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Caacupé, 12 de noviembre de 2021

Querida Familia.
No hay palabras de consuelo que darles en este momento con la pérdida de un
ser querido, duele en lo más profundo del alma y con un pesar muy grande en mi
corazón, siento mucho no poder estar con ustedes en este momento personalmente, pero
eso sí, desde la distancia los acompañaré con mi oración, por todos ustedes y también
por (N.N.)
Tras un tiempo de lucha y esperanza, nuestro tío/a, padre/madre, abuelo/a y
hermano/a, nos ha dejado. Con su muerte, todo nuestro mundo se ha quebrado, nuestros
sueños se han roto, y nos preguntamos, ¿Cómo es posible tanto dolor?, ¿cómo es
posible que muera alguien en nuestra familia? Ante esto no hay consuelo, nada de los
que nos digan ayuda, nada de lo que oímos, solo queremos estar con él/ella y sentirle al
lado nuestro. Su ausencia se convierte en la única presencia que deseamos.
Han acabado tantas cosas sin acabar, con él/ella se han ido las bromas
compartidas, las confidencialidades en la cama, las risas en la hora de comida, los
sueños, las pesadillas y también las ilusiones, las esperanzas para un futuro.
Hay tantas cosas que deseamos todavía compartir con él/ella, no importa el
tiempo que haya estado con nosotros, no importa que haya mucha gente que nos quiera,
que tengamos más familiares a nuestro lado. La muerte de un ser querido representa la
pérdida de un presente, del futuro y de las experiencias de la que no habíamos podido
disfrutar.
Pero en este proceso, tal vez él/ella nos ha enseñado a luchar por la vida, por
nuestro derecho a vivirla y a sentirla. Nos ha demostrado el amor, la importancia de
luchar por lo que queremos y lo importante, y lo necesarios que somos y que
continuemos aquí.
Podemos encerrarnos en nuestro dolor o seguir adelante viviendo con él/ella, la
muerte nos ofrece siempre dos alternativas: nos puede conducir al borde del abismo,
permaneciendo retenidos en los recuerdos o podemos construir un puente que se
extienda sobre ese abismo y nos permita seguir adelante. Ese abismo, seguir adelante va
a implicar dolor, pero la única forma de enfrentarse al sufrimiento es sufriendo, la única
manera de superar el dolor es pasando por él, mirándole y entendiéndole. Nuestra vida
ya nunca volverá a ser lo mismo, pero la vida continua, nuestra vida sigue.
El tiempo irá pasando y en ese paso, es donde estará el verdadero proceso de
duelo. En este caminar, podemos encontrar y sentir la presencia de seres queridos que
nos ayudarán y nos necesitarán. Será un largo proceso de avances y retrocesos, en los
que a veces daremos pasos a ciegas para avanzar un camino desconocido.
Lleno de tristeza en mi corazón, les saludo desde la distancia y deseo que Dios
siempre les bendiga a todos ustedes, yo desde aquí estaré siguiendo el novenario en
honor a él/ella y pediré siempre la misericordia de Dios para el perdón de todos sus
pecados y de cada uno de nosotros, que Dios escuche nuestras plegarias y nos dé la
fuerza y el consuelo para seguir adelante, firme y con la fe y esperanza de la
resurrección en la vida celestial
Querida familia no perdamos la esperanza de una nueva vida, aunque en cuerpo
no esté con nosotros, (N.N.) siempre seguirá viviendo en lo más profundo de nuestros
corazones.
Que Dios Todopoderoso, nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve hasta
la vida eterna. Amen.

Pablo Paredes Coronel


Seminario Mayor Nacional del Paraguay
12 de noviembre de 2021

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