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BODAS DE CANÁ: FIESTA DEL AMOR Y LA SOLIDARIDAD

(Jn 2, 1-12)

BODAS DE CANÁ: Resumen:

FIESTA DEL AMOR Y Las bodas de Caná son el pri-


mer signo compasivo de Jesús
LA SOLIDARIDAD ante la carencia y el fracaso. Ma-
(Jn 2, 1-12) ría es la mediadora que descubre
esta situación. Jesús liga allí a su
madre y discípulos, nace la fe de
la Iglesia.
Hna. Clara
Al transformar en vino el agua
Temporelli, ODN* de las tinajas (destinadas «a los
ritos de purificación de los ju-
díos») Jesús manifiesta que la Ley
de Moisés se convierte en Evange-
lio de la alegría. Él puede trans-
formar nuestra realidad pobre y
pecadora en una realidad nueva
que hace presente el Reino e invi-
tada a participar de los dones de
Dios para que disfrutemos de los
bienes de la Creación.

María observa y pone palabra:


“No tienen vino”. No es posible
celebrar unas bodas y hacer fies-
* Argentina (nació en Bahía Blanca), re- ta si falta aquello que los profetas
ligiosa de la Orden de la Compañía de indican como elemento del ban-
María, Profesora de Psicología y Doctora
en Teología por la Facultad de Teología quete mesiánico (Am 9, 13-14; Jo
de Cataluña. Fue Provincial de Argenti- 2, 24; Is 25, 6). El agua es nece-
na y del Cono Sur. Profesora en Institu-
tos y Facultad de Teología de la Com- saria para vivir, pero el vino ex-
pañía de Jesús. Entre sus publicaciones presa el júbilo de la fiesta. Ésta
destacamos: María de Nazaret a la luz terminará si falta el vino.
del pueblo latinoamericano; Apuntes
sobre la pobreza; María mujer de Dios y
de los pobres. Relectura de los dogmas María se dirige a los sirvientes:
marianos; Amigas fuertes de Dios ¿Ame-
nazas? ¿Para quiénes?; Tras las huellas «Hagan todo lo que él les diga»,
de María de Nazaret. recuerda a Israel en el Sinaí: «…

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pondremos en práctica todo lo cha el capítulo uno para explicitar


que ha dicho el Señor» (Ex 19, 8). su tema: la cristología. Juan es un
Revela la misión del cristiano/a. Evangelio para creyentes, no es
Mujer activa, dialogante, festiva, un Evangelio para la misión.
solidaria con las carencias huma-
nas, desea que el baile y la fiesta Al referirnos al relato de las Bo-
del Reino no se frustren. das, único en el Evangelio, descu-
brimos algunos "guiños" del autor,
*** que nos hacen caer en la cuenta
de su carácter simbólico y así evi-
En el Evangelio de Juan, María tar leerlo de un modo literal1: el
hace su aparición, en las bodas de redactor apenas atiende a los de-
Caná (2,1-12) y al pie de la cruz talles que describen la boda. No
(19,25-27). Este Evangelio es un se dice nada de la esposa. El no-
relato cuidado que juega con un vio aparece sólo al final de forma
rico simbolismo, con el que busca indirecta. No se habla del rito del
presentar a Jesús como el reve- casamiento. Se suscitan pregun-
lador del Padre. El propio autor tas ¿Por qué faltó el vino? ¿Cómo
nos ha manifestado su intención María entre tantos se dio cuenta?
al terminar su escrito con estas ¿Por qué Jesús no actuó por sí mis-
palabras: "Estos (signos) han sido mo? Un narrador clásico hubiera
escritos para que creáis que Je- ofrecido todos esos detalles. Este
sús es el Mesías, el Hijo de Dios; y escritor en cambio se detiene en:
para que, creyendo, tengáis en Él dar mucha importancia al diálogo
vida eterna" (20, 31), (el capítulo entre Jesús y su madre; indicar el
21 es un añadido posterior). número, la cualidad y capacidad
de las tinajas, hablar de la obe-
Cuando el lector llega al relato diencia de los servidores, detalles
de las bodas de Caná, ha recibido que podrían haberse suprimido
ya en el primer capítulo una serie sin que mermase en nada la na-
de informaciones: ha leído el pró- rración2.
logo cristológico (1, 1-18), conoce
el testimonio de Juan el Bautis- 1
Cf. Escaffre Bernardette, Evangelio
ta a favor de Jesús (1, 19-34), la de Jesucristo según San Juan. Navarra:
narración de la llamada y segui- Verbo Divino, 2010, 19.
2
Cf. Dufour, León. Lettura del Evangelo
miento de los primeros discípulos secondo Giovanni 1-4. Roma: Ed. Paoli-
(1 ,35-51). El evangelista aprove- ne, 1990, 294-298.

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"Hagan todo lo que Él diga, ya es la hora"
BODAS DE CANÁ: FIESTA DEL AMOR Y LA SOLIDARIDAD
(Jn 2, 1-12)

• La expresión “el comienzo de • El “tercer día” (2, 1). El pasaje


los signos” (2,11) toma todo su empieza con esta información
sentido. D. Mollat siguiendo temporal con riqueza de sen-
a Orígenes considera que “el tido. Después de una serie de
signo de Caná abre la serie de “al día siguiente” (1, 29.35.43),
los signos que conducirán a la el tercer día nos permite sumar
hora […]. Más que el primero una semana completa, como la
de los signos es el arquetipo [o del primer relato de la creación
prototipo] en el cual es prefi- (Gn 1, 1-2, 4ª). Sin embargo, el
gurada y pre-contenida toda tercer día puede también te-
la serie”3. A. Fueillet escribía: ner el sentido de anticipar la
“Caná es un signo, un símbolo resurrección, pues recuerda
de la alianza nueva”4. Todo in- el misterio pascual. Con esta
dica que se trata de un relato expresión nos situamos en con-
simbólico, mediante los cuales texto de culminación escatoló-
Jesús se manifiesta como Me- gica, como en los relatos de la
sías e Hijo de Dios. Son gestos Pasión, estamos ante un relato
que apuntan hacia algo más que adelanta la Pascua.
profundo de lo que pueden • Galilea (2, 1.11.12). El episodio
ver nuestros ojos. En concre- habla de dos espacios geográfi-
to, los signos que Jesús realiza, cos: Caná de Galilea, citado al
orientan hacia su persona y nos comienzo (2, 1) y hacia el final
descubren su fuerza salvadora. del relato (2, 11)5, y Cafarnaún,
En esa “transformación del en el último versículo (2, 12).
agua en vino” se nos propo- La madre de Jesús está en am-
ne la clave para captar el tipo bos lugares.
de transformación liberadora Respecto a este espacio nos
que opera Jesús y el que, en tenemos que preguntar por
su nombre, han de ofrecer sus el significado de Galilea en el
seguidores. La acción de Jesús cuarto Evangelio y qué indi-
marca el comienzo, desvela el ca que María esté situada ahí.
sentido de su identidad y de su Galilea parece ser el lugar de
venida. origen de Jesús y de confronta-
ción con su familia (cf. 7, 5.41).
3
D. Mollat, nota en Jn 2, 11, en la Bible
de Jerusalem (ed. en fascículos). 5
Caná era un pueblo pequeño a unos
4
A Fueillet, L´heure de Jésus et le signe 15 km al norte de Nazaret. Jesús, que
de Cana, dans Etudes johanniques, Des- se encuentra en Betabará, “al otro lado
clée de Brouwer, 1962, 29. del Jordán” y decide ir a Galilea.

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Es una región donde Jesús tie- su historia, de su preocupa-


ne una gran actividad pública6 ción, de su atención. Participa
y también lugar de apariciones desde una actitud activa, se la
y conflicto, esto no quiere de- ubica en ámbito relacional. La
cir que sea negativo. Decidida- fiesta de bodas como ninguna
mente negativo en la vida de otra, celebra el amor de una
Jesús es Judea. María está en pareja, las relaciones humanas,
los dos sitios importantes en los las relaciones entre hombres y
que Jesús realiza la totalidad mujeres, entre familiares, en-
de su vida: Galilea y Jerusalén, tre amigos, conocidos, una red
es decir, en sus orígenes, en el de relaciones sociales. En este
desarrollo de su misión y en su ámbito el narrador ha colocado
final (19, 25-27). a la “madre de Jesús”, a la que
• Unas bodas (2, 1). En este a lo largo de todo el evangelio,
evangelio la primera relación llama de esa manera.
de Jesús en un ámbito social, • La historia introduce una no-
son las bodas: fiesta que goza vedad “también fue invita-
del amor matrimonial y de la do Jesús y sus discípulos” (2,
promesa de vida. El trasfondo 2) Jesús, empieza siendo sólo
hace alusión a la esperanza es- un invitado: él y sus discípulos
catológica del pueblo de Israel parecen formar un grupo des-
que quiere celebrar su pleni- preocupado de los temas de la
tud, llegar al tiempo de bodas, organización.
al banquete definitivo7. • “Y, como faltara el vino, porque
• “Y la madre de Jesús se hallaba se había acabado el vino de la
allí” (2,1). No se dice que haya boda, le dice a Jesús su madre:
llegado o que esté invitada. ‘No tienen vino’.” (2, 3). María
Ella pertenece al espacio de es la primera persona que es-
bodas, al lugar del surgimiento cuchamos, se hace portavoz de
mesiánico. Se la nombra por su la necesidad de los invitados.
relación con el hijo; pareciera Para entender hasta qué punto
que las bodas forman parte de las palabras de María en rela-
6
Entre las localidades de Galilea están ción al vino son significativas
Nazaret (1, 54; 18, 5.7; 19, 19); Caná (2,
1.11; 4, 46; 21, 2), Cafarnaún (2, 12; 4, tendríamos que trasladarnos al
46; 6, 17.24.59); Tiberíades (6, 23; 21, Antiguo Testamento, en el que
1); Betsaida (1, 44; 12, 21) y el mar de son numerosos los textos que
Galilea (6, 1).
7
Cf. E. Przywara, El cristiano según San hablan del vino y su metáfora.
Juan, San Sebastián 1961, 73-94. En la Escritura éste es uno de

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los elementos más importantes constitutivo de la escena. La


del festín mesiánico. Los prin- madre ha descubierto la falta
cipales textos proféticos que de vino. Pero no lo ha dicho a
hablan del vino se encuentran los invitados, se lo dice a Jesús.
en Amós, Joel e Isaías8. En el Su indicación es delicada, res-
Cantar de los Cantares a me- petuosa, resultado de su mirar
nudo se alude a él para cele- atento a lo que la rodea. De-
brar la unión entre el esposo y seosa de que se realice la fies-
la esposa (7, 10). Es frecuente ta del amor y de la vida, ¡que
encontrar en diversas cultu- haya gozo!, ¡qué haya fiesta!,
ras a un dios que participa del si falta el vino fracasará. Ob-
banquete en el que rebosa el serva y sólo ve el agua de los
vino9. Merece mención Núm ritos y las purificaciones, lo
13,20-25, pasaje en el que se que no conducirá a su pueblo
envía a exploradores para que a la fiesta de la nueva familia
hagan una incursión en la Tie- del Reino.
rra Prometida; como adelanto Las bodas judías anuncian la
de los dones de aquella tierra celebración y la alegría, pero
traen un racimo de uvas de nos dejan en el mundo viejo de
dimensiones tan grandes que opresiones, recelos, envidias y
hubo de ser transportado por miedos. De ahí que María le
dos hombres que anticiparon confía a su hijo la carencia del
al resto del pueblo los dones festejo, libremente, sin cerrar-
de la nueva tierra. María con se en las continuas necesida-
su intervención, hace posible des de los humanos, el hijo le
que los dones de la Tierra, se responde:
puedan saborear en Caná, es • “¿Qué hay entre tú y yo mujer?
la personificación de Israel en ¡Aún no ha llegado mi hora!”
camino por el desierto. (2, 4). Jesús ha hecho esta pre-
En las fiestas el vino es fun- gunta pero no la responde, la
damental. María expresa la cuestión permanece abierta.
carencia humana, elemento Será el resto del Evangelio el
que dará respuesta. Muchos
8
Cf. Am 9, 13-14; Jl 2, 24; 4, 18; Is 25, 6.
9
Cf. E. Touron del Pie, “Comer con Je- han visto en Jesús un cierto
sús” en Revista española de Teología 55 tono airado ante la observación
(1995), 285-329; D. Ruiz López, “El vino de su madre. En esta misma lí-
en el antiguo oriente”, en La Biblia y el
Mediterráneo, Asociación Bíblica de Ca- nea se encontraba la respuesta
talunya, Montserrat, 1997, 373-388. de Jesús cuando a los 12 años

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sus padres los buscaban en que busca la libertad, también


Jerusalén (Lc 2, 41.52); la res- María como Moisés tendrá que
puesta no es fácil de traducir; realizar en el Evangelio de Juan
aunque pueda parecernos un una larga marcha unida a la de
poco dura, Jesús accederá a la su hijo.
petición de su madre, cosa que • Jesús la ha llamado “mujer”,
ella parece saber de antemano lo que alude al comienzo de
a pesar del modo en que le ha la creación (Gn 1-3). Su ma-
replicado, así lo vemos en la dre tiene algo que ver, con la
expresión: función de la mujer del Géne-
• “Hagan lo que él les diga” (2, sis (Gn 2-3), la mujer es dife-
5); ella cree en Jesús antes de renciada a partir de un ´adam
que realice el milagro, situa- genérico (Gn 2, 22-34). Es la
ción distinta a la de sus discí- primera que pone palabra a los
pulos (2, 11). Jesús se distan- deseos humanos y que accede
cia de su madre para marcar al conocimiento del bien y del
su propia verdad. Acepta la mal. Es la obra culmen del Dios
carencia, pero sube de nivel, alfarero de Gn 2-3, recién sa-
él no ha venido simplemente cada de sus manos creadoras.
a rellenar un hueco en la hu- Esta mujer a través del fru-
manidad, a solucionar un pro- to descubre el conocimiento;
blema. Su hora se halla en las María a través de su pregunta,
manos del Padre. El tiempo y nos revela a Dios en Jesús. Es
los gestos de Jesús no vienen la persona que pone palabra a
marcados por María. Él no re- una carencia y que se somete a
chaza la observación, sino que una relación de confrontación;
deja claro que él tiene su pro- inicia a los servidores en el co-
pio tiempo, como aparece en nocimiento, y, por eso, ellos
el texto de la siriofenicia (Mc saben de dónde viene el vino.
7, 27). • “Mujer”, anticipa el diálogo
Traemos aquí la imagen del con la samaritana (4, 21). Si en
pueblo que se lamenta durante Caná Jesús establece la distan-
la travesía en el desierto por- cia con su madre, en este otro
que tiene hambre y Moisés ac- pasaje es la samaritana quien
túa como intermediario. María pone distancia. Si en Caná hay
es ese Moisés, al mismo tiem- unas tinajas, en este episodio
po profeta de Dios e israelita hay un cántaro. Las tinajas y

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"Hagan todo lo que Él diga, ya es la hora"
BODAS DE CANÁ: FIESTA DEL AMOR Y LA SOLIDARIDAD
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el cántaro serán llenados de producen una fórmula técnica


agua. En ambas ocasiones se que aparece varias veces en
menciona la hora. el Antiguo Testamento siem-
• “Mujer” anticipa 19, 27. Esta pre en relación con la Alianza.
mujer realiza lo iniciado en Son palabras de aceptación12
Caná, esto se aprecia por el y serán palabras para renovar
tipo de relación que Jesús pro- la Alianza13. María representa,
picia entre su madre y el discí- en cierto modo, al pueblo de
pulo amado. Dios en contexto de Alianza.
• “Mujer” anticipa 20, 15: “Mujer Ella pide a los servidores que
¿por qué lloras?, ¿a quién bus- adopten la actitud de la Alian-
cas?”. Hay ausencia, carencia. za, la obediencia a la voluntad
También hay referencias al ver- de Dios expresada aquí en la
bo “conocer” (Jn 20, 3.13.14). orden dada por Jesús.
En Caná la mujer dice a los • Los servidores no forman par-
servidores que hagan lo que Él te de la fiesta más que de un
les diga. La samaritana se en- modo marginal; sólo ejecutan
camina al pueblo y les anuncia órdenes. Están fuera de las re-
lo que Jesús le ha dicho. María laciones de familia, fuera del
Magdalena anuncia a los her- acontecimiento social porque
manos el nuevo mensaje de Je- no son invitados.
sús. María está relacionada en • María pasa del ámbito familiar
plano simbólico con estas dos de hablar con su hijo, al ám-
mujeres distintas10. bito marginal (hablar con los
• “Hagan lo que Él les diga” (2, servidores). No sabemos en
5) son las últimas palabras de calidad de qué ¿de amiga de
María en los Evangelios. A. los novios, de pariente…? Ella
Serra11 propone que las pala- no habla en imperativo, pero
bras de la madre de Jesús re- Jesús sí. Cuando les dirige la
10
Cf. Navarro Puerto Mercedes, “La mu- palabra en primer término, los
jer en las Bodas de Caná. Un relato de convierte en parte activa de
los orígenes (Jn 2, 1-12)”, en A. Aparicio
(ed) María del Evangelio. Las primeras otra fiesta de la que no todos
generaciones cristianas hablan de Ma- van a participar. Sus palabras
ría, PCI, Madrid 1994, 295-326.
11
A. Serra, Contributi dell´antica let- son relacionales. Al dirigirse a
teratura giudaica per l´esegesi di Gv 2, los servidores, amplía sus rela-
1-12 e 19, 25-27, Rom 1977, 139-229: Id., ciones hacia los que están en
Maria a Cana e sotto la Croce. Saggio
di mariología giovannea, Roma 1978, 12
Cf. Ex 19, 8; 24, 3-7; Dt 5, 27.
30-37. 13
Cf. Jos 24, 24; Ed 10, 12; Neh 5, 12.

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la periferia de la fiesta, prea- palabra. En su silencio se destaca


nuncia a los que Jesús se dirigi- el signo de su hijo y la fe de los
rá en su vida pública pues una discípulos que comienzan a creer
de las claves de los signos de porque han visto, ellos simbolizan
Jesús es su cercanía a la gen- el Israel que ha de convertirse
te del pueblo, los pobres, los con un largo trecho por recorrer.
enfermos, los extranjeros, etc.
Son estos los interlocutores de La respuesta de Dios ante el
María y los veremos como in- ruego de Moisés fue en otro tiem-
terlocutores del mismo Jesús. po la abundancia del maná, un
• El evangelista no habla de sir- anticipo de los dones de la Tierra
vientes (doulois), sino de ser- Prometida. La respuesta de Je-
vidores (diakonois)14. La ironía sús ante la petición de María es
del relato viene de los dife- un vino que se revela más bueno
rentes niveles de conocimien- que cualquier otro, anticipo de un
to entre ellos y el maestresa- banquete en el que Jesús dejará
la. Los protagonistas oficiales de ser invitado para convertirse
(maestresala y novio), creen en anfitrión y alimento.
que saben (cf. 2, 9-10), pero
no saben, sólo experimentan. La mujer de la alegría y el amor
Los servidores, no dicen que ¿imagen de la VC?
saben, pero el narrador infor-
ma al lector que ellos saben el María en las bodas evoca la re-
origen del vino. lación como afecto y la vida en
• De aquellas seis tinajas de pie- cuanto cuidado e interdependen-
dra, que debían encontrase lle- cia. Está en ámbito de interac-
nas de agua, para que los fieles ción, de comunicación social, su
a la ley se purifiquen conforme palabra dialogante es el inicio y
al ritual de lavatorios y ablu- la invitación al cambio de situa-
ciones, se puede saborear el ción. Ella se ha mostrado como
dulzor del vino abundante, an- promotora de la fiesta, al servicio
ticipo de los tiempos escatoló- de la alegría. Donde se ha presen-
gicos. tado la carencia, la posibilidad de
fracaso, se pone al servicio del
Después de hablar con los ser- amor, de su plenitud. Junto con
vidores, María no pronuncia otra los servidores anuncia y prepara
14
Cf. J. García Paredes, Mariología, el gozo que se acerca, la fiesta
BAC, Madrid 1995, 142. real del Reino que inaugura su

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(Jn 2, 1-12)

hijo, el festín ya anticipado por centrada. Nos brinda una memo-


Isaías (25, 6-7). Ha traducido su ria poderosa para la vocación de
encuentro con Dios en servicio, las mujeres en la Iglesia y en el
no puede salvar, no cambia el mundo, en mutua colaboración
agua de la tierra en el vino nuevo con los varones16. La observamos
del Reino, pero puede preparar presente en ámbito de celebra-
las cosas para el Reino. ción de afectividad, compromiso,
familia. Y está posibilitando que
En medio del banquete don- la fiesta continúe, pero en un
de los judíos sólo tienen el agua sentido mucho más profundo del
de las purificaciones rituales (2, aparente.
6), ella ha conducido a la huma-
nidad hacia el tiempo nuevo de Estamos invitados/as a ser
Jesús. Desde su libertad afectiva personas para la fiesta del amor,
dispuesta para amar, ha podido para la alegría, la amistad, la soli-
penetrar en las carencias y frus- daridad. Dios acontece al festejar
traciones humanas, así como en la vida por él regalada, al facilitar
el misterio de la vida, hacerlo pa- la alegría, al buscar salida a los
labra ante su hijo, de esta forma fracasos y frustraciones; al es-
con su intervención hace posible tar presentes en las carencias y
la transformación de la realidad buscar soluciones para que otra
dirigida hacia el fracaso; que se realidad sea viable, para que se
pueda saborear el inicio y la in- garantice el justo reparto de los
auguración de un tiempo nuevo; bienes y todos/as podamos disfru-
que dejemos atrás la tristeza de tar del color y del baile frutos del
unos bienes escasos y para pocos amor; de la comida y la bebida
para entrar en la abundancia y el fruto de la tierra trabajada con
justo reparto de la creación. justicia. Generar espacios donde
sea posible expresar el cariño y la
Vemos en ella a una mujer que cercanía para que surja lo mejor
habla, actúa, su presencia es efi- de nosotros mismos. María des-
caz. “Nuevamente Dios, en su plegó su ser de mujer, dialogue-
Hijo, necesita de la palabra de mos con ella sobre nuestro lugar,
María”15. Nos entrega la imagen nuestra necesidad de celebrar y
de mujer festiva, humana, des- 16
Johnson, Elizabeth, Verdadera herma-
15
Navarro Puerto, Mercedes, María, la na nuestra. Teología de María en la co-
mujer. Ensayo psicológico bíblico, Publi- munión de los santos, Herder, Barcelona
caciones Claretianas, Madrid 1987, 134. 2005, 337.

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evitar que el vino se avinagre, la alegría de vivir como la comu-


que nuestras vidas saboreen en nicación sincera y honda.
su final el mejor vino, que aporta

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