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VMF La iglesia en las casas

LECCIONES PARA NUEVOS CREYENTES

Lección 1

SABER QUE SOMOS SALVOS

El primer fundamento solido que se debe establecer en nuestros corazones es estar claro con respecto a su salvación,
para poder crecer, andar, consagrarse y servir al Señor apropiadamente.

ESCOGIDOS

Efesios 1:4 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin manchas delante
de él.

Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo. Dios te escogió de entre un sin numero de personas y esto
lo hizo en Cristo, es decir, no es tus defectos o virtudes. Cristo fue la esfera en la cual fuimos escogidos por Dios.

Fuera de Cristo tú y yo no somos la elección de Dios.

1 Pedro 1:2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo; gracia y paz os sean multiplicadas.

Nuestra salvación se basa en que Dios nos escogió desde el principio. No debemos pensar que nuestra salvación es una
coincidencia o que tú y yo tomamos la iniciativa de creer en el Señor. ¡NO!

El comienzo, el inicio, le pertenece a Dios, y esto empezó incluso antes de que comenzara el tiempo. En la eternidad
pasada Dios nos escogió.

Antes de que la mano de Dios hiciera algo por nosotros, él ya tenía un plan en su corazón. Él nos había escogido en su
corazón mucho antes de que su mano lo salvara. A causa de que Dios nos escogió, nosotros nacimos en una era donde
se escucha el evangelio con facilidad y vive en un país donde es fácil tener contacto con el evangelio.

La autoridad soberana de Dios coordinó el tiempo, el espacio y el entorno de tal modo que nosotros fuimos conducidos
a una situación en la cual únicamente puedo responder creyendo en el Señor; tuvimos que volvernos a él.

PREDESTINADOS

Dios predestinó a todos los que escogió. Dios nos marcó de antemano con cierto destino antes de la fundación del
mundo.

Efesios 1:5 En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro
afecto de su voluntad.

La acción de Dios de marcarnos de antemano tenía como fin destinarnos para la filiación, para ser sus hijos.

Romanos 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de
su hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Esta predestinación es lo que llamamos “marcar de antemano”.

Dios no solo escogió a los creyentes en la eternidad pasada; también los marcó. Una vez que alguien es escogido, es
destinado; ser escogido es primero, luego ser destinado. Por consiguiente, la salvación era nuestro destino.

Debemos predicar a Cristo como si todos se fueran a salvar, sabiendo que Dios tiene sus predestinados.
LLAMADOS

Hebreos 3:1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerar al apóstol y sumo sacerdote
de nuestra profesión, Cristo Jesús.

Cada creyente es llamado por Dios desde los cielos.

Romanos 8:30 Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que
justificó, a estos también glorificó.

Una vez que nos escogió, él nos predestinó, y nos llamó. Si Dios no nos hubiese llamado, ¿cómo podríamos vuelto al
Señor? Si Dios no nos hubiese llamado, ¿cómo podríamos haber escuchado el evangelio? El evangelio es la voz de Dios
que nos llama. Hoy Dios llama con la voz del evangelio.

Romanos 1:7 Y a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, los santos llamados: Gracia y Paz a vosotros, de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Algunas versiones de la biblia traducen esta frase como “llamados a ser santos esta traducción es incorrecta. La
traducción apropiada es “santos llamados”. Todos los creyentes son santos llamados. Podemos ser salvos y santificados,
y por ende ser santos, porque Dios nos ha llamado.

Efesios 1:18 Alumbrando los ojos de nuestro entendimiento, para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado,
y cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.

El llamamiento de Dios es un llamamiento de gracia, en la cual esta la mas grande esperanza. El primer paso de Dios al
salvarnos, después de que nos escogió y predestinó, es el llamamiento que nos hace.

Efesios 4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.

El llamamiento de Dios es un asunto sobresaliente, no algo insignificante. Tú necesitas saber que fuiste salvo para con el
Señor porque recibiste el llamamiento de Dios.

ROCIADOS CON LA SANGRE

Después de que Dios nos llama, hay arrepentimiento y creemos. Una vez que creemos, Dios nos rocía con la sangre
derramada en la cruz por su hijo. Sin ser rociados por la sangre, Dios no tiene manera de llevar a cabo en nosotros los
pasos subsiguientes de la obra de la salvación. Esto se debe a que éramos inmundos y pecaminosos.

1 Pedro 1:2 Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Nosotros éramos malos, inmundos y estábamos llenos de transgresiones; la condenación de Dios pesaba sobre
nosotros; y no había manera de cancelar la cuenta de nuestros pecados. Pero cuando la sangre redentora del Señor
Jesús fue rociada sobre nosotros, esto resolvió todos estos problemas.

La sangre no solo cubrió nuestros pecados, sino también los eliminó. La sangre rociada sobre nosotros hace posible que
Dios continue haciendo muchas obras de gracia en nuestro interior.

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