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Para comprender y analizar el federalismo Argentino, en primer lugar debemos no solo tener en cuenta su recorrido

histórico sino también ciertas palabras ya que sin la existencia de estas carecería de sentido por completo el término
“FEDERALISMO”, el cual en general se presenta como una organización política del Estado con tendencia a la
descentralización, pero los autores que analizare Juan F. Gonzalez Bertomeu, su libro “Notas sobre el Federalismo” y
“Derecho Publico Povincial” coordinador Antonio Maria Hernandez nos plantean que es muy difícil definir un
modelo general de federalismo, sino que existirán tantos tipos como cantidad de estados federales allá, por ejemplo, el
caso de EEUU, Argentina, Canadá cada uno con sus respectivas peculiaridades.
Considerando al Federalismo como una forma de organizar territorialmente el poder dentro del estado, lo tenemos que
pensar como la coexistencia dentro de un mismo territorio de como mínimo dos tipos de estructuras de gobierno, una
central y una local, es decir el Estado Federal nacional, y los otros Estados o unidades que reciben el nombre de
provincias. Cuando Bertomeu, nos plantea que cada una de estas unidades retiene la autoridad para adoptar decisiones
independientemente de la otra, se está refiriendo a la idea de que el Estado Nacional es soberano, supone la potestad
suprema de otorgarse una organización jurídico-institucional, lo cual es atributo exclusivo de él, única institución que
en dicho ámbito carece de autoridad superior a ella. Mientras que las provincias son unidades autónomas, tienen la
facultad conforme al Art. 5, de dictar para sí una Constitución, y según el Art. 122, “se dan sus propias instituciones
locales y se rigen por ellas” y ello compone nuestra federación.
Ambos textos analizados, nos plantean que lo que nosotros denominamos federalismo fue tomado de una experiencia
norteamericana.
Como dije con anterioridad existe una gran diversidad de estados federales en el mundo. Pero podemos comenzar
diciendo que el federalismo surge a partir de las experiencias centralistas o bien por negociaciones entre unidades
previamente autónomas o soberanas. Es por eso que el periodo formativo de la republica norteamericana en el último
cuarto del siglo XVIII, donde existió distribución de competencias entre el estado federal y los estados locales, se lo
puede considerar como uno de los antecedentes fundamentales del federalismo.
Pero si nos alejamos aún más históricamente, durante el periodo colonial, los 13 estados que contaban con autonomía,
aspiraron a conservarla luego de la independencia del país en 1776, viéndose reflejado en la primera constitución
donde establecía que los estados locales mantenían su soberanía y libertad y el gobierno central carecía de un
verdadero poder ejecutivo, solo contaba con las atribuciones delegadas por los estados.
Ya en el año 1787 con la convención de Filadelfia se quiso modificar la anterior constitución dando lugar a una
totalmente nueva, limitando así los poderes de los estados al crear un gobierno central fuerte, según James Madison y
Alexander Hamilton los estados locales debían ceder espacio frente al gobierno central. Crecía el temor de los
ciudadanos frente al gobierno central por lo que este sería capaz de cometer. Pero para protegerse contra posibles
excesos, los estados locales reconocieron explícitamente una nómina de derechos que el gobierno debía respetar,
principalmente la Décima enmienda.
Se señalan múltiples causas originarias del federalismo argentino por parte de juristas e historiadores, en líneas
generales, la gran mayoría coincide en que las raíces históricas de este fenómeno deben buscarse en el régimen
municipal español mediante los “cabildos”, que dieron lugar a las “provincias”, y a la ausencia de una soberanía
nacional, que causó las soberanías locales.
Ahora bien, más allá de aparecer como consecuencia de las particulares de la conquista y la colonización hispánica en
América, veremos que el federalismo fue la forma de Estado que se eligió para resolver las tensiones entre el centro
(buenos aires) y la periferia del interior lo cual fue resultado del periodo de fragmentación del régimen colonial.
La larga disputa entre unitarios y federales agravada con la caída del poder central de 1820 era un enfrentamiento de
dos visiones contrapuestas sobre el papel del estado y de la sociedad. Durante muchos años hubo intentos centralistas,
pero no tuvieron suerte, principalmente en el año 1819 y 1826 , pero como contrapuesto a eso nos encontramos con
los pensamientos y la obra de José Gervasio Artigas en defensa del federalismo.
Entonces siguiendo un poco lo dicho con anterioridad, frente al quiebre del poder central alrededor de 1820, muchas
provincias adquirieron nuevo vigor cuando se constituyeron por primera vez como personas de derecho público, con
un intento de acercamiento al federalismo aspirando a la conformación de una unión nacional, con la firma de Tratado
del Pilar,73 de Benegas,74 del Cuadrilátero,75 y especialmente en el Pacto Federal de 1831.
Las provincias en 1852 se reúnen en San Nicolás para adherirse al pacto federal de 1831 y dar lugar a una constitución
federal. Después, la provincia de Buenos Aires se separa del Acuerdo y no participa ya de la discusión de la
Constitución en la ciudad de Santa Fe, el año siguiente. Buenos Aires no estaba de acuerdo con el exceso de
atribuciones del Director Provisorio J.J Urquiza, se sentía afectada por la pérdida de influencia que implicaba la
decisión de hacer concurrir a la Convención un número igual de representantes por provincia.
El pensamiento de Alberdi fue el que se tuvo en cuenta en el modelo implementado del año 1853 llevando acabo con
anterioridad el proyecto de constitución que acompaño a las bases con los siguientes puntos: asignar al gobierno
central la potestad general de crear impuestos, privar a los jueces locales de la posibilidad de juzgar disputas
producidas a raíz de su aplicación, etc. Esas dos disposiciones y muchas más fueron incorporadas en la constitución
aprobada de 1853 eso comenzó a cambiar en el año 1860 gracias a la presión ejercida por Buenos Aires trayendo
como resultado más poder a nivel local.
Bertomeu marca su análisis del federalismo sobre la democracia, planteándonos 3 estándares: la capacidad de un
sistema institucional para promover la deliberación y el control democrático, estableciendo en este primer punto que
se debe evitar que un grupo se situé por encima de otros individuos.El segundo punto a tratar es la protección de
grupos y minorías, que está orientado principalmente a establecer la diferencia que existe entre estados centralistas y
federales, estos últimos según el autor, solo se verían en condiciones de minimizar la posibilidad de dominación de un
grupo sobre el otro si el peligro de abusos proviniera del propio estado central( James Madison sostenía el argumento
inverso,el peligro provenía de los estados locales), y aquí nos plantea como las provincias muchas veces no tienen
influencia en ciertas decisiones adoptadas desde el centro pero en ciertos casos cuentan con un potencial poder de
veto, es decir Argentina es una federación descentralizada en la que los gobiernos provinciales son políticamente
autónomos, pero financieramente dependientes, que conviven con un presidencialismo fuerte, con una alta
concentración geográfica de recursos productivos y con amplias desigualdades interprovinciales.
El tercer punto, la regla de mayoría, en donde según este autor el federalismo es más problemático, ya que lo que hace
es multiplicar y dividir las instancias de toma de decisiones y esto podría impedir la implementación de políticas
preferidas por una mayoría. Ya que, por ejemplo, en el estado centralista ya están más condicionados a procesar
preferencias mayoritarias a nivel nacional que un estado federal, ya que no tiene límites en su agenda democrática
como así un país federal hay ciertas decisiones que son asignadas a sub unidades.
A su vez este autor hace una gran critica a la segunda cámara legislativa en Argentina, el senado, considerando a esta
como fuertemente contra mayoritaria, al estar integrada por igual cantidad de miembros por sub unidad sin importar su
población, es decir que de por si puede impedir o al menos dificultar la aprobación de una propuesta preferida por la
mayoría de la población.
Nos habla también del desafase con respecto a la representación política en nuestro Congreso como así también en
EEUU. Ya que se exige que la distribución de asientos se haga proporcionalmente en base a la población de cada
distrito electoral es decir de cada provincia. Pero esto no se cumple, ya que por ejemplo como en 1949 la constitución
dictada por Perón, estableció un piso mínimo de dos diputados por provincia con independencia de su población,
gobierno militar de 1972 3 y luego en 1983 elevo a 5, esto tiene que ver principalmente con aumentar el peso político
de ciertas provincias del interior tradicionalmente más conservadoras.
Desarrollando parte de las ideas de este autor, tenemos que saber que nos plantea una conclusión, la cual nos dice que
no puede derivarse tan linealmente: el federalismo argentino es débil y las provincias están en una situación frágil
frente al poder central.y esto tiene que ver principalmente con la existencia de un presidencialismo muy marcado, el
poder que detenta el presidente convierte al congreso en débil. Ya que las provincias según este autor no son más que
la moneda de cambio de las negociaciones entre gobernadores y presidentes para obtener apoyo del congreso, y ese
apoyo ni más ni menos se otorga a cambio de apoyo económico. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los legisladores
en el Congreso Federal suelen ubicarse en una posición privilegiada para maximizar las chances de obtener ciertas
transferencias o la aprobación de medidas beneficiosas para sus distritos.
Sostiene la idea de que es correcto que las provincias tengan la existencia de un posible veto en sus manos ya que eso
también prometió el federalismo, pero no coincide con el modo en el que se lleva adelante en la práctica ya que
produce un daño en el sistema institucional. Este sistema y esta fragilidad también se da en instituciones locales, ya
que allí también existe una fuerte preeminencia del ejecutivo sobre el legislativo
A su vez nos introduce en el mundo económico, al dividir en distintos niveles de gobierno la atribución conjunta de
recaudar y gastar recursos públicos, sosteniendo que el federalismo en este punto seria ventajoso. La descentralización
podría permitir una mejor satisfacción de las necesidades y preferencias locales.
A inicios del siglo 20, las provincias comenzaron a ceder gradualmente a la nación la facultad de crear y recaudar
impuestos a través del sistema de la coparticipación (por una ley del congreso que dispuso que parte de los impuestos
indirectos nacionales (la gran porción de la carga tributaria) se distribuyera entre las provincias, creado en 1935, que
tiene por objeto coordinar la distribución del producido de los tributos impuestos por el Estado central, el autor
considera que este sistema no es de por si criticable ya que podría reducir las grandes asimetrías que existen en el país.
En sus últimos párrafos el autor nos plantea los problemas que existen con la introducción en el año 1994 de los
tratados de derechos humanos a nuestra constitución, estableciendo que el único responsable frente a estos va a ser el
estado nacional, y preguntándose así, ¿qué sucedería si existe algún tipo de violación de estos tratados, pero por parte
de las provincias?
En contraposición con este texto, pasamos a analizar el “Derecho Público Provincial”, coordinador Antonio María
Hernández que coincidiendo con el autor examinado con anterioridad supone la creación del federalismo como una
nueva forma de gobierno y de estado que establece una división de poder en relación con el territorio en
contraposición con el unitarismo. Tomando verdadera relevancia luego de la obra de la convención de Filadelfia de
1787, considerando que el federalismo es un sistema eficaz para las sociedades multiculturales como india y suiza que
lo que busca principalmente junto con el sistema republicano es asegurar la libertad y los derechos de los hombres y
también limitar el poder.
Nos plantea que las formas federativas pueden ser más o menos centralizadas o descentralizadas según el predominio
de las fuerzas del centro o la periferia. Pero que en la teoría del federalismo existen dos enfoques, uno estático que
hace énfasis en aspectos estructurales, relacionado con los problemas existentes entre el Estado Federal y los estados
miembros. Y el enfoque dinámico, en donde el federalismo nace como un estado descentralizado pero su creación se
da por el resultado de fuerzas centrípetas como la agregación o centrifugas.
A su vez, en algunos párrafos nos desarrolló a que nos referimos cuando hablamos de soberanía y autonomía en lo
cual no voy a hacer hincapié ya que está expuesto en los puntos de arriba.
Frente a las diversas características que pueden conformar una federación, existieron, aunque sea dos posturas: Ronald
L Watts y Linares quintana que no son demasiado diferentes. Podemos afirmar que las características esenciales de los
estados federales en las que mayoría de autores coinciden, son las siguientes:
La división del poder en el territorio en dos o más órdenes de gobierno que actúan directamente sobre sus ciudadanos.
La existencia de una constitución en la cual participen en su reforma los entes territoriales constitutivos de la
federación. El reconocimiento de una genuina autonomía a los distintos órdenes de gobierno de la federación,
asegurada mediante la distribución constitucional de las respectivas competencias en materia legislativa, ejecutiva y
financiera. La participación de los estados miembros en los órganos de gobierno de la federación a través de una
segunda cámara que usualmente es el senado. La existencia de procesos e instituciones que facilitan la colaboración
intergubernamental.
Además de las características, este autor nos plantea las clasificaciones que puede existir con respecto a los sistemas
políticos federales: integrativos y devolutivos- simétricos y asimétricos- duales y coordinación, etc.
Otros de los puntos importantes que explica, son las diferencias que se pueden observar entre el federalismo, el
sistema confederal y los estados regionales. Los Estados confederados tienen los derechos de nulificación y secesión.
Se trata de una facultad de veto que tienen los Estados confederados sobre los procedimientos o actos del Estado
Confederacional Central. Es así como puede propiciar la “nulificación del acto”. La confederación se fundamenta en
un tratado a diferencia del Estado Federal que lo hace por medio de una Carta Constitucional.
Ambos autores desde mi punto de vista fueron críticos de un órgano federal fundamental, el senado, instituido por la
Constitución nacional de 1853 juzgado por no cumplir adecuadamente su rol federal, y esto se advierte cuando
analizamos lo que ha ocurrido con las intervenciones federales, con las leyes de promoción industrial o con las leyes
de coparticipación impositiva.

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