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Materia: sociales
Grado:2°
Sección:D
Especialidad:General
Año:2023
MERCADO COMUN CENTROAMERICANO
El MCCA fue creado en 1960 con la firma del Tratado de Managua, que estableció un arancel
externo común para los países miembros y promovió la libre circulación de bienes y servicios entre
ellos. Sin embargo, el proceso de integración económica ha sido lento y ha enfrentado numerosos
obstáculos, como las diferencias en los niveles de desarrollo económico y la falta de coordinación
en las políticas comerciales y monetarias.
En la década de 1990, los países del MCCA iniciaron un proceso de liberalización comercial y
apertura económica, que incluyó la eliminación de barreras arancelarias y la firma de acuerdos
comerciales con otros países y bloques regionales. También se creó el Sistema de Integración
Centroamericana (SICA), como un marco institucional para la coordinación y la toma de decisiones
en temas de integración económica y desarrollo regional.
En 1951, se firmó el Tratado General de Integración Económica Centroamericana, que sentó las
bases para la creación de un mercado común centroamericano. Sin embargo, este tratado no tuvo
un gran impacto y no se avanzó mucho en el proceso de integración económica.
En la actualidad, el MCCA está integrado por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa
Rica y Panamá, y tiene como objetivo promover la integración económica y social de la región. El
proceso de integración económica en Centroamérica ha tenido altibajos, pero se espera que en el
futuro se sigan fortaleciendo los lazos económicos y comerciales entre los países miembros.
El Mercado Común Centroamericano (MCCA) es un bloque económico integrado por cinco países
de América Central: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Fue creado en
1960 con el objetivo de fomentar la cooperación económica y la integración regional para mejorar
el desarrollo económico de la región.
El MCCA ha sido un importante impulsor del comercio intrarregional en América Central. Según
datos del Banco Central de Costa Rica, en 2019 el comercio intra-MCCA representó el 16% del
comercio total de la región, con un valor de más de 6.000 millones de dólares. El bloque también
ha sido un importante receptor de inversión extranjera directa (IED), especialmente en sectores
como el turismo, la energía y las manufacturas.
En términos de sectores económicos, el comercio y los servicios son los principales contribuyentes
al PIB de El Salvador, seguidos por la industria manufacturera. El país también cuenta con un
sector agrícola importante, especialmente en la producción de café, caña de azúcar y frutas.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto negativo en la economía del país en 2020,
con una contracción del 8,6% en el PIB. El comercio y los servicios siguen siendo los principales
contribuyentes al PIB de El Salvador, seguidos por la industria manufacturera. El país también
cuenta con un sector agrícola importante, especialmente en la producción de café, caña de azúcar
y frutas.
A pesar de los esfuerzos realizados por El Salvador en las últimas décadas, el país sigue
enfrentando importantes desafíos en materia de desarrollo económico. En el siglo XXI, El Salvador
ha lidiado con una serie de obstáculos que han dificultado su crecimiento y desarrollo.
Uno de los principales desafíos que enfrenta El Salvador es la falta de infraestructura. El país tiene
una red de carreteras y puentes que a menudo están en mal estado, lo que dificulta el transporte y
el comercio. Además, la falta de inversión en infraestructura como puertos, aeropuertos y
telecomunicaciones también limita el potencial de crecimiento del país.
La alta informalidad laboral también es un problema en El Salvador. Según datos del Banco
Mundial, alrededor del 70% de la población activa trabaja en el sector informal, lo que significa
que no tienen protección social ni derechos laborales. La informalidad también limita los ingresos
fiscales del gobierno y dificulta la implementación de políticas públicas efectivas.
La violencia y la inseguridad son otros desafíos importantes que enfrenta El Salvador en materia
de desarrollo económico. La tasa de homicidios es una de las más altas de América Latina, lo que
puede desalentar la inversión extranjera y el turismo, limitando así el crecimiento económico del
país.
El Salvador, un pequeño país de América Central, ha enfrentado varios desafíos en el siglo XXI que
han limitado su desarrollo económico. A pesar de que se han realizado esfuerzos significativos
para impulsar el crecimiento económico, el país sigue lidiando con una serie de obstáculos que
han mantenido su economía en un estado de subdesarrollo.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta El Salvador es la falta de inversión en infraestructura. El
país carece de una red de carreteras y puentes adecuados, lo que dificulta el transporte y el
comercio. La falta de inversión en infraestructura también incluye la falta de inversión en puertos,
aeropuertos y telecomunicaciones, lo que ha limitado su capacidad para atraer inversión
extranjera y expandir su economía.
Otro desafío importante que enfrenta El Salvador es el acceso limitado a financiamiento. Las
pequeñas y medianas empresas (PYMEs) tienen dificultades para acceder a préstamos bancarios y
otros tipos de financiamiento, lo que limita su capacidad para expandirse y crear empleo. Además,
la falta de acceso al financiamiento ha impedido la innovación y el desarrollo tecnológico.
La alta informalidad laboral también es un problema en El Salvador. Según datos del Banco
Mundial, alrededor del 70% de la población activa trabaja en el sector informal, lo que significa
que no tienen protección social ni derechos laborales. La informalidad también limita los ingresos
fiscales del gobierno y dificulta la implementación de políticas públicas efectivas.
En resumen, El Salvador enfrenta una serie de desafíos que han limitado su desarrollo económico
en el siglo XXI. Estos incluyen la falta de inversión en infraestructura, el acceso limitado a
financiamiento, la alta informalidad laboral, la violencia e inseguridad y la pandemia de COVID-19.
Para superar estos desafíos, se requiere una inversión significativa en infraestructura, una mayor
inclusión financiera y laboral, una estrategia de seguridad efectiva y políticas públicas para hacer
frente a la pandemia y promover el crecimiento económico sostenible.
LA GUERRA DE LAS 100 HORAS ( ENTRE HONDURAS Y EL SALVADOR)
La llamada “Guerra de las 100 horas” fue un conflicto armado que tuvo lugar entre Honduras y El
Salvador en julio de 1969. Si bien su duración real fue de aproximadamente 4 días, el nombre de
“Guerra de las 100 horas” se convirtió en un término popular para referirse a este conflicto.
La guerra se originó a raíz de tensiones políticas, económicas y migratorias entre ambos países.
Durante la década de 1960, miles de campesinos salvadoreños migraron a Honduras en busca de
tierras para cultivar. Sin embargo, en Honduras se vivía una situación de escasez de tierras y
muchos hondureños resentían la presencia de los inmigrantes salvadoreños.
Además, ambos países se disputaban la propiedad de varias tierras fronterizas. En 1966, la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó que la mayor parte de estas tierras pertenecían a
Honduras. Sin embargo, muchos salvadoreños se negaron a aceptar esta decisión, lo que provocó
una escalada en las tensiones entre ambos países.
El 14 de julio de 1969, Honduras cortó sus relaciones diplomáticas con El Salvador y el día
siguiente las tropas hondureñas invadieron territorio salvadoreño. El Salvador respondió con una
declaración de guerra. Los enfrentamientos armados continuaron durante cuatro días, con
combates en varios puntos de la frontera entre ambos países.
La “Guerra de las 100 horas” tuvo un impacto duradero en la región, ya que profundizó las
tensiones entre ambos países y dejó al descubierto las debilidades de la integración
centroamericana. A pesar de que se alcanzó una solución pacífica, la guerra dejó un saldo de
varios miles de muertos y heridos, además de daños materiales significativos en las zonas
afectadas por los enfrentamientos.