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Debemos partir del concepto que de las personas tenían los romanos y así
encontramos que, para ellos, persona era: “todo ente capaz de adquirir
derechos y contraer obligaciones”. Evoluciona el concepto de persona, hasta
nuestro ordenamiento jurídico, y así el artículo 74 del código civil, define la
persona como: “Todos los individuos de la especie humana cualquiera que
sea su edad, sexo, estirpe o condición”. Se aprecia claramente la transición
entre el concepto de ente (Romano) y persona (nosotros), este concepto que
se origina según algunas tendencias en el teatro dramático Griego antiguo,
donde de utilizaba el termino personae para denominar la máscara con la que
se caracterizaba cada actor, y según otros se relaciona la palabra persona,
con la expresión perfecta SONANS, y con la locución PERSE UNA, ambas
asignadas al ser calificado como persona1.
Para los romanos las personas pueden ser físicas o morales, son personas
físicas aquellas que representan signos o características humanas; mientras
que las personas morales son creaciones ideales a las que la ley reconoce
capacidad de derecho. Para nosotros como el artículo 73 del código civil divide
las personas en naturales y jurídicas, las naturales son el tipo de persona
narradas en la definición del artículo 74 del código civil, ya citada, mientras
que las personas jurídicas son definidas en el artículo 633 del código civil en
los siguientes términos: “Se llama persona jurídica una persona ficticia, capaz
de ejercer derechos y contraer obligaciones civiles, y de ser representada
judicial y extrajudicialmente”.
1.1. CAPACES: Son aquellas que reúnen en si mimos las condiciones de:
Son las personas que se encuentran sometidos a una potestad o poder que
se ejerce sobre ellos, bien sea por potestad dominica (dominica potestas) que
era la que ejercía el amo sobre el esclavo, patria potestad que ejercía el páter
familias sobre sus filius familias, o potestad marital que se ejercía por el
marido sobre su cónyuge.
Eran incapaces de hecho para los romanos los infantes o niños, los impúberes,
los dementes o locos, los sordo-mudos, los pródigos o disipadores, los
esclavos, las mujeres solteras, a propósito de las mujeres su condición en
roma era la siguiente:
CASADA SOLTERA
ALIENI JURIS Dependencia Menor de edad ALIENI JURIS:
del marido
Dependencia del pater
familia.
Deviene de las palabras caput que significa status y deminutio que significa
perdida, es la disminución de la capacidad jurídica, por la pérdida de uno (1)
o más de los status integrantes de la capacidad (libertatis, civitatis, familiae).
Sin embargo, el hombre libre que cautivo moría en poder del enemigo no
sufría la capitis deminutio máxima, porque por ficción de la “ley Cornelia”, se
consideraba muerto a la fecha de iniciarse el cautiverio; tampoco la sufría el
cautivo que regresaba a Roma e invocaba el JUS POSTLIMINII, que implica la
rehabilitación de su estado de hombre libre.
1.3. LA INTESTABILIDAD:
La muerte puede ser real, este tipo de muerte se concreta en dos situaciones,
la muerte individualmente considerada de la persona física, aspecto ya citado
anteriormente y a la muerte de varias personas en un mismo acto
denominado conmorencia o conmurencia, lo que originaba un problema
herencial, cuando los varios que morían (2 o más) se heredaban entre si y
debido a la coetanedad de la muerte era imposible determinar quién había
muerto primero, los romanos resolvieron esta situación estableciendo que
cuando morían el padre y el hijo impúber (7 a 14 años hombre y 7 a 12 mujer)
se consideraba muerto primero el hijo impúber, la herencia pues pasaba a los
herederos del padre, cuando el hijo era púber, se tenían por muerto primero
el padre, la herencia pues la recibían los herederos del hijo púber.
LA ESCLAVITUD
1.1. POR CAUTIVIDAD: fue la fuente más fuente las prolifera de generar la
esclavitud, para que esta se diera debían confluir dos eventualidades, (i) que
el cautivo debía caer prisionero en guerra de nación a nación, excluyéndose
por tanto las batallas con piratas o bandidos y obviamente las interminables
guerras civiles en las cuales se vio inmersa Roma.(ii) Se necesitaba un guerra
legalmente declarada, con pueblos que tenían relaciones con Roma ya que
con los Barbaros existía un estado total de guerra.
Desde el punto de vista de los bienes y la propiedad, los esclavos por regla
general no tenían patrimonio, no podían obligarse civilmente y cualquier bien
que adquirieren aumentaría el patrimonio de su dueño. Este principio tenía
excepciones de derecho y de hecho, se excepcionaba de derecho el esclavo
publico del pueblo romano que podía adquirir un patrimonio y testar la mitad
de sus bienes, La excepción de hecho se constituía cuando el dueño admitía
que el esclavo tuviese un peculio, que posteriormente le serviría para comprar
su libertad; este beneficio se generaba para algunos esclavos sobre los que
el dueño tenía preferencia, como el intendente de su fortuna, el maestro de
los hijos, el médico, el bufón, el tocador de lira.
Esclavo como persona o como cosa, como persona aunque era muy mínima
su connotación de persona podíamos citar como tal algún caso en los que se
tenía en cuenta la personalidad del esclavo, se podía obligar, aun cuando su
obligación era puramente natural, es decir no tenía exigibilidad jurídica, se
obligaba por sus contratos, y civilmente, por sus delitos, en las disposiciones
testamentarias se tenía en cuenta su persona, y en los actos jurídicos que
podían aprovechar a su dueño, nunca se prescindió absolutamente de su
voluntad, sus crímenes se castigaban y en época muy avanzadas no podía
matársele impunemente. La primera división de las personas en libre y
esclavos, por sus mismos términos, afirma el carácter de la personalidad de
los esclavos, y puede decirse que todas estas disposiciones contradictorias
demuestran la oposición entre el derecho de los antiguos que admitía la
esclavitud y la razón natural que la condena.
TERMINACIÓN DE LA ESCLAVITUD
La esclavitud terminaba por voluntad del dueño, amo o dominus, tema al cal
vamos a dedicar un aparte más adelante al tratar las personas manumitidas
y sin la voluntad del dueño, en esta esta última clase podemos citar:
EL IUS POSTLIMINII:
Por excepción no podían gozar de Ius Postlimini los tránsfugas; los cautivos
que se entregaban a discreción o que en una cláusula de un tratado los
abandonaba al enemigo; aquellos que regresaban a Roma después de haber
prometido volver a la cautividad. En estos casos, quizá recuperaban su
libertad legal con su libertad natural, pero evidentemente ellos no son
gozaban de Ius Postliminii.
DE PLENO DERECHO
Llegaban a ser libres de pleno derecho, en virtud de decisiones legales: en la
época clásica el esclavo enfermo y abandonado por su dueño (decisión de
Claudio); el que se adquiría bajo la condición de manumitirlo en determinado
plazo, siempre que, en la época convenida, el adquiriente no hubiese cumplido
la condición; el esclavo prostituido a pesar de la prohibición en contrario
contenida en el acta de la venta; el que denunciaba al asesino de su dueño.
En la época del bajo imperio el esclavo que denunciaba ciertos crímenes, tales
como la fabricación de moneda falsa, el rapto, la deserción de un soldado; la
ancilla prostituida contra su voluntad; el hijo esclavo expuesto por su dueño.
PERSONAS LIBRES:
CLASES DE MANUMITIDOS:
Los modos públicos también existieron bajo Justiniano, con excepción del
censo, el cual, como ya lo hemos visto, se hallaba suprimido hacia algún
tiempo. Se conservó, pues, la declaración del dueño de las iglesias, y los dos
modos del antiguo derecho, la vindicta y el testamento; aquella no fue ya sino
una simple manifestación de voluntad ante el magistrado, y, en lugar del acto
testamentario solemne, basto para dar la libertad, un codicilo cualquiera.
Los modos privados, que en otro tiempo no podían conferir el título de
ciudadano Romano los asimilo Justiniano a los modos públicos. a vía de
ejemplo, indicaremos estos: el dueño podía manumitir por medio de carta,
entre amigos destruyendo los títulos de esclavitud, siempre que cada uno de
estos casos lo presentaran cinco testigos; o también si daba a un esclavo el
título de hijo en un acto público, o casaba a su ancilla con un hombre de libre
dotándola, y si él ordenaba que a la cabeza de su convoy marchase un esclavo
cubierto con el gorro de la libertad.
Al tenor de una segunda regla de la ley de Elia sentía, el esclavo que había
sufrido infamias indicadas por la ley durante su esclavitud, no podía adquirir
la ciudadanía romana. Justiniano derogo ambas disposiciones de la ley Elia
sentía.
2. LATINOS JUNIANOS:
Su creación se dio por la ley Junia Norbana; que tenía como finalidad legalizar
las manumisiones no solmenes, los manumitidos bajo su rigor quedaban libres
pero no accedían a la ciudadanía, se puede afirmar que los Latinos Junianos
eran aquellos que habían sido manumitidos por un modo privado, o por un
dueño que no tenía sobre su esclavo sino la propiedad bonitaria, o los que
contrariando la ley Aelia Sentia verificaban la manumisión sin justo motivo
aceptado por el concejo, antes de que el esclavo cumpliese treinta años.
Liberis o causae probatio, tenía lugar cuando el latino casado con una latina
o una Romana con el fin de tener hijos, contraía su matrimonio ante siete
ciudadanos romanos púberes, cuando el hijo nacido de esta unión cumplía un
año (anniculus), el padre se presentaba ante el pretor, quien, probado el
matrimonio en las circunstancias indicadas, concedía siempre el derecho de
ciudadanía al padre, y además, si no lo tenían ya, a la mujer y al hijo; este
favor que la ley Aelia Sentia concedía al manumitido menor de treinta años,
por el senado consulto pégasiano se hizo extensivo a todos los latinos
junianos.
Iteratio que tenía lugar cuando el dueño que no había llenado todas las
condiciones requeridas para hacer a un liberto ciudadano romano, reiteraba
la manumisión el día que podía cumplir todas las prescripciones de la ley.
Militia ocurría cuando el latino había servido en las guardias de Roma durante
seis años, según la ley Viselia, y, más tarde, durante tres años solamente.
2. LOS DEDITITIOS
Igualmente fueron creados por la ley Aelia Sentia quiso impedir que se diera
el título de ciudadano romano a esclavos que hubiesen sufrido infamias, como
por ejemplo, si habían sido encadenados o aprisionados, llevados al anfiteatro
o puestos en tortura por razón de un delito del cual se habían hecho culpables;
pero en lugar de dejarlos en una simple libertad de hecho, la ley les dio una
condición jurídica, y creo una nueva clase de manumitidos. Su nombre de
dedititios vino a su asimilación con los peregrinos dedititios, quienes, después
de la derrota, se entregaban a discreción con todos sus bienes. Tenían una
condición inferior a la de las dos clases de libertos presedentes, y aun la de
los peregrinos ordinarios, puesto que estaban asimilados a peregrinos sin
ciudad, y tenían las pessima libertas, la peor de las libertades. Les estaba
prohibido habitar en Roma ni a cien millas a la redonda, so pena de que los
vendiera el estado con la cláusula expresa de que el adquiriente no pudiera
manumitirlos, y si, a pesar de esta cláusula, eran manumitidos, venían a ser
esclavos públicos del pueblo romano, gozaban del derecho de gentes, pero
no podían invocar el derecho de ninguna ciudad; les era imposible testar o
recibir por testamento, y, lo que agravaba su situación, era que jamás podían
esperar ser un día ciudadanos romanos.
Fueron abolidos bajo Justiniano y toda vez que los rigores de la condición de
los dediticios habían desaparecido,
Otros justos motivos eran cuando un dueño podía querer manumitir a una
esclava para casarse (el matrimonio debía entonces efectuarse dentro de los
seis meses siguientes a la manumisión); o para libertar a su padre, sus hijos,
sus hermanos, que él tuviera bajo su potestad, lo que podía suceder cuando
a un esclavo se le instituía heredero por su dueño, y le sucedía, por
consiguiente, en todo su patrimonio; había justa causa también cuando quería
nombrar a un eslavo procurator ad litem, con tal que este tuviese, por lo
menos, diecisiete año, edad requerida para comparecer en juicio, una vez que
la causa se había aprobado, el dueño podía, bajo Justiniano, elegir uno de los
modos públicos o privados de manumisión; pero en el antiguo derecho debía
emplear la vindicta si quería hacer del esclavo un ciudadano Romano, o un
modo privado, si apenas quería otorgar la libertad latina.
Para las manumisiones entre vivos se conservó la edad de veinte años bajo
Justiniano; pero para las manumisiones testamentarias, el emperador
permitió hacerlas primero a los diecisiete años y más tarde a los catorce, con
lo cual quería asimilar el derecho de disponer de un esclavo por testamento y
el derecho de darle la libertad.
Un solo dueño no podía por si solo dar la libertad a un esclavo común porque
sería violar el derecho de su copropietario, en el antiguo derecho la
consecuencia de este principio era que si el dueño que manumitida a un
esclavo indiviso había cumplido todas las condiciones para conferir la
ciudadanía romana, el derecho que tenía sobre este esclavo común lo perdía
y acrecía todo al otro copropietario; era un Jus Adcrescendi de naturaleza
especialísima, que gratuitamente daba a este ultimo la plena propiedad de un
esclavo en antes indiviso.