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DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES - 2023

DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES - 2023


LECTURA SEMANA 01
CURSO:
CIUDADANÍA Y
Contenido temático: Orígenes de la ciudadanía: la Modernidad en Occidente, Condiciones
para la construcción de ciudadanía, Problemas ciudadanos.
DERECHOS HUMANOS
Resultado de aprendizaje: Fundamenta la relevancia de la construcción de una ciudadanía y
su relación con los problemas ciudadanos a través de un organizador gráfico.

⮚ Analizamos el artículo.
Las curvas de la tolerancia

LECTURA
Cesar Azabache (2019).SEMANA
Con el establecimiento de01:la República fueron abolidos los castigos

LA
plazas CIUDADANÍA MODERNA
impuestos sobre el cuerpo de los condenados, las flagelaciones y las mutilaciones practicadas en
públicas. Después de la Segunda Guerra Mundial un enorme movimiento que desembocó
en la constitución de Amnistía Internacional ha convertido la tortura en un crimen reconocido
por la ley. Otros movimientos en desarrollo promueven aun ahora la abolición de la pena de
muerte. En paralelo el terrorismo ha sido reconocido como un crimen distinto a los atentados
individuales y a los asesinatos que comenten sus adherentes; el lavado de activos ha tomado
forma también como un delito autónomo y las empresas ‘offshore’ y el secreto bancario
comienzan a ser mirados bajo sospecha. A principio de los años ochenta se reconoció entre
nosotros, en términos prácticos, que el uso de la violencia cotidiana en la educación de los niños
está prohibido y ahora se aplican sanciones por acoso a profesores universitarios y jefes de
oficina por la imposición de estilos de relación sexista que antes se mantenían invisibles.
La línea de las prohibiciones efectivamente acatadas o sancionadas se mueve con el paso del
tiempo. De pronto encontramos que lo que antes parecía usual o cotidiano se reconoce como
prohibido y se castiga. Nuestra tolerancia a determinadas situaciones que en verdad son
transgresoras se mueve atendiendo a procesos de toma de conciencia sobre el ser y el merecer ser
respetadas y respetados. Y se mueve también atendiendo a necesidades de control y protección
reconocidas por las autoridades públicas.
Prohibiciones y tolerancia se mueven también en función a la lenta, demasiado lenta entre
nosotros, conversión de espacios no regulados en espacios institucionalizados. Estamos
comenzando a reconocer que en el país se trafica con niñas y niños, pero todavía no
reconocemos que está prohibido comprar predios invadidos por mafias que los ponen en el
mercado paralelo, sin títulos formales. “Prohibido pagar sobornos” y “prohibido apoderarte de
bienes del Estado” son reglas que no fueron aprendidas por completo en tiempos de la transición
pos-90. Pero pueden serlo ahora. Comenzamos a reconocer además que falsos mecenas
clandestinos han financiado nuestros partidos políticos, pero no todos han encontrado valor para
contar sus historias personales en voz alta.
En estos procesos las curvas de tolerancia se mueven; tienden a estrecharse con el paso del
tiempo reduciendo progresivamente los espacios de impunidad “natural”, “asumida como
normal”, o desplazándolos a nuevos nichos de impunidad que luego habría que abordar también
y desmontar. La magia estriba en que este proceso no crea nuevas prohibiciones. Simplemente
activa o redefine algunas que ya existían, pero aceptamos pasar por alto; algunas entre aquellas
cuya transgresión venimos aceptando con absoluta naturalidad.
La impunidad es solo un subproducto de nuestra enorme e inaceptable tendencia aprendida a

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tolerar infracciones con absoluta indiferencia.
¿Cuántas prohibiciones reconocidas como vigentes aceptamos transgredir sin exigir
consecuencias prácticas? Deberíamos incorporar entre nuestros indicadores de desarrollo
institucional una “tasa de tolerancia aprendida”, una TTA que exprese en un coeficiente la
cantidad de abusos frente a los que simplemente somos incapaces de reaccionar. Un país debería
poder ser reconocido como “institucionalmente sólido” si la TTA resulta baja. Y debería ser
considerado “inelegible” para colectivos como el OCDE, si la tasa resulta alta.
No tomar las prohibiciones básicas de una sociedad en serio representa tanto como no abordar
seriamente los derechos de las personas. Es lo mismo que no respetarnos. Y sin respeto
compartido conformarse como comunidad se convierte en imposible.
Sin embargo, podemos mover las curvas de tolerancia por nuestra propia iniciativa. “Ni Una
Menos” está ahí, como están los equipos de fiscales contra la corrupción y contra la trata de
personas. Están también el periodismo de investigación, el movimiento de defensa de derechos
humanos y la defensoría. Me gustaría enumerar más agencias de contención de impunidad, pero
temo que no abundan. Sin embargo, las pocas agencias que tenemos nos han dado más de una
muestra de las cosas que se pueden hacer para confirmar que no somos una comunidad
totalmente fallida.
Necesitamos convertir la reducción de nuestra tasa de tolerancia aprendida (que por cierto habrá
que medir) en una meta colectiva. Necesitamos ser conscientes de que suma en este proceso cada
movimiento que reclame la vigencia de una prohibición, cada acción colectiva que reclame
nuevas formas de protección efectiva a personas expuestas, cada demanda de nuevos espacios
que hagan posible que la responsabilidad de los infractores sea reclamada y hecha efectiva ante
todos, de manera visible.
No es este un momento en que podamos esperar que la construcción de la ciudadanía, condición
básica para la conversión de un conjunto en un país, nos venga de algún lugar distinto a nuestros
propios espacios de interacción e intercambio.
Se trata de convertir el respeto mutuo en fundamento de nuestra coexistencia.

Diario “El Comercio”


Responde:
⮚ ¿Cuál es la idea central del texto?

⮚ ¿Qué nos quiere transmitir el autor?


"No tomar las prohibiciones básicas de una
sociedad en serio representa tanto como no
abordar seriamente los derechos de las personas.
Es lo mismo que no respetarnos". (Ilustración:
Giovanni Tazza, 2019)

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I. CIUDADANÍA:
El mundo es extraordinariamente diverso en cuanto a sus pueblos. Esta heterogeneidad obliga a los
Estados y a las sociedades a proteger un principio: la igualdad natural de los seres humanos y los
derechos que esto conlleva en lo educativo, político, económico, social, religioso, lo cual permite
generar oportunidades para todos. Sin embargo, los ciudadanos no solo tienen derechos, la igualdad
también se sustenta en que todos tenemos obligaciones y responsabilidades, como el ejercicio del
sufragio universal, siempre en el marco de la deliberación respetuosa (Peláez, 2016, p. 8).

A. Origen de la ciudadanía:
El ciudadano griego. Parisse (2010) En principio, el origen del concepto de ciudadanía se
remonta a la antigua Grecia. En efecto, los griegos estaban organizados en lo que conocemos
como ciudades-estado o “polis”, las que tenían un modo de producción esclavista basado en la
agricultura, y donde una pequeña porción de los hombres que habitaban estas ciudades poseía
los atributos de un ciudadano, exceptuando a los esclavos y a los extranjeros. Se trataba de un
modelo aristocrático de ciudadanía, en el cuál aquellos pocos que eran ciudadanos (en relación a
la población total) tenían importantes derechos, pero, sobre todo, tenían grandes obligaciones
respecto a la ciudad. Esto va a configurar un especial sentido de la ciudadanía asociado a los
deberes públicos para con la ciudad. La democracia ateniense, tomada como forma de gobierno
típica de la polis, además de directa, es activa, no defensiva como la democracia liberal. El
ciudadano goza de libertad y ésta no tiene otro sentido que el de cumplimiento de los deberes
políticos (p. 4).

Para la Real Academia Española, 2018:


Ciudadano (a) “Natural o vecino de una ciudad. Perteneciente o relativo a la ciudad o a los
ciudadanos. Persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos
y sometido a sus leyes”. Ciudadanía: Cualidad y derecho de ciudadano. Conjunto de los
ciudadanos de un pueblo o nación. Comportamiento propio de un buen ciudadano .

Para Francisco Lizcano (2012). La palabra ciudadanía:


“tiene dos acepciones: la primera se refiere al conjunto de ciudadanos de un Estado, y
la segunda al cúmulo de derechos y deberes políticos que cada uno de ellos tienen.
Más adelante detalla esta segunda acepción de ciudadanía e incorpora la definición de
ciudadano: el cúmulo de derechos y obligaciones políticos que ellos [los ciudadanos]
tienen como elementos políticamente activos de la vida estatal. Dicho en otras
palabras, es el conjunto de deberes y derechos recíprocos entre los agentes y órganos
estatales y las personas definidas en su función de su pertenencia al Estado. No toda
persona es ciudadana: lo es solamente la que reúne determinadas condiciones de
nacionalidad, edad y ejercicio de los derechos políticos. Se debe distinguir también
entre nacionalidad y ciudadanía. No se deben confundir los conceptos nacionalidad y
ciudadanía. La nacionalidad es una especial condición de sometimiento político de una
persona a un Estado determinado, sea por haber nacido en su territorio, sea por
descender de padres naturales de ese Estado, sea por haber convenido voluntariamente
en sujetarse políticamente a él. La ciudadanía, en cambio, es la calidad que adquiere el
que, teniendo una nacionalidad y habiendo cumplido las condiciones legales
requeridas, asume el ejercicio de los derechos políticos que le habilitan para tomar
parte activa en la vida pública del Estado y se somete a los deberes que le impone su
calidad. Por tanto, está claro que no puede haber ciudadanía sin nacionalidad, puesto
que ésta es condición necesaria para aquélla, pero sí puede haber nacionalidad sin
ciudadanía, como en el caso de los menores de edad o de los adultos interdictos por
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cualquier causa, que pertenecen al Estado pero que no tienen el uso de los derechos
políticos. (p.7 - 8)
Ciudad. Tania González (2010) “Ciudad Hay una definición sobre lo que conforma la ciudad,
pues la describen como el lugar donde converge la gente, donde se pertenece a un sistema social y
se adquieren derechos y obligaciones por igual. (p. 3)

B. Condiciones para la construcción de la ciudadanía:


Díaz (2011) Para construir ciudadanía, los miembros de la sociedad deben estar informados y en
capacidad de desempeñar un papel activo en la democracia. Los ciudadanos informados están
mejor preparados para comunicar sus ideas, participar en elecciones, aprovechar oportunidades,
obtener servicios, velar por sus derechos, negociar eficazmente y controlar tanto las acciones del
Estado, como las de los demás actores de la sociedad. Todos estos factores son claves para el
buen funcionamiento de la democracia (p. 8)

Desde los años 50, las ciencias sociales han encontrado en la ciudadanía uno de sus conceptos
centrales a la hora de tratar de entender los principios que rigen el funcionamiento de la vida
social de las democracias occidentales. Esta centralidad encuentra su razón de ser en que la idea
de ciudadanía resume y condensa muchas de las discusiones mantenidas en la teoría social y
política acerca de los vínculos que mantienen los individuos con el Estado, los derechos y
obligaciones de aquellos a cambio de ser reconocidos como miembros de una comunidad
determinada, la naturaleza de los actores que intervienen en la vida política de las sociedades
modernas, etc. A pesar de la importancia de los temas tratados, la mayoría de los debates
suscitados alrededor de la noción de ciudadanía han permanecido durante tiempo encerrados en
los estrechos márgenes de la discusión académica e ideológica (Benedicto & Moran, 2002).

Gamio (2021). En sentido estricto, no existe democracia sin ciudadanos. El grado de libertad que
requiere una democracia genuina procede en cierta medida de la disposición de los agentes a
involucrarse de buena gana en procesos de deliberación, movilización y vigilancia del poder. El
ejercicio de la ciudadanía puede otorgarle dirección y profundidad a la vida de las personas, si
estas consideran la acción política como una potencial opción de sentido. Por “ciudadanía”, la
teoría política ha concebido dos cosas diferentes. En una perspectiva moderna —es decir, liberal
—, alude a la condición de las personas de ser titulares de derechos universales: sujetos del
derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, al desarrollo del proyecto vital. En una perspectiva
clásica —de raíces griegas y romanas—, invoca la capacidad de agencia política, la actividad
vinculada a la búsqueda de consensos y la expresión de disensos en escenarios compartidos de
discernimiento y toma de decisiones políticos, en otras palabras, espacios públicos. El politēs
participa activamente en el proceso de elección de las autoridades, pero también interviene en la
fiscalización de su gestión y le pide cuentas de sus actos públicos. En realidad, se trata de
conceptos complementarios de ciudadanía, en tanto la interpretación clásica ofrece una forma
rigurosa del cultivo de los derechos políticos. La cultura de derechos y la praxis cívica se
reclaman mutuamente tanto en el terreno del concepto como en el de la práctica (P. 9).

C. Problemas ciudadanos:
Berrios & García (2018) Las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales de las
últimas décadas han posicionado a la ciudadanía como tema de interés público, generando un
amplio debate en torno a su conceptualización y a las características del modelo educativo que se
requiere para la formación ciudadana (par. 1).
En 2023, la opinión pública peruana consideró que los tres principales problemas que afectaban a
la sociedad eran la corrupción, la delincuencia y la situación económica del país. Así, se hace
patente la inseguridad generalizada en relación a diferentes ámbitos, como la economía o el orden
público, y a su vez la desconfianza hacia la integridad los políticos, que deberían ser principales
encargados de corregir la situación (Estatista, 2023).
https://es.statista.com/estadisticas/1206719/principales-problemas-opinion-publica-peru/

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Es imposible desligar los problemas ciudadanos de los problemas que afectan a todos los
peruanos, como la corrupción, la falta de seguridad, la situación económica, la inestabilidad
política, costo de vida, desempleo, gestión de gobierno, pobreza, etc. Por ello es importante darle
vital relevancia a los tenemos relacionados con nuestra participación responsable en nuestra
democracia.

II. SOCIEDAD:
Sistema de interacción de individuos humanos concretos, que es portador de una cultura
distinta institucionalizada y que no puede decirse que sea un subsistema diferenciado de una
colectividad de orden superior, orientado a la mayoría de las exigencias funcionales de un
sistema social. De esta manera, un conjunto de personas será sociedad en la medida en que:
los miembros están orientados al sistema o totalidad; se puede hablar de autosuficiencia, es
decir, no sea necesario, de cara al normal funcionamiento una ayuda externa; finalmente,
haya una autoperpetuación, es decir, el sistema tena mecanismos establecidos de
reproducción en sí mismo. (Lucas Marín, 2011).

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REFERENCIAS
Azabache, C. (2019). Diario El Comercio. “Las curvas de tolerancia” Necesitamos convertir la
reducción de nuestra tasa de tolerancia aprendida en una meta colectiva. Lima - Perú. Extraído de:
https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/curvas-tolerancia-cesar-azabache-noticia-ecpm-
669046-noticia/
González, T. (2010). Revista Argentina de Estudios de Juventud. “Ciudad, ciudadanía y
ciudadanos: jóvenes en movimiento”. Buenos Aires - Argentina.
Peláez, M. (2010). Bachillerato General Unificado. Ministerio de Educación. “Para la educación
ciudadana” Necesitamos convertir la reducción de nuestra tasa de tolerancia aprendida en una meta
colectiva. Lima - Perú. Extraído de: https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/curvas-tolerancia-
cesar-azabache-noticia-ecpm-669046-noticia/
Lucas, A. (2011). Sociología. El estudio de la realidad social. España: Universidad de Navarra.
Liazcano, F. (2012). Polis Revista Latinoamericana. “Conceptos de ciudadano, ciudadanía y
civismo” Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca - México. Extraído de:
https://scielo.conicyt.cl/pdf/polis/v11n32/art14.pdf

Real Academia Española (2022). Edición del Tricentenario. Extraído de: https://dle.rae.es/naci
%C3%B3n

Gamio, G. (2021). LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDADANÍA. Ensayos sobre filosofía política.


Pontificia Universidad Católica del Perú Instituto de Democracia y Derechos Humano. Lima - Perú.
Extraído de: https://cdn01.pucp.education/idehpucp/wp-content/uploads/2021/12/01190053/
CONSTRUCCION-CIUDADANA.pdf

Berrios & García (2018). Ciudadanía en conflicto. Santiago - Chile. Extraído de:
https://cdn01.pucp.education/idehpucp/wp-content/uploads/2021/12/01190053/CONSTRUCCION-
CIUDADANA.pdf

Díaz, B (2011). Condiciones para la construcción de ciudadanía. Revista Científica Ciencias


Humanas. Fundación Miguel Unamuno y Jugo - Maracaibo - Venezuela. Extraído de:
https://www.redalyc.org/pdf/709/70919155011.pdf

Statista (2023). Problemas más importantes que afectan a Perú según la opinión pública
en 2023. Lima - Perú. Extraído de: https://es.statista.com/estadisticas/1206719/principales-
problemas-opinion-publica-peru/

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