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DOCTORADO EN DESARROLLO EDUCATIVO

Sentidos de las prácticas culturales

Contextualizar y extender contenido

Lilia Leticia Rangel Granados

Octubre, 2022
 Después de analizar lo leído, contextualizar espacial e históricamente el contenido, además de
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completar, tensar o refutar las características básicas para gestionar una enseñanza intercultural
Rodríguez Izquierdo plantea en su texto, La enseñanza como práctica cultural. Gestión desde
las aulas diversas, que la sociedad actual es más diversa más heterogénea, sin embargo creo que
desde siempre hemos tenido grupos diversos culturalmente hablando, pues si bien hablamos el
mismo código lingüístico los contextos familiares determinan el uso de ciertos vocablos para la
interpretación del mundo social. Ciertamente, se enriquece por la inmigración y la globalización.
La primera, por la inclusión de personas que llegan a los espacios; la segunda por la facilidad de
la red. Tal como lo exponen los expertos (Kymlicka, 1996; Kymlicka y Norman, 2000) el siglo
XXI es el siglo de la interculturalidad (Rodríguez, 2022); el siglo que vivimos muestra de manera
más rápida lo que se vive a diario, lo que hace que se considere, no sólo la interculturalidad sino
la multiculturalidad de los lugares.
En cuanto a la interculturalidad en el ámbito educativo, podemos hablar de que a finales del
siglo pasado con las propuestas de las reformas educativas las escuelas se hacen inclusivas, sin
que este término sea usado frecuentemente. Lo que no es verdad, en todos los casos, es la
estigmatización de los estudiantes y que haya docentes que innoven para que el señalamiento no
se una acción total. Un ejemplo de ello son los escritores de la libertad, la historia llevada al cine;
o algunos otros ejemplos que dan muestra de la interculturalidad en el campo escolar. La autora
nos propone: reconocer la importancia de reflexionar sobre la dimensión cultural, en relación a la
diversidad en las aulas.
Coincido con ella cuando plantea que el docente ya no es el poseedor del conocimiento, sino
el mediador de éste, pues en este momento la situación de salud por la que atravesó el mundo
entero nos acercó al uso de la red y su vasta información, diversificando los modos de enseñar. Y
desde antes de la pandemia, la enseñanza se transformaba, no sólo en los grupos sino en las forma
de actuar de los docentes. Es así que las perspectivas empirista, racionalista y sociohistórica
aparecían debido a este interculturalidad de las escuelas y sus propuestas para hacer más efectivo
el aprendizaje. Rodríguez (2011), explica que la innovación no es la única causa de la
reproducción de manera de educar que no se hacen conscientes, por lo que da por resultado un
estancamiento. Pienso que es cierto, a veces hay un agotamiento debido a la burocracia que se les
solicita a los docentes, que se repiten las formas de enseñar para dar cumplimiento a lo solicitado;
aunque se le exige que haya resultados favorables y positivos. En este sentido, podemos decir que
la transformación educativa impacta al modelo al plan y programas, pero no al docente. O sea
que culturalmente el docente sigue imponiendo sus métodos y con ello los signos que dan sentido
a la educación.
 Y a veces no se trata de la diversidad cultural de personas de otros lugares, sino de formas
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culturales de la misma localidad, incluso de un contexto familiar. Lo que exige un dominio de
conocimientos y habilidades sociales para afrontar los diferentes grupos o los diferentes
momentos de un grupo; pues están en constante movimiento. Así que el docente, debe de
aprender a equilibrar las diversas manifestaciones que se presenten en un aula. Sin pensar que su
ideología es la mejor o más adecuada, pues entre sus estudiantes habrá quien consideré una
imposición y no aprenda de manera significativa.
Estoy de acuerdo con la autora cuando dice que los docentes debemos conocer a los
estudiantes, usando una pedagogía sensible, que lo haga comprender que está ante un universo de
culturas de las que podrá aprovecharse para enrique el conocimiento del curso. Una de las
propuesta sobre aprovechar los conocimientos de los estudiantes, entiendo que no sólo sobre el
contenido del plan, sino de aquellas habilidades que se necesitan para aprender en colectivo,
tales como una comunicación asertiva, el diálogo como mediador de conflictos y ayuda para la
negociación; entre otras habilidades más concretas como: dibujar, cantar, organizar, gestionar,
hasta ser atrevidos o audaces más que el docente mismo.

Finalmente, concuerdo en el que la diversidad cultural de un aula debe atenderse con una
multiplicidad de estrategias didácticas, para que el espacio y el tiempo en que se comparte el
conocimiento sean gratificantes y por ende significativo.