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Debemos seguir el plan conforme al corazón de Dios para la familia. La cual está
compuesta por el hombre, la mujer y los hijos cada uno de ellos con un rol
importante dentro de la misma.
El varón es cabeza del hogar, protector, proveedor, la mujer debe tener como dice
Proverbios 31 “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa
También tiene un rol la familia frente a otras familias y sus miembros para romper
todo diseño distorsionado y ayudando a otros a encontrar un equilibrio.
Hay muchas familias juntas, pero no hay tiempo para compartir de calidad, puede
haber el manjar o una comida sencilla no podemos compartir con agrado porque
nuestra mente está sujeta a un celular, al trabajo.
Algunas veces ignoramos cosas del hogar pensando que todo está bien, porque no
establecemos espacios para compartir comunicación entre los miembros de la
familia, también debemos tener tiempo propicio que es prioridad de pareja, hay
tiempo que los dos requieren, tiempo de intimidad como pareja para compartir las
experiencias y poder avanzar.
Procuremos diferenciar entre hogar y pareja, no podemos permitir que las cosas
del hogar sean involucradas en la vida íntima de la pareja, por ejemplo, la
habitación es un espacio solo de la pareja y ese lugar no es un lugar donde los
hijos entran, porque es un lugar íntimo, mientras que el resto del espacio fuera de
la habitación es el hogar donde se comparte con los hijos, esto promueve las
relaciones maduras, esas se adquieren con estos espacios y a través del
conocimiento de la palabra de Dios.
Podemos pedirle al Espíritu Santo, que nos escudriñe para que nos revele que
áreas debemos trabajar con el objetivo de poder avanzar, darle ese futuro, ese
propósito o asignación para la cual los hijos vinieron a este mundo.
Las parejas viven etapas que traen componentes que las ayudan a ser maduras,
requiere dedicación disciplina, madurez, determinar el valor a tú cónyuge y a los
hijos entonces no podemos construir un hogar fortalecido.
Debemos formar hogares o repetir lo que hemos visto, hay hogares donde se
replica las conductas de generaciones pasadas, el mismo patrón lo transmiten a su
hogar, son hogares en decadencia, porque no son los patrones de Dios.
Por eso hay tantos divorcios, los hijos sufren porque no hay compañerismo
solamente porque se perdió el valor, la pareja construye juntos el hogar, no son
terceras personas, son los dos, complicidad de los dos.
Debemos tener cuidado con las palabras que le quitamos valor a nuestro cónyuge,
pero no nos damos cuentas que afectamos, condenando, atando, debemos
determinar si somos reproducción de los hogares pasados.
Dios no escatimo porque el quiere estar presente en cada circunstancia, si quieren
ser buenos padres deben ser buenos esposos para generar buenas actitudes en
nuestra familia, identificando cuales son nuestras debilidades, si todavía no hemos
alcanzado la madurez.