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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ARAGÓN”

DIVISIÓN DE UNIVERSIDAD ABIERTA, CONTINUA Y A DISTANCIA

PRESENTAN

ASIGNATURA:

DERECHOS HUMANOS

IMPARTIDO POR:

L IC . M ARIO M ARCOS A RVIZU C ORTÉS

Nezahualcóyotl, Estado de México, 2015


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ARAGÓN”

DIVISIÓN DE UNIVERSIDAD ABIERTA, CONTINUA Y A DISTANCIA

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Dr. José Narro Robles


Rector

Dr. Eduardo Bárzana García


Secretario General

Ing. Leopoldo Silva Gutiérrez


Secretario Administrativo

Dr. Francisco José Trigo Tavera


Secretario de Desarrollo Institucional

M.C. Miguel Robles Bárcena


Secretario de Servicios a la Comunidad

Dr. Cesar Iván Astudillo Reyes


Abogado General

Lic. Enrique Balp Díaz


Director General de Comunicación Social

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ARAGÓN

M. en I. Gilberto García Santamaría González


Director

Mtro. Pedro López Juárez


Secretario General

Lic. José Francisco Salgado Rico


Secretario Administrativo

Lic. José Guadalupe Piña Orozco


Secretario Académico

Lic. Mario Marcos Arvizu Cortés


Jefe de la División de Universidad Abierta, Continua y a Distancia
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ARAGÓN”

DIVISIÓN DE UNIVERSIDAD ABIERTA, CONTINUA Y A DISTANCIA

FES ARAGÓN

La Facultad de Estudios Superiores Aragón forma parte de las unidades


multidisciplinarias más jóvenes de la UNAM, mostrando durante su historia,
fortaleza y compromiso con la sociedad, al cumplir plenamente su labor en
docencia, investigación y difusión de la cultura y el deporte; tareas
sustantivas que han dado vida a la máxima casa de estudios desde hace
más de cuatro siglos y que constituyen la piedra angular del conocimiento
científico, humanístico y social del país, así como de su progreso y
desarrollo.

Este campus tiene un peso importante y específico dentro de la Universidad


Nacional Autónoma de México, su labor se aprecia en la oferta de estudios
de licenciatura y posgrado en diferentes áreas del conocimiento. Se destaca
por formar valiosos cuadros de profesionistas de las Ingenierías, Ciencias
Sociales, Humanidades y Artes, que forjan el México en que vivimos. La
planta académica se encuentra en un permanente proceso de
consolidación, por lo que en la Facultad de Estudios Superiores Aragón se
llevan a cabo importantes investigaciones teóricas y aplicadas en las áreas
de Humanísticas, Científicas y Tecnológicas. En adición, el personal
administrativo brinda apoyo decidido a las funciones sustantivas
institucionales. Nuestros egresados son reconocidos por los empleadores
del sector público, privado y social, por lo que nuestra Facultad interactúa
provechosamente con otras dependencias internas y externas a la UNAM, lo
que potencia su desarrollo.

La Facultad de Estudios Superiores Aragón se ha caracterizado desde su


fundación por imprimir a cada una de sus tareas el sello de responsabilidad
y del compromiso social, en correspondencia con el principio esencial de la
Universidad Nacional Autónoma de México: estar íntegramente al servicio
del país y de la humanidad, favoreciendo el bien común.

Los alumnos y egresados de las carreras impartidas en esta entidad


académica son el mejor ejemplo de dedicación y empeño, pues su
constancia e ímpetu por desarrollar una profesión y formación integral, son
aspectos reconocidos y valorados en el mercado laboral.
En el ámbito de la investigación, además de brindar la oportunidad de
crecimiento y preparación académica con los doctorados y maestrías, el
cuerpo académico de esta institución contribuye al conocimiento en
diversas áreas con sus trabajos de investigación, ensayos e innovaciones
tecnológicas.

Sin lugar a dudas, hoy en día la FES Aragón representa un espacio de


desarrollo académico y social para la comunidad Universitaria de la Máxima
Casa de Estudios; y para los sectores público, privado y social, un brazo
extendido de la UNAM, donde han encontrado respuesta a sus necesidades
culturales, artísticas y deportivas, además de la oportunidad de contar con
la disponibilidad de capacitación, actualización y ampliación de
conocimientos por medio de alguno de los cursos o diplomados que oferta
el Centro de Educación Continua.

“POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”


M. EN I. GILBERTO GARCÍA SANTAMARÍA GONZÁLEZ
DIRECTOR, FES ARAGÓN
TEMAS A TRATAR

UNIDAD III

CONTENIDO

3. DERECHOS HUMANOS Y SISTEMAS JURIDICOS .................................................................................................. 1

3.1 Integración del Derecho Internación en sistemas jurídicos internos .......................................................... 1

3.2 Relaciones entre la Convención Interamericana de Derechos Humanos


y los sistemas internos… ....................................................................................................................................................... 1
3.2.1 Normas operativas y normas pragmáticas ......................................................................................................... 2

3.2.2 Convención y derecho interno ................................................................................................................................ 4

3.2.3 Doctrina ............................................................................................................................................................................ 6


El monismo ................................................................................................................................................................................ 6

El dualismo ................................................................................................................................................................................. 7

3.2.4 Criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ....................................................................... 7

3.2.5 México y la Convención Interamericana de Derechos Humanos .............................................................. 8


3.3 La Convención Europea de Derechos Humanos y los sistemas internos ............................................... 12

3.3.1 Compatibilidad e incompatibilidad .................................................................................................................... 15


3.3.2 Casos de Irlanda, Países Escandinavos y Reino Unido ................................................................................ 16

3.3.3 Jerarquía entre la Convención Europea y los sistemas jurídicos internos ............................................ 19

3.3.4 Aplicación self executing sobre personas ..........................................................................................................19


3.3.4.1 ¿Qué es una norma autoejecutable?… ........................................................................................................... 20

Citas… ......................................................................................................................................................................................... 22
Referencias ............................................................................................................................................................................... 22

Bibliografía ............................................................................................................................................................................... 23
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ARAGÓN”
DIVISIÓN DE UNIVERSIDAD ABIERTA, CONTINUA Y A DISTANCIA

OBJETIVOS

Objetivo General:

 Examinar la integración del Derecho Internacional en sistemas jurídicos internos; las relaciones
entre la Convención Internacional de los Derechos Humanos y los sistemas internos, su
contenido y alcances, así como su contraparte en la Convención Europea de los Derechos
Humanos y los sistemas internos.

Objetivos particulares:

 Se busca que le estudiante comprenda la relación que existe entre la convenciones emanadas
de los Derechos Humanos y su relación con los sistemas jurídicos internos.

 Se pretende que el estudiante entienda la manera en la que los Derechos internacionales han
penetrado los sistemas jurídicos internos a través de los Derechos Humanos, con sus
organismos e instrumentos.

 Se pretende que el estudiante comprenda las diferencias entre la composición de la


Convención Americana y la Convención Europea de Derechos Humanos en su relación con los
sistemas jurídicos internas de los Estados que comprenden.
3. DERECHOS HUMANOS Y SISTEMAS JURIDICOS.

3.1 Integración del Derecho Internacional en sistemas jurídicos internos.

El Derecho Internacional ya no es el Derecho que se encarga únicamente de las relaciones


diplomáticas entre los Estados, de las competencias entre ellos y la distribución de los espacios.
Hoy las normas internacionales pretenden incidir y regular asuntos que antes eran de competencia
interna de los Estados; tratos a su población, contaminación ambiental, etc.
Existen dos posturas con respecto al derecho internacional y su injerencia en los asuntos internos
de los Estados; una tiene una visión positiva, de que el Derecho Internacional debe desvanecer las
fronteras entre los asuntos internos Estatales para lograr influir eficazmente en los resultados
políticos internos y obtener resultados de acuerdo a las normas internacionales. La otra postura es
la contraparte a la primera ya que objetan que el Derecho internacional carece de principios
democráticos que deben ser deliberados internamente por procesos jurídicos nacionalesi.
Tradicionalmente, la relación entre el derecho internacional y el derecho interno de los Estados se
ha explicado a través de las teorías monista y dualista. En virtud de la primera, las normas
nacionales e internacionales se entienden como pertenecientes a un mismo sistema jurídico;
mientras que la segunda prevé una clara división, conformando cada una un sistema jurídico por
separado; sin embargo, las corrientes más modernas rechazan esta distinción tajante a favor de
posturas más moderadas.ii

Así, se identifica una tendencia en virtud de la cual los Estados tratan de cumplir con las normas de
derecho internacional, a través de su uso como una herramienta de interpretación del derecho
interno, incluyendo a las Constituciones, en lo que se ha denominado "internacionalización de las
Constituciones nacionales".iii
Es importante aclarar que estas teorías se refieren al derecho internacional en general, es decir, a
la incorporación (o no) de las fuentes de derecho reconocidas en este ámbito, entendidas como el
derecho consuetudinario internacional y los tratados internacionales.iv

3.2 Relaciones entre la Convención Interamericana de Derechos Humanos y los sistemas


internos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, fue concebida en 1959 como un intento de la


Organización de los Estados Americanos (OEA) de detener la violación masiva de los derechos
humanos del pueblo cubano llevada a cabo por el nuevo gobierno revolucionario de ese país. Las
actividades iníciales de la Comisión incluyeron visitas in situv a Miami para entrevistarse con los
cubanos que huyeron de la represión en su tierra natal.
La Comisión buscaba documentar las violaciones de derechos humanos, durante casi veinte años
el mandato de la Comisión y las reglas que establecían el alcance de sus facultades estaban
estipuladas en su Estatuto tal y como fue adoptado por la Asamblea General de la OEA en 1960.

1
Inicialmente no incluía la autoridad para tramitar las denuncias individuales provenientes de
personas u organizaciones que reclamaban violaciones de derechos humanos perpetradas por
agentes de los estadios miembros. Esta brecha se cerró en 1967 cuando la OEA modificó el
Estatuto de la Comisión para permitirle tramitar este tipo de comunicaciones, al mismo tiempo se
obligó a los estados miembros a denunciar e investigar las violaciones de los derechos humanos.
La comisión originalmente creada por resolución de los ministros de relaciones exteriores de la
OEA se incorpora a la carta de la OEA como órgano en 1967 bajo el protocolo de Buenos Aires.

3.2.1 Normas operativas y normas pragmáticas.

Existen dos grandes tipos de normas que definen la manera en que deberán ser operadas en el
ámbito jurídico interno, en relación con los derechos humanos y su materialización en
documentos; una de estas normas operan de manera directa sin la necesidad de una modificación
o interpretación más específica para su aplicabilidad en el sistema jurídico interno, estas son las
normas auto-ejecutables (self executing) o también llamadas operativas; no requieren de
precisión o ser aditadas de alguna otra norma para poder ser ejecutadas ante un tribunal. Otras
normas por el contrario no son auto-ejecutables, fijan directivas en las que se deben seguir e
interpretar por un legislador para la generación de normas que la hagan efectiva, estas son
programáticas o también llamadas pragmáticas, fijan un programa al legislador de que
procedimientos seguir para su ejecutabilidad.

Cada una de estas normas operan bajo ciertos fundamentos (monista y dualista); por ejemplo las
auto-ejecutables obedecen a fundamentos monistas el cual sugiere que tanto el Derecho Interno y
el Derecho Internacional formen parte de un mismo sistema jurídico, sin embargo existe la
posibilidad de que en este esquema monista se necesite de aditar, precisar e implementar normas
para su aplicación como veremos más adelante. Las programáticas obedecen a fundamentos
dualistas que sugieren una clara división en competencias conformando cada uno su sistema
jurídico, y por lo tanto sujeto a aprobaciones y reglamentaciones para el funcionamiento de
alguna norma que emane de un sistema jurídico internacional a un sistema jurídico interno o
viceversa, por el hecho de ser independientes y atender casos concretos.
Esto es observable en el desarrollo de los Derechos Humanos con sus respectivas organizaciones y
como las posturas han cambiado con el paso del tiempo a favor del sistema monista por parte de
los organismos encargados de emanar el Derecho internacional. Así lo demuestra Ximena Fuentes
Torrijo:
Es interesante observar cómo la Corte Interamericana de Derechos Humano ha cambiado su
posición en relación con la auto ejecutabilidad (efecto directo) de la Convención Americana en el
ámbito de los derechos internos de los estados partes. En 1986, en una opinión consultiva
solicitada por Costa Rica relativa a la interpretación del artículo 14.1 de la Convención Americana,
sobre el derecho de rectificación o respuesta, la Corte sostuvo que no podía pronunciarse sobre el

2
carácter autoejecutable de dicha disposición en el derecho costarricense, pues esa cuestión era de
la competencia exclusiva del propio estado costarricense:
13. La primera pregunta reza así:
¿Debe considerarse que el derecho consagrado en el artículo 14 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos está ya garantizado en su libre y pleno ejercicio a todas las personas que se
encuentran bajo la jurisdicción del Estado costarricense, según se desprende de las obligaciones
que para nuestro país contiene el artículo 1 de dicha Convención? 14. La Corte estima que, tal
como está redactada, la pregunta comprende dos cuestiones con significado diverso, las cuales
pueden distinguirse claramente. La primera se refiere a la interpretación del artículo 14.1 de la
Convención en relación con el artículo 1.1 de la misma; 6 y la segunda tiene que ver con la
aplicación del artículo 14.1 en el ámbito jurídico interno de Costa Rica. La Corte se limitará a
responder sobre la primera cuestión en los términos del artículo 64.1 de la propia Convención, que
es el aplicable según se expresó anteriormente. La segunda cuestión, tal como ha sido planteada,
se sitúa fuera de la competencia consultiva de la Corte.
Esta interpretación se justifica por la existencia independiente del sistema jurídico internacional
como un sistema distinto de los sistemas jurídicos nacionales. En su opinión disidente los jueces
Nieto y Nikken explican más claramente la impertinencia de una pregunta relativa a los efectos de
la Convención Americana en el derecho interno costarricense, pues esa es una materia que le
corresponde resolver exclusivamente al Estado de Costa Rica:
11. La pregunta central es si el derecho consagrado en el artículo 14 “está ya garantizado en su
libre y pleno ejercicio a todas las personas que se encuentran bajo la jurisdicción del Estado
costarricense” y, aunque se añada que tal cosa se pregunta a la luz del artículo 1 de la Convención,
no es posible contestarla sin referencia expresa a su derecho interno, pues tiene que ver con el
sistema a través del cual se puede garantizar, en el orden interno, los compromisos internacionales
del Estado, lo que exige determinar si, con arreglo al orden jurídico interno de Costa Rica, es
posible hacer valer internamente un derecho ya reconocido en un tratado.
14. Tampoco tiene esto que ver con el carácter self-executing de la Convención ni con la manera
como se implanta ella en el orden jurídico de los Estados Partes, no solamente porque, no obstante
la referencia que a este problema se hace en las consideraciones que originan la consulta, tal cosa
no se ha preguntado, sino porque el carácter self-executing de un tratado es también, en general y
salvo disposición especial del mismo, un problema de derecho interno y no de derecho
internacional, pues se refiere a si tal tratado adquiere, dada una específica mecánica interna de
aprobación, el carácter de norma interna.
15. En este orden de ideas, consideramos que la primera pregunta no podía ser respondida a través
de la interpretación de la Convención sino de la del derecho interno de Costa Rica, en particular de
su Constitución y del poder que ésta o la aprobación de la Asamblea Legislativa tengan para dotar
de efectividad los tratados de que sea parte tal Estado, así como de la competencia de sus
tribunales para aplicarlos. Esa función corresponde a los órganos internos costarricenses, pero está
fuera del ámbito de jurisdicción de la Corte.

3
Veinte años después la posición de la Corte Interamericana parece ser muy distinta y demuestra
cómo frontera entre el derecho interno y el derecho internacional de los derechos humanos se hace
cada vez más débil y permeable. El 26 de septiembre de 2006 la Corte dictó sentencia en el caso
Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Se trata de un caso en que se alegó la incompatibilidad del DL
de Amnistía de 1978 dictado bajo el gobierno de Pinochet y que ha sido aplicado en varios casos de
derechos humanos por los tribunales chilenos. Sin perjuicio del examen de fondo relativo a la
compatibilidad de esa ley de amnistía con las obligaciones contraídas por el Estado de Chile
mediante la Convención Americana, llama la atención que la Corte casi llega a declarar, si no lo
hace realmente, que existe una obligación para las partes de otorgar efecto directo a la
Convención Americana. Específicamente el párrafo 124 del fallo que constituye un cambio radical
de posición si se la compara con la Opinión Consultiva de 1986. Dice la Corte:
124. La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y,
por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero
cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus
jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar
porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de
leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras
palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control de convencionalidad” entre las
normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado,
sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última
de la Convención Americana.vi
Puede observarse en estos argumentos que, además de sus fundamentos de las normas
operativas y programáticas, existe una posición ideológica respecto a su aplicabilidad, que con el
tiempo ha cambiado, sin embargo la diferenciación también valida las formas en las que se
pueden presentar casos y por lo tanto de también la manera en que puedan ser tratados.

3.2.2 Convención y derecho interno

Pedro Nikkenvii

Los dos primeros artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos estipulan las
obligaciones generales que los Estados partes asumen respecto de la totalidad de los derechos
reconocidos por la misma Convención:

Artículo 1. Obligación de Respetar los Derechos


1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y
libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona
que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
Artículo 2. Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno

4
Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere ya
garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se
comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las
disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.

Si el artículo 2 es leído a la luz de lo dispuesto por el artículo 1.1 de la Convención, se concluye,


como lo ha hecho la misma Corte Interamericana, que, a través de dichas disposiciones se…recoge
una regla básica del derecho internacional, según la cual todo Estado Parte en un tratado tiene el
deber jurídico de adoptar las medidas necesarias para cumplir con sus obligaciones conforme al
tratado, sean dichas medidas legislativas o de otra índole.
En el contexto de la Convención esta conclusión concuerda con el artículo 43 que dice: Los Estados
Partes se obligan a proporcionar a la Comisión las informaciones que ésta les solicite sobre la
manera en que su derecho interno asegura la aplicación efectiva de cualesquiera disposiciones de
esta Convención.
Este concepto ha sido reiterado por la Corte en repetidas ocasiones:
… en el derecho de gentes, una norma consuetudinaria prescribe que un Estado que
ha ratificado un tratado de derechos humanos debe introducir en su derecho interno
las modificaciones necesarias para asegurar el fiel cumplimiento de las obligaciones
asumidas. La Corte ha señalado en otras oportunidades que esta norma impone a los
Estados partes la obligación general de adecuar su derecho interno a las normas de
la propia Convención, para garantizar así los derechos consagrados en ésta. Las
disposiciones de derecho interno que se adopten para tales fines han de ser efectivas.
Lo que significa que el Estado tiene la obligación de consagrar y adoptar en su
ordenamiento jurídico interno todas las medidas necesarias para que lo establecido
en la Convención sea realmente cumplido y puesto en práctica.viii (Énfasis añadidos).

Esta obligación del Estado Parte implica que las medidas de derecho interno han de ser efectivas.
Esto significa que el Estado ha de adoptar todas las medidas para que lo establecido en la
Convención sea realmente cumplido en su orden jurídico interno. Y esas medidas son efectivas
cuando la comunidad, en general, adapta su conducta a la normativa de la Convención y, en el
caso de que así no sea, cuando se aplican efectivamente las sanciones previstas en ellaix.
Esta es una obligación “positiva”, que no se limita a “omitir” una acción lesiva contra los derechos
humanos, sino que implica un “hacer” cuyo contenido es el de tomar las providencias legislativas
adecuadas para garantizar la efectividad del tratado en el Derecho interno, lo cual aunque en
cierto sentido admite que su cumplimiento se complete en un plazo razonable, no puede ser
postergado indefinidamente.
Aunque la mayoría de los países miembros de la OEA ratificaron la Convención Americana faltan
algunos por hacerlo y por esto la Comisión aplica dos normas distintas. Para aquellos que han
aceptado la Convención, es el Derecho Internacional el que se aplica. Para los que no, se aplica la

5
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y su propio estatuto para definir los
derechos humanos y las obligaciones correspondientes de los Estados miembros. Para ayudar a la
ejecución de las funciones la Comisión depende de una Secretaría a tiempo completo con sede en
Washington D.C. encabezada por un secretario ejecutivo designado por el Secretario General por
un período de cinco años.

3.2.3 Doctrina.

Existen diferencias entre el Derecho Interno y el Derecho Internacional y este reside en su campo
de jurisdicción y su aplicación; el derecho interno trabaja con un conjunto de normas que regulan
la relación entre los individuos con las instituciones, y estos en relación con el Estado. El derecho
internacional regulara las relaciones entre los Estados u otros sujetos de Derecho internacional. De
hecho sus diferencias se pueden acentuar más; el derecho interno ha de emanar sus normas de
sus instituciones e imponerlas a sus ciudadanos por lo tanto es posible la aplicación coactiva; el
Derecho internacional surge de la organización y acuerdo de diversos sujetos y no existe un
mecanismo de aplicabilidad coactiva. Esta relación entre normas, como ya se mencionó
anteriormente, se explican en torno a sus propios modelos o teorías.

El monismo

Hans Kelsen es el representante de esta teoría y sostiene que hay un sistema de normas
universales y por lo tanto un sistema jurídico único. Para el, el sistema jurídico tanto interno como
internacional forman un solo sistema jurídico, y admite que hay dos variantes básicas; la
concepción monista que prima el Derecho interno y la concepción monista que prima en el
Derecho internacional.
Esta unidad del ordenamiento jurídico conlleva a la primacía y prevalencia del Derecho
internacional y delega en los órganos nacionales la capacidad de dictar normas para el
ordenamiento interno pues para Kelsen las normas jurídicas emanan su validez y su ordenamiento
de normas superiores jerárquicamente hasta llegar a la norma básica o fundamental.
Para este autor las normas jurídicas internas pueden y de hecho son aplicadas a los sistemas
jurídicos internaciones en las relaciones entre Estados y de igual manera, a la inversa, las normas
emanadas del sistema jurídico internacional se aplican entre Estado y sujeto. Para el, la dualidad
de sistemas jurídicos es insostenible porque son complementarios ambos sistemas y no
independientes.
En la teoría monista con una postura que prima en el Derecho interno se cree que para integrar
una norma del Derecho Internacional debe haber otra norma que lo apruebe pero para los que, en
esta teoría prima en el derecho internacional la norma de derecho internacional se integra per se,
al Derecho interno.

6
El dualismo

Carl Heinrich Triepel entiende que tanto las normas de Derecho interno y las normas de Derecho
internacional forman un único sistema jurídico y de esa forma el Derecho interno de un Estado
está integrado por sus propias normas y por las del Derecho internacional.
Otro representante del dualismo es Anzilotti y entiende que hay dos sistemas jurídicos diferentes;
el interno y el internacional y son ordenamientos distintos e independientes, rigen distintos
ámbitos y distintos sujetos. Uno se basa en la voluntad de varios Estados que se encuentran
coordinados y en relación y el otro se basa en la soberanía y voluntad de un solo Estado.
Para esta teoría alguna norma que emane del derecho internacional tendrá que ser modificada
para el funcionamiento y aplicabilidad en un sistema jurídico interno.
Al igual que los monistas que priman en el derecho interno, deberá haber una ley que la apruebe y
una reglamentaria de su implementación.
Para los críticos de esta postura argumentan que solo existe diferencia de expresión técnica
porque en la práctica alguna norma del Derecho Internacional puede operar sin que se tenga que
transformar la norma.
Entre estas dos posturas existen, luego entonces, diferencias que son manifiestas por su propia
naturaleza de los sistemas jurídicos, y se van centrar en que existen; diversos tipos de sujetos,
diversas fuentes de donde emana el Derecho, diversidad de poder de coacción y diversidad de
ámbitos territoriales para su aplicación.

3.2.4 Criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En el Sistema Interamericano de Promoción y Protección de Derechos Humanos (“Sistema


Interamericano” o “SIDH”) las reparaciones tienen un marco esencialmente convencional. El SIDH
está conformado por dos órganos o cuerpos de supervisión. En primer lugar está la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y en segundo lugar la Corte Interamericana.
En el Sistema Interamericano, el órgano facultado para determinar la responsabilidad
internacional del Estado es la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Establecida la
responsabilidad del Estado por la Corte Interamericana, esta hace aplicación de la provisión legal
que la faculta para ordenar reparaciones. Evidentemente, la decisión de la Corte, que establece la
responsabilidad del Estado, pone a cargo de dicho Estado una nueva obligación: la obligación de
reparar el daño causado por su ilícito.x
El principal instrumento convencional dentro del Sistema Interamericano es la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (“CADH”). En virtud del Artículo 63 de la Convención

7
Americana, “[c]cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta
Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad
conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la
medida o situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa
indemnización a la parte lesionada.”xi
La reparación es, en palabras de la Corte Permanente de Justicia Internacional (“CPJI”), un
principio de derecho internacional, y hasta una concepción general del derecho, en virtud de la
cual la violación de un compromiso entraña la obligación de reparar.xii “Al producirse un hecho
ilícito, imputable a un Estado surge de inmediato la responsabilidad internacional de éste por la
violación de una norma internacional, con el consecuente deber de reparación y de hacer cesar las
consecuencias de la violación.”xiii La reparación, además de imponerse en el Sistema
Interamericano como norma convencional, es también un principio general y además una de las
normas consuetudinarias más arraigadas. Pero en una visión más humana, el juez Cançado
Trindade consideró que “las reparaciones por violaciones de los derechos humanos proporcionan
a los victimados tan sólo los medios para atenuar su sufrimiento, tornándolo menos insoportable,
quizás soportable.”xiv
Como comenta Julio José Rojas: “Si bien no existe en el derecho internacional la vinculación del
precedente jurisprudencial, o stare decisis, la Corte Interamericana ha producido una verdadera
doctrina jurisprudencial en materia de reparaciones. El criterio de la Corte se ha expandido, a
través de los años y de diferentes composiciones de dicho tribunal, a niveles muy elevados y
detallados. Queda por ver si la Corte dará pasos adicionales.”xv

3.2.5 México y la Convención Interamericana de Derechos Humanos.

México y su Derecho interno en relación con el Derecho internacional es el tema central en este
rubro, específicamente los temas que giran en torno a la problemática de si existe independencia
o una interconexión con los sistemas jurídicos y otro la jerarquía entre normas internacionales y
las normas internas.
Existen Estados que han adoptado diferentes formas en la cual adaptan las normas del Derecho
internacional al Derecho interno (monista o dualista) aunque la mayoría de los Estados ha optado
por una doctrina monista, existen algunos que permanecen atados a la escuela dualista.
Finalmente la determinación por optar por cualquiera de estas dos posturas compete a cada
Estado.
En las constituciones de la segunda post guerra es frecuente observar que contengan
disposiciones de que las reglas generales del Derecho internacional son parte del Derecho de
Estado. En otros Estados a falta de una norma constitucional la jurisprudencia ha establecido que
el Derecho internacional es parte del Derecho interno del país. El derecho internacional de hoy en
día rige tanto la relación entre Estados como dentro de ellos.
México ha presentado problemas para la aplicación del Derecho internacional en su Derecho
constitucional, aun cuando su disposición y compromiso como miembro de organizaciones

8
internacionales como la OEA, de trabajar en implementar adaptar las normas necesarias y
demandadas por los organismos de competencia internacional.
México adopta el tratado internacional de la Convención Americana sobre Derechos Humanos el
22 de noviembre de 1969. La fecha de entrada en vigor internacional de dicho tratado es el 18 de
julio de 1978 y su adhesión de México al mismo es hasta el 24 de marzo de 1981, misma fecha que
es para su entrada en vigor y el 7 de mayo de 1981. Y se publica en el diario oficial de la federación
con las notas adjuntas a la Convención Americana sobre Derechos Humanos "Pacto de San José de
Costa Rica" sobre el alcance de los tratados de dicha convención y que se encuentra en la sección
de instrumentos de los libros de la suprema corte de justicia de la nación:

Notas sobre el alcance del tratado.

NOTA 1: Al adherirse a la Convención, el Gobierno de México formuló las


declaraciones y reservas siguientes:

Declaraciones interpretativas:

Con respecto al párrafo 1 del Artículo 4, considera que la expresión "en general",
usada en el citado párrafo, no constituye obligación de adoptar o mantener en vigor
legislación que proteja la vida "a partir del momento de la concepción" ya que esta
materia pertenece al dominio reservado de los Estados.
Por otra parte, en concepto del Gobierno de México que la limitación que establece la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el sentido de que todo acto
público de culto religioso deberá celebrarse precisamente dentro de los templos, es de
las comprendidas en el párrafo 3 del Artículo 12.

Reserva:

El Gobierno de México hace Reserva expresa en cuanto al párrafo 2 del Artículo 23 ya


que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 130,
dispone que los Ministros de los cultos no tendrán voto activo, ni pasivo, ni derecho
para asociarse con fines políticos.

NOTA 2: Con fecha 9 de abril de 2002, el Gobierno de México notificó a la Secretaría


General su decisión de retirar parcialmente las declaraciones interpretativas y reserva.
Dicho retiro parcial fue aprobado por el Senado de la República el 9 de enero de 2002,
según Decreto publicado en el DOF el 17 de enero de 2002, subsistiendo en los
siguientes términos:

Declaración interpretativa:

9
Con respecto al párrafo 1 del Artículo 4 considera que la expresión "en general" usada
en el citado párrafo no constituye obligación de adoptar o mantener en vigor
legislación que proteja la vida "a partir del momento de la concepción", ya que esta
materia pertenece al dominio reservado de los Estados.

Reserva:

"El Gobierno de México hace Reserva expresa en cuanto al párrafo 2 del Artículo 23,
ya que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 130,
dispone que los Ministros de los cultos no tendrán voto pasivo, ni derecho para
asociarse con fines políticos"

NOTA 3: La Convención cuenta con un Protocolo Adicional del 17 de noviembre de


1988 (ve ficha correspondiente).171T. I. Derecho Internacional de los Derechos
Humanos • Carta Interamericana de Derechos Humanos

NOTA 4: Ver también Declaración para el Reconocimiento de la Competencia


Contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

*** México formuló la declaración para el reconocimiento de la competencia


contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos con fecha 16 de
diciembre de 1998 (DO 24 de febrero de 1999), cuyo contenido es el siguiente:
"1. Los Estados Unidos Mexicanos reconocen como obligatoria de pleno derecho, la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre los
casos relativos a la interpretación o aplicación de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, de conformidad con el artículo 62,1 de la misma, a excepción de
los casos derivados de la aplicación del artículo 33 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
2. La aceptación de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos solamente será aplicable a los hechos o a los actos jurídicos
posteriores a la fecha del depósito de esta declaración, por lo que no tendrá efectos
retroactivos.
3. La aceptación de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos se hace con carácter general y continuará en vigor hasta un año
después de la fecha en que los Estados Unidos Mexicanos notifiquen que la han
denunciado."

Puede observarse que, por un lado México presenta una disposición a los requerimientos que
dicha carta presenta, sin embargo hace declaraciones de interpretación y reservas pertinentes en
relación con su funcionamiento de su derecho constitucional; por lo tanto se ve operando las dos
posturas (monista y dualista) en el solo caso de México, y esto explica que sin importar la postura

10
doctrinal por la que se incline un Estado, en la práctica puede que se tenga que utilizar de estos
dos preceptos con fines de carácter práctico-aplicable.
Sin embargo también se pueden presentar problemas por falta de cumplimiento a los estatutos
que dichos organismos internacionales emanan y que dicho problema es de competencia Estatal
interna. Las razones pueden ser variadas; como por ejemplo la corrupción o la persecución de
intereses por funcionarios y que las leyes de carácter internacional pueden interferir en sus
objetivos particulares. En este sentido México ha presentado igualmente problemas como lo
demuestra un informe archivado por la organización civil periodística especializada en la
perspectiva de género, sobre comunicación e información de la Mujer (CIMAC).

México en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

• México ha sido parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos desde 1981, pero
no aceptó la competencia contenciosa de la Corte Interamericana (Corte IDH) hasta el 16 de
diciembre de 1998. Es por ello que los casos resueltos por la Corte IDH en relación con ese país
han sido pocos y recientes.
• Por el contrario, México es el segundo Estado más demandado ante la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH), y es solamente superado por Colombia, según consta en el Informe
Anual 2010 de este órgano. México ha mantenido una preeminencia en el número de denuncias
desde el 2002. En el 2001 había nueve países en la región con más peticiones que México ante la
CIDH.
• En 1998, la CIDH publicó su Informe sobre la situación de los derechos humanos en México, y en
el 2003 publicó un informe especial sobre Ciudad Juárez.
• México tiene un historial de incumplimiento de las recomendaciones de la CIDH con respecto a
graves violaciones de derechos humanos cometidas en la masacre de Aguas blancas, las torturas
de que fue víctima Alfonso Martín del Campo Dodd, la violación sexual de militares a tres
indígenas tzeltales en Chiapas en 1994, la desaparición forzada del teniente Miguel Orlando
Muñoz Guzmán, el ensañamiento contra el General Gallardo y las distintas ejecuciones
extrajudiciales ocurridas en Chiapas y Veracruz, por mencionar algunas.
• El Estado se ha mostrado reticente a investigar y sancionar graves violaciones a derechos
humanos, a adoptar las medidas necesarias para reformar adecuadamente la competencia de la
justicia militar y a revisar procesos judiciales que fueron llevados adelante en violación a derechos
humanos.
• En vista del actual incumplimiento de México respecto de diversos casos, la CIDH ha decidido
remitirlos a la Corte Interamericana y, en pocos años, se han emitido diversas condenas:
2008: 1 sentencia:
* Castañeda Gutman Vs. México. Sentencia Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184.
2009 : 2 sentencias:

11
* Caso Radilla Pacheco Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 23 de Noviembre de 2009. Serie C No. 209.
* Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205.
2010: 3 sentencias:
* Caso Fernández Ortega y otros. Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de agosto de 2010 Serie C No. 215.
* Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 31 de agosto de 2010 Serie C No. 216.
* Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010 Serie C No. 220.
• Adicionalmente, en relación con los procesos litigados por CEJIL, se encuentran pendientes de
resolver por parte de la CIDH diversos casos relativos a tortura, desaparición forzada, violencia
contra las mujeres e impunidad por graves violaciones de derechos humanos.
Si bien la Organización de los Estados Americanos ha establecido organismos que estén facultados
para poder operar con normas internacionales que sean aplicados (de manera directa o mediante
regulaciones) a los Estados miembros, la aplicación de las mismas lleva un proceso lento y a veces
difícil, por la reticencia de los Estados y sus problemas internos. Generalmente este puede ser el
caso de algunos otros países. La jerarquía con la que emanan las normas generalmente vienen
emanadas del Derecho internacional y no de un Derecho constitucional interno y puede ser
también una de las causas por las que se presentan problemas de este tipo; de cierta manera son
normas que pueden interferir en los asuntos internos de los Estados y los intereses de los titulares.

3.3 La Convención Europea de Derechos Humanos y los sistemas internos.

Tras las devastadoras consecuencias humanas, materiales y económicas de la Segunda Guerra


Mundial, Europa Occidental vivió un ambiente favorable a la creación de una organización
internacional que agrupara a los Estados democráticos. Ese impulso culminó en la creación en
1949 del Consejo de Europa. Adicionalmente, el impacto que para la opinión pública supuso la
constatación de los crímenes perpetrados por el Tercer Reich y el impulso proporcionado por la
proclamación por Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, propició
el interés por crear un mecanismo de garantía colectiva de tales derechos.
La entonces denominada Asamblea Consultiva del Consejo acordó en su primera sesión iniciar los
estudios necesarios para la creación de tal sistema. Sólo un año más tarde, el Comité de Ministros
aprobó el proyecto del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades Fundamentales. El Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y
de las Libertades Fundamentales, más conocido como la Convención Europea de Derechos

12
Humanos, fue adoptado por el Consejo de Europa el 4 de noviembre de 19501 y entró en vigor en
1953. El Convenio fue firmado por los representantes de doce Estados: la recientemente creada
República Federal Alemana, Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo,
Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Turquía.
La Convención Europea de Derechos Humanos tiene por objeto proteger los derechos humanos y
las libertades fundamentales de las personas sometidas a la jurisdicción de los Estados miembros,
y permite un control judicial del respeto de dichos derechos individuales. Se inspira
expresamente en la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948.
El Convenio ha sido desarrollado y modificado por diversos protocolos adicionales que han
añadido el reconocimiento de otros derechos y libertades al listado inicial o han mejorado las
garantías de control establecidas. Por otra parte, el número de Estados miembros se ha ido
incrementando hasta abarcar casi todo el continente europeo. Su antigüedad y desarrollo lo
convierten en el más importante sistema de protección de los derechos humanos en el mundo,
ello viene motivado fundamentalmente por la relativa homogeneidad política de los Estados
europeos y por su avance alcanzado en el campo de los derechos humanos. El sistema comenzó su
andadura en 1950, con la aprobación del Convenio Europeo de Derechos Humanos, instrumento
destinado a la protección de los derechos civiles y políticos. Por su parte, los derechos de carácter
socioeconómico tuvieron que esperar hasta 1961, año en el que se adoptó la Carta Social
Europea. Además, como vamos a ver, los mecanismos de protección establecidos en uno y otro
Convenio van a ser notablemente diferentes.
El Convenio Europeo de Derechos Humanos ha instaurado el sistema de control y de supervisión
de los derechos humanos más evolucionado que existe hasta la actualidad, con un órgano de
naturaleza jurisdiccional, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo,
como auténtico árbitro del sistema. Hasta 1998 existían básicamente dos órganos de control, la
Comisión Europea de Derechos Humanos y el Tribunal, pero tras la entrada en vigor del Protocolo
nº 11 al Convenio en noviembre de 1998, que prevé la supresión de la Comisión como filtro de las
demandas, el procedimiento se ha judicializado, planteándose a partir de entonces todas las
demandas directamente ante el Tribunal (Arriaga y Zoco, 1998:23 y ss.).
Los mecanismos de control del cumplimiento del Convenio por parte de los Estados son
básicamente tres:
a) Los informes que, a requerimiento del Secretario General del Consejo de Europa, todo Estado
miembro deberá suministrar dando las explicaciones pertinentes sobre la manera en que su
Derecho interno asegura la aplicación efectiva de las disposiciones del Convenio. Se trata de un
mecanismo de escasa relevancia.
b) Las demandas interestatales, o denuncia de uno o varios Estados miembros contra otro por
incumplimiento del Convenio. A diferencia de lo que ocurre en otros sistemas, en el Convenio
Europeo sí ha tenido relevancia en determinados casos, como el de la demanda de varios países
contra Grecia por el golpe de Estado de los coroneles y las consiguientes violaciones de derechos

13
humanos, o la de Irlanda contra Gran Bretaña por las técnicas de interrogatorio utilizadas con
miembros del IRA, calificadas por el Tribunal Europeo como actos de malos tratos.
c) Las demandas individuales, que constituyen el mecanismo más importante mediante el que
cualquier persona, ONG (Organización No Gubernamental) o grupo de particulares que se
consideren víctima de una violación de sus derechos humanos puede plantear una demanda ante
el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Las demandas individuales son primero examinadas para comprobar que cumplen los requisitos
de admisibilidad, entre otros: el haber agotado los recursos en su propio país, no haber sometido
el caso a otra instancia internacional de investigación o arreglo, y que la demanda se presente en
los seis meses siguientes a la fecha de resolución definitiva en el ámbito interno. Una vez admitida
la demanda, pasa a una Sala compuesta por siete jueces, que buscarán un arreglo amistoso entre
la víctima y el Estado demandado, en cuyo caso dictarán una resolución recogiendo el acuerdo. En
caso contrario, se inicia un procedimiento contencioso que acaba con una sentencia definitiva y de
obligado cumplimiento para el Estado. El órgano que vela por este cumplimiento es el Comité de
Ministros del Consejo de Europa, órgano compuesto por los Ministros de Asuntos Exteriores de
los países miembros del Consejo de Europa.
Estas sentencias desempeñan un papel fundamental en el sistema europeo. Además de su
vinculatoriedad para los Estados, ejercen una influencia cada vez mayor en la jurisprudencia de
los tribunales internos en materia de derechos humanos: así, por ejemplo, el Tribunal
Constitucional español hace referencias cada vez más frecuentes en sus sentencias sobre derechos
humanos a la jurisprudencia de Estrasburgo como fundamento de la suya propia. Por otro lado,
como fruto de algunas de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, se han
llevado a cabo modificaciones legislativas importantes en alguno de los Estados miembros del
Convenio Europeo. La última de ellas es la modificación, a finales de 1999, de la legislación
británica sobre las fuerzas armadas para permitir la entrada en el Ejército británico de
homosexuales tras una decisión del Tribunal de Estrasburgo condenando a Gran Bretaña por
discriminación en sus fuerzas armadas.
Además de la función contenciosa que acabamos de ver, el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos también puede llevar a cabo una función de carácter consultivo en todos los asuntos
relativos a la interpretación y aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos que le sean
sometidos.
Por su parte, la Carta Social Europea recoge los principales derechos de carácter económico y
social y, a diferencia de lo que ocurre en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, no
establece un sistema judicial de control del cumplimiento por parte de los Estados de sus
principales disposiciones. Entre los derechos de la segunda generación más importantes
contenidos en la Carta Social Europea figuran, entre otros, el derecho a: el trabajo (art. 1),
organizarse para la defensa de intereses económicos y sociales (art. 5), la negociación colectiva
(art. 6), la seguridad social (art. 12), la asistencia social y médica (art. 13), la protección social,
jurídica y económica de la familia (art. 16), y la protección y asistencia por parte de los
trabajadores migrantes y sus familias (art. 19). De estos siete artículos, los Estados Partes tienen

14
que aceptar al menos cinco de ellos y no menos de 10 de los derechos recogidos en toda la Parte
II de la Carta. Se trata así de un sistema flexible, que no obliga al Estado a aceptar todos los
derechos de la Carta.
En cambio, el único sistema de protección que se va a establecer es un sistema de informes que
tienen que presentar los Estados sobre cómo están llevando a cabo las disposiciones de la Carta.
Tras el examen de cada informe por un Comité de Expertos independientes, éste envía sus
conclusiones al Comité Social del Consejo de Europa, quien las revisa y presenta sus propias
conclusiones ante la Asamblea Parlamentaria y el Comité de Ministros del Consejo de Europa.
Este último es quien formula las recomendaciones a cada Estado Parte. Como vemos, se trata de
un mecanismo sumamente débil, con un grado mínimo de control y presión sobre los Estados en
cuanto a los derechos económicos y sociales. Por esta razón, diversas voces llevan reclamando
desde hace varios años la aprobación de un Protocolo Facultativo sobre derechos económicos y
sociales al Convenio Europeo de Derechos Humanos, a fin de equiparar esos derechos con los
civiles y políticos en cuanto a sus mecanismos de control, y abriendo la puerta a una cierta
judicialización de aquéllos. Sin embargo, estas propuestas no han sido atendidas, por lo que
perduran unas grandes diferencias entre ambos tipos de derechos.

3.3.1 Compatibilidad e incompatibilidad.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, a través de la aplicación de los Derechos Humanos, se


ha dado a la tarea de instrumentar el convenio, así como sus instrumentos con los cuales pretende
incidir en la jurisdicción de los Tribunales de los Estados miembros. Esto con la intención de hacer
efectivos los estatutos y las normas del Convenio Europeo sobre Derechos Humanos en los efectos
de sentencias, y que dichas sentencias sirvan de indicador de efectividad de dichos Derechos.
También por tales motivos uno de los efectos del TEDH es, por un lado la tarea de la revisión y la
interpretación constante del convenio que vincula a los Estados al interpretar sus disposiciones.
En relación con las resoluciones presentadas en sentencias y las medidas recomendadas por el
Tribunal, Alejandro Saiz dice: Las medidas nacionales en las que puede concretarse la reparación
pueden ser de muy diverso tipo e intensidad (individuales y generales): así, por ejemplo, el cese de
una violación constante en el momento de dictarse la sentencia del TEDH; la plena reparación o
restitutio in integrum; la reforma de la legislación nacional o de prácticas administrativas que
hacen posible la vulneración del derecho. Algunos Estados hacen posible la revisión (“reapertura o
reexamen”), en ciertos supuestos, de casos decididos por los Tribunales nacionales cuyas
sentencias han sido declaradas incompatibles con el Convenio por el TEDH. Esta expresión de
plena reintegración ha sido sugerida recientemente por el Comité de Ministros en la
Recomendación R (2000) 2, de 19 de enero de 2000.xvi
Por otro lado la interpretación constante del convenio se proyecta sobre los Estados y sobre sus
órganos jurisdiccionales en la media que estos asumen de manera íntegra los Derechos emanados
y sin aludir a la cosa interpretada o compatibilidad que resultan de la jurisdicción del Tribunal de
Estrasburgo.

15
Por ejemplo; cuando un estado no puede hacer una reparación de algún derecho violado, en su
efecto de reparación pecuniaria el TEDH fija una satisfacción equitativa.
Así las cosas, la impregnación de los ordenamientos nacionales por la jurisprudencia
estrasburguense más parece obedecer a una opción compartida (aunque no formalizada) de
política judicial y, más general, también de política legislativa, que considera a aquella
jurisprudencia como el referente común en materia de derechos fundamentales en el espacio
europeo.xvii Se trata pues de instrumentos del que se da el Tribunal para la regulación y corrección
de las normas en el ámbito europeo, que se adaptan a las transformaciones de la sociedad
Europea.

3.3.2 Casos de Irlanda, Países Escandinavos y Reino Unido.

Yves Haeckxviii

Relativo al Convenio Europeo, es posible distinguir tres etapas. En la primera, están los trece
países miembros originales de Europa del oeste que han ratificado el Convenio Europeo y que
subestimaron seriamente el impacto del mismo en su sistema interno. Al principio, sus sistemas
internos no estaban bien diseñados para proteger los derechos humanos en el sentido
contemporáneo.
El sistema de supervisión se desarrolló y evolucionó tranquilamente durante las primeras décadas.
Países como Francia y Suiza sólo ratificaron el Convenio Europeo de Derechos Humanos mucho
más tarde, bajo bastantes reservas.
Después de unas décadas, entraron otros países, como España, Portugal, Grecia, que estaban en
un proceso de transición a la democracia. Encontraron un sistema europeo de derechos humanos
relativamente maduro, y han abrazado este Convenio Europeo y esta Corte Europea con mucho
ánimo. Casi ninguno hizo reservas. Para estos países, el sistema bajo el Convenio Europeo les
ofreció un estándar normativo “externo” establecido, y consecuentemente legítimo para
garantizar su transición a la democracia constitucional.
En relación con las reservas, se puede afirmar que con el tiempo, en general, el uso de reservas ha
disminuido, y muchos países retiraron sus reservas. La ratificación de los protocolos adicionales
con nuevos derechos fue un proceso en ocasiones fácil, en otras difícil.
En segundo lugar, un factor muy importante en relación con la recepción del Convenio Europeo y
de la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos en los sistemas jurídicos internos,
ha sido, sin duda, la “integración europea”, es decir, la evolución de los países europeos hacia lo
que ahora nombramos la Unión Europea.
En un primer momento, la Corte Europea de Justicia de Luxemburgo (es decir, la Corte de la Unión
Europea), adoptó “las doctrinas de la supremacía y el efecto directo del derecho de la Comunidad
Europea”. Eso ha sido un éxito y ha influenciado también en la recepción del Convenio Europeo de
Derechos Humanos por los países europeos.

16
Segundo, la misma Corte Europea de Justicia ha aceptado que los derechos humanos,
refiriéndose también al Convenio Europeo como fuente, formaban parte de los principios
generales del derecho de la comunidad europea.
Tercero, después de la caída de los regímenes comunistas en Europa, la Unión Europea pudo
reforzar también la autoridad de la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos y la
recepción del Convenio Europeo de manera más directa, al pedir a los candidatos a ser parte de la
Unión Europea que también ratificaran el mencionado Convenio Europeo (y aceptaran la
jurisprudencia de la Corte Europea) como previo requisito. En ocasiones, eso implicaba muchos
cambios en sus sistemas internos. A veces la Unión Europea pidió reformas específicas (por
ejemplo, la ampliación de la independencia dentro del sistema judicial y/o la reorganización del
sistema penitenciario) para garantizar la aplicación efectiva de los derechos dentro del Convenio
Europeo.
En cuanto a los mecanismos formales de recepción, los hay formales, que realizan en el sistema
constitucional la división del sistema dualista o monista, establecen el rango del Convenio Europeo
en la jerarquía de las normas. En relación con la aplicación directa del Convenio Europeo, se puede
afirmar que cada persona dentro de los países miembros puede invocar el Convenio al acudir a los
jueces nacionales.
Respecto al rango del Convenio Europeo, se puede decir que hay diferencias. Por ejemplo, hay
países donde el Convenio Europeo tiene un rango supraconstitucional, es el caso de Austria; o
constitucional, es el caso de Holanda; en países intermedios, el Convenio Europeo tiene un rango
que es supralegislativo, es decir, entre la legislación y la Constitución, como Bélgica, y otros, como
Reino Unido y los países escandinavos, donde el Convenio Europeo está al mismo nivel que la
legislación.

Lo último resulta en que en principio vale el principio de que “una ley posterior puede derogar a
una ley anterior”. Pero para evitar que el Convenio Europeo, se deba inclinar a una legislación
posterior, se aplica en estos países el principio “una ley especial puede derogar a una ley
general”. Es decir, el Convenio Europeo de Derechos Humanos en estos países ha obtenido un
“estatus especial”. Es, por ejemplo, el caso con el Human Rights Act en Reino Unido.
Se supone que en un sistema monista la recepción del Convenio Europeo sería más fácil, mientras
que en un sistema dualista, más difícil. Es decir, en los países dualistas, los tribunales
normalmente muestran cierta resistencia contra la “europeización” de la jurisprudencia, mientras
que en los países monistas la aceptan sin muchos problemas. No obstante, vemos que existe una
diferencia entre la teoría y la práctica, y también los sistemas evolucionaron. Hay sistemas
dualistas; por ejemplo, en Suecia, que gradualmente han adoptado una visión monista, por lo
menos, en relación con el Convenio Europeo.
Por otro lado, lo mismo pasa con Bélgica, sistema formalmente dualista, pero los jueces, los
tribunales, casi inmediatamente adoptaron sin ningún incentivo o cambio de la Constitución, una
visión monista en relación con el Convenio Europeo. El caso contrario lo encontramos en Francia:

17
sistema monista formalmente, de recepción fácil; sin embargo, durante tres décadas los tribunales
franceses no aceptaron la aplicación directa del Convenio Europeo. Esto se debe precisamente a
que los jueces belgas escogieron dar estatus supralegislativo al Convenio Europeo y aplicar los
derechos en el Convenio de manera directa, mientras que los jueces franceses no querían hacer
esto. Sólo desde finales de los ochenta del último siglo los tribunales franceses cambiaron su
posición y empezaron a aceptar la aplicación directa del Convenio Europeo. Noruega y Suecia
formalmente son países dualistas, pero cada uno evolucionó hacia el monismo en relación con el
Convenio Europeo de Derechos Humanos. Además, en los años noventa ambos países
introdujeron en su Constitución una carta con nuevos derechos y libertades modelados por el
Convenio Europeo.
Existen también países que formalmente son puros monistas. Entonces deberían ser muy
receptivos al Convenio Europeo. Pero lo que se ve en la práctica es que los tribunales tratan el
Convenio Europeo como derecho extranjero y no le otorgan la fuerza que merece en el ámbito
interno. Hoy se puede afirmar que Rusia, Eslovaquia y también Turquía toman esta postura en
relación con el Convenio Europeo.
Sea lo que sea, en sistemas monistas o dualistas el Convenio Europeo ha sido ratificado, adoptado,
transformado, incorporado en el sistema nacional, y las altas cortes han aceptado la interpretación
del Convenio conforme a las decisiones y las sentencias de la Corte Europea de Derechos
Humanos, e impusieron a sus tribunales de menor rango aceptar la jurisprudencia de Estrasburgo.
Hay excepciones, como Rusia y Turquía.
Aparte del sistema formal en relación con el sistema constitucional, existen otros mecanismos
formales de recepción al nivel institucional, y en general éstos tienen por hacer con los
procedimientos que imponen a los órganos nacionales de tomar en cuenta el Convenio Europeo
cuando toman decisiones. Se crearon, por ejemplo, al nivel nacional de los Estados miembros,
mecanismos y procedimientos de coordinación, diseñados a aconsejar al Legislativo y al Ejecutivo
sobre la relevancia del Convenio Europeo y la evolución de la jurisprudencia de la Corte Europea
para la agenda de estos órganos nacionales.
En muchos países (incluidos Austria, Bélgica, Francia, Italia, Holanda, Eslovaquia, España y Suiza) el
órgano que aconseja al Legislativo o al gobierno también tiene como función, dar una opinión
sobre la conformidad de propuestas de ley o de decretos con el Convenio Europeo, pero el
Legislativo o el gobierno puede negar estos consejos. En la mayoría de los Estados (excepción
hecha, por ejemplo, en Rusia) existen “comités parlamentarios” que examinan a nivel nacional la
compatibilidad de propuestas de leyes o leyes. En algunos países, por ejemplo en Grecia, Francia,
Irlanda e Italia, el Legislativo está aconsejado por comités de derechos humanos independientes.
En Reino Unido, el Joint Committee for Human Rights emite un informe anual sobre la
convencionalidad y el cumplimiento por el Reino Unido de las sentencias de la Corte Europea de
Derechos Humanos (un informe que está considerado como muy importante por los tribunales
nacionales). En Polonia y España el Defensor del Pueblo tiene una función muy importante, es
decir, tiene competencia para aconsejar al Legislativo y al Ejecutivo, y también tiene el poder para

18
llevar el asunto ante la Corte Constitucional. Ahora bien, hay que decir que hasta ahora nunca se
había hecho un examen de efectividad de todos estos sistemas y órganos.
Finalmente, existen mecanismos informales de recepción que están relacionados con el
conocimiento del funcionamiento del sistema europeo de derechos humanos y la jurisprudencia
de la Corte Europea de Derechos Humanos. El conocimiento del Convenio Europeo y la
jurisprudencia de la Corte Europea condicionan la recepción del mismo Convenio y de la misma
jurisprudencia. Sobre todo desde la entrada en vigor del Protocolo 11 (que cambió el sistema de
supervisión y creó una Corte Europea permanente) en 1998, en todos los Estados miembros, la
enseñanza e investigación sobre el Convenio Europeo en las universidades han aumentado
considerablemente.

3.3.3 Jerarquía entre la Convención Europea y los sistemas jurídicos internos.

Expuesta de manera breve, las funciones, y sus organismos del Convenio Europeo sobre derechos
Humanos es posible observar una primacía del derecho internacional sobre el derecho interno en
los Estados del Convenio. Parece ser que existe una disposición por parte de los Estados miembros
a instrumentar cada vez más sus organismos con el fin de manejar normas generales en todos sus
Estados y que exista una jurisprudencia inter-europea encargada de la vigilancia y salvaguarda de
los Derechos emanados por el Convenio a través de sus tribunales con competencia en el territorio
Europeo. Sin embargo no deja de haber una interrelación de los Estados con sus organismos
internaciones en las cuales los Estados deciden de manera particular la resolución más viable para
algún problema o controversia que pudiese presentarse, todo ello sin dejar a un lado la consulta y
recomendaciones que de sus Tribunales internacionales emanen.
Esto es observable en la serie de protocolos que han modificado y enriqueciendo el Convenio
Europeo sobre Derechos Humanos dotándolo de mayor poder sobre la jurisprudencia y legislación
de las normas internacionales, así como su integración en los sistemas jurídicos internos de los
Estados miembros de dicho tratado.

Así ningún Estado podrá tomar decisiones jurídicas de casos particulares, en materia de derechos
humanos, sin tener en cuenta los estatutos y normas emanadas del Derecho internacional.
En el caso de Europa es quien más avanzado en este sentido sin embargo la tendencia en la
jerarquía, en las leyes fundamentales de los individuos es de carácter internacional.
...la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (DUDH). En su Preámbulo los derechos se
convierten en fundamento de “la libertad, la justicia y la paz en el mundo”, a la vez que se
proclama la necesidad “de un orden social e internacional” en el que tales derechos “se hagan
plenamente efectivos” (art. 28 DUDH). De este modo, “el derecho internacional penetra en el
corazón mismo del santuario de la soberanía” al pasar a ser no sólo un “Derecho interestatal” sino
también un “Derecho superestatal”, encargado, “en nombre de valores comunes y superiores a los

19
Estados, de la protección de intereses infra-estatales (es decir, de intereses individuales sometidos
a la autoridad nacional)”xix

3.3.4 Aplicación self executing sobre personas.

La doctrina de la autoejecutabilidad, o de la autoejecutividad de los tratados internacionales tuvo


su origen en el derecho norteamericano. Fue la Corte Suprema de EE.UU. conociendo del asunto
Foster v. Nielson, la que sostuvo, en su sentencia, que “cuando los términos de una estipulación
importan un contrato, cuando cualquiera de las partes se obliga a ejecutar un acto particular, el
tratado se dirige al órgano político, no al judicial, y la legislatura debe ejecutar el tratado antes de
que este pueda devenir en una regla para las cortes”xx.
De esta forma, identificaba, dentro de un tratado internacional, que existía una clase o categoría
de normas que requerían, además de los trámites y requisitos propios del orden constitucional
norteamericano para ser incorporadas como derecho interno, de un acto posterior, de carácter
legislativo, para que el órgano judicial pudiese aplicar tales normas. En otras palabras, la sentencia
establecía que no todas las normas internacionales convencionales vigentes en los EE.UU. podían
ser aplicadas por los Tribunales, pues existían algunas disposiciones que simplemente no eran
susceptibles de aquella aplicación, sino que, estaban dirigidas al órgano legislativo, el cual debía
desarrollarlas antes que el judicial pudiese darles aplicación en un caso concreto de derecho
interno. Nacía así el concepto de norma no autoejecutable, justamente porque no era
directamente aplicable por sí misma, y requería de un acto que le diera esa virtud de aplicabilidad
que la norma no tenía.
Pues bien, esta interpretación de la Corte Suprema de EE.UU lo que hace en definitiva, es crear
una clasificación de normas internacionales convencionales, por un lado, dentro de un tratado
existen normas que importan un contrato entre los estados, y que en ese sentido, generan una
obligación de hacer para el Estado, que debe cumplir mediante la vía legislativa, en cuyo caso, no
pueden los tribunales dar aplicación directa al tratado o a la norma en particular que se trate sin
que se cumpla previamente esa obligación, existen, por el otro, normas que sí pueden devenir en
una regla para las cortes, normas cuyo cumplimiento sea posible sin necesidad de un acto de
transformación o de desarrollo de las mismas.
La lectura que debe hacerse de la parte en comento de la sentencia, es que ese tipo de normas
obligarían no ya al órgano político ni al legislativo, sino a aquél que deba aplicar el derecho en un
caso concreto, es decir, al órgano judicial.
Pues bien, la célebre sentencia fue dictada el año 1829, y desde entonces, la doctrina de la
autoejecutividad (self executing) ha adquirido cada vez mayor fuerza, sobretodo en el último
cuarto del Siglo XX, impulsada ahora por autores comprometidos con la promoción de los
derechos humanos, pues ven en ella un medio eficaz para incorporar a las legislaciones nacionales
de los distintos estados, los catálogos de derechos humanos elaborados en instancias
internacionales.

3.3.4.1 ¿Qué es una norma autoejecutable?

20
Diversos autores, que reconocen validez a la doctrina de la autoejecutividad intentan definir lo
que debe entenderse por norma autoejecutable.
En opinión de Humberto Nogueira, estamos en presencia de normas autoejecutables “cuando la
intención de las partes ha sido garantizar un derecho exigible a las personas que soliciten a los
organismos del estado la aplicación de esa norma en su favor”xxi.
Por su parte, Santiago Benadava aduce que hay que estarse al contenido mismo de la disposición,
de manera que serán autoejecutables aquellas cláusulas que tengan precisión normativa
suficiente para ser aplicadas directamente por los tribunales en los casos que se les presenten.xxii
Un criterio similar adopta el jurista uruguayo Eduardo Jiménez de Aréchega, que relaciona
autoejecutividad con la redacción de la norma, exigiendo, dos condiciones para la aplicación
directa. Por una parte, debe ser una norma de la cual se pueda derivar directamente un derecho o
una pretensión en favor de un individuo que tenga interés legítimo en la aplicación de la regla en
su caso y que comparece ante el juez o el administrador solicitando esa aplicación. Pero además,
la regla debe ser lo suficientemente específica como para poder ser aplicada judicialmente, sin que
su ejecución esté subordinada a un acto legislativo o a medidas administrativas subsiguientes.xxiii
De acuerdo con estas opiniones, es posible identificar dos tendencias. Por una parte, Humberto
Nogueira relaciona autoejecutividad con la intención que tuvieron los estados partes al celebrar el
tratado, y por otra, Santiago Benadava y Jiménez de Aréchega extraen el carácter autoejecutivo de
una disposición del propio contenido de ella, concretamente, de si ésta es en sí misma una norma
jurídica que establece derechos susceptibles de ser reclamados por los interesados frente a los
tribunales del estado que se trate.
El desentrañar si una cláusula del tratado es susceptible de ser aplicada directamente por los
tribunales por ser lo suficientemente específica o por tener precisión normativa suficiente, y no
intentar determinar si el estado cuando celebró el tratado tuvo la intención de darles el carácter
de autoejecutable. Este último criterio parece que no es erróneo, pero sí insuficiente, porque a la
luz de las disposiciones de la Convención de Viena sobre derecho de los Tratados, éstos deben ser
cumplidos por los Estados de Buena Fe, y necesariamente los principios de buena fe y pacta sunt
servanda permiten afirmar que la intención de un Estado al celebrar un tratado internacional no
puede ser otra que dar cumplimiento a lo que se ha comprometido, pero es justamente entonces
cuando surge el problema de cómo se cumple el tratado en concreto, y determinar cómo quiso el
estado parte que se cumpliera el tratado en el sentido de haber tenido o no la intención de dar
efecto directo a alguna disposición cualquiera puede dar lugar a confusiones. Además, sentar un
criterio objetivo, radicado en el mismo contenido de la norma es preferible desde el punto de vista
de la uniformidad en la interpretación del tratado, bajo el supuesto que es deseable que los
distintos estados partes apliquen uniformemente los tratados internacionales que celebran.

21
Referencias

Citas

i
Travieso, 1990.
ii
Sepúlveda, 2004, p. 81. Según este autor, predomina un monismo moderado. Cf. Herdegen, 2005, p. 167.
En la práctica ha prevalecido el dualismo moderado, según el cual ambos sistemas tienen vida propia, pero
limitados entre sí por la realidad jurídica de los Estados.
iii
Virally, 1994, p. 194.
iv
De las fuentes de derecho internacional se excluyen los principios generales de derecho, dado que éstos
no provienen del derecho internacional, sino que provienen de los mismos sistemas jurídicos internos.
v
<<en el sitio>> o <<en el lugar>>
vi
Fuentes, Ximena, (2010), p. 23, en cita de: Cassese, International Law in a Divided World (Oxford, 1986),
Cap. 6, pp. 126 y ss.
vii
Nikken, Presentation, pág. 2
viii
Corte I.D.H.: Caso Cantos (fondo), Sentencia del 28 de noviembre de 2002, párr 59.
ix
Corte I.D.H.: Caso Garrido y Baigorria, Reparaciones (Art. 63.1 Convención Americana sobre
Derechos Humanos), sentencia de 27 de agosto de 1998. Serie C, Nº 39, párrs. 68 69. Corte I.D.H.:
Caso Baena Ricardo y otros (270 trabajadores vs. Panamá). Sentencia del 2 de febrero de 2001.
Serie C Nº 72; párr. 179.
x
Ver Organización de los Estados Americanos, Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 63.1,
22 de noviembre 1969, O.A.S.T.S. No. 36,1144 U.N.T.S. 123 [en adelante Convención Americana] (definiendo
el rol de la Corte después de identificar una violación de un derecho o libertad protegido por la Convención).
xi
Art. 6 (1).

22
xii
Añadiendo que la reparación es un elemento esencial de derecho internacional en virtud del cual, al
producirse un hecho ilícito imputable a un Estado surge la responsabilidad y la consecuente obligación de
reparar de una manera adecuada.
xiii
La “Panel Blanca” v. Guatemala, 2001 Corte I.D.H. (ser. C) No. 76, 78 (25 de mayo de 2001).
xiv
Bulacio v. Argentina, 2003 Corte I.D.H. (ser. C) No. 100, 25 (18 de septiembre de 2003) (voto razonado del
Juez A.A. Cançado Trindade) (apuntando que aunque las reparaciones tienen su relevancia, es
prácticamente imposible considerar la reparación de daños ante la masacre de una familia y, como
corolario, sostener que las reparaciones a las víctimas de violaciones de los derechos humanos logren poner
fin a su sufrimiento).
xv
Rojas Báez, 2008, p.96.
xvi
Saiz, Alejandro, p. 32.
xvii
Ídem. p.25
xviii
Haeck, Yves, 2010, p. 82-85.
xix
Saiz Arnaiz, Alejandro, p. 32
xx
Benadava, Santiago, 1992.
xxi
Carmona S, Carlos, 2001.
xxii
Cea Egaña, Jose Luis, 1999.
xxiii
Correa, Rodrigo, 2002.

Bibliografía.

1. Alejandro Saiz Arnaiz, El Convenio Europeo De Derechos Humanos Y La Garantía Internacional


De Los Derechos, En internet: http://www.idpc.es/archivo/1212663375alejandrosaiz.pdf

2. Benadava, Santiago. “Las Relaciones entre Derecho Interno Y Derecho Internacional ante los
Tribunales Chilenos”. EN “Nuevos enfoques del derecho internacional”. Editorial Jurídica de
Chile. Santiago, Chile. 1992

3. Carta de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

4. Cf. Herdegen, Matthias, Derecho internacional público, trad. de Marcela Anzola, México, UNAM–
Fundación Konrad Adenauer, 2005.

5. Cea Egaña, Jose Luis. “Curso de Derecho Constitucional”. Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.
1999.

6. Carmona S, Carlos. “Comentarios a la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Convenio N. º169
de la O.I.T. sobre Pueblos Indígenas”. EN “Los Tratados Internacionales en la Jurisprudencia
Constitucional”. Fundación Facultad de Derecho Universidad de Chile. Santiago, Chile. 2001.

7. Correa, Rodrigo. “Tratados Internacionales bajo el embrujo de Brown”. Página web School of
Law University of Yale. (http://www.yale.edu/lawweb/lawfac/fiss/srcorrea.pdf). (20/06/2002)

8. El artículo 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos como fundamento de la


obligación de ejecutar en el orden interno las decisiones de los órganos del sistema
interamericano de derechos humanos.

9. Haeck, Yves, “La recepción nacional del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la
jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos”, 2010.

23
10. Rojas Báez, Julio, “La jurisprudencia de la corte interamericana de derechos humanos en materia
de reparaciones y los criterios del proyecto de artículos sobre responsabilidad del estado por
hechos internacionalmente ilícitos”, 2008.

11. Sepúlveda, César, Derecho internacional, México, Porrúa, 2004

12. Travieso, Juan Antonio, Derechos Humanos y Derecho Internacional, Buenos Aries 1990.

13. Virally, Michel, "Fuentes del derecho internacional", en Sorensen, Max (ed.), Manual de derecho
internacional público, México, Fondo de Cultura Económica, 1994.

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