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FEMINICIDIO EN EL PERÚ: ¿RESPONSABILIDAD DEL DERECHO PARA

ACABAR CON EL FEMINICIDIO?

Por: JOSÉ EMIGDIO VELÁSQUEZ PALACIOS

La reflexión teórica en torno a la mujer en los últimos tiempos en

apariencia parece haber disminuido. Mientras, las víctimas de feminicidio y de

violencia suman cada día mayores cifras, en el Perú como en otras latitudes del

mundo. Se difunde la sensación de que no bastan las leyes que penalicen y

castiguen los crímenes de esta naturaleza, para detener este problema.

Dice la española Cobo ( 2013), recuperando a Immanuel Kant en su libro

“Filosofía de la Historia”, que cuando los grupos sometidos a subordinación

cuestionan las reglas del consenso, el Estado y la sociedad sacan de sus

profundidades, el principio de excepción que es la violencia, para volver al

estado de cosas anteriores.

Esto viene pasando en muchas realidades, incluyendo nuestra Región

Piura, donde podemos visualizar claramente casos que nos llevan a

preguntarnos, lo que está pasando en una realidad supuestamente cambiante.

Es innegable, que Kant no señaló esto pensando en las mujeres, pero

que es válido para el ejemplo, considerando que el carácter de la violencia

contra la mujer, es histórico. Y añade, que la muerte de las mujeres hoy

expresa un cuestionamiento a ese carácter histórico, enfatizando que existe un

imaginario colectivo y profundamente arraigado, en el que las mujeres siguen

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siendo consideradas todavía como seres inferiores, aun cuando estos vínculos

jerárquicos se estén debilitando.

A lo largo de nuestra civilización la violencia se constituye como un

fenómeno social que siempre ha estado presente en toda sociedad. En mayor

o menor medida, la violencia es parte de la vida cotidiana en todas las

sociedades, en todos los tiempos y en todos los países. Una de las

manifestaciones más extendidas y nocivas es aquella que se produce contra

las mujeres. Son, en la mayoría, de los casos las mujeres quienes van a ser

blancos de diferente tipo de violencia, de género, física, sexual, psicológica, les

sucede durante toda su vida, desde pequeñas hasta adultas mayores, los

encontramos en pobres y ricos, en sanos y discapacitados, en zonas urbanas y

rurales, en países desarrollados y en vías de desarrollo. (Cerna, 2019)

En el campo internacional se estima al feminicidio como manifestación

extremada de violencia y crueldad en contra de las féminas, causadas por la

relación asimétrica que se da por la diferencia de género que siempre ha

existido en nuestras sociedades desde la aparición del hombre que durante

muchos siglos no han sido prestados atención y que recién en los últimos años

se viene dándole el verdadero valor a la vida de la mujer.

Por el mismo carácter de ser una sociedad machista es que se toma el

maltrato y la violencia contra la mujer como algo cotidiano y natural, a tal punto

que recién nos despertamos para incluirlo como delito en la normatividad. A tal

punto se ha tenido en segundo plano lo que venía sucediendo con las mujeres,

en su relación de subordinación y dependencia con el sexo opuesto, que no se

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encuentran en los tratados y publicaciones académicas un papel destacado de

la mujer, recién en los últimos 20 años se les está dando el lugar que siempre

han tenido. Un hecho que llama la atención es que a lo largo de los años si

bien las sociedades han logrado un gran desarrollo económico, en el aspecto

social no ha sido de similar forma su crecimiento ya que ha persistido creciendo

la impunidad de la violencia contra la mujer por su condición de tal. (Cerna,

2019)

Al no tener la protección adecuada, no solamente de parte de su propia

familia sino del mismo Estado ha creado un estado de abandono a su suerte de

la mujer, se ha incrementado la violación a sus derechos humanos como son el

derecho a la vida, el derecho a su integridad física y el derecho a tener

seguridad tanto para ella como para sus hijos.

Por su parte la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),

nos ha venido alertando acerca que en pleno siglo XXI aún persiste la

impunidad sistemática, sobre todo en los casos que han sido denunciado ante

el poder judicial, no recibiendo el mismo trato que las denuncias que lo realizan

los hombres, ya que desde el mismo momento de querer plantear la denuncia

no son aceptados, en el caso de iniciar un proceso judicial no se realiza una

investigación profunda, las sanciones hacia los hombres son benignas, tal vez

será porque los juzgados son varones.

Ya desde el año 2012 vamos a encontrar penas por feminicidio que van

desde 20 años hasta cadena perpetua, con lo cual se viene incluyendo un tipo

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de homicidio que es constante en nuestro continente y en el mundo entero. En

el Perú de los últimos años, la pregunta “¿por qué no se hace justicia?” se ha

convertido en una constante, casi una letanía cotidiana. Las traumáticas

experiencias por las que ha atravesado el país, protagonizadas por políticos de

alto rango involucrados en actos de corrupción y hasta prófugos, funcionarios

que trafican con recursos destinados a los más pobres y hasta maridos

violentos que descargan por años su rabia contra sus mujeres e hijos, han

hecho que el reclamo por justicia cruce todos los sectores sociales, a pesar de

lo cual no se vislumbra una pronta solución. De manera creciente, la injusticia y

la violencia de todo tipo parecen omnipresentes, y nos envuelve la

desesperanza.

El estado debe tomar las medidas necesarias para darle una solución

efectiva a esta problemática.

En nuestro país, parece que nos vamos acostumbrando a ver diferentes

hechos de violencia contra la mujer, porque en las radios, en los periódicos, en

la televisión y en las redes sociales a diario nos encontramos con titulares e

información del maltrato que sufren las mujeres, de una violencia extrema con

desfiguraciones, llegando hasta llegar al homicidio.

El feminicidio es consecuencia de un historial de violencia dentro del

hogar que sufren mujeres y menores de edad, así como de la violencia que se

da en la pareja de cónyuges o convivientes, enamorados, padres e hijas,

hermanos. Las víctimas de la violencia, en su mayoría mujeres, callan estos

hechos, sin embargo aquellas que alzan la voz, acuden ante las autoridades

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locales en busca de ayuda, pero quienes reciben estas denuncias tienen una

formación machista, por lo que no hacen caso, y cuando son escuchadas no

reciben el apoyo como debe ser. Por ello es que podemos afirmar que el

Estado aún no se encuentra debidamente empoderado de la defensa de las

personas maltratadas, de las mujeres que piden apoyo, encontrando un

sistema judicial que no presta atención rápida y oportuna, no se les da

protección y por ello sufren las consecuencias de parte del maltratador hasta

llegar al homicidio.

Es importante diferenciar lo que es la tentativa de feminicidio y lo que es

el feminicidio, esta diferencia radica en el elemento subjetivo. En el primer

caso, el autor tiene la intención de acabar con la vida de la víctima (animus

necandi), por lo cual realiza una sucesión de actos encaminados a lograr este

resultado, pero éste no se produce por causas ajenas a su voluntad. En el

segundo caso, existe la intención de afectar la integridad de la víctima, pero no

de matarla. Para el Registro de Feminicidio, los casos de lesiones graves no

constituyen feminicidios. La intención del agente se determina mediante los

indicios que son revelados por las diligencias realizadas en cada caso

concreto, tales como pericias balísticas o reconocimientos médico legales.

Estos indicios incluyen el tipo de medio empleado, la intensidad y el número de

ataques infligidos con el arma o el lugar del cuerpo al cual se dirigieron dichos

ataques. Sin duda este flagelo es consecuencia de la cultura machista que se

cultiva en nuestra sociedad dentro de los hogares y que se reproducen de

generación en generación. Como una de las causas de este tipo de muerte

encontramos a los celos, que terminan en este tipo de actuaciones y resultados

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tan trágicos. Puede asegurarse que la violencia contra las mujeres se ha

instalado en un espacio de preocupación social y política, que tiene que ser

enfrentado y solucionado por el mismo Estado.

Uno de los grandes retos del siglo XXI es la erradicación de la violencia

de género. Desde ese marco de referencia, la meta supone el reconocimiento y

la utilización de un paradigma de análisis: feminicidio. El término apareció en la

segunda mitad del siglo pasado y su validación actual certifica que aquellos

conceptos políticos que se construyeron por la alianza entre los movimientos

sociales y académicos, sientan las bases para un cambio social sin precedente.

Encontramos la figura del feminicidio que se refiere a la muerte de las mujeres

producto de un conjunto de acciones violentas contra la mujer, teniendo dos

etapas o momentos como son el de la tentativa y del feminicidio propiamente

dicho. Entendemos entonces que el feminicidio es un término que engloba toda

una serie de fenómenos que van desde la violencia sistemática, hasta el

homicidio de las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. (Cerna, 2019)

El feminicidio es una de las formas de la violencia feminicida, que se

caracteriza por violar uno de los derechos fundamentales como es el derecho a

la vida, la integridad física y la salud, y que no son debidamente protegidas por

el Estado al no atender con presteza las denuncias no sólo de las víctimas sino

de la familia e inclusive de quienes viven cerca de ellas, esperando por el

contrario que muestren pruebas para atenderlas, lo cual ocurre demasiado

tarde cuando ya ocurrió el crimen. Entre estas formas de violencia feminicida

se encuentran los asesinatos, así como aquellas formas evitables de muerte de

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las mujeres que están relacionadas con la falta de acceso a sus derechos

humanos: salud, el trabajo, educación, justicia, igualdad, libertad, seguridad.

(Organiza. Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, 2012)

En nuestra legislación se encuentra normada el feminicidio por el artículo

108°-B con sanciones que van desde los 15 años hasta la cadena perpetua de

acuerdo a la gravedad del acto. Como se puede observar de acuerdo a los

datos proporcionados por el MIMP durante el año 2015 se han producido en

total 293 casos de feminicidio en nuestro país de los cuales 95 son de

feminicidio y 198 de tentativa. Correspondiendo a nuestra lugar de estudio 3

casos de feminicidio y 11 casos de tentativa.

Por ello es el Estado, quien debe brindar las garantías reales que

constituyan condiciones seguras para las mujeres, así como un sistema de

atención, en el que se promueva la prevención, y la sanción de cualquier tipo

de violencia contra la mujer, ya que en la mayoría de los casos, las mujeres

son objeto de violaciones de los Derechos Humanos y de nuestras normas

jurídicas. Es aquí donde queremos centrar nuestro estudio para poder conocer

si el actual tratamiento penal que se le viene dando a los casos de feminicidio

presentados en nuestra región ha sido efectivo o no con miras a disminuir los

casos que se presentan, si las penas impuestas han servido como medida para

poder amedrentar a los varones a que no cometan más actos contra la vida de

la mujer. Este tema tiene vigencia actualmente por lo que deseamos estudiar,

teniendo en cuenta que una gran cantidad de mujeres se encuentran expuestas

a la violencia de su pareja o ex pareja debiendo actuar la justicia con severidad

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y sin contemplaciones a fin de poder combatir que sigan cometiendo delitos

contra la vida.

La violencia hacia las mujeres, independiente del espacio en que se

produzca, tiene graves efectos a nivel individual y social. En el primer caso,

ocasiona serios daños físicos y psicológicos, que incluso pueden acabar con la

vida de las mujeres. Las sobrevivientes suelen padecer a lo largo de toda su

vida trastornos emocionales, problemas de salud mental, e incluso limitaciones

para disfrutar de una vida sexual sana y satisfactoria. En el caso de las mujeres

víctimas de abuso sexual, corren mayor riesgo de infectarse con el VHI. (Mujer,

2010)

Como se advierte la violencia generalizada día a día se incrementa y los

feminicidios son la parte extrema y visible de la violencia dirigida contra las

niñas y las mujeres.

Esta situación se agrava con la no denuncia de los delitos, la indiferencia

institucional ante los mismos y su aceptación como algo natural en algunos

sectores sociales, son acciones que no permiten una solución a la problemática

que se presenta.

En este contexto el feminicidio es un crimen que afecta únicamente la

vida de las mujeres de todo el mundo; nuevo término que está buscando un

lugar en el discurso criminalística y busca a su vez visualizar una situación de

violencia sistemática y silenciada por muchos siglos por la indiferencia y

tolerancia social. El feminicidio, es una categoría que debe abordarse como

una modalidad de violencia directa hacia las mujeres, como una alternativa a la

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neutralidad del término homicidio visibilizando un trasfondo no reconocido: la

misoginia en la muerte diaria de mujeres. Es un problema social, político,

cultural y es un problema de Estado. (Cerna, 2019)

El feminicidio es el genocidio contra mujeres y sucede cuando las

condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados

contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres. En el

feminicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres realizados por

conocidos y desconocidos, por violentos, violadores y asesinos individuales y

grupales, ocasionales o profesionales, que conducen a la muerte cruel de

algunas de las víctimas.

Un caso importante que encontramos es la violencia de género, ese tipo

de violencia que recae sólo por el hecho de ser mujer, terminando en un

feminicidio, y que conjuntamente con la tentativa de feminicidio constituyen

hechos que van atentar no sólo contra la mujer sino también contra los hijos.

En Piura durante el periodo 2018 al primer semestre del 2019 se han

producido 09 casos de feminicidio y 21 casos de tentativa de feminicidio.

Para el 2020, hasta el mes de agosto los casos de feminicidio se

elevaron a 05 en la región Piura , tres de ellos en medio de la emergencia

sanitaria originada por la pandemia del COVID-19, que ha elevado las cifras de

violencia contra la mujer y menores de edad en la Región. (Correo, 2020)

Es importante tomar como referencia al coordinador regional del Centro

Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer, Carlos Arcaya, precisó que solo

en el mes de julio se han registrado 2,208 casos de violencia contra la mujer;

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mientras que en la cuarentena ocurrieron 597 casos y antes de la emergencia

sanitaria por el brote de la COVID-19 se tenía 1,688 reportes. (Correo, 2020)

En nuestro análisis podemos establecer, que estas cifras traerán

consecuencias, sino hacemos nada desde nuestros espacios como abogados,

muchas veces defendiendo a la víctima con el conocimiento de los aspectos

que involucran legalmente el tema, sin embargo, no todos hacen esa defensa,

ligada al ámbito de la justicia. Por el contrario defienden al agresor, ya que de

por medio existen otros intereses, por ello la decisión del juzgador nos parece

debe ser coherente, sino seguiremos encontrando cifras exageradas que van

en crecimiento y no podremos hacer nada, además de campañas de

prevención desde las escuelas, pero ello solo queda en la teoría.

Arcaya (2020), Añadió que tras la aparición de los casos de violencia

contra la mujer o feminicidios, los equipos multidisciplinarios del CEM actúan

asistiendo a las víctimas o familiares de estas con ayuda legal y psicológica.

“Trabajamos desde lo que es la prevención con talleres y

capacitaciones, que no solo incluye a instituciones sino a la sociedad civil; y

formamos líderes solidarios para que sean nuestros principales aliados”, dijo

Arcaya.

Por su parte, la psicóloga Cornejo (2020), expresó que la salud mental

era un tema olvidado y descuidado a nivel nacional; situación que se ha

exacerbado con el confinamiento y la crisis por la pandemia del COVID-19, que

genera mayores casos de violencia y feminicidios. (Correo, 2020)

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“La pandemia ha generado una situación anormal. Si antes de la

emergencia había agresores en el hogar, los casos han aumentado por toda la

situación que se vive y terminan en feminicidios, que en muchos de los casos,

los agresores son como una “olla de presión” que revienta, pero

lamentablemente esta “olla” está hirviendo desde hace mucho tiempo y no se

identificó”, comentó.

Agregó que los casos de estrés y ansiedad se han triplicado, y estos

mismos genera problemas en las familias, que deben ser atendidos de manera

inmediata para evitar que las víctimas aumenten.

MARCO FORMAL Y LEGAL

- Art. 7 de la Convención de Belém do Pará.

- La ley 30068 emitida el 18 de julio de 2013 en la que se modifica el

Mediante la publicación en el diario Oficial El Peruano, la Ley 29819

modifica el artículo 107 del Código Penal que incluye la figura del feminicidio, el

mismo que establece como castigo una pena no menor de 15 años de cárcel.

De acuerdo a la modificación aprobada, el artículo 107 del Código Penal señala

que “quien a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natural o

adoptivo, o a quien es o ha sido su cónyuge, su conviviente, o con quien esté

sosteniendo o haya sostenido una relación análoga, será reprimido con pena

privativa de libertad no menor de 15 años”. Agrega que la pena privativa de

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libertad será no menor de 25 años, cuando concurra cualquiera de las

circunstancias agravantes previstas en el artículo 108, referido al homicidio.

Señala además que si la víctima del delito descrito es o ha sido el

cónyuge o la conviviente del autor, o estuvo ligada a él por una relación

análoga el delito tendrá el nombre de feminicidio.

La modificación realizada al artículo 107 del Código Penal ha sido objeto

de diversas y serias críticas. Uno de los cuestionamientos es que se ha

señalado como parte del tipo penal el matar además del cónyuge, ex cónyuge,

conviviente o ex conviviente, a la persona “con quien esté sosteniendo o haya

sostenido una relación análoga”. (Cerna, 2019)

¿Quiénes pueden ser considerados dentro de esta categoría? ¿Tan sólo

la novia o el novio? ¿O es que también los simples enamorados? ¿De ser

ambos, cuál es el tiempo de relación que debe exigirse para la configuración

del tipo penal: algunos días, meses, algunos años? ¿Se incluyen también en el

tipo penal a las relaciones entre homosexuales que hacen vida en común o no?

Estas son solo algunas de las interrogantes que surgen de la nueva

redacción del artículo 107 del Código Penal.

¿Hay suficiente grado de certeza (lex certa) en la modificación

introducida por Ley Nº 29819 en el artículo 107 del Código Penal?

Lamentablemente, respecto a la frase “con quien esté sosteniendo o haya

sostenido una relación análoga”, la respuesta, según nuestra opinión, en

negativa, por lo que sería conveniente que se haga la precisión respectiva, a fin

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de eliminar esta incertidumbre y no se termine afectando derechos

fundamentales de las personas. Cuando el autor del delito de feminicidio,

además de ser pareja de la víctima tiene hijos con ella, la Ley 30323 de mayo

del 2015, que modifica el Art. 107 ,108 Art. 471 para efectos de aplicar la pena

correspondiente. (Cerna, 2019)

Ahora La ley tiene sus propias limitaciones en el ámbito de lograr su

eficiencia, es necesario un proyecto que modifique la Ley de Feminicidio, para

incluir un nuevo tipo penal (donde justamente precise al sujeto activo y al

sujeto pasivo del delito), circunstancias agravantes (Como si la mujer está

embarazada, si fue ultrajada previamente o si fue torturada o maltratada) Y

mayor sanción para este delito (Sobre todo que no tengan beneficios, que es

aprovechado por los sujetos activos del delito). De modo que disminuyan las

cifras de las estadísticas, y no tengamos que observar cuadros como el

siguiente:

El Mimdes, las comisarías de mujeres, las ONG que luchan a favor de

los derechos del niño, la Defensoría Municipal del Niño y el Adolescente

(Demuna) de cada localidad recogen las alertas de los hogares: padres que no

saben cómo resolver conflictos o manejar las conductas de sus hijos, a quienes

parecen desconocer de tanto dejarlos solos, o no comunicarse con ellos;

incluso algunos desean entregarlos a albergues. “Vivimos en sociedades muy

primarias donde la violencia está muy „naturalizada‟ y, más allá de casos

patológicos más específicos, encontramos natural que el golpe enseña. La

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realidad terrible nos demuestra que los más oprimidos son los más rabiosos y

que son capaces de los peores crímenes.

CONCLUSIONES

Como maestrante debo concluir que:

1. Con respecto al feminicidio, puedo establecer que es un ilícito, debido a

que los sujetos que intervienen, establecen relaciones sociales,

sentimentales, emocionales, entre otras muy cercanas. Compartiendo

escenarios reñidos o contrarios a la norma y las buenas costumbres y

que van progresando hasta convertirse en escenas del crimen llamado

feminicidio. La postura es clara, es decir muchas veces el feminicidio se

produce cuando una mujer es asesinada por el hecho de ser mujer,

donde el que cometió el crimen quiere ensalzarse y establecer su

dominación, agresividad o entre otros factores que le llevan a

vanagloriarse.

2. En Piura siguen avanzando las tentativas y no se puede permitir que

esto venga avanzando, no debe quedar en trabajos solo para aprobar

una nota o rigurosidades que al final quedan simplemente guardados

para siempre o desechados. Por ello, desde esta perspectiva el juzgador

debe considerar todo el peso de la ley, porque muchas veces las penas

son muy suaves y el feminicida queda libre y vuelve a cometer delito.

Esa consideración debe orientarse a lo que la ley señala, es decir; al

hombre que mata a su cónyuge, ex cónyuge, conviviente, ex

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conviviente, o a la persona con la que esté sosteniendo o haya

sostenido una relación análoga; o sea es la mujer con la que comparte

lecho e ilusiones por eso el código Penal sanciona este hecho típico con

una pena de 20 años de prisión efectiva; Así lo ha dispuesto la Ley N°

30819, de fecha 13 de julio de 2018.

3. En nuestra región Piura, podemos observar cifras de intentos de

feminicidio por cientos, y eso no puede seguir en pleno siglo XXI,

después de todos los cambios, empoderamiento de la mujer. El delito

con estadísticas alarmantes, sea el Feminicidio, de este modo se

convierte en uno de los principales problemas sociales que tenemos que

enfrentar, peor aún, cuando vemos que nuestra sociedad tolera la

violencia basada en la discriminación de género.

REFERENCIAS

Cerna. (2019). FEMINICIDIO EN EL PERÚ. Universidad Peruana de las Américas.

Cobo, R. (2013). Nuevas formas de violencia contra las mujeres. ERT.

Correo, D. (agosto de 2020). Diario Correo. Obtenido de Diario Correo:

https://diariocorreo.pe/edicion/piura/cinco-casos-de-feminicidio-remecen-piura-

948631/

Mujer, P. N. (2010). Plan Nacional Contra la Violencia Hacia la Mujer 2010-2021. Perú.

Organiza. Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, M. (Noviembre de 2012).

Evento conmemorativo del Día Internacional de la no violencia contra las

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mujeres. Evento conmemorativo del Día Internacional de la no violencia contra

las mujeres. México.

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