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Forman parte de nuestro día a día los dilemas entre lo que es ético, lo que es moral, lo que
es justo, injusto e incluso lo que constituye un delito de lo que no lo es. Lejos de poner en
tela de juicio el sistema social establecido, a veces nos resulta complicado entender y
separar de manera adecuada los conceptos. Permitidme hacer el apunte sobre la diferencia
entre lo que es moral y lo que es ético.
Podríamos decir que la ética estudia la moral, es la que nos dice cómo debemos o no
actuar, la que nos ayuda a conocer lo que está bien y lo que está mal; mientras que la moral
es la forma en la que realmente actuamos, tiene un carácter aún más social, es el hábito.
Según esto, la ética sería la parte más teórica y la moral la más práctica. En ocasiones
podemos tener disonancias entre los dos conceptos y es por ello que aunque seamos
conscientes de que algo no está bien según nuestros valores, las normas o la moral social
del momento es más permisiva que nuestra ética o viceversa.
Las relaciones interpersonales se rigen por la confianza mutua. Dicha confianza nos hace
sentirnos más seguros a la hora de colaborar y de trabajar con otros. Potencia los vínculos
personales y profesionales y facilita e incrementa la posibilidad de conseguir resultados y
objetivos. Cuando una persona, (y esto lo hacemos extensivo a las organizaciones), se rige
por principios éticos, promueve de manera natural esta confianza, tan importante para poder
mantener en el tiempo las relaciones profesionales.
Las empresas cambian porque cambian las personas que las gestionan, es decir, el cambio
siempre es posible. Es importante saber que la ética es algo que se puede entrenar,
mejorar, practicar. No nacemos con un nivel determinado de ética, ni siquiera es algo fijo e
inmutable, todo lo contrario, vamos cambiando nuestros valores, nuestras creencias y con
ello nuestro carácter..
Seguro que no nos es ajeno a ninguno de nosotros la frase de “contigo al fin del mundo”.
Esa es la expresión que utilizamos cuando tenemos plena confianza en algo o alguien.
Cuando sabemos que no nos van a fallar, a traicionar y que estamos compartiendo algo
más que un proyecto o un objetivo.
Para los más prácticos, transmitirles tranquilidad y que sepan que la cuenta de resultados
no se tiene por qué ver afectada porque dediquemos muchas horas a trabajar sobre los
valores. Hace unos días una empresa tecnológica, hablando de sus políticas internas me
decía: lo tenemos claro: ”invertimos en personas”; la monetización es una consecuencia
natural, por tanto la ética y la reputación son fácilmente trasladables a resultados
económicos. La diferencia que marca la diferencia es la prioridad que le damos a cada uno
de los elementos.
Esta ética también se puede definir como aquella que se ocupa de los valores, normas o
principios que son inseparables del ejercicio de una ocupación o profesión. Por ejemplo: la
ética legal les exige a los abogados respetar la confidencialidad de sus clientes, lo que
quiere decir que no pueden divulgar ninguna confesión que estos realicen.
De hecho, puede ocurrir que una persona experimente contradicciones entre su ética
profesional y personal; en estos casos la persona debe reflexionar sobre las circunstancias
e inclinarse por la ética que sea más favorable tanto para su consciencia como para las
personas de su entorno.
Vale destacar que las éticas profesionales tienen como objetivo establecer un código que
les sirva a las personas al momento de enfrentar problemáticas o determinadas situaciones
en su área. Por ello, se afirma que esta ética ayuda a prevenir errores y permite que el
ejercicio de la profesión fluya adecuadamente.
Es decir, la ética profesional al igual que todas las éticas nace de la necesidad del hombre
de ordenar y normatizar el comportamiento humano con el objetivo de favorecer la
convivencia. En el caso de las profesiones, la ética busca favorecer la prestación de un
servicio.
La rectitud moral dentro del ámbito profesional implica el cumplimiento de una serie de
valores o deberes tales como la responsabilidad, la puntualidad, el respeto, entre otros.
Estos elementos son valores universales, pero cada profesión puede requerir deberes
particulares.
Por ejemplo: los diseñadores gráficos tienen el deber de entregar sus diseños en el tiempo
establecido con el cliente, mientras que los doctores deben cumplir con el uso de batas,
guantes y mascarillas al momento de realizar una operación.
– Refleja los objetivos y los valores de cada profesión
La ética profesional es un reflejo de los objetivos y los principios que tienen cada profesión.
Esto quiere decir que esta ética se usa para dar a conocer las virtudes que los profesionales
ejercen en sus áreas.
Por ejemplo: una de las virtudes que se espera de los doctores es que cumplan con las
normas de higiene, mientras que un objetivo de su profesión es ayudar a las demás
personas.
Por otro lado, de un redactor se espera que una de sus virtudes sea la creatividad; también
se espera que tenga un uso adecuado y coherente del lenguaje. Todos estos elementos se
ubican en el marco de las normativas de la ética profesional y representan la esencia de
toda profesión.
La ética profesional es importante por varias razones: primero, porque permite organizar
cualquier profesión a partir de una serie de normas. Estas normas favorecen la
productividad y promueven la excelencia entre los profesionales.
Al hablar del código de ética profesional, se hace referencia al sistema que engloba las
obligaciones o responsabilidades de cada profesión. Es decir, estos códigos son un
conjunto de leyes que regulan las acciones de una profesión de acuerdo a sus necesidades.
– Al momento de ejercer su profesión, los médicos realizan un juramento donde afirman que
cumplirán con el principio de beneficencia; esto quiere decir que tienen la obligación de
actuar para el beneficio de otras personas, por lo que deben suprimir prejuicios e intereses
ilegítimos (es decir, que se distancien del objetivo médico).
– Los abogados están cumpliendo con la ética profesional cuando respetan el acuerdo de
confidencialidad entre ellos y sus clientes. También están siendo éticos cuando defienden
los derechos de la sociedad y de los particulares de acuerdo a las leyes de su nación.
Lo mismo ocurre con la ética de algunas empresas: a veces están realizando acciones que
afectan al medio ambiente, sin embargo, su ética se sobrepone a los intereses
medioambientales.
– Los periodistas aplican la ética profesional cuando cumplen con los siguientes valores:
equidad, responsabilidad e imparcialidad; esto último se refiere a que todos los hechos
cuentan con dos puntos de vista, por lo que los periodistas tienen el deber de analizar
ambas circunstancias desde una perspectiva objetiva.
Thornton, L. F. (2013). Learning the Principles and Practices of Ethical Leadership. Leading
in Context Llc.
Lifeder. (24 de marzo de 2020). Ética profesional: características, importancia, código,
ejemplos. Recuperado de: https://www.lifeder.com/etica-profesional/.