangre debe llegar lo antes posible al laboratorio para su procesa-
miento, preferiblemente en las primeras 4 horas después de su extracción.
Empero, hay que tomar en cuenta que en los casos de Babesia spp. y A. mar-
ginale se debe conjugar el diagnóstico clínico con los hallazgos de laboratorio.
Para dar un diagnóstico de anaplasmosis, el animal debe presentar signos clínicos
de la enfermedad (por ejemplo fiebre), tener un valor hematocrito menor al 25% y
una rickettsemia mayor a 10%. En el caso de B. bovis al sólo hallazgo del protozoa-
rio, se considera que el animal sufre una babesiosis por este hemoparásito, mien-
tras que en B. bigemina se estima que animales asintomáticos y con parasitemias
menores a 0,5% son portadores (Rivera, 1996; Bock et al., 2004).
Hoy en día, las técnicas serológicas son de gran utilidad en el diagnóstico
además de cumplir un papel fundamental en estudios epidemiológicos y en el mo-
nitoreo de programas de control. En Venezuela, se utilizan de forma rutinaria la
inmunofluorescencia indirecta (IFI) para cualquiera de los 4 hemotrópicos des-
critos acá y el ensayo inmunoenzimático (ELISA) para A. marginale y T. vivax
(Basalo et al., 1995; Parra et al., 1995; Reyna-Bello et al., 1998a; Reyna-Bello,
1998b). Estas pruebas tienen mayor sensibilidad que las técnicas directas; sin em-
bargo, en ocasiones tienen problemas en su especificidad por la existencia de al-
gunas reacciones cruzadas.
CONTROL
Las medidas de control contra los hemotrópicos no han cambiado marcada-
mente en los últimos 30 ó 40 años. Como medidas generales de control se reco-
miendan estrategias de manejo óptimas que contribuyan a mantener un sistema
inmunológico saludable, como por ejemplo: mantener a los animales en buen es-
tado nutricional, ya que los animales en buena condición responden mejor al de-
safío de estos agentes hemotrópicos. También es importante tomar en cuenta es-
tas enfermedades cuando se movilizan animales entre zonas geográficas con dife-
rencias importantes en sus agroecologías, pues es probable que las poblaciones de
los transmisores también difieran y puedan presentarse casos agudos. En caso de
tener que introducir animales de zonas libres de ectoparásitos o hemotrópicos a
zonas endémicas es importante conferir algún tipo de profilaxis a fin de prevenir
brotes epizoóticos de estas enfermedades. En caso de Babesia spp. se ha probado la
administración de Dipropionato de Imidocarb a dosis de 2-3 mg/kg, mostrando
efectividad en su profilaxis por hasta 15 semanas (Rivera, 1996).
Para la babesiosis bovina, tradicionalmente el control utilizado ha estado
basado en mantener las poblaciones del agente transmisor, R. microplus, muy ba-
jas. Es importante destacar que en países donde la babesiosis es endémica, el con-
trol, más que la erradicación de las garrapatas es generalmente la única opción
disponible. La erradicación de las garrapatas representaría una solución perma-
nente del problema, pero raramente es considerada práctica, ecológicamente sus-
tentable o económicamente justificable a nivel nacional o regional. La base de un
control eficaz de garrapatas es la prevención del desarrollo de teleoginas, previ-
niendo su caída y consecuente oviposición (Bock et al., 2004).
104 / Roger A. Ramírez B. y Zulayne Valera
CONCLUSIONES
Se puede afirmar que la industria ganadera necesita medidas más pragmáti-
cas en el manejo y control de los hemotrópicos y sus transmisores. Quizás a largo
plazo se pueda contar con programas efectivos de control llevados a nivel nacional
y con la participación activa del gremio productor integrando el uso estratégico
de acaricidas, mosquicidas, explotación controlada de la estabilidad enzoótica, la
utilización pertinente de drogas, la aplicación de vacunas probadas y que sean
efectivas en poblaciones endémicamente inestables y el uso estratégico de genoti-
pos resistentes a estas enfermedades.
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SÍNDROME DEL ENFLAQUECIMIENTO:
HELMINTOSIS Y OTRAS PARASITOSIS
GASTROINTESTINALES
Monieziosis bovina
Causada por el cestodo de los rumiantes denominado Moniezia, el cual se
ubica en el intestino delgado ejerciendo diferentes acciones patógenas. Este pará-
sito necesita para desarrollar la FI (Cisticercoide), dentro de su ciclo biológico un
hospedador intermediario (HI), el cual es un ácaro coprófago de la familia Oriba-
tidae, que ingiere los huevos del helminto presentes en las heces del animal para-
sitado, se desarrolla el cisticercoide en su interior y al ser ingerido el ácaro duran-
te la alimentación junto al pasto o la suplementación de alimentos, se infecta el
nuevo hospedador (Urquhart et al., 2002).
112 / Francisco J. Angulo Cubillán
Este cestodo compite por los nutrientes digeridos por el animal, los cuales
puede absorber a través de su cutícula y tiene especial importancia la competencia
por la vitamina B12, la cual es esencial en las funciones eritropoyéticas, pudiendo
en infecciones masivas causar anemia. Además, por ser parásitos largos (hasta 6
mts), producen gran irritación a la mucosa, lo que trae como consecuencia pérdi-
da de la capacidad de absorción del intestino, extravasación de líquido y libera-
ción de la colecistoquinina que cumple su acción estimulando el centro de la sa-
ciedad y causando inapetencia en el animal. Lo anterior causa diarrea, anemia,
pérdida de peso y distensión abdominal ventral con pelo hirsuto en los bovinos
parasitados (Angulo, 2009).
El control de la monieziosis se basa en la aplicación de antihelmínticos efi-
caces frente al cestodo y el manejo de los excrementos de los animales y de los de-
pósitos de alimentos, para reducir la población de HI. El control de esta parasito-
sis no es fácil, motivado a que los animales parasitados eliminan grandes cantida-
des de huevos al medio ambiente y la duración de la vida del HI es de aprox. 18
meses, sugiriendo que luego de una desparasitación eficaz, más de un año des-
pués, los animales podrían estar todavía en riesgo de infección. Lo mejor es llevar
una buena observación del rebaño, con análisis coprológicos u observación de los
proglótidos en las heces, para identificar los animales parasitados, aplicarles el
tratamiento respectivo y reducir el riesgo de transmisión a hospedadores sanos
(Angulo, 2009).
Coccidiosis
Enfermedad causada por diferentes especies del género Eimeria que se ubi-
can a lo largo del tracto intestinal en las diferentes fases del ciclo parasitario. Los
animales se infectan al ingerir ooquistes que han esporulado en el medio ambien-
te, con necesidad principalmente de humedad, excretados con las heces de anima-
les parasitados y que contaminan el agua o alimento consumido por este último
(Urquhart et al., 2002).
El daño causado al hospedador es debido a que estos protozoarios invaden las
células intestinales y al multiplicarse las destruyen produciendo inflamación y des-
camación de la mucosa, lo que ocasiona un síndrome de mala absorción y úlceras
que pueden ser hemorrágicas, caracterizando la enfermedad las diarreas fétidas y/o
sanguinolentas. Cuando se infecta un animal la conversión alimenticia se reduce,
sumado el hecho de que un animal anémico y deshidratado se encuentra inapeten-
te, cuyos efectos aditivos culminan en pérdida de peso y enflaquecimiento. Aunque
es cierto que los animales de reemplazo son bastante resistentes a estas parasitosis,
si la sufrieron cuando jóvenes mostraron un retraso en el crecimiento y mayor
tiempo en alcanzar el peso necesario para servir de reemplazo (Angulo, 2009).
El control de la coccidiosis plantea la necesidad de tratamiento con fárma-
cos coccidiostáticos o coccidicidas, que pueden ser utilizados de manera curativa
y preventiva, sobre todo en la edad de mayor riesgo de infección, como son los
animales de uno a cuatro meses. Existen factores que favorecen la transmisión
como la época de lluvias, aguas estancadas y poca higiene de las instalaciones, ade-
más del hacinamiento de los grupos de animales en los establos o corrales, por lo
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome del enflaquecimiento: helmintosis y otras parasitosis gastrointestinales / 113
que se debe de evitar las situaciones antes mencionadas o mejorar las medidas de
control en los momentos de mayor riesgo (Muñoz et al., 2003).
Existe una coccidiosis causada por protozoarios del género Cryptosporidium
que tiene la capacidad que los animales parasitados excreten directamente la FI,
por haber esporulado el ooquiste, dentro del mismo hospedador. Normalmente
los animales se parasitan por primera vez siendo neonatos y su fuente de infección
son los pezones de sus madres contaminados con heces. Para el control de esta pa-
rasitosis, es necesario mantener buena higiene de las maternidades y limpieza de
la ubre previo a la ingestión de calostro por parte del recién nacido.
CONCLUSIÓN
Las parasitosis que afectan a los bovinos, ejercen acciones que perjudican el
buen desempeño productivo y la salud de los mismos, reduciendo los requeri-
mientos nutricionales necesarios, además de aquellos necesarios para restaurar
las funciones de los órganos parasitados, lo que trae como consecuencia una re-
ducción en la condición corporal, por el síndrome de mala digestión absorción y
la anemia, tomando importancia estas parasitosis en la aparición del síndrome de
la vaca flaca.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome del enflaquecimiento: helmintosis y otras parasitosis gastrointestinales / 115
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SÍNDROME (NO NUTRICIONAL) DE PÉRDIDA
DE PESO PROGRESIVA EN BOVINOS ADULTOS
PARATUBERCULOSIS BOVINA
La paratuberculosis bovina (PT) o enfermedad de Johne, es una enferme-
dad de distribución mundial, que debe considerarse a fines prácticos como incu-
118 / Regino A. Villarroel Neri
rable (Dirksen et al., 2005), caracterizada por provocar una enteritis granulomato-
sa del intestino delgado, con un período de incubación muy largo, que causa cua-
dros de disminución de la producción láctea, bajo rendimiento a nivel de matade-
ro, emaciación y muerte. En la actualidad se discute también su probable impacto
sobre la fertilidad y la salud de la glándula mamaria (Radostits et al., 2007). Es
causada por el Mycobacterium avium subespecie paratuberculosis (MAP), el cual se
localiza en la mucosa del intestino delgado, infectando a los macrófagos y nódulos
linfáticos mesentéricos, induciendo una enteritis granulomatosa crónica y dise-
minándose por todo el organismo hasta alcanzar el hígado, bazo, órganos genita-
les, riñón, útero y glándulas seminales. Varias investigaciones han logrado la am-
plificación del genoma del MAP a partir de pacientes humanos afectados con la
enfermedad de Crohn (Chiodini & Rossiter, 1996; Collins, 1997), por lo que en la
actualidad, la enfermedad de Johne o paratuberculosis bovina representa un po-
tencial riesgo como zoonosis (Calderón & Góngora, 2008).
Epidemiología
La incidencia de la enfermedad con clínica evidente es sumamente baja en
los rebaños infectados, pudiendo llegar rara vez al 5%, sin embargo, se estima que
por cada caso clínico observado, puede haber en total de 25 a 40 de infección inapa-
rente (Radostits et al., 2007). La mortalidad en el rebaño es baja (1%), pero la letali-
dad de la enfermedad es del 100%, a lo que hay que sumar su importante impacto en
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos adultos / 119
Diagnóstico de la paratuberculosis
Las pruebas diagnósticas para detectar la infección por MAP pueden ser
clasificadas dentro dos categorías: directas: las que identifican al microorganismo
o sus componentes estructurales e indirectas: las que identifican la reacción inmu-
nológica que el microorganismo induce o determinan las lesiones específicas que
provoca la interacción del hospedador con la bacteria. Al igual que la mayoría de
pruebas diagnósticas, la confiabilidad de los resultados se determina a través de la
sensibilidad (Se), especificidad (Sp), valor de predicción positivo (VPP) y valor de
predicción negativo (VPN), basado en una “prueba de oro” que establece el esta-
tus real de infectado o no infectado. Sin embargo, al momento de interpretar los
resultados de la valoración de confiabilidad para las pruebas diagnósticas en esta
enfermedad, se deben considerar otros factores como son: el tipo de “prueba de
oro” utilizada, el estadio de infección de los animales en el estudio realizado y el
tipo de rebaño utilizado para realizar la prueba (Cicuta, 1999).
Dentro de las pruebas directas, el cultivo de tejido de la mucosa intestinal,
submucosa y nódulos linfáticos regionales de la válvula ileocecal es considerado
como la “prueba de oro” ideal para el caso de la infección con MAP, sin embargo, lo
invasivo de la técnica y las complicaciones práctico-económicas han determinado
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos adultos / 121
que se utilice también el cultivo fecal como prueba de oro en algunas investigacio-
nes. El cultivo de tejido o heces en medios específicos incluye una lectura a los 4 o
hasta 6 meses de la siembra, por lo que los resultados se obtienen en forma muy
tardía. Se han desarrollado adaptaciones tecnológicas en los métodos de lectura
del crecimiento bacteriano a través de sistemas radiométricos, pero con riesgos
radioactivos y costos tan elevados que solo pueden utilizarse a nivel de investiga-
ción en algunos países del mundo. La incorporación de sustancias específicas
como la micobactina y el uso de algunos sistemas informáticos basados en la de-
tección de la tensión de oxígeno y CO2 en sistemas de cultivo con atmósferas ce-
rradas han logrado reducir el tiempo de lectura a 6 semanas sin perder sensibili-
dad (Radostits et al., 2007). Otro método directo se basa en la reacción de cadena de
la polimerasa (PCR) en heces, desde el descubrimiento de la inserción de secuencia
IS900, el PCR ha sido la técnica de diagnóstico directo para muestras clínicas ofre-
ciendo resultados en un tiempo muy reducido al compararlo con el cultivo (4 días).
Sin embargo, la PCR es una técnica menos sensible que el cultivo bacteriano debi-
do a la presencia de sustancias inhibitorias en las muestras fecales, por otro lado el
IS900 parece ser menos específico de lo que se pensó inicialmente (Jayarao et al.,
2004), ya que probablemente, diferentes Mycobacterium sp. han presentado este mis-
mo elemento.
Dentro de los métodos indirectos, la prueba de ELISA es una de las más uti-
lizadas, debido a la versatilidad de muestras, la rapidez del resultado y el relativo
bajo costo (Shin et al., 2008). La interpretación debe realizarse con mucha precau-
ción, ya que entre otros elementos debemos considerar: el largo tiempo que trans-
curre entre la infección y la presentación antigénica al sistema inmune, la baja
participación humoral en una buena parte de la patogenia, y la anergia en anima-
les crónicos. Sin embargo, algunos estudios demuestran que la prueba de ELISA
es útil para detectar un alto porcentaje de animales infectados aún en estado sub-
clínico (Hendrick et al., 2005).
La prueba de ELISA en leche ha sido recientemente introducida para de-
tectar infecciones subclínicas en vacas, con la obvia ventaja de la facilidad de la
obtención de la muestra de leche. Un elemento a considerar en el uso del ELISA
en leche está relacionado con las fincas grandes de baja prevalencia, en las cuales
es muy probable obtener un alto número de falsos positivos. La prueba de ELISA
en leche posee una sensibilidad en torno al 70% y una especificidad del 97 al 99%,
por lo que es muy recomendable utilizar esta prueba acompañada de otra prueba
confirmatoria como el PCR, sobre todo en situaciones de baja prevalencia (Rados-
tits et al., 2007). Las pruebas deben utilizarse en un sistema en serie, y si el rebaño
resulta negativo, debería volverse a muestrear con ELISA en leche a los 6 meses.
Otra prueba indirecta es la inmunodifusión en agar gel (AGID), la cual se ha
desarrollado como una herramienta de diagnóstico rápido para animales que mues-
tran signos clínicos, algunos autores afirman que cuando un animal con sintomato-
logía resulta positivo a esta prueba, hay un 95% de probabilidades de que sea por
MAP. Sin embargo, la sensibilidad de esta prueba es muy baja (20% aproximada-
mente), por lo que su uso esta totalmente restringido a los animales sintomáticos.
122 / Regino A. Villarroel Neri
Hallazgos de necropsia
Las lesiones se encuentran básicamente en el íleon, ciego y región inicial
del colon. En formas muy avanzadas de la enfermedad pueden observarse desde el
recto hasta el duodeno. Las lesiones consisten en un engrosamiento cerebriforme
de la mucosa, con un volumen que puede cuadruplicar el grosor normal, los nódu-
los linfáticos regionales suelen estar afectados con edema y engrosamiento. No se
observan lesiones calcificantes en los órganos afectados, la válvula ileocecal se en-
cuentra afectada en la mayoría de los casos, mostrando desde enrojecimiento, en
los casos más leves, hasta edema y engrosamiento con formación de pliegues cere-
briformes en los casos avanzados, también pueden encontrarse focos granuloma-
tosos en el hígado (Dirksen y et al., 2005).
Control y prevención
La medida más importante al momento de establecer un programa de con-
trol de la enfermedad consiste en evitar la introducción de animales enfermos al
rebaño, para lo cual se deben establecer medidas estrictas de bioseguridad espe-
cialmente a la hora de incorporar semovientes nuevos o reintroducidos. La reali-
zación de pruebas diagnósticas es una de las pocas herramientas con las que con-
tamos a la hora de comprar individuos, lamentablemente, debido a las caracterís-
ticas propias de la enfermedad y las limitantes propias de las pruebas disponibles,
siempre existirá un riesgo razonable de introducir animales con infecciones la-
tentes. Sin embargo, la información referente al estado sanitario de la explotación
de origen, constituye en conjunto con la primera, una alternativa viable.
En fincas que presentan problemas clínicos se debe hacer énfasis en la bio-
contención (evitar la transmisión directa o indirecta de un individuo a otro den-
tro de la finca), para lo cual, la eliminación precoz de los animales enfermos, el
manejo higiénico sanitario adecuado del rebaño y la separación temprana del ter-
nero, podrían ser unas de las medidas razonables a emplear. En algunos países de
Europa se ha utilizado la vacunación como medida para la disminución del im-
pacto económico de la enfermedad en rebaños de alta prevalencia. En la actuali-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos adultos / 123
TUBERCULOSIS BOVINA
La tuberculosis bovina (TB), causada por el Mycobacterium bovis, es una en-
fermedad infecciosa, contagiosa y crónica de los animales de granja, silvestres y el
hombre (Humblet et al., 2009). Los bovinos, cerdos y cabras constituyen la pobla-
ción más susceptible, mientras que las ovejas y los caballos poseen una elevada re-
sistencia natural (Radostits et al., 2007). Estudios recientes demuestran que los
bovinos europeos (Bos taurus) son considerablemente más susceptibles a la infec-
ción por el Mycobacterium bovis al compararlos con los cebuínos (Bos indicus)
(Ameni et al., 2007). Es una zoonosis de gran importancia para la salud pública a
nivel mundial y sobre todo en los países en vías de desarrollo, debido a sus limita-
dos recursos para el control y prevención (Etter et al., 2006), la mayoría de los paí-
ses desarrollados se encuentran libres de la TB o poseen focos aislados dependien-
tes de factores de riesgo particulares (Radostits et al., 2007). Su desarrollo es insi-
dioso y se caracteriza por dos elementos básicos: a) provoca una inflamación gra-
nulomatosa con alteraciones nodulares en la puerta de entrada y en los nódulos
linfáticos regionales y b) se desarrolla en fases como lo son: la generalización tem-
prana, que da origen a la tuberculosis miliar; la tuberculosis orgánica crónica y la
generalización tardía (Dirksen et al., 2005).
La fuente de infección la constituyen principalmente las vacas infectadas,
las cuales eliminan la bacteria a partir del día 90 del contagio, en aerosoles respira-
torios, esputos, heces, leche, orina, secreciones vaginales, uterinas y exudados
ganglionares periféricos supurados. El reservorio más importante son los anima-
les silvestres, en los cuales se ha podido demostrar que sobrevive y se multiplica la
bacteria para luego volver a los rebaños. Muchas especies silvestres han sido invo-
lucradas tras largos años de investigación en diferentes regiones del mundo: el te-
jón (Inglaterra e Irlanda), la zarigüeya (Nueva Zelanda), búfalos (Sudáfrica), bú-
falos de agua (Australia); especies de antílopes, ciervos, alces y bisontes (Nortea-
mérica). Las vías de entrada son fundamentalmente la inhalación y la ingestión.
Dentro de los factores de riesgo para la TB se consideran el hacinamiento, la raza
y las condiciones que favorecen la humedad, calor y falta de exposición solar.
La patogenia de la TB puede dividirse en dos complejos: el complejo prima-
rio, que incluye la ubicación y lesión en el lugar de entrada de la bacteria y un nódu-
lo linfático local y la diseminación secundaria, en la que partiendo del complejo pri-
mario, la bacteria puede migrar en forma generalizada y dar origen a la: a) TB mi-
liar aguda, o puede focalizarse en órganos, provocando b) lesiones nodulares aisla-
das, o migrar en forma tardía dando la c) TB orgánica crónica (Dirksen et al., 2005).
124 / Regino A. Villarroel Neri
Manifestaciones clínicas de la TB
Aunque puede no haber una sintomatología definida o ser simplemente
inaparente, en líneas generales los animales afectados muestran una pérdida de
peso progresiva no asociada a ninguna patología evidente, eventualmente un ape-
tito caprichoso y una temperatura fluctuante. Los síntomas asociados más fre-
cuentemente a la enfermedad son: tos suave y crónica, disnea en estados avanza-
dos, timpanismo ruminal recidivante o persistente, disfagia, infertilidad, rara vez
diarrea, abortos y mastitis. Estos síntomas responden básicamente a la formación
de granulomas caseosos, tumefacción y alteración morfológica de los diferentes
órganos involucrados y sus nódulos linfáticos.
Diagnóstico de la TB
Se puede sospechar de la enfermedad por la sintomatología, sin embargo la ines-
pecificidad de los signos obliga a recurrir a las pruebas diagnósticas. Aunque existen
diversas pruebas de tipo directo e indirecto, la prueba de la tuberculina es la más utili-
zada y aceptada por la comunidad científica (Radostits et al., 2007). Existen también
pruebas bacteriológicas, técnicas de cultivo y sondas de ADN comerciales muy sensi-
bles, específicas y operativamente viables. Las pruebas biológicas de inoculación de co-
bayos están prácticamente en desuso. La prueba de tuberculina se basa en una intra-
dermoreacción de hipersensibilidad retardada que posee muy alta sensibilidad y espe-
cificidad, se inoculan 0,05 cc del biológico preferentemente en un pliegue de piel acce-
sible y desprovisto del pelaje (pliegue ano-caudal o tabla del cuello rasurada) según las
normas sanitarias internas de cada país. La lectura se realiza a las 48 ó 72 horas y a las 96
horas, si se desea incrementar la especificidad. La tuberculina es preparada a partir de
cultivos de M. bovis o M. tuberculosis, siendo el primero más potente. Se debe tomar en
cuenta que existen varios factores que afectan la capacidad diagnóstica de la prueba y
provocan la aparición de un alto número de animales falsos negativos, entre los cuales
podemos mencionar: parto reciente (6 semanas), desensibilización previa con tubercu-
lina, anergia por cronicidad o por lesiones tuberculosas en piel, animales con menos de
6 semanas de infección y animales viejos (Dirksen et al., 2005).
La prueba intradérmica para tuberculosis se indica anualmente y es manejada
por los veterinarios adscritos al Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (IN-
SAI), como prueba oficial; pero ya están disponibles pruebas serológicas y humorales
de mayor validez y confiabilidad, aunque la existencia de animales anérgicos, hijos de
vacas positivas a tuberculosis, representa una importante limitante en el control de
esta enfermedad. Estas pruebas se indican anualmente, pero en zonas endémicas se-
rán necesarios dos o tres ensayos para lograr un control eficiente (Rivera et al., 2009).
Hallazgos de necropsia de la TB
Las lesiones son características y se ubican en cualquier nódulo linfático,
preferentemente en los bronquiales, retrofaríngeo y mediastínicos. Pueden en-
contrarse abscesos de diversos tamaños en pulmón, con un característico color
blanquecino amarillento y cremoso, al corte suele haber sensación arenosa o ca-
seosa crepitante, son lesiones generalmente encapsuladas. La tuberculosis miliar
se caracteriza por invadir el órgano o la cavidad completa y distribuirse en forma
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos adultos / 125
Prevención y control de la TB
La TB no posee ningún tratamiento racionalmente aplicable en los bovi-
nos. Su control se basa fundamentalmente en: 1) la eliminación de los animales
infectados a través de la aplicación de la prueba de tuberculina, 2) la prevención
del contagio a través del uso de desinfectantes apropiados y el manejo de las ins-
talaciones y 3) la toma de medidas para evitar la reinfección como lo son el con-
trol sanitario de los animales que se van a incorporar al rebaño a través de la
prueba de la tuberculina y la selección concienzuda de explotaciones de origen
con un buen estatus sanitario.
Epidemiología de LEB
La enfermedad tiene una distribución mundial, mostrando ocurrencias más
altas en algunas zonas geográficas y en rebaños donde predomina la explotación in-
tensiva. En los Estados Unidos de Norteamérica se han estimado prevalencias de
rebaños que van desde 0 a 100% de animales infectados con el virus de la LEB, se es-
tima que el 20% de las vacas lecheras, adultas, de ese país, poseen el virus (Radostits
et al., 2007). La LEB ha sido diagnosticada en bovinos y búfalos de varios estados de
Venezuela desde los años 70 del pasado siglo (Marín et al., 1970). Se estimó que en el
año 2005, el 37% de las vacas lecheras del país estaban infectadas por el virus de
LEB (Radostits et al., 2007), sin embargo la prevalencia actual se desconoce. Inves-
tigaciones recientes, realizadas en algunos municipios del estado Zulia, arrojan una
seropositividad del 70 al 100% de las fincas y los animales muestreados (Sánchez et
al., 2009). Se consideran países libres de la enfermedad desde 1999 a: Bélgica, Aus-
126 / Regino A. Villarroel Neri
Diagnóstico de la LEB
La serología es una herramienta ideal para el diagnóstico de la LEB en los
rebaños, ya que permite la identificación de animales infectados y clínicamente
inaparentes, una vez que estos hubiesen instaurado una respuesta humoral frente
a la enfermedad. Se debe tener en consideración que los terneros adquieren inmu-
nidad pasiva de sus madres infectadas y se mantienen seropositivos frente algunas
pruebas hasta los 6 meses aproximadamente, y por otro lado, que las madres infec-
tadas en el pre y posparto (1 mes aproximadamente) secuestran los anticuerpos en
la glándula mamaria y resultan negativas a las pruebas serológicas. Las pruebas
más utilizadas son la inmunodifusión en agar gel (AGIDT), esta prueba posee un
alto grado de especificidad, en parte debido a la relativa estabilidad del genoma
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos adultos / 127
CONCLUSIONES
El SEPBA constituye una patología compleja de origen multifactorial ca-
racterizada por el deterioro progresivo de la condición corporal y la consecuente
disminución de la capacidad productiva del animal, con una evolución de tenden-
cia crónica y con síntomas inespecíficos en varios aparatos y/o sistemas. Esta ines-
pecificidad de signos y la múltiple intervención de elementos epidemiológicos,
convierten a está problemática en todo un reto para el veterinario de campo.
El conocimiento y manejo adecuado de las pruebas diagnósticas disponibles
para cada una de las patologías que conforman el síndrome de emaciación progre-
siva del bovino adulto (SEPBA) constituye una herramienta fundamental para el
Médico Veterinario responsable de la salud de los rebaños. Del uso estratégico y
racional de estas herramientas derivará el éxito en el establecimiento de un ade-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome (no nutricional) de pérdida de peso progresiva en bovinos adultos / 129
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ridae que afecta a una gran variedad de especies de mamíferos y al hombre. La ra-
bia bovina en Venezuela está estrechamente ligada a la presencia de densas pobla-
ciones de vampiros. Los verdaderos vampiros transmisores de rabia paralítica, es-
tán representados principalmente por tres especies: Desmodus rotundus, Diphylla
ecaudata y Diademus youngi, siendo el primero el de mayor importancia epidemio-
lógica en la transmisión de la enfermedad en animales domésticos en Venezuela,
donde se pueden encontrar poblaciones de vampiros en los bosques de galería o a
lo largo de los ríos. También en zonas montañosas donde abundan cuevas, grietas
y árboles huecos de gran tamaño (Lord, 1986).
La rabia en los bovinos se presenta más comúnmente en su forma paralítica,
caracterizada por parálisis de los miembros posteriores, decúbito y muerte; aun-
que se puede presentar también la forma furiosa caracterizada por ataques o em-
bestidas contra animales y personas, tirones de la piel o lana, hiperexcitabilidad
sexual, temblores musculares, salivación, incoordinación, finalmente parálisis y
muerte en un período corto de tiempo. Histológicamente se produce una encefa-
lomielitis no supurativa, con inflitración de linfocitos y plasmocitos perivascular.
La confirmación del diagnóstico se realiza mediante la observación histopa-
tológica de los corpúsculos de Negri (cuerpos de inclusión intraneuronal) me-
diante la coloración histoquímica de Sellers y por inmunofluorescencia directa en
muestras de tejido nervioso, preferiblemente a nivel de hipocampo, bulbo raquí-
deo, cerebelo y ganglio de Gasser. En este punto es necesario resaltar que medidas
de protección son necesarias a la hora de hacer el examen clínico de los animales
y, en especial, al momento de tomar las muestras de encéfalo para el descarte de
rabia. El diagnóstico también puede realizarse mediante el método biológico que
consiste en la inoculación de ratones lactantes con material sospechoso (Radostits
et al., 2008; Contreras, 2009).
No existe un tratamiento específico y la enfermedad tiene siempre un de-
senlace fatal. Por tal motivo, y por el hecho de ser una enfermedad zoonótica, son
muy importantes las medidas de control. En el año 1992, a través del convenio
MAC/OPS, se diseñó el programa de rabia bovina actualmente vigente. Las acti-
vidades principales incluyen básicamente la vacunación masiva de la población
susceptible en fincas con focos registrados y confirmados por laboratorio y la dis-
minución de las poblaciones de murciélagos hematófagos a través de la captura y
su eliminación mediante la aplicación de productos anticoagulantes en el dorso
(Plaza, 1994).
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndromes neurológicos del bovino / 133
ENFERMEDADES BACTERIANAS
Listeriosis
Es una meningoencefalitis aguda causada por Listeria monocytogenes que
afecta principalmente a rumiantes. El ganado bovino estabulado que consume en-
silaje tiene mayor probabilidad de sufrir la enfermedad, ya que el ensilaje provee
un medio adecuado para el crecimiento de la bacteria. Otras fuentes de infección
incluyen heno descompuesto, cebada, residuos industriales usados para consumo
animal, entre otros. Las formas clínicas de la enfermedad incluyen una forma sep-
ticémica, abortos, oftalmitis y una forma nerviosa. Los signos neurológicos inclu-
yen fiebre, anorexia, depresión, déficit propioceptivos, caminar en círculo, apoyo
de la cabeza contra objetos y disfunciones de pares craneales, especialmente con
parálisis facial unilateral que se manifiesta con caída de los párpados y los labios,
mostrando saliva y restos de alimentos colgando de los labios (Contreras, 2009).
Las lesiones características se circunscriben al tallo cerebral, pedúnculos
cerebelares y médula espinal, caracterizados por la presencia de microabcesos en
estas zonas del SNC (Lisle, 1996). El diagnóstico definitivo se realiza por observa-
ción de las lesiones microscópicas y por inmunohistoquímica. La infección causa
además pleocitosis con una ligera elevación de las proteínas en el líquido cefalo-
rraquídeo (Holbrook & White, 1992). Para el tratamiento se usa Clortetraciclina a
dosis de 10 mg/kg diario por 5 días o Penicilinas a dosis de 44.000 UI/Kg por 7-14
días. Se debe retirar la fuente de infección (Radostits et al., 2008).
Tétanos
Enfermedad neurológica que afecta a la mayoría de las especies domésticas
producida por las exotoxinas del Clostridium tetani. Generalmente se presentan ca-
sos aislados de enfermedad en los rebaños. Las esporas del microorganismo son
altamente resistentes a las condiciones ambientales. La bacteria se multiplica en
136 / Francisco J. Vargas O.
Botulismo
Es causado por la ingestión de las toxinas preformadas del Clostridium botuli-
num en ensilajes, granos o heno en mal estado. En Venezuela, es probable que mu-
chos de los casos reseñados como Síndrome Parapléjico Bovino en los estado Apure
y Guárico, tengan relación con Botulismo (Contreras, 2009). La ocurrencia puede
estar asociada a una mala disposición de los cadáveres, carcasas, ratones muertos y
el uso de gallinácea en alimentación animal. También las deficiencias de fósforo en
el suelo pueden llevar a los animales a la masticación de huesos de carcasas conta-
minadas. La enfermedad se caracteriza por producir una parálisis flácida generali-
zada. Se produce incoordinación y movimientos de la cabeza hacia arriba y abajo
durante la marcha (flacidez del cuello), movimientos laterales de la cola, salivación,
secreción nasal serosa, así como cierta excitabilidad. En fases finales se observa res-
piración abdominal y parálisis de las extremidades hasta la muerte del animal.
El diagnóstico se puede realizar mediante la identificación de las toxinas o
las esporas de la bacteria en los alimentos contaminados. Los tratamientos suelen
ser inefectivos, pero se puede instaurar fluidoterapia de sostén, laxantes y estimu-
lantes del sistema nervioso. La antitoxina botulínica puede ser efectiva junto con
la terapia de sostén al inicio de la enfermedad. Para el control se puede usar toxoi-
de botulínico, acompañado de medidas profilácticas de adecuada disposición de
cadáveres y aguas servidas, así como corrección de las deficiencias minerales en la
alimentación (Radostits et al., 2008).
dos por depresión. Las lesiones macroscópicas pueden no ser observadas en casos
hiperagudos, pero cuando están presentes se observan lesiones de encefalomala-
cia simétrica focalizada bilateral, localizadas en la cápsula interna, núcleos basa-
les, tálamo, hipotálamo, hipocampo, mesencéfalo (colículos rostrales y sustancia
nigra), pedúnculos cerebelares, puente y corona radiada de la corteza frontal.
Las lesiones microscópicas se caracterizan por edema intersticial y perivas-
cular, afectando principalmente la sustancia blanca; hemorragias pericapilares y
necrosis aguda de neuronas y células de la glia, además de hemorragias en la corte-
za renal (Storts & Montgomery, 2001). Los tratamientos no suelen ser efectivos,
pero el control con vacunas polivalentes clostridiales ofrece buenos resultados.
Neosporosis
Es causada por el protozoario intracelular Neospora caninum, cuyo huésped
definitivo es el perro. En Venezuela, este parásito tiene una seroprevalencia que
va desde 11 al 21% en bovinos de diferentes estados del país. La enfermedad pro-
duce abortos e infertilidad en bovinos, pudiendo ocurrir infestación transplacen-
taria, lo que podría mantener la enfermedad en los rebaños aún en ausencia de los
hospedadores definitivos.
La forma nerviosa se observa en animales recién nacidos (menores de 2 meses)
en forma esporádica. Los becerros infectados pueden nacer con bajo peso e incapaces
de levantarse. Los miembros anteriores y/o posteriores pueden estar hiperextendi-
dos, presentar ataxia y déficit propioceptivo, así como defectos congénitos como hi-
drocefalia y estrechez del cordón espinal. A nivel de SNC se produce necrosis focali-
zada y gliosis con presencia de formas inmaduras del parásito.
Los tratamientos no son completamente efectivos pero se puede usar mo-
nensina y Toltrazuril. El control incluye programas de selección de animales ne-
gativos en base a serología. Debe evitarse la presencia de perros en las fincas y su
acceso a los sitios de alimentación del ganado. Las vacunas existentes no son efec-
tivas (Escalona, 2009).
ENFERMEDADES MICÓTICAS
Ocasionalmente, algunos agentes fungales pueden causar encefalomielitis,
las cuales pueden ocurrir en forma primaria o secundaria a condiciones inmuno-
supresivas, tratamiento prolongados con antibióticos y enfermedades crónicas
debilitantes. Entre los agentes etiológicos se puede mencionar: Aspergillus clava-
tus, Diplodia maydis, Trichothecium roseum, Penicillium cyclopium, Criptococcus neo-
formans Candida, Mucor, Coccidioides, Blastomices dermatitis e Histoplasma capsula-
tum (Lisle, 1996).
INTOXICACIONES
Entre las toxicosis de origen químico que causan signos nerviosos se pueden
mencionar: intoxicación por sal (por un consumo excesivo de cloruro de sodio en
la dieta, en ausencia de agua fresca), urea, organofosforados, carbamatos, plomo,
mercurio, arsénico, selenio, gasolina y sus derivados, etilenglicol (líquido refrige-
rante), nitrofuranos, entre otras. También algunas plantas tóxicas pueden produ-
cir síntomas nerviosos. Este tema será tratado en detalle en capítulo separado.
TRAUMATISMOS
Las lesiones traumáticas pueden ocurrir por fracturas de cráneo. También
se ha señalado la ocurrencia de infecciones bacterianas y excesiva cauterización
luego del descorne en animales jóvenes Para el diagnóstico puede ser de ayuda la
observación de hemorragia en líquido cefalorraquídeo.
TUMORES
Los tumores del sistema nervioso en rumiantes incluyen: meduloblastoma,
ependimoblastoma, neurofibrosarcoma, angioblastoma, meningioma, hemangio-
ma meningeal, neurofibroma, schwanoma, entre otros.
CONCLUSIONES
De todas las enfermedades de los síndromes neurológicos de los bovinos, la
rabia sigue siendo la de mayor importancia en el país, especialmente por el hecho
de ser una enfermedad zoonótica y porque continúan ocurriendo casos a pesar de
las medidas de control, lo que indica que dicho programa debe ser fortalecido
para que sirva de base al diagnóstico de otras patologías. Así, ante cualquier caso
con sintomatología nerviosa en bovinos, siempre debería pensarse en rabia a fin
de tomar las medidas de protección adecuadas a la hora de hacer el examen clínico
de los animales y de tomar las muestras de encéfalo para su descarte.
De esta manera, se debe entrenar a los Médicos Veterinarios para estandari-
zar las técnicas de examen clínico (evaluación clínica del sistema nervioso), la
toma de muestras y su envío al laboratorio, los aspectos relacionados con epide-
miología y los aspectos diferenciales de los síndromes neurológicos, a fin de llegar
a un diagnóstico definitivo de cada caso. El programa de vigilancia debe por lo
tanto basarse primero en el diagnóstico de rabia, pero todas aquellas muestras que
resulten negativas, deberán entrar en un proceso de valoración para determinar la
causa definitiva de enfermedad y establecer las medidas de tratamiento y control.
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.
SÍNDROME DE LAS VACAS VACÍAS
Carlos González-Stagnaro
Síndrome (del griego sindromé, concurso) es una entidad clínica que presenta
un conjunto característico de síntomas y elementos semiológicos de cierto signifi-
cado e identidad que concurren en tiempo y forma, exhibiendo variadas y diferen-
tes etiologías que caracterizan su estado morboso. El “síndrome de las vacas vacías”
(SVV) como entidad médica presenta un significado particular o general de sínto-
mas que caracterizan una enfermedad o situación específica, por la cual las vacas no
resultan preñadas. Es posible precisar que existe un “síndrome de las vacas vacías”
a pesar que las vacas exhiben un solo síntoma: “no están preñadas”; sin embargo,
debido a que exhiben manifestaciones semiológicas de diversos orígenes, el SVV
debe ser considerado como una entidad clínica plurietiológica o multifactorial ex-
presada como “días vacíos” (DV) (González-Stagnaro et al., 2000).
DÍAS VACÍOS
DV, también llamado “días abiertos” por los anglófilos (del inglés, open days)
es un parámetro muy utilizado para evaluar la eficiencia reproductiva (ER), ya que
provee información sobre el estatus reproductivo del rebaño (González-Stagnaro,
2001a). Es sencillo analizar los DV cuando se conoce que el intervalo entre partos
está conformado por dos períodos: uno vacío de duración variable entre el parto y
una nueva gestación (que serían los “días vacíos”) y un período fijo, que correspon-
de a la duración de la gestación (González-Fernández, 2005). En animales gestan-
tes, los DV se calculan entre el parto y el momento cuando resultan nuevamente
gestantes; en estos casos, es habitual señalar que DV coinciden con el intervalo par-
to-concepción (IPC), lo cual no siempre es correcto, cuando se trata de vacas no pre-
ñadas. Esa información se suele prestar a confusión según sea la forma de cálculo o
interpretación, más aún, al referirse a las pérdidas económicas por DV.
Es importante calcular los DV en animales problema que son las vacas ser-
vidas que no retornan en celo posparto y que no resultan nuevamente gestantes o
aquellas que retornan varias veces en celo y no quedan preñadas (González-Stag-
naro, 2001b). Los DV se consideran perdidos a partir del momento en que exce-
den la etapa fisiológica del puerperio que se ha señalado en 45 ó 60 d, aunque en
vacas mestizas suele prolongarse hasta 90, 100 ó 120 d (González-Stagnaro, 1995;
Perea Ganchou et al., 2002; Palomares-Naveda, 2005).
146 / Carlos González-Stagnaro
tos vaca/día (37% del costo de producción). El costo de un DV perdido por encima
de 100 días fue de Bs 4,40 diario por vaca (González-Stagnaro & González Fer-
nández, 1977). Esta proporción de pérdidas y el valor de los DV perdidos aún se
mantiene en la actualidad debido al incremento de los costos y al control de los
precios de la leche. La proyección de estos datos sobre los casi tres millones de va-
cas existentes en unas 8 mil fincas en la Cuenca del lago de Maracaibo señalaba
que los ganaderos dejaron de percibir entre 800 y 900 millones/año por los DV
perdidos. Perea Ganchou & González-Stagnaro (2005) estimaron el costo de DV a
partir de 90 días posparto, multiplicando el promedio de producción de leche
(6,75 kg/vaca/d) por 300 Bs (costo del kg de leche), obteniendo 2.025 Bs, al cual se
le sumó 375 Bs, resultado de multiplicar la GDP de 0,375 kg x 1000 Bs (kg peso
vivo del ternero), dando un total de 2.400 Bs por DV que al ser dividido entre
1.200 Bs por dólar, dio una pérdida de 2 dólares USA por DV. En vacas DP se han
señalado pérdidas de 343 dólares USA por vaca repetidora (VR) y 2,6 dóla-
res/vaca/día (De Ondiz, 2002).
Vacas Vacías con problemas de fertilidad. Este grupo está constituido por
vacas que muestran celos y servicios normales sin resultar gestantes. Incluye las
vacas con alteraciones de la concepción en presencia o ausencia de anormalidades
clínicamente diagnosticables Estas últimas son las más numerosas y constituyen
una de las principales causas de sub-fertilidad en las vacas de leche y de doble pro-
pósito (Palomares et al., 2002).
Se conocen como vacas repetidoras (VR) o “síndrome de las vacas repetido-
ras” (SVR) que se caracteriza por una triada: hembras que muestran ciclos y pe-
ríodos estruales de duración e intensidad normal (18-25 d); fracaso de la vaca en
quedar gestante luego de tres o más servicios; y, que están libres de alteraciones
genitales clínicamente detectables y de secreciones anormales (Zemjanis, 1980b).
Ello supone que los genitales están anatómica, fisiológica y macroscópicamente
normales, aunque esta característica es relativa y está muy vinculada con la pro-
fundidad del examen clínico y en especial con la práctica y experiencia del clínico
veterinario (González-Stagnaro et al., 2002; 2003).
La naturaleza del SVR es compleja, su etiología es muchas veces imposible
de determinar y su patogénesis es poco comprendida (Palomares Naveda et al.,
2002). La mortalidad embrionaria (ME) es habitual responsable de incrementar
los DV y caracteriza a las VV, ya que implica la extensión entre el parto y una con-
cepción efectiva. Las pérdidas suelen estar vinculadas con aspectos congénitos o
genéticos del óvulo fertilizado, atraso en la fecundación o anormalidades del me-
dio uterino en los distintos estadios de la reproducción: servicio, fecundación y
muerte embrionaria precoz (MEP) o tardía (MET). La ME sobreviene en las dos
primeras fases del desarrollo, período ovular y embrionario. Cualquier modifica-
ción del medio materno durante estos períodos puede interferir sobre el desarro-
llo del embrión (Catena, 2006). La ME se considera una manifestación del fracaso
de la fecundación o de la muerte temprana del embrión: 8% antes del día 17° y 23-
35% o 40% como mortalidad embrionaria tardía, incluyendo la modificación en la
duración del ciclo estrual, que sucede cuando la muerte se produce después del re-
conocimiento maternal.
Las causas infecciosas pueden alcanzar más del 50% de las fallas por ME e
implican una reducción mayor del 10% de la fertilidad a nivel nacional. La se-
cuencia de la ME durante la organogénesis es: reabsorción del líquido embriona-
rio, descomposición del embrión y descomposición de la membrana fetal. En la
vaca, el embrión puede desaparecer mientras que las membranas embrionarias y
el CL se mantienen, lo que ocasiona una prolongación de los DV por ausencia de
la secreción endometrial de prostaglandina, necesaria para producir la lisis del
cuerpo lúteo.
Dentro de los principales causales no genéticos de ME e incremento de las
VV se ha señalado el desbalance hormonal, estrés térmico y factores nutricionales
como el desequilibrio energía/proteína (Zemjanis, 1980b). El embrión es suscep-
tible a los agentes infecciosos debido a la inmadurez de su sistema inmune, facto-
res de multiplicación celular para virus y a la acción inmunodepresora de la pro-
gesterona, entre otros. Existen una serie de infecciones específicas y otras infec-
ciones uterinas y vaginales no específicas; estos agentes pueden ingresar por vía
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome de las vacas vacías / 151
post mortem fue de 96% (Aslan et al., 2000). La identificación de los niveles de
otras hormonas circulantes es más complicada y costosa, además de requerir equi-
pos de diagnóstico; los niveles de progesterona son más precisos y más recomen-
dables para su uso en trabajos de investigación. En conjunto con los niveles hor-
monales, la ecografía ha favorecido el conocimiento y la comprensión de la fisio-
logía de las ondas foliculares y de los cambios cíclicos del estado ovárico que fue-
ran identificados por palpación rectal. Los clínicos que aplican en forma habitual
la ecografía transrectal la consideran más efectiva y precisa que el diagnóstico clí-
nico por palpación rectal al reconocer y recuperar más temprano a las vacas que
continúan vacías y será el método a utilizar en el futuro (Gutiérrez Añez, 2007).
El costo de los equipos más que la falta de experiencia ha sido el factor pri-
mordial para que la ecografía no se haya extendido como técnica habitual de diag-
nóstico, excepto en casos experimentales o de diagnóstico avanzado; en la actuali-
dad, menos del 3% de especialistas en la región lo utilizan y están satisfechos de
los resultados, considerándose la ultrasonografía una herramienta tecnológica del
futuro (González-Stagnaro, 2009). Mientras tanto, el clínico gineco-obstetra aún
debe apoyarse en sus habilidades táctiles y en los laboratorios para identificar los
causales del problema en las vacas vacías. La experiencia y el control de resultados
permitirán la corrección de errores y mejorar las expectativas de un diagnóstico
clínico bien realizado. La existencia de métodos de diagnóstico modernos y con-
fiables no debe disminuir la confianza del clínico en su capacidad para realizar un
diagnóstico correcto. Es un desafío en constante cambio que estimula la necesi-
dad de una perfección clínica.
CONCLUSIONES
Este análisis señala un elevado número de Días Vacíos perdidos en la activi-
dad reproductiva de las vacas problemas que se traducen en la caída de la produc-
ción lechera y de los beneficios económicos del rebaño. La baja eficiencia repro-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome de las vacas vacías / 157
ductiva incrementa la frecuencia del Síndrome de Vacas Vacías debido a las eleva-
das tasas de anestro posparto en sistemas tradicionales y de los servicios repetidos
en los sistemas mejorados.
El síndrome de las vacas vacías es consecuencia de un manejo deficiente en
especial por deficiencias nutricionales energéticas y por un inadecuado manejo de
la cría posparto y del amamantamiento, además de ser una consecuencia de pro-
blemas ováricos y de enfermedades infecciosas. La identificación de los riesgos
que afectan la función reproductiva en las vacas posparto, al inicio del puerperio y
en las vacas servidas permite detectar y controlar los PC que afectan la eficiencia
reproductiva en vacas DP, a la vez que optimizar la toma de decisiones relaciona-
das con la prevención y control de los problemas vinculados con el Síndrome de
las Vacas Vacías, incluyendo el Síndrome de las Vacas Repetidoras en sistemas de
manejo tradicional y mejorado y en las vacas primíparas y multíparas. Su control
permitirá disminuir las elevadas pérdidas económicas poco percibidas por los
bolsillos ganaderos.
Empresarios y veterinarios deben tener en cuenta los riesgos y PC que influ-
yen en el manejo de los rebaños como el mestizaje, época, paridad, tasa de creci-
miento, calidad y continuidad de la alimentación, condición corporal, estadios de
posparto, lactación y gestación, niveles productivos, presencia, apoyo y amaman-
tamiento de la cría y su relación con el sistema de manejo de la finca. La aplica-
ción de tecnologías y el trabajo de los veterinarios facilitarán la identificación de
las vacas vacías y el diagnóstico del problema; sin embargo, el precio de los equi-
pos y su mantenimiento, nos hace pensar que por mucho tiempo, será necesario
contar con la habilidad de profesionales competentes, capacitados y motivados
para continuar la aplicación ética del examen clínico. Se recalca la importancia de
disponer de laboratorios de diagnóstico de enfermedades y para el estudio de los
perfiles metabólicos, como para el análisis de los pastos.
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SÍNDROME ABORTIVO Y DE MUERTE
PERINATAL
Visto de este modo, el SAyMP excluye a los procesos que ocasionan precoz-
mente la muerte del embrión, dado que son asociados más a infertilidad que a
aborto. Por esta razón serán estudiados a profundidad en capítulo aparte. En resu-
men, el síndrome abortivo y de muerte perinatal de los bovinos incluye a todos los
procesos derivados de una patología adquirida en el período fetal y que terminan
con la muerte de la cría: abortos, mortinatos, partos prematuros, crías débiles,
persistentemente infectados y mortalidad hebdomadal o malformaciones del re-
cién nacido. Así en términos reales, este síndrome refiere al porcentaje de vacas
que no presentan una cría viable tras una semana de haber ocurrido el parto u
aborto. Estimándose que cifras superiores al 10% de terneros perdidos produce
grandes perjuicios económicos a los productores, pues -en líneas generales- se
consideran aceptables valores alrededor del 5 al 7% anual.
La obstetricia veterinaria moderna tiene dos metas fundamentales: salvar a
la madre y obtener, al mismo tiempo, una cría cuya vitalidad no esté disminuida.
Entonces, para minimizar las pérdidas, es importante identificar rápidamente los
agentes causales para implementar medidas de control y prevención adecuadas.
Dentro de las causas más importantes de pérdidas encontramos agentes infeccio-
sos y parasitarios que impactan en distinto grado la producción de las fincas. La-
mentablemente numerosos grupos de investigadores indican que el 50% o más de
las causas de abortos o mortalidad perinatal no pueden ser determinadas. Si bien
esto representa un gran escollo, no debe ser excusa para justificar la omisión de
muestras por parte de Médicos Veterinarios y ganaderos.
166 / Robert Valeris Chacín y Alfredo Sánchez Villalobos
ETIOPATOGENIA
La leptospirosis es una enfermedad infectocontagiosa de amplia distribu-
ción mundial, clasificada como una antropozoonosis, su transmisión por lo gene-
ral va de los animales al hombre. Afecta a diferentes especies animales y al huma-
no en forma accidental. Es causada por alguna de las siete especies patógenas del
género Leptospira: L. interrogans en sentido estricto, L. borgpetersenii, L. noguchii, L.
santarosai, L. weillii, L. kirschneri y L. alexanderi (Bharti et al., 2003; Morey et al.,
2006; Lilenbaum et al., 2007).
La epidemiología de la leptospirosis dentro de un ecosistema es compleja,
ya que las leptospiras de varios serogrupos pueden ser mantenidas por diferentes
especies animales, incluyendo especies domésticas y silvestres que comparten el
mismo hábitat. Las diferentes cepas patógenas de leptospiras afectan potencial-
mente a un gran número de especies animales, que actúan como hospedadores de
mantenimiento o accidentales, en función de la adaptación o preferencia de la se-
rovariedad involucrada (Bharti et al., 2003; Alfaro et al., 2004).
Cuando la infección se produce en un hospedador adaptado a una serovarie-
dad de Leptospira, el animal sólo sufre manifestaciones reproductivas y se convier-
te en un hospedador de mantenimiento o reservorio, eliminándola a través de la
orina. La infección en un hospedador accidental, no adaptado a una serovariedad,
causa una manifestación aguda o enfermedad clínica (Bharti et al., 2003). Se con-
sidera que los bovinos son hospedadores de mantenimiento de las serovariedades
hardjo y pomona, mientras que son hospedadores accidentales de la serovariedad
grippotyphosa (Alfaro et al., 2004).
La leptospirosis en bovinos puede presentarse clínicamente en forma agu-
da, subaguda, (fase leptospirémica) o crónica (fase leptospirúrica) asociada al
aborto, becerros débiles e infertilidad. Los signos clínicos varían de acuerdo a la
serovariedad que esté ocasionando la enfermedad. En la leptospirosis causada por
la serovariedad hardjo, uno de las serovariedades más comunes que afecta al gana-
do, los signos clínicos son inaparentes, la infección es crónica, acompañada de in-
fección fetal seguida de aborto o nacimiento de becerros prematuros, débiles o clí-
nicamente normales pero infectados; generalmente, la vaca que aborta presenta
retención de membranas placentarias. Se puede observar un síndrome de inferti-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome abortivo y de muerte perinatal / 167
DIAGNÓSTICO
La observación de casos de abortos (esporádicos o en brotes) en el último
tercio de la gestación y/o el nacimiento de crías débiles que presentan un creci-
miento retardado dentro de una explotación es indicativo que alguna (o varias) de
las etiologías del SAyMP están presentes en el rebaño. Aún cuando ciertas carac-
terísticas propias de cada patología: necrosis cotiledonaria y carácter enzoótico de
168 / Robert Valeris Chacín y Alfredo Sánchez Villalobos
la brucelosis por ej, pudieran sugerir una determinada patología, lo ideal es recu-
rrir a un abordaje diagnóstico apoyado en el laboratorio para poder lograr una
asociación causal más sustentada.
Para efectuar el diagnóstico de las patologías de este síndrome, es necesario
evaluar la respuesta serológica del plantel reproductivo, tanto las que han aborta-
do como las que no han abortado: la evaluación del feto también es importante,
sobre todo en leptospirosis y neosporosis. Por tanto, las muestras a tomar serían:
una muestra representativa (10%) de sueros del plantel reproductivo que incluya
hembras que han abortado y que no han abortado (para leptospirosis y neosporo-
sis). Para el diagnóstico de brucelosis se requieren muestras de suero de todo el
plantel reproductivo incluyendo machos reproductores (tal como lo estipula la le-
gislación venezolana). Además las muestras de suero y de órganos fetales son muy
útiles para detectar leptospirosis y neosporosis, así como para demostrar la pre-
sencia de Brucella en dichos tejidos.
A continuación se exponen las alternativas diagnósticas de laboratorio para
leptospirosis, brucelosis y neosporosis: El aislamiento de leptospiras de muestras
clínicas y la identificación de los aislamientos son procedimientos largos y sólo se
pueden hacer en laboratorios de referencia. Por otro lado, el aislamiento seguido
de la tipificación a partir de portadores (con infección renal) es una herramienta
muy útil en los estudios epidemiológicos para determinar la serovariedad (o sero-
variedades) que está(n) presente(s) en un grupo particular de animales, una espe-
cie animal, o en una región geográfica determinada (OIE, 2008). La demostración
de leptospiras por pruebas inmunoquímicas (inmunofluorescencia e inmunohis-
toquímica) es más accesible para la mayoría de los laboratorios. Sin embargo, la
eficacia de estas pruebas depende del número de organismos presentes en el teji-
do, y estas pruebas carecen de la sensibilidad del cultivo (OIE, 2008). A menos
que se utilicen reactivos especiales, las pruebas inmunoquímicas no identifican la
serovariedad infectante y los resultados deben interpretarse en conjunto con los
resultados serológicos (OIE, 2008).
El aislamiento de Brucella spp. es un método muy confiable y potente para el
diagnóstico en animales. El diagnóstico bacteriológico de B. abortus puede reali-
zarse a través de un examen microscópico de extensiones teñidas a partir de hiso-
pados vaginales, de placentas o de fetos abortados (método de Stamp). Sin embar-
go, organismos relacionados morfológicamente tales como Chlamydophila abortus
o Coxiella burnetii pueden confundirse por microscopía de luz (OIE, 2009). Por lo
tanto, se recomienda para un diagnóstico preciso, el aislamiento de B. abortus en
medios de cultivos apropiados (medio selectivo de Farell o agar Brucella). La ex-
creción vaginal de B. abortus es usualmente copiosa y persiste por varias semanas
después del aborto, al igual que persiste la infección mamaria. Así, el tomar hiso-
pados vaginales y muestras de leche es el mejor medio de aislar B. abortus en bovi-
nos (Ocholi et al., 2004). Aunque el cultivo es un método específico, su sensibili-
dad depende de la viabilidad de la Brucella en la muestra, del tipo de muestra y del
número de especimenes muestreados por animal. El tiempo requerido para el cul-
tivo puede ser largo y las muestras que poseen un bajo número de Brucella podrían
arrojar un resultado negativo (OIE, 2009).
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome abortivo y de muerte perinatal / 169
leptospirosis a nivel del individuo, la MAT es muy útil para detectar la infección
aguda: un aumento cuádruple de los títulos en una muestra pareada de sueros
agudo y convaleciente (con un intervalo de 15 días aproximadamente entre las
muestras) tiene carácter diagnóstico (MSDS et al., 1999).
La prueba MAT tiene sus limitaciones en el diagnóstico de individuos con
infecciones crónicas y en el diagnóstico de infecciones endémicas en el rebaño
(OIE, 2008). Los animales infectados pueden abortar o convertirse en portadores
con excreción renal y/o genital y tener títulos en la prueba MAT inferiores al con-
siderado normalmente como significativo (dilución final de 1:100) (OIE, 2008),
además que no se puede detectar la serovariedad infectante debido a respuestas
serológicas paradójicas (Levett, 2003).
La técnica de ELISA puede también ser útil en la detección de anticuerpos
anti-Leptospira. Se han desarrollado muchos ensayos y se utilizan principalmente
para la detección de infecciones recientes y el “screening” de animales experimen-
tales en los estudios de desafío (Bharti et al., 2003; Bomfim et al., 2005; Srimanote et
al., 2008). Los animales que se han vacunado contra una serovariedad específica po-
drían dar reacciones positivas con muchos protocolos de ELISA, complicando la
interpretación de los resultados (OIE, 2008). Se ha desarrollado un kit comercial de
ELISA para la detección de anticuerpo contra la serovariedad hardjo (Linnodee
Leptospira Hardjo ELISA®) bastante útil en la identificación de rebaños infecta-
dos con esta serovariedad, sin embargo su utilidad se reduce en los rebaños vacuna-
dos puesto que las vacunas comerciales contra leptospirosis contienen la serovarie-
dad hardjo, lo cual interfiere con la interpretación de los resultados (OIE, 2008).
La legislación venezolana (Resolución DM/Nº 127, 2003) estipula que el
diagnostico serológico para brucelosis se realice en los bovinos del plantel repro-
ductivo cada seis meses (o anual en caso de no haber reactores positivos) con la
prueba oficial de campo que es la prueba de Rosa de Bengala. Un resultado positi-
vo (aglutinación) a esta prueba debe ser confirmado con alguna de las pruebas
contempladas en la legislación (prueba lenta en tubo, prueba de 2-mercaptoeta-
nol, fijación de complemento o ELISA). El ELISA competitivo en suero es la téc-
nica serológica más potente para detectar anticuerpos antibrucella. Su reproduci-
bilidad y objetividad de la lectura (existencia de un punto de corto ampliamente
validado a nivel internacional: >30% de inhibición) que se realiza por un espec-
tofotómetro de placas, la hacen la técnica de elección al momento de confirmar un
diagnóstico por Rosa de Bengala. Sin embargo, hay investigaciones que han de-
tectado que la moderada sensibilidad de la Rosa de Bengala podría ser subsanada
si se emplea en campo una técnica más potente como es la Fluorescencia Polariza-
da, la cual posee una muy buena correlación con los resultados del ELISA y puede
realizarse a campo (OIE, 2009).
La Fluorescencia Polarizada se basa en el cambio de la velocidad de la fluo-
rescencia emitida por la Fluoresceína conjugada al polisacárido O (OPS) cuando
ocurre la formación de complejos inmunitarios entre este antígeno y los anticuer-
pos procedentes de la muestra de un animal con brucelosis. Este cambio de veloci-
dad genera variedad en la polarización de la luz que es detectado por un lector y
registrado como unidades de milipolarización (mP). Esta prueba puede realizarse
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Síndrome abortivo y de muerte perinatal / 171
Hay que considerar que las hembras que abortan de neosporosis en zonas
endémicas tienen títulos de anticuerpos mayores en general que las hembras que
abortan en forma epidémica, posiblemente debido a que en los brotes, la infección
primaria es muy reciente, es decir, la respuesta humoral no ha alcanzado su máxi-
mo nivel. El usar pruebas serológicas poco sensibles (Inmunofluorescencia versus
ELISA) en una situación de tormenta de abortos, podría arrojar falsos negativos.
En estos casos un suero pareado, tomado 15 días después de la primera muestra,
podría evidenciar seroconversión (Dubey et al., 2006).
ral (Adler et al., 2010). En los casos de una tormenta de abortos, se recomienda la
vacunación junto con el tratamiento con dihidroestreptomicina de los animales a
riesgo (Alfaro et al., 2004).
La prevención y control de la brucelosis recae principalmente (junto con las
medidas arriba señaladas) en tres acciones: vacunación, detección de reactores
positivos y eliminación de estos reactores. La vacunación es critica para proveer
una moderada protección ante la infección por Brucella abortus, sin la cual los ani-
males (en especial las hembras bovinas) estarán indefensos ante un ataque de esta
bacteria. Debe recordarse que esta protección a nivel del rebaño no es absoluta, es
por eso que se pueden observar algunos animales vacunados con brucelosis. En el
país se comercializan dos tipos de vacunas: cepa 19 y RB51, esta última ofrece una
ventaja considerable al no interferir con el diagnóstico serológico, pero necesita
una revacunación 7 meses de la primovacunación para alcanzar una protección si-
milar a la obtenida por la cepa 19. Tras la realización de las pruebas serológicas,
los reactores positivos deben ser enviados a matadero en la brevedad posible (Re-
solución DM/Nº 127, 2003) y esto tiene un propósito claro: disminuir a su míni-
ma expresión el reservorio de Brucella abortus en la finca, que lo representan los
animales infectados.
Las medidas de bioseguridad pueden ayudar a evitar el riesgo de introducir
la neosporosis dentro de una explotación. Sin embargo, una vez establecida se
debe controlar la transmisión horizontal (control de canidos como se comentó
anteriormente) y la transmisión vertical. Para llevar a cabo lo último, hay cuatro
vertientes que pudieran combinarse: erradicación de todas las hembras seroposi-
tivas, realizar transferencia de embriones de hembras seropositivas a receptoras
seronegativas, quimioterapia y vacunación. De todas estas medidas, la vacuna-
ción es la mejor opción costo/beneficio, aún cuando la protección obtenida sea
parcial y sea más efectiva para prevenir los abortos epidémicos que para prevenir
los abortos endémicos (Dubey et al., 2007; Reichel et al., 2009). En Venezuela esta
disponible la vacuna Bovilis Neoguard® para aplicar en el primer tercio de la ges-
tación con un refuerzo al mes (5 mL, SC). Esta vacuna es una suspensión acuosa
de taquizoítos inactivados de N. caninum.
CONCLUSIONES
El síndrome abortivo y de muerte perinatal es una causa relevante de pérdi-
das económicas en las explotaciones bovinas venezolanas. La etiología de este sín-
drome comprende la brucelosis, leptospirosis y neosporosis. Todas estas patolo-
gías están presentes en Venezuela y sus prevalencias varían según la zona geográ-
fica. Ellas comparten una epidemiologia compleja con interacción de varias espe-
cies animales. El diagnóstico más comúnmente utilizado es el serológico, sin em-
bargo la interpretación de los resultados debe ser global y cuidadosa, especial-
mente para leptospirosis y neosporosis. Las medidas de prevención y control
comprenden un programa de bioseguridad que disminuya el riesgo de entrada de
los agentes etiológicos y la contención de estos, en caso de que ya estuvieran circu-
lando en la explotación. Asimismo, la vacunación es una de las prácticas con me-
jor relación costo/beneficio para la prevención de este síndrome.
174 / Robert Valeris Chacín y Alfredo Sánchez Villalobos
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AHORA EL DIAGNÓSTICO DE BRUCELOSIS
DEJÓ DE SER UN PROBLEMA
– Fácil, rápido, versátil y preciso
– Con excelente relación costo-beneficio
FLUORESCENCIA POLARIZADA
Roberto A. Palomares-Naveda
tar un efecto negativo agudo severo en la eficiencia reproductiva, tal como la ocu-
rrencia de abortos o brotes de enfermedad respiratoria, la consecuencia más im-
portante sería el desarrollo de infecciones persistentes en animales preñados, las
cuales perpetúan la presencia del virus en el rebaño, con la posibilidad de incre-
mentar su virulencia en futuras replicaciones virales en animales susceptibles.
Leptospira
La leptospirosis es una infección bacteriana de importancia en la ganadería
así como también en la salud pública debido a que es considerada una de las enfer-
medades zoonóticas más diseminadas mundialmente. La leptospira es una espi-
roqueta que ha sido clasificada en más de 15 genoma-especies, 7 de los cuales con-
tienen organismos patogénicos para el ganado (Levett, 2001). Los hospedadores
de mantenimiento son frecuentemente especies silvestres, animales domésticos y
los bovinos. Dentro del serovar hardjo existen dos tipos genéticamente diferentes
pero serologicamente no diferenciables a través de la prueba de microaglutina-
ción: Leptospira interrogans serovar hardjo (tipo hardjo prajitno; no adaptado al
bovino) y Leptospira borgpetersenii serovar Hardjo (tipo hardjo-bovis). Este último
es encontrado comúnmente en poblaciones bovinas alrededor del mundo (sero-
var adaptado al bovino) (Givens, 2006). Este agente infeccioso causa abortos, na-
cimiento de becerros débiles e infertilidad en el rebaño. La presencia de leptospi-
ras en el útero y oviductos de vacas infectadas interfiere con la implantación del
embrión. Algunas infecciones pueden causar baja en la producción de leche, ne-
fritis y septicemia. La prevalencia en las fincas de leche y carne en los EU oscila
entre 35 y 50% correspondiendo en su mayoría al serovar hardjo (Grooms & Bo-
lin, 2005). La tasa de abortos por leptospira se ha reportado entre 3 y 10% (Givens,
2006). Un estudio realizado en Canadá involucrando un gran número de anima-
les, reveló que el serovar hardjo bovis causó el 6% de los abortos (Prescott et al.,
1989). Los abortos pueden ocurrir varias semanas después de la infección sin nin-
gún signo clínico en la vaca. Los abortos causados por el serovar hardjo tienden a
ocurrir esporádicamente, mientras que los abortos en tormentas son mas típicos
de la infección con el serovar pomona o grippotyphosa (Grooms, 2006). La infección
por leptospira ocurre a través de las membranas mucosas y típicamente resulta en
signos clínicos leves o infecciones subclínicas. La transmisión venérea también
puede ocurrir a través de la orina, semen o descargas vaginales. La alta humedad y
temperaturas del trópico favorecen su desarrollo, limitando la eficiencia de los
programas de control. La infección persistente por leptospira hardjo-bovis se locali-
za principalmente en los riñones (túbulos renales proximales) mientras que el se-
rovar harjo-prajitno exhibe predilección por el tracto reproductivo cuya transmi-
sión venérea ocurre comúnmente. Su localización en los riñones favorece su dise-
minación a través de la orina y la infección de otros animales. Las infecciones per-
sistentes del tracto reproductivo del serovar hardjo pueden permanecer por más
de 12 meses (Leonard et al., 1992). En los toros que son persistentemente infecta-
dos con hardjo-bovis, las leptospiras pueden alojarse y persistir en las vesículas se-
minales y riñones (Alt & Bolin, 2001).
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo infeccioso reproductivo del bovino / 181
3. SITUACIÓN EN VENEZUELA
Las infecciones con los virus de DVB y RIB son endémicas en la mayoría de
los países del mundo donde se explota la ganadería bovina, reportándose una se-
roprevalencia que varía entre el 20 y 89% de las poblaciones bovinas muestreadas
(Goyal, 2005). Un estudio de seroprevalencia de VDVB en el estado Apure en Ve-
nezuela reveló un 36% de seropositividad, siendo este porcentaje similar a los re-
portados en estudios previos llevados a cabo en otros países (Obando et al., 1999).
En este estudio fueron muestreados solo animales adultos no vacunados contra
VDVB, de manera que la presencia de anticuerpos indicó que el virus estuvo cir-
culando dentro de la población bovina estudiada.
En otro estudio en Venezuela, Obando et al. (2004) reportaron la presencia de
anticuerpos contra RIB y DVB en 51 y 85% de los animales antes de la temporada
de servicio en un rebaño mestizo Brahman no vacunado contra VDVB y RIB.
La prevalencia de bovinos PI en Inglaterra, Dinamarca, Suecia y Estados
Unidos varía entre 0,4 y 1,7% (Obando y Rodríguez, 2005b). Hasta los momentos
en Venezuela no han sido realizados estudios para determinar la prevalencia de
bovinos persistentemente infectados. Según la experiencia del autor en el manejo
reproductivo de rebaños bovinos de doble propósito, las limitaciones en el diag-
nóstico definitivo de los agentes infecciosos que afectan la fertilidad, en especial
IBR y DVB han representado por años un obstáculo en el éxito de los programas
reproductivo y sanitario de muchas fincas. Afortunadamente, en la actualidad se
están comenzando programas masivos de detección de antigenos de DVB y RIB
182 / Roberto A. Palomares-Naveda
en Venezuela (Dr. Kowalsky, comunicación personal), los cuales sin duda alguna
representan una excelente alternativa diagnóstica con el fin de determinar la pre-
valencia de dichas infecciones en rebaños vacunados en las diferentes zonas gana-
deras del país.
En el caso de Leptospirosis, reportes en Venezuela han revelado una alta
prevalencia de Leptospira borgpetersenii Svr hardjo tipo hardjo-bovis con valores de
seroprevalencia alrededor 60% de los bovinos estudiados. Este estudio mostró
una prevalencia de >70% en los estados Mérida, Zulia, Barinas, Cojedes y Lara;
siendo esta mayor en vacas multíparas (72,4%) en comparación con las novillas
(58,6%) y los toros (54,4%) (Bermúdez, 2008).
2. Pruebas Serológicas
Estas técnicas se basan en la detección de anticuerpos en el suero contra
VDVB como medida indirecta de la infección viral. Para la determinación de an-
ticuerpos se utilizan básicamente dos métodos: ELISA y neutralización viral. Los
anticuerpos neutralizantes del virus usualmente aparecen 3-4 semanas después de
la infección y persisten por años. Las pruebas serológicas pueden ser utilizadas
cuando se sospeche de infecciones agudas, siendo recomendable tomar muestras
pareadas de sueros con 21-30 días de diferencia, para detectar las fases aguda y de
convalecencia de la infección. La seroconversión de animales sentinelas introdu-
cidos en el ganado, también puede ser utilizada como una evidencia de la posible
presencia de animales PI en el rebaño (Goyal, 2005). Estas también pueden utili-
zarse como chequeo preliminar o “screening” de rebaños no vacunados para de-
terminar la seroprevalencia a VDVB. Para el caso de animales jóvenes es reco-
mendable muestrear mautes (as) entre 6 y 12 meses de edad para determinar si
VDVB ha estado recientemente o actualmente circulando en el rebaño. El mues-
treo de animales menores de 6 meses tiene la desventaja de que en caso de existir
aun anticuerpos maternales contra VDVB existe una alta posibilidad de obtener
un resultado falso positivo. De manera que estas pruebas no diferencian anticuer-
pos vacunales, anticuerpos por infección y anticuerpos maternales, por lo que en
un rebaño vacunado no tienen una gran significancia.
184 / Roberto A. Palomares-Naveda
DIAGNÓSTICO DE LEPTOSPIRA
El diagnóstico se realiza a través de la prueba de microaglutinación (MAT)
y ELISA en muestras de suero materno y fetal; inmunofluorescencia en riñones y
fluidos fetales, cultivo bacteriológico, anticuerpos fluorescentes y PCR usando
orina maternal, así como también sueros pareados de por lo menos 10 animales
del rebaño en contacto con el material abortado (Givens, 2006).
Estrategias de Bioseguridad
La prevención del CIRB requiere de la evaluación previa de los procedimien-
tos operativos rutinarios en cada finca en particular, tales como: transito de vehícu-
los y personas en la finca, conocimiento del estado infeccioso de las fincas de origen
de los animales introducidos en el rebaño, condiciones de aislamiento de los nue-
vos ingresos, contacto del rebaño con animales vecinos a través de las cercas, pre-
sencia de animales silvestres en los potreros, así como también los protocolos de
diagnóstico para evitar la introducción de animales positivos, entre otros.
La introducción de animales en la finca es la vía de entrada más común de
VDVB, VRIB y leptospira dentro de los rebaños bovinos. Por esta razón los pro-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Complejo infeccioso reproductivo del bovino / 185
CONCLUSIONES
El diagnóstico de los agentes infecciosos que afectan la eficiencia reproducti-
va del rebaño, así como también el establecimiento de un plan de vacunación y me-
didas de bioseguridad adaptadas a cada zona, representan un punto crítico en el éxi-
to del programa de control reproductivo de la finca. Para un diagnóstico definitivo
de los agentes infecciosos del CIRB se deben llevar a cabo pruebas de laboratorio rá-
pidas y válidas. Las pruebas de IHQ y ELISA para la determinación de antígeno y
anticuerpos son las técnicas de elección para el diagnóstico de los VDVB y VRIB
bajo las condiciones actuales de la ganadería de doble propósito venezolana. Mien-
tras que la prueba de microaglutinación sigue siendo el gold standard en el diagnós-
tico de la leptospirosis. Independientemente del programa de control que se utilice
la identificación y eliminación de animales PI es de crucial importancia para man-
tener una baja prevalencia de la DVB en la finca. Para mantener los resultados lo-
grados, es necesario dar continuidad al programa de prevención y control estableci-
do. Si el proceso se interrumpe es posible que se observen nuevamente las fallas re-
productivas afectándose la productividad y rentabilidad de la finca.
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.
ABORDAJE Y MANEJO DEL SÍNDROME
DE LA VACA POSTRADA
EL INICIO DE LA INVESTIGACIÓN
El ejercicio práctico de la medicina establece que antes de explorar el animal
se realice una investigación o anamnesis de los hechos que ocurrieron hasta alcan-
zar el estado actual. Esto permite al clínico una orientación sobre la manera de ex-
plorar al animal e incluso explorar el ambiente, el cual pudiese ser el causante de
su afección.
1. Uno de los factores a tomar en cuenta es la alimentación; errores sustanciales
en la ración o escasez de pasto por causa de una sequía prolongada, pueden con-
ducir al rebaño a cuadros de malnutrición energética y proteica, también deno-
minada hambruna o desnutrición global. Los animales pierden sustancial-
mente su condición corporal, más no el apetito, caen en decúbito, sus celos son
silentes, no se preñan, los ovarios son lisos y pequeños. Generalmente estos pa-
cientes se complican fácilmente con las enfermedades propias de la región
(Oetzel, 1988a; Pino-Ramírez, 1998; Van Metre et al., 2001; Godden, 2001).
Por el contrario, errores en el exceso de la ración, especialmente de la fracción
proteica, puede originar trastornos ruminales que desencadenan una endoto-
xemia e histaminemia que provocan cambios en la lámina de la pezuña origi-
nando una laminitis que pudiera afectar severamente los cuatro miembros,
causando el decúbito esternal del animal debido al dolor. La postura de algu-
nos animales a la estación y la permanencia de otros en decúbito esternal, pul-
so saltón de las digitales, calor y dolor del estuche corneo, son las claves para
identificar estos pacientes (Shearer, 2006). Otro cuadro es provocado por la
falta de minerales, lo cual influirá en el incremento de vacas buenas produc-
toras con hipocalcemia y además es un factor predisponente en la ocurrencia
de fracturas (Oetzel, 1988b).
2. Las nuevas adquicisiones de animales, generalmente causan un revuelo so-
cial dentro del rebaño para reorganizar la jerarquía preestablecida, originan-
do peleas que pueden resultar en injurias. En lotes de novillos enteros, se pre-
senta un cuadro muy particular y que los norteamericanos denominan como
“bullers”, son novillos nuevos que atraen a los otros machos y son montados
hasta agotarlos y generalmente son encontrados muertos en el corral. El ani-
mal afectado suele encontrarse en decúbito lateral con huellas de maltrato so-
bre la grupa, lomo y costillares. El pelo suele ser áspero y desordenado en las
zonas traumatizadas (White, 2003; Taylor, 2009).
3. Los tratamientos realizados con anterioridad pueden orientar, si la postura
del animal echado es debido a avances de la enfermedad o complicación con
otra enfermedad pre-existente, o un tratamiento inadecuado o un mal diag-
nóstico. Por otro lado, el uso de isoflupredone en vacas que padecen cetosis,
provoca kaliuresis que conlleva hipokalemia, la cual se acompaña de miaste-
nia, condición que puede originar decúbito en el paciente. Si el paciente esta
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Abordaje y manejo del síndrome de la vaca postrada / 193
de pie, todavía se puede reconocer la flexión de las cuartillas en una forma ex-
traña, lo que orienta al clínico acerca de la miastenia presente (Sielman et al.,
1997). Otro caso ocurre cuando personal no entrenado puede lesionar nervios
pelvianos al inyectar los animales con sustancias irritantes, agujas sucias o en
el caso de los terneros, agujas muy largas, provocando una neuropraxia ciáti-
ca, las cuales pueden ocasionar un decúbito en el animal.
4. El tiempo de postración, la postura y cambios de esta, son importantes. Ani-
males con varios días de postración, estarán más deteriorados y será difícil su
recuperación; existe una regla entre los veterinarios de campo que establece
que de no mostrar el animal una respuesta satisfactoria al tercer día de trata-
miento, se debe tomar una decisión desde el punto de vista económico. Ani-
males en decúbito, donde la cama esta desordenada, o que se han desplazado
del sitio original donde se encontraban, nos orienta hacia un animal que esta
luchando y presenta facultades que pueden ser aprovechadas para continuar
el tratamiento. Animales con posturas anormales fijas, por ejemplo animales
en decúbito esternal y miembros pélvicos abiertos (postura de foca), se tradu-
cen en deterioro avanzado, parálisis, tumores en el canal vertebral, fractura
de la pelvis, lujación coxo-femoral, fractura del gran trocánter o ruptura de
los adductores de la ingle (Cox, 1988; Van Metre et al., 2001; Huxley, 2006).
5. La naturaleza del piso es clave para la evolución del estado de enfermedad;
cuando el animal yace sobre piso duro, la presión ejercida por el cuerpo sobre
la parte de abajo, compromete al nervio ciático. Animales en decúbito sobre
piso de cemento se deteriorarán más rápido, apareciendo escaras en las por-
ciones salientes de su cuerpo. Las escaras representan puertas de entrada para
infecciones secundarias que complicaran el proceso. El piso de arena es ven-
tajoso por ser blando y amortigua mejor el peso del animal y al no ser unifor-
me permite la circulación sanguínea en las áreas bajo presión. La desventaja
del piso de arena es que formará barro con la orina excretada por el animal ha-
ciendo el ambiente propicio para infecciones. El piso de cemento liso, enlo-
dado, concreto mojado, arena suelta o con pendiente pronunciada dificulta
los esfuerzos del animal para levantarse y pueden causar que el animal caiga y
en los intentos repetidos por levantarse puede sobrevenir la injuria (Van Me-
tre et al., 2001; Huxley, 2006).
6. El conocimiento de la existencia endémica de ciertas enfermedades en la fin-
ca, como rabia, leucosis (linfosarcoma), mastitis por coliforme, metritis toxé-
mica, anaplasmosis, babesiosis, enfermedades clostridiales, intoxicación por
plantas, que cursen en alguna fase de la enfermedad con decúbito, permitirá
al clínico estar alerta ante la participación de una de ellas, sobretodo por la
presencia de otros signos que acompañen a la enfermedad, por ejemplo en ra-
bia, los cambio de conducta; en linfosarcoma, tumores superficiales notorios
a simple vista o los resultados positivos a la prueba hecha recientemente; en
mastitis por coliforme, fiebre, depresión, anorexia que acompañan a una ubre
inflamada, hiperémica y caliente. De aquí que es importante conocer el pro-
grama de vacunación para descartar enfermedades como la rabia u otra que
cause decúbito y sea controlable por vacunación.
194 / Disney Pino Ramírez
EL EXAMEN FÍSICO
El examen del animal en decúbito sigue los mismos principios que el exa-
men del animal de pie, solo que el animal en decúbito, requiere mayor esfuerzo fí-
sico y la ayuda de varias personas, para voltearlo y realizar la exploración comple-
ta. De tal forma, se utilizarán las mismas herramientas como la visión, palpación,
percusión y auscultación, para determinar el área afectada (ligamentos, articula-
ción, hueso, músculos o nervios). La visión es de capital importancia, se debe ser
muy detallista para captar posturas anormales, tanto del cuerpo, como de una par-
te de él. Las asimetrías, son importantes y la disposición anatómicas de los huesos
de igual manera; sobre esto quisiera parafrasear al Dr. Otto Radostits quien ha
dado un legado con sus innumerables escritos y entre ellos destaca el siguiente:
“se cometen más errores por no mirar, que por no saber” (Radostits et al., 2002).
El abordaje debe ser sistemático, de esta manera se podrá ir descartando,
áreas libres de problemas y a medida que avance y descubra patologías, deberá to-
marlas en cuenta, pero debe seguir avanzando hasta cubrir con el examen, todo el
animal. No trate de construir un diagnóstico antes de llegar al sitio y recuerde:
“las cosas comunes ocurren comúnmente” (Van Metre et al., 2001).
Existen muchas enfermedades que conllevan a un animal a la postración.
Según el Programa de Diagnóstico Computarizado de la Universidad de Cornell,
existe un total de 383 posibles diagnósticos. Las más comunes en nuestro medio
son hipocalcemia, hipomagnesemia, parálisis del obturador, fracturas de la pel-
vis, mastitis tóxica, metritis tóxica, etapa terminal del timpanismo primario,
daño de la médula espinal, intoxicación por plomo, tétanos, histofilosis, polioen-
céfalomalacia y enterotoxemia tipo D.
Existe una regla de campo que simplifica la búsqueda, debido a que encierra las
alteraciones que provocan decúbito y orienta al clínico hacia donde investigar. Es la
denominada regla de las 5 M de las vacas caídas: Mastitis, Metritis, Músculoesquelé-
tico/nervioso, Metabólicas y Masiva infección. Un porcentaje considerable de vacas
que padecen enfermedades incluidas dentro de estos grupos, terminan postradas.
La inspección lejana permite ver la disposición del cuerpo del animal en el
lugar, se observa la postura y si hay señales de lucha por pararse (animal aún con
fuerzas) o signos de pedaleo (animal agónico) e incluso quizás permite dilucidar
la causa del decúbito, al encontrar la vaca en un lodazal. Las condiciones del po-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Abordaje y manejo del síndrome de la vaca postrada / 195
Abordaje de la ubre
Se inicia el examen observando y palpando la ubre. Si el paciente en decúbi-
to presenta una ubre aumentada de tamaño, hiperémica, dolor al tacto, edemato-
sa, caliente y la secreción láctea del cuarto afectado es acuoserosa o sanguinolenta,
acompañada de signos sistémicos (fiebre, anorexia, depresión) constituye un caso
severo de mastitis toxémica, que involucra gérmenes Gram negativos, Estafiloco-
cos aureus y Estreptococos ambientales. Si la temperatura de la ubre, por el con-
trario esta fría, constituye un caso de mastitis gangrenosa con signos sistémicos
(Huxley, 2006; Van Metre et al., 2001).
lor al presionarlo con los dedos o la pinza de dolor, venas metatarsianas distendi-
das, zona de la corona hiperémica y pulso fuerte de las digitales, sugiere un cuadro
de laminitis (Van Metre et al., 2001; Radostits et al., 2002; Huxley 2006; Shearer &
Van Amstel, 2009).
DPino®
Figura 1. Ruptura del ligamento colateral medial; habrá soltura de la articulación y du-
rante la abducción, la radiografía mostrará apertura del espacio interarticular.
En la ruptura del colateral lateral, el espacio lateral entre los dos huesos, es-
tará aumentado, estando el miembro en adducción. En este caso podemos colocar
un bulto o acolchado, de unos 15 cm. de alto, pero que solo ocupe el espacio del fé-
mur y la FTR, para poder ejercer palanca suave (fuerza) sobre el miembro hacia
abajo (Van Metre et al., 2001). Ver Figura 2.
DPino®
Figura 3. Relación espacial entre las estructuras de la pelvis y el fémur. La punta de ilion,
la punta de isquion y el gran trocánter, forman un triangulo invertido de base dorsal y
vértice ventral (Modificado de Van Metre, 2001).
El examen del gran trocánter para determinar la integridad del fémur se reali-
za utilizando la técnica de colocar una mano en el gran trocánter y con la otra movi-
lizar el miembro, tal como se muestra en la Figura 4. Primeramente es necesario ob-
servar si el gran trocánter se mueve con normalidad durante los movimientos de
adducción, abducción, extensión y flexión del miembro. Si existe un excesivo mo-
vimiento del gran trocánter, durante la movilización de la articulación coxofemo-
ral, esto sugiere la luxación de esta articulación. Si el gran trocánter rota en confor-
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Abordaje y manejo del síndrome de la vaca postrada / 201
midad con los movimientos del miembro pélvico, se puede decir que el hueso esta
intacto a nivel del gran trocánter. Por lo contrario, si el gran trocánter no se mue-
ve, cuando se mueve el resto del miembro, el fémur estará fracturado en el gran
trocánter o en un nivel distal de el (Van Metre et al., 2001; Huxley 2006).
Exámenes complementarios
Con el fin de confirmar los hallazgos de la exploración externa del área co-
xofemoral se recurre a una palpación rectal. Un ayudante puede manipular el
miembro o mecer la cadera para determinar la simetría de las superficies del sa-
cro, pubis, isquion e Ilion. De esta manera el clínico podrá percibir el ruido crepi-
tante que producen los cabos óseos en caso de una fractura. También se pueden
palpar, hematomas en el tejido blando o alrededor de fracturas del sacro, cresta
iliaca o del pubis. La cabeza del fémur, se puede palpar a través del agujero obtura-
dor en animales con luxación coxofemoral caudoventral. Por otro lado la cabeza
del fémur puede palparse cranealmente al anillo pelviano en luxación cráneo ven-
tral. El examen rectal finaliza, explorando el tracto genital, nódulos linfáticos y
las vísceras abdominales.
les dañan la cuerda espinal, las raíces de los nervios espinales y los nervios perifé-
ricos, por lo tanto se hace imprescindible el examen neurológico para completar
el examen de la columna vertebral. Los reflejos espinales evalúan la función me-
dular, la integridad de los componentes sensorial y motor de los nervios, uniones
neuro musculares y músculos. Primero se examinan los reflejos del miembro que
esta en el lado superior y luego, cuando se voltea a la vaca, se examinan los del
miembro inferior. Como es de esperar, los reflejos deberán estar disminuidos en
el miembro que ha estado más tiempo debajo del cuerpo del animal.
Evaluación del reflejo del tendón flexor del miembro pélvico. Se realiza pe-
llizcando la zona de la corona del dedo con una pinza, normalmente, el animal
debe retirar el miembro. Este reflejo evalúa la integridad sensorial y motora de los
nervios ciático, 6to lumbar y 1ro y 2do sacro. En ganado adulto estos segmentos
están ubicados dentro del canal vertebral de la 5ta y 6ta vértebra lumbar. El reco-
nocimiento del estimulo requiere vías ascendentes sensoriales intactas a la corte-
za cerebral.
Evaluación del reflejo patelar o de la FTR. La respuesta al reflejo FTR res-
ponde a la integridad del nervio femoral, el arco reflejo que corresponde al 4to y
5to segmento espinal lumbar y al grupo muscular cuadriceps. La injuria del ner-
vio femoral y del cuadriceps se presenta en terneros provenientes de partos con
estrechez pélvica y que han sido halados con fuerza desmesurada de muchas per-
sonas o con vehículos de tracción.
Evaluación del reflejo de la cola. El tono y la parte sensorial de la cola están
controlados respectivamente por la Neurona Motora Inferior (NMI) y la Neurona
Motora Superior (NMS), localizados en el segmento caudal de la cuerda espinal.
En los animales adultos, el segmento caudal se encuentra dentro del canal de la
1ra vértebra sacra. Animales con daño e injuria de este segmento manifestaran
una cola flácida y sin movimientos de protección de la cola a la picada de insectos.
Evaluación del reflejo anal. El tono y la parte sensorial del ano, son controlados
por los segmentos sacros de la cuerda espinal (n. pudendo). Estos segmentos se en-
cuentran ubicados en la 6ta vértebra lumbar. Pellizcando la piel del periné, el ano res-
ponde, cerrándose y flexionando la cola (reflejo ano protector). Para esta respuesta se
necesita que estén intactos los componentes caudal y sacro de la cuerda espinal.
Reflejo músculo cutáneo. La sensibilidad cutánea de la grupa, región lum-
bar y tórax, puede ser evaluada, pellizcando la piel o punzando con una aguja sin
filo y observando el comportamiento o respuesta del animal, acusando percepción
del estimulo. El estimulo viaja por el nervio espinal correspondiente a través del
cuerno dorsal de la sustancia gris de la medula y conducida por vías de paso de la
medula hacia la corteza cerebral (Van Metre et al. 2001; Huxley, 2006; Sánchez-
Villalobos, 2008; Wolfe, 2008; Shearer & Van Amstel, 2009). La respuesta es in-
consistente en animales caídos, por lo cual debe repetirse varias veces.
injurias debido a la postración. Vacas que permanecen por mucho tiempo postra-
das (en decúbito lateral) sufren de compresión secundaria sobre los plexos bra-
quiales o sobre el nervio radial del miembro inferior al cuerpo. Abrasiones y lace-
raciones del dorso del carpo son comunes en pacientes que luchan por levantarse,
especialmente sobre cemento rustico, resultando en heridas abiertas.
CONCLUSIONES
El síndrome de la vaca postrada representa un desafió para el veterinario
de hoy día, el clínico a través de su experiencia y conocimientos debe demos-
trar sus destrezas, para sacar el animal del cuadro en que se encuentra, lo mas
rápido posible, tomando en cuenta el daño compresivo que puede prolongar
aún más el decúbito. Es necesario enfatizar los esfuerzos sobre la medidas a to-
mar para prevenir estas situaciones, que desde el punto de vista económico,
afectan el agro negocio, especialmente, cuando el paciente involucrado, es del
grupo elite del rebaño.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Abordaje y manejo del síndrome de la vaca postrada / 205
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MASTITIS BOVINA
Julio Boscán
Robert Valeris
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la mastitis clínica se inicia con una observación visual, por
lo tanto el ordeñador juega un papel imprescindible al momento de identificar tem-
pranamente cambios en el aspecto de la leche. Esta acción se puede lograr realizan-
do el llamado despunte, lo cual es también importante para preparar la ubre al ini-
cio del ordeño. Para realizarlo adecuadamente, debe masajearse la punta del pezón
con los dedos y ordenarse 3 a 4 chorros de leche (Sandrucci et al., 2007).
La identificación de los cambios organolépticos de la leche se pueden tam-
bién evidenciar al utilizar, como alternativa al despunte, la prueba de fondo ne-
gro, donde se utiliza una paleta de color negro que facilita la identificación de gru-
mos, pus, coágulos de sangre u otras alteraciones del aspecto normal de la leche.
Ante la presencia de una mastitis clínica es recomendable el aislamiento del
agente causal para conocer su sensibilidad a los antibióticos comúnmente encon-
trados en las preparaciones para vacas lactantes (National Council for Mastitis,
1990). Para realizar el aislamiento del agente causal, primero se lava el pezón afec-
tado, se desinfecta la punta (apex), se descarta el primer chorro de leche y se toma
una muestra en un tubo estéril con tapa de baquelita. Esta muestra de leche ideal-
mente debe procesarse dentro de las 24 horas pos-colección (manteniéndose a
4°C). Los estafilococos y estreptococos pueden soportar una congelación por una
semana, sin embargo, las probabilidades de aislar enterobacterias disminuye con-
siderablemente si se congela la leche (National Council for Mastitis, 1990).
La muestra de leche tomada de un cuarto con mastitis clínica se siembra en
agar sangre (o agar Sabouraud, si se sospecha de hongos o Prototheca spp. y/o en me-
dios especiales para Mycoplasma spp), este agar se coloca en condiciones de aerobio-
sis y anaerobiosis. De haber crecimiento bacteriano, se procede a la identificación
de la bacteria por los métodos tradicionales (National Council for Mastitis, 1990).
El cultivo bacteriano también es útil en el diagnóstico de mastitis subclíni-
cas, ya que determinará cuales son las medidas de prevención y control más efica-
ces según el o los agentes etiológicos prevalentes en el rebaño. Sin embargo, para
clasificar a un cuarto como afectado con mastitis subclínica, generalmente se re-
curre al contaje de células somáticas como indicador.
El contaje de las células somáticas (CCS: neutrófilos que migran a la glán-
dula mamaria y son excretados en la leche) puede realizarse manualmente, con
ayuda de un hemocitómetro, o por un contador automático que es costoso para su
uso rutinario en el rebaño. Es por eso que a nivel de finca es más útil la estimación
del contaje de células somáticas que se consigue con la prueba de CMT (California
Mastitis Test). Esta es una prueba semicuantitativa que consiste en la formación
de un gel a partir de la reacción del alkil-aril-sulfonato de sodio (y púrpura de bro-
mocresol como indicador de pH) con el ADN de las células somáticas. Sus venta-
jas radican en la rapidez, economía y sencillez para su aplicación. Sin embargo, la
subjetividad de la lectura y su relativa baja sensibilidad limitan su potencial diag-
nóstico (Viguier et al., 2009). El CMT puede ser útil para evaluar el tratamiento a
vacas clínicamente recuperadas o para detectar cuartos mamarios afectados con
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Mastitis bovina / 209
y terminando por los del lado opuesto, siempre tomando en cuenta el tipo de cá-
nula de las preparaciones antibióticas, debido a que cuando estas presentan cánu-
las largas, es conveniente insertar la misma sólo parcialmente (Calvinho, 2007;
Waldner, 2007).
El tratamiento selectivo de vaca seca es generalmente sugerido esgrimiendo
razones económicas y otras propias del riesgo del uso de antibióticos en forma
masiva. El criterio de selección ideal es la detección de los animales con IIM me-
diante cultivos bacteriológicos. Sin embargo, como esta práctica genera altos cos-
tos para la identificación de los animales supuestamente infectados que serán so-
metidos al tratamiento, se utilizan generalmente criterios indirectos de selección
de los animales. Estos criterios implican el uso del CMT, CCS, antecedentes de
mastitis clínicas durante la lactancia, nivel de producción, entre otros, que poseen
distinta capacidad para detectar animales que realmente estén infectados. En es-
tos casos, a medida que aumenta la prevalencia real de IIM se incrementa también
la proporción de animales falsos negativos, es decir, la proporción de animales
que teniendo IIM dan negativos al criterio diagnóstico y por lo tanto, no son tra-
tados (Scaramelli & González, 2005; Calvinho, 2007; Waldner, 2007).
En estos casos se debe valorar el costo de tratar animales no infectados ver-
sus el costo de dejar en el rebaño animales infectados sin tratar, siendo este último
más alto cuanto mayor sea la prevalencia real de IIM. El tratamiento selectivo
puede ser útil en aquellos establecimientos con controles y registros estrictos y un
nivel muy bajo de IIM. Para ello han sido recomendados los antibióticos de corta
acción, mientras que los formulados en bases de liberación lenta, deberían ser uti-
lizados en estrategias donde se traten todos los animales del rebaño. El tratamien-
to selectivo obviamente no previene las nuevas IIM que se producen en el período
seco en los animales que, por haber dado negativo a la prueba diagnóstica no reci-
ben tratamiento (Calvinho, 2007; Waldner, 2007).
La utilización de la vía parenteral de administración en el tratamiento de
vaca seca se basa en que se podría lograr una mejor distribución de la droga en el te-
jido mamario, evitar los riesgos implícitos en la administración intramamaria, in-
crementar la eficacia de curación observada con la terapia tradicional, simplificar la
rutina del secado y reducir los costos de la terapia antibiótica (Calvinho, 2007).
El mismo autor manifiesta que, en años recientes se ha aplicado terapia pa-
renteral para vaca seca, ya sea utilizando esta única vía de administración o com-
binándola con terapia intramamaria, obteniéndose resultados dispares. La admi-
nistración subcutánea de tilmicosina al secado y un tratamiento basado en la ad-
ministración simultánea de oxitetraciclina intramuscular y cefapirina intrama-
maria no incrementaron la eficacia de curación de IIM causadas por S. aureus. Sin
embargo, el tratamiento intramuscular con tilosina dos semanas previas a la fecha
probable de parto redujo las IIM luego del parto y una dosis única de oxitetracicli-
na al secado redujo la incidencia de IIM durante el período seco. Además, una for-
mulación conteniendo espiramicina y estreptomicina administrado en una dosis
única por vía intramuscular al momento del secado se mostró eficaz para prevenir
nuevas IIM durante el período seco (Calvinho, 2007).
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Mastitis bovina / 213
CONCLUSIONES
La mastitis bovina representa una de las patologías más importantes que li-
mita la producción de los rebaños lecheros a nivel mundial. Su diagnóstico apro-
piado constituye el pilar sobre el cual reposan las estrategias de prevención y con-
trol que se han diseño para minimizar el impacto de la mastitis sobre la produc-
ción láctea. Una visión holística del problema junto con un reforzamiento de las
buenas prácticas de ordeño es parte fundamental del cambio que se debe realizar
para brindarles a las vacas la oportunidad de expresar su potencial genético con
ubres libres de mastitis, especialmente del tipo subclínico.
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ALTERNATIVAS PARA LA CONSTRUCCIÓN
DE UN PROGRAMA ASERTIVO EN EL
CONTROL DE LA BRUCELOSIS
integración técnica para la evaluación de los avances de la campaña con todos los
actores públicos involucrados (Art. 66). Pero como una gran realidad, y a pesar de
los enormes esfuerzos particulares de algunos actores del programa, después de
más de 6 años aún no hay ni un sólo predio “Libre de Brucelosis”.
las diferencias locales y que al mismo tiempo pueda adaptarse a los impor-
tantes avances científico-técnicos que se dan a conocer día tras día.
Pruebas de aglutinación
• Rosa de Bengala o Card Test, relativamente económica y con muy buena es-
pecificidad comparada con las pruebas de aglutinación rápida en placa y
lenta en tubo (OIE, 2009). Buena herramienta en zonas de mediana a alta
220 / Jesús Alberto Maldonado Zambrano
Fijación de complemento
Esta prueba, a pesar de la gran complejidad para su ejecución, fue catalogada
como la más efectiva desde el punto de vista diagnóstico durante gran parte del si-
glo pasado, actualmente los ensayos de unión primaria han demostrado que son
iguales o superiores en cuanto a comportamiento diagnóstico y son mucho más
fáciles de realizar (Nielsen, 2002; McGuiven et al., 2003; OIE, 2009).
lamiento del patógeno (cultivo y/o PCR) para establecer claramente el comporta-
miento diagnóstico de las pruebas serológicas en las diferentes especies. Luego,
continuar el diagnóstico de acuerdo a los resultados de los estudios epidemiológi-
cos, identificando y sacrificando a los positivos y aplicando todas las medidas de
saneamiento y cuarentena pertinentes. Si el sistema principal es la producción
bovina, las otras especies deben ser lo más inocuas posibles para estos.
MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD
Las medidas de bioseguridad varían en función del tipo de explotación,
riesgo epidemiológico y ámbito socio-cultural, pero el éxito de cualquier PACB
requiere:
• Que los diferentes ambientes sean lo menos favorables para el mantenimien-
to de B. abortus, razón por la cual las medidas de higiene básica, bio-conten-
ción y desinfección estratégicas deben ser atendidas de manera estricta.
• Los centros de producción no deben ser vistos de manera diferente a lo que
son: “UNIDADES DE PRODUCCIÓN ANIMAL” con todos los riesgos
zoonóticos que esto implica.
CONCLUSIONES
Si como venezolanos se logra integrar las fortalezas para superar las debili-
dades, y se trazan metas realistas en función de optimizar los recursos limitados
que se disponen, en poco tiempo se comenzará a ver “focos” libre de brucelosis,
esos focos con el tiempo irán confluyendo hasta generar áreas libres y, por último
lograremos erradicar esta enfermedad.
El comenzar a liberar predios y áreas de brucelosis, marcará la ruta para al-
canzar el control de otras enfermedades, debe aprovecharse además que se cuenta
con zonas con muy baja seropositividad y aplicando un Programa Asertivo de
Control de Brucelosis se podrá demostrar a los escépticos, que se posee capacidad
de trabajo en equipo, dejando en el pasado la cultura ganadera que se ha caracteri-
zado por mostrar niveles promedios de 4 lts/vaca/día y sólo un 45% de eficiencia
reproductiva en el rebaño nacional.
Diagnóstico y prevención de enfermedades en la Ganadería Doble Propósito
Alternativas para la construcción de un programa asertivo en el control de la brucelosis / 227
RESUMEN DIAGRAMADO
AUTORIDAD SANITARIA
Funciones de Policía Sanitaria – Control efectivo de la movilización
Integración de todos los entes involucrados en la PACB
Coordinación y/o supervisión de todas las actividades de la PACB
VENEZUELA
Libre de Brucelosis: Predios – Áreas – Regiones – País
Nueva visión en el contexto sanitario internacional
ZOONOSIS BAJO CONTROL = SALUD PÚBLICA
228 / Jesús Alberto Maldonado Zambrano
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TALLER CONVECAR - GIRARZ:
PROGRAMAS SANITARIOS PARA LA
GANADERÍA DOBLE PROPÓSITO
El Consejo Venezolano de la Carne, CONVECAR, asociación civil sin fines
de lucro, cuya misión es impulsar el fortalecimiento institucional y económico del
sector, a través de mejoras en la eficiencia, productividad y competitividad de los
integrantes del circuito de la carne bovina y bufalina, y cuya visión es constituirse
en organismo aglutinante y de cohesión del circuito nacional de la carne, sustenta-
da en sus principios y funciones propició junto a la Fundación GIRARZ, Grupo
de Investigadores en Reproducción Animal de la Región Zuliana, un conjunto
de reuniones técnicas a objeto de diseñar, discutir y establecer pautas para el desa-
rrollo de programas sanitarios adecuados para las distintas subregiones agroecoló-
gicas de la región zuliana, asiento innegable de la ganadería doble propósito.
Las reuniones preeliminares CONVECAR / GIRARZ permitieron integrar
un equipo de trabajo encargado de la estructuración y desarrollo de las activida-
des con personal directivo de ambas organizaciones: Eleazar Soto-Belloso, Ran-
dolfo Gutiérrez, Disney Pino-Ramírez, Jorge Ordóñez y Carlos González-Stagna-
ro, asumieron el reto de construir las estrategias necesarias para el logro de los ob-
jetivos propuestos. Finalmente, la responsabilidad de organización recayó en los
Profesores: Disney Pino-Ramírez (Coordinador), Alfredo Sánchez-Villalobos y
Dionel García-Bracho, especialistas en el área de sanidad animal.
Este conjunto de profesionales propone cambios a la metodología inicial
empleada por CONVECAR en la región central del país, y se decide realizar dos
talleres de trabajo, el primero, aglomerando un selecto número de expertos: Fran-
cisco Angulo-Cubillán, Roger Ramírez, Zulaine Valera, Leonardo Boscán, Adal-
berto Pérez, Juan Carlos Gutiérrez, Yelitza Prieto, Gerardo D´Pool, Eleazar So-
to-Belloso, Carlos González-Stagnaro, Alfredo Sánchez, Disney Pino y Dionel
García, con el objetivo de construir un programa sanitario “tipo”, que desde el
punto de vista teórico cumplía con todos los requerimientos necesarios para ga-
rantizar la salud de los rebaños bovinos doble propósito. Este programa serviría
de insumo primario para el segundo taller de trabajo, ver Figura 1.
A propósito de facilitar la discusión del programa construido y permitir la
visualización de las diferencias puntuales que pudiesen ser necesarias en sectores
o zonas especificas del eje en estudio, se decide la división del segundo taller en
cinco (5) subsectores de la región zuliana, atendiendo a sus características agroe-
cológicas, a saber: zona Sur del Lago, Carrasqueño-El Laberinto-La Cañada, Cos-
ta Oriental húmeda, Costa Oriental seca y Perijá.
230 / Taller CONVECAR - GIRARZ: programas sanitarios para la GDP