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LICENCIATURA EN CRIMINOLOGIA

ASIGNATURA PENOLOGIA Y SISTEMAS PENISTENCIARIOS

NOMBRE DE LA TAREA
“¿Por qué los individuos delinquen?”

REALIZADO POR:
- ESTRADA RODRIGUEZ ALEXANDRA GUADALUPE
-

PROFESOR: NAVA
SEXTO SEMESTRE

San Luis Potosí, S.L.P. 15 de marzo de 2023


Introducción

La humanidad ha delinquido desde sus inicios, y la criminología es una ciencia


que intenta dar respuestas satisfactorias y únicas, actualmente, entre otras
razones, por la incapacidad de redirigir al denominador. Común. Algunas personas
piensan que hay más de 200 factores que afectan el crimen.

Hace siglos, se utilizaron elementos espirituales y demoníacos para explicar el


comportamiento delictivo: un delincuente puede ser alguien que está poseído por
una fuerza maligna, o alguien cuyo diseño de destino lo destina inevitablemente a
cometer un delito.

Desde la Ilustración hasta nuestros días, las escuelas clásicas (Beccaria) y


positivista (Lombroso), así como diversas teorías que se remontan a la biología, la
psicología y la sociología, dependen de cómo se relacionan con factores de su
propia naturaleza, tratando de responder a esta pregunta.

Los supuestos iniciales de la escuela clásica son la racionalidad humana y las


tendencias hedonistas. El delito es el resultado del abuso de la libertad de un
individuo y su interpretación, la existencia de una decisión racional, la valoración
de los posibles costos y beneficios de un hecho delictivo.

Posteriormente, hasta el advenimiento del positivismo criminológico, hubo algunos


aportes empíricos. La fisonomía, por ejemplo, asocia la belleza física con la
bondad y el vicio con la fealdad física, a semejanza de “el rostro es el espejo del
alma”, que se puede resumir en el famoso edicto de Valerio: “Cuando las dos
presunciones culpan a la peor, y condena al más feo". La frenología, que intenta
explicar el comportamiento delictivo como resultado de deformidades y
disfunciones cerebrales; así, por ejemplo, afirman que la parte lateral de la cabeza
es mucho más grande que la parte superior, lo que genera una necesidad de robar
o engañar. O la escuela cartográfica, el delito, como todo hecho social, es un
fenómeno colectivo regido por leyes naturales. Confirman que los delitos contra la
propiedad aumentan en invierno respecto al verano, o que los delitos contra la
libertad sexual son más frecuentes en primavera.
Pero los verdaderos orígenes de la criminología están en la obra de Lombroso, El
hombre delincuente (1876) y su teoría de los delincuentes natos, según la cual
una persona, debido a ciertas anormalidades físicas y mentales, se inclina a ser
medio ambiente. A diferencia de los clasicistas, que no distinguían entre criminal y
no criminal, los positivistas lo veían como un ser inferior y anómalo. Esto se basa
en la idea de atavismo regresivo basado en el estudio de la evolución de Darwin,
quien en El origen de las especies proporciona ejemplos de especies que
retroceden a etapas anteriores de su desarrollo evolutivo.

Por ser hombres, adolescentes o miembros de una minoría étnica, por ejemplo,
las personas no cometen delitos. Nadie roba un CD de una tienda, roba un auto,
incendia una escuela o hace estallar un avión porque es un hombre, un
adolescente o un miembro de un grupo minoritario. La ausencia de atributos como
causas (e.g. (Holland, 1986; Bunge, 2001: 70). Nadie comete nunca un delito
porque, por ejemplo, está desempleado, tiene muchos hermanos, tiene un ritmo
cardíaco bajo en reposo, recibió una educación deficiente, porta un gen específico,
o tuvo una madre embarazada que fumaba.

o porque creció en una vivienda pública. Ninguno de estos tipos de factores


alentaría a alguien a romper una cerca, vender bienes robados o solicitar
beneficios de manera falsa.

o golpear a un compañero de equipo. Estos correlatos, de los cuales hay cientos,


son, en el mejor de los casos, indicadores de verdaderas causas, aunque algunos
de ellos pueden ser relevantes al examinar las "causas de las causas" de los
delitos (Wikström, 2011a). Es sencillo estar de acuerdo con la siguiente
declaración hecha por Hedström (2005:23): "No creo que una visión de las teorías
y explicaciones como listas de factores estadísticamente relevantes conduzca al
desarrollo de un cuerpo riguroso de teoría sociológica" (véase también Wikström,
2004).

Cuando se enfrentan a una motivación particular (una tentación o una


provocación), las personas cometen delitos porque perciben y deciden (en el acto
o después de pensarlo) participar en una categoría particular de actividad delictiva.
Si bien las personas son el origen de sus acciones, las situaciones son las que las
originan. En respuesta a una motivación particular (tentaciones o provocaciones),
las combinaciones específicas de clases de personas (propensiones personales) y
clases de contextos (inductores ambientales). Por ejemplo, alguien con poco
dinero podría ver el descubrimiento de una billetera que lo contiene en un
vestuario vacío como una oportunidad para cometer un robo; otros podrían no
hacerlo.

La insistencia en que las causas de la acción son situacionales no implica que la


importancia del contexto social (cultura y estructura), así como del desarrollo
humano y social, sea irrelevante para explicar la acción (como acto delictivo). En
cambio, simplemente afirma que desempeñan un papel indirecto y deben
considerarse "causas de causas" en lugar de "causas de acción"; ayudan a
explicar por qué las personas difieren (tienen diferentes propensiones), por qué el
entorno difiere (ofrecen diferentes inductores ambientales) y por qué clases
particulares de personas están expuestas a clases particulares de contextos
(ambientes), lo que lleva a las circunstancias a las que sus acciones son una
respuesta. Comprender el papel de los factores y procesos sociales y de
desarrollo en la explicación de la acción requiere una comprensión de cómo estos
factores y procesos afectan los factores y procesos situacionales que influyen en
cómo actúan las personas (por ejemplo, para cometer un delito). La justificación es
sencilla, es un desafío determinar con certeza qué factores y procesos sociales y
de desarrollo son causalmente relevantes (como causas de las causas) para
explicar las acciones humanas (como cometer delitos) sin una comprensión
adecuada de qué factores y procesos situacionales son causalmente relevantes
(como causas).

Los crímenes son actos inmorales. Es posible definir una acción como moral si
está motivada por principios morales que definen lo que está bien o mal hacer o
no hacer. Se consideran delitos los actos que contravengan las normas de
conducta establecidas por las leyes. Explicar el delito (o categorías específicas de
delitos) implica describir las razones por las cuales las personas se adhieren y
transgreden las normas de conducta establecidas por la ley.

La Teoría de la Acción Situacional (SAT) tiene como objetivo arrojar luz sobre por
qué las personas siguen y se burlan de las normas morales (por ejemplo,
Wikström (2006).

2010; 2011a; Wikstrom y colegas. , 2012: 3-43). Según el TAS, más que ser
personal o social, las situaciones determinan lo que las personas hacen. Debido a
quienes son y las características del entorno del que forman parte, las personas
actúan de la forma en que lo hacen. El tipo de acciones que es probable que
ocurran depende del tipo de personas involucradas y del contexto.

La teoría continúa sugiriendo que los humanos son fundamentalmente actores


impulsados por reglas (a diferencia de los actores egoístas) y que su reacción a
los motivadores (tentación y provocación) es principalmente el resultado de la
interacción entre sus propensiones morales y sus normas. moral de los escenarios
(settings) donde intervienen. Las personas están predispuestas al delito en la
medida en que su moral personal las alienta a ver cometer un delito como una
acción alternativa, y los entornos son criminógenos en la medida en que sus
normas morales favorecen el incumplimiento de alguna(s) ley(s). Las personas
con inclinaciones delictivas intervendrán en entornos criminógenos (entornos),
aumentando la probabilidad de que se cometan delitos.

De acuerdo con TAS, comprender los procesos de desarrollo (historias de vida)


que dan forma a las personas en lo que son (emergencia, emergencia personal),
los procesos sociales (históricos) que crean tipos particulares de entornos
(emergencia social) y los procesos de selección (emergencia social y social). es
necesario para explicar el papel del contexto social y de desarrollo en la
causalidad del delito (o, más ampliamente, su papel en por qué las personas
siguen y rompen las reglas comunes de conducta). Estas no son preguntas sobre
lo que motiva a las personas a cometer delitos (por ejemplo, las preguntas sobre
"las causas de las causas" qué hace que las personas desarrollen diferentes
propensiones al delito y qué hace que algunos entornos sean más son más
pertinentes que aquellas sobre delitos específicos, unos más criminógenos que
otros y lo que expone a las personas con inclinaciones delictivas a tales entornos.

Las jurisprudencias de la circunstancia canción prescriptivas. Establecen


regulaciones para la disposición y las conocidas de los hombres. No tienen ánimo
de verdad. Su deseo es dañar en el comportamiento. (von Wright, 1963: 2) La
estima (diana su origen como su aplicación) puede organismo considerada como
la lógica líder de «ingeniería social». De faceta una diana irónica, muchos políticos
y comentaristas sociales que expresan su pesadumbre por la «ingeniería social»
canción, al mismo tiempo, firmes defensores del imperio de la estima. La estima
es una cantidad de reglas de disposición que establece lo que está perfectamente
ya indisposición hacer (ya nunca hacer) en determinadas circunstancias (que
pueden organismo conveniente generales ya conveniente específicas). Al ordenar
a las personas lo que está perfectamente ya indisposición hacer (ya nunca hacer)
la estima tiene un aguanoso capacidad arranque. De hecho, la estima puede
organismo considerada como una cantidad de reglas morales. Las jurisprudencias
nunca canción necesariamente normas morales: romanza canción una modelo
arranque si canción compartidas por las personas en una jurisdicción (ya en un
contexto determinado). Las normas morales tienen singular fuerza. Pueden
organismo más ya aparte compartidas ya aplicadas. Generalmente, las personas
se preocupan más de algunas normas de disposición que de otras y algunas
normas de disposición canción más contestadas que otras. Un origen insigne por
la que las personas cometen un incumplimiento es porque están en oposición con
un menstruo de disposición establecida en la estima ya la misma nunca les
preocupa mucho.

La TAS conceptualiza la decencia como reglas basadas en valores sobre lo que


está perfectamente ya indisposición hacer (ya nunca hacer) en determinadas
circunstancias. La estima es romanza única de los varios conjuntos de normas
morales de disposición que guían la obra de las personas (e. g. Ehrlich [1936]
2008). La estima nunca es singular de otros conjuntos de reglas de disposición; de
hecho, la estima puede organismo considerada más generalmente como una
casualidad singular de reglas de disposición. Explicar por qué las personas siguen
y vulneran las reglas legales nunca es, en principio, singular de definir por qué las
personas siguen y vulneran reglas de disposición de faceta más general. El
incumplimiento es un argumento que vulnera un menstruo de disposición
establecida en la estima. Esto es lo que todos los delitos, en todos los tiempos,
tienen en común4. Explicar el incumplimiento es, por diana, definir por qué las
personas actúan violando las reglas de disposición establecidas en la estima.
Comprender las causas del incumplimiento trata, esencialmente, de discernir el
papel de la decencia en la obra humana. Si podemos definir por qué las personas
siguen y vulneran reglas de disposición más en general, seremos capaces de
discernir por qué siguen y vulneran las reglas de la estima. Analizar el
incumplimiento como obra arranque nunca implica una perspectiva «moralista» en
la elucidación del mismo. La TAS nunca aborda la cuestión de si una
jurisprudencia concretas canción inherentemente buena ya malas, hado que fija su
enfoque, en cambio, en cómo las reglas morales guían la obra humana. La tesis
nunca implica que las personas que vulneran una estima concreta sean amorales,
hado romanza que su fantasía de lo que es complaciente ya sagaz puede apartar
de la estima en cuestión ya de que pueden rondar aparte preocupados por
sumarse a esa estima concreta (ya, si están de gestión y se preocupan por la
estima, que su incumplimiento es el resultado de una pobreza de facultad para
ejercitar autocontrol).

Y es que en las próximas líneas se explica algunas de las razones por las que
lamentablemente algunas personas llegan a cometer delitos y hechos delictivos,
tomando como base los principios de la psicología criminal y los estudios
criminológicos de la teoría del delito.

1. Presencia de rasgos que predisponen al delito

Existen ciertos rasgos y rasgos biosociológicos que pueden predisponer a las


personas al delito. Estos incluyen baja activación del sistema nervioso autónomo y
actividad moderada del lóbulo frontal.
La presencia de un traumatismo craneoencefálico también puede hacer que las
personas sean vulnerables a actos que están penados por la ley y condenados por
la sociedad en su conjunto.

2. Aprendizaje del delito

Sí, el delito se aprende, especialmente la conducta delictiva.

Este aprendizaje negativo puede surgir de crecer en un ambiente donde hay


definiciones y señales favorables del crimen, o de imitar modelos a seguir (padres,
tíos, jefes y otros en posiciones de autoridad) con comportamiento pro-criminal,
entre otros.

3. Abordaje de experiencias individuales de estrés y tensión

Diferentes casos de delitos adversos como femicidio, asalto y robo con


intimidación tienen como denominador común que el perpetrador sintió la urgencia
de causar daño por sentimientos de violencia, ira, venganza, miedo o desprecio.

Esto hace referencia al impulso que puede sentir una persona por delinquir a raíz
de experiencias individuales negativas y de determinadas vivencias.

Cabe destacar que este impulso puede sentirlo un individuo que no haya
aprendido el comportamiento delictivo ni que cuente con características
biopsicológicas que lo predispongan al mismo.

También, la teoría del delito refleja que la acumulación constante de estrés,


producto de relaciones y situaciones conflictivas, genera un alto nivel de tensión,
que alguno de los involucrados puede intentar aliviar impulsivamente a través de
una agresión o hecho que sea considerado delito.

Esta realidad invita a reflexionar sobre la importancia de construir relaciones


interpersonales sanas y de fomentar el respeto, la tolerancia y la fraternidad.

4. Hechos traumáticos y negativos durante la infancia y juventud

Una de las ramas asociadas a la psicología criminal es la criminología del


desarrollo.
Esta nos dice que la carrera delictiva tiene una relación directa con el desarrollo
del individuo durante su infancia y adolescencia.

En muchos casos, las personas que cometen crímenes no tuvieron como modelos
a delincuentes ni crecieron en lugares en los cuales estos actos fueran valorados
positivamente, pero sí experimentaron situaciones y hechos que lo impactaron
negativamente desde el punto de vista mental y emocional.

Este tipo de situaciones, como el abandono de los padres, por ejemplo, puede
ocasionar que desde temprana edad el individuo desarrolle un perfil similar al de
delincuente, que lo haga poco empático e insensible ante el mal que sufran
terceros.

Luego, al llegar a la juventud y temprana adultez, este perfil puede motivarlo a


cometer delitos, sobre todo si se desenvuelve en entornos donde sea influenciado
negativamente.

Debido a esta teoría de los factores que impulsan a cometer delitos, como método
de prevención la criminología recomienda la evaluación y el diagnóstico mental de
niños y jóvenes que hayan experimentado situaciones traumáticas.

De esa manera, se pueden aplicar terapias e intervenciones con sentido humano y


psicológico, que ayuden a corregir desviaciones de la conducta y elementos que
les hagan proclives al delito en el presente o en el futuro.

Por supuesto, cuando una persona llega a la adultez con comportamiento o perfil
delictivo, también se pueden aplicar terapias de modificación y mejoramiento de la
conducta, que le ayuden a integrarse a la sociedad y a desarrollar empatía.

5. Ruptura de vínculos sociales

Existen varios ámbitos y contextos en los cuales las personas se integran a la


sociedad desde temprana edad, como la familia, el colegio, los deportes y las
amistades.
En concreto, en estos ámbitos las personas desarrollan apego, empatía, creencias
y otras formas de vinculación. Además, se sienten “parte de algo” y, de alguna
forma, perciben aceptación.

Tomando en cuenta esta realidad, cuando estas vinculaciones escolares,


familiares o de otras índoles se rompen y no se recuperan, puede suceder que el
individuo desarrolle una conducta de desprecio hacia los demás, que le haga más
proclive a los delitos.

A su vez, esto demuestra que, para prevenir los altos índices de delincuencia, tal
como lo recomienda la criminología y otras ramas sociales, es importante evitar y
sanar los conflictos familiares, así como promover que existan altas tasas de
escolaridad.

Como ves, la psicología criminal puede explicar los crímenes y los factores que
motivaron a las personas a cometerlos a partir de principios de salud mental y de
desarrollo individual.

Los hechos delictivos son sin duda un fenómeno complejo y profundo y para
prevenirlos es necesario comprender el comportamiento de quienes los cometen y
las razones que los llevaron a cometerlos.

El delito no está distribuido aleatoriamente en el tiempo y en el espacio sino


concentrado en ciertos lugares en ciertos momentos (e. g., Baldwin y Bottoms,
1976; Wikström, 1991; Weisbund, Morris y Groff, 2009). La TAS propone que
semejantes concentraciones (puntos calientes) son resultado de procesos de
selección personal y social que aúnan (en el tiempo y en el espacio) personas
propensas al delito y entornos criminógenos, creando las situaciones en que
aquellas personas pueden responder con actos delictivos (véase Figura 3.4). Los
resultados dados a conocer hasta el momento se basan en estudios de relaciones
de nivel individual y situacional entre los delitos de los jóvenes, la propensión al
delito y la exposición criminógena. Para explorar y poner a prueba si las áreas de
concentración de delitos (agregaciones) son una consecuencia de la convergencia
de personas propensas al delito y entornos criminógenos, se realizaron análisis de
vías en un área pequeña (área geográfica de estudio)21 en Peterborough
(Wikström et al., 2012). Los datos sobre delitos en este análisis se refieren a
delitos registrados por la policía para todos los jóvenes de 13 a 17 años (y, por lo
tanto, no son autoinformados ni se limitan a delitos cometidos por miembros de
PADS+). Figura 3.5. Se muestran los resultados de un modelo de ruta que predice
la delincuencia de los menores. El modelo de trayectoria utiliza un modelo de
regresión binomial negativo para predecir el número de delitos22. Las variables de
uso del tiempo para diferentes grupos de propensión se transforman
logarítmicamente. Todas las demás variables predictoras se transforman en z y la
variable dependiente, número de delitos, se deja sin transformar. Para
interpretarlo, un cambio de una unidad en el área de las variables predictoras
(desventajas, diversidad étnica, inestabilidad residencial, uso no residencial del
suelo y pobre eficacia colectiva) representa un cambio de una desviación
estándar, mientras que un cambio de una unidad en las variables de uso del
tiempo representa un incremento proporcional de horas pasadas en actividades no
estructuras orientadas a los pares. La razón de las ventajas (odds ratio) que figura
entre paréntesis en la Figura 3.5 expresa cambios proporcionales en el delito
asociados con incrementos de la desviación estándar de las características del
área y, probablemente, un incremento proporcional de las horas que jóvenes con
cierta propensión al delito pasan en el área (para detalles adicionales véase
Wikström et al., 2012: 200-202, y 312-314).

Los resultados del modelo de vías (Figura 3.5) muestran, como se había predicho,
que las cifras de delitos de los jóvenes son más altas donde jóvenes propensos al
delito pasan tiempo con pares en actividades no estructuradas en áreas
residenciales con pobre eficacia colectiva o en áreas con un alto uso no
residencial del suelo23 (sirviendo esto último como marcador para ambientes de
comercio y actividades de ocio en la ciudad o centros locales). Los resultados
también muestran que la presencia de jóvenes aversos al delito en un área no
tiene efecto de ningún tipo en las cifras delictivas sin importar las características
criminógenas del ambiente. En otras palabras, el análisis del nivel de área
proporciona apoyo adicional a la importancia de la interacción entre la propensión
al delito de las personas y las características criminógenas de los ambientes en la
causación de actos delictivos esta vez, de agregados de actos delictivos.

Conclusión

Si todos estos factores se unen, o al menos algunos, podríamos tener la respuesta


a la pregunta arriba mencionada ¿Un criminal nace o se hace?

Probablemente todos tenemos en nuestra personalidad algún factor


psicopatológico, pero no siempre se manifiesta si no existe la oportunidad de
cometer un crimen, y ahí entran en juego todos los factores antes mencionados.

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