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2. Relativos a los valores y necesidades de los individuos, sus actitudes y motivación, con
un componente relacional muy significativo, ya sea con el propio grupo de trabajo, con el
supervisor o jefe de grupo, y también con los miembros de los grupos que coexisten en el
mismo ámbito de trabajo.
Componentes subjetivos.
Si nos adherimos a los enfoques que sostienen que el clima organizacional está
constituido fundamentalmente por las percepciones de las personas que integran la
organización, deberemos atender al concepto de pe ep ió o o lave pa a
comprender la subjetividad.
Así, lo que uno percibe puede ser sustancialmente diferente de la realidad objetiva,
aunque no necesariamente. Esto también está influido por nuestras actitudes, ya que
éstas dan forma a una disposición mental que repercute en nuestra manera de ver las
cosas, en nuestras percep io es. Las a titudes so los sentimientos y supuestos que
determinan en gran medida la percepción de los empleados respecto de su entorno, su
compromiso con las acciones previstas y, e últi a i sta ia, su o po ta ie to .
Las actitudes de los empleados son muy importantes para las organizaciones.
Cuando las actitudes son negativas, ello constituye tanto un síntoma de problemas
subyacentes en el clima organizacional como una causa que puede ser el caldo de cultivo
para nuevas dificultades en una organización. Actitudes de rechazo pueden emerger y dar
lugar a huelgas, pasividad, ausentismo y rotación o salida de los empleados de la empresa.
También pueden ser consecuencias de conflictos laborales, bajo desempeño, mala calidad
de los productos y servicios, problemas disciplinarios, entre otros. Los costes
organizacionales asociados con actitudes negativas de los empleados pueden reducir la
competitividad de una organización.
Por el contrario, las actitudes favorables son deseables para la dirección ya elevan la
productividad y la satisfacción de los empleados. Pero puede suceder que, aunque la
actitud de un empleado frente a la empresa sea positiva, las políticas que ésta imparte no
sean justas ni adecuadas para el personal, lo que llevaría a largo plazo a la aparición de
posibles conflictos.
Los principales factores que dentro del clima organizacional pudiéramos valorar como
subjetivos son:
Podemos hablar de alta autonomía, asociándola a bajo control y baja autonomía cuando
el control ejercido es amplio.
Robbins (1996) menciona el liderazgo informal (o natural en los grupos, distinto del formal
o autoridad oficial ue … el lide azgo i fo al –esto es, la capacidad de influir que
surge fuera de la estructura formal de la organización–es con frecuencia tan importante o
más que la influencia formal. En otras palabras, los líderes pueden emerger dentro de un
grupo como también por la designación formal para di igi al g upo .
El no saber escuchar genera malas relaciones y lleva a vi ios o o supo e lo que otra
persona siente o piensa; esto a su vez puede generar lo que comúnmente se denomina
u o . Los u o es su ge también cuando la información proporcionada no es concisa
y clara, cuando existen distorsiones en ella –omitiendo información, agregando datos que
no corresponden al mensaje original, cambiando directamente el contenido al
retransmitir–o cuando existe un clima de tensión en la organización que genera
incertidumbre provocando graves distorsiones de lo que verdaderamente se quiere
transmitir
Componentes objetivos del clima organizacional
Los componentes o aspectos objetivos que vamos a considerar dentro del clima
organizacional son los siguientes:
e trabajo.
Remuneración/salario
Cuando se habla de remuneración/salario se alude a todo tipo de compensaciones
materiales (por esto se considera un elemento objetivo del clima organizacional): salarios,
jornales, sueldos, primas, beneficios, incentivos, bonus, etc., que el empleado (en
cualquier nivel, sea un simple operario o un alto directivo) recibe de la empresa para la
que trabaja.
Sin entrar con profundidad en el tema, cabe afirmar que los sistemas dotados de dos
pilares complementarios: a) remuneraciones fijas; b) incentivos variables en función de
objetivos, resultados, logros, etc., consiguen unos efectos de productividad generalmente
superiores a los sistemas dotados de uno solo de los pilares.
Todo puesto de trabajo tiene un valor intrínseco que puede ser descrito y medido con las
técnicas adecuadas (observación de tareas, entrevistas con ocupantes del puesto,
descripción de procedimientos, estudio de problemas e incidentes críticos, etc.) tras un
análisis en profundidad.
Analizar un puesto de trabajo significa estudiar cuáles son los elementos constitutivos de
dicho puesto, es decir, responder a: