Está en la página 1de 10

Construyendo Familias Inconmovibles

INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia, hallamos años específicos que son recorda-


dos por eventos sin precedentes que los caracterizaron y el año 2020
no es la excepción. Este año, será recordado como aquel en que el
mundo entero (o casi todo) se vio involucrado en procesos de aisla-
mientos obligatorios con el fin de mitigar el avance de una pandemia.
Esta realidad nos ha llevado a “quedarnos en casa” por mucho tiempo.
Yo no sé qué te pasó a ti, pero en nuestra familia, durante las primeras
semanas, comenzamos a hacer muchas de las actividades que nunca
realizábamos por falta de tiempo. Limpiamos los roperos, arreglamos
gran parte de nuestro parque, y ordenamos muchos espacios. La reali-
dad fue que al estar tanto tiempo dentro de nuestro hogar, nos dimos
cuenta de todas aquellas cosas que necesitaban reparación, limpieza
u orden.
Así como sucedió con las cosas de nuestra casa, también sucedió en
nuestras relaciones familiares. Un ejemplo en nuestra vida fue que al
igual que muchos otros, comenzamos a ejercer un rol de maestros de

2
Construyendo Familias Inconmovibles

nuestros niños; algo a lo que definitivamente no estábamos acostum-


brados. Así, pareció ser que de un momento a otro nos colocaron den-
tro de una olla a presión. Se comenzaron a notar los conflictos en las
relaciones interpersonales, con nuestros hijos, con nuestros esposos,
esposas, personas del trabajo o amigos.
Durante este tiempo no solo comenzó a hacerse más visible la fric-
ción en las relaciones, sino que también se desató una ola de temor
sobre muchas las familias. Comenzaron a experimentar el miedo a la
muerte, a la enfermedad, al contagio, a la pérdida. De este modo, no
solo nuestras familias sino también nuestra fe fue puesta a prueba. La
confusión fue tal que hasta muchos tuvimos dudas sobre cómo orar
frente a esta situación. ¿Fue esta pandemia obra de Dios?¿Debemos
orar para que se vaya?¿O acaso dejar que suceda?.
Lo que sí podemos estar seguros es que esta situación no tomó a Dios
por sorpresa. El Señor siguió y seguirá gobernando y manifestando su
Reino inconmovible. En su Palabra, Dios dice: “Eso significa que toda la
creación será agitada y removida, para que sólo permanezcan las cosas
inconmovibles” Hebreos 12:27
Por eso, a pesar de toda circunstancia, hemos comprendido que esta
temporada, ha sido un tiempo de sacudirnos y poner a prueba, mu-
chas de las cosas de las que creíamos estar seguros. Muchos de los que
creían que estaban tranquilos, sintieron temores que nunca habían
sentido. Otros, sintieron que en sus familias entró todo en movimien-
to.
Es por eso, que necesitamos construir familias inconmovibles. Para
que en los tiempos que todo a su alrededor sea sacudido, puedan ha-
llarse sólidas que atraviesan con fe las dificultades. Dios estuvo sacu-
diendo la tierra para que aquello que era movible sea quitado y quede
en nosotros una fe inquebrantable.

3
Construyendo Familias Inconmovibles

Una Generación Inconmovible

Frente a lo que nos sucede tenemos dos opciones: Por un lado, pensar
que Dios dejó de ser bueno con nosotros y elegir abandonar nuestra fe
en Él, dejando que nuestras relaciones también sean quebradas, o por
otro lado, podemos elegir verlo como una oportunidad. Si Dios va a
sacudir la tierra quitando todo lo movible, primero va a comenzar con
su Casa, con su Iglesia, con mi vida y con mi familia.
¿Por qué estamos hablando de familias inconmovibles? Porque la Pa-
labra dice que la oscuridad en el mundo irá en aumento. Lo que como
padres y maestros estamos viviendo es solo el inicio de lo que nues-
tras futuras generaciones deberán enfrentar. Aún así, esta realidad no
es para generar temor, porque Dios dice también, que a pesar que el
amor de muchos se enfriará, habrá una Iglesia que permanecerá ge-
nuina y vivirá lo que cree (Mateo 24:13-13). Y esa será la generación de
nuestros hijos.
Para ellos no será suficiente simplemente vivir hábitos cristianos como
orar antes de dormir o asistir a la escuela dominical. Porque a medida

4
Construyendo Familias Inconmovibles

que la oscuridad aumente, la Luz de Cristo a través de sus hijos irá en


aumento e iluminará hasta la más densa noche. Lo que necesitamos
es entonces trabajar y entrenar a nuestros niños y a las generaciones
de nuestras iglesias para que ellos tengan una fe inquebrantable.
Dios tiene un plan eterno. Sin embargo, muchas veces deseamos más
que Dios se acomode a los nuestros que nosotros alinearnos al suyo.
Queremos un Dios que venga a cumplir mis sueños y a suplir todas
mis necesidades y deseos; un Dios que está a mi servicio. Sin embargo,
aún creyendo que Dios es soberano y bueno con nosotros donde él
conoce cada uno de los detalles de nuestra vida, nuestra visión como
sus hijos es ser parte de SU plan. Esa es nuestra mayor honra y pleni-
tud. Y para eso, necesitamos saber qué es lo que Él está haciendo. En
este tiempo Dios está permitiendo que la tierra sea sacudida para que
cada uno de nosotros desarrolle una fe inconmovible, así quitar todo
lo excedente y que lo verdadero y lo genuino permanezca.

¿Cómo construir una fe inquebrantable en esta generación?

Lo primero que debemos entender es que todos somos llamados a


formar una generación inconmovible. Si estás leyendo estas páginas
es porque entonces, con aún más evidencia has sido llamado para eso.
Aunque por mucho tiempo el trabajo con niños en las congregacio-
nes ha sido tenido en poco, creemos que se levanta una Iglesia con
entendimiento que confía que esta generación de niños vivirá una fe
genuina que vive lo que cree y que será reconocida como una genera-
ción inconmovible.

1. La fe inquebrantable se hereda
“Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que prime-
ro estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe
sigue firme en ti” 2 Timoteo 1:5 NTV.
Para que los niños puedan heredar una fe inquebrantable, tienen que
verla y reconocerla primero en nosotros. El mayor motor de aprendi-
zaje de un niño es por lo que experimenta. Como padres, podemos

5
Construyendo Familias Inconmovibles

hablarles muchas veces, pero en última instancia ellos aprenderán de


lo que hacemos. Por eso, para ser consciente de lo que nuestros niños
están aprendiendo, hazte estas preguntas: ¿Cuál es mi primer fuente
de consulta ante un problema?¿Es El Señor a quién acudo primero?.
Recuerda; con cada acción, les estás enseñando a tus niños las priori-
dades que tienes y esas prioridades serán las que heredarán.
Cuando nosotros enseñamos una excelente clase, estamos hablan-
do desde lo que sabemos, pero nuestros niños serán transformados
cuando nosotros importamos de lo que somos. Eso significa dar de lo
que yo tengo. Es ahí, cuando nuestras palabras se convierten en vivas
y eficaces, capaces de cambiar toda realidad. Esta generación necesita
maestros que vivan la verdad, que estén arraigados en ella y que real-
mente crean en lo que Dios puede hacer.
Para encender la fe de nuestros niños, Dios precisa primero encender
nuestra fe como maestros y padres. Debemos estar llenos de su vi-
sión, entendiendo que esta es una generación que lo va a experimen-
tar de verdad y que van a vivir una fe inamovible, una FE NO FINGIDA.

2. Hábitos que reflejen mi fe


“(...) ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril? (...) Ya lo ves:
Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección
por las obras que hizo” Santiago 2:20-22 NVI.
“Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta a fin
de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos” Jeremías
32:39
Hay bendición sobre nuestros hijos cuando hay coherencia entre lo
que pensamos y lo que hacemos. Si tu fe y tu conducta van unidas,
podrás disfrutar de un fruto de la fe. Por eso, necesitamos desarrollar
hábitos que reflejen esa fe.
Los hábitos son el reflejo de lo que valoramos. Es decir, aquello en lo
que invierto tiempo y aquello que es importante, es lo que dirige los
hábitos que haré día a día. Por eso, necesitamos desarrollar hábitos

6
Construyendo Familias Inconmovibles

que mantengan coherencia entre nuestra fe, nuestros pensamientos y


nuestra conducta. Este tiempo de ser sacudidos es para que podamos
comenzar a unir nuestra fe con nuestra conducta.
¿Cuáles son los hábitos que ven tus hijos en ti?¿Refleja coherencia en-
tre tu fe y tu conducta?¿Reflejan tus hábitos lo que le enseñas a tus
hijos?. Estas preguntas, lejos están de querer traer un juicio sobre ti,
lo que anhelamos que el Espíritu Santo te revele que es necesario que
haya una coherencia entre lo que crees y lo que vives porque eso trae-
rá bendición a tu familia y a tus hijos.
Necesitamos generar hábitos coherentes con lo que valoramos. So-
lamente cuando nosotros logremos vivir lo que creemos, nuestra
familia y nuestros hijos podrán ser ascendidos en una fe verdadera,
genuina. Si como maestros podemos vivir en el día a día aquello que
enseñamos, eso que enseñamos va a traspasar el conocimiento y será
sembrado realmente en la vida de cada uno de los niños.
Este es un tiempo para preguntarnos qué es lo que verdaderamen-
te creemos. Es la oportunidad de recalcular hacia dónde queremos ir
como familia. Qué es lo verdaderamente importante en nuestra casa,
cómo queremos que sean nuestras relaciones y poder dar nuestra
vida para construir eso.

7
Construyendo Familias Inconmovibles

CONCLUSIÓN

Una generación inconmovible es gestada en familias y congregaciones


inconmovibles. Por eso, para finalizar este libro digital quiero presen-
tarte el siguiente ejercicio práctico. No es un ejercicio para realizarlo y
olvidarse. No tiene que ver con respuestas correctas e incorrectas. Lo
que vas a leer a continuación es un desafío de un proceso. Uno que te
conducirá a encontrar qué es lo que Dios está esperando de ti, de tu
familia y que te guiará a ser ese instrumento para levantar e instruir a
una generación en lo que Dios habló sobre ellos.

Pon en práctica
1) Escribe los valores que como familia poseen o quisieran añadir para
ser inconmovibles en el propósito de Dios. Asígnale un nombre y una
descripción de lo que ese valor significa. Te recomiendo que puedas
escribir entre tres y cinco, aunque pueden ser más o menos, según
Dios te guíe.

8
Construyendo Familias Inconmovibles

2) Escribe cómo cada uno de esos valores se verían reflejados en accio-


nes concretas en tu vida diaria familiar.
3) Ubica esas actividades en la rutina diaria de la familia. ¿Cómo las
llevarían a cabo?
4) Haz un listado sobre los valores que fundamentan tu fe. Siguiendo
los criterios del punto uno, anótalos y establece una definición para
ellos. Busca sobre ellos en la Palabra. Enriquece lo que escribiste con
pasajes.

Que esto que has escrito sea el sustento a donde llevar


tus pensamientos cuando las circunstancias de tu vida
y de lo que sucede a tu alrededor quieren moverte de lo
inconmovible de Dios.

9
www.ttl-training.com

También podría gustarte