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“La cultura de masas y la importancia de una visión crítica: reflexiones desde la

semiología"

El fenómeno de la comunicación masiva ha sido objeto de estudio y reflexión desde hace


décadas, y aún hoy en día, sigue siendo uno de los temas más debatidos en la sociedad. La
Escuela de Frankfurt y la Mass Communications son dos corrientes que, aunque muy
diferentes en su enfoque, coinciden en su preocupación por los efectos de los mensajes
masivos y por considerar a los receptores como personas pasivas e incapaces de resistir o
reinterpretar dichos mensajes. Sin embargo, esta preocupación por los efectos ha llevado a
ambas corrientes a descuidar lo que ocurre concretamente en los receptores.

En la década de 1960, Umberto Eco describió la situación de la investigación en


comunicación con los términos de "Apocalípticos e Integrados". Los apocalípticos consideran
que la cultura de masas es una degeneración de la cultura de élite, mientras que los integrados
la aplauden como una ampliación del campo cultural y la circulación del arte a nivel extenso.
Esta dicotomía sigue siendo relevante en nuestros días, en los que la oferta de entretenimiento
y consumo masivo ha aumentado exponencialmente gracias a la tecnología.

Es importante destacar que, como bien señala Eco, la cultura de masas es la cultura de la
modernidad. Los medios de comunicación masiva han cambiado radicalmente la forma en
que nos relacionamos y accedemos a la información y el entretenimiento. Si queremos hablar
de valores, debemos atender a las condiciones objetivas de las comunicaciones y a las nuevas
formas de comunicación visual y auditiva que han surgido.

Es por ello que la semiología se ha convertido en una herramienta fundamental para entender
esta nueva cultura cambiante y contradictoria. La semiología, como ciencia joven, se encarga
del estudio de los signos y su interpretación en diferentes contextos y culturas. Permite
analizar los mensajes masivos y descubrir los significados ocultos detrás de ellos, así como
las diferentes formas de recepción y reinterpretación de los mismos.

En este sentido, es importante destacar que los receptores no son necesariamente pasivos e
incapaces de resistir o reinterpretar los mensajes masivos. La semiología muestra que los
receptores son activos y que su capacidad de reinterpretar los mensajes masivos está
directamente relacionada con su cultura, su contexto y sus experiencias previas. Por tanto, es
necesario superar la visión de los receptores como meros consumidores pasivos y reconocer
su capacidad de reinterpretar y resignificar los mensajes masivos.

Además, es importante tener en cuenta que la cultura de masas no es homogénea. Existen


diferentes manifestaciones de ella, desde la música pop hasta el cine de autor, pasando por la
televisión o las redes sociales. Cada una de estas manifestaciones tiene su propio lenguaje y
su propia audiencia, y es importante analizarlas de manera individual para comprender su
impacto en la sociedad y en la cultura en general.

En conclusión, creo que la visión de Umberto Eco es una invitación a pensar de manera más
crítica y reflexiva sobre la cultura de masas y su papel en nuestra sociedad. En lugar de
rechazarla o celebrarla sin reservas, debemos tratar de entenderla mejor y apreciar su
complejidad y contradicciones. La semiología puede ser una herramienta útil en este proceso,
pero también necesitamos una actitud abierta y crítica hacia la cultura de masas y su impacto
en nuestra vida cotidiana.

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