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En el cuento El tigre de Horacio Quiroga se nos presenta, sin contexto previo, la historia de

un tigre y otros acontecimientos que ocurren a lo largo de su vida, tales como el orgullo que
siente una gata cuando sus dueños le permiten amamantar a una tigresita recién nacida o su
relación cercana con sus criadores, después se describe los sucesos y cuidados que los dueños
de los animales tienen con aquella tigresa

Como se puede apreciar el género del cuento es el género realista el cual, se basa en hechos
que podrían ser o no ser verídicos, es decir que podrían o no haber ocurrido en la realidad.
Aparte otra característica es que todo lo dicho tiene que ser verosímil, es decir algo que puede
haber ocurrido realmente de ser lo contrario no sería del mismo género. Por ejemplo, en
libros tales como Crónica de una muerte anunciada (autor: Gabriel García Márquez) se nos
narra lo siguiente: “Una bala desbarató un armario, atravesó la pared de una sala, pasó por el
comedor de la casa de al lado y convirtió en polvo de yeso a un transeúnte. Dichos hechos no
son posibles o están muy cercanamente a lo imposible, dándonos a entender que el libro
anteriormente mencionado seria de otro género literario”.

Las características que trae consigo el género realista aparte de las ya mencionadas son las
siguientes:

Una característica bastante evidente son las descripciones claras y concisas que contiene
dicho. Por ejemplo “La tigresa abrió, por fin, los ojos y, desde ese momento, entró a nuestro
cuidado. Pero, ¡qué cuidado! Mamaderas entibiadas, dosificadas y vigiladas con atención
extrema.” con una rápida lectura se puede comprender a que refiere el texto, mientras que en
“El hombre muerto” también podemos ver ciertas similitudes en el siguiente párrafo “Nada,
nada ha cambiado. Sólo él es distinto. Desde hace dos minutos su persona, su personalidad
viviente, nada tiene ya que ver ni con el potrero, que formó él mismo a azada, durante cinco
meses consecutivos, ni con el bananal, obras de sus solas manos. Ni con su familia. Ha sido
arrancado bruscamente, naturalmente, por obra de una cáscara lustrosa y un machete en el
vientre. Hace dos minutos: Se muere.” En el párrafo todavía se es bastante conciso y claro,
pero no tanto como en el anterior, dado a la rebuscada naturaleza del párrafo buscando
describir como se sentía el hombre mientras moría.

Otra característica que suelen tener bastante bien marcados los cuentos realistas son sus
ambientes reconocibles para el lector, es decir, un lugar y un tiempo bien determinado.
Mientras que en el tigre tenemos un muy reconocible ambiente, en el otro cuento el lector se
puede apreciar que todo es descrito con mayor detalle pero no se sabe a ciencia cierta donde
está el protagonista, un ejemplo que puede ser un poco confuso es el siguiente “Puede aún
alejarse con la mente, si quiere; puede si quiere abandonar un instante su cuerpo y ver desde
el tejamar por él construido, el trivial paisaje de siempre: el pedregullo volcánico con gramas
rígidas; el bananal y su arena roja: el alambrado empequeñecido en la pendiente, que se acoda
hacia el camino. Y más lejos aún ver el potrero, obra sola de sus manos.” Como claramente
se puede ver, se nota ampliamente el uso de ligeros detalles para describir la escena y darle
una mayor claridad de la imagen al lector.

En el cuento El tigre tenemos un narrador en primera persona, esto lo podemos saber dado
que en la oración “Nunca vimos en los animales de casa orgullo mayor que el que sintió
nuestra gata cuando le dimos a amamantar una tigresita recién nacida.” se nos revela que el
narrador es el dueño de la casa en la que ocurren todos los acontecimientos del cuento.

De igual forma, no es el único tipo de narrador que usa Horacio Quiroga, en otro cuento suyo
llamado El hombre muerto, se utiliza un tipo de narrador omnisciente, el cual se basa en
narrar una historia en la cual el narrador conoce todos los detalles de la historia, como sigue y
cómo van a pasar las cosas. Podemos intuir esto con la siguiente oración: "Va a morir. Fría,
fatal e ineludiblemente, va a morir. El hambre resiste —¡es tan imprevisto ese horror! y
piensa: Es una pesadilla; ¡esto es! ¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿No es acaso ese
bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo? ¿Quién lo conoce como él? Ve
perfectamente el bananal, muy raleado, y las anchas hojas desnudas al sol. Allí están, muy
cerca, deshilachadas por el viento. Pero ahora no se mueven... Es la calma del mediodía; pero
deben ser las doce.” En este párrafo del cuento somos capases de ver que el narrador ya sabe
que va a ocurrir y como se está sintiendo el protagonista dándonos a entender que ambos
cuentos tienen un tipo de narrador diferente a pesar de ser del mismo autor.

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