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Análisis de las estructuras del discurso en un cuento de Jorge Luis Borges

La Intrusa

Elaborado por Claudia Patricia Zuluaga Toro


Curso de Lingüística
Magister: Adriana Ortiz
Universidad de Antioquia
Revisado en Enero de 2014

INTRODUCCIÓN

Los discursos literarios son ficciones que refieren a mundos verbalmente posibles y fundamentados
en sí mismos. Por esta razón el análisis de las estructuras del discurso en una narración, en este caso
el cuento La Intrusa de Jorge Luis Borges implica una dificultad profunda pues el autor hace uso
de muchas estrategias que en la competencia comunicativa activan la pragmática para hacer el uso
adecuado del signo lingüístico creando paradigmas adecuados al contexto en la realización de la
historia y la búsqueda de estos elementos requiere de una destreza y de un análisis detallado. En el
hallazgo de la ideología que enmarca el texto se tratará de hacer uso de todos los recursos
lingüísticos de los que se dispone y así mediante las estructuras que plantea Van Dijk se
desvertebrará paso a paso para evidenciar en todo su recorrido la explicación de sus funciones y
contextos cognitivos, sociales, políticos, históricos y culturales.
“LA INTRUSA”.

2 Reyes, I,26

Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en
el velorio de Cristian, el mayor que falleció de muerte natural, hacia mil ochocientos noventa y
tantos, en el partido de Morón. Lo cierto es que alguien la oyó de alguien en el decurso de esa
larga noche perdida, entre mate, y la repitió a Santiago Dabove, por quien la supe. Años después
volvieron a contármela en Turdera, donde había acontecido. La segunda versión, algo más prolija,
confirmaba en suma la de Santiago, con las pequeñas variaciones y divergencias que son del caso.
La escribo ahora en ella se cifra, si no me engaño, un breve y trágico cristal de la índole de los
orilleros antiguos. Lo haré con probidad, pero ya preveo que cederé a la tentación literaria de
acentuar o agregar algún pormenor.

En Turdera los llamaban los Nilsen. El párroco me dijo que su predecesor recordaba, no sin
sorpresa, haber visto en la casa de esa gente una gastada biblia de tapas negras con caracteres
góticos; en las últimas páginas entrevió nombres y fechas manuscritas. Era el único libro que
había en la casa. La azarosa crónica de los Nilsen, perdida como todo se perderá. El caserón, que
ya no existe, era de ladrillo sin revocar; desde el zaguán se divisaba un patio de baldosa colorada
y otro de tierra. Pocos, por lo demás, entraron ahí; los Nilsen defendían su soledad. En las
habitaciones desmanteladas dormían en catres; sus lujos era el caballo, el apero, la daga de hoja
corta, el atuendo rumboso de los sábados y el alcohol pendenciero.

Se que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda de las que nunca oirían hablar, andaban
por la sangre de esos dos criollos. El barrio les temía a los colorados; no es imposible que
debieran alguna muerte. Hombro a hombro pelearon una vez a la policía. Se dice que el menor
tuvo un altercado con Juan Iberra, en el que no llevó la peor parte, lo cual, según los entendidos es
mucho. Fueron troperos, curteadores, cuatreros y alguna vez tahúres. Tenían fama de avaros,
salvo cuando la bebida y el juego los volvía generosos.

De sus deudos nada se sabe ni de dónde vinieron. Eran dueños de una carreta y una yunta de
bueyes.

Físicamente diferían del compadraje que dio su apodo forajido a la costa brava. Esto, y lo que
ignoramos ayuda a comprender lo unidos que fueron. Malquistarse con uno era contar con dos
enemigos.

Los Nilsen eran calaveras, pero sus episodios amorosos habían sido hasta entonces de zaguán o de
casa mala. No fallaron, pues, comentarios cuando Cristian llevó a vivir con él a Juliana Burgos. Es
verdad que ganaba así una sirvienta, pero no es menos cierto que le colmó de horrendas baratijas
y que la lucía en las fiestas. En las pobres fiestas de conventillo donde la quebrada y el corte
estaban prohibidos y donde se bailaba, todavía con mucha luz, Juliana era de tez morena y de ojos

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rasgados; bastaba que alguien la mirara, para que se sonriera. En un barrio modesto, donde el
trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal parecida.

Eduardo los acompañaba al principio. Después emprendió un viaje a Arrecifes por no sé que
negocio; a su vuelta llevó a casa una muchacha, que había levantado por el camino, y a los pocos
días la echó. Se hizo más hosco; de emborrachaba solo en el almacén y no se daba con nadie.
Estaba enamorado de la mujer de Cristián. El barrio, que tal vez lo supo antes que él, previó con
alevosa alegría la rivalidad latente de los hermanos.

Una noche, al volver tarde de la esquina, Eduardo vio el oscuro de Cristián atado al palenque. En
el patio, el mayor estaba esperándolo con sus mejores pilchas. La mujer iba y venía con el mate en
la mano. Cristián le dijo a Eduardo: yo voy a una farra en lo de farias. Ahí la tenés a la Juliana; si
la querés, usala.

El tono era entre mandón y cordial. Eduardo se quedó un tiempo mirándolo; no sabía que hacer.

Cristián se levantó, se despidió de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa, montó a caballo y se
fue al trote, sin apuro.

Desde aquella noche la compartieron. Nadie sabrá los pormenores de esa sórdida unión, que
ultrajaba las decencias del arrabal. El arreglo anduvo bien por unas semanas, pero no podía
durar. Entre ellos, los hermanos no pronunciaban el nombre de Juliana, ni siquiera para llamarla,
pero buscaban y encontraban razones para no estar de acuerdo. Discutían la venta de unos cueros,
pero lo que discutían era otra cosa. Cristián solía alzar la voz y Eduardo callaba. Sin saberlo,
estaban celándose. En el duro suburbio, un hombre no decía, ni se decía, que una mujer pudiera
importarle, más allá del deseo y la posesión, pero los dos estaban enamorados. Esto, de algún
modo, los humillaba.

Una tarde en la plaza de las Lomas, Eduardo se cruzó con Juan Iberra, que lo felicitó por ese
primor que se había agenciado. Fue entonces, creo, que Eduardo lo injurió. Nadie delante de él,
iba a hacer burla de Cristián.

La mujer atendía a los dos con sumisión bestial; pero no podía ocultar alguna preferencia, sin
duda por el menor, que no había rechazado la participación, pero que no la había dispuesto.

Un día, le mandaron a la juliana que sacara dos sillas al primer patio y que no apareciera por ahí,
tenían que hablar. Ella esperaba un diálogo largo y se acostó a dormir la siesta, pero al rato la
recordaron. Le hicieron llenar una bolsa con todo lo que tenían, sin olvidar el rosario de vidrio y
la crucecita que le había dejado su madre. Sin explicarle nada la subieron a la carreta y
emprendieron un silencioso y tedioso viaje. Había llovido, los caminos estaban muy pesados y
serían las once de la noche cuando llegaron a Morón. Ahí la vendieron a la patrona del prostíbulo.
El trato ya estaba hecho: Cristián cobró la suma y la dividió después con el otro.

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En Turdera, los Nilsen, perdidos hasta entonces en la maraña (que también era rutina) de aquel
monstruoso amor, quisieron reanudar su antigua vida de hombres entre hombres. Volvieron a las
trucadas, al reñidero, a las jergas casuales. Acaso, alguna vez, se creyeron salvados, pero solían
incurrir, cada cual por su lado, en injustificadas o harto justificadas ausencias. Poco antes de fin
de año el menor dijo que tenía qué hacer en la capital. Cristián se fue a Morón; en el palenque de
la casa que sabemos reconoció al overo de Eduardo. Entró; adentro estaba el otro, esperando
turno. Parece que Cristián le dijo:

-de seguir así, los vamos a cansar a los pingos. Más vale que la tengamos a mano.

Habló con la patrona, sacó unas monedas del tirador y se la llevaron. La Juliana iba con Cristián;
Eduardo espoleó al overo para no verlos.

Volvieron a lo que ya se ha dicho. La infame solución había fracasado; los dos habían cedido a la
tentación de hacer trampa. Caín andaba por ahí, pero el cariño entre los Nilsen era muy grande -
¡quién sabe que rigores y qué peligros habían compartido!- y prefirieron desahogar su
exasperación con ajenos. Con un desconocido, con los perros, con la Juliana, que había traído la
discordia.

El mes de marzo estaba por concluir y el calor no cejaba. Un domingo (los domingos la gente suele
recogerse temprano) Eduardo que volvía del almacén vio que Cristián uncía los bueyes. Cristián
dijo:

-Vení; tenemos que dejar unos cueros en lo del Pardo; ya los cargue, aprovechemos la fresca. El
comercio del Pardo quedaba, creo más al sur; tomaron por el camino de las tropas; después por
un desvío. El campo iba agrandándose con la noche.

Orillaron a un pajonal. Cristián tiró el cigarrillo que había encendido y dijo sin apuro:

-A trabajar hermano. Después nos ayudarán los caranchos. Hoy la mate. Que se quede aquí con
sus pilchas, ya no hará más perjuicios.

Se abrazaron, casi llorando. Ahora los ataba otro vínculo: la mujer tristemente sacrificada y la
obligación de olvidarla.

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JORGE LUIS BORGES

Nació en Buenos Aires-Argentina en 1899 y murió en Ginebra-Suiza en 1986. Procedía de una


familia de próceres que contribuyeron a la independencia del país. Apenas con seis años confesó a
sus padres su vocación de escritor, e inspirándose en un pasaje del Quijote redactó su primera
fábula cuando corría el año 1907: la tituló La visera fatal. A los diez años comenzó ya a publicar,
pero esta vez no una composición propia, sino una brillante traducción al castellano de El príncipe
feliz de Oscar Wilde. En el mismo año en que estalló la Primera Guerra Mundial, Borges era
entonces un adolescente que devoraba incansablemente la obra de los escritores franceses, desde los
clásicos como Voltaire o Víctor Hugo hasta los simbolistas, y que descubría maravillado el
expresionismo alemán, por lo que se decidió a aprender el idioma descifrando por su cuenta la
inquietante novela de Gustav Meyrink El golem. Hacia 1918 lee asimismo a autores en lengua
española como José Hernández, Leopoldo Lugones y Evaristo Carriego y al año siguiente la familia
pasa a residir en España, primero en Barcelona y luego en Mallorca, donde al parecer compuso unos
versos, nunca publicados, en los que se exaltaba la revolución soviética y que tituló Salmos rojos.
En Madrid conoce a Rafael Cansinos-Assens, a quien extrañamente, a pesar de la enorme diferencia
de estilos, proclamó como su maestro. Conoció también a Valle Inclán, a Juan Ramón Jiménez, a
Ortega y Gasset, a Ramón Gómez de la Serna, a Gerardo Diego, aunque había llegado ya el
momento de regresar a la patria convertido, irreversiblemente, en un escritor sobre todo de los
suburbios del Sur, poblados de compadritos.

Durante los años treinta su fama creció en Argentina ejerce asiduamente la crítica literaria, traduce
con minuciosidad a Virginia Woolf, a Henri Michaux y a William Faulkner y publica antologías
con sus amigos. Pero lo cierto es que, a causa de haber firmado manifiestos antiperonistas, el
gobierno lo apartó al año siguiente de su puesto de bibliotecario y lo nombró inspector de aves y
conejos en los mercados, cruel humorada e indeseable honor al que el poeta ciego hubo de
renunciar, para pasar, desde entonces, a ganarse la vida como conferenciante.

La policía se mostró asimismo suspicaz cuando la Sociedad Argentina de Escritores lo nombró en


1950 su presidente, habida cuenta de que este organismo se había hecho notorio por su oposición al
nuevo régimen. Ello no obsta para que sea precisamente en esta época de tribulaciones cuando
publique su libro más difundido y original, El Aleph (1949), ni para que siga trabajando
incansablemente en nuevas antologías de cuentos y nuevos volúmenes de ensayos antes de la caída
del peronismo en 1955. Las posturas políticas evolucionaron desde el izquierdismo juvenil al
nacionalismo y después a un liberalismo escéptico desde el que se opuso al fascismo y al
peronismo. A lo largo de toda su producción, Borges creó un mundo fantástico, metafísico y
totalmente subjetivo. Su obra, exigente con el lector y de no fácil comprensión, debido a la
simbología personal del autor, ha despertado la admiración de numerosos escritores y críticos
literarios de todo el mundo. Describiendo su producción literaria, el propio autor escribió: “-No soy
ni un pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su
propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de

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literatura”. Fue el creador de una cosmovisión muy singular, sostenida sobre un original modo de
entender conceptos como los de tiempo, espacio, destino o realidad. Sus narraciones y ensayos se
nutren de complejas simbologías y de una poderosa erudición, producto de su frecuentación de las
diversas literaturas europeas, en especial la anglosajona con William Shakespeare, Thomas De
Quincey, Rudyard Kipling o Joseph Conrad son referencias permanentes en su obra, además de su
conocimiento de la Biblia, la Cábala judía 1, las primigenias literaturas europeas, la literatura clásica
y la filosofía. Su riguroso formalismo 2, que se constata en la ordenada y precisa construcción de sus
ficciones, le permitió combinar esa gran variedad de elementos sin que ninguno de ellos
desentonara. Funda con su escritura una Buenos Aires mítica, dándole espesor literario a calles y
barrios, portales y patios. El poeta parece rondar la ciudad como un cazador en busca de imágenes
prototípicas, que luego volcará con maestría en sus versos y prosas. Alguna vez señalo que el
acontecimiento más importante en su vida había sido la biblioteca de su padre, de ahí que destaco la
importancia de ser lector antes que escritor, en su literatura el hecho se hizo patente al convertir
cada ficción en una posibilidad de leer otra historia detrás de ella. Se trata de elaboraciones estéticas
que parten de un postulado histórico, literario, filosófico o religioso y juegan con todas las
posibilidades que ese elemento original ofrece para llegar a una nueva propuesta de realidad con el
fin de sorprender al lector e invitarlo a la reflexión, esta propuesta también se refleja en La Intrusa
es un cuento publicado en el Informe de Brodie en 1970 que consta de once cuentos, cuyas tramas
no son similares entre sí pero se basan principalmente en el destino y la ética.

ANÁLISIS GRÁFICO

En este análisis veremos como Borges mediante las palabras nos hace una descripción en detalle de
lo que pueden ser determinados elementos en la historia para entregarnos una imagen, estos
elementos son:

1. A simple vista se puede ver que se trata de una narración y por su extensión que es un
cuento.
2. El título entre comillas indica una utilización de la palabra Intrusa en un sentido distinto del
normal es decir de un modo irónico.

3. La cita bíblica que aparece debajo del titulo señala una relación entre el contenido y el
título.

1
conocimiento en cuanto a las cosas celestiales mediante el ejercicio del estudio y cumplimiento de preceptos
y reglas superiores.
2
conjunto de estudios y teorías que dista de ser homogéneo pero que tienen en común el tratamiento de la
literatura en base a un objeto de estudio: la «literariedad», es decir, la propiedad esencial de toda obra
literaria. Al definir esa propiedad, el formalismo buscó conferir un estatuto científico al estudio de la
literatura.

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4. Algunas partes de la historia están entre paréntesis, lo que indica que es una explicación (lo
cual es improbable) (que también era una rutina)

5. Hay pocos guiones, sólo 4, lo que da indicios de la poca necesidad de la conversación en


este cuento donde persisten más los símbolos.

6. Hay palabras que aluden precisamente a elementos dentro de la historia que la hacen
descriptiva y fundamental para la fijación de la idea: mate (bebida aromática), biblia de
tapas negras con caracteres góticos, patio de baldosa colorada, otro de tierra, habitaciones
desmanteladas, catres altos, melena rojiza, carreta y yunta de bueyes, horrendas baratijas,
mucha luz, barrio modesto, Arrecifes(ciudad Argentina), pilchas, caballo, arrabal, cueros,
una tarde, dos sillas, primer patio, bolsa, rosario de vidrio, crucecita, carreta,
Morón(Ciudad de Argentina de Buenos aires), prostíbulo, Turdera (ciudad de Argentina),
palenque, pingo(caballo), monedas, tirador, overo(caballo), perros, marzo, calor, domingo,
la fresca, noche, cigarro. Se puede concluir con el uso de estas palabras que el autor quiere
generar una descripción del lugar (Argentina) de una manera pintoresca y tradicional con
todos los demás usos descriptivos, además también, de darnos a entender que se trata de
una historia generada en la clase que aquí llamaríamos popular.

7. El aspecto físico de los personajes señala también una connotación gráfica que se asume en
oposición de los Nielsen se dice que: “eran altos, de melena rojiza”, “los colorados”;
Juliana era: morena, de ojos rasgados, bonita.

ANÁLISIS DEL SONIDO

En este análisis del sonido vemos como éstos se convierten en una fuente inagotable del
discurso que plantea el cuento para darnos una idea de la valoración auditiva que existe en los
fonemas y en la entonación usada para los diálogos, para la distinción de los sucesos en la
historia y la distinción de la posición de los protagonistas, incluyendo al narrador, quien es
testigo.

El verbo “Dicen” plantea a modo de chisme un cuestionamiento, una voz que habla sobre las
voces de otros, de igual modo sucede con la frase “alguien la oyó” donde continua la cadena
hablada de uno en uno; “se dice” no se interrumpe el proceso del paso de la palabra en la cual
no hay implicados directos, sino que más bien se tira la pelota y siempre se señala a otro que es
el que habla. De la misma manera en la frase “años después volvieron a contármela” el autor,
quien implícitamente está metido en la historia como narrador testigo, nos dice que a él
nuevamente le repitieron la historia, es decir, que existieron unas o una voz que hizo mención
del suceso.

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En el segundo párrafo el narrador señala nuevamente a alguien que en este caso ya se identifica
como “el párroco me dijo” siendo la intención del autor dar veracidad a la historia- es el suceso
de diferentes voces que hablan de lo mismo.

Desde las voces de los que opinan hay distinciones claras entre los personajes y los lugares que
se verifican mediante el sonido de sus voces, de sus caballos, de su modo de vida, dado esto
podemos encontrar en el cuento descripción del menor así: “se dice que el menor tuvo un
altercado”, “se hizo más hosco”, “el barrio que tal vez lo supo antes”, “Eduardo callaba”,
“Eduardo lo injurió, nadie delante de él iba hacer burla de Cristian”; dando a entender por estas
voces el grado de inferioridad de este personaje ante el mayor, pero también la lucha interna.

Además, en los sonidos que identifican a Cristian se puede notar la ideología de los hablantes y
su posición ante los demás: “no faltaron pues comentarios cuando Cristián llevó a vivir con él a
Juliana Burgos”, “la lucía en las fiestas”, “el tono era entre mandón y cordial”, “Se despidió de
Eduardo, no de Juliana”, “y se fue al trote sin apuro”, “solía alzar la voz”, “habló con la
patrona”; con estos visos de las voces que lo señalan y de su propia voz se puede ver que es un
personaje dominante.

Juliana sin tener voz hace alarde de ella pues los sucesos giran en torno a ella: “bastaba que
alguien la mirara, para que se sonriera”, “la mujer iba y venía”, “sin explicarle nada”,
“silencioso y tedioso viaje”, “con la Juliana que había traído la discordia”.

El sonido de las voces, los comentarios y las acciones que ejecutan los dos hermanos se pueden
ver en los siguientes apartes: “de sus deudos nada se sabe”, “no pronunciaban el nombre de
Juliana”, “discutían la venta de unos cueros”, “volvieron a las trucadas, al reñidero, a las jergas
casuales”, prefirieron desahogar su exasperación”, “casi llorando”.

MORFOLOGÍA

En este cuento particularmente tenemos una forma de las palabras bastante particular y
descriptiva pues muchas de las voces que aquí se tratan hablan de conceptos idiomáticos de
acuerdo con una determinada región, en este caso, Argentina por obvias razones. Las palabras
que quiero resaltar tienen importancia dentro del cuento ya que realizan una acepción del
discurso de la cual el autor es dueño, creando con ellas un mundo real.

El verbo Decir con algunos sinónimos que dan cuenta de la historia: dicen, contármela, dijo, se
dice, ya se ha dicho. Denotativamente se sabe que decir es un verbo que habla de una acción a
la cual los humanos como tal podemos acceder mediante la palabra.

La palabra Intrusa viene del latín intrusus compuesto del prefijo in(hacia adentro) y trusus de
trudere (empujar) es decir “la que empuja adentro” se relaciona en su forma con la palabra

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Cristián(trinidad, cristianismo) tres personas en contraposición con Eduardo (guardián de
tesoros) Se cree que procede de los elementos germánicos Hrod (glorioso) y ward (guardia;
precisamente de ahí procede esta palabra).

Las palabras a continuación referidas tienen una sonoridad significativa pues el uso de la r
después de otra consonante dificulta la pronunciación ya que se encuentran en una misma silaba
(tru, Cri, Pro, Fra, Tra, pre, gra, tre, dri, tre, tro): prolija, cifra, trágico, probidad, predecesor,
negras, entrevió, ladrillo, catres, criollos, hombro, troperos, cuatreros, compadraje, brava,
pobres, quebrada, trote, ultrajaba, cruzó, primor, crucecita, patrona, prostíbulo, cobro, otro,
monstruoso, trucadas, adentro, fracasado, trampa; esto produce entonces un efecto atronador,
que ensordece y aturde y de esta manera seguir jugando con el efecto de trueno cuya sensación
sonora es dura y fuerte. Que de igual modo sucede en las palabras Cristián e Intrusa.

Igual sucede en este conjunto de palabras donde la r sigue apareciendo con un significado
fonético que le imprime severidad y refuerzan la atmósfera del cuento: barrio, carreta, burgos,
horrendas, Arrecifes, emborrachaba, farra, farias, arrabal, arreglo, Iberra.

Algunas palabras de las escritas en este cuento tienen cualidades que pertenecen a la jerga
predominante en algunas regiones de Argentina: Morón(ciudad), mate(hierba), Turdera
(ciudad), orilleros(del lugar), apero(herramienta agrícola), atuendo rumboso (traje de fiesta),
alcohol pendenciero (causante de riñas), troperos (conductor de caballo), curteadores (era quien
manejaba una yunta de caballos que tiraban de un vehículo en malos pasos), cuatreros (ladrón
de animales mayores), tahúres (bueno en juegos de azar), compadraje (Unión o concierto de
varias personas para alabarse o ayudarse mutuamente), malquistarse (enemistarse), pobres
fiestas de conventillo (a fin de constituirlos en espacios privilegiados para la representación de
sus historias), la quebrada y el corte (Zapatos de tango: de la pista a las calles porteñas),
Arrecifes (Ciudad). Oscuro (Caballo), pilchas (ropa tradicional del lugar); por lo tanto su origen
pertenece a este país.

Palabras compuestas: improbable: in- probable, preveo: pre-veo, predecesor: antes del que está,
entrevió: entre-vio, manuscritas: manos-escritos, caserón: casa grande y destartalada,
compadraje: con-padre, horrendas: horror- prendas, baratijas: barato- menudo, emborrachaba:
con-borrachera, recordaron: volvieron a pensar.

ANÁLISIS SINTÁCTICO

El uso del lenguaje en la comunicación de lo que se quiere trasmitir está regulado por la
intención del autor de mostrarnos cómo la historia popular Argentina se puede percibir a través
de los comentarios casuales de la gente del común, en la que el mismo narrador se inscribe
como portador de la historia.

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El primer párrafo arranca con una oración en la que el emisor del mensaje utiliza una función
apelativa en la que se insta al lector para que se disponga a escuchar una historia contada por
otros.

Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo: de igual modo se
convierte en una oración subordinada ya que es necesaria la explicación para la comprensión
inicial; en el sintagma verbal el pronombre es tácito e implícito.

Años después volvieron a contármela en Turdera: esta oración es transitiva pues cumple un
paso que da lugar a otro, donde el verbo es predicativo transitivo por la acción de volver a
contarla, cae sobre el sujeto que es implícito.

El párroco me dijo que su predecesor recordaba, no sin sorpresa, haber visto en la casa de esa
gente unas gastada biblia de tapas negras: en esta oración el sujeto está explícito pero
desempeña la función de trasmitir la historia, el verbo es perfectivo transitivo y predicativo ya
que señala la conclusión de algo que se dijo(presente), transitivo porque la acción del verbo dijo
está subordinada por el recuerdo(pasado) del párroco.

En las habitaciones desmanteladas dormían en catres: en esta oración el sujeto está implícito, es
paciente y además indeterminado ya que pueden ser ellos o ellas, además la oración comienza
por una preposición que es la que le da la perífrasis verbal a la oración para poder unir el sujeto
con el verbo.

Fueron troperos, curteadores, cuatreros y alguna vez tahúres.: en esta oración como en la
mayoría de este cuento el sujeto está implícito, es plural, habla de ellos, el verbo es irregular
conjugado en pretérito perfecto, se hace una enumeración de adjetivos diferenciativos con los
cuales nos están describiendo características que solo ellos tienen.

Eduardo los acompañaba al principio: en esta oración el verbo es copulativo ya que mediante la
palabras “los” se unen el sujeto y el predicado donde existe un verbo en pretérito imperfecto y
un complemento circunstancial.

En el patio, el mayor estaba esperándolo con sus mejores pilchas: en esta oración el
complemento circunstancial está al principio de la oración lo cual demarca plenamente la
ideología del hablante y lo que plantea el discurso en este cuento, pues como se trata de un
narrador ya en este caso omnisciente al parecer es lo primero que ve, además hay una
trasposición del verbo esperar por esperándolo que se convierte en adverbio dependiente en la
oración ya que hace parte del discurso, se convierte además en una oración explicativa.

Cristián se levantó: oración simple, complemento directo, es además contundente.

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Desde aquella noche la compartieron: no hay un sujeto explicito se supone y además se sabe
que son varios, el verbo está en pretérito perfecto simple pero hay una trasposición donde el
complemento inicia la oración.

El arreglo anduvo bien por unas semanas: oración compuesta por un sujeto adjetivado, un verbo
en pretérito perfecto simple y un complemento circunstancial de tiempo.

La mujer atendía a los dos con sumisión bestial: oración en la que el sujeto está identificado, el
verbo está en pretérito imperfecto y tiene un complemento circunstancial.

Ella esperaba un diálogo largo y se acostó a dormir la siesta. Esta oración está compuesta por
una oración simple y una subordinada que depende de la primera para ejecutarse, en ambas hay
verbos pero en diferentes conjugaciones, el primero está en pretérito imperfecto y el segundo
esta en pretérito perfecto simple en donde el sujeto es elíptico ya que para entender esta oración
hay que leer la primera y de esta forma inferir el sujeto, además de que la oración tiene un
complemento circunstancial en cuanto a la condición.

La infame solución había fracasado: oración simple con verbo en pretérito imperfecto donde el
sujeto cumple una función sintomática y es además un sujeto adjetivado.

Se abrazaron, casi llorando: sujeto elidido, el verbo está en pretérito perfecto simple,
complemento circunstancial con adverbio de modo y verbo en gerundio.

En el análisis sintagmático que se ha realizado se ha podido llegar a las siguientes conclusiones:

- Existen muchas oraciones en este discurso en las cuales el verbo está en pretérito, ya sea
simple, perfecto o imperfecto, esto se relaciona directamente con la intención del narrador
de contar una historia que ya sucedió.
- Por otro lado en las oraciones abunda el complemento circunstancial debido a que
precisamente se está contando una historia que esta unida a sucesos de los cuales no se
puede separar

- Tanto en el análisis morfológico como sintagmático se puede evidenciar el uso constante


del verbo decir en sus diferentes acepciones lo cual de igual modo se relaciona con lo que
se cuenta.

- La dificultad en el análisis de las oraciones radica precisamente a que el uso del idioma en
este cuento efectúa muchas trasposiciones donde las categorías no son las mismas que en
una oración simple y por tanto se convierten en oraciones complejas.

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- Las funciones semánticas y pragmáticas que son subyacentes a este análisis nos dan una
idea de lo que el autor quiso mostrar y lo que quiso que encontráramos.

- La dispersión léxica que utiliza Borges en este cuento, nos da una idea del conocimiento
que tiene de su país y de lo importante que es para él su reconocimiento a través de sus
cuentos.

- De todos modos, Borges con el estilo sintáctico nos muestra una ideología que proviene de
la gente popular de las ciudades que el menciona, de la forma de vida de los orilleros de
Argentina y el modo de vida y la sujeción a una forma de ver el mundo.

ANALISIS SEMÁNTICO

Ya hemos analizado la estructura superficial de este cuento pero desde ahí ya tenemos una idea de
lo que puede estarnos queriendo decir desde afuera, incluso desde el propio título, “La Intrusa”.
Esto es lo observable y aunque no es de fácil análisis es la material de lo que el autor se adueñó para
que el lector-receptor evidenciara.

Cuando hacemos el análisis del significado de significados de este cuento vemos que: La palabra
Intrusa tiene significado dentro del texto en cuanto a que a ella se hace referencia en todos los
aspectos tratados en el cuento: el social, el cultural, el ideológico, el eje semántico que sostiene toda
la ideología y por la cual se cuenta la historia, ya que trasgrede las normas de las que se compone la
ideología de los pueblos a los que hace mención el cuento siendo por esta razón que se convierten
en referentes de verdad cuando cita los nombres de los pueblos: Morón, Arrecifes, Turdera; cuando
hace referencia a los atuendos característicos del lugar: Pilchas; cuando hace referencia a la manera
de vivir:” defendían su soledad”, “dormían en catres”, “hombro a hombro pelearon algunas a la
policía”, cuando hace referencia a la moral y a las creencias: “El párroco me dijo que su predecesor
recordaba, no sin sorpresa, haber visto en la casa de esa gente una gastada biblia de tapas negras con
caracteres góticos”, “Le hicieron llenar una bolsa con todo lo que tenían, sin olvidar el rosario de
vidrio y la crucecita que le había dejado su madre”, además de los aportes en cuanto a este tema
hace el narrador primero como testigo y luego desde la omnisciencia interpretando lo que está
sucediendo y en relación con el enfoque bíblico que se plantea después del título “2 Reyes, I,26”,
“Caín andaba por ahí”, “los dos habían cedido a la tentación de hacer trampa”; cuando es la mirada
del pueblo la que juzga los actos de estos personajes: “el barrio los temía a los colorados”, “No
faltaron pues comentarios cuando Cristián llevo a vivir con el a Juliana Burgos”, “el barrio, que tal
vez lo supo antes que él, previó con alevosa alegría la rivalidad latente de los hermanos”.

Así mismo algunas palabras metafóricamente enlazan los pensamientos de quienes hacen la
historia, ejemplo de ello son:

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-“trágico cristal” se devela la intención del autor de ponernos al tanto de una historia particular pero
del conocimiento de todos.

-“la azarosa crónica de los Nielsen”: la vida difícil de estos personajes contada desde la óptica de un
periodista quien relatará los hechos en orden como sucedieron.

-“los Nielsen eran calaveras”: relación entre su forma de ser y la muerte.

-“casa mala”: forma más decente de llamar al prostíbulo.

-“la quebrada y el corte estaban prohibidos”: se refiere a bailes del tango gauchesco en los que la
expresión es más rigurosa y los pasos más complejos.

-“Eduardo vio el oscuro de Cristian”: la palabra oscuro aquí tiene significado regional, también da
forma al contexto pues dicha palabra encaja muy bien en lo que es la prohibición de algo que atenta
contra la moral.

-“se despidió de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa”: la palabra cosa para designar a la mujer
le da valor informativo al lector sobre la misoginia reinante en el ámbito ideológico del pueblo, de
los hermanos y hasta del narrador.

-“en el duro suburbio”: la palabra duro le da sentido más amplio a la comprensión del lugar donde
habitan, del lugar que los rodea.

-“lo felicito por ese primor que se había agenciado”: la palabra primor semánticamente habla de la
belleza de la chica y del valor que los demás le confieren a este hecho además también la palabra
agenciado le da una connotación de pertenencia y poder.

-“la mujer atendía a los dos con sumisión bestial”: quiere decir que era más que sumisa.

-“silencioso y tedioso viaje”: aburridor

-“monstruoso amor”: defectuoso, mal visto.

El significado de los nombres tiene su enfoque semántico desde la interpretación y es así como los
nombres de los personajes principales: Cristian (seguidor de Cristo), Eduardo (Guardián de tesoros),
Juliana (Fuerte) se convierten en hilo conductor de la historia y desde que se nos cuenta sobre el
triángulo amoroso entre ellos se puede predecir una tragedia en la que irremediablemente alguien
tendrá que perder.

Vemos entonces como en la interpretación o comprensión del hilo conductor de esta historia está
unido a la intención incluso de los dos hermanos en las características particulares de la soledad y el

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desgano, tanto que no quieren intrusos en su unión de malevos. La interpretación también está
ligada al uso de la referencia bíblica, pues cuando se acude a este libro, La Biblia, para mirar de que
trata este versículo vemos que en el libro de los reyes sólo llega al versículo 18, podría entonces
decirse que voluntariamente el autor hizo uso de este recurso para confirmar el tema a tratar, es una
manera de ridiculizar el efecto visual para el receptor quien se siente confundido al no encontrar
este versículo, otro intruso en la historia, así también el hecho de escribir en un libro considerado
sagrado, se convierte en profanación como todos los actos en los que hay una intrusión: es intruso
quien puede entrometerse en el territorio ajeno y es capaz de vulnerar con su presencia la
estabilidad de lo establecido, por eso es ella, la intrusa, quien tiene el poder y a quien obviamente
hay que quitárselo. Lo humano contra lo divino, lo prohibido contra lo posible, todas estas
dicotomías que atentan contra el buen juicio, pero no es la intrusa la culpable, es culpable el
arrabal, es culpable su fama de peleadores, es culpable la soledad, es culpable el pueblo que lo juzga
y que celebra alevosamente el fin de la hermandad.

PROPOSICIONES

Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo: desde el uso de esta
proposición el autor nos está diciendo que implícitamente se la contó alguien, señalando que
Eduardo fue quien la contó, pero la aclaración que el autor hace entre paréntesis nos dice que
efectivamente no pudo ser Eduardo por la fidelidad que guardaba para con su hermano.

La escribo ahora porque en ella se cifra, si no me engaño, un breve y trágico cristal de la índole de
los orilleros antiguos: habla el narrador sobre lo que piensa de la historia que va a contar y de una
vez nos está diciendo quienes serán los protagonistas de la historia, es decir hace un cruce enfático
sobre los orígenes y lo que para él significó haber sabido la historia.

Los Nilsen eran calaveras, pero sus episodios amorosos habían sido hasta entonces de zaguán o de
casa mala: la representación semántica que se hace de los Nielsen está relacionada con la muerte y,
por tanto, se enfatiza sobre el hecho de que sus amores nunca habían sido de importancia, por eso la
primera parte de la oración es simple y concreta e ideológicamente controlada porque no divaga
sobre lo que el oyente debe entender de esta proposición, luego la explicación sobre su parte
afectiva ayuda a comprender el por qué los hermanos son tan reacios a ir más allá del zaguán o casa
mala.

Estaba enamorado de la mujer de Cristián: elípticamente se asume que es Eduardo quien está
enamorado de una mujer que no le pertenece. El narrador en este caso, omnisciente, visualiza este
amor desde la prohibición.

Ahí la tenés a la Juliana; si la querés, úsala: esta proposición señala el momento en el que el sujeto
elidido (Cristián) autoriza que la prohibición se convierta en permisión para otro sujeto también

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elidido, además en esta proposición el tono del mensaje es el de una orden y es además peyorativo
cuando se refiere a Juliana.

En Turdera, los Nilsen, perdidos hasta entonces en la maraña (que también era rutina) de aquel
monstruoso amor, quisieron reanudar su antigua vida de hombres entre hombres: esta proposición
da cuenta de la ideología y forma de vida de los hombres de esta región, da cuenta del machismo
reinante, que además se convertía en una virtud, habla también de la liberación momentánea que
experimentan los hermanos al verse sin la intrusa.

La infame solución había fracasado; los dos habían cedido a la tentación de hacer trampa: la
primera oración en subordinante de la segunda ya que da una idea completa de lo sucedido además
con la palabra infame el narrador esté dando un concepto personal y dialógico para acercarse al
desenlace; por otro lado, hacer trampa es un error más que conduce a este desenlace.

Hoy la maté. Que se quede aquí con sus pilchas, ya no hará más perjuicios. Esta proposición precisa
de las dos oraciones para que tenga sentido pues es el resumen de lo que le esperaba a Juliana por el
error cometido inintencionalmente está dado en la primer oración pero se hace necesario
propositivamente que se recalque lo que intencionalmente persigue quien le segó la vida.

La coherencia local y global se cumple en el discurso planteado en “La intrusa” pues las relaciones
condicionales y las funcionales entre las diferentes proposiciones representan los modelos mentales
del oyente en la lengua inscrita, en este caso el español(aunque muchas de las palabras usadas
pertenezcan a regionalismos), el acontecimiento social planteado se da desde lo que significa estar
en un triángulo amoroso lo cual para nadie es secreto, que es una prohibición, máxime si se trata de
el argumento de una historia que está entre los límites de la moral y la indecencia, baste recordar lo
que para Eduardo significó sentirse enamorado de la mujer de su hermano(se hizo más hosco, se
emborrachaba sólo en el almacén y no se daba con nadie), existía la conciencia de la prohibición y
por ende la confusión cuando sin él pedirlo se le permitió(Ahí la tenés a la Juliana, si la querés,
usala). En este caso la moral de Eduardo está por encima de la de Cristián (Eduardo se quedó un
tiempo mirándolo, no sabía qué hacer) desde ahí presenta una identificación social que está inscrita
en las normas de comportamiento social y máxime cuando se sabe que son hermanos. Otro aspecto
de coherencia global que hay que resaltar y que es importante es la manera como nos llega la
historia: contada por alguien que conoció a otros alguienes que sabían lo que pasaba y por tanto
ayudaron a dar veracidad a la historia quien en algunos momentos narra en primera persona
adueñándose de la situación(la escribo ahora porque en ella se cifra…) y es además quien organiza
los hechos de forma ordenada y paso a paso nos ayuda a acercarnos a los hermanos y a Juliana
(primero recibe la historia de alguien, luego la confirma con otro alguien quien podría ser el
párroco, y por ahí empieza la organización que le da a la historia, pues describe: como son, como
viven, donde viven y en el punto central la historia del triángulo amoroso, el deseo de apartarse y
por último la muerte de la protagonista) esto obviamente contribuye a que la coherencia local que
tiene que ver con la información contada sea entendida por el oyente.

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LO IMPLÍCITO Y LO EXPLÍCITO

Lo explicito está enmarcado en las descripciones físicas de los lugares, los hechos y los personajes,
así como también en dejar claro que quien cuenta es simplemente testigo de una narración que le
hizo otra persona, en este sentido lo implícito llega a formar parte de lo contado en cuanto a que se
puede suponer por las afirmaciones de quien cuenta que Cristian y Eduardo se querían mucho y
Eduardo respetaba mucho a Cristian. Así mismo, se puede inferir implícitamente que Juliana no
representaba externamente gran cosa para ellos porque socialmente no estaba permitido, es decir un
machismo exacerbado que genera misoginia cosa permitida socialmente (En el duro suburbio, un
hombre no decía, ni se decía, que una mujer pudiera importarle, más allá del deseo y la posesión,
pero los dos estaban enamorados. Esto, de algún modo, los humillaba). Implícitamente también se
evidencia una lucha interna del hermano mayor por librarse de eso que estaba sintiendo y una lucha
interna por no afectar su relación de hermano con Eduardo (discutían la venta de unos cueros, pero
lo que discutían era otra cosa). De igual modo se evidencia la superioridad de Cristián con relación
a Eduardo y obviamente a Juliana (Eduardo vio el oscuro de Cristián atado al palenque. En el patio,
el mayor estaba esperándolo con sus mejores pilchas. La mujer iba y venía con el mate en la mano.
Cristián le dijo a Eduardo: yo voy a una farra en lo de farias. Ahí la tenés a la Juliana; si la querés,
usala. El tono era entre mandón y cordial. Eduardo se quedó un tiempo mirándolo; no sabía qué
hacer. Cristián se levantó, se despidió de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa, montó a caballo
y se fue al trote, sin apuro). Implícitamente se infiere la tragedia por todo lo dicho anteriormente, la
intrusión permitida pero el deseo de negarla, sofocarla, apagarla mediante la muerte que aunque es
explícita al final, se podía suponer mediante el hilo narrativo que contundentemente determinó los
hechos. MUY BIEN

ESTRUCTURAS ESQUEMÁTICAS

La forma como está realizado el discurso desde lo narrativo presenta unos esquemas ordenados
jerárquicamente que lo hacen de fácil acepción: primero: hay una introducción que nos dice que la
historia será contada por alguien que la supo de otras personas. Segundo: se estructuran los
personajes que darán la entrada a la que hace posible que se cuente la historia. Tercero: se plantea el
problema; el enamoramiento de dos hombres hermanos de la misma mujer. Cuarto: la solución
(muerte de la intrusa). MUY BIEN

ESTRUCTURAS RETÓRICAS

Elipsis: consiste en la supresión de algún término de la oración, que aunque sea necesario para la
correcta construcción gramatical, se sobreentiende por el contexto.

Era el único libro que había en la casa. Hombro a hombro pelearon alguna vez a la policía. La mujer
iba y venía con el mate en la mano. Desde aquella noche la compartieron. Más vale que la tengamos
a mano.

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Metáforas: Es una identificación de un objeto con otro en virtud de una relación de semejanza que
hay entre ellos, es decir, una comparación.

Trágico cristal, duro suburbio.

Símil y comparación: La azarosa crónica de los Nilsen, perdida como todo se perderá.

Hipérbaton: Es alterar el orden gramatical en una oración

En las habitaciones desmanteladas dormían en catres.

Metonimia:

El barrio les temía a los colorados.

Dinamarca o Irlanda de las que nunca oirían hablar, andaban por la sangre de esos dos criollos.

De sus deudos nada se sabe ni de dónde vinieron.

De causa: Físicamente diferían del compadraje que dio su apodo forajido a la costa brava.

Característica moral por medio de una realidad física: Los Nilsen eran calaveras.

Paranomasia: Fueron troperos, curteadores, cuatreros y alguna vez tahúres

Epífrasis: Ampliación de una unidad sintáctica completa añadiendo un elemento complementario.


Puede entenderse también, desde el punto de vista semántico, como adición de ideas
complementarias a un pensamiento que parecía cerrado: Se dice que el menor tuvo un altercado con
Juan Iberra, en el que no llevo la peor parte, lo cual, según los entendidos es mucho

Repetición diseminada: Repetición de palabras como hilo conductor del poema o texto: Volvieron a
las trucadas, al reñidero, a las jergas casuales.

Retrato:

Los Nilsen: Se que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda de las que nunca oirían hablar,
andaban por la sangre de esos dos criollos.

La Juliana: Juliana era de tez morena y de ojos rasgados; bastaba que alguien la mirara, para que se
sonriera. En un barrio modesto, donde el trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal
parecida.

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Topografía: El caserón, que ya no existe, era de ladrillo sin revocar; desde el zaguán se divisaba un
patio de baldosa colorada y otro de tierra. El comercio del Pardo quedaba, creo más al sur; tomaron
por el camino de las tropas; después por un desvío. El campo iba agrandándose con la noche. MUY
BIEN

ACTOS DE HABLA

Estos están regulados por los eventos del habla que los hacen locutivos, ilocutivos y perlocutivos,
en este caso se puede diferenciar todos ellos a partir de varios tópicos proposicionales:

Los Participantes: El narrador testigo-personaje: quien nos cuenta la historia, los hermanos Nilsen:
Cristián y Eduardo; Juan Iberra: personaje secundario que sólo sirve para enfatizar la historia.

ESCENARIO: Pueblo de Turdera, en mil ochocientos noventa y tantos, un barrio modesto, una casa
sin revocar, un patio en tierra colorada-

AMBIENTE: ambiente de hostilidad y de señalamiento público.

FORMA DEL MENSAJE: La estructura sintáctica en este cuento está elaborada con base en
oraciones la mayoría elípticas, con el uso de muchos recursos literarios, como ya hemos visto donde
el lenguaje es de uso popular, incluso las oraciones en las que se habla de Juliana su uso es
impersonal precisamente para denotar lo poco importante que es para los Nilsen ella, o quizá para
no darle más importancia de la que tiene.

CONTENIDO EL MENSAJE: el mensaje que nos quiere trasmitir este cuento de La Intrusa es la
prohibición que existe en un triángulo amoroso formado por dos hermanos y una chica de la cual
los dos están enamorados.

PROPOSITOS: En este párrafo el propósito es contar una historia que ya fue contada por otros y
que puede servir de ejemplo para otros. El resultado es la muerte de la chica a costa de mantener la
hermandad.

TONALIDADES: hay una tonalidad de murmuración por cuanto lo que se cuenta no es de


conocimiento original de quien lo cuenta y también una tonalidad trágica en cuanto al fin último de
la historia.

CODIGO: Esta escrito en español pero regionalizado (Argentina. Voz popular) y en este sentido se
puede decir que es hace uso de sentido tradicional del lugar.

NORMAS: La interacción e interpretación de los actos de habla de este texto se dan desde la
primera frase en la que el narrador testigo personaje se mete en la historia e intenta hacernos
conocer la historia mediante el uso de diferentes personajes por los que la supo, luego cuando entra

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a la historia el uso de descripciones, tanto en el nivel superficial como en el interno nos ayuda a
tener una interpretación desde la óptica de lo humano y de lo posible.

GENERO: está inscrito dentro de la narrativa por el uso de variados recursos estilísticos y por la
forma en cómo cuenta la historia, además también porque en el uso del idioma el autor crea un
mundo posible.

INTERACCIÓN

Las relaciones subyacentes que se dan entre los actuantes de esta historia se reflejan en las palabras
y en las maneras en que se concibe el mundo de cada uno de los personajes. Cristián y Eduardo
tienen un mundo que es de ellos y que no sienten que deban cederle a nadie. Juliana en cambio no
tiene un mundo, pertenece a Cristián y luego a Eduardo, pero lo peor, a los dos y está obligada a
rendirle a los dos que la mantienen y que la conservan para ellos, por tanto su destino será el que
ellos le impongan: ser la mujer de Cristián, luego ser la mujer de Eduardo, ser vendida a un
prostíbulo, ser recuperada pero no bajo el reconocimiento de su valor sentimental, sino para no
cansar los caballos, y por ultimo ser muerta a manos de Cristián y aceptada su muerte por Eduardo.
Además ella es morena y ellos pelirrojos lo cual también crea una diferencia de raza y de género.

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CONCLUSIONES

Después del análisis anterior y de encontrar la estructuración del discurso en el cuento La Intrusa de
Jorge Luis Borges, se ha llegado a las siguientes conclusiones:

1. Analizando los contextos físicos, psicológicos, sociales y culturales en los que se


desenvuelve la historia se puede ver la continuidad ideológica que intencionalmente Borges
pone de manifiesto.
2. Las estructuras analizadas son sólo un abre bocas sobre la infinidad de posibilidades de
análisis que ofrece el texto.

3. Un fenómeno determinante en la aplicación de la ideología cultural respecto a los


integrantes de una sociedad es sus relaciones personales y familiares como en el cuento
analizado en donde la relación de hermandad se ve interrumpida por una relación personal
que domina a los hermanos y por esto, la composición del cuento tiene un ordenamiento
adecuado que conduce el pensamiento concretando tesis que abordan la vida de una manera
práctica y contundente.

4. La elaboración semántica en la que las estructuras dejan hacer una lectura entre líneas
permite mostrar la ideología en la que está inscrita el texto, permite además conocer formas
de pensamiento popular, permite involucrar lo sacro con lo profano, permite ampliar el
pensamiento ante un tema tan controvertido como lo es el amor de dos hermanos por una
misma mujer.

5. De este mismo modo, el signo lingüístico que para Saussure es una entidad síquica,
presenta desde el punto de vista del habla unas singularidades de acuerdo con el lugar de
donde proceden los hablantes, esto es muy claro en la determinación de algunos
significados que están regionalizados además es de suponer que sincrónicamente estos

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fenómenos pertenecen al uso que se le da a la lengua en 1890 y tantos, además la
elaboración sintagmática del texto da cuenta de la sucesión temporal de unas ideas tras de
otras para que tengan sentido en la elaboración del contexto ideológico, cultural, social,
político y psicológico.

BIBLIOGRAFÍA

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/borges.htm. BORGES, Jorge Luis. Biografías y vidas.

CAICEDO H, Max. La competencia comunicativa como un tema de la lingüística: sus logros y


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ETIMOLOGIA. http://etimologias.dechile.net/?intruso-Cristian

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GENETTE, Gerard. Lenguaje poético. Poética del lenguaje. Roland Barthes y otros.
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http://www.escritos.buap.mx/escri28/rosarioperez.pdf

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VAN DIJK, Teun. El análisis del discurso y sus estructuras. P.253-265.

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