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Colectivo de Trabajo Revolucionario

LA MINK'A cumple 10 AÑOS de


lucha y combate.

La tarde de este miércoles se vivió la cultura en la Kasa de Movimientos Culturales La Minka, un espacio
tomado por el Poder Popular para producir cultura el pueblo y que ahora tiene una programación de
actividades de miércoles a viernes, llamada ASHE PA'LA MINK'A!!!.

Por Mónica Bastardo.


06-10-2022

Colectivo de Trabajo Revolucionario LA MINK'A de lucha y combate este Cinco de octubre


a sus primeros cumple 10 AÑOS de trabajo comunicatorio de manera ininterrumpida, de
los cuales han sido en Revolución, haciendo frente a la campaña de mentiras que
comenzó a gestarse desde 1999 contra la República Bolivariana de Venezuela.
“Minka significa 'trabajo comunitario' en lengua quechua. En Caracas, La Minka está dos
cuadras al norte de Miraflores. Los militares que custodian el Palacio de Gobierno saben
dónde está”.
La escuela Madariaga es el punto de referencia. La Minka era un edificio
abandonado, vacío, inútil, adicto al placer culpable. En 2012 lo recuperaron los
vecinos y empezó a ser lo que es hoy: una casa comunal de referencia no
solamente en el barrio sino en toda la ciudad. Tomar es ocupar. Ocupar es
cambiar. Organizar a una comunidad.

Los vecinos organizados de la parroquia La Pastora en el municipio Libertador


llevan a cabo un proyecto integral comunitario que abarca varias áreas, entre ellas
la agricultura urbana, un comedor popular, una radio comunitaria, cría de animales
de corral, un infocentro, además de una panadería y cursos de capacitación.

José Solórzano
José Enrique Solórzano Morales, conocido popularmente como Yoda, explicó que este
proyecto cumple 10 años de haberse iniciado y que participan vecinos de La Pastora y
Altagracia, quienes hacen vida en la Comuna Miraflores comandante Chávez y
pertenecen al Consejo Comunal Arturo Michelena en los límites de ambas parroquias.

“En nuestra organización no tenemos distingo de cargos, pues todos los involucrados
estamos comprometidos en construir sueños colectivos, de desarrollar este proyecto
integral comunitario con la meta de ayudar a nuestros vecinos y al desarrollo del país,
cumpliendo los lineamientos dejados por el Comandante Chávez y las políticas públicas
que se ofrecen desde el Gobierno del presidente Nicolás Maduro”, dijo Solórzano.

El epicentro del proyecto es la casa cultural Minka, desde donde ofrecen espacios para
diversas actividades en las que se encuentran clases de teatro, capoeira, yoga, distintos
bailes tradicionales y urbanos, así como cuentacuentos.

En el lugar funciona un comedor popular. Allí, diariamente son favorecidos más de 100
personas en situación de vulnerabilidad. Además, hay un taller de estampado y un
infocentro que ofrece servicio a los vecinos.

Igualmente, está la radio comunitaria, a través de la cual mantienen informados a los


ciudadanos de noticias de interés comunal, nacional e internacional, bajo la coordinación
de Grecia Solorzano, quien destaca la importancia del medio para hacer del conocimiento
de la parroquia importantes temas comunitarios y de actualidad.

Este grupo de vecinos también son los responsables de la administración de una


panadería, en la que ofrecen pan en distintas variedades, a precios solidarios, además
que dictan cursos para que los interesados conozcan la elaboración del producto que les
puede servir para elaborar su pan casero o también motivarse para crear su proyecto
productivo.

Alina Lion (Pelo Afro)


Para Alina, Chávez hizo de los venezolanos un pueblo inusual y extraordinario

Las puertas de La Minka están abiertas siempre. Es una casa de todos; como las iglesias,
pero de verdad. Alina se encarga "de muchas cosas". Una de ellas, el pan. El pan es un
arma de guerra en Venezuela.

En la época de escasez, las panaderías privadas lo escondían, o simplemente preferían


no hacerlo, porque el Gobierno de Nicolás Maduro les obligaba a venderlo a precios
regulados. O sea, asequibles para el pueblo.

En los hornos de la Minka se prepara pan, pero también pasteles, que se venden a
precios asequibles para el bolsillo de los trabajadores venezolanos

Con el dulce, las tortas, las galletas, podían especular. Así que en la Venezuela
del desabastecimiento sobraban los panqueques marmoleados pero había cola
para el pan canilla, un básico de la trinchera en el desayuno.

«Tuvimos que organizar a toda la comunidad que estaba nerviosa, angustiada», cuenta
Alina. «Tener mucho cuidado para que ninguna caja se perdiera. Tenemos una planta
eléctrica, la encendimos y comenzamos el reparto, con calma».

También hay talleres de serigrafía

La serigrafía es una de las técnicas de personalización más populares para plasmar


imágenes o textos sobre cualquier material. Se puede definir como un método mediante el
cual se transfieren imágenes trazadas en una plantilla sobre una malla con tinta a una
superficie.
La Minka tiene espacios donde se llevan a cabo actividades culturales y recreativas, con
foco en la juventud

Resistencia perenne o resistencia silenciosa. Son consignas que no suenan vacías en un


contexto de guerra no convencional. «Somos gente pequeña que se junta para hacer
cosas pequeñas en ambientes pequeños para cambiar el mundo». Otra consigna
inmediata y útil. Biensonante. Pero el orden musical, también en las palabras, es clave del
éxito en lo concreto. Venezuela es especial.

Natalia Molina

«Me bañé en ese mar llamado Chávez y me quedé»

Lo dice Natalia, colombiana, 36 años. Llegó a Caracas sin política hace quince años para
estudiar en el Instituto Universitario de Danza. Ahora tiene una hija venezolana de un año
y cuatro meses que se llama Yara, como la princesa indígena.

Para Natalia, el comandante Hugo Chávez era un mar en el que ella se bañó para no irse nunca
más

Natalia también baila y también hace de todo. Además está embarazada de cuatro meses. «Otra
vez». «En La Minka mi responsabilidad es la parte formativa y la parte del desarrollo cultural. El
proyecto se basa en la construcción del trabajo colectivo. Estamos conectados con otras comunas
en la ciudad. Somos una red de autogobernabilidad», explica.
Natalia es colombiana y participa de la Minka, donde el trabajo comunitario es algo más
que un mero modo de producir

Natalia dice que «este ataque ha sido de tal magnitud que otros territorios no habrían
podido superarlo victoriosamente». ¿Por qué? «Porque hemos dado la respuesta de un
pueblo organizado frente a cualquier coyuntura. A eso es a lo que nos temen. A esa
nueva construcción más allá de la lógica del capitalismo que nos ha dominado»,
responde.

Planes
La comunidad estima colocar otras unidades de producción en el área de zapatería,
chocolatería y turismo. También prevén reforzar la política comunicacional popular y
comunitaria para lo que proyectan la creación de un periódico comunitario y una sala
comunicacional que llevará por nombre: ¿Dónde está Carlos Lanz?, “para ofrecer cursos
sobre el manejo de redes, utilizar la pintura y el muralismo como un método de expresión
y comunicación”, acotó Solórzano.

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