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HUMANIDADES 2021-II
1. LA COMUNICACIÓN ORAL
Constituye aquella comunicación que se realiza por medio de la palabra, cuya información es captada,
recibida e interpretada por medio del oído.
Cotidianamente desarrollamos diferentes formas de comunicación oral: gritamos, silbamos, lloramos,
reímos, hablamos, etc. Estas formas de expresión se llevan a cabo teniendo en cuenta la intención
comunicativa, la misma que constituye un aspecto importante para la transmisión de los mensajes.
Los rasgos que caracterizan al texto oral son: el sonoro, el acústico, el fónico que a su vez no solo implica
los sonidos, sino también el acento, la entonación, la cantidad, la velocidad, las pausas… Al hablar no solo
empleamos palabras, utilizamos gestos y las diversas acciones del cuerpo (movimientos de sentimiento o
de discrepancia con la cabeza, saludo con las manos, movimientos de los ojos, movimientos de los labios,
etc.). Todos estos elementos son esenciales cuando las personas hablan entre sí, ya que los combinan
para reforzar, complementar y afianzar, etc. los procesos comunicativos en los cuales participan.
1) La kinesia o cinésica: estudia el comportamiento comunicativo del cuerpo, que involucra gestos,
movimientos de las diferentes partes del cuerpo (manos, cabeza, piernas, posturas…), expresiones
faciales (sonrisas), movimiento de los ojos (parpadeo, orientación y duración de la mirada…),
características físicas (forma, altura, color o tonalidad de la piel…), acciones táctiles (caricias,
golpes…).
2) La proxémica: estudia el uso y percepción del espacio social y personal. Además, se ocupa de cómo
los individuos utilizan y responden a las relaciones espaciales en el establecimiento de grupos
informales o formales.
A. TEXTOS ORALES
Son los textos hablados, dentro de estos hay dos tipos: los espontáneos y los elaborados.
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a) Textos orales espontáneos: son aquellos textos improvisados, en los que no existe una
preparación anterior, fluyen normalmente en la conversación ordinaria y son el producto
de la relación habitual entre personas. Presentan los siguientes rasgos:
• Son espontáneos, no se preparan de antemano.
• La forma empleada es el diálogo, pero practicado de forma un tanto anárquica, no
sometido a reglas.
• Su calidad y desarrollo dependerá de la formación, cultura, tema, conocimientos e interés
que tengan los participantes.
• En ellos destaca la expresividad, manifestada en la entonación y en el lenguaje gestual
(distancia, posturas, miradas, sonrisas, movimientos de manos...). Todo este lenguaje no
verbal manifiesta el estado de ánimo de los hablantes (nerviosismo, enfado, euforia,
vergüenza, temor...).
• Empleo del registro o nivel coloquial de la lengua, manifestado en el empleo de:
vocabulario fácil, impreciso, estándar y con frecuencia no se corresponde con las ideas
que se quieren expresar.
• Frases cortas y cortadas, es decir sin terminar (“No, si ya digo yo...”, “ Que no, que no...”,
interrupciones constantes, cortes de la conversación.
• Uso de los deícticos (son palabras que sirven para señalar a personas, lugares) Ej. “...Y tú,
qué..., Mira, allí..., yo no, yo paso de eso.
• Uso de dialectalismos y localismo (palabras propias de un dialecto o de un lugar
determinado).
• Empleo de la función emotiva o expresiva del lenguaje mediante el empleo de:
diminutivos, despectivos, apelativos cariñosos, apodos... “
• Interjecciones de todo tipo, incluso groseras, tacos, palabras malsonantes.
• Todos exclamativos, interrogaciones retóricas, ironías, hipérboles, eufemismos.
• Utilización de la función apelativa para reclamar la atención, interrumpir la conversación,
señalar los cambios de tema.... se logra mediante: el uso de vocativos, insultos familiares,
oraciones imperativas...
b) Textos orales elaborados: son aquellos que necesitan una preparación anterior, el
hablante, en el momento de exponerlos, suele servirse de un esquema o de unas notas que
le permiten mantener un orden, una organización de las ideas, unos argumentos, unas
conclusiones... En muchos casos son verdaderos textos escritos, pensados y organizados
para ser leídos, es el caso de las conferencias y de los discursos. Por ejemplo, el diálogo
puede darse en forma de debates, entrevistas, mesas redondas y la lectura en discursos y
conferencias.
B. TEXTOS ESCRITOS
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Son los textos construidos mediante palabras escritas, son elaborados, pensados con anterioridad a ser
plasmados en el papel y organizados en su contenido. Para elaborarlos se deben tener en cuenta
diferentes etapas y aspectos.
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Martinez, Concepción y Llamas, Carmen. Manual de Expresión oral y escrita. Universidad de Navarra.
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– Referencia exofórica, a elementos de la
realidad, extralingüísticos: Nos vemos allí.
c. Interlocución en presencia (mismo espacio) c. Interlocución en ausencia (no se comparte
- Se corrige, se matiza, se aclara lo dicho, un mismo espacio).
puesto que el emisor puede reaccionar ante - Las marcas deícticas deben tener una
la actitud del receptor. referencia clara y explícita en el texto.
d. Relación de igualdad entre los d. Relación de desigualdad entre los
interlocutores. Determinación del registro: interlocutores:. Registro: formal.
informal.
e. Conocimiento mutuo de los interlocutores: e. Desconocimiento de los interlocutores y
– Elipsis, implicaturas: ¿Qué fue de lo de tu ausencia de saber compartido.
entrevista? - Necesidad de explicar todo o casi todo lo
que se quiere comunicar para evitar
malentendidos.
f. Participación emocional f. Ausencia de participación emocional
– Presencia de relatos y de estilo directo. - Ausencia de marcas expresivas.
– Entonación expresiva. - Ausencia de relatos.
– Tendencia a la intensificación, a la - Ausencia del estilo directo.
exageración. - Estructuras impersonales: pasiva refleja,
– Carácter egocéntrico (el discurso se organiza terceras personas, etc.
en torno al yo-aquí-ahora en relación
inmediata con el tú). Prima la referencia a la
primera persona.
– Léxico valorativo.
g. Dialoguicidad g. No dialoguicidad
– Presencia del tú en interrogaciones, - Ausencia de referencias a al segunda
imperativos, ejemplificaciones. persona.
h. Función interpersonal h. Sin función interpersonal
– Menor coherencia - Ausencia de reguladores fáticos.
– Reguladores fáticos: ¿no?, ¿verdad?,
¿cierto?, sí, ya, claro, de acuerdo, mira, oye,
fíjate, etc.
i. Cooperación i. No cooperación
– Manifestación del acuerdo: bien, claro; o de - Selección de un léxico preciso.
la recepción del mensaje: ya, claro, sí, sí. - Frases completas y de sintaxis correcta.
– Ayuda al interlocutor a completar la frase, a
encontrar la expresión justa, a rellenar
vacíos de información, se corrige la
información.
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– Baja competencia lingüística y cultural del usuario: solo dominan el registro coloquial, la inmediatez
comunicativa. Este saber se refleja en sus producciones escritas, en las que se perciben huellas de
oralidad.
Estos hablantes no son capaces de aprovechar los recursos icónicos que ofrece un texto escrito
(márgenes, párrafos, tamaño de letras, sangría, subrayado, etc.).
No toman en cuenta la posibilidad de planificar los textos escritos, la autocorrección, los esquemas
previos, etc.
Además, suelen emplear la segunda persona del singular (tú) como marca de impersonalidad o
generalización; sin embargo, este uso es más propio del registro coloquial oral.
– Una competencia eficiente da lugar a textos más formales. En lo coloquial, se parte de lo que se
presupone que el interlocutor ya conoce.
– Lo oral en lo escrito también puede aparecer intencionalmente, por algún motivo justificado, como
en el caso de la literatura como recurso estilístico (para enriquecer expresivamente el texto).
También se incluye este registro al servicio del humor o de la ironía.
Se ha comprobado que en los diferentes textos, orales o escritos, se presenta un continuum que permite
hablar de lo hablado en lo escrito y de lo escrito en lo oral.
Las posibilidades graduales de los parámetros comunicativos, combinados con los dos soportes físicos
del lenguaje, dan lugar a una línea continua de posibilidades que podría representarse así:
La comunicación es una necesidad de gran importancia para todo ser vivo, tener una buena expresión
oral, como escrita, no solo te definirá como una persona de conocimiento, sino que incluso, te llenará de
un vocabulario rico y admirable. La comunicación permite expresarse, intercambiar ideas e información
y comprendernos unos a otros con efectividad. Siendo estos medios un instrumento de
comunicación muy importante es importante saber cómo expresarse de manera adecuada cuando se
encuentran en diferentes situaciones o la manera de corregir los errores que uno pueda cometer en el
momento de comunicarse.
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• Utilizar un artículo singular para un sustantivo plural.
Estas equivocaciones, además de distraer y confundir a los lectores, restan imagen de profesionalidad
a nuestros escritos.
• Repeticiones y redundancia: es usual buscar sinónimos para evitar caer en la reiteración excesiva de
términos. Pero como en todo, la técnica y arte de la escritura requieren equilibrio. Si a lo largo de un
texto nos referimos a un concepto o persona de varias maneras distintas, lo más probable es que
terminemos construyendo un gran laberinto, en lugar de un texto elegante, eficiente y ordenado.
• Ideas que nunca se cierran: es muy común encontrar ideas que van saltando de unas a otras y que
jamás se cierran. Insistimos en una regla básica: una frase una idea. Usar puntos seguidos. Releer y
quitar lo superfluo. O utilizar un recuadro (en otra tipografía) para aquellas informaciones relevantes,
pero de carácter secundario.
• Errores gramaticales para muchos, la gramática suele ser una asignatura árida, de amargos recuerdos
escolares. Adentrarse en los meandros de esta disciplina puede resultar arduo. Sin embargo, hay
algunas reglas elementales que deben ser respetadas. Por ejemplo: la mencionada coherencia de
género, número y tiempos verbales, el correcto uso de las mayúsculas y las conjugaciones. En tanto
normativa, la gramática establece el campo de lo entendible. Para jugar este juego con eficacia,
debemos atenernos a sus reglas.
• Faltas de ortografía: los errores de ortografía restan seriedad a nuestra comunicación y hablan mal
de quienes ponen su firma (personas físicas u organizaciones). Es preciso revisar minuciosamente la
ortografía y desconfiar de los correctores automáticos de los procesadores de textos. Éstos no
distinguen “parónimos”, palabras parecidas (por lo tanto válidas) que se escriben de forma distinta y
con significado completamente ajeno al que pretendemos dar uso.
- Partir de un saber compartido mayor al que realmente existe. Es preciso que toda la
información aparezca explicitada.
- Anacolutos, autocorrecciones, discordancia, sintaxis parcelada, pronombres relativos sin
las preposiciones correspondientes.
- Organización textual: flujo de la información desorganizado, ausencia de jerarquización de
las ideas. Ausencia de conectores o uso inadecuado.
- Empleo de la segunda persona del singular con significado de impersonalidad o de la
primera del plural como generalización.