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El Homicidio Culposo según lo establecido en el código penal venezolano

en su artículo 409 es aquel presente cuando se le causa la muerte a un tercero


debido a una conducta negligente, imprudente o a causa de una impericia por parte
de la persona que realizo el homicidio durante su profesión. Tomando en cuenta
esto quedan las 3 condiciones por las que un homicidio puede considerarse culposo
a margen de lo dictado en la ley:

- Por Negligencia: Es toda aquella desatención de las propias obligaciones o


descuido en el cumplimiento de las reglas y normas, sin que exista alguna
intención dolosa, es decir, una directa voluntad de omitir o retardar la acción
debida, pues se trata, más bien, de una situación de culposa inercia y falta de
cuidado, por ejemplo: Un médico que receta un fármaco de efecto muy
alérgico a un paciente, sin preguntarle antes si padece de alergias ni hacerle
las pruebas debidas, y el fármaco en vez de ayudar, mata al paciente.

- Por Imprudencia: Se habla de imprudencia punible cuando una persona


asume una conducta, que puede ser de hacer o no hacer, en relación a un
deber de cuidado, y esta conducta tiene unas consecuencias dañosas
previstas por la ley, por ejemplo: Alguien que a sabiendas de que ha bebido
varias copas de alcohol, decide conducir su automóvil y causa un accidente
fatal.

- Por Impericia: Es la falta de conocimientos en determinado arte o profesión,


Si alguien realiza una acción con impericia, significa que lo hace sin estar
bien preparado para ello, ya sea porque carece de los saberes, de la práctica
o de la habilidad necesaria para realizarlo de manera correcta, por ejemplo:
Una persona requiere de atención médica urgente. Acude a un estudiante de
enfermería que, aunque con buena intención, decide que la situación es
grave y hay que operar de inmediato al enfermo. Tan pronto inicia la
operación, el paciente muere, sin que el aprendiz de enfermero sepa muy
bien qué fue lo que salió mal.

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