Escultor realista francés que domina durante el tercer cuarto
del siglo XIX. Su exitosa carrera va unida a la decoración de los principales monumentos públicos del Segundo Imperio.
Gran admirador del trabajo de Miguel Ángel, muestra su
talento en obras de suave modelado y gran dinamismo. Re- nueva la escultura al rechazar el clasicismo vigente.
En 1863 Garnier le encarga la alegoría de La danza GE
para la fachada de la nueva Ópera de París, que será su obra más conocida. El conjunto se basa en un esquema cir- cular de cinco jóvenes desnudas con rostros y miradas ale- gres que bailan alrededor de un genio alado que parece desprenderse del relieve.
Auguste Rodin (1840-1917)
Escultor francés y figura fundamental de la escultura del
siglo XIX. Rodín libera a la escultura del convencional aca- demicismo y la dota de expresión interior.
Su viaje a ltalía le permitió profundizar en el movimiento y
el vigor de las obras de Miguel Ángel y Donatello. Creó un estilo de gran plasticidad, sin poses, como se observa en El pensador (E, donde la acción de pensar se refleja en cada uno de los músculos de la Figura. Esta obra debía co-
ronar la puerta del Infierno (E, réplica de la puerta del
Paraíso de Ghibert
En bronce o mármol, Rodin refleja con toda su fuerza in-
trospectiva y con un modelado de formas suaves y plificadas todas las pasiones humanas, la belleza, el erotismo, el pesimismo, el horror, el amor; el intelecto. Así, en El beso (BD transmite una intensa sensualidad, y una profunda desmoralización en el grupo de Los burgueses de Calais (BE), donde representa a un grupo de ciudadanos abatidos por su derrota ante los ingleses.
Muchas obras de Rodin dan aspecto de inacabadas. Algu-
nos estudiosos destacan que, de esta forma, Rodin lograba incorporar juegos de luz a sus esculturas, por lo que lo ca- talogan de impresionista. Para otros, lo que Rodín buscaba era que el espectador completara la escultura y, por ello, enlazan