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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA, CIENCIAS Y TECNOLOGÍA
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN DE
MATERIALES INDUSTRIALES
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL
DE PUERTO CABELLO

PROPUESTA DE PUESTA EN MARCHA DEL LABORATORIO DE


FUNDICIÓN Y ARENA DE LA UNIVERSIDAD POLITÈCNICA DE PUERTO
CABELLO

AUTORES:
ANTOHNY LÓPEZ

DOCENTE:

PUERTO CABELLO, ABRIL DEL 2023


INTRODUCCIÓN

Un desastre natural, definido como la ocurrencia de un fenómeno natural en un espacio y


tiempo limitado que causa trastornos en los patrones normales de vida y ocasiona pérdidas
humanas, materiales y económicas, y daños ambientales, es un evento ecológico de tal
magnitud que para atender sus efectos es necesario la intervención externa.

Todos los desastres son únicos y tienen efectos diferentes, debido a que cada región
afectada tiene condiciones sociales, económicas, políticas y bases de salud específicas.
Pero, a pesar de estas diferencias, un accionar debe ser común, estar preparados, y para
ello debemos conocer y adquirir conocimientos, fortalecer los cambios de actitudes.

Experiencias recientes nos han demostrado que los preparativos para desastres deben
realizarse de manera muy especial a escala local, pues es allí, donde las poblaciones
directamente afectadas tienen un papel relevante, es a través de su respuesta adecuada y
responsabilidad, en los primeros momentos que transcurren luego de un desastre.

Es este trabajo en el nivel local se fundamenta entonces en la participación de todos y


cada uno de los actores. Además, las acciones deben llevarse a cabo desde todos los
aspectos posibles.

Es entonces, a partir de la presencia y accionar de niños y adolescentes en el seno de su


comunidad, como agentes de cambio, como nexo comunicacional entre las instituciones
y su familia y a partir de allí, por propiedad transitiva al resto de la comunidad. De esta
forma es factible crear un ambiente más saludable para todos los que viven en ella.

Es fundamental el papel que desempeñan los niños y jóvenes en todo proceso de cambio.
Cuando ellos y las comunidades desempeñan un papel activo en su propio desarrollo y
bienestar social, frecuentemente lo que sigue son resultados tangibles y eficaces.

Es por esto por lo que las actividades participativas y centradas en estos actores pueden,
en muchos casos, promover el aprendizaje más eficazmente que los métodos educativos
tradicionales. Se los considera como un medio capaz de influir en el comportamiento y
actitudes de sus hogares y comunidades.
MEDIDAS EN CASO DE: TERREMOTOS, MAREMOTOS,
DESLIZAMIENTOS DE TIERRA E INCENDIOS EN EDIFICACIONES.

TERREMOTOS

AGÁCHESE. CÚBRASE. AGÁRRESE.

En la mayoría de las situaciones usted se puede proteger si inmediatamente:

• SE AGACHA y se pone en el suelo de manos y rodillas antes de que el terremoto


lo derribe. Esta posición evitará que se caiga, pero le permite moverse si es
necesario.
• SE CUBRE la cabeza y el cuello (y todo el cuerpo si es posible) metiéndose
debajo de una mesa o un escritorio resistente. Si no se encuentra cerca de un lugar
en el que pueda resguardarse, agáchese cerca de una pared interior o junto a
muebles de poca altura que no vayan a caerle encima, y cúbrase la cabeza y el
cuello con los brazos y las manos.
• SE AGARRA de su resguardo (o de su cabeza y cuello) hasta que deje de temblar.
Prepárese para moverse con su resguardo si el temblor lo cambia de lugar.

Si se encuentra adentro, permanezca adentro.

NO salga de su casa ni corra a otros cuartos durante un terremoto. La probabilidad de


lesionarse es menor si se queda dónde está.

Para reducir la probabilidad de resultar lesionado, haga lo siguiente:


• Si es posible, en los pocos segundos antes de que el temblor se intensifique, aléjese
rápidamente de los objetos de vidrio, objetos colgantes, estantes de libros, vitrinas
o de otros muebles grandes que se puedan caer. Esté atento a los objetos que
pueden caerse, como ladrillos de chimeneas y tiros de chimeneas, lámparas,
objetos colgados de las paredes, estantes altos y gabinetes con puertas que podrían
abrirse.
• Si hay algún objeto cerca, úselo para protegerse la cabeza y la cara de los
escombros y vidrios rotos que caen.
• Si está en la cocina y tiene la estufa encendida, apáguela rápidamente y busque un
resguardo tan pronto como sienta el temblor.
• Si se encuentra en la cama, espere y permanezca ahí, protegiéndose la cabeza con
una almohada. La probabilidad de lesionarse es menor si se queda dónde está. El
vidrio roto en el piso puede causarle lesiones si camina o se acuesta en el piso.
NO se pare debajo del marco de una puerta. Estará más seguro debajo de una mesa. En
las casas modernas los marcos de las puertas no son más resistentes que otras partes de la
casa, Y no lo protegerán de la causa más probable de lesiones, los objetos que caen o los
que son lanzados al aire. La mayoría de las lesiones y las muertes relacionadas con
terremotos son causadas por objetos que caen o son lanzados al aire (como TV, lámparas,
vidrio o estantes de libros), o que son derribados al suelo.

Si se encuentra en un edificio alto, agáchese, cúbrase y agárrese.

• Aléjese de las ventanas y de las paredes exteriores.


• Quédese en el edificio.
• NO use los ascensores. Es posible que se vaya la luz y se enciendan los rociadores
contra incendios.
• Si queda atrapado, mantenga la calma. Trate de llamar la atención golpeando las
partes duras o metálicas de la estructura. Esto podría aumentar la probabilidad de
que lo rescaten.

Si se encuentra en un lugar con mucha gente, agáchese, cúbrase y agárrese.

• No corra a ponerse debajo de los marcos de las puertas. Otros tendrán la misma
idea.
• Aléjese de los estantes que tengan objetos que puedan caerse.
• Si puede, resguárdese y agarre algo para protegerse la cabeza y la cara de los
escombros o vidrios que puedan caer.

Si está afuera, quédese afuera.

Quédese adentro si está adentro, y afuera si está afuera.

• Aléjese de los edificios, cables eléctricos, socavones, y tuberías de combustible y


gas. El mayor peligro por los escombros que caen se encuentra justamente afuera
de las puertas y cerca de las paredes exteriores de los edificios.
• Vaya a un área abierta, lejos de árboles, postes de teléfono y edificios. Una vez
afuera, agáchese y quédese allí hasta que deje de temblar.
• El área que se encuentra cerca de las paredes exteriores de un edificio es el lugar
más peligroso. Las ventanas, las fachadas y los detalles arquitectónicos con
frecuencia son las primeras partes de un edificio que se derrumban. Manténgase
lejos de esta zona de peligro.

Si se encuentra en un vehículo en movimiento, deténgase tan pronto y tan seguramente


como pueda.

• Estacione su auto al borde de la carretera o de la acera, lejos de postes eléctricos,


cables suspendidos y pasos a desnivel.
• Quédese en el auto y ponga el freno de mano. Aunque es posible que el auto se
mueva violentamente sobre sus muelles, es un buen lugar para quedarse hasta que
acabe el temblor.
• Prenda el radio para escuchar las transmisiones de emergencia.
• Si un cable del tendido eléctrico se cae sobre el auto, quédese adentro hasta que
una persona capacitada retire el cable.
• Cuando sea seguro que comience a manejar otra vez, esté atento a los peligros
creados por el terremoto, como grietas en el pavimento, postes y cables de
electricidad caídos, inundaciones, pasos elevados caídos o puentes derrumbados.

Si se encuentra en un estadio o en una sala de cine, quédese en su asiento. Protéjase la


cabeza y el cuello con los brazos o de cualquier manera posible.

• No salga sino hasta que termine el temblor.


• Cuando salga manténgase alerta a todo aquello que pudiera caer durante las
réplicas.

Si se encuentra cerca de la costa, agáchese, cúbrase y agárrese hasta que termine el


temblor.
• Si un temblor intenso dura 20 segundos o más, evacue directamente la zona en la
que se encuentra y diríjase a un terreno elevado porque es posible que el terremoto
haya generado un tsunami.
• Trasládese inmediatamente 2 millas (3 kilómetros) tierra adentro o a un terreno
que se encuentre al menos 100 pies (30 metros) sobre el nivel del mar. No espere
a que los funcionarios emitan una advertencia.
• Camine rápidamente, en lugar de manejar, para evitar el tráfico, los escombros y
otros peligros.

Si no puede agacharse en el suelo, trate de sentarse o permanezca sentado para evitar que
algo lo tumbe.

• Si está en una silla de ruedas, ponga el freno a las ruedas. Retire de la silla
de ruedas todo artículo que no esté fijo a ella de manera segura.
• Protéjase la cabeza y el cuello con un libro grande, una almohada o con
sus brazos. El objetivo es evitar lesiones por caídas o por objetos que pudieran
caer sobre usted o ser lanzados hacia usted.
• Si puede, busque resguardo debajo de una mesa sólida o un escritorio
resistente. Manténgase lejos de las paredes exteriores, ventanas, chimeneas y
objetos colgados.
• Si no puede moverse de una cama o de una silla, protéjase lo mejor posible
de los objetos que caen cubriéndose con sábanas y almohadas.
• Si se encuentra afuera, vaya a una zona abierta, lejos de árboles, postes del
teléfono y edificios, y quédese allí.

MAREMOTOS
Un maremoto o tsunami es causado por una perturbación submarina, normalmente un
terremoto con epicentro bajo el mar. Un aluvión, una erupción volcánica y también un
meteorito pueden causar un maremoto.
Los maremotos se pueden originar miles de kilómetros mar adentro; la altura de la ola
que se genera puede llegar a 30 metros y la velocidad, a 720 kilómetros por hora.
El mayor riesgo es para las zonas que están bajo los 20 metros sobre el nivel del mar, y a
menos de dos kilómetros de la costa.
El maremoto o tsunami se presenta como una serie de subidas y bajadas del nivel del mar,
que se distancian entre 5 y 90 minutos entre sí.
¿Qué hacer antes...?
Ubique un lugar elevado y más de una ruta de evacuación (a pie y en auto).
Si vive en la costa, averigüe a cuánto sobre el nivel del mar y a qué distancia de la costa
se encuentra su casa. Las necesidades de evacuación pueden basarse en estos parámetros.
Un terremoto, un fuerte ruido subterráneo, o una rápida subida o bajada de la marea son
síntomas de que puede aproximarse un maremoto.
Todos en la familia deben saber cómo actuar, cómo cortar el suministro de gas, luz y
agua, y los números de emergencia a los que pueden llamar de ser necesario.
Establezca un punto de reunión, por si la familia se encuentra dispersa.
Tenga a mano su kit de emergencia.
¿Qué hacer durante...?
Si escucha información de que puede haber un maremoto o detecta señales en tal sentido,
evacue el área de inmediato. Suba a un lugar alto.
Aléjese de la playa. No vaya a presenciar un maremoto. Si puede ver la ola, estará
demasiado cerca como para escapar de ella.
Un maremoto o tsunami es una serie de olas, por lo tanto, no asuma que después de la
primera ola el riesgo pasó. Las olas sucesivas pueden ser de mayor tamaño. Aléjese del
lugar y no regrese a su hogar hasta que el peligro haya pasado del todo.
¿Qué hacer después...?
Vuelva a su hogar cuando ya no haya peligro, y manténgase alejado de edificios dañados.
Si al volver se encuentra con personas saqueando, no los enfrente solo. Pida ayuda a
Carabineros.
Entre a su hogar con precaución y una linterna. De ser posible, efectúe una revisión de la
luz, agua, gas y teléfono tomando las precauciones indicadas en inspección de servicios
básicos. Revise si hay corto circuitos o cables a la vista. No conecte la luz hasta que un
electricista haya revisado el sistema.
Abra las ventanas para secar el lugar. Saque con pala el barro mientras todavía está
húmedo.
Revise el suministro de bebidas y agua para beber. El agua y los alimentos pueden haber
sido contaminados con el agua de la inundación, en cuyo caso no deben utilizarse.
Si es posible, junte agua en tinas y otros recipientes, por si se corta el suministro. Hierva
el agua que va a beber.
Escuche la radio o la televisión para obtener información sobre la emergencia, y posibles
instrucciones de la autoridad a cargo.
Ayude a las personas heridas o que han quedado atrapadas. Si hay lesionados, pida ayuda
de primeros auxilios a los servicios de emergencia. Ayude a sus vecinos que tengan
familiares de edad, impedidos o niños pequeños.
DESLIZAMIENTO DE TIERRA

Los deslizamientos de tierra ocurren en todos los estados y territorios y pueden ser
causados por varios factores, incluyendo los terremotos, tormentas, erupciones
volcánicas, incendios y modificaciones de la tierra por parte del ser humano. Los
deslizamientos de tierra más peligrosos y mortales son los que ocurren rápidamente,
muchas veces con poco aviso.
Un deslizamiento de tierra ocurre cuando masas de roca, lodo o escombros descienden
por una pendiente. Cuando un incendio forestal quema una pendiente, esto aumenta la
probabilidad de que ocurran deslizamientos de tierra durante varios años.
Cómo debe protegerse a sí mismo o su propiedad depende del tipo de deslizamiento de
tierra. La zonificación del uso de terrenos, las inspecciones profesionales y el diseño
adecuado pueden reducir muchos de los problemas de deslizamientos de tierra, pero el
desalojo es frecuentemente la única manera de proteger las vidas contra avalanchas de
escombros u otros deslizamientos rápidos de tierra.
No todos los deslizamientos de tierra son rápidos. Algunos deslizamientos de tierra lentos
se mueven a paso de tortuga, se detienen y vuelven a empezar, y no avanzan más de tres
pies por año. Aunque estos deslizamientos de tierra pocas veces causan pérdidas de vidas
humanas, pueden causar daños al terreno y la propiedad con el tiempo.
Antes de un deslizamiento de tierra
A continuación, se indican las cosas que usted puede hacer para protegerse a sí mismo,
su familia y su propiedad contra los efectos de un deslizamiento de tierra o avalancha de
escombros:
Prepare un kit de suministros de emergencia.
Haga un plan para su familia, incluyendo sus mascotas, para que sepan qué hacer y adónde
ir si ocurre un deslizamiento de tierra.
Proteja su propiedad según las recomendaciones de un profesional geotécnico cualificado
y/o las guías locales de su ciudad o condado sobre la protección contra avalanchas de
escombros e inundaciones. No se puede detener o cambiar la trayectoria de una avalancha
de escombros. Sin embargo, podría proteger su propiedad contra las aguas de inundación
o el lodo con bolsas de arena, muros de contención o barreras.
En zonas donde hay avalanchas de lodo y escombros, considere la posibilidad de construir
canales o muros de desviación para intentar desviar la avalancha de manera que pase por
los lados de los edificios. Sin embargo, debe tener en cuenta que, cuando la avalancha
esté lo suficientemente grande, va donde quiera. También, usted podría ser responsable
de los daños si desvía una avalancha y fluye sobre la propiedad de su vecino.
Reconozca los signos de advertencia
Debe estar atento a avalanchas de escombros y otros deslizamientos de tierra rápidos que
representan amenazas contra la vida:
Si se encuentra cerca de una zona de quema de un incendio forestal, suscríbase a las
alertas de emergencia y preste atención a las previsiones meteorológicas para la zona de
quema.
Esté atento y vigile para torrentes de agua, lodo o sonidos raros.
Sonidos raros, como el crujido de árboles o rocas que se chocan, podrían indicar el
movimiento de escombros. Cuando se acerca un deslizamiento de tierra, se nota un rugido
leve distante cuyo volumen se aumenta.
Rocas enormes en el paisaje podrían ser signos de avalanchas de escombros pasados.
Vigile para deslizamientos de tierra lentos, o avalanchas de tierra, que representan
amenazas para la propiedad:
Cambios ocurren en su paisaje, como patrones de drenaje de agua de lluvia en las
pendientes (en especial en los lugares donde se convergen el agua de lluvia), movimiento
de la tierra, deslizamientos menores, flujos o árboles que se inclinan progresivamente.
Puertas o ventanas se atascan o se traban por primera vez.
Nuevas fisuras aparecen en el yeso, las baldosas, los ladrillos o los cimientos.
Paredes exteriores, pasadizos y escaleras empiezan a separarse del edificio.
Grietas que se desarrollan y amplían lentamente en el suelo o en áreas pavimentadas,
como en las calles o las entradas.
Se rompen las líneas de servicios públicos subterráneas.
Aparecen bultos en la tierra en la base de una pendiente.
El agua sale de la superficie del suelo en lugares nuevos.
Cercas, muros de contención, postes eléctricos o árboles se inclinan o mueven.
La tierra se inclina hacia abajo en una dirección y podría empezar a desplazarse en la
misma dirección debajo de sus pies.
Durante un deslizamiento de tierra
Escuche las noticias de emisoras locales en una radio que opere con baterías para
enterarse de los avisos.
Siga siempre las instrucciones de las autoridades locales de manejo de emergencias. Éstos
proveen las recomendaciones más actualizadas según la amenaza en su comunidad.
Manténgase alerta y despierto durante una tormenta que podría causar un deslizamiento
de tierra. Muchas de las muertes por deslizamientos de tierra ocurren cuando las personas
están dormidas.
Tenga en cuenta que, antes de estar seguro de que viene una avalancha de escombros, ya
será muy tarde para huir de manera segura. Nunca cruce una calle donde hay flujos de
agua o lodo. Nunca cruce un puente si puede ver que se acerca una avalancha, ya que
puede aumentar de velocidad y tamaño muy rápidamente sin permitirle tiempo para huir.
Si se queda atrapado en la trayectoria de un deslizamiento de tierra suba por una cuesta
lo más rápido posible.
Evite valles de ríos o áreas bajas durante momentos de peligro.
Si se encuentra cerca de un arroyo o canal, esté alerta para cualquier aumento o
decrecimiento repentino en el flujo del agua, o agua clara que se vuelve lodosa. Estos
podrían ser signos de que se acerca un deslizamiento de tierra.
Después de un deslizamiento de tierra
Manténgase alejado de la zona del deslizamiento. Podría haber peligro por deslizamientos
adicionales.
Escuche las emisoras de radio y televisión para enterarse de la información más
actualizada sobre la emergencia.
Esté atento a posibles inundaciones. Las inundaciones a veces ocurren tras los
deslizamientos de tierra y avalanchas de escombros, porque las mismas condiciones
pueden causarlas.
Busque personas heridas o atrapadas cerca del deslizamiento, sin entrar en la zona directa
del deslizamiento. Dirija a los rescatistas a los lugares donde estas personas se encuentran.
Informe a las autoridades correspondientes sobre líneas de servicios públicos rotas y
carreteras y vías de ferrocarriles dañados. Informar sobre posibles riesgos hará que se
interrumpan los servicios públicos tan pronto como sea posible para evitar más riesgos y
lesiones.
Permita que los profesionales capacitados inspeccionen los cimientos del edificio, la
chimenea y el terreno alrededor para detectar daños.
Vuelva a sembrar la tierra dañada de inmediato, ya que la erosión por pérdida de la capa
vegetal podría ocasionar inundaciones repentinas y más deslizamientos de tierra en el
futuro cercano.
Solicite consejos de un experto geotécnico para evaluar los riesgos de deslizamiento de
tierra o para diseñar técnicas correctivas para reducir el riesgo de deslizamiento de tierra.
Un profesional puede aconsejarle sobre las mejores maneras de evitar o reducir el riesgo
de deslizamientos de tierra, sin causar más peligro.
INCENDIOS EN EDIFICACIONES
Fuego no controlado de grandes proporciones, el cual puede presentarse de manera
instantánea o gradual, pudiendo provocar daños materiales, pérdida de vidas humanas y
afectación al ambiente.
SI HAY UN INCENDIO EN TU CASA Y NO PUEDES SALIR
• Protégete del fuego cerrando todas las puertas que puedas.
• Pon trapos mojados en las rendijas de la puerta para impedir el paso del humo.
• Llama a los servicios de emergencia al teléfono 171 en cuanto puedas.
• Tápate con un trapo o pañuelo, de preferencia húmedo, la nariz y la boca
arrastrándote por el piso.
• Si no puedes bajar, intenta subir hasta la azotea; deja abierta la puerta de acceso a
la misma para que el humo no se acumule en el cubo de las escaleras.
SI HAY UN INCENDIO EN TU CASA Y PUEDES SALIR
• Guarda la calma.
• Si es un fuego que apenas inicia y cuentas con extintor, utilízalo.
• Si un aparato eléctrico provoca el incendio NO intentes apagarlo con agua, te
puedes electrocutar.
• Sofoca con sal, con polvo de hornear o con bicarbonato los fuegos producidos por
aceite o grasa.
• Si lo que se prende es una sartén, ponle una tapa.
• Si el fuego no es controlable, aléjate y cierra todas las puertas que puedas.
• Utiliza las escaleras hasta la calle. En casos de emergencia, no uses elevador.
• Llama a los servicios de emergencia al teléfono 171 lo antes posible.
• No regreses al interior del inmueble por ningún objeto.
SI HAY FUEGO O HUMO EN LA ESCALERA
• Enciérrate en casa.
• Llama a los servicios de emergencia al teléfono 171 de inmediato.
• Abre una ventana que dé a la calle y hazte notar. En pisos superiores puedes
colocar en la ventana una sábana blanca que es una señal internacional de socorro.
• También puedes gritar.
MEDIDAS DE SEGURIDAD CONTRA INCENDIOS EN EDIFICIOS
• Almacenar los productos inflamables por separado.
• Mantener limpio el puesto de trabajo.
• No sobrecargar los enchufes.
• Evitar que se acumulen materiales en espacios ocultos, como los rincones, detrás
de las puertas y debajo de las estanterías.
• Desconectar los aparatos eléctricos si no se utilizan.
• No obstaculizar los recorridos ni las salidas de emergencia.
Vías de escape adecuadas
Al producirse un incendio “se plantea una situación de grave peligro para las personas y
los bienes materiales de un inmueble”.
Por eso resulta fundamental tener previstas todas las actuaciones que se pueden
desarrollar ante un incendio, una de ellas es utilizar las vías de escape para que los
trabajadores se pongan a salvo.
En este caso, las vías de escape deben ser continuas y sin interrupciones, iniciar desde un
punto de los edificios hasta una zona exterior que sea segura, para que las personas puedan
salir en pocos segundos o minutos, de forma constante y ordenada.
Rutas de evacuación claras y libres
La ruta de evacuación “es el recorrido horizontal o vertical, o la combinación de ambos,
que va desde cualquier punto del centro de trabajo hasta un lugar seguro en el exterior,
denominado punto de reunión, que incluye locales intermedios como salas, vestíbulos,
balcones, patios y otros recintos”.
Estas rutas también pueden tener puertas, escaleras, rampas y pasillos, por lo que tienen
que estar debidamente señalizadas.
Las señales de información relacionadas con las rutas de evacuación incluyan una imagen
de una flecha indicando el sentido requerido, y en su caso, el número de la ruta que se
está siguiendo, en un cartel de fondo verde con las flechas blancas.
También es importante que tengan iluminación de emergencia para que pueda detectarse
fácilmente alguna modificación en el piso, o que en caso de que se interrumpa la energía
eléctrica, la evacuación no se interrumpa y sea segura.
“La distancia por recorrer desde el punto más alejado del interior de una edificación, hacia
cualquier punto de la ruta de evacuación, no debe ser mayor de 40 metros. En caso
contrario, el tiempo máximo de evacuación de los ocupantes a un lugar seguro deberá ser
de tres minutos”.
Sistemas de detección
En tanto, los sistemas de detección se refieren a la activación de los equipos sensibles a
las manifestaciones que acompañan al fuego, es decir, el desprendimiento de humo, la
aparición de llamas y el rápido aumento de la temperatura.
Los tipos de detectores más comunes son los siguientes:
Iónicos. Tienen una pequeña cámara de ionización por radioelementos, si se introducen
gases de combustión o humos, varía la conductividad y el aparato da la señal.
De humo. Consisten en células fotoeléctricas que emiten una corriente eléctrica variable
con el flujo luminoso que reciben. Al oscurecerse el aire por la presencia del humo, emiten
una señal.
De llamas. Tienen células fotoeléctricas sensibles a la variación de la radiación infrarroja
de la llama.
Térmicos. Son equipos sensibles a la elevación de la temperatura, “los más comunes son
los termovelocimétricos que se activan cuando la velocidad de aumento de temperatura
excede de un cierto valor”.
Sistemas de extinción
Esta medida de prevención de incendios se refiere a los aparatos y equipos que sirven
para controlar y combatir los incendios, los cuales contienen algún tipo de agente extintor,
ya sea la espuma física que actúa por sofocación, es decir, impide la aportación del aire
para que el fuego no se avive.
Los extintores son un ejemplo muy conocido que contienen un agente extintor “que puede
ser proyectado y dirigido sobre un fuego por la acción de una presión interna”.
Están formados por un cilindro donde se almacena el agente extintor, una palanca que
sirve para poner en acción al aparato, así como una manguera o boquilla por donde sale
el producto que sirve para controlar el fuego en su primera etapa.
Simulacros de incendio
Sobre los simulacros, se establece que se deben realizar por lo menos una vez al año, en
los centros de trabajo clasificados con riesgo de incendio ordinario, y dos veces al año en
los que el riesgo sea alto.
Este tipo de actividades se tienen que planear con anticipación, para establecer qué
trabajadores serán los encargados de coordinar los simulacros, y fijar aspectos como la
fecha y la hora.
Los resultados de los simulacros de emergencias de incendio se deberán registrar con
algunos de los siguientes datos: nombre del centro de trabajo donde se desarrolló, las
áreas en las que se realizó, el número de personas que intervinieron, los recursos
utilizados y las recomendaciones para actualizar el plan de atención a emergencias de
incendio, según lo pide la normativa.
Usar materiales retardantes para evitar la propagación
Otro elemento indispensable para la prevención de incendios en los centros de trabajo es
la utilización de materiales retardantes, a nivel estructural o de construcción, ya que evitan
una rápida propagación del fuego y el humo, contribuyendo a que las personas se
mantengan a salvo.
Por ejemplo, si las salidas de emergencia tienen puertas, estas deberán estar fabricadas
con materiales resistentes al fuego, y, además, tienen que ser capaces de impedir el paso
del humo entre las diferentes zonas de los centros de trabajo. Es importante que no tengan
candados ni picaportes, y que cuenten con un mecanismo que permita abrirlas desde el
interior.
Tener planos del edificio a la mano
En todos los centros de trabajo se tienen que colocar los planos guía, donde se indique la
ubicación de los extintores, los botiquines e hidrantes, para que la brigada contra
incendios o los bomberos, puedan actuar de forma más oportuna durante un siniestro.
“Se recomienda elaborar y conservar la documentación relativa a la memoria de planos,
en los que se asentará al menos la información aplicable “al tipo, cantidad y disposición
del material combustible o inflamable presente y los datos generales y localización de
tubería, detectores, dispositivos de operación, dispositivos de descarga y equipo auxiliar”.
MEDIDAS EN CASO DE EVACUACIÓN, SISTEMA DE ALERTA, ALARMA
• Pasos para seguir para la evacuación del personal: Cuando suene la alarma de
desalojo o se le indique que abandone el edificio:
• Mantenga la calma.
• Suspenda cualquier actividad que pueda ser peligrosa.
• Siga las instrucciones.
• Ayude a las personas discapacitadas.
• Abandone la zona de un modo ordenado. Cierre las puertas, pero no con llave.
• Salga por las Salidas de Emergencia establecidas previamente.
• Aléjese de la estructura. Vaya directamente al punto de encuentro (debe haber un
mapa reestablecido). Preséntese ante el coordinador de evacuación para hacer un
recuento del personal.
• No bloquee la calle o las vías de acceso.
• Permanezca en el punto de encuentro hasta que se le dé otra indicación.
En caso de incendio:
• Mantenga la calma.
• Llame al Departamento de Bomberos.
• Si se trata de un incendio pequeño, trate de extinguirlo con el tipo de extinguidor
apropiado o por otros medios. No ponga en peligro su seguridad personal.
• No permita que el fuego se interponga entre usted y la salida.
• Desconecte el equipo eléctrico si está en llamas y si no fuese peligroso hacerlo.
• Notifíquelo a su supervisor y al coordinador de evacuación si fuese posible.
• Evacue la instalación si no puede extinguir el fuego. Ayude a las personas
discapacitadas.
• No rompa las ventanas.
• No abra las puertas que estén calientes (antes de abrir una puerta toque el pomo.
Si está caliente o hay humo visible, no la abra)
• No utilice los ascensores.
• No intente salvar sus pertenencias personales.
• Diríjase inmediatamente al punto de reunión.
• No regrese a la zona afectada hasta que se lo permitan las autoridades a cargo.
• No propague rumores.
Tempestades fuertes:
(Estas instrucciones se deben usar en caso de tormentas eléctricas, tornados, huracanes,
etc.)
En el caso de que haya amenaza de fuerte tempestad en su zona:
• Sintonice las estaciones locales de radio o televisión para enterarse de la situación.
• Haga planes con anticipación a la llegada de la tempestad.
• Asegure los objetos sueltos que se encuentren a la intemperie o llévelos bajo
techo.
• Abra las ventanas ligeramente, de tener tiempo para hacerlo, en el lado opuesto a
la dirección que trae la tempestad.
• Asegúrese que funcione el equipo que opere con generadores o con baterías (pilas)
y las fuentes de energía de emergencia.
• Llene los tanques de combustible de los vehículos.
En el caso de que sea inminente una fuerte tempestad en su zona:
• Desconecte equipos y aparatos eléctricos que no sean de uso de emergencia.
• No utilice el teléfono, salvo casos de emergencia o para asuntos imprescindibles.
• Abastézcase de agua potable y almacénela en receptáculos limpios (por ejemplo,
jarras, botellas, fregaderos).
• Evite estructuras con techos de luz amplia (por ejemplo, gimnasios).
• Resguárdese bajo techo.
En caso de amenaza de huracán:
• Cubra las ventanas con láminas de madera o protéjalas con cinta adhesiva o
• contraventanas. Deje entreabiertas algunas para equilibrar la presión.
• Abandone las zonas bajas que puedan ser barridas por olas o mareas altas.
• Permanezca en el edificio si es de construcción sólida y está ubicado en terreno
alto. De no ser así, y especialmente si las autoridades locales han ordenado la
evacuación, trasládese al refugio que se haya determinado.
• Permanezca a cubierto. No se deje engañar por la calma del "ojo" del huracán.
Recuerde que los vientos al otro lado del "ojo" provendrán de la dirección opuesta.
Evacuación en caso de huracán:
• Siga las instrucciones de las autoridades locales.
• Si las autoridades locales proporcionan transporte, utilícelo.
• Si tiene que caminar o conducir hasta otra ubicación:
• Salga con suficiente antelación para evitar quedar aislado.
• Si va a conducir un vehículo asegúrese de que tiene suficiente combustible.
• Use las carreteras recomendadas, no trate de encontrar atajos.
• Diríjase al lugar indicado, no vaya a ningún otro sitio.
En caso de amenaza de tornado:
• Guarézcase en el sótano, de haberlo, o en un corredor interior.
• Los pisos superiores no son seguros. Si no le da tiempo de bajar a la planta baja o
al sótano, refúgiese en un vestidor o habitación pequeña de paredes fuertes o en
un corredor interno.
• No permanezca dentro de un vehículo. En última instancia, de no haber una zanja
o quebrada cercana, refúgiese debajo del vehículo.
• Si se encuentra en campo abierto, y tiene tiempo para hacerlo, busque un refugio
apropiado. Si no lo hubiese, tiéndase en una zanja o quebrada. Manténgase alerta,
pues pueden presentarse inundaciones repentinas.
Inundaciones:
• En caso de amenaza de inundación en la zona:
• Sintonice la emisora de radio o televisión local.
• Prepárese para tomar acciones preventivas inmediatas.
• Si está conduciendo un vehículo, este atento a las aguas desbordadas en los
declives de las carreteras, puentes y zonas bajas debidas a lluvias que usted
pudiese no haber visto pero que pueden haber sido indicadas por relámpagos y
truenos.
En caso de peligro inminente de inundación en la zona:
• Sintonice la emisora de radio o televisión local.
• Prepárese para evacuar la zona cuando se lo recomienden. (Nota: de haber una
alerta de inundación repentina abandone el lugar inmediatamente).
• Ayude a las personas discapacitadas y siga las instrucciones del personal
responsable de las emergencias.
• Verifique el funcionamiento de los equipos que funcionan con baterías, así como
sus fuentes de energía auxiliares.
• Abastézcase de agua potable almacenándola en receptáculos limpios (por
ejemplo, jarras, fregadero).
• Haga una lista y traslade a los pisos superiores los suministros o provisiones de
emergencia tales como alimentos, artículos de primeros auxilios, mantas, etc.
• Asegure todos los objetos movibles que se encuentren a la intemperie.
• Ayude en la protección de objetos.
• Proteja las ventanas con tablones de madera.
• Desconecte los servicios de agua, luz y gas que no sean absolutamente esenciales.
• Llene el tanque de combustible de su vehículo.
• Si está conduciendo un automóvil, asegúrese de la profundidad de cualquier
declive o depresión del terreno antes de atravesarlo.
• Si el vehículo fallara, abandónelo inmediatamente y diríjase a terrenos elevados.
• No intente atravesar una corriente o riachuelo si el agua es más profunda que la
altura de sus rodillas.
• No regrese a la zona afectada hasta que lo autorice el personal responsable de las
emergencias.
• No propague rumores.
Terremoto
Si tuviera lugar un terremoto:
Durante los temblores.
1. Si está bajo techo
- Permanezca donde se encuentra.
- Refúgiese debajo de muebles macizos (escritorios, mesas, etc.) o de dinteles
- Manténgase cerca del centro del edificio.
- No corra hacia las salidas pues las escaleras podrían estar dañadas o abarrotadas de
gente.
- No utilice los ascensores.
- Aléjese de las ventanas o puertas de vidrio, vitrinas, estanterías, etc.
- no use velas, fósforos, encendedores, etc., pues podría haber escapes de gas.
- Extinga los fuegos con los extintores apropiados u otros métodos.
2. Si se encuentra al aire libre
- Diríjase a una zona al aire libre, alejada de las edificaciones, tendidos eléctricos, árboles,
etc.
- Si se ve forzado a permanecer cerca de una edificación, esté atento a los objetos que
pudiesen caer.
3. Si está conduciendo un vehículo
- Deténgase tan pronto como pueda hacerlo, evitando los tendidos eléctricos y los
viaductos.
- Permanezca en el vehículo hasta que cesen los movimientos.
- Si puede continuar conduciendo el vehículo tras terminar los temblores, esté atento a los
obstáculos que pudieran haber sido causados por el terremoto (por ejemplo, rocas, objetos
caídos, tendidos eléctricos derrumbados, carreteras con socavones, puentes o viaductos
dañados).
DEFINICIÓN DE CRISIS, TIPOS DE REACCIONES CONSTRUCTURALES,
CONFLICTOS SOCIALES DE CARÁCTER VIOLENTO, MANEJO
ADECUADO ANTE SITUACIONES DE CRISIS
La crisis es un síndrome agudo de estrés, caracterizado por la ruptura brusca de la
vivencia de continuidad psíquica y por la respuesta activa ante un proceso de cambio.
Es un estado temporal de agitación, trastorno o desorganización, en el que nos vemos
desbordados a la hora de afrontar una situación o problema. Se produce cuando
percibimos que los métodos que utilizamos usualmente para afrontar problemas no son
suficientes, por lo que experimentamos inadaptación e insatisfacción.
En los desastres de inicio lento, se reconoce siete etapas: la advertencia, la amenaza, el
impacto, el inventario, el rescate, la recuperación a corto plazo y la recuperación a largo
plazo.
En los desastres de inicio rápido, las dos primeras etapas permanecen ausentes (la
advertencia y la amenaza), sin embargo, la fase de impacto suele intensificarse. (4, 5, 6).
Durante la etapa de advertencia, algunas reacciones que se han manifestado en las
poblaciones amenazadas pueden ser:
• Apremio, vigilancia y preparación decrecientes, pero creencia perseverante en la
realidad del impacto del desastre.
• Apremio y vigilancia decrecientes, pero creencia de que la predicción
probablemente sea una falsa alarma.
• Acumulación de la ansiedad y el temor, con negación defensiva del peligro.
• Acumulación de la tensión personal traducida en ira y resentimiento,
especialmente hacia las autoridades.
Incremento de preparación para la urgencia final, como resultado de los ensayos y
simulacros en respuesta a las primeras advertencias repetidas. Diferentes reacciones en
cuatro áreas: la biológica, la psicológica, la interpersonal y la social; las cuales se
muestran resumidas en el siguiente cuadro:
REACCIONES EMOCIONALES ANTE LAS PÉRDIDAS
Las tragedias traen pérdidas que son sentidas en mayor o menor grado según las
relaciones afectivas que el damnificado tenía hacia la persona, el objeto o la posesión
perdida. La pérdida trae consigo dolor porque representa el inicio de un proceso de duelo.
Este proceso tiene características más o menos comunes para todos. Conocer estas
reacciones es muy importante tanto para el damnificado como para el terapeuta que lo
ayudará en su recuperación.
1. Negación o incredulidad Una vez ocurrido el desastre y la consecuente pérdida, la
primera reacción del damnificado es la negación del hecho o la incredulidad. Es común
escuchar al sobreviviente de la tragedia decir: “¡Esto no pudo haber pasado!”. La reacción
de incredulidad es como un mecanismo de defensa que se utiliza como protección
emocional ante el dolor intenso. Esta puede ser una reacción individual, comunitaria o
nacional. Esta etapa, normalmente, no dura mucho porque la propia realidad lleva al
damnificado a asumir la veracidad del hecho y de la pérdida. Aunque la persona supere
esta etapa, no se puede eliminar la posibilidad de que más tarde, reflexionando sobre los
hechos, tenga otra leve etapa de incredulidad y negación.
2. Otras reacciones iniciales Vencida la etapa de la negación o incredulidad, empieza el
desarrollo de un proceso de enfrentamiento al dolor. Las reacciones normales frente a una
pérdida significativa necesitan ser entendidas por quienes se sienten llamados a ayudar y
por los damnificados.
Entre las reacciones más comunes se encuentran las siguientes:
a. Angustia: Las personas que están en esta etapa, generalmente no pueden dormir, tienen
pesadillas, tienen angustia y están inquietas, se ponen de un carácter sensible e irritable,
se asustan de todo, desconfían, sienten que no pueden hacer las cosas, tienen ganas de
estar solas.
b. Somatización Las personas en esta etapa pueden somatizar, es decir, enfermarse
físicamente por efecto del susto. Esta es una forma como el cuerpo maneja el impacto
emocional de una tragedia.
c. Alteraciones del comportamiento Las personas cambian de conducta ante la crisis
producida por un desastre. Hay quienes se vuelven indiferentes, apáticos y no quieren
hacer nada, ni siquiera levantarse. Otros se vuelven demasiado activos, no se quedan
quietos, no pueden dormir y trabajan sin parar. Otros, incluso, tienen visiones y escuchan
voces (alucinan). Esto es normal después de una catástrofe, por ejemplo, después de un
terremoto, hay personas que siguen sintiendo temblores, aunque estos hayan
desaparecido. Muchos otros se desorganizan en su trabajo, en sus relaciones familiares,
en sus quehaceres y responsabilidades.
d. Ideas suicidas Ante la pérdida de personas o bienes queridos, muchas personas piensan
que hubiera sido mejor haberse muerto ellos mismos. Si estas ideas se hacen frecuentes
en una persona y se transforman en pensamientos de cómo hacer para matarse (confección
de un plan suicida), esto requiere atención inmediata.
e. Desorganización personal:
• La pérdida de una persona o bien fisiológicas, psicológicas sociales.
• Recuerdo recurrente de los eventos
• Hipersensibilidad a los sonidos.
• Retorno a los momentos traumáticos.
• Trastornos del sueño, pesadillas
• Cansancio, falta de motivación, apatía, ira, frustración, irritabilidad.
• Aumento de problemas psicosomáticos, aumento en el uso de medicamentos o
alcohol, ideas suicidas, sentido de impotencia y falta de control.
• Desconfianza en soluciones futuras, ataques de llanto, depresión, falta de
tolerancia, resentimiento, temor por la anticipación de un nuevo desastre durante
eventos recordatorios (lluvia).
• Problemas persistentes con personas del sector privado o gubernamental de la
reconstrucción.
• Problemas con arrendadores. Ocupación de casas hacinadas, remolques
• Aumento de la violencia en el hogar y las pandillas
• Problemas de tránsito
• Falta de programas para los niños
• Elevación de la tensión familiar
La ausencia de alguien que murió, la pérdida de una posesión, de un bien, de una relación,
crea un vacío existencial. Muchas veces la persona en estas condiciones abandona sus
creencias, sus normas morales o éticas. Puede incumplir sus compromisos y deberes. Se
inicia un proceso de desorganización en su vida, y muchas veces se da un rechazo a seguir
con el trabajo rutinario.
f. Emociones intensas Los damnificados suelen experimentar emociones intensas después
de un desastre. Son cuatro las emociones que se sienten más intensamente: la tristeza, la
ira, el miedo y la culpa.
POBLACIONES MÁS SUSCEPTIBLES A SUFRIR PROBLEMAS PSICOLÓGICOS
ANTE UN DESASTRE Se sabe que todas las personas pueden ser afectadas
psicológicamente ante el inminente impacto de un desastre, sin embargo, la doctora
Cohen enlista grupos especiales de personas que pueden ser más sensibles a
desorganizarse o sufrir mayores problemas psicológicos después de un desastre.
Estos grupos son: a. Personas expuestas a traumas serios con una recuperación
insuficiente (accidentes, desastres anteriores, violaciones, guerras). b. Personas que
sufrían enfermedades físicas o mentales en el momento del desastre. c. Personas que
experimentan estrés o pérdidas graves durante el impacto. d. Personas que pierden su
sistema de apoyo social y psicológico. e. Personas que carecen de habilidades para
resolver sus propios problemas. f. Personas que enfrentan otras crisis situacionales
durante el desastre, como un divorcio, por ejemplo. g. Ancianos, niños, discapacitados.
INTERVENCIÓN EN CRISIS EN SITUACIONES DE DESASTRE Según lo expuesto,
en cuanto al proceso subsiguiente a un desastre, es fundamental que la intervención en
crisis se haga presente lo más pronto posible. Cuanto más tarde, más ardua será esta tarea.
La intervención en crisis de primera instancia en situaciones de desastre debe tomar en
cuenta algunos aspectos fundamentales, los cuales se desarrollan a continuación:
Intervención en crisis de segunda instancia Una vez que se han brindado los primeros
auxilios psicológicos, se recomienda una intervención posterior cuyo objetivo central
radica en facilitarle al damnificado la transvaloración del suceso crítico vivido. La
transvaloración implica experimentar los impactos del suceso, elaborarlos e incorporar la
experiencia a la historia personal.
INTERVENCIÓN EN CRISIS DE PRIMERA INSTANCIA
Objetivos Intervenciones
1. Realizar contacto psicológico
• Promover la catarsis
El damnificado necesita desahogar sus sentimientos y la mejor manera de hacerlo es
hablando. Este hablar implica la necesidad de que alguien escuche. Esto se logra por
medio de dos aspectos:
a. Escuchar empáticamente
Escuchar empáticamente conlleva:
• Escuchar imparcialmente: sin preconceptos y sin previsiones del resultado final
ni la anticipación de datos.
• Escuchar completamente: partir de que todo lo que el otro cuenta es
importante y por tanto debe dársele una atención completa y total.
• Escuchar pacientemente: recordar que quien habla ha sufrido un evento
traumático, se encuentra en crisis, si pudiera hablar con conciencia, con
fluidez y acertadamente, posiblemente no requeriría la intervención en
crisis.
• Escuchar interesadamente: expresar interés con la expresión corporal,
con una pregunta o con un reflejo o validación de sentimientos.
b. Solidarizarse silenciosamente
Esto tiene que ver con la intervención cuando el damnificado no quiere hablar. Es en
estos casos cuando más se requiere la intervención en crisis ya que al no hablar, la persona
está reprimiendo sus sentimientos y está evidenciando su dificultad para translaborar la
crisis.
El objetivo principal es que el damnificado perciba que se es sensible a su dolor, por
medio de algún gesto más que por palabras. Se debe esperar el momento debido para que
empiece el proceso natural de desahogo, y este se puede propiciar por medio de:
• Preguntar oportunamente: hacer una pregunta motivadora en
un momento oportuno; esta pregunta debe ser corta, objetiva y motivadora.
• Preguntar sabiamente: debe abrir el mundo afectivo del damnificado
para que éste pueda expresar sus sentimientos.
• Reenmarcar la conducta
Mostrarle que sus reacciones fueron normales y naturales ante la magnitud de los
acontecimientos, cualquier otra persona en su misma situación habría hecho lo mismo.
2. Analizar las dimensiones del problema
• Realizar el perfil CASIC antes del evento y en el estado actual del damnificado.
• Considerar las fortalezas y limitaciones del damnificado.
• Concretar el factor precipitante (tanto el hecho en sí como el impacto y la reacción
que tuvo en la persona).
• Ayudar a la persona a concretar su futuro inmediato.
• Evaluar la mortalidad, enfrentar la cuestión del suicidio (considerar que cuanto
mayor es el sentimiento de pérdida, existe mayor posibilidad de considerar el suicidio).
3. Analizar las posibles soluciones
• Comunicar esperanza
Lograr que la persona afectada por el desastre mire hacia adelante. Es importante
mostrarle que, a pesar de lo ocurrido, es posible vivir, reconstruir su mundo, ser alguien,
construir cosas, hacer realidad sus sueños. Estimularlo a pensar con esperanza en mejores
días y destacando las virtudes que la persona posee y reforzando su valor y fortaleza para
salir adelante después del desastre que ha vivido.
• Conocer lo que se ha hecho hasta ahora
• Implementar técnicas de solución de problemas
• Facilitar la orientación
Además de lo que se le pueda dar en términos de solidaridad, empatía y esperanza, prestar
algún tipo de ayuda adicional, por ejemplo: literatura pertinente o ayudándole en
necesidades concretas (financiera, de trabajo, de tramitación de documentos necesarios,
entre otros).
• Reconstruir relaciones
La desestructuración de las relaciones sociales lleva a los damnificados a sentirse
asilados, sin amigos, perdidos en esta nueva realidad. El papel del profesional en salud
mental consiste en ayudarles a reconstruir relaciones, buscando nuevos amigos, nuevos
grupos sociales. El involucrar al damnificado en trabajos comunales o en grupos de
reconstrucción o agrupaciones de personas damnificadas, puede ser de gran valor en el
proceso de recuperación. El entrar en contacto con otras personas que sufrieron la misma
experiencia que ellos, les dará la convicción de que no son los únicos y que muchos más
tuvieron la misma suerte. Además, el compartir sus experiencias lesayudará a encontrar
caminos para su superación.
5. Seguimiento
• Evaluar si se cumplieron las metas:
• Proporcionar apoyo
• Reducir la mortalidad
• Crear un enlace con otras fuentes de asistencia
• Verificar el progreso
• Prestar atención especial a los casos crónicos
• Cuando una persona permanece en la etapa de incredulidad por un período
prolongado.
• Cuando una persona presenta cualquiera de los síntomas iniciales después de seis
meses
• de los ocurrido.
• Cuando se constata la prolongación o la escalada de la crisis secundaria.
• Cuando las actitudes extrañas de una persona pasan a ser habituales.
• Cuando hay alto riesgo de suicido.
Todas las personas que ven o sufren una situación de desastre se ven afectadas de algún
modo.
Es normal estar preocupado por la propia seguridad y la de la familia y amigos cercanos.
La tristeza profunda, el dolor y la ira son reacciones normales ante una situación anormal.
Reconocer los sentimientos lo ayudará a recuperarse.
Concentrarse en sus fortalezas y capacidades lo ayudará a sanar.
Aceptar ayuda de recursos y programas comunitarios es saludable.
Todos tienen diferentes necesidades y diferentes maneras de sobrellevar la situación.
Es común querer vengarse de las personas que nos han provocado un profundo dolor.
Los niños y las personas mayores son la principal preocupación luego de una situación
de desastre. Incluso las personas que viven una situación de desastre de forma indirecta a
través de la cobertura mediática pueden verse afectadas.

Comuníquese con organizaciones religiosas, agencias de voluntarios o asesores


profesionales para obtener orientación psicológica. Además, FEMA y los gobiernos local
y estatal del área afectada pueden proporcionar orientación psicológica.A medida que se
recupera, es una buena idea actualizar el plan familiar para casos de desastre y reponer
los suministros esenciales para estos casos por si vuelve a presentarse una situación de
desastre. Siempre se sentirá mejor sabiendo que está preparado para cualquier cosa.
Signos de estrés
Cómo reconocer los signos de estrés relacionado con una situación de desastre
Cuando los adultos presentan los siguientes signos, es posible que necesiten
asesoramiento psicológico para casos de crisis o ayuda para el manejo del estrés:
Dificultad para comunicar sus pensamientos.
Dificultad para dormir.
Dificultad para mantener el equilibrio en sus vidas.
Bajo umbral de frustración.
Aumento del consumo de drogas o alcohol.
Período limitado de atención.
Mal desempeño laboral.
Dolores de cabeza o problemas estomacales.
Visión en túnel o audición amortiguada.
Síntomas de resfrío o gripe.
Desorientación o confusión.
Dificultad para concentrarse.
Reticencia a dejar el hogar.
Depresión, tristeza.
Sentimientos de desesperanza.
Cambios de humor y accesos de llanto fáciles.
Culpa abrumadora y dudas sobre sí mismo.
Miedo a la muchedumbre, a los extraños y a estar solo.
Aliviar el estrés
Hable con alguien y busque ayuda profesional para el estrés relacionado con una situación
de desastre.
Las siguientes son formas de aliviar el estrés relacionado con situaciones de desastre:
Hable con alguien sobre sus sentimientos —ira, tristeza y otras emociones— aunque le
resulte difícil.
Busque ayuda de asesores profesionales que trabajen con casos de estrés relacionado con
situaciones de desastre.
No se culpe por el desastre ni se frustre porque sienta que no puede ayudar directamente
en las tareas de rescate.
Tome medidas para fomentar su propia salud emocional y física mediante una
alimentación saludable, descanso, ejercicio, relajación y meditación.
Tenga una rutina familiar y diaria normales, y limite las responsabilidades exigentes que
se imponga a sí mismo y a su familia.
Pase tiempo con su familia y amigos.
Participe en los funerales y en los eventos conmemorativos.
Acuda a los grupos de apoyo de la familia, amigos e instituciones religiosas.
Para estar listo para situaciones futuras, reabastezca los kits de suministros para casos de
desastre y actualice el plan familiar para casos de desastre. Estas acciones positivas
pueden ser reconfortantes.
Ayuda a los niños
Un niño camina al lado de los restos de su hogar, que fue destruido por un tornado.
Las situaciones de desastre pueden asustar a los niños, confundirlos y hacerlos sentir
inseguros. Independientemente de si el niño vivió la situación traumática personalmente,
o simplemente la vio por televisión u oyó a los adultos hablar de ella, es importante que
los padres y los maestros estén informados y listos para ayudar si comienzan a
manifestarse reacciones por el estrés. Los niños pueden responder a situaciones de
desastre demostrando miedos, tristeza o problemas de conducta. Es posible que los niños
más pequeños tengan una regresión a patrones de comportamiento anteriores, por
ejemplo, mojar la cama, tener problemas para dormir y ansiedad ante la separación. Los
niños más grandes también pueden mostrar enojo, agresividad, problemas o abandono
escolares. Algunos niños que solo tienen contacto indirecto con el desastre, pero lo ven
por televisión pueden desarrollar angustias.
Cómo reconocer los factores de riesgo
Para muchos niños, las reacciones ante situaciones de desastre son breves y representan
reacciones normales ante “situaciones anormales”. Una pequeña proporción de niños
puede tener riesgo de sufrir trastornos psicológicos más duraderos como resultado de tres
factores de riesgo principales:
Exposición directa a la situación de desastre, por ejemplo, haber sido evacuado, haber
visto heridas o la muerte de personas, o haber sufrido una herida con el temor de que la
propia vida está en peligro.
Pérdida/sufrimiento: Se relaciona con la muerte o herida grave de un familiar o amigo.
Estrés continuo por las consecuencias secundarias del desastre, por ejemplo, vivir
temporalmente en otro lugar, perder amigos y redes sociales, perder bienes, el desempleo
de los padres y los costos de la recuperación para que la familia vuelva a llevar la vida
que tenía antes del desastre.
Vulnerabilidades de los niños
En la mayoría de los casos, según los factores de riesgo mencionados, las respuestas de
angustia son temporales. Cuando no hay una amenaza grave para la vida, heridas,
pérdidas de seres queridos ni problemas secundarios, como la pérdida del hogar,
mudanzas, etc., los síntomas en general aminoran con el tiempo. En el caso de las
personas que estuvieron directamente expuestas a la amenaza, los recordatorios del
desastre, como vientos intensos, humo, cielo nuboso, sirenas, etc. pueden provocar el
regreso de sentimientos de tristeza. Tener antecedentes de algún tipo de situación
traumática o estrés intenso puede contribuir a estos sentimientos.
La forma en que los niños sobrellevan situaciones de desastre o emergencias en general
guarda relación con la forma en que sobrellevan estas situaciones los padres. Los niños
pueden detectar los miedos y la tristeza de los adultos. Los padres y los adultos pueden
hacer que las situaciones de desastre sean menos traumáticas para los niños si adoptan
medidas para manejar sus propios sentimientos y planes para hacer frente a la situación.
Los padres casi siempre son el mejor apoyo para los niños en situaciones de desastre. Una
forma de establecer un sentido de control y establecer confianza en los niños antes de una
situación de desastre es hacerlos participar en la preparación del plan familiar para casos
de desastre. Después de una situación de desastre, los niños pueden aportar al plan de
recuperación familiar.
Cómo cubrir las necesidades emocionales de los niños
Las reacciones de los niños están influenciadas por el comportamiento, los pensamientos
y los sentimientos de los adultos. Los adultos deben alentar a los niños y adolescentes a
compartir sus pensamientos y sentimientos sobre el incidente. Para aclarar los
malentendidos sobre los riesgos y el peligro, escuche las preocupaciones de los niños y
responda a sus preguntas. Mantenga una sensación de calma: valide las preocupaciones y
percepciones de los niños y hable sobre planes concretos de seguridad.
Escuche lo que le dice el niño. Si un niño pequeño le hace preguntas sobre la situación,
contéstele de forma sencilla, no le brinde una respuesta elaborada como en el caso de los
niños mayores o adultos. Algunos niños reciben consuelo sabiendo más o menos
información que otros; decida qué nivel de información necesita su hijo. Si un niño tiene
dificultad para expresar sus sentimientos, pídale que haga un dibujo y que cuente la
historia de lo que sucedió. Trate de comprender qué está causando las preocupaciones y
los miedos. Tenga en cuenta que, después de una situación de desastre, los niños tienen
miedo a que:
Vuelva a suceder.
Alguien cercano muera o sufra heridas.
Los dejen solos o los separen de su familia.
Tranquilizar a los niños después de una situación de desastre
Algunas sugerencias para ayudar a tranquilizar a los niños son:
El contacto personal es tranquilizador. Abrace y acaricie a sus hijos.
Brinde información fáctica de modo calmado sobre la situación de desastre reciente y los
planes actuales para garantizar su seguridad, junto con los planes de recuperación.
Aliente a sus hijos a hablar sobre sus sentimientos.
Dedique tiempo extra con sus hijos, por ejemplo, a la hora de acostarse.
Restablezca su rutina diaria para el trabajo, la escuela, el tiempo de juego, las comidas y
el descanso.
Haga participar a sus hijos: déles tareas específicas para ayudarlos a sentir que están
contribuyendo a restablecer la vida familiar y comunitaria.
Elogie y reconozca el comportamiento responsable.
Comprenda que sus hijos tendrán diversas reacciones ante una situación de desastre.
Aliéntelos a que ayuden a actualizar el plan familiar para casos de desastre.
Si ha intentado crear un entorno reconfortante siguiendo las recomendaciones
mencionadas, pero su hijo sigue teniendo estrés, si las reacciones empeoran con el tiempo
o si interfieren en el comportamiento diario en la escuela, el hogar o con otras relaciones,
puede ser necesario hablar con un profesional. Puede obtener ayuda profesional del
médico de atención primaria de su hijo, de un psicólogo infantil o de un miembro del
clero.
Controle y limite la exposición a los medios de comunicación
La cobertura periodística en relación con los desastres puede provocar miedo y confusión
y generar preocupaciones en los niños. Esto sucede particularmente en el caso desastres
a gran escala o atentados terroristas en los que ha habido daños significativos en viviendas
y muertes. Particularmente en el caso de los niños más pequeños, las imágenes repetidas
de un acontecimiento les hacen creer que está sucediendo otra vez.Si los padres dejan que
los niños miren la televisión o usen Internet donde se muestran imágenes o noticias sobre
el desastre, deben acompañarlos para fomentar la comunicación y brindar explicaciones.
Esto también puede incluir el control de los padres y límites adecuados en relación con
su propia exposición a la información que genera preocupaciones.
Use las redes de apoyo
Los padres ayudan a sus hijos cuando toman medidas para comprender y manejar sus
propios sentimientos y formas de sobrellevar la situación. Pueden hacerlo estableciendo
y usando sistemas de apoyo social de la familia, amigos, agencias y organizaciones
comunitarias, instituciones religiosas y otros recursos que le sean útiles a la familia. Los
padres pueden establecer sus propios sistemas de apoyo social para que, en una situación
de emergencia o de desastre, puedan recibir apoyo y ayuda para manejar sus reacciones.
Por lo tanto, los padres estarán más disponibles para sus hijos y podrán apoyarlos mejor.
Los padres casi siempre son el mejor apoyo para los niños en momentos difíciles. Sin
embargo, para apoyar a sus hijos, los padres necesitan prestar atención a sus propias
necesidades y tener un plan para recibir apoyo. Prepararse para una situación de desastre
ayuda a todos los miembros de la familia a aceptar el hecho de que los desastres suceden
y brinda una oportunidad de identificar y obtener los recursos necesarios para cubrir las
necesidades básicas después de una situación de desastre. La preparación ayuda; cuando
los padres se sienten preparados, tanto ellos como sus hijos sobrellevan mejor la situación.
Las reacciones de los niños según la edad A continuación se incluyen las reacciones
frecuentes de los niños luego de una situación de desastre o situación traumática.
Del nacimiento hasta los 2 años. Cuando los niños todavía no hablan y atraviesan una
situación traumática, no tienen las palabras para describir la situación ni sus sentimientos.
Sin embargo, pueden tener recuerdos de escenas, sonidos y olores particulares. Los bebés
pueden reaccionar a una situación traumática volviéndose irritables, llorando con más
frecuencia de lo normal o pidiendo que los carguen o los abracen. La mayor influencia
para los niños de esta edad es la forma en que sus padres sobrellevan la situación. A
medida que los niños crecen, pueden exteriorizar elementos de la situación traumática
que ha tenido lugar hace varios años y que, aparentemente, estaba olvidada.
Preescolar: de 3 a 6 años. Los niños en edad preescolar con frecuencia se sienten
indefensos y desamparados ante la naturaleza abrumadora de la situación. Debido a su
edad y pequeño tamaño, no tienen la capacidad de protegerse ni de proteger a otras
personas. Por lo tanto, sienten miedo intenso y sensación de inseguridad por la posibilidad
de separarse de las personas que los cuidan. Los niños en edad preescolar no comprenden
el concepto de pérdida permanente. Pueden considerar que las consecuencias son
reversibles o permanentes. En las semanas siguientes a la situación traumática, las
actividades de juego de los niños de esta edad pueden implicar la reconstrucción continua
de la situación o del desastre.
Edad escolar: de 7 a 10 años. Los niños en edad escolar tienen la capacidad de comprender
la noción de pérdida permanente. Algunos niños se preocupan mucho por los detalles de
la situación traumática y quieren hablar de eso continuamente. Esta preocupación puede
interferir en la concentración del niño en la escuela, y su desempeño académico puede
disminuir. En la escuela, es posible que los niños escuchen información errónea de sus
compañeros. Pueden tener diversas reacciones: tristeza, miedo generalizado o miedos
específicos de que la situación de desastre vuelva a suceder, culpa por lo que hicieron o
no hicieron durante el desastre, enojo porque la situación no se evitó, o fantasías de jugar
al rescatista.
De la preadolescencia a la adolescencia: de 11 a 18 años. A medida que los niños crecen,
desarrollan una comprensión más sofisticada de las situaciones de desastre. Sus
respuestas son más similares a las de los adultos. Es posible que los adolescentes tengan
un comportamiento riesgoso, como conducir imprudentemente o consumir alcohol o
drogas. Otros pueden tener miedo de abandonar su casa y evitar niveles de actividades
previos. La mayor parte de la adolescencia se centra en conocer el mundo exterior. Luego
de una situación traumática, la visión del mundo puede parecer más peligrosa e insegura.
Es posible que los adolescentes se sientan abrumados por emociones intensas, pero que
no puedan hablar de ellas con otras personas.
Conflicto Social, no nos referimos solo a los conflictos armados, ya que existen otras
clases de conflictos que, aunque no utilizan armas, pueden llevar aparejada violencia y
pueden tener efectos negativos sobre la población.
La palabra conflicto implica una falta de acuerdo entre dos o más personas, pero cuando
esa falta de acuerdo persiste en el tiempo y afecta a un grupo grande de individuos o hace
que varios grupos sociales se enfrenten, podemos hablar de conflicto social.
Cuáles son las causas de un conflicto social
Las causas de un conflicto social dependen de las circunstancias de cada país o región; en
general, podemos destacar las siguientes:
La desigualdad entre hombres y mujeres, entre personas de distintas etnias o entre
personas que profesan diferentes religiones son causas habituales de conflicto social.
La crisis económica que supone la pérdida de empleo, la proliferación de empleos
precarios o la disminución de la capacidad adquisitiva de las personas conlleva el aumento
de la pobreza y la aparición del hambre en algunos supuestos.
La ausencia del Estado. En determinadas zonas de un país puede faltar la figura de un
Estado que favorezca la existencia de servicios públicos como la educación o la sanidad,
lo que provoca conflictos entre la población debido a las desigualdades.
Consecuencias de los conflictos sociales
Algunos conflictos sociales comienzan de manera pacífica como una protesta, pero
cuando se extienden en el tiempo pueden tener consecuencias muy graves como el
desplazamiento de miles de personas que temen por su vida.
Cómo se pueden prevenir los conflictos sociales
Sin embargo, es importante tanto ayudar a los refugiados como prevenir los conflictos
sociales que pueden derivar en la huida de la población de un país. Algunas de las medidas
que se pueden tomar son las siguientes:
Fomento de una cultura basada en la igualdad. Mediante determinadas campañas se puede
fomentar una cultura que se base en la igualdad entre las personas para que no exista
discriminación por razón del sexo, la edad, la religión o la raza, entre otros aspectos.
Sensibilización hacia la solidaridad. La sensibilización se logra dando a conocer la
situación de las personas más desfavorecidas para que tengan visibilidad y buscando
soluciones a su situación.
Educación en valores. Si desde pequeños, los niños y las niñas aprenden lo que es el
respeto a las diferencias, la importancia de valores como la amistad, la honestidad, la
solidaridad o la paz, serán adultos con una mente abierta y dispuestos a convivir en
armonía.
Tal y como has visto, un conflicto social puede acarrear consecuencias muy graves. Está
en nuestra mano evitar que lleguen a producirse y afecten a la vida de tantas personas.
ELABORACIÓN DE PLANES DE PREVENCIÓN
Es un proceso que busca modificar o disminuir las condiciones de riesgo existentes y
evitar nuevo riesgo en el territorio a través de “medidas de mitigación y prevención que
se adoptan con antelación para reducir la amenaza, la exposición y disminuir la
vulnerabilidad de las personas, los medios de subsistencia, los bienes, la infraestructura y
los recursos ambientales, para evitar o minimizar los daños y pérdidas en caso de
producirse los eventos físicos peligrosos. La reducción del riesgo la componen la
intervención correctiva del riesgo existente, la intervención prospectiva de nuevo riesgo
y la protección financiera.
Coordinar la articulación de las acciones orientadas a la reducción del riesgo de desastres
Generar insumos para la promoción de políticas que fortalezcan el proceso de reducción
del riesgo de desastres en los niveles nacional y territorial.
Promover a nivel nacional y territorial, la intervención correctiva y prospectiva del riesgo,
y la protección financiera frente a desastres, así como coordinar el diseño de guías y el
uso de lineamientos y estándares para este proceso.
Asesorar y brindar asistencia técnica a departamentos y municipios en la formulación de
proyectos para la reducción del riesgo de desastres.
Apoyar el desarrollo de políticas de regulación técnica que contribuyan a la reducción del
riesgo de desastres.
Identificar y formular proyectos estratégicos para el país en materia de reducción del
riesgo de desastres que promuevan la participación de los distintos niveles de gobierno,
los sectores del país y la comunidad.
ANÁLISIS DE LA LEY ORGÁNICA NACIONAL DE PROTECCIÓN CIVILY
ADMINISTRACIÓN DE DESASTRES

La ley tiene por objeto regular la organización, competencia, integración, coordinación y


funcionamiento de la Organización de Protección Civil y Administración de Desastres en
el ámbito nacional, estatal y municipal. Se fundamenta en la participación continua de las
organizaciones que conforman los sectores económicos, sociales y técnicos, así como de
las organizaciones no gubernamentales, a fin de asegurar la correcta administración de
desastres.
Corresponde a la Dirección Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres,
una vez declarado el Estado de Alarma o el Estado de Emergencia y en conjunto con los
entes gubernamentales, establecidos pata tal fin, coordinar el suministro de información,
sobre las medidas y recomendaciones pertinentes a los organismos no oficiales y a la
opinión pública en general.
La Organización Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres, tiene como
objetivos fundamentales diseñar programas de capacitación, entrenamiento y formación,
dirigidos a promover y afianzar la participación y deberes ciudadanos en los casos de
emergencias y desastres. La Organización Nacional de Protección Civil y Administración
de Desastres promoverá la articulación de estructuras, relaciones funcionales, métodos y
procedimientos, que garanticen la integración y coordinación de acciones entre los
órganos de los poderes públicos nacional, estatal y municipal, la participación continua
de las organizaciones que conforman los sectores económicos, sociales y técnicos, así
como de las organizaciones no gubernamentales, a fin de asegurar la correcta
administración de desastres.
El Comité Coordinador Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres está
conformado el Coordinador Nacional de Bomberos, un representante del Consejo
Nacional de Policías y un representante de las Organizaciones No Gubernamentales que
actúan en el área de Protección Civil y Atención de Desastres, entre otros. El Comité
Coordinador Nacional podrá solicitar la participación de representantes técnicos del
sector oficial o privado, o constituir las subcomisiones o equipos y grupos de trabajo, con
carácter transitorio o permanente, que por su especialidad o funciones sean requeridos en
el proceso de protección civil y administración de desastres, de conformidad con lo
previsto en esta ley.
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