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En un principio, los hongos estaban rodeados por misticismo en culturas tan diversas como la

egipcia, griega, romana y en el nuevo continente con los nativos de Centro y Norteamérica.

En la actualidad, los hongos se han desmitificado y son utilizados por el hombre en numerosas
actividades. Se han usado en la industria alimenticia y farmacéutica, en biotecnología, como
detoxificadores de pesticidas y como alimento. Algunos productos fúngicos utilizados
comercialmente incluyen antibióticos, ácidos orgánicos, pigmentos, vitaminas y enzimas, entre
otros.

Debido a la abundancia y diversidad de los hongos, estos desempeñan un papel ecológico muy
importante en los ecosistemas. Utilizan prácticamente cualquier material como sustrato,
participan en el ciclaje de nutrientes y funcionan como recicladores y descomponedores de la
materia orgánica, en especial de la vegetal. Por estas características, se considera que deben ser
incluidos en los programas de conservación de biodiversidad y en planes de uso y manejo del
suelo, donde muchas veces han sido ignorados.

Sin embargo, pese a los enormes beneficios que los hongos han traído a la humanidad (p. ej. La
penicilina),

Ellos son responsables de grandes pérdidas económicas al dañar productos alimenticios e


industriales, manufacturados o en proceso, y causar pérdidas en cultivos, cosechas y postcosecha,
como lo sucedido en Irlanda a me- diados del siglo XIX, donde la gota de la papa ocasionó la
muerte de un millón de personas y la emigración de aproximadamente 1,5 millones de irlandeses.
En los humanos, los hongos causan varios tipos de enfermedades como las micosis, las alergias, los
micetismos (ingestión de hongos venenosos) y la micotoxicosis por ingestión de un alimento que
contenga micotoxinas.

se estima que hoy en día existen alrededor de 1.500.000 especies de hongos de las cuales sólo se
conoce aproximadamente el 5%. La diversidad fúngica es tan grande que de una muestra de unos
pocos gramos de mantillo se pueden aislar de 80 a 145 especies diferentes. Esta enorme
diversidad ha despertado el interés de muchos investigadores que se han dado a la tarea de
conocerla y conservarla no únicamente a través de inventarios, sino teniendo en cuenta también
las capacidades metabólicas de estos organismos para utilizarlos en un futuro con fines de
bioprospección.

Los hongos contribuyen a la dinámica de los ecosistemas desempeñando un papel esencial en su


desarrollo, estabilidad y función. Además, los hongos son parte importante para determinar la
biodiversidad en la superficie y en el interior del suelo. Entender la actividad espacial y temporal
de los hongos en un sistema ecológico es necesario para evaluar su papel en el funcionamiento de
los ecosistemas.

Cepero de García, M. C. (2012). Biología de hongos. Ediciones Uniandes-Universidad de los Andes.

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