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GUION TEATRAL

"La Viudita"

•Sebastian Salinas - Narrador

Grado y sección: "2B".

2022
DIÁLOGOS:

1- Muy popular es en Arequipa la historieta que estoy a punto de contarles y


narrar, esta historia es del autor Ricardo Palma escrita en los años 1879
titulada La viudita
Por los años de 1834 no se hablaba en Arequipa de otra cosa que de
la Viudita, y se contaban acerca de ella cuentos muy aterradores. La viudita
era la pesadilla de la ciudad entera.
Era el caso que, vecino al hospital de San Juan de Dios, había un pequeño
sitio conocido como el de profundis o sitio donde se exponían por doce horas
los cadáveres de los fallecidos en el santo asilo.
Pero en 1834 empezó a correr el rumor de que después de las diez de la
noche salía del cuartito de los muertos un bulto vestido de negro, un
fantasma, un ente, el cual bulto, que tenía forma femenina, se presentaba
armado con una linterna cada vez que sentía pasos varoniles por la calle,
como quien practica un reconocimiento, reflejaba la luz sobre el rostro de la
persona pasante, y luego volvía muy tranquilamente a esconderse en el de
profundis.
Nadie se sentía ya con hígados para pasar por San Juan de Dios después
del toque de queda.
Un buen hombre, llamado D. Valentín Quesada, con agravio de su nombre de
pila que lo comprometía a ser valiente, casi murió del susto, este se había
encontrado a la viudita cara a cara, cuando le preguntaban qué había
pasado, él siempre decía:

3- Las autoridades decidieron entrevistar a este hombre

8- En vano la autoridad dispuso la captura del fantasma, ya que no pudieron


encontrar oficiales con el suficiente coraje para esta misión.
Los de la ronda no se aproximaban ni a la esquina del hospital, y cada
mañana inventaban una mentira para disculparse ante su jefe, como la de
que:

13-O alguna tontería más, con esto el terror del vecindario iba en aumento.
Al fin, el general D. Antonio Gutiérrez de La Fuente, que era el prefecto del
departamento, decidió no valerse de policíacos cobardones.

15-los oficiales con miedo de que descubran su santa mentira dijeron:

18-La Fuente fue y dijo:

20-con este pensamiento, se fue una noche en su capa y se encaminó a San


Juan de Dios. Faltante algunos pasos para llegar al De Profundis cuando se
le presentó el fantasma y le inundó el rostro con la luz de la linterna.
El general La Fuente amartilló una pistola, y avanzando sobre la viuda le
gritó:

22-El alma en pena se asustó, y corrió a refugiarse en un ataúd.


La Viudita cayó de rodillas, y arrojando una manta que le servía de antifaz,
exclamó:

24-El general La Fuente, se quedó anonadado al ver su rostro, resulta que la


temible viudita era... era... ¡una lindísima muchacha!
-dijo La Fuente para sí-

27-Hildebrando Béjar era el don Juan Tenorio de Arequipa. este tenía como
trabajo engatusar muchachas y hacerse el orejón cuando éstas, con buen
derecho, le exigían el cumplimiento de sus promesas y juramentos. Él decía:

29-Víctima fue, entre otras, la bellísima Irene, tenida hasta el momento en que
sucumbió a la tentación de morder la manzana.

31-Irene respondía

35-Estos tuvieron una pequeña relación de unos pocos días cuando de la noche
a la mañana Hildebrando decidió abandonarla sin más

38-Tal cual una novela Irene se quedó llorando día tras día diciendo que se
vengaría de él.
Triste por su tal desgracia, cansada de soltar lágrimas y demás recursos del
caso, decidió vengarse asesinando al autor de su deshonra. Y armada de un
puñal, se puso en acecho a dos cuadras de una casa donde Hildebrando iba
a encontrar a sus víctimas, escogiendo para acechadero el de profundis del
hospital.
Pero fue misterioso presentimiento o linda casualidad, Hildebrando siempre
insistía en rodear camino para no pasar por San Juan de Dios.
Como hemos dicho, Irene le confió su secreto al oficial La Fuente y a tal
punto llegó el general a interesarse por la desventura de la joven, que hizo
venir a su presencia a Hildebrando.

43-Dijo desesperadamente Hildebrando temiendo por su vida.

48-Irene se pensó mucho esto y tras unos largos 3 minutos dijo:

51-Ocho días más tarde Irene e Hildebrando recibían la solemne bendición


sacramental.
Está visto que, sobre la tierra, habiendo hembra y varón de por medio, todo,
hasta las apariciones de almas en pena, el matrimonio es el remate perfecto
y socorrido para un novelista.

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