Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Etiología Del Vértigo
Etiología Del Vértigo
EMC - Otorrinolaringología 1
Volume E – 20-200-A-10 2012
doi:10.1016/S1632-3475(12)60865-0
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
2 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
A B C
Figura 1. Canalolitiasis del conducto semicircular (CS) posterior derecho. Corrientes endolinfáticas creadas por la maniobra de
Dix-Hallpike derecha (según Sauvage, 2010).
A. La litiasis (1) está bloqueada en contacto con la cúpula.
B. Colocación del paciente en decúbito, maniobra de Dix-Hallpike con la cabeza girada 45◦ a la derecha: bajo el efecto de la gravedad,
la litiasis crea una corriente ampulífuga (para los CS verticales, las corrientes ampulífugas son excitadoras).
C. Retorno a la posición sentada. La litiasis se dirige en sentido inverso, creando una corriente ampulípeta (inhibidora).
EMC - Otorrinolaringología 3
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
1
1
1
5
2
3 4
1
A B C D
Figura 2. Canalolitiasis del conducto semicircular (CS) lateral derecho. Principio de las maniobras provocadora y liberadora (Brandt,
1999) (según Sauvage, 2010). 1. Utrículo.
A. Paciente en decúbito supino, visto desde el vértex. Línea inferior: representación del CS derecho, litiasis en 2.
B. Con la rotación de la cabeza de 45◦ hacia la derecha, la litiasis migra hacia la ampolla (3), creando una corriente ampulípeta excitadora
y, por tanto un nistagmo geótropo que bate hacia el oído derecho.
C. Con la rotación de la cabeza hacia la izquierda, la litiasis migra a 4, creando una corriente ampulífuga inhibidora con nistagmo horizontal
que bate en esta ocasión hacia la izquierda (también geótropa) (4).
D. Maniobra liberadora: la rotación de la cabeza se continúa hacia el lado sano (90◦ ); la litiasis migra a 5 en el utrículo, donde se elimina.
1 1
1
A B C D
Figura 3. Cupulolitiasis del conducto semicircular (CS) lateral derecho (Brandt, 1999). Maniobra provocadora (según Sauvage, 2010).
1: utrículo.
A. Litiasis adherida a la cúpula.
B. Rotación de la cabeza de 45◦ hacia la derecha y colapso de la cúpula bajo el efecto de la gravedad, que provoca una corriente
endolinfática ampulífuga que determina un nistagmo antigeótropo que bate hacia la izquierda (hacia el oído más alto).
C. Cuando la cabeza se gira 90◦ hacia la izquierda, la cupulolitiasis deforma la cúpula hacia el otro sentido (corriente ampulípeta).
D. Maniobra liberadora dirigida a transformar la cupulolitiasis en canalolitiasis.
una correlación entre estas observaciones y el cuadro movimiento de rotación de la cabeza a un lado y después
clínico del VPPB, de modo que los depósitos basófi- al otro. Esta maniobra puede desencadenar un nistagmo
los corresponden a la caída de otolitos utriculares en la horizontal geótropo (que bate hacia el oído más bajo) o
cúpula del CS posterior; esta nueva entidad se denominó ageótropo (que bate hacia el oído más alto): estos nistag-
«cupulolitiasis» del CS posterior. Dos décadas después, mos se atribuyen respectivamente a una canalolitiasis y a
basándose en observaciones intraoperatorias, Parnes et al. una cupulolitiasis del CS lateral (Figs. 2 y 3).
[13]
describieron la presencia de partículas aisladas atri-
buidas a otolitos «flotantes» en la endolinfa; después, VPPB del conducto semicircular anterior
propusieron el concepto de «canalolitiasis», es decir, de
El VPPB del CS anterior corresponde a un cuadro clí-
otolitos libres en el CS posterior.
nico descrito con menos frecuencia, que puede aparecer
de forma transitoria tras una maniobra fisioterápica libe-
VPPB del conducto semicircular lateral radora de una canalolitiasis del CS posterior [16] . Parece
El cuadro clínico del VPPB del CS lateral fue descrito observarse con más frecuencia en un contexto postraumá-
por primera vez por McClure en 1985 [14] . La sintoma- tico. El vértigo posicional también es transitorio, tras una
tología descrita es superponible a la del VPPB del CS latencia de varios segundos y aparece durante la rotación
posterior, pero el vértigo es más intenso y su duración de la cabeza; además, el paciente describe en ocasiones
es más prolongada [15] . La maniobra provocadora consiste una sensación de inestabilidad en bipedestación, que des-
en colocar al paciente en decúbito supino e inducir un aparece en decúbito. Desde el punto de vista clínico, la
4 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
Etiopatología
Parece corresponder a una afectación inflamatoria del
nervio vestibular. Los trabajos histopatológicos de Schuk-
necht y Kitamura [17] han demostrado una degeneración
subtotal o total del nervio vestibular, mientras que las
estructuras de los conductos y del utrículo del oído
interno eran normales. El origen viral (virus neurótropos
A de la familia herpes) es el más señalado, por una parte
debido al carácter a menudo epidémico y recidivante de
la sintomatología y, por otra, basándose en los trabajos
histopatológicos de Gacek [23, 24] , que han demostrado la
presencia de una degeneración axonal parcial del nervio
vestibular y de las células ganglionares de los ganglios de
Scarpa. Se ha descrito que las lesiones situadas en dichos
ganglios eran similares a las observadas en el modelo ani-
B mal de la ganglionitis herpética: aumento del número de
Figura 4. Canalolitiasis del conducto semicircular (CS) anterior células inflamatorias y de los depósitos basófilos entre las
(según Sauvage, 2010). Nistagmo con un componente vertical células ganglionares.
inferior y torsional antihorario (canalolitiasis derecha, A) y horaria Los déficits vestibulares periféricos bilaterales, con audi-
(canalolitiasis izquierda, B). ción normal, pueden manifestarse de entrada en ambos
lados o de forma secuencial. En este caso, el déficit afecta
maniobra de Dix-Hallpike del lado no sintomático desen- por separado a cada oído alternativamente, en un período
cadena un nistagmo transitorio vertical hacia abajo, con de tiempo que puede varias de varios meses a varios
un componente torsional que se invierte en posición sen- años. En alrededor del 50% de los casos, la etiología
tada (Fig. 4). es desconocida. Hay varios factores etiológicos, como la
exposición a sustancias neurotóxicas, las enfermedades
inmunológicas o sistémicas (hipertensión arterial, diabe-
Déficit vestibular periférico tes, hipotiroidismo) podrían intervenir en la aparición de
una vestibulopatía de entrada bilateral [18] .
Anamnesis
El déficit vestibular periférico brusco, denominado neu-
ronitis o neuritis vestibular, neurolaberintitis o neuropatía Déficit cocleovestibular
vestibular, se caracteriza por la aparición brusca de un
vértigo rotatorio intenso, que asocia náuseas, vómitos, Puede manifestarse de forma brusca, progresivamente,
una gran inestabilidad de la marcha e incluso la apari- ser uni o bilateral de entrada o hacerse bilateral en una
ción de una ataxia completa. El déficit vestibular periférico segunda etapa.
brusco constituye alrededor del 5-6% de las etiologías de Desde el punto de vista auditivo, una hipoacusia brusca
los cuadros de vértigo en una consulta otoneurológica. o progresiva puede asociarse o no a acúfenos. Desde el
Los primeros síntomas aparecen a menudo varios días o punto de vista vestibular, puede manifestarse por vértigo
varias semanas después de una infección viral banal de rotatorio, inestabilidad de la marcha y sensación de ebrie-
las vías aerodigestivas superiores. El cuadro clínico no se dad. Los síntomas suelen asociarse a náuseas y vómitos.
acompaña de signos auditivos ni de signos neurológicos. En el caso de una lesión lentamente progresiva, como el
Los síntomas disminuyen de forma progresiva y desapare- desarrollo de un neurinoma del VIII nervio craneal, la
cen después de varios días o semanas. La sintomatología sintomatología vestibular suele estar ausente, con predo-
puede aparecer de forma aislada o ser recidivante [17] . minio de la sintomatología auditiva. Puede manifestarse
Puede ser unilateral, bilateral de entrada o aparecer de en primer lugar por un acúfeno, una disminución pro-
forma secuencial, alternativamente de un lado y después gresiva de la audición e incluso por una sordera brusca
del otro. transitoria.
En caso de déficit vestibular bilateral, la inestabilidad Existen muchas etiologías posibles de un déficit
puede ser permanente o revelarse sólo en las situaciones cocleovestibular: infecciosa, ototóxica, autoinmunitaria,
donde la información visual sea mediocre o esté ausente postraumática, congénita y tumoral. El diagnóstico se
(oscuridad, niebla, etc.) [18] . En algunos casos, el paciente basa en la anamnesis, la exploración física, el estudio
también refiere oscilopsia al leer (lectura de un cartel otoneurológico, las pruebas complementarias (análisis de
mientras camina por la calle) [19] . sangre de los marcadores de la inflamación, inmunológi-
cos y serológicos), así como en los datos de la RM cerebral.
Estudio clínico Dependiendo de la etiología, el estudio otoneurológico
muestra un déficit cocleovestibular de origen endococlear
La exploración vestibular clínica y la videonistagmogra- o bien un déficit de origen retrococlear.
fía muestran un nistagmo espontáneo deficitario, que bate
hacia el oído sano. En la fase inicial del déficit, el nistagmo
espontáneo corresponde al grado III de la clasificación de Etiologías infecciosas
Alexander. Disminuye de forma progresiva de intensidad, Son las infecciones virales y bacterianas, incluidas la sífi-
para acabar por desaparecer después de unos días o varias lis y la tuberculosis. El origen de la infección puede situarse
semanas [11, 20] . La exploración calórica bitérmica muestra directamente a nivel del oído interno o corresponder a las
una hiporreflexia o una arreflexia vestibular del lado del complicaciones de una otitis media (sobreinfección de un
oído lesionado. La afectación de la función otolítica puede colesteatoma) o de una meningitis. La infección también
evaluarse por la medición de la vertical subjetiva y de la puede localizarse a nivel del nervio cocleovestibular. El
del reflejo saculocólico. La vertical subjetiva se desvía del déficit cocleovestibular suele ser unilateral.
lado afectado en más del 50% de los casos [21] y el reflejo Desde el punto de vista histopatológico, se distingue
saculocólico está ausente en caso de lesión de la función entre laberintitis tóxica y supurativa [25] . La laberintitis
sacular [22] . tóxica corresponde a las lesiones inflamatorias provocadas
Se puede realizar una RM en caso de alteraciones clí- por las toxinas bacterianas. En las formas leves, las lesiones
nicas o electrofisiológicas, para descartar en especial un del oído interno son transitorias y permiten una recupe-
accidente vascular cerebeloso o incluso un neurinoma. ración funcional total o subtotal. En las formas graves, las
EMC - Otorrinolaringología 5
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
6 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
A B
C D
E
Figura 5. Fractura del peñasco. Imágenes tomográficas.
A, B. Fractura transversal del peñasco derecho.
C, D. Fractura transversal bilateral.
E. Fractura longitudinal del peñasco derecho.
facial. Es posible observar una equimosis mastoidea tardía. traumatismo. También se han descrito déficits vestibu-
Debe realizarse un estudio ORL, neurológico y mediante lares periféricos, sin signos auditivos, después de un
TC. traumatismo craneal [52] .
La TC permite identificar las fracturas transversales, que Hay que distinguir las afectaciones inmediatas con
atraviesan el peñasco en perpendicular a su eje mayor y vértigo intenso prolongado, como las de las fractu-
que suelen asociarse a lesiones del oído interno y a una ras translaberínticas, y las afectaciones secundarias, que
afectación del nervio facial, así como las fracturas longi- deben hacer que se descarte una fístula postraumática
tudinales, que siguen el eje mayor de la pirámide petrosa, o una contusión/conmoción laberíntica, que justifican
con un trazo de fractura paralelo al eje del peñasco. Estas realizar una exploración de la función vestibular lo más
últimas son más frecuentes y menos peligrosas para el precoz posible, para determinar la magnitud del défi-
laberinto. Provocan un hemotímpano, una lesión del CAE cit inicial, debido a las posibles implicaciones cuando la
y, desde el punto de vista funcional, una hipoacusia de imputabilidad del traumatismo respecto a los síntomas se
transmisión (Fig. 5). plantea de forma secundaria.
Una contusión laberíntica, en el contexto de un meca-
nismo de aceleración-desaceleración, puede ocasionar Latigazo cervical
una disfunción coclear y/o vestibular, en la mayoría de El fenómeno del latigazo cervical implica un meca-
las ocasiones de tipo parcial, y puede producirse des- nismo brusco de desaceleración de la cabeza y de la nuca,
pués de un intervalo de horas o días, según el tipo de sin traumatismo craneal.
EMC - Otorrinolaringología 7
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
8 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
aplasia de los CS en la TC es especialmente sugestiva. Sin Las leucemias pueden causar una hipoacusia bilateral
embargo, en algunos de estos niños se ha demostrado la y trastornos del equilibrio por infiltración leucémica o
existencia de una función otolítica [63] . hemorragia intralaberíntica.
La displasia de Mondini se caracteriza por una mal- La función cocleovestibular también puede lesionarse
formación ósea y membranosa del oído interno en el en el contexto de la evolución de los linfomas malignos no
que el déficit funcional depende del grado de afectación Hodgkin o Hodgkin. Las lesiones destructivas y los focos
cocleovestibular. Aparte de la hipoacusia, que suele ser hemorrágicos debidos a la infiltración tumoral provocan
progresiva, puede haber vértigo e inestabilidad, a menudo una disfunción cocleovestibular.
compensada, pero que puede manifestarse después de un En los estadios avanzados del mieloma múltiple, la
traumatismo craneal o de un barotraumatismo. Esta mal- función cocleovestibular también puede verse afectada y
formación puede aparecer de forma aislada y ser uni o manifestarse por un déficit cocleovestibular progresivo.
bilateral [64] . Sin embargo, este último puede ser el primer signo clínico
Una dilatación del acueducto vestibular, cuando es una de la enfermedad sistémica.
malformación aislada [65] , se manifiesta desde el punto de
vista clínico por una hipoacusia neurosensorial desde la
infancia. Puede evolucionar de forma progresiva o por eta- Enfermedad de Menière
pas. La audiometría tonal puede hacer que se sospeche
una hipoacusia de transmisión. Sin embargo, este com- La enfermedad descrita por Menière corresponde a la
ponente de intervalo aéreo-óseo se atribuye al efecto de tríada clásica, que consta de un vértigo de aparición
«tercera ventana» [66] . La hipoacusia se asocia en ocasiones brusca, de varias horas de duración, acompañado de náu-
a episodios de vértigo que pueden simular una enferme- seas, e incluso de vómitos, acúfenos y una hipoacusia
dad de Menière. La malformación suele ser bilateral. La fluctuante, a menudo asociada a una sensación de ple-
dilatación de los acueductos vestibulares obliga a buscar nitud ótica y a diploacusia [70] . La enfermedad de Menière
un bocio (síndrome de Pendred). se atribuye a un trastorno de la homeostasis del espacio
La TC de los peñascos demuestra las anomalías mor- endolinfático del oído interno, que puede provocar un
fológicas y se recomienda una consulta de genética hídrops. La crisis vertiginosa evoluciona de forma paro-
especializada. xística. La sensación de plenitud ótica puede anunciar
la crisis o aparecer de forma aislada. Durante la crisis de
vértigo, la dirección del nistagmo puede variar y ser con-
Etiologías tumorales tralateral o homolateral al oído afectado.
El neurinoma del acústico es el tumor más frecuente del La incidencia de la enfermedad de Menière es muy difí-
ángulo pontocerebeloso [25] . Es unilateral en el 95% de los cil de apreciar: según los autores, varía del 0,1 al 0,5‰.
casos y se manifiesta en primer lugar por una hipoacusia La audiometría tonal muestra un déficit fluctuante de
progresiva y un acúfeno. El vértigo puede aparecer en una tipo perceptivo en las frecuencias graves. Durante la evo-
fase más tardía del cuadro clínico, asociado a otros signos lución, la curva audiométrica tiende a horizontalizarse.
neurológicos. Pueden existir todos los tipos de vértigo: La curva de inteligibilidad concuerda con la audio-
inestabilidad, crisis vertiginosa intensa (que sugiere una metría tonal. La positividad de las pruebas osmóticas
neuronitis), crisis de vértigo reiteradas (que evocan una (ingestión de glicerina), es decir, una mejoría de los
enfermedad de Menière), vértigo posicional (sugestivo de umbrales superior a 15 dB en tres frecuencias consecuti-
un VPPB). vas, apunta hacia el diagnóstico de hídrops endolinfático.
En el 5% de los casos, el neurinoma es bilateral y repre- La enfermedad de Menière se diagnostica con más fre-
senta una manifestación de la neurofibromatosis. Cuando cuencia en adultos de mediana edad, pero puede aparecer
el neurinoma es intralaberíntico, también puede simular a cualquier edad.
los síntomas de la enfermedad de Menière [67] . La exploración intercrítica puede ser normal o mostrar
El proceso diagnóstico consiste en una audiometría sub- un déficit coclear y/o vestibular del lado del oído afectado.
jetiva y objetiva, una impedanciometría, la medición del La bilateralización de la afectación puede producirse en
reflejo saculocólico y una electro o videonistagmografía. el 10-30% de los casos después de varios años.
El diagnóstico se confirma por una RM cerebral. Las crisis de Tumarkin, o catástrofes otolíticas, son bre-
En el estudio otoneurológico, el neurinoma puede ves, sin pródromos y suelen aparecer después de varios
manifestarse por una hipo o arreflexia, mientras que la años de evolución. Se caracterizan por una caída súbita,
normalidad de la función de los conductos es menos fre- sin pródromos ni pérdida del conocimiento.
cuente [68, 69] . El incremento del tamaño tumoral puede La forma de Lermoyez se caracteriza por una mejoría
provocar signos cerebelosos por compresión del tronco de la audición durante la crisis vertiginosa («vértigo que
del encéfalo. hace oír» o «vértigo que devuelve la audición»).
El meningioma representa alrededor del 6% de los
tumores del ángulo pontocerebeloso
El colesteatoma primario y el tumor glómico también Fístula perilinfática
pueden invadir progresivamente el laberinto y provocar
una hipoacusia y vértigo. La sintomatología es deficitaria Las fístulas perilinfáticas consisten en una comu-
y unilateral. nicación anómala entre el compartimento líquido
Las siguientes etiologías son excepcionales y suelen perilinfático del oído interno y el oído medio. La perilinfa
corresponder a diagnósticos de imagen en un contexto sale al oído medio a través de una dehiscencia, congénita
general. o adquirida, sobre todo en un contexto de traumatismo
Las metástasis óseas de algunos cánceres (mama, que provoca una fractura de la platina del estribo o una
pulmón, riñón, estómago, laringe, próstata y tiroides) ruptura de la membrana de la ventana redonda.
también pueden localizarse a nivel del hueso temporal. La sintomatología se manifiesta en ocasiones por un
Los síntomas dependen de su lugar de implantación: vértigo durante una maniobra de Valsalva (p. ej., sonarse
hipoacusia neurosensorial, vértigo, parálisis facial. la nariz) o en presencia de ruidos intensos (fenómeno de
La carcinomatosis meníngea es la invasión del espacio Tullio). Puede aparecer una hipoacusia progresiva en el
subaracnoideo por células cancerosas, que destruyen los lado del oído lesionado.
nervios cocleovestibulares y también pueden invadir en Desde el punto de vista clínico, la estimulación del
ocasiones los laberintos. Desde el punto de vista clínico, CAE por presión puede provocar una respuesta nistágmica
existe una hipoacusia uni o bilateral, así como una ataxia (signo de Hennebert), asociada a una inestabilidad en la
si la afectación vestibular es unilateral. plataforma de posturografía.
EMC - Otorrinolaringología 9
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
La audiometría posicional de Frazer permite comparar neurológicas, la proporción de lesiones vasculares tam-
las curvas registradas en posición sentada y en decúbito bién varía según el tipo de reclutamiento de los
lateral sobre el lado sano; esta prueba es positiva si se pacientes, pero aumenta claramente con la edad de
obtiene una variación de los umbrales de al menos 10 dB los pacientes. El síntoma «vértigo» está presente en
en dos frecuencias. La TC de los peñascos permite mos- alrededor de dos tercios de los accidentes vasculares
trar un neumolaberinto. La disminución progresiva de la vertebrobasilares [76] y puede ser su único síntoma [78] .
audición es una indicación para la exploración quirúrgica En cuanto a la presencia de vértigo o de ines-
del oído medio con el fin de visualizar la dehiscencia y tabilidad postural, están presentes en la inmensa
rellenarla. La decisión de realizar una intervención qui- mayoría de los accidentes isquémicos del territorio
rúrgica se basa en el antecedente del traumatismo causal, vertebrobasilar [76] . La frecuencia de los accidentes isqué-
en los signos cocleares (acúfenos, plenitud ótica, hipoa- micos transitorios en el territorio vertebrobasilar (y, por
cusia), la aparición de vértigo durante los estornudos, de tanto, de una sintomatología que dura menos de 24 horas)
tos o de maniobras que aumentan la presión intracraneal es de 4/100.000 habitantes por año [79] . La detección de
(maniobra de Valsalva). estos accidentes isquémicos transitorios vertebrobasilares
también es relevante debido a su carácter predictivo de
accidentes vasculares definitivos del tronco del encéfalo,
Dehiscencia de los conductos cuya mortalidad es especialmente elevada [76] . A pesar de
esta incidencia baja respecto a las otras etiologías de vér-
semicirculares anterior y posterior tigo, considerar la hipótesis del origen vascular de un
síndrome vestibular es en la actualidad una de las mejo-
La descripción clínica inicial del síndrome de la dehis-
res actitudes que puede adoptar un médico, pues permite
cencia del CS anterior [71, 72] consta de hipoacusia del lado
la detección y el tratamiento de factores de riesgo vascu-
del laberinto lesionado asociada a vértigo, oscilopsia e
lar y debería contribuir a reducir en un 40% los 130.000
inestabilidad, que se desencadenan durante la emisión de
accidentes cerebrovasculares (ACV) que se producen en
sonidos o de ruidos de frecuencias bajas (fenómeno de
Francia, por ejemplo, de los que un tercio corresponde a
Tullio), así como durante los cambios de presión intracra-
menores de 65 años.
neal y de presión en el oído medio (maniobra de Valsalva).
El signo de Hennebert es positivo y la audiometría tonal
muestra una hipoacusia de transmisión compatible con Semiología clínica
una otosclerosis [64] . Sin embargo, el reflejo estapedial
está presente en la impedanciometría. El estado otoló- Los síndromes vestibulares centrales presentan, por una
gico durante la timpanometría exploradora muestra una parte, los síntomas y signos vestibulares y, por otra, los
movilidad normal de la cadena osicular. También se han síntomas y signos asociados en los síndromes secundarios
descrito algunos pacientes que presentan una dehiscencia a la afectación de estructuras vecinas.
del CS anterior, pero sin sintomatología vertiginosa [73] . El
diagnóstico se confirma en todos los casos por las imáge- Vértigo
nes de TC de alta resolución de los peñascos, con cortes
No existe una sensación vertiginosa específica de una
finos perpendiculares y tangenciales al eje del CS anterior
afectación central, sino asociaciones más frecuentes. El
(Fig. 6).
carácter rotatorio o lineal no permite en absoluto orientar
Desde el punto de vista fisiopatológico, la hipoa-
más hacia una etiología central o periférica. La dirección
cusia de transmisión se debería a la dehiscencia, que
lateral del vértigo orienta hacia un origen laberíntico o
desempeñaría el papel de una tercera ventana móvil a
inmediatamente en la entrada de las vías vestibulares en
nivel del oído interno [73] . La dimensión variable de la
el tronco del encéfalo (cf infra los síndromes de las arte-
dehiscencia podría explicar la heterogeneidad de la sin-
rias cerebelosas antero y posteroinferiores). En cambio, la
tomatología auditiva y/o vestibular [74] .
sensación vertiginosa con ilusión de movimiento verti-
La dehiscencia del conducto semicircular posterior
cal es con más frecuencia de origen central, al igual que
(Fig. 7) es una entidad infrecuente, que se asocia a menudo
sucede con las direcciones no sistematizadas. Como se ha
a otras malformaciones del oído, como una atresia auri-
mencionado anteriormente, el vértigo puede ser el único
cular, una malposición del bulbo de la yugular o una
síntoma de una lesión de las estructuras vestibulares neu-
displasia fibrosa del hueso temporal. Los síntomas cocleo-
rológicas.
vestibulares son similares a los de la dehiscencia del CS
El modo de instauración no aporta mucha más informa-
anterior [75] .
ción. Una aparición aguda puede deberse a una neuritis,
una crisis de Menière o un VPPB, pero también a un
ACV o a un conflicto vasculonervioso. Una instaura-
ción progresiva puede ser tóxica, tumoral, degenerativa
Síndromes vestibulares o inflamatoria, tanto a nivel laberíntico como a nivel
del sistema nervioso central (SNC). Una sintomatología
centrales continua puede deberse a factores ototóxicos, pero, en
ausencia de éstos, hay que pensar en un origen sobre todo
Los elementos semiológicos que permiten sospechar
central o psicológico. La crisis única puede ser laberíntica
enseguida al clínico la existencia de una afectación cen-
o isquémica a nivel del SNC. Las crisis reiteradas que apa-
tral (no laberíntica) del sistema vestibular se detallan a
recen durante varios meses e incluso varios años suelen
continuación.
ser sobre todo de origen laberíntico, porque los acciden-
tes isquémicos transitorios evolucionan de forma más
grave.
Frecuencia relativa de las etiologías Los cuadros neurológicos de vértigo pueden modularse
centrales de los vértigos por los cambios de posición, sobre todo con un incre-
mento del nistagmo vertical cuando la fase lenta está en la
Depende del tipo de reclutamiento de los pacientes. dirección de la gravedad. Esto se debe al efecto de modu-
Los cuadros de vértigo relacionados con enfermedades lación ejercido por el sistema otolítico. El vértigo suele
del sistema nervioso central constituyen el 10-15% de ser menos intenso y menos paroxístico que en el VPPB.
todas las afecciones vertiginosas [76, 77] , lo que supone una El diagnóstico diferencial se establece entre los conflictos
frecuencia mayor que la de la enfermedad de Menière vasculonerviosos (infrecuentes), las fístulas, la enferme-
o de las neuritis vestibulares. Entre estas etiologías dad de Menière y las lesiones centrales situadas entre los
10 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
C D
Figura 6. Dehiscencia del conducto semicircular (CS) anterior izquierdo. Proyecciones tomográficas tangenciales (A, B) y ortogonales
(C, D) respecto al eje del CS (B, D: CS, lado derecho [normal]).
B
Figura 7. Dehiscencia del conducto semicircular (CS) anterior izquierdo. Proyecciones tomográficas tangencial (A) y perpendicular (B)
en el eje del CS anterior izquierdo.
núcleos vestibulares y las estructuras floculonodulares. periféricas. Los cuadros de vértigo paroxístico posiciona-
Existe una zona significativa de solapamiento entre los les benigno de tipo CS lateral pueden presentar ambas
cuadros de vértigo posicional periféricos y centrales. Hay peculiaridades.
algunos elementos que orientan más hacia un origen
central: Nistagmos vestibulares centrales
• un nistagmo persistente sin vértigo;
La identificación correcta de un nistagmo desempeña
• un nistagmo vertical puro, que no se bloquea por la
un papel esencial en el diagnóstico diferencial entre la
fijación o torsional;
afectación laberíntica o neurológica del sistema vestibular
• un nistagmo que no corresponde al plano del CS esti-
(Fig. 8).
mulado;
• una frecuencia baja y estable, no fatigoso y sin latencia; Nistagmo vertical superior
• vómitos posicionales sin nistagmo intenso [80] . En la mayoría de los casos, las lesiones causantes de
Hay que recordar que el carácter ageótropo del nis- un nistagmo vertical superior son bilaterales, de gran
tagmo y una duración superior a 1 minuto no son tamaño y se localizan a nivel de la porción superior
elementos diferenciadores entre las etiologías centrales y de la protuberancia, aunque una lesión más limitada
EMC - Otorrinolaringología 11
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
paramedial puede afectar a los dos fascículos del tegmento Nistagmo de la oftalmoplejía internuclear
ventral (tracto tegmental ventral [VTT]) a nivel de su decu- La oftalmoplejía internuclear (OIN) se debe a la lesión
sación. Este nistagmo aumenta en la mirada hacia arriba. del FLM, que constituye el soporte de las conexiones entre
Está modulado por aferencias de origen otolítico, a los núcleos vestibulares y los núcleos oculomotores. Los
menudo con un nistagmo más amplio en posición sen- signos clínicos más evidentes se deben a la interrupción
tada que en bipedestación. Es un efecto secundario de de las interconexiones entre los núcleos oculomotores y,
muchos anticomiciales. Los agonistas del GABA (clona- en especial, entre los núcleos de los nervios craneales VI
zepam y baclofeno) pueden reducir la amplitud de este y III, que se encargan de la conjugación de los movi-
nistagmo. mientos oculares de ambos ojos. El núcleo del VI, que
inerva el músculo recto lateral homolateral, es el punto
Nistagmo vertical inferior de partida del flujo excitador de las motoneuronas del
músculo recto medial del lado opuesto, que es responsa-
Un nistagmo vertical inferior se debe a una hiperacti-
ble de la aducción del ojo contralateral. Por tanto, una
vidad de los reflejos vestibulooculares (RVO), que eleva
lesión de esta conexión provoca una paresia del mús-
los globos oculares respecto a los RVO que los descien-
culo recto medial y una incapacidad de mantener este
den. Por tanto, podría deberse a una alteración de los RVO
ojo en aducción o, si la paresia es menor, sólo una ralen-
producidos en los CS posteriores, por ejemplo, a nivel de
tización de este movimiento de aducción. Esta paresia
los fascículos longitudinales mediales (FLM), que están
del movimiento de aducción provoca una estrategia de
muy próximos, por lo que pueden afectarse por una lesión
corrección del sistema oculomotor con aumento de la esti-
única. Sin embargo, esta lesión reduce la ganancia de los
mulación del par muscular, que induce una hipermetría y
RVO procedentes de los CS anteriores y posteriores, sin
un nistagmo del ojo en abducción, que persiste mientras
que se produzca un nistagmo vertical, porque los reflejos
el ojo aductor no haya alcanzado su objetivo. Por con-
vestibulooculares producidos en los CS anteriores y los CS
vención, la OIN se denomina según el lado de la paresia
posteriores producen fases lentas de dirección opuesta, de
de aducción. Por tanto, la OIN derecha induce un nis-
modo que se anulan.
tagmo monocular del ojo izquierdo en abducción y un
Una hiperactivación relativa de los RVO de los CS ante-
déficit de aducción del ojo derecho. Cuando la OIN es dis-
riores, que produce una desviación lenta de los ojos hacia
creta, el diagnóstico se establece por la exploración de las
arriba, parece ser el mecanismo causante de los nistagmos
sacudidas horizontales, porque la sintomatología puede
verticales inferiores [81] . Esta hiperactividad se debe a una
limitarse únicamente a la ralentización de aducción de
anulación de la inhibición ejercida de forma tónica por
un ojo.
el flóculo cerebeloso. Esta hipótesis es compatible con los
nistagmos verticales inferiores por anomalía de la malfor- Nistagmo periódico alternante
mación de la charnela occipitocervical de Arnold-Chiari Este nistagmo, que está presente en posición primaria,
o en las cerebelopatías. cambia de dirección horizontal con un período que suele
Este nistagmo también está modulado por el sistema ser de 2 minutos. Entre las dos fases horizontales pueden
otolítico, con un aumento frecuente de amplitud en decú- aparecer varias sacudidas verticales superiores. En ocasio-
bito y aún más cuando la cabeza está orientada hacia nes, se asocia a una rotación alternativa de la cabeza en
abajo. dirección a la fase rápida. Su fisiopatología se relaciona
Las interferencias farmacológicas (carbamazepina, dife- con un aumento de la constante de tiempo del mecanismo
nilhidantoína, litio), los disolventes y las carencias de de almacenamiento de velocidad, que suele relacionarse
vitamina B12 pueden provocar este nistagmo que, de con una alteración de la úvula o del nódulo cerebeloso.
forma excepcional, es congénito o transitorio en niños Suele reducirse con el baclofeno [84] . En pocas ocasiones,
pequeños que, por lo demás, tienen un buen estado de se induce por déficit visuales perceptivos.
salud. La etiología permanece sin identificarse en un 38%
de los casos [82] . Los agonistas del GABA (clonazepam y Nistagmo espontáneo pendular (see-saw nystagmus)
baclofeno) y los bloqueantes de los canales de potasio (4- Consta de un movimiento de elevación con intorsión
aminopiridina o 3,4-diaminopiridina) pueden reducir este de un ojo sincrónico de un descenso con extorsión del
nistagmo [83] . otro ojo, seguido de una inversión del ciclo. Es probable
Estos nistagmos verticales, tanto superiores como infe- que esto sea la expresión espontánea y anómala del reflejo
riores, pueden invertirse, regresar, amplificarse o incluso fisiológico de contratorsión de los globos oculares provo-
ponerse de manifiesto durante los esfuerzos de convergen- cado por el sistema otolítico durante la inclinación de la
cia. cabeza (cf infra). En su forma adquirida, se asocia a una
lesión del núcleo intersticial de Cajal, situado en el teg-
mento mesencefálico. El heministagmo pendular es una
Nistagmos rotatorios puros
forma incompleta.
Son consecutivos a una afectación parcial de las aferen-
cias vestibulares al tronco del encéfalo o a una lesión de Nistagmo espontáneo laberíntico o no laberíntico
las vías de los reflejos vestibulooculares procedentes de los El aspecto de un nistagmo no posicional sólo permite
CS verticales por encima de la protuberancia. En el primer confirmar un origen no laberíntico. Un nistagmo no posi-
caso, la lesión se sitúa en los núcleos vestibulares mediales cional vertical puro (ascendente o descendente), rotatorio
o superiores y la fase rápida del nistagmo es contralateral a puro, multidireccional (que cambia de sentido con la
la lesión. Cuando la lesión se sitúa más arriba en el tronco, posición de la mirada) o pendular tiene muchas proba-
la fase rápida es homolateral a ella. bilidades de ser de origen central.
12 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
EMC - Otorrinolaringología 13
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
alrededor de su eje óptico. El ojo más bajo realiza un de origen embólico son más frecuentes a nivel distal
movimiento de intorsión (rotación del polo superior del (arterias cerebelosas superiores, ramas talamogeniculadas
ojo hacia la nariz) y el otro ojo realiza una extorsión. y talamoperforantes) y a nivel proximal a él (arterias
Estos movimientos de torsión ocular no provocan nin- cerebelosas posteroinferiores procedentes de las arterias
guna sensación de basculación del campo visual debido vertebrales) [88] . Los accidentes isquémicos de los territo-
a una compensación a nivel de la corteza visual. Una rios de las arterias cerebelosas anteroinferiores son sobre
afectación unilateral del sistema otolítico puede causar la todo de origen ateromatoso.
expresión espontánea de este reflejo de contratorsión ocu- Disecciones de la arteria vertebral. El vértigo por
lar sin inclinación de la cabeza. En este caso, de afectación accidente isquémico transitorio en el territorio de la
unilateral, los ojos presentan un movimiento de torsión arteria cerebelosa posteroinferior es el síntoma más
asociado a un desalineamiento ocular vertical, responsa- frecuente en las disecciones de las arterias vertebrales, tras
ble con frecuencia de una diplopía vertical (desviación el dolor occipital y cervical o los dolores escapulares [89] .
oblicua), una inclinación de la cabeza y una lateropulsión Las disecciones afectan en la mayoría de las ocasiones a
hacia el lado del ojo más bajo. Este síndrome constituye la las porciones extracerebrales de las arterias vertebrales, en
reacción de inclinación ocular periférica. El ojo más bajo especial a nivel de C6: son secundarias a traumatismos,
está en el lado homolateral en la afectación periférica o incluso leves, pero también pueden ser espontáneas [89] .
laterobulbar, y contralateral a la lesión protuberancial o En tal caso, se describen en asociación con la displasia
mesencefálica debido a la decusación de las vías del sis- fibromuscular, la enfermedad de Marfan, la seudoxan-
tema otolítico. tomatosis o el lupus. También pueden aparecer después
de manipulaciones cervicales sin que sea posible precisar
Ataxia en todos los casos si el dolor, objeto de la manipulación
La ataxia por afectación del sistema cerebeloso presenta cervical, estaba ya relacionado con el inicio de una disec-
características diferentes de una ataxia por déficits sensi- ción [90] .
tivos. Durante la prueba de Romberg, la ataxia sensitiva Las disecciones de la porción intracerebral de las
provoca pérdida de equilibrio, en la mayoría de las ocasio- arterias vertebrales son menos frecuentes y también se
nes hacia atrás, mientras que el déficit cerebeloso provoca acompañan de dolor cervical posterior y occipital, a lo que
sólo un cuadro de inestabilidad. Las pruebas de apuntar se añaden en ocasiones signos de afectación de los nervios
con los brazos extendidos hacia los índices del médico que craneales inferiores o de hemorragia subaracnoidea.
realiza la exploración son más sensibles para detectar las Aneurismas vertebrobasilares. El 60% de los aneu-
ataxias de los miembros superiores que la prueba clásica rismas saculares se sitúan en el vértice del tronco basilar
dedo-nariz. Este signo es fundamental: una ataxia a nivel y en ellos el cuadro de vértigo se asocia a una afecta-
de los miembros superiores permite confirmar su carácter ción de los nervios oculomotores; el 20% se sitúa en
no laberíntico. la unión con las arterias cerebelosas posteroinferiores y
el 10% a nivel de la unión de las arterias cerebelosas
Signos neurovegetativos
superiores.
Estos reflejarían la adaptación hemodinámica y respi- Los aneurismas fusiformes (dolicoectasia) se suelen aso-
ratoria a los cambios de posición. También traducen la ciar a síntomas de vértigo, acúfenos, espasmos de la
relación existente entre el sistema vestibular y el sistema hemicara y dolores faciales o glosofaríngeos.
de alerta o de pánico (sistema límbico). Los vómitos que Otras enfermedades vasculares del territorio verte-
preceden al vértigo o que se asocian poco después de él brobasilar. Hay que citar:
deben hacer pensar en primer lugar en una lesión bulbar • las hipoplasias vertebral y basilar, que suelen asociarse
o en una hipertensión de la fosa posterior [80] . y constituyen un factor de riesgo de accidente vascular
a este nivel;
• las displasias fibromusculares;
Diagnóstico topográfico de los • las arteritis gigantocelulares que afectan a las arterias
síndromes vestibulares centrales vertebrales y subclavias, con un robo de la subclavia;
• las vasculitis en el contexto de la enfermedad de Behçet,
Las lesiones del sistema vestibular desde el bulbo hasta Takayasu, lupus eritematoso diseminado, aspergilosis,
el mesencéfalo asocian en la mayoría de las ocasiones tras- Marfan, Ehlers-Danlos y la seudoxantomatosis;
tornos oculomotores (nistagmo, desalineamiento ocular • la lipohialinosis que afecta a los vasos de menos de
vertical) al vértigo y la inestabilidad. Las lesiones que afec- 200 m y que provoca lagunas y hemorragias.
tan a las vías vestibulares talámicas y corticales (y, por
tanto, subyacentes a los núcleos oculomotores) no suelen
manifestarse más que por trastornos posturales. Semiología de las lesiones del tronco del encéfalo
Semiología de las lesiones del territorio de la arteria
Síndromes vestibulares centrales cerebelosa posteroinferior. Los accidentes isquémicos
vertebrobasilares de la arteria cerebelosa posteroinferior provocan lesiones
en el territorio posterolateral del bulbo. El síndrome de
Etiopatogenia Wallenberg es la forma que se describe habitualmente,
Las lesiones del tronco del encéfalo pueden deberse pero no es la presentación más frecuente.
a múltiples causas: vascular, inflamatoria, infecciosa, En el lado homolateral a la lesión, el paciente presenta:
tumoral, degenerativa, traumática, tóxica, metabólica o • una hipoestesia de la hemicara;
congénita. • un signo de Claude Bernard Horner por afectación de
El diagnóstico neurológico comienza por un diagnós- la vía ortosimpática descendente homolateral (fascículo
tico topográfico, cuyo hilo conductor son los territorios reticuloespinal);
vasculares que implican a las arterias vertebrales y al • una inestabilidad postural por afectación del sistema
tronco basilar: arterias cerebelosas posteroinferiores, cere- vestibulocerebeloso;
belosas anteroinferiores, cerebelosas superiores, talámicas • una ataxia de los miembros por afectación de los pedún-
perforantes y talamogeniculadas. culos y fascículos cerebelosos;
Embolias y trombosis vertebrobasilares. La ateros- • una disartria y una disfagia por afectación de las moto-
clerosis es la etiología más frecuente de los accidentes neuronas bulbares.
isquémicos en el territorio vertebrobasilar. En el lado opuesto a la lesión, el paciente presenta una
Debido al mayor calibre del tronco basilar que recibe hipoestesia termoalgésica a nivel de los miembros y del
el flujo de las dos arterias vertebrales, los accidentes tronco.
14 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
Estas lesiones laterobulbares también presentan varias de un signo de Claude Bernard Horner, asociado a vér-
alteraciones oculomotoras: tigo, debe hacer también que se plantee el diagnóstico
• un nistagmo espontáneo horizontal que bate hacia el de migraña;
lado opuesto a la lesión y, en menos ocasiones, homo- • el pedúnculo cerebeloso inferior, cuya lesión provoca
lateral, alternante o vertical superior; una hemiataxia;
• una lateropulsión de la mirada, que puede identifi- • el núcleo del nervio facial;
carse por una desviación homolateral constante, de • el lemnisco medial, que transmite las informaciones
grado variable de los ojos, una neta hipometría de las sensoriales propioceptivas de los miembros.
sacudidas de dirección opuesta, una hipermetría de las Semiología de las lesiones del territorio de la arte-
sacudidas homolaterales y una trayectoria curvilínea ria cerebelosa superior. Las lesiones isquémicas de la
de las sacudidas verticales, cuya convexidad se orienta arteria cerebelosa superior afectan a la parte alta de los
hacia el lado de la lateropulsión; hemisferios y del vermis cerebeloso y sólo a una parte
• un síndrome otolítico con un desalineamiento ocular muy pequeña del techo y del tegmento de la parte rostral
vertical que consta de una hipotropía homolateral a la del puente [91] . Por tanto, la semiología es esencialmente
lesión, una desviación homolateral de la vertical visual cerebelosa, con inestabilidad de la marcha, ataxia de los
subjetiva, un laterocolis y una lateropulsión postural miembros y disartria.
del lado del ojo con hipotropía; Semiología de las lesiones del territorio de las
• un nistagmo posicional no paroxístico; arterias talamoperforantes y talamogeniculadas. La
• un seguimiento ocular con sacudidas en una o varias isquemia en los territorios talámicos y subtalámicos pro-
direcciones (sin valor localizador). voca dos cuadros clínicos distintos desde el punto de vista
La isquemia del territorio de la arteria cerebelosa pos- postural [92] .
teroinferior afecta a la parte posterior e inferior de los Afectación de las arterias talamoperforantes. Provoca
lóbulos cerebelosos, incluido el vermis inferior. lesiones isquémicas talámicas paramediales a nivel de la
Semiología de las lesiones del territorio de la arte- pared lateral del III ventrículo hasta el tegmento mesen-
ria cerebelosa anteroinferior. Esta arteria irriga toda la cefálico, donde suelen lesionar:
región del suelo del IV ventrículo, pero también el oído • los núcleos intersticiales de Cajal, lo que crea un des-
interno a través de la arteria auditiva interna. Por tanto, alineamiento ocular vertical y una torsión mono o
la isquemia de este territorio, a menudo de origen trom- binocular por afectación de las vías otolíticooculares (cf
bótico, puede dar lugar a un cuadro muy similar al de una nistagmo pendular);
neuritis vestibular o de una afectación mixta laberíntica • los núcleos rostrales intersticiales del fascículo longitu-
y del sistema vestibular central. El territorio cerebeloso dinal medial, a menudo con una paresia selectiva de las
irrigado por esta arteria se sitúa sobre la cara anterior del sacudidas hacia arriba;
cerebelo, incluido el flóculo y el paraflóculo. La afecta- • en ocasiones, una parte de los núcleos oculomotores
ción de éstos suele provocar un nistagmo de la mirada comunes, lo que ocasiona una divergencia de ambos
excéntrica, una dismetría de las sacudidas oculares o un ojos y una ptosis parcial bilateral.
nistagmo vertical inferior, como en las malformaciones de El cuadro clínico más característico es la asociación
Arnold-Chiari. de un síndrome vestibular otolítico que consiste en un
Por otra parte, las zonas isquémicas de la parte dorsal y desalineamiento ocular vertical (reacción de inclinación
rostral de la protuberancia pueden englobar: ocular), una desviación de la vertical visual subjetiva hacia
• la formación reticular pontina paramedial, cuya afec- el ojo más bajo, una inclinación de la cabeza, una latero-
tación provoca una parálisis de la mirada conjugada. desviación postural hacia este lado y una paresia selectiva
Las fibras del nervio VI atraviesan esta estructura, por de las sacudidas hacia arriba. Las variaciones anatómicas
lo que todos los movimientos de abducción del ojo de estas arterias subtalámicas explican la presencia fre-
homolateral están abolidos. Las vías de los reflejos cuente de lesiones bilaterales. La extensión talámica de
vestibulooculares horizontales no pasan por la forma- estas lesiones provoca a veces en estos pacientes trastornos
ción reticular pontina, por lo que el paciente conserva conductuales transitorios, como desinhibición.
un movimiento de aducción del ojo contralateral a la Afectación de los territorios irrigados por las arterias tala-
lesión. Este ojo conserva también un movimiento de mogeniculadas. Provoca lesiones más laterales del tálamo,
aducción durante la convergencia; centradas por lo general en los núcleos ventropostero-
• la afectación del núcleo del VI, que en esta ocasión laterales. Esta afectación, situada más allá de las vías
provoca una parálisis de la mirada conjugada, implica vestibulooculares, no provoca trastornos oculomotores,
a todos los movimientos de versión tanto voluntarios pero altera el tránsito de las informaciones vestibulares, en
como reflejos. La afectación limitada a la abduc- especial otolíticas, hacia las zonas corticales. Esto produce
ción de un ojo es obligatoriamente una afectación una desviación postural, en la mayoría de las ocasiones
posnuclear; contralateral, pero a veces homolateral. Pueden asociarse
• la lesión del fascículo longitudinal medial, que diso- otros signos, como un escotoma del campo visual o tras-
cia los movimientos horizontales de los dos ojos con tornos sensitivos.
un nistagmo horizontal del ojo en abducción y una Las informaciones somestésicas y vestibulares tendrían
ralentización o una paresia de la aducción del otro ojo. un peso distinto en el control postural y la orientación de
Esta paresia puede ser el único signo de afectación del la representación mental del espacio visual, lo que puede
fascículo longitudinal medial y puede que se exprese reflejarse en la vertical subjetiva. Esta distinción podría
únicamente por una ralentización de las sacudidas de explicar las discordancias observadas entre las desviacio-
aducción. Debido a que los fascículos longitudinales nes de la vertical visual subjetiva y de la vertical postural.
mediales tienen una localización muy medial, la afecta-
ción puede ser bilateral, con nistagmo de ambos ojos en
abducción, ralentización de las sacudidas de aducción
Síndromes vestibulocerebelosos
y exotropía; El papel del cerebelo en la ejecución de los movimientos
• la afectación de la raíz descendente del trigémino, que consiste en comparar el movimiento programado con su
provoca una hipoestesia de la parte baja de la cara; realización. Las estructuras arcaicas del cerebelo son las
• la afectación de las fibras ortosimpáticas, que provoca principales implicadas en el control de los RVO. Se trata
un síndrome de Claude Bernard Horner, con una mio- del flóculo, del nódulo y de las amígdalas cerebelosas.
sis relativa y una ptosis homolateral a la lesión. Este Las lesiones del flóculo y del paraflóculo provocan
signo es en ocasiones el único indicio que persiste varios un nistagmo vertical inferior, un nistagmo de la mirada
meses después de una lesión laterobulbar. La presencia excéntrica, un nistagmo de rebote y una alteración de la
EMC - Otorrinolaringología 15
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
ganancia de los RVO. También se observa una alteración pueden ser útiles para el cribado de las intoxicaciones
del seguimiento ocular (muy poco específica). La etiolo- en las personas que están en contacto con estas sustan-
gía más frecuente es la malformación de Arnold-Chiari cias [95, 96] .
(Cuadro 4). En el estadio de la herniación de los parafló-
culos en el agujero occipital, la sintomatología consiste en Otras cerebelopatías
cefalea occipital, cervicalgia, escoliosis y síndrome cere- Una alteración del sistema vestibulocerebeloso también
beloso. La compresión de la unión bulboespinal provoca, puede deberse a cuadros infecciosos, inflamatorios, tumo-
además, una disfagia, disfonía y, en ocasiones, trastornos rales o paraneoplásicos del cerebelo.
respiratorios. La dificultad del flujo del LCR puede cau-
sar la creación progresiva de una cavidad siringobúlbica, Síndromes vestibulares corticales
que da lugar a la aparición de trastornos sensitivos sus- Epilepsia vestibular
pendidos, con una paresia más intensa de los miembros
Se trata de crisis infrecuentes de unos segundos a 1-2
superiores que de los inferiores, así como espasticidad.
minutos de duración y no posicionales, que presentan
Las lesiones del nódulo provocan un nistagmo posicio-
un vértigo rotatorio o lineal, a menudo con una desvia-
nal vertical inferior, un nistagmo periódico alternante o
ción contralateral de los ojos, de la cabeza y del cuerpo.
una alteración de la prueba de supresión de la inclinación
Sin embargo, estas desviaciones cefálicas y de los ojos, en
del nistagmo posrotatorio.
especial el nistagmo, se asocian con frecuencia a las crisis
Las lesiones del vermis se sospechan sobre todo por la
de epilepsia y no constituyen en ningún caso una indi-
hipermetría de las sacudidas (sobre todo centrípetas) y por
cación de un foco cortical con competencia vestibular. Es
un nistagmo posicional central.
habitual que se asocien a acúfenos y parestesias contrala-
La afectación de los lóbulos anteriores del cerebelo pro-
terales. La epilepsia vestibular evoluciona con frecuencia
voca, sobre todo, una ataxia mucho más intensa que el
hacia crisis parciales complejas o secundariamente gene-
nistagmo. Las afectaciones que predominan en los lóbu-
ralizadas. Los focos son parietotemporooccipitales [97, 98] o
los anteriores se observan en especial en las cerebelopatías
frontales [99] .
tóxicas de origen alcohólico.
Existen varias formas infrecuentes especiales, como la
La afectación de los hemisferios cerebelosos altera la
epilepsia volvular, en la que el paciente camina en cír-
velocidad y la precisión de los movimientos de los miem-
culos, y la epilepsia vestibulogénica, que es una crisis de
bros y el aprendizaje motor.
epilepsia desencadenada por una estimulación vestibular
Ataxias episódicas calórica.
Se trata de afecciones neurológicas infrecuentes, que
Ilusiones vestibulosensoriales y autoscopia
se caracterizan por episodios agudos de ataxia e ines-
tabilidad, que se superponen a una ataxia progresiva y Muchas zonas corticales reciben aferencias vestibulares,
cuya nosología está en plena expansión. Se pueden aso- en la mayoría de las ocasiones asociadas a informaciones
ciar otros trastornos, como mioquimias, crisis comiciales, sensoriales visuales y somestésicas que participan en la
distonías, migrañas hemipléjicas, miastenia o episodios construcción de una representación mental del espacio,
intermitentes de coma. Se han demostrado varios síndro- del esquema corporal y de las relaciones de este cuerpo
mes de ataxia episódica de origen genético, pero hasta el con el espacio. La unión temporoparietal, que es el equi-
momento sólo se han descrito las ataxias episódicas de valente probable de la corteza vestibular parietoinsular
tipo 1 y 2 en muchas familias. Las crisis episódicas de del mono, es una zona especialmente densa en aferen-
ataxia de tipo 2 constan de signos vestibulares agudos cias vestibulares. Las discordancias entre estas diferentes
que pueden sugerir una neuritis vestibular o un vértigo modalidades pueden estar originadas en una alteración
migrañoso (ataxia periódica familiar de tipo 1 [EA1] y de del órgano sensorial periférico o de una de las zonas de
tipo 2 [EA2]). integración multisensorial. Estas discordancias dan lugar
a ilusiones espaciales, como sensaciones de levitación,
Ataxias hereditarias no episódicas de incorporeidad, de autoscopia (experiencia de salir del
En muchas ataxias hereditarias parece haber anomalías cuerpo), de presencia de una tercera persona o de bas-
de los RVO, pero no en todas se han realizado explora- culación del entorno visual [100] . Estas distintas ilusiones
ciones vestibulares instrumentales. En algunas de ellas, el se deberían a disfunciones en el seno de áreas cortica-
déficit se manifiesta desde el punto de vista clínico por les diferentes, pero tienen en común una función de
la presencia de un nistagmo espontáneo de origen ves- integración de las informaciones vestibulares, visuales y
tibular (ataxias autosómicas dominantes [SCA], recesivas somestésicas [101] .
(enfermedad de Friedreich y ataxia-telangiectasia).
Se han descrito alteraciones vestibulocerebelosas en las Vértigo y migraña
ataxias mitocondriales por lesiones de los fascículos neu-
ronales en el seno del tronco del encéfalo como en la Los conceptos referentes a esta asociación están en
encefalomiopatía necrosante subaguda (enfermedad de plena evolución. La clasificación internacional de las
Leigh) [93] y las citopatías mitocondriales (MELAS, sín- migrañas (International Headache Society [IHS]) [102] sólo
drome de Kearns-Sayre) [94] . tiene en cuenta el vértigo como un componente del
Existe una gran variedad de ataxias metabólicas, en la aura de una migraña basilar. Este aura debe asociar al
mayoría de las ocasiones de tipo recesivo e inducidas por menos dos síntomas, entre los que se encuentran el vér-
una deficiencia enzimática congénita. Lo más frecuente tigo, acúfenos, disartria, síntomas visuales en los campos
es que la ataxia sea tan sólo uno de los componentes del visuales nasales y temporales de ambos ojos, disminución
cuadro clínico y la afectación vestibular por disfunción del de la audición, diplopía, ataxia, parestesias bilaterales,
cerebelo no es uno de los elementos clave del diagnóstico. paresia bilateral o disminución del nivel de conscien-
Los cuadros principales son las enfermedades de alma- cia [102] . Esta limitación diagnóstica de la migraña basilar
cenamiento, como la enfermedad de Niemann-Pick, las no permite incluir los cuadros de vértigo aislado de
leucodistrofias y las ceroidolipofuscinosis. origen migrañoso. Sin embargo, la clínica sugiere que
existe una mayor incidencia de vértigo aislado en los
Cerebelopatías tóxicas pacientes con migraña [103, 104] y que se tratan con efica-
Muchas ataxias tienen un origen tóxico. Las más cia mediante fármacos antimigrañosos [103] . Los criterios
frecuentes se relacionan con el alcohol, con muchos clínicos que se aceptan para establecer el diagnóstico de
anticomiciales (sobre todo difenilhidantoína y carbama- vértigo migrañoso son [104] :
zepina), el litio, la amiodarona y los disolventes indus- • la recidiva de los síntomas vestibulares, en forma de
triales. Las exploraciones vestibulares instrumentales vértigo rotatorio, de otras ilusiones de movimiento del
16 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
paciente o del entorno, de vértigo posicional o de ilu- habitualmente por los desplazamientos a bordo de un
siones cinéticas con los movimientos de la cabeza; vehículo terrestre, acuático o aéreo, que puede causar sen-
• los antecedentes o la coexistencia de migrañas según la saciones vertiginosas o de mareo, cefalea, trastornos del
definición de la IHS [102] ; equilibrio, náuseas e incluso vómitos, que a menudo cal-
• al menos un síntoma migrañoso durante al menos dos man los síntomas.
episodios vertiginosos: cefaleas migrañosas, fotofobia,
fonofobia o aura visual;
• ausencia de otra etiología demostrada. Mal del mar
El vértigo migrañoso tiene un carácter espontáneo o,
El «mal del mar» corresponde a una forma especial de
en menos ocasiones, posicional [104] . La cefalea acompaña
cinetosis. Es la forma más antigua de este cuadro a la
a los síntomas vestibulares en alrededor del 25% de los
que se ha visto enfrentado el ser humano. En los escri-
pacientes. En alrededor del 40% de los casos, las cefa-
tos de Hipócrates ya se relatan las primeras descripciones
leas migrañosas están presentes más de 5 años antes de
del mal del mar y se introduce el término de «náuseas»
la aparición del vértigo migrañoso. En la mitad de los
(de la palabra naus, barco en griego) para definir el princi-
casos, la duración de los síntomas es mayor de 1 hora
pal síntoma que afecta al navegante y/o los pasajeros del
y es mayor de 1 día en más de un 25% de los pacien-
barco [108] .
tes. Los factores desencadenantes habituales de la migraña
La sintomatología aparece de forma brusca o progre-
(estrés, desaparición del estrés, modificación del ritmo
siva, en ocasiones incluso antes de embarcar, con la mera
vigilia-sueño, factores hormonales) están presentes en el
visión del barco. Las sensaciones vertiginosas como las ilu-
61% de los pacientes. El 36% de los pacientes también
siones breves de movimientos suelen ser poco marcadas.
presentan síntomas cocleares, pero ninguno ha evolucio-
Los síntomas cardinales son sobre todo de tipo neuro-
nado hacia una hipoacusia progresiva. Entre las crisis, dos
vegetativo y se manifiestan por la aparición de mareo,
tercios de los pacientes presentan signos oculomotores
somnolencia, bostezos, palidez, sialorrea y sudor frío.
de origen neurológico, como un seguimiento en sacu-
Los síntomas neurovegetativos se asocian en ocasiones
dida, un nistagmo espontáneo de la mirada excéntrica
a cefalea y dolor abdominal. A continuación, en el cua-
o posicional [103] . El tratamiento del vértigo migrañoso
dro clínico predominan las náuseas y los vómitos, que
es el tratamiento sintomático y profiláctico de la
en ocasiones pueden ser incoercibles. En las situaciones
migraña [103, 105] .
extremas, pueden provocar un estado de shock por deshi-
dratación. La sintomatología puede provocar a veces un
Esclerosis múltiple estado de pánico agudo, una impresión de muerte inmi-
La sintomatología vertiginosa es el dato inaugural de nente, un estado de postración e incluso de pérdida de
la esclerosis múltiple tan sólo en alrededor del 5% de reflejos elementales de supervivencia [109] .
los casos, aunque durante su evolución, el vértigo y El mal del mar se debe, por una parte, a una sobre-
los trastornos del equilibrio son frecuentes y variados. estimulación vestibular inhabitual, sobre todo en una
Aunque las lesiones desmielinizantes se localizan en el tra- situación de movimientos pasivos, asociada al conflicto
yecto de las aferencias vestibulares, puede aparecer una sensorial secundario a aferencias visuales y somatosenso-
sintomatología parecida a una neuronitis y las pruebas riales y, por otra parte, a una susceptibilidad muy variable
calóricas muestran un déficit. En algunas localizacio- frente a la gestión de este conflicto sensorial. El mal del
nes, la oculografía puede mostrar signos centrales. La mar sólo se produce si al menos uno de los dos laberin-
afectación es más llamativa, porque afecta a adultos jóve- tos es funcional; además, otra causa puede ser cualquier
nes y mujeres. La RM muestra las placas de desmielini- situación que favorezca un «efecto Coriolis», como una
zación. actividad física o deportiva [110, 111] .
Dependiendo de las condiciones del viaje marítimo, la
Enfermedades neurológicas degenerativas incidencia del mal del mar puede variar del 1% a casi
el 100% de las personas. La susceptibilidad individual al
En ocasiones, se observan déficits vestibulares en las mal del mar también es muy variable. Las mujeres son
afecciones degenerativas del SNC distintas a las cerebe- más sensibles que los varones. Asimismo, la sensibilidad
lopatías ya indicadas. varía dependiendo de la edad: es máxima en el período
En la atrofia multisistémica, se han observado casos de prepuberal y disminuye progresivamente con el paso del
déficits de inhibición de los RVO y, en menos ocasio- tiempo. Las personas migrañosas tienen una sensibilidad
nes, un nistagmo vertical inferior posicional [106] . En estas especial al mal del mar [112–114] .
afecciones degenerativas del SNC, en las que predominan El «mal del esquí» es una forma de cinetosis que puede
los signos extrapiramidales y los trastornos cognitivos, aparecer durante la práctica de este deporte. Provoca náu-
la afectación del sistema vestibular no ocupa el primer seas e incluso vómitos [115] . Los síntomas aparecen durante
plano. un descenso de esquí durante un día brumoso o con
Los estudios instrumentales o histológicos confirman niebla. Los síntomas neurovegetativos suelen precederse
la afectación del sistema vestibular en algunas de estas de sensaciones vertiginosas con ilusiones de movimien-
afecciones, como en la enfermedad de Alzheimer [107] , la tos (sentimiento de antero, latero o retropulsiones),
atrofia multisistémica, la parálisis supranuclear progresiva que asocian una impresión de movimiento pendular o
o la enfermedad de Huntington. rotatorio.
En algunos casos, la presencia de signos vestibulares
clínicos permite orientar el diagnóstico. Por ejemplo, la
presencia de un nistagmo espontáneo en un síndrome Mal del desembarco
parkinsoniano apunta hacia el diagnóstico de enfermedad
de Parkinson idiopático y obliga a pensar en otras formas El «mal del desembarco» corresponde a la aparición de
relacionadas, como la enfermedad de Steele-Richardson o síntomas de mal del mar, pero en tierra, después de un
la atrofia multisistémica. viaje en barco. Parece deberse a una disfunción de las
referencias de la orientación espacial, con la pérdida del
concepto de la verticalidad y de las referencias que suelen
encontrarse en el entorno terrestre. Por lo general, cuando
Cinetosis se pone el pie en tierra firme, se experimentan las sensacio-
nes vertiginosas en forma de oscilación, de desequilibrio,
Se trata de un trastorno provocado por un movi- que en ocasiones se asocian a náuseas. Los síntomas sue-
miento o una ilusión de movimiento, que se produce len durar solamente unas horas, en ocasiones varios días,
EMC - Otorrinolaringología 17
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
18 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
EMC - Otorrinolaringología 19
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
[27] Murofushi T, Halmagyi GM, Yavor RA. Intratympanic gen- [52] Guyot JP, Liard P, Thielen K, Kos I. Isolated vestibular are-
tamicin in Menière’s disease: results of therapy. Am J Otol flexia after blunt head trauma. Ann Otol Rhinol Laryngol
1997;18:52–7. 2001;110:562–4.
[28] Wersäll J. Ototoxic antibiotics: a review. Acta Otolaryngol [53] Dvorák J. Soft-tissue injuries of the cervical spine “Whi-
1995;519:26–9 [suppl]. plash Injuries”: Classification and diagnosis. En: Gunzburg R,
[29] Tracy JW, Webster LT. Drugs used in the chemotherapy of Szpalski M, editores. Whiplash Injuries: Current concepts in
protozoal infections. Malaria. En: Hardman JG, Limbird LE, prevention, diagnosis and treatment of the cervical whiplash
editores. Goodman& Gilman’s The pharmacological basis of syndrome.. Philadelphia: Lippincott- Raven Publishers; 1998.
therapeutics.. New York: McGraw-Hill; 1996. p. 965–85. p. 53–60.
[30] Roden DM. Antiarrhythmic drugs. En: Hardman JG, Lim- [54] Oosterveld WJ, Kortschot HW, Kingma GG, de Jong
bird LE, editores. Goodman &Gilman’s The pharmacological HA, Saatci MR. Electronystagmographic findings follo-
basis of therapeutics.. New York: McGraw-Hill; 1996. p. wing cervical whiplash injuries. Acta Otolaryngol 1991;111:
839–74. 201–5.
[31] Smith DI, Lawrence M, Hawkins Jr JE. Effects of noise and [55] Chester JB. Whiplash, postural control, and the inner ear.
quinine on the vessels of the stria vascularis: an image analysis Spine 1991;16:716–20.
study. Am J Otolaryngol 1985;6:280–9. [56] ClaussenCF, Claussen E. Neurootological contributions to the
[32] Tunstall MJ, Gale JE, Ashmore JF. Action of salicylate on diagnostic follow-up after whiplash injuries. Acta Otolaryn-
membrane capacitance of outer hair cells from the guinea-pig gol 1995;520:53–6 [suppl].
cochlea. J Physiol 1995;485:739–52. [57] Fischer AJ, Verhagen WI, Huygen PL. Whiplash injury. A cli-
[33] Aoyagi M, Yoshida M, Makishima K. Different effects of nical review with emphasis on neurootological aspects. Clin
noise and salicylate and theirs interaction on the guinea pig Otolaryngol 1997;22:192–201.
cochlea. Eur Arch Otorhinolaryngol 1996;253:429–34. [58] Vibert D, Häusler R. Acute peripheral vestibular defi-
[34] Ding D, Wang J, Salvi RJ. Early damage in the chinchilla cits after whiplash injuries. Ann Otol Rhinol Laryngol
vestibular sensory epithelium from carboplatin. Audiol Neu- 2003;112:246–51.
rootol 1997;2:155–67. [59] Kerr AG, Bryne JE. Concussive effects of bomb blast on the
[35] Fukushima N, Fukushima H, Cureoglu S, Schachern PA, ear. J Laryngol Otol 1975;89:131–43.
Paparella MM. Hearing loss associated with systemic lupus [60] Dumas G, Perrin P. Oreille et sports aquatiques. Sci Sports
erythematosus: temporal bone histopathology. Otol Neurotol 2001;16:263–71.
2005;27:127–8. [61] Möller CG, Kimberling WJ, Davenport SL, Priluck I, White
[36] Harris JP. Immunology of the inner ear: evidence of V, Biscone-Halterman K, et al. Usher syndrome: an otoneu-
local antibody production. Ann Otol Rhinol Laryngol rologic study. Laryngoscope 1989;99:73–9.
1984;93:1157–62. [62] Schachern PA, Shea DA, Paparella MM, Yoon TH. Otological
[37] McCabe BF. Autoimmune inner ear disease: therapy. Am J histopathology of Fabry’s disease. Ann Otol Rhinol Laryngol
Otol 1989;10:196–7. 1989;98:359–63.
[63] Wiener-Vacher S, Amanou L, Denise P, Narcy P, Manach
[38] McCabe BF. Autoimmune sensorineural hearing loss. Ann
Y. Vestibular function in children with the CHARGEAs-
Otol Rhinol Laryngol 1979;88:585–9.
sociation. Arch Otolaryngol Head Neck Surg 1999;125:
[39] Arnold W, Altermatt HJ, Grebbers JO. Demonstration of
342–7.
immunoglobulins (SIgA, IgG) in the human endolymphatic
[64] Karlberg M, Annertz M, Magnusson M. Mondini-like mal-
sac. Laryngol Rhinol Otol (Stuttg) 1984;63:464–7.
formation mimicking otosclerosis and superior semicircular
[40] Harris JP, Keithley EM, Billings PB, Yang GS, Kim DW,
canal dehiscence. J Laryngol Otol 2006;120:419–22.
Chen MC, et al. Immunology of the inner ear. Its relevance [65] Valvassori GE, Clemis JD. The large vestibular aqueduct syn-
to human disease. En: Veldman JE, Passali D, Lim DJ, edi- drome. Laryngoscope 1978;88:723–8.
tores. New Frontiers in Immunobiology.. The Hague: Kugler [66] Merchant SN, Nakajama HH, Halpin C, Nadol JB, Lee DJ,
Publications; 2000. p. 59–65. Innis WP, et al. Clinical investigation and mechanism of air-
[41] Cogan DG. Syndrome of nonsyphilitic interstitial kera- bone gaps in large vestibular aqueduct syndrome. Ann Otol
titis and vestibuloauditory symptoms. Arch Ophthalmol Rhinol Laryngol 2007;116:532–41.
1945;33:144. [67] Kennedy RJ, Shelton C, Salzman KL, Davidson HC,
[42] Haynes BF, Kaiser-Kupfer MI, Mason P, Fauci AS. Cogan Harnsberger HR. Intralabyrinthine schwannomas: diagnosis,
syndrome: studies of thirteen patients, longterm follow-up management, and a new classification system. Otol Neurotol
and review of the literature. Medicine 1980;59:426–39. 2004;25:160–7.
[43] Vollertsen RS, McDonald TJ, Younge BR, Banks PM, Stan- [68] Parietti-Winkler C, Gauchard G, Simon C, Perrin P. Visual
son AW, Ilstrup DM. Cogan’s syndrome: 18 cases and a sensorial preference delays balance control compensation
rewiev of the literature. Mayo Clin Proc 1986;61:344–61. after vestibular schwannoma surgery. J Neurol Neurosurg
[44] Majoor MH. Cogan’s Syndrome. A clinical and experimental Psychiatry 2008;79:1287–94.
study. [thesis], Utrecht University, 1994. [69] Parietti-Winkler C, Gauchard G, Simon C, Perrin P.
[45] Lunardi C, Bason C, Leandri M, Navone R, Lestani M, Millo Pre-operative vestibular pattern and balance compensa-
E, et al. Autoantibodies to inner ear and endothelial antigens tion after vestibular schwannoma surgery. Neuroscience
in Cogan’s syndrome. Lancet 2002;360:915–21. 2011;172:285–92.
[46] Baumann A, Helbling A, Oertle S, Häusler R, Vibert D. [70] Maire R, van Melle G. Vestibulo-ocular reflex characteristics
Cogan’s syndrome: clinical evolution of deafness and vertigo in patients with unilateral Menière’s disease. Otol Neurotol
in three patients. Eur Arch Otorhinolaryngol 2005;262:45–9. 2008;29:693–8.
[47] Arriaga MA, Goldman S. Hearing results of intratympanic [71] Crane BT, Minor LB, Carey JP. Superior canal dehis-
steroid treatment of endolymphatic hydrops. Laryngoscope cence plugging reduces dizziness handicap. Laryngoscope
1998;108:1682–5. 2008;118:1809–13.
[48] Bachmann G, Su J, Zumegen C, Wittekindt C, Michel O. [72] Minor LB, Solomon D, Zinrech JS, Zee DS. Sound- and/or
Permeabilität der runden Fenstermembran für Prednisolon- pressureinduces vertigo due to bone dehiscence of the supe-
21-Hydrogensuccinat. HNO 2001;49:538–42. rior semi-circular canal. Arch Otolaryngol Head Neck Surg
[49] Parnes LS, Sun AH, Freeman DJ. Corticosteroid pharmaco- 1998;124:249–58.
kinetics in the inner ear fluids. An animal study followed by [73] Mikulec AA, McKenna MJ, Ramsey MJ, Rosowski JJ, Herr-
clinical applications. Laryngoscope 1999;109:1–8. mann BS, Rauch SD, et al. Superior semicircular canal
[50] Yang GS, Song HT, Keithley EM, Harris JP. Intratympa- dehiscence presenting as conductive hearing loss without
nic immunosuppressives for prevention of immune-mediated vertigo. Otol Neurotol 2004;25:121–9.
sensorineural hearing loss. Am J Otol 2000;21:499–504. [74] Rosowski JJ, Songer JE, Nakajima HH, Brinsko KM,
[51] VanWijk F, Staecker H, Keithley E, Lefebvre PP. Local per- Merchant SN. Clinical, experimental and theoretical inves-
fusion of the tumor necrosis factor alpha blocker infliximab tigations of the effect of superior semicircular canal
to the inner ear improves autoimmune neurosensory hearing dehiscence on hearing mechanisms. Otol Neurotol 2004;25:
loss. Audiol Neurootol 2006;11:357–65. 323–32.
20 EMC - Otorrinolaringología
Etiología del vértigo E – 20-200-A-10
[75] Gopen Q, Zhou G, Poe D, Kenna M, Jones D. Posterior [101] Lopez C, Halje P, Blanke O. Body ownership and embo-
semicircular canal dehiscence: first reported case series. Otol diment: vestibular and multisensory mechanisms. Clin
Neurotol 2010;31:339–44. Neurophysiol 2008;38:149–61.
[76] Amarenco P, Caplan LR, Pessin MS.Vertebrobasilar occlu- [102] Headache classification subcommittee of the International
sive disease. In: Stroke. London: Churchill Livingstone; 1998. Headache Society. The international classification of heada-
p. 513–79. ches disorders. Cephalalgia 2004;24(suppl1):29–30.
[77] Toupet M. Forme clinique et traitement des vertiges position- [103] Dieterich M, Brandt T. Episodic vertigo related to migraine
nels paroxystiques bénins. In: Vertiges 97. Paris: Masson; (90 cases): vestibular migraine? J Neurol 1999;246:883–92.
1998. p. 143–72. [104] Neuhauser HK, Leopold M, von Brevern M, Arnold G, Lem-
[78] Lee H, Sohn SI, ChoYW, Lee SR, Ahn BH, Park BR, pert T. The interrelations of migraine, vertigo, and migrainous
et al. Cerebellar infarction presenting isolated vertigo. vertigo. Neurology 2001;56:436–41.
Frequency and vascular topographical patterns. Neurology [105] Eggers SD. Migraine-related vertigo: diagnosis and treat-
2006;67:1178–83. ment. Curr Pain Headache Rep 2007;11:217–26.
[79] Brown Jr RD, Petty GW, O’Fallon WM, Wiebers DO, Whis- [106] Anderson T, Luxon L, Quinn N, Daniel S, Marsden
nant JP. Incidence of transient ischemic attack in Rochester, CD, Bronstein A. Oculomotor function in multiple system
Minnesota, 1985–1989. Stroke 1998;29:2109–13. atrophy: clinical and laboratory features in 30 patients. Mov
[80] Rosemergy I, Mossman S. Brainstem lesions presenting with Disord 2008;23:977–84.
nausea and vomiting. N Z Med J 2007;120:1254. [107] Baloyannis SJ, Manolidis SL, Manolidis LS. Synaptic altera-
[81] Pierrot-Deseilligny C, Milea D. Vertical nystagmus: clinical tions in the vestibulocerebellar system in Alzheimer’s disease.
facts and hypotheses. Brain 2005;128:1237–46. A Golgi and electron microscope study. Acta Otolaryngol
[82] Wagner JN, Glaser M, Brandt T, Strupp M. Downbeat nys- 2000;120:247–50.
tagmus: aetiology and comorbidity in 117 patients. J Neurol [108] Brandt T. Motion sickness. In: Vertigo: its multisensory syn-
Neurosurg Psychiatry 2008;79:672–7. dromes. London: Springer-Verlag; 1999. p. 485–96.
[83] Glasauer S, Strupp M, Kalla R, Büttner U, Brandt T. Effect [109] Conraux C. Le point sur les cinétoses. Vertiges n◦ 13. Solvay
of 4-Aminopyridine on Upbeat and Downbeat Nystagmus Pharma; 2002.
Elucidates the Mechanism of Downbeat Nystagmus. Ann N [110] Perrin P, Perrot C, Deviterne D, Ragaru B, Kingma H. Dizzi-
Y Acad Sci 2005;1039:528–31. ness in discus throwers is related to motion sickness generated
[84] Halmagyi GM, Rudge P, Gresty MA, Leigh RJ, Zee DS.
while spinning. Acta Otolaryngol 2000;120:390–5.
Treatment of periodic alternating nystagmus. Ann Neurol
[111] Scherer H, Helling K, Clarke AH, Hausmann S. Motion sick-
1980;8:609–11.
ness and otolith asymmetry. Biol Sci Space 2001;15:401–4.
[85] Sharpe JA, Herishanu YO, White OB. Cerebral square wave
[112] Bosser G, Caillet G, Gauchard G, Marçon F, Perrin P. Rela-
jerks. Neurology 1982;32:57–62.
[86] Johkura K. Central paroxysmal positional vertigo: isolated tion between motion sickness susceptibility and vasovagal
dizziness caused by small cerebellar hemorrhage. Stroke syncope susceptibility. Brain Res Bull 2006;68:217–26.
2007;38:e26–7. [113] Caillet G, Bosser G, Gauchard G, Chau N, Benamghar L,
[87] Shoman N, Longridge N. Cerebellar vermis lesions and Perrin P. Effect of sporting activity on susceptibility to motion
tumours of the fourth ventricle in patients with positional sickness. Brain Res Bull 2006;69:288–93.
and positioning vertigo and nystagmus. J Laryngol Otol [114] Quarck G, Denise P. Lettre d’ORL et de chirurgie cervico-
2007;121:166–9. faciale 2005; 298:11-5.
[88] Chaves CJ, Caplan LR, Chung CS, Tapia J, Amarenco P, [115] Häusler R. Ski sickness. Acta Otolaryngol 1995;115:1–2.
Teal P, et al. Cerebellar infarcts in the New England Medi- [116] Murphy TP. Mal de débarquement syndrome: a forgotten
cal Center Posterior Circulation Stroke Registry. Neurology entity? Otolaryngol Head Neck Surg 1993;109:10–3.
1994;44:1385–90. [117] Brandt T. Phobic postural vertigo. Neurology
[89] Bartels E. Dissection of the extracranial vertebral artery: cli- 1996;49:1480–1.
nical findings and early noninvasive diagnosis in 24 patients. [118] Brandt T, Dieterich M. Phobischer Attacken-Schwanksch-
J Neuroimaging 2006;16:24–33. windel. Ein neues Syndrom. Munch Med Wochenschr
[90] Stevinson C, Ernst E. Risks associated with spinal manipula- 1986;128:247–50.
tion. Am J Med 2002;112:566–71. [119] Huppert D, Kunihiro T, Brandt T. Phobic postural vertigo (154
[91] Tatu L, Moulin T, Bogousslavsky J, Duvernoy H. Arterial patients): its association with vestibular disorders. J Audiol
territories of human brain. Brainstem and cerebellum. Neu- Med 1995;4:97–103.
rology 1996;47:1125–35. [120] Bosser G, Perrin P. Interactions vestibulo-autonomiques. In:
[92] Dieterich M, Brandt T. Thalamic infarctions. Differential Vertiges positionnels. Rapport 2007 de la Société Française
effects on vestibular function in the roll plane (35 patients). d’ORL. Edition Régimedia; 2007. p. 55–62.
Neurology 1993;43:1732–40. [121] Perrin P, Lestienne F. Mécanismes de l’équilibration
[93] Finsterer J. Leigh and Leigh-like syndrome in children and humaine. Exploration fonctionnelle, application au sport et
adults. Pediatr Neurol 2008;39:223–35. à la rééducation. Paris: Masson; 1994 (168p).
[94] Egger J, Lake BD, Wilson J. Mitochondrial cytopathy. A mul- [122] Perrin P, Jeandel C, Perrin C, Béné MC. Influence of
tisystem disorder with ragged red fibres on muscle biopsy. visual control, conduction and central integration on static
Arch Dis Child 1981;56:741–52. and dynamic balance in healthy older adults. Gerontology
[95] Herpin G, Gauchard G, Vouriot A, Hannhart B, Barot A, 1997;43:223–31.
Mur JM, et al. Impaired neuromotor functions in hospital [123] Perrin P, Vibert D. La fonction d’équilibration. Evaluation,
laboratory workers exposed to low levels of organic solvents. compensation, plasticité et rééducation. In: Posture, pratique
Neurotoxic Res 2008;13:185–96. sportive et rééducation, Collection Médecine du Sport. Paris:
[96] Odkvist LM, Möller C, Thuomas KA. Otoneurologic distur- Masson; 2001. p. 25–45.
bances caused by solvent pollution. Otolaryngol Head Neck
Surg 1992;106:687–92.
[97] Erbayat Altay E, Serdaroglu A, Gucuyener K, Bilir Para saber más
E, Karabacak NI, Thio LL. Rotational vestibular epi-
lepsy from the temporo-parietooccipital junction. Neurology BisdorffA, von Brevern M, Lempert T, Newman-Toker DE. Clas-
2005;65:1675–6. sification of vestibular symptoms: towards an international
[98] Jaffe SL, DellaBadia J, Erbayat-Altay E, Thio LL. Rotational classification of vestibular disorders. J Vestib Res 2009:1-3.
vestibular epilepsy from the temporo-parieto-occipital junc- Brandt T. Vertigo. Its multisensory syndromes. London: Springer-
tion. Neurology 2005;65:1675–6. Verlag; 1999 (503p).
[99] Kluge M, Byenburg S, Fernandez G, Elger CE. Epileptic ver- Chauplannaz G. Legent F et groupe de travail réuni par l’ANAES.
tigo: evidence for vestibular representation in human frontal Vertiges chez l’adulte: stratégies diagnostiques, place de la
cortex. Neurology 2000;55:1906–8. rééducation vestibulaire. Ann Otolaryngol Chir Cervicofac
[100] Tiliket C, Ventre-Dominey J, Vighetto A, Grochowicki M. 1998;115:S5-S21.
Room tilt illusion.Acentral otolith dysfunction. Arch Neurol Chays A, Florant A, Ulmer E. Les vertiges. Paris: Masson; 2004
1996;53:1259–64. (213p).
EMC - Otorrinolaringología 21
E – 20-200-A-10 Etiología del vértigo
Kingma H. Function tests of the otolith or statolith system. Curr Sauvage JP. Vertiges: manuel de diagnostic et de réhabili-
Opin Neurol 2006;19:21-5. tation. Collection ORL. Paris: Elsevier Masson; 2010
Magnan J, Freyss G. Troubles de l’équilibre et vertiges. Paris: (184p).
Société française d’ORL et de pathologie cervico-faciale; Sauvage JP, Chays A, Gentine A. Vertiges positionnels. Paris:
1997 (602p). Société française d’ORL et de pathologie cervico-faciale;
Perrin C. L’homme et ses espaces. Nancy: Presses Universitaires 2007 (346p).
de Nancy; 1991 (167p). Tran Ba Huy P. Les vertiges en questions. Les surdités en questions.
Perrin C, Conraux C, Collard C, Freyss G, Sauvage JP. L’équilibre Paris: Européenne d’Edition; 2000.
en pesanteur et impesanteur. Rapport de la Société française Vertiges, Groupe d’Etude des Vertiges (GEV). Paris: Solvay Pharma
d’ORL et de pathologie cervico-faciale. Paris: Arnette; 1987 et Acanthe-Masson; 1991, 1993, 1995, 1997, 1999, 2001,
(414p). 2003, 2005.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Perrin P, Vibert D, Van Nechel C. Etiología del vértigo. EMC
Otorrinolaringología 2012;41(1):1-22 [Artículo E – 20-200-A-10].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico
22 EMC - Otorrinolaringología