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El Congreso de Viena

Tras derrotar a Francia y derrocar a Napoleón, Europa se reunió para dictar las líneas
generales de lo que sería la política internacional del siglo XIX. También se buscaba
asegurar los distintos postulados monárquicos que habían regido Europa durante el
último siglo, frente a las ideas revolucionarias provenientes de la Revolución Francesa.
Sería el primer congreso de la Restauración.
Bajo esa premisa de elaboración de las nuevas “reglas del juego”, se reunieron en
septiembre de 1814 en Viena los máximos representantes políticos de todas las cortes
europeas. El emperador austríaco Francisco I invitó a Alejandro I de Rusia, Federico
Guillermo III de Prusia, Federico I de Württemberg, Maximiliano I José de Baviera,
Federico VI de Dinamarca, Guillermo de Hesse, al gran duque Jorge de Hesse-
Darmstadt y al duque de Weimar, Carlos Augusto. Toda esta aristocracia europea
estaba acompañada de la cúpula política de cada país.

Congreso de Viena (1814)

El funcionamiento del Congreso estaba prestablecido de antemano. El poder lo


ostentaban las potencias rectoras (Austria, Gran Bretaña, Prusia y Rusia) y se crearon
diez comisiones que estarían encargadas de analizar distintos aspectos. Esta división
respondía, en realidad, a un intento de los organizadores de no tener que lidiar con el
resto de países. De hecho, la asamblea no se reunió hasta la firma del Acta final.
Hubo cuatro temas que dominaron las reuniones: Polonia, Sajonia, Nápoles y el papel
de Talleyrand y Francia en el marco del Congreso de Viena. Desde un principio, Rusia
quería anexionarse Polonia y “ceder” Sajonia a Prusia. No sólo porque eran tierras
mucho más fértiles que de las que ya disponía, sino porque le acercaría al núcleo
europeo. Tanto Austria como Gran Bretaña y Prusia se opusieron, a priori, a esta
sugerencia.
Los temas del Congreso de Viena se vieron influidos por la noticia del retorno al poder
de Napoleón en Francia, quien había conseguido escapar de la isla de Elba y estaba
armando un ejército para enfrentarse al resto de países. Los asistentes al Congreso
definieron al militar francés como un “peligro contra la paz europea” y formaron una
nueva coalición que le derrotó el 18 de junio de 1815.
Respecto a Nápoles, Austria ordenó la restauración de los Borbones en el trono
italiano, haciendo fusilar a Joaquín Murat, que era quien ostentaba el título de rey. El
motivo es que, aunque en un principio Murat se alió con los austríacos para derrotar a
las tropas francesas en Italia, se alió con Napoleón cuando este recuperó el trono.
Al margen de estos asuntos, también se trató el acuerdo sobre la nueva Confederación
Germánica de 38 países (que daría lugar al segundo Reich en 1871), la fijación de la
frontera de los Países Bajos y la acción internacional contra el comercio de esclavos.
Conforme se llegaba a acuerdos, se iban firmando por separado.
El 9 de junio de 1815 se firmó el Acta final del Congreso de Viena que reconstruía y
simplificaba el mapa europeo. Las potencias redujeron el número de estados. Querían
intentar estados viables, fuertes y capaces de impedir un segundo imperio similar al de
Napoleón. Pero, en cualquier caso, llevaron a la práctica el dicho de “quien reparte, se
lleva la mejor parte” y se beneficiaron de la división que iban a realizar.
Gran Bretaña consiguió reforzar su poderío marítimo, obteniendo bases para el
control del mar del Norte (reino de Hannover), del Mediterráneo (Malta y las islas
Jónicas), del camino oceánico de las Indias (Ceilán y El Cabo) y de las Antillas. Fue la
nación más beneficiada en cuanto a reparto de territorio en el Congreso de Viena.
Rusia mantuvo Finlandia y Besarabia. Añadió a su reino dos terceras partes de Polonia,
con el ducado de Varsovia. Era la recompensa que Alejandro I pensaba obtener, junto
con la participación y apoyo a su proyecto de crear la Santa Alianza.
Prusia perdió gran parte de sus territorios polacos pero, en compensación, obtuvo la
Pomerania sueca, parte de Sajonia, Renania y la orilla izquierda del Rin. Formaba así un
reino dividido y sin conexión entre su parte oriental y su parte occidental. Eran dos
bloques sin vínculo material ni tradicional.
Austria renunció a Bélgica pero, al igual que Prusia, recibió grandes beneficios
cercanos: las provincias de Iliria, Venecia, Milán, Salzburgo y Tirol. Además, se erigió
como la potencia ante la que debían responder los estados alemanes, estableciendo
una “Dieta de diecisiete miembros” con sede en Fráncfort y cuyo presidente era el
emperador de Austria.
Francia regresó a las fronteras de 1790 y perdió, sobre todo, los territorios que había
obtenido en Italia y en el centro de Europa. Luis XVIII volvió al poder tras haber sido
derrocado por Napoleón al escapar de Elba, y el absolutismo volvió a instaurarse como
sistema político. Talleyrand consiguió que Francia volviese a ser aceptada como una
más de las potencias.
A estas reparticiones, se le unió la creación de estados que debían frenar una posible
expansión francesa: Países Bajos, Suiza, Prusia renana y Piamonte. Se restauraron
monarquías que habían sido expulsadas, como los borbones en Francia y en Italia. El
modelo absolutista regresó al viejo continente para hacer frente a las revueltas
populares que intentaban imitar el modelo francés de finales del siglo XVIII.
En definitiva, el Congreso de Viena sirvió para restaurar temporalmente la paz en
Europa y crear un equilibrio entre las distintas potencias, situando a los cinco grandes
(Austria, Rusia, Prusia, Gran Bretaña y Francia) por encima del resto.
Sin embargo, la división completamente artificial establecida por el Congreso de Viena
trajo problemas a Europa a lo largo del siglo XIX. Por un lado, naciones que deseaban
lograr la independencia como el caso de Bélgica y Holanda y por otro, naciones que
querían unir los pedazos que se habían repartido las grandes potencias, como Polonia,
Italia y Alemania. Además, el congreso tuvo una acogida bastante negativa entre la
población. Las fiestas (cacerías, bailes, conciertos, banquetes) que hubo en su
transcurso, le otorgaron una aureola de frivolidad, pese a la importancia de los temas
que trataban.

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